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jueves, octubre 01, 2009

El TEPJF al descubierto

Lo obvio no requeriría demostración o, si se prefiere, la demostración pertinente es muy sencilla: el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) es, por donde se vea, una entidad subordinada al Partido Acción Nacional en el poder y, dialécticamente, existe como es gracias a que le dio el poder a dicho partido en una típica chicana (artimaña, procedimiento de mala fe) que nada tiene que ver con la supuesta modernidad democrática y el estado de derecho que debiera vivir el país. El poder panista y el TEPJF se sirven mutuamente, cuando que se supone que son dos esferas distintas del Estado: una el Poder Ejecutivo y la otra el Poder Judicial, éste como contrapeso del primero.
Lo que acaba de resolver el mencionado tribunal en relación con la elección de delegados de Miguel Hidalgo y Cuajimalpa en el Distrito Federal es simplemente el ejemplo más reciente de lo que ya se sabía desde septiembre de 2006, cuando falló a favor de Calderón, a pesar de haber reconocido que hubo mano negra y muchas anomalías en el proceso electoral de aquel año.
El TEPJF, como nos recuerda Granados Chapa en su columna del 28 de septiembre, está compuesto por una sala superior y cinco regionales. En la que corresponde al Distrito Federal, junto con otros cuatro estados, el Senado de la República puso a un personaje salido de las huestes de la ultraderecha de Jalisco, un jovencito sin méritos propios de nombre Roberto Martínez Espinosa. Los senadores del PAN (51), más otros 10 paleros de otros partidos, aprobaron a Martínez para la sala regional, pese a que era el menos calificado de la terna enviada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Granados, ídem). Vale decir que ésta forzó la lógica para incluirlo en la terna, por lo que desde ahí tenía que haberse visto que su designación estaba sesgada para favorecer al PAN. Y los panistas criticaban este tipo de enjuagues que eran comunes en la larga vida del priato. Ya se les olvidó… convenientemente.
A esa sala regional del TEPJF fueron enviados los casos de la elección de delegados de Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, después de que el fallo del Tribunal Electoral del Distrito Federal (TEDF) había favorecido a los candidatos del PRD para esos cargos. Los perdidosos, sobre todo Sodi, llegaron a declarar que ganarían una vez que el caso fuera ventilado en el TEPJF, y no se equivocaban: sabían a qué intereses responde éste.
Podría decirse que así como el TEPJF responde al gobierno de la República el TEDF responde al gobierno de la capital del país. Puede ser, no meto las manos al fuego por ninguno de los dos. Sin embargo, tanto el Instituto Electoral del Distrito Federal como el tribunal respectivo demostraron que los candidatos de Acción Nacional a esas delegaciones habían rebasado los gastos de campaña, e informaron el monto de esos excesos. Estas comprobaciones no sirvieron de nada.
Pero con los ejemplos citados no termina el papel subordinado, antidemocrático y mafioso del TEPJF. En la elección interna de la dirección del Partido de la Revolución Democrática (marzo de 2008) hubo dos corrientes principales en pugna: la lopezobradorista, encabezada por Alejandro Encinas, y la de Nueva Izquierda, conducida por Jesús Ortega. Hubo, como estaba previsto, anomalías y Nueva Izquierda (los chuchos) apeló al TEPJF, a pesar de que antes había sido duramente criticado por impedir que López Obrador asumiera la Presidencia de México. Fue, en mi opinión, un cálculo bien meditado: si el PAN y su gobierno estaban y están en contra de López Obrador, el tribunal les daría la razón a los chuchos. Y así fue. Otra mancha más para el tigre.
Un caso más fue el de Iztapalapa. Los de Nueva Izquierda, que habían dominado en esa delegación por varios años, perdieron en favor de Clara Brugada, apoyada por AMLO. La candidata de los chuchos (Silvia Oliva) recurrió al mismo tribunal que los había favorecido en la elección interna de su partido en 2008 y que había fallado en contra de López Obrador, y se armó un lío, pues las boletas ya estaban impresas. El TEPJF favoreció a Oliva y AMLO improvisó un giro al asunto comprometiendo a Rafael Acosta, candidato del PT, a que renunciaría después de tomar posesión como delegado. Mientras tanto, los lopezobradoristas explicarían a la gente, de puerta en puerta, que al votar por el PT estarían votando por Brugada. Como el desenlace no dependía ya del tribunal electoral federal, entonces fueron los otros aliados del PAN en el poder (los medios de comunicación de derecha) los que se encargaron de cultivar a Acosta (Juanito) para que se aferrara al puesto. La historia es bien conocida y por ahora tiene una solución de corto plazo, cuyo desenlace intuimos, aunque no lo sabemos con precisión.
El hecho que ha quedado al descubierto es clarísimo: el TEPJF está coludido con el PAN en el poder para evitar que AMLO y quienes lo apoyan acrecienten su influencia mediante cargos públicos por elección.
Así dicho parece que estoy personalizando, pero no. Lo que representa AMLO es un régimen político distinto al que ahora encabeza el PAN (con Fox y Calderón) y antes la tecnocracia priísta y neoliberal conducida (aunque también parezca personalización) por Carlos Salinas de Gortari, quien ya está moviendo sus piezas para 2012. Lo que ha estado en juego en 2006 y de rebote en las delegaciones defeñas en conflicto es la pugna entre dos regímenes políticos distintos.
Ya se sabe que los del poder siempre se unen, pragmáticamente, ante cualquier peligro que los amenace. Aun así, es conveniente entender que el máximo tribunal electoral, que también decidirá muchos conflictos en los próximos años, está su-bordinado a quienes tienen ese poder, forma parte de éste y sus magistrados están muy contentos de sus sueldos y de la impunidad que tienen al tomar decisiones (son inatacables). No cambiarán en los comicios por venir y devaluarán todavía más la vía electoral para arreglar los grandes problemas de México.

martes, septiembre 29, 2009

IFAI: Otra bofetada a la sociedad


MÉXICO, D.F., 28 de septiembre (apro).- Es un hecho: La mayoría panista-priista de senadores que ratificó como procurador general de la República a un sujeto identificado como encubridor de criminales, Arturo Chávez Chávez, hará lo mismo con Sigrid Arzt y María Elena Pérez para terminar de derrumbar el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI).

Se trata de una fatalidad no sólo en su significado de inevitable, sino de desgracia social: El IFAI nació, en 2003, como resultado de una exigencia ciudadana de crear mecanismos para la rendición de cuentas mediante el acceso a la información en poder del gobierno federal, que la había conculcado hasta entonces. Pero ya desde que se discutía la creación del IFAI en el 2002, en el marco de la confección de la Ley Federal de Acceso a la Información Pública Gubernamental, se identificó a uno de los principales opositores a la apertura informativa: El coordinador de los diputados federales del PAN, que era nada menos que Felipe Calderón. La labor de zapa que ha hecho Calderón en el IFAI está documentada desde entonces --y publicada en Proceso--, y ahora se corona con sus propuestas al Senado para reemplazar a Alonso Gómez-Robledo Verduzco y Juan Pablo Guerrero Amparán, este último sin duda el más consistente comisionado para garantizar el derecho de los mexicanos a saber. No extraña que Calderón envíe al IFAI a Arzt y a Pérez, ambas de trayectoria y desempeño opuesto a la transparencia y a la rendición de cuentas, cualidades que deberían ser inobjetables para quienes deben ser custodios de la garantía constitucional --¡constitucional!-- a saber. Arzt encaja en la propagandística obsesión oficial de la "guerra" contra el crimen organizado: Secretaria técnica del Consejo de Seguridad Nacional, de la que fue despedida por inepta, era la única de la alta burocracia de ese ámbito que prohibió que se hiciera pública su fotografía, porque temía por su seguridad. Más que la anécdota en sí, lo que se revela es la proclividad de esa mujer al ocultamiento de información en ese ámbito, entre ella los abusos y violaciones a los derechos humanos de la Policía Federal y el Ejército, algo que el propio Calderón ha tratado de ocultar a través del IFAI, cuyo único comisionado que se oponía era Guerrero Amparán. En marzo de este año, en este espacio me ocupé de este afán de Calderón, quien, con la engañifa de la seguridad nacional, envió al Congreso una iniciativa de reforma legal para que jamás se pueda conocer el contenido de las averiguaciones previas, aun cuando ya estén cerradas. Tal y como lo denunció públicamente el comisionado Guerrero, el gobierno de Calderón impone una política de cerrazón semejante a la de George W. Bush en Estados Unidos, a raíz del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001: "¿Qué ganó Bush con eso? Nada sustancial. La cerrazón no fortaleció sus esquemas de seguridad. Prueba de ello es que su sucesor, Barack Obama, decidió abrir los archivos en cuanto entró a la Casa Blanca. La transparencia no merma la seguridad nacional." Pero la cerrazón de Calderón puede acreditarse también cuantitativamente: El rechazo a solicitudes de información se ha disparado: En 2007, su primer año de gestión, 4 mil 222 solicitudes ciudadanas no tuvieron respuesta, pero para el 2008 la cifra se duplicó: 8 mil 208.


Por eso Calderón propone, también como comisionada, a María Elena Pérez Zermeño, una mujer harto conocida en el mundillo priista como publirrelacionista y que, repentinamente, se transformó en experta en acceso a la información y en combativa activista en defensa de este derecho. Allegada a Elba Esther Gordillo y a sus amanuenses en la prensa, a menudo afines a Calderón, Pérez engatusó a Ernesto Villanueva, uno de los autores de la Ley Federal de Transparencia, para que se volviera su impulsor a la Comisión de Transparencia del Distrito Federal, y lo logró. Astuta, se volvió heroína del PAN y de toda la derecha al enfrentarse con Andrés Manuel López Obrador, no en una defensa auténtica del derecho de los capitalinos a someter a escrutinio a su gobierno, sino en realidad a defender sus jugosos emolumentos de que disfrutó como comisionada ciudadana, cargo que ostentó hasta julio de este año. Pero esta mujer ni siquiera se llama como dice llamarse: Se presenta como María Elena Pérez-Jaen Zermeño --así ha cobrado como alta burócrata en el Distrito Federal y así se propone hacerlo en el IFAI--, pero en realidad se llama María Elena Pérez Zermeño. Fue la revista que dirige Villanueva, Transparencia y Corrupción, la que exhibió el nombre de paja de Pérez, quien por ello inclusive enfrenta, en el ámbito penal, una denuncia por la probable comisión de los delitos de colusión de servidores públicos, uso indebido de documentación oficial y usurpación de funciones, y en el ámbito administrativo se cuestiona su probidad y honradez. Para sostener que se llama como dice llamarse, Pérez no exhibe la constancia de un juicio para cambiar su nombre, sino sólo un acta notarial de uno de sus afectos, el exprocurador Ignacio Morales Lechuga. Arzt, quien se inscribe netamente en la facción de Calderón, cuenta con todo el apoyo de los senadores del PAN, y Pérez, más bien de establo priista, es muy amiga de Manlio Fabio Beltrones, coordinador priista. Así, en el dando y dando de la mercadería política, la expresión más grotesca de la involución en curso, las dos quedarán firmes al no ser objetadas en el plazo de un mes y, en un caso semejante al de Chávez Chávez, se dará cumplimiento al adagio de que a los santos los santifican, a los beatos los santifican y a las ratas las ratifican…

Apuntes
En este espacio se anticipó que Demetrio Sodi y Carlos Orvañanos quedarían impunes y se quedarían con las delegaciones Miguel Hidalgo y Cuajimalpa. No se requiere ser pitoniso, sino sólo tener sentido común y apreciar lo evidente: La corrupción inaudita de instituciones como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), cuyos magistrados de la Sala Superior prefirieron no sumar otra raya al tigre y dejaron el trabajo sucio a los de la Sala Regional. Pero se sentó un precedente terrible con la resolución de Sodi: Al no contabilizarse como propaganda la "entrevista" transmitida durante el partido de futbol Puebla-Pumas, el 23 de mayo –con lo cual no se rebasa el tope de campaña--, el TEPJF abrió la puerta para que partidos y candidatos gasten lo que sea sin posibilidad de sanción… Por cierto, Sodi fue uno de los más feroces detractores de la construcción de los segundos pisos del Periférico en la Ciudad de México, y hoy guarda silencio ante la obra análoga en el Estado de México, como lo hace también la jauría que imitó a este saltibanqui que no tarda en irse al Partido Verde. Está en su naturaleza...
Comentarios: delgado@proceso.com.mx