jueves, mayo 29, 2008

Qué bonito ¿no?

María Teresa Jardí

Me repito. Pero cómo podríamos no repetirnos los que tenemos la suerte, en este caso merced a la generosidad del Director del POR ESTO!, de poder compartir con otros lo que salta a la vista de las noticias que se repiten también porque no se atacan los problemas de fondo que se pueden resumir en uno solo: se desarmó la estructura ética de todas las instituciones de la cada vez menos soberana república. Cómo no repetirnos cuando nada se hace para rearmar éticamente a las pocas imprescindibles instituciones para salvar a los Estados Unidos Mexicanos como nación libre y soberana en aras, incluso, de que a los mexicanos no se nos acabe de imponer como amo otro país, dictándonos cómo debemos vivir, lo que debemos comer y beber y dejándonos los trabajos de esclavos a los que podemos acceder.

Mientras el CISEN a modo en este momento de la usurpación panista que encabeza Calderón, como organismo de inteligencia brilla por su ausencia desde hace ya mucho tiempo.

Claramente desde que a Gutiérrez Barrios se le quitó el control de los asuntos de inteligencia para poner en manos de José Córdoba, al servicio de él mismo, de los intereses económicos y financieros de los Salinas y de los amigos empresarios del expresidente escritor de libros exculpatorios que sólo leen los que ya conocen su contenido.
Desde que el CISEN fue puesto en manos de José Córdoba para poder enriquecerse, unos cuantos hasta lo inaudito, a costillas de un pueblo empobrecido de la misma manera. Al grado de que Slim ya va a por la Caixa de Cataluña.

Mientras el CISEN dejó de ocuparse, sexenios ha, de las cuestiones de inteligencia, para espiar solamente, no quiero decir que antes no se espiaran también los polvos extramaritales tan útiles para el chantaje, durante el breve lapso de transición, en el que todavía la clase política, aún no del todo empresarial, conservaba algo de la vergüenza, luego ya ni para eso sirvió el CISEN reducido a la categoría de investigador privado de quinta, es decir, en la jerga de las novelas policiacas conocido como: “huele braguetas”, es decir, el que se conforma con trabajar para maridos cornudos. Mientras el CISEN se dedica a contactar legisladores, a modo, tarea del todo inútil, a modo lo son todos, los de todos los partidos, para acabar de rematar lo poco que le queda al país de soberano, en lugar de ocuparse de los narco-policías o policías-narcotraficantes, que son la misma cosa, de los AFIS de día Zetas por la noche, de la policía que no tenemos en México, la que cuando no ejecuta, es ejecutada por sus cuatachos también narcotraficantes, que sí tenemos en México, es decir, mientras el CISEN espía legisladores para lograr adeptos a la entrega del país que Calderón se ve obligado a hacer en aras de cumplir con las muchas deudas adquiridas durante la campaña y para ser reconocido como “presidente” a pesar de su clara usurpación del puesto que ni con el fraude legalizado ganó en las urnas. Mientras los narcopolicías se ejecutan entre ellos el organismo de inteligencia, que un indiano maneja, espía legisladores para ver el capital con el que cuenta el usurpador mexicano. Qué bonito ¿no? Costos, sin duda, de convertir a México en el paraíso del narcotráfico, de la trata de blancas, de la explotación infantil, de los pederastas y asesinos mil. Costos del entreguismo y del abuso gubernamental y partidario que en casi ningún otro lugar del mundo se tolera. El Banco Mundial de nuevo se equivoca.

México tardaría 55 años en alcanzar el desarrollo de los países de primer mundo si dejaran de robar los empresarios políticos y los políticos empresarios, que controlan el poder en México. Es decir, México, lo lograría, si dejara, hoy, de estar en manos de las familias mafiosas que controlan el país como su rancho particular creyendo, el fecalismo usurpador, que puede incluso rematar México al extranjero sin consecuencias. Qué bonito ¿no? a nivel nacional y desde el Banco Mundial la mentira como única certeza.

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