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domingo, enero 16, 2011

2011, año de “desastre” económico

Con un producto interno bruto insuficiente para la generación de empleo, la inflación al alza, la pérdida del poder adquisitivo; con el gasto público centrado en la “guerra contra el narcotráfico” y sin medidas contracíclicas para hacer frente a la incertidumbre económica de Estados Unidos que desplomará de nuevo las exportaciones y remesas, 2011 será otro año negro para la economía mexicana. Lo peor del sexenio aún no termina, advierten economistas.

Ana Lilia Pérez

Con el país bañado en sangre y la violencia exacerbada, inicia 2011. En términos económicos, otro año negro en el que, a falta de políticas gubernamentales efectivas, el país seguirá con el lastre de la crisis económica mundial que en México hizo mella como en ningún otro lugar del mundo, debido al histórico desplome de las exportaciones y remesas, las principales fuentes de divisas. Contrario a los indicadores del Banco de México (Banxico), analistas, calificadoras y organismos internacionales avistan un crecimiento insuficiente, mayor desempleo, agudización de la pobreza y de la pérdida del poder adquisitivo.

Éste, aseguran algunos analistas, podría ser el peor año del sexenio de Felipe Calderón en términos económicos, debido a que, a partir de ahora, los esfuerzos gubernamentales estarán centrados en la elección de 2012 y la posibilidad de garantizarle al Partido Acción Nacional (PAN) la continuidad en el gobierno.

Salvo en 2010 en que el repunte de las exportaciones particularmente del sector automotriz abonaron al crecimiento, en ninguno de los años anteriores la administración calderonista logró sus metas de crecimiento. De manera que aún con el 5 por ciento que, según cálculos del Banxico, creció el producto interno bruto (PIB), la cifra no alcanza para cubrir el decrecimiento acumulado desde el primer año del sexenio.

En 2007 se estimó una meta del crecimiento del 3.75 por ciento del PIB, pero éste llegó al 3.3 por ciento. En 2008 se promedió un crecimiento del 3.5 por ciento, la cifra sólo alcanzó el 1.3 por ciento. Pero en 2009 el PIB se desplomó 6.8 por ciento, cuando se había prometido que el PIB crecería 1.5 por ciento. De manera que el crecimiento alcanzado en 2010 no alcanza ni para compensar el desplome de 2009. Para 2011, dice Agustín Carstens, el PIB crecerá 4.7 por ciento. Pero los analistas internacionales dicen que lo que crecerá es la incertidumbre en la economía de Estados Unidos, lo que de nuevo hará tambalear el PIB mexicano.

Para México, ante un gabinete económico estático y sin medidas contracíclicas, frente a la nueva caída que se augura en la economía estadunidense, “definitivamente no hay posibilidades de crecimiento”, explica el doctor en economía Arturo Huerta González, autor del libro La crisis en Estados Unidos y México: la dificultad de su salida.

Con tales indicadores, el crecimiento promedio máximo del PIB en el sexenio será de 1 por ciento anual, de acuerdo con estimaciones de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados. En términos económicos, el legado será “un país cada vez más chiquito con una población cada vez más grande”, explica la doctora María Teresa Aguirre Covarrubias, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Desde 2009, diversos organismos internacionales, como la Cepal y el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (Sela), ubicaron a México en el último lugar de crecimiento económico de toda América Latina, incluso por debajo de Haití, el país más pobre del continente. Ello, como resultado de una política económica estrictamente subordinada a la de Estados Unidos, vía comercio exterior y remesas.

La cifra de crecimiento real que tendrá el PIB en el sexenio dista completamente de la comprometida por Calderón: un crecimiento anual del 6 por ciento. Trasladada al impacto social en el país, significa “un rezago histórico en inversión, empleo y pobreza”, explica el economista Mario Di Costanzo Armenta, integrante de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.


Continuidad en desempleo

El impacto más visible del fracaso de la política económica de Felipe Calderón es el desempleo, que en el sexenio alcanzó –entre 2009 y 2010– récords históricos del 6.5 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) desempleada.

“Mi objetivo es crear empleos bien pagados para que tú y tu familia vivan mejor”, aseguraba Calderón Hinojosa en su spot de campaña. Hoy tiene a más de 5 millones de mexicanos sin empleo y 24 millones empleados en la informalidad, según cifras del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.

Como principal carta de su gobierno, al tomar la silla presidencial, en diciembre de 2006, aseguró que cada año crearía 800 mil empleos formales, los que entonces se requerían para ocupar al ciento por ciento de la PEA. El rezago de año con año dejó el incumplimiento a la meta más los despidos masivos consecuencia de la crisis que no supo paliar, más el crecimiento demográfico no calculado provocaron que a partir de 2011 se requiera de la creación de 1 millón 200 mil nuevas plazas por año para cubrir la demanda de la PEA.

La estimación más optimista del Banxico es que, en 2011, se generarán 500 mil empleos (siempre y cuando se logre el crecimiento del 4.7 por ciento del PIB que calcula Carstens). Aun cuando se cumpliera la meta, esas 500 mil plazas no alcanzarán ni para compensar las 995 mil que, dice la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se deberían haber creado en 2010 para compensar los empleos perdidos en 2009.

El rezago laboral se amplía si se considera los más de 200 mil puestos que apenas en diciembre se perdieron “por estacionalidad”. Según el estimado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la cifra representa 14 mil empleos más que en diciembre de 2009.

La OCDE no es tan optimista como el Banxico. Su diagnóstico es que a lo largo del año y hasta el último del sexenio de Felipe Calderón, el desempleo irá a la alza. Cyrille Schwellnus, el especialista del organismo para el capítulo México, calcula que por lo menos entre 2011 y 2012, la tasa de desempleo no bajará del 6 por ciento, o bien que en los próximos dos años por lo menos 2 millones 700 mil personas de la PEA no hallarán trabajo.

En la administración del “presidente del empleo”, el tema del desempleo se convirtió en un asunto de seguridad nacional, así lo decretó la Asamblea Legislativa en diciembre pasado, al tiempo que hizo un llamado a que el Congreso federal y el Ejecutivo establezcan medidas emergentes para frenar el desempleo, que es hoy “un problema letal en México”, considera el legislador Alejandro López Villanueva, autor de esta iniciativa.

Además de ser botón de muestra de la fallida política económica de Felipe Calderón, las cifras de desempleo son también otro elemento que expone el porqué de la fallida “guerra contra el narcotráfico”, explica la economista María Teresa Aguirre: “Porque el altísimo nivel de desempleo está generando que la gente, sobre todo los jóvenes, se involucren en actividades ilícitas, desde pequeños o grandes robos hasta enrolarse al sistema de delincuencia organizada, porque el país no les está ofreciendo nada; no hay oportunidades laborales, no tienen una sola opción de desarrollo”.

Edgardo Buscaglia, consultor de la Organización de las Naciones Unidas en materia de combate al narcotráfico y delincuencia organizada, abona la tesis. Explica que cuando el Estado está ausente de la necesidad económica y la vida social, los grupos delincuenciales buscan cubrir ese vacío a través de mecanismos violentos, o bien, ofreciendo lo que el Estado no hace: opciones de empleo.

“Para contrarrestar la delincuencia y violencia social que hay en México, no basta con construir cárceles, sino crear infraestructura social, una inversión en serio para la educación y, sobre todo, la creación de empleo. Porque este tipo de problemas se atacan a través de la prevención y de la educación, no a través de armas y soldados. Así que mientras siga existiendo un ausentismo del Estado, un Estado fallido, seguirá la delincuencia y la violencia, traducida como el lenguaje cotidiano de las sociedades que han sido infectadas por esta violencia”, expone Buscaglia, director del International Law and Economic Development Center.

Mención aparte merece el tipo de empleos que creará el gobierno calderonista. El resultado de la Encuesta de expectativas de empleo, organizada por Manpower, indica que los empleos que se ofertarán en 2011 serán de técnicos en producción, soldadores, carpinteros, plomeros, enfermeras, cuidadores de niños y ancianos, especialistas en ventas y servicios. De los profesionistas, las compañías encuestadas enlistan ingenieros y médicos.

No habrá cabida para profesionistas de áreas como la ciencia de la comunicación, abogados y mercadotecnia, ante la sobreoferta de dichos profesionistas y la poca demanda laboral.

De manera que los empleos ofertados en 2011 abonarán a la pérdida de capital humano altamente calificado que se incrementó significativamente a partir de 2007, cuando, de acuerdo con el Sela, México se ubicó como el principal expulsor de cerebros (profesionistas con niveles de licenciatura, maestría y doctorado) en el ámbito mundial, otro de los saldos de gobierno de Felipe Calderón.


Inflación al alza

Este año, el quinto año de gobierno de Felipe Calderón, no será sólo de 8 millones de mexicanos de la PEA desgastando los zapatos en el pavimento, tocando puertas en busca de un empleo, ni de los jóvenes que se sumen a la fila de los 7.4 millones que, según cálculos del rector de la UNAM, José Narro, ni estudian ni trabajan; 2011 será un año de hambre, de penurias y cinturones ajustados para el grueso de los mexicanos que recibieron el año con la canasta básica encarecida al máximo y un risorio aumento salarial.

Los aumentos a diversas frutas y verduras y las altas tarifas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al suministro de energía eléctrica provocaron que, a partir de noviembre, la inflación se disparara a 4.32 por ciento. Uno de los golpes más arteros al bolsillo de los mexicanos fue la alza a la tortilla, el alimento básico y para muchas familias único, que se incrementó de 8 a 12 pesos el kilogramo, aplicado en la víspera de los festejos guadalupanos.

La consultoría Merril Lynch calcula que, en el año, la inflación se mantendrá por encima del 4 por ciento. La cifra ubica a México como el quinto país con la inflación más alta entre el grupo de los 33 países que conforman la OCDE.

Aunque el encarecimiento de los combustibles que la Secretaría de Hacienda prevé para este año podría elevar la inflación, principalmente la gasolina, que con sus 12 incrementos registrados en 2010 fue uno de los productos que más impactó el índice inflacionario. En diciembre pasado, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, advirtió que el energético continuará incrementando su precio todo 2011.

Desde diciembre, el encarecimiento de la canasta básica desvaneció las cuentas alegres que el Banxico proyectó para este año en el rubro inflacionario, que, según Carstens, se mantendría en un máximo del 3 por ciento.

Con la inflación a la alza y una economía que no despunta, la cuesta de enero se resentirá todo el año, en que los mexicanos deberán asumir los paulatinos incrementos a la electricidad, gasolina y gas licuado de petróleo, además de los nuevos gravámenes del 15 por ciento al impuesto al valor agregado y el impuesto especial sobre producción y servicios en tabaco, bebidas alcohólicas, telecomunicaciones, juegos y sorteos.

En las reuniones internas de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, se habla de una nueva propuesta de gravamen a los alimentos y medicinas que el Ejecutivo estaría enviando al Congreso en el primer semestre del año.

De concretarse, la medida hacendaria sin duda sería el golpe más artero a la economía de los mexicanos, que han visto significativamente adelgazados sus bolsillos en el sexenio calderonista, periodo en el que “el poder adquisitivo de los mexicanos ha caído abruptamente”, dice el legislador Jesús Alberto Cano, también integrante de la Comisión de Hacienda en el Congreso federal.

En los últimos cuatro años, el poder adquisitivo se contrajo 40 por ciento, de acuerdo con estimaciones de la Facultad de Economía de la UNAM, por lo que actualmente los mexicanos sólo pueden adquirir el 60 por ciento de lo que adquirían en el gobierno de Vicente Fox.

La Confederación Nacional Campesina (CNC) calcula que, en los últimos cuatro años, la canasta básica se encareció hasta en 115 por ciento promedio, aunque hay productos como el frijol, cuyo costo se disparó un 220 por ciento. En contraste, en el mismo periodo el incremento del salario mínimo representa el 17 por ciento. El resultado: 30 millones de mexicanos dejaron de tener acceso a la canasta básica, dice Cruz López, líder de la CNC.

Con los precios a diciembre pasado y el salario mínimo establecido para este año, un obrero tendría que laborar 22 horas diarias para adquirir la canasta básica, casi tres veces más de lo que mandata la jornada laboral que regula la Organización Internacional del Trabajo. Dicho de otra manera, en el México de Calderón, un obrero que cumple con su jornada de ocho horas diarias que marca la ley, a partir de este año con su salario de 57 pesos diarios sólo podrá comprar 4 kilos de tortillas y medio kilogramo de frijol, o 2 de tortillas y 1 de frijol, siempre y cuando no disponga de un solo peso para transportarse a su lugar de trabajo.

El diputado Jesús Alberto Cano dice que el alto costo de las importaciones es otro factor que abona a la pérdida del poder adquisitivo, de manera que, al final, son los ciudadanos los que continuarán asumiendo el costo de la dependencia económica.


La mala administración

Con un gabinete económico indolente, sin rumbo ni liderazgo, Felipe Calderón achaca todos los problemas económicos que azotan al país como un efecto de la crisis mundial, pero “muchos de estos problemas se deben también a la mala administración de los recursos públicos, con un gasto corriente destinado a mantener los estratosféricos salarios y percepciones de los funcionarios públicos de alto nivel”, dice el diputado Mario Di Costanzo, también integrante de la Comisión Especial para Analizar el Presupuesto de Gastos Fiscales.

Pobreza, el gran saldo

En el estado financiero que Calderón inscribe de su administración, una cifra con muchos ceros será el saldo de pobreza. En ese rubro, sí ha habido un gran crecimiento en el país. De hecho, México es el país de América donde más ha crecido el flagelo.

El último reporte de la Cepal, difundido en noviembre pasado, indica que entre 2008 y 2009 la pobreza en el país aumentó 3.1 por ciento. En consecuencia, el organismo que encabeza la mexicana Alicia Bárcena recomendó al gobierno promover el empleo formal y reforzar los programas de combate a la pobreza.

Los resultados de las Encuestas de ingreso y gasto 2007, 2008, 2009, y 2010, de Instituto Nacional de Estadística y Geografía, indican que en la administración de calderonista se empobrecieron otros 6.8 millones de mexicanos.

Otros organismos, como el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, manejan cifras alarmantes. Su último informe sobre pobreza multidimensional en México indica que, para 2008, 47 millones 200 mil mexicanos se convirtieron en “pobres dimensionales”, lo que significa que tienen más de tres carencias sociales.

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viernes, julio 17, 2009

Tarugadas y madruguetes

Jorge Lara Rivera

Vergüenza ajena, eso es lo que produce la desfachatez mostrada –tanta– por autoridades hacendarias y financieras del país, que con despreocupado entusiasmo anuncian que las remesas de divisas que llegan desde el exterior, principalmente de Estados Unidos, podrían repuntar en meses próximos hasta un 15%.
Se trata del más abierto y cínico reconocimiento, además de a la gran dependencia del exterior que padece nuestra economía, del inepto desempeño de tales funcionarios, de su irresponsabilidad y de un estrepitoso déficit e incumplimiento del deber del gobierno, incapaz de crear fuentes de trabajo y puestos de empleo para evitar la emigración de los compatriotas.
El porcentaje que las remesas aportan a las reservas de divisas en arcas nacionales y su singular importancia en el conjunto de nuestra economía, justo detrás de los ingresos petroleros y alternando el segundo puesto con el turismo, proviene del sobreesfuerzo, las privaciones y economías que se imponen quienes, desde fuera, auxilian a los suyos que permanecen en México, y debería avergonzarles, pues se traduce como un fiasco más del gobierno federal panista, de “la presidencia del empleo”; el rotundo fracaso del régimen para poner a flote las finanzas del país.
Resulta elocuente que el dato se haya dado, precisamente, triste consuelo, para aminorar el desánimo producido ante el reporte del reciente descenso de aquéllas hasta el 7% en el último lapso, lo cual complica un panorama ya de por sí bastante difícil.
Las complicaciones, por otra parte, son graves. Ahora Nuevo León se ha sumado a la triste lista de entidades federativas donde las balaceras están a la orden del día (Veracruz, Michoacán, Guanajuato, Chihuahua, Guerrero, Sinaloa, etc.) rebasando a las fuerzas del orden.
Además hay estremecimientos que tienen que ver con los niveles de infiltración que el hampa alcanza. Y es que, al parecer, todo mundo en la política tiene derecho a su pariente incómodo; así, correspondería al ingeniero Salinas, del priísmo neoliberal, y los panistas jijos de la Sahagún (cuyo adulterio, por cierto, ha regularizado muy convenientemente la empresa Iglesia Católica), la actual vicisitud del medio hermano de Leonel Godoy, el gobernador perredista de Michoacán.
Y es que al partido del Sol Azteca “le está lloviendo en su milpita”. No acaba el petrificado Cuauhtémoc Cárdenas de demandar la salida de Jesús Ortega de la dirigencia nacional, pese a lo acordado en reciente cónclave cupular de los liderazgos formales y sociales de esa agrupación política, dado a conocer por Amalia García, cuando ya se reedita otro capítulo telenovelesco de tono semejante al lodazal en el que quisieron embarrar a Arturo Monreal.
Bien se dice que “los dedos de una misma mano no son parejos”, y hay que considerar que la juventud puede llevar a cometer graves yerros (como sería en este caso); pero la probidad de las autoridades federales no está exenta de quedar en entredicho.
Por lo pronto, ¿cómo es que el IFE dejó que prosperara el registro de la candidatura del hoy señalado como plausible colaborador de la delincuencia?, o ¿por qué se permitió que fuera votado y declarado ganador si, al parecer, había fuertes indicios de su conexión delictiva?, ¿cómo es que, sólo ahora, cuando ha ganado con el voto popular el encargo de diputado, salen aquéllas con que existen contra él graves presunciones y una orden de aprehensión?
Será el sereno, pero esos baches en su actuación dejan muchas dudas acerca de la probidad de las autoridades.
Y tales se acentúan, todavía más, cuando se toma en cuenta que, a la luz de los enormes poderes conferidos al Ejecutivo federal, primero y con base hasta en denuncias anónimas o de delincuentes delatores que pasan a ser “testigos protegidos” se detiene, se arraiga y extiende el aprisionamiento a las personas, de ser necesario con un nuevo arraigo, mientras se les fabrica el expediente. Como ejemplo está el caso de los tres alcaldes (dos del PRI y uno del PRD) recientemente exculpados.
Algo ahí apesta a venganza política o, cuando menos, a advertencia intimidatoria para la nueva legislatura.
A propósito de triquiñuelas, ¿no les parece demasiado infantil la trama esa de la supuesta invitación a negociar, formulada por un líder de “La Familia”, la cual mereció la “heroica” respuesta oficial, por voz de Fernando Gómez Mont, primero, y las consabidas bravatas del jefe del Ejecutivo federal luego? Puras fantasías animadas de ayer y hoy, ¿no?
Pero siguiendo con el rubro de habladores, horrores y fantasías, urge pedir explicaciones a quien corresponda porque, de cara a la nueva embestida de la Influenza A-H1N1, pese a los alardes y suficiencia de los discursos de quien despacha en Los Pinos y de José Ángel Córdova V., su secretario de Salud, se da el caso –se ha dicho en la radio y TV– que en la unidad médica 59 del IMSS, al menos, no hay antivirales, ni reactivos para las pruebas. ¿Qué tiene que decir al respecto el arrogante Daniel Karam Toumeh?
¿No se jactaban esos funcionarios de que estaba garantizado el abasto y se tenía suficientes dosis? Lo más grave, lo verdaderamente horroroso bajo los esquemas empresariales, gerenciales, competitivos, de eficiencia, productividad y calidad total neoliberales del régimen panista, es probable que no se tenga contemplado comprar más medicamentos, sin importar el costo en riesgo sanitario o de vidas humanas.
En otro orden (pero siguiendo la misma línea). Mientras el sexto filme sobre el brujito Harry Potter impone récord de taquilla, parece que un episodio terrorífico es inminente en el panismo local: trataríase del choque por el poder, máscara contra cabellera teñida, entre “Anulosa” Payán y “Úrsula”, “El reencuentro”. No se lo pierda.

martes, abril 07, 2009

A duras penas se mantienen las remesas

Los migrantes no regresan

Carlos Fernández-Vega

A los gobiernos latinoamericanos la crisis les ha alterado el funcionamiento de una de las principales soluciones de doble vía aportada por el modelito económico: la expulsión de mano de obra, de ida, y el envío de remesas, de regreso. En el caso mexicano, por una parte, la obligada salida de alrededor de medio millón de connacionales por año le ahorra al gobierno reconocer poco más de un punto porcentual en el índice oficial de desempleo abierto; por la otra, el generoso ingreso de alrededor de 160 mil millones de dólares en remesas durante los últimos nueve años, según las cifras del Banco de México.

La doble vía les funcionó perfectamente durante mucho tiempo, pero ahora la crisis tiende a desestabilizar ese leonino equilibrio: por un lado ha moderado el ritmo de expulsión de mano de obra, y por el otro la captación de dólares enviados vía remesas. Para el caso mexicano, en 2008 este último indicador reportó una caída de 3.6 por ciento, y en el primer bimestre de 2009 el descenso fue cercano a 15 por ciento.

Aún así, el modelito todavía funciona, pues los expulsados de su tierra mantienen, a duras penas, el envío de dinero a sus familiares. El Banco Interamericano de Desarrollo, el BID, revela que tras casi una década de crecimiento, las remesas a América Latina y el Caribe declinarían en 2009, por primera vez desde que la propia institución comenzó a medir estos flujos, en 2000. El cambio de tendencia ocurrió en el cuarto trimestre del año pasado. Los envíos de dinero realizados por trabajadores latinoamericanos emigrados son una fuente de ingresos clave para millones de familias en la región. En 2008 enviaron alrededor de 69 mil 200 millones de dólares a sus países de origen, 0.9 por ciento más que en 2007.

La tendencia primero se estancó, para luego modificarse a la baja después del primer semestre de 2008. Tras un tercer trimestre sin crecimiento, en el cuarto los flujos de dinero cayeron a 17 mil millones de dólares, 2 por ciento menos que en un año atrás. Para los pocos países que han reportado la información correspondiente a enero de 2009, las caídas han sido hasta de 13 por ciento. Si bien es demasiado temprano para proyectar en cuánto podrían reducirse las remesas en 2009, esta es una mala noticia para millones de personas en nuestra región que dependen de estos flujos para cubrir sus necesidades básicas. El cuadro se ha vuelto más complejo, dado que hay más factores en juego. El mundo enfrenta su peor crisis en décadas. El desempleo está aumentando en los países industrializados. El ambiente contra la migración se está tornando más inhóspito. Incluso las fluctuaciones cambiarias están incidiendo más que en el pasado.

El organismo financiero apunta que luego de muchos años de crecimiento sin pausa, las remesas a América Latina y el Caribe comenzaron a resentirse en 2008 a medida que los principales países fuente de estos recursos (Estados Unidos, España y Japón) cayeron en recesión. La crisis castigó especialmente a industrias que empleaban a muchos trabajadores extranjeros, como la construcción, las manufacturas, hoteles y restaurantes. Las personas que envían remesas y sus familiares en sus países de origen también sufrieron las consecuencias de las alzas de precios de los alimentos y los combustibles. Sumado a ello, las fluctuaciones de las tasas cambiarias comenzaron a tener mayores efectos que en el pasado, particularmente en países que experimentaron devaluaciones o que tienen grandes colonias de emigrados en Europa.

El peso mexicano y el real brasileño han perdido amplio terreno frente al dólar estadunidense, y por ello las remesas enviadas desde Estados Unidos rinden más, en moneda nacional, lo que compensa, al menos en parte, el menor volumen de envíos. Los países andinos, que reciben grandes cantidades de remesas desde España, se vieron beneficiados por la fortaleza del euro durante la primera mitad de 2008, pero desde entonces han sido golpeados por la caída del valor de la divisa europea. Las naciones centroamericanas, que están dolarizadas o cuyas monedas están ligadas al dólar, están más protegidos de las fluctuaciones de las tasas de cambio.

A pesar del panorama sombrío, el BID asegura tener poca evidencia de que los migrantes estén preparándose para regresar a sus países de origen. En España, donde viven más de 5 millones de trabajadores extranjeros, un plan del gobierno para pagar beneficios sociales a aquellos que regresen a sus patrias ha suscitado poco interés. Los migrantes han demostrado que el regreso a casa es la última opción.

Los tres primeros lugares en lo que a recepción de remesas se refiere son México (25 mil 145 millones de dólares en 2008), Brasil (7 mil 200 millones) y Colombia (4 mil 842). En el primero de los países los receptores son mayoritariamente mujeres (dos a uno) de ingresos moderados y niveles de educación bajos (casi 60 por ciento ha completado la secundaria o menos). El factor principal que empuja la emigración parecen ser (BID dixit) los problemas económicos del país. El 18 por ciento de la población adulta recibe remesas de forma regular, siete veces al año y 190 dólares por cada recepción, en promedio.

De Brasil revela que cerca de la mitad de las remesas proviene de Estados Unidos, 31 por ciento de Europa y el 19 por ciento restante de Japón. Y de Colombia, que en el último lustro casi un millón de ciudadanos emigró a Estados Unidos, España o Costa Rica, entre otros países. Las remesas representan 74 por ciento de sus ingresos por exportaciones petroleras. Más de la mitad de receptores de remesas son mujeres, que tienden a tener niveles de educación altos –más de 85 por ciento ha terminado sus estudios secundarios.

Las rebanadas del pastel

¿Qué le reclamaba el PAN a Ernesto Zedillo, cuando éste era inquilino de Los Pinos?: no es la opción del estadista la de un blindaje económico basado en el crédito internacional de coyuntura y con visión de corto plazo. Como sí lo hubiera sido concretar la convocatoria para elevar a rango de política de Estado la política económica, profundizando en una reforma fiscal integral, en una política hacendaria no sólo recaudatoria sino comprometida con la micro, pequeña y mediana empresas para solventar el déficit creciente de empleos permanentes y productivos que demandan los mexicanos (senador Ricardo García Cervantes, a nombre de su bancada, en el quinto Informe de gobierno, 1999). Eso de la memoria no se les da a los políticos, pero a los ciudadanos menos, lamentablemente.

miércoles, noviembre 26, 2008

García Sainz critica entrega de seguridad social a la IP

■ Se desmantelan instituciones como IMSS e ISSSTE, denuncia
García Sainz critica entrega de seguridad social a la IP
■ Advierte sobre la caída que sufren fondos de ahorro de los trabajadores
■ Armando Bartra: México “exporta ciudadanos” e importa alimentos

Ciro Pérez Silva

Los tres principales problemas a los que se enfrentan ya los trabajadores mexicanos son el rotundo fracaso de la Ley del ISSSTE; la caída de los fondos de ahorro para el retiro, que en los pasados siete meses ha sido de 71 mil millones de pesos, frente a los 16 millones que han obtenido como ganancia los dueños de las Afore, y los servicios médicos insuficientes, con terribles demoras en la atención, sostuvo Ricardo García Sainz.
A su vez, Armando Bartra, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, afirmó que el esquema de los gobiernos neoliberales de “exportar ciudadanos” a Estados Unidos para que envíen remesas ha fracasado del mismo modo que la teoría neoliberal de comprar alimentos en el exterior en lugar de producirlos en México.
Al participar en el seminario Seguridad Integral, que organiza el consejo consultivo del Frente Amplio Progresista (FAP) en la antigua Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, los especialistas abordaron los temas de seguridad alimentaria y seguridad del trabajador no asalariado.
En esta última García Sainz condenó que los gobiernos neoliberales abandonaran su responsabilidad de garantizar la seguridad social de los mexicanos y la hayan sustituido con diversos mecanismos de privatización, que atienden casi exclusivamente a los sectores de mayores ingresos, mientras el resto de la población debe acudir a “esa entelequia” que es el Seguro Popular, todo ello resultado de una política deliberada para desmantelar instituciones como el ISSSTE y el IMSS.
Armando Bartra mencionó que resulta difícil imaginar a los países orientales sin el arroz, o a los países europeos sin el trigo, mientras en el caso de México y los países de Mesoamérica la tendencia es desaparecer el cultivo del maíz. Dijo que como producto de políticas neoliberales “socialmente estúpidas y económicamente suicidas” se abandonó al campo y se optó por comprar en el extranjero los bienes de consumo, al grado de que se importa casi 25 por ciento de los alimentos que consumen los mexicanos, además de que al dejarse de producir en las zonas rurales se incrementó sensiblemente la pobreza nacional.
Soberanía alimentaria en crisis
“Desde hace 30 años renunciamos deliberadamente a la soberanía alimentaria en favor de las supuestas ventajas comparativas de comprar los alimentos fuera”, insistió.
Si en algún momento para los gobiernos neoliberales “fue un buen negocio exportar ciudadanos para que nos enviaran remesas, que llegaron a 23 mil millones de dólares anuales, frente a las importaciones de alimentos, que ascendieron a 11 mil millones, lo que daba como resultado una balanza favorable, hoy ese negocio se derrumbó, y además del costo humano de exportar mano de obra para producir alimentos fuera es ahora económicamente ruinoso”.
Por su parte, el también investigador de la UAM Celso Garrido se refirió a la falta de financiamiento para los pobres en México. Puntualizó que si en el mundo existen alrededor de 3 mil millones de personas sin acceso al crédito, vastos sectores de la población nacional tampoco tienen acceso a empréstitos.

sábado, octubre 18, 2008

Desplome de las remesas de trabajadores mexicanos

Carlos Fernández-Vega

Emigrantes cambian de trabajo y ciudad en busca de empleo en EU

Nada grato es el panorama para millones de familias mexicanas que dependen de las remesas enviadas por sus familiares que laboran, o intentan hacerlo, fuera de las fronteras nacionales. En agosto pasado, cuando sin decoro se hablaba de simple “catarrito” económico en el país, el ingreso de divisas por el concepto referido reportó una caída superior a 12 por ciento con respecto a igual mes de 2007. Sin duda, México será el país más afectado por el descenso en este renglón, aunque no el único.

El Banco Interamericano de Desarrollo recién divulgó un estudio en el que prevé que el volumen de remesas a América Latina y el Caribe crezca 1.5 por ciento nominal en 2008, para redondear 67 mil 500 millones de dólares. Sin embargo, éste sería el primer año en que se reduciría en términos reales la contribución de estos flujos de dinero a los ingresos de millones de hogares en la región. Ajustados por la inflación y variaciones en los tipos de cambio, las remesas aportarían 1.7 por ciento menos a los ingresos familiares latinoamericanos y caribeños respecto de 2007.

Las remesas a algunos países clave de la región han tenido un crecimiento negativo en 2008. México y Brasil, los principales destinos de estos flujos en América Latina, observan reducciones en sus ingresos por remesas desde mediados de 2007. En ambos países se registró un monto negativo en las remesas este año. En agosto de 2008 la misma inflexión se registró en El Salvador y Guatemala, donde los envíos representan una considerable proporción del ingreso nacional (18 y 12 por ciento, respectivamente).

De acuerdo con el BID, diversos factores han contribuido a esta reducción en el impacto de las remesas. Entre ellos destaca la inflación: el incremento de los precios de los alimentos y los combustibles ha encarecido el costo de vida de los emigrados que envían remesas. Al mismo tiempo, los aumentos de precios exacerban las necesidades de las familias que dependen de envíos de dinero del extranjero.

De igual manera la desaceleración económica: la caída de actividad en la economía de Estados Unidos y más recientemente en España (otro de los grandes polos con presencia de latinoamericanos) limita la posibilidad de acceder a empleos mejor remunerados. También el clima migratorio: las condiciones se han vuelto más restrictivas en los países receptores, limitando la capacidad de los inmigrantes para enviar dinero.

El valor del dólar también ha contribuido: varias monedas latinoamericanas y caribeñas se han fortalecido respecto de la divisa estadunidense, y como resultado las remesas en dólares tienen menor poder adquisitivo.

El organismo financiero regional señala que Estados Unidos y España son las dos principales fuentes de remesas a América Latina, y los ingresos de muchos emigrados de esta región dependen en gran medida de la salud económica de dichas naciones. Los datos más recientes sugieren que la desaceleración económica en estos países ha tenido un impacto negativo en la capacidad de los inmigrantes para enviar dinero a sus países de origen.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales del gobierno estadunidense, el desempleo entre las personas de origen latinoamericano en Estados Unidos ha estado aumentando desde octubre de 2006. En agosto de 2008 llegó a 8 por ciento, casi dos puntos porcentuales por encima de la tasa de desempleo nacional. En España, el número de inmigrantes que han solicitado beneficios por desempleo ha aumentado 81 por ciento en el último año. En una situación parecida al del sector de la construcción en Estados Unidos, que ha perdido cerca de medio millón de empleos, la construcción en España ha visto una caída de 7.9 por ciento en el empleo durante el segundo trimestre del 2008, agravando la desocupación entre los inmigrantes.

En encuestas previas sobre remesas encargadas por el Fondo Multilateral de Inversiones del BID en Estados Unidos, hasta 17 por ciento de los encuestados respondieron que trabajaban en la construcción. Sus envíos, por lo tanto, se ven afectados en el corto plazo por los cambios en el mercado laboral. Si bien los inmigrantes se muestran menos propensos a hacer transferencias de dinero mientras encuentran empleo, son versátiles y dados a cambiar de sector o mudarse de estado para atender las necesidades de sus familias a mediano y largo plazos.

Los flujos de remesas fluctuarán en concierto con la realidad económica global, subraya el BID. Las desaceleraciones afectan tanto a los trabajadores nativos como extranjeros. Sin embargo, es importante mantener la perspectiva de este cambio en las remesas. Las caídas en los flujos tenderán a ser modestos porque los inmigrantes han demostrado una adaptabilidad a las fluctuaciones en la demanda laboral. En entrevistas con grupos focales realizados este año en Estados Unidos, inmigrantes latinoamericanos y caribeños manifestaron que estaban reduciendo sus propios patrones de consumo, cambiando de sectores de trabajo e incluso mudándose de estado para poder seguir enviando dinero a sus países.

La migración es resultado de un desequilibrio en el desarrollo: las personas se mudan cuando los beneficios esperados superan los costos financieros y los sacrificios asociados con la migración. El caso de Brasil es ilustrativo del hecho que cuando las condiciones mejoran en los países de origen, los emigrados tienden a regresar. Adicionalmente, los trabajadores extranjeros suelen estar muy bien informados sobre los mercados laborales en el país de destino. Con frecuencia ya tienen un empleo que los espera cuando viajan al exterior. En la medida que escaseen oportunidades de empleo en Estados Unidos y Europa, aumentarán las probabilidades de que aquellos que consideran irse a trabajar en el exterior tomen un empleo en un país más cercano. Ya están surgiendo indicios de un aumento en las remesas entre países latinoamericanos.

Luego de años de aumentos de dos dígitos, el incremento masivo en las remesas ha llegado a su fin, a juicio del banco regional. De cara a una mayor inflación, problemas económicos en países que reciben a los inmigrantes, un clima de mayor control a la migración y un dólar más débil, muchos recipientes de remesas encuentran más difícil que sus remesas tengan el mismo impacto que antes.

Para las economías de América Latina y el Caribe las remesas son una fuente estable de divisas para millones de familias en la región. Asegurar que los trabajadores migrantes y sus familias tengan un acceso a servicios financieros básicos como cuentas de ahorro, préstamos y seguros permitirá que las remesas tengan un máximo impacto en el desarrollo de los países.

Las rebanadas del pastel

Carísimo debe pagar el inquilino de Los Pinos el maíz con que alimenta a las gallinitas amarillas que ahora plácidamente retozan a su alrededor y comen de su mano.

martes, octubre 07, 2008

A la pobreza extrema

Ernesto Cordero aseguró que probablemente no sólo México sino todo el mundo resentirá la crisis financiera de Estados Unidos y que ésta tendrá efectos en las condiciones de vida de muchas personas. (NTX)

El 60% del total de mexicanos que reciben remesas de Estados Unidos corren peligro de caer en la miseria por la crisis que afecta a Estados Unidos, admite el titular de Desarrollo Social del gobierno ilegítimo

MEXICO, D.F., 6 de octubre (UNIVERSAL).- Del total de mexicanos que reciben remesas de Estados Unidos, un 60% no viven en condiciones de pobreza extrema, sin embargo, para Ernesto Cordero, secretario de Desarrollo Social del gobierno ilegítimo, “corren peligro de caer en condiciones de pobreza por la crisis que está afectando a Estados Unidos”.
Durante la comparecencia del secretario ante la Comisión de Desarrollo Social del Senado, explicó que la orientación de los programas que se desarrollen éste y el año que entra deben atender ésta lógica.
Un ejemplo de ello es el Programa 3 por 1 del gobierno fecalista donde por cada peso que se envía de Estados Unidos el gobierno usurpador pone un peso más y los gobiernos locales ponen otro peso, esto es para programas de pavimentación, drenaje, centros comunitarios y de más acciones que ayuden a las comunidades”, dijo.
Explicó que se considera un nuevo programa para financiar actividades productivas en las comunidades donde el gobierno espurio ponga un peso por cada peso enviado para arrancar negocios en México, que los migrantes consideren adecuados, de manera que se pueda generar opciones productivas en el país y con ello poder enfrentar la caída de remesas que este año ya lleva una reducción de 700 millones de pesos y que seguirá a la baja el año entrante.
Aseguró que probablemente no sólo México sino todo el mudo resentirá la crisis financiera de Estados Unidos y que ésta tendrá efectos en las condiciones de vida de muchas personas.
Dijo que no hay contaminación todavía en los canales financieros; sin embargo, “las condiciones sí nos obligan a pensar que habrá afectación en las familias mexicanas”.
“El 60% de las familias que reciben remesas viven en pobreza alimentaría y aunque no es una cifra tan grande es necesario atender a estas familias”, dijo.
Además reconoció que de 1996 a la fecha, con los programas sociales se ha logrado sacar de la pobreza alimentaria a 20 millones de mexicanos.
Por su parte, el senador perredista Graco Ramírez Garrido, presidente de la Comisión de Desarrollo Social en Senado, dijo que los últimos índices de pobreza señalan que hoy existen 14 millones de pobres que no tienen para comprar una canasta básica de alimento y 21 millones tampoco pueden atender sus gastos de salud y educación.
Pidió que el dinero se use para ayudar a salir de la pobreza y no para llevar votantes a las urnas durante las elecciones.