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martes, enero 10, 2012

"Ernesto Zedillo: el genocida invisible" / Víctor Flores Olea

En Hartford, Connecticut, Ernesto Zedillo presentó documentos ante una corte sosteniendo que como expresidente tiene inmunidad frente a una demanda en su contra por la matanza de 45 personas ocurrida en 1997 en Acteal, Chiapas, que presentaron los familiares de los masacrados.

Los abogados de Zedillo presentaron una moción para que se deseche la demanda presentada en su contra ante una corte federal en Hartford. En la moción, Zedillo, quien trabaja en Yale en materia internacional, rechazó las acusaciones de que sea responsable por la matanza que un grupo paramilitar cometió en Acteal, señlándose que Zedillo pretendió encubrir el crimen.

Los díez demandantes mexicanos, en su demanda de septiembre contra Zedillo, lo acusan de crímenes en contra de la humanidad y, además de las penas señaladas por la ley, exigen una indemnización por 50 millones de dólares para las familias de los muertos.

La matanza de Acteal de septiempre de 1997 fue una de las secuelas trágicas de la Rebelión que inició en Chiapas el Frente Zapatista de Liberación Nacional, contra el queZedillo reaccionó
siempre con una gran agresividad.

Agresividad que fue uno de los motivos de la derrota del PRI en las urnas en el año 2000, ya que la habilidosa demagogia de Vicente Fox, el siguiente presidente, convenció a muchos de que él haría una paz justa con el FZLN. Naturalmente todo resultó en una sarta de mentiras que perjudicaron definitivamente al Estados mexicano.

La matanza de Acteal duró varias horas y los agresores asesinaron a 45 personas, incluidos niños de dos meses. En otro rasgo de retórica inaceptable Zedillo censuró la matanza queduró varias horas y en la que los agresores asesinaron a 45 personas, incluidos niños de dos meses.

Tras la matanza, otra vez demagógicamente, Zedillo censuró a los responsables y los describió como criminales, además de que exhortó a las autoridades defensoras de los derechos humanos a que investigaran los hechos. Todo sin ningún resultado, no obstante que Zedillo se comprometió a encontrar y castigar a los responsables.

No es inútil recordar que el crímen forzó la renuncia del entonces secretario de Gobernación Emilio Chuayfett, del Gobernador de Chiapas Julio César Ruiz Fierro, al mismo tiempo que Zedillo habría conspirado con el entonces Procurador General de la República Jorge Madrazo, para ocultar la identidad de los responsables. Esta conmoción política en México fue sin duda uno de los motivos principales de la derrota de Zedillo y del PRI en las elecciones del año 2000.

La acusación es tan seria que, aparte de las proclamaciones de inocencia de Ernesto Zedillo, y de su argumento en el sentido de que no puede ser detenido y procesado en EstadosUnidos por hechos ocurridos durante su presidencia en México, la verdad es que la acusación es extraordinariamente grave, y que ya hay periódicos en Estados Unidos que hablan de “Ernesto Zedillo: el genocida invisible”, y de otros que hablan del doble discurso de Zedillo no solamente respecto a Acteal sino respecto al EZLN.

Desde luego hay quienesrecuerdan que en el momento en que Zedillo denuncia la identidad del subcomandante Marcos lo denuncia por crímenes de guerra ante el ministerio público exigiendo su detención y consignación, lo cual le mereció muy durosartículos de la prensa mexicana, que hablaron de la contradicción profunda entre el hecho del levantamiento de un guerrillero por motivos sociales y la denuncia ante el ministerio público de la misma persona por supuestos delitos del orden común.

Ahora esos supuestos delitos del orden común se han convertido, en la misma persona que los señaló en 1997, el presidente Ernesto Zedillo, en delitos de lesa humanidad, según la denuncia que han hecho los familiares de los indígenas masacrados en Acteal. Si los tribunales estadounidenses se apegan a derecho, la situación del expresidente Zedillo resulta extraordinariamente delicada, ya que precisamente los crímenes de lesa humanidad son considerados por la “justicia” en cualquier parte entre los más delicados y merecedores de las penas más duras.

Hace pocos días, el 22 de diciembre del presente año, en el catorce aniversario de la matanza de Acteal, el Obispo Raúl Vera López definió esa tragedia como una “provocada por la guerra de baja intensidad que utilizó como estrategia contrainsurgente el gobierno mexicano, quien tenía como principales actores a los grupos paramilitares, armados y pagados por él mismo y entrenados por el Ejército Mexicano…”.

Nos dice además el obispo Vera: “Para colmo de esa ignominia, el Gobierno mexicano estaba sentado en diálogo con los representantes del EZLN, junto con la mediación de Don Samuel Ruiz y la CONAI, en San Andrés Larrainzar, elaborando los acuerdos de paz. Mientras el Presidente Zedillo hacía la desecha de tender una mano a los insurrectos en los diálogos de San Andrés, mientras con la otra mano organizaba muerte y destrucción para las comunidades indígenas de Chiapas”.

La demanda civil presentada en contra de Zedillo fue un muy duro golpe a la reputación del ex mandatario mexicano. Medios de comunicación estadunidenses, como The Washington Post, CNN y YaleDaily News, difundieron la noticia. La Universidad de Yale, de la que Ernesto Zedillo es director de su Centro de Estudios sobre la Globalización y responsable del seminario Debatiendo la globalización, se localiza en Connecticut, donde fue presentado el requerimiento judicial, precisamente en el lugar de la presentacdion de la demanda (nos recuerda Luis Hernández Navarro).

Por primera vez en la historia un mandatario mexicano está acusado de delitos bajo la ley penal estadounidense. Esto es ya una ignominia como para poner al mandatario en grave vergüenza.
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martes, agosto 18, 2009

Acteal: herida abierta


Al oprobio vergonzante de la matanza más horrenda de que se tenga memoria se añade hoy la infamia. Porque el fallo de la Corte manda tres mensajes perversos: que los hechos no fueron tan graves, que no hay culpables y que el caso está cerrado.Absolutamente falso e inaceptable. Primero porque la masacre no es un hecho aislado. Para entonces el gobierno de Zedillo ya había roto con Salinas y cambiado la estrategia de diálogo con el zapatismo por una de desgaste y confrontación entre comunidades zapatistas y oficialistas. Con la complicidad del gobierno estatal inventó y provocó enfrentamientos por agua, por tierras o por sacos de granos.

A la vez que auspició, formó y entrenó a grupos paramilitares como Máscara Roja y Chinchulines. Durante meses, desde el alzamiento en enero de 1994, documenté con voces e imágenes muchos de estos crímenes de a uno, tres o cinco emboscados aquí y allá en numerosos viajes a Chiapas. Así que lo de Acteal no fue de un día para otro. Tampoco es cierto que de pronto unos se volvieron locos para masacrar a los de enfrente.Lo que el gobierno zedillista andaba buscando era el momento oportuno para darles un escarmiento a todas aquellas comunidades de base zapatista y aun a las que sin serlo se declaraban insumisas. Era el caso de Las Abejas en Acteal, municipio de Chenalhó, a los que empezaron a perseguir y a amedentrar a punta de pistola. Así los desplazaron de sus comunidades. Así los encontré entre la niebla, la lluvia y el lodo el 7 de diciembre de 1997. Y así los mostré en la televisión con sus recién nacidos en brazos y temblando de frío en una escena que, Carlos Fuentes dijo, era sólo comparable con aquellos judíos de Auschwitz que esperaban entrar a la cámara de gases: “¡Nos quieren matar… los prillistas echan bala y nos quieren matar!”, me dijeron. Y lo hicieron 15 días después, el 22 de diciembre.Por supuesto que hay culpables. De los 52 cuyo caso llevó el CIDE a la Corte hay por lo menos dos confesos. Pero la pregunta sin respuesta es por qué si había errores jurídicos en su aprehensión y encarcelamiento sólo en seis casos y no en todos se repuso el procedimiento. Desconcierta y ofende que los ministros digan que “tuvimos que dejarlos en libertad por esas fallas procesales y que no nos toca determinar si son o no culpables”. Entonces para qué están. Por qué a ninguno de ellos se le ocurrió ordenar una nueva investigación para hacer justicia de una vez por todas y señalar no sólo a los autores materiales, sino a los intelectuales.Sobre los culpables de Acteal y lo que yo viví la entrega del próximo jueves.