viernes, diciembre 23, 2011
Relacion Mexico-Estados Unidos. ¿Injerencia?
http://youtu.be/UB3GMEAEwOU
http://youtu.be/Xna6P--Ydas
http://youtu.be/ory_j6y5Jgo
http://youtu.be/6C90Jiq_INs
http://youtu.be/ETAYgjG-Kfs
domingo, marzo 07, 2010
domingo, enero 31, 2010
viernes, enero 08, 2010
¿Quién decide el precio de la gasolina?
La respuesta al título de este texto es muy sencilla: el gobierno. Pero la pregunta va dirigida a la ley y no a la costumbre. Sí, el gobierno dispone de los bienes públicos, pero eso no es lo señalado en la Carta Magna. Según la Constitución, el Congreso debe aprobar cada año la Ley de Ingresos. Los precios y tarifas del sector público son ingresos precisamente públicos y, por tanto, deben establecerse en la ley, es decir, en un mandato de cobro.
En México no existe el estado de derecho, de tal suerte que el Ejecutivo asume funciones que no le corresponden.Ya sabemos que los precios del gas, el diésel y la gasolina, entre otros, están siendo incrementados con el propósito de elevar ingresos públicos en lugar de cobrar impuestos, por lo cual, con mayor razón el Congreso debería fijarlos como expresión de la política fiscal. Si así fuera, el PRI hubiera tenido que votar con el PAN los aumentos, ya que el viejo partido es incapaz de negarle al Ejecutivo un requerimiento de ingreso, menos aún cuando una parte del botín del asalto que implican tales aumentos va a parar a las arcas de los gobernadores.Pero he aquí que el PRI se ha negado persistentemente a definir en la Ley de Ingresos una política de precios y tarifas del sector público, al menos de la parte sujeta a control presupuestal directo, como es el caso de Pemex y CFE. Cada año se lo hemos planteado y se hace el disimulado. Luego, cuando el gobierno panista hace los aumentos, se hace el enojado. Este juego tiene como propósito, por un lado, no impedir los aumentos y, por el otro, no aparecer como responsable de los mismos.Ahora, el PRI anuncia una iniciativa para radicar en el Congreso la capacidad de definir los precios de gasolinas, electricidad y gas. Pero eso no es necesario. La Constitución ya le otorga al Poder Legislativo esa atribución. Habría que recordar que la violación de la ley se hace desde los años de captura del Estado por parte del PRI. Durante muchas décadas, el presidente de la República en turno ha dispuesto de los bienes públicos como si fuera el dueño de una gran compañía. Calderón lo sigue haciendo, a pesar de la falsa crítica del PAN al viejo régimen de presidencialismo autoritario.La política de precios de los bienes y servicios de origen público es peor que la de los monopolios, pues éstos deben cuidar un cierto nivel óptimo de ventas, pero las gasolinas tienen una demanda menos elástica. El gobierno abusa del monopolio público que debería servir para fijar precios adecuados a la economía en su conjunto en lugar de verlo como un instrumento para sacarle dinero a la gente.En la Ciudad de México se hizo un gran escándalo con el aumento de la tarifa del Metro de dos a tres pesos. La anterior tarifa era ya ridícula para el costo de operación del sistema y la Asamblea Legislativa fue la que tomó la difícil decisión. El problema del pasaje del Metro es que no puede ser incrementado paulatinamente, pues no existe suficiente circulante de baja denominación lo que llevó a un rezago de varios años. Pero al menos que no digan que el aumento del Metro y el de los precios de la gasolina y el gas son lo mismo. Estos energéticos no han dejado de subir de precio y, ahora, el gobierno a las claras nos dice que eso va a seguir en tanto que el Congreso no ejerce sus facultades constitucionales.La contradicción entre el PRI y Calderón sólo fue porque éste aplicó el aumento al combustible antes de tiempo, unos días, pues su compromiso era congelar el precio durante todo 2009 y ni siquiera eso quiso cumplir.Los incrementos de precios y tarifas de bienes públicos, aunados a la subida de impuestos, han traído las consecuencias que ya se esperaban. Pero las mercancías que más aumentan son los alimentos, es decir, otra vez el pueblo paga. Mientras, Calderón, desde Los Pinos, nos augura un buen año 2010, año de la patria.
pgomez@milenio.com
sábado, octubre 24, 2009
¿Paquetazo, o paquetito?

Es un paquetazo en tanto que se busca hacer pagar más a quienes ya están contribuyendo pero se mantienen los privilegios fiscales para los más ricos. El régimen de consolidación de las holdings, apenas modificado, seguirá vigente. La Cámara se ha negado a imponer el pago de derechos a las compañías mineras que se roban los recursos naturales del país. Tampoco discutió siquiera el proyecto que envié desde el Senado para gravar las ganancias de bolsa. La progresividad del impuesto sobre la renta en realidad no ha sido modificada.
En cambio, se aprobó un nuevo impuesto a internet, el cual ya paga el IVA. Todos los países promueven este medio de comunicación y educación, menos Calderón, autor de esta iniciativa, y el PRI, que la apoya sin explicación alguna. El aumento en la tasa y base del absurdo e inconstitucional impuesto al circulante tampoco ha sido explicado por sus autores ni por sus apoyadores priistas.
Sin embargo, la nueva recaudación contenida en el proyecto aprobado por PAN, PRI, Verde y Nueva Alianza, con los votos en contra de PRD, PT y Convergencia, es un paquetito. La cantidad implícita no alcanza más que para amortiguar una parte de la baja de los ingresos fiscales generada por la recesión. Pero no hay ningún plan contra la crisis, sino una respuesta timorata, protectora de privilegios.
El otro proyecto fue el que presentó el PRD. Plataforma tendiente a hacer pagar a quienes eluden su responsabilidad fiscal y a promover un fuerte programa de inversiones públicas productivas: tomar de la esfera de la especulación, de las superganancias de los monopolios y de los actuales gastos innecesarios el excedente para impulsar la economía. Esa es la respuesta correcta a la crisis que vivimos.
La alianza entre el gobierno y el PRI nos muestra una anomalía política. En las recientes elecciones el PRI fue votado más que ningún otro partido, pero no para realizar una alianza antipopular con el PAN, sino para promover cambios. Los electores del PRI han sido defraudados.
La patronal, por su lado, no quiere el mínimo aumento de la tasa máxima al ingreso en 2 puntos porcentuales, el cual difícilmente va a pagar, y tampoco está de acuerdo con la pequeña mordida al 40 por ciento durante 2010 a los impuestos retenidos por las holdings durante muchos años. Rechaza también el incremento del IEPS, en lo que tiene razón pero no por los argumentos apocalípticos que expone.
Al final, el paquetazo fiscal (paquetito en cuanto a su capacidad recaudatoria) va en el sentido de cobrar más a quienes ya pagan y mantener los privilegios de quienes no pagan. Este contenido marca toda una política gubernamental, asumida por el PRI en contra de sus propias promesas de campaña. En realidad, los nichos fiscales de privilegio los construyó el PRI cuando gobernaba.
La izquierda tiene la razón: hay que luchar contra la recesión y a favor de abolir los privilegios fiscales de un país con una fiscalidad endeble y atrasada.
pgomez@milenio.com
viernes, septiembre 25, 2009
Los traspiés perdidos de Calderón
Acción Nacional prometió terminar con los privilegios. Ya se sabe que el PAN siempre estuvo de acuerdo con el sistema social, pero criticó desde su nacimiento el sistema político, aquel que genera una cierta clase de privilegios que se desprenden del grado de poder del privilegiado. Esa crítica era una posición panista dentro de la tradición liberal. La vida llevó al PAN por una senda diferente.Todos los privilegios fiscales, heredados de décadas de abusos priistas, se han mantenido durante los nueve años de poder panista.
El charrismo sindical está más fuerte que antes y la evidencia más lacerante es el magisterio nacional, extendida ahora a la Secretaría de Educación Pública y al ISSSTE, pasando por la exoneración del Pemexgate en cuanto a los líderes del sindicato petrolero. El Estado de policía, tan criticado de palabra por el PAN, es ahora impulsado por Felipe Calderón en persona, en detrimento del Estado de las libertades, que pierde terreno paso a paso, no obstante que siempre ha sido en verdad precario. Los monopolios siguen tan campantes, no sólo los puramente económicos sino también el duopolio de la televisión, que oprime los cerebros de los mexicanos y cancela la creatividad cultural de la sociedad mexicana.No se ha producido ningún cambio. El PRI lo festeja y le saca el mayor provecho. Como el PAN es más de lo mismo, muchos han volteado al modelo original con indulgencia al pasado, lo cual adquiere sentido frente al gran fraude histórico del panismo.Después de tantas luchas, de tantos sacrificios (en sentido involuntario), de tanta crítica y de tantos fracasos históricos del Estado mexicano, Calderón nos receta las mismas conductas, el mismo método de análisis con el que se ubica al poder en el centro de la nación sin la menor consideración por el pueblo, la sociedad, la gente o como se le quiera llamar a eso que tanto se invoca y en cuyo nombre se dice actuar.El balance de los últimos nueve años es la continuidad, la persistencia en la injusticia y la desigualdad. El flamante procurador general de la República dijo ante la comisión del Senado que le examinó que el enemigo de México es la delincuencia. Eso refleja la concepción dominante en el gobierno. Se olvida así que los mayores enemigos son la pobreza y las monstruosas desigualdades sociales. La crisis del Estado mexicano, desde el perverso esquema de distribución del ingreso hasta el componente de seguridad, es el testimonio del daño causado por el continuismo priista impulsado por el Partido Acción Nacional en el gobierno.Los traspiés de la derecha son pasos perdidos. El PAN acusa en la Cámara a Salinas de Gortari por la corrupción, atestiguada recientemente por Miguel de la Madrid, pero no es capaz de condenar a los Amigos de Fox y ni siquiera el Pemexgate. Tampoco ha intentado hacer algo contra el tal Salinas por los robos tan descarados que se realizaron entonces. Ya no hablemos del desafuero de López Obrador, obra grotesca de la alianza del PAN con el PRI, pero hablemos del aumento del gasto burocrático, tan condenado por el PAN durante 70 años; hablemos del uso faccioso de la procuración de justicia, hablemos de las venganzas, ya no sólo políticas sino del rescate del principio de autoridad en el caso de Jacinta Francisco y dos de sus compañeras, quienes siguen en prisión porque la policía las culpa del secuestro de seis agentes, para vergüenza de México en el mundo, pasando por la monstruosa venganza contra los líderes de Atenco, condenados por lo mismo a más de 50 años de prisión en una cárcel para narcotraficantes. ¡Qué podredumbre!
pgomez@milenio.com
lunes, septiembre 21, 2009
Pablo Gómez exhibe a Arturo Chávez Chávez
En estos momentos, comparece ante el Senado el propuesto titular de la PGR, Arturo Chávez Chávez; quien fue ampliamente cuestionado por el senador perredista Pablo Gómez, quien le preguntó: ¿Que clase de ordenes aceptaría del señor presidente?, y de inmediato lo que interrumpieron legisladores panistas y priístas para distraer la respuesta que no llegó “concreta”, como lo había pedido el propio Gómez.
Pablo Gómez, dijo que si considera que la PGR forma parte de la federación, a lo que Arturo Chávez Chávez, dijo que sí.Gómez le pidió a Chávez Chávez que diera una definición de lo que es el control del delito, a lo que el propuesto Procurador respondió que el "delito no se controla, se combate". Sin embargo, Pablo Gómez le aclaró que el tema de control del delito lo sabe cualquier persona con minimos conocimientos en criminología lo conoce, y agregó: "Yo hablaba de delincuencia, no de delincuentes, veo que no conoce el concepto, entonces no le puedo hacer la siguiente pregunta..."Después de confirmar que Arturo Chávez desconocá la respuesta, le aclaró: "Yo no le puedo dar una clase"Después, Gómez pidió una efinición sociológica de "delincuente", a lo que Chávez respondió: "Es el que realiza una conducta antisocial"Pablo Gómez remató diciendo: "no la sabe".
http://www.youtube.com/watch?v=bec_-iFBeII
sábado, junio 13, 2009
Subrogaciones y ofensas

Pablo Gómez
Las guarderías infantiles del Seguro Social son las mejores de México. Desde el diseño arquitectónico hasta la capacitación del personal, no hay algo mejor. Pero las guarderías subrogadas del Seguro Social, aquellas que son instaladas por influyentes que consiguen que el IMSS les pague por guardar niños, se encuentran entre las peores. ¿Por qué?
La respuesta es muy sencilla. Los gobiernos priistas y, después, panistas, han considerado que el Seguro Social no debe construir y administrar guarderías infantiles porque son muy “caras”, tanto que son muy buenas.
En especial, se trata de disminuir el número de trabajadores del IMSS, considerados como demasiado onerosos para el Estado y, por tanto, ingratos e indeseables. Se ha optado por la salida fraudulenta: firmar contratos con influyentes que dicen saber del cuidado y educación en el nivel de temprana edad. Todo eso no es más que negocio y negocio, donde los que menos importan son los derechohabientes y sus hijos.
La tragedia de Hermosillo es resultado de una política de desmantelamiento de lo público, privatización de funciones de las instituciones sociales, promoción de negocios entre los amigos y amigas, degradación de la calidad de los servicios y corrupción de las políticas públicas.
No lo digo hoy, ante la tragedia, sino que he votado durante años en contra de las subrogaciones, verdaderos atracos.
Las autoridades municipales de Hermosillo son también responsables de haber autorizado un establecimiento para la atención de niños y niñas, quienes no se pueden mover solos, en un lugar por completo inadecuado. No les importa nada. Además, no había en el lugar ningún control de protección civil, responsabilidad tanto de las autoridades del IMSS como de las del estado de Sonora.
Ahora, Calderón quiere cárceles privadas. Esos reclusorios son los de mayor violencia en Estados Unidos. Además, no son cárceles sino empresas privadas donde los presos no son trabajadores, carecen de todos los derechos laborales, son esclavos. Ah, pero ¡qué buenos negocios! Vimos una serie de HBO, producida por Argos, sobre una cárcel de mujeres llamada Capadocia: habría que enviarle una copia a Calderón, aunque no tendría, creo, el menor efecto.
El problema de las cárceles mexicanas es inmenso, tanto en las “normales” como en las de “alta seguridad”. El Chapo se fue de una de éstas el día que quiso. Pero la privatización no va a resolver el problema sino que lo va a agudizar. La cárcel-taller tiene que ser una solución de la esfera de lo público, tal como la cárcel-escuela. Llamar a los empresarios privados a hacerse cargo de las prisiones es como llamar a los pseudo educadores a tomar las guarderías. Ya lo hemos visto, ¿quieren más?
Por cierto, ese sistema de subrogaciones no sólo funciona en el IMSS sino también en el gobierno federal, en especial en la Sedesol con más de ocho mil. Las guarderías de las que tanto presume el PAN en sus anuncios electorales son subrogaciones a través de las cuales el gobierno se quita un problema, abarata costos y promueve negocios privados. Todo, sin importar la pésima calidad de los servicios. La destitución del delegado del IMSS tendría que continuar hasta arriba, pues el de Sonora no era más que un funcionario medio. No basta el minuto de silencio guardado ritualmente en las instituciones del Estado, hace falta el valor de decir que basta de negocios sucios y degeneración política. ¡Cuán ilustrativo de todo esto es el falso dolor expresado por Calderón!
pgomez@milenio.com
viernes, abril 24, 2009
Amnistía

Pablo Gómez
La amnistía es el procedimiento de olvido judicial por mandato de ley. Se trata, en efecto, de una decisión de carácter político para resolver un problema de la misma naturaleza. ¿Alguien puede suponer que el movimiento de Atenco no sea justamente de carácter político?
Sin embargo, algunos de los principales dirigentes del Frente de Defensa de la Tierra están en una prisión de alta seguridad, condenados a decenas de años, como si se tratara de delincuentes. Es necesario recordar que el movimiento de Atenco fue victorioso en la medida en que impidió la expropiación de tierras ejidales para la construcción de un nuevo aeropuerto. En aquel entonces, el gobierno del Estado de México negoció con los atenquenses que resistían y puso en libertad a los detenidos, a cambio de la entrega de algunos funcionarios. Fue un pacto político dentro de un conflicto político. Sin embargo, los presos de Atenco se encuentran en la cárcel por delitos que, se dice, fueron cometidos en ese entonces, lo que sólo revela la actitud de traición de las autoridades que habían llegado a unos acuerdos que, después, violaron.
También están encarcelados ésos y otros presos políticos por supuestos delitos cometidos durante el bloqueo de una carretera. Este tipo de conductas se sanciona en casi todo el mundo con algunas horas de arresto, pero en México se llama ataques a las vías de comunicación y se castiga con años de prisión.
A pesar de la cobardía de la Suprema Corte al no señalar con sus nombres a los responsables de la violación de derechos humanos en Atenco, al menos ese tribunal admitió que tal violación se produjo y que fue grave. No obstante, las autoridades políticas y los jueces ni siquiera se inmutaron. Las víctimas siguen siendo presentadas como victimarias: típico esquema del despotismo de todos los tiempos.
Los integrantes del movimiento popular de Atenco no son delincuentes. Esto es incontrovertible. Sus acciones han sido siempre de respuesta a actos oficiales considerados injustos y agresivos. No obstante, el aislamiento político de tal movimiento ha sido una oportunidad para que el autoritarismo priista y panista alcance niveles inauditos. Ni en 1968 se atrevió el gobierno a mandar a dictar sentencias tan absurdas aun cuando la lista de los delitos atribuidos a los dirigentes de entonces empezaba con el de homicidio.
Jueces de consigna, presionados por procuradores inescrupulosos, han construido en el caso de Atenco un nuevo monumento al uso faccioso de la justicia penal. Calderón ha insinuado que quiere la libertad de los presos políticos de Cuba y jamás ha dicho una sola palabra en relación con los presos políticos de México, los cuales ascienden a cerca de medio millar.
Como los presos de Atenco enfrentan procesos penales federales y locales, se requieren decretos legislativos simultáneos. Los representantes populares no deberían seguir viendo, impasibles, cómo se usa el poder para aplastar a disidentes. No es cierto que el viejo régimen político mexicano haya sido superado. Hoy, como en tantas otras ocasiones en nuestra historia, la amnistía debería ser una bandera de lucha para reivindicar la libertad política de los ciudadanos.
pgomez@milenio.com
domingo, abril 05, 2009
G-20 ante el mundo
Pablo Gómez
“Hacer todo lo que sea necesario” para recuperar las economías del planeta es el gran acuerdo de los veinte Estados que representan el 80 por ciento de la economía mundial. No es poca cosa que se hayan reunido tan poderosos personajes pero tampoco lo es que la crisis en curso haya golpeado a todos los países.
La conclusión no tiene peso económico más que por cuanto el fortalecimiento del FMI y el Banco Mundial –instituciones formadas para otra época y para otra situación–, lo cual tiene por objeto garantizar que los países con problemas de pago cuenten con dinero suficiente para pagar, es decir, que los pobres no dejen de cubrir sus obligaciones con los ricos mediante nuevos préstamos que algún día tendrán que pagar. México ya lo ha hecho, sin necesidad alguna, al anunciarse que hay en el FMI 45 mil millones de dólares para ser usados si acaso la situación lo hace inevitable, lo cual, por cierto, tranquilizó un poco al mercado cambiario, por ahora.
En cuanto a la cancelación de los paraísos fiscales –demanda de los gobiernos de Francia y Alemania— se espera una regulación, cualquier cosa que tal expresión indique, pero de seguro que van a seguir existiendo. Parece que Brown siguió el texto convenido de “la era del secreto bancario ha terminado”, pero agregó de su cosecha una exageración: “Esto es el principio del fin de los paraísos fiscales”. No es fácil que lo del secreto bancario se lo vayan a tomar muy en serio los financieros de la ciudad londinense, los parlamentarios franceses y los banqueros suizos, para no poner énfasis en los financistas del gobierno mexicano. La verdad es que el capitalismo no puede ser reformado –nunca lo fue— sin movimientos sociales y políticos poderosos, capaces de obligar a los Estados a entrar en negociaciones serias.
En realidad, Obama no logró lo que se propuso: inversión pública en Europa a costa de un mayor déficit público. Pero tampoco México se sintió presionado por el mandatario estadunidense, pues Calderón no ha dicho nada sobre la exigencia de aumentar el gasto gubernamental en infraestructura productiva.
En realidad, es natural que no haya acuerdo sino sólo líneas de entendimiento sobre puntos concretos. La intervención del Estado en la economía no es poca cosa para las derechas de todos los países. Mientras el llamado mercado no puede eludir su responsabilidad en la crisis actual y los grandes excedentes de capital han sido sin duda los generadores principales de la recesión y la bancarrota de bancos, las derechas no quieren que el Estado perturbe el capitalismo, aunque plantean que éste funcione bien. Ah, los paraísos fiscales son el problema, dice Sarkozy, lo que no es cierto en general pero sí lo es en alguna medida.
En cuanto a regular los riesgos, la verdad es que eso sí tendrá que hacerse pero sería una decisión de doble filo, que crearía inspectores tanto sobre los grandes fondos como sobre préstamos a las pequeñas empresas.
Hemos tenido una cumbre llena de fotos y con magros resultados, pero eso ya lo sabía todo mundo, digo, el mundo.
pgomez@milenio.com
jueves, marzo 26, 2009
"Con ustedes ¡sí se puede!"
La multitud empezó a reunirse frente a la entrada principal del Palacio Legislativo de San Lázaro desde más de una hora antes que diera inicio la reunión con el presidente legítimo de México. La oscuridad presagiaba una fuerte tormenta, los vendedores de impermeables aparecieron casi simultáneamente con las primeras gotas de lluvia. El agua, lejos de hacer que la gente buscara algún refugio, fue ignorada ante los preparativos del personal de logística que a las cuatro en punto comenzaron a acomodar el camión-templete. Todos estaban atentos a la oportunidad de encontrar el lugar más cercano a donde, minutos más tarde, Andrés Manuel López Obrador estaría frente al micrófono.
Raymundo Cárdenas Hernández, diputado federal del PRD por el estado de Zacatecas, hizo uso de la palabra para dejar en claro la inmoralidad del hecho que los funcionarios públicos reciban salarios sin relación ni proporción con la situación económica de los demás mexicanos. Hizo un llamado a cambiar el modelo económico, ya que después de veintiséis años no se han generado ni empleos ni ha crecido la economía nacional.
Andrés Manuel López Obrador colocó el micrófono en su base y agradeció a los miles de personas que lo escuchaban. La multitud reunida siguió con sumo interés las palabras del presidente legítimo, quien exigió que se apruebe la iniciativa de Ley sobre Salarios Máximos. Mencionó el divorcio que existe desde hace muchos años entre la clase gobernante y el pueblo, de cómo el quehacer político es sinónimo de corrupción, prepotencia y cinismo. Los funcionarios no sólo se enriquecen con la mafia del dinero y de la política sino que además cobran del presupuesto público: "Que les pague Salinas, que les pague Roberto Hernández, que les pague Claudio X. González. Que les paguen sus jefes, ¿por qué utilizar dinero del presupuesto para pagar sueldos elevadísimos y para mantener privilegios a la llamada clase gobernante?".
Se puede ahorrar eliminando múltiples partidas presupuestales con las que se benefician los altos funcionarios: "... el fondo de ahorro especial y de gastos médicos para atención en hospitales privados de la alta burocracia. Cancelando las pensiones millonarias a los expresidentes de México. Eliminando la entrega de bonos discrecionales, la compra de vehículos para altos funcionarios, los gastos de representación, los viáticos, la remodelación de oficinas, la renta de oficinas alternas, los boletos en primera clase y los gastos de vestuario. Reduciendo drásticamente las partidas de publicidad, de servicios telefónicos, celulares, fotocopiado y papelería, alimentación de funcionarios, servicios de asesoría, donativos, combustibles, arrendamiento de inmuebles, fideicomisos, entre otras."
Mientras el presidente legítimo de México hablaba frente a los ciudadanos, un personaje apareció en silencio por atrás de la gente reunida arriba del templete. Las oscuras cejas de Pablo Gómez enmarcaban la furtiva mirada del senador, a quien no habíamos visto en una asamblea con Andrés Manuel López Obrador desde el jueves 23 de octubre, un día antes de que muchos de los indignados ciudadanos del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo lo llamaran traidor por haber votado a favor de la Reforma Energética.
Al final de la reunión Andrés Manuel López Obrador aprovechó la oportunidad y dio lectura a la carta que le dirigió a Hillary Clinton, Secretaria de Estado de los Estados Unidos de América, de visita en el país desde ese día.
La asamblea concluyó cantando todos el Himno Nacional, ahora con la participación al micrófono de Raúl Martell, no sin que antes Claudia Sheinbaum mencionara las fechas, horas y lugares en donde se llevará a cabo los próximos días la gira de Andrés Manuel López Obrador por las 16 delegaciones políticas de la Ciudad de México.
La gente se reunió alrededor del automóvil en donde abordo se encontraba Andrés Manuel López Obrador. Una larga valla humana acompañó el blanco vehículo hasta la esquina de la calle Emiliano Zapata, donde finalmente se alejó entre los vítores de la multitud.
viernes, febrero 27, 2009
¿Hasta dónde llegaremos?

En el verano, dice Calderón, habrá pasado lo peor. ¿Por qué y para qué decir eso? Nadie lo sabe. Quizá se actúa con la idea de que es función del gobierno “tranquilizar los mercados”, pero a partir de tal declaración y de otras peores, los mercados siguen mal. Los dueños del dinero le creen más a sus propios cálculos, normalmente fríos, que a las peregrinas declaraciones de los políticos, a quienes, por lo demás, desprecian.
El campo de las inversiones se ha reducido debido a un problema de realización, es decir, de generación de ganancias. Esto se debe a varios factores conjugados pero todos ellos ciertos. No son discursos sino realidades. Hacia finales del año pasado, la economía mexicana se estaba literalmente cayendo: empleo, producto interno, exportaciones, inversión extranjera directa, remesas, ingresos petroleros. Ahora conocemos los datos definitivos, pero a principios de enero las cosas ya estaban claras: catastrofistas, respondieron Calderón y el PAN, pero no arreglaron nada con sólo decir que estábamos mejor que otros países y que la economía mexicana sí iba a tener crecimiento en 2009: todo falso.
Yo he propuesto un plan de inversiones públicas por un billón de pesos (un millón de millones) para dos años, a través de una ley de impulso a la economía productiva que podría ayudar en alguna medida a atemperar la recesión que ya no es una frase sino una realidad. Pero sólo he recibido silencio del gobierno y, para mayor desgracia, de la prensa.
Calderón no ha enviado al Congreso ningún plan económico. Él, solo, sabe lo que dice, o sea, se entiende consigo mismo. Casi no hay otro país en el mundo en donde el gobierno actúe de tal manera. Por ello, desde el Congreso se podría hacer una convocatoria, una reforma del gasto público, un esfuerzo para promover las inversiones que se están desplomando a través de toda la economía nacional.
Al gobierno sólo le interesan dos cosas: la estabilidad de las finanzas públicas y que la banca no se desbarranque: gran error. Ni el Estado debe, en tiempos de crisis, tener el mismo balance de antes ni la banca podrá evitar un cierto nivel de quebranto. Frente a esta situación es necesario responder según la realidad y no según un deber ser imposible. Pero esto es lo verdaderamente imposible por parte de un gobierno sin la menor responsabilidad frente a su país.
No sabemos de cierto hasta dónde llegaremos. Lo que sí podemos saber es que sin una nueva política económica no se podrá defender la economía en todos sus componentes. Y, como parte de lo nuevo, el Estado debe invertir mucho dinero, ya que los capitalistas no pueden hacerlo debido al estrechamiento del campo de las inversiones. Sin inversión no hay crecimiento ni se puede defender el empleo. ¿Quién supone Calderón que va a invertir en el nivel mínimo necesario? Eso no nos lo contesta nadie ya que es verdaderamente imposible saberlo: autismo político, se llama.
pgomez@milenio.com
sábado, febrero 14, 2009
Los Gastos Secretos del Presidente, Caja negra del presupuesto nacional

viernes, febrero 13, 2009
Catastrofismo y catástrofe

El primer punto es que la recesión ya está admitida por todos. Sin embargo, Calderón sostiene que se trata sólo de un reflejo de la recesión en Estados Unidos, la cual –se piensa– es producto de una falta de regulación y un mal manejo de los mercados financieros. Esto no parece ser del todo cierto.
Los grandes negocios financieros que precedieron a la crisis fueron provocados por una sobre liquidez incontrolada, es decir, la existencia de valores de capital mucho mayores que los aplicables en la inversión productiva. Las súper ganancias no pudieron ser usadas en las mismas ramas de la economía donde fueron generadas y tampoco en otras, de tal manera que la liquidez fue lanzada hacia la esfera de la especulación con una desesperada colocación improductiva y, por tanto, circular de los capitales-dinero que volvían siempre a los mismos mercados especulativos. Aquí tenemos un problema de la estructura social.
El problema de México no sólo consiste en la disminución del consumo en Estados Unidos, donde se vende casi el 20 por ciento del PIB mexicano, sino en el estancamiento de la economía que lleva ya demasiados años, por lo que éste no es coyuntural. Lo que se requiere ahora es revisar el modelo económico y no sólo tomar medidas de emergencia que en poco podrían aliviar los efectos de la crisis.
Uno de los temas centrales es el papel del gasto público en el crecimiento y en la reindustrialización del país. Esto es lo que niega Calderón. Sin embargo, lo que hoy debe hacer el Estado mexicano es aumentar la inversión pública productiva de acuerdo con un plan de reactivación de la producción y fomento del mercado interno. El factor externo no podrá ser ahora una esperanza. Es el tiempo de volver los ojos hacia adentro.
El planteamiento concreto es invertir cada año, durante 2009 y 2010, por lo menos unos 500 mil millones de pesos adicionales a lo ya presupuestado, para lo cual se debería recortar gasto corriente, hacer uso de fondos congelados, canalizar los subejercicios y acudir al financiamiento por otros dos puntos porcentuales del PIB. El déficit público se ubicaría en unos cuatro puntos del producto (1.8 ya presupuestado y 2 agregado), lo cual resulta recomendable bajo la crisis (sacar capital-dinero de la especulación para destinarlo a la producción), pero también, en general, como instrumento de crecimiento económico sin reducir el gasto social.
Sí, hay una catástrofe, la que gestó el neoliberalismo paso a paso, la que resulta de los dogmas impuestos a muchos países pobres desde los países desarrollados. La economía mexicana está desarticulada, estancada, desfigurada. Lo que impera es el empleo informal mientras que se ha desindustrializado al país y el campo vive en la ruina.
La catástrofe viene de antes pero ahora está a la vista de todos, excepto del gobierno. Esto es lo injustificable. No se logrará nada descalificando a los llamados catastrofistas mientras la catástrofe se nos viene encima.
pgomez@milenio.com
viernes, febrero 06, 2009
Prepotentes

Antes, cuando los spots de los partidos se compraban a puños a nuestra insigne televisión, eran presentados por Televisa y Azteca como una obra magnífica, entrometidos aun en telecomedidas y toda clase de emisiones de alta difusión. Ahora, que está prohibido a los partidos comprar los llamados spots, éstos son algo horrible, execrable, inmundo, impertinente. Así, las dos grandes empresas de la televisión interrumpen los espectáculos deportivos con los horribles spots políticos, transmitidos bajo fuerza de ley, es decir, sin pago.
Este es un lío entre el Congreso y el duopolio. Los legisladores le han quitado a las empresas de la televisión una parte de los recursos que el Estado destina al gasto de los partidos pero las televisoras –iracundas, ésas sí—se toman su venganza encarando a los espectadores con la ley. Mas es el Estado quien tiene que encarar a las empresas concesionarias de los bienes públicos con el instrumento de la ley y obligar a éstas a respetar los mandamientos legislativos
Los spots políticos ensucian la pulcra y culta programación de nuestra insuperable televisión privada. Pero la suciedad ha sido proclamada por quienes hoy no pueden vender lo mismo que antes presentaban orgullosamente como expresión de pluralidad y democracia; claro, bajo facturación, nada rigurosa, por cierto. Cuando los políticos hablaban con los dueños de las televisoras, éstos les ofrecían a aquéllos sus tiempos, les elaboraban paquetes que siempre incluían anuncios no pagados bajo la cobertura de los programas noticiosos. Todos estaban contentos, incluso los conductores de los programas noticiosos quienes se llevaban su buena comisión. Hoy, dueños y empleados de las empresas de televisión se lanzan contra la ley, sencillamente porque no ganan.
Antes, las emisiones de los partidos eran transmitidos a las 12 de la noche aunque el IFE los programaba en horas de mayor audiencia, tal como señalaba la norma. El gobierno cedía siempre. El IFE no podía reclamar porque no había autoridad a quien recurrir.
El dinero –patria de quienes se enfrentan hoy al Congreso y a la ley—es más necesario cuando la publicidad comercial –auténtica basura que nos tragamos día con día—es más escasa que antes por efecto de la crisis económica.
Cuando vino la reforma constitucional que declaró que todo el tiempo electoral será parte del tiempo del Estado, los concesionarios protestaron, pero éste no es ahora mayor. ¿Por qué tanta protesta? Los millones de spots oficiales son ahora los mismos que antes, pero sustituyen a los que eran de paga. Menuda diferencia.
López Dóriga responde a una intervención mía en el Senado. Dice que intenté ofenderle pero él me llama “iracundo”, “intolerante”, quizá porque afirmé que él es un empleado, lo que bajo ninguna circunstancia admito que sea un insulto. El empleado de Televisa no responde a mi crítica pero anuncia que yo no le intimido. Bueno, eso lo sé de siempre; la cuestión es que él sí me intimida porque tiene la gracia de hablar a una quinta parte del país casi todos los días… en vivo, en directo y a todo color, sin derecho legal de réplica. Todavía.
pgomez@milenio.com
viernes, enero 02, 2009
Congreso fracturado

Un ejemplo de lo anterior es el proyecto de reforma constitucional sobre los sueldos de los servidores públicos de todo el país. Es evidente que el Estado no puede funcionar sin una regulación, ya que hemos visto que los ayuntamientos —todos son pobres— deciden los sueldos de los integrantes sin más regla que un acuerdo. Hay muchas otras instituciones en las que sus miembros se asignan el sueldo que quieren.
El proyecto para regular los sueldos no sólo define un máximo, sino también cancela todas las ministraciones ilegales que se han autorizado en muchas instancias públicas sin el menor control parlamentario. Cada entidad federativa del país emitiría su propia ley de sueldos bajo las nuevas reglas constitucionales, de tal manera que el Poder Legislativo recuperaría una de las funciones esenciales que adoptó desde su surgimiento.
Este proyecto contó con el apoyo entusiasta del Senado, pero durante dos años ha estado archivado en la Cámara de Diputados, cuya composición no es tan diferente. ¿Cómo pueden el PRI y el PAN votar a favor de tan importante cambio legislativo en una cámara y bloquear en la otra ese mismo proyecto durante tanto tiempo y sin argumento público alguno? No existe explicación dable, como no sea que la iniciativa provino del PRD.
El otro problema es que si no existen argumentos en contra, tampoco puede haber un debate, de tal suerte que el asunto ya casi no se menciona, mientras que el Senado —la cámara de origen— no reclama absolutamente nada a los diputados.
¿Por qué se recurre al bloqueo parlamentario? Es sencilla la respuesta: para no tener que manifestar en público los motivos del rechazo. La congeladora legislativa es un instrumento de la corrupción, la despolitización del pueblo y el monopolio de la función pública por parte de una casta.
Existe una iniciativa de reformas para obligar a las cámaras a votar los proyectos procedentes de la colegisladora, aunque no haya dictamen de comisión y siempre que hubiera transcurrido un tiempo prudente, digamos dos meses. Pero esta propuesta no es aceptada por PAN y PRI sin dar tampoco la menor explicación sobre su negativa.
Cuando una cámara se niega a discutir algún proyecto de la otra, en realidad se viola la Constitución, la cual no admite ninguna forma de bloqueo más que el voto de los legisladores. Evitar la discusión es fracturar al Congreso, que, aun cuando tiene dos cámaras, es un solo órgano legislativo. Al decir que el bloqueo de minutas es inconstitucional tal afirmación no logra más que acentuar el defecto ante el cinismo de la mayoría. La única forma de resolver este gran problema es hacer obligatoria la discusión y votación de los proyectos de la colegisladora, con o sin dictamen de por medio.
Feliz año nuevo.
viernes, diciembre 26, 2008
Robo en despoblado

El diferencial anual entre la inflación y el incremento de los salarios mínimos es mayor a dos puntos porcentuales. Esto es un robo en despoblado. De por sí, haber igualado un aumento con otro hubiera sido un atraco, pues la inflación, durante el año, va carcomiendo el salario y esa disminución mensual real del ingreso no se compensa nunca. Pero bajar los salarios en el saldo anual es una verdadera grosería.
¡Qué sangre tan fría puede tener un gobierno al imponer una disminución de los salarios! Y que no se diga que el mínimo sólo opera para menos de la cuarta parte de los trabajadores, ya que todos los salarios están calculados con la misma base, incluso los llamados profesionales. Al cabo, también los contractuales se comportan de la misma forma ya que éstos van a tomar en la práctica el tope porcentual de los mínimos.
La inflación está al doble de lo esperado por las autoridades, lo cual no es nuevo. Pero esto tampoco justifica el robo a los trabajadores.
Las cosas están mucho peor si se analiza el incremento de los alimentos —13.4 por ciento en el año—, ya que la mayoría de los asalariados utiliza su ingreso en comprar principalmente comida. Medido así el problema, la disminución salarial alcanza 10 por ciento en términos reales. ¿Qué hace una familia cuando tiene que comer una décima parte menos que antes? Pero, el gobierno, frío. Eso sí que es no tener madre.
Cuando iniciaba el año que ahora agoniza vimos a nuestros insignes periodistas de la derecha burlarse de la afirmación de los legisladores del PRD en el sentido de que el llamado gasolinazo iba a traer consecuencias graves. En enero, dijeron que tal afirmación había sido alarmista y sin fundamento alguno. Durante el año, los precios de la gasolina y el diésel han seguido aumentando, aunque en el extranjero han venido disminuyendo. Ahora, el combustible es más caro en México, pero el gobierno no toma ninguna decisión porque está manipulando el monopolio del Estado, pero no Pemex, sino la Secretaría de Hacienda, la cual impone los precios de los bienes públicos de la manera más arbitraria y desconsiderada. ¿De qué se burlaban aquellos periodistas? Pues de ellos mismos. Vean cómo está hoy la inflación y cómo están los salarios.
Ahora, el Banco de México nos dice que hay que apechugar las pérdidas salariales y esperar que el año próximo la inflación no rebase 3 por ciento. Es la tesis de la cúpula patronal en el sentido de que los incrementos salariales deben hacerse según la inflación esperada, pero nunca con base en los aumentos de precios anteriores. Esta retrógrada tesis pretende justificar el robo en despoblado, más aún cuando el pronóstico oficial de la inflación suele ser menor que la real.
En Estados Unidos hay una fuerte tendencia hacia la deflación de precios. En México, la recesión se presenta junto con el flagelo de la inflación. Es decir, que no era cierto aquello que dijo el gobierno de que la pulmonía estadunidense iba a ser un catarro en México. El próximo año no habrá crecimiento de la economía mexicana y la inflación será una superganancia de los grandes capitalistas: la defensa de los poderosos y la ruina de los creadores de la riqueza, los trabajadores.
pgomez@milenio.com
domingo, diciembre 21, 2008
El PRD en peligro
Por: Pablo Gómez
La alianza entre Convergencia y el PT es del todo natural tanto comoesperada. El gran problema del PRD no consiste en su incapacidad parahacer alianzas electorales sino en él mismo. ¿Cuántosahuyentados votantes perredistas podrían brindar su voto al PT oConvergencia, y cuántos –muchos más– no asistirían alas urnas ante la ausencia de una opción plenamente votable?
La crisis del PRD no se ha producido en el FAP sino en la reticencia delpartido a ser una opción política nacional, enfrascado en unariña sin perspectiva de país. La actual dirección perredista–producto de la inclusión de grupos y la exclusión delíderes políticos-- considera que su papel es estar en losacuerdos con el PAN y el PRI, pero una oposición de verdad sueletener una propuesta propia y, por tanto, no debe admitir que los otrosgobiernen mejor con su propio auxilio. Ayudar a Calderón a mejorarsus lazos con el PRI o sustituir a éste no parecen ser estrategiasque convoquen, ya que la gente que puede votar por la izquierda busca unverdadero cambio pero no auspiciar el funcionamiento de un sistemapolítico corrompido, antidemocrático y anacrónico dentro delcual no hay respuestas a los grandes retos nacionales.
El problema del PRD es que se está convirtiendo en un fin en símismo a costa del abandono de sus bases no clientelares, aquellasintegradas por personas que buscan transformaciones profundas. Losprincipales grupos que se enredan en la conducción del PRD juegan elmismo papel en la búsqueda de posiciones –todo se lo reparten--pero carecen por igual de una propuesta. Tales agrupamientos carecentambién de autoridad política, es decir, aquella que se basa en elprograma, en la ética, en el carácter opositor de un partido hechopara los grandes cambios antes que para cualquier otra cosa. Estedefecto se nota más cuando ha llegado una crisis que reducirá elingreso de la mayoría de las familias y elevará el desempleo. Elsistema partidocrático que buscan PAN y PRI es aceptado por esadirección perredista que hace de las negociaciones el lugarprivilegiado y casi único de su actividad. Son notorias la falta depropaganda perredista y la ausencia de movilizaciones populares conreivindicaciones precisas. El PRD se encuentra en peligro de dejar deser opción política para convertirse en parte de un sistema denegociaciones oscuras y circunstanciales.
Quien se encarga de hacer propuestas y convocar a la gente es AndrésManuel, pero lo hace al margen del PRD como tal y con unos aliadostácticos que tampoco poseen una plataforma propia sino que buscanante todo el apoyo de las bases lopezobradoristas para aumentar supresencia en la Cámara, lo cual no cambiaría en nada lasituación del país.
La incapacidad de Andrés Manuel para tomar la dirección del PRD,sus extraviadas alianzas internas insostenibles y sus insanas relaciones externas han aumentado el peligro, más aún cuando AMLO confunde el tener una propuesta propia con el rechazo a cualquier posible acuerdo puntual con partidos adversarios. Mas el error principal de Andrés Manuel es considerar traidor a todo aquel que discrepa de su política, lo cual a corta su influencia y proyecta una imagen de intransigencia e intolerancia que no le ayuda en nada a volver a ser una opción viable. Todo puede cambiar pero el tiempo apremia.
pgomez@milenio.com
INFÓRMATE! NOS HACE DAÑO NO SABER...
viernes, agosto 04, 2006
A un paso del recuento
Pablo Gómez
Algunos no discuten otra cosa que los plantones en el Paseo de la Reforma, pero el asunto de fondo sigue siendo el del recuento. El Tribunal Electoral ha creado la vía procesal para resolver la petición de abrir los paquetes como un incidente del juicio de inconformidad. En cualquier momento, los magistrados pueden estar en condiciones de votar si admiten la petición.
La base del recuento es la pequeña diferencia de votos. Este elemento no es despreciable y no se supera con la máxima de que una elección se decide por un solo voto. La anulación en Tabasco se produjo debido a una situación de iniquidad generalizada y demasiado evidente, pero el punto decisivo fue la pequeña diferencia entre los principales contendientes. Por más iniquidad, si no se hubiera presentado tan pequeño margen, la elección de gobernador de ese estado jamás se habría anulado.
La pequeña diferencia no es el único argumento, pero es el principal, ya que los indicios de errores o alteraciones de resultados se amarran en esas 58 centésimas de punto porcentual que arrojaron los cómputos distritales.
Es del todo natural que quien está abajo en los cómputos recurra al Tribunal Electoral. Lo mismo hubiera hecho Felipe Calderón. El asunto del plantón se debe a que, mientras el panista hubiera tenido todo el apoyo de los medios, del gobierno y de los grupos de presión para lograr el recuento, López Obrador no puede echar mano más que de la movilización de la gente. En otras palabras, Calderón es un candidato oficial y López Obrador es el dirigente de un movimiento popular a favor del cambio.
Los magistrados tampoco deben estar seguros de que los cómputos reflejan el sentido exacto de la votación. Y como no pueden juzgar algo sin tener todos los elementos, tendrían que recurrir a un nuevo cómputo. La idea de abrir sólo un porcentaje de paquetes para observar si los nuevos resultados están alejados de los originales y, de ser así, proceder con las demás casillas, no parece ser más fácil que la de ordenar el recuento completo. ¿Cuál sería la norma, y con base en qué, para decidir si hace falta abrir todos los paquetes a la luz de un resultado parcial por más representativa que pudiera ser la muestra seleccionada de casillas? ¿De qué tamaño debería ser la diferencia entre el cómputo anterior y el nuevo en la muestra de paquetes electorales? Con dos votos por casilla, en promedio, el resultado cambiaría por completo, por lo que sería mejor que el recuento fuera total y rápido, como en Costa Rica.
pgomez@milenio.com