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viernes, junio 04, 2010

Historia de Gamboa Patrón, el incombustible

Gamboa Patrón, nuevo líder de la CNOP.

Jenaro Villamil


MÉXICO, D.F., 1 de junio (apro).- Incombustible, Emilio Gamboa Patrón fue designado por aclamación el pasado fin de semana como nuevo dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) del PRI, el llamado “sector popular”. Su designación fue el producto de una negociación cupular prolongada desde el año pasado.

Por su puesto, su interés no está sólo en revivir al “tercer sector” del corporativismo priista. Él, acostumbrado a los entretelones del poder político, al poder del picaporte y no al activismo de masas, al clientelismo de gran escala, hará lo que siempre ha hecho desde que Carlos Salinas lo eligió como operador político en el seno de “la familia feliz” de Miguel de la Madrid: negociar, pactar e interceder para que los grupos priistas, en pos de la sucesión del 2012, no se destruyan en el camino.

Según varias versiones de los corredores del poder político priista, Gamboa Patrón va en pos de la dirigencia nacional del mismo partido para sustituir en el momento necesario a Beatriz Paredes, a quien sus seguidores ya la colocan como candidata a jefa de Gobierno del Distrito Federal, con el apoyo pleno del dinero y la operación política de Enrique Peña Nieto.

Se dice que Gamboa Patrón “se lleva bien con todos” los involucrados en la lucha por la nominación de la candidatura presidencial del PRI: con Peña Nieto y sus extensiones en varios estados (Ivonne Ortega, en Yucatán; Félix González Canto, en Quintana Roo; Miguel Osorio Chong, en Hidalgo; Rodrigo Medina, en Nuevo León), con el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones, su “hermano” desde los tiempos salinistas; con el veracruzano Fidel Herrera, quien, simbólicamente, se descartó como sucesor de Beatriz Paredes; con Francisco Rojas, coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro, quien aspira también a la nominación priista.

En esencia, lo que han decidido los clanes y grupos de poder dentro del PRI es un broker, un intermediario, un negociador de posiciones y parcelas de poder en pos del 2012.

Aquellas grabaciones

El pasado inmediato persigue los altos fines de Emilio Gamboa Patrón. El político de origen yucateco siempre saluda agitadamente, reparte sonrisas, aun a sus más incómodos críticos; contesta decenas de llamadas a su celular, al tiempo que está pendiente de las conversaciones circundantes. No pierde el detalle ni la compostura, aunque siempre ande con prisa. Es un “correcaminos de la política”. Hábil para olfatear algún asunto que necesite de sus artes como “operador político”, veloz para ofrecer sus servicios de intermediación. Eficaz y discreto, según sus seguidores.

Sin embargo, aquella mañana del 12 de septiembre de 2006 el buen semblante le cambió, la indiscreción estalló y la prisa lo alcanzó. Recién nombrado coordinador de los diputados del PRI para la legislatura que culminó en el 2009 y presidente de la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, Gamboa Patrón enfrentaba un nuevo escándalo mediático que lo vinculaba con uno de los empresarios corruptores, cuyo rastro llegaba hasta la red de pederastas de Jean Succar Kuri, en Quintana Roo.

Esa mañana en el noticiario radiofónico Hoy por Hoy --conducido por Carmen Aristegui-- y en el periódico La Jornada se divulgó la siguiente conversación:

--Papito, ¿dónde andas cabrón? –saluda Emilio Gamboa Patrón.

--Pues aquí estoy en este pinche pueblo de los demonios, papá –le responde con voz ronca Kamel Nacif.

--Pero ¿dónde andas mi rey? Porque habla uno todo el día bien de ti, pero te pierdes hijo de la chingada.

--Pues ando chingándole, no queda otra… ¿Y cómo estás tú, senador?

--Uy, a toda madre, aquí echando una comida con unos senadores, que si te cuento te… (inaudible) cabrón.

--¿De dónde?

--Vamos a sacar la reforma del hipódromo, cabrón, ya no del juego… del hipódromo.

--¿Para qué?

--Para hacer juego ahí, cabrón.

--¿Cómo?... Bueno…

--¿Cómo lo ves?

--No, no la chingues.

--Entonces, lo que tú digas, cabrón, lo que tú digas, por ahí vamos, cabrón.

--No, dale pa’ tras, papá.

--Pues, entonces va pa’ tras, esa chingadera no pasa en el Senado, eh.

--¡A huevo!

--Ok.

--Pues a huevo!

--Te mando mi cariño.

--¿Cuándo nos vemos? –pregunta inquieto Nacif.

--Cuando quieras mi Kamelito.

--Pues cuando tú digas…

--Regresando, yo me voy a Washington a ver a unos cabrones, pero regresando te veo… Regresando yo te llamo… créeme que yo te llamo… ya no me llames… yo te llamo amigo.

--Orale senador.

--Un abrazo.

--Estáte bien, bye.

La grabación se interrumpe. En otra llamada, se escucha a Kamel Nacif hablar con su hija.

--¿Qué pasó, mi amor?

--Nada papi, qué haces…

--Estaba hablando con el Gamboa y con otro senador.

--Ah, y ahora, ¿qué traes problemas?

-No. Me buscan todos para ver de a cómo le caigo.

--(Risas) Ah, bueno.

En el momento de la difusión de esta conversación telefónica, Emilio Gamboa Patrón había conseguido, por quinto sexenio consecutivo, mantenerse en un lugar privilegiado, a pesar de la derrota del PRI, su partido, por segundo sexenio consecutivo en la Presidencia de la República.

El político logró el anhelado fuero legislativo, esa otra fórmula de la impunidad al estilo mexicano que se ha convertido en una regla no escrita en la clase política, aún con la alternancia entre el PRI y el PAN, y las promesas incumplidas de la rendición de cuentas.

Vivir en el presupuesto

El vínculo de Gamboa Patrón con la red de pederastas es tan sólo una de las muchas pistas oscuras que este político ha dejado a lo largo de su carrera transexenal.

La fortuna ha favorecido en su ascenso burocrático a este político nacido el 23 de agosto de 1950 en la Ciudad de México.

Egresado de la Universidad Iberoamericana como licenciado en relaciones industriales, Gamboa se enroló en 1972, a los 22 años de edad, en el PRI; y su objetivo fue uno sólo: el ascenso a la elite gobernante. Lo logró con creces.

Apoyado por su amigo Genaro Borrego, de la misma generación de la Iberoamericana, Gamboa Patrón fue secretario auxiliar de Ricardo García Sáinz, efímero secretario de Programación y Presupuesto en el sexenio de José López Portillo (1978); se distanció del exdirector del Seguro Social para enrolarse a la corriente tecnocrática de Miguel de la Madrid, quien lo nombró su secretario particular (1979) y logró encumbrarse junto con la llamada “Familia Feliz” en la Presidencia de la República (1982-1988), siempre como hábil secretario y dueño del picaporte de Los Pinos.

Desde esa posición, Gamboa Patrón fue el artífice del ascenso al poder del grupo conocido como Los Toficos, la camarilla a la cual pertenecía Carlos Salinas de Gortari, secretario de Programación y Presupuesto en el sexernio de De la Madrid.

Gamboa jugó un factor clave, reconocido por el propio Salinas, en el proceso para la nominación del sucesor del jefe de ambos, Miguel de la Madrid. A lo largo del sexenio de la “renovación moral”, Gamboa Patrón utilizó su influencia para eliminar del camino a posibles competidores de Salinas de Gortari, como el entonces joven gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo; el secretario de Hacienda, Jesús Silva Herzog; y Manuel Bartlett, el secretario de Gobernación.

En retribución a los favores ejercidos, durante el sexenio salinista, Gamboa Patrón ocupó las tres posiciones que había negociado con su aliado: director del Infonavit (1988-1990), director del Instituto Mexicano del Seguro Social (1990-1993) y secretario de Comunicaciones y Transportes (1993-1994).

Su capacidad para ser funcionario plurinominal fue de la mano con su habilidad para estar siempre presente en las principales intrigas palaciegas y en los procesos de sucesión presidencial.

Gamboa Patrón apoyó la candidatura de Luis Donaldo Colosio (1994), pero tras el crimen político del sonorense no tuvo mayor problema para enrolarse en el equipo de Ernesto Zedillo. Su audaz cambio de estafeta motivó que Salinas de Gortari lo considerara un “traidor”.

En el zedillismo, Gamboa Patrón comprobó que no viviría fuera del presupuesto: fue director de la Lotería Nacional (1994-1995), director de Fonatur (1996-1998), subsecretario de Comunicación de la Secretaría de Gobernación (1998-2000) y por tercer sexenio consecutivo le apostó a ser el consejero más importante del candidato presidencial del PRI: Francisco Labastida Ochoa (2000). Coordinó su campaña presidencial, marginando a la dirigencia del partido, encabezada entonces por su contemporánea y paisana, Dulce María Sauri, exgobernadora de Yucatán.

La derrota del PRI en las elecciones presidenciales no descobijó a Gamboa Patrón, a diferencia de muchos otros priistas.

Durante seis años estuvo en el Senado de la República, como el vicecoordinador y operador de la frustrada candidatura presidencial priista de Enrique Jackson. Gracias a su apoyo a la Ley Televisa y a su inocultable favoritismo con los concesionarios de radio y televisión, Gamboa Patrón logró colarse en la campaña de Roberto Madrazo (2006), garantizando su permanencia como candidato a diputado plurinominal por Yucatán.

Con el calderonismo, Gamboa Patrón comparte con su viejo amigo y compadre, Manlio Fabio Beltrones, la coordinación de las bancadas priistas en el Congreso y el papel de oposición “socialmente útil” al proyecto económico del PAN.

Sin ser economista, ni abogado ni tener grandes dotes intelectuales, Gamboa Patrón ha logrado convertirse en pieza clave de las camarillas que transformaron el modelo económico mexicano, al tiempo que mantuvieron las reglas no escritas de la impunidad como manto protector de lo que aún denominan como “El Sistema”.

Transexenal su trayectoria, “metapartidista” su poder, Gamboa Patrón ha logrado la hazaña de casi tres décadas de permanencia ininterrumpida haciendo suya la máxima de Carlos Hank González, el político al que él ha afirmado que más admira: “Político pobre es un pobre político”. Y la ostentación de recursos públicos y de contratos polémicos han sido las constantes en los diversos cargos que ha desempeñado. Por supuesto, el dinero que le sirve para operar tan hábilmente siempre proviene del erario y no de su fortuna personal.

En la entrevista con el blog Galería de Triunfadores, en octubre de 2007, Gamboa Patrón definió así sus cualidades:

“Soy una persona de resultados. Así me considero. Estoy desde 1981 en los primeros niveles de la política de mi país. En política se hacen adversarios, no digo enemigos, yo no los tengo, no los considero… Lo más importante en política es ser eficaz y eficiente con un instrumento fundamental: la lealtad a mis jefes, a mi partido y a mis principios.”

Esa lealtad ha sido puesta en duda no pocas veces. Su exjefe y aliado, Carlos Salinas de Gortari, lo acusó de “traidor” en el capítulo 12 de sus memorias México, un Paso Difícil Hacia la Modernidad. En una nota al pie de página, el expresidente le pasa la factura a Gamboa por su alianza con Ernesto Zedillo:

“Quienes traicionan a un amigo, no merecen otras palabras que las expresadas por el expresidente de España, Felipe González, a propósito de la traición que él mismo padeció: ‘la pasión por subirse sobre el que ha caído para parecer más alto está muy extendida. Los que se suben suelen ser los que limpiaban con la lengua los zapatos del caído’. El País, noviembre 24, 1999. Ese sería el caso de la traición que padecieron, entre otros, Jaime Serra y José Córdoba, dos amigos íntimos de Zedillo. En mi caso, algunos amigos no se comportaron correctamente, entre otros, Manuel Camacho y Emilio Gamboa.” (México, un Paso Difícil Hacia la Modernidad, Ed. Plaza y Janés, p. 1266).

Catorce años después del distanciamiento público y ocho después de que Salinas publicara su voluminoso libro, Gamboa Patrón y el expresidente se encontraron públicamente el 28 de junio de 2008 en la boda de la hija de Manlio Fabio Beltrones, el coordinador de los senadores del PRI, aspirante a la Presidencia de la República, y amigo de ambos.

Crónicas periodísticas como las de Joaquín López Dóriga, publicada en Milenio Diario el 3 de julio, refieren que Gamboa y Salinas estuvieron juntos hasta el amanecer y se dejaron en la fuente de Petróleos, quizá alguna metáfora no explícita de que la reconciliación- más bien es una alianza forzada por la reforma energética del calderonismo.

--¿Usted cree, como Hank González, que ‘un político pobre es un pobre político’? –le preguntó José Martínez Bolio en el blog Galería de Triunfadores.

Magnánimo y sencillo, Gamboa Patrón respondió:

“La política me ha dado la posibilidad de vivir bien, pero nunca en los 35 años de funcionario público he hecho un negocio, ni tengo socios, pero se me acredita que era dueño de Televisa, de TV Azteca y de Mutivisión, también que el Word Trade Center, el edificio, era mío. Ojalá yo tuviera una oficinita y ojalá tuviera el cero punto por ciento de las empresas donde se me ha mencionado.”

Habilidoso, Gamboa Patrón evade hablar sobre la principal acusación que acompaña su carrera política: el constante intercambio de favores y posiciones, hechos en la opacidad. No se le acusa de ser propietario, sino de ser el intermediario del dinero y el poder político. El broker transexenal.

lunes, febrero 15, 2010

Audio: Carmen Aristegui 15 febrero 2010

Ciudad Juárez registra 750% más homicidios que la media nacional, datos de la SPP federal
• Protestas en ciudad Juárez por la matanza, repudian a la PFP y el ejército, piden la renuncia de Calderón y Reyes Baeza
• Vivir con el narco, cuarta parte del reportaje de Sanjuana Martínez.
• La SAGARPA destina subsidios al propio secretario, a la familia de “El chapo Guzmán”, al hermano de narco Arturo Beltrán Leyva, y a allegados a lideresa del PAN en el D.F. Investigación del diario El universal.
• Según juez Jean Succar Kuri el pederasta y proxeneta de niños no es un reo de alta peligrosidad y será trasferido a un penal en Cancún en donde se ha registrado varias fugas.
• Libera el mismo juez que lo sentencio al sacerdote católico Rafael Muñiz, que almacenaba fotos y videos de pornografía infantil, debido a que el material lo distribuía “solo a un círculo cerrado”. Malu Micher habla al respecto.
• Camisas azules, manos negras, el libro de Ana Lilia Pérez sobre la corrupción en PEMEX durante los últimos 10 años.

viernes, marzo 27, 2009

Las costumbres del poder

Carmen Aristegui

El grado de frustración, desencanto y disgusto que se produjo en México a raíz del pronunciamiento de la Suprema Corte sobre el paradigmático caso de la periodista y escritora Lydia Cacho, en noviembre de 2007, fue tan grande que terminó por impulsar a los cuatro ministros disidentes a publicar, en un hecho casi insólito, el libro cuyo sugerente título se reproduce en esta colaboración. Genaro David Góngora Pimentel, José Ramón Cossío, José de Jesús Gudiño y Juan Silva Meza decidieron entregar a la editorial Porrúa textos de revisión y crítica al proceso de investigación y votación que realizó la Corte sobre este caso, en el uso de la facultad que le otorga el artículo 97 de la Constitución para conocer la verdad de hechos que resulten violatorios de garantías individuales y/o derechos fundamentales de ciudadanos y cuyos probables responsables sean las mismas autoridades que deberían investigar.Las costumbres del poder es un libro cuya mayor parte la ocupan apéndices y votos particulares de los cuatro autores. Contiene sus convicciones acerca de lo ocurrido en este caso que cimbró a la opinión pública y que puso a prueba el alcance y significado de esta facultad constitucional que, dicho sea de paso, se encuentra en riesgo de desaparecer según se reconoce en algún lado de estas páginas. Es más que claro que muchos políticos, y uno que otro ministro, quisieran que se esfumara el famoso artículo 97. No quieren que el máximo tribunal exhiba a políticos, gobernantes y autoridades que han abusado de sus cargos, cometido tropelías y usado a las instancias de justicia con propósitos deleznables como lo hizo Mario Marín en el caso Lydia Cacho.El también llamado "Caso Puebla" es un retrato de cuerpo entero precisamente de esas costumbres del poder. Las del gobernador que fue capaz de usar -en la peor acepción del término- a la Procuraduría, al Tribunal Superior de Justicia, a los agentes de la ley y todo lo que fuera necesario para darle "un coscorrón a esa pinche vieja", y satisfacer con ello al poderoso empresario Kamel Nacif, protector, a su vez, del pederasta Jean Succar Kuri. Muchos creíamos en la contundencia de la información sobre los abusos en contra de la periodista; la cruda exposición sobre estas costumbres del poder encarnadas en varios personajes que siguen ahí, como si nada; la gravedad de los hechos que se pretendieron encubrir; lo perturbador del origen del caso que remitía al libro de Lydia sobre las redes de abuso infantil; la pornografía con menores y las redes que las protegen serían suficientes elementos para lograr un pronunciamiento firme, contundente e inequívoco de quienes están ahí para hacer valer el sentido de la justicia. Lo que se quería, lo que se pedía y lo que se exigía era que en el ejercicio de esa facultad, hoy en peligro de extinción, la Suprema Corte se alzara como una voz que a partir de este emblemático caso pudiera reconciliar, en alguna medida, a todo un país, con las nociones fundamentales de la justicia.Por razones que no están al alcance de mi entendimiento, la mayoría de los ministros decidió, finalmente, que no quedaba demostrada la existencia de violaciones graves de garantías individuales de la periodista. Y a otra cosa. De las niñas y los niños abusados, de las redes que comercian con sus cuerpos, de los pederastas y sus organizaciones, de los políticos que los protegen. De eso ya ni hablar. En algún punto de las votaciones anteriores se determinó que tal cuestión "... no formaba parte del mandato emitido por el Tribunal del Pleno a la comisión investigadora". Y, también, a otra cosa. Aquello era, para una gran cantidad de personas que seguían el caso dentro y fuera del país, decepcionante, indignante e incomprensible.¿Qué pudo haber llevado a los cuatro ministros disidentes de esa mayoría a publicar un libro como Las costumbres del poder sino un sentimiento compartido de frustración y, por supuesto, un ánimo de crítica frente a lo ocurrido? El ministro Gudiño se pronuncia sobre lo verdaderamente grave y trascendente del "Caso Puebla". Y se contesta: "... esta mala experiencia pone el dedo en la llaga... y debe dejar huella en la conciencia colectiva de la superlativa importancia que tiene la selección de quienes habrán de ser nuestros procuradores y nuestros jueces y el necesario control social, además del orgánico, que en este rubro es necesario ejercer de manera permanente".Sobre el caso Atenco se reconoció una violación masiva de derechos humanos pero no hubo responsabilidades mayores. ¿Habrá libro sobre el caso? Viene ahora el caso Oaxaca. La comisión de Roberto Lara y Manuel Baraibar entregó el resultado de sus investigaciones con un escueto comentario: "No se adjudican responsabilidades, sino únicamente se identifican a las personas que participaron en los hechos calificados como graves violaciones a las garantías individuales". Se entiende que le tocaría a los ministros hacer los señalamientos. Aunque, después de Mario Marín y de Peña Nieto en el caso Atenco, ¿estará preocupado de algo Ulises Ruiz?"

lunes, marzo 16, 2009

“Me harté de callar sobre Jean Succar Kuri”

“¿Podré salir de esto; sanar?”

Escándalo, presiones, amenazas de muerte, el costo por denunciar al pederasta
*“Nunca voy a estar en favor de ese delincuente; él destrozó mi vida”, señala
*“Siempre me dijeron que no hablara, que no declarara; ahora quiero dar mi versión”
*“Todas las personas que han tenido que ver con la historia me han traicionado y usado”
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martes, diciembre 09, 2008

Juegos perversos


En Puebla, donde hace casi cuatro años el gobernador priista Mario Marín se vio implicado en un escándalo por su presunta protección a pederastas, se escenificó otro hecho semejante: En una festividad del municipiode Hueytlalpan se organizó un concurso de niños que tuvieron que quitarse la ropa.

El acto fue supuestamente presenciado y festejado por el presidente municipal de ese lugar. Una diputada del PRD que estuvo presente denunció el caso ante el Congreso local, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y la procuraduría estatal.

HUEYTLALPAN, PUE.- Leonardo asegura que nunca pensó que violaba el Código Penal Federal y los derechos de los niños. Para él, terminar un concurso infantil con tres desnudos fue una idea tan natural como la risa que ello provocó al presidente municipal, los regidores y habitantes de este municipio.La noche del 29 de noviembre pasado, día en que iniciaron aquí las festividades del café y del patrono San Andrés, tres niños se desnudaron a cambio de premios que iban de 100 a 150 pesos.Como parte de su trabajo, en el intermedio del jaripeo de la fiesta patronal, Leonardo Julián Hidalgo, animador y propietario de Sonido Leo, convocó a un concurso de niños. Para ello, pidió una cooperación a las más de mil personas ahí presentes.S
e reunieron 650 pesos y casi 20 participantes. Los niños tomarían parte en un juego en el que sólo habría cinco ganadores, entre los que se repartiría el premio. Sin embargo, el público pidió otra cosa: que el concurso se extendiera, pese a que ya había esos cinco ganadores en una competencia consistente en dar vueltas sobre el mismo eje y vencer el mareo para no caer al piso.El dueño de Sonido Leo pensó que para ampliar el concurso no había otra opción que ofrecer a los menores 50 pesos por cada prenda que se quitaran. "Lo hice para que hubiera ganadores", arguye.Leonardo es un hombre de 1.60 metros. Su pelo, esponjoso, ya sólo brota de la mitad de la cabeza hacia abajo. El bigote es muy parecido a las dos cejas que como pelos de alambre enmarcan sus escondidos ojos.Concede una entrevista en su casa ubicada en el único camino que comunica a Zaragoza con el resto de los municipios de la Sierra Norte. Recibe al reportero en un patio externo muy polvoso, en donde dos perros ladran de vez en cuando. Leonardo permanece de pie junto al tráiler en el que transporta su equipo de sonido."A los finalistas del concurso les dije: 50 pesos si se quitan la camisa y 50 por el pantalón. Uno de ellos se lo quitó; hasta ese momento no había ningún malestar y el público estaba de acuerdo."El primer niño se desnudó. Son niños de seis u ocho años, a lo mucho. Seguimos con el siguiente y se alcanzó a quitar el pantalón. Le dije 50 más si te quitas la trusa, pero no quiso y nadie lo obligó."
-¿Por qué consideró que los desnudos entretendrían al público? -se le pregunta.
-Mire, no había opción, porque sólo así se reduciría el número de ganadores.
-¿Usted hace esto con frecuencia?
-No, fue la primera vez.
-¿Lo volvería a hacer?
-No, la mera verdad no.
-¿Y por qué se burló de uno de los niños que traía calzones rosa y de otro que tenía el pene pequeño?
-Al que traía el calzón rosa le dije que se había puesto la ropa de su hermana, pero nada más.-¿Nadie le reclamó?
-La gente se reía, me apoyó.Estaban "encantados"Los asistentes al jaripeo refieren que a las 10 de la noche Leonardo Julián invitó a los adultos a cooperar con dinero para "un concurso de niños". El presidente municipal, Juan Martín Barrientos Ramos, fue el primero en sacar un billete de 50 pesos de su cartera. Le siguió la diputada local perredista Irma Ramos Galindo, oriunda de Hueytlalpan. Así, hasta que se juntaron 650 pesos.Veinte niños se alistaron para pasar al centro del ruedo a fin de obtener un premio. Ganaría el que permaneciera más tiempo dando vueltas sobre su propio eje, con los brazos en la nuca y en cuclillas. Después de 20 minutos, sólo cinco superaron el mareo y permanecieron en el concurso."Juan" -su nombre es cambiado para no revelar su verdadera identidad-, uno de los finalistas, reconstruye el episodio que más tarde lo llenaría de vergüenza:"Pensé que íbamos a seguir haciendo las vueltas, pero no fue así. Primero pasó un niño y le dijeron que por quitarse la camisa le iban a dar 50 pesos; si se quitaba el pantalón 100 pesos y 50 más si se bajaba la trusa. No lo hizo y sólo se llevó 150 pesos."
-¿Qué te motivó a desnudarte?
-Yo sólo me quería quitar la camisa.
-¿Cuál era tu estado de ánimo?
-Me sentía nervioso, apenado.
-¿Qué hiciste con el dinero?
-Lo guardé.
-¿Por qué no te saliste del concurso?
-Lo hice cuando me pidieron que me desnudara.
-¿Qué pensaste cuando había pasado todo?
-Me dio coraje, porque el presidente se estaba riendo; vio todo, estaba a un lado del rodeo.
El lunes siguiente "Juan" no quiso ir a la escuela, tampoco el martes. "Estaba apenado, creía que mis compañeros se iban a burlar", explica. Su madre comenta que rara vez falta a su secundaria y que es buen estudiante.Esta historia, con algunas diferencias, es la misma que cuenta "Ramiro" -su nombre real también se mantiene en reserva-, otro de los niños participantes en el concurso, y la que se repite de boca en boca entre los pobladores de Hueytlalpan. Todas las versiones coinciden, menos una: la del presidente municipal y sus colaboradores.En entrevista con Proceso, Barrientos Ramos afirma que, como el resto de los funcionarios del ayuntamiento, fue testigo de todo el jaripeo, pero no vio cuando inició el concurso de niños. Dice que tuvo que abandonar la plaza, pues acudió a la entrada del municipio para dar la bienvenida a una banda de música proveniente de Jalapa.
El alcalde refiere que el animador comenzó a organizar un juego y pidió a los presentes una cooperación para los premios. Ahí, sostiene, estaba Irma Ramos Galindo, diputada local perredista, quien aportó 200 pesos.Y añade: "La señora estaba en estado de ebriedad y nosotros, como organizadores, íbamos de un lado a otro. De pronto comenzó el griterío y vimos que la licenciada Ramos se había molestado al ver que los niños se estaban quitando la ropa".El alcalde minimiza los hechos y señala que la diputada Ramos provocó el escándalo porque tomó el micrófono cuando estaba ebria.
-¿Qué hizo usted al ver a los niños desnudos?
-Yo no los vi. Sólo permanecí en el lugar mientras comenzaba el juego.
-¿Pero cómo procedió cuando se enteró de lo ocurrido?
-Ya nada, por el pleito; ya no había niños ahí.
-¿Aplicó algún castigo al animador?
-¿De qué manera? No podía hacerle nada; ya se habían ido casi todos, cuando empezó el griterío. Sólo regresé por los gritos de esa señora que estaba borracha.
-¿Entonces, no procederá contra Leonardo Julián?
-Analizaremos con cuidado los pasos a seguir.
Varias personas, entre las que se encuentran la diputada Ramos, la propietaria de la casa de huéspedes Doña María y varios estudiantes desmienten la versión del alcalde. Sostienen que no detuvo el espectáculo y sí, en cambio, aplaudió y rió ante el desnudo de los niños. Lo mismo hicieron los funcionarios del ayuntamiento.Barrientos pretende imponer su versión de los hechos, e incluso, en la entrevista con Proceso, llamó a tres niños de ocho años para que dieran su testimonio. Desde lejos, Barrientos les indicaba por señas lo que debían responder al reportero. Se limitaron a contestar con monosílabos y palabras cortas, sin aportar ningún dato concreto."Les dije que eso era un delito"También en entrevista con este semanario, la diputada Irma Ramos denuncia que pobladores de la región le informaron que el animador Leonardo Julián ya ha hecho concursos similares en por lo menos dos poblaciones de la Sierra Norte de Puebla. Y añade que esta persona es bien conocida por Barrientos.
Advierte que el presidente municipal y su grupo quieren voltear la historia y acusarla de promover el concurso, con el argumento falaz de que estaba borracha.Entre los pobladores de Hueytlalpan circulan dos versiones: una apunta a que la diputada fue abucheada por suspender el concurso; la otra indica que las quejas fueron contra el alcalde. Lo cierto es que ninguno de los habitantes consultados recuerda que hayan reprendido al animador. Todo lo contrario: se le permitió que continuara con el show de jaripeo."Sí estábamos conviviendo. Teníamos nuestra cervecita, estábamos bien tranquilos, contentos y sobrios", argumenta Ramos, quien también reconoce que dio dinero para el concurso, pero aclara que no sabía de qué se trataba. A la legisladora la acompañaban el supervisor de bachilleratos de Zacatlán, Ángel Hernández, y su esposa, Rosario Contreras. En el grupo también se encontraba Leonel Martínez, director del bachillerato de Hueytlalpan."Interrumpí el evento, le dije al presidente que era un pendejo por permitir este tipo de actos.
El presidente estaba ahí, en la bola", relata.
-¿Es verdad que Barrientos estaba ocupado recibiendo a músicos?
-No, incluso el hijo del regidor Wilfrido Hernández estaba participando en el concurso. Todos ellos se estaban divirtiendo.
Abunda:
"Les dije que eso era un delito, que lo que estaban promoviendo era pornografía infantil". Además, sospecha que Leonardo Julián lidera una banda de pederastas y que incluso graba estos concursos para difundirlos después por internet.
El jueves 4, la diputada presentó un punto de acuerdo ante el Congreso local. En el documento solicita que el caso no se turne a la comisión correspondiente, para darle celeridad a la investigación.
Votaron a favor el PAN y el resto de los partidos de oposición. Se pronunció en contra la aplanadora priista, que ganó 25 de los 26 distritos locales en noviembre de 2007.
Por el voto del PRI el caso fue turnado, junto con decenas de archivos más, a la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del estado.La diputada pidió en la iniciativa que el secretario de Gobernación de la entidad, Mario Montero, actúe de inmediato para fincar responsabilidades, pues señala que fue violado el artículo 217 del Código de Defensa Social.En éste, afirma, se advierte que quien propicie "actos de exhibicionismo sexual" en menores de 18 años será condenado a penas que van de siete a 12 años de cárcel.
La Convención sobre los Derechos del Niño, firmada por la ONU en 1989, expresa su repudio a cualquier tipo de desnudo infantil público.El mismo jueves 4, la diputada Ramos presentó una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos contra el alcalde Barrientos por maltrato a menores en un acto público. La presidenta de este organismo, Marcia Maritza Bullen Navarro, declaró que a raíz de esta queja se abrió el expediente 12212/08-C para realizar las investigaciones correspondientes.Al día siguiente, la legisladora acudió a la Procuraduría General de Justicia del Estado e interpuso una denuncia contra el alcalde por corrupción de menores. El titular de la dependencia, Rodolfo Igor Archundia, informó que ésta, así como la delegación Puebla de la Procuraduría General de la República, se abocarán a la investigación del caso. Leonardo Julián, por su parte, obtuvo 8 mil pesos por su trabajo como animador. En la presidencia de Hueytlalpan dicen que ignoran su paradero y sostienen que perdieron su teléfono.Y el alcalde Barrientos se negó a proporcionar copia del video de la fiesta, grabación que corrió a cargo de la tesorera Guadalupe Ramos."Grabamos todo, menos esa parte", sostiene el presidente municipal.Estos hechos ocurren en una entidad que ya vivió un escándalo semejante, en el que también se entrecruzan historias de pederastia y que implicó al gobernador priista Mario Marín. En diciembre de 2005, la periodista Lydia Cacho fue detenida en la ciudad de Cancún, Quintana Roo, y trasladada a Puebla por órdenes del mandatario.
En su libro Los demonios del Edén, Cacho había denunciado la existencia de una red de pederastia encabezada por el empresario Jean Succar Kuri, quien fue solapado por el también textilero Kamel Nacif, amigo a su vez del gobernador Mario Marín.