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domingo, mayo 01, 2011

El gobierno secreto que dirige Estados Unidos

En el libro La route vers le nouveau désordre mondial, el profesor Peter Dale Scott recorre la historia del “Estado profundo” en Estados Unidos: la estructura secreta que dirige la política exterior y la política de defensa de ese país, más allá de las apariencias democráticas. En entrevista, el autor retoma la discusión sobre el grupo que organizó los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que se financia a través del tráfico mundial de droga

Maxime Chaix / Anthony Spaggiari / Red Voltaire

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Un libro documenta la estructura secreta que dirige la política exterior y la política de defensa de Estados Unidos. El profesor Peter Dale Scott, su autor, recorre la historia del “Estado profundo” de ese país, cuya apariencia democrática es apenas una fachada. Este estudio ofrece la ocasión de poner bajo los reflectores al grupo que organizó los atentados del 11 de septiembre y que se financia a través del tráfico mundial de droga. Se trata de un libro de referencia cuya lectura aconsejan ya las academias militares y diplomáticas.

Red Voltaire (RV): Profesor Scott, ¿pudiera usted proporcionar una definición de “la política profunda” y explicar la diferencia entre lo que usted llama el “Estado profundo” y el “Estado público”?

Peter Dale Scott (PDS): La expresión “Estado profundo” viene de Turquía. Hubo que inventarla en 1996, después del accidente de un auto Mercedes que rodaba a toda velocidad y cuyos pasajeros eran un miembro del parlamento, una reina de belleza, un importante capitán de la policía local y el principal traficante de droga de Turquía, quien dirigía además una organización paramilitar –los Lobos Grises– que asesinaba gente. Se hizo entonces evidente que existía en Turquía una relación secreta entre la policía –que oficialmente estaba buscando al hombre que se encontraba en aquel auto con un jefe de la policía– y aquellos individuos que cometían crímenes en nombre del Estado.

El Estado para el que se cometen crímenes no es un Estado que puede mostrar su propia mano al público. Es un Estado escondido, una estructura secreta.

http://archivo.contralinea.info/2011/abril/230/fotos/gobierno-eu/libro.jpgEn Turquía lo llamaron el “Estado profundo”, y yo mismo venía hablando desde hace tiempo de la “política profunda”, así que utilicé esa expresión en mi libro La route vers le nouveau désordre mondial [El camino hacia el nuevo desorden mundial].

Definí la política profunda como el conjunto de prácticas y de disposiciones políticas, intencionales o no, habitualmente criticadas o no mencionadas en el discurso público, además de no reconocidas. Es decir que la expresión “Estado profundo” no es cosa mía. Se refiere a un gobierno paralelo secreto, organizado por los aparatos militares y de inteligencia, financiado por la droga, que se implica en acciones de violencia de carácter ilícito para proteger el estatus y los intereses del ejército de las amenazas que representan los intelectuales, los religiosos y, en ocasiones, el gobierno constitucional.

En La route vers le nouveau désordre mondial, adapto un poco esa expresión para referirme a la más amplia conexión que existe, en Estados Unidos, entre el Estado público constitucionalmente establecido y las fuerzas profundas que se mueven en segundo plano de ese Estado: las fuerzas de la riqueza, del poder y de la violencia que están fuera del gobierno.

Esa conexión podríamos llamarla la “puerta trasera” del Estado público, [puerta] que sirve de acceso a fuerzas oscuras situadas fuera del marco legal.

La analogía con Turquía no es perfecta, ya que lo que actualmente hemos observado en Estados Unidos no es tanto una estructura paralela, sino una amplia zona o ambiente de contactos entre el Estado público y fuerzas oscuras invisibles. Pero esa conexión es considerable, y se necesita una apelación como “Estado profundo” para describirla.

RV: Usted escribió La route vers le nouveau désordre mondial en momentos en que el régimen de Bush se hallaba en el poder y después lo reactualizó con vistas a la traducción al francés. ¿Piensa usted que el Estado profundo se ha debilitado, lo cual favorecería al Estado público, como resultado de la elección de Barack Obama? ¿O, por el contrario, se ha reforzado con la crisis y con la actual administración?

PDS: Después de dos años del gobierno de Obama, la influencia del Estado profundo, o más exactamente de lo que yo llamo en mi último libro La máquina de guerra estadunidense, ha seguido existiendo, como lo ha hecho bajo cada presidente de Estados Unidos desde la época de Kennedy.

Un importante síntoma de ello es la manera en que Obama, a pesar de su retórica de campaña, ha seguido ampliando el campo de aplicación del secreto dentro del gobierno de Estados Unidos y cómo ha seguido castigando a quienes lanzan llamados de alerta: su campaña contra Wikileaks y contra Julian Assange –quien no ha sido inculpado aún por el menor crimen– no tiene precedentes en la historia de Estados Unidos. Sospecho que el miedo a la publicidad que se percibe en Washington viene de que existe la conciencia de que las políticas de guerra de Estados Unidos están cada vez más desvinculadas de la realidad.

En Afganistán, Obama parece haber capitulado ante los esfuerzos del general Petraeus y de otros generales que querían garantizar que las tropas estadunidenses no comenzaran a retirarse de las zonas de combates en 2011, como había adelantado Obama cuando autorizó un aumento del número de soldados en 2009. El último libro de Bob Woodward, Las guerras de Obama, reporta que durante aquel largo combate que se produjo dentro de la administración para determinar si había que decidir una escalada militar en Afganistán, Leon Panetta, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), le aconsejó a Obama que “ningún presidente democrático puede ir en contra de los consejos del ejército… Así que hágalo. Haga lo que ellos le dicen”. Obama dijo recientemente a soldados estadunidenses en Afganistán: “Ustedes cumplen sus objetivos, ustedes tendrán éxito en su misión”. Este eco de testimonios anteriores –tontamente optimistas– de Petraeus muestra por qué no se hizo en la Casa Blanca una evaluación realista del desarrollo de la guerra en diciembre de 2010, a pesar del mandato recibido inicialmente.

Al igual que Lyndon Johnson antes que él, el presidente está atrapado ahora en un cenagal que no se atreve a perder, y que amenaza con extenderse a Pakistán, así como a Yemen, si no más lejos aún. Sospecho que las fuerzas profundas que dominan los dos partidos políticos son ahora tan poderosas, tan coincidentes y, sobre todo, están tan interesadas en las ganancias que la guerra genera, que un presidente está más lejos que nunca de oponerse a ese poder, ni siquiera ahora cuando se hace cada vez más evidente que la era de dominación mundial de Estados Unidos –al igual que sucedió en su tiempo con la de Gran Bretaña– está a punto de terminar.

En ese contexto, Obama –sin debate ni revisión– ha prolongado el estado de urgencia interna proclamado después del 11 de septiembre, con las drásticas limitaciones de los derechos civiles que ello implica. Por ejemplo, en septiembre de 2010, la Agencia Federal de Investigación tomó por asalto las oficinas de pacíficos defensores de los derechos humanos en Minneapolis y en Chicago: se basó en una decisión reciente de la Corte Suprema, según la cual, la libertad de expresión y el activismo no violentos reconocidos en la Primera Enmienda se convierten en crímenes si están “coordinados con” o “bajo la dirección” de un grupo extranjero designado como “terrorista”. En nueve años, el Congreso no se ha reunido ni una sola vez para discutir el estado de urgencia decretado por George W Bush después del 11 de septiembre, que, por lo tanto, permanece en vigor hoy en día.

http://archivo.contralinea.info/2011/abril/230/fotos/gobierno-eu/obama.jpgEn 2009, el excongresista Dan Hamburg y yo lanzamos una exhortación pública al presidente Obama para que pusiera fin al estado de urgencia y llamamos al Congreso a que realizara las audiencias que su responsabilidad requiere. Pero el 10 de septiembre de 2009, Obama, sin la menor discusión, prolongó nuevamente el estado de urgencia del 11 de septiembre y lo hizo de nuevo al año siguiente. Mientras tanto, el Congreso ha seguido ignorando las obligaciones que le impone su propio estatuto.

Un congresista explicó a uno de sus electores que lo previsto en la National Emergencies Act se ha hecho inoperante por causa de la Continuidad del Gobierno (Cog, por su acrónimo en inglés), un programa ultrasecreto destinado a organizar la dirección del Estado en caso de situación de urgencia nacional. El programa de la Cog fue parcialmente aplicado el 11 de septiembre por Dick Cheney, uno de los principales arquitectos de ese programa, desarrollado dentro de un comité que opera fuera del gobierno regular desde 1981. De ser cierto que las disposiciones de la National Emergencies Act se han hecho inoperantes por causa de la Cog, indicaría que el sistema constitucional de contrapoderes ya no se aplica en Estados Unidos, y que los decretos secretos predominan ahora sobre la legislación pública.

RV: En ese contexto, ¿por qué el Congreso de Estados Unidos no desempeña su papel en la limitación de los poderes secretos que se instauró después del Watergate? ¿Qué consecuencias tuvieron entonces la expulsión de Nixon y el fortalecimiento de la supervisión del Congreso sobre las operaciones secretas de los servicios de inteligencia estadunidenses?

PDS: La estrategia de Nixon para Vietnam consistió en tratar de obtener el apoyo del bando opuesto llegando a acuerdos estratégicos tanto con la Unión Soviética como con China. Esto encontró una violenta oposición tanto de los “halcones” como de las “palomas” en el seno de una nación profundamente dividida. Creo que los “halcones” provenientes tanto de la CIA como del Pentágono fueron partícipes de la crisis fabricada del Watergate, que dio lugar a la dimisión forzosa de Nixon.

Después del Watergate, las “palomas” del Congreso –al que se aplicó por entonces el sobrenombre de McGovernite– de 1974 implantaron cierto número de reformas en nombre de políticas más abiertas y públicas, aboliendo un estado de urgencia que se había mantenido desde la época de la guerra de Corea y estableciendo las restricciones jurídicas y legislativas sobre la CIA y sobre otros aspectos del gobierno secreto. Esas reformas tuvieron como respuesta una movilización concertada tendiente a revertirlas y a restablecer el statu quo.

Aquel debate político implicaba la existencia, en el seno de la dirección del país, de un desacuerdo entre los llamados “negociantes” y los “prusianos”, y la cuestión era saber si, después del fiasco de Vietnam, Estados Unidos debía esforzarse por volver a su anterior papel de nación prominentemente comerciante o si debía responder a la derrota de Vietnam con un aumento suplementario de sus fuerzas armadas.

Aquella lucha burocrática e ideológica fue, a la vez, una lucha por el control del Partido Republicano. Aquello terminó provocando la caída de Nixon y el gradual redireccionamiento –durante la presidencia de Ford– de la política exterior de Estados Unidos de coexistencia pacífica con la Unión Soviética hacia planes tendientes a debilitar y, posteriormente, a destruir –bajo la administración de Reagan– lo que este último llamó “el imperio del mal”. Fue así como, en octubre de 1975, la implicación muy probable de Dick Cheney y de Donald Rumsfeld en la revolución palaciega, que los historiadores designan como “Masacre de Halloween”, significó la derrota del republicanismo moderado de Nelson Rockefeller. Aquello significó esencialmente la reorganización del equipo de Ford, preparando así el fin de la distensión.

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Dick Cheney y Donald Rumsfeld, que por entonces dirigían el equipo de la Casa Blanca del presidente Gerald Ford, y controlaban el Departamento de Defensa, desempeñaron un papel decisivo en el triunfo final de los prusianos, al alejar a Henry Kissinger y nombrar como director de la CIA a George H W Bush, quien elaboró desde allí un nuevo estimado, más alarmista, de la amenaza soviética, dando lugar a la correspondiente explosión de los presupuestos de defensa y al sabotaje de la política de distensión. Desde entonces, hemos podido observar en la economía estadunidense una influencia cada vez más importante de lo que Dwight D Eisenhower había llamado, en el histórico discurso de fin de mandato que pronunció el 17 de enero de 1961, el “complejo militar-industrial”.

Hoy en día, estamos sometidos a un nuevo estado de urgencia ampliado, y la supervisión del Congreso sobre las operaciones secretas del Estado profundo de Estados Unidos se ha hecho casi inexistente. Por ejemplo, la supervisión con mandato jurídico del Congreso sobre las operaciones secretas de la CIA se ha evitado con éxito gracias a la creación, en 1981, del Joint Special Operations Command en el Pentágono, al igual que la supervisión sobre las operaciones que dirigió el general Stanley McChrystal antes de su nombramiento como comandante de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán.

RV: En su anterior respuesta, mencionó brevemente el importante papel de George Bush padre en el sabotaje de la política de distensión que había desarrollado Kissinger. Fue, sin embargo, muy breve el periodo de Bush a la cabeza de la CIA. ¿El reemplazo de George H W Bush por el almirante Stanfield Turner, más moderado, a la cabeza de esa Agencia incrementó el control de las operaciones secretas de los diferentes elementos del Estado profundo de Estados Unidos?

PDS: No, en lo absoluto. Sucedió lo contrario, ya que ciertos actores clave de lo que acabo de explicar, ya excluidos de la CIA como consecuencia de la nominación del almirante Turner, se buscaron una nueva “casa” y trabajaron para el Safari Club. Ésta era una organización secreta fuera de todo control que reunía a los directores de los servicios de inteligencia de numerosos países –como Francia, Egipto, Arabia Saudita e Irán. Estimulada esencialmente por el entonces director del espionaje francés, Alexandre de Marenches–. Esta organización tenía como objetivo completar secretamente las acciones de la CIA mediante la realización de otras operaciones anticomunistas en África, Asia Central y Medio Oriente, operaciones que escapaban a todo control del Congreso estadunidense.

Después, en 1978, Zbigniew Brzezinski –que no era miembro del Safari Club– desarrolló una forma de escapar al control del almirante Turner mediante la creación de una unidad especial de la Casa Blanca con Robert Gates, el actual secretario de Defensa, que era por aquel entonces un joven agente operacional de la CIA. Bajo la dirección de Brzezinski, oficiales de la CIA se aliaron a la agencia de inteligencia de Irán –la Organización de Seguridad e Inteligencia Nacional– para enviar agentes islamistas a Afganistán, desestabilizando así aquel país. Esto condujo a la invasión soviética de Afganistán en 1980.

La siguiente década, que se caracterizó por la implicación secreta de la CIA en Afganistán, fue determinante en la transformación de aquel país en un vivero de cultivo de la amapola del opio, del tráfico de heroína y del islamismo yihadista.

Hay muy buenos libros sobre ese tema –uno por Tim Weiner, el otro por John Prados–. Pero, como se dirigieron a oficiales de la CIA que les mostraron sólo algunos documentos que acababan de ser desclasificados, esos autores no hablan de la droga en sus libros.

La conexión de los narcóticos es tan profunda que no se menciona en los documentos de la CIA que se han hecho públicos. Pero la cooperación de la CIA, dirigida por William Casey desde 1981, con el banco de la droga Bank of Credit and Commerce International (BCCI), estimuló la creación en Afganistán de una inmensa narcoeconomía, cuyas consecuencias desestabilizadoras ayudan a explicar por qué hay soldados de la OTAN, afganos y pakistaníes muriendo diariamente en esos lugares.

El BCCI fue un enorme banco de lavado de fondos provenientes de la droga. Corrompía, con sus presupuestos y sus recursos, a políticos de primer plano en el mundo entero… presidentes, primeros ministros… Y una parte de ese dinero sucio –de eso no se habla mucho, pero es la realidad– llegaba a políticos en Estados Unidos, a políticos de los dos partidos; ésa es una de las principales razones que explican por qué nunca logramos que el Congreso abriera una investigación contra el BCCI. Hubo de hecho un informe del Senado que fue publicado, firmado por un republicano, Hank Brown, y por un demócrata, John Kerry. Brown felicitó a Kerry por haber tenido el coraje de escribir aquel informe cuando tantas personas de su partido estaban vinculadas con el BCCI.

http://archivo.contralinea.info/2011/abril/230/fotos/gobierno-eu/hekmatyar.jpgEste banco fue un factor primordial en la creación de conexiones con gente como Gulbuddin Hekmatyar, probablemente el principal traficante de heroína del mundo entero en la década de 1980. Se convirtió [Hekmatyar] en el principal beneficiario de la generosidad de la CIA, que se completó con una suma similar de dinero proveniente de Arabia Saudita. ¡Hay algo terriblemente nefasto en este tipo de situación!

RV: En 1976, Jimmy Carter fue electo con base en un programa de reducción de los gastos militares y de distensión con la Unión Soviética, lo que en realidad no se concretó en los cuatro años de su mandato. ¿Puede usted explicarnos por qué? ¿Será que su consejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, desempeñó algún papel en aquella política exterior, sensiblemente más agresiva que lo que se esperaba?

PDS: Los medios de difusión presentaban a Carter como un candidato populista, como un granjero sureño cultivador de maní. Pero la realidad profunda era que Carter había sido preparado para la presidencia por Wall Street, particularmente por la Comisión Trilateral, financiada a su vez por David Rockefeller y dirigida por Zbigniew Brzezinski.

Brzezinski, un polaco furiosamente antisoviético, se convirtió entonces en el consejero de Seguridad Nacional de Carter. Y desde el principio de aquel mandato [Brzezinski], interfirió continuamente al secretario de Estado Cyrus Vance para mantener una política exterior más vigorosamente antisoviética. En ese aspecto, Brzezinski actuó en contra de los objetivos planteados de la Comisión Trilateral, de la que el presidente Carter había sido miembro.

La idea subyacente de la Comisión Trilateral era una imagen más bien atrayente de un mundo multipolar en el que Estados Unidos hubiese desempeñado un papel de mediador entre el Segundo Mundo, es decir el bloque soviético, y el Tercer Mundo, que era lo que en aquel momento se designaba como los países subdesarrollados o menos desarrollados ?yo detesto esa expresión porque viví en Tailandia y, en ciertos aspectos, ¡ellos están mucho más desarrollados que nosotros!

En resumen, al ser electo, Carter nombró como secretario de Estado a un verdadero trilateralista, Cyrus Vance, y tenía como consejero de Seguridad Nacional a Zbigniew Brzezinski, quien estaba decidido a utilizar el Estado profundo para hacerle a la Unión Soviética tanto daño como le fuera posible. Y la mayor parte de lo que se interpretó como los “éxitos” del régimen de Reagan claramente se inició en la época de Brzezinski.

Fue una renuncia total de aquello a lo que se había comprometido la Comisión Trilateral. El pobre Carter fue electo porque había prometido cortes en el presupuesto de Defensa y, antes de su salida [de la Casa Blanca], había metido al Departamento de Defensa en masivos aumentos presupuestarios que, una vez más, fueron asociados a Reagan, aunque en realidad habían comenzado antes.

Por consiguiente, una masiva campaña tendiente a un aumento de los presupuestos de defensa –campaña discretamente realizada por ricos industriales del aparato militar que actuaban a través del Comité sobre el Peligro Presente– llevó a la opinión pública estadunidense a fortalecer el esfuerzo de Brzezinski a favor de una presencia y de una política exterior estadunidenses más militantes, sobre todo en el Océano Índico.

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RV: Después de haber sido un hombre muy influyente con el presidente Gerald Ford, Dick Cheney –junto a su mentor Donald Rumsfeld y junto al vicepresidente George H W Bush– fue, a partir de la presidencia de Reagan, uno de los hombres claves del programa ultrasecreto Cog. ¿Puede usted explicarnos en qué consiste ese programa? ¿Ya se ha aplicado, aunque sea parcialmente?

PDS: Desde el comienzo de la presidencia de Reagan, en 1981, se creó un grupo secreto, fuera del gobierno regular, para trabajar sobre la llamada Continuidad del Gobierno o Cog; dicho de otra manera, en planes de la Cog destinados a organizar la gestión del Estado en caso de urgencia nacional. Ese programa era inicialmente una extensión de planes preexistentes destinados a responder a un ataque nuclear que decapitara la dirección de Estados Unidos. Pero antes del fin del mandato de Reagan, su orden ejecutiva número 12686 de 1988 modificó los términos [de dichos planes] para que cubrieran cualquier tipo de urgencia.

La Cog es otra de las cosas que se asocian a Reagan; pero aquellos planes en realidad comenzaron en la época de Carter, aunque es posible que este último nunca haya estado al corriente de ello. En efecto, Carter creó la FEMA [la Agencia Federal de Manejo de Situaciones de Urgencia], que históricamente siempre fue la estructura de planificación de la Cog.

Lo que resulta bastante chocante es que, aunque los planes de la Cog son extremos, el Congreso no estaba al corriente de ellos en la década de 1980. Sólo un pequeño grupo –en el que se encontraban Oliver North, Dick Cheney y Donald Rumsfeld– estaba encargado de trabajar en esos planes, en virtud de una orden ejecutiva altamente secreta de Reagan emitida en 1981.

La cuestión de la Cog se mencionó públicamente por primera vez en 1987, durante las audiencias sobre el escándalo Irán-Contras, cuando un miembro del Congreso, Jack Brooks, le preguntó a Oliver North: “Coronel North, en el marco de su trabajo en el Consejo de Seguridad Nacional, ¿no le asignaron a usted en un momento dado la planificación de la Continuidad del Gobierno en caso de un desastre de envergadura?”. Agregó el congresista Brooks: “Yo estaba particularmente preocupado, señor presidente, porque leí en varios diarios de Miami y en algunos más que había un plan elaborado, por esta misma agencia, un plan de contingencia en caso de urgencia que suspendería la Constitución de Estados Unidos. Aquello me inquietó mucho y me pregunté si era un aspecto en el cual había trabajado él. Yo creo que así es y quería tener esa confirmación”.

El senador Inouye, director de aquella comisión investigadora del Congreso, le respondió con un poco de nerviosismo: “Con todo respeto, ¿puedo pedirle que no se toque ese tema en este momento? Si queremos abordarlo, estoy seguro que pueden hacerse arreglos para una sesión ejecutiva”. Está claro que las preguntas del congresista Brooks eran sobre la Continuidad del Gobierno. Aquellos arreglos para la realización de una sesión ejecutiva nunca tuvieron lugar.

Cheney y Rumsfeld –dos figuras claves del programa de la Cog– siguieron participando en esos planes y ejercicios, muy onerosos, a lo largo de dos décadas sucesivas, incluso en momentos en que, hacia fines de la década de 1990, los dos eran directores de empresas privadas que nada tenían que ver con el gobierno. Se ha dicho que el nuevo blanco que sustituyó a la Unión Soviética fue el terrorismo, pero algunos periodistas han mencionado que desde principios de la década de 1980 había importantes planes destinados a hacer frente al tipo de manifestaciones que, según la mentalidad de Oliver North y de otros como él, habían llevado a la derrota de Estados Unidos en Vietnam.

Nadie duda que los planes de la Cog se hayan aplicado parcialmente durante el 11 de septiembre de 2001, paralelamente a un estado de urgencia proclamado oficialmente. Este último sigue aún en vigor al cabo de nueve años, a pesar de una ley posterior al Watergate que exige ya sea una aprobación o un cese de una urgencia nacional por parte del Congreso cada seis meses. Los planes de la Cog son un secreto celosamente guardado, pero en la década de 1980 hubo informes que señalan que esos planes implicaban medidas de vigilancia y detenciones sin mandato, así como una militarización permanente del gobierno. En cierta medida, esos cambios claramente se aplicaron después del 11 de septiembre.

No hay manera de determinar cuántos cambios constitucionales ocurridos desde el 11 de septiembre pueden tener su origen en la planificación de la Cog.

Sabemos, sin embargo, que nuevas medidas de aplicación de la Cog fueron instauradas nuevamente en 2007, cuando el presidente Bush emitió la National Security Presidential Directive 51 (Directiva Presidencial de Seguridad Nacional, o NSPD-51/HSPD-20). Esta directiva estipulaba lo que la FEMA posteriormente llamó “una nueva visión para garantizar la continuidad de nuestro gobierno”, y fue seguida por un nuevo Plan de Desarrollo de la Política de Continuidad Nacional.

La NSPD-51 invalidó también la PDD 67, que era la directiva de la Cog del decenio anterior elaborada por Richard Clarke, quien era por aquel entonces el zar del contraterrorismo en Estados Unidos desde la época de Clinton. En fin, la NSPD-51 hizo referencia a nuevos “anexos clasificados sobre la continuidad”, señalando que deben “ser protegidos contra toda divulgación no autorizada”.

Bajo la presión de algunos de sus electores que se habían movilizado a favor de la apertura de una verdadera investigación sobre el 11 de septiembre, el congresista Peter DeFazio, miembro de la Comisión sobre la Seguridad Interior, presentó dos pedidos para consultar esos anexos.

Su primer pedido fue rechazado. DeFazio presentó entonces un segundo pedido, mediante una carta firmada por el presidente de su Comisión. El pedido fue rechazado de nuevo. Una vez más, esto indicaría que el sistema constitucional de contrapoderes ya no se aplica en Estados Unidos y que los decretos secretos están ahora por encima de la legislación pública.

RV: En La route vers le nouveau désordre mondial, usted afirma que la Comisión Nacional Investigadora sobre el 11 de septiembre –cuyos miembros fueron nombrados por el gabinete de George W Bush y cuyo informe final fue redactado por el equipo del director ejecutivo Philip Zelikov– incurrió en repetidos engaños sobre el tema del 11 de septiembre, sobre todo en lo tocante a las actividades de Dick Cheney en aquella mañana. ¿Puede usted explicar ese aspecto en particular?

PDS: Inicialmente, George W Bush se resistió a toda investigación sobre el 11 de septiembre hasta que el Congreso impuso una Comisión Investigadora, en respuesta a una eficaz campaña de las familias de las víctimas. Thomas Kean y Lee Hamilton, directores de la Comisión, prometieron públicamente guiarse por las preguntas sin respuestas de las familias de las víctimas, como, por ejemplo, saber quiénes eran realmente los presuntos secuestradores de los aviones y cómo fue que se derrumbaron tres edificios del World Trade Center cuando uno de ellos ni siquiera llegó a recibir el impacto de un avión.

Finalmente, esas preguntas, al igual que otras muchas interrogantes, no llegaron a mencionarse. Asimismo, la Comisión recogió gran cantidad de testimonios contradictorios y, en muchas ocasiones, reescribió ciertos relatos. Bajo la estrecha supervisión de Philip Zelikov, el director de aquella Comisión, quien por mucho tiempo había sido empleado del gobierno en cuestiones de seguridad nacional, el Informe de la Comisión sobre el 11 de septiembre ignoró ciertas contradicciones y corrigió otras de una forma que fue cuestionada por numerosos críticos.

El Informe atribuyó la ausencia de respuestas [de la Defensa estadunidense] de aquel día a un caos y a una ruptura sistémicas, ignorando así otros testimonios de Cheney, según los cuales él desempeñó aquel día un papel preponderante. La Comisión ignoró igualmente importantes contradicciones y dudas sobre el testimonio que había prestado Cheney. Un tema crucial que la Comisión no investigó de manera explícita fue la aplicación de los planes de la Cog [durante los hechos] el 11 de septiembre.

Tampoco mencionó la Comisión de Estudios sobre el Terrorismo de Cheney –reunida por decreto de Bush en mayo de 2001– que fue citada como fuente de origen de una orden del Comité de Jefes del Estado Mayor Conjunto, que databa del 1 de junio de 2001. Aquella orden modificó [u obstaculizó, haciéndolas inoperantes] las condiciones de intercepción de los aviones secuestrados por parte de la Fuerza Aérea.

Para lograr su recuento restringido sobre la responsabilidad de Cheney [en lo sucedido] aquel día, la Comisión también restó importancia –y de manera flagrante– a varios recuentos de testigos oculares [que estaban] en completo desacuerdo con la cronología de la propia Comisión, particularmente los del director del contraterrorismo Richard Clarke y del secretario de Transportes, Norman Mineta.

RV: Gran parte de La route vers le nouveau désordre mondial trata sobre la geopolítica del petróleo, de la droga y del armamento y la manera como el Estado profundo estadunidense la maneja en Asia Central y en el Medio Oriente desde la época del presidente Carter. Sabiendo que la “guerra contra el terrorismo” perdura y se extiende hoy en más de 60 países –principalmente a través de operaciones secretas–, ¿cuáles son los verdaderos orígenes y objetivos de ésta?

PDS: Al principio de la “guerra contra el terrorismo”, estaba muy claro que los consejeros estratégicos de los dos partidos, al igual que los grupos de reflexión [think tanks, centros o institutos de propaganda y/o difusión de ideas políticas], como el Council on Foreign Relations, estaban preocupados por la necesidad de Estados Unidos en preservar su dominio histórico sobre los mercados petroleros mundiales. Produjeron documentos que apoyaban la idea de un incremento de la fuerza militar de Estados Unidos en la región del Golfo Pérsico, así como la idea de adoptar planes militares destinados, en particular, a ocuparse de Sadam Husein.

Hoy, la “guerra contra el terrorismo” ha seguido extendiéndose, y nos dicen que los militantes salafistas se han desplazado –como era de esperar– hacia nuevas regiones del mundo, sobre todo hacia Somalia y Yemen, para preparar sus represalias. La “guerra contra el terrorismo” se ha convertido en un ensayo para la actual doctrina estratégica de Estados Unidos tendiente a implantar un “dominio total”, como fue definida en el importante informe del Pentágono Joint vision 2020, llamando entonces a garantizar “la capacidad de las fuerzas estadunidenses, operando solas o con el apoyo de los aliados, para derrotar a cualquier enemigo y controlar cualquier situación mediante la gama de operaciones militares [disponibles]”.

Desde la Segunda Guerra Mundial, cada una de esas escaladas ha sido conducida por un lobby de la Defensa financiado originalmente por el complejo militar-industrial y actualmente por media docena de fundaciones de derecha que dispone de fondos ilimitados. Con el tiempo, su personal ha ido emigrando de grupo en grupo –el American Security Council, el Comité sobre el Peligro Presente, el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano y, actualmente, el Center for Security Policy (CSP). Pero sus objetivos han ido ampliándose con el paso de los años: de maximizar la presencia estadunidense hasta restringir las libertades individuales para impedir la reaparición de cualquier tipo de movimiento antiguerra en Estados Unidos. Yo abordo la expansión de esta facción del sector de la defensa en mi más reciente libro La máquina de guerra estadunidense.

Esa agenda incluye cada vez más el macartismo, por no decir el fascismo. Cierto número de grupos está alimentando una histeria islamófoba que recuerda la histeria anticomunista de la década de 1950, llamando a una guerra aparentemente sin fin contra el Islam. Por ejemplo, el CSP publicó recientemente el documento Shariah, the threat to America, en el que proclama que la sharia es “la amenaza totalitaria de nuestra época”, con advertencias alarmistas sobre una “yihad infiltrada” y una “yihad demográfica”.

RV: Esa “guerra contra el terrorismo” –cuyos verdaderos fundamentos y objetivos están lejos de ser expuestos explícitamente por los gobiernos de los países miembros de la OTAN– comenzó en Afganistán, en 2001. En ese Estado, poderosos señores de la guerra aliados a Estados Unidos en la década de 1980 –época en la que los muyahidines combatían a las tropas soviéticas– son actualmente destacados actores del conflicto en “AfPak”, la entidad geopolítica que abarca Afganistán y Pakistán. Tomemos como ejemplo simbólico el caso de Gulbuddin Hekmatyar. La opinión pública de los diferentes países de la OTAN no parece darse realmente cuenta de quién es este señor Hekmatyar. ¿Puede usted proporcionarnos información sobre él? En su opinión, ¿cómo simboliza [Hekmatyar] el peligro que representa una política exterior estadunidense que, por falta de control legislativo y de visibilidad pública, ha provocado la explosión del tráfico de droga a nivel global?

PDS: Al disponer de pocos agentes leales en Afganistán, Estados Unidos decidió realizar su Operación Ciclón a través de los que estaban a la disposición de la Inter-Services Intelligence (ISI, los servicios secretos pakistaníes). Pakistán, temiendo a su vez a los reclamos de los verdaderos nacionalistas afganos que reivindican sus propios territorios fronterizos, dirigió el volumen de las ayudas provenientes de Estados Unidos y de Arabia Saudita hacia dos extremistas cuya base de apoyo en Afganistán era muy restringida: Abdul Rasul Sayyaf y Gulbuddin Hekmatyar.

Este último, miembro de la etnia pashtún y de la tribu ghilzai, originario del Norte de pashtún, fue entrenado inicialmente para la resistencia violenta bajo la dirección de los pakistaníes. Fue, al parecer, el único líder afgano que reconoció explícitamente la línea Durand, que define la frontera entre Afganistán y Pakistán. Para compensar el apoyo que no tenían entre la población local, Sayyaf y Hekmatyar cultivaron y exportaron opiáceos de forma masiva en la década de 1980, también con apoyo del ISI.

Fue por esa misma razón que los dos colaboraron con los muyahidines extranjeros –es decir, con los iniciadores de Al Qaeda– que por entonces afluían hacia Afganistán, y Hekmatyar parece haber desarrollado una estrecha relación con Osama bin Laden. Aquella afluencia de fundamentalistas wahabitas y deobanditas provocó el debilitamiento de la versión tradicional sufista del Islam local.

Durante la campaña antisoviética, las fuerzas de Hekmatyar asesinaron a personas que apoyaban a Ahmed Shah Masud, la principal amenaza para los planes de Hekmatyar –que contaban con el apoyo del ISI–, que consistían en dominar el Afganistán postsoviético. Después de la retirada de estos últimos, la CIA –actuando en contra de las recomendaciones del Departamento de Estado– utilizó también a Hekmatyar para impedir la constitución de un gobierno de reconciliación nacional, lo cual condujo a una guerra civil que provocó la muerte de miles de personas en la década de 1990.

Desde la invasión de Estados Unidos contra Afganistán en 2001, Hekmatyar ha dirigido su propia facción de combatientes para obtener una retirada de las tropas de la OTAN, aunque parece más abierto que los talibanes, en cuanto a integrarse a un gobierno de coalición dirigido por el actual presidente Hamid Karzai. En Washington, importantes funcionarios de la Defensa –como Michael Vickers– aún se refieren a la Operación Ciclón como “la acción clandestina más exitosa” en la historia de la CIA.

No parecen preocupados por el hecho de que ese programa de la CIA haya contribuido a generar y a desencadenar algo como Al Qaeda –la nueva justificación postsoviética para los aumentos sin precedentes de los presupuestos de defensa– ni tampoco por haber conferido a Afganistán su actual papel de principal fuente mundial de heroína y hachís.

RV: En conclusión, ante la situación financiera, económica, política, social e incluso moral existente en Estados Unidos, así como en numerosos países a través del mundo, ¿tiene usted confianza en el futuro? ¿Ve usted indicios estimulantes de una mayor influencia de lo que usted llama la “voluntad prevaleciente de los pueblos” en la toma de decisiones políticas, un proceso que es hoy por hoy más oligárquico que nunca?

PDS: Se dice que deberíamos ver cada crisis como una oportunidad. La crisis de Estados Unidos, que es también la del mundo, pudiera ser ciertamente la ocasión de introducir reformas de gran envergadura en los procesos del capitalismo de mercado que engendraron diferencias tan grandes entre los muy ricos y los muy pobres. Desgraciadamente, debido a esos procesos, las políticas tradicionales y los métodos de movilización se han hecho más ineficaces, aun de lo que ya eran anteriormente.

En La route vers le nouveau désordre mondial, defiendo que importantes cambios sociales son posibles cuando la opresión da lugar a la formación de una opinión pública unida –o de lo que llamo “la voluntad prevaleciente de los pueblos”– en oposición a esa opresión. Hago referencia a ejemplos como el movimiento por los derechos cívicos en el Sur de Estados Unidos o el movimiento polaco Solidarnosc.

Desarrollos tecnológicos como internet han facilitado más que nunca la unión de las personas tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Pero la tecnología ha perfeccionado también los instrumentos autoritarios de vigilancia y represión, haciendo la movilización activista más difícil que antes. Por consiguiente, el futuro es muy incierto. Pudiera decirse que el sistema global actual está más inestable que nunca y que es posible que algún tipo de prueba de fuerza logre cambiarlo.

En todo caso, yo estoy convencido de que estamos viviendo un periodo particularmente estimulante. La juventud debe continuar uniéndose como siempre lo ha hecho a movimientos que aspiran al cambio social y a crear nuevos espacios propicios al intercambio global. Y, por sobre todo, no hay ninguna excusa para la desesperación.

http://archivo.contralinea.info/2011/abril/230/fotos/gobierno-eu/peter-dale.jpg

El autor

Nacido en Montreal en 1929, Peter Dale Scott es un exdiplomático, poeta y autor canadiense. Es también profesor emérito de literatura inglesa en la Universidad de Berkeley, California. Es conocido por sus posiciones contra la guerra y por sus críticas sobre la política exterior de Estados Unidos. Peter Dale Scott es además un autor y analista político reconocido tanto por la crítica como por sus colegas, entre los que se encuentra su amigo Daniel Ellsberg, reconocido a su vez como “el hombre que hizo caer a Nixon”.

Fuente: Contralínea 230 / 24 de abril de 2011

jueves, diciembre 30, 2010

En medio de la crisis política estadounidense Mayoría mundial expresa en ONU desacuerdo con EEUU


Barómetro Internacional

Por Ernesto Wong Maestre

Como los medios de comunicación transnacionales al servicio del complejo militar-financiero-industrial-comunicacional (CMFIC) de EEUU tienen entre sus funciones ignorar o minimizar las noticias y comentarios que puedan dañar sus intereses de hegemonía, los resultados de las sesiones de la Asamblea General de la ONU son blanco de esa política imperial que también impulsa -aunque parezca paradójico- la imagen de la inutilidad de la ONU, sobre todo cuando a la Asamblea General se refiere, la única opción de acuerdo colectivo mundial que sin ser vinculante tiene significativa relevancia.
En seis Resoluciones aprobadas este 30 de noviembre en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre temas relacionados con el conflicto del Medio Oriente, los Estados Unidos e Israel votaron en contra de la mayoría mundial que busca salidas pacíficas y justas.
Con más de 100 votos en cada una la Asamblea General de ONU aprobó las resoluciones sobre el Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, la División de la Secretaría de los Derechos de los Palestinos y sobre el Golán sirio, informa un reporte del periodista Victor Carriba, corresponsal de Prensa Latina.
Los temas que mayor aprobación mundial tuvieron en las resoluciones aprobadas, con más de 160 votos, fueron referidos al Programa especial de información sobre la cuestión de Palestina, el Arreglo pacífico de la cuestión de Palestina y los casos de Jerusalén, y en todos ellos votaron en contra de la gran mayoría los EEUU, Israel, Islas Marshall, Micronesia, Palau y Nauru.
La mayoría mundial demostró con diferentes argumentos y desde diferentes perspectivas el interés prioritario de los gobiernos de los cinco continentes en que Israel debe retirarse de los territorios palestinos ocupados, que debe cesar la construcción de asentamientos en esas tierras y que se deben cumplir las resoluciones de la ONU sobre el Medio Oriente.
Carriba estima que esa mayoría mundial opuesta a EEUU e Israel reiteró “la defensa de los derechos inalienables del pueblo palestino, entre ellos a la libre autodeterminación, uno de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas”.
Al evaluar este impacto en la opinión pública mundial el periodista recuerda cómo en este año esa mayoría de los gobiernos del mundo se expresó con 187 votos a favor de la Resolución que condenó por genocida y cruel el bloqueo económico, financiero y comercial de EEUU contra Cuba por medio siglo, con lo cual quedó aún más aislado el gobierno estadounidense.
Pareciera que los gobernantes en el mundo están tomando conciencia de la crisis ética a que algunos líderes y estudiosos se han referido últimamente con mayor intensidad.
Las Resoluciones de la ONU no son vinculantes y tampoco ejercen mayor peso en el Consejo de Seguridad donde las decisiones están permeadas por el derecho al veto que disponen sólo cinco potencias (EEUU, Rusia, China, Francia e Inglaterra) y sus direcciones estarán determinadas por sus intereses y posiciones políticas de cada uno de esos gobiernos, unos más estables que otros y/o con más contradicciones internas que otros. Sin dudas, según las tendencias mundiales, cada día que transcurra EEUU quedará más aislado en ese Consejo de Seguridad.
Sin embargo, no considerar estos cambios sustanciales en la opinión pública mundial por parte de las potencias que pueden provocar o detener una conflagración mundial sería una actitud demencial, poco probable aunque no excluible en el mundo globalizado de hoy.
Estos últimos acontecimientos de ONU se producen en medio de una fuerte crisis económica en los EEUU con claras expresiones en la correlación de fuerzas políticas que obstaculizan de forma creciente la gestión de gobierno del presidente Barack Obama, sobre todo por el ascenso de corrientes ultraderechistas sobre las cuales el partido Republicano ha basado su accionar.
Así quedó evidenciado este martes en la reunión bipartidista con la participación de Obama en la cual congresistas republicanos expresaron su oposición a eliminar la extensión de impuestos al 2% de la población más rica del país que si se mantiene dicha negativa ello representaría un déficit fiscal de 700 mil millones de dólares, según reportó Prensa Latina.
Pero los obstáculos internos a Obama no se detuvieron y en el candente tema de la carrera armamentista los republicanos allí presentes encabezados por Mitch McConnell y el próximo presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, manifestaron su oposición a la aprobación del Acuerdo Start de desarme nuclear con Rusia, sobre el cual Obama había reiterado su compromiso de cumplirlo a su homólogo Dmitri Medvédeev en la ultima reunión de la Otan en Lisboa en que cortejó a la potencia euroasiática para tenerla de su lado en el escudo antimisiles “europeo”.
La crisis política pudiera elevar su nivel con el desarrollo de lo que ya se conoce como el “Cablegate” en referencia a los 250 mil documentos de EEUU clasificados como restringidos y secretos que el portal Wikileaks está difundiendo y que revelan varias de las características que durante los últimos treinta años ha tenido la diplomacia estadounidense trazada bajo los principios del llamado reaganismo establecidos por primera vez en los llamados Documentos de Santa Fe.
Sin embargo, dice el Secretario de Defensa Robert Gates, quien tiene sus días contados en la Casa Blanca, que las consecuencias para EEUU de las revelaciones de Wikileaks son pocas aunque no especificó la calidad de ellas, con lo cual demuestra una vez más su mediocridad estratégica heredada del falaz George W. Bush, tal y como quedó evidenciado en los comentarios de varios gobiernos aliados sobre las Memorias del expresidente estadounidense.
"¿Es embarazoso? sí, ¿es incómodo? sí. ¿Consecuencias para la política exterior estadounidense? Muy pocas", expresó Gates en una rueda de prensa reportada por varias agencias.
El descrédito, la desconfianza o la cautela internacional hacia la diplomacia estadounidense se hace evidente en los comentarios de la prensa mundial, en las controvertidas declaraciones de sus aliados que se encuentran presionados por la opinión pública de sus sociedades y en las declaraciones de los gobiernos que se han visto afectados por el espionaje de EEUU que tomarán nuevas medidas de defensa ante las evidentes intromisiones, lo cual abrirá de inmediato una fase de mayor debilidad en el uso de los instrumentos diplomáticos del denominado “smart power” y en las propias operaciones que llevan a cabo las numerosas agencias de información e inteligencia de la primera potencia militar del planeta.
¿Conducirá ello a priorizar aún más las herramientas no diplomáticas y los instrumentos de fuerza?
“Hay muchas cosas de las cuales hablar cuando Estados Unidos está envuelto en un colosal escándalo como consecuencia de los documentos publicados por Wikileaks, cuya autenticidad -independientemente de cualquier otra motivación de ese sitio web- nadie ha puesto en duda” afirmó el líder cubano Fidel Castro en su última reflexión sobre Haití y el cólera.
Y todo ello formando parte de una coyuntura mundial en la cual se destaca la crisis financiera, económica y política europea con fuertes consecuencias sociales en Grecia, España, Italia, Bélgica, Holanda, Irlanda, Francia, Reino Unido, Portugal, Alemania, entre otros países de la Eurozona, así como el cauce que vienen tomando los conflictos en el Medio Oriente y el conflicto de la Península coreana en los cuales EEUU está inmerso sin dar señales de cómo va a salir de ellos sin obtener una derrota aplastante. wongmaestre@gmail.com

lunes, noviembre 29, 2010

Se construye el "escenario para el ingreso de tropas estadunidenses a territorio nacional: militares mexicanos

Focos rojos en Sedena ante posible intervención de EU

Zósimo Camacho

Militares en activo, generales y coroneles –que ocupan cargos operativos en el Ejército Mexicano– manifiestan su preocupación ante la posible intervención militar de Estados Unidos en México. Se muestran frustrados por la política de Felipe Calderón, obsequiosa ante los duros del Pentágono, y advierten que se construye el “escenario” para el ingreso de tropas estadunidenses a territorio nacional. Señalan que una parte del caos y la violencia en ciudades mexicanas es inducida desde el exterior con la anuencia del gobierno federal. Especialistas en seguridad nacional coinciden en que se generan las condiciones que justifiquen una “cooperación más estrecha” en el plano militar entre ambos países.
El pasado 18 de junio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) calificó como “superpotencia” a las bandas del narcotráfico que operan en México. El hecho apenas mereció unas líneas en páginas interiores de algunos medios impresos. Pero militares de la Segunda Sección del Ejército Mexicano (encargada de las labores de inteligencia) terminaron por desesperarse: observan como inminente la llegada de tropas estadunidenses al país, una demanda de los sectores castrenses más duros de la Defensa Nacional de Estados Unidos.“Institucionales”, acostumbrados a callar sus diferencias con los civiles y renuentes a comentar las discrepancias al interior de las Fuerzas Armadas, esta vez los militares prefieren hablar. Señalan que parte de la violencia que se ha desatado en las últimas semanas podría ser “inducida”. Y acusan al gobierno de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa de preparar el “escenario” para una intervención estadunidense abierta. Aseguran contar con información de que los atentados con carros bomba (uno realizado en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 16 de julio, y dos más en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el 26 de agosto de 2010) pudieron no ser obra de las bandas de narcotraficantes. Incluso, es probable que no hayan sido realizados por mexicanos. “No es el modus operandi de los cárteles ni de los grupos armados con reivindicaciones políticas”, dice uno de los divisionarios que solicita mantener bajo reserva su identidad. Agrega que en círculos castrenses existe inquietud ante la desestabilización del país y las acciones del gobierno federal que, más que contenerla, parecen propiciarla.Las declaraciones a Contralínea de militares en activo del Ejército son válvulas de escape y señales de lo que ocurre en el ámbito castrense. A decir de Guillermo Garduño –especialista en Fuerzas Armadas e investigador adscrito a la Universidad Autónoma Metropolitana y conferencista en el Colegio de la Defensa Nacional–, los militares están desesperados porque los comanda un grupo de civiles que “ni idea tiene de lo que son las Fuerzas Armadas”. México no ha creado una elite civil que conozca al Ejército Mexicano, a la Marina Armada de México ni a la Fuerza Aérea.De acuerdo con los generales y coroneles que solicitan no revelar sus nombres, la supuesta “estrategia” para permitir el ingreso de tropas estadunidenses a territorio mexicano con los menores costos sociales contaría con dos vertientes: al interior, donde se buscaría que la propia sociedad mexicana demande más “seguridad” sin importar el origen de la “ayuda”; y al exterior, en el que los países consideren que la intervención sería “humanitaria”, ante bandas criminales que han superado al Estado mexicano.
Las presiones, en ascenso
En el estudio, "La globalización del delito: evaluación de la amenaza del crimen organizado trasnacional", presentado el pasado 18 de julio, la Oficina de la Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito señala que la “superpotencia” mundial de criminales organizados “ha generado una guerra por territorios y nuevas rutas entre bandas de traficantes, particularmente en México”.Ya antes, el informe de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, aprobado para su publicación el 25 de noviembre de 2008 y dado a conocer en enero de 2009, Joint Operating Environment. Challenges and implications for the future Joint Force (JOE) –título cuya traducción sería Contexto de la Operación Conjunta. Desafíos e implicaciones para el futuro de las operaciones de las Fuerzas Conjuntas– advirtió que el Estado mexicano podría ser incapaz de mantener la estabilidad en los próximos años. Y colocó al país como un Estado fallido con características similares a Afganistán. En el mismo documento, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos “recuerda” que “un México inestable podría representar un problema de seguridad de enormes proporciones” para ese país.Las presiones estadunidenses fueron subiendo de tono y de número. El 10 de marzo de 2009, el director de la Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dennis Blair, señaló que México no controlaba todo su territorio. Para julio de ese mismo año, el informe La narcoinsurgencia de México y la política antidrogas de Estados Unidos –del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército, dependiente del Pentágono– planteó que México vivía “una transición del gangsterismo tradicional de asesinos a sueldo a terrorismo paramilitar con tácticas de guerrilla”. Además, el 17 de ese mes Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, declaró que el Ejército Mexicano había fracasado en su lucha contra el narcotráfico en la fronteriza Ciudad Juárez.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad de este 2010, el discurso de las autoridades estadunidenses y de la ONU ha sido cada vez más contundente: México es incapaz de controlar a las bandas del narcotráfico y su ineficiencia es una amenaza a la seguridad de varias regiones del mundo, incluyendo Estados Unidos.
“Todo se va acomodando”
El embajador Henry A Crumpton, exoficial de operaciones clandestinas de la Agencia Central de Inteligencia y excoordinador de la lucha contra el terrorismo en el Departamento de Estado, aseguró que México vive una “narcoinsurgencia”. A principios de septiembre pasado, en una entrevista con Wall Street Journal, Crumpton reconoció que ese concepto es “particularmente incendiario” para los mexicanos por su temor histórico a que el ejército de Estados Unidos se ponga al frente de la lucha antinarcóticos.La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, retomó el concepto vertido por Crumpton y, el 8 de septiembre, agregó que México “se está pareciendo más a como se veía Colombia hace 20 años”. En esa misma declaración, defendió el Plan Colombia, del que, aseguró, sí dio resultados en la lucha contra el narcotráfico. “Todo se va acomodando”, dice a Contralínea un general que solicita mantener bajo reserva su nombre. Llamar “superpotencia” al narcotráfico es considerar que las Fuerzas Armadas de México no son suficientes para combatir a una “amenaza mundial”. El “peligro” de una intervención es real, agrega.
En efecto, oficiales estadunidenses consultados por Wall Street Journal explicaron que “el gobierno mexicano parece estar cada vez más abierto a una mayor cooperación, debido a que la situación de seguridad está empeorando”. En declaraciones publicadas el mismo 10 de septiembre, el embajador mexicano en Washington, Arturo Sarukhán, dijo: “Hemos alentado a Estados Unidos a mejorar y profundizar la cooperación con México”.A los agentes de la Oficina Binacional de Inteligencia –establecida en agosto pasado y anunciada en marzo de este año, luego de las reuniones de “alto nivel” celebradas en México entre la plana mayor de seguridad nacional de Estados Unidos y sus pares mexicanos– se suman los “Cuerpos de Paz”.
Tan sólo durante la semana del 7 de noviembre llegaron 39 “voluntarios”, como informó la embajada estadunidense en México. Estos nuevos voluntarios se integran a trabajos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas.Previamente, a lo largo del año, habían llegado 33, que estarían integrados a la propia Semarnat en programas de manejo de áreas protegidas, ecoturismo, educación ambiental y desarrollo de negocios sostenibles; y 12 más, en los programas del Conacyt en transferencia tecnológica, tecnologías de la información, desarrollo de negocios y organizaciones y enseñanza del idioma inglés.
La intervención blanda
Especialistas consideran que, como nunca desde la Revolución Mexicana, el país se encuentra al borde de una intervención militar estadounidense. Coinciden en que mientras más desestabilizado se encuentre el país, mayores serán las posibilidades de que marines “colaboren” en territorio mexicano.“
Ése [el de la intervención] es el tema en los círculos de la inteligencia en México”, señala Abelardo Rodríguez Sumano, investigador del Centro de Estudios sobre América del Norte de la Universidad de Guadalajara.
El especialista en temas de seguridad nacional de México y Estados Unidos señala que la intervención estadunidense tendría como origen el “vacío” que han dejado las autoridades mexicanas.
“No hay un consenso en el sistema de seguridad nacional en cuanto a la relación con Estados Unidos. Estamos desarticulados en el aspecto de la ‘colaboración’. Hay sectores, como el de la Marina [Armada de México], que la quieren. Y otros, como el del Ejército [Mexicano], que se resisten. Y mientras no haya acuerdo y se generen estos vacíos estratégicos, los estadunidenses los van a ocupar. Ellos sí tienen claro qué quieren respecto de nosotros.”
Para el doctor Guillermo Garduño Valero, la intervención no es un hecho del futuro inmediato: “Ya está ocurriendo”. Agrega que los propios estadunidenses consideran que no son necesarias en este momento las tropas de ellos en el país.
“Se trata de una guerra de ellos; pero que la libran, como la mayoría de ellas, a lo largo de su historia, fuera de su territorio. Ellos ya están aquí. Ya intervienen, pero los que ponen las vidas son los mexicanos”, asegura.
Al final, concede: “Cuando las instituciones mexicanas se agoten, entonces sí tendrán que responder ellos directamente… Y va a ocurrir”.
Para Jorge Luis Sierra, especialista en seguridad nacional y Fuerzas Armadas, la preocupación de los sectores militares mexicanos ante una posible intervención estadunidense no es nueva. El egresado del Centro de Estudios de la Defensa Nacional, de la Universidad de la Defensa Nacional en Washington, explica que después del ataque a las torres gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001,la inteligencia militar mexicana advirtió que Estados Unidos querría instalar bases militares en México.
La advertencia habría quedado plasmada en un documento elaborado en 2003: la minuta de la reunión de las dos generaciones de maestría en seguridad nacional que las Fuerzas Armadas mexicanas imparten. Se trataría de la elite castrense egresada del Colegio de la Defensa Nacional (a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional) y la del Centro de Estudios Superiores Navales (a cargo de la Secretaría de Marina).
Para el senador René Arce, integrante de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional, Estados Unidos “siempre ha intervenido en México en cuestiones de inteligencia”. Arce cuestiona: “Ahora sí nos quieren parecer muy patriotas y marcar su línea, cuando lo que les ha molestado [a las Fuerzas Armadas mexicanas] es que les digan que violan los derechos humanos; ése es el problema. La presencia de militares y gente de inteligencia sí existe, pero es discreta”.
Abelardo Rodríguez señala que incluso para el sector militar más duro de Estados Unidos, el Departamento de Defensa, los marines debieron desplegarse en México desde hace meses.
“Pero históricamente está visto que una vez que Estados Unidos se instala en algún país, es muy difícil que salga”, advierte.
EPR, también en alerta ante posible intervención La posible intervención estadunidense en México no sólo ha sido advertida por las Fuerzas Armadas Mexicanas, sino también por los grupos guerrilleros. El Ejército Popular Revolucionario (EPR), considerada la guerrilla con mayor capacidad de fuego en México, señaló que cuando Estados Unidos utiliza los conceptos narcoinsurgencia y narcoguerrilla, está señalando que intervendrá militarmente.
En su órgano de difusión El Insurgente, correspondiente a septiembre y octubre de 2010, el EPR y su organización política, el Partido Democrático Popular Revolucionario, señalan que el
"gendarme del mundo" es el que acuña los términos de narcoinsurgencia, narcoguerrilla y narcoterrorismo con el fin de intervenir en México, y también con el de relacionar a la lucha de reivindicaciones política y sociales con el crimen organizado.
El EPR rechaza que la delincuencia organizada, principalmente los cárteles del narcotráfico, sea “insurgencia”. Equipararlos equivaldría a criminalizar la pobreza. Se trata, asegura, de un ardid de la guerra de baja intensidad diseñada por los militares estadounidenses.
El narcotráfico es una empresa capitalista; nada tiene que ver con la guerrilla en México, concluye el EPR.

Así que "el peligro para México" fue y es Felipe Calderón por ser el achichincle de Estados Unidos, la oligarquía local y la mundial.




Ahora resulta que descubrir la verdad es atacar a la comunidad internacional

Clinton acusa a WikiLeaks de "atacar" a comunidad internacional y a EE.UU.
La Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, acusó este lunes al portal WikiLeaks de atacar a la comunidad internacional y a Estados Unidos (EE.UU.) con la reciente publicación de documentos secretos de su despacho, en cientos de los cuales se evidencia espionaje a gobiernos progresistas de Latinoamérica a través de las embajadas norteamericanas.

Se viene la campaña mediática internacional para convencer a la gente de que descubrir los planes para derrocar gobiernos progresistas es "atacar". Es probable que mucha gente acostumbrada a la mentira piense que mentirle a la gente es lo correcto y que el conocimiento de la verdad es lo malo.

¡El colmo!

Clinton llegó a comparar a Ahmenijad con Hitler, nada más quisiera que demostrara cuáles son las acciones que permiten esa comparación. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos sí se le parece: ha invadido países, los ha bombardeado para hacerse de sus recursos asesinando a cientos de miles, tiene cárceles secretas en las que los presos no tienen ningún derecho y son sometidos a terribles torturas. Es el gobierno estadounidense el fascista que ahora ataca al mundo para controlarlo, como lo hizo Hitler y el nazismo.



sábado, septiembre 18, 2010

Estados Unidos peor que Al Qaeda

Por Gloria Analco

Estados Unidos ha dado señales inequívocas de que ha estado realizando en el mundo el mayor despliegue militar de la historia, lo cual inspiró a Jules Dufour, filósofo y experto en asuntos bélicos, a decir que “la superficie de la Tierra está estructurada como un enorme campo de batalla”.

Si eso ya es motivo de preocupación, lo es más que dentro del excesivo poderío militar que EE.UU. ha movilizado en el planeta, hay un buen número de mini-bombas nucleares, con capacidad explosiva de hasta 6 veces mayor que la bomba de Hiroshima.

Y todavía más espeluznante es que EE.UU. ya se maneja bajo la doctrina de “guerra nuclear preventiva”, y esos terroríficos preparativos de guerra se encontraban avanzados desde hace cinco años, según señalan algunos expertos, lo cual hace presumir que ese país está por emprender su objetivo de dominar el mundo.

Para Michel Chossudovsky, autor del best-seller “La globalización de la pobreza”, es “completamente esencial” que la gente comprenda “la gravedad de la situación actual y actúen contra sus gobiernos enérgicamente para invertir la marea de la guerra”.

El peligro que él y otros expertos avisoran es que cuando EE.UU. promociona una guerra nuclear como un “instrumento de paz”, condonado y aceptado por las instituciones del mundo y las más altas autoridades, incluyendo las Naciones Unidas, no hay vuelta atrás: “la sociedad humana ha sido indefectiblemente precipitada al sendero de la autodestrucción”.

Las personas bien informadas, como es el caso de Fidel Castro que ha emprendido una campaña para detener esa locura, saben que EE.UU. ya ha dado el paso más temerario: integrar en sus objetivos militares los ataques convencionales y nucleares.

De hecho, un militar estadounidense, Jim Brown, acusó a su país de haber lanzado una bomba nuclear de cinco kilotones de potencia, entre Bazora y la frontera con Irán, el 27 de febrero de 1991, zona que registró en esa fecha un sismo de 4.2 grados Richter, y donde los casos de cáncer y tumores pasaron de 32 anuales en 1989, a más de 600 a partir de 2002.

Según Chossudovsky, los planes militares de EE.UU. se centran en “el empleo de la fuerza más eficiente”, y sus comandantes pueden escoger el armamento que más juzguen conveniente, entre mini-bombas nucleares, bombas de racimo y armas químicas y biológicas, consideradas “armas de destrucción masiva”, cuyo derecho de uso se reserva Estados Unidos.

Lo más insensato es que el mundo ignora que EE.UU. y sus aliados han estado muy ocupados en la militarización a nivel global, en vez de empeñarse en resolver los graves problemas que enfrenta la Humanidad en materia económica y social, y más bien con su política de militarización han contribuido a acelerarlos.

Resulta apabullante el despliegue militar en el planeta que ha realizado EE.UU., la OTAN e Israel, bajo las órdenes del Pentágono con una estrategia militar multinacional con propósitos de dominación mundial.

El despliegue de tropas y armamento de la llamada coalición se ha producido de forma simultánea en todas las principales regiones del mundo.

Se trata, según los expertos, de un diseño militar mundial cuidadosamente coordinado y controlado por el Pentágono, con la participación de las fuerzas armadas combinadas de más de 40 países.

La prensa internacional le ha seguido el juego a EE.UU. en justificar su política de ataque preventivo contra “Estados patrocinadores del terrorismo”, y facilitarle atacar a Irán para cambiar la correlación de fuerzas en el Medio Oriente, actualmente favorable a Irán, Turquía y Siria, que han estrechado sus lazos.

Es notable la creación de nuevas bases militares de EE.UU. en sitios estratégicos geopolíticos, con almacenamiento de armas avanzadas, incluidas armas nucleares tácticas.

Es el resultado de que EE.UU. ha colonizado militarmente a los países de Europa del Este, a través de la OTAN, lo cual, según el periodista estadounidense Rick Rozoff, que investiga esos temas, obedece a la corrupción de las élites políticas de esos países que han facilitado el expansionismo bélico estadounidense.

Para alcanzar sus objetivos, EE.UU. ha armado también a Estados del Golfo como Bahrein, Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes, con gobiernos también corruptos.

China y Rusia no escapan a la advertencia estadounidense con despliegue de misiles en Polonia, navales en Bulgaria y Rumania y el de tropas en Georgia, así como maniobras militares en la península de Corea, el Mar de Japón, el estrecho de Taiwán y en el Mar Meridional de China.

El despliegue de armamento ha sido a gran escala, lo mismo que los ejercicios militares, los simulacros de guerra, los acuerdos de cooperación militar con otras naciones y la transferencia de armas de avanzada tecnología, en puntos estratégicos del planeta.

A esos esfuerzos se han sumado países árabes de primera línea, además de Japón, Corea del Sur, India, Vietnam, Indonesia, Singapur y Australia. La Unión Europea es, desde luego, cómplice por medio de la OTAN.

Pero a Estados Unidos no le ha bastado semejante despliegue bélico, que incluye a América Latina, y el poder disponer de los ejércitos de otros países para sus propias guerras, sino que está dispuesto a utilizar armas nucleares tácticas para asegurarse todos los triunfos.

http://libertas.com.mx/revista/agosto2_10/44.pdf

viernes, agosto 20, 2010

"Se retiran", pero no: manipulación mediática

Sique

Qué confusión deben tener los jóvenes estadounidenses universitarios que piensan que Beethoven es un perro y Miguel Ángel un virus informático según estudio un estudio publicado por la Universidad de Beloit (Wisconsin, EE.UU.).
Invadieron a Iraq que porque Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva, resulta que no las tenía.
Los militares estadounidenses que murieron fue dizque porque defendían a su patria, pero no, fue para matar a Hussein porque su gobierno decidió que eso era mejor para los iraquíes y para el mundo.
Ahora "su retirada" se programó de manera confidencial en un intento de impedir ataques insurgentes contra la columna que, al replegarse, sería vulnerable. Se queda en el país, una fuerza de alrededor de 56 uniformados para propósitos de entrenamiento, pero éstos saldrán del país para finales del próximo año.
Se "retiran" porque ya Iraq "se ha estabilizado" pero resulta que destruyeron al país, está sin servicios básicos, no hay electricidad, ni agua potable en varias partes, no hay gobierno y un día sí y otro también estalla un carro bomba que mata a decenas.
Dos días antes del repliegue un atacante suicida causó una explosión en Bagdad que mató a 61 personas y dejó heridas a otras 123. Esto ocurrió frente a un cuartel de reclutamiento donde miles hacían fila para unirse a las fuerzas armadas de Irak. Julio fue el mes más sangriento desde mayo de 2008, con más de 500 asesinatos.
"Se van" dejando a más de un millón de muertos iraquíes. "Se van" después de que cerca de 5,000 de los suyos fallecieron y miles han quedado mutilados física y mentalmente.
Se "retiran" pero no, se quedan 56 uniformados y nada menos que 5o,000 tropas, 4,500 miembros de fuerzas operacionales y decenas de miles de contratistas (eufemismo para mercenarios) que dizque para entrenar a los iraquíes a controlar la región. ¿Les van a enseñar lo que ellos no han podido hacer en siete años? ¡Se quedan más de 1,000 mercenarios para cuidar a cada uniformado! ¿Alguien puede creer que los estadounidenses pueden enseñarles algo a los iraquíes? Han hecho un verdadero ridículo sangriento y siguen haciéndolo.

Eso de la "retirada" es pura manipulación mediática para que el mundo, al que consideran estúpido, crea que la guerra ha terminado, gracias a Obama. Continúa una ocupación bárbara, y los iraquíes seguirán explotando bombas hasta que deveras se vayan que quién sabe para cuando será. Pero ahora con ese cuento los medios menos van a difundir las masacres que seguirán ocurriendo.

¿Quién gana esa infame guerra?
Nadie, todos la siguen perdiendo. Es un desastre, un crimen de lesa humanidad iniciada por el retrasado mental del niño Bush en el que como siempre los Estados Unidos quedan impunes.
La historia los condenará.

¿Quién es extranjero?

martes, agosto 17, 2010

Increíble pero cierto

El país que anda dictando cátedra sobre derechos humanos y se "preocupa" por la libertad de expresión en Venezuela, no permite que un periodista pase siquiera por su espacio aéreo:

Desvían un vuelo de Air France porque ahí viajaba un periodista que hacía reportajes sobre Cuba y porque denunció los crímenes de Álvaro Uribe:

13 de agosto de 2010.- Los EEUU prohibieron que un avión de Air France sobrevolara su territorio porque viajaba en él un periodista denunciando los crímenes del gobierno colombiano del ex presidente Uribe.

Era el sábado 18 de abril de 2009, un avión de la compañía francesa de aviación Air France haciendo el vuelo n° 438 entre París y México fue advertido (es decir el comandante del avión recibió la orden) del Departamento de la Seguridad y de la Patria (de EEUU, en inglés Department of Homeland Security) que el avión no estaba autorizado a sobrevolar el territorio (espacio aéreo) de los Estados Unidos.

Los pilotos del avión se vieron obligados de contornar los Estados Unidos y a consecuencia de este desvío debieron realizar una escala en Fort-de-France (Caribe) para abastecerse en combustible.

Las autoridades estadounidenses tuvieron este comportamiento para castigar la presencia a bordo del avión francés de un « individuo representando una amenaza para la seguridad de los EEUU», se trataba de nuestro camarada, el periodista colombiano Hernando Calvo Ospina.

El periodista Ospina es el autor de varios libros investigativos publicados en francés, por ejemplo: Dissidents ou mercenaires ? Des Etats-Unis á l’Europe pour déstabiliser Cuba (Disidentes o mercenarios? Desde los EEUU a Europa para desestabilizar Cuba, editorial EPO, 2000) ; Rhum Bacardi : CIA, Cuba et Mondialisation (Ron Bacardi: CIA, Cuba y Mundialización, editorial EPO, 2000) ; Sur un air de Cuba (Con un aire de Cuba, editorial Le Temps des cerises, 2005) ; Colombie Derriére le Rideau de Fumee (Colombia detrás de la cortina de humo, editorial Le Temps des cerises, 2008) ; Cuba 50 Ans de Revolution ( Cuba 50 años de Revolución, editorial Le Temps des cerises, 2009).

Hernando Calvo Ospina es conocido sobre todo por sus invetigaciones acerca de las fuerzas paramilitares operando en Colombia y por haber revelado el papel clave jugado por el ex presidente Álvaro Uribe en todo esto. Él viajaba a Nicaragua para realizar un reportaje a cuenta de una conocida revista francesa.

Los EEUU prohíben el acceso a su territorio a todos los periodistas de la Red Voltaire (a excepción de aquellos que gozan de una ciudadanía US) quiénes se ven obligados a chequeos humillantes o largos interrogatorios. Sin embargo, fue la primera vez, en su obsesión, que obligaron a desviar de su ruta a un avión comercial de transporte de pasajeros civiles.

domingo, agosto 15, 2010

Europa y Estados Unidos expulsan inmigrantes

Barómetro Internacional

Ernesto Tamara

En las últimas semanas se suceden las denuncias de racismo y expulsión de inmigrantes en Europa, para no mencionar la nefasta ley de Arizona que entró en vigor este mes de agosto y puso a la policía a la búsqueda y captura, para su expulsión, de más de medio millón de inmigrantes sin papeles en ese Estado de Norteamérica.

Pero esta especie de ofensiva antiinmigrante no es sólo norteamericana. En los últimos años, varios países europeos han incluido leyes para expulsar a indocumentados mientras la Unión Europea gasta millones de euros en sistema de detención de africanos que intentan cruzar el Mediterráneo para buscar un trabajo, o detener a los europeos del este que buscan mejores condiciones de vida después de la caída del bloque soviético. Italia y Francia ya han criminalizado el ser inmigrante ilegal y pueden ser castigados con cárcel y deportados.

Las manifestaciones racistas se fomentan desde los medios de prensa y los aparatos de seguridad de los Estados que no se limitan a las funciones de vigilancia, sino que producen documentos, informes, que después filtran a la prensa para influir en la opinión pública. Por ejemplo análisis sobre los peligros de células terroristas islámicas dormidas en países europeos, planes de atentados que nunca se producen, etc.

Un ejemplo de esta inconsistencia es el informe de las agencias de seguridad norteamericanas que alertaban que España era un país de refugio de terroristas. En el Informe sobre Terrorismo en los Países en el 2009 del Departamento de Estado, se repiten los mismos clichés de la era Bush, y se sostiene que España se ha convertido en un "estratégico cruce de caminos para los grupos terroristas internacionales" debido a su situación geográfica y a los elevados números de inmigrantes norteafricanos y del sur de Asia. Un detalle para estimular la resistencia a la inmigración, ya que mientras el gobierno francés dice que hay una relación directa entre delincuencia e inmigrantes, Estados Unidos apunta a una relación con el terrorismo.

Curiosamente el informe fue dado a conocer mientras la primera dama, Michelle Obama pasaba sus vacaciones en España y visitando los centros de la cultura que la ocupación islámica de 700 años dejó en la península ibérica. O a los servicios de seguridad no les importa la que la primera dama pueda ser víctima de las organizaciones terroristas o saben que sus informes son puras especulaciones sin sentido.

Los medios de prensa han dado amplia cobertura al documento norteamericano, y no faltan quienes destacan esa advertencia a la presencia de inmigrantes norteafricanos y de Asia como posibles exportadores de terrorismo. La advertencia calza perfecta para la corriente antiinmigrante que se extiende en Europa desde hace algunos años.

Desde hace años la Unión Europea viene desarrollando infraestructura, financiación, y leyes para detener el ingreso de inmigrantes, pese a que la economía necesita de mano de obra extranjera para sostener la seguridad social de un continente que envejece.

En 2007 entró en funcionamiento un fondo para la frontera exterior de la Unión Europea por 1.820 millones de euros hasta el año 2013, más otro fondo de 1.100 millones para la repatriación de los indocumentados. Un año después de la creación del Fondo, el Parlamento Europeo sancionó una ley para unificar el tratamiento a los inmigrantes ilegales, autorizando la detención hasta 18 meses de los sin papeles, previo a su deportación.

A partir de 2008, los ‘sin papeles’ que sean detenidos en suelo europeo, podrán quedar retenidos en los centros de internamiento hasta 18 meses, mientras aguardan que se tramite su expulsión. Para dicha detención es requerida sólo una orden administrativa y, una vez ya expulsados, no podrán volver a la UE en cinco años. Esta medida rige también para los menores de 18 años.

Ese mismo año comenzó a sentirse en Europa los efectos de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos con la quiebra de las instituciones de préstamos para viviendas. Varias instituciones financieras que especulaban con fondos en esos bancos comenzaron a sentir los efectos y la economía de los europeos sintió el sacudón. El desempleo aumentó en toda la zona euro, y junto con ello creció un sentimiento xenófobo y racista que ha llevado, en el plano político, a un mayor respaldo a los partidos de derecha y neonazis.

Partidos de derecha han aumentado su participación en los parlamentos de Italia, Austria, Holanda, Bélgica, Francia, se manifiestan más abiertamente en otros países, y en Suecia pueden llegar por primera vez al parlamento en las elecciones de septiembre próximo.

La crisis golpea más a los inmigrantes sin papeles

Como era de esperar, la crisis económica golpeó especialmente a los inmigrantes. En España, el país con mayor índice de esempleo de la región, la desocupación oficial llega al 20,09 por ciento, mientras que el paro entre los inmigrantes alcanza el 29,7 por ciento, según datos del Observatorio Permanente de la Inmigración (del Ministerio de Trabajo e Inmigración). Entre marzo de 2009 y marzo de 2010, más de 123.700 trabajadores extranjeros perdieron su puesto de trabajo.

Al mismo tiempo, los inmigrantes comienzan a abandonar España y Europa aunque se prosigue con una campaña para criminalizarlos. En 2009, 90.000 extranjeros abandonaron España, lo que supone la mayor salida bruta de extranjeros de toda Europa Mientras tanto, los inmigrantes deben cubrir esos puestos. Sin embargo, desde el gobierno se alienta frenar la inmigración a toda costa, pese al reconocimiento de que su aporte ha sido fundamental para sostener la seguridad social. No hace mucho, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aconsejó a los extranjeros que querían buscar una vida mejor que "tachasen España de la agenda".
Desde otras filas, el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco, también se despachó contra la inmigración al sostener que la misma puede poner en peligro ”la desaparición de nuestra cultura, que se quedaría sin fuerza física ni vigor moral para sostenerse". Otros sectores políticos se han subido a la prédica de que los extranjeros llegan a quitarle el trabajo a los españoles. Pero, los datos oficiales siguen mostrando que los trabajadores locales desprecian determinados trabajos hasta en los períodos de crisis.

Un reciente estudio del Observatorio Permanente de la Inmigración, dependiente del Ministerio de Trabajo e Inmigración, señala que, a pesar de la crisis económica, los españoles no están regresando a los trabajos de baja cualificación (agricultura, construcción, servicio doméstico...). Uno de los últimos ejemplos sobre la resistencia de los parados españoles a ocupar empleos de baja cualificación se ha dado en Lleida. La Generalitat ofreció a 7.800 parados catalanes con experiencia agrícola un puesto para recoger la fruta de temporada y sólo lo aceptaron algo más de 1.500. El sindicato agrícola de Unió de Pagesos de Catalunya ha tenido que buscar en países de origen, como Colombia, a inmigrantes que quisiesen hacer estas labores.
Hace unos días la Federación Agroalimentaria de la Unión General de Trabajadores (UGT) de España reveló otro elemento poco divulgado. Durante el verano los jornaleros españoles se trasladan a trabajar en las cosechas en Francia donde reciben salarios muy superiores a los locales. Y aunque el informe no lo señala especialmente, deben ser los trabajadores extranjeros, inmigrantes legales o ilegales, los que deben recoger las cosechas españolas.

El sindicato recordó que por cuarto año consecutivo ha descendido en el país el número de jornaleros españoles. Aproximadamente 14.000 jornaleros se trasladaron este año a Francia, un 3,7 por ciento más que en 2009. El secretario de Migración del sindicato, Jesús Acauso, hizo un especial hincapié en las buenas condiciones ofrecidas en el país galo y a la diferencia salarial con el sector agrícola español. "El salario mínimo es de 8,86 euros la hora frente al 5,3 de media que se cobra en nuestro país" afirmó. Además destacó que las horas extras permiten obtener unos ingresos superiores puesto que si se trabaja más de las 35 horas semanales fijadas legalmente se cobra un 35%, y a partir de las 43 un 50%. "Por no hablar de otros beneficios como prestaciones sociales o alojamientos" finalizó.

Empresas españolas ganan en América

España, que ha sido siempre un país de emigrantes, se manifiesta cada vez más abiertamente contra los inmigrantes. Cabe recordar que la conquista y colonización de las Américas fue, en un sentido esquemático, una invasión de emigrantes españoles que se dedicaron a saquear y robar. Durante y tras la guerra civil en ese país (1936-39) otra ola de españoles emigró a diversos países, especialmente hacia América Latina. Hay decenas de miles de españoles registrados para votar en su país pero que viven en América. Los partidos políticos españoles, Popular y Socialista, tienen sedes locales en Buenos Aires y Montevideo, por ejemplo.

Hoy, mientras España cierra sus fronteras a los latinoamericanos, sus empresas regresan a América Latina para seguir expoliando y sostener la economía española.
Un informe de la semana pasada reveló que el banco BBVA, mientras que en España tuvo un retroceso del 9,7% respecto del primer semestre de 2009, en América Latina tuvo un crecimiento en las ganancias del 9,07%.

El principal mercado del banco en la región es México en el cual participa con el BBVA Bancomer. Allí obtuvo una cantidad total de ahorro captado por 47.108 millones de dólares, un aumento del 16,1% más que el año anterior. En Sudamérica el banco consiguió ganancias por 584 millones de dólares, un 7,6% más respecto a 2009, destacando Perú que fue el país donde registró la mayores ganancias, 321 millones de dólares. Mientras tanto Chile fue el país en el que las utilidades más crecieron, un 20,4% respecto de 2009.

También el gigante de las comunicaciones, Telefónica, logró ganancias en América Latina. Del total de sus ingresos, el 41,5% provenían de esa región. “América latina ha sido este año el motor de nuestro crecimiento”, señaló un vocero de Telefónica, que registró un crecimiento de los ingresos en la región del 10,2%. Asimismo, el banco Santander pronostica un aumento de sus beneficios del 45% para este año en América Latina, cuando el pasado año fue del 36%.

Repsol YPF presentó también ganancias por 1.740 millones de dólares en el primer semestre de 2010 gracias al fuerte crecimiento latinoamericano.

Para ganar dinero, a los europeos no les preocupa si lo obtienen de los “sudacas”.

ernestotamara@gmail.com

jueves, agosto 05, 2010

Manipulación mediática en Estados Unidos

Los voceros de la televisión en CNN siguen masturbándose con tres o cuatro noticias que repiten y repiten hasta la saciedad, especialemente la de un muchacho que mató a ocho de sus compañeros de trabajo y luego se suicidó por haber sido acosado por racismo y ultimado a renunciar o ser despedido. Lo cual obviamente da cuenta de la locura en la que vive la sociedad estadounidense.

Mientras, los estadounidenses y en general las grandes mayorías en el mundo están ajenas a los horrores que están siendo develados por los documentos filtrados por Wikileaks sobre el genocidio que las tropas gringas y de la OTAN llevan a cabo en Afganistán. Miles de civiles mujeres y niños han sido y están siendo masacrados en Irán y Afganistán. Las historias que revelan estos documentos son verdaderamente trágicas. Todo por mantener su sistema capitalista neoliberal. ¿Hasta cuándo?

El gobierno de los Estados Unidos ya no sabe qué hacer para detener que se cuele esta información porque ellos se basan en el ocultamiento y la mentira y no lo disimulan.

Para contrarrestar están presentando un gigantesco hospital en Alemania con soldados heridos que regresarán a Estados Unidos, "unos buenos muchachos". El hecho de que haya muertos y mutilados estadounidenses no los hace "buenos" si acaso enajenados que mataron a muchos civiles por muy heridos que estén.


martes, agosto 03, 2010

Los Estados Unidos tras Julian Asange porque dijo la verdad sobre sus crímenes

Sique

Julian Assange, el editor de Wikileaks, quien hace dos meses dio a conocer un video en el que soldados estadounidenses asesinan a varias personas como en un videojuego, entre ellos a un corresponsal de Reuters, ahora sacó a la luz miles de documentos que revelan el sistema criminal de la guerra en Afganistán. El gobierno estadounidense, al verse descubierto ante todo el mundo, está persiguiendo a Assange y tiene el cinismo de decir que éste ya "puede tener las manos llenas de sangre" por lo que han revelado los documentos. Ahora los medios van a convencer a la opinión pública que el culpable de miles de muertes de civiles en Afganistán es Assange en vez de sus mercenarios que asesinan afganos a diestra y siniestra. Ahora resulta que Assange tiene la culpa de sus asesinatos sólo porque los denunció, eso es lo que los medios van a difundir para enloquecer a la población, y lo peor de todo es que con sus goebbelianas técnicas de comunicación puede que lo logren. Ahora una buena cantidad de borregos van a pedir la cabeza de Assange porque descubrió toda su inmoralidad y reveló que sus "héroes" de guerra son viles asesinos seriales.

El soldado Bradely Manning quien filtró los primeros documentos estará a juicio y puede ser sentenciado a la pena de muerte. Sin embargo, los paramilitares que han asesinado a civiles afganos sin que les importe un comino su vida ni se mencionan. Es como si alguien denuncia un crimen y en vez de perseguir al criminal se persigue al denunciante.
Los Estados Unidos han sido desenmascarados día a día en todos los crímenes que han cometido. ¿Cómo es posible que semejantes criminales sigan impunemente asesinando sin que nadie los detenga y los enjuicie? Los medios de comunicación que esconden todas las perversiones de sus jefes oligarcas que se enriquecen en la guerra, como Cheney por ejemplo, quien ya puso el grito en el cielo, son responsables y doblemente criminales.
La prueba de que es muy importante que la opinión pública conozca la verdad es que ahora los generalotes de Estados Unidos andan apanicados y obsesionados con apresar a Assange y enjuiciarlo. ¿Por qué lo enjuiciarían? Por decir la verdad. De cuando acá es traición revelar crímenes de lesa humanidad, decir la verdad. Traición a su patria es mentirle y embarcarla en una guerra criminal, convirtiendo a su gente en asesina sólo por mantener el control del mundo y su riqueza, eso es traición a la patria.


Julian Assange, Bradley Manning y su grupo son los verdaderos héroes.