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domingo, marzo 20, 2011

Certificado de buena conducta

Revuelta en Magreb y medio oriente


En estos amargos días vimos las imágenes de un terremoto que alcanzó el grado 9 de la escala de Richter con cientos de fuertes réplicas, y un Tsunami de 10 metros de altura, en cuyas olas de oscuras aguas decenas de miles de personas eran arrastradas entre autos y camiones sobre edificios de viviendas e instalaciones de 3 y 4 pisos.

Sofisticados medios masivos de información habían estado saturando nuestras mentes con noticias de riesgos de guerras fraticidas, tráficos de armas asociados a las drogas que en solo cinco años mataron más de 35 mil personas en México, cambios climáticos en diversos países, calores asfixiantes, montañas de hielo derritiéndose en los polos, lluvias diluvianas, escasez y precios crecientes de alimentos. Estábamos realmente necesitados de consuelo y éste nos acaba de llegar a través de ese ángel salvador de nuestra especie, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su colosal invento: los certificados de buena conducta.

Ya sabíamos desde luego, por la Agencia Europa Press, que el número de personas muertas por el terremoto y el tsunami eran 6 539, y los desaparecidos 10 259, según el último balance.

Aunque no se conoce todavía el paradero de decenas de miles de personas, el gobernador de una prefectura ha sugerido que los supervivientes deberían trasladarse a otra parte de Japón.

Los aeropuertos, puertos y carreteras dañadas se han ido reparando gradualmente, afirma una agencia de noticias japonesa.

La inglesa Reuters era menos optimista cuando afirmó que una “‘solución a lo Chernobil’ puede ser el último recurso”, pero las autoridades dicen que aún es muy pronto para hablar de medidas a largo plazo y que primero hay que intentar refrigerar los seis reactores de la planta y las piscinas de almacenamiento de combustible.

El profesor Murray Jennex, de la universidad californiana de San Diego, declaró: “‘(Los reactores) son como una cafetera. Si los dejas al fuego, hierven y luego se resquebrajan’…”.

Echar cemento no ayudaría a asegurar la cafetera. Pero podría ser así, se podría construir una coraza de cemento y olvidarse.

Otro despacho de una agencia europea afirmaba:

“Se lanzó una ‘carrera contrarreloj’ para enfriar los reactores, declaró este viernes el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Yukiya Amano.”

“‘Se trata de un accidente gravísimo’, dijo Amano después de reunirse con el primer ministro nipón, Naoto Kan, refiriéndose a la central nuclear de Fukushima.”

El mundo, sin duda, había sido sacudido por el accidente inesperado de Japón, que conmovió hasta los cimientos el desarrollo energético del planeta; 442 plantas nucleares estaban funcionando, muchas necesitadas de renovación; el accidente de Chernobil, en el año 1986, había paralizado los programas de construcción de nuevas instalaciones, los cuales estaban a punto de reanudarse y ampliarse.

¿No serían exageradas nuestras preocupaciones sobre una acción bélica de la OTAN en el norte de África para ocupar los ricos yacimientos de petróleo ligero de Libia, y garantizar los enormes recursos energéticos del Oriente Medio después del estallido revolucionario de los pueblos árabes?

Las serias amenazas de una nueva crisis económica perturbaban a los economistas.

Las malas noticias políticas no paran.

Miles de manifestantes chiítas gritaban consignas antigubernamentales cerca de Manama después de la oración del viernes, pese a que las autoridades de Bahrein prohibieron las concentraciones, constató la AFP.

“La represión […] causó esta semana al menos ocho muertos: cuatro manifestantes y cuatro policías”.

“‘Estamos dispuestos a sacrificar nuestra sangre y nuestra alma por Bahrein’, gritaban los manifestantes”.

“Las autoridades de Bahrein decretaron esta semana el estado de excepción […] dentro de este pequeño reino, donde tiene su base la Quinta Flota de Estados Unidos.”

AFP, 18 de marzo de 2011

Más de 30 personas murieron y un centenar resultaron heridas este viernes tras disparos contra manifestantes que reclaman la renuncia del presidente yemení, Alí Abdalá Saleh en Saná, según un nuevo balance reportado por fuentes médicas.

“‘La mayor parte de los heridos fueron impactados por balas en la cabeza, el cuello y el pecho’, afirmó un médico a AFP.”

Se trata de un estrecho aliado de Estados Unidos, que cuenta también con el apoyo de fuerzas sauditas.

AP, 18 de marzo de 2011

“El rey Abdulá (de Arabia Saudita) habló después de las oraciones musulmanas del viernes. Agradeció a los residentes y a las fuerzas de seguridad por ser ‘las manos’ de la estabilidad nacional.”

Islamabad, 18 de marzo, (AFP) - Miles de personas manifestaron el viernes en las calles de varias ciudades paquistaníes para protestar contra el ataque de un avión no tripulado estadounidense que mató a 35 personas esta semana y la liberación de un empleado de la CIA que estaba preso por asesinato. Había sido liberado después del pago de dos millones de dólares a los familiares de los dos hombres que mató en una calle de Lahore.

¿Para qué existe el Consejo de Seguridad, el veto, el anti veto, la mayoría, la minoría, la abstención, los discursos, la demagogia, y los solemnes alegatos de Ban Ki-moon?

Sobre todo, ¿para qué existe la OTAN, sus 5,5 millones de soldados (según cálculos de especialistas bien calificados) y sus 19 845 tanques, 57 938 blindados, 6 492 aviones de guerra, 2 482 helicópteros, 19 portaaviones, 156 submarinos, 303 buques de superficie, 5 728 proyectiles nucleares, decenas de miles de bombas atómicas con un poder destructivo equivalente a cientos de miles de veces la capacidad de las que fueron lanzadas en Hiroshima y Nagasaki?

Tal poderío estúpido sobra, no se usaría, ni puede usarse; harían falta decenas de planetas como la Tierra. Solo sirve para demostrar el derroche y el caos engendrado por el capitalismo.

Podemos dedicar el tiempo a otras cosas menos tenebrosas y más risibles.

Por ejemplo, la agencia DPA informó:

Puerto Príncipe, marzo 18 de 2011. La llegada de Jean-Bertrand Aristide a Puerto Príncipe este viernes no puede haber tomado a nadie por sorpresa.

“19 de enero: Desde Sudáfrica, Aristide publica una ‘carta abierta’ en la que dice estar ‘listo’ para regresar a Haití ‘en cualquier momento’ para ‘contribuir como un simple ciudadano en el campo de la educación’…”

“20 de enero: El Departamento de Estado norteamericano se manifiesta contrario al retorno de Aristide antes al menos de la conclusión del proceso electoral…”.

Hasta en eso se mezcló el Departamento de Estado, cuyo país engendró a Papa Doc, y había derrocado y expulsado al presidente Aristide al África hace 7 años.

Un despacho de Notimex, fechado en Panamá hoy 18 de marzo, informó que WikiLeaks reveló el ingreso de barcos de guerra de Estados Unidos a Panamá:

“El convenio fue firmado el 15 de abril de 2009 para que los barcos militares ingresaran a aguas panameñas entre el 3 de mayo hasta el final del mandato de Torrijos, el 30 de junio de ese año, cuando el mandatario fue relevado por el derechista Ricardo Martinelli.

“‘Hasta ahora, el gobierno de Panamá siempre ha declinado a hacer este requerimiento argumentando la sensibilidad de los panameños respecto a operaciones con el Ejército de Estados Unidos’…”

Otra interesante historieta sobre los trucos de la política exterior de Estados Unidos nos la narra hoy la AP:

Chile y Estados Unidos firmaron el viernes un acuerdo de energía nuclear, pese a los temores de una propagación de radiación en Japón.

El temor surge luego que un devastador terremoto y un maremoto subsiguiente afectaron severamente los reactores nucleares en una planta en la costa nororiental de Japón.

El acuerdo fue firmado el viernes por la mañana por el embajador estadounidense, Alejandro Wolff, y el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno.

“…funcionarios de la Casa Blanca no podían confirmar la muy esperada firma, que se supone sería un evento destacado en la visita del lunes del presidente Barack Obama a Chile.”

Pero no importa, las apariencias siempre podrán ser salvadoras y la opinión pública manipulada por las apariencias; los funcionarios de la Casa Blanca enfatizarán que el acuerdo se centre en el entrenamiento de ingenieros nucleares y no en la construcción de reactores.

Como la tecnología nuclear japonesa es fundamentalmente yanki, con seguridad sus técnicos adquirirían más experiencia estudiando lo que ocurrió en aquel sufrido país, cuya población fue víctima de un cruel e inescrupuloso antecesor del actual presidente de Estados Unidos.

¿A quiénes van a engañar Obama, la OTAN y Ban Ki-moon con los certificados de buena conducta?

Fidel Castro Ruz

Marzo 18 de 2011

8 y 54 p.m.

viernes, noviembre 12, 2010

Peligra la paz en Latinoamérica

Aunque la mayoría de los gobiernos de América Latina construye un futuro menos dependiente de Estados Unidos, este país satura de bases militares la región. Parece inminente el choque de dos proyectos en los países del Sur del continente. Y Estados Unidos ya se encuentra ahí para cuando esto ocurra.

El despliegue militar de Estados Unidos en Latinoamérica a través del aumento de sus bases militares y la acción coordinada entre éstas y la IV Flota podrían poner en peligro la estabilidad de la región.

Según un informe de la Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), esta expansión estratégica podría provocar como respuesta una carrera armamentista en la zona, semejante a la de la Guerra Fría.

El reposicionamiento de Estados Unidos en la zona evidencia que la diplomacia se reemplaza nuevamente por una fórmula agresiva, asegura la WOLA.

En contrapartida, gobiernos latinoamericanos refuerzan sus relaciones con potencias militares como Rusia, China o Francia y realizan grandes inversiones en la compra o en la tecnología de armamentos de punta.

En los últimos cinco años, los gastos en la adquisición de armas en América Latina crecieron cerca de un 150 por ciento, revela una investigación del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos del Reino Unido. No obstante, el general Douglas Fraser, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, declaró al Diario de Las Américas que no veía una amenaza militar convencional hacia su país.

Señaló que la presencia estadunidense en Latinoamérica respondía a “un desafortunado grupo de circunstancias”.

Entre ellas, citó al tráfico de drogas y de personas, así como a los desastres naturales, que también, a su juicio, podrían provocar éxodos masivos hacia Estados Unidos, aunque indicó también la actitud de algunos gobiernos, como el de Venezuela.

De acuerdo con el Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, el despliegue de Estados Unidos no se concentra últimamente en el control de los territorios donde ha multiplicado sus bases militares, como sucedió años atrás.

Al parecer, la existencia de estos enclaves, unida al desarrollo de nuevas estrategias, podría garantizar un control casi absoluto de toda la región, asegura el Observatorio.


Las bases de la estrategia

El Pentágono tiene actualmente en propiedad o alquiler más de 700 bases en cerca de 130 países, revela el anuario Base structure report, del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Esto significa que esas tropas se encuentran en cerca del 70 por ciento de las naciones de todo el mundo.

En América Latina, contaban hasta hace poco con 28 enclaves militares, número que ascendió hasta 39 cuando el gobierno panameño cedió otros 11 de su territorio.

Sin embargo, éste es el número reconocido oficialmente, pues expertos aseguran que operan además en un amplio número de bases secretas de la red de espionaje Echelon.

Washington ha manifestado su interés por establecer nuevas instalaciones en Paraguay, El Salvador y Argentina, así como en el control de la base aérea de Alcántara en Brasil.

Durante 2009, el entonces gobierno de Álvaro Uribe firmó un controvertido acuerdo militar que permitirá a Estados Unidos el uso de siete bases en territorio colombiano.

Aunque el Congreso de ese país andino declaró inconstitucional el tratado, el nuevo presidente colombiano, Juan Manuel Santos, asegura que buscará otros métodos para hacerlo viable.

En todo este tiempo, los militares estadunidenses que llegaron a esa nación suramericana tras el convenio con Uribe permanecen en suelo colombiano.


Las nuevas fronteras

El control estratégico de Estados Unidos no parece limitarse a la posesión de bases, sino que a esto se une la vigilancia de los mares por la Cuarta Flota estadunidense.

Esta escuadra, uno de los 13 destacamentos de las fuerzas navales estadunidenses que patrullan los océanos del mundo, había dejado de operar desde finales de la Segunda Guerra Mundial.

Pero desde 2008, navega en el teatro de operaciones militares responsabilidad del Comando Sur, encargado del control de las fuerzas de Estados Unidos en América Latina.

El área de control de este comando, uno de los 10 del Departamento de Defensa, abarca 19 países de Centro y Suramérica, y 12 países del Caribe, lo que representa cerca de 16 millones de millas cuadradas de envergadura.

El documento, guía de la Fuerza Aérea estadunidense, establece que el recorrido de la Flota por las costas de América debe estar conectado directamente con el de los enclaves.

La flota deviene así otra base móvil, que puede servir como un punto de apoyo estratégico y garantizar una respuesta militar inmediata o de “acción rápida”.

Las causas

En este tipo de operaciones participan también otras agencias estadunidenses, tanto del Ejército y la Armada, la Fuerza Aérea y Guardacostas, como grandes empresas de corte privado, informa la página oficial del Comando Sur.

Este hecho ha levantado más de una vez la oposición de grupos progresistas de América Latina, como evidencia de que la militarización sirve también para garantizar el lucro de las trasnacionales.

Documentos de la Campaña por la Desmilitarización de las Américas informan que estos proyectos militares mueven cerca de 100 mil millones de dólares por año hacia las arcas de las grandes empresas.

Para leer articulo completo AQUI.

miércoles, septiembre 30, 2009

Brasil: ¿bomba atómica para defender su petróleo?

Bajo la Lupa
*Brasil: ¿bomba atómica para defender su petróleo?
Con Luiz Inacio Lula da Silva, quien ha aprovechado las ventanas de oportunidad de la decadencia de la unipolaridad de EU, Brasil empieza a vivir su normalidad geopolítica y geoeconómica a la que estaba destinado. Foto Ap

El gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, quien ha demostrado dotes de estadista visionario en los tiempos de la mediocridad de los políticos, ha avanzado las piezas de Brasil en el tablero de ajedrez geoestratégico como potencia emergente mundial y primera potencia latinoamericana.
Lula entendió perfectamente la multipolaridad del incipiente nuevo orden mundial del que forma parte Brasil (en el BRIC y en el G-20), y propuso a su Congreso la estatización de sus pletóricos yacimientos de hidrocarburos en el océano Atlántico.
Antes de Lula, Brasil vivía en la subnormalidad geopolítica y geoeconómica de su enorme potencial, paralizado en gran medida por la doctrina Monroe y el “destino manifiesto” del unilateralismo teológico de EU.
Ahora con Lula, quien ha aprovechado las ventanas de oportunidad de la decadencia de la unipolaridad de EU, Brasil empieza a vivir su normalidad geopolítica y geoeconómica a la que estaba destinado, lo cual conlleva colosales desafíos que lo obligan a moverse en la pluralidad caleidoscópica que va desde su todavía vulnerable dependencia financiera con la dupla anglosajona de Wall Street y la City, pasando por su complementariedad geoeconómica con China (hoy su primer socio comercial, que ha desplazado de los primeros lugares tanto a EU como a la Unión Europea), hasta su reciente “asociación estratégica” con Francia en la adquisición de alta tecnología militar (un submarino atómico y la probable compra de los aviones de caza Rafale).
En el mundo dinámico volcado en la multipolaridad aflora la colisión de las cosmogonías antagónicas de EU y Brasil en varios frentes donde se juega el alma de Latinoamérica: desde la resurrección de la Cuarta Flota de EU, pasando por la instalación de siete bases militares del Pentágono en Colombia (una de las fronteras de Brasil en la inmensamente rica biosfera del Amazonas), hasta la embajada brasileña en Tegucigalpa, donde se ha asilado el presidente Manuel Zelaya, depuesto por el golpe de Estado (inducido por el Pentágono y sus trasnacionales bananeras) perpetrado por los anacrónicos gorilas militares hondureños.
Existen otras batallas más subrepticias en el campo militar, sobre todo el misilístico, que apenas asoman a la luz pública.
Más allá del desenlace de la primera confrontación abierta entre los intereses encontrados de EU y Brasil que se escenifica en la embajada de este último en Honduras –lo cual tomó desprevenido al primero–, la verdadera colisión se deriva tanto del nuevo posicionamiento de Brasil, en su calidad de potencia emergente específicamente sudamericana, como por la demarcación de las zonas de influencia en disputa con EU que de forma sorpresiva Lula ha llevado como primaria contención disuasiva hasta las entrañas de Centroamérica.
En este contexto de referencia, llamó la atención la vigorosa declaración del vice-presidente y simultáneamente anterior ministro de Defensa de Brasil, José Alençar Gomes da Silva, quien alienta la fabricación de armas atómicas como “instrumento de disuasión y de gran importancia para un país que tiene 15 mil kilómetros de frontera al occidente y un mar territorial donde se han encontrado reservas de petróleo” (Al-Jazeera, 28.9.09).
La explosiva declaración de fe nuclear del vicepresidente brasileño y empresario de derecha fue escamoteada por los multimedia anglosajones, lo cual exhibe el temor de EU y Gran Bretaña en los momentos en que maldicen las instalaciones nucleares civiles de Irán, al que exigen colocar en cuarentena mediante sanciones draconianas.
La bomba retórica de Alençar, quien luego matizó que había sido a “título personal” (como si en las alturas en las que se mueve existiesen todavía las intimidades) y “no una postura del gobierno”, causó serena perplejidad en Brasil, cuya Constitución prohíbe tener bombas nucleares.
Un portavoz de Lula definió exclusivamente para la agencia estadunidense Ap (que no pocos analistas avezados y abusados colocan como un instrumento de la propaganda de la CIA) que las declaraciones de Alençar “no reflejaban la posición del gobierno”.
En materia militar estratégica es probable que debamos acostumbrarnos a declaraciones contradictorias, quizá deliberadas, del gobierno de Lula, como ocurrió con la adjudicación de la compra de aviones franceses de alta tecnología que supuestamente dividió al gabinete, situación similar a la que sucede ahora con la fabricación de armas nucleares.
La televisora árabe Al-Jazeera considera que “las observaciones de Alençar se generaron el mismo día que el Consejo de Seguridad de la ONU votó en forma unánime por una estrategia destinada a frenar la expansión de armas nucleares y finalmente a su eliminación”.
El jurista Nelson Azevedo Jobim, ministro de Defensa, reiteró en agosto que Brasil no tenía interés alguno en las armas nucleares. Será más interesante conocer la postura del nuevo ministro de Defensa en el gabinete del próximo presidente.
Hasta ahora Brasil ha promovido el pacífico uso nuclear civil para generar electricidad, mientras planea la construcción de un submarino atómico con ayuda francesa.
David Fleischer usa a fondo su máscara “académica” de “politólogo” de la Universidad de Brasilia, lo cual le permite inmiscuirse en asuntos domésticos de Brasil, y ataca ferozmente al vicepresidente Alençar de “no ser miembro del partido gobernante” y de adoptar seguido posturas antagónicas con Lula. ¿Por qué, entonces, permanece en ese puesto?
Fleischer, proveniente de la Universidad de Florida y quien ostenta vínculos estrechos con el “Centro David (sic) Rockefeller para Estudios (sic) Latinoamericanos” (cuyo cerebro geoestratégico es Henry Kissinger), fundó el capítulo brasileño de Transparencia (sic) Internacional, al que Réseau Voltaire expuso como brazo de la CIA (ver Bajo la Lupa, 7.10.07).
El “académico” Fleischer expresa la voluntad de EU al insistir que Brasil, “firmante del Tratado de Tlatelolco que prohíbe el despliegue de armas nucleares en Sudamérica (¡súper sic!) –se equivoca: es extensivo a toda Latinoamérica y el Caribe– abandonó sus esfuerzos para desarrollar armas nucleares hace 25 años, cuando los militares cedieron el control del país a los civiles”.
Fleischer busca abrir llagas que cicatrizaron al intentar amarrar navajas entre civiles y militares: un juego muy riesgoso, sobre todo en Brasil.
Por primera vez un miembro prominente del gabinete Lula, con o sin su consentimiento tolerado, ha atravesado el Rubicón conceptual nuclear cuyas aguas habían estado quietas durante un cuarto de siglo en Brasil.
¿No será mejor que EU se cuestione, en lugar de inculpar a diestra y siniestra, la razón por la cual ciertos países recurren a la disuasión nuclear para su defensa y supervivencia?