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viernes, noviembre 26, 2010

La revolución necesaria

Orgullo por la Revolución mexicana.

John M. Ackerman

MÉXICO, D.F., 23 de noviembre.- “I think you have to be crazy to be a revolutionary in a country like Mexico today”, exclamó en 2001 el recién estrenado secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de la alternancia, Jorge Castañeda Gutman. Poco antes, en noviembre de 2000, el mismo Vicente Fox se atrevió a declarar que por su cuenta corría que para el final de su sexenio en lugar de celebrar la Revolución el 20 de noviembre los mexicanos celebraríamos la culminación del Plan Puebla-Panamá. Felipe Calderón también ha sido explícito en su intención de priorizar este año el legado de la Independencia por encima del de la Revolución, y de enaltecer el papel de la Iglesia y las Fuerzas Armadas por encima de la movilización ciudadana en la construcción histórica del país.

Todavía hoy, Castañeda, junto con Héctor Aguilar Camín y un grupo de intelectuales muy cercanos al poder, mantienen incólume su férrea intolerancia antirrevolucionaria. “México es preso de su historia”, afirman estos dos autores en su texto Un futuro para México, y precisan: “ideas, sentimientos e intereses heredados le impiden moverse con rapidez al lugar que anhelan sus ciudadanos. La historia acumulada en la cabeza y en los sentimientos de la nación –en sus leyes, en sus instituciones, en sus hábitos y fantasías– obstruye su camino al futuro”. La Iniciativa México no ha hecho más que retomar esta misma idea cuando Javier Aguirre y otras figuras públicas llaman a “enterrar el México de los complejos y alumbrar el México de hombres y mujeres seguros de sí mismos”.

José Woldenberg también se suma resuelto a la comunidad de críticos de los “revolucionarios” cuando, en la celebración de los 20 años del Instituto Federal Electoral (IFE), dice que solamente “muy pequeños grupos y expresiones excéntricas” no comparten el “acuerdo profundo” de que “sólo la voluntad de los ciudadanos expresada en las urnas es y puede ser la fuente de legitimidad de los gobiernos”. Hay que reconocer que para el exconsejero presidente del IFE los revolucionarios de hoy no serían una bola de “locos” (Castañeda dixit), sino simplemente unos “excéntricos” o “weirdos”.

La realidad, sin embargo, desmiente los anhelos supuestamente “modernizadores” de intelectuales, políticos y poderes fácticos. Hoy, el espíritu revolucionario se mantiene más vivo que nunca en el país. El periódico Reforma recientemente dio a conocer que 64% de la población siente “mucho orgullo” por la Revolución Mexicana. Es más, hasta encuestadores como Ulises Beltrán, quien trabajó en Los Pinos con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, han tenido que reconocer que millones de mexicanos manifiestan que una nueva revolución no es solamente posible, sino necesaria.

Una encuesta de BGC, Beltrán y Asociados, publicada el 20 de septiembre en el periódico Excélsior, llega a una conclusión estremecedora: 14% de los encuestados afirman que no creen que “las condiciones de desigualdad y pobreza puedan resolverse actualmente poco a poco y de forma pacífica”, sino que “sólo se darán con un nuevo enfrentamiento armado entre los mexicanos, como ocurrió en la Independencia y la Revolución”. Probablemente ese porcentaje podría alcanzar niveles mucho más altos en la población en general, ya que la encuesta se realizó por teléfono y únicamente recogió las opiniones de los ciudadanos con mayores ingresos y escolaridad.

Hoy somos aproximadamente 110 millones de mexicanos. El 14% por ciento de la población equivaldría a 15.4 millones de personas, y ello representa más de los 15 millones de votos que Felipe Calderón habría recibido en las controvertidas elecciones presidenciales de 2006. Aún si restáramos a los menores de edad por no formar parte del universo de encuestados, todavía tendríamos una masa crítica de por lo menos unos 10 millones de revolucionarios adultos hoy en México. Independientemente de lo que uno pudiera opinar sobre estos datos, resulta muy irresponsable simplemente ignorar la realidad y descalificar a estos compatriotas como “locos” o “excéntricos”.

Ahora bien, la existencia de tantos mexicanos que consideran que la vía armada sería la única forma de resolver la desigualdad y la pobreza que aquejan al país no debe ser vista como un reflejo de una cultura política “atrasada”, sino como la consecuencia directa del claro fracaso de los gobiernos de la alternancia para resolver los problemas más urgentes de la población. Una gran cantidad de mexicanos están hartos del constante abuso de autoridad, del estancamiento económico y de la franca ineficacia gubernamental. Estos mexicanos se hallan convencidos de que la clase política actual está más preocupada por asegurar el siguiente cargo y cuidar sus propios intereses que por lograr el desarrollo nacional.

Muchos entonces han llegado a la conclusión de que continuar por esta peligrosa senda eventualmente se nos podría arrojar al abismo de un golpe de Estado, una intervención extranjera o una guerra civil. En lugar de seguir de frente hacia este callejón sin salida, los nuevos revolucionarios piensan que habría que abonar a la construcción de claras alternativas sociales y políticas para cambiar de rumbo el país.

Afortunadamente, la vía armada está totalmente cancelada en los hechos. Por mucho que 10 o 15 millones de personas estuvieran convencidas de la necesidad de tomar las armas, esta estrategia estaría destinada al fracaso ante el poderío militar del gobierno y los narcotraficantes, así como el intervencionismo estadunidense cada día más pronunciado. Sin embargo, un gran levantamiento cívico, una resistencia civil pacífica generalizada y desde las bases, de ninguna manera estaría fuera de lugar. De hecho, ese puede ser el único camino que nos queda disponible para empezar a reconstruir nuestra dolida y saqueada nación. Otra revolución, esta vez pacífica y civil, es efectivamente necesaria. l

www.johnackerman.blogspot.com

twitter: @JohnMAckerman

lunes, octubre 26, 2009

En pleno conflicto con el SME, inaugura Calderón interconexión eléctrica con Guatemala

La obra, según Calderón, es el primer paso para la expanción eléctrica de Mesoamérica, que va desde México hasta Panamá, como está contemplado en el Plan Puebla Panamá.

Guatemala, 26 oct (EFE).- Los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Guatemala, Álvaro Colom, inauguraron hoy la interconexión eléctrica entre los dos países, que beneficiará a casi un millón de usuarios guatemaltecos.La subestación “Los Brillantes”, que interconecta a los dos países, está ubicada en el departamento de Retalhuleu, en la costa sur de Guatemala, en donde Calderón inició su visita oficial de dos días a este país centroamericano.Esa subestación quedó conectada con otra que está en Tapachula (México) y el proyecto, de 103 kilómetros de longitud (71 del lado guatemalteco y 32 del mexicano) entre los dos países, tuvo un costo de 55 millones de dólares.Calderón dijo durante la inauguración de la obra que “la luz que iluminará los municipios de Guatemala es una muestra de solidaridad de México”.Hoy “México y Guatemala quedan unidos por la electricidad que traerá beneficios a las industrias y desarrollo a los pueblos” de ambos lados, aseguró el jefe de Estado.Inicialmente, el proyecto tendrá una capacidad de 200 megavatios (400 kilovatios) que permitirá a Guatemala atender la creciente demanda.La obra, según Calderón, es el primer paso para la interconexión eléctrica de Mesoamérica, que va desde su país hasta Panamá, como está contemplado en el Plan Puebla Panamá (PPP).La interconexión eléctrica entre México y Guatemala, enfatizó, “dará energía más barata y más accesible a los consumidores guatemaltecos y generará estabilidad” en el sistema del país centroamericano.Calderón dijo que el proyecto también conviene a su país, porque le permite tener más reservas de energía y más capacidad de generación instalada por las inversiones que se han realizado.“Estamos avanzando en el mercado eléctrico regional que dará seguridad a Centroamérica” y México y Guatemala ya dieron el primer paso, señaló.El presidente de México también sostuvo que su país está decidido a fortalecer el proyecto de interconexión en Mesoamérica, porque “es un aliciente poderoso para elevar el bienestar de la población”.Por su parte, el gobernante guatemalteco destacó que lo importante es que “hoy comienza a fluir la energía eléctrica”.Colom destacó los lazos de cooperación que existen entre su país y México, y reiteró que hoy han dado “un paso importante con la interconexión eléctrica que beneficiará a nuestros pueblos”.Después de la inauguración de la obra, Calderón se trasladó a la capital, en donde su colega guatemalteco, le recibirá con honores de jefe de Estado en un acto en el Palacio Nacional de la Cultura.Enseguida, ambos mantendrán una reunión privada para discutir aspectos de cooperación en materia comercial y de seguridad y firmarán una declaración conjunta.Calderón tiene programado visitar hoy el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y la Municipalidad.Calderón y Colom viajarán mañana, martes, a la comunidad indígena de Xalbal, en la zona de Ixcán del departamento de Quiché, en donde se realizará un acto popular de “agradecimiento a México”, por parte de los guatemaltecos que encontraron refugio en ese país durante la guerra interna de 36 años (1960-1996) que padeció Guatemala.Después se desplazarán hacia El Ceibo, en el departamento de Petén (norte) fronterizo con México, en donde inaugurarán la carretera “Lagunitas-El Ceibo”, que unirá a Petén con los estados mexicanos de Chiapas y Tabasco.Calderón tiene previsto regresar a México en la tarde del martes.

jueves, abril 23, 2009

Geopolítica antinacional

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Una serie de eventos recientes refleja nula visión geopolítica del presidente Calderón y la mayoría del Senado, mientras la estrategia estadounidense se impone.
1)
La visita del presidente Obama preparada por la secretaria Clinton, negando, condescendiente que seamos un Estado fallido, afirmación contradicha simultáneamente por la secretaria de Seguridad en el Senado de EU, enfatizando que sí lo somos. Obama brilló, abrió los brazos y no prometió nada, narró EL UNIVERSAL. Se centró en el narcotráfico reconociendo corresponsabilidad, pero en cuanto al tráfico de armas de EU a México, que han hecho del crimen organizado un ejército paralelo que asesina a policías, militares e inocentes, Obama aclaró que no buscará anular la ley que permite este tráfico mortal. Se crea una comisión binacional en México para combatir aquí el narcotráfico, interfiriendo en la autoridad interna, sin una comisión binacional para atacar allá el problema. Nos envían un embajador experto en reconstruir estados fallidos, mensaje inequívoco; sustituye a otro, experto en petróleo, que acompañó la desnacionalización de nuestra industria petrolera.
2) El Senado aprueba la solicitud del Presidente para permitir que la Armada de México participe en “ejercicios navales” llamados UNITAS, bajo el mando de la Armada de EU. Defienden la aprobación con argumentos pedestres. Una ex secretaria de Relaciones Exteriores “priísta” afirmó haberse opuesto en el pasado a esos ejercicios porque respondían a la guerra fría; hoy son útiles, nos enseñan; si alegamos que el narcotráfico es transnacional, es congruente combatirlo con EU. El secretario de Marina, obsecuente a la participación en ejercicios bajo el mando estadounidense, porque es lucha común contra el crimen, reconoce paladinamente que en ejercicio anterior se fueron sin permiso. Los senadores aplauden agradecidos que ahora el Presidente respete la Constitución tomándolos en cuenta, se apresuran a aprobar la misión inconstitucional por tan generoso gesto.
Se reconoce que es la primera vez en nuestra historia que se unirán a fuerzas navales extranjeras bajo el mando del Comando Sur, lo justifica el narcotráfico. Pero el verdadero sentido de estas maniobras fue descrito días antes de la aprobación —dando ésta por sentado—, en una conferencia en el Departamento de Defensa estadounidense, por el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Carthwright, quien describió un acuerdo con militares mexicanos para cooperar en muchas áreas en las que nunca habíamos participado, no sólo en entrenamientos sino a nivel operacional, apoyo en sus conflictos con las drogas pero también en su capacidad para defender su país, en guerra irregular, contrainsurgencia, como nunca antes. ¿De quién van a ayudar a defender a México, integrados en la estrategia militar del Comando Norte y del Comando Sur? Los senadores y el Presidente consideraron que se trata sólo de un apoyo contra el crimen, en un aberrante sometimiento geopolítico, rechazado anteriormente conforme a nuestra doctrina militar de neutralidad.
3) Otra claudicación es la propuesta de Calderón en la quinta Cumbre de las Américas de impulsar la integración de mercados regionales y continentales de energía. Anunció la próxima inauguración en Guatemala de la primera red de electricidad generada en México hacia Centroamérica. Hace suya la estrategia estadounidense de controlar esa integración, el Plan Puebla-Panamá, que pretende integrar una red dominada por empresas de ese país, ya instaladas en nuestras fronteras norte y sur, utilizando nuestros recursos energéticos, nuestra mano de obra para beneficiar a sus empresas transnacionales y ejercer el dominio estratégico de la energía continental.
mbartlett_diaz@hotmail.com
Ex secretario de Estado