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viernes, noviembre 13, 2009
El golpe a la educación
En menos de una década, los gobiernos panistas han logrado avanzar en el desmantelamiento de los aparatos del Estado y de la democracia a favor del mercado. Esto se manifiesta en progresivas privatizaciones de áreas del petróleo, la electricidad, la educación y la cultura, pero también de la democracia, cada vez más en manos de los magnates de las televisoras y de los dueños nacionales o internacionales de las telecomunicaciones.
El mayor avance en ese propósito, el más terrible, es el que se resiente en el sistema educativo nacional, en donde, poco a poco, el PAN, la SEP, el SNTE y el gobierno federal buscan deshilvanar y ofuscar partes de la historia nacional, los valores de autodeterminación, laicismo y humanismo, con orientaciones que privilegian las competencias para el trabajo y la educación financiera y administrativa, al mismo tiempo que se apoya la privatización de la educación, su mercantilización y una idea de calidad que reproduce el currículum oculto de las élites.
En la educación básica esto se está logrando por la vía de la deformación del aprendizaje, alterando contenidos, lenguajes, métodos e identidades, pero, sobre todo, disminuyendo los recursos que la educación pública requiere para alcanzar mayores niveles de cobertura, equidad y ciudadanización.
Reducir de forma sistemática, año con año, las partidas destinadas a la educación pública (para 2010 la cifra correspondiente será de alrededor de 1% del PIB), no sólo refuerza la idea de que el mercado educativo es potencialmente mejor, sino también la consistente en que la calidad de la educación pública no podrá ocurrir nunca. Mientras la SEP reduce cada vez más su capacidad de acción y no atina a definir políticas hacia una reforma integral en el sistema para mejorarlo, se organizan evaluaciones que demuestran que los estudiantes y, sobre todo, los profesores, no dan la talla ni pueden alcanzar los indicadores de excelencia que abstractamente se promueven.
Para la educación básica, el golpe está dado en la reducción presupuestal hacia los estados con mayor rezago educativo (en 2008 se lo propinaron a 20 entidades y ahora a 23), mediante la fórmula del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB) que, cada año, reduce recursos en lugar de incrementarlos para alcanzar mayores niveles de cobertura y de atención a los grupos más vulnerables. Así, se prevé un recorte de 3 mil 333 millones de pesos para 2010.
Sin embargo, el trancazo más fuerte se le está dando a las universidades públicas. Terrible, cuando se sabe que son éstas las que soportan lo mejor de la producción de nuevos conocimientos, de los aprendizajes, de la investigación y de la vida cultural del país. El reciente Premio Príncipe de Asturias otorgado a la UNAM es una muestra elocuente. Pero desde la lógica del mercado, que esto ocurra en la educación superior pública no perjudica porque, como lo afirmara el actual presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Armando Paredes, frente a los senadores, “los subsidios a las universidades son regresivos” (27/X/09).
De acuerdo con el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2010, serían asignados a la educación superior 77 mil 43 millones 500 mil pesos, lo que significa una disminución de 6.2% respecto a 2009, aunque con otras medidas la reducción llega al 7.9% en términos reales. Sólo para la UNAM el recorte sería de 1.3%.
En 2009 ya había ocurrido una disminución de 800 millones de pesos en el sector. Con todo ello, de 2009 a 2010 el presupuesto para la educación superior baja de 0.66% a 0.59% respecto del PIB, cuando la propuesta de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) era aumentarlo de 0.66% a 0.71%. Para el gasto en ciencia y tecnología la reducción es de 4.6%, y para el Conacyt, de 6.4%; así, se mantiene sin crecimiento real este gasto, que ha fluctuado de 0.39% en 2003 a 0.34% en 2010 respecto del PIB, y sigue sin avanzar la propuesta de alcanzar por lo menos 1% del PIB para la investigación científica.
Son sólo ocho universidades públicas las que en México concentran 25% de los estudiantes de nivel de licenciatura y más de una cuarta parte de los de posgrado. Esto quiere decir que dichas instituciones atienden a medio millón de estudiantes de licenciatura, pagan el sueldo de 23 mil 356 profesores e investigadores de tiempo completo, y ofrecen todas facilidades posibles al más importante número de miembros del Sistema Nacional de Investigadores.
El recorte a las universidades atenta contra las posibilidades de ampliar la base social e institucional de producción y transferencia de conocimientos. En la lógica de la derecha, del actual gobierno y de quienes se han visto favorecidos nuevamente con los acuerdos legislativos en materia de gasto total nacional, esto parecería no tener mucha trascendencia, pues consideran que siempre se podrá contar con las ofertas del mercado global, y eso significa que podemos ser subsidiarios, maquiladores o representantes de alguna de las franquicias educativas, científicas o tecnológicas.
Fuente: Proceso
jueves, octubre 15, 2009
Una crisis educativa crónica
A pesar de los fuertes reclamos de actores que se multiplican, el gobierno actual sigue sin entender la magnitud del desastre educativo –el cognitivo, el de los contenidos de lo que se aprende y deriva en capacidades, habilidades y conocimientos–, pues la caída de los recursos destinados a la educación ha sido una constante, y la crisis que se padece, crónica ya, se agrava cada vez más.
En 1993, con el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, suscrito por la administración federal, los gobiernos de los estados y el SNTE, se buscó “corregir el centralismo y burocratismo del sistema educativo”, pero las políticas aplicadas desde entonces apuntan a su exacto contrario: mayor burocratismo y centralismo que, por lo demás, son mucho más acendrados y corruptos que antes.Lo que después de aquella fecha se acordó para garantizar la educación como un derecho humano general tampoco ha servido de mucho, ni se ha respetado el monto anual que el Estado debe destinar al gasto en educación pública y a los servicios educativos. De acuerdo con el artículo 25 de la Ley General de Educación, dicho gasto “no podrá ser menor a 8% del Producto Interno Bruto del país…”, mientras que a la investigación científica y al desarrollo tecnológico en las instituciones de educación superior públicas debe destinarse “al menos 1% del PIB”. (Diario Oficial de la Federación, 4/01/2005.)Pues bien, en 2006 el gasto en educación fue de 636 mil millones de pesos, equivalentes a 6.95% del PIB, y en lugar de buscar los aumentos requeridos para alcanzar la meta consensuada, los recursos han ido disminuyendo año con año, impactando en forma negativa las condiciones educativas de las grandes mayorías de la población. Las calamidades se observan claramente en la cruda vida cotidiana de las aulas, tanto en las escuelas de nivel básico como en las preparatorias y universidades. En el presupuesto de 2007, de 6.95% del PIB se pasó a 6.3%, y empezaron a resentirse los acuerdos de la alianza PAN-SNTE, que ya copaban las decisiones en la Secretaría de Educación Pública, para echarle tierra a los pésimos proyectos y fraudes cometidos con la Megabiblioteca “Vasconcelos”, con la Enciclomedia o con la contrarreforma de los planes y programas de estudio de secundaria. La nueva mampara para cubrir todos los errores y hacer creer que se contaba con una política educativa se presentó bajo el rampante título de “Alianza por la Calidad de la Educación”, que no fue sino otro fracaso. En los presupuestos de 2008 y 2009, los recursos dedicados a la educación se mantuvieron estancados, pues en ninguno de estos años se pudo incrementar el presupuesto más allá de 6% del PIB. Y, peor aún, para 2010 se ha anunciado un recorte general en el sector que la ANUIES ha considerado “el peor proyecto de presupuesto enviado por el Ejecutivo”. La razón: que lanza hacia abajo los fondos, subsidios y condiciones de desarrollo de las instituciones de educación superior, con una reducción de 6.2% respecto a 2009 que, en términos del PIB, representaría una caída de 0.66% o 0.60%.Por lo que se refiere al valor social de los conocimientos, de la investigación científica y tecnológica, del apoyo a sus procesos y resultados, las cosas tampoco marchan bien. El presupuesto asignado para 2010 tiene una disminución aproximada de 3%, y tampoco se avanza en la definición de montos que puedan dar certidumbre de que se alcanzará en este sexenio el propuesto 1% del PIB para las actividades de investigación y desarrollo. Las propuestas de la comunidad científica, sus demandas e insistencias al respecto no encuentran ningún interlocutor válido en el gobierno federal.El proyecto de presupuesto de 2010 está ya en revisión en la Cámara de Diputados, y muy seguramente habrá modificaciones importantes en el paquete educativo, así como en los montos dirigidos a los universitarios y a la comunidad científica, pero sin que dichos cambios puedan contrarrestar las enormes y muy graves consecuencias que en el sistema educativo han tenido ya la recesión y la contracción constante de los recursos.Lo peor es que tampoco existe la confianza de que esas magras cantidades tengan la aplicación y el destino adecuados, excepto en el ámbito de las universidades públicas y los proyectos de investigación científica, donde siempre se trabaja con lo menos procurando resultados. En otros niveles educativos y rubros de orientación del gasto, buena parte del dinero invertido puede traducirse en un desperdicio económico y social.Esta crisis orgánica y crónica que se vive puede observarse en los bajísimos resultados de las evaluaciones –como se ha confirmado con los datos de las pruebas “Enlace”–, en los contenidos de los libros de texto y en la pobreza pedagógica de los programas de educación básica y media superior –que han recibido reiteradas críticas de los investigadores educativos–, todo lo cual se traduce en que se está formando una generación de niños y jóvenes que no tienen ni idea de lo que aprenden, que no pueden comprender lo que leen ni desarrollar una redacción adecuada para comunicarse de forma coherente. Las causas primordiales de este panorama: recursos a la baja, y políticas que no se dirigen hacia una verdadera reforma educativa.
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lunes, septiembre 28, 2009
País sin educación, país sin futuro
México SA
*Nada para estimular la economía
*El pago de la deuda es lo único que sube
*País sin educación, país sin futuro
*Nada para estimular la economía
*El pago de la deuda es lo único que sube
*País sin educación, país sin futuro

Más allá de su 2 por ciento para los pobres”, la cadena de incrementos en los impuestos existentes y la “actualización” (léase aumentos) de precios y tarifas del sector público, la propuesta económica 2010 del calderonato sólo reporta decrementos. ¿Cómo crecería 3 por ciento el país, según la versión oficial, si el paquetazo carece de lo más elemental para echar a caminar y estimular la economía? Quién sabe, pero lo cierto es que el panismo actúa en riguroso sentido contrario de lo que una década atrás, como supuesta oposición, proponía: lo importante, decía el PAN que no se come, “es elevar a rango de política de Estado la política económica, profundizando en una reforma fiscal integral, en una política hacendaria no sólo recaudatoria sino comprometida con la micro, pequeña y mediana empresas para solventar el déficit creciente de empleos permanentes y productivos que demandan los mexicanos”.
Entre lo poco que registra incremento (algo tradicional en este renglón) para 2010 está el presupuesto destinado el servicio de la deuda pública (interna y externa): 11.2 por ciento con respecto a 2009 (contra una reducción de 17.7 por ciento en la SEP), o lo que es lo mismo, 238 mil millones de pesos. En sólo un bienio, de los bolsillos de los mexicanos habrán salido más de 450 mil millones de pesos para tal fin, mientras el endeudamiento se mantiene al alza. De allí en fuera, prácticamente todo cae.
Van algunos ejemplos, documentados por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados: para la “función desarrollo económico” la propuesta calderonista representa una reducción de 8.19 por ciento al gasto aprobado en el ejercicio fiscal 2009. Para el próximo año, con respecto al anterior, la propuesta es reducir las asignaciones presupuestales de la siguiente manera: energía, 2.56 por ciento; comunicaciones y transportes, 16 por ciento (para carreteras, por ejemplo, la caída es de 25 por ciento y de 32 por ciento en puertos); desarrollo agropecuario y forestal, 16.5; laboral, 7.69; empresarial (fundamentalmente apoyos a pequeñas y medianas empresas), 5.6; turismo (tercer captador de divisas), 30.8, y agro, 25.6.
Para la banca de desarrollo (propiedad de la nación, hasta donde se sabe, y uno de los grandes motores de la economía) la propuesta calderonista consiste en reducir su presupuesto en 97.4 por ciento, y en 55 por ciento los dineros públicos canalizados a los fondos de fomento.
Los dineros públicos para la conservación del medio ambiente y los recursos naturales se recortan en casi 20 por ciento; los destinados al Programa de Financiamiento y Aseguramiento al Medio Rural se desploman 58 por ciento; los canalizados al Apoyo para el Desarrollo y Mejoramiento Rural de plano desaparecen, al igual que los asignados a la Zona Metropolitana del Valle de México y al Fondo Metropolitano de Infraestructura para el Desarrollo, entre otros muchos. Además, se reduce el presupuesto para urbanización, vivienda y desarrollo regional (12 por ciento) y el de agua potable y alcantarillado (11.5 por ciento).
País sin educación, país sin futuro. Y en Los Pinos lo entienden bien: para el apoyo en Servicios Educativos Concurrentes la reducción presupuestal propuesta es de 33.4 por ciento; para cultura, 25.2; educación para adultos cae 2.8 y educación superior 2 por ciento. Posgrado “crece” 0.6 por ciento, educación básica 9.5, y educación media superior 9.5. A cambio, se borran del mapa (desaparecen) los recursos para lo siguiente: ampliación de la oferta educativa de los institutos tecnológicos; fortalecimiento a la educación temprana y el desarrollo infantil; Atención educativa a grupos en situación vulnerable; apoyos complementarios para el FAEB; fortalecimiento de la educación media superior en el Colegio de Bachilleres; fortalecimiento de la educación media superior en Cecytes; Sistema Nacional de Educación a Distancia; Universidad Autónoma de la Ciudad de México; programa de carrera docentes; fortalecimiento a las acciones asociadas a la educación indígena; apoyo a la infraestructura de las universidades interculturales existentes; fondo de apoyo a la calidad de las universidades tecnológicas; programa de apoyo a la formación profesional y Proyecto de Fundación Educación Superior-Empresas (ANUIES); Becas Fullbright García-Robles; fondo para la consolidación de la universidades interculturales; equipamiento de escuelas educación básica; fondo de apoyo para la calidad de los institutos tecnológicos (descentralizados); equipamiento e infraestructura (talleres y laboratorios); fortalecimiento de la educación media superior; Instituto Mexicano de Cinematografía Fidecine, y los programas de cultura en todos y cada uno de los estados de la República. Para el fortalecimiento de la calidad en las escuelas normales la caída es de 67 por ciento.
En Semarnat ni un centavo para el Sistema de información ambiental ni para los programas ecológico Texcoco, de desarrollo de infraestructura de temporal, de ampliación de infraestructura de riego, de rehabilitación y modernización en unidades y distritos de riego, y de conservación y rehabilitación de áreas de temporal tecnificado. En la Sener: cero pesos a los programas de establecimiento y promoción de medidas para el ahorro de energía y aprovechamiento de energía renovable, y el de sustitución de equipos electrodomésticos para el ahorro de energía. Y así por el estilo, secretaría por secretaría.
¿De dónde, pues, el 3 por ciento de “crecimiento”?
Las rebanadas del pastel
¿De qué país habla?: “no hay plan B, porque no vamos a endeudar al país”, aseguró el autodenominado dirigente nacional panista, César Nava, y precisó que “no vamos a aplicar las recetas del pasado que ya han quebrado varias veces al país”. Pues bien, el susodicho pasó por alto que en lo que va del calderonato la deuda del sector público federal se ha incrementado ferozmente: 77 por ciento en lo que toca al débito externo y 72 por ciento en el ámbito interno; al cierre del primer semestre de 2009 el saldo del primero fue de 84 mil 405.7 millones de dólares (comparable al registrado en 1995, el año de la “gran crisis”), y el del segundo de 2 billones 536 mil 98.1 millones de pesos (el mayor de la historia), según la estadística del tercer “informe” del propio inquilino de Los Pinos. Por lo demás, pues que no se estrese, porque con “las mismas recetas del pasado”, Calderón ya quebró al país.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
domingo, agosto 23, 2009
Golpe a Educación
La SEP anunció que recortará a las universidades del país 800 millones de pesos en lo que resta del año / la UNAM, la más afectada con una disminución de 200 millones
El rector de la UNAM, José Narro, dice que “duele” el recorte al presupuesto destinado a la máxima casa de estudios del país.
MEXICO, D.F., 21 de agosto (APRO / NOTIMEX).- La Secretaría de Educación Pública (SEP) recortará a las universidades del país 800 millones de pesos en lo que resta del año, que representan 1el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para 2009, anunció su titular Alonso Lujambio.El rector de la UNAM, José Narro, recibió como una “mala noticia” que “duele”, el recorte de uno por ciento al presupuesto destinado a esta casa de estudios, como consecuencia del recorte presupuestal de la Secretaría de Educación Pública (SEP).Lamentó que este anuncio hecho por el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, representará más de 200 millones de pesos para la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).En una reunión de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) que se realiza en Valle de Bravo, Estado de México, Lujambio pidió a los rectores determinar las áreas donde impactará el reajuste presupuestal.Ante una concurrencia molesta, Lujambio afirmó que el recorte de 1el presupuesto —para 2009 el Congreso autorizó 7,186 millones de pesos— permitirá a las universidad seguir trabajando sin interrupción.El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, calificó el anuncio como “una mala noticia”, y demandó al Congreso garantizar más presupuesto para las universidades el próximo año.La semana pasada la Secretaría de Hacienda anunció que el sector educativo tendría un recorte superior a los 7 mil millones de pesos en lo que resta del año. La ANUIES rechazó la medida.Para justificar el recorte, Lujambio aseguró que “la educación superior es un bien estratégico para el desarrollo de México”, ya que son fundamentales para afianzar el futuro del país. “Fortalecer la educación superior es responsabilidad del Estado”, agregó.Como ejemplo de ello, dijo, en los primeros tres años de la administración de Felipe Calderón se ha ampliado la cobertura con la creación de 115 mil espacios; así mismo, se crearon 74 nuevas instituciones y se han ampliado 33 universidades ya existentes con 33 campus adicionales. Esto significa que se abrieron 2 mil 500 programas educativos.Dijo que México “atraviesa tiempos difíciles; no obstante estamos haciendo lo máximo para proteger los presupuestos de las universidades públicas”.Narro: Malas noticiasPosteriormente, en entrevista, el rector de la UNAM, José Narro, calificó como el recorte presupuestal como una “mala noticia” que “duele”, ya que la máxima casa de estudios dejará de percibir más de 200 millones de pesos en lo que resta del año.Sin embargo, el rector de la UNAM aclaró que pese al recorte, no se afectarán las áreas de docencia, investigación ni de difusión cultural.Explicó que los ajustes serán en áreas de gestión y administración, además de que se van a espaciar los proyectos de infraestructura de la máxima casa de estudios, para enfrentar “la mala noticia”.Frente a esa situación, el rector pidió a los legisladores que para el presupuesto de 2010 le apuesten al endeudamiento, a fin de no afectar la educación con reducciones presupuestales, sobre todo a las instituciones de educación superior, que son prioritarias y claves para México.También consideró indispensable cambiar el modelo económico y acoplarlo a las nuevas condiciones mundiales, porque no se podrá enfrentar la situación con “recetas del pasado”.Al dictar la conferencia magisterial “La educación para el desarrollo de México”, el rector insistió en la necesidad de que México abra el debate para corregir su rumbo económico, porque el modelo actual no es el adecuado.Asimismo exhortó a las universidades públicas que tengan por mandato de ley un presupuesto básico definido para un periodo de varios años y no sujeto a aspectos coyunturales que generan incertidumbre.
El rector de la UNAM, José Narro, dice que “duele” el recorte al presupuesto destinado a la máxima casa de estudios del país.

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