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viernes, julio 02, 2010

Balas y votos

Escena del asesinato del candidato priista.

José Gil Olmos

MÉXICO, D.F., 30 de junio (apro).- En las elecciones del próximo 4 de julio es posible que se desate la violencia en 15 estados del país. Esta presunción no es gratuita si nos atenemos al reciente asesinato del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, al de Enrique Mendivil, candidato a regidor en Sinaloa, de Joel Ortega, aspirante a regidor en Zacatecas, y al de Mario Guajardo, quien buscaba gobernar el municipio tamaulipeco de Valle Hermoso, hasta que una lluvia de balas se lo impidió.

Estas cinco ejecuciones, sin embargo, son apenas la punta del iceberg de la violencia que esta marcando los procesos electorales en varios estados, como en Oaxaca, donde en San Juan Copala un grupo parapoliciaco asesinó a dos integrantes de una caravana internacional de paz sin que el gobierno de Ulises Ruiz hiciera algo.

Varios candidatos a gobernadores, como Xóchitl Gálvez, así como de diversas presidencias municipales han denunciado amenazas de muerte por parte de grupos criminales, entre ellos Los Zetas. Los partidos políticos y sus candidatos han decidido no hacer campaña en ciertas regiones del norte donde es imposible meterse sin que el narcotráfico lo permita.

Pero la intemperancia a la que se ha llegado en la política mexicana vinculada al narcotráfico, es lo realmente grave porque esta mostrando la fragilidad del gobierno de Felipe Calderón y de todo el Estado mexicano, confirmando aquella idea duramente criticada del “Estado fallido”.

La muerte de 23 mil personas, centenas de discapacitados, miles de huérfanos, innumerables desaparecidos y decenas de policías y soldados muertos en todo el país son la expresión más clara del poder que ha alcanzado el crimen organizado en México sin que el gobierno haya podido detenerlo.

Según el investigador Eduardo Buscaglia, en el país se esta dando un “proceso de afganización”, que significa que la ausencia total del Estado en 982 zonas en las cuales el poder real de gobierno lo tiene algún grupo del crimen organizado. Señala el catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) que tal fenómeno ha ido creciendo en los últimos tres años porque si en 2007 se contabilizaron 353, para 2009 eran 650 y ahora son 982.

El asesor de la ONU no es el único en afirmar esta idea del control territorial del narco. El exgobernador de Morelos y exdirector del Cisen, Jorge Carrillo Olea, afirmó recientemente que el narco controla 30% del territorio nacional. Mientras que, a principios de este año, en Estados Unidos un informe del Pentágono reveló que el narcotráfico controlaba la mitad del territorio mexicano.

El exprocurador general de la República, Eduardo Medina Mora y también extitular del Cisen, comparte de alguna manera esta idea. En su libro “Cisen: 20 años de historia”, dice que ciertas zonas del país, sobre todo en la frontera Norte, el crimen organizado y los narcotraficantes, “sin duda retan a esas autoridades estatales”.

Esta situación de inseguridad e incertidumbre que la sociedad en todo el país viene sufriendo durante varios años, principalmente en lo que va del gobierno de Felipe Calderón, no la habían padecido la clase gobernante cubierta por una esfera protectora de guardaespaldas y policías pagados por el erario público.

Como ya se había dicho, no fue sino hasta que sintieron en carne propia los ataques del crimen organizado, y del narcotráfico en particular, cuando han empezado a reaccionar. El secuestro de Diego Fernández de Cevallos y el asesinato del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, provocó que los partidos y el gobierno alzaran su voz para detener la espiral de violencia y el poder del narcotráfico en distintas regiones del país.

Todos los actores políticos, incluido el presidente del IFE, Leonardo Valdés, ha calificado el asesinato de Rodolfo Torre como un “atentado a la democracia”. Pero aquí habría que preguntar cómo le llaman a los asesinatos de miles de mexicanos por el crimen organizado. ¿Esas muertes no cuentan para la vida democrática del país?

Los temas de la agenda política del país, paradójicamente, no los están dictando los actores políticos sino el crimen organizado. Son ellos los que están incidiendo en la toma de decisiones en áreas de seguridad pública, política social, seguridad nacional, economía, empleo y gobernabilidad.

El crimen organizado se ha infiltrado hasta la estructura del estado y no se ve que exista la intención de tomar decisiones significativas y trascendentales por parte del gobierno y de los partidos para atajar este enorme peligro para la estabilidad social.

Como sea, las balas le están ganando la batalla a los votos en estas elecciones. Habrá que ver la participación ciudadana este domingo 4 y tomar en cuenta que todo esto habrá de tener una repercusión para la elección presidencial del 2012.

jueves, junio 25, 2009

Debate relativo al voto

Por Gerardo Fernández Casanova

Ya en artículos anteriores he expuesto mi opinión política en el sentido afirmativo a la cuestión del voto en las próximas elecciones legislativas; incluso, he expuesto mis razones para votar y hacerlo en el sentido de apoyar al movimiento nacional encabezado por AMLO. En estas líneas intentaré ofrecer un punto de vista más técnico y presuntuosamente apuntando hacia los aspectos sustantivos de la conformación y la operación del Poder Legislativo. Como acostumbro hacerlo, advierto mi nula formación académica en la ciencia política; la única prenda que pudiera exhibir para atreverme a escribir sobre el tema es la de haber sido diputado federal por obra y gracia del dedo superior, sin yo haberlo ambicionado ni buscado, incluso sin haber militado en el partido que me postuló, entonces hegemónico. He sentido en carne propia el peso del desprestigio y eso me ha obligado a reflexionar críticamente sobre el tema. En efecto, es un lugar común la pésima impresión que la gente tiene del servidor público que ejerce de diputado, así como del cuerpo colegiado en el cual se desempeña; la Cámara de Diputados. Para tratar de comprender este generalizado fenómeno habría que preguntarse ¿qué espera la gente del diputado? Las respuestas generalmente quedan en el terreno de la inanidad: que trabaje, que legisle, que me represente o que realice gestiones a favor del distrito, son las más comunes; pero difícilmente pueden profundizar para decir cómo debe trabajar o legislar o representar o gestionar beneficios para su distrito. La realidad es que la respuesta es vaga, no tanto por ignorancia como por razones de error en el diseño de la conformación de la cámara, que es confuso e inasible. Conforme a diseño se vota por una persona física postulada por un partido, pero también al revés, se vota por un partido representado por una persona física. Lo peor del caso es que se ha pretendido manejar el dilema manteniendo la ambigüedad, en términos de acomodarla a la mayor conveniencia electorera en perjuicio de la cultura política y de la operatividad. Una muestra de lo que digo se observa al analizar el perfil de los candidatos y las características de sus campañas de convencimiento; se privilegia la candidatura de quien pueda resultar simpático a los ojos del elector, sin importar su postulado ideológico, incluso ocultándolo. Así vemos a partidos de izquierda con candidatos de derecha y viceversa; o vemos fortalecida una opción de centro que ni huele ni hiede. Una vez en la Cámara, es el partido el que determina, conforme a sus intereses, el sentido de la actuación del diputado.El Legislativo es un trabajo de conjunto en el que la personalidad individual se diluye; se discuten iniciativas de ley y se votan, prevaleciendo la que obtenga la mayoría. También se diluye la demarcación individual llamada distrito; se votan leyes de aplicación general y, supuestamente, de interés general. Al rendir protesta, el diputado es parte de la representación nacional y deja de ser un representante particular de una demarcación geográfica.Ahondando en la confusión, se introduce la figura del diputado de representación proporcional, los llamados plurinominales, que son claramente diputados de partido, pero que la gente descalifica aún en mayor medida, por el hecho de desempeñar una función para la cual no fue votado ni asumió el riesgo de la elección. Puede decirse que todos los que opinan desde la “posición ciudadana” lo hacen exigiendo la desaparición de la figura. Ignoran, quienes así opinan, que esta figura es la que contribuye a que, en su composición, la Cámara se acerque a ser el reflejo cuantitativo de la voluntad ciudadana expresada en las urnas.Mi propuesta es en el sentido de resolver la confusión eliminando la elección de representantes individuales por distrito, para generalizar la elección por listas propuestas por los partidos, adoptando una organización geográfica que impida la concentración de poder en las grandes urbes. La ciudadanía sería convocada a votar concretamente por los postulados partidarios y, sólo en una medida menor, por las personalidades enlistadas. Desde luego que esta propuesta pasa por una modificación radical al régimen de partidos, comenzando por su apertura a todo tipo de expresiones y la supresión del actual esquema de financiamiento. Mediante esta fórmula es perfectamente factible reducir significativamente el número de diputados.Después de aceptar que mi propuesta es radicalmente contraria a la de la mayoría de quienes se han manifestado al respecto, y de advertir que mi señora madre no tiene la culpa de mis opiniones, me limito a rogarles la oportunidad de profundizar y reflexionar en el debate.Por cierto, el movimiento popular está convocando a votar por partido, independientemente de personalidades, identificando las opciones que son correspondientes con los contenidos y las estrategias de dicho movimiento. El voto nulo déjenlo para quienes están sometidos al imperio televisivo y que, en su caso, votarían por la derecha. Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx

martes, junio 09, 2009

Voto nulo

Enrique Valdivia
Druida

En los medios y en varios sitios de la red nos encontramos una campaña por la cual el voto nulo exige tener una pertenencia en las elecciones de la naturaleza que le da origen: el rechazo a candidatos que no responden a las necesidades de las personas. En este punto hay algo interesante, sobre todo porque en algunos casos quien llama a este rechazo son grupos que vienen con una organización previa que ha logrado cohesionar a otros movimientos. Esos merecen un respeto porque trabajan bajo una premisa clara que es la movilización y la organización en contra del sistema neoliberal.

Hablar de un movimiento donde solo se tiene de referencia el odio que se puede justificar por las malas acciones de los “representantes populares”, deja fuera varios elementos, pero el más importante es tener la ingenuidad que el voto nulo hará cambiar la actitud de los políticos que han privatizado varios sectores del país y tienen un proyecto muy claro.

Pensar que el voto nulo debe de estar sostenido en el repudio solo a los políticos sería en un principio un generador de sentimientos adversos y que es posible que motive a gente que hasta este momento participa, que lo realice. En realidad la posición de estos políticos es por varios factores y entre ellos ha sido precisamente la nula participación política de las personas. Cuando llegamos a los momentos álgidos de procesos electorales muchos se quejan de los políticos. Pero que sucedió durante los tres años o seis años anteriores.

Qué sucede realmente ¿Por qué hemos llegado al punto donde se cuestiona el sistema electoral? Porque es muy poca la relación entre representante y representado. Esto tiene un origen y se llama sistema neoliberal, que haciendo uso de recursos otorgados a estas malas administraciones ha deformado la educación cívica de los ciudadanos. ¿A dónde nos llevó? A personas menos interesadas en las políticas públicas y con poca capacidad de organización.

Antes de pensar en el voto nulo, tendremos que rescatar algo con mucha mayor importancia que es el trabajo por la educación del ciudadano y la generación de participación no en el contexto de reproche ni de rechazo, sino en el compromiso de una transformación de cómo se hacen las cosas en este país. Para ello ya hay movimientos que a nivel nacional tienen un proyecto alternativo de nación y aunque a algunos les cueste reconocerlo, Andrés Manuel ha ido construyendo al lado de miles de personas a través del país un movimiento con propuestas muy claras: la transformación política del país.

Así mismo nos encontramos con la Otra Campaña, que ha dado una pelea férrea fuera de los reflectores y en varios frentes, pero que es momento también de dar una vitalidad a su movilización.

Y como estos ejemplos muchos más en nuestras localidades. La cuestión más indispensable para la dirección de un movimiento social no está basada en reproches. La situación de los partidos y políticos en la actualidad en parte somos responsables, por dejar durante mucho tiempo el voto como un cheque en blanco. Ahora el golpe nos llega de frente por una crisis económica anunciada desde hace tiempo y por una situación de inseguridad que deja muy mal parado al gobierno y a nosotros con una zozobra constante. La determinación que congregue a la gente a adherirse a un movimiento social debe estar fundamentada principalmente en contra de este sistema neoliberal y en tener clara la lucha de clases. La otra es el tiempo que tarde en madurar un amplio sector de la población que durante muchos años ha sido noqueada por los medios masivos de comunicación, que se ha quedado sin espacio en la educación pública y aquella que aun siente que la patria se representa en la selección nacional.

druidaenresistencia@gmail.com

jueves, junio 04, 2009

¿Para qué sirve el voto nulo?

Octavio Rodríguez Araujo

Con base en la información del Instituto Federal Electoral, la lista nominal de ciudadanos con derecho a voto consta de 77 millones 481 mil 874 personas. Algunos analistas han pronosticado que en la próxima elección federal del 5 de julio habrá entre 65 y 70 por ciento de abstención, lo que significaría, en la máxima abstención calculada, que sólo asistirían a votar poco más de 23.3 millones de ciudadanos. Los partidarios del voto nulo, por tanto, se dirigen a éstos y no a los más de 54 millones de mexicanos que probablemente se abstengan de sufragar.

Entre los promotores del voto nulo, en otros países también llamado voto en blanco, hay algunos que cuentan con blogs y otro tipo de representaciones en Internet, unos con más fundamento que otros. En todos los casos se lee una cierta posición en contra del sistema político y de los partidos, y se fundan sus esperanzas en la ciudadanía como si los políticos no formaran parte de ésta o fueran extraterrestres.

Esta propuesta tiene varios puntos flojos. El primero es creer que la ciudadanía no vive parcialidades subjetivas e intereses individuales de diversas orientaciones; es decir, se soslaya que es pluriclasista y que no son comparables los habitantes de los estados prósperos del país, incluido el Distrito Federal y buena parte de su zona metropolitana, y los de las entidades federativas donde radica el mayor número de pobres y de marginados de México. Más aún, se pasa por alto que en una misma ciudad no son semejantes los que viven en Las Lomas y Polanco, por ejemplo, con los habitantes de Iztapalapa o Milpa Alta, para sólo referirme a la ciudad de México. Ligado con esto, se omite que sólo un poco menos de 25 por ciento promedio de la población tiene acceso a Internet, y que incluso en este porcentaje general deben distinguirse las zonas del país más prósperas de las más marginadas. Los seis estados de la frontera norte y el Distrito Federal no tienen comparación, por cuanto a acceso a Internet, con los estados del centro y sur del país. En los primeros el acceso a la red es de casi el doble que en los demás. De ese 25 por ciento de la población que usa Internet, incluidos muchos menores de 18 años, ¿cuántos y por qué artes o inspiración, consultarán los blogs que llaman a anular el voto? ¿Cuántos están interesados en las páginas de contenido político, incluidos los periódicos que pueden ser consultados por medios electrónicos? ¡Qué bueno que existan páginas con intenciones de orientar o desorientar políticamente a la población! Pero, por favor, bájense de su pedestal. Pecar de soberbia puede ser peligroso, y el menor de sus riesgos sería ser víctima de la ingenuidad y del wishful thinking; es como si yo creyera que todos los lectores de La Jornada me leen y, peor, que influyo en ellos. Si en Estados Unidos muchos pensaron que mediante Internet y redes sociales podían llevar a Obama a la Casa Blanca (como en buena medida ocurrió), tenían una base de realidad que México no tiene; esto es, que 220 millones de estadunidenses (72.5 por ciento de la población total) tenían acceso a Internet en 2008 (datos de Internet World Stats).

Llamar a anular el voto es dejar, deliberadamente, que los que sí votan, por pocos que sean, elijan a los diputados por todos los demás, es decir por los abstencionistas y por quienes anulen su voto. Es dar un cheque en blanco a quienes triunfen de la próxima contienda. Estos dirán: si no votaste por mí no te debo nada, aunque por lo general digan lo mismo a los que sí votaron por ellos, pues nuestros diputados, con algunas excepciones, son bastante cínicos y nada o muy poco comprometidos con sus electores.

El cinismo de la mayor parte de nuestros políticos es ampliamente conocido, al igual que la poca o nula eficacia de las instituciones creadas teóricamente para atender las necesidades de la población. ¿Por qué, entonces, los promotores de la abstención o del voto nulo piensan que los van a afectar y/o a sensibilizar con el látigo del desprecio ciudadano al no acudir a las urnas o al echar a perder su voto?

La abstención, como el voto nulo, no conmueve a nadie ni cuestiona en serio la legitimidad de un candidato ganador. Cuando los serbios quisieron buscar la mayor participación legitimadora de los votos para la presidencia de la república, estableciendo que si en la segunda vuelta de la elección presidencial no sufragaba por lo menos la mitad de los votantes los partidos/candidatos tendrían que ir a nuevos comicios, se frustraron, ya que en las dos elecciones presidenciales llevadas a cabo en 2002 no se alcanzó el voto de 50 por ciento del registro de electores. En consecuencia, para las elecciones de 2003, la Asamblea Nacional de ese país modificó la ley estableciendo que ese 50 por ciento de votantes debía ser el mínimo en la primera vuelta, y no en la segunda como estaba estipulado. Sólo en los regímenes totalitarios monopartidistas la abstención es menor a 10 por ciento. En las democracias, por imperfectas o perfectas que sean, suele ser mucho mayor y ningún gobernante es de mayoría real, mucho menos un diputado, pero ahí están.

Si de veras se quisiera reprobar y rechazar en todos sentidos a la llamada clase política, mejor hubiera sido organizar desde hace tiempo (y no al cuarto para las 12) un grande y masivo movimiento en su contra y no convocar a la abstención o al voto nulo (que será secreto e íntimo) y que, al final, lo único que producirá será una satisfacción muy personal, pero no un movimiento organizado en contra del sistema. Y si el rechazo es sólo individual, aunque por su suma parezca colectivo, deberá tomarse en cuenta que los gobiernos siempre podrán absorber y paliar esa inconformidad individual, como bien lo hizo Salinas con su Programa Nacional de Solidaridad, para sólo poner un ejemplo de un candidato que, con todo y fraudes, no obtuvo siquiera el voto de 25 por ciento del padrón electoral en 1988.

El único movimiento social más o menos articulado nacionalmente en estos momentos es el que ha venido construyendo López Obrador, y no tiene nada que ver con el abstencionismo ni con el voto nulo. ¿Por qué no mejor fortalecerlo en lugar de militar en su contra a cambio de la satisfacción íntima y a la vez desorganizada de no acudir a las urnas o de votar en blanco? Para mí es obvio que después del voto nulo, por masivo que pueda ser (que no será), no pasará nada: ni los anulistas se organizarán ni surgirá de ahí movimiento alguno, pero Calderón y su partido estarán muy agradecidos.

domingo, mayo 17, 2009

"La impunidad es indispensable para que funcione el sistema"

Estas palabras de De la Madrid dan cuenta de que está perfectamente lúcido.


IMPUNIDAD ES LO QUE CARACTERIZA AL GOBIERNO DEL ESTADO DE MEXICO QUE ENCABEZA ENRIQUE PEÑA NIETO, SENTADO AHI PARA OCULTAR EL ROBO AL ERARIO PUBLICO SE SU TIO MONTIEL, ADEMÁS DE SER IMPULSADO POR DISTINGUIDÍSIMOS PERSONAJES DE LA POLITICA MEXICANA COMO ELBA ESTHER GORDILLO, ROMERO DESCHAMPS, BETO PAREDES, EMILIO GAMBOA PATRON,
LOS HERMANOS HANK RHON, EL HONORABILÍSIMO GRUPO ATLACOMULCO, DON MANLIO FABIO BELTRONES, UN SELECTO GRUPO DEL PRD LLAMADOS NUEVA IZQUIERDA ETC. ADEMAS DEL INDICIADO DON CARLOS SALINAS DE GORTARI TAMBIEN EX PRESIDENTE DE MEXICO Y MIEMBRO ACTIVISIMO DEL PRI.

¿¿¿ POR ESTO VOTARÁN LOS PRIÍSTAS DE ABAJO, LOS MILITANTES RASOS????

¡¡¡¡¡ ALERTÉMOSLOS!!!!!!

NI UN VOTO AL PRI, NI AL PAN, NI A LOS CHUCHOS, NI AL PANAL, NI AL VERDE!!!

¡¡¡¡¡ YA BASTA !!!!!

El voto como la vía para el cambio

Arnaldo Córdova

Mientras los gobiernos derechistas (panistas, priístas y uno que otro llevado al poder por los votos de la izquierda) se revuelcan en el lodazal de la ineptitud, la imprevisión y la más rampante corrupción, el movimiento ciudadano lopezobradorista, por voz de su líder, refrenda que sigue fiel a la institucionalidad de la República, que respeta la legalidad, por la cual sigue dando mil batallas, y que sigue consciente de que el voto ciudadano es aún la vía para cambiar la vida pública. Mucho se han esforzado las derechas para hacer ver ante la opinión pública a López Obrador como un resentido y un subversor del orden institucional. Aquello de ¡Al diablo con sus instituciones! fue un regalo que no han desaprovechado en ningún momento.

El camino elegido por López Obrador para levantar y sostener este gran movimiento cívico está todo sustentado en la fidelidad a las instituciones y al derecho vigente en este país. La vía pacífica para transformar una sociedad injusta está siempre presente en sus discursos y, por supuesto, nadie podría esperar que él anduviera cachondeando a los políticos corruptos que nos gobiernan ni ocultando las pillerías de toda laya que redundan en la ruina de nuestra economía, de la moral pública e, incluso, de la salud de la sociedad, como se ha visto ahora. Por supuesto que, en este último respecto, dijo que había un mal del que se estaba dando una imagen exagerada y desinformada. No negó que el mal existiera, sólo dijo que ni los mismos gobernantes sabían de qué se trataba, lo que está siendo muy bien documentado aquí y en el extranjero.

El Peje anda en campaña (electoral). ¡Claro que sí!, como todos los políticos de México. Y eso, ¿qué tiene de indecente? Dijo también que sólo apoyará a los candidatos de izquierda que tengan el consenso de todas las fuerzas políticas de ese signo y, cuando no, únicamente a quienes se identifican con el movimiento cívico que él encabeza. Sólo para los chuchos, que ya no saben dónde meter la cabeza o cómo atacar, siempre a mansalva, como es su estilo, eso puede ser reprobable. Quién sabe por qué ellos siempre le reprochan al líder el que en unos casos apoye a unos candidatos que no son del PRD (porque los de este partido son chuchos), mientras en otros apoya a candidatos del PRD (que no son de ese grupo). ¿Cómo pueden esperar que apoye a quienes antes lo descalificaron y que hoy son candidatos?

López Obrador llamó desde el inicio a la unidad de la izquierda en el ya muerto Frente Amplio Progresista. Fueron los chuchos los que se rajaron y pretendieron echar de la coalición al PT y a Convergencia. Todavía se recuerda la propuesta de Carlos Navarrete que planteaba la fusión de todos en el PRD. Un lindo modo de devorar a los pequeños. El Peje no iba a aceptar semejante patraña, sobre todo cuando esos partidos habían mostrado mayor fidelidad y solidaridad con el movimiento ciudadano. Esperaron el desenlace en las elecciones internas del PRD en el DF. No sólo perdieron. Fueron barridos. Y éste era uno de sus principales reductos. Arce y Círigo todavía andan dolientes, sin poder entender lo que les pasó. Que sus contrarios les hayan jugado con sus propias mañas no exonera su soberbia ni su estupidez política.

A toda esa tribu, que quiere ser la izquierda moderna, sólo le queda gozarse el botín que las instituciones electorales han puesto en sus manos hasta que los verdaderos perredistas puedan reconquistar su partido. López Obrador va a apoyar electoralmente a la verdadera izquierda y no a los traidores y éstos ya saben que están perdidos. El movimiento cívico se está educando electoralmente, está aprendiendo lo que puede y debe hacer. En su inmensa mayoría, sus integrantes no forman filas en ningún partido, pero su líder los ha convencido de que deben actuar electoralmente y, sobre todo, de que su voto es muy valioso, a pesar de los vicios del sistema y a pesar de las trampas que la derecha ha sembrado en un proceso que debería ser legal y apegado a la Constitución. Ellos ya saben a quién darán su voto y, lo más importante, ya no desconfían, ni menos, reniegan, de su calidad de ciudadanos.

La consigna, tan clara como el agua limpia, es: las elecciones son también la causa del pueblo en movimiento, porque aunque los dados estén cargados, las cartas estén marcadas y se tengan que padecer traiciones, la vía para cambiar la vida pública del país sigue siendo el voto de los ciudadanos y todos los integrantes del movimiento cívico son, antes que nada, ciudadanos responsables del destino de su nación. Eso lo dijo el Peje el sábado 9 de mayo en Nacajuca. Y reivindicó la fuerza de su movimiento: hay millones en todo el país; algunos despiertan antes, otros después, pero en la historia de México nunca hubo tanta gente consciente de la necesidad de un cambio.

Cuando se observa en los espots de los chuchos las tonterías que difunden, poniendo a dialogar al mayor de ellos con una niña, uno no puede por menos de pensar que la ordinariez más ramplona e ignara se ha apoderado de la dirección de un gran partido que ha experimentado un destino de verdad ingrato. Su actitud ante la campaña perredista en el DF lo demuestra todo. En un desplegado publicado el 11 del corriente mes, Manuel Oropeza, secretario del partido en la entidad, denuncia la felonía de los chuchos al bombardear sin tino ni destino la campaña de los perredistas defeños. Pero no los acusa de nada, simplemente los invita a que se sienten a discutir por qué hacen lo que están haciendo: la inequidad en la distribución de tiempos en radio y televisión; aclarar por qué no se han transmitido los mensajes del PRD-DF; también los motivos por los cuales se niega la representación del partido en la Comisión de Radio y Televisión del IFE. Sólo eso.

Se ha llegado al exceso de pedir que se haga una encuesta en el DF para saber de la real representatividad del Peje entre la ciudadanía del DF. El PRD de la capital rechazó por estúpida esa pretensión. ¿Quieren saber cuál es la verdadera popularidad de López Obrador en el DF? ¿Por qué no se acercan a alguna de las grandes concentraciones que se hacen en la capital para que vean qué piensan los defeños del líder tabasqueño? Por supuesto que no lo hacen porque saben que sólo cosecharían el repudio generalizado. El gobierno panista y los priístas tienen con qué combatir al movimiento cívico. Me pregunto qué es lo que tienen los traidores internos para siquiera intentarlo como lo andan haciendo.

lunes, abril 20, 2009

La utilidad del voto en las legislativas

Que el fraude electoral jamás se olvide

Gerardo Fernández Casanova

Me parece de crucial importancia debatir con relación al significado del proceso electoral del próximo 5 de julio, en el que habrá de renovarse la totalidad de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y que, por tradición, merece atención menor de parte del electorado expresada en un alto nivel de abstención. La nefasta experiencia del fraude electoral del 2006, aunada al mediocre desempeño del conjunto de los partidos políticos y a la interesada mendacidad de los medios de comunicación masiva, contribuyen adicionalmente en el desánimo popular respecto de la elección. Esta circunstancia coloca a México ante el grave riesgo de la consolidación de la derecha, sea panista o priísta, como detentadora del poder político. De suceder esto, se alejará irremisiblemente la esperanza de recuperar y reconstruir al país.

Me queda claro que el desgaste de la izquierda es uno de los factores que empujan hacia la abstención, particularmente el que deriva de las pugnas internas y el rompimiento parcial del Frente Amplio Progresista, en virtud del cual la expectativa electoral de la izquierda es baja. Existe, por ello, la tentación hacia la abstención o hacia un razonamiento de voto útil. El muy reconocido politólogo Octavio Rodríguez Araujo ya puso su pica en Flandes; en sus artículos del 2 y el 9 de abril en La Jornada, subraya la inconveniencia del voto nulo o la abstención, en lo cual coincido plenamente, pero recomienda el voto útil para evitar el triunfo del PAN, lo que significa que, si el PRI representa una opción de ganar, habría que votar por él. No sin reconocer mi muy limitada preparación politológica y, desde luego, sin el menor afán de enmendar planas, lamento disentir de la propuesta de Rodríguez Araujo. Aclaro que, al igual que Octavio, me referiré únicamente a la elección de diputados federales.
Hay que recordar que en la conformación de la Cámara de Diputados cuenta la votación total, independientemente del número de distritos de mayoría relativa que un partido determinado haya logrado ganar, al final el número de diputados será complementado con la asignación de las diputaciones plurinominales, de manera que la composición se acerque a los porcentajes de la votación para cada partido. De esta manera el legislador estableció que la Cámara refleje, de la mejor manera posible, la pluralidad y la proporcionalidad de la voluntad ciudadana. Lo cual es un valor superior. Anoto aquí, al margen, que no es otra la razón de la existencia de los llamados plurinominales que, por lo general, ha sido severamente criticada y, probablemente, no comprendida.
Hecha la anterior aclaración, puedo afirmar que no es procedente la aplicación del principio del voto útil para el caso de diputados, sino que se deberá perseguir el objetivo de sumar el mayor número de votos posible a favor de los partidos que, de alguna manera, participan en la defensa de la soberanía nacional y de la economía popular. Desde luego que lo ideal es que logren ganar diputaciones de mayoría, pero lo verdaderamente importante es que cuenten con una amplia proporción del conjunto camaral. Para el caso de diputados, la izquierda puede insistir en sus errores de división, finalmente los votos de cada una de las alternativas se reflejarán en sus porcentajes de representación en la Cámara y, ahí, podrán actuar como bloque de izquierda. Otorgar el voto útil al PRI sería, entonces, reducir la presencia de la izquierda. Suponiendo un universo de 30 millones de votos, se tendrá un diputado por cada 60 mil; no es descabellado aspirar a que, en sus tres presentaciones (PRD, PT y Convergencia) puedan sumar arriba de 10 millones de votos, tomando en cuenta que AMLO recibió 15 millones de votos en el 2006; alcanzar tal cifra llevaría a contar con 166 diputados, lo que no es un número despreciable, sean de mayoría relativa o de representación proporcional.
Es diferente el caso de la elección para integrar el Poder Ejecutivo (presidente, gobernador o alcalde) el cual recae en una sola persona y no se puede aplicar la proporcionalidad, en cuyo caso es importante la procuración del voto útil. Por cierto, en el 2000 yo voté por el PRI para la presidencia, en términos de voto útil; era preferible malo conocido que pésimo por conocer. Con el mismo criterio, antes siempre voté contra el PRI, incluso cuando fui electo diputado federal por ese partido en 1985.
Tiene razón Rodríguez Araujo al anotar que la votación lograda en el 2006 obedeció al arrastre de Andrés Manuel López Obrador, pero que ahora no es candidato. No obstante, AMLO está en campaña y convocando a votar por la izquierda y contra el PAN y el PRI, incluso, en algunos casos, está dando el respaldo diferenciado conforme a la identificación del candidato con el movimiento nacional. Habrá que responder con entusiasmo a la convocatoria y contar con una mayor presencia progresista en el Congreso.
Para concluir, insisto en la importancia de votar y promover la participación, rechazando cualquier forma de abstención o anulación del voto. Igualmente, niego la prudencia del voto útil y propongo el voto por cualquiera de los candidatos que postulen los partidos del Frente Amplio Progresista y, si es el caso, por los que apoye Andrés Manuel.
Es cuanto, distinguidos lectoras y lectores.
Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx

domingo, marzo 01, 2009

El compravotos en acción



Enrique Peña Nieto está incontenible. Entrega por doquier bicicletas, despensas, cheques y acompaña sus dádivas con un mensaje a la ciudadanía para que acuda a las urnas el próximo 5 de julio a emitir su voto por “autoridades cada vez más competitivas (y) más comprometidas con las mayores necesidades de la sociedad mexiquense”.El pasado 24 de febrero, el mandatario repartió 4 mil despensas –de 17 productos cada una–, 2 mil 171 bicicletas y mil 534 cheques por 450 pesos, correspondientes a los programas Seguridad Alimentaria, Apoyo al Transporte en Zonas Obrero-Populares y Mujeres Trabajadoras Comprometidas. Los beneficiarios fueron los pobladores de Chapultepec, Mexicaltxingo y Metepec, este último gobernado por el Partido del Trabajo.En ese acto estuvo presente el titular de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de México (Sedesem), Ernesto Némer Álvarez, quien horas después dimitió a su cargo. Al día siguiente acudió a las oficinas del PRI mexiquense para inscribirse como candidato al XXXV Distrito local con cabecera en Metepec.En las elecciones estatales, en las que se renovarán 125 alcaldías y 45 diputaciones, el PRI va a la cabeza con sus candidatos en alianza con los partidos Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (Panal), Socialdemócrata (PSD) y Futuro Democrático, organización local.Peña Nieto no oculta sus intenciones. Ya en el boletín 241/2009 informó que cuenta con “recursos del presupuesto de 2008” que utilizará en programas sociales durante el presente año electoral. En su edición del pasado 15 de febrero, Proceso informó que el mandatario “aplicó de última hora, en diciembre pasado, mil 400 millones de pesos para adquirir más de 3 millones de despensas que distribuirá en el curso del año electoral”. De acuerdo con una copia de la licitación LPN-04-2008, lanzada en noviembre pasado por el Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social (Cemybs), dependiente de la Sedesem y adjudicada a Tiendas Soriana al mes siguiente, las despensas son para los programas de Pensión Alimenticia para Adultos Mayores de 70 años, para Adultos Mayores de 60 a 69 años y de Apoyo a Mujeres-Compromiso con el Futuro (Proceso 1685).En el presupuesto de egresos 2009, Peña Nieto cuenta con otros mil 600 millones para la compra de por lo menos otros 3 millones de despensas.“Los mexiquenses queremos entrar en este proceso de este tiempo que nos toca vivir en un clima de armonía, de orden y de paz social”, dijo en un acto público ese 24 de febrero en Metepec.Después vino la repartición.