lunes, agosto 11, 2008

■ ¡Zapatero a tus zapatos!
■ Mexicanos en Europa contra el injerencismo hispano
■ ‘Me acaban de asaltar ...’

Algunas ocasiones cedo el primer plano de esta sección a algún mensaje que lo amerita por la trascendencia de su contenido. Es el caso de la carta que un grupo de universitarios mexicanos que estudian en Europa enviaron al presidente de España, de la cual me enviaron copia. A continuación la reproduzco íntegra:
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de Gobierno del Reino de España.
Carlos Miranda y Elío, embajador del Reino de España en el Reino Unido.
Los firmantes consideramos sumamente grave la postura expresada en días pasados por la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, referente al gran interés del gobierno de España en la iniciativa de reforma energética presentada por el Ejecutivo mexicano al Congreso de la Unión.
Dicha iniciativa ha sido ampliamente discutida en foros del Senado y la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otros, y destacados constitucionalistas han manifestado que presenta graves deficiencias de constitucionalidad, al proponer modificaciones a leyes orgánicas y reglamentarias que se encuentran subordinadas a la Constitución y que contradicen lo determinado por la misma.
La propuesta de reforma energética presentada por Felipe Calderón Hinojosa se contrapone con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que el Estado ostenta el principio de exclusividad en el manejo de los recursos petroleros y existe la prohibición expresa de otorgar concesiones y contratos a particulares (nacionales o extranjeros). El artículo 27 de la Constitución párrafo cuarto señala que: “Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como… los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos…” Y en su párrafo sexto que: “En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible”.
Por lo anteriormente mencionado, exhortamos al gobierno español a mantenerse al margen de emitir opiniones en asuntos que son de competencia exclusiva de los mexicanos, como es la decisión de reformar a Petróleos Mexicanos. Más aún, lo exhortamos a no apoyar iniciativas que incurren en propuestas que violentan la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que no sólo demuestra desconocimiento de las leyes de otras naciones, sino que es una intromisión en nuestra soberanía. Hace más de un siglo el Benemérito de las Américas, Benito Juárez, dijo: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. Exigimos que el gobierno español respete este principio tan fundamental.
Firman la carta: Mónica Adriana García Solache, Universidad de Cambrige; Fausto Arellano Carvajal, Kings College, Londres; Karina Acevedo Whitehouse, Instituto de Zoología, Londres; Marco Antonio Briones-Orta, Cancer Research, Londres; Ruth Cerezo Mota, Universidad de Oxford; Juan Carlos Barrón Pastor, Universidad de East Anglia; Leticia Ortega Maníes, Universidad de Manchester; Mabel Encinas, Instituto de Educación, Universidad de Londres; Dagoberto Alvarado Aguilar, UPC, Barcelona; Citlali Vázquez Echeverría, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona; Maria Guadalupe Ramírez Vargas, EPM S.L., Barcelona; Emmanuel González Ortega y Jesús González Contreras, Universidad de Barcelona; Javier Serrano, Fundació La Caixa; y Amanda Hernández Pérez y Nalliely Hernández Cornejo, de la Universidad Complutense de Madrid. También avalan el mensaje profesionistas residentes en México.
e@Vox Populi
Asunto: ¡me acaban de asaltar!
El domingo, alrededor de las 11 de la noche, fui asaltado en una pesera que corre del Metro 18 a Acueducto Guadalupe y Santa Cecilia por tres jóvenes menores de 20 años. Uno de ellos sacó una pistola tipo escuadra, cortó cartucho y, dirigiéndose a todos los pasajeros y en especial a mí, pues me interceptó cuando iba bajando, gritó: “¡ora si cabrones, ya se los cargó la chingada, suelten todo lo que traigan!” Algunos pasajeros, desvalijados, bajaron despavoridos; tal vez serán los protagonistas de la nota roja de mañana. Se entremezclan sentimientos de miedo, impotencia, coraje y vergüenza. Tengo mucho temor no por mí sino por mis hijas, que utilizan este tipo de transporte al igual que yo. Si me hubieran matado, seguramente ni Calderón ni Ebrard irían a mi velorio. Es una pena lo que le pasó al hijo del señor Martí, pero es más triste que en este país de circo, maroma y teatro, totalmente guanajuatizado, la vida de un profesor, ama de casa, obrero o estudiante, no valga nada. Si Calderón y Ebrard no pueden con el paquete, se vale dar un paso lateral y dejar el poder a quien sí pueda. Estoy harto de la sonrisa de Calderón, que pareciera decir: “conmigo se chingan”, pero no hace nada mientras que el país está fuera de control. ¿Qué tenemos que andar armados todos?
Roberto Reyes/Distrito Federal
roreyesg@yahoo.com.mx
R: Saliste ileso, tienes a tus hijas, no desdeñes tu buena suerte. Estoy seguro que en este momento la familia Martí daría toda su fortuna por la vida de su hijo, no sólo el dinero que el ‘negociador privado’ estuvo regateando a los plagiarios, según reportes de prensa. ¿De qué diantres le sirve la patética presencia de Calderón en la misa? Siempre omito los buzones de las personas que me escriben, esta vez publico el tuyo. Vas a recibir muchos mensajes de solidaridad que te harán sentirte reconfortado.
Evo Morales seguirá en el poder
■ Evo Morales, ratificado en el referendo boliviano
■ El fantasma del golpismo permanece
Miles de simpatizantes salieron a las calles de La Paz para celebrar que el presidente boliviano y el vicepresidente Álvaro García fueron ratificados en su cargos tras celebrarse el referendo revocatorio. De acuerdo con conteos rápidos, 62 por ciento votaron por el sí. Tras conocer los resultados, el mandatario llamo a la unidad del país mediante el diálogo y dijo que "lo que el pueblo ha expresado con su sufragio es para consolidar el proceso de cambio". Sostuvo que seguirá con la recuperación de los recursos naturales y la consolidación de las empresas del Estado Foto Reuters
Una aymara participa en Walata Chico, norte de La Paz, en el referendo revocatorio de Bolivia, en el que el presidente Evo Morales fue ratificado con 62 por ciento de la votación

Por arrasadora mayoría (de 60 a 62 por ciento de los votos), Evo Morales fue ratificado por los bolivianos en la presidencia de aquella nación. Junto al líder indígena, el vicepresidente Álvaro García Linera fue confirmado en su cargo, mientras cuando menos tres prefectos (una suerte de gobernadores) deberán hacer maletas y dejar los cargos públicos que el pueblo no quiso refrendarles.
De acuerdo con información preliminar, en la jornada de ayer Evo Morales obtuvo una votación incluso mayor a la que registró (53.7 por ciento) en las elecciones presidenciales de diciembre de 2005, por medio de las cuales llegó al Palacio Quemado.
Los resultados preliminares del llamado referendo revocatorio realizado ayer en todo el territorio boliviano confirman el holgado apoyo popular con el que cuenta el líder indígena. Sin embargo, la copiosa votación a su favor no aleja al fantasma golpista que deambula por la realidad boliviana. Por el contrario, lo fortalece, toda vez que la oligarquía golpista seguirá maniobrando, junto con los “amigos” de la Casa Blanca, en contra del gobierno popular.
Paralela a la ratificación de Evo como presidente de Bolivia, los primeros resultados del referendo de ayer parecen confirmar la estancia en sus cargos de los prefectos integrantes de la llamada “media luna”, o lo que es lo mismo, las cabezas visibles de la oligarquía golpista de aquella nación, a saber: Rubén Costas (Santa Cruz), Ernesto Suárez (Beni) y Mario Cossío (Tarija), a la vez “representantes” del movimiento secesionista que se reporta en aquella entidades, las más ricas de la nación sudamericana, y promotores de la “segunda república” (para ellos las ganancias, para el resto la miseria).
Entre otras gracias, esta cuarteta promotora del golpismo forma parte de los grupos de poder que ferozmente se opusieron a la nacionalización de los hidrocarburos, decretada por Evo Morales, los mismos que con una sonrisa aceptaron que las trasnacionales no sólo se quedaran con la riqueza hidrocarburífera boliviana, sino que aplaudían que esas empresas se quedarán con más de 82 por ciento de la renta derivada de esa actividad, mientras el Estado sólo recibía migajas, si es que eso sucedía.
Nacionalizada una de las principales riquezas económicas de Bolivia, la oligarquía de aquella nación, a la que sirven los prefectos ratificados, exigen regalías por “derechos sobre los hidrocarburos”, luego de que defendieron a las trasnacionales y aplaudieron la masacre que con tal fin ordenó en 2003 el “presidente” Gonzalo Sánchez de Lozada, mejor conocido como El Gringo.
Analistas bolivianos recuerdan que los citados prefectos formaron parte del grupo empresarial que intentó fallidamente evitar la nacionalización de los hidrocarburos. “Después de los primeros cinco meses de gobierno de Evo Morales se nacionalizaron los hidrocarburos para el Estado boliviano y mejoró los nuevos precios de exportación a Brasil y Argentina, logrando que en dos años y medio Bolivia reciba por exportación de hidrocarburos miles de millones de dólares que se han destinado al fortalecimiento de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), infraestructura, fomento a la producción agrícola y políticas sociales que benefician a los niños y los adultos mayores de 60 años. Las prefecturas, municipios y universidades del territorio nacional reciben ahora más de 3 mil 900 millones de bolivianos, gracias a la nacionalización de los hidrocarburos.”
La Agencia Boliviana de Información reportó, al filo de las 19 horas de México, que el presidente Evo Morales “fue ratificado con 62 por ciento en el referendo de mandato popular de hoy, y además subió en ocho puntos porcentuales su votación respecto a las elecciones del 18 de diciembre de 2005, cuando obtuvo 53.7 por ciento de los votos. Sobre 87 por ciento de la votación, la Red ATB proyecta 62 por ciento de votos a favor de la ratificación del presidente Morales y el vicepresidente Alvaro García Linera y también son ratificados cinco prefectos y tres son revocados. Son revocados los prefectos de La Paz, Luis Paredes; Manfred Reyes Villa, de Cochabamba, y aún está en duda la situación de los prefectos de Oruro, Luis Alberto Aguilar, y Leopoldo Fernández, de Pando. Contra todas las proyecciones de analistas que aseguraban que el presidente Evo Morales sólo repetiría su votación de 2005, las encuestas indican que el mandatario boliviano cuando menos incrementó su votación en ocho puntos porcentuales”.
Evo Morales ha sido ratificado en su cargo por decisión de los bolivianos, lo que amplía su margen de maniobra, pero al mismo tiempo las principales cabezas visibles del golpismo en aquella nación parecen reportar el mismo resultado, lo que de ninguna forma destraba el apretado nudo que reporta Bolivia. De hecho, originalmente los golpistas supusieron que con el referendo revocatorio por ellos promovido el que tendría que hacer maletas, y rápido, sería Evo, pero cuando registraron que eran ellos quienes corrían el riesgo, intentaron recular, sin resultados.
Por el contrario, el propio Evo llamó a la población a participar en el referendo, y lo convocó a “no boicotearlo ni sabotearlo, pues por este medio el pueblo decidirá con su voto qué autoridad presta un servicio al pueblo boliviano y cuál no… las transformaciones profundas no sólo dependen de un presidente o un equipo de ministros, sino de la voluntad política de todos y cada uno de los bolivianos y de sus instituciones”.
El problema, pues, allí está y dependerá de la habilidad política del líder indígena y de la fortaleza popular, porque desde semanas atrás el quid ya no era la realización o no del referendo, sino la decidida organización del golpe de Estado. Como bien lo advirtió el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, “la estrategia ya no es frenar el referendo revocatorio, sino derrocar al presidente de la república y desplomar el orden democrático… Los recientes acontecimientos en Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija, con el uso de recursos de las prefecturas para movilizar a grupos de personas que protagonizan hechos de violencia, constituyen el preludio del golpe; es lo mismo que ocurría en los golpes de Estado de los años 80”.
Las rebanadas del pastel
Asegura la Secretaría de Hacienda que “el proceso de apertura de la economía se ha traducido en una reducción considerable de la pobreza en todas sus acepciones y en una mejora en la distribución del ingreso”. Tiene razón, y la mejor muestra son los 80 millones de mexicanos pobres y los 10 ricos de Forbes.

México SA
Carlos Fernández-Vega cfvmx@yahoo.com.mxcfv@prodigy.net.mx
■ Estamentos
■ De primera y de quinta
■ Empresarios al ataque

LEVANTADO EN TIJUANA. En Baja California, Fernando Ocegueda Ruelas (ángulo inferior izquierdo, con traje y corbata) fue golpeado frente a familiares y secuestrado en la vía pública por elementos del crimen organizado que lo confundieron con uno de sus hermanos, de quien pretendían vengarse por haberlos enfrentado en una fiesta Foto: Alfredo Sánchez Ortíz

Oficialmente ya hay mexicanos de primera y de quinta. A unos se les privilegia con sentidas expresiones de condolencia desde Los Pinos y Bucareli y a otros se les relega al más común de los silencios y al desentendimiento institucional.
Al muy criticado oportunismo declarativo y propositivo (la demagógica cárcel vitalicia) del ocupante de Los Pinos se sumó en estos días el clasismo funerario y políticamente exculpatorio del funcionario Mouriño, que se permitió adelantarse a las indagaciones judiciales de lo sucedido el pasado jueves en Culiacán y privilegió las hipótesis menos oscuras. Resulta que Marco Iván del Rincón Jarero apareció muerto el pasado jueves en su auto, estacionado a unos metros de una unidad habitacional militar, con un letrero que decía “Por quedar mal, pinche Jorgito, faltan 7 zetas, zzz”.
La referencia parecería destinada a Jorge del Rincón Bernal (panista histórico de Sinaloa, que fue tío e iniciador político de Manuel J. Clouthier) y a sus siete hijos restantes. Hay quienes suponen que la colocación de ese mensaje es una maniobra de distracción con la que se quiere inocular el expediente con el virus paralizante llamado narcotráfico (que, aplicado a miles de casos sucedidos a mexicanos de quinta a lo largo del calderonismo, constituye una virtual sentencia instantánea de culpabilidad que hace que las autoridades anexen esos crímenes a la lista de asuntos por olvidar). Pero existen indicios que abonan la suposición de la procuraduría estatal de justicia de que habría sido una ejecución “por venganza”. Sin que se haya esclarecido nada, y a riesgo de que el crimen tenga connotaciones menos heroicas, “el gobierno federal” expresó condolencias oficiales al señor Del Rincón, el licenciado Calderón prometió a la familia Clouthier que el asesinato no quedará sin castigo y el gobierno estatal nombró a su director de averiguaciones previas fiscal especial para atender el caso.
La destacada pertenencia al sector empresarial de los dos padres de hijos recientemente asesinados ha movido los mecanismos de acomedimiento político selectivo del poder calderonizado, pero también ha servido para avivar los deseos de participación política explícita de ese mismo segmento de elite. La sangre múltiple derramada a lo largo del país, y las muestras de bestial violencia que ya son noticia cotidiana, no habían provocado en el ámbito de los capitanes de empresa la indignación y el deseo de expresión política que sí han generado las muertes de personas cercanas a ellos.
El interés político militante de los timoneles del sector privado (han publicado manifiestos, mantienen una campaña mediática de indignación focalizada y han lanzado con fines exploratorios la idea de hacer una gran marcha) coincide con los tiempos en que el segmento social defensor del petróleo como bien público habrá de entrar en la anunciada fase de resistencia civil a que encaminan los acomodos de líderes formales tripartidistas que parecen totalmente decididos a transitar el sendero institucional de la aprobación de las maquilladas propuestas privatizadoras hechas por el calderonismo.
Aún cuando no sea ésa la intención, los ánimos manifestantes de ambos segmentos permiten confrontar diagnósticos y recetarios. Los grandes beneficiarios económicos de un régimen injusto pretenden organizar manifestaciones y ganar presencia política para que sea restituida una paz pública que les preocupa cuando es rota en sus cotos pero no cuando se van creando socialmente las condiciones de esos estallidos y rupturas (mucho menos si esas condiciones les producen “legítimas” ganancias, como si la extrema concentración de la riqueza –que en México se asocia en gran medida a la corrupción– no fuera también un secuestro y un asesinato de las expectativas de desarrollo de las grandes mayorías empobrecidas y sin futuro). Quienes están dispuestos a resistir al extremo pacífico el intento de nuevo saqueo en puerta, el de los recursos petroleros, saben que las historias de “éxitos” empresariales que se pretende tejer a partir de la mayor privatización del petróleo mexicano (el estilo Mouriño, pero a lo grande) significarán el ahondamiento de la división social en el país, la consolidación de los estamentos que clasifican a los mexicanos en primera o quinta clase, el abandono criminal de lo que queda de políticas sociales y la conversión de la convivencia colectiva en una selva en la que los poderosos redoblarán agresivamente sus mecanismos de defensa, mientras el resto de los pobladores deberán arreglárselas como puedan.
La organización empresarial de la protesta masiva por la inseguridad pública podría ayudar a que los medios de comunicación comprometidos con la privatización del petróleo tengan material para colocar ese esfuerzo “sano” y “plausible” de la sociedad, “sin distingos de partidos”, unidos todos por el genuino y desinteresado amor por México (¡oh, sí!) frente a la información derivada de los actos de protesta, malvados y antipatrióticos, del izquierdismo violento y fraudulento y su mesías ambicioso (¡oh, no!). Pero es posible que las tretas y las maniobras estén llegando tarde, pues la suerte principal del tema petrolero está echada y, como nunca antes, frente a las pretensiones de resolver “institucionalmente” el diferendo básico sobre el petróleo hay una fuerza social organizada durante largos meses y lista para oponerse activamente a las previsibles decisiones de la nomenclatura legislativa federal.
Astillas
La CNDH podría haber comenzado muchos años atrás su “reingeniería institucional” con ella misma, dejando de ser un instrumento de mediatización y convalidación… Por lo pronto, el Opus Dei de Soberanes y la Nueva Izquierda de Zavaleta (con Creel a un ladito) proponen acuerdos de Estado y pactos nacionales contra la inseguridad…Y, mientras el cardenal Rivera llama a no dejar que la barca de su iglesia se hunda, a pesar de las aves de mal agüero (¿como la pederastia clerical tolerada y protegida?), ¡hasta mañana, con Evo Morales confirmado en el cargo, luego de un referendo revocatorio al que hay mexicanos que no se atreverían a someterse!
Astillero
Julio Hernández López Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
■ En lo que va del año, 410 personas han sido privadas de su libertad tan sólo en tres estados

Levantones, secuestros sin negociación que generalmente terminan en asesinato

■ Chihuahua, BC y Durango, los estados donde más se da este delito; venganzas, móvil principal

Los levantones son una variante del secuestro cada vez más frecuente en el norte del país y en otras regiones donde las bandas del crimen organizado tienen mayor presencia. A diferencia de quienes son privados de su libertad en demanda de un rescate, los levantados saben que no hay negociación y que seguramente serán torturados, mutilados e incluso asesinados.
En lo que va del año, 410 personas han sido levantadas en Chihuahua, Baja California y Durango, y las cifras muestran una tendencia al alza.
En Chihuahua, los levantones son una de tantas estadísticas negras, sin embargo, se calcula que al menos 40 por ciento de las personas ejecutadas por el crimen organizado, cuyos cadáveres aparecen en fosas clandestinas, encobijadas, calcinadas o en tambos llenos de cemento o ácido, fueron secuestradas de esta forma.
Este año se han cometido en la entidad chihuahuense más de 740 ejecuciones atribuidas al crimen organizado. De esta cifra, por lo menos 300 de las víctimas fueron levantadas y la mayoría de los cadáveres aparecieron con disparos de grueso calibre y huellas de tortura.
Pero los levantones no son una práctica nueva en Chihuahua. La Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos (Afadem), de Ciudad Juárez, calcula que en los 15 años recientes alrededor de 850 personas han sido secuestradas sin demanda de rescate.
Entre las víctimas hay mujeres y hombres, policías activos y retirados, empresarios, abogados, campesinos, 34 ciudadanos estadunidenses y 14 activistas políticos capturados a finales de los años 70.
El presidente de la asociación, Ernesto Ontiveros Godínez, padre del teniente del Ejército Mexicano Víctor Hugo Ontiveros Gómez, desaparecido el 2 de septiembre de 1996, dice que Chihuahua ocupa el segundo lugar nacional en desapariciones, después de Guerrero.
“En Guerrero, el pretexto para desaparecer personas fue la guerrilla de Lucio Cabañas”, y en Ciudad Juárez “se dice que son parte de los cárteles de la droga, pero la forma de actuar es la misma: grupos aparentemente policiacos levantan a la gente y nadie investiga. Esos escuadrones de la muerte actúan con total impunidad”.
El diputado local Víctor Quintana, del Partido de la Revolución Democrática, señaló que los levantones son una de las prácticas “más perversas”, no sólo de la delincuencia organizada, sino también de algunos policías, pues “se prestan a venganzas, a operaciones sucias de cuerpos policiacos. Ante esto no hay una acción clara y eficaz de los gobiernos. Ni siquiera se conceptualiza. Los levantones son más terribles que cualquier otro tipo de secuestro, porque cuando hay una demanda económica las familias al menos saben que las víctimas están vivas”.
El también presidente de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso de Chihuahua consideró que debe elaborarse un tipo penal específico para los levantones y diseñar estrategias para combatirlos.
A su vez, el empresario y activista estadunidense Jaime Hervella, fundador de la Asociación de Familiares de Personas Desaparecidas, ejemplifica la confusión que generan los levantones en estados donde los cárteles de la droga se disputan el control.
En 1993, relató, en Ciudad Juárez comenzó a elaborarse una lista de levantados. Para finales de 1998 se habían contabilizado 196. Los activistas dejaron de hacer esta labor debido al miedo de los familiares de las víctimas a ofrecer datos. Además, con frecuencia aparecían cadáveres y no había información oficial para corroborar que se trataba de los desaparecidos.
Sin embargo, gracias a los datos proporcionados por diversos informantes fue posible localizar fosas clandestinas donde se encontraron 46 cuerpos. Éste fue uno de los primeros escándalos mundiales sobre la acción del crimen organizado en México.
El involucramiento de policías inhibe denuncias
Por su parte, la Procuraduría General de Justicia de Baja California informó que este año se han reportado 85 levantones relacionados con ajustes de cuentas e incumplimiento de pagos por “derecho de piso” para actividades delictivas.
Estos levantones generalmente no se denuncian por temor a represalias o por desconfianza, pues existen evidencias sobre la participación de policías estatales, federales y municipales en estos ilícitos, cuyo número crece cotidianamente, principalmente en Tijuana y Mexicali.
Las autoridades estatales registraron 128 casos de privación ilegal de la libertad de enero a julio, de los cuales 43 fueron secuestros. El Congreso de Baja California analiza desde mayo una reforma constitucional, propuesta por legisladores priístas, para aplicar la pena de cadena perpetua a quienes priven de la libertad a menores, mujeres y adultos mayores.
Hora, lugar y compañía equivocados
Casi todos los levantones son cometidos por grupos ligados al crimen organizado, señala el fiscal especial para la Investigación de Personas Desaparecidas en Baja California, Héctor Grijalva, quien aclaró que no todas las víctimas están relacionadas con actividades delictivas. Algunas simplemente estaban en el lugar, la hora y la compañía equivocados.
Creada hace un mes, esta fiscalía ha recibido 119 expedientes de personas desaparecidas, de entre 20 y 28 años de edad. Tijuana es la ciudad con más reportes. En 2001 se formó la Asociación Esperanza contra la Desaparición Forzada de Personas y la Impunidad, que ha documentado mil 500 casos.
Aunque la presión social obligó al gobierno De Baja California a crear una fiscalía especial, falta diseñar mecanismos para que esa organización trabaje con la procuraduría del estado, sostuvo el asesor jurídico del organismo civil, Miguel Angel Leyva García.
Los activistas afirman que desde 2007 se ha registrado, en promedio, al menos una desaparición forzada en esta entidad.
El abogado destacó que además de los levantones del crimen organizado están los “institucionales”, relacionados con la corrupción y la impunidad en las corporaciones policiacas.
Durango supera cifras
La Dirección Estatal de Investigaciones (DEI) de Durango informó que este año se han denunciado 18 levantones, en los que han desaparecido 25 personas, entre ellas tres policías.
El más reciente fue perpetrado entre el 28 y el 30 de julio, cuando dos hombres –uno procedente de Estados Unidos– fueron privados de su libertad al acudir a una fiesta de 15 años.
En 2006 hubo cinco levantados en dos hechos distintos. Tres de las víctimas aparecieron muertas semanas más tarde. Durante 2007 se cometieron 14 levantones, en los que desaparecieron 25 personas, por lo que se da por hecho que la cifra de este año será mayor.
(Rubén Villalpando, Miroslava Breach, Antonio Heras y Saúl Maldonado)

Juventud y delincuencia

El repunte en las manifestaciones de violencia y criminalidad en el país, que al día de hoy mantiene a la sociedad en su conjunto estremecida, conmocionada y temerosa de salir a la calle, responde a un entorno social sumamente complejo y hostil, en el que es palpable, a la par del incremento en los índices delictivos, la catástrofe en las condiciones de vida de la población en general y en particular de sus franjas más vulnerables. Tal es el caso de los jóvenes, sector que ha padecido con especial crudeza las consecuencias de los desvaríos sociales y económicos de las últimas décadas.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 40 por ciento de los presuntos delincuentes del fuero federal y 59 por ciento de los del fuero común son jóvenes entre 15 y 29 años, mientras que la segunda causa de muerte entre los varones de esas edades son las lesiones relacionadas con la violencia.
Estos datos plantean la radiografía de una realidad vinculada con la ausencia de oportunidades de desarrollo para la juventud de este país, cuyo trasfondo es la ruptura del entramado social, las condiciones de vida deplorables para la mayoría de la población, las insuficiencias del sistema educativo, la falta de empleo y la persistencia de un modelo económico que ha cancelado las perspectivas de movilidad social.
La nación ha asistido, a lo largo de las dos décadas de dominio de la tecnocracia neoliberal, a un derrumbe sostenido de los ciclos de educación básica a cargo del Estado. Las restricciones presupuestarias impuestas y la entrega de los sistemas públicos de enseñanza básica a mafias sindicales corruptas y antidemocráticas han derivado en un desastre que se percibe tanto en la insuficiente atención a este derecho –casi un tercio de los jóvenes no han logrado concluir su educación básica— como en el rechazo de decenas de miles de aspirantes a ingresar en los centros de educación superior del Estado. Para colmo de males, la formación académica ha dejado de representar una garantía para los jóvenes mexicanos: así lo reflejan datos difundidos el año pasado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en el sentido de que cada año abandonan el país cerca de 225 mil de los jóvenes más preparados, con la esperanza de “conseguir en otros lugares buena educación, servicios de salud adecuados y empleos dignos”.
A su vez, la política económica que las administraciones federales han seguido en las últimas dos décadas ha heredado a las nuevas generaciones una nación en la que las oportunidades laborales se limitan cada vez más al sector informal, donde más de la mitad de los jóvenes mexicanos tienen su primer empleo; adicionalmente, los que logran incorporarse al sector formal lo hacen en trabajos mal pagados, inciertos y carentes de horizontes de superación. Fuera de ello, las opciones parecen reducirse a la emigración nacional y —sobre todo— internacional o, como puede verse, a unirse a las filas de la delincuencia y el crimen organizado.
Desde distintos sectores de la sociedad se ha realizado un llamado a las autoridades para poner fin a la cadena de delitos que se han sucedido en los meses y años recientes. Se ha reiterado, asimismo, que para combatir efectivamente ese fenómeno es necesario atacar sus causas institucionales, sociales y económicas. En un país en el que más de un cuarto de la población nacional está constituida por jóvenes entre 15 y 29 años, es obligatorio que tales demandas incluyan mejoras perceptibles en las condiciones de vida de ese segmento, a fin de que se diversifique y amplíe su abanico de opciones de vida más allá de la marginación, el atropello, la violencia y la delincuencia.

Simple matemática emocional


Michel Balivo

(Criaturas del amor)

Un amigo europeo me pidió que escribiera un artículo para revolucionarios en vacaciones, si no les gusta ya saben a quien culpar. Cuando en Venezuela y Latinoamérica los pueblos invocan la unidad, actualizando en consecuencia a los demonios de la incomprensión y la separatividad acumulada históricamente, es momento de hacer matemáticas emocionales.
La fuerza gravitatoria nos exige fuerza interna, voluntad, esfuerzo muscular para mover nuestro cuerpo en el espacio, en el mundo. Para levantar y transportar un peso, para revolucionar una nave espacial al punto de que despegue de la superficie terrestre, e incluso hienda la inercia atmosférica penetrando el espacio interestelar.
Espacio interestelar donde el autoimpulso voluntario ya no experimenta resistencia, convirtiéndose verdaderamente en libre elección de alternativas, en decisión de la dirección y velocidad a que la vida quiere y puede expresarse.
Tal vez un día no muy lejano lleguemos a la conclusión, a caer en cuenta maravillados, sorprendidos, de que esa inercia o resistencia que cada uno de nuestros actos debe vencer, superar para expresarse, es nada más ni nada menos que una inercia o tropismo global anímico, emocional.
Puede sonar a quijotesca locura esta alternativa, porque estamos habituados a interpretar la fuerza o energía emocional como algo muy íntimo, privado, en muchos casos totalmente alienado de su entorno natural y hasta social. Además, es un artículo de vacaciones.
A nuestra mentalidad moderna los reinos naturales, incluidos el físico-químico-electromagnético, no parecen disponer de capacidad de respuesta emocional, y muchas veces grandes conjuntos humanos parecen tampoco disponer o haber perdido esa sensibilidad.
Sin embargo, somos función del ecosistema, y si esa fuerza anímica es nuestro poderoso motor, no parece sensato que porque no estemos en capacidad de medir esa expresividad en la externalidad, simple y livianamente consideremos insensible y estúpido todo lo que no es humano. Cuando la experiencia cotidiana misma con mascotas y plantas señala lo contrario.
Escuchaba justamente en una reunión bilateral de acuerdos, entre los gobiernos argentino y venezolano con los empresarios argentinos, las sensaciones que se generan en quienes participan activamente de la apertura de estas relaciones de concepción e implementación de 200 empresas sociales, para poner en marcha diferentes zonas muy pobremente o nada desarrolladas de Venezuela.
Comentaban que solo un año atrás era fuerte el escepticismo y la resistencia general, tanto en lo público como en lo privado, a este tipo de colaboración considerada una riesgosa aventura. Y sin embargo, hoy ya son cerca de cuarenta las empresas sociales listas en todos sus requisitos para iniciarse y que inclusive han comenzado ya los movimientos de tierra in situ.
Eso implica cientos de profesionales, técnicos y empresarios, embajadores y funcionarios públicos movilizándose entre ambos países y recorriéndolos de punta a punta. Incluso se están preparando en Argentina los técnicos venezolanos que se irán haciendo cargo de las fábricas, industrias, etc., de la transferencia de tecnología en los campos agrícola pecuario e industrial.
Como contraparte, los emisarios argentinos han conocido la experiencia de los NUDE venezolanos, (Núcleos de Desarrollo Endógeno). La están complementando con su propia experiencia y conocimiento y la trasladarán conjuntamente con Venezuela al norte argentino, a Bolivia y Paraguay.
Si hace solo un año este era un improbable sueño y a muy breve plazo estará beneficiando a decenas de miles de familias de nuestro continente, tan excluidas de un modelo de desarrollo centenario que ni siquiera se enteraron que la revolución económica y cultural ha transformado la faz del mundo en las últimas décadas, entonces algo está pasando.
¿Cuándo hubo relaciones entre Argentina y Venezuela, entre el Caribe y el Río de la Plata? Tal vez se remonten al abrazo en Guayaquil entre los libertadores San Martín y Bolívar. Pero de allí en adelante pareciera que surgió un muro que abismó y partió en pedazos a Latinoamérica.
Y no hay modo de que podamos sentir y medir la magnitud de lo que está sucediendo sin conocer la historia, sin darnos cuenta que estamos retomando una dirección, una idea-fuerza de unidad y solidaridad continental que puso en ebullición nuestro continente, que se sembró y regó con el esfuerzo de toda una vida y la sangre de aquellos grandes hombres.
Grandes y nobles hombres que trascendieron sus intereses personales tras el sueño de legar un mejor mundo a las futuras generaciones, pagando por ello el precio de morir enfermos, expatriados, abandonados, traicionados. Pero no en vano, porque ningún elevado sentimiento o voluntad que impulsa a la generosa acción muere jamás, como hoy que reverdece ese tronco de profundas raíces podemos una vez más comprobar.
Y si esas profundas raíces enterradas en la conciencia colectiva de la humanidad reverdecen, si una vieja-nueva sensibilidad sopla como fresca brisa que se convierte en viento y huracán. Si esa nueva sensibilidad se convierte en tímida primero y poderosa voluntad luego, para hacer estallar en pedazos los también invisibles muros y fronteras que nos separaban.
Si el escepticismo se convierte en esperanza, entusiasmo, febril actividad que atraviesa y siembra de punta a punta el continente, trayéndolo desde el olvido y la inexistencia de nuevo a la vida. Si la fuerza anímica encerrada en la siquis colectiva se abre camino y el mundo le cede paso obediente. ¿No es ley física acaso que a cada fuerza corresponde una contrafuerza, una resistencia de la misma naturaleza pero de opuesta carga?
Y si hablamos de humanismo, de humanizar el mundo como contraposición a la barbarie, ¿no estamos implicando que la sensibilidad humana ha de abrirse camino en ese mundo que considera y siente estúpido e insensible, estableciendo nuevas relaciones con todo el ecosistema? Esa ya no es una idea romántica, esotérica, trasnochada, poética.
No es ya lo que nuestra racionalidad considera una superstición de los habitantes originarios de nuestra América, como la Pacha Mama. Es una exigencia de sobrevivencia ante las consecuencias de un modelo limitado e ignorante, que considerando su entorno insensible lo trató como una cosa, demostrando su propia insensiblidad, enajenación.
Y si vamos más allá, si ampliamos la mirada a lo global o planetario, a la crisis alimentaria, energética, económica, ambiental, que hoy enfrentamos, ¿no es en el fondo una crisis moral e ideológica? ¿No son nuestros hábitos y creencias, nuestros modelos de vida los que colapsan?
Y si no es así, ¿por qué reflotan y se intensifican las diferentes creencias religiosas y culturales que según muchos intelectuales son el opio de los pueblos y quedarían atrás gracias a la ciencia? ¿Por qué sucede lo mismo con el alcoholismo, las drogas, la delincuencia, la violencia en todas sus manifestaciones discriminatorias, con las fobias de todo tipo?
¿Por qué la historia, el tiempo gira sobre si mismo, las grandes ideas-fuerza son retomadas como fresca brisa a respirar en medio de malolientes aguas estancadas, que ya nos llegan a la nariz? Y una vez más, ¿por qué la mecha de la integración y solidaridad continental se enciende e incendia la conciencia colectiva sin respetar fronteras, muros, alambradas?
Yo encuentro una respuesta simple en mi experiencia de vida. Las emociones negativas, depresivas, contraen, ensimisman y alienan la conciencia en sus temerosos y afiebrados sueños, deseos. Paralizan la creatividad, la actividad, enferman los cuerpos, las siquis, las familias y las sociedades.
Como si tuviesen otro lado a dónde ir atacan, depredan, destruyen el ecosistema que posibilita y sostiene la vida, que es su hábitat, su hogar, tratándolo como si fuera su peor, su más temido y odiado enemigo. ¿Dónde están entonces esas fronteras, esos abismos entre la interioridad y la externalidad que nos llevan a tan afiebrados, alienados sueños y destructivas conductas?
Cuando presencio, siento y veo la esperanza renacer, el entusiasmo y la alegría recorrer nuevamente la apatía de las calles, la solidaridad venciendo el escepticismo para convertirse en recuerdo y voluntad inclusiva, de servicio a los excluidos y silenciados, inexistentes de siempre, no me queda duda de que los abismos son oscuridad, inercia, resistencia emocional.
Hace mucho tiempo que la imaginería, la poesía popular habla del alma de los pueblos. A algunos les robaron su alma, su historia, su libertad de elegir como vivir, los enseñaron a temer, a despreciarse a si mismos, a admirar, esperar y desesperar todo de otros. De otros dicen que le vendieron su alma eterna al diablo a cambio de bienes perecederos.
Es decir, vendieron su heredad humana por un plato de comida caliente, por espejitos de colores, agua de fuego y palos de trueno, comprando en su ignorancia la esclavitud y la muerte. Eso puede parecer muy poético aún para muchos. Pero no solo Argentina une sus fuerzas, sus capacidades a Venezuela. Brasil instaló también oficinas de sus dos instituciones estatales para el desarrollo del agro y la industria.
Un resultado concreto de ello es que envió la semilla de soya, la maquinaria, la tecnología, los técnicos, y Venezuela aumentó hoy 200% su producción. Hace solo dos semanas los presidentes de Brasil y Venezuela se reunieron en Bolivia con su presidente y pusieron la piedra fundamental para una carretera que los unirá, además de procesadoras de leche y maíz.
Lo mismo hicieron los presidentes de Nicaragua y Venezuela en Ecuador con una refinadora de petróleo y tratados de planificación conjunta de alimentos. Ahora mismo me entero que la presidenta de Argentina y el de Venezuela que iban a encontrarse en Tarija, Bolivia, con Evo Morales, tuvieron que suspender su viaje por manifestaciones violentas.
Súmenle el Alba con seis países integrantes, Petrocaribe con 19 integrantes ya. Agreguen a China, Irán, Rusia, Bielorrusia que intensifican su participación e inversiones estratégicas en Latinoamérica. Tomen nota de que solo en EEUU, desde enero ha cerrado un banco por mes. Entonces comprenderán el por qué del desespero emocional de los que aún no aprendieron a esperar.
A mi todo eso, aunque no deje de ser poesía para el alma desesperanzada, no me suena a romanticismo poético solamente. Si tomamos la bandera de la Misión Milagro y Yo si puedo, que recorre el continente y el mundo, más bien se parece a una avanzada que precede la procesión y éxodo solidario de los pueblos americanos.
Tal vez al sueño de la nueva tierra y el nuevo hombre que recorre la historia desde el Abraham bíblico hasta Colón, que crea y espera las condiciones apropiadas para venir a ser desde el mundo de los sueños hacia el de las simples penas y alegrías de todos y cada día.
En fin, por mucho que discurramos, por muchos ejemplos que demos, no hay modos de persuadirnos solo por el camino abstracto del debate racional, ideológico. Sin embargo, todo esto está sucediendo ante nuestras miradas, y si no podemos creer en la dirección de hechos que acontece crecientemente y presenciamos, algo ha de suceder, algo ha de interponerse entre ellos y nuestra interioridad.
¿Y qué más puede ser ese escepticismo, esa hipocresía o incoherencia entre lo que nos sucede y sentimos al respecto, que el modelo cultural y económico que hasta estas circunstancias nos ha traído, cuya inercia aún arrastramos y nos sugestiona poderosamente? El mundo puede cambiar ante nuestras narices, el mismo Dios puede presentarse de modo deslumbrante.
Pero si la inercia de nuestros hábitos y creencias proyectan nuestra atención, nuestras miradas a lejanos horizontes y expectativas, no podremos verlo ni mucho menos vivirlo. Todo lo que no esperamos nos sorprende, asusta, confunde y prende nuestras alarmas y resistencias. Pero no por ello deja de suceder, transformar el mundo y volver obsoleta nuestra operativa.
Lo más paradójico de todo es que mucho de eso que sucede, tal vez todo, es la resultante acumulativa o histórica de nuestras concepciones y direcciones de acción. ¿Qué otra cosa es nuestra sofisticada y poderosa tecnología y las intenciones que le dan dirección de uso?
Pero creíamos caminar hacia la imposición de nuestros sueños y paisajes íntimos al mundo, a los demás, y terminó sucediendo que condujimos al mundo hacia situaciones críticas. El ecosistema, la existencia toda reacciona acelerándose, intensificándose ante tales umbrales de tolerancia y renace la solidaridad superando al temor y la dependencia sicológica infantil.
Puede ser que entre el arrastre, la inercia del modelo cultural y lo sorprendente de los acontecimientos para nuestras erróneas, ignorantes, ilusorias expectativas, nos sintamos totalmente extrañados, desorientados, no logrando interpretar el acontecer que trasciende nuestros hábitos y creencias no solo en ritmo, sino también en amplitud y dirección.
Sin embargo cada experiencia de vida deja en claro que si no nos abrimos y entregamos a ella, si no le permitimos manifestarse, no logramos experimentar esa posibilidad, esa promesa. Y en su lugar crece una fractura, una barrera, una contradicción, una alienación. ¿Qué sucede cuando por temor a sufrir, a sentirte desbordado, descontrolado, no te abres y entregas a la posibilidad del amor?
Pues que todas esas emociones negativas, contractivas de tu conciencia, se asocian al poderoso impulso expansivo anímico del amor, grabándose como una estructura de resentimiento en memoria. Que de allí en adelante tiende a resistirse cada vez más a tales impulsos, exigiendo un gran esfuerzo de conciencia y voluntad para reabrir esas puertas.
¿Qué es el amor sino un poderos impulso emocional que amplía, expande la conciencia hacia el mundo, sus personajes y objetos, incluyéndolos en nuestra interioridad, internalizándolos? ¿Qué es el temor y como surge, sino como resistencia estructural al impulso expansivo, como contracción que fractura la conciencia y la resiente, la aliena del mundo?
Y cuando temes, te encierras, resientes y alienas de tus propios impulsos íntimos, ¿qué te queda sino soñar un mundo inexistente, compensatorio y sustitutivo al que crees, sientes agresivo, inhóspito, insensible, estúpido, negándote a experimentarlo? Una vez más entonces, ¿dónde está la fractura y el abismo entre la intimidad y la externalidad?
Más allá de la respuesta que cada uno de nosotros dé y tiene toda la libertad para elegir, es bueno recordar que somos nosotros los que sufrimos o disfrutamos las consecuencias de nuestras elecciones, los que nos vamos liberando o encadenando en cada inevitable elección. Porque si algo caracteriza verdaderamente al ser humano, si algo es nuestro derecho y deber de nacimiento, es la libertad y la inevitabilidad de elegir momento a momento, (aún no eligiendo y siendo en consecuencia arrastrado por las circunstancias), la dirección que le vamos dando a nuestra vida y la experiencia de sus consecuencias que se hace ser y conciencia. Porque eso que atiendes y haces, en eso inevitablemente te conviertes.
Seguir discutiendo hoy si ha de darse preferencia al productor o al consumidor, como si todos no fuésemos productores y consumidores, es lo mismo que defender la ganancia de unos sin darse cuenta que el ahorro de los otros es también ganancia y que todos defendemos lo mismo bajo diferentes nombres, colores y disfraces.
Cuando nos quitemos esas tapaojeras limitantes y dejemos de perseguir zanahorias, nos daremos cuenta que hemos estado estúpidamente dando vuelta en círculos, mientras la respuesta es tan simple como que el interés de cada uno es igual al de todos.
Simple matemática emocional que requiere reconocer y experimentar que si todos damos es inevitable que todos recibamos. De donde el temor a no disponer de lo necesario y el egoísmo consecuente, son nuestros únicos enemigos.
Tal vez entonces como nos dicen hace miles de años, solo tal vez, el temor sea la fuerza anímica que contrae, paraliza y aliena la intimidad de la externalidad. Mientras que el amor es la que expande, vitaliza, re-une o re-ligiona. Tal vez, solo tal vez, por eso lo irracional, lo no racional, la mujer despierta del sueño del dominio racional, se libera de sus cadenas y asume su rol revolucionador, mientras la naturaleza acelera el ritmo de su palpitar.
Tal vez, solo tal vez, sea el mismo palpitar que despierta gradualmente nuestra conciencia colectiva, comenzando a organizar y manifestar en las formas un nuevo núcleo re-ligioso y civilizador, que de todos modos siempre hemos sentido, añorado, anhelado. Pero que, pese a que todas y cada generación soñaron como un nuevo hombre y mundo, hoy nos cuesta creer que lo podamos estar presenciando.
Algunos sueños toman un corto tiempo, otros parecen nunca llegar. Pero todo lo que palpita en el humano corazón habrá de hacerse conciente y manifestarse en el mundo. A veces abriéndose camino a empujones entre las incrédulas y sorprendidas miradas, otras, acompañado por unas pocas conciencias, pero finalmente gestado, parido y acunado por la conciencia humana que se reconoce hija y criatura del amor.

Paz


La vía electoral es el único camino para transformar a México y no el tomar las armas: López Obrador


Zitlala, Guerrero

Domingo 10 de agosto de 2008

* El presidente legítimo de México llama a los mexicanos a participar con su voto en los procesos electorales

* Tarde que temprano se concretará el cambio real y verdadero en nuestro país, subraya Andrés Manuel López Obrador



A pesar de la difícil situación económica y política por la cual atraviesa el país, Andrés Manuel López Obrador dejó en claro que no llamará al pueblo a tomar las armas y que la vía electoral es el único camino para transformar a México y a sus instituciones.

Desde la tierra del general Vicente Guerrero, que acuñó la frase: “La Patria es primero“, el presidente legítimo de México llamó a los ciudadanos a participar con su voto en los procesos electorales federales, estatales y municipales, además de vigilar y hacer se respete el sufragio popular.

En el quinto y último día de gira por la región de La Montaña, con la cual culminó su recorrido por 81 municipios de Guerrero, subrayó que tarde que temprano se concretará el cambio real y verdadero en nuestro país, que será fruto de un despertar de las conciencias de millones de ciudadanos.

En antesala de los comicios locales en la entidad, López Obrador recomendó al pueblo de Guerrero no pelear ni considerar enemigos a los auténticos militantes priistas y panistas, “porque ellos están igual de amolados y desesperanzados que nosotros”.

Las diferencias y el problema es con aquellos que se sienten amos y señores de México, con los potentados, con los camajanes, de la talla del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, de ese banquero corrupto que es Roberto Hernández y de la chachalaca ladrona de Vicente Fox, precisó.

Ahora –continúo—esa minoría rapaz pretende adueñarse del petróleo, que es una riqueza y patrimonio de la Nación, “para seguirse enriqueciendo de manera impune y descarada”, pero el pueblo está preparado para enarbolar la defensa de la industria petrolera, aclaró.

Explicó que el petróleo es el producto, la materia prima, y el insumo más importante del mundo, además de ser el motor de la economía mundial en los próximos 50 años, porque hasta el momento no se han encontrado nuevas fuentes de energía.

El sector petrolero, puntualizó, debe usarse siempre para beneficio del pueblo, como lo estableció el general Lázaro Cárdenas del Río al momento de expropiar el sector en 1938.

Como ha quedado de manifiesto en la consulta popular sobre el tema, “la mayoría de los mexicanos no queremos que se abran las puertas a las compañías extranjeras, porque entonces ya sería muy difícil sacarlas del país”, si se entrega el petróleo al capital privado extranjero.

Al informar que este domingo se desarrolla la segunda etapa de la consulta ciudadana sobre el petróleo en los estados de Quintana Roo, Yucatán, Tabasco, Puebla, Oaxaca y Colima, el presidente legítimo de los mexicanos expresó que los mexicanos ya estamos preparados y organizados para evitar que se consuma un atraco a la Nación, y si es necesario nos vamos a movilizar a nivel nacional.

En la asamblea informativa con el pueblo de Chilapa, advirtió que no habría recursos suficientes para financiar la educación y la salud, así como los programas Procampo y Oportunidades, en caso de que los legisladores priistas y la derecha panista vendepatria entreguen ese recurso estratégico al extranjero.

En este municipio recordó que uno de los principales postulados de José María Morelos y Pavón era que los verdaderos luchadores sociales eran siervos de la Nación, y que todavía sigue vigente el principio de que es necesario moderar la indigencia y la opulencia.

Acompañado por los senadores Lázaro Mazón –PRD— y Luis Walton –Convergencia— y los diputados federales Marcos Matías y Cuauhtémoc Sandoval –PRD—, explicó que el petróleo es el mejor negocio del mundo, pues la extracción de cada barril tiene un costo de 4 dólares, que se vende posteriormente en 120 dólares en el mercado internacional.

Posteriormente en Apango, López Obrador aclaró que la lucha que encabeza es por un cambio, por una transformación de México y no por la búsqueda de cargos; en todo caso, señaló, si hubiese hecho alguna alianza con la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo como ella misma se lo propuso, “no tendría cara para verlos a la cara, ni tendría autoridad moral”.

Por la tarde, en Tixtla, López Obrador depositó una ofrenda floral y montó una guardia de honor al pie del monumento de Vicente Guerrero, en ocasión de un aniversario más de su natalicio. Estuvo acompañado por el presidente municipal Rogelio Nava Peralta, así como legisladores federales y locales del Frente Amplio Progresista.

Para culminar la jornada de este día, acudió a su encuentro con los habitantes de Quechultenango y Mochitlán. En ambos municipios reiteró que “el petróleo no se vende, el petróleo se defiende”.

Con los 27 municipios visitados en los últimos cinco días, López Obrador terminó de recorrer las siete regiones en que se divide la entidad: La Costa Grande, La Costa Chica, La Montaña, La Tierra Caliente, La Zona Norte, La Zona Centro y Acapulco.

Para trasladarse a los 27 municipios guerrenses, Andrés Manuel López Obrador recorrió un promedio de 2 mil 800 kilómetros y el vehículo que lo transporta anduvo por caminos de terracería y carreteras desechas por derrumbes que han provocado las lluvias de los últimos meses.

Las guerras de Bush y Calderón


Carlos Fazio

Bajo la apariencia de un estado de excepción no declarado, pero efectivo, desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 la administración de George W. Bush ha procedido a la demolición sistemática del orden constitucional estadunidense. En nombre de los imperativos de seguridad, arrogándose poderes extrajudiciales, mediante decretos secretos y decisiones presidenciales arbitrarias devenidas en prácticas normales del Estado, el jefe de la Casa Blanca ha instituido operaciones ilegales de espionaje interior y, envuelto en guerras preventivas en el exterior, ha recurrido a la tortura “legalizada” y al secuestro-desaparición de presuntos terroristas, manteniendo bajo arresto indefinido a millares de “enemigos no combatientes” que están recluidos en un archipiélago de cárceles clandestinas y “prisiones flotantes” bajo control del Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Desde un comienzo, en lo que después se supo que formaba parte de un plan secreto prestablecido –que aprovechó su “oportunidad” tras los atentados del 11/S, presuntamente provocados por un “enemigo asimétrico” y “desterritorializado”, pero siempre oportuno, Al Qaeda–, la deconstrucción del orden constitucional se desplegó en un contexto de guerra indefinida, omnipresente, sin fronteras espaciales ni temporales. En 2002, al presentar la estrategia de seguridad nacional en la Casa Blanca, Bush asimiló la “vulnerabilidad” de Estados Unidos ante el “terrorismo” a una “nueva condición de vida”. Así, desde comienzos del siglo XXI la “guerra contra el terrorismo” fue concebida para ser librada de manera simultánea en varios países por muchos años. En 2006, la nueva versión de la estrategia de seguridad nacional planteaba: “Estados Unidos vive los primeros años de una larga lucha, una situación parecida a la que enfrentó nuestro país al principio de la guerra fría”.

En un estado de emergencia permanente, la excepción se convierte en regla. En el caso de Estados Unidos, la guerra se convirtió en el fundamento ontológico del Estado. Todos estos años Bush ha gobernado mediante el miedo, estimulando el nacionalismo y explotando los prejuicios raciales y étnico-religiosos de sus connacionales. El inflamiento del poder de Al Qaeda y otras amenazas terroríficas podrían parecer caricaturescos si no se tratara de un método de gobierno que sirve para ocultar las intenciones autoritarias del Estado y los fines de dominio imperial y neocolonial. Es un juego peligroso que alimenta los odios esencialistas de quienes son considerados el Otro, el enemigo, el bárbaro. En el caso de Medio Oriente, el “choque de civilizaciones” del propagandista Samuel Huntington se ha ido convirtiendo poco a poco en una profecía autocumplida.

Por distintas consideraciones –entre ellas la existencia de petróleo, gas natural, agua y biodiversidad, y la emergencia en la coyuntura de una resistencia civil pacífica que, aunque atomizada, está en la búsqueda de alternativas al actual sistema de dominación por distintos canales legales, parlamentarios o antisistémicos–, uno de los escenarios privilegiados de la guerra perpetua de Bush en América Latina es México. Aquí, igual que en Colombia, la modalidad de la intervención estadunidense adoptó la forma de guerra al narcoterrorismo, mediante la inclusión de facto de México en el “perímetro de seguridad” de Estados Unidos, vía la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y la Iniciativa Mérida, símil del Plan Colombia.

En el reparto del papel, la representación nativa con fines propagandísticos y autolegitimadores corresponde a Felipe Calderón, con sus dramatizaciones convenencieras, sus ínfulas de artillero letal (“Vamos goleando al narco”, Calderón dixit), sus purgas y sus irritados “Ya basta”. Igual que las confrontaciones bélicas de su tutor Bush, la “guerra” de Calderón contra el “crimen organizado” y la “impunidad” está envuelta en chantajes, despropósitos de tintes goebbelianos y afanes de control hegemónico. Pero no hay que confundirse: el modelo de Bush para México es el de la “colombianización” del país. En el marco de un sistema que protege la corrupción-impunidad de las cadenas criminales incrustadas en las instituciones del Estado, la banca y las grandes empresas, la receta es más narcoparapolítica, mano dura, tortura, detenciones-desapariciones, guerra sucia, mercenarismo, criminalización de la protesta social, militarización de la sociedad. El objetivo de Estados Unidos es sumir al país en el caos y la desestabilización para poder penetrar los organismos de seguridad del Estado, diluir aún más la soberanía nacional y acentuar la dependencia.

En ese esquema de dominación, tendiente a la conformación de una república bananera de nuevo tipo en México, la narcoviolencia –con sus carros bombas fallidos, sus minisubmarinos sicotrópicos de ocasión y sus pintorescas conexiones iraníes–, puede asumir la forma del “enemigo asimétrico” y “desterritorializado”, necesario para colocar al país en el contexto de una guerra infinita que derive en un estado de excepción permanente. Para ello, como en Colombia, Washington y sus cómplices locales vienen desplegando una guerra sicológica de largo alcance y recurren al terrorismo mediático. Es decir, a la propaganda desestabilizadora de las cadenas de radio y televisión bajo control monopólico, legitimadoras del régimen, y funcionales a la hora de manufacturar hechos y consensos. Para allá vamos. Sólo que, como en el caso del “choque de civilizaciones” huntingtoniano, el comandante en jefe Calderón también podría ver su profecía autocumplida.

Más terrorismo

Censurado video de Cubainformación en You Tube y amenazas de Armando Valladares

Comunicado de Cubainformación.- La redacción de Cubainformación ha recibido varios mensajes de usuarios de You Tube, a cuyas cuentas habían subido el video de Cubainformación titulado "Armando Valladares: de falso poeta inválido a especulador empresarial". En los mensajes nos confirman que You Tube ha retirado dicho video de numerosas cuentas, incluida una abierta por Cubainformación, tras las presiones del propio Armando Valladares y de la Human Rights Foundation, organización con sede en Nueva York dedicada a la defensa de la política exterior de EEUU en el mundo. En estos momentos, todos los videos en You Tube referentes al caso respaldan posiciones de defensa de la figura de Valladares, como el titulado "Armando Valladares, el gulag de Castro".

Asimismo, dichos usuarios han recibido dos mensajes, que incluimos al final de este texto, uno de la Human Rights Foundation y otro del propio Armando Valladares, con amenazas referentes al inicio de un proceso judicial.

Cubainformación, medio autor del citado material, no ha recibido aún comunicación de Armando Valladares, al que le trasmite su solicitud de entablar un debate abierto, en cualquier soporte, sobre el tema.

Hacemos un nuevo llamado a la difusión internacional, ahora con más fuerza, de este video que narra la biografía de Armando Valladares.

cubainformacion.tv



¿Quién es Armando Valladares?

Ex policía de la dictadura de Fulgencio Batista y autor de actos terroristas en La Habana tras el triunfo de la Revolución, fue reconvertido en "poeta disidente encarcelado" a través de una gigantesca campaña internacional, descubriéndose posteriormente que fingía una discapacidad física creada -según el guión de dicha campaña- por supuestos malos tratos en presidio. Tras un acuerdo entre los gobiernos de Francia y Cuba, fue puesto en libertad, y fue nombrado por Ronald Reagan embajador de Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Hoy es un activo especulador empresarial en diferentes lugares del mundo, como Cantabria, donde representa a un grupo de inversores inmobiliarios que pretenden construir el parque temático llamado La Ciudad del Cine y las Artes.



The Heart of the Economic Mess

Most Americans can no longer maintain their standard of living. And the core problem isn't the housing crisis or rising oil and food prices.

The Federal Reserve Board's "beige book" for June and July offers a clear explanation for why the economy has slowed to a crawl. It shows American consumers cutting way back on their purchases of everything from food to cars, appliances and name-brand products. As they do so, employers inevitably are cutting back on the hours they need people to work for them, thereby contributing to a downward spiral.
The normal remedies for economic downturns are necessary. But even an adequate stimulus package will offer only temporary relief this time, because this isn't a normal downturn. The problem lies deeper. Most Americans can no longer maintain their standard of living. The only lasting remedy is to improve their standard of living by widening the circle of prosperity.
The heart of the matter isn't the collapse in housing prices or even the frenetic rise in oil and food prices. These are contributing to the mess, but they are not creating it directly. The basic reality is this: For most Americans, earnings have not kept up with the cost of living. This is not a new phenomenon, but it has finally caught up with the pocketbooks of average people. If you look at the earnings of nongovernment workers, especially the hourly workers who comprise 80 percent of the work force, you'll find they are barely higher than they were in the mid-1970s, adjusted for inflation. The income of a man in his 30s is now 12 percent below that of a man his age three decades ago. Per-person productivity has grown considerably since then, but most Americans have not reaped the benefits of those productivity gains. They've gone largely to the top.
Inequality on this scale is bad for many reasons, but it is also bad for the economy. The wealthy devote a smaller percentage of their earnings to buying things than the rest of us because, after all, they're rich. They already have most of what they want. Instead of buying, the very wealthy are more likely to invest their earnings wherever around the world they can get the highest return.
This underlying earnings problem has been masked for years as middle- and lower-income Americans found means to live beyond their paychecks. But they have now run out of such coping mechanisms. As I've noted elsewhere, the first coping mechanism was to send more women into paid work. Most women streamed into the work force in the 1970s less because new professional opportunities opened up to them than because they had to prop up family incomes. The percentage of American working mothers with school-age children has almost doubled since 1970, to more than 70 percent. But there's a limit to how many mothers can maintain paying jobs.
So Americans turned to a second way of spending beyond their hourly wages: They worked more hours. The typical American now works more each year than he or she did three decades ago. Americans became veritable workaholics, putting in 350 more hours a year than the average European, more even than the notoriously industrious Japanese.
But there's also a limit to how many hours Americans can put into work, so Americans turned to a third coping mechanism: They began to borrow. With housing prices rising briskly through the 1990s and even faster from 2002 to 2006, they turned their homes into piggy banks by refinancing home mortgages and taking out home-equity loans. But this third strategy also had a built-in limit. And now, with the bursting of the housing bubble, the piggy banks are closing. Americans are reaching the end of their ability to borrow, and lenders have reached the end of their capacity to lend. Credit-card debt, meanwhile, has reached dangerous proportions. Banks are now pulling back.
As a result, typical Americans have run out of coping mechanisms to keep up their standard of living. That means there's not enough purchasing power in the economy to buy all the goods and services it's producing. We're finally reaping the whirlwind of widening inequality and ever-more-concentrated wealth.
The only way to keep the economy going over the long run is to increase the real earnings of middle-class and lower-middle-class Americans. The answer is not to protect jobs through trade protection -- that would only drive up the prices of everything purchased from abroad. Most routine jobs are being automated anyway. Nor is the answer to give tax breaks to the very wealthy and to giant corporations in the hope they will trickle down to everyone else. We've tried that, and it hasn't worked. Nothing has trickled down.
Rather, the long-term answer is for us to invest in the productivity of our working people -- enabling families to afford health insurance and have access to good schools and higher education -- while also rebuilding our infrastructure and investing in the clean energy technologies of the future. We must also adopt progressive taxes at the federal, state and local levels. In other words, we must rebuild the American economy from the bottom up. It cannot be rebuilt from the top down.

domingo, agosto 10, 2008

How to Survive the Triple Whammy of Energy, Food and Climate Crises

To survive we need to recognize that these threats are not separate problems, and they must be addressed as one major crisis.

Editor's Note: This essay originally appeared in TomDispatch, a website run by Tom Engelhardt and associated with The Nation magazine.
Gas prices are above $4 a gallon; global food prices surged 39% last year; and an environmental disaster looms as carbon emissions continue to spiral upward. The global economy appears on the verge of a TKO, a triple whammy from energy, agriculture, and climate-change trends. Right now you may be grumbling about the extra bucks you're shelling out at the pump and the grocery store; but, unless policymakers begin to address all three of these trends as one major crisis, it could get a whole lot worse.
Just ask the North Koreans.
In the 1990s, North Korea was the world's canary. The famine that killed as much as 10% of the North Korean population in those years was, it turns out, a harbinger of the crisis that now grips the globe -- though few saw it that way at the time.
That small Northeast Asian land, one of the last putatively communist countries on the planet, faced the same three converging factors as we do now -- escalating energy prices, a reduction in food supplies, and impending environmental catastrophe. At the time, of course, all the knowing analysts and pundits dismissed what was happening in that country as the inevitable breakdown of an archaic economic system presided over by a crackpot dictator.
They were wrong. The collapse of North Korean agriculture in the 1990s was not the result of backwardness. In fact, North Korea boasted one of the most mechanized agricultures in Asia. Despite claims of self-sufficiency, the North Koreans were actually heavily dependent on cheap fuel imports. (Does that already ring a bell?) In their case, the heavily subsidized energy came from Russia and China, and it helped keep North Korea's battalion of tractors operating. It also meant that North Korea was able to go through fertilizer, a petroleum product, at one of the world's highest rates. When the Soviets and Chinese stopped subsidizing those energy imports in the late 1980s and international energy rates became the norm for them, too, the North Koreans had a rude awakening.
Like the globe as a whole, North Korea does not have a great deal of arable land -- it can grow food on only about 14% of its territory. (The comparable global figure for arable land is about 13%.) With heavy applications of fertilizer and pesticides, North Koreans coaxed a lot of food out of a little land. By the 1980s, however, the soil was exhausted, and agricultural production was declining. So spiking energy prices hit an economy already in crisis. Desperate to grow more food, the North Korean government instructed farmers to cut down trees, stripping hillsides to bring more land into cultivation.
Big mistake. When heavy rains hit in 1995, this dragooning of marginal lands into agricultural production only amplified the national disaster. The resulting flooding damaged more than 40% of the country's rice paddy fields. Torrential rains washed away topsoil, while rocks and sand, dislodged from hillsides, ruined low-lying fields. The rigid economic structures in North Korea were unable to cope with the triple assault of bad weather, soaring energy, and declining food production. Nor did dictator Kim Jong Il's political decisions make things any better.
But the peculiarities of North Korea's political economy did not cause the devastating famine that followed. Highly centralized planning and pretensions to self-reliance only made the country prematurely vulnerable to trends now affecting the rest of the planet.
As with the North Koreans, our dependency on relatively cheap energy to run our industrialized agriculture and our smokestack industries is now mixing lethally with food shortages and the beginnings of climate overload, pushing us all toward the precipice. In the short term, we face a food crisis and an energy crisis. Over the longer term, this is certain to expand into a much larger climate crisis. No magic wand, whether biofuels, genetically modified organisms (GMO), or geoengineering, can make the ogres disappear.
After the attacks of September 11, 2001, "We are all Americans" briefly became a popular expression of solidarity around the world. If we don't devise policy choices that address energy, agriculture, and climate, while replacing the idolatry of unrestrained growth at the heart of both capitalist and communist economies, the tagline for the 21st century may be: "We are all North Koreans."
Through a Glass Darkly
For years, development experts have bemoaned the declining terms of trade that have kept some developing countries, and most poor farmers, mired in poverty. With the exception of the first energy crisis era in the 1970s, between the end of World War II and 2006, food prices never stopped sinking in relation to manufactured goods. Lower food prices are generally a boon for consumers. But they are devastating for the small farmers who make up the vast majority of the world's poor.

In order to read the complete article HERE.
America's Economic Free Fall

In their haste to do anything Wall Street wants, Congress and the lame-duck President are sowing far more profound troubles for the country.
Washington can act with breathtaking urgency when the right people want something done. In this case, the people are Wall Street's titans, who are scared witless at the prospect of their historic implosion. Congress quickly agreed to enact a gargantuan bailout, with more to come, to calm the anxieties and halt the deflation of Wall Street giants. Put aside partisan bickering, no time for hearings, no need to think through the deeper implications. We haven't seen "bipartisan cooperation" like this since Washington decided to invade Iraq.
In their haste to do anything the financial guys seem to want, Congress and the lame-duck President are, I fear, sowing far more profound troubles for the country. First, while throwing our money at Wall Street, government is neglecting the grave risk of a deeper catastrophe for the real economy of producers and consumers. Second, Washington's selective generosity for influential financial losers is deforming democracy and opening the path to an awesomely powerful corporate state. Third, the rescue has not succeeded, not yet. Banking faces huge losses ahead, and informed insiders assume a far larger federal bailout will be needed -- after the election. No one wants to upset voters by talking about it now. The next President, once in office, can break the bad news. It's not only about the money -- with debate silenced, a dangerous line has been crossed. Hundreds of billions in open-ended relief has been delivered to the largest and most powerful mega-banks and investment firms, while government offers only weak gestures of sympathy for struggling producers, workers and consumers.
The bailouts are rewarding the very people and institutions whose reckless behavior caused this financial mess. Yet government demands nothing from them in return -- like new rules for prudent behavior and explicit obligations to serve the national interest. Washington ought to compel the financial players to rein in their appetite for profit in order to help save the country from a far worse fate: a depressed economy that cannot regain its normal energies. Instead, the Federal Reserve, the Treasury, the Democratic Congress and of course the Republicans meekly defer to the wise men of high finance, who no longer seem so all-knowing.
Let's review the bidding to date. After panic swept through the global financial community this spring, the Federal Reserve and Treasury rushed in to arrange a sweetheart rescue for Bear Stearns, expending $29 billion to take over the brokerage's ruined assets so JPMorgan Chase, the prestigious banking conglomerate, would agree to buy what was left. At the same time, the Fed and Treasury provided a series of emergency loans and liquidity for endangered investment firms and major banks. Investors were not persuaded. Their panic was not "mental," as former McCain adviser Phil Gramm recently complained. The collapse of the housing bubble had revealed the deep rot and duplicity within the financial system. When investors tried to sell off huge portfolios of spoiled financial assets like mortgage bonds, nobody would buy them. In fact, no one can yet say how much these once esteemed "safe" investments are really worth.
The big banks and investment houses are also stuck with lots of bad paper, and some have dumped it on their unwitting customers. The largest banks and brokerages have already lost enormously, but lending portfolios must shrink a lot more -- at least $1 trillion, some estimate. So wary shareholders are naturally dumping financial-sector stocks.
Most recently, the investors' fears were turned on Fannie Mae and Freddie Mac, the huge quasi-private corporations that package and circulate trillions in debt securities with implicit federal backing. Treasury Secretary Henry Paulson (formerly of Goldman Sachs) boldly proposed a $300 billion commitment to buy up Fannie Mae stock and save the plunging share price -- that is, save the shareholders from their mistakes. So much for market discipline. For everyone else, Washington recommends a cold shower.
Talk about warped priorities! The government puts up $29 billion as a "sweetener" for JP Morgan but can only come up with $4 billion for Cleveland, Detroit and other urban ruins. Even the mortgage-relief bill is a tepid gesture. It basically asks, but does not compel, the bankers to act kindlier toward millions of defaulting families.
A generation of conservative propaganda, arguing that markets make wiser decisions than government, has been destroyed by these events. The interventions amount to socialism, American style, in which the government decides which private enterprises are "too big to fail." Trouble is, it was the government itself that created most of these mastodons -- including the all-purpose banking conglomerates. The mega-banks arose in the 1990s, when a Democratic President and Republican Congress repealed the New Deal-era Glass-Steagall Act, which prevented commercial banks from blending their business with investment banking. That combination was the source of incestuous self-dealing and fraudulent stock valuations that led directly to the Crash of 1929 and the Great Depression that followed.

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Introducing DisneyIraq: The Unhappiest Place on Earth

An American financier is pitching a vast theme park in Baghdad, not out of kindness, but as he says, "for profit."

"I'm a businessman. I'm not here because I think you're nice people. I think there's money to be made," explained Llewellyn Werner in his pitch for a vast recreational complex to be built in, of all places, Baghdad. "I also have this wonderful sense that we're doing the right thing -- we're going to employ thousands of Iraqis. But mostly everything here is for profit."
It has come to this. We're not even pretending anymore. As the years, memories and excuses have fallen away like dead skin, America's invasion of Iraq has revealed itself for what it truly is: a consumerist pipe dream. The Great American Mall of the Middle East. Disneyland in the desert.
And since we're already giving away billions in duffel bags, why not throw another billion or two down the money pit? Where there's funding, there is fire. And in the case of the Baghdad Zoo and Entertainment Experience (BZEE), there may also be firefights. If you can ignore the bullets, IEDs, power outages and, well, the entire occupation, you might just have yourself a good time.
"In Southern California, there's drive-bys and everything else," reasoned Ride and Show Engineering Executive Vice President John March, whose company has been contracted to develop the site, which is adjacent to the Green Zone and fast-tracked by the Pentagon. "So there's danger everywhere. I think the key thing is this will be tremendous for Baghdad," he explained to Fox News chatterhead Bill Hemmer.
If by "tremendous" he means a huge target, then March, who refused to participate in this article, is dead right. It is also financially tremendous for C3, the hedge fund holding company that Werner oversees: Already given a green light from the Pentagon and an endorsement from Gen. David Petraeus, Werner secured a 50-year lease on what used to be acreage containing Baghdad's looted and left-for-dead zoo for "an undisclosed sum," according to the UK's Times Online. He is quickly building everything from a skate park, museum, concert arena and rides to future diversions. So far, Werner has collared $500 million from his elusive investors, who are practically impossible to find (a rarity in the Internet age) and secured joint partnerships across Iraq for a variety of projects. The million-dollar skate park is scheduled to open this month, and further hotel and housing developments will follow, especially since Werner has exclusive rights to them.
And although they may be managed by Iraqis, their profits belong to America. Just like most of country's oil reserves.
"Even the idea of bringing U.S.-style escapism entertainment to the hell of Baghdad is absurd," explains author and journalist Dahr Jamail, who, unlike the majority of his peers, has actually ventured outside the Green Zone without being embedded in a military detail. "Just watch how much of this infrastructure even gets built."
That's just the beginning of the problems, explains journalist Sharon Weinberger, who covers the Pentagon and other disaster capitalist complexes for Wired's Danger Room. (Full disclosure: I cover music for Wired's Listening Post.) The BZEE may get built after all, but who's to say it'll be left standing when the smoke clears?

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Afghanistan: The Other Illegal War

The U.S. invasion of Afghanistan was every bit as illegal as the invasion of Iraq. Why, then, do so many Americans see it as justifiable?

So far, President Bush's plan to maintain a permanent U.S. military presence in Iraq has been stymied by resistance from the Iraqi government. Barack Obama's timetable for withdrawal of American troops evidently has the backing of Iraqi Prime Minister Nuri al-Maliki, Bush has mentioned a "time horizon," and John McCain has waffled. Yet Obama favors leaving between 35,000 and 80,000 U.S. occupation troops there indefinitely to train Iraqi security forces and carry out "counterinsurgency operations." That would not end the occupation. We must call for bringing home -- not redeploying -- all U.S. troops and mercenaries, closing all U.S. military bases and relinquishing all efforts to control Iraqi oil.
In light of stepped-up violence in Afghanistan, and for political reasons -- following Obama's lead -- Bush will be moving troops from Iraq to Afghanistan. Although the U.S. invasion of Afghanistan was as illegal as the invasion of Iraq, many Americans see it as a justifiable response to the attacks of Sept. 11, 2001, and the casualties in that war have been lower than those in Iraq -- so far. Practically no one in the United States is currently questioning the legality or propriety of U.S. military involvement in Afghanistan. The cover of Time magazine calls it "The Right War."
The U.N. Charter provides that all member states must settle their international disputes by peaceful means, and no nation can use military force except in self-defense or when authorized by the Security Council. After the 9/11 attacks, the council passed two resolutions, neither of which authorized the use of military force in Afghanistan. Resolutions 1368 and 1373 condemned the Sept. 11 attacks and ordered the freezing of assets; the criminalizing of terrorist activity; the prevention of the commission of and support for terrorist attacks; and the taking of necessary steps to prevent the commission of terrorist activity, including the sharing of information. In addition, it urged ratification and enforcement of the international conventions against terrorism.
The invasion of Afghanistan was not legitimate self-defense under article 51 of the charter because the attacks on Sept. 11 were criminal attacks, not "armed attacks" by another country. Afghanistan did not attack the United States. In fact, 15 of the 19 hijackers came from Saudi Arabia. Furthermore, there was not an imminent threat of an armed attack on the United States after Sept. 11, or Bush would not have waited three weeks before initiating his October 2001 bombing campaign. The necessity for self-defense must be "instant, overwhelming, leaving no choice of means, and no moment for deliberation." This classic principle of self-defense in international law has been affirmed by the Nuremberg Tribunal and the U.N. General Assembly.
Bush's justification for attacking Afghanistan was that it was harboring Osama bin Laden and training terrorists. Iranians could have made the same argument to attack the United States after they overthrew the vicious Shah Reza Pahlavi in 1979 and he was given safe haven in the United States. The people in Latin American countries whose dictators were trained in torture techniques at the School of the Americas could likewise have attacked the torture training facility in Fort Benning, Ga., under that specious rationale. Those who conspired to hijack airplanes and kill thousands of people on 9/11 are guilty of crimes against humanity. They must be identified and brought to justice in accordance with the law. But retaliation by invading Afghanistan is not the answer and will only lead to the deaths of more of our troops and Afghans.
The hatred that fueled 19 people to blow themselves up and take 3,000 innocents with them has its genesis in a history of the U.S. government's exploitation of people in oil-rich nations around the world. Bush accused the terrorists of targeting our freedom and democracy. But it was not the Statue of Liberty that was attacked. It was the World Trade Center, the symbol of the U.S.-led global economic system; and the Pentagon, the heart of the U.S. military, that took the hits. Those who committed these heinous crimes were attacking American foreign policy. That policy has resulted in the deaths of 2 million Iraqis -- from both Bill Clinton's punishing sanctions and George W. Bush's war. It has led to uncritical support of Israel's brutal occupation of Palestinian lands, and it has stationed more than 700 U.S. military bases in foreign countries.

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