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jueves, marzo 19, 2009
AMÉRICA LATINA VA, PERO LOS PUEBLOS PIDEN ACELERAR EL PASO
1. El triunfo electoral de Mauricio Funes, del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, representa enormes esperanzas para los pueblos de América Latina. El candidato de la derecha y de los EEUU, Rodrigo Ávila, de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), había sido conocido como un destacado partidario de la represión y los asesinatos del pueblo. Por esos motivos el pueblo salvadoreño espera mucho de Funes y del FMLN que se transformó de guerrilla radical a partido con claras definiciones socialdemócratas para poder ser aceptado por el Estado en el proceso electoral.
2. La socialdemocracia de los viejos Bernstein y Kaustky, que logró una gran fuerza al caer la Primera Internacional por los años 1876 y a la muerte de Marx en 1883, tuvo como características esenciales las luchas por reformas pacíficas y evolutivas en el interior del sistema capitalista usando el parlamento, el sistema electoral burgués y la gestión de cargos dentro del gobierno. En tanto Marx y Engels, junto a los anarquistas lidereados por Bakunin, buscaban cambios revolucionarios radicales con la conquista del poder o la autogestión por la clase obrera y el pueblo explotado, los berstenianos luchaban por simples reformas que pudieran “mejorar” al sistema capitalista.
3. Funes, el presidente electo en El Salvador el pasado domingo, no fue guerrillero pero como destacado periodista fue siempre simpatizante del FMLN. Él escogió la vía electoral y parlamentaria para llegar al gobierno y lo ha logrado, por eso quizá no pueda exigírsele más de lo que puede dar. Pero los problemas económicos del pueblo salvadoreño: miseria, desempleo, migración, falta de inversiones, tendrán que obligarlo ha “hacer posible lo imposible”. Por eso las dos tareas básicas ineludibles de Funes tendrán que ser: 1. lograr cambios constitucionales profundos y 2. Estrechar alianzas con Venezuela, Bolivia y Ecuador.
4. Sin embargo en su discurso de triunfo electoral Funes dijo: “Lo repito, mi gobierno estará animado por el espíritu de la unidad nacional que exige dejar de lado ya, en este mismo instante, la confrontación y el revanchismo”; luego planteó: “Gracias al mandato que me ha otorgado el pueblo salvadoreño me convierto, sin lugar a dudas en el presidente electo de todos los salvadoreños”. Por su política exterior dijo “Fortaleceré las relaciones internacionales e implementaré una política exterior independiente, basada en la protección y fomento de los intereses nacionales. La integración centroamericana y el fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos serán aspectos prioritarios en nuestra agenda de política exterior”.
5. Para crear la economía más dinámica de América Latina dijo: “Construiré una economía eficiente y competitiva y promoveré la creación de una amplia base empresarial; por eso “invito a todos los empresarios medianos, grandes y pequeños, a que contribuyan a la construcción de un nuevo país”. Subrayó: “El régimen económico establecido por la Constitución de la República es la propiedad privada, ésta y la seguridad jurídica tendrán el mayor respeto y serán objeto de atención especial. La estabilidad macroeconómica y el ejercicio fiscal responsable serán objetivos que se realizarán con transparencia y fieles a las instituciones democráticas”.
6. La declaraciones anteriores, analizadas estrictamente, hacen pensar que nada importante cambiará en El Salvador; sin embargo todavía hay que esperar algunas semanas para poder adelantar un juicio válido. Obama, por un lado y Chávez/Lula por otro, son importantes fuerzas de atracción política para este país centroamericano con un sin número de broncas, principalmente de pobreza y de miseria de más de la mitad de su población. Seguirá estando en la mesa de análisis y de reflexión la estrategia guerrillera, luego electoral de FMLN, sobre todo en estos años en que el imperialismo norteamericano busca comerse a las socialdemocracias como Chile y Brasil.
7. En la presente década los problemas de Latinoamérica se resumen en el papel que ha venido manteniendo el bloque de América de Sur encabezado por Chávez/Lula frente a los poderosos intereses de los EEUU en la zona. Con excepción del gobierno cubano, que tuvo como origen su revolución armada en 1959, los demás presidentes ahora antimperialistas, han asumido el gobierno a partir de procesos electorales. ¿Quiere decir esto que la vía más aceptada por las izquierdas en los últimos 15 años es la electoral? Lo que sucede es que todavía no termina el ciclo para poder evaluar esta nueva realidad porque el imperio aún no se rinde y las políticas socialdemócratas o populares no terminan de desarrollarse.
8. Los grandes negocios internacionales y yanquis siguen interviniendo en la región (con Obama lo harán con mayor insistencia) ofreciendo inversiones y asociaciones con el fin mediatizar a países y hacer buenos negocios con los gobiernos socialdemócratas de Brasil, Uruguay, Chile, Argentina y Paraguay. Los EEUU no dejan de intervenir en la zona buscando romper la unidad que se va aglutinando alrededor de Chávez/Lula que, por cierto, han buscado diversificar mercados para sus productos encontrando en el chino y el europeo otras alternativas comerciales diferentes al mercado yanqui. Lo cual demuestra que nada es fácil en esta coyuntura en que los mercados y la política de bloques están presentes.
9. Los EEUU continuarán usando a los gobiernos de Calderón (México), Uribe (Colombia), García (Perú) y a los pequeños países de Centroamérica como punta de lanza de sus políticas en América Latina. Son gobiernos de derecha, militaristas y enemigos de los movimientos sociales; pero encajaron muy bien en el gobierno de Bush y buscan congraciarse con el gobierno de Obama. Lo que todavía no puede adelantarse es cómo responderá Obama a esas políticas que parecen haber alejado más a los EEUU de los países sudamericanos. No es porque se hayan despertado esperanzas de los pueblos de América hacia el nuevo gobierno yanqui de Obama; sin embargo hay que esperar el rumbo de su política en América.
10. Obama ha seguido una política muy parecida a la de Bush en Afganistán, Irak y Palestina, pero en América todavía no decide nada sobre la suspensión del bloqueo económico hacia Cuba instalado en 1962 y acerca de su posición frente a Venezuela, Bolivia u otros países que buscan romper la dominación estadounidense en la región. De todas maneras hay que aplaudir y apoyar el triunfo electoral del FMLN, pero de ninguna manera debemos dejar de observar, en primer lugar esa rica experiencia que va de la guerrilla a lo electoral y en segundo lugar lo que sucede con los gobiernos socialdemócratas que caminan de la izquierda a la centroizquierda para luego convertirse en un aparato de poder al servicio del capital. ¡Qué cosas!
pedroe@cablered.net.mx
lunes, marzo 16, 2009
El Salvador: triunfo histórico y latinoamericano

Con base en los cómputos de la casi totalidad de las casillas, el candidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, proclamó anoche su victoria en los comicios realizados en El Salvador y su rival de la derechista Arena, el oficialista Rodrigo Ávila, reconoció su derrota. El resultado comicial culmina una larga lucha popular iniciada en los años 70 del siglo pasado, que se confrontó con las armas en la mano contra una oligarquía dictatorial y sanguinaria, apoyada en sus peores excesos por Estados Unidos; que transitó por la firma de la paz, la desmovilización y la construcción de instituciones democráticas y que, después de tres lustros de enfrentar en las urnas a la derecha neoliberal, logra arrebatarle la Presidencia. El triunfo de Funes no se reduce, pues, a una gesta electoral coyuntural, sino que adquiere la significación de una victoria histórica que tiene tras de sí una saga de organización y resistencia popular, decenas de miles de muertes, décadas de un sufrimiento social inconmensurable y el aprendizaje nacional de una civilidad democrática que, a la postre, ha rendido sus frutos, y por el cual cabe felicitar a la sociedad salvadoreña.
Incluso en una circunstancia mundial de crisis económica profunda, la llegada al poder de la izquierda en el país más pequeño de América representa una esperanza para la mayor parte de la población de dicha nación, sumida en la pobreza, y se abre, con ello, la posibilidad de empezar a saldar la enorme deuda social, la cual no fue tema de los acuerdos de paz firmados en Chapultepec en 1992 entre la insurgencia popular y el gobierno, y gestionados con la participación activa de la diplomacia mexicana, que por esos tiempos conservaba aún su presencia y su prestigio en América Latina.
Por lo que hace al escenario internacional, el vuelco político en El Salvador constituye un refrendo a la tendencia continental caracterizada por el surgimiento en las urnas de gobiernos progresistas, soberanos y no alineados con el llamado “consenso de Washington”, es decir, con las recetas económicas fraguadas por el pinochetismo y la Escuela de Chicago y luego impuestas a buena parte de la humanidad por los gobiernos de las naciones ricas. Es previsible que el gobierno presidido por Mauricio Funes se sume a los procesos de integración regional en los que confluyen, con todo y sus diferencias, Brasil, Bolivia, Cuba, Venezuela, Ecuador, Argentina, Paraguay, Nicaragua e incluso Chile, con todo y que en ese último país el neoliberalismo sigue siendo postura oficial.
Ese campo de gobiernos independientes y de clara vocación latinoamericanista ha debido ser reconocido incluso por el gobierno de Barack Obama, como quedó de manifiesto en su encuentro con el presidente brasileño, Luis Inazio Lula Da Silva, en quien el nuevo mandatario estadunidense reconoció la interlocución con otros gobiernos sudamericanos.
Además de ése, otros sucesos recientes parecen indicar que Washington se dispone a rediseñar su política de alianzas hacia América Latina. Si hasta el último día del gobierno de Bush los pilares principales de esas alianzas fueron los regímenes de derecha de Álvaro Uribe (Colombia) y Felipe Calderón (México), en días pasados ambos gobiernos han verbalizado un distanciamiento ante Estados Unidos. Así lo hicieron el propio Calderón y algunos de sus colaboradores, la semana pasada, al rechazar con estruendo críticas al desempeño del gobierno mexicano, sobre todo en materia de seguridad, y ayer el vicepresidente colombiano, Francisco Santos, hizo lo propio, al quejarse de que la administración de Uribe ha recibido un trato “indigno” de la potencia del norte en el contexto del Plan Colombia, e incluso puso en duda –cosa insólita– la vigencia de ese acuerdo bilateral de contrainsurgencia y combate al narcotráfico.
En suma, el escenario continental se transforma con rapidez, y el triunfo electoral del FMLN no sólo corresponde a un proceso de cambio en El Salvador, sino que se inscribe también en una realineación regional sin precedente. Si el colapso económico global representa una difícil situación de arranque para la izquierda que gobernará ese país, tal circunstancia puede ser atenuada por la existencia de administraciones progresistas que son, en principio, aliadas naturales de los vencedores en la elección de ayer. El gobierno que habrá de presidir Mauricio Funes no enfrentará la soledad regional a la que en su momento debieron hacer frente la presidencia de Jacobo Arbenz en Guatemala, la revolución cubana o el gobierno de Salvador Allende en Chile, y cabe felicitarse por ello.
domingo, marzo 15, 2009
FMLN obtiene 51,65% en presidenciales salvadoreñas
Funes ejerció su voto acompañado de su esposa, Wanda Pignato, en la escuela Walter Thilo Deinninger, del municipio de Antiguo Cuscatlán (centro) en una jornada con masiva asistencia de votantes, mostrándose confiado en todo momento de que los salvadoreños le darían la victoria.
De mantenerse la tendencia de los primeros resultados Mauricio Funes sería el nuevo presidente de El Salvador.
El candidato por el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN,) Mauricio Funes, obtuvo 51,65 por ciento de los votos según el primer boletín del Tribunal Supremo Electoral (TSE) salvadoreño que ha escrutado 65,6 por ciento de los sufragios.
Con un total de 3 mil 174 actas escrutadas de 9 mil 543, el partido FMLN obtuvo 448 mil 554 votos, lo que le da una victoria parcial en este primer boletín emitido por el ente electoral.
Por su parte, el candidato del partido oficial ARENA, Rodrigo Ávila, obtuvo hasta los momentos 426 mil 108 votos, para un total de 48,35 por ciento con 874 mil 662 votos válidos totales y 779 sufragios nulos
Faltan por contabilizar 6.369 actas, que equivalen al 66,73 por ciento del total.
De mantenerse esta tendencia, Funes se convertiría en el nuevo presidente de El Salvador, tras veinte año del gobierno de Arenas y primer presidente perteciente al partido FMLN
El candidato emitió su voto este domingo a las 17.00 (GMT), donde aseguró que el pueblo "se ha volcado a apoyar el cambio" y confió en que los salvadoreños le darían la victoria.Funes ejerció su voto acompañado de su esposa, Wanda Pignato, en la escuela Walter Thilo Deinninger, del municipio de Antiguo Cuscatlán (centro) en una jornada con masiva asistencia de votantes, lo cual a su juicio demuestra que los salvadoreños "están confiando en los instrumentos de la democracia".El proceso concluyó a las 17:00 horas locales (23:00 GMT), después de una jornada que se desarrolló con tranquilidad hasta el cierre de urnas, y que dio una histórica victoria al FMLN, que desaloja al partido ARENA del poder que ostenta desde hace 20 años.El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Walter Araujo, informó que fue un proceso electoral transparente, pacífico y masivo, opinión con la que coincidieron más de 4 mil observadores internacionales.Araujo indicó durante una cadena nacional de radio y televisión que "este día el TSE quiere agradecer a todos y cada uno de los salvadoreños que de diferentes puestos en este proceso electoral han servido a la democracia del país".Hacia el mediodía, había sugrafado 36,7 por ciento de los 4,3 millones de salvadoreños con derecho a voto, según un recuento publicado por medios salvadoreños.Durante el sábado y la madrugada del domingo, los defensores del voto del FMLN se unieron para evitar un posible fraude y se aglomeraron en distintas instituciones del Estado, donde presuntamente se encontraban concentrados cientos de extranjeros que vendrían a votar. Militantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) empezaron a salir a las calles para celebrar los resultados que daban ventaja al candidato de esta formación, Mauricio Funes, en la elección presidencial de este domingo.
TeleSUR - Jornada / ff - FC

El candidato por el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN,) Mauricio Funes, obtuvo 51,65 por ciento de los votos según el primer boletín del Tribunal Supremo Electoral (TSE) salvadoreño que ha escrutado 65,6 por ciento de los sufragios.
Con un total de 3 mil 174 actas escrutadas de 9 mil 543, el partido FMLN obtuvo 448 mil 554 votos, lo que le da una victoria parcial en este primer boletín emitido por el ente electoral.
Por su parte, el candidato del partido oficial ARENA, Rodrigo Ávila, obtuvo hasta los momentos 426 mil 108 votos, para un total de 48,35 por ciento con 874 mil 662 votos válidos totales y 779 sufragios nulos
Faltan por contabilizar 6.369 actas, que equivalen al 66,73 por ciento del total.
De mantenerse esta tendencia, Funes se convertiría en el nuevo presidente de El Salvador, tras veinte año del gobierno de Arenas y primer presidente perteciente al partido FMLN
El candidato emitió su voto este domingo a las 17.00 (GMT), donde aseguró que el pueblo "se ha volcado a apoyar el cambio" y confió en que los salvadoreños le darían la victoria.Funes ejerció su voto acompañado de su esposa, Wanda Pignato, en la escuela Walter Thilo Deinninger, del municipio de Antiguo Cuscatlán (centro) en una jornada con masiva asistencia de votantes, lo cual a su juicio demuestra que los salvadoreños "están confiando en los instrumentos de la democracia".El proceso concluyó a las 17:00 horas locales (23:00 GMT), después de una jornada que se desarrolló con tranquilidad hasta el cierre de urnas, y que dio una histórica victoria al FMLN, que desaloja al partido ARENA del poder que ostenta desde hace 20 años.El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Walter Araujo, informó que fue un proceso electoral transparente, pacífico y masivo, opinión con la que coincidieron más de 4 mil observadores internacionales.Araujo indicó durante una cadena nacional de radio y televisión que "este día el TSE quiere agradecer a todos y cada uno de los salvadoreños que de diferentes puestos en este proceso electoral han servido a la democracia del país".Hacia el mediodía, había sugrafado 36,7 por ciento de los 4,3 millones de salvadoreños con derecho a voto, según un recuento publicado por medios salvadoreños.Durante el sábado y la madrugada del domingo, los defensores del voto del FMLN se unieron para evitar un posible fraude y se aglomeraron en distintas instituciones del Estado, donde presuntamente se encontraban concentrados cientos de extranjeros que vendrían a votar. Militantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) empezaron a salir a las calles para celebrar los resultados que daban ventaja al candidato de esta formación, Mauricio Funes, en la elección presidencial de este domingo.
TeleSUR - Jornada / ff - FC
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..............Y porque en Mexico no se pudo chingao!....fuera los INEPTOS neoliberales del PAN-BUSH.
sábado, marzo 14, 2009
In El Salvador, Cautious Optimism On What a Progressive Win Would Mean for U.S. Relations
Bush-era policies like CAFTA and the Iraq War have turned Salvadorans against the U.S. and its allies in the ARENA government.

SAN SALVADOR -- El Salvador’s election on March 15 is an occasion for Salvadorans to consider future relations with the United States and the new Obama Administration. How the new president and his advisers respond to these elections could be an early measure of U.S.-Latin American relations. And it may also be an opportunity for Obama to begin fulfilling his campaign promise to “lead the hemisphere into the 21st Century.” As much as he appreciates the change of U.S. administrations, philosophy student Carlos Ramirez, 24, who was sitting beneath a tree near the central plaza of his school, the University of El Salvador in San Salvador, expressed concern that the administration has only made a brief statement of neutrality on the widely-watched elections here. Ramirez and others, including more than 33 U.S. congressmembers who sent Obama a dear-colleague letter about the Salvadoran elections, fear a repeat of 2004. Then, Bush Administration officials intervened in the Salvadoran elections, suggesting that a victory by the opposition party would endanger the legal status of Salvadoran immigrants in the United States and would prohibit remittances they send home. “I want Obama to understand that there are some students here -- a minority, I would say -- who still have the ‘80’s attitude of permanent confrontation with the United States that we see in campus protests against the Iraq war, CAFTA [Central American Free Trade Agreement] and other policies,” said Ramirez. “But most of us are open to re-thinking the relationship with the United States. We all recognize that all of us, including the United States, are in a profound crisis and extremely interdependent, as you can see in issues like immigration, trade and security. We’re open and now it’s up to Obama to define his position, and the elections are a good place to start.”Ramirez’ open-but-cautious attitude is the product of both political maturity and the Bush era policies toward Latin America that bred alienation from the United States. Viewed from this perspective, Sunday's elections have significance beyond the tiny country of 7 million. How the Obama Administration deals with El Salvador’s hotly contested elections and their aftermath will communicate much about what this country and Latin America can expect from him. The policies of post-World War II presidents in the United States, both Republican and Democratic, make many Salvadorans wary of Obama, even though they give him high popularity ratings, says Edgardo Herrera, an international relations expert at the university.“If it is truly committed to improving relations with El Salvador and the rest of Latin America, the Obama Administration should remember what we say about justice here,” said Herrera. “Justice is like a snake. It only bites the barefoot poor, not the rich who have shoes.” He thinks the United States is not in sync with ideas about justice on the Salvadoran street. He cites an annual opinion poll conducted by Central American University since 2003. “Every year Salvadorans are telling the United States they do not like its policies, including the Iraq war, the CAFTA and the dollarization of the country’s currency,” Herrera said. “Rejection of these policies has turned the Salvadoran electorate against the ARENA government-and the United States.”For Robert White, former ambassador to El Salvador in the Carter Administration and President of the Center for International Policy, the challenge of U.S.-El Salvador policy before and after Sunday’s elections is to foster autonomy and self-determination. “Although the country may be small and its economy heavily dependent on remittances from the United States," White said, "it is still important for that country to demonstrate its policy independence. Many questions have been raised by some of the Salvadoran government’s past actions.”White, who is in El Salvador as an elections observer, recalled how the Bush Administration influenced El Salvador’s “extraordinary rapid recognition of the 2002 coup regime in Venezuela, which I believe lasted less than 48 hours.” The leftist Farabundo Marti National Liberation Front (FMLN) is leading the right-wing ARENA party, which dominated politics for 20 years. Should the FMLN win, White said the U.S. should “treat it as a normal event in a democracy.”Ramirez agreed. “The best thing Obama can do is to engage us in this time of transition and expectation,” he said. “If he were to visit us, he would see immediately that what he needs to do is simply help us reconstruct the campus and the country as the Uniteds States did in Europe and Japan after World War II.”
Go here for Roberto Lovato's illustrated dispatches from El Salvador.
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