Mostrando las entradas con la etiqueta Agente Naranja. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Agente Naranja. Mostrar todas las entradas

martes, agosto 10, 2010

Vietnam: el agente naranja sigue matando

“Una nueva guerra hace olvidar la anterior y oculta sus consecuencias”, señala . En entrevista con la periodista suiza Silvia Cattori, el escritor testifica una tragedia humanitaria que aún no termina: “En Vietnam están naciendo niños afectados por graves minusvalías y a veces con formas inhumanas”

Durante la intervención militar en Vietnam –acontecida a mediados de la década de 1960–, Estados Unidos utilizó armas químicas devastadoras contra el comunismo, un régimen que entonces encarnaba la lucha por la independencia nacional del pueblo vietnamita, que se oponía a su dominación.

En su reciente obra Agente naranja. Apocalipsis Vietnam, André Bouny señala que, casi medio siglo después de la guerra, las madres vietnamitas siguen dando a luz bebés monstruosos.

—Aunque la guerra de Vietnam pueda parecer lejana a las generaciones jóvenes, su obra parece temiblemente actual, porque muestra que los efectos del agente naranja siguen desplegando hoy sus espantosas consecuencias sobre millones de personas y, también, porque recientemente se han utilizado armas similares (como el uranio empobrecido) en Serbia, en Afganistán, en Irak, en Gaza, en Líbano, y se siguen utilizando. En la conclusión del libro, usted afirma: “Tomar conciencia de la catástrofe generada por el agente naranja es la primera etapa necesaria para prevenir y evitar otros desastres del mismo tipo (ecológicos, medioambientales y sanitarios), e incluso peores”. En este sentido, ¿ha establecido contactos con grupos o investigadores que investiguen estas nuevas armas? ¿Planean ustedes acciones comunes?

—Para mi generación, Vietnam evoca la guerra; para los más jóvenes, un destino turístico. Una nueva guerra hace olvidar la anterior y oculta en gran parte sus consecuencias, tanto más cuanto que la información se concentra exclusivamente en la última. En el caso de Vietnam, efectivamente están naciendo niños afectados por graves minusvalías y a veces con formas inhumanas, aunque la ciencia no ha demostrado ni comprendido todavía los mecanismos que demostrarían que estos efectos teratógenos se deben a una modificación genética adquirida por las víctimas del agente naranja, como es el caso en la experiencia con [moscas] drosófilas efectuada por dos biólogos estadunidenses. Con todo, las autoridades vietnamitas se plantean si se debe dejar procrear a las víctimas del agente naranja.

“La similitud entre los efectos del agente naranja y los del uranio empobrecido en los recién nacidos es sorprendente y obliga a una comparación. Conocemos por experiencia los riesgos y las secuelas de la radiactividad. Además, la controversia sobre la radiactividad de baja intensidad –por ejemplo, la asociada a las partículas ingeridas o inhaladas disipadas por el efecto piróforo de las ojivas de las armas de uranio empobrecido? recuerda a la que ha conocido el agente naranja ante el lobby de la química; en el caso del uranio empobrecido se trata del nuclear. De la misma manera, los límites de dioxina admitidos en la alimentación en ningún caso pueden dejar de tener efectos. El paralelismo entre ambos venenos existe también en los usos civiles: para el caso de la dioxina, agricultura, gestión de los bosques y eliminación de residuos, entre otros; para la radiactividad, la energía y el uso médico.

“La conciencia de una catástrofe como la del agente naranja sobre el medio ambiente y toda forma de vida que lo habita no se da por hecho en nuestras sociedades de consumo, que dejan creer que existe una solución para todo por medio del progreso y de la transformación de materias en ‘bienes’ de consumo, que contaminan la naturaleza y, por lo tanto, nuestros organismos. Con esto se genera un círculo vicioso sin fin. Dirigir la lucha tanto por la justicia, el reconocimiento y porque las víctimas sean indemnizadas no deja tiempo ni energía para estar en varios frentes, aunque toda víctima tenga derecho a nuestra compasión y, por encima de todo, a nuestra ayuda y solidaridad. Sin embargo, se constata que, a imagen del CIS , hay muchas personalidades que se activan incansablemente a favor de las víctimas del uranio empobrecido. Sí, la conciencia de estas personas ya tiene como acción común la información.”

—En su obra exhaustiva Agente naranja. Apocalipsis Vietnam, usted hace un balance completo de los muchos aspectos del problema. ¿Cuáles son los elementos específicamente nuevos que aporta usted?

—El elemento más destacable es sin duda el nuevo cálculo del volumen de los agentes químicos que he establecido a partir de los datos del Informe Stellman (un estudio oficial financiado por Estados Unidos a principios de la década de 2000 en Vietnam), que altera a la baja todos los cálculos comúnmente admitidos hasta entonces. Simplificando las cosas, partí de datos establecidos por los archivos del ejército estadunidense, que probablemente son incompletos, y los crucé con otras informaciones salidas también de estos mismos archivos. El resultado es simplemente terrorífico. Jeanne Mager Stellman, una científica estadunidense que elaboró un informe que lleva su nombre, leyó atentamente mi libro y no puso en tela de juicio en ningún momento el nuevo cálculo que propongo sobre los volúmenes de agentes químicos utilizados en Vietnam.

“Por otra parte, la manera en que se habla de la guerra de Vietnam en este libro no es la que se cuenta en los manuales de historia occidentales: la perspectiva es la de los vietnamitas. En efecto, el telón de fondo está jalonado de muchos elementos demasiado poco conocidos, olvidados por la amnesia selectiva. Hablo del falso ataque sufrido por los barcos estadunidenses en el golfo de Tonkin, que permitió desencadenar la guerra contra el Vietnam del Norte comunista y engañar al Congreso estadunidense, o de la trama de las guerras secretas que se llevaron a cabo en Laos y Camboya en la más perfecta ilegalidad nacional e internacional, o incluso el inimaginable tonelaje de bombas arrojadas durante esta segunda guerra de Indochina, la cantidad impensable de muertos y heridos, o del embargo que multiplicó los daños de esta larga guerra de independencia sobre la población civil, primera víctima de los últimos conflictos poscoloniales… Éstos son algunos ejemplos.

—¿Cómo son hoy los efectos del agente naranja en los seres humanos, la flora y la fauna en estos países de la antigua Indochina en los que residen excombatientes, y dónde se ha almacenado el producto?

—La situación actual en Vietnam es simplemente catastrófica. Hace sólo unos días [julio de 2010], el vicepresidente de la Asamblea Nacional de Vietnam anunció que 4 millones de personas estaban actualmente contaminadas. Esto puede parecer descomunal y, sin embargo, proporcionalmente, estas cifras están muy por debajo de las de los veteranos surcoreanos que han llevado el asunto a los tribunales… Ahora bien, ellos no se vieron expuestos de una manera comparable a la situación en la que se sigue encontrando la población vietnamita. Tanto excombatientes como población civil, sin distinciones, padecen enfermedades incurables y cánceres. Están, además, los recién nacidos que vienen al mundo con deformaciones monstruosas, ausencias parciales o totales de miembros y/o deficiencias mentales. Lo mismo ocurre en Laos y Camboya, países en los que faltan cruelmente medios para establecer, a semejanza de Vietnam, cuál es realmente la situación epidemiológica. Tanto en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur, como en torno a las bases militares en Filipinas en las que se almacenaba el veneno, veteranos y civiles que fueron expuestos al agente naranja desarrollan los mismos males.

“Por lo que se refiere al medio ambiente, la selva tropical desaparecida no se regenera y no se puede hacer que vuelva a surgir cuando los suelos erosionados han perdido sus nutrientes, generados por la propia selva y que le permiten crecer y existir: es una situación inextricable y desesperante. En Vietnam hay zonas enteras en las que se ha prohibido cultivar o que son de acceso prohibido; son los hots spots. Estos “puntos calientes” suelen ser antiguas bases militares estadunidenses que se extendían por superficies considerables –auténticas ciudades– en las que se almacenaba el agente naranja antes de trasvasarlo a los aviones o aparatos terrestres, y cuyos alrededores eran ampliamente defoliados por razones evidentes de seguridad.

“En lo que concierne a Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, el problema afecta más particularmente a los veteranos y en diversos grados a los lugares en los que se experimentaron los agentes químicos (o a veces se fabricaron, como en el caso de Nueva Zelanda) durante las pruebas para ponerlos a punto. La lucha de los veteranos de estos países, enfermos y con una descendencia paralelamente afectada, es más conocida porque, en comparación con Vietnam, estos países se benefician de estructuras sanitarias. Pero, aun así, la lucha de estos veteranos de países llamados desarrollados fue larga y feroz para obtener el reconocimiento de las relaciones de causa-efecto entre el agente naranja y sus enfermedades. Y esta lucha sigue actualmente. Para la mayoría de los veteranos, el reconocimiento y las indemnizaciones se siguen haciendo esperar.”

Leer articulo completo AQUI.

miércoles, noviembre 25, 2009

México, en el gran laboratorio de pruebas de Monsanto


Julio César Nieto Hernández*
—¿Y éste de qué murió?
?Tomó un litro de herbicida.
?¿Es por el algodón?
—Sí, la cosecha se arruinó; no pudo pagar sus deudas.
Esta escena, que bien podría estar sacada de una historia de Juan Rulfo, es una realidad que acontece en India. Ante la escasa disponibilidad de la semilla convencional, los agricultores se ven obligados a comprar la semilla de algodón transgénico Bt que es cuatro veces más cara, a pesar de los bajos rendimientos y la calidad variable del algodón que se paga hasta en un 20 por ciento menos de su valor en el mercado. Sumando esto a la gran deuda que adquieren al comprar la semilla transgénica, en muchos casos los agricultores prefieren quitarse la vida al no poder pagar.
Los agricultores acogieron con gran esperanza al algodón transgénico Bt Bollgard al comienzo de su comercialización en la India, en junio de 2005. Teóricamente, usarían menor cantidad de pesticida en el cultivo, ya que la principal cualidad del algodón Bt era la de autoprotegerse contra los ataques del gusano americano de la cápsula, la principal plaga del algodón. Los anuncios de televisión mostraban animaciones de fuertes plantas de algodón esgrimiendo espadas y ahuyentando a los insectos.
Las primeras pruebas aprobadas en 1998 por el gobierno hindú funcionaron bien al principio. Los primeros meses las plagas estaban ausentes de los cultivos transgénicos y no se necesitó la aplicación de pesticidas. Luego comenzaron los problemas.
El algodón no se adaptó al clima: las plantas eran más pequeñas, los copos menos numerosos y más difíciles de recoger que los de campos sembrados convencionalmente. Al final de la temporada, los agricultores emplearon la misma cantidad de pesticida porque el algodón Bt atraía nuevas plagas que el algodón convencional no. Los ingresos de los agricultores de algodón Bt fueron un 8 por ciento inferiores respecto de los que cultivaron el algodón convencional.
El responsable de este escenario fue la empresa Mahyco Monsanto Biotech, una fusión de la multinacional Monsanto y Mahyco –proveedor hindú de semillas– quienes, tras la aprobación de 1998, ampliaron a mayor escala sus pruebas en 2000 aun con las demandas de diversas organizaciones civiles para que se verificara la inocuidad del producto.
A pesar de ello, Monsanto logró comercializar la semilla transgénica aludiendo en 2003 a un artículo publicado en la revista Science que determinaba que el algodón Bt era capaz de aumentar los rendimientos hasta un 88 por ciento. Después se descubriría que el artículo había sido elaborado en su mayoría con datos de Monsanto.
La empresa fue obligada por la Comisión para los Monopolios y Prácticas Restrictivas de Comercio del país asiático a disminuir el precio de su semilla transgénica, solución que no duraría mucho ya que de inmediato introdujo nuevas variedades que obtuvieron los mismos resultados.
El currículo de Monsanto
Monsanto fue constituida en San Luis Missouri en 1901. A lo largo de toda su historia, la comercialización de sus productos se esconde detrás del lema “Alimentación, salud y esperanza”, cuando la verdadera cara que han revelado Deborah Koons, Marie Monique Robin y otros investigadores es la de una empresa preocupada por una sola cosa: hacer dinero.
La historia oscura de Monsanto comenzó en 1927 al iniciar la fabricación de los bifenilos policlorados, compuestos altamente tóxicos que fabricaron desde ese año hasta su prohibición en 1970 y que provocaron el envenenamiento de la gente del pueblo de Anniston en Alabama, hecho por el cual fueron demandados en 2002 y condenados a pagar 700 millones de dólares a las víctimas.
En la década de 1950, llegaron a un acuerdo con el gobierno estadunidense para fabricar el agente naranja –un potente herbicida basado en la mezcla de los compuestos químicos 2, 4, 5-T y 2, 4-D, desarrollado para hacer desaparecer las selvas vietnamitas durante la guerra–. Las impurezas de fabricación del 2, 4, 5-T incluyen dioxina, uno de los tóxicos más potentes conocido hasta la fecha. Actualmente, Monsanto comercializa en México el 2, 4-D, uno de los componentes del agente naranja con el nombre comercial Defensa, que si bien no presenta la peligrosa dioxina, teóricamente podría tener un compuesto residual llamado 2,7-DCDD con propiedades cancerígenas.
En 1958 finalizaron el desarrollo del Posilac o la hormona de crecimiento bovino, que produce una mayor producción de leche en las vacas, pero que les ocasiona alteraciones reproductivas y mamitis –infección en las ubres que obliga al granjero a administrar antibióticos con la posible contaminación de la leche–. Monsanto, hasta la fecha, se niega a diferenciar la leche obtenida de vacas inyectadas con Posilac alegando que no existe diferencia entre esta leche y la obtenida de forma convencional, y ha llevado a juicio a varios ganaderos por diferenciar sus productos.
También está involucrado en la comercialización del Nutrasweet, cuyo principio activo es el aspartame –un endulzante artificial estudiado por el italiano Morando Soffritti durante ocho años en 1 mil 800 ratas de laboratorio. En 2005 publicó los resultados de su estudio: el aspartame es un potencial agente cancerígeno.
Posteriormente desarrollaron su producto estrella, y sobre el cual basan alrededor del 30 por ciento de su negocio: el Roundup. Este herbicida es el más vendido en los últimos años. Es fabricado a partir del compuesto químico llamado glifosato. Este herbicida es no selectivo, es decir que gracias a su particular modo de acción mata cualquier planta que toca. Monsanto lo promovió hasta el cansancio como biodegradable y amigable con el medio ambiente, hasta que se demostró que su tasa de degradación era de 2 por ciento en 30 días, lo cual es mucho tiempo para un producto supuestamente biodegradable. La empresa perdió un juicio por publicidad engañosa en 2007 y se le obligó a quitar la leyenda “biodegradable” de los envases de Roundup y pagar 15 mil euros de multa.
El francés Robert Bellé y su equipo del Centro Nacional de Investigación científica del país europeo realizaron pruebas para determinar la toxicidad de algunos herbicidas. Los resultados fueron que el Roundup no sólo era más toxico que los otros herbicidas, sino que promovía las primeras etapas del cáncer.
Actualmente, Monsanto comercializa los transgénicos en todo el mundo, con sus variantes By y Roundup Ready para soya, algodón, trigo y maíz, entre otros. El debate está abierto, muchos los consideran la solución a la crisis alimentaria mundial; sin embargo, organismos civiles como Greenpeace, los consideran prácticamente los jinetes de Apocalipsis.
Los organismos transgénicos
En el núcleo de nuestras células se encuentra el ADN, una larga tira de información con instrucciones para sintetizar las proteínas pertenecientes al organismo que posee la célula. Una serie de instrucciones para fabricar una sola de estas proteínas se conoce como gen.
Las técnicas actuales de manipulación genética permiten aislar e intercambiar genes entre diferentes especies, vegetales o animales. Recortando genes de acá y pegándolos allá ha sido posible, por ejemplo, aislar de la luciérnaga el gen que produce la luciferina, la proteína fluorescente que le da su luz al insecto, e incrustarlo en una planta cualquiera. El resultado es una planta que brilla. Al gen extraño que se incluye en el genoma de un organismo huésped se le llama transgen.
Basado en este esquema, Monsanto desarrolló los organismos genéticamente modificados (OGM). Así, el maíz y algodón transgénicos de la familia Bt no son otra cosa que la inserción en el genoma de la planta de los genes de una bacteria llamada Bacillus thuringiensis, los cuales le permiten al maíz y algodón fabricar una serie de proteínas tóxicas para los insectos.
Sin embargo, mediante el mismo principio que hace resistente a las cucarachas a los insecticidas en aerosol y a los microorganismos a los antibióticos, las plagas se volvieron resistentes a los efectos de las proteínas Bt al estar constantemente expuestas a ellas.
La tecnología Roundup Ready
Otra variante de manipulación genética es la de inducir en el genoma de la planta la capacidad para tolerar un herbicida específico. Es así como Monsanto culminó en 1994 el desarrollo de su soya Roundup Ready, literalmente “lista para el Roundup”.
Este logro que realmente se opacó cuando se determinó la toxicidad del Roundup y cuando se comprobó la posibilidad de generación de supermalezas por intercambio genético entre la soya y sus parientes silvestres, hecho confirmado por el Centro Británico para la Ecología y la Hidrología, quien afirmó que en Estados Unidos ya se han producido intercambios genéticos entre la soya Roundup Ready y el amaranto, una planta que los agricultores consideran una maleza, proporcionándole resistencia al herbicida.
Otros inconvenientes de los OGM
El primer problema de transportar genes es que en muchos casos se produce un rearreglo en el genoma alterado del huésped. Esto quiere decir que el transgen se puede ubicar al azar en cualquier sitio. Se ha descubierto que los genes en un organismo mantienen estrecha interrelación: el hecho de insertar un transgen en un organismo huésped no asegura la expresión genética de la proteína que codifica.
Leer articulo completo AQUI.

lunes, noviembre 09, 2009

Gobierno mexicano se rinde ante Monsanto

Los gobiernos panistas no sólo autorizan a la agroindustria trasnacional la siembra de maíz transgénico, sino que le otorgan casi 200 millones de pesos en estímulos fiscales. Monsanto, Híbridos Pioneer, Dupont y Dow Agrosciences obtienen 21 permisos y más de media centena de proyectos de inversión tecnológica, revelan documentos oficiales. No importó a las autoridades federales que México sea país de origen de una semilla que es patrimonio de la humanidad ni que se coloque en riesgo inminente a 31 de las 59 razas de maíz mexicano.

Autor: Érika Ramírez

Fabricante del Agente Naranja –herbicida utilizado en la guerra de Vietnam para la destrucción de cosechas y vegetación–, Monsanto obtiene la mayoría de los permisos solicitados por las industrias agropecuarias ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), para la siembra experimental de maíz transgénico en los campos mexicanos.

Además, la empresa originaria de Saint Louis, Missouri, Estados Unidos, ha sido beneficiada –junto con Híbridos Pioneer, Dupont y Dow Agrosciences– con casi 200 millones de pesos en "estímulos fiscales" durante las administraciones de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, revelan documentos oficiales.

El 29 de octubre pasado, las empresas Monsanto, Dow Agrosciences y PHI México fueron notificadas que sus patentes podrán ser sembradas de "modo experimental" en tierras de Sonora, Chihuahua, Tamaulipas y Sinaloa, según muestra el Estatus de solicitudes de maíz 2009, emitido por la Dirección de Bioseguridad para Organismos Genéticamente Modificados (OGM), dependiente de la Sagarpa.

En estos estados, indica la organización ambientalista Greenpeace México, se encuentran 31 de las 59 razas de maíz que existen en México, lo que expone al riesgo de contaminación transgénica al 52 por ciento de las semillas originarias del país.

Las resoluciones se dieron apenas siete meses después de que Dow Agrosciences y PHI México manifestaran formalmente su interés por sembrar el organismo genéticamente modificado DAS-01507-1. Se aprobó la siembra de la patente en el Valle del Yaqui, Sonora, donde también se encuentran unas nueve variedades del maíz nativo de México.

En un comparativo de la lista de solicitudes de la Sagarpa, con el mapa de los territorios de los pueblos indígenas y las razas y variedades del maíz que existen en ellos (contenido en la edición Maíz transgénico en México, riesgos y costumbres de la revista Ciencias, de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México), se puede observar que en el Valle del Yaqui, Sonora, donde se encuentra asentada la población indígena con el mismo nombre, existe el Maíz Blando de Sonora, Chapalote, Dulce Norteño, Dulce, Dulcillo Noreste, Elotes Occidentales, Harinoso, Onaveño, San Juan y Tuxpeño.

Eduardo Pérez Pico, representante de Monsanto México, dice en entrevista con Contralínea que cada uno de los permisos avalados por la dependencia que encabeza Francisco Mayorga Castañeda y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a cargo de Juan Rafael Elvira Quezada, costarán a la agroindustria cerca de 1 millón de pesos por proyecto.

El ingeniero agrónomo, egresado del Instituto Tecnológico de Monterrey, anuncia que "si las investigaciones avanzan pronto", la etapa comercial podría iniciar en tres años, con una inversión inicial de 400 millones de dólares, de los que Monsanto pretende asumir unos 250 millones de dólares.

Negocio redondo

Además del mercado de negocios que significa México para la agroindustria, el gobierno federal ha financiado a tres de las grandes en el ramo. Desde el primer año de la administración foxista, las trasnacionales han obtenido estímulos fiscales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que preside el guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks, hasta por 193 millones 859 mil 598 pesos.

Información publicada en el Diario Oficial de la Federación indica que los "estímulos", otorgados bajo el pretexto de inversión en innovación tecnológica, iniciaron en 2001 con tres proyectos de la empresa Híbridos Pioneer de México, que significaron al erario 10 millones 927 mil 500 pesos.

Los montos y las participaciones fueron en aumento anualmente y, de los más de 10 millones registrados el primer año, se pasaron a los 12 millones 131 mil 642 pesos en 2002 para PHI México –empresa de Dupont, además de representante y subsidiaria de Pioneer Hi-bred Int–; 11 millones 545 mil 891 pesos en 2003 y otros 13 millones 994 mil 763 pesos en 2004.

Es en 2005 cuando las ahora permisionadas por el gobierno federal, Dow Agrosciences y Monsanto se allegan de "estímulos fiscales" por 20 millones 447 mil 766 pesos, mediante 15 proyectos de investigación. En el penúltimo año de la gestión de Vicente Fox, el proyecto que más recursos representó a la hacienda pública fue el de "Desarrollo de líneas puras y producción de híbridos experimentales de Maíz (Invernadero)", que costó a la hacienda 7 millones 782 mil 861 pesos.

Durante el año de transición de la administración de Fox a la de Calderón, las trasnacionales obtuvieron un incremento global superior a los 11 millones de pesos. De los más de 20 millones de 2005, los estímulos se incrementaron a 31 millones 666 mil 153 pesos. Y, aunque las cifras indican que PHI fue la que obtuvo mayores beneficios, con 21 millones 442 mil 51 pesos, Monsanto también incrementó sus "apoyos" al pasar de 5 millones 780 mil 906 pesos a 7 millones 978 mil 795 pesos en un año fiscal.

Anualmente la empresa de Saint Louis ganaba mayores recursos, que pudieron ingresar a las arcas de la hacienda pública vía impuestos, pues la primera productora de semillas a nivel mundial era estimulada con recursos millonarios. De acuerdo con el informe publicado en el Diario Oficial de la Federación, con fecha del 3 de marzo de 2008, SAM750414HN4-2007-2 fue el proyecto que mayores beneficios tuvo, con 5 millones 374 mil 154 pesos. No obstante, ninguna de las claves de Monsanto, que aparecen registradas en las listas oficiales, especifica cuál fue el uso de los recursos.

El salto cuantitativo se dio durante 2008 y 2009, cuando las exenciones para las empresas de la agroindustria se centraron en Monsanto y Dow Agrosciences. Ambas acapararon 30 millones 896 mil 157 pesos. Del segundo año de la administración de Felipe Calderón al primer semestre del año en curso alcanzaron la suma de 26 millones 263 mil 532 pesos.

Adelita San Vicente Tello, ingeniera agrónoma por la Universidad Autónoma Metropolitana y representante de la asociación civil Semillas de Vida, critica la entrega de "estímulos fiscales" a la agroindustria, pues "la tecnología de Monsanto ha sido muy cuestionada en los mercados europeos, donde se les ha impedido la entrada. Además, es absurdo que hablen de una inversión cuando es el gobierno quien les está financiando investigación a través del Conacyt, en tanto que el campo permanece en abandono. Lo que ellos buscan es apropiarse de los recursos genéticos de nuestras semillas".

Sin embargo, para el representante de Monsanto, Eduardo Pérez Pico, los apoyos sirven para "invertir en el desarrollo de la tecnología que pueda tener el país y así redituar en el mismo". Dice que todo lo que a la fecha ha invertido Monsanto en investigación está dedicado a maíces convencionales, sorgo, algodón, soya y otro tipo de cultivos donde desarrollan mejoramiento genético.

Los permisos y el juicio

De acuerdo con los 21 permisos autorizados por la Sagarpa y la Semarnat –hasta el 29 de octubre pasado–, nueve corresponden al interés de Monsanto, el resto representa una asociación entre las empresas Dow Agrosciences y PHI México. No obstante, la patente MON, propiedad intelectual de Monsanto, aparece en 17 de las peticiones, bajo la solicitud de sus supuestas competidoras en el ramo de la agroindustria.

Este tipo de prácticas, donde Monsanto promueve su patente a través de otras compañías, ha llevado a la empresa a los tribunales estadunidenses. De acuerdo con información del periodista Christopher Leonard, de la agencia internacional de noticias The Associated Press (AP), el Departamento de Justicia en Saint Louis, Missouri, investiga si "Monsanto ha violado las normas de defensa de la competencia en su intento por ampliar su dominio del mercado de los cultivos genéticamente modificados".

"Los cuestionamientos son sobre cómo la compañía de semillas más grande del mundo vende y otorga licencias de sus genes patentados. Monsanto tiene acuerdos de licencia con empresas de semillas que permiten a dichas empresas insertar genes de Monsanto en el 96 por ciento de los cultivos de soya de Estados Unidos, y el 80 por ciento de todos los cultivos de maíz. Los rivales de Monsanto alegan que la empresa utiliza los acuerdos de licencia para exprimir a sus competidores y controlar a las empresas más pequeñas de semillas, acusación que Monsanto niega", informa el periodista especialista en agronegocios.

Entre las empresas que han entablado juicios contra Monsanto se encuentran Syngenta y Dupont, quienes "han alegado que violan la ley de competencia de Estados Unidos. Syngenta presentó su demanda en 2004 y resolvió el caso el año pasado. Dupont presentó una demanda el pasado verano, el caso está pendiente en un tribunal federal en San Luis", dice AP.

Pérez Pico, director de desarrollo de tecnologías y asuntos regulatorios para Monsanto en Latinoamérica Norte, dice desconocer del juicio que lleva la empresa en Estados Unidos; no obstante, confía en que las autoridades "sabrán llevar el caso".

Contaminación transgénica

Además de la permanencia de la patente, en los permisos de las empresas ajenas a Monsanto, los representantes de las organizaciones civiles que se oponen a la siembra experimental de transgénicos señalan que las autorizaciones se han otorgado en zonas donde prevalecen las semillas nativas del maíz; en consecuencia, advierten, existe el riesgo de perder especies en el norte del país a causa de la contaminación transgénica o "flujo génico" como lo llama la agroindustria.

Las autorizaciones de Sagarpa y Semarnat, publicadas por la Dirección de Bioseguridad para OGM, indican que las autorizaciones se dieron en el Valle del Yaqui, Huatabampo, San Ignacio Río Muerto, Cajeme y Bácum, Sonora; Cuahutémoc y Delicias, Jiménez, Chihuahua; Río Bravo y Díaz Ordaz, Tamaulipas; y Los Mochis, Culiacán, Angostura, Novolato, Ahome y Guasave, Sinaloa.

En esta zona se encuentra el Maíz Blando de Sonora, Chapalote, Dulce Norteño, Dulce, Dulcillo Noreste, Elotes Occidentales, Harinoso, Onaveño, San Juan y Tuxpeño, entre otras especies.

Aleira Lara, coordinadora de la Campaña Agricultura Sustentable y Transgénicos de Greenpeace México, indica que es imposible la coexistencia de cultivos transgénicos con convencionales y orgánicos. "Esto se agudiza aún más si hablamos de la liberación al medio ambiente en el centro de origen y diversidad genética del maíz, México, pues tenemos las plantas madre, 59 razas, cerca de 200 variedades adaptadas a nuestras tierras. Esta riqueza genética es lo que se está poniendo en riesgo con la introducción de maíz transgénico".

Hasta el momento, la organización ambientalista tiene documentados casos de contaminación de transgénicos en Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas, Puebla, Veracruz, Yucatán, Guanajuato, Distrito Federal, y Chihuahua, por lo que "es realmente una mentira que el gobierno mexicano diga que se va a preservar nuestra riqueza genética cuando ya tenemos casos de contaminación".

La ambientalista dice que a partir de las importaciones que el gobierno mexicano hace de Estados Unidos, se inicia una fuente de contaminación, ya que Estados Unidos no segrega sus cultivos convencionales de sus cultivos transgénicos, y "el maíz forrajero que estamos sembrando viene revuelto con estas variedades genéticamente modificadas".

Aleira Lara critica que en México no hay un sistema de rastreabilidad que señale si el maíz que se está importando para la alimentación de ganado vaya destinado específicamente a ello; de lo contrario, "va a tener fugas de transgénicos".

"El cultivo del maíz es de los más promiscuos porque tiene polinización abierta; las ráfagas de viento pueden trasladar el polen de un cultivo transgénico a uno no transgénico y contaminarlo. Éste ha sido el problema con la posible coexistencia.

"En México no sólo existe ese factor de polinización abierta, sino que nuestros campesinos tienen la práctica común de intercambiar sus mejores semillas para irlas mejorando. Ése es el mejoramiento tradicional entre variedades de una misma especie. Gracias a ello, hay variedades resistentes a cualquier variación agronómica", explica.

Herbicida asesino

Para Eduardo Pérez Pico, director de desarrollo de tecnologías y asuntos regulatorios para Monsanto en Latinoamérica Norte, la oposición de las organizaciones sociales, campesinas y ambientalistas no tiene razón de ser, pues hay que abrir paso a la tecnología.

Monsanto, dice, ha venido operando en el país desde hace 50 años en diferentes negocios, y de 2000 a la fecha se ha convertido en una empresa ciento por ciento dedicada a la agricultura. "El maíz es uno de los cultivos más importantes para México y hoy en día tenemos participación importante en las semillas mejoradas de híbridos que los agricultores utilizan en muchas partes del país", presume.

No obstante, la empresa que ahora dice querer ayudar al campesinado mexicano tuvo un pasado oscuro con la fabricación del herbicida llamado Agente Naranja. Documentos desclasificados del gobierno estadunidense, que posee Contralínea, muestran la demanda interpuesta por los veteranos de la guerra de Vietman contra Monsanto y otras empresas del ramo.

Bajo el expediente 05-1953-CV, la Asociación de los Veteranos de Guerra denunció a Down Chemical, Uniroyal, Hercules, Diamond Shamrock, Thompson Chemical, TH y Monsanto por la fabricación del llamado Agente Naranja, químico que causó cerca de 400 mil muertos y otros 500 mil nacimientos de niños con malformaciones.

Los demandantes son el ex Viet Cong, soldados de Vietnam del Norte y los ciudadanos vietnamitas. "Ellos buscan la recuperación de las lesiones supuestamente sufridas como resultado de las operaciones militares durante la guerra de Vietnam, en la que los Estados Unidos utilizó el Agente Naranja y herbicidas similares para la defoliación y la destrucción de los cultivos", dice el documento.

Oportunidad de negocio

Con el argumento que querer ayudar a los campesinos mexicanos, la agroindustria inicia con la siembra experimental de transgénicos. No obstante, Víctor Suárez Carrera, dirigente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo, indica que la entrada de las trasnacionales a los campos mexicanos representa un negocio de 300 o 400 millones de dólares por semilla de maíz transgénico.

Las cifras corresponden a los cálculos del empleado de la trasnacional, Pérez Pico, quien indica que esperan obtener un mercado con 280 millones de dólares y cerca de 2 millones de campesinos productores de maíz, ubicados en el norte del país.

Esta decisión, dice Suárez Carrera, "representa la forma en la que la actual administración se desenvuelve. No como servidores públicos ni secretarios de Estado, sino como agentes de ventas de Monsanto. Es preocupante ver cómo en México se están tomando estas decisiones de grave impacto social, económico y ambiental, y que incluso pueden representar daños irreversibles".

Los hombres de maíz

Alfredo López Austin, historiador especialista de la antigua religión mesoamericana e investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dice que el maíz para los mexicanos no sólo es el sustento económico, sino parte de su cosmovisión, es la vida misma.

"El maíz es el alimento principal de los mexicanos, pero a partir de ello adquiere un sentido en todos los ámbitos de la vida. Por ejemplo, en la cosmovisión viene a ser una de las figuras más importantes para representar el árbol cósmico, el eje del mundo y en relación con el hombre viene a ser el paradigma para la vida del ser humano: es la semilla", dice el exconferencista en París en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales.

El investigador universitario explica que como país de origen y diversificación genética de por lo menos el 15.4 por ciento de las especies que componen el sistema alimentario mundial, México tiene responsabilidad de preservar las especies, por lo que la autorización de siembra experimental de maíz transgénico podría representar grandes pérdidas.

"Esto va a afectar la cosmovisión y nuestros intereses económicos, porque el campesino se verá seriamente afectado. La cultura no se crea de la nada, no es producto de la intención del hombre, descansa en la vida cotidiana, es el arma que tiene el ser humano para vivir, defenderse como individuo inserto en colectividades de distintas dimensiones; el maíz es parte de ello".

El académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM indica que en la cultura maya, como en otras culturas indígenas, se cree que el hombre nace de la pasta del maíz; los huastecos repiten lo mismo. Toda la geometría del cosmos no es nada más una curiosidad, sino un esquema con que el hombre está construyendo los elementos particulares de su propia interpretación del mundo en el que vive y de sí mismo, "todo esto está impregnado por el maíz". (ER)

Concentrado anual de los estímulos fiscales a la agroindustria

Año

Empresa

Monto (pesos)

2001

Híbridos Pioneer de México

10,927,500

2002

Phi México

12,131,642.70

2003

Phi México

11,545,891.51

2004

Phi México

13,994,763.56

2005

Phi México

13,714,851.76


Dow Agrosciences de México

952,008.81


Semillas y Agroproductos Monsanto

5,780,906.35

2006

Dow Agrosciences de México

2,245,306.26


Semillas y Agroproductos Monsanto

7,978,795.50


Phi México

21,442,051.80

2007

Semillas y Agroproductos Monsanto

16,142,109.02


Phi México

19,844,081.10

2008

Dow Agrosciences de México

5,195,713.28


Semillas y Agroproductos Monsanto

14,658,662.62


Phi México

11,041,781.70

2009

Semillas Y Agroproductos Monsanto

20,792,120


Dow Agrosciences de México

5,471,412

Fuente: Conacyt

Tabla 2

Trasnacional

Proyectos de investigación

Monto (pesos)

Híbridos Pioneer de México

1

10,927,500

Phi México

7

103,715,064.13

Dow Agrosciences de México

4

13,864,440.35

Monsanto

5

65,352,593.49

Fuente: Conacyt

Distribución de las razas y algunas variedades de maíz en los territorios de los pueblos indígenas

Territorios indígenas

Razas y algunas variedades de maíz reportadas en los territorios indígenas

Yaqui, mayo

Blando de Sonora, Chapalote, Dulce Norteño, Dulce, Dulcillo Noreste, Elotes Occidentales, Harinoso, Onaveño, San Juan, Tuxpeño (A, B, C)

Pima, guarijío, tepehuán, rarámuri

Ancho Pozolero, Apachito, Apachito 8, Apachito 9, Azul, Bofo, Bolita, Chalqueño, Cristalino Norteño, Cristalino Chihuahua, Cónico Norteño, Dulce Norteño, Dulce, Hembra, Perla Harinoso, Gordo, Lady Finger, Nal Tel, Onaveño, Reventador, Reventador Palomar, San Juan, Tablita, Tabloncillo, Tabloncillo Perla, Tuxpeño (A, B, C)

Cora, nahua (Durango), huichol, tepehuán

Amarillo Cristalino, Blanco Tampiqueño, Bofo, Celaya, Cónico Norteño, Harinoso de 8, Jala, Maíz Dulce, Reventador, Pepitilla, Serrano, Tabloncillo, Tuxpeño, Tablilla, De Ocho, Tabloncillo Perla, Tamaulipeco, Vendeño (A, B, C)

Nahua de Michoacán

Maíz pinolero

Purépecha

Arrocillo, Cacahuacintle, Celaya, Cristalino Norteño, Cónico Norteño, Elotes Cónicos, Maíz Dulce, Mushito, Palomero Toluqueño, Pepitilla, Tabloncillo, Tuxpeño, Vendeño, Zapalote Blanco, Purépecha (A, B, M)

Otomí, matlazinca, mazahua

Arrocillo Amarillo, Arrocillo Azul, Cacahuacintle, Chalqueño, Cristalino Norteño, Cónico Norteño, Elotes Cónicos, Palomero, Palomero Toluqueño (A, B, C)

Nahuas de Guerrero, Morelos, Estado de México, Sur de Puebla

Ancho, Ancho Pozolero, Bolita, Elotes Cónicos, Pepitilla, Tabloncillo, Olotillo, Nal Tel, Palomero, Vendeño (A)

Nahuas del Altiplano de Puebla, Tlaxcala, Otomí de Ixtenco, Tlaxcala

Arrocillo Azul, Arrocillo Blanco, Bolita, Cacahuacintle, Chalqueño, Cristalino Norteño, Tuxpeño Chalqueño, Palomero (A, C, H)

Tlapaneco, triqui, amuzgo, mixteco de la Mixteca Alta y Baja, mixteco de la Costa

Ancho, Arrocillo Bolita, Celaya, Chalqueño, Chiquito, Conejo, Cristalino Norteño, Cónico X Comiteco, Carriceño, Condensado, Elotes Cónicos, Fascia, Maizón, Sapo, Magueyano, Mixeño, Mixteco, Nal Tel, Naranjero, Olotón, Olotón Imbricado, Olotillo, Comiteco, Pastor Veracruzano, Pepitilla, Serrano, Mixe, Mushito, Serrano de Oaxaca, Tablita, Tehua, Tehuacanero, Tehuanito, Tepecintle, Tuxpeño, Vandeño (A, E, F, G, I, J, K)

Zapoteco sureño, chatino, chontal de Oaxaca, huave

Arrocillo Bolita, Comiteco, Chalqueño, Conejo, Cónico, Cristalino Norteño, Cuarenteño Amarillo, Elotes Cónicos, Magueyano, Maíz Boca de Monte, Maíz Hoja Morada, Maizón, Mushito, Mejorado Nativizado, Nal Tel, Naltel de Altura, Negro Mixteco, Olotón, Olotillo, Olotillo Amarillo, Rocamay, Serrano, Tablita Grande, Amarillo, Blanco, Tempranero Amarillo, Tepecintle, Tuxpeño, Vandeño, Zapalote Chico (A, F)

Kikapú

Tehua, Tuxpeño (A)

Huasteco, otomí, tepehua, totonaca, nahuas: norte de Puebla, Veracruz, San Luis Potosí

Arrocillo, Arrocillo Amarillo, Arrocillo Blanco, Arrocillo Azul, Cacahuacintle, Celaya, Cristalino Norteño, Cónico Norteño, Elotes Cónicos, Mushito, Olotillo, Palomero, Pepitilla, Tamaulipeco, Tepecintle, Tepecintle 7, Tuxpeño, Tuxpeño 8, Tuxpeño 9, Ts'it, Bakal, Ratón (A, B, H, L)

Otomí, Pame, chichimeca jonaz

Arrocillo Amarillo, , Chalqueño, Cristalino Norteño, Cónico Norteño, Ts'it, Bakal, Elotes Cónicos, Fascia, Mushito, Tabloncillo, Tuxpeño (A, B, C)

Chocho, popoloca, nahuas de Zongolica, cuicateco, mixteco, mazateco, chinanteco, ixcateco

Bolita, Chalqueño, Elotes Cónicos, Olotón, Pepitilla, Tuxpeño (A, B, C)

Nahua de Zongolica, mazateco, chinanteco, cuicateco, zapoteco, mixe

Bolita, Celaya, Cónico, Chalqueño, Chiquito, Comiteco, Cristalino Norteño, Elotes Cónicos, Elotes Occidentales, Mixeño, Mushito, Nal Tel, Naltel de Altura, Olotón, Olotillo, Onaveño, Pepitilla, Serrano, Serrano de Oaxaca, Tepecintle, Tuxpeño, Vandeño, Zamorano, Zapalote Chico, Zapalote Grande (A, B, C, F)

Nahuas (sur de Veracruz), popoluca

Olotillo, Nal Tel, Tepecintle, Vandeño, Tuxpeño (A, B, E)

Zoque tzotzil, tzeltal, chol

Cristalino Norteño, Olotón, Olotillo, Tepecintle, Vandeño, Zapalote Chico (A, B, C)

Zoque, maya, lacandón, chol, kanjobal, chuj, tojolabal, tzotzil, tzeltal, chontal de Tabasco (sierra) mame, chinanteco

Arrocillo Amarillo, Clavillo, Comiteco, Cubana, Elotes Cónicos, Motozintleco, Nal Tel, Olotón (Negro de Chimaltenango), Olotillo, Quincheno, Tehua, Tepecintle, Tuxpeño, Vandeño, Zapalote Chico, Zapalote Grande (A, B, C, K, J)

Tzeltal, tzotzil

Comiteco, Olotón, Olotillo, Tepecintle, Tuxpeño, Vandeño, Clavillo (A)

Chontal de Tabasco

Olotillo, Tuxpeño, Marceño (A, C)

Maya de Yucatán, chol, tzeltal, kekchi, kanjobal

Boxloch, Chac Chob, Bekech Bakal, Chuya, Clavillo, Cubana, E Hub, Ek sa kaa, Nal Tel, Nal Xoy, Olotillo, Sak Tux, Sak Nal, Cervera, Tepecintle, Ts'it, Bakal, Zapalote Chico, Xnuk Nal (Tuxpeño), Xkan Nal, Xee Ju, Xtuo Nal, Nal Tel (A, B, D)

Fuente: revista Ciencias, número 92-93, octubre de 2008-marzo de 2009, Facultad de Ciencias de la UNAM