Debemos oponernos en todas formas a estos contratos. Y también, en general, a la política de entrega en ese mismo sentido, pero de alcance más amplio.
En efecto, esta medida es parte de una política de entrega de Pemex a las trasnacionales. Se ha puesto a Pemex en picada, y se ha dado prioridad a las trasnacionales contratadas por sus funcionarios.
El yacimiento Cantarell, que había producido durante años más petróleo que todo el resto de las instalaciones de Pemex, declinó y sigue declinando hasta llegar a una cuarta parte del máximo anual antes producido. De 2010 a 2011 declinó otro 10 por ciento, y de este último año a lo que va de 2012 (se tiene hasta febrero) cayó otro 10 por ciento más.
Se ha querido sustituir esa producción con el campo vecino KMZ, y se ha querido ocultar que ya se estancó su producción en lo fundamental. Nunca compensó la caída de Cantarell, y ahora se oculta que en lo que va de 2012, ya declinó 5 por ciento su producción de gas en relación con 2011. Un elemento importante es que el peso de la producción de KMZ de crudo súper pesado, ha crecido en relación con su total. Esta última variedad es más difícil de aprovechar, se le ha mezclado crudo ligero, y esto tiene su costo. Y, claro, produce menos gas por barril de crudo que las otras variedades.
Lo que quieren presentar como la gloria es Chicontepec, parte de la tierra del contratismo. Ahí sí crece la producción, dicen. Pero crece muy poco y con un costo altísimo, como veremos.
También declina la producción de gas de Burgos, a la que se presentó como campeona del gas. Se contrató a trasnacionales en ciento por ciento, en el sexenio pasado. Ya en 2010 bajaba su producción en relación con el año anterior. En 2011, bajó otros 134 miles de millones de pies de cúbicos diarios (mmpcd). Esa baja rebasaba un poco el 9 por ciento. Y en los primeros dos meses de este año, bajó 2 por ciento más.
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