miércoles, enero 28, 2009

Editorial. De los negocios de fábula.

Año 8, número 2507
Miércoles 28, enero del año 2009


El hecho de que el Laboratorio químico-farmacéutico Pfizer, reportando pérdidas en su operación, haya adquirido a su competidor Wyeth por la cantidad de 68 mil millones de dólares, que es literalmente una cantidad de fábula que supera con mucho el presupuesto anual de muchas naciones de América y África.

Hace ver la falta de compromiso que rodea al mundo de la medicina, mal llamado mundo de la salud; toda vez que al parecer, lo que menos les interesa a esas poderosas transnacionales, es que el paciente recupere la salud perdida, sino el dinero que pagan por mantenerlos “medio vivos”, como sucede con los medicamentos para el SIDA (entre otros).

Pues su fin es alcanzar los ricos mercados de Oriente y Medio Oriente (de ahí las guerras de expansión) pues en esos lares y civilizaciones distintas, sus “remedios” no son utilizados, ni por el pueblo ni por las autoridades.

Toda vez que la medicina en aquellas latitudes e ideologías reviste un interés social del que aquí en Occidente se carece completamente.

Como también se ha perdido la vocación de atender y curar a los que ha perdido la salud. Pues a querer o no, hay que reconocer que la medicina se ha vuelto una industria; y no precisamente de las más éticas.

Como lo demuestra el que respaldándose en los altos costos de investigación (eso nadie lo niega) que dicho sea de paso debiesen ser pagados por los gobiernos, los medicamentos tengan precios que obligan a las familias a entregar sus entradas económicas a los Laboratorios que los fabrican; por no decir que en muchos casos esos precios son inalcanzables para la mayoría de los habitantes del Planeta.

Cabiendo preguntar ¿Qué tan grande debe ser el margen de utilidad con el que trabajan las empresas que se dedican a hacer medicinas, que hay quien vende lo mismo, pero 80 % más barato? (el Doctor SIMI)…

Y todavía le alcanza a su propietario para andar rodeado de un ramillete de bellas jovencitas y además “invertir” 100 millones de pesos en propaganda, disfrazada de campaña a la Presidencia de la República, que le permitió viajar por todo el territorio promocionando, como dijimos, sus medicamentos.

Al parecer, si alguna reforma se necesita, aparte de la educativa, es en el renglón salud. Solo que los diputados están demasiado entretenidos en otras cosas (asuntos de promoción personal) que no les permiten atender renglones tan importantes.

A propósito: ¿Va Usted a votar en las próximas elecciones?

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