domingo, noviembre 04, 2007

Bolivia: una semana entre muertos y negociaciones

Charly Morales Valido
Prensa Latina

El suspenso aumenta hoy en Bolivia a dos días del esperado reinicio de la Asamblea Constituyente, quizás el mayor hito noticioso en una semana que comenzó con el presidente en Italia y concluyó entre muertos y flores.

Lo último del espinoso tema constituyente sobrevino la víspera, cuando las autoridades del departamento La Paz ratificaron su rechazo de ceder la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo a la ciudad de Sucre, aunque dejaron abiertas las puertas al diálogo.

El Comité de Emergencia paceño confirmó su postura durante una reunión con tres mediadores del Consejo Político creado para salvar al foro, quienes el pasado miércoles negociaron el reinicio de la Asamblea con el Comité Interinstitucional de Chuquisaca.

El encuentro de Sucre devolvió las esperanzas a quienes aspiran a entregar la nueva Constitución antes del 14 de diciembre, fecha límite, aunque con reservas debido la condicionada reapertura de las sesiones.

Los chuquisaqueños exigen que en la primera plenaria sea aclarado el polémico tema de la "capitalidad", conflicto originado a partir del reclamo sucreño de todos los poderes estatales.

Así, los negociadores propusieron analizar varias alternativa y colegiar una solución -validada con dos tercios de los votos- para ser incorporada en la nueva Carta Magna.

Mientras, la hostilidad hacia los asambleístas disminuyó tras el rechazo de una Corte Judicial de La Paz a un recurso de aprehensión dictado en Sucre contra la directiva de la Constituyente, al menos hasta el tratamiento del tema de la capital en la primera plenaria.

Bolivia vivió durante los últimos días una severa crisis con el suministro de diesel que obligó a militarizar el despacho de combustibles, aunque ya restableció el abastecimiento.

También esta semana se detectó un aumento inflacionario en el país, cuyos índices superan los previstos por el gobierno para este año, debido mayormente al alza en los precios de alimentos y bebidas.

Por su parte, el presidente Evo Morales desarrolló una intensa agenda que comenzó con su visita a Italia, donde recibió el Premio Pío Manzú por sus luchas en defensa de los pueblos indígenas.

El mandatario se reunión con las principales autoridades de la nación trasalpina, que consideró una interlocutora privilegiada para el diálogo entre América Latina y la Unión Europea.

A su regreso, el jefe de Estado presidió la inauguración de un gasoducto en el altiplano, donde saludó las inversiones extranjeras en el sector energético, pero ratificó que Bolivia es dueño soberano de sus hidrocarburos.

Por otro lado, el Congreso Nacional aprobó la elevación al rango de ley de la declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, primer país que legisla el histórico texto.

Movimientos sociales y originarios de Bolivia acogieron con beneplácito esta disposición, que reivindica los derechos de un conjunto de etnias que componen el 60 por ciento de la nación.

La semana cerró con la tradicional celebración del Día de Todos Santos, que el gobierno declaró feriado para que los bolivianos acompañaran a sus difuntos durante su mitológica visita al mundo terrenal.

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