domingo, agosto 19, 2007

Sospechas

El Primer Ministro canadiense, Stephen Harper, Calderón y Bush (en la foto en Alemania el pasado 8 de junio) se reunirán en un hotel de lujo a medio camino entre Ottawa y Montreal, protegido por un perímetro de seguridad y un vallado de tres metros de altura. (AP)

* En Estados Unidos y Canadá nadie tiene muy claro para qué se reúnen mañana y el martes sus presidentes con Felipe Calderón / Suspicacias por el secretismo: “El problema es que no sabemos realmente lo que discuten. Estamos muy preocupados por eso” / Como los gobiernos tampoco ofrecen información clara, el Pueblo NO comprende “La Cumbre de los tres amigos” / El 73% de la gente jamás oyó hablar de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte

WASHINGTON, D.C., 18 de agosto (DPA/AFP/AP).- En Estados Unidos y en Canadá nadie tiene muy claro para qué se reúnen el lunes y el martes sus presidentes con el mexicano Felipe Calderón, en la tercera cumbre de la ASPAN. Y como los gobiernos tampoco ofrecen información clara, el resultado es que la población se debate entre la indiferencia, la incomprensión y, sobre todo, la sospecha.
Según una encuesta de la página web estadounidense One News Now, más del 73 por ciento de sus lectores jamás oyó hablar de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN). Los medios, entre irónica y despectivamente, la llaman “La Cumbre de los tres amigos”.
En el Congreso estadounidense están un poco más informados, pero al parecer el asunto sólo despierta el interés de los representantes más conservadores, que sospechan que la iniciativa tiene como objetivo final una asociación de los tres países similar a la Unión Europea.
Según publica la web de la organización WND, una veintena de representantes (todos republicanos excepto un demócrata) envió esta misma semana una carta al Presidente George W. Bush advirtiéndole, entre otras cosas, contra una posible relajación del transporte de bienes y personas entre los tres países.
Tantas suspicacias levanta el secretismo -“esto no puede ser accidental”, afirman- que los congresistas piden incluso a Bush que no se comprometa “a ningún movimiento con la ASPAN en la próxima cumbre”.
En Canadá, la sensación es similar. “El problema es que no sabemos realmente lo que discuten. Estamos muy preocupados por eso”, afirmó recientemente el líder del opositor Bloque Quebequés, Gilles Duceppe. Los canadienses temen especialmente que una homologación con Estados Unidos reduzca sus estándares en lucha contra el medio ambiente.
La iniciativa despertó desde su creación las sospechas de grupos de vigilancia de las actividades de los gobiernos. WND y Judicial Watch denunciaron el año pasado una reunión secreta también en Canadá de representantes menores de la ASPAN, entre cuyas actas se hablaba de ir infiltrando las medidas acordadas “sigilosamente” en los tres países.
“No es desde luego muy alentador ver la frase 'evolución a hurtadillas' en referencia a importantes debates políticos como la cooperación y la integración de Norteamérica”, denunció el presidente de Judicial Watch, Tom Fitton.
Entre los más liberales, los temores los levanta el Consejo de Competitividad de Norteamérica, con el que Bush, Calderón y el canadiense Stephen Harper se reunirán el martes. Creado el año pasado, es un exclusivo club de exitosos empresarios de los tres países con derecho a ofrecer “recomendaciones” a los mandatarios. En su estreno en Montebello pondrán 50 sobre la mesa.
Tan fuertes son las sospechas que la página web de la ASPAN (www.spp.gov) tuvo que añadir recientemente una sección de “Mitos y realidades” sobre la Alianza para intentar explicar a qué se dedica.
Los hay también que no quieren ver nada oscuro detrás de la ASPAN, pero tampoco aciertan a adivinar en qué consiste en realidad.
Las versiones oficiales, en cualquiera de los casos, no aclaran mucho. La agenda que trascendió de la reunión es tan difusa y general como para incluir temas como “fortalecer la democracia” o “discutir asuntos relacionados con el Hemisferio Occidental”.
La seguridad en América del Norte será eje central de discusiones de los mandatarios de Estados Unidos, México y Canadá en la reunión que celebrarán el lunes y martes en Montebello, Quebec, durante la cual se esperan protestas de manifestantes antiglobalización.
“El presidente (George W. Bush) va a Canadá a discutir con nuestros vecinos norteamericanos la forma de hacer al continente más seguro y más próspero”, dijo un vocero de la Casa Blanca.
“El tema de seguridad es un tema que estará en la agenda de los presidentes”, dijo de su lado la ministra de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa, según declaraciones reproducidas por la prensa mexicana.
La expectativa está puesta en la posibilidad de que se produzca un anuncio en materia de cooperación para la lucha contra el narcotráfico entre Estados Unidos y México.
A comienzos de agosto, el influyente periódico The Washington Post, citando fuentes oficiales mexicanas y estadounidenses, señaló que Estados Unidos -el principal consumidor de estupefacientes en el mundo- y México estaban muy cerca de un acuerdo para luchar contra los cárteles de la droga.
Sin embargo, la canciller mexicana descartó esa posibilidad.
“No esperen que vamos a hacer un anuncio de un gran programa”, manifestó.

Bush, Calderón y el primer ministro canadiense Stephen Harper se reunirán en un hotel de lujo a medio camino entre Ottawa y Montreal, protegido por un perímetro de seguridad y un vallado de tres metros de altura.
Hasta esas vallas intentarán llegar miembros de ONG que han anunciado manifestaciones en rechazo a lo que consideran falta de transparencia de estas citas. Sostendrán su reunión trilateral el martes.
Calderón permanecerá en Canadá hasta el miércoles para reunirse con Harper.
Nunca afecto a interrumpir sus vacaciones en Texas, el presidente George W. Bush lo está haciendo este año para impulsar los vínculos con los líderes de México y Canadá, dos vecinos amistosos y socios vitales.
Bush se reunirá el lunes con el primer ministro canadiense Stephen Harper y el mexicano Felipe Calderón en Montebello, Quebec, en la esperanza de expandir la cooperación entre los tres países, que integran la mayor sociedad comercial en el mundo.
La cumbre norteamericana de dos días parece carecer de un tema predominante, con la posible excepción de un nuevo esfuerzo estadounidense por poner fin a las sangrientas guerras entre narcos en México.

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