domingo, octubre 14, 2007

Democracia cristiana con Coca Cola

DEMOCRACIA CRISTIANA CON COCA COLA

Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 01-10-07)

Vicente Fox, ha sido electo copresidente de la Internacional Demócrata de Centro, IDC, con el patrocinio de la Coca Cola y de la dupla Bush- Aznar, y por supuesto de la mafia cubana subvencionada por la CIA. Manuel Espino Barrientos, preside la Organización Demócrata Cristiana de América, ODCA, y tiene los mismos patrocinadores de Fox. La nueva democracia cristiana inspirada por la dinastía texana, tiene la combinación perfecta con la Coca Cola.

La mayoría de los analistas reconocen que el arribo de Fox a la Copresidencia es una maniobra que tomó por sorpresa a los europeos pues el cargo fue inventado para Fox. El interés de Bush de invertir en Fox es el de contar con un instrumento que le permita apoderarse de la Democracia Cristiana y disputárle a Europa la denominación de origen.

El análisis político de los intereses en juego por la democracia cristiana, apuntan a la confrontación de los norteamericanos con los intereses europeos para piratearse la franquicia, en particular con El Vaticano. Se trata de una disputa por los nuevos espacios de poder, definidos estos por su carácter de dominio neocolonial, a los que es útil la franquicia democristiana.

Los Estados Unidos emergieron como una gran potencia económica, industrial y militar al término de la Segunda Guerra Mundial. Ello fue producto de un nuevo reparto geopolítico a escala mundial. Los Estados Unidos resultaron doblemente ganadores, tanto en los países integrantes derrotados del Eje, como al ocupar el vacío de poder dejado por las potencias en sus colonias que procuraban su independencia y la industrializació n.

Los países europeos se reorganizaron en la Unión Europea, UE, para recuperar sus espacios de poder. El fin de la guerra fría ha potencializado su poder al integrar a su esfera a países de Europa del Este que formaban parte de la Unión Soviética. En la lucha por el dominio de los recursos estratégicos, han rivalizado, se han opuesto y han logrado alianzas con los países del Medio Oriente y entorpecido las acciones militares de Bush y sus aliados ingleses y de la ultraderecha española del Partido Popular.

Bush persigue objetivos políticos y militares al penetrar en el aparato político partidista europeo, para desarticular las alianzas estratégicas que han establecido con Rusia, China, India y los países latinoamericanos, y sabotear sus negociaciones en el Medio Oriente, Asia y África. Vistos los europeos desde la perspectiva de los países que defienden su soberanía y recursos estratégicos, la presencia de la diplomacia y empresas de los países europeos tienen como propósito reconstruir su poder con un modelo neocolonial de saqueo a favor de la metrópoli.

A Bush le interesa influir para mantener la participación europea en la misión de la OTAN en Afganistán, también para no desplomar la intervención militar desencadenada por Bush contra los Talibanes y lograr la constitución de una fuerza militar de rápida intervención de la OTAN, incorporando a nuevos socios latinoamericanos, entre ellos México y Chile.

Además le interesa a Bush echar abajo el abasto petrolero y de gas que Rusia le vende a Europa, pues con ello, el presidente ruso, Putin, ha logrado frenar la ofensiva nuclear norteamericana, destinada a crear una nueva guerra fría que permita distraer los planes de devolver a Rusia su papel de gran potencia.
La manipulación de las ultraderechas europeas con los partidos democristianos y de centro, es una maniobra dirigida por Bush encaminada a desarticular la estrategia de negociación política y financiera con los países petroleros de Medio Oriente.

Por último, los espacios políticos ganados por los países latinoamericanos al negociar con los europeos, genera un permanente malestar para las corporaciones y Bush, pues ha abierto la puerta al ingreso de otros actores políticos de Medio Oriente, Asia y África para negociar inclusive la compra de armamento, algo impensable ante la desvencijada doctrina Monroe y que ahora permite competir contra las políticas norteamericanas y reducir la fuerza de sus amenazas militares.

En México la presencia de la IDC y la ODCA significan el fortalecimiento de la ultraderecha, por el patrocinio de la Coca Cola, Bush- Aznar y la mafia cubana de la CIA. El desafío para Calderón entre otros implica quebrar al Partido Acción Nacional, si el michoacano lograra apoderarse y sustraerle parte de la base empresarial que actualmente tiene por sustento, pero que se trasladaría al nuevo partido democristiano, denominado Partido Humanista.

Sin embargo, no todo es confrontación, pues se entiende que existen niveles de negociación para dejar como medio de comunicación para la democracia cristiana al Canal 28 y al Diario Excélsior de Vicente y Marta Fox, que tiene antecedentes como democracia cristiana con Julio Scherer y en aquel entonces este proyecto fracasó por no contar con el apoyo norteamericano, como ahora lo tiene.

Por cierto el semanario Proceso no suelta ni a Fox ni a Marta. El Papa designó al provincial de la Compañía de Jesús en Italia como el responsable de la comunicación global de la Santa Sede, en sustitución del vocero y del aparato del Opus Dei. Como quiera verse la revista Proceso es el corresponsal de guerra contra el proyecto de la democracia cristiana, encargado a los beneficiaros del gatillero de Cristo, Marcial Maciel, quien purga una condena de cadena perpetua en las mazmorras del Santo Oficio bajo el cargo de depredador sexual de niños.

Por su parte a Fox se le investiga en el Congreso por saqueo y delincuencia organizada con Marta Sahagún. Fox jura por su madre ser inocente. Pero todo mundo sabe que a Fox lo parió la Coca Cola Co. y llegó a Los Pinos, siendo un producto del affaire Irán-Contras.

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