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martes, junio 22, 2010

Ojalá que la Corte entienda la verdad sobre Atenco: Trini

Tomó la estafeta con su esposo Ignacio preso y su hija América prófuga

La necesidad me llevó a liderar al FPDT: Trini

Confía en un fallo favorable de la Suprema Corte que reconstruya su vida

María Antonieta Trinidad Ramírez de Del Valle, Doña Trini, es esposa de Ignacio del Valle, dirigente del Frente Popular en Defensa de la Tierra, sobre el que pesa una condena de 112 años. Ojalá que los ministros pudieran entender que la culpa de la violencia no fue nuestra, sino del mal gobierno, dijo a La Jornada Foto María Meléndrez


San Salvador Atenco, estado de México, 21 de junio. En la medida en que se acerca el momento en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emita el fallo que determinará si los 12 “presos políticos” de Atenco quedan libres o terminan de cumplir sus penas de cárcel, María Antonieta Trinidad Ramírez de Del Valle, más conocida ahora como Trini, siente como si el reloj se detuviera, como si su vida entrara al compás de la espera. Lo que está en juego tiene que ver con su lucha por la defensa de la tierra, pero sobre todo, con su familia, su hogar.

Su esposo, Ignacio del Valle, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), purga una condena de 112 años de prisión, en tanto su hija, América del Valle, está prófuga desde hace cuatro años, acusada de “secuestro equiparado”.

Trini recuerda: “Antes me levantaba y apuntaba mentalmente: hoy hay que ir a la marcha, a la reunión, al foro, a tal cita. Además, escombrar la casa, conseguir las mantas, atender la cocina, echar las tortillas, salir a la parcela. Porque las mujeres del FPDT nos metimos a un proyecto agrícola. El año pasado cosechamos unas mazorcas así de grandes”.

Ahora están esperando que maduren las vainas del frijol. Pero a decir verdad, les ha faltado riego, porque la lucha social ha robado a estas labradoras muchas horas de la labor campesina. “Ahora todo está hecho”, expresa con un dejo de ansiedad. “Sólo nos queda asistir a la concentración del miércoles 23 frente a la Corte, porque ese día sesionan y deciden los cinco ministros de la primera sala, aunque ya nos dijeron que el fallo no se va a anunciar hasta el día 30”.

Si con la resolución de la Suprema Corte de Justicia “logramos la libertad de los 12 presos de Atenco, también vamos a dar un paso para lograr más adelante la libertad de América del Valle, mi hija, que no está en una cárcel, pero tampoco es libre. Si la Corte no los declara libres, tampoco mi hija será libre. Y eso es lo que más me angustia”.

La tarde de domingo la casa de Trini parece más sola que nunca. Desde la calle llega el ruido de los caballos y el timbre de los bicitaxis, como todo tráfico pueblerino. Desde el solar los chillidos de los marranos reclaman su alimento en la porqueriza. En privado, la esposa de Ignacio del Valle, la lideresa de los macheteros de Atenco, descarga su emoción.

“América, es América la que me inquieta. Ya me lo han explicado claramente los abogados, va a ser la última en regresar. Yo sé que no está entre las rejas. Pero no es libre para vivir su vida. Yo pasé por esta experiencia de vivir prófuga siete meses, desde mayo hasta noviembre de 2006, encerrada en pequeños lugares. Imagínate nosotros, acostumbrados a caminar nuestros campos, bajo nuestras nubes. La veo desesperada, aunque en sus cartas expresa mucha entereza.”

Se infunde valor: “Si los ministros entienden la verdad y fallan en favor de los presos, será una victoria de todo el pueblo. Si tan sólo comprendieran que la culpa de la violencia no fue nuestra, sino del mal gobierno. Como esposa de Ignacio me dará una gran felicidad saber que va a regresar a esta casa, a su lucha. Pero sobre todo será una gran felicidad saber que ahora lo podemos hacer juntos”.

Antes del golpe contra el movimiento campesino de Atenco, Trini era la compañera de Nacho, una más entre las muchas mujeres que desde la segunda fila, machete en ristre, nutrían las marchas contra el decreto que pretendía expropiarles las tierras, pagándoles siete pesos el metro cuadrado, para construir un aeropuerto internacional.

Después del ataque de las fuerzas policiacas estatal y federal, con los líderes del movimiento presos o prófugos, esta mujer, enfermera rural y ama de casa, tomó el altavoz y empezó a arengar a los activistas que, apenas sanadas las heridas, se volvieron a congregar frente a la Casa Ejidal Emiliano Zapata.

–¿Te consideras una lideresa natural?

–No, yo pienso como Nacho. Él siempre decía que aquí no hay líderes, el único líder es el trabajo. A mí un día me tocó un despertar muy brusco. Cuando los compañeros no estuvieron entre nosotros me tuve que parar a hablar en un mitin. Y la gente me escuchó. El reto era mantener de pie el movimiento, que no se desmoronara. Uno nunca se prepara para esas cosas. Yo muchas veces me sentí muy insegura, incluso ante los mismos compañeros, que quizá pensaban “bueno, y ésta qué va a poder hacer”. Pero también uno se encuentra con mucha generosidad entre el pueblo, son ellos los que me enseñaron, me guiaron, me fueron forjando.

“Desconocía muchas cosas, pero la necesidad me hizo aprenderlas. La clave fue la presencia constante. Yo convencí con mis acciones, no con palabras: limpiar el local, hacer mantas, convocar reuniones, tomar acuerdos, llamar a las acciones, siempre estar ahí y no perder el piso. Lo que he logrado lo hice siempre al lado de los demás, con el apoyo de muchas manos.

“Recorrí un camino totalmente desconocido que me abrió mucho los ojos. He conocido a mucha gente que de otro modo nunca me hubiera encontrado. Por ejemplo, a Carlos Monsiváis, ¿te imaginas? Un día me tocó verlo, estar con él en la misma mesa con el presidente de Bolivia, Evo Morales. O a Carlos Montemayor. En una ocasión me tocó platicar con él, contarle de nuestra resistencia. Me escuchó con mucha atención. Después le puse nuestro paliacate al cuello. Luego me enteré de todo lo que había escrito, de sus libros, de cómo él siempre fue pueblo. Ese día lloré.

“Recibir el apoyo moral de gente como Eduardo Galeano, como Noam Chomsky, eso nos deja una marca muy profunda, a mí y mis compañeros. Y aprendemos mucho como organización.

“Además, he aprendido a trabajar el campo. Las mujeres del frente nos metimos a un proyecto agrícola. Es un esfuerzo inmenso, que exige trabajo desde las primeras horas de la madrugada. Me encanta el campo, me encanta mi casa, pero ahora también me encanta la lucha afuera y no la voy a dejar. No voy a renunciar a todo esto, no voy a ser un parásito.”

–¿Imaginas la vida con tu esposo de vuelta a casa, libre?

–Lo quiero ver libre ya. Cuando vuelva vamos a platicar mucho, a planear juntos muchas cosas y quizá hasta a pelear un poco porque, la verdad, aquí ya cambiaron los papeles. Tendremos que encontrar la forma de encontrar la igualdad desde la casa. Trataré de entenderlo, pero si no nos entendemos no me voy a detener. Estos cuatro años aprendí que una mujer como yo, pobre e ignorante, puede vencer.

–¿Eres optimista?

–Soy realista. Hay dos antecedentes que me pesan mucho: la primera resolución sobre el caso de Atenco, en el que la Corte dijo: ‘sí se violaron los derechos humanos, pero no hay culpables’. Y la otra, más reciente, la de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. La Suprema Corte decidió proteger a los altos funcionarios que tuvieron responsabilidad.

“Si hay una posibilidad de que los declaren libres (a los atenquenses), a esa esperanza me aferro. Es la esperanza que sentí cuando fallaron sobre las indígenas otomíes (en abril pasado, cuando se resolvió que no se había respetado el debido proceso en las sentencias de las queretanas Alberta Alcántara y Teresa González). Eso debería ocurrir ahora, pero tengo terror, lo confieso.”

–Sobre América, ¿qué esperas?

–Me acuerdo muy bien lo que te dijo hace año y medio, cuando la entrevistaste, que si en México hubiera verdadera justicia, no dudaría en entregarse. ¿Eso ha cambiado? Creo que no. Si la Corte falla con sentido de justicia y declara la libertad de los 12 de Atenco, tendría que diseñarse una estrategia legal para que ella pudiera entregarse, defenderse y salir libre. Por el momento, ni tocar el tema.

jueves, mayo 06, 2010

Carta de Ignacio del Valle

Al iniciar a escribir estas líneas, se amontonan mis pensamientos se vuelcan en emoción; por querer hacer presencia ante ustedes, por acercarme y estrechar su mano, imagino su rostro cordial y fraterno y busco entre ustedes a los que se marcharon, pero que aún están ahí porque su memoria los hace presentes; entre ustedes, entre nosotros, entre su pueblo y los miraremos por siempre en el rostro de nuestros pueblos en cada hombre o mujer, que alza su voz en pro de un mundo mejor; porque ese fue su encargo de no rendirnos jamas y el mejor homenaje a su memoria es seguir su ejemplo.
Me permito decirles que aun a pesar de lo desesperante que se presentan los acontecimientos cotidianos en contra de la lucha de otros hermanos que también han sido reprimidos, de los niveles tan graves que ha alcanzado la inseguridad, la falta de empleo, la carestía en lo mas básico para el pueblo; tenemos que mantenernos de pie.
Sin olvidar en ningún momento a nuestros hermanos a nuestros compañeros presos, a sus familias a los que están ausentes a los que fueron sacrificados (masacrados), a sus padres.
Porque con nada alcanzaríamos a resarcir ni aliviar la perdida y el dolor de esos jóvenes casi niños que mas arrebato la bestia. Que no valen tan solo palabras, porque nada repararía ni alcansaría para sanar la herida tan profunda que nos ha dejado la sobervia que representa el poder (los dueños del dinero).
Que esto no nos resigne, ni nos haga ceder. Al contrario nos tiene que mantener firmes; pues es un motivo mas que se une a las cuasas que se vuelven inaguantables, que son los que dan origen a decidir un cambio y no quedarnos en la reflexión y en la evaluación de nuestras acciones tenemos que pasar a la verdadera participación en la construcción de la organización de unidad mas amplia en donde cada movimiento de lucha no sea aislada, ni desaparecida aceptando dadivas indignas.
Entendiendo que esto no es fácil y que reclama de disposición total y de conciencia a toda prueba. Sin caer en los extremos de protagonismo he indiferencia. Que no se nos olvide que las causas han y siguen siendo las mismas los que ostentan el poder (los dueños del dinero) sobre los de abajo (el pueblo trabajador).
Que se han adueñado no solo del fruto del trabajo del pueblo trabajador sino de los recursos naturales que no les importa el deterioro que dejan en el ambiente mirando únicamente el aumento en sus ganancias. Empobreciendo y dando cause a los mas terribles aberraciones sociales alcoholismo, prostitución, indigencia, pandillerismo, desempleo, migración, analfabetismo, inseguridad entre tantas otras de represión y muerte pues no les interesa pasar por encima de lo que sea necesario y esta amarga experiencia nos la da la historia y no la debemos olvidar pues en carne propia ya la experimentamos.
Motivo suficiente para no creer que la solución llegara por obra y buena voluntad por los que nos reprimen, porque eso nunca sucederá. Porque para ellos la buena voluntad es la ganancia en dinero, el arrebato, el engaño y si en su camino su madre representa ganancia sin duda también la venden.
Como dijeron nuestros hermanos zapatistas; a nadie le tenemos que pedir permiso para ser libres.
Que si queremos que cambien las cosas; a nadie mas le corresponde mas que a nosotros y a nadie mas.
No olvidemos que para mantenernos adormecidos, nos dan circo y miedo (represión y muerte).
Tenemos que seguir construyendo la unidad y crear nuestros proyectos de autosuficiencia, en todos los ámbitos por pequeños que parezcan son la base para desarrollar otros de mayor tamaño; y dar inicio ya porque no nos tenemos que quedar tan solo con los buenos deseos de que si se puede tenemos que arriesgarnos: no importa cuantas veces nos caigamos lo importante es levantarnos y seguir! O si avanzamos lentamente lo interesante esta en no detenerte! Porque la fe se presenta sin rumbo y necesita quien la guie!
Porque la realidad es que tenemos lo mas importante; la concienca la que nos da lo que otros han perdido en las primeras batallas la que nos obliga a continuar la marcha.
Porque no tenemos que dormirnos en la contemplación de nuestros heridos y desatinos ni conmiserarnos ante nadie.
Porque la vida no se detiene y menos aún en las manos por las que han luchado por ella! Por esas manos que se volvieron banderas de esperanza y agitaran corazones libertarios!
Tenemos los materiales necesarios para construir amaneceres de luz y libertad.
Porque ningún camino nos llevará a donde queremos llegar, si no lo reconocemos y nosotros ya lo recorrimos a través de nuestros abuelos; porque somos el ayer y el presente de nuestros nietos.
Bajar banderas sería un horror, y mantenerlas levantadas es mantenernos en el camino correcto.
Que nuestra memoria de lo acontecido, no se quede en tan solo un acto pasivo y de contemplación, o en un homenaje de dolor y de tristeza: al contrario nos coloque en el camino de lucha y unidad, de evaluación y reflexión crítica y sobre todo de participación.
Que el verdadero enemigo es el sistema que nos hace depender a sus intereses, administrando nuestras vidas con dadivas miceras he indignas, represión y muerte; cambia a nuestros hermanos en contra de su pueblo, aplicando artimañas vergonzosas he inmorales (divide y controlaras, al perro un hueso y se callara, el que paga manda, y le ponen precio a tu voluntad).
Nos vuelve criminales y nos aplica su ley infranqueable a toda luz nos persigue, nos mata, nos desaparece, nos despoja.
Es demasiado extenso enumerar los agravios al pueblo.
Ellos ricos de dinero y de poder – nosotros llenos de miseria
Ellos disque nos representan – nosotros los agachados
Ellos los patrones – nosotros los asalariados (explotados)
Ellos los de arriba – nosotros los de abajo
Ellos los represores – nosotros los reprimidos
Ellos extrema riqueza – nosotros extrema pobreza
Ellos zanganos – nosotros los obreros
Ellos hacen las guerras – nosotros carne de cañon
Ellos las instituciones – nosotros carne de presidio, los perseguidos
Nosotros los masacrados y desaparecidos – ellos los asesinos!
Nosotros los rebeldes, los que resistimos, los que no nos resignamos, los que no olvidamos!
No se cuantas leyes tenga la dialéctica pero una de ellas habla de la unidad y lucha de contrarios que a fin de cuentas es un ciclo que da paso a otro en donde prevalezca, la equidad, el equilibrio, basado en el respeto legitimo y natural concepto primordial de convivencia entre seres llamados humanos. Sin lugar a duda nos ha tocado cosechar lo que otros han sembrado y hoy nos toca continuar sembrar y cultivar la semilla de la vida. Manjar que guarda la eterna luz que florecerá en el alba ante el despertar de otras generaciones.
A ustedes compañeros todos (as) que han estado con nosotros y nos han traido de su pan, de su mano el apoyo que han hecho suyo nuestro dolor y rabia. A ustedes todos (as) nuestra gratitud por siempre, por su auxilio, por sus enseñanzas de seguir la marcha, por conseguir lo que no es tuyo ni mio, lo que pertenece a todos, a los de aquí a los de alla, a los de ayer a los de hoy a los que llegarán mañana, para que no sea bruma, ni incierta su llegada, sin grilletes ni vendas en los ojos, ni amargura en su corazón.
Ya es tiempo de hacer lo que consideramos, sin pedir permiso a nada. Ya es tiempo de hacer lo que consideramos hacer sin pedirle permiso a nada ni a nadie porque nadie hara lo que a cada quien le correspone hacer, reflexionemos, evaluemos, propongamos, decidamos pero ya iniciemos o continuemos; que la certeza llegara cuando tus deseos dejen de ser palabras y se conviertan en acciones.
A todos (as) hermanos (as) que luchan por su derecho en otros lugares, en la colonia, en la escuela, en la mina, en la fabrica, en su despido laboral injustificado, en la selva en el exilio a todos (as) los que resisten luchando por el respeto a una vida digna y condecoro va un fuerte abrazo fraterno y de lucha sin tregua.
A unir y decidir ese cambio para todos a través de la unidad, local, regional, nacional, internacional, porque las crisis no las sufren los que las propician; porque es cuando aumentan sus ganancias y cuando mas jugo le sacan al dolor del pueblo.
¡¿Qué les puedo decir de dolor y de miseria?! Es como si preguntaramos de tristeza en un velorio! O que hablaramos de asfixia estando sumergidos en el agua!
Los exorto a que nos reunamos y expongamos nuestros puntos de vista en el que hacer para verdaderamente incidir en la unidad y el fortalecimiento de un proyecto de nación y trabajar en lo que coincidimos y en lo que no coincidimos respetarnos.
No te pido que luches por mi, pero si te pido que luches por ti, que si lo haces, es posible que tu lucha se extienda a los demás! Y sin duda en ese camino me encontrarás!
Tampoco te pido que seas como yo, o que imites lo que yo hago, decídete he inicia lo que consideres, que el sabor del fruto de tu esfuerzo te aconsejara cuando debas cosechar!
Que tu credo no se base en lo que otros dicen, que sea lo que tus fracasos o aciertos te hallan enseñado! Asi no tendras que depender de nadie porque tu seras dueño absoluto de tus actos.
Porque la vida es lucha constante ininterrumpida, ejercicio interminable del corazón; que traciende a la misma muerte y aun asi existe; nuestro espíritu el decidir, el atreverse solo esta en ti; porque cuando no se quiere aunque te empujen; no lo haras!
Porque cada quien decide el camino que quiere andar; aunque este no nos lleve a ningún lugar!
Los días buenos llegarán llenos de lúz no porque sea natural; sino porque se unieron muchos cantos para levantar al sol, eso si es extraordinario y sin duda natural!
¡Porque aquí, allá tu lucha seguirá! ¡Porque esto ya comenzó y nadie lo va a parar! ¡Porque la tierra no se vende, se ama y se defiende! ¡Ni la sangre de los abuelos esta a la venta! ¡Metele a la marcha, metele al tambor, metele que traigo un pueblo en mi voz!
Metele a la marcha, metele al tambor, metele que traigo la revolucón! Y en mi puño mi machete que en su filo hace que brille el sol! Zapata vive la lucha sigue! ¡Ni la distancia, ni el tiempo nos separán! ¡Poruqe de ese mismo tamaño es el miedo que nos tienen!
Saludos a todos todas quien no los olvida ¡Ni perdón, ni olvido!
Ignacio del Valle

sábado, junio 27, 2009

Impiden atenquenses que la casa de Ignacio del Valle fuera embargada

Pretenden quitar casa a líder de Atenco preso
La Secretaría de Finanzas mexiquense embargará la vivienda de Ignacio del Valle, dirigente del FPDT, en cumplimiento de una orden judicial, debido a que una de las sentencias al luchador social incluye una multa de 157 mil pesos. Es “insólita e ilegal” la medida, advirtió la defensa de Del Valle. En la imagen, cadena humana contra la incautación, que sería ejecutada ayer, pero no se concretó.Foto Javier Salinas.


MÉXICO, D.F., 26 de junio (apro).- Miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) impidieron este viernes el embargo de la casa del líder de esa organización, Ignacio del Valle Medina, sentenciado a 60 años de prisión.
La acción, promovida por la Secretaría de Finanzas del estado de México en Texcoco, obedece al pago de la multa impuesta por el juez 1 penal de primera instancia contra Ovalle Medina.
Ante ello, simpatizantes del FPDT acudieron hoy al Centro de Servicios Fiscales de Texcoco para solicitar que se aplazara la ejecución del embargo, argumentando ilegalidad en la solicitud del pago de más de 150 mil pesos como multa para resarcir daños.
Mientras tanto, en el domicilio del líder de los comuneros de Atenco, otro grupo de personas se reunió en la propiedad donde habita la familia de Ignacio del Valle, a fin de resguardarla y, en su caso, evitar que se ejecutara el embargo.
El requerimiento 12-10-TEX-123/09 establece que el mandamiento de ejecución se realizó el 5 de junio, pero se notificó hasta el día 25, día en que el hijo de Ignacio del Valle, Ulises del Valle Ramírez, recibió el documento.
El líder del FPDT está detenido desde mayo de 2006, luego de los enfrentamientos en San Mateo Atenco entre pobladores y autoridades estatales, que se opusieron a la reubicación de varios floristas del municipio de Texcoco.
Y la multa de más de 150 mil pesos impuesta por juez 1 penal a Ignacio del Valle está relacionada con una sentencia de 60 años y seis meses de prisión por el secuestro equiparado de funcionarios estatales durante febrero y abril de 2006.

lunes, abril 06, 2009

Atenco: venganza de Estado

Felipe Álvarez Hernández, Héctor Galindo Gochicoa, Ignacio del Valle Medina. Tres nombres que, contra todo cálculo del poder, en vez de sepultarse bajo el olvido, cada día que pasa crecen y se graban más hondo en la conciencia colectiva, resistente pese a todo a la impúdica manipulación noticiera-telenovelera de gobiernos como el del estado de México. La brutalidad jurídica con que han sido tratados estos tres hombres no desmerece ante la brutalidad policiaca con la que fueron detenidos, ni la brutalidad mediática de las televisoras y la prensa desde antes de su aprehensión.
Hoy, cuando pasan tantas cosas feas y vergonzosas, ciuando hay grandes zonas del país en proceso agudo de descomposición social y la dictadura del consumo impone carretadas de “famosos” a modo de identidad colectiva con cero calorías, los tres presos a perpetuidad de Atenco son famosos en nuestros corazones, y mientras más permanezcan en prisión, más lo serán: su mera existencia desenmascara una miseria de México que en el extranjero llama poderosamente la atención.
En mayo de 2006, la sociedad permitió que los vejara el Estado, convertido en vengador vulgar y cínico, omiso de los mínimos derechos humanos. Las pambas, patizas, madrizas colectivas que practicaron las policías federal y mexiquense en las personas de los más de 200 detenidos pusieron en alto la “hombría” y eficacia de nuestras fuerzas del orden, que se comportaron como pandillas sin control y con permiso, como hordas montoneras protegidas, si no por la ley, por quienes la administran. Y así consumaron delitos tipificables en la legislación nacional e internacional, pero típicamente impunes.
Asesinaron niños, violaron (famosamente) mujeres y hombres, “desgüevaron” a líderes esposados y ya con el rostro reventado a puñetazos y toletazos, amenazaron de muerte a decenas de personas, realizaron actos de exhibicionismo patológico con las armas que el gobierno les dio y emplearon su miembro “viril” como otro instrumento de tortura. Al cabo, y qué.
El gobernador priísta Enrique Peña Nieto y sus jerarcas policiales y judiciales dieron una lección a los revoltosos (al gobierno federal panista, ya con sus pininos a cuestas contra los altermundistas en Guadalajara): “Así se hacen las cosas, y salen bien”. Y las encuestas (oh-sí-populares) siguen premiando al gobernador de marras. Tal vez eso sea lo más alarmante del caso Atenco.
Castigando a escala estratosférica a los líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, a su abogado Héctor Galindo como “autor intelectual” y a los 13 últimos chivos expiatorios que tienen en común ser originarios del lugar de los hechos, el Estado usa las policías, los tribunales y las cárceles como instrumentos de venganza y escarmiento contra ciudadanos que se atrevieron a desafiarlo, no con intenciones criminales, sino por defender sus fertilísimas tierras de ser cubiertas bajo la plancha kilométrica de un aeropuerto que pudo ser el más grande de América Latina. Y eso calienta: pregúntenles si no a los Fox, los Bribiesca, los Montiel, los Peña Nieto y sus socios.
Los tres de Atenco coinciden en el horrendo penal del Altiplano con Jacobo Silva Nogales, a quien las autoridades no pudieron colgarle 67 ni más de 100 años de condena, pero sí le han hecho un infierno (calculadamente) su estadía en las instalaciones federales de alta seguridad, donde lleva más de una década. Ya debía estar libre, pero la justicia mexicana se las arregla para prolongar su cautiverio y el de Gloria Arenas Agis, en Chiconautla, confirmando su vengativa parcialidad. La tortura intracarcelaria contra Silva Nogales ha sido salvaje: 23 horas al día sin salir ni moverse; aislamiento absoluto; humillación continua de carceleros y autoridades; la prohibición formal (oficio mediante) de que pinte (que es su actividad más saludable), lea, duerma o coma dignamente.
Los “delitos” que purgan los dirigentes de Atenco (como esa aberración jurídica, aprobada por el Congreso, del “secuestro equiparado”) ni siquiera hay evidencia de que los hayan cometido Felipe Álvarez, Ignacio del Valle ni Héctor Galindo. Pero, como bien enseñan los sherifes allá del norte con el caso del líder lakota Leonard Peltier, “alguien tiene que pagar”. La justicia mexicana se exhibe así como revanchista, y solapa un rosario de ilegalidades y crímenes que forman parte del modus operandi del Estado.
Mientras estos prisioneros políticos sigan tras las rejas, torturados y condenados con saña (esa medida de la “justicia” neoliberal), y los traten peor que a los narcos y secuestradores con quienes se les “equipara”, los mexicanos seguiremos muy avergonzados de los actuales gobernantes, los futuros candidatos y los tribunales de justicia.