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martes, agosto 10, 2010

La guerra mediática

Andrés Manuel López Obrador, excandidato a la presidencia de la República.

Javier Sicilia

MÉXICO, D.F., 9 de agosto.- Desde las elecciones de 2006, las campañas propagandísticas han jugado un papel muy importante para denostar al adversario y construir un imaginario tan falso como destructivo. La frase de Goebbels: “Si se repite una mentira cien veces se convierte en verdad”, que llevó a Alemania a la ruina y al mundo a una guerra atroz –una consecuencia de la falsedad–, ha arrojado a la política y a la democracia mexicana al desastre. Bajo el sueño de una vida democrática se ha desarrollado, a través de la propaganda, una lucha por el poder y sus privilegios. Se trata, no de usar los medios para proponer un camino, sino de generar terror para dominar y controlar. Desde la demonización del EZLN y su vocero, el subcomandante Marcos, hasta la denostación de López Obrador, el poder ha usado los medios para una sola cosa: no permitir que las propuestas que toman el camino de un equilibrio social adquieran legitimidad.

La lógica, a pesar de la fuerza cada vez más expansiva y sofisticada de los medios, no es nueva. Es continuar usando la imprenta como se hizo durante el establecimiento del gobierno que emanó de la Revolución Francesa.

En México, quien la usó primero en el sentido en que lo han hecho el PRI y el PAN contra esas figuras emblemáticas y cohesionadoras de las esperanzas de los marginados, fue Carranza con Villa. La técnica –que se remonta a Robespierre cuando construyó en el imaginario de la gente la idea de un Danton contrarrevolucionario a causa de su gusto por el lujo y la buena vida– consiste en mostrar a dichas figuras como seres vulgares que tienen intereses oscuros. Zedillo con Marcos; Fox, y ahora Calderón y el panismo, con López Obrador, tenían y tienen –parafraseo a Friedrich Katz en su biografía sobre Villa– un problema que suele plantearse a los dirigentes políticos en todos los procesos de cambio: en los diseños rápidamente cambiantes que trazan las alianzas y los conflictos en cualquier movimiento que quiere una transformación, quienes detentan el poder tienen que convencer a la población del país en su conjunto o a una buena parte de ella de que los líderes de esos movimientos son en realidad traidores y perversos.

Se trata –cito a Katz– “de describir (a través de los medios al alcance y como lo hizo Robespierre con Danton) debilidades y rasgos negativos auténticos de sus enemigos, combinarlos con otras fallas más imaginarias y sostener que cualquier acción positiva que esos enemigos (lleven) a cabo (es) sólo una cortina de humo para sus negativas intenciones”. Villa había sido bandido y, en consecuencia, siempre lo sería. En cualquier acción suya –como lo retrató Keneth Turner, contratado por Antonio Villarreal para denostarlo– estaba el sello de su pasado: el vandalismo y el homicidio

Una práctica semejante emplearon Zedillo y el secuestrado Fernández de Cevallos contra Marcos. Quien había sido comunista, siempre lo sería. Así –como Carranza lo hizo con Villa– se señaló hasta el cansancio que el verdadero nombre de Marcos era Sebastián Guillén, para recordar que, debajo de ese héroe romántico encapuchado y defensor de los indios se ocultaba el comunista formado en las tradiciones más radicales de la izquierda universitaria, un radical que usaba a los indios para desestabilizar el país y hacer una revolución.

Contra López Obrador, Fox, el panismo y algunos intelectuales paranoicos del pasado soviético emplearon una técnica similar. Dado que ha sido un hombre de izquierda, crítico de los monopolios empresariales y defensor de las causas populares, se hizo creer que quería tomar el poder para destruir las instituciones políticas y económicas y crear un gobierno autoritario como el de Chávez en Venezuela. A él, a diferencia de Marcos o de Villa, no había que desenmascararlo para mostrar a partir de su pasado, sin matices, su presente, sino, a partir de sus declaraciones de izquierda, construirle una imagen aterradora que aludía al autoritarismo chavista: “Un peligro para México”, “un mesías tropical”, un intolerante disfrazado de gandhismo, un ambicioso montado sobre “güevones” y resentidos sociales.

Las particulares debilidades de ambos, sus rasgos negativos y sus errores políticos, más la paranoia histórica del comunismo, difundidas en periódicos, entrevistas, TV, radio e internet, no sólo crearon (como Carranza lo hizo con Villa, al grado de que muchos piensan todavía en él como un bandido montado en los ideales de la Revolución Mexicana) una imagen aterradora, monolítica y destructiva de ellos, sino un imaginario falso sobre el que hombres y mujeres que no aman la democracia, sino el poder, han reinado llevando al país a la ruina en la que se encuentra.

Ahora que López Obrador se ha destapado para contender de nuevo en las elecciones de 2012 esa misma técnica volverá a surgir. ¿Cómo se articulará? Es difícil saberlo. La realidad ha mostrado la falsedad de la propaganda que lo condenó en 2006. Veremos ahora, frente a la realidad que todos padecemos, si los modernos métodos de la propaganda que desde Carranza se han ido sofisticando en el país, podrán detener otra vez las formas tradicionales de la movilización de masas y de una ciudadanía humillada, cansada, arruinada y harta del discurso mediático y su guerra.

Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez, sacar a la Minera San Xavier del Cerro de San Pedro, liberar todos los presos de la APPO y hacer que Ulises Ruiz salga de Oaxaca.

sábado, marzo 27, 2010

Cuba: Los recursos de la oposición

Fariñas. Presencia mediática.

Rafael Hernández*


LA HABANA, 25 de marzo.- Las huelgas de hambre y los suicidios justificados por fuertes creencias morales, ideológicas, patrióticas o religiosas suelen impactar la conciencia de la gente. Desde Bobby Sands y los otros 10 jóvenes del Ejército Republicano Irlandés fallecidos en cárceles británicas en 1981, hasta los numerosos casos de presos políticos vascos y anarquistas, que protestaron en enero pasado debido a los malos tratos carcelarios o manipulaciones políticas de autoridades judiciales y aparatos policiales en España y Francia, la cuestión de la huelga de hambre y su significado no ha dejado de estar presente en la arena pública de las últimas décadas.

En esta perspectiva, el caso del disidente cubano Orlando Zapata, fallecido el 23 de febrero como consecuencia de una huelga de hambre, o la de su seguidor actual, Guillermo Fariñas, no son eventos insólitos. La muerte de Zapata constituye una tragedia humana; pero eso no explica que se haya vuelto una cause célèbre. Si se trata de entenderla en su contexto –algo difícil en el aguacero de opiniones que inundan los medios de comunicación–, es necesario dar un paso atrás de las noticias y examinar algunas cuestiones esenciales. ¿Qué son los grupos disidentes cubanos? ¿Cuál es el actual contexto político nacional e internacional de la isla? ¿Qué factores inciden en las reacciones particulares de los actores políticos en Europa y Estados Unidos ante el evento? ¿Cómo la “prensa internacional” contribuye a construir el problema? ¿Qué esperar de la política cubana hacia los disidentes?

“Micropartidos”

Estos grupos opositores no son esencialmente distintos al exilio cubano en métodos y objetivos. Las más poderosas organizaciones anticastristas en Miami y New Jersey tampoco preconizan hoy la guerra con bombas y grupos armados. Disidentes y exilio no coinciden en todo (por ejemplo, apoyo al embargo estadunidense), pero comparten un mismo objetivo (sustituir el sistema por un modelo capitalista), un denominador ideológico común (el anticastrismo y el antisocialismo) y los mismos aliados (Estados Unidos, gobiernos y partidos anticomunistas en Europa y otros países).

Su naturaleza política no se resuelve con el adjetivo de “mercenarios”, pues es probable que muchos, aunque reciban dineros de Estados Unidos, tengan auténticas creencias ideológicas. Bajo la sombrilla de la “convergencia democrática” de los disidentes pululan intereses, personalidades y corrientes, incluso “socialdemócratas”, pero su eje de gravitación tiende a ser de centro-derecha. Aunque esto explica en parte su falta de arraigo en la sociedad cubana, la principal causa de su inviabilidad se deriva de dos vacíos políticos esenciales: liderazgo y legitimidad.

A diferencia de las organizaciones anticomunistas de los años sesenta, con una base social y política, y una ideología coherente, los disidentes no tienen un anclaje en la sociedad civil: carecen de influencia en las organizaciones religiosas o la clase obrera, como en Polonia; de intelectuales orgánicos prestigiosos, como en Checoslovaquia; de un aval de lucha contra regímenes odiosos o corruptos, como en Rumania. Si así fuera, encarnarían movimientos de amplia repercusión. No son “sociedad civil”, sino micropartidos de oposición.

Naturalmente que las minorías juegan un papel político, y que un grupo pequeño se puede convertir en un gran movimiento social. Entonces, ¿por qué los disidentes no convocan a sectores más amplios? Consideraré tres razones principales.

En primer lugar, la mayoría de sus críticas al sistema ya forman parte del debate entre los demás cubanos, socialistas o no. Suponer que los disidentes son las voces solitarias y heroicas que se atreven a señalar errores y hacerle reclamos al gobierno revela ignorancia sobre la Cuba actual. El disentimiento se despliega hoy dentro (y fuera) de las instituciones, el movimiento intelectual, los diversos medios de difusión, las organizaciones sociales, religiosas y culturales, y la propia militancia política.

En segundo, sus propuestas no constituyen un programa económico y político coherente, sino una ristra de consignas ideológicas imprecisas (“reconciliación nacional”, “fortalecimiento de la sociedad civil”, “pluralismo”) y de clásicas medidas de liberalización económica ya conocidas desde hace 20 años en América Latina. Tomar el Proyecto Varela por un plan serio de reforma política basado en la propia Constitución de 1992 revela no haberla leído detenidamente; pero sobre todo, no conocer el alcance de los temas en el debate público real: descentralización, participación y control político efectivo del Poder Popular sobre la burocracia, reordenamiento y eficiencia del funcionamiento económico, ampliación del sector no estatal, extensión de la cooperativización, recuperación de los niveles de ingreso según el trabajo y del poder adquisitivo, fin de subsidios generalizados y gratuidades, nuevas políticas sociales hacia sectores más vulnerables, reflejo de la opinión pública en los medios, ampliación de los espacios de libertad de expresión, reforzamiento del orden constitucional y la ley, democratización real de las instituciones (incluidas las políticas).

En tercero, es muy difícil que un cubano (no importa si simpatiza o no con Fidel y Raúl Castro, o comparte los ideales socialistas) considere legítimos a grupos apoyados por Estados Unidos, los partidos europeos y las más poderosas fuerzas del exilio, cuyas trayectorias como campeones de la democracia y libertad cubanas no son muy convincentes.

En lugar de las razones anteriores, se atribuye la falta de respaldo de los disidentes a la eficacia de los aparatos de la seguridad cubana (sin duda, efectivos), y muy especialmente a la ignorancia, el aislamiento, la resignación y el miedo de los pobres cubanos. Este razonamiento colonial asume la pasividad y la resignación como rasgos de la cultura política cubana –algo difícil de demostrar a partir de la historia de los últimos dos siglos.

El tablero del poder

¿Entonces la actual reacción en Europa y Estados Unidos responde a “falta de información”? Vamos a ver, ¿qué dicen sobre los disidentes sus centros de inteligencia en La Habana? ¿Cuál es la valoración de sus diplomáticos sobre el liderazgo, coherencia ideológica, integridad, viabilidad política de estos grupos? ¿Cómo los juzgan (realmente) los propios corresponsales extranjeros en la isla, que reportan sus peripecias cada semana, obedeciendo a “demandas de la dirección del periódico”? Si estos informan lo mismo que me cuentan a mí, me figuro que esas cancillerías y comisiones de relaciones exteriores estén al tanto del terreno que pisan.

Si es así, las resonantes declaraciones de gobiernos y partidos políticos no responden a ninguna sociedad civil de Holguín o Santa Clara, sino a sus propios intereses, pugnas partidistas y estrategias electorales en sus respectivos países. No en balde, para que un funcionario sea autorizado a reunirse con el gobierno cubano, un requisito suele ser que se entreviste con los disidentes. Así se garantiza el efecto mediático, que la oposición exhibe como trofeo y el gobierno como casco protector.

Si Guillermo Fariñas u otros disidentes han entrado en huelga de hambre muchas otras veces, ¿por qué esta resonancia ahora? Eclipsados por la propaganda sobre los blogueros, los disidentes regresan a primera plana por la muerte de Zapata, pero sobre todo en una coyuntura internacional peculiar para la isla. A pesar de sus limitados resultados, el diálogo entre Washington y La Habana ha avanzado más en el último año que en los 10 anteriores: se han reanudado conversaciones sobre migración y correo directo; grupos semioficiales exploran avenidas de cooperación en intercepción de drogas; sin levantar las restricciones impuestas por Bush en 2005, se han vuelto a otorgar visas a académicos y artistas; corrientes en el Congreso intentan restablecer la libertad de los estadunidenses para viajar a la isla.

Por otra parte, a pesar de la “posición común” adoptada a finales de 1996, la política de la Unión Europea, liderada por España, había mejorado sustancialmente la relación con el gobierno de Raúl Castro desde junio de 2008, al levantarse las sanciones impuestas en 2003. Este cambio también se propició por los crecientes lazos entre Cuba y el resto de la región, no sólo con gobiernos de izquierda y centro-izquierda, sino con otros, como el de México.

¿Qué podría pasar –se preguntaban en privado algunos expertos hace varias semanas– que interfiriera en este raprochment? La respuesta no se ha hecho esperar. Igual que en el incidente de las avionetas en 1996, se le achaca de nuevo al gobierno cubano la “responsabilidad” por este acontecimiento “evitable y cruel” (la muerte de un “preso de conciencia”). La conveniencia para los intereses que se oponen al diálogo es obvia.

¿Algo nuevo en este viejo enfrentamiento? La ostensible racialización mediática del caso Zapata, a lo ancho del espectro ideológico: era “un albañil afrocubano” (El País, España), “un obrero negro de 43 años” (Cubaencuentro), “no por negro o albañil” (Kaos en la Red), “negro, palestino y opositor” (El Mundo, España), “un albañil de raza negra… víctima del colectivismo marxista” (El Heraldo, Ecuador). A este efecto de resonancia se suma la intensidad y saturación del tema. Sólo El País publicó más de 20 artículos y editoriales en los primeros seis días posteriores al fallecimiento de Zapata.

Aparte de este inédito interés por los “disidentes afrocubanos”, la Eurocámara ha reiterado al gobierno de la isla su pedido de “liberación inmediata e incondicional de los presos políticos y de conciencia”. ¿Cuán consistente es este enfoque?

Lo primero es que el puñado de presos políticos entre los disidentes no lo está por motivos “de conciencia” o por “criticar al gobierno”, sino por oponerse activamente al sistema, en alianza con Estados Unidos, el exilio y el viejo anticomunismo europeo. No disponen de armas, pero sí de recursos de poder, puestos a su servicio por Estados y organizaciones, con aparatos y medios de largo alcance, que hacen la guerra por otros medios.

Lo segundo, ¿qué enseña la experiencia sobre el hecho de poner a este gobierno en la picota? Ni siquiera aquellos cubanos que pudieran considerar ineficiente su política hacia los disidentes estarían en condiciones de argumentar que deberían indultarse precisamente ahora, bajo las presiones de ese bloque de intereses creados y de su doble rasero. El gobierno de la isla no ha negociado nunca bajo presión, ni siquiera durante la Crisis de los Misiles; sería improbable que fuera a hacerlo ahora.

Parte de este contexto político es cierta lógica perversa expresada en la pregunta “¿y qué va a hacer Cuba a cambio de…?”: el permiso para viajar a los cubano-estadunidenses, las licencias a las corporaciones para vender alimentos, la firma de un acuerdo sobre narcotráfico. Según esta lógica, Cuba debería pagar un tributo por cada mínimo cambio en la política de Estados Unidos.

De ahí que, si alguna vez ese país considerara indultar a los cinco cubanos presos por infiltrar el exilio, la “ficha negociadora” única y obvia serían los disidentes condenados como “agentes de una potencia extranjera”. Lógica perversa, pero lógica al fin, los disidentes son peones en este tablero de poderes enfrentados. Resulta difícil imaginar cambios realistas en el trato hacia ellos mientras subsista un cuadro tan cerrado.

¿Podrá admitir el socialismo cubano en el futuro, junto con una institucionalidad democrática renovada, un sistema descentralizado, un sector no-estatal, también una oposición leal, dentro del propio sistema? Esa no es una pregunta para congresistas y europarlamentarios, sino para los cubanos que vivan su futuro en la isla.

* Politólogo cubano. Profesor visitante de las universidades estadunidenses de Texas, Columbia y Harvard, y de las instituciones mexicanas CIDE e ITAM. Es director de Temas, una de las más importantes revistas sobre sociedad y cultura que se editan en Cuba. Texto exclusivo para Proceso.


viernes, julio 31, 2009

UN DIAGNOSTICO SOBRE VENEZUELA


Rebelión/26-07-2009
La guerra contra Venezuela
Luis Britto García
luisbrittogarcia.blogspot.com


El presidente Hugo Chávez Frías expresó la posibilidad de que se desate una guerra contra Venezuela. Esta guerra no sólo es posible, ha comenzado sin declaratoria. Por sus reservas de hidrocarburos, minerales, agua dulce y biodiversidad y su posición geográfica, Venezuela es el más codiciable objetivo estratégico en América del Sur y la clave para la dominación de ésta. Nuestros adversarios potenciales han comenzado a ejecutar un plan para aprovecharse de cada una de nuestras debilidades. Para evitar la agresión o vencerla, debemos corregirlas.
1. TERRITORIO Y RECURSOS
1.1. Extensión y fronteras
Venezuela tiene una extensión de 916.443 km2, que podríamos considerar media, pues le asigna el puesto 33 en el mundo.
Disfruta de una posición estratégica privilegiada como país a la vez caribeño, andino y amazónico, dotado de recursos excepcionales en agua dulce, biodiversidad, hidrocarburos y minerales tales como el hierro, el oro y el aluminio.
A la vez que fortalezas, estos elementos implican riesgos. Venezuela ha perdido más de la tercera parte de su otrora extenso territorio por reclamaciones territoriales de países vecinos.
Sus dilatadas fronteras de unos 4.700 kilómetros son difíciles de controlar y algunos sectores de ellas han sido calificadas por el presidente Hugo Chávez Frías como zonas donde el Estado está ausente.
Su posición en el Caribe, cercana al canal de Panamá, a las insurgentes Nicaragua y Cuba y al Atlántico, con derechos que se extienden muy al Norte hasta Isla de Aves, es motivo de preocupación para Estados Unidos.
Sugerencia: El tema de las fronteras, de los recursos naturales y de los problemas inherentes a ambos ha de ser objeto de continuo y detallado examen en los centros educativos, así como en los organismos vinculados con la defensa y las relaciones exteriores.
Para nuestras pérdidas territoriales han sido determinantes el poblamiento de la zona por nacionales de otros países; nuestra paralela falta de interés en poblar y desarrollar dichas regiones; nuestra debilidad estratégica y la entrega de Venezuela acomisiones arbitrales foráneas que no siempre han procedido con integridad.
Tales debilidades han de ser evitadas para el futuro.
1.2. Recursos
Venezuela posee el reservorio de agua dulce más grande de América Latina, el lago de Maracaibo, y una tercera parte de su territorio es amazónico, delimitado por el sistema hidrográfico de uno de los más grandes ríos de la tierra, el Orinoco, cuya cuenca comprende cauces utilizados para la generación de electricidad, que contienen una codiciable reserva debiodiversidad.
Sus reservas de hidrocarburos son las más ricas del hemisferio occidental. Ello nos ha convertido en víctimas de intervenciones disimuladas traducidas en el apoyo extranjero a dictaduras y gobiernos socialdemócratas, y más abiertas en los intentos de golpe de Estado, sabotaje petrolero y lock-out patronal en 2002 y 2003.
Las tierras cultivables de Venezuela cubren apenas el 3% de la superficie total, repartidas entre el Sur del Lago de Maracaibo, los valles de la cordillera de los Andes y la cordillera de la Costa, los valles de Aragua y del Tuy. En realidad, toda tierra puede ser cultivada, pero con considerables inversiones de capital y tecnología.
El patrimonio de vida acuífera es en gran parte saqueado y devastado en violación de la ley por pocas empresas que ejercen la pesca de arrastre y como entes del sector alimenticio gozan de numerosos incentivos y protecciones de parte del Estado.
Venezuela no tiene soberanía alimentaria e importa la mayoría de sus alimentos. El latifundio improductivo o no suficientemente productivo y un cuasi monopolio de la distribución de alimentos por poderosas cadenas privadas son los hechos preponderantes en el área alimentaria.
Sugerencias : Se debe incrementar el estudio y completar el censo de nuestros recursos naturales, desarrollar legislaciones para su defensa y aplicarlas sin contemplaciones.
La propiedad del Estado sobre el subsuelo y posteriormente sobre la industria que aprovecha sus recursos ha sido fundamental para la configuración de la Venezuela moderna. Se debe continuar el proceso para colocar la mayoría de los recursos naturales del país bajo control social. Se deben rechazar de plano las propuestas de movimientos étnicos que niegan el derecho a la República de explotar los recursos y el subsuelo en las tierras que consideran suyas.
La soberanía alimentaria es objetivo primordial. Para lograrla es indispensable una reforma agraria radical; una sustancial inversión;investigaciones encaminadas a determinar el mejor uso posible de los suelos, y medidas parafrenar o revertir el éxodo campesino y hacer atractiva la vida en el campo, lo que implica el estímulo de cooperativas, pequeños centros poblados, mejora de las vías de comunicación y del acceso a los servicios.
Tales temas tienen que ser considerados como críticos para anticipar en forma urgente las contingencias de un eventualbloqueo y de la crisis alimentaria que ya empieza a hacerse sentir en el mundo.
1.3. Infraestructuras comunicaciones e instalaciones estratégicas
Más de las dos terceras partes del país están comunicadas por una red vial en líneas generales suficiente y bien mantenida, salvo en la región amazónica, donde el desarrollo de vías terrestres pudiera tener impactos ecológicos negativos.
En su casi totalidad dicha red está configurada para el uso de vehículos automotrices personales fabricados en el exterior, y depende del combustible fósil refinado.
Venezuela subastó su aerolínea internacional, y en su reemplazo ha habilitado otra con escasas unidades operativas y rutas, lo cual la somete a depender en cualquier contingencia de la colaboración de compañías foráneas.
Sugerencia: Nuestro sistema de comunicaciones debería ser complementada por redes ferroviarias urbanas y rurales, que dependieran esencialmente de combustibles pesados o fuerza eléctrica.
Se debe dar prioridad a la fabricación interna de motores y equipos esenciales para el transporte colectivo, y desarrollar el transporte acuático.
Debemos habilitar puertos de emergencia para ampliar o sustituir la capacidad de los existentes, y habilitar carreteras y autopistas como pistas de aterrizaje y despegue en situaciones de emergencia.
Es de primordial importancia repotenciar y dotar de suficientes unidades y rutas internacionales a la nueva línea aérea venezolana creada bajo control del Estado.
2. DEMOGRAFÍA Y SOCIEDAD
2.1. Indicadores demográficos
Venezuela cuenta con una población estimada en 27.483.200 habitantes para 2008, lo cual le asigna una holgada densidad de 31 habitantes por kilómetro cuadrado.
Esta población está desigualmente distribuida. Cerca de 95% habita en las ciudades, y 71% se concentra en sectores próximos a las costas conservando la clásica ¿concentración de fachada?. El extenso sector del sur del Orinoco apenas agrupa 6% de ella.
La tasa de natalidad de 21,4 nacidos anualmente por mil personas es la más alta de América del Sur.
Esta demografía en expansión, que asegura una abundante fuerza de trabajo, por otra parte debe ser contrastada conla moderada capacidad de producción de alimentos del país, que quizá tenga que ver con la acentuada concentración urbana que a su vez se debe al éxodo campesino forzado por la supervivencia del latifundio.
2.2. Ocupación y empleo
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para el segundo semestre de 2007, de los 27.403.078 habitantes estimados para la época, 65% integra una fuerza laboral de 19.110.435. De éstos, se encuentran ocupados 11.503.869 (el 92,5%), desocupados 932.448 (el 7,5%) y cesantes 845.167 (el 6,8%). Están inactivos 6.674.119 (el 34,9%); 2.271.072 estudian; se ocupan en quehaceres domésticos 2.999.174 y están incapacitados para trabajar o en situaciones similares 296.870. Que el 65% de la población forme parte de la fuerza de trabajo es un buen índicepara un país con alta proporción de niños y jóvenes.
La tasa de ocupación del 92,5% sugiere un alto aprovechamiento de la fuerza laboral que debemos matizar. Según el INE, para el primer semestre de 2007 trabajan en el sector formal 6.173.940 y en el informal 4.803.145. Laboran por cuenta propia unos 3.063.109 trabajadores no profesionales. Por margen no demasiado amplio escapamos del promedio latinoamericano y caribeño que ubica más de la mitad de los trabajadores en el sector informal. De cada diez ocupados venezolanos, algo más de cuatro laboran en la informalidad.
Pero no existen un sector formal y otro informal, sino uno con derechos y otro sin ellos: el informal es la cara inconfesable del formal. El trabajo ¿informal? es eslabón indispensable de la producción, como los talleres hogareños que cosen a destajo para las textileras, o culminación barata de un proceso de comercialización, como los buhoneros que sin cobrar salario ni pagar local revenden mercancía de los importadores de pacotilla. Las industrias textiles y del calzado recurren al subcontrato para disimular verdaderas maquilas; uno de los rubros que genera más empleo es el de la construcción pero la mayoría de sus empleos son temporarios. Es indispensable incrementar el porcentaje de trabajadores en el sector formal.
Para el primer semestre de 2007, unos 91.962 venezolanos se dedican a la cría, la pesca y la caza. Un contingente de 1.328.699 manufactura bienes; 1.025.197 están en el sector construcción; 91.962 extraen y transforman hidrocarburos; 964.752 se dedican al transporte y almacenamiento; 51.111 presta servicios en los sectores de electricidad, gas y agua. Constituyen las bases de un nutrido sector primario y secundario y de una potencialmente poderosa clase campesina y obrera. En el sector terciario laboran unos 2.557.393 en comercio, restoranes y hotelería; y 557.237 en financiamiento, seguros e inmuebles. El rubro de servicios comunales y sociales ocupa 3.412.180 operarios; quizá comprende funcionarios y colaboradores en las misiones. Unos 356.970 patronos emplean esta gran masa humana y se apropian del fruto de su trabajo. Gracias a ellos en 2007 el 20% más rico de la población confisca el 47,7% del ingreso, y el 60% más pobre apenas se reparte el 29,7% de él. Para lograr la paz social, es indispensable mejorar esta participación de los más pobres en el ingreso. Debemos reconocer que al respecto se han hecho avances sin precedentes, pero es indispensable todavía mejorar la condición económica y social de vastos sectores de la población.
3. ECONOMÍA
3.1. Dependencia de los hidrocarburos
El hecho central de la economía venezolana, que es su obvia dependencia de la venta de un recurso no renovable energético, a la vez que constituye una fortaleza considerable, comporta una vulnerabilidad.
Aparte de que las potencias hegemónicas pueden intentar y han intentado acciones violentas para apoderarse de nuestros hidrocarburos, el abundante ingreso de divisas desalienta otras actividades productivas.
Dejada a su propia dinámica, nuestra economía derivaría hacia una vasta operación de importación financiada con las divisas derivadas de la exportación de hidrocarburos. Ello nos hace críticamente vulnerables. El Estado debe intervenir activamente para estimular y privilegiar actividades productivas que disminuyan la dependencia del ingreso petrolero y de las importaciones.
3.2. Sustitución de importaciones
Durante gran parte del siglo pasado la acción del Estado sobre la economía propició la sustitución de importaciones, favoreciendo la producción en el país de bienes destinados al consumo privilegiado y a veces suntuario de los sectores de mayores ingresos.
El Estado debe utilizar sus considerables recursos para promover una abundante producción de bienes de consumo básico para atender las necesidades de las grandes mayorías.
Por otra parte, es indispensable reactivar la política interrumpida de estimular el crecimiento de un gran sector metalúrgico, cuyos productos sirvan de base para el incremento de una industria nacional que supla nuestras necesidades, y facilite una plataforma para la fabricación de maquinarias productivas.
3.3. Oligopolios en la distribución
Por su falta de soberanía alimentaria, Venezuela vive bajo la perenne amenaza de un bloqueo de alimentos y otros insumos básicos, provocado por agentes externos o internos con la finalidad de desestabilizar política y socialmente al país.
Objetivo de todo bloqueo es desarticular la resistencia social mediante la escasez. En el cierre patronal de 2002 y 2003, antes del referendo de 2007 y también hoy funcionan operativos de acaparamiento, contrabando de extracción y desviación de alimentos subsidiados hacia el mercado negro informal.
Se debe por tanto fortalecer y sanear las redes de distribución paralelas bajo control público para evitar en lo posible desabastecimientos artificiales manejados con fines políticos.
4. ESTADO Y POLÍTICA
4.1. Soberanía limitada
El actual ordenamiento constitucional incorpora puntos jurídicamente débiles que han permitido agresiones contra nuestra soberanía.
Así, el artículo 151 de la Constitución acoge una posible excepción que permite someter las controversias sobre los contratos de interés público de Venezuela a la jurisdicción de leyes, tribunales y juntas arbitrales extranjeras. En virtud de ello, la transnacional Exxon embargó activos de PDVSA en el exterior, y pretendió embargar activos del Banco Central de Venezuela. Esta brecha en nuestra inmunidad de jurisdicción alienta una granizada de demandas temerarias para apoderarse de nuestras exportaciones.
Sugerencia : A través de normas de rango legal se puede perfectamente limitar una excepción que hasta el presente casi se ha aplicado como regla. El Poder Ejecutivo debe asimismo impartir instrucciones a sus órganos prohibiéndoles incluir en los contratos de interés público cláusulas de sometimiento a tribunales extranjeros.
Otra peligrosa brecha figura en el artículo 26 de la Constitución, que atribuye rango constitucional e incluso supraconstitucional a los tratados sobre Derechos Humanos. En función de alguno de dichos tratados, una conjura judicial externa o interna podría deponer al Presidente de la República mediante condena que le atribuyera una supuesta violación de los Derechos Humanos. Acciones en tal sentido han sido interpuestas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA.
Me comunicó Alí Rodríguez que en 2002 las aseguradoras del Lloyd bloquearon nuestros muelles declarándolos inseguros e invalidando las pólizas otorgadas a naves que recalaran en ellos. Una conjura semejante podría hacer inaccesibles nuestros puertos y aeropuertos, o prohibirnos los extranjeros en un momento de crisis. Venezuela debe hacer lo posible para ampliar el número y la capacidad de sus flotas de tanqueros, para conjurar otro posible bloqueo de las aseguradoras. La necesidad primordial de energía fósil impedirá que los demás países nos cierren sus puertos de manera total o decisiva, siempre y cuando podamos llegar a ellos con nuestras unidades.
4.2. Lealtad de ciudadanos y funcionarios hacia potencias extranjeras
Gracias al régimen de doble nacionalidad permitido en el artículo 34 de la Constitución, ocupan puestos claves para la soberanía de Venezuela personas con la nacionalidad de otros Estados, hacia los cuales siguen ligadas por indisolubles deberes de fidelidad, obediencia, lealtad y servicio militar.
En virtud de otras disposiciones constitucionales, la totalidad del ejército venezolano salvo el ministro de la Defensa; la totalidad de nuestro poder Legislativo salvo Presidente y Vicepresidente de la Asamblea Nacional; la totalidad de nuestro poder Judicial salvo pocos funcionarios del Tribunal Supremo, podrían estar integrados por personas con otra nacionalidad. La totalidad de las gobernaciones y alcaldías, salvo las fronterizas, podrían ser ejercidas por personas con otra nacionalidad. Estas personas están ligadas a distintos deberes de lealtad y obediencia igualmente válidos, que en casos de conflicto o confrontación externa resultarán inevitablemente contradictorios.
Parte significativa de nuestra clase dirigente viene de la migración europea de los cincuenta; la cual fue seleccionada por la Comisión de Migraciones Europeas en función de su demostrado derechismo, certificado por los párrocos de las localidades. Muchos han optado por recuperar su nacionalidad originaria, o la de sus padres o abuelos.
En caso de ser enjuiciados, los ciudadanos con doble nacionalidad pueden viajar a su otro país y alegar su otra ciudadanía para evitar la extradición, como lo hizo el banquero Álvarez Stelling o, más recientemente, el venezolano-estadounidense Antonini Wilson. Gracias a los tratados contra la doble tributación, muchos están excluidos de pagar impuestos en Venezuela, donde obtienen la totalidad de sus ingresos. Tenemos así una porción significativa del estamento dirigente con todos los derechos y casi sin obligaciones hacia el país, que puede llamar y de hecho llama en su defensa a su otra patria cada vez que un interés suyo es afectado en Venezuela.
Por otra parte, unos cuatro millones de colombianos habitan en Venezuela. La Constitución colombiana considera traidor a la patria a quien no defienda con las armas a Colombia, aunque haya adquirido otra nacionalidad. Ninguna norma venezolana la equilibra o contrarresta. Sería interesante especular sobre el país al cual serían leales en caso de conflicto. Por admitir brasileños como funcionarios en su cancillería, perdió Bolivia más de 300.000 kilómetros cuadrados. Las leyes de México prohíben a mexicanos con otra nacionalidad desempeñar cargos vinculados con la Defensa.
Sugerencia: Urge que Venezuela revise sus normas y políticas sobre la materia, de acuerdo con los principios según los cuales a los países con grandes emigraciones les conviene conservar los nexos con sus emigrados, mientras que a los países con grandes inmigraciones, como Venezuela, les conviene integrar plenamente a los inmigrados, lo que implica constituir vínculos de fidelidad y lealtad exclusivos y excluyentes en lo civil y político, sin menoscabo ni perjuicio de las vinculaciones culturales que todo ser tiene puede tener y cultivar con las distintas civilizaciones del mundo.
4.3. Vulnerabilidad financiera
Mediante los Tratados contra la Doble Tributación se ha constituido un sistema de evasión tributaria legalizado con grave perjuicio de los intereses del Fisco.
Mediante estos tratados, se admite que ciudadanos o empresas de un país extranjero que obtengan beneficios económicos en Venezuela no paguen impuestos en ésta sobre dichos ingresos, sino que los paguen en su país de origen, a cambio de un tratamiento recíproco para las empresas o ciudadanos venezolanos que obtengan beneficios en el país extranjero que ha suscrito el tratado. Venezuela presta así sus recursos, sus infraestructuras, sus servicios públicos, sus trabajadores educados y asistidos con fondos del Estado, su seguridad jurídica, sin recibir a cambio nada o muy poco fiscalmente para subvenir los cuantiosos gastos que ello comporta.
Es fácil comprender que tales tratados benefician unilateralmente a los países extranjeros que tienen grandes cantidades de empresas y explotaciones económicas en nuestro país, mientras que casi nunca benefician a Venezuela, cuyas inversiones en el exterior son, salvo contadas excepciones, insignificantes. Sólo en virtud del Tratado con Estados Unidos la pérdida podría llegar anualmente a 10.000 millones de dólares.
Sugerencia: Urge una revisión y evaluación inmediata de los resultados financieros de tales tratados, con vistas a su denuncia. Se debe asimismo considerar con gran cautela y estudiar desde el punto de vista de sus resultados financieros cualquier nuevo tratado de dicha índole.
4.4. Sometimiento de las controversias sobre contratos de interés público a leyes, tribunales o juntas arbitrales extranjeras
Una torcida interpretación del artículo 151 de la Constitución, consagrada en 2008 por el Tribunal Supremo de Justicia, sostiene que en las controversias sobre contratos de interés público Venezuela puede ser sometida a leyes, tribunales o juntas arbitrales extranjeras previa la ¿manifestación? de un funcionario. Dicha jurisprudencia viola la soberanía y la inmunidad jurisdiccional, consagradas en los artículos 1 y 151 de la Constitución, y entrega atada de pies y manos a Venezuela a organismos como el Centro Internacional de Arbitraje sobre Inversiones (CIADI), que de 232 casos, ha resuelto 230 a favor de las transnacionales y en contra de nuestros países. Valiéndose de jurisprudencias antipatrióticas como la señalada, Exxon intentó embargar las reservas internacionales de Venezuela en 2008, y avanza un juicio contra PDVSA. Una conjura de transnacionales que interpusieran simultáneamente demandas temerarias contra Venezuela podría arruinarla financieramente.
Sugerencia: Nuestro país debe a cualquier costo modificar esta jurisprudencia violatoria de la soberanía; retirarse del CIADI, como lo han hecho Ecuador y Bolivia, y prohibir a sus funcionarios, con sanciones administrativas, civiles y penales, que emitan ¿manifestación? para someter a Venezuela a jurisdicciones extranjeras.
5. DEFENSA
5.1. Fronteras
No hay frontera en la cual Venezuela a lo largo de su vida republicana no haya sufrido una pérdida, hasta completar cerca de un tercio de la extensión territorial que ganamos en el momento de nuestra Independencia.
Los 4.700 kilómetros de nuestras fronteras en su mayoría atraviesan áreas débilmente pobladas por los nacionales, de fácil acceso para las poblaciones vecinas y de difícil control por su extensión y falta de servicios.
Particularmente crítica es la frontera con Colombia, escenario de contrabandos de extracción y de introducción de gran envergadura, entrada de grandes flujos inmigratorios, objetivo de reivindicaciones limítrofes todavía no extinguidas.
5.2. Amenazas secesionistas
Objetivo estratégico de primera línea es la desmembración territorial de Venezuela, en función de la cual el gobernador del Zulia Manuel Rosales avanza un plan ¿autonomista? de ¿rumbo propio? paralelo al de Santa Cruz en Bolivia y al de Guayaquil en Ecuador.
El gobernador Manuel Rosales maneja una policía estadal con caracteres de pequeño ejército propio, y milicias adiestradas por Henry López Sisco, convicto de la masacre de El Amparo.
Los muy numerosos hacendados colombianos o de origen colombiano del Sur del Lago de Maracaibo y de otros estados fronterizos importan para sus fundos braceros de tal nacionalidad, a los cuales mantienen en un régimen de privación de derechos mediante milicias de paramilitares.
En la frontera del Zulia, estratégico estado petrolero, habita la etnia wayuu, que comprende cerca del 60% de la población indígena del país. La Constitución le reconoce la condición de pueblo, distinto del venezolano, con derecho a sus ¿territorios originarios? y a sus ¿autoridades legítimas?.
La reivindicación de estos derechos podría llevar a un movimiento autonómico o separatista, como los ya iniciados por indígenas guaraníes y de otras etnias contra el gobierno boliviano, por el Pachakutik contra Ecuador, y por numerosas otras etnias en Perú. Grupos armados integrados por wayuu se dedican a varias actividades ilegales, entre ellas el contrabando de extracción de combustible.
En los últimos años, grupos que dicen representar a los indígenas venezolanos han manifestado categóricamente que la República no puede otorgar concesiones sobre los recursos naturales ni el subsuelo en lo que ellos consideran sus territorios originarios.
Una movilización de estas etnias o de sus grupos armados podría tener decisiva participación en un plan secesionista o en una intervención armada.
5.3. Contingentes armados
Venezuela mantiene un ejército de algo más de ochenta mil efectivos, al cual según el World Economic Outlook dedica en 2005 unos 1.477 millones de dólares, el 1,6% de un PIB del cual destina casi 9% a la Educación.
Colombia en 2007 mantiene 459.687 funcionarios destinados a labores de Defensa y Seguridad; y gasta anualmente en la guerra 6,5 % de su PIB, unos 22.000 millones de dólares anuales, según los investigadores Juan Camilo Restrepo y Pedro Medellín (Semanario VOZ, edición 2427, cit. Por Álvaro Angarita: ¿Crece el gasto militar. Guerra devora el presupuesto?; 27-2- 2008www.geocities.com/vozxcol/voz.pdf).
Tales cifras no sólo implican una extrema desestabilización social, financiera y política de Colombia, sino la dedicación preponderante de todo un país a un empeño bélico que acarrea un abrupto desequilibrio estratégico para la región.
Un ejército y un gasto militar de tal magnitud no pueden tener por único objetivo el control de unos 15.000 insurgentes. Por su talla, apuntan más hacia las reservas de energía fósil de Ecuador y Venezuela, así como al sector amazónico de ambos países y de Brasil.
A estas cifras ya de por sí preocupantes se debe sumar la continua penetración en Venezuela de paramilitares colombianos, que según fuentes dignas de todos crédito cobran ¿vacuna? e instalan alcabalas en los estados fronterizos, y según el Presidente Hugo Chávez Frías ya han llegado hasta la Capital.
Los paramilitares se instalan en zonas populares, invierten fondos del narcotráfico en actividades tales como elpréstamo usurario a los buhoneros, la trata de personas, el tráfico de drogas, el sicariato y el juego ilegal de bingos, casinos y maquinitas en los expendios de alimentos y bares, y algunos dominan líneas de transporte en los estados limítrofes y otras industrias de significación estratégica.
Estos núcleos paramilitares podrían ser cabezas de puente y Quintas Columnas de una intervención, desatar una guerra civil, y en el caso de un conflicto interno podrían impedir una movilización de los sectores populares como la que decidió el 13 de abril de 2002.
5.3. Pertrechos
Antes de atacar hay que impedir que la víctima tenga con qué defenderse. Estados Unidos vetó a todos los países, incluso España, que nos vendan repuestos militares con componentes de tecnología estadounidense. Debido a la intrincada red de insumos que requiere todo producto complejo en tiempos de globalización, es difícil localizar en Occidente un equipo militar que no incorpore un componente o una patente de Estados Unidos.
Venezuela ha respondido correctamente diversificando sus compras de armamento a países no sometidos a la hegemonía estadounidense, como Rusia.
En previsión de futuros embargos y bloqueos, Venezuela debería ampliar aun más el repertorio de sus proveedores de armas e incrementar sus industrias propias de fabricación de armas y municiones convencionales y sencillas.
5.4. Bases militares
Ante la negativa de Chávez de permitir sobrevuelos de naves militares e instalación de radares por Estados Unidos, éste monta bases en Curazao y Bonaire y desembarca armas y efectivos en la vecina Colombia, en la cual mantiene concentraciones de efectivos y equipos que equivalen a una decena de bases, instala cuatro nuevas bases que se suman a las existentes, y amenaza reubicar los efectivos y equipos de la base de Manta en costas colombianas cercanas a Venezuela.
Adicionalmente, Estados Unidos rehabilita y repotencia la IV Flota, y le encomienda misiones abiertas de vigilancia en el Caribe y el Atlántico y encubiertas de intimidación y apoyo a las fuerzas desestabilizadoras en el área.
Nuestras bases militares territoriales deberían ser susceptibles de mudanza con una excelente movilidad y establecer fuertes vínculos con la reserva y con las organizaciones populares.
Nuestras bases aéreas deberían contar con hangares subterráneos que las resguarden de operaciones sorpresivas de bombardeo de aniquilación, que seguramente ocurrirán sin previo aviso y con asesoramiento de sofisticados mecanismos de espionaje, como los activados en el asalto colombiano contra Ecuador. Según se ha indicado, se debe habilitar carreteras y autopistas como pistas de despegue y aterrizaje en casos de emergencia.
Nuestras bases navales deberían privilegiar el alojamiento de naves sumamente veloces y maniobrables de patrullaje y detección de señales. En décadas anteriores he navegado varias veces toda la costa venezolana sin toparme con una sola nave de nuestra armada. Esta situación debería cambiar hacia una presencia dinámica y activa en nuestro extenso litoral y mar territorial.
5.4. Puntos vulnerables
Vías e infraestructuras
Mientras que el territorio colombiano y el de otros Estados limítrofes presentan pocos puntos débiles, el venezolano presenta sitios extremadamente vulnerables a ataques puntuales.
Omitimos responsablemente hacer públicos estos puntos, que se pueden detectar con una simple mirada al mapa. Urge que con respecto a todos ellos se desarrollen planes permanentes de vigilancia, rescate, recuperación y habilitación de vías o recursos alternativos.
Comunicaciones radioeléctricas
Durante el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 los medios de comunicación privados interfirieron y sacaron del aire a los públicos. En el caso de una confrontación, se puede contar con que la casi totalidad de la red mediática privada intentaría desarticular a la población mediante el terrorismo mediático, la desinformación y la interferencia con las comunicaciones oficiales.
Parte fundamental de nuestras comunicaciones en internet dependen de redes que podrían ser interferidas o dejadas inoperantes por las compañías que las operan. Como la conversión al software libre de los equipos de la administración no ha concluido, cabría esperar graves caídas del servicio e incluso sabotajes en las redes y equipos dependientes de las transnacionales.
Todos estos demoledores golpes podrían ser ejecutados sin necesidad de una intervención extranjera abierta, con pertrechos y equipos sumamente sencillos, por grupos de población instalados en el país y leales a una potencia o potencias extranjeras.
Se hace indispensable habilitar con la mayor prontitud posible al satélite Simón Bolívar para que pueda asumir el relevo en la retransmisión de señales radioeléctricas para el caso de emergencia, así como en la instalación de repetidoras terrestres que puedan cumplir tales funciones.
Todos estos escenarios de agresión deben ser constantemente examinados y estudiados; se deben estudiar y adoptar medidas para contrarrestarlos, y realizar constantes y discretos ejercicios defensivos referentes a ellos, con rigurosa evaluación de los resultados.
6. RELACIONES INTERNACIONALES
A lo largo del siglo pasado, Venezuela se ha ido integrando en numerosas organizaciones internacionales y ha suscrito tratados, acuerdos y compromisos internacionales de la más diversa índole. Muchas de dichas acciones implican peligrosos sometimientos a la voluntad de entes supranacionales o serias y graves limitaciones de la soberanía.
Al respecto, hemos señalado las normas que atribuyen rango constitucional a los tratados sobre Derechos Humanos, las que nos someten a organismos arbitrales foráneos, los Tratados contra la Doble Tributación, que permiten la casi absoluta inmunidad tributaria en Venezuela a extranjeros y transnacionales, las normas y tratados de Promoción y Protección de Venezuela y los acuerdos de libre comercio de toda índole.
Sugerencia: Urge un minucioso estudio de este conjunto de compromisos y regímenes, a fin de evaluarlos, estudiar la posibilidad de denunciar y sustraerse de aquellos lesivos a nuestra soberanía, y refrendar nuevos pactos y tratados que la hagan respetar.
7. CULTURA
7.1. Unidad y consenso de la población
La población venezolana no presenta insalvables diferencias de religión o cultura que propicien antagonismos irreconciliables.
A pesar de que subsisten 34 culturas indígenas originarias con sus idiomas autóctonos, en conjunto no superan el 5% de la población, y las que conservan sus culturas ancestrales están en buena parte situadas en las fronteras o la Amazonia venezolana.
El mestizaje, el predominio del castellano y de la religión católica constituyen realidades dominantes en el país, y todas favorecen en esencia la comunicación y el entendimiento entre los nacionales.
Sin embargo, una campaña sistemática en lo jurídico y lo comunicacional trabaja por fracturar esta esencial base de entendimiento y consenso entre los venezolanos.
La propaganda opositora sistemáticamente ha tratado el juego político contemporáneo como el preámbulo de una"guerra civil" donde "la gente decente" o los blancos se enfrentarían a los "monos", "macacos", "animales", "tierrúos", "negros" e "indios" de la "chusma".
El sistema jurídico, al permitir la doble nacionalidad, propicia una situación ambivalente con respecto a la lealtad y obediencia política hacia el país, y ayuda a que muchos ciudadanos marquen y preserven distancia, no sólo cultural, sino institucional y jurídica con respecto a la ¿chusma? mestiza.
La declaración constitucional de que los indígenas son ¿pueblos? distintos del venezolano, con territorios originarios propios y autoridades legítimas asimismo propias, podría ser manipulada para crear situaciones secesionistas o separatistas, como la que acaban de iniciar la etnia guaraní y otras cinco naciones indígenas en la Media Luna de Bolivia, o para sostener, como lo ha hecho la Conaie en Ecuador y numerosas etnias indígenas en Perú, que el Estado no tiene derecho a explotar los recursos en los territorios que los indígenas consideren como originarios.
7.2. Educación y formación científica
Venezuela presenta un sistema educativo en plena expansión y que ha ganado una trascendental batalla contra el analfabetismo y duplicado la matrícula en Educación Superior.
Programas sin nociones de identidad patria
Hacia los años setenta del pasado siglo, obedeciendo las directrices del plan estadounidense diseñado por Robert Atcon, nuestro sistema educativo eliminó las materias Historia de Venezuela, Historia de América, Geografía de Venezuela y Formación Cívica. Varias generaciones han crecido sin nociones de nacionalidad ni pertenencia histórica y cultural.
Programas sin materias de interés nacional
La ausencia de referencias hacia lo nacional se prolonga en otras ramas del sistema educativo. Hacia la misma fecha, fueron eliminadas las materias de Derecho de Minas e Hidrocarburos de las facultades de Derecho, las de Economía Minera y Petrolera de las facultades de Economía, las de Ingeniería Petrolera de las facultades de Ingeniería. En el pensum de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, en 64 materias sólo se estudian tres autores venezolanos, que casualmente vivieron en el extranjero y no se ocuparon de temas nacionales o los consideraron con absoluto distanciamiento.
Investigaciones orientadas por centros hegemónicos
Una situación similar se presenta en el ámbito de la investigación científica. Con frecuencia los recursos para la investigación se dedican a temas que son del interés de las potencias hegemónicas, o a repetir y confirmar experiencias ya realizadas en éstas, con poca o escasa aplicación a las realidades del país.
Déficit de profesionales y desempleo profesional
Venezuela presenta por una parte un déficit de profesionales en ciertas áreas críticas, y por otra parte un desempleo profesional en otras en las cuales la demanda pareciera estar copada o el insuficiente desarrollo económico no abre plazas para una ocupación fructífera.
Por ejemplo, el país presenta un serio déficit de investigadores científicos, ya que apenas tiene la quinta parte de la magnitud recomendada por las organizaciones internacionales.
Cantidades significativas de trabajadores intelectuales sin medios de vida y enfrentados a una eventual proletarización constituyen por una parte un desperdicio de recursos humanos y por otra parte un factor de inestabilidad.
Sugerencia: Es del más evidente interés nacional corregir estas deficiencias cuantitativas y cualitativas.
7.3. Medios de comunicación
Las cinco transnacionales que dominan la comunicación mundial presentan obsesivamente al gobierno venezolano como ilegítimo, totalitario, agresor, violador de Derechos Humanos, y vetan toda información o comentario que las desmienta.
El centenar de diarios, las sesenta televisoras, el medio millar de radios del sector privado del país en su casi totalidadreciclan estas falsedades contra el gobierno electo. Las cincuenta televisoras por suscripción que cubren 21,34% de los hogares del país son operadas por poderosas transnacionales y CONATEL indebidamente les permite actuar fuera de la ley.
El aparato comunicacional audiovisual simplemente divulga en más de un 60% contenidos elaborados en el exterior, y un 60% de dicha magnitud consiste en productos estadounidenses que promueven el consumismo, el egoísmo, la codicia y la violencia como valores supremos.
Nuestras plataformas informáticas todavía dependen en gran parte de software monopólico que puede serhackeado, interferido, espiado o paralizado por empresas o agencias de seguridad de Estados Unidos, como lo fue el de PDVSA a través de la firma Intesa.
En tal sentido, es urgente que las autoridades apliquen efectivamente las leyes sobre telecomunicaciones; amplíen los recursos y facilidades para creación de medios comunitarios y alternativos, y desarrollen programas de pedagogía para enseñar a las audiencias la decodificación de los mensajes de los medios.
Las observaciones anteriores se refieren sólo al esbozo de algunos de los numerosos aspectos en los cuales Venezuela presenta debilidades estratégicas obvias y peligrosas que pueden y deben ser corregidas a corto o mediano plazo. El inminente agotamiento de las reservas de hidrocarburos a nivel mundial hace a nuestro país una presa cada vez más codiciable. Debemos estar preparados para cualquier contingencia.