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domingo, junio 13, 2010

Informe sobre el Caso Atenco


Ante el inminente dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el caso Atenco invitamos a la

Presentación del Informe

12 presos por la defensa de la tierra

ES TIEMPO DE SU LIBERTAD

Lunes 14 de junio. 12 hrs.

Centro Universitario Cultural (CUC) Sala 22. Odontología 35 Copilco.



Presentan el informe:

Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez

(Abogado Simón Alejandro Hernández León. Uso faccioso de la justicia y criminalización de la protesta en el caso Atenco)

Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria

(Fray Miguel Concha Malo, Informe sobre los procesos jurídicos de los 12 presos)

Comité Cerezo México

(Condiciones carcelarias de los 12 presos)

Seminario de acompañamiento psicosocial

(Impactos psicosociales en los familiares de los presos).


Comentan el informe:

Emilio Alvarez Icaza

(expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF)

Adolfo Gilly

(historiador, académico)

Luis Hernández Navarro

(periodista, coordinador de la sección de opinión del diario La Jornada)


Moderan los actores


Bruno Bichir y Julieta Egurrola

Campaña Nacional e Internacional Libertad y justicia para Atenco

ASAMBLEA URGENTE DE SOLIDARIDAD CON LOS PRESOS POLITICOS DE ATENCO.


Es público que la Suprema Corte de Justicia tomará una decisión sobre los casos de los 12 presos políticos de Atenco antes de que termine el mes de junio. Llamamos de manera urgente a las organizaciones sociales, civiles, indígenas, estudiantiles, de mujeres y trabajadores a una reunión de emergencia para las próximas semanas para lograr la libertad de nuestros 12 compañeros. La cita es este sábado 12 de junio a las 11 hrs. en el auditorio principal de la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas ubicado en Insurgentes 98. LIBERTAD AHORA!


Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra

Comité Libertad y Justicia para Atenco


sábado, noviembre 21, 2009

Katz: no hay un plan que saque de la miseria al país

El descontento, insuficiente para generar otra revolución: Katz

Friedrich Katz ayer, durante la entrevista
*El especialista en la gesta de 1910 participó en el coloquio Miradas sobre la Historia
*“No veo un proyecto alternativo que pueda rescatar al país rápidamente de la miseria”
*Pueden cambiar las cosas mediante las elecciones, pese a los problemas de México, dice a La Jornada
Ángel Vargas
Periódico La Jornada

Existen posibilidades de que hoy día se susciten levantamientos armados en México, reconoce Friedrich Katz, debido al gran descontento entre las mayorías por las diversas problemáticas que aquejan al país, entre ellas la amplia desigualdad económica y la injusticia social.
Sin embargo, el historiador austriaco, uno de los especialistas a escala internacional más relevantes en el tema de la Revolución Mexicana, reitera su convicción de que tal situación resulta insuficiente para generar un estallido revolucionario como el de 1910.
Primero, porque “no obstante todos los problemas que tiene el país y en contraste con 1910, se pueden cambiar las cosas mediante las elecciones”, explica. Y, segundo, porque “para que haya una revolución debe existir un proyecto alternativo, y no he visto hasta ahora uno que pueda rescatar al país rápidamente de la miseria”.
Vigencia en la mente popular
De visita en México, donde participó como conferenciante en el Coloquio Internacional Miradas sobre la Historia, que anoche concluyó, Friedrich Katz subraya en entrevista que “una revolución no muere; sólo se transforma”.
En el caso específico de la mexicana, destaca que si bien no fue derrotada, a partir de 1940 sí debió tener concesiones con las nuevas clases aristocráticas, aquellas que emergieron de los hechos armados de 1910, en sustitución de los grandes hacendados de la época porfirista.
–¿Pueden las revoluciones morir y ser enterradas?
–Estoy de acuerdo con lo que dice Adolfo Gilly de que las revoluciones no mueren; se transforman. Una revolución es un momento en la historia y muchos de sus aspectos desaparecen, muchos de sus propósitos no son cumplidos, pero ciertas cosas quedan.
“En la Revolución Francesa los derechos humanos desaparecieron durante mucho tiempo, no obstante que se mantuvieron como bandera y, finalmente, sí tuvieron influencia.
“Hay entonces en las revoluciones cambios que sí quedan; por ejemplo, en la Revolución Francesa la división de la tierra quedó, y en México una de las cosas que se mantuvieron fue la desaparición de los hacendados como clase política muy poderosa.
“Fueron remplazados por otra clase, pero ya no había la clase terrateniente tradicional, y eso ha influido en la historia de México, porque las clases terratenientes son las más conservadoras. En América del Sur fueron la base de todas las dictaduras militares junto con el ejército, mientras en México fue diferente.
“Creo que es una de las razones por las cuales no hemos tenido dictadura militar aquí; es un aspecto de la Revolución que sí se quedó.
“Uno de los aspectos más importantes que permanecen de una revolución es el proyecto. No es coincidencia que innumerables organizaciones populares se llamen Villa, Zapata... Así que el proyecto, el recuerdo, sí tiene una fuerza muy grande.”
–No hubo una dictadura militar, pero ¿qué opina de aquella famosa frase por la que Mario Vargas Llosa debió abandonar el país durante el salinato, acerca de que México era la dictadura perfecta, por tantos años del PRI en el poder?
–No es lo mismo que la dictadura militar de Argentina, con las 30 mil personas arrojadas de aviones. (La de México) sí fue una dictadura, y a veces sangrienta; pienso en 1968, estuve aquí de visita. Sin embargo, no se puede comparar con lo que pasó en Argentina, con Pinochet en Chile, con el resto de las dictaduras sudamericanas.
–En otro orden, ¿cuál es su percepción sobre este empeño de la clase gubernamental de querer festejar el centenario de la Revolución, no obstante que varios de sus postulados se mantienen incumplidos y el actual contexto social, económico y político del país? ¿Tiene cabida y sentido?
–Significa que la Revolución todavía tiene mucha vigencia en México y por eso el gobierno, lo quiera o no, debe respetar esa vigencia en la mente popular.
“No quiero meterme en la polémica si debe ser celebración o conmemoración. La Revolución tiene tanta vigencia en el pueblo que la mayoría de los partidos políticos en el Congreso se dicen sus herederos. Entonces es un poco difícil para el gobierno ignorarla.”
–Sabido es que a los historiadores no les gusta hablar del hubiera sido o el podría ser, pero hay analistas políticos que advierten de posibles levantamientos armados e incluso un estallido social en México muy pronto. Cabe preguntar si en la historia existen ciclos: en el caso de México: 1810, 1910 y estamos a unas cuantas semanas 2010.
–Primero, quiero acotar que a veces los historiadores sí hablamos de lo que hubiera pasado o lo que podría pasar, pero es muy peligroso.
“Ya en cuanto a la pregunta, los levantamientos armados son muy posibles, pero no creo. Primero, con todos los problemas que tiene el país, en contraste con 1910, se pueden cambiar las cosas mediante elecciones.
“Segundo, para que haya una revolución –levantamientos armados puede haberlos– debe existir un proyecto alternativo; que los revolucionarios presenten un proyecto, y no he visto hasta ahora un proyecto alternativo que pueda rescatar al país rápidamente de la miseria.”
–¿Conoce a Andrés Manuel López Obrador?
–Sí, cómo no.
–¿Sabe que parte de la población nacional lo ve a él como un líder y que él tiene un proyecto alternativo de nación?
–No quiero meterme en política actual. Por eso no deseo hablar al respecto. Tendría que dar juicios sobre el gobierno, Andrés Manuel... En esto, como extranjero, no me quiero meter.

jueves, abril 02, 2009

Grenoble, Atenco y el secuestro equiparado

Carta a Eduardo Galeano

Eduardo Galeano, el lunes pasado, acompañado de Carmen Lira, directora general de La Jornada, Elena Gallegos, Blanche Petrich y Rosa Elvira Vargas

Querido Eduardo:
Ahora que junto con Helena estás otra vez de paso en estas tierras nuestras, quiero contarles unas historias.
Esta mañana, allá en Grenoble, Francia, los trabajadores de Caterpillar, empresa estadunidense que fabrica máquinas para construcción, retuvieron en las oficinas a cinco ejecutivos: el director general, Nicolas Poulnik, el de recursos humanos y tres cuadros más. La empresa ha decidido despedir a 733 trabajadores (sobre un total de 2 mil 500). El sindicato pide reanudar la negociación interrumpida por la empresa. “No puedo negociar mientras no tenga libertad de movimientos”, declaró a la prensa el director. “Tendrá libertad si acepta reabrir la negociación. Lo retenemos para discutir, sólo pedimos desbloquear las tratativas”, dice el delegado sindical de la Confederación General del Trabajo.
Así se están poniendo las cosas en Europa y en Francia, y no sólo en Grenoble.
Una retención similar de algunas horas, recurso poco habitual pero extremo cuando la desidia, la burla y la prepotencia de quienes tratan con el pueblo rebasan todo límite, según la reciente legislación penal mexicana y los jueces que la aplican es un secuestro, equiparable al secuestro de persona con fines de extorsión monetaria. La ley penal lo llama “secuestro equiparado”.
Nuestro colega (tuyo y mío) Miguel Ángel Granados Chapa dice que esa figura penal es “una infamia”. En Proceso, 8 marzo 2009, la describió así: “Se le diseñó para castigar con fiereza a activistas solicitantes, gente con derechos a salvo, en suma ciudadanos en movimiento que, colmada su paciencia al exigir servicios o medidas que la ley les provee y al calor propio de las discusiones con funcionarios, los retienen por horas en sus propias oficinas o en locales donde se ventilaban asuntos de competencia de los retenidos”. A quienes con verdad o sin ella resultan acusados de acciones de ese tipo, agrega Miguel Ángel, “se les asestan castigos semejantes o aún mayores que los del secuestro mercenario”.
*
Dos historias entonces te cuento.
Una
La señora Jacinta Francisco Marcial, indígena del estado de Querétaro, ñahñú, apresada el 26 de marzo de 2006 durante un asalto brutal y pretextuoso de la policía contra los puestos de las vendedoras del mercado de Santiago Mexquititlán, ha sido condenada a 21 años de cárcel después de un proceso de tres años en el cual no contó siquiera con traductor a su idioma, el otomí. La señora Jacinta tiene 42 años de edad. Cometió, dice el juez, un “secuestro equiparado”, cuando ni siquiera participó en los hechos sino que sólo fue su víctima. Pero alguien tiene que pagárnoslas, dicen la policía y la justicia.
Dos
El 3 de mayo de 2006, rompiendo un acuerdo previo, el gobierno municipal de Texcoco impidió con su policía que los floristas del mercado local vendieran sus flores en lugares especiales en esa fecha, Día de la Santa Cruz, cuando los trabajadores de la construcción celebran y hacen bendecir sus trabajos. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), que años antes (2001) había frenado con su movilización la expropiación a precio vil de sus tierras en San Salvador Atenco para construir un nuevo aeropuerto (y frustrado así un gigantesco negocio de funcionarios y desarrolladores), se movilizó ese día en apoyo de los floristas. Unos funcionarios del municipio, en el forcejeo, fueron retenidos breves horas.
El gobernador del estado de México (Enrique Peña Nieto) y el gobierno federal (Vicente Fox) lanzaron entonces, el 4 de mayo de 2006, un operativo policial conjunto sobre el pueblo de San Salvador Atenco. Detuvieron a 207 personas con golpizas, fracturas, violencia de todo tipo, vejaciones y humillaciones. Entraron en las casas, rompieron los enseres y los recuerdos, mataron a dos muchachos, cometieron violación sexual en los camiones policiales que llevaban mujeres y hombres apresados, todo esto documentado con creces por organismos de defensa de los derechos humanos, internacionales y nacionales. Nadie fue castigado por estos delitos.
*
Hoy, Eduardo, tres años después, 12 de aquellas personas siguen presas, acusadas de secuestro equiparado. Algunos son miembros del FPDT, otros simples pobladores de la zona que no habían participado en ningún movimiento social o político. Pero hay que hacer un escarmiento.
Nueve han sido condenados a 31 años de prisión. Están en la cárcel de Molino de Flores, en el estado de México. Los otros tres: Ignacio del Valle, Héctor Galindo y Felipe Álvarez, están en un penal de alta seguridad (para narcotraficantes y especies símiles) en el Altiplano, bajo condiciones de prisión mucho más rigurosas. Ignacio del Valle tiene una condena de 112 años; los otros dos, nomás 67 años cada uno.
Ninguno de los 12 cometió delito alguno. Son presos políticos, es decir, están encarcelados por motivos puramente políticos. En una recta aplicación de justicia deberían salir ahora mismo. Y deberían ser procesados los funcionarios mandantes y los policías ejecutantes de las golpizas, las violaciones, las muertes y los destrozos de viviendas del 4 de mayo de 2006 en el poblado de San Salvador Atenco.
Ya sé, Eduardo, no te estoy contando nada nuevo. Pero sucede que hace más de 40 años, allá por 1966, yo era preso político en la cárcel de Lecumberri (en condiciones más liberales que los de Atenco, debo decirlo, aunque el presidente fuera Gustavo Díaz Ordaz, en cuya alma anidaba ya –lo prueban los archivos– el Tlatelolco de 1968). Entonces un día me llevaron al Polígono, la torre central desde donde se vigilaban todas las crujías del viejo panóptico (modelo Jeremy Bentham, ¿recuerdas?). Y en el Polígono me esperabas tú, que andabas por México y las autoridades de Lecumberri te habían dado permiso para visitarme. Allí estuvimos un buen rato conversando, supongo que de modo no muy diferente de como ahora en libertad sería, incluso en el hecho de que tú te ibas y yo me quedaba. Me quedaba, sí, pero con el recuerdo imborrable, ya otra vez te lo he dicho, de que extranjero y todo habías venido a verme a la cárcel, jóvenes ambos entonces y compañeros de oficio y otros afanes en aquellas dos invenciones montevideanas: el semanario Marcha, de don Carlos Quijano, y el diario Época, tuyo.
*
No digas nada ahora, Eduardo, porque estos gobernantes que hoy nos tocan son conservadores ultramontanos y andan nerviosos, tanto que hasta querían echar de México a Manu Chao por defender a los presos de Atenco.
Pero allá, en nuestra la más hermosa ciudad del río de la Plata, Montevideo, cuéntales a todas y también a todos que aquí, en México, hay muchos presos políticos, en Molino de Flores, en el Altiplano, en Chiapas, en Querétaro, en Guerrero, en Jalisco, en toda la República. Cuéntales, hermano, que viniste a México y, con otros nombres de cárceles, de presos y de gobernantes, volviste a topar con la misma historia.
Diles además que a todos estos también los vamos a sacar, con la ayuda de ustedes, los montevideanos, y de los trabajadores de Caterpillar, los del “secuestro equiparado” de Grenoble.
Un abrazo y un feliz regreso para Helena y para vos.
Adolfo
31 marzo 2009