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domingo, octubre 24, 2010

A confesión de parte, relevo de pruebas


Barómetro Internacional


Lic. Carlos A. Pereyra Mele

A confesión de parte, relevo de pruebas”, es un axioma jurídico que significa que quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo. Y este axioma nos viene muy bien para ratificar una tendencia que marcha irreversible en la geopolítica mundial y es la que el “sistema mundo” se encuentra en vías de un modelo de multipolaridad que se va consolidando, y que a pesar de su ocultamiento por parte de los medios monopólicos de comunicación masivos (los cuales mayoritariamente responde al decadente eje trilateralista –USA, UE y Japón-).

La velocidad de los cambios en el poder mundial es sorprendente, y de ello queremos explayarnos en este brevísimo análisis, desde el “non plus ultra” (no hay nada mas en la tierra-fin de la historia), alcanzado por la republica imperial estadounidense después del fatídico 11S del 2001, que fue su cenit y el inicio de su decadencia irreversible, pues como en muchas oportunidades lo explicitáramos, el mundo de principio del siglo XXI, era hegemonizado por el poder unilateral (tanto Militar como Financiero) por los EE.UU. y del cual solo participaban sus socios de la triada (UE y Japón) y que encontraban resistencia en China y Rusia a la globalización que se imponía unilateralmente y el resto del mundo nos encontrábamos en una etapa de nueva dependencia.

Ya para el año 2003 ese esquema empezaba a tener cambios drásticos, es el año de la nueva guerra e invasión a Irak por parte de USA y sus aliados y ya se notaban síntomas de agotamiento del modelo de transformar al: siglo XXI en el siglo Americano (norteamericano se entiende), como había sido la intención de los tanques de ideas del neoconservadurismo norteamericano desde la era Reagan y que se instalaron a partir de la administración de George Bush padre, siguió bajo el gobierno de William Jefferson "Bill" Clinton y se profundizo en los dos periodos de George Walker Bush hijo; la victoria militar en Irak fue rápida sobre el régimen de Saddam Husein, pero su consolidación prácticamente un imposible, además del desastre humanitario que representa la ocupación y el expolio de su riqueza petrolera y gasífera por parte de las empresas de los participantes de la invasión. Mientras tanto, la escalada sobre Afganistán no lograba consolidar a las fuerzas de la OTAN en dominar la dificilísima orografía de ese país que fue tumba de muchos invasores a lo largo de la historia.

Ya en ese año varios pensadores cautos de USA se preocupaban del destino de la nación norteamericana para mantener los objetivos que se habían planteado sus estrategas neoconservadores pero en general proveían de la llamada izquierda de ese país, pero luego fueron los conservadores mas lucidos de USA que empezaron ha plantear sus preocupaciones, de como administraría su declinación los Estados Unidos, es el caso del brillante historiador Paul Kennedy, que sin eufemismos lo planteo, esperando que lo hiciera siguiendo el modelo británico y no el de un gran colapso como ocurriera con otros imperios.

Luego vino la hecatombe financiera del 2008 del cual no se recuperó y según se informara en la última reunión del FMI: en el 2011, la economía de USA seguirá sin recuperación; también en el mundo en este corto lapso habían surgieron nuevas amenazas a su plan hegemónico con la instalación definitiva de las nuevas potencias emergentes, las llamadas por sus siglas BRIC (Brasil, Rusia, India y China), en este cuadro del sistema mundo no había sido considerado por los planificadores de USA, y ello resultó en un giro drástico de sus pretensiones, por ejemplo China ya es la segunda economía del mundo desplazando a la japonesa, Rusia frenó el intervencionismo de USA en los países de su tradicional área de influencia, como fue la guerra relámpago contra Georgia. Por ello el panorama del sistema mundo para el año 2010 lo clasificaríamos así: EE.UU. en crisis económica y crisis militar al no poder resolver los pantanos guerreros de Irak y Afganistán, en el nivel de fuerte autodeterminación se encuentran ahora no solo la: UE y Japón sino que fundamentalmente allí se establecen China y Rusia y en el nivel de resistencia: podemos encontrar que en ese plano ingresan: Brasil, Sudáfrica e India. Con un Brasil que en nuestro continente es la locomotora y el instrumento de integración para la conformación de un nuevo bloque industrial continental, además las realidades de los países de la región suramericana lo están demostrando en las nuevas relaciones que establecen en la actualidad, privilegiando los acuerdo económicos y tecnológicos con China y Rusia y que próximamente incluirán a la India seguramente, lo cual desplaza a las tradicionales tendencias geopolíticas y geoeconomicas de dependencia que se tuvo con los Estados Unidos.

Para corroborar todo lo antes expuesto del cambio de un unipolarismo hegemónico a un mundo multipolar, y de la perdida de poder relativo de Estados Unidos, quiero cerrar esta pequeña reflexión con las declaraciones que el día 2 de octubre realizara en el “7 Foro Estratégico de Yalta” (Ciudad Ucraniana, donde en 1945 Stalin por un lado y Roosevelt y Churchill por el otro se dividieron el mundo en “zonas de influencia”, dando principio a un mundo bipolar y la guerra fría que duro hasta 1991), que realizo el ex presidente norteamericano William Jefferson "Bill" Clinton quien declaro lo siguiente: “…creo necesario que Washington se vaya preparando para la pérdida del dominio global ante el rápido desarrollo de economías emergentes como China e India… "Quisiera que, una vez perdido el dominio, aún fuésemos influyentes en el sentido positivo", señaló el ex presidente al agregar que su intención es tender "puentes de amistad" entre EEUU y otras naciones.” Como estas declaraciones provienen de un ex presidente de USA que no es un “pacifista” (recordemos sus acciones bélicas en la ex Yugoeslavia e Irak) que es un hombre del establishment y que además su esposa Hillary Clinton es la actual Secretaria de Estado (Ministra de Relaciones Exteriores) de la administración de Barak Obama. Deben ser tenidas en cuenta como la ratificación del esquema mundo arriba mencionado. Por ello decíamos al principio que quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo: “A confesión de parte, relevo de pruebas”, y más cuando las mismas son de las de un ex presidente de USA. “Extrañamente” estas importantísimas declaraciones fueron ocultadas por los medíos masivos de comunicación, solo el multimedios ruso Ria Novosti lo divulgó.

licpereyramele@gmail.com

Fuentes:

- Articulo de Ria Novosti: http://sp.rian.ru/news/20101002/127905716.html

- Bicentenario 1810-2010 Pensamiento Estratégico para Argentina: http://www.fundaciongedisos.org/index_mas.php?id=2998

- De la unipolaridad a la multipolaridad: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=112575

lunes, diciembre 07, 2009

Conversemos de las Internacionales camino a la 5ta Internacional

Barómetro Internacional

Miguel Ángel del Pozo

El profesor Manuel Caballero publicó un comentario sobre las Internacionales en El Universal (29 noviembre, 2009, pág. 4-8) titulado: “El Chavintern”. En su tesis doctoral sobre el tema: “La Internacional Comunista y la Revolución Latinoamericana”, como bien lo concreta su propio título, trataría de la influencia de la Internacional en América Latina que nos obliga a precisar algunos puntos. Manuel ha debido precisar los tiempos históricos que se vivían en América Latina a los que se refiere en cuanto “influencia” de los paradigmas comunistas propuestos por la Internacional; además, precisar a cuál Internacional se estaría refiriendo concretamente y cuáles fueron las influencias de esa precisa Internacional, en cuáles partidos y movimientos sociales y en cuáles tiempos históricos se llevaron a la praxis esas directrices políticas; y, por último, cuáles eran esas directrices y si influyeron en el quehacer político continental y cuándo fueron superadas esas actuaciones políticas. El texto “caballeresco”, de carácter informativo más que formativo, exceptuando el subtítulo: “Dos torvos criminales” (“mas torvos”; así nos califica Jorge Volpi a los venezolanos en “El insomnio de Bolívar”, pág. 22), es muy interesante e ilustrativo. En ese orden, nos vemos obligados a recordar cuando durante una conversación telefónica con Manuel, el viviendo en el norte de Londres, en la urbanización de los intelectuales, y nosotros en estos lares caraqueños, nos preguntó sobre un muy importante personaje de la 3ra Internacional –Comintern-, revolucionario internacionalista, que impulsó las políticas de aquella Internacional en China; nos referimos al judío Mijail Borodin que quien escribe estas líneas había trabajado y lo sigue haciendo con ahínco, rigurosidad y curiosidad de historiador. En aquella ocasión le referimos las profundas diferencias ideológicas, en el marco del carácter de la Revolución nacional en los países coloniales y semicoloniales, que discutieron, airadamente, Lenin y el indio-bengalí M.N. Roy (Petrogrado y Moscú, 19 de julio-7 de agosto, 1920) que, quizás, influyeron, a posteriori, en las profundas diferencias conceptuales entre Joseph Stalin y León Trotsky en cuanto al carácter de la Revolución China; nos referimos al periodo de los años 20 cuando tanto el Partido Comunista Chino como el Guomindang daban sus primeros pinitos en la política china y en la revolución china.

Cuando nos acercamos al tema de las Internacionales, consideramos, debemos hacerlo con rigurosidad intelectual para evitar tropezar con “lugares comunes”, repetir “slogans” manidos, evitar alcanzar conclusiones subjetivas y aceptar la necesidad de ubicarnos en los tiempos históricos de cada una de las Internacionales estudiadas. Ello nos obliga a, primeramente, conocer cuando (tiempo histórico) se celebró cada una de las cuatro (4) Internacionales; conocer cuáles eran las realidades histórico-políticas previas a sus celebraciones y cuáles eran las realidades socio-políticas y socio-económicas en los entornos sociales que influyeron en los protagonistas para que decidieran avocarse a la realización de cada una de las Internacionales; debería haber un acercamiento a las realidades a lo interno de cada una de las Internacionales, conocer el mayor número de sus protagonistas, sus propuestas, las discusiones de cada propuesta de cada proponente, los acuerdos y conclusiones que se alcanzaron al término de cada una de las Internacionales y, por ende, las puestas en práctica (implementación) de las variables (líneas) políticas que se acordaron y los resultados de dichas praxis en las realidades socio-políticas concretas según el continente, el país, y los actores (partidos políticos y actores políticos) lo que nos llevaría a conocer las razones por las cuales, los mismos y/u otros protagonistas decidieron convocar y realizar una nueva Internacional.

¿Comenzó la organización del movimiento obrero europeo conjuntamente con intelectuales, particularmente, alemanes y franceses por capricho o a consecuencia de una realidad social producto de factores como la industrialización y su impacto en el cuerpo social, como consecuencia de situaciones objetivas políticas en el continente europeo, fue producto del desarrollo de la filosofía y las crisis de las mentalidades? Esas realidades ¿llevaron a intelectuales y obreros del continente europeo a reflexionar sobre sus relaciones con el “estado tradicional confesional”, a las interrelaciones entre grupos sociales, a conjugar esfuerzos socio-políticos de las realidades que se vivían, cotidianamente, en diferentes países europeos en las lógicas relaciones que se desarrollaban entre capitalistas-industrialistas y la masa obrera y campesina desplazada gracias al desarrollo de la industrialización y las reales condiciones económicas de esas masas desplazadas? En ese orden, de la Liga de los Justos, el movimiento de obreros, campesinos desplazados e intelectuales se conjugó en la Liga de los Comunistas y el Manifiesto Comunista (http://www.aporrea.org/actualidad/a60390.html) Como respuesta a tan tamaña osadía contra en establecimiento, el Papa León XIII como respuesta a las realidades en movimiento del socialismo y las realidades que vivían los obreros en Europa presentó la Carta Encíclica “Rerum Novarum”
(http://multimedios.org/docs/d000382/), a partir de ese momento, la mesa de las disputas entre dos sectores del pensamiento humano junto a las realidades de una sociedad europea en pleno desarrollo y sus lógicas consecuencias sociales colocados en un lado de la calle revolucionaria, y las justificaciones teológicas de realidades humanas y socio-económicas, del lado de la calle contrarrevolucionaria, estaban servidas lo que nos ha llevado, hasta las presentes fechas, a enfrentamientos bélico-revolucionarios que han ido evolucionando por las contradicciones que se han venido desarrollando gracias a los impactos de las conquistas de los sectores sociales menos favorecidos, la ampliación de la educación y la información, el desarrollo lógico de las tecnologías y, por supuesto, el propio desarrollo del sistema capitalista en sus lógicas etapas imperialistas y las globalizadoras.

La Tercera Internacional, quizás, es la consecuencia de las realidades globales que se desarrollaron durante el siglo XIX y causa de las realidades que se han presentado durante todo el recorrer del siglo XX no solo y principalmente en Europa sino que gracias al desarrollo del sistema capitalista y las respuesta de los movimientos sociales afectados por los paradigmas de la praxis del capitalismo, traspasó fronteras nacionales y continentales llevando las contradicciones entre dos formas de ver y vivir de la “Sociedad del Ser Creado” a países que, en tiempos históricos, formaron parte del “sistema colonial y semicolonial” impuesto por aquellas testas coronadas y democracias (sic) libertadoras (sic) de nuevas naciones anglosajonas. La Tercera Internacional propuso ideas para tratar “…la naturaleza y el desarrollo de la teoría y la práctica del internacionalismo proletario…” (Ragionieri, Ernesto. “Lenin y la Internacional Comunista, pág. IX en “Los Cuatro Primeros Congresos de la Internacional Comunista”. Cuadernos de Pasado y Presente, Nº 43, pp. 214); además, diríamos, el carácter de la revolución en países coloniales y semicoloniales, el tema de la democracia burguesa y la dictadura del proletariado. Las realidades que, a posteriori, se presentaron, considerando la importancia socio-sicológica que impactó al mundo político, obrero y campesino la Revolución Bolchevique que conjugó el primer “Gobierno de Obreros y Campesinos” de la Historia de la Humanidad con un importante impacto en Alemania y en China, impuso, si se nos permite, una forma de “hacer política” con la tesis del “Frente Unido Nacional” a la que se adscribieron los partidos comunistas mundiales y movimientos sociales de izquierda. En ese orden, podríamos considerar que en Venezuela el Movimiento al Socialismo, en sus principios, sería la última expresión de esa propuesta de amplia participación de clases sociales buscando desarrollar las líneas fundamentales de las estructuras capitalistas en un país donde el propio sistema capitalista en su desarrollo endógeno justificaba aquella propuesta política ¡claro! en un mundo más evolucionado, más moderno y, quizás, con más conciencia social. Podríamos decir que su ápice fue la candidatura de José Vicente Rangel en unas extrañas elecciones presidenciales cuando las derechas despertaron del letargo puntofijista y palparon el triunfo de un político con conocimiento y experiencia dentro de la historia política venezolana y con objetivos claros y precisos en el marco de los cambios socio-económicos necesarios. En ese orden, el segundo triunfo de Rafael Caldera y su “chiripero” (indignante vocablo político) fue un remedo de un frente unido.

Las fechas del 27 de febrero y del 4 de febrero, en diferentes años, presagiaron los cambios por venir. La pregunta era ¿qué cambios, cuáles cambios, cómo se realizarían y que concepción político-ideológica los arroparía? Posteriormente, una vez alcanzado el Poder, la pregunta obligada sería ¿hasta dónde se desparramaría aquella novel propuesta política?

El triunfo de la Revolución Bolivariana, como revolución, fue un triunfo inusual. Se rompieron paradigmas establecidas en antaño y se demostró, en la praxis, que, primero, se podría conquistar el poder en el marco de la “democracia representativa”; en segundo término, que se alcanzaba el poder según las reglas de juego establecidas por la democracia representativa aun cuando fueran chucutas, amañadas y cercenados derechos de miembros de la sociedad con los derechos adquiridos para ejercer el “derecho al voto”; en tercer lugar, una vez en ejercicio del poder en el marco de la democracia burguesa, dentro del marco de la legalidad y los derechos democráticos, se podría llamar a una consulta que obligaría a cambios constitucionales que fueron, reiteradamente, negados por la democracia burguesa; en cuarto término, aquellos cambios constitucionales llevarían a realizar cambios estructurales, dentro de la propia democracia burguesa, evitando la violencia proletario-campesina versus burguesía; en quinto luchar, prepararse para confrontar una lucha de clases promovida por los sectores sociales adscritos a aquella democracia burguesa en decadencia evolutiva (Golpe de Estado del 11 de Abril y el Golpe petrolero).

La Revolución Bolivariana y su liderazgo han mantenido, permanentemente, evolución en esa dialéctica de la teoría y la práctica en todo el cuerpo estructural de una revolución y de una revolución sui generis. Las derechas nacionales, continentales y allende los mares, sus teóricos, percibieron y se han ido adaptando a esas realidades en desarrollo de la Revolución Bolivariana desarrollando todo un sistema de oposición utilizando todos, repetimos, todos los medios posibles para ir desgastando, desmontando y horadando los fundamentos del proceso revolucionario bolivariano tratando de hacer mella en los actores involucrados en el proceso revolucionario desde las bases sociales revolucionarias hasta los puestos de mayores responsabilidades; es decir, han desarrollado en diferentes etapas y adaptándose a los cambios en las realidades del proceso evolutivo de la revolución, lo que se denomina, con precisión, la “lucha de clases” (violencia contrarrevolucionaria). Pero esta lucha de clases en Venezuela tiene sus propias particularidades. Cuando nos acercamos al texto de Arturo Uslar Pietri: “Lanzas coloradas” obtenemos algunos acercamientos sico-sociales a comportamientos que han estado latentes ya no solo en Venezuela sino que se han expresado, prácticamente, en todos los países del continente americano desde Alaska hasta la Patagonia; un claro ejemplo son las actitudes, desde su triunfo, de las derechas internacionales a la persona de Evo Morales.

Cuando nos acercamos a la propuesta de Chávez Frías a realizar una nueva Internacional, en este caso concreto, la 5ta Internacional, debemos percibir las nuevas y diferentes realidades que han impactado las nuevas relaciones socio-económicas en el marco de la evolución del sistema capitalista, las nuevas propuestas a incorporar sobre la base de nuevas realidades que se han desarrollado con ese desarrollo del sistema capitalista en desmedro de la relación “hombre-naturaleza”; se deben considerar las nuevas realidades de la composición de las sociedades producto de ese desarrollo del sistema capitalista y las expresiones sociales que se han manifestado en contrario (en este caso concreto, es interesante conocer las manifestaciones anarquistas y seudo-anarquistas que se viene expresando en casi todas las sociedades de las principales ciudades mundiales como sucedieron en Londres cuando las protestas por consecuencia de la crisis financiera); en ese marco y no menos importante, la incorporación de las realidades de los pueblos originarios al proceso revolucionario y sus características. Tarea llena de obstáculos y de estudios y discusiones previas a la instalación de la 5ta Internacional.

delpozo14@gmail.com

lunes, octubre 13, 2008

VIII Foro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad

La bancarrota capitalista en su apogeo, la crisis política mundial en pleno desarrollo

Jorge Altamira
Tomado de Prensa Obrera 1058 Publicado 09/10/2008

La semana que acaba de transcurrir ha sido la más aleccionadora de la bancarrota capitalista internacional en curso. Es que, en cascada, fracasaron para contenerla todos los planes diseñados por los gobiernos y todas las formas de intervención estatal. No sirvió el paquete de rescate de 700.000 millones de dólares que, con forceps, parió el Congreso norteamericano; no sirvieron las nacionalizaciones parciales en Europa ni la extensión de los seguros para los depósitos bancarios; finalmente, tampoco sirvió de nada la medida, francamente excepcional, de la Reserva Federal de ofrecerse para rescatar a cualquier empresa que lo reclame sin la necesidad de pasar por el sistema bancario. Las cotizaciones de las acciones de las empresas, incluidas las de los grandes grupos industriales, que son el índice que mide la solvencia del capital, no dejaron de caer hasta niveles de una década atrás. En definitiva, ocurrió algo tremendo: se quebró el mito de que el Estado es el escudo financiero final del sistema capitalista. Ahora, ese mismo Estado enfrenta una crisis financiera colosal, porque, como lo admitió Obama frente a McCain, la deuda pública norteamericana es ya de once billones de dólares, y esto sin computar los compromisos de la Reserva Federal; el banco central de los Estados Unidos ha perdido el 70 por ciento de sus reservas, necesita recapitalización por parte del Estado y, sin embargo, sigue abriendo su ventanilla para adquirir nuevos títulos podridos de los bancos e incluso la posibilidad de endeudarse con ellos para reciclar el dinero al mercado de préstamos. En efecto, acaba de copiar a nuestro nefasto Martínez de Hoz con una resolución que le permite remunerar los depósitos que los bancos hagan en el organismo monetario central. Se crea, de este modo, el famoso déficit cuasi fiscal que liquidó financieramente a la dictadura argentina. Pero en esta misma semana ocurrió algo más: el derrumbe de las monedas de América Latina, encabezado por el desplome del real brasileño en un 40%, seguido de los pesos de Chile y Colombia. Brasil tuvo que recurrir a medidas de salvataje del tipo de las que se aplican en Estados Unidos, destinando una partida presupuestaria de 20 mil millones de dólares para hacer frente a una caída de bancos. La más infortunada es, de todos modos, Argentina -que se encuentra al borde de una maxidevaluación. No hace falta decir que la fuga de dinero al dólar habrá de dejar a los bancos en Argentina nuevamente ante la quiebra.

El camino de Islandia

En el cargador quedan apenas una o dos balas: la nacionalización consentida o impuesta del conjunto del sistema bancario. Es lo que acaba de hacer Islandia, que nacionalizó todo el sistema bancario con apoyo financiero de Rusia. El nombre de Islandia puede parecer exótico pero es una plaza 'off shore', o sea que da cabida a todos los capitales en negro de otros países. ¿Es una salida? Hay que aclarar que nacionalizar bancos es la cosa más barata del mundo; esto es porque los capitales de los bancos apenas representan 1/60 parte de los activos y de las deudas en su poder. El asunto es lo que viene después, porque esos activos (que suman sesenta veces más que el capital) valen hoy un 70% menos del valor que tienen registrado- de modo que comprarlos a un precio nominal o preferencial representaría una pérdida que ningún país del mundo podría absorber, ya que el mercado financiero opera por centenares de billones de dólares. De manera que, para que la nacionalización sea efectiva, el Estado debería podar coactivamente la deuda de los bancos en la misma proporción de la caída de los activos que los bancos tienen en su poder, o sea reconocerles a los acreedores el 30% del valor que prestaron, lo cual los llevaría a la quiebra. Si es necesario llegar a confiscaciones parciales para salvar al capitalismo, el Estado lo hará -pero antes deberá enfrentar resistencias invencibles y deberá desarrollar una capacidad de acción que solamente ha llegado a tener en períodos de movilización militar de la población. Por eso no se ve cómo la propuesta de abandonar la línea de comprar bonos, títulos y otra clase de activos (como lo promete el paquete de 700.000 millones de dólares), para pasar a comprar acciones preferidas de los bancos (mucho más barato) podría dar algún resultado. Las acciones preferidas, a diferencia de las ordinarias, no dan derecho a voto, de modo que el Estado no podría influir en la política de los bancos ni, por lo tanto, en el manejo de la deuda que no pueden pagar. El rescate por medio de las acciones preferidas busca evitar la confiscación parcial del capital de los banqueros (las acciones ordinarias han caído por el suelo), o sea operar sin bisturí. Es interesante destacar que esta opción académica entre nacionalizar bancos, por un lado, para darle una seguridad de rescate a los fondos que financiaron las operaciones bancarias, o comprar directamente la deuda de los bancos, por el otro - sin de ningún modo nacionalizarlos- refleja una pelea real en el 'establisment' capitalista entre los banqueros comerciales y de inversión y la infinidad de fondos de cobertura o de capital privado.
La alternativa, entonces, de nacionalizar, incluso integralmente, al capital bancario no reposa en la capacidad del Estado para hacer frente a las deudas bancarias, sino en la expectativa de que la nacionalización sirva para desplazar la crisis en el tiempo mediante una refinanciación más o menos automática de las deudas. Si a esta variante se suma la posibilidad de atenuar la recesión industrial, sus partidarios creen que la crisis puede quedar superada en no mucho tiempo. Pero esta posición no tiene otro sustento que las expectativas que podría generar una compra parcial o total de capital bancario. Lo más probable es lo contrario: en sí misma, una nacionalización generalizada de bancos, por añadidura a precios de remate, debe tener un efecto depresivo sobre el sistema capitalista y augura crisis políticas mayúsculas. Por eso Estados Unidos rescata bancos subsidiando a otros bancos para que los compren (JP Morgan al Bear and Stern, o Bank of America al Merril Lynch), o da créditos que pueden ser convertidos en acciones, pero no se queda de entrada con ellas (compañía de seguros AIG).

Entre diez y trece billones

Para entender el tamaño de la crisis que los gobiernos pretenden superar con medidas improvisadas, no es necesario ir lejos. Basta leer a Juan Manuel Forn, en La Nación del sábado pasado. El ex ejecutivo del Bank of America en Argentina, y actual vicepresidente de Molinos Río de la Plata, no se va con vueltas: en castellano elemental advierte que para el salvataje financiero en Estados Unidos es necesaria "una cantidad de fondos entre cinco y diez veces mayor" que los 700.000 millones de dólares "que autorizaba el plan". O sea entre tres billones y medio y siete billones de dólares. Si se le suman los seis billones ya comprometidos para las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, llegamos a un abanico de diez a trece billones de dólares. Imposible, insalvable. Mucho tendrá que caer antes de que algo se levante.

El administrador delegado de la empresa petrolera estatal ENI, Paolo Scaroni, también sabe de lo que habla (Corriere, 5/10), porque "guía una de las sociedades italianas con mayores relaciones con el extranjero". Para Scaroni simplemente no se sabe cuál es el monto de los títulos podridos o tóxicos en manos de los bancos, lo cual los convierte en "el espectro del miedo". La centroderecha italiana coincide en que el paquete de Bush no alcanza, y advierte que "el sistema americano está empantanado más allá de las previsiones más negras". El periodista que transcribe estas declaraciones agrega de su cosecha: "Incluso el escenario político deberá ser reescrito, dice, y se abriría el tema de cómo afrontar de una manera republicana una crisis sin precedentes". La pelada de Mussolini sigue planeando como una alternativa para la derecha italiana.
"Ahora viene la parte difícil", plantea un redactor del Wall Street Journal (6/10): "conseguir la plata para pagar los planes de rescate del gobierno estadounidense". Señala que con los rescates que ya están en marcha, el déficit fiscal de 2009 pasaría de 400 mil a 900 mil millones de dólares, pero si se le agrega la deuda que vence y tiene que ser refinanciada, ese déficit treparía a 1.5 billones de dólares.

En este momento pareciera que hubiera abundancias de fondos para financiar esas monstruosidades, como lo demostraría la compra frenética de bonos del Tesoro de Estados Unidos en la última semana, al punto que llegaron a agotarse en algún momento. Pero se trata de dinero en tránsito para el pago de deudas, que están nominadas en dólares, por eso acepta un interés del 0.25% contra una inflación anual de cerca del 5%. Los intereses sobre la deuda pública a largo plazo están, en cambio, subiendo. No va a pasar mucho tiempo para que los inversores abandonen las letras del Tesoro y al propio dólar. Antes de llegar a recaudar el dinero del rescate, Estados Unidos podría enfrentarse a un desfinanciamiento público y a un derrumbe del dólar.
En definitiva, la crisis se ha agravado y ha expuesto la incapacidad financiera y política de los Estados para hacerle frente. Las Bolsas se ven obligadas a suspender las transacciones, en el caso ruso por más de tres días, un verdadero feriado a la Argentina.

Las reacciones populares han comenzado: una huelga general en Bélgica el lunes pasado, acciones defensivas en Renault-Francia frente a despidos. Lo que es cierto es que el desenvolvimiento objetivo y subjetivo de la crisis ha despejado el terreno para una consigna internacional: por la nacionalización de los bancos sin indemnización, por el control y gestión de los obreros - no de los que apadrinaron y encubrieron este derrumbe. Junto a la reivindicación contra las suspensiones y despidos, la consigna de nacionalización sin pago de la banca puede ser muy útil para comenzar a articular las fuerzas del proletariado internacional.