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lunes, julio 01, 2013

En ascenso la pobreza en Estados Unidos

Más de 46 millones de estadunidenses viven en condiciones de pobreza y la cifra de desempleados alcanza casi los 12 millones. A pesar de atravesar por una de las más grandes recesiones de la historia reciente, el gobierno de Estados Unidos no abandona las políticas económicas que han llevado a un empobrecimiento acelerado de su población.
Deisy Francis Mexidor/ Prensa Latina
Aunque a Estados Unidos le han construido una aureola de prosperidad y bonanza, existe un lado oscuro, a veces ignorado por los grandes medios de prensa, que revela la marginalidad y la pobreza que padecen millones de sus ciudadanos.
Páginas digitales y medios alternativos se hicieron eco de un hecho insólito:
Cientos de personas pobres esperaban adquirir comida en buen estado de un supermercado que sería cerrado en Laney Walker, Augusta, sede del condado de Richmond, en el sureño estado de Georgia, pero los dueños prefirieron botarla antes que entregarla a los necesitados.
Los residentes del lugar colmaron el estacionamiento con bolsas y cestas con la esperanza de conseguir algunos de los alimentos para bebés, productos enlatados y no perecederos, y que el banco SunTrust, dueño de la propiedad, ordenó cargar en contenedores para tirarlos en un vertedero en vez de distribuirlos.

El incidente se sitúa lejos de la edulcorada imagen del llamado sueño americano.
“La gente tiene niños aquí con hambre y sed”, dijo Robertstine Lambert, quien vive en Augusta. ¿Por qué tirar esto a la basura?, se preguntó en tono de lamento, según se describió en un reportaje divulgado en la página digital de Global Research.
En Richmond hay cerca de 20 desalojos por día, y la zona que rodea ese supermercado es una de las más pobres del estado. Datos actualizados calculan la tasa de pobreza en 41 por ciento en esa área.
Por ello, muchas personas que estaban en el estacionamiento del Laney Walker probablemente habían sufrido en carne propia un desalojo y estaban en necesidad desesperada de la ayuda alimentaria.
En una sociedad capitalista, el motivo detrás de la producción de alimentos no es para satisfacer este derecho, la vivienda no está hecha para dar cobija ni la ropa para mantener el calor, y el cuidado de la salud no se ofrece principalmente para que haya personas sanas, destacó el reportaje.
“Todas estas cosas, que son y deben considerarse como derechos básicos, no son más que productos básicos que se compran y se venden, para obtener un beneficio. Si el beneficio no se logra, por lo general debido a la sobreproducción en relación con el mercado, el producto es considerado inútil por el capitalista y lo destruye”, enfatizó el trabajo de Global Research.
Para estas instituciones, las cuales han hecho sus ganancias a través de los desalojos y las ejecuciones hipotecarias, no es sorprendente dejar a la gente mirando con incredulidad con las bolsas vacías, mientras la comida que podría alimentar a múltiples familias era arrojada a un vertedero.
Y esta historia no es una excepción. La vida en los barrios más pobres de Estados Unidos es sumamente difícil y tiende a empeorar, expresan defensores de los derechos humanos.
Debajo de Kansas City, la Policía descubrió en abril unos profundos túneles donde vivía en carpas un grupo de personas sin techo, a quienes desalojó debido al “entorno inseguro”. En 2010 salió a la luz que alrededor de 1 mil personas sobrevivían a lo largo de 321 kilómetros de túneles, ubicados debajo de las calles de Las Vegas.
Por su parte, las autoridades de Nueva York intentan expulsar de manera periódica a las personas (conocidas como gente topo) que buscan cobija en los pasadizos debajo de la ciudad.
Pese a ejemplos como éstos, el gobierno de Estados Unidos, que encabeza Barack Obama, sostiene que la recesión en el país terminó y las cosas mejoran, aunque no con la celeridad esperada.
La página digital Prensa Internacional Alternativa subrayó que los nuevos índices de pobreza en la norteña nación se elevaron de forma abrupta en los últimos 5 años.
Estadísticas publicadas en The Wall Street Journal muestran que la pobreza se extiende a todo el territorio nacional; el número de personas que reciben cupones de alimentos se ha elevado a un récord de casi 50 millones de estadunidenses.
De otro lado, en septiembre de 2011, la Oficina del Censo reveló en su informe anual de la pobreza que 46.2 millones de personas –o lo que es lo mismo, aproximadamente uno de cada siete estadunidenses– eran pobres en 2010.
Los números se dispararon de forma brusca en comparación con el año precedente, que era de 43.6 millones.
Aunque debido a la recesión (de 2008 a la fecha) ha aumentado el número de pobres, los altos índices de este sensible indicador son anteriores a esa coyuntura económica.
Los expertos aseguran que más que alarmantes, éstas son cifras esperadas pues la pobreza siempre aumenta en tiempos de recesión, y ésta ha sido la más profunda y extensa desde la Gran Depresión de 1929.
Mientras, el número de habitantes sin seguro médico supera los 50 millones de personas.
Entretanto, la tasa de desempleo está en 7.5, la cual no obstante haber descendido 0.4 puntos porcentuales desde el principio del año, sigue en niveles altos. Ello significa que aún 11.7 millones de ciudadanos están sin un puesto laboral.
Sheldon Danziger, director del National Poverty Center (Centro Nacional de la Pobreza) de la Universidad de Michigan, dijo a la BBC Mundo que los índices de pobreza en Estados Unidos son mayores que en Canadá y algunos países del norte de Europa.
Entre otras razones –apuntó–, porque las políticas sociales hacen muy poco por aumentar los salarios de los trabajadores en épocas de bonanza económica o para ayudar a los desempleados durante las recesiones.
En marzo pasado entraron en vigor los recortes al presupuesto por 85 mil millones de dólares, lo que obligó a la Casa Blanca a podar programas sociales de ayuda en especial a personas en situación de pobreza extrema, incluyendo disposiciones relacionadas con la vivienda, la educación preescolar y los beneficios nutricionales.
Por eso muchos opinan que el sistema es tan complejo y perverso que no hay manera de cambiarlo desde arriba. Las reformas de la administración demócrata de Barack Obama no tienen la intención ni serían capaces, si la tuvieran, de reestructurar el sistema en sus bases.
 Fuente: Contralínea 340 / junio 2013

jueves, abril 12, 2012

Arrodillan a Ozzie Guillén por elogiar a Fidel Castro


Rayuela
Si vergonzosa es la actuación de Ozzie Guillén, no lo es menos la desaforada reacción de los cubanos de Florida. Nadie se salva del bochorno.

Del espot a la realidad-Rocha
Por primera vez-Hernández

El mánager de los Marlines de Miami, Oswaldo Ozzie Guillén, fue suspendido cinco partidos por los dueños del equipo y obligado a ofrecer disculpas públicas tras expresar su admiración por el ex presidente cubano. El ex jugador venezolano reconoció su grave error y afirmó que sus declaraciones divulgadas en la revista Time no reflejaban su sentir. En la publicación dijo: Amo a Fidel Castro... lo respeto. Mucha gente ha tratado de matarlo durante 60 años... y todavía está ahí. Sus dichos desataron una ola de protestas de organizaciones anticastristas.

Bajo la Lupa

¿China en búsqueda de la contraparte a varios "Taiwán" en el Caribe?
Alfredo Jalife-Rahmeami, Fidel Castro,

Trabajadores laboran en la renovación de un puente en la localidad china de Chongqing.

Así como Estados Unidos (EU) durante todo el siglo 20 y el inicio del 21 –ya no se diga Gran Bretaña durante los siglos 18 y 19– se ha implantado en la periferia inmediata de China (con mayor predilección en Taiwán), los estrategas de Pekín se han insinuado subrepticiamente en el Caribe, donde practican las bondades del poder blando (soft-power), según advierte un articulo de Randal C. Archibold en The New York Times (7/4/12).

Archibold indaga las inversiones inocuas de China en el Caribe, que van desde el regalo de un estadio de 35 millones de dólares a Bahamas (a 240 kilómetros al sudeste de Florida), pasando por varios donativos –una escuela de gramática (sic), un hospital reacondicionado y otro estadio– a la isla Dominica (miembro de la Alba), hasta una nueva escuela en Antigua y Barbuda (miembro de la Alba).

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Buscará "profundizar" el diálogo
Calderón visita hoy Cuba tras relación de altibajos

Endurecen el proyecto de dictamen
En la nueva ley penal, casi todos los delitos son graves
No se requeriría de orden judicial para aprehender a los presuntos delincuentes
Se incluyen espionaje, sabotaje, tortura, tráfico de indocumentados y otros
La enmienda otorga más atribuciones a los agentes infiltrados en la delincuencia

*Se aleja cada vez más la canasta alimentaria básica: UNAM
Se esfumó 42% el poder adquisitivo en este sexenio
*Los precios crecieron más de 100%; el minisalario apenas 12%
*Desplome en las compras de tortilla, pan, huevo, frijol y leche
*Se duplicó el tiempo de trabajo necesario para obtenerlos
Venta de frutas y verduras en el mercado de Jamaica de la ciudad de México.

*Resultado del bajo crecimiento de las percepciones y alza de los precios, según estudio
*Pérdida de 42% del poder adquisitivo del salario en lo que va de este sexenio

En lo que va del sexenio de Felipe Calderón el salario real de los trabajadores mexicanos ha registrado una pérdida de poder adquisitivo de 42 por ciento, revela un estudio del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM.

Lo anterior es resultado del bajo crecimiento que han tenido los salarios nominales en el país frente al comportamiento de los precios.

El documento refiere que del primero de diciembre de 2006 a mediados de febrero el salario mínimo nominal diario en México pasó de 48.5 pesos a 62.3, mientras que el precio de la canasta alimentaria recomendada (CAR), definida como la canasta de alimentos recomendable ponderada para el consumo diario de una familia mexicana, pasó de 80.8 a 197.9 pesos.

Dicha canasta, que fue elaborada en conjunto entre el Centro de Análisis Multidisciplinario y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán de la Secretaría de Salud, incluye un conjunto de 35 alimentos cuyos nutrientes son los mínimos necesarios para la alimentación de una familia conformada por cinco personas (dos adultos, un joven y dos niños).

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lunes, enero 16, 2012

Sierra Tarahumara, mexicanos en cavernas

Sierra Tarahumara, mexicanos en cavernas

Zósimo Camacho / David Cilia, fotos / enviados

Habitan cavernas y viven alcoholizados: es más fácil conseguir tesgüino que agua potable. En sus propias palabras, “muchas veces es lo único que hay para llevarse a la panza”. Harapientos, su patrimonio es la pila de ramas secas a la entrada de la cueva y lo que llevan puesto. Nacen y mueren sin que exista un registro oficial de ellos. No cuentan con acta de nacimiento ni saben cuántos años tienen.

Son hombres, mujeres y niños rarámuris que sobreviven en el corazón de la Sierra Tarahumara , adonde los aventó hace siglos el chabochi o conquistador y, por extensión, el mestizo, de quien siguen huyendo y, despavoridos, corren aunque se les grite que son médicos o maestros quienes esporádicamente los buscan. En la profundidad de las barrancas o en la cima agreste de las montañas, arañan, con rudimentarios instrumentos, las peñas casi desnudas para arrancarles algo de sunú o maíz.

Con esta entrega –de un municipio que oficialmente no se encuentra entre los más pobres del país, porque los encuestadores enviados por los gobiernos no llegan a las recónditas comunidades serranas y la cabecera municipal es “próspera”–, Contralínea concluye la publicación del reportaje, en 14 partes, de Miseria Criminal.

Batopilas, Chihuahua. El viento parece mecer a los infantes, niños, jóvenes y viejos reunidos entorno a una olla de tesgüino, bebida embriagante de maíz fermentado. Sentados en una viga carcomida o en el suelo, con la barbilla puesta en sus rodillas, divisan los enormes peñascos rosados y grisáceos de esta Sierra Tarahumara, declarada por el gobierno federal “Parque Nacional Barrancas del Cobre”. Abuelos, de alrededor de 50 años, y nietos, quienes rondan los cinco, se pasan la hueja luego de darle algunos sorbos. Todos están borrachos.

La familia de José Rodrigo Torres casi está completa: sólo sus hijas y nueras huyeron al advertir la presencia de chabochis. Convive junto a la milpa en la que han sembrado maíz, frijol y calabaza. Se trata de una pequeña ladera entre los abruptos acantilados de la cadena montañosa. De manera atropellada, y mediante intérprete o español entrecortado, señalan que no saben de edades, que no han recibido nunca atención médica y que comen sólo maíz y frijoles “cuando hay”. Generalmente se alimentan de quelites que buscan entre el monte.

Pasan años pa´que comamos carne": Entesguiñados

—¿Cuándo fue la última vez que comieron carne?

La pregunta los deja atónitos. Guardan silencio por unos segundos y luego estallan en carcajadas y en una gritería en la que todos hablan al mismo tiempo.

“¿Carne? No, pues muy a lo largo... a lo largo. Pasan años pa’ que comamos carne y solamente cuando alguien nos convida. Los bukes (niños pequeños) ni la conocen”.

Una voz gruesa irrumpe con un lamento. Es la abuela que ha comenzado a cantar “para que llueva, se dé el maicito y tengamos milpa que trabajar”. Ana María Castillo –quien dice haber tenido “como 22 hijos”, de lo cuales “no se lograron” ocho– dirige su canto al cielo y el abuelo se levanta a bailar. Sus pies descalzos golpean lenta y rítmicamente la tierra y levantan polvo rojizo. Los ojos de la mujer, hinchados y acuosos, están cubiertos de una secreción turbia. Dice: “desde hace unos meses ya casi no veo”.

Antes de que oscurezca, se trasladan a su morada: una cueva, abierta como pequeña herida en la montaña. Tambaleándose, caminan por un estrecho sendero en el que cabe una sola persona; de un lado, la roca y los arbustos espinosos; del otro, la barranca de la que apenas se escucha el rumor del río.

El acceso de la caverna mide aproximadamente un metro. Ahí han apilado ramas secas con las que encenderán la fogata. El interior es más amplio y caben alrededor de ocho personas. Su tosco metate sólo es piedra contra piedra; también se observa una botella con agua y dos cobijas. Es el patrimonio de la familia. No todos pueden dormir aquí. Sólo los abuelos, los niños y las mujeres solteras gozan de la protección de la hendidura rocosa. Los demás pernoctan bajo chozas improvisadas con ramas y tierra o a cielo descubierto.

Los niños no van a la escuela, pues “el maestro que vino nomás estuvo dos días y se fue”, dice Antonio, quien tiene cuatro hijos menores de 10 años, “más una que se me murió”.


Antonio en su cueva y junto a su "patrimonio"

José Guadalupe comenta que “doctor nunca viene. Sabemos que hay brigadas, pero nunca llegan acá. Andan de esa sierra pa’ allá” y señala, a lo lejos, una cordillera de coníferas. “Pasa lo mismo que con eso del Procampo”, añade.

Al lugar se le conoce como La Mesa de Egüis. Se encuentra, aproximadamente, a 60 kilómetros de esta cabecera municipal, que se recorren a pie por alrededor de nueve horas; o cuatro, en camioneta por una brecha accidentada.

Pero no sólo los rarámuris padecen la miseria y la ausencia de servicios. Los ranchos de los campesinos mestizos tampoco cuentan con luz eléctrica, servicios médicos ni tierras fértiles. Son casi tan pobres como los indígenas. La dieta de la familia Egüis, que levantaron sus modestas casas de adobe junto a un arroyo, es casi idéntica a la de los rarámuris; pero pueden comer queso de cabra y café, los cuales comparten algunas veces con los indios.

Munérachi


Munérachi. "Adustos e inmóviles, parecen impacibles ante la tragedia.

Cuatro pequeños montones de piedras que sostienen una lámina constituyen la “casa” de Federico y Martha. El sol se ha puesto y, como ayer, hoy tampoco comieron nada. “Yo creo que mañana sí encuentro quelites”, dice serenamente Federico, quien tiene aproximadamente 17 años. Su mujer, ligeramente menor que él, amamanta a una bebé de ocho meses. La joven madre ingiere agua de lluvia recolectada en botellas de plástico.

El cielo encapotado y el aire húmedo anuncian los aguaceros nocturnos. Saben que la lámina no les servirá de nada, pero dicen estar acostumbrados: “nomás así siempre la pasamos”.


La "casa" de Federico y Martha. La familia puede pasar dos días sin comer

Tampoco hay médico en esta comunidad, aunque las brigadas de salud llegan cada uno o dos meses. Los habitantes cuentan con un viejo internado para los niños en el que no hay maestros desde hace medio año. Perros con sarna se pasean por una abandonada cancha de basquetbol. La vieja iglesia es la única construcción que cuenta con gruesas y altas paredes. También se encuentra cerrada y, a través de los orificios de las puertas apolilladas, se advierte un templo rústico y pobre.

Vicente Rivas, el comisario policía de esta localidad, habitada aproximadamente por 600 personas, dice que “aquí lo que más falta hace es clínica con doctor”. La autoridad tradicional expresa que la gente se enferma de neumonía y los niños no están bien alimentados. Agrega que “la gente luego se muere de repente sin saber ni de qué”.

Cuando una persona de esta comunidad cae enferma, sus familiares acuden al sucurúami o curandero, quien “a veces cura la diarrea, la neumonía y la calentura con raíces y cantos”.

Munérachi se encuentra a más de siete horas, recorridas a pie, de la cabecera municipal. Para llegar al centro de salud deben atravesar dos ríos que en temporada de lluvias son imposibles de cruzar.

El agua que ingieren es “del aguaje”, es decir, de una pila dispuesta para captar el agua de lluvia.

Rodrigo Soto Gutiérrez, de alrededor de 50 años, muestra su casa: dos pequeñas habitaciones de adobe con techo de ramas y tierra. Al interior se observan dos petates, dos costales de maíz, una pala, un azadón, un bielgo y un hacha. Además, un altar a la virgen de Guadalupe y a San Judas Tadeo.

Desde lo alto de un peñasco, Rodrigo Soto observa caer la noche. Dice que los sacos de maíz le alcanzarán a su familia sólo para dos semanas más “y el cielo no quiere llover bien”. Erguido y de semblante duro, cruza los brazos. Pareciera estatua de bronce colocada sobre un risco. Se ha quitado la napacha o blusa. El viento le mece el isigura o taparrabos. Sólo escucha el sonido estridente de las chicharras que, luego de la puesta del sol, domina el monte.

Guamuchili

En lo profundo de la barranca, y a orillas del río Batopilas, está la cueva de José María Layo. El viejo no ve definitivamente de un ojo. Del otro, le escurre una lágrima espesa que “hace que todo se vea empañado”. Camina a pasos cortos ayudado con un bastón; pero se muestra ágil al atravesar los arroyos. Casi no entiende el español y muy pocas frases puede decir “en castilla”.

Llovió toda la noche anterior y el estruendo del río crecido hace que cualquier diálogo sea a gritos. José María no sabe cuántos años tiene, “pero ponle que como 500”, dice con seriedad. Tiene nueve años viviendo en esta cueva. Antes vivía en otra de la sierra. “Me bajé porque aquí tengo cerca el agua”, comenta y, con una mueca, señala al río.

Nunca fue a la escuela y nunca había sido atendido por un médico hasta que se acercó a esta cabecera municipal, hace dos meses, desesperado porque está a punto de perder la vista. Camina cada semana alrededor de 15 kilómetros para que sea revisado por el médico. Ha recibido el apoyo del presidente municipal. Vive con un hijo, su nuera y tres nietos.

La cueva no es profunda y ni siquiera puede resguardarlos completamente de la lluvia. María, de siete años, carga, amarrada por la espalda, a su hermana Rosita, de tres meses. Juega, junto con Juan, de dos años, con el agua verdosa encharcada en el interior de la cueva.

José María ha colocado ramas delgadas para colgar sus pertenencias y con ello evitar que se mojen: el guare o cesto de tortillas, las cobijas, el petate, la hueja o cuchara y las bolsas de ropa que les fueron entregadas en la presidencia municipal.

Guacaibo

Los niños se pasean, descalzos y silenciosos, por las milpas. Infestados de parásitos, su vientre les crece grotesco, aunque el resto de su cuerpo se observe delgado y blancuzco. Porfirio Méndez Enríquez, el comisario policía de la comunidad, sostiene entre sus manos a Óscar Diego, de dos años. El infante, débil y con un estómago de 30 centímetros, no puede sostenerse por sí mismo.

“Éste es el niño más jodidón. Está muy panzoncito. Ya está que revienta. Lo bajamos a Batopilas hace como dos meses y de ahí se lo llevaron hasta Chihuahua. Lo vieron unos doctores y hasta medicina nos dieron; pero ya se acabó y aquí cómo vamos a conseguir. Sí le había bajado su pancita pero ya le creció otra vez. Luego se enferman como de gripa y calentura, que dicen que viene siendo paludismo”, explica Porfirio.

Sin embargo, los niños no son los únicos que muestran vientre abultado. Los adultos también padecen de enormes estómagos sin que sepan cuál es la causa. Beben agua de lluvia que captan en grandes tinacos o extraen de los pozos.

Porfirio Enríquez dice: “He bajado a Batopilas a hablar con la doctora que está ahí para decirle que necesitamos doctor acá. Me dice que no hay presupuesto; pero yo le digo, no le hace que no haya presupuesto: acá hay gente. Primero hicieron que nos ilusionáramos con que sí iban a mandar. Hace como cinco años nos dijeron que era cosa de que nomás hiciéramos la casa de salud. La levantamos de adobe y hasta puertas le pusimos y todo. Nunca llegó nadie y ahora está ahí toda inservible”.

Agrega que “sí se han muerto personas porque no se les atiende. Ya nos conformamos con que viniera un doctor cada mes. Mira a esta otra chiquita: es Jesusita y no quiere crecer”. La niña, de seis años y 16 kilos, se oculta entre las piernas de Porfirio.

La comunidad se encuentra en la parte más alta del municipio. Casi en las cimas de las montañas, gozan de algunas praderas y bosques de ocotes. Sin embargo, el agua no es suficiente.

“Aquí tenemos muchas ganas de trabajar. Necesitamos una presa. Nosotros mismos la hacemos, pero necesitamos material. Con una presa, podríamos tener riego y hasta agua para bañarnos, porque ahorita casi toda es para tomar. Y, a veces ni para eso tenemos”.

El Tablón

El viejo Higinio Osorio Rentería, de 77 años, levanta cuidadosamente su pantalón y descubre su pantorrilla. Las moscas, ligeras, se apeñuscan en una masa tumefacta y sangrante. La herida nunca cicatriza y se extiende apresuradamente. Nadie sabe qué enfermedad lo aqueja ni las causas de ella.

“Me enfermé de llagas. Nomás primero me dolió el empeine; luego llegó la calentura, y a los pocos días me salieron manchas rojas. En julio, cuando estaba desyerbando una matita de maíz, me di cuenta de que ya tenía más manchas y las llagas. Mi otro pie está como adormecido.”


Osorio Rentería, enfermode "llagas". El médico más cercano, a nueve horas.

Más de 12 horas, a pie por senderos escabrosos, separan al viejo de la cabecera municipal de Batopilas, donde un médico podría atenderlo. “Nunca ha venido un doctor por acá o, por lo menos, a mí no ha tocado verlo y, la verdad, yo ya no puedo bajar”, asegura. Las brigadas médicas tampoco llegan hasta esta ranchería habitada por mestizos.

El anciano vive solo. No cuenta con familiares. Sus vecinos procuran lavarle las heridas con agua y yerbas.

Bacilio Portillo Castillo, de 57 años, lamenta la falta de servicios médicos: “Aquí sí se han muerto. Apenas llevábamos a Batopilas a un chamaquito. Lo vimos enfermo un día en la mañana; le dimos remedios y parecía que se componía. Ya en la noche se puso muy malo y por la mañana lo echamos en el lomo de un burro rumbo a Batopilas; pero como a la hora de camino, se acabó el niño. Tenía seis años”.

El campesino, de sombrero, huaraches de tres puntadas y daga en la cintura, expone que en la ranchería no llega Procampo ni Oportunidades. Tampoco los niños van a la escuela, pues el maestro se fue hace de cinco meses.

“Aquí necesitamos muchas cosas; pero comida es lo que más hace falta. Necesitamos también un puente colgante para atravesar el río, porque en temporada de lluvias no hay siquiera ni cómo ir a conseguir las cosas a otro lado.”

Cuesta abajo, rarámuris salen al paso de los forasteros. No pronuncian una sola palabra ni responden a vocablo alguno que no sea el kuira’, saludo tarahumara. Adustos e inmóviles, parecen impasibles no sólo ante los agrestes clima y orografía sino también ante el hambre, la enfermedad y la tragedia.

Desde las veredas, se observan en las laderas a otros que yacen desmayados y con el rostro sangrante. Son los entesgüinados que, solitarios, despertarán para seguir arañando peñascos y huir, sierra adentro, de la voracidad del chabochi.

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Se suicidan indígenas por hambruna en Sierra Tarahumara


http://youtu.be/tmNLa7Ws7Bc

lunes, diciembre 26, 2011

Negativo saldo centroamericano de 2011

A la pobreza y la corrupción se sumaron la criminalidad y los desastres naturales. La región se mostró incapaz de hacer frente a las emergencias provocadas por fenómenos ligados al cambio climático y lo pagó con decenas de miles de damnificados. Al tiempo, el autoritarismo político podría regresa a la región.

Los desastres naturales, el incremento de la criminalidad, los escándalos por corrupción y los efectos de la crisis económica global dejaron un saldo negativo en 2011 para la región centroamericana.
El área confirmó el riesgo que representa el cambio climático cuando temporales derivados de un sistema de bajas presiones dejaron en pocos días 130 muertos y casi 2 millones de afectados, informó la Unidad Panamericana de Respuesta a Desastres de la Cruz Roja Internacional.
Lluvias intensas ocasionaron una acumulación inusual de agua que causó inundaciones y deslaves, colapsó carreteras y puentes, y anegó viviendas y plantaciones, lo que obligó a declarar estados de emergencia y a pedir ayuda internacional.
El Salvador contabilizó 34 muertos, dos desaparecidos, 24 lesionados, 150 mil damnificados, más de 50 mil evacuados, 18 mil 455 casas sumergidas, 257 escuelas dañadas y más de 1 millón de personas perjudicadas.
El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, consideró la lucha contra la vulnerabilidad del país un asunto de vida o muerte.
La Coordinadora para Reducción de Desastres de Guatemala confirmó 38 fallecidos; cinco desaparecidos; 18 heridos; 78 mil 20 damnificados; afectaciones para más de 524 mil 480 personas; y 4 mil 768 viviendas en riesgo (22 mil 685 dañadas, severamente 617 de éstas).
La Comisión Permanente de Contingencias de Honduras registró 18 muertos, 69 mil 119 damnificados, 11 mil 868 desplazados y casi 9 mil albergados, destrozos considerables en cultivos de maíz, ajonjolí, plátanos, yuca (tubérculo), arroz, caña de azúcar y café, y pérdidas millonarias en la producción camaronera.
Nicaragua reportó 13 fallecidos, 134 mil 500 damnificados y cuantiosas pérdidas materiales, en tanto Costa Rica informó de cinco muertos, dos desaparecidos, 12 mil afectados, casi 1 millar de albergados y daños en carreteras y los sectores ganadero, cafetalero, cañero, arrocero y tomatero.
En Panamá y Belice no hubo bajas humanas pero las autoridades atendieron a miles de desplazados por las crecidas.
Paralelamente, durante 2011 Centroamérica reflejó un alza en la criminalidad y presenta la tasa regional de homicidios más elevada del mundo, ascendente a 33.3 por cada 100 mil habitantes.
Ningún país del área escapó a este flagelo, de acuerdo con el Estudio Global de Homicidios de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
En Costa Rica, promovido antes como uno de los países menos violentos, se registra una tasa de homicidios de 11.9 por cada 100 mil habitantes; mientras que Panamá sobrepasa el medio millar de asesinatos en el año.
El triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y El Salvador) es considerado una de las regiones más peligrosas del mundo debido al tráfico de drogas destinadas al mayor consumidor mundial, Estados Unidos.
Honduras se ha convertido en el país más violento con 82.1 homicidios por cada 100 mil personas, de acuerdo con el informe citado.
El gubernamental comisionado nacional de Derechos Humanos, Ramón Custodio, precisa que la tasa de asesinatos en el territorio supera casi 10 veces la registrada en el mundo, equivalente a 8.8 por cada 100 mil habitantes.
La cifra prevista para finales de 2011 (8 mil) casi triplica la registrada en 2006, cuando se reconocieron 3 mil 118 homicidios, para una tasa de 46 por cada 100 mil habitantes, evocó el sitio digital www.elheraldo.hn.
En ese escenario, dos estudiantes fueron asesinados por policías; el escándalo llevó a la detención de 176 uniformados corruptos y a la remoción de jefes como parte de una depuración del cuerpo de seguridad.
El Salvador ocupa el segundo lugar de mayor violencia en el mundo, con una tasa de 66 por cada 100 mil habitantes, en tanto, Belice (41.7) y Guatemala (41.4), respectivamente, ocuparon el sexto y séptimo puesto, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A ello contribuyen el narcotráfico, la proliferación de pandillas o maras y la existencia de más de 600 mil armas sin control dispersas en una región donde regímenes militares libraron guerras genocidas en la década de 1980.
Dichos episodios bélicos deterioraron progresivamente las condiciones de vida de la población y los gobiernos, aferrados a recetas neoliberales dictadas por el Fondo Monetario Internacional, dejaron de atender a los sectores más vulnerables, lo que incrementó progresivamente el nivel de pobreza.
En esa coyuntura incidió sobre Centroamérica la actual crisis económica global y disminuyó el comercio con Estados Unidos, que es su principal mercado, deprimiéndose más los recursos del área.
Hoy la región vive una situación límite en cuanto a violencia y ello espanta las inversiones e impacta en la economía y la débil institucionalidad estatal, indica el medio digital costarricense www.informa-tico.com.
Pese a ese complejo marco, Centroamérica vivió dos procesos electorales en el año que finaliza.
En Nicaragua fue reelecto para un nuevo mandato el sandinista Daniel Ortega, quien por el éxito de sus políticas sociales mereció un 24 por ciento más de aceptación y ganó la mayoría parlamentaria, con 56 diputados.
Ante la imposibilidad de deslegitimar el proceso, los opositores provocaron disturbios, lo que ocasionó cuatro muertos y 46 policías heridos, de acuerdo con cifras oficiales.
Paralelamente, en Guatemala hubo que celebrar segunda vuelta y retornó al poder el exmilitar Otto Pérez Molina, del conservador Partido Patriota.
De acuerdo con el Diario de Centro América, esa elección reflejó el anhelo de muchos de combatir la criminalidad, aunque recelen de su pasado castrense.
En materia de integración, la región obtuvo un gran avance al celebrar en El Salvador la cumbre del Sistema de la Integración Centroamericana y la Comunidad del Caribe (Caricom).
El encuentro definió la relación entre ambas regiones como de carácter estratégico, asentó más los nexos económicos y estableció las bases políticas para un acuerdo comercial entre ambos esquemas integracionistas.
Ambas partes manifestaron su solidaridad con Haití, devastado por un terremoto en enero de 2010, donde aún viven en tiendas de lona 580 mil personas y 6 mil murieron en 2011 por una epidemia de cólera.
Los dos bloques exigieron a la comunidad internacional cumplir sus promesas de financiar la reconstrucción de ese país y elaboraron un plan de acción conjunto para la gestión responsable de los recursos pesqueros del Caribe.
También apoyaron la idea del presidente dominicano, Leonel Fernández, de llevar ante la ONU una propuesta para frenar la especulación en los precios del petróleo y los alimentos en los mercados financieros internacionales.
Además, acordaron promover el intercambio de experiencias y la cooperación técnica entre fuerzas policiales para avanzar en el combate a la violencia, la inseguridad y el narcotráfico.
Asimismo, decidieron colocar las iniciativas ambientales como puntos fundamentales para las dos áreas, pues el cambio climático genera peligros comunes.
Caricom lo componen Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, y Trinidad y Tobago; mientras el Sistema de la Integración Centroamericana está integrado por Honduras, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Belice, Guatemala y Costa Rica.

lunes, diciembre 05, 2011

OCDE: los ricos ganan en México 26 veces más que los pobres


Un indigente en la plaza de la Constitución.


MÉXICO, D.F. (apro).- Otra “medalla” para México, de parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): el ingreso promedio del 10% de los mexicanos con más altas percepciones es 26 veces superior al promedio de los más pobres en el país.

Con ello, México es el segundo país –sólo después de Chile– con la más alta desigualdad en ingresos dentro del conjunto de naciones de la OCDE, cuya diferencia promedio entre los habitantes que más ganan y los que menos es de 27 a 1.

En su reporte sobre desigualdad social, que hoy dio a conocer desde su sede en París, la OCDE señala que en 2008 –últimos datos oficiales disponibles– el 10% de los hogares más ricos tenían un ingreso de 228 mil 900 pesos, 26 veces los ingresos promedio, de 8 mil 700 pesos, que tenía el 10% de hogares más pobres.

Para consuelo, Brasil, que no pertenece a la OCDE, está mucho peor: la diferencia entre los que más ganan y los que menos tienen es de 50 a 1.

Otro dato de la desigualdad, de acuerdo con el organismo, es que en los últimos 25 años, los ingresos de los hogares crecieron así: 1.7% para el 10% de los mexicanos más ricos, contra sólo un 0.8% para el 10% más pobre.

Es decir, los ingresos de los pobres, en ese lapso, crecieron inclusive por debajo de la mitad en que los hicieron los ingresos de los más favorecidos.

Sin embargo, México no es un caso único, ni el peor, en materia de cómo han crecido los ingresos entre ricos y pobres.

Hay países avanzados que muestran diferencias más grandes, aun en los reconocidos por una tradición más igualitaria.

Por ejemplo, en Dinamarca, los ingresos de los menos favorecidos crecieron en los últimos 25 años 0.7% contra un 1.5% de los más ricos.

En Holanda, la diferencia fue de 0.5% para los que menos ganan contra 1.6% –es decir, tres veces– para los que más tienen. En Noruega, 1.4% para el decil más bajo de la población contra 2.7% para el de más altos ingresos.

Se ve más grave el caso de Estados Unidos: los más pobres vieron crecer sus ingresos en ese lapso sólo un 0.5%, mientras los de más altos ingresos crecieron 1.9%. Es decir, los ricos vieron crecer sus ingresos en 3.8 veces los ingresos de los más pobres.

No se queda atrás el Reino Unido: el 10% de la población de más menores percepciones vieron crecer sus ingresos en 0.9%; los ricos en 2.5%, o 2.7 veces.

Suecia, quién lo dijera, está peor: el decil de la población de menores ingresos registró un crecimiento en sus ingresos de 0.4% y el del 10% de la población más favorecida lo hizo en 2.4%. Es decir, el ingreso de los ricos creció ¡seis veces! que el de los habitantes de menores ingresos.

Es mucho, sí, pero hay de pobres a pobres. Nos es lo mismo un “pobre” –que no lo son– de Suecia o Dinamarca, que uno –que lo son, en grado superlativo– de Chile o de México.

De hecho, en aquellos países la diferencia entre los ingresos de los habitantes de altas percepciones y los de menos ingresos es de 6 a 1; no de 26, como en México, o 27 como en Chile.

Aun así, en su informe, la OCDE señala que la brecha entre ricos y pobres en los países de la organización “ha llegado a su nivel más alto desde hace más de 30 años, y los gobiernos deben actuar con rapidez para combatir la desigualdad”.

Reitera que actualmente el ingreso promedio del 10% más rico es cerca de nueve veces mayor que el del 10% más pobre de toda la OCDE.

También dice que la brecho de ingresos ha aumentado incluso en los países tradicionalmente más igualitarios, como Alemania, Dinamarca y Suecia, donde pasó de 5 a 1 en la década de los ochenta a 6 a 1 en la actualidad. Esa brecha es de 10 a 1 en Italia, Japón, Corea y Reino Unido, y aun más, a una brecha de 14 a 1 en Israel, Turquía y Estados Unidos.

sábado, diciembre 03, 2011

Cinco años de gobierno: millones de desempleados, más subempleados, más pobres…

Al finalizar cinco años de su gobierno, Felipe Calderón se vanagloria de una firme conducción macroeconómica y ha manejado mediáticamente los números “buenos”, hasta conseguir los interesados elogios de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. Sin embargo, un vistazo a las cifras oficiales del desempleo, el subempleo y la pobreza en México –sobre todo en comparación con otros países latinoamericanos– revelan una realidad bastante más pobre. Extremadamente pobre.
Felipe Calderón, titular del Ejecutivo.



Muy propio de la época preelectoral, el presidente Felipe Calderón celebra exultante las buenas noticias económicas. Pero calla, ni pío dice, cuando los datos y las cifras dan cuenta de un saldo ominoso, sobre todo en el ámbito de lo social, de sus recién cumplidos cinco años de gobierno.

Apenas el 22 de noviembre, cuando el Inegi dio a conocer que la economía mexicana creció 4.5% en el tercer trimestre del año –cifra ciertamente inesperada, muy por arriba de lo estimado por los analistas y el propio gobierno–, Calderón se ufanó y gritó a los cuatro vientos lo bien que está el país. Chacoteó en Los Pinos, en una reunión con empresarios de la vivienda:
“Miren nada más: este tercer trimestre, amigas y amigos, para que se den una idea, los bancos, los analistas financieros, los empresarios más picudos, más destacados, todo mundo decía que la economía nacional iba a crecer 3.5% anual en el tercer trimestre… No creció 3.5, creció 4.5% a tasa anual, 1% (sic) arriba de lo que se estaba previendo.”
(De haber hecho bien las cuentas, se hubiera desgañitado en el autoelogio, pues el aumento en la tasa de crecimiento no fue de 1% –sí de un punto porcentual– sino de casi 30%, 28.6% para ser precisos. Es muy común ese error. Un caso paradigmático fue cuando en 1995 el gobierno de Ernesto Zedillo subió la tasa del IVA de 10% a 15%, roqueseñal de por medio. Casi todo mundo dijo: “subió 5% el IVA”, cuando en realidad la tasa subió 50%, o bien, cinco puntos porcentuales. Que no es lo mismo.)
Y eso le sirvió para decir que, “con todo y los líos que hay a nivel internacional”, estamos “en la ruta correcta”, con “una economía más fuerte, más sólida”, que avanza “por la senda del crecimiento y del empleo para las familias mexicanas que tanto queremos”.
Tres días después, el Inegi dio otra “buena” noticia: la tasa de desempleo en octubre fue de “sólo” 5%, contra 5.7% de octubre del año pasado, lo que implicaba que unas 300 mil personas, en un año, de octubre a octubre, habían logrado ocuparse.
Calderón no dijo nada, porque sabe que una tasa de desocupación de 5% de la Población Económicamente Activa significa que 2 y medio millones de mexicanos, y sus familias, siguen sin trabajo, sin ingreso alguno, en el desamparo absoluto.
Y no dijo nada, también, porque el propio Inegi, en el mismo reporte sobre el empleo en octubre, reveló que la tasa de subocupación subió en ese mes a 9.3%, muy por arriba del 8.5% de octubre de 2010.
Eso quiere decir que hay en el país casi 4 millones y medio de mexicanos que, ciertamente, tienen un trabajo, pero que éste no les da para satisfacer sus necesidades básicas, por lo cual andan a la caza de uno o dos trabajos adicionales, o de más horas en el que ya tienen.
Es decir, los trabajos recuperados o logrados por primera vez son tan precarios, sobre todo mal remunerados, que por eso aumenta siempre la tasa de subempleo.
Pero en materia de empleo, el presidente siempre le da la vuelta al tema. La promesa electoral de ser el “presidente del empleo” se fue al basurero desde el primer año. Con crisis y sin crisis económica, en este sexenio se han registrado las tasas de desempleo, de subempleo y de informalidad más altas de la historia económica reciente del país.

Promesas incumplidas

En décadas, son contadas las veces en que el desempleo ha registrado tasas arriba de 5% de la PEA. En esta administración ha sido la constante, con periodos de tasas superiores a 6%, como en 2009, que significaron hasta 3 millones de personas en el des­empleo absoluto y no menos de 10 millones –si se cuenta a los familiares de quienes perdieron el trabajo– en el desamparo total.
Ante una realidad que destruyó su promesa electoral, Calderón opta por magnificar el número de empleos formales. La última vez, en Cancún, hace tres semanas: festinó que en el país se han creado, en lo que va del año, 764 mil nuevos empleos, “pese a las adversidades financieras globales”. Pero todos los análisis coinciden, lo mismo entre especialistas que académicos: la mayoría son trabajos precarios, mal remunerados, de corta duración.
Si en el tema del desempleo el presidente nada dijo, de plano enmudeció el pasado 29 de noviembre. Muy temprano, en videoconferencia desde Santiago de Chile, la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), daba a conocer el informe Panorama social de América Latina 2011, donde resaltó datos seguramente nada gratos para los oídos del presidente Calderón:
En 2010, de todos los países de la región, sólo en México y en Honduras habían aumentado la pobreza y la indigencia. En los demás se mantenían estables o iban francamente a la baja.
En México, según el informe de la Cepal, 36.3 de cada 100 personas están en condiciones de pobreza, cifra superior a la registrada en 2008, cuando la tasa de pobreza era de 34.8%. Si se considera una población de 112 millones 336 mil habitantes –según el censo nacional de 2010–, eso quiere decir que 46.8 millones de mexicanos son pobres.
En el conjunto de países de América Latina y el Caribe la pobreza se ubicó en una tasa de 31.4%, en promedio. La de México estuvo casi 16% arriba.
Más lacerante aun es el dato del aumento de la indigencia que, según la Cepal, pasó de 11.2% de la población en 2008, a 13.3% dos años después. Es decir, hay en el país 15 millones de mexicanos sumidos en la indigencia. Si se suman las dos cifras, se tiene que hay en México –según la Cepal– casi 62 millones de personas con algún grado de pobreza, es decir, 55% de la población.
Las mediciones que en México hace el gubernamental Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señalan que para 2010 había 52 millones de pobres, incluidos los de pobreza extrema, que significan 46.3% de la población del país.
El presidente Calderón, dicharachero y jocoso que es con las cifras buenas de la economía, esta vez calló. Aunque la muina y el mal sabor de boca le duraron poco. El miércoles, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, de visita en México, dio una conferencia conjunta con Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, y el secretario de Hacienda, José Antonio Meade. Antes se había reunido en Los Pinos con el presidente Calderón y en Banxico con su Junta de Gobierno.
Sus palabras fueron una melodía de ensueño para Calderón, un canto de sirenas que todos los medios informativos acogieron en sus principales espacios.
Algunos titulares, en portada y en interiores, de diarios y portales en internet: México es el ejemplo a seguir. Buen manejo de las finanzas ante la situación externa. Elogia FMI la conducción económica de México. Lagarde elogia ante Calderón la fortaleza de la economía mexicana.
También: México va bien, pero no puede descuidarse: FMI. Banxico, un paso delante de la Fed (Reserva Federal de Estados Unidos) y el BCE (Banco Central Europeo): Lagarde. FMI: Copia Europa las recetas de Carstens. Reconoce el FMI las políticas fiscal, financiera y monetaria de México. Manejo de crisis de México, ejemplo para países: Lagarde.
Y muchos otros titulares en ese sentido. Como para bailar de gusto. Tanto que se preocupa Calderón por la imagen violenta de México en el mundo. Tanto que se enoja porque en México se habla mal del país. Pero vino madame Christine Lagarde –así la presentaron en la conferencia de prensa– y sus palabras, una sinfonía jubilosa, lo conectaron con las nubes.
Pero la alegría terminó muy pronto. Al día siguiente de que los medios saturaron sus espacios con los dichos de Lagarde, el Coneval echó a perder la fiesta. El viernes 2 presentó los resultados del estudio La medición de la pobreza municipal 2010, realizado por vez primera. Y dejó en claro que la excelsa conducción macroeconómica del país –a decir de Lagarde, los propios funcionarios y aun del presidente– ha sido incapaz de frenar el deterioro de las condiciones de vida de la población.
El dato general de dicho estudio es que de los 2 mil 456 municipios que hay en el país, en mil tres de ellos 75% de su población es pobre. Es decir, tres de cada cuatro habitantes de cada uno de esos municipios es presa de la pobreza.
Pero ese es un promedio. En el detalle, la realidad es aun más dramática. Hay municipios en los que prácticamente ningún habitante se salva de la miseria. Una muestra del Coneval:
En San Juan Tepeuxila, Oaxaca, 97.4% de sus pobladores son pobres. En Aldama y en San Juan Cancuc, ambos en Chiapas, 97.3%. En Mixtla de Altamirano, Veracruz, 97%. Chalchihuitán, Chiapas, 96.8%. Santiago Textitlán, Oaxaca, 96.6%. San Andrés Duraznal, Santiago el Pinar y Sitalá, Chiapas, 96.5%. San Simón Zahuatán y Coicoyán de las Flores, Oaxaca, 96.4%. Santa María Quiegolani, Oaxaca, y Larráinzar, Chiapas, 96.3%. Chanal, Chiapas, 96.1%, y Pantelhó, también en Chiapas, 96%.
De hecho, según el Coneval, son 190 municipios del país, la mayoría en áreas rurales, los que concentran la mitad de la población en situación de pobreza, es decir, tienen carencias graves en más de uno de estos ámbitos: ingreso, educación, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y grado de cohesión social.
Pero aquellos son los municipios donde prácticamente toda la población es pobre. Hay otros –algunos repiten– donde la pobreza asume grados de marginación extrema, indigencia o pobreza extrema. Como se le quiera llamar a una situación en la que la gente prácticamente se muere de hambre… en un país elogiado internacionalmente por su conducción macroeconómica, con una economía que está dentro de las 15 más grandes del mundo.

“Los logros”

Una muestra del Coneval de los municipios con los más altos porcentajes de población en pobreza extrema es la siguiente:
Cochoapa el Grande, Guerrero, 82.6%. San Simón Zahuatlán, Oaxaca, 80.8%. San Juan Cancuc, Chiapas, 80.5%. Mixtla de Altamirano, Veracruz, 80.3%. Chalchihuitán, Chiapas, 79.8%. Coicoyán de las Flores, Oaxaca, 79.7%. Aldama, Chiapas, 78.8%. Santos Reyes Yucuná, Oaxaca, 77.4%. San Juan Petlapa, Oaxaca, 77.2%. Metlatónoc, Guerrero, 77%. Tehuipango, Veracruz, 76.8%. Huautepec, Oaxaca, 76.5%. Sitalá, Chiapas, 74.6%. Santa Lucía Miahuatlán, Oaxaca, 73.9%, y San Martín Peras, Oaxaca, 73.6%.
Pero como las elogiadas políticas macroeconómicas sí han logrado hacer de México un país más desigual, el Coneval también presentó los municipios con menos cantidad de pobres:
La delegación Benito Juárez del Distrito Federal sólo tiene 8.7% de su población en condiciones de pobreza; San Nicolás de los Garza, Nuevo León, 12.8%; Guadalupe, Nuevo León, 13.2%; la delegación Miguel Hidalgo, Distrito Federal, 14.3%, y San Pedro Garza García, Nuevo León, 15.2%.
De hecho, en las grandes ciudades del país, sobre todo en esos municipios, la pobreza en su dimensión de “extrema” es muy menor, según los datos del Coneval:
En la delegación Benito Juárez, Distrito Federal, y en San Pedro Garza García, Nuevo León, sólo 0.4% de su población está en pobreza extrema. En San Nicolás de los Garza, Nuevo León, y en Miguel Hidalgo, Distrito Federal, 0.5%. En Huépac, Sonora, 0.6%. Villa de Álvarez, Colima, 0.8%. En Guadalupe, Nuevo León; Allende, Coahuila; Corregidora, Querétaro, y en Azcapotzalco, Distrito Federal, 0.9%.
En Aquiles Serdán, Chihuahua, sólo 1% de sus habitantes viven en pobreza extrema. En San Juan de Sabinas, Coahuila, y en Apodaca, Nuevo León, 1.1%. En Monclova, Coahuila, 1.2%, y en Coyoacán, Distrito Federal, 1.3%.
Esos son algunos de los “logros” sociales de la elogiada política económica de México. Otros que vale la pena mencionar, ahora que inicia el sexto y último año de gobierno de Felipe Calderón, son los siguientes:
Cuando inició su gobierno, el Inegi registraba 1.6 millones de desempleados, que eran 3.6% de la PEA. En el tercer trimestre de 2011 –último dato trimestral de la institución–, ya eran 2.76 millones de desempleados, 5.6% de la PEA.
Es decir, Calderón acaba su quinto año de gobierno con más de 1 millón 601 mil desempleados más de los que había al inicio de su administración.
En el subempleo estaban, al final de 2006, 3 millones de personas, 7% de la población ocupada. Ahora hay 1 millón 166 mil 300 más, pues la subocupación –en las que están las personas que no la “libran” con el trabajo que tienen– suma ahora 4 millones 174 mil 327 trabajadores, casi 9% de la población ocupada.
El caso de la informalidad es más revelador del grave problema del empleo en el país. Al término de 2006 había 11.4 millones de informales, 26.6% de la población ocupada. Hoy hay 2.8 millones más en la informalidad, pues ese sector suma ya a 14 millones 200 mil personas, 28.7% de la población ocupada.
Se puede decir también que los empleos de casi tres de cada 10 personas ocupadas son informales, con todo lo que ello implica: sin prestaciones, sin seguridad social, baja remuneración y toda la desprotección posible.
El hecho es grave, pues ya no falta mucho para que la informalidad alcance el número de trabajadores formales, afiliados al IMSS, que suman 15.3 millones de personas.
En materia de salarios, también la Presidencia del empleo sale debiendo. En 2007, primer año de gobierno calderonista, el salario mínimo diario promedio era de 48 pesos con 88 centavos; en 2011 es de 58 pesos con 6 centavos. Un “generoso” aumento nominal de 11 pesos en cinco años.
Pero en términos reales ofende la situación: esos 58.06 pesos de salario mínimo diario de hoy tenían un poder de compra, a octubre pasado, de apenas 10.06 pesos a precios de 1994, según datos de la Secretaría del Trabajo.
Por otra parte, la grandilocuencia con la que las autoridades publicitan la cantidad de nuevos empleos generados choca frontalmente con el dato de que cada vez son más las personas que trabajan y sólo perciben un salario mínimo.
Al terminar 2006, 2 millones 527 mil 451 personas tenían un ingreso de “hasta un salario mínimo”, según los tabulados del Inegi. Al quinto año de Calderón, en el tercer trimestre, ya eran 6 millones 100 mil los que tenían esa magra percepción.
Pues sí, más trabajos, pero mal pagados.
Esos son algunos de los saldos de la exitosa conducción macroeconómica del país, ensalzada por el Fondo Monetario Internacional.

miércoles, noviembre 23, 2011

Estudiantes pobres, blanco de desaparición forzada

Tres estudiantes de escuelas públicas se encuentran desaparecidos: José Martínez y Omar Medina, de la Normal Rural de Durango, e Israel Moreno, de la UNAM. A los primeros se les vio por última vez en Aguascalientes; al segundo, en Oaxaca. De acuerdo con organismos defensores de derechos humanos, durante este sexenio han desaparecido alrededor de 280 personas, tan sólo en estas tres entidades. Ante la “ineficacia” e “indiferencia” de las autoridades, familiares, amigos y organizaciones estudiantiles encabezan la búsqueda y difusión. “No es posible que la gente esté desapareciendo”, dice el padre de uno de estos jóvenes.

María Esther Medina Tarango, José Alberto Martínez García y Carlos Moreno Zamora comparten el mismo dolor: la desaparición de un hijo. Y es que, durante el último semestre del año, al menos tres estudiantes de instituciones públicas de nivel superior han desaparecido.
Se trata de José Alberto Martínez Favela y Omar Isaac Mediana Tarango, estudiantes de la licenciatura en educación primaria en la Escuela Normal Rural José Guadalupe Aguilera, ubicada en el municipio de Canatlán, Durango; y de Israel Moreno Pérez, inscrito en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el tercer semestre de la carrera de geografía.
A los dos primeros se les vio por última vez el 24 de septiembre pasado en la avenida Siglo XXI, en Aguascalientes. Una vez concluida la actividad cultural a la que asistieron, en la Normal Rural de este estado, José Martínez y Omar Medina buscaban volver a su respectiva escuela de ride o aventón, la forma en que, a falta de recursos económicos, viajan los normalistas rurales.


Carlos Moreno: un padre “desesperado”

Carlos Moreno Zamora es padre de Jesús Israel Moreno Pérez, un joven de 20 años de edad desaparecido el pasado 8 de julio en la localidad de Chacahua, Oaxaca. Geógrafo de formación, actual distribuidor de artículos de belleza, en una mano carga los productos que reparte a sus proveedores; en la otra, parte del expediente de la desaparición de su hijo, un estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Cabellos, secadoras y espejos; tristeza, indignación y decepción: todo confluye en una pequeña estética ubicada en la colonia Condesa, en el Distrito Federal, el lugar elegido para la entrevista con Contralínea. Es el último jueves de octubre y, a pesar de su agobio, Carlos Moreno intenta trabajar. Sus proveedores le han permitido enfocarse en la búsqueda de Israel, pero él sabe que en un empleo como el que desempeña no hay resultados sin constancia.
“Lo que hay que resaltar es la indiferencia y la ineptitud de las autoridades que se limitan a decir ‘estamos trabajando’ y que en realidad no lo están haciendo”, dice, aturdido, Moreno Zamora.
Se muestra decepcionado por el trabajo de las instituciones del gobierno, en particular de las de Oaxaca, pero también por la insensibilidad de la UNAM, la escuela de la que egresó y en la que su hijo cursaba la misma licenciatura que él. A mediados de septiembre se reunió con Jaime Vázquez Díaz, coordinador de Gestión de la Secretaría de Servicios a la Comunidad de esta casa de estudios, quien se comprometió a estudiar su caso y asignarle un abogado. La realidad es otra: “Me han estado llamando, pero nada más me llaman. O sea que no han hecho nada”.
José Narro Robles, rector de la UNAM y quien en agosto pasado presentó una propuesta de seguridad para el país, Elementos para la construcción de una política de Estado para la seguridad y la justicia en democracia, no ha emitido un pronunciamiento público respecto de la desaparición del estudiante universitario. Y no lo va a hacer, dice Renato Dávalos López, director de Información de la Dirección General de Comunicación Social de la Universidad: “Es un asunto que no compete a la autoridad universitaria, sino a una autoridad oficial”.

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lunes, octubre 31, 2011

El nivel de la pobreza en México es uno de los mayores del mundo

*Miles de jóvenes quedan en la exclusión social, sin educación ni trabajo, alerta el PNUD

*Científicamente comprobado que la base social de apoyo del narco está en los expulsados del sistema, dice experto

*Al decir ninis se oculta que no se dan oportunidades a ese sector, afirma
Alumnos y padres de familia en una escuela de Milpa Alta. No es que los llamados ninis ni estudien ni trabajen, es que no los dejan hacer ni una cosa ni la otra, afirma especialista.

Oaxaca, Oax., 30 de octubre. Los índices de pobreza en México están muy por encima del promedio de América Latina, lo que provoca la exclusión social de miles de jóvenes que no tienen acceso a la educación ni al trabajo y son presa fácil del crimen organizado, advirtió el asesor especial de la Dirección de Políticas de Desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Bernardo Kliksberg.

Al participar en el Encuentro Empresarial 2011, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el funcionario dijo que entre los pobres de América Latina sólo uno de cada cinco termina la secundaria, requisito sin el cual no son aceptados para trabajar en casi ningún lado.

Está comprobado científicamente que la base social de apoyo del narcotráfico está en los jóvenes expulsados del sistema. En cuanto cortemos realmente la exclusión social del sistema estaremos debilitando la posibilidad del narcotráfico de reclutar jóvenes, destacó.

El especialista argentino sostuvo que la pelea contra el narcotráfico se debe dar en todas las áreas al mismo tiempo: jurídica, legal, policial, etcétera, pero siempre con miras a profundizar la inclusión social.

Cuanto más se democratice México, cuanto más participe la gente, más las políticas van a responder a las verdaderas necesidades.

En una ponencia titulada Valores a cuidar y fortalecer en la construcción de la ciudadanía, destacó que mientras los niveles de pobreza en la región alcanzan en promedio a 30 por ciento de la población, en México llegan a 50 por ciento, uno de los mayores niveles del mundo.

Recordó que el lema de las protestas es: Somos el 99 por ciento, en referencia a que, según cifras oficiales, en Estados Unidos el uno por ciento de la población percibe la cuarta parte del ingreso de ese país, y alrededor de 400 personas poseen una fortuna superior al conjunto de la que tienen 150 millones de estadunidenses, detalló.

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jueves, octubre 13, 2011

LIVE from New York:¡"Ocupemos Wall Street"!

EL MUNDO contra WALL STREET
MORENA USA presente con el Movimiento Occupy Wall Street. La lucha contra el neoliberalismo es global y ya nada la detendrá.
Protesta contra el sistema financiero vigente -  "Ocupemos Wall Street"
Protesta contra el sistema financiero vigente
Los jóvenes estadunidenses utilizan las redes sociales para convocar: El capitalismo no nos funciona, ¡ocupemos Wall Street!”.
Watch live streaming video from globalrevolution at livestream.com

domingo, septiembre 18, 2011

Lo que debemos al PRI

El Despertar

Puedo decir que debemos al PRI la descomposición de nuestras instituciones y la corrupción como norma de conducta política. Pero con ánimo deportivo tendría que señalar sus méritos: el PRI en su origen (PNR) contuvo la autodestrucción sangrienta del grupo revolucionario y ayudó a la reorganización del Estado. Nunca estuvo en favor de la democracia y siempre fue un instrumento en manos del jefe máximo o del presidente, pero en sus primeras décadas logró estabilizar el país, contener a la reacción y hacer crecer a la economía. Su programa contenía una reivindicación nacionalista como afirmación de identidad, valores e intereses y una vocación para mejorar la condición de vida de las clases populares. Con traiciones y contradicciones esto se mantuvo hasta 1946. El PRI de Alemán fue transformándose en un partido conservador cada vez más lejano a su origen popular y más cercano a los grupos de interés.

Hasta 1985 defendió sus vocaciones nacionalistas y populistas, pero a partir de entonces y hasta la fecha renunció a cualquier tendencia reformista. En los gobiernos de Salinas y Zedillo se alentó a los monopolios, la concentración del ingreso y a convertir a México en un protectorado de Estados Unidos. El PRI ha sido el principal artífice del neoliberalismo. Todas las leyes que dieron estructura a esa tendencia fueran aprobadas por el PRI aliado en firme al PAN. La preocupación de los priístas fue mantener la impunidad de sus próceres. A cambio de garantizar la de los panistas.

Hoy la propuesta del PRI no implica la recuperación de sus principios originales. El PRI y los priístas se quebraron por dentro al perder su núcleo ideológico. A la desesperación colectiva por la evidente descomposición del país, ofrecen un rescate nostálgico de su hegemonía. Pero los tiempos de la estabilidad priísta no están a 12 sino a 40 años de distancia. El México de hoy es otro país, como señala Virgilio Caballero. El PRI se propone utilizar dos herramientas para ganar el sindicalismo mafioso en que destaca la maestra Gordillo y el apoyo de los medios electrónicos de comunicación: dos personajes que controlan 85 por ciento de todas las señales de televisión de toda la República y 12 familias dueñas casi todas las frecuencias radiofónicas. El futuro que el PRI ofrece es el aumento del poder de los cárteles de las drogas, más impunidad, más violencia, cierre de empresas, desempleo y la incorporación a la vida social de millones de jóvenes sin trabajo y sin escuela, cientos de miles huérfanos de la criminal guerra de Felipe Calderón.

miércoles, agosto 31, 2011

Adoptemos un programa revolucionario para los problemas de la juvetud.

Valeria Patri

La necesidad de que el Movimiento de Regeneración Nacional y el PRD adopten un programa y una práctica auténticamente revolucionaria es apremiante. Y aunque los 50 puntos planteados por Andrés Manuel Lopez Obrador (AMLO), significa un avance para los trabajadores debemos exigir todavía más.

Somo miles los que observamos con optimismo en los planteamientos de la izquierda: garantizar educación publica, gratuita y de calidad en todos los niveles escolares, 100% de inscripción en la escuela de preferencia en todos los niveles, amplios programas de becas- en el caso de bachillerato el monto seria de 900 pesos mensuales-, desayunos, útiles y uniformes gratuitos, un trabajo bien remunerado al término de nuestros estudios, abandonar la política de que la educación es una mercancía y un privilegio, garantizar cultura recreación, salud y esparcimiento, etc. Estas medidas son un paso al frente para revertir las condiciones de vida de la juventud; más ahora que con la crisis se han agravado llevando a millones a situaciones de marginilidad, delicuencia e incluso al suicido, pero no serán suficientes ante la rapaz necesidad que tienen los empresarios y la burguesía de obtener el máximo de beneficio y acrecentar sus ganancias, esta serie de iniciativas choca con sus intereses, para ellos es un despilfarro otorgarle recursos a la educación y más allá de hacerlo se opondrán decididamente.

El realizar estas medidas significará dar una batalla abierta con la burguesía y sus representantes dentro de las escuelas y empresas, sería incorrecto suponer que esta serie de consignas se podrán llevar a cabo con el paso libre de los empresarios y banqueros cuando son ellos quienes han impulsado de manera enérgica toda una serie de reformas en contra de la educación pública y quienes promueven una reforma laboral donde los jóvenes no poseamos ningún derecho laboral y sindical. La única forma de lograr esta serie de iniciativas es recuperando las tradiciones de lucha y organización del movimiento obrero y la movilización nos garantizara que estas ideas y discursos se vuelvan una acción concreta.

La realización de la cosigna educación pública y de calidad para todos, pasará necesariamente por la expropiación de los bienes de la burguesía y ponerlos bajo control de los trabajadores. Sólo mediante esta medida se garantizará la destinación de por lo menos el 10% del PIB en educación significando con ello un programa amplio de construcción de aulas dignas y bien equipadas en cada rincón del país respondiendo así a la enseñanza de cada persona en todos los grados, los centros de estudio privados serian integrados al sistema de educación pública, medida que eliminaría el lucro con la eduación, y los profesores y personal de estas escuelas serán contratados por el estado con salario digno, sindicaclización y base.

El programa de becas que propone AMLO no debe de ceñirse a apoyos económicos sino también a becas alimenticias sumando un programa de vivienda digna para los estudiantes qué están lejos de su residencia con transporte público gratuito.

En tema de empleo para la juvenud, debemos oponernos rotundamente que nos utilicen como mano de obra gratuita, nuestras prácticas académicas en el campo laboral deben ser remuneradas con forme a las necesidades, el estado debe garantizar un empleo al término de nuestros estudios. Es mentira que la sociedad ya no necesite más profesionistas, distribuir el trabajo existente en todas las manos, ajustando las jornadas laborales donde todos cubramos un turno y labor determinada en la empresa todo esto sin disminución salarial.

Estas y otra iniciativas deben de ser impulsadas y supervisadas por los consejeros escolares, integrados por los estudiantes, profesores y trabajadores, donde se nos permita el derecho a huelga, reunión, sindicalización a elegir a nuestros representantes.

Todo lo anterior y otra serie de situaciones entra en contradicción con los intereses de quienes nos mantienen en la miseria y en la explotación y harán todo lo posible porque ni en lo más mínimo se cumplan estas consignas, debemos ser conscientes que esta batalla no la ganaremos solamente haciendo exhortos o con buenas intenciones, la necesidad de una alternativa política para los problemas de la juventud es urgente. Se trata de dos intereses completamente contrarios, y nuestra respuesta debe ser una lucha seria y firme, primero adoptando un programa revolucionario, un programa, en primer lugar son ideas pero para que estas tengan efectividad tiene que transformarse en una guía para la acción, esto es lo que debemos empezar a hacer en el movimiento, debemos de confiar en la fuerza potencial de la clase obrera, no sólo para llevar a cabo estas medidas sino también extenderlas y plantearse transformar la sociedad desde sus cimientos.

Juventud. Militante. Voz marxista de los trabajadores y la juventud.