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viernes, junio 25, 2010

Yucatán: Megaobras, megafraudes

La gobernadora Ivonne Ortega Pacheco es acusada de torcer la ley y derrochar millones de pesos del erario estatal para impulsar sus dos megaproyectos: un complejo de 12 hoteles, con playas y lagos artificiales, campos de golf y un parque acuático, todo dentro de la zona de Chichén Itzá, y la construcción de una ciudad dormitorio en el municipio de Ucú, conurbado a Mérida. Un dato demoledor: en el primer caso, la mandataria pagó incluso un sobreprecio de 2 mil 750% para apropiarse de un predio de 83 hectáreas, en lugar de expropiarlo.


Ivonne Ortega, gobernadora de Yucatán.

Jenaro Villamil


MÉXICO, D.F., 23 de junio (Proceso).- Por su empeño en desarrollar sus dos megaproyectos –un complejo hotelero en Chichén Itzá y la construcción de una ciudad dormitorio paralela a Mérida–, la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, concitó el rechazo generalizado de artesanos y comuneros de varios municipios de la entidad, quienes la acusan de querer beneficiar a una decena de firmas de especulación inmobiliaria, en particular el Grupo Kaknab.

En Chichén Itzá, comentan varios de los artesanos, el gobierno de Ortega Pacheco pretende beneficiar al Grupo Kaknab, que encabezan los empresarios Eduardo González Cid y Nicolás Zapata, y a otros desarrolladores inmobiliarios. Pero sobre todo sostienen que la gobernadora utilizó recursos públicos para adquirir un predio de 83 hectáreas a su propietario Hans Jurgen Thies Barbachano, a un sobreprecio de más de 2 mil 750%, en lugar de expropiarlo.

Todo, insisten, para llevar adelante la transformación de ese sitio arqueológico –el más importante de la cultura maya en Yucatán– en una zona hotelera.

Los artesanos Silvia Cimé Mex, Jesús Solís Alpuche, Juan Alberto Bermejo y el abogado Villevaldo Pech Moo aseguran que la megaobra, que ocupará 83 hectáreas –45 de las cuales pertenecen a la zona arqueológica–, constará de 12 hoteles, así como playas y lagos artificiales, campos de golf, un parque acuático, casas de artesanías y varios centros de convenciones.

Los ejidatarios y comuneros advierten que, con ese proyecto, Ortega Pacheco prácticamente privatizaría la zona arqueológica de Chichén Itzá para beneficiar, dicen, a González Cid y a Zapata. El primero, aseguran, es muy cercano al gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, y artífice en buena medida del triunfo de la mandataria yucateca.

Grupo Kaknab es la contraparte de otro poderoso consorcio turístico y empresarial: Grupo Xcaret, que hoy administra el parque acuático del mismo nombre. Durante la administración de González Canto y de Ortega Pacheco, Grupo Kaknab se benefició ya con dos obras: la instalación de Discover México en la isla de Cozumel, y el diseño del Palacio de la Cultura Maya de Yaxcabá, ambas a petición del gobierno que encabeza Ortega Pacheco.

En el segundo de esos proyectos, las autoridades adquirieron 300 hectáreas y luego se las adjudicaron al Grupo Kaknab para que, por medio de su filial I Arquitectura, erigiera el Palacio de la Cultura Maya.

El Diario de Yucatán y el antropólogo José Luis Sierra Villarreal, exdelegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el estado, han documentado que Grupo Kaknab compró desde hace algunos años 600 hectáreas en los alrededores de Chichén Itzá para impulsar un “parque temático” y un proyecto megahotelero que incluiría lagos artificiales, campos de golf, centros de diversiones y de apuestas al estilo Disneylandia y Las Vegas.

Feria especulativa en Chichén

El 30 de marzo último, el gobierno de Ortega Pacheco informó sobre la adquisición de 83 hectáreas, pertenecientes a la familia Barbachano Gómez Rul, propietaria original de la hacienda de Chichén Itzá, por las que pagó 230 millones de pesos.

Las tierras de la zona arqueológica estuvieron en litigio durante varios años. Hace dos décadas, el antropólogo Sierra Villarreal inició las negociaciones con la familia Barbachano para adquirir las 83 hectáreas. No tuvo éxito.

En 2006, el Instituto de Administración y Avalúo de Bienes Nacionales (Indaabin) valuó la extensión en 8 millones de pesos. Y en marzo pasado la administración de Ortega Pacheco anunció que finalmente era propietaria de ese terreno. Según el boletín oficial, el gobierno pagó por él 230 millones de pesos, gracias a un préstamo bancario que obtuvo a través de la dirección del patronato Cultur.

De las 83 hectáreas, 45 corresponden a la zona arqueológica y las restantes a las zonas contiguas, conocidas como “polígonos”: sur, norte y noroeste, en los que se construirá un nuevo aeropuerto y, según los planes de Ortega Pacheco, un desarrollo turístico de gran escala, similar a Disneylandia.

El director del patronato Cultur, Jorge Esma Bazán, justificó el pago de 230 millones de pesos al actual propietario de la vieja hacienda, Hans Jurgen Thies Barbachano, con el argumento de que el gobierno federal se mostraba indeciso.

Los artesanos de Chichén Itzá, encabezados por Cimé Mex, Solís Alpuche, Bermejo y el abogado Pech Moo sostienen que desde noviembre del año pasado denunciaron que el Sistema para el Financiamiento del Estado de Yucatán (Sifidey) tenía en mente realizar el megaproyecto hotelero en los alrededores de Chichén Itzá.

El mismo grupo de artesanos pidió en septiembre de 2008, ante la Cámara de Diputados, que el gobierno federal expropiara las 746 hectáreas que comprenden los terrenos de la zona arqueológica, impidiera el cobro por el acceso a los monumentos históricos y evitara el desalojo de los comerciantes.

No sólo no fueron escuchados por las autoridades federales, sino que los especuladores inmobiliarios y desarrolladores turísticos comenzaron a transformar la zona arqueológica en un centro de espectáculos. Hoy, a menos de tres años de distancia, el gobierno estatal ha promovido, entre otros, funciones exclusivas como los conciertos de Plácido Domingo, Sarah Brightman y Elton John, con el argumento de que se trata de “promoción turística”.

La transmisión de esos conciertos y la venta de boletos ha estado a cargo de empresas vinculadas con Televisa, el consorcio que más recursos y contratos publicitarios ha recibido del gobierno de Ortega Pacheco.

El gran negocio de Ucú

En paralelo, el Congreso del estado autorizó este año al gobierno de Ivonne Ortega Pacheco un endeudamiento de 343 millones 375 mil pesos para la adquisición de terrenos ejidales en el municipio de Ucú, por medio del Instituto de la Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY), que encabezaba la arquitecta Angélica Araujo Lara, quien le arrebató al PAN la alcaldía de Mérida en las pasadas elecciones estatales.

Araujo Lara es, junto con el diputado federal priista Felipe Enríquez Hernández, la artífice del llamado Plan Maestro de Ucú, cuyo objetivo es la construcción de 56 mil 800 viviendas en una extensión de aproximadamente mil 800 hectáreas en ese municipio conurbado a Mérida. Con este plan se elevaría a casi 100 mil el número de edificaciones en esta zona y el municipio de Caucel, donde han sido beneficiados 10 grandes grupos del ramo de la construcción.

Uno de éstos es el que encabeza Pedro Espadas, pareja sentimental de Angélica Araujo y socio, junto con Ricardo Combaluzier, de la empresa Construcasa, S.A. de C.V., beneficiaria a su vez del desarrollo inmobiliario en Ciudad Caucel.

Las otras firmas inmobiliarias son: Grupo Sadasi, representado por Leandro López, también impulsor de las Ciudades Bicentenario del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, en especial las del municipio de Tecámac.

Los yucatecos denominan a este tipo de desarrollos inmobiliarios “chiquilotes”, por las minúsculas casas-habitación de 5x15 metros de extensión. La mayoría tiene servicios de transporte precarios o carece de ellos, pero cuentan con infraestructura vial, eléctrica y de agua potable, que aporta el gobierno del estado.

El senador panista Hugo Laviada Molina sostiene que detrás del caso de Ucú “existe una gran operación nacional dirigida por el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto y ejecutada por su agente financiero: Felipe Enríquez Hernández, para financiar campañas del PRI; todo consiste en trabajar con mafias agrarias”.

La presencia de Enríquez Hernández en los grandes negocios inmobiliarios ha sido notoria y constante en Yucatán durante los últimos años. Compadre de Ortega Pacheco, amigo cercano de Peña Nieto y colaborador de Natividad González Parás durante su sexenio en Nuevo León, Enríquez Hernández llegó a Yucatán en 2007 con una encomienda: arrebatarle la gubernatura al PAN.

Enríquez Hernández también fue secretario particular de María Teresa Herrera Tello cuando ella era la titular de la Secretaría de la Reforma Agraria (2001-2003) y director de Fomerrey (2003-2005), oficina del gobierno de Nuevo León responsable de asignar terrenos a personas de escasos recursos y de “regularizar” tierras.

En 2005, Enríquez Hernández colaboró en la campaña que llevó al gobierno de Quintana Roo a Félix González Canto. Y en 2007 se incorporó al equipo de logística de Ivonne Ortega Pacheco durante el proceso electoral en Yucatán.

En su edición del lunes 14, el Diario de Yucatán informó que Enríquez Hernández participó en una venta paralela de terrenos de Ucú en una extensión de aproximadamente 581 hectáreas. Según el rotativo, el dinero recaudado presuntamente servirá para financiar la campaña estatal del PRI.

El rotativo citó las declaraciones del comisario ejidal de Ucú, José Antonio Euán, quien admitió que “un empresario de Monterrey” les compró 581 hectáreas. Antes, la revista Artículo 7 publicó un análisis en el que aludía al negocio multimillonario de Ucú y la manera en que opera:

“Se compran las tierras pagando 120 mil pesos por hectárea a los ejidatarios; el gobierno del estado, una vez que haya introducido infraestructura urbana, las podría vender al grupo de inmobiliarios ‘consentidos’ en 1 millón 200 mil pesos por hectárea. Claro está que oficialmente serían pagadas a un precio muy inferior. Estaríamos hablando de un negocio de 3 mil 600 millones de pesos. La mayor parte de este millonario negocio se movería ‘por debajo del agua’ y gran parte sería utilizado en campañas políticas del PRI.”

El despojo

Proceso confirmó que detrás del megadesarrollo urbano de Ucú existe un presunto fraude a los 176 ejidatarios, a quienes hasta ahora no se les han pagado 3 mil 600 hectáreas, así como una denuncia por despojo que encabeza Pedro Manuel Rosado Reyes, dueño del predio llamado Chacsiniché.

Él asegura que fue despojado de su propiedad con el aval del gobierno estatal y menciona el motivo: el terreno, que adquirió en 1978, está en medio de la carretera que conducirá al nuevo complejo habitacional.

Comenta que lo utilizó para sembrar henequén, que vendió durante algunos años a la desaparecida paraestatal Cordemex. Y aclara a Proceso: “Nunca tuve ningún problema”.

Sus dificultades, dice, comenzaron en 2008, cuando el gobierno de Ortega Pacheco y la responsable del IVEY, Angélica Araujo, ya habían proyectado el Plan Maestro de Ucú.

Relata que en octubre de 2008, por instrucción de la jueza primera de lo Civil, Elsa Guadalupe Rivera Uc, fue despojado de su terreno para beneficiar al empresario Guy Boyancé Cervera, quien meses después, en julio de 2009, al frente de un grupo de 50 personas invadió el predio Chacsiniché.

“Todo estuvo debidamente orquestado para despojarme”, denuncia Reyes Rosado. Su abogado, José Manuel Echeverría Bastarrachea, advierte que en este litigio está involucrado también Rafael Acosta, quien fue subprocurador a principios de la gestión de Ortega Pacheco y hoy se desempeña como su asesor.

Reyes Rosado asegura que en agosto de 2009 se entrevistó con la gobernadora para exponerle su caso. Ella se comprometió a que “todo se haría conforme a la ley”. A 10 meses de esa reunión no sólo no obtuvo respuesta, sino que el mismo Ministerio Público yucateco permitió que el predio invadido por Boyancé Cervera fuera vendido a Constructora Hogare, de Juan Manuel Ponce Díaz, otra de las beneficiarias de la nueva “ciudad dormitorio” que será construida en Ucú, a ocho kilómetros de Mérida.

“Es escalofriante lo que está pasando. Ahora tenemos más violencia y robo, que es organizado por el propio gobierno de Yucatán. Todos le tienen miedo a Ivonne Ortega. Yo pensaba que ella no iba a sacrificar su futuro político, pero es ella la que parece encabezar este despojo”, sentencia Reyes Rosado.

viernes, abril 24, 2009

Amnistía



La amnistía es el procedimiento de olvido judicial por mandato de ley. Se trata, en efecto, de una decisión de carácter político para resolver un problema de la misma naturaleza. ¿Alguien puede suponer que el movimiento de Atenco no sea justamente de carácter político?
Sin embargo, algunos de los principales dirigentes del Frente de Defensa de la Tierra están en una prisión de alta seguridad, condenados a decenas de años, como si se tratara de delincuentes. Es necesario recordar que el movimiento de Atenco fue victorioso en la medida en que impidió la expropiación de tierras ejidales para la construcción de un nuevo aeropuerto. En aquel entonces, el gobierno del Estado de México negoció con los atenquenses que resistían y puso en libertad a los detenidos, a cambio de la entrega de algunos funcionarios. Fue un pacto político dentro de un conflicto político. Sin embargo, los presos de Atenco se encuentran en la cárcel por delitos que, se dice, fueron cometidos en ese entonces, lo que sólo revela la actitud de traición de las autoridades que habían llegado a unos acuerdos que, después, violaron.
También están encarcelados ésos y otros presos políticos por supuestos delitos cometidos durante el bloqueo de una carretera. Este tipo de conductas se sanciona en casi todo el mundo con algunas horas de arresto, pero en México se llama ataques a las vías de comunicación y se castiga con años de prisión.
A pesar de la cobardía de la Suprema Corte al no señalar con sus nombres a los responsables de la violación de derechos humanos en Atenco, al menos ese tribunal admitió que tal violación se produjo y que fue grave. No obstante, las autoridades políticas y los jueces ni siquiera se inmutaron. Las víctimas siguen siendo presentadas como victimarias: típico esquema del despotismo de todos los tiempos.
Los integrantes del movimiento popular de Atenco no son delincuentes. Esto es incontrovertible. Sus acciones han sido siempre de respuesta a actos oficiales considerados injustos y agresivos. No obstante, el aislamiento político de tal movimiento ha sido una oportunidad para que el autoritarismo priista y panista alcance niveles inauditos. Ni en 1968 se atrevió el gobierno a mandar a dictar sentencias tan absurdas aun cuando la lista de los delitos atribuidos a los dirigentes de entonces empezaba con el de homicidio.
Jueces de consigna, presionados por procuradores inescrupulosos, han construido en el caso de Atenco un nuevo monumento al uso faccioso de la justicia penal. Calderón ha insinuado que quiere la libertad de los presos políticos de Cuba y jamás ha dicho una sola palabra en relación con los presos políticos de México, los cuales ascienden a cerca de medio millar.
Como los presos de Atenco enfrentan procesos penales federales y locales, se requieren decretos legislativos simultáneos. Los representantes populares no deberían seguir viendo, impasibles, cómo se usa el poder para aplastar a disidentes. No es cierto que el viejo régimen político mexicano haya sido superado. Hoy, como en tantas otras ocasiones en nuestra historia, la amnistía debería ser una bandera de lucha para reivindicar la libertad política de los ciudadanos.
pgomez@milenio.com

domingo, marzo 22, 2009

Ofensiva gubernamental para asegurar la alimentación popular


Barómetro Internacional
Venezuela - Intervención y expropiación de arroceras

Por Ricardo Daher

La decisión del gobierno venezolano de intervenir dos plantas procesadoras de arroz y expropiar la planta arrocera de la poderosa Cargill norteamericana, provocó la violenta reacción de los empresarios venezolanos que reclamaron por la supuesta violación del derecho de propiedad y de comercio. Al mismo tiempo, el presidente Hugo Chávez planteó una ofensiva gubernamental para controlar los precios abusivos en los alimentos básicos y amenazó con expropiar a quienes no respeten la ley de Seguridad Alimentaria.

Chávez aseveró que no le temblará el pulso para expropiar plantas de producción de alimentos que son dirigidas por los grandes monopolios privados en el país, y llamó a los empresarios a colaborar con el proceso de revolución alimentaria, para llevar la comida al pueblo a un precio justo.

Tras la decisión presidencial de intervenir las plantas procesadoras de arroz para verificar la producción, los voceros empresariales, con amplio respaldo de los medios opositores –los periodistas televisivos sólo hacen comentarios contra el gobierno y asisten sonrientes a los disparates que dicen sus entrevistados- lanzaron una ofensiva publicitaria para rechazar el control estatal, y lograron poner de su parte a parte de los trabajadores de sus empresas que publicaron una solicitada a toda página en los grandes diarios, reclamando el cese de la intervención que, por otra parte, no los afecta en nada.

En la defensa de su ”derecho de propiedad, los voceros patronales olvidaron que la medida busca asegurar el acceso de la población a uno de los elementos básicos de la dieta de los venezolanos, y por lo tanto, hacer cumplir el párrafo de la declaración universal de los derechos humanos que establece: ”Toda persona tiene derecho a un nivel de vida que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios….”

Más allá de la declaración universal de los derechos humanos, en Venezuela existen leyes que deben cumplirse, y una de ellas es precisamente la ”Ley de Soberanía Alimentaria” que garantiza el acceso de la población a los alimentos básicos. Según datos estadísticos, cada venezolano consume 15 kilos de arroz al año, lo que da una idea de la importancia de este grano en su dieta alimentaria.



Escasez de arroz regular en los supermercados

El pasado viernes 27 de febrero, el diario ”Ultimas Noticias” tituló a toda página ”Un día y otro no hay arroz y azúcar en los anaqueles”. La nota explicaba que en un recorrido por los supermercados de Caracas, se encontraba en muy pocos lugares arroz al precio regulado, y que en otros –destinados a la clase media y alta- sólo había arroz saborizado, integral y parboiled, al doble de precio.

El desabastecimiento de alimentos básicos se viene produciendo desde hace por lo menos dos años, y se acentúa antes de cada contienda electoral. Esta situación provoca descontento y tensiones sociales, especialmente entre los sectores pobres ya que las tiendas de alimentos subsidiados del Estado, Mercal y Pdval no llegan a cubrir todo el país, y también carecen del producto.

El sábado 1 de marzo, el gobierno nacional ordenó la intervención de las plantas procesadoras de arroz hasta tanto exista suficiente cantidad de arroz regulados en el mercado.

La intervención de las plantas es sólo una medida cautelar de control, no implica la administración del Estado de la empresa ni su expropiación, y sólo busca revisar la producción para que se logre abastecer a los mercados del arroz regulado. Las autoridades adelantaron que la intervención cesará en ese momento. También advirtieron que de encontrar irregularidades o indicios de sabotaje al abastecimiento, se podrían adoptar otras medidas, como la expropiación con pago con papeles de deuda del Estado.

El pasado miércoles 4 de marzo, el presidente Hugo Chávez decretó la expropiación de la planta arrocera que la norteamericana Cargill posee en el estado de Portuguesa al constatar la intervención que se estaba violando la Ley de Soberanía Alimentaria.
Chávez comunicó la decisión al canal de televisión VTV tras un contacto directo mientras participaba en un Consejo de Ministros. Además de la expropiación, que dijo se pagaría en papeles del Estado, anunció una investigación judicial sobre la firma.

Arroz saborizado en sustitución del regular

Cabe recordar que el arroz regulado debe ser vendido a 2,33 bolívares fuertes, mientras que el arroz saborizado se vende a 4,5 bólivares fuertes. La diferencia entre ambos es que el saborizado tiene el añadido de un producto químico con un costo ridículo en el volumen de un kilo.

Las empresas privadas sostienen que tienen derecho a procesar el arroz, añadirle gusto, y cobrarlo a un precio ”razonable”. Afirman que envasar arroz regulado es producir a pérdida.

Por ello, estas empresas sólo destinan el 10 por ciento del arroz que compran a los productores para envasar como regulado, y el 90 por ciento restante lo procesan como parboiled o saborizado.

Los voceros de las empresas, especialmente Polar, que produce desde cervezas a alimentos para animales, y propiedad de la familia Cisneros –la segunda mayor fortuna de América Latina tras el mexicano Carlos Slim- lanzó inmediatamente una ofensiva por todos los medios de comunicación para restar responsabilidad en el desabastecimiento, acusar al gobierno de actuar contra la constitución y las leyes, y denunciar que las instituciones del Estado son los mayores acopiadores del grano y por lo tanto responsables del desabastecimiento.

Guillermo Bolinga, asesor legal de la empresa Polar, presentó un recurso de amparo ante el Tribunal de Justicia, alegando que la intervención viola derechos y garantías y que además la medida fue mal ejecutada. Añaden además que con la decisión de promover la producción de arroz regulado –es decir el más barato- el gobierno ”infringe la soberanía del consumidor, puesto que es el gobierno quien decide las opciones de compra y dicta las cantidades que debe adquirir”.

El argumento debería encabezar la lista de los más cínico en defensa del libre mercado y de desprecio por el consumidor, ya que son precisamente las empresas las que dictan las condiciones a sus clientes sobre que tipo de arroz pueden comprar, dejando la opción del más caro, y además castigan con el desabastecimiento a quienes opten por el arroz más puro y barato.

El presidente de Fedecámaras –la gremial empresarial que encabezó el golpe de Estado contra Chávez en 2002 y que llegó a imponer por 36 horas a su presidente como presidente del país- José Miguel González, acusó al gobierno de buscar la instauración de ”régimen comunista” –aclaró sin embargo que no con los métodos de Fidel Castro-, de violar las leyes y la Constitución, de atentar contra la propiedad privada y de comercio.

Anunció que en el futuro se instaurará un ”estado de derecho” y que las leyes chavistas serán anuladas. La única intención del gobierno con la intervención de las arroceras es ”seguir estrangulando al sector privado”. Dijo que se está dejando de producir arroz ”porque lo que genera es pérdida” al tener precios regulados.

El gobierno en tanto ha iniciado una campaña publicitaria para informar el alto costo del arroz saborizado y la decisión de las empresas privadas de volcar casi toda la producción a ese tipo de producto, dejando de lado la oferta del arroz regulado.
Según datos oficiales, las empresas tienen capacidad de procesar unas 7 mil toneladas métricas diarias de arroz, pero sólo empleaban los equipos para procesar 3 mil toneladas, y de ellas, el 91 por ciento era para producir arroz no regulado.

El nuevo ministro de Comercio, y titular del Instituto Para la Defensa de las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios (Indepabis), Eduardo Samán, rechazó los costos de producción presentados por las empresas para argumentar que producir arroz regulado era una pérdida. Samán recordó que las empresas pagan 0,72 bolívares fuertes por kilo, y al mismo tiempo reciben subsidios para el regadío, la electricidad para producir, y otros beneficios fiscales que no contabilizan como reducciones en sus costos. También rechazó que el porcentaje de mercado cubierto por la empresa Polar sea insignificante. La empresa sostiene que apenas ocupan el 6 por ciento del mercado, aunque otras estimaciones lo ubican en 10 por ciento. Samán recuerda que de producir lo necesario, la empresa Polar tendría por encima del 15 por ciento del mercado.

El gobierno parece dispuesto a apretar las clavijas para resolver el problema del desabastecimiento, no sólo del arroz, sino de otros productos de primera necesidad, y algunos no tanto pero de gran impacto en la vida del venezolano medio. Por lo pronto, se anuncian controles para la producción de la harina de maíz, con la que se preparan las arepas –que sustituye al pan en la dieta venezolana-, el papel higiénico, y hasta la producción de automotores. En este último rubro, hay planes de ventas de vehículos nuevos que no logran cumplir con las entregas, y los compradores deben esperar hasta más de dos años para recibir sus vehículos, mientras se crea un mercado negro de compra y venta.

El ministro del Poder Popular para el Comercio, Eduardo Samán dijo el pasado sábado que esta semana se inicia el proceso de fiscalización masiva a nivel nacional de las arepas, con miras a inspeccionar los precios, presentar estructuras de costo ajustadas a la realidad y acordar ganancias razonables. Samán hizo un llamado a las empresas que evaden la regulación bajo subterfugios que pretenden engañar a los consumidores, tal como sucede con la leche pasteurizada que es vendida como supuesto preparado lácteo reconstituido. “Obligaremos a esas compañías a que vendan lo que dicen que venden, es necesario poner la comida al acceso de las personas”, sostuvo.

“Si hacen caso omiso a este llamado incurrirán en el delito de usura y pueden ir presos por ello”, precisó.

ricardher@gmail.com

viernes, marzo 06, 2009

Chávez ordena expropiación de transnacional estadounidense

El Comandante no se anda con medias tintas, ya quisieramos ese carácter para con los banqueros que explotan al obrero con altas tasas de interés..

El presidente venezolano, Hugo Chávez, ordenó este miércoles al ministerio de Agricultura y Tierras iniciar el proceso de expropiación de la empresa transnacional estadounidense Cargill, la cual ha sido acusada por violar las leyes de este país que garantizan el acceso de la población a alimentos de calidad y baratos."Iníciese el proceso expropiatorio a Cargill", expresó Chávez durante una reunión del Consejo de Ministros, con lo que una de la plantas ubicada en el estado llanero central de Portuguesa pasará a control de la autoridades venezolanas apenas salga el decreto firmado por el mandatario nacional y publicado en Gaceta Oficial (boletín).Esta empresa estadounidense fue descubierta por distribuir productos alimenticios como: aceite, arroz, harina, pasta, azúcar, café, leche, margarina, levadura y productos para mascotas, a precios por encima de los regulados por el Ejecutivo.Durante una reunión ministerial trasmitida parcialmente por la televisión estatal VTV, el presidente, además, ordenó el inicio de una investigación judicial contra Cargill.Chávez hizo un contacto en directo con el viceministro de Agricultura, Richard Canán, quien encabezó este miércoles una inspección a la planta procesadora de arroz "Cristal", de la estadounidense, en el occidental estado de Portuguesa.Dicha revisión arrojó, según Canán, que la procesadora de Cargill no produce arroz blanco, sujeto a regulación de precios, sino otras presentaciones del cereal no sujetos al control.También se identificó una "violación en la marcación de precios", ya que los "paquetes de arroz salen de la planta sin la marcación del precio al público", dijo el viceministro de Agricultura.Esa situación, indicó Chávez, constituye una "flagrante violación" a las leyes locales por parte de Cargill, y produjo una aguda escasez de arroz blanco en la región de Portuguesa."Estos (Cargill) están raspados (reprobados) violando las leyes (...) Prepárenme el decreto (de expropiación) porque no lo vamos a tolerar", expresó el jefe de Estado venezolano.Chávez también advirtió a la empresa nacional Alimentos Polar, de expropiarla si continúan con el incumplimiento de las leyes actuales."Si se ponen cómicos (...) los expropiamos (...) nosotros pudiéramos expropiar todas las plantas de la Polar (...) los expropiamos y les pagamos con unos bonos. ¡Esta revolución va en serio!", expresó el presidente."Señor (Lorenzo) Mendoza (presidente de Empresas Polar), si usted quiere pelear con el Gobierno, usted verá, y no es con el Gobierno es con la ley (...) Ojalá la Polar se ponga a derecho, si no se ponen a derecho, advirtió el mandatario.Además, acusó a la empresa de "mentir descaradamente" a la población cuando califican de "atropello" la medida gubernamental de inspeccionar sus plantas procesadoras de arroz."Ellos (Polar) le compran el arroz a menos de un bolívar (0,46 dólares) el kilo a los productores, que nosotros subsidiamos además (...) no sudan ni una gota, lo que hacen es trillar el arroz, limpiarlo, empaquetarlo, y venderlo a 4, 5 bolívares (1,8 ó 2,8 dólares)", el doble del precio regulado, explicó Chávez.

TeleSUR - Efe/PR

http://www.youtube.com/watch?v=9d4IMI0ABsk