viernes, abril 24, 2009
Protege ley a los estadunidenses de abusos de la banca
Carlos Fernández-Vega
Por fin, quien ocupa el cargo más importante de la nación, el jefe del Ejecutivo, cumplió con su compromiso, y ayer anunció una nueva ley que pondrá fin a los abusos de los emisores de tarjetas de crédito, a quienes exigió evitar sorprender a su clientela con alzas inesperadas en las tasas de interés. Se trata, subrayó el mandatario, de mejorar la protección del consumidor, de hacerla fuerte y confiable. En síntesis, no más letra pequeña, no más términos y condiciones confusos.
Así, aunque parezca increíble, los millones de usuarios de tarjetas de crédito, la mayoría víctima del abuso y la voracidad de banqueros y demás emisores de dinero plástico, contarán no sólo con la decisión del Ejecutivo federal, sino con una legislación que los proteja de los insaciables vampiros financieros nacionales y trasnacionales. Una ley que cuenta con el aval irrestricto del Congreso, la cual pondrá orden y evitará multimillonarias cuan abusivas tasas de interés, comisiones y penalizaciones a quienes utilizan este tipo de crédito. Se trata, sin duda, de una excelente noticia que refleja la capacidad de mando y mayoritario apoyo de quien ocupa el cargo más importante del país, ante lo cual los barones del dinero no tienen más que apechugar, por mucho que se retuerzan. En pocas palabras, el gobierno al servicio de los intereses ciudadanos.
Qué bueno que así sea, pero no hay que emocionarse. Lo lamentable de todo lo anterior es que el jefe del Ejecutivo, el Congreso, los usuarios beneficiados y la citada ley no son mexicanos, sino gringos. La orden provino de Barack Obama, los legisladores de aquel país avalan su plan, los tarjetahabientes estadunidenses se sienten protegidos y comprueban que las promesas electorales se aterrizan en el ejercicio del mando gubernamental, y la ley se modifica en beneficio de la mayoría, no de los intereses corporativos, mientras la banca que opera en aquella nación, rescatada con recursos públicos, no tiene mayor posibilidad que aceptar las nuevas condiciones, en el entendido que más allá de las fronteras estadunidenses tiene manos libres y podrá medrar a plenitud sin que autoridad alguna le ponga freno.
Tal es el caso de México, donde más allá de la inexistencia del Ejecutivo en lo que se refiere, entre otras tantas cosas, a la protección de los consumidores y de los intereses ciudadanos, la campaña de mucho ruido y nada de nueces de ciertos senadores de la República y el permanente peloteo que éstos traen con el Banco de México para saber quién es el guapo que actuará en consecuencia para regular las tasas de interés, los usuarios de la banca en el país no sólo se sienten, sino que están totalmente desamparados, en especial cuando las propias autoridades encargadas de proteger sus derechos (Los Pinos, Hacienda, CNBV, Condusef y el propio BdeM) abierta e incondicionalmente actúan a favor de las voraces trasnacionales financieras que operan en el país.
Obama, reunido con los principales emisores de tarjetas de crédito en Estados Unidos, advirtió que el dinero de plástico es una fuente de financiamiento para muchos individuos y pequeños negocios que están creando empleos, por lo que hay que preservar este mercado, pero queremos hacerlo de manera que eliminemos alguno de los abusos y problemas en los que mucha gente se encuentra. Gente que empieza con una tarjeta con un tipo de interés muy bajo y de repente se encuentra con que se ha duplicado, con comisiones desconocidas, y con términos y condiciones que carecen de claridad y transparencia. De entrada, les dijo, los consumidores deben verse favorecidos por protecciones fuertes y confiables... los formularios de las empresas de tarjetas de crédito deberán ser redactados en un lenguaje fácilmente comprensible; los consumidores deben estar en condiciones de hacer jugar la libre competencia y las empresas que violen la normativa deben sentir todo el peso de la ley. Se trata, pues, de una reforma legal que sancione a las empresas que violen la norma y que dañen la economía familiar.
En Estados Unidos hay revuelo e indignación, porque, utilizando la crisis como pretexto, algunos emisores de dinero de plástico incrementaron sus tasas de interés a 20 por ciento. De acuerdo con la agencia española Efe, “el negocio de las tarjetas de crédito se ha incrementado de manera exponencial en los últimos años en ese país, donde en enero de 2009 la deuda contraída mediante este medio de pago ascendía a 963 mil millones de dólares, según datos de la Reserva Federal. Más de las tres cuartas partes de las familias estadunidenses utilizan tarjetas de crédito, con una deuda media por familia de 7 mil 300 dólares. Una quinta parte de ellas pagaba intereses que estaban por encima de 20 por ciento”.
Pues bien, esas familias estadunidenses, acostumbradas a intereses de menor proporción, inmediatamente se hubieran infartado si vivieran en México y conocieran que muchos de esos mismos emisores bancarios de dinero de plástico aquí cobran más de 100 por ciento por el uso de la tarjeta, y morirían de nueva cuenta al percatarse que ninguna autoridad osa meter en cintura a las voraces trasnacionales financieras que con impunidad total operan en esta nación.
Eso allá, donde todo indica que el nuevo gobierno quiere hacer bien las cosas, porque aquí es distinto: el Senado aprobó reforzar las facultades del Banco de México para regular las tasas de interés y comisiones bancarias (La Jornada), es decir, más facultades a quien ya las tenía y que nunca se atrevió a ejercer. En lugar de ello, de vez en vez exhorta a los banqueros a que no enseñen tanto los colmillos, lo que provoca sonoras carcajadas de los barones del dinero, mientras los usuarios cada día pagan más. El efecto real de la decisión senatorial fue resumida por uno de los inquilinos de Xicoténcatl: es una ley engañabobos.
Las rebanadas del pastel
Si tan preocupados están por el asunto minero, por qué no revisar la escandalosa concentración de la industria, las concesiones y la explotación de las minas en el país, todo ello avalado por el gobierno federal. Un botón: 96 por ciento del cobre mexicano se queda en Grupo México (Germán Larrea) y alrededor de 85 por ciento de la plata en Peñoles (Alberto Bailleres). Algo similar sucede con oro, zinc, carbón, hierro y coque, explotados por los grandes consorcios nacionales y extranjeros.
sábado, enero 24, 2009
Debo, no niego; pago lo justo
Sin lugar a dudas, la tarjeta de crédito (TDC) es uno de los productos financieros de mayor penetración en México: en la actualidad se estima que existen 24 millones de “plásticos” con una cartera de aproximadamente 321 mil millones de pesos, mismas que son ofrecidas a través de 18 bancos y se pueden encontrar en más de 120 marcas, entre las que destacan las llamadas clásicas, oro y platino.
Sin embargo, la falta de una adecuada cultura financiera, la estrategia implementada por los bancos al utilizar el llamado “crédito al consumo” como una herramienta de penetración de mercado y el deterioro del ambiente económico (mayor desempleo, pérdida de poder adquisitivo y elevadas tasas de interés) ocasionan que muchos tarjeta-habientes hayan caído en un sobreendeudamiento que genera que la cartera vencida del crédito al consumo observe un crecimiento de 57% entre diciembre del 2006 y septiembre del 2008.
De esta manera, las agresivas campañas para la colocación de “plásticos” bancarios y comerciales, la ampliación de líneas de crédito sin previa opinión del cliente, la falta de análisis de su capacidad crediticia y la penetración de este producto entre la población de menores ingresos ha llevado a que la “cartera vencida” del crédito al consumo se ubique ya en casi 25 mil millones de pesos, cifra que resulta 206% superior a la registrada en diciembre de 1997, cuando los bancos que operaban en México fueron rescatados de manera ilegal y con recursos públicos a través del llamado FOBAPROA.
Lo anterior cobra relevancia en virtud de que —de acuerdo con la propia Comisión para la Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (CONDUSEF)— se estima que cada usuario posee en promedio 1.5 tarjetas de crédito, lo que arroja entonces que en promedio en México existen 16 millones de personas que poseen tarjetas de crédito.
Más aún, la propia CONDUSEF estima que cada línea de crédito revolvente que otorga uno de estos plásticos es de 17 mil pesos en promedio, por lo que se puede concluir que esta situación afecta ya a cuando menos un millón y medio de personas y seguramente este número se incrementará durante el presente año debido al incremento en las tasas de interés y el deterioro cada vez mayor del ambiente económico.
En este punto, conviene preguntarnos: ¿cómo es posible que la línea de crédito promedio de estos “plásticos” sea de 17 mil pesos, cuando de acuerdo a la Encuesta Ingreso Gasto de los Hogares 80% de las familias del país vive con un ingreso inferior a 10 mil 500 pesos mensuales?
Esto refleja una gran irresponsabilidad de los bancos, al haber otorgado un crédito superior en 70% al ingreso máximo de millones de familias.
Pero más graves aún resultan los ilegales mecanismos que utilizan los bancos —y los despachos jurídicos que estos contratan— para recuperar los adeudos de las personas que han caído en cartera vencida.
Estos mecanismos incluyen desde el acoso permanente a los deudores y a sus familias, hasta el cobro “a lo chino” de cuentas de ahorro o de nómina que los deudores poseen en las instituciones bancarias.
Y lo señalo porque en la página de internet de la CONDUSEF, bajo el título de Los nuevos derechos de los usuarios de las tarjetas de crédito, aparece como “derecho del banco que te puede cargar a tu cuenta de cheques u otras cuentas” el adeudo vencido en tu tarjeta de crédito.
Sin embargo, no explica que para que el banco pueda hacer esto debe estar claramente estipulado en el contrato que celebró con el usuario de la tarjeta de crédito y del cual debió entregar una copia al tarjeta-habiente. Por ello, si el banco no entregó dicho contrato en tiempo y forma, está imposibilitado para cobrarse “a lo chino”.
Por tanto, es conveniente que los deudores tengan muy presentes los siguientes consejos para que no se dejen sorprender por las arbitrariedades que cometen las instituciones de “ajiotismo” llamadas bancos:
No te dejes acosar por los bancos o las compañías administradoras de cartera o despachos jurídicos de cobranza.
No firmes ninguna reestructura crediticia a menos que hayas tenido la asesoría jurídica de alguna asociación de deudores, con autoridad moral, honradez y honestidad probada.
Los bancos no pueden congelar tus cuentas de ahorro, de nómina o de pensionado, aun cuando tengas adeudos con las instituciones bancarias, si no está claramente estipulado en el contrato que firmaste cuando te otorgaron tu tarjeta de crédito.
Existen mecanismos jurídicos para defendernos de las arbitrariedades que se cometen en contra de los deudores. Sin embargo, la atención de estos casos requiere de asesoría técnica y jurídica,
No es un delito haber caído en cartera vencida y con más razón si perdiste tu empleo o si eres víctima de la negligente política económica, implantada por el gobierno de la “estabilidad y el empleo”.
No puedes ser embargado: una tarjeta de crédito es un “préstamo dado sin ninguna garantía”.
De hecho, si a Felipe Calderón en verdad le interesa el bienestar de la gente debería impulsar un programa de reestructuras de adeudos que involucrara al gobierno, a los bancos y a los deudores, el cual funcionaría de la siguiente manera:
El gobierno absorbería 20% de la cartera vencida de las tarjetas de crédito; los bancos tendrían que absorber 25%; y los deudores pagarían el restante 55% de su cuenta actual en seis mensualidades fijas. En el caso de los trabajadores desempleados, su adeudo se congelaría hasta que pudieran encontrar un nuevo empleo. Por eso digo: debo, no niego; pago lo justo.
martes, noviembre 25, 2008
AMLO defenderá a los millones de tarjetahabientes acosados
El senador Ricardo Monreal advirtió que el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador saldrá en defensa de los siete millones de tarjetahabientes que se encuentran en cartera vencida por “insuficiencia de recursos”.
Al salir de la reunión que los lunes sostiene el ex candidato presidencial con integrantes del Frente Amplio Progresista y de la coordinación nacional del movimiento en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía nacional, el legislador advirtió que se planteó salir en defensa de este sector de la población para que “se eliminen los intereses leoninos que intentan cobrarles por la vía de despachos de abogados voraces, y cómo defender la posición de los tarjetahabientes para que sólo cubran los capitales de lo que les prestaron y no intereses fuera de norma”.
Comentó que durante la reunión se abordó el abandono en que el gobierno tiene a los trabajadores, y cómo éstos ven disminuidos sus ahorros en las adminstradoras de fondos para el retiro, mientras el régimen calderonista prepara el rescate para los grandes empresarios, entre ellos la industria automotriz y sector bancario.
Monreal también insistió que “mientras exista una oposición leal y real como la nuestra (en referencia a quienes integran el movimiento) hay esperanzas para la transformación profunda de nuestro país”. Y remarcó que esta oposición no claudicará “ni tampoco estará a la venta del mejor postor”.
–¿Quién sí se vende? –se le preguntó.
–No lo sé. Eso se lo tienen que preguntar a los otros. Nosotros no nos vendemos –respondió.
El ex gobernador de Zacatecas informó que durante el encuentro con López Obrador, en sus oficinas de la colonia Roma –en el cual estuvieron presentes, entre otros, dirigentes de los partido del Trabajo y Convergencia–, se comentó que la Secretaría de Seguridad Pública es “una podredumbre, una cloaca”, y que todo este sistema “está infestado, penetrado por intereses ilegales”.
Está comprobado, indicó en entrevista, que el sistema de justicia está permeado, “infiltrado por intereses nefastos y por una gran corrupción de la que nadie puede salvarse”.