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Fuente: Revista Contralínea 275 / 11 marzo de 2012 |
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Fuente: Revista Contralínea 275 / 11 marzo de 2012 |
Por cierto, se han desendeudado un poco. Pero sólo un poco. En 2009 llegaron a deber casi cuatro veces su producto. ¿Cómo se integra ese enorme volumen de endeudamiento estadunidense? ¿Quién debe qué? ¿Cuál es el sector más endeudado en estos momentos? ¿Lo adivina usted? No…no es el gobierno federal. ¿Quién, entonces? El sector financiero. Es responsable de 27 por ciento de la deuda total. Y las familias tienen un terrible endeudamiento que casi iguala al de bancos, financieras, casas de bolsa, fondos de inversión. ¿Cuánto? El 25 por ciento. Sí, la cuarta parte de la deuda estadunidense la tienen las familias estadunidenses. Y de esa cuarta parte de la deuda vecina, la deuda hipotecaria representa la mayor parte, el 75 por ciento de este total. Por ello, representa el 19 por ciento de la deuda estadunidense. Sí, los hogares vecinos deben 10 trillones de dólares por concepto de sus hipotecas. Su deuda hipotecaria, por cierto, es prácticamente igual a la deuda global del gobierno federal. Así, y de manera sorprendente, las deudas del gobierno federal e hipotecaria de los hogares estadunidenses, son prácticamente del mismo monto. Casi 10 trillones de dólares. Y juntas casi 20.
Y si a este endeudamiento sumamos por una parte la del consumo de los hogares del país vecino –otros 3 trillones de dólares– y, por otra, la de los gobiernos estatales y locales –poco más de 2 trillones de dólares– tendremos poquito menos de la mitad de la deuda total estadunidense. Sí casi el 50 por ciento de lo que se debe en Estados Unidos, lo deben los gobiernos y los hogares. Y como parte de los pagos de gobierno se nutre del impuesto sobre el ingreso de las personas –las que habitan los hogares, según diría Perogrullo–, el peso fundamental de la deuda vecina y, consecuentemente, de su servicio, de su pago, descansa sobre las familias estadunidenses, que nunca como hoy han visto diezmado su ingreso real. Nunca como hoy fue así. Por eso la reacción tan severa –con razón y sin razón– contra Obama, que llegó a la Presidencia en uno de los peores momentos de la historia económica de nuestros vecinos. Bueno, pero siguiendo con lo de la deuda, diremos que el resto, es decir, poco más de la mitad representada por 27 trillones de dólares, la deben cinco entidades o sectores: 1) las empresas financieras (14 trillones que casi corresponden al 27 por ciento que antes mencioné); 2) las corporaciones no financieras (7.3 trillones que equivalen a 14 por ciento del endeudamiento total); 3) las empresas no corporativas industriales, comerciales y de servicios (3.5 trillones con 6.6 por ciento del total); 4) un poquito las empresas agropecuarias, con poco menos de medio punto porcentual del endeudamiento total; 5) finalmente, el resto, es decir, casi más del 4 por ciento restante, corresponde a 2.2 trillones que deben entidades extranjeras.
¿Qué pasaba hace años, por ejemplo, hace 20 años, en 1991, antes del gran boom estadunidense? Lo primero que sorprende es que la estructura, es decir, la participación relativa en el endeudamiento global de cada uno de los sectores es muy similar a la actual. No ha habido muchos cambios. Acaso sólo el sector financiero tenía un poco menos de participación en el endeudamiento, unos siete u ocho puntos porcentuales menos (19 por ciento en lugar de 27 por ciento actual).
También las entidades extranjeras, con un par de puntos porcentuales menos en la estructura del endeudamiento global (2 por ciento en lugar de 4 por ciento actual). Y esta diferencia se cargaba en un mayor endeudamiento de los gobiernos estatal y local. Pero hay que notar algo. Muy importante. La deuda total era equivalente a sólo dos y media veces el producto bruto estadunidense, no a las tres y media veces que hoy representa. Menos todavía si nos vamos 10 años atrás, pues en 1981, el endeudamiento global sólo representaba una y media veces el producto bruto de nuestros vecinos. Este porcentaje fue muy estable. Al menos desde 1949 y hasta 1981. Pero a partir de 1981 empezó a crecer y crecer y crecer. Esto es sorprendente. Que la economía y la sociedad estadunidenses vivieron cada vez más y más endeudadas. Y en eso no hay ciclos, la relación entre el volumen de la deuda total de la economía y la sociedad de Estados Unidos y su producto interno ha sido persistentemente ascendente. Desde 1981 no dejó de crecer, incluso en algunos momentos muy aceleradamente. Y sólo a finales de 2008, ya como expresión de su crisis, empezó a descender un poco. Sólo un poco. Conclusión: no hay en todo el mundo quién deba tanto, ni quién tenga tantas dificultades para pagar, por curioso que parezca. Ya retomaremos estos pronto, muy pronto.
la guerra de las divisasentre el dólar y el euro que acabarán ganando el oro y la plata (como hemos expuesto desde 2004).
El británico Jeremy Browne, ministro de Estado y de la Oficina del Commonwealth, admite desoladamente: Navegando en el nuevo orden mundial: Gran Bretaña y los poderes emergentes
(léase: el BRIC, aunque despectivamente omite a Rusia, Chatham House, 20/7/11).
Tras la humillante defenestración erótica del mando del FMI de Dominique Strauss-Kahn –presunto instrumento de los banqueros esclavistas Rothschild con George Soros y Jacques Attali, para citar a los de mayor jerarquía–, parece haber sido tocada de muerte una pieza más del macabro grupo: el australiano-estadunidense Rupert Murdoch, de 80 años y controlador del mayor emporio multimediático global (incluido México) con valor de capitalización de mercado
de 42 mil millones de dólares que comprende a la tóxica televisora Fox News (la más vista en EU), The Wall Street Journal, el New York Post, el londinense The Times, la editorial HarperCollins y una serie de tabloides y pasquines del desagüe desinformativo que asolaron las intimidades de miles de ciudadanos (de todos los calibres) mediante prácticas gansteriles en colusión con la dirección de Scotland Yard y de dos primeros ministros británicos: el laborista
Tony Blair y el conservador
David Cameron (de fuertes lazos con Israel).
Las hazañas delictivas del grupo Murdoch apenas se están abriendo en EU, donde se esperan desgarradoras revelaciones. Es difícil creer para una mente cartesiana que una irrupción con fines morbosos hace cinco años por uno de los inmundos tabloides de los Murdoch en el celular de una niña muerta –develado estupendamente por The Guardian y a cuya demoledora golpiza se subió el ex premier Gordon Brown, también espiado en su intimidad familiar– desemboque en el desmantelamiento del mayor emporio multimediático del planeta: News International.
El portal sionista Debka (19/7/11), monumento de la desinformación, conjetura que es la revancha de Obama por la aventura en Libia en la que lo empinó el primer ministro británico David Cameron, estrechamente ligado a los Murdoch (ya no se diga de los Rothschild). Chi lo sá?
Pese al megaescándalo que ha cimbrado a Gran Bretaña, el banquero lord Jacob Rothschild, anterior vicepresidente de la controvertida televisora BSkyB y socio de Rupert Murdoch, confesó ser su admirador
debido a su carrera extraordinaria (sic)
en los pasados 50 años (Financial Times, 20/7/11).
¿No será más bien que los Rothschild son los controladores de los Murdoch?
Durante 50 años de reinado global, los Murdoch cometieron exageradas y multivariadas fechorías, así como afrentas de lesa majestad.
La causal del inicio del sano desmantelamiento del emporio multimediático de los Murdoch es multifactorial, pero, a mi juicio, destaca su incursión con sus sempiternos socios, los Rothschild (Financial Times dixit), en el supernegocio del petróleo de esquisto bituminoso (shale oil).
Dejaremos a otros los muy atrasados juicios axiológicos para adentrarnos en el poder geopolítico que encubría la dupla Rothschild-Murdoch, como sucedió con la guerra de Irak por el control de los hidrocarburos que encabezó delirantemente Fox News mediante su pléyade de comentaristas tóxicos (la mayoría perteneciente a los neoconservadores straussianos vinculados a Israel).
Marsha B. Cohen fustiga que la prensa israelí oculta las hazañas criminales de Murdoch por ser considerado ferviente partidario de Israel
(Veterans Today, 16/7/11). Cohen exhibe que en los pasados dos años Murdoch fue honrado por dos prominentes grupos pro Israel
en EU: American Jewish Committee (AJC) que le otorgó el Premio Nacional de Relaciones Humanas (sic)
, y la Liga de Antidifamación (ADL), cuyo director Abraham Foxman (¿de aquí provendrá Fox News?) confesó que su galardonado se preocupaba profundamente (sic) por la seguridad de Israel
.
Desde hace medio año, Virtual Jerusalem (22/11/10) expuso la asociación conjunta en Israel de Rupert Murdoch con lord Jacob Rothschild en la empresa Genie Energy Corporation (GEC) con el fin de explotar el polémico petróleo de esquisto bituminoso.
Nada extrañamente, Dick Cheney, ex vicepresidente de EU y ex director de la petrolera depredadora Halliburton, se encuentra en el consejo de administración de GEC (Seeking Alpha, 18/4/11).
GEC es tanto subsidiaria de IDT Corporation (que revende electricidad y gas natural a los clientes en Nueva York; obviously!) como empresa matricial de Israel Energy Initiatives Ltd (IEI) y American (sic) Shale Oil Corporation.
Debido al probable daño ambiental,los residentes locales se oponen vigorosamente a la inversión conjunta de IEI
, cuyo presidente Effie Eitam fue el ministro de Infraestrucura Nacional con el gobierno Sharon
.
Jacob Rothschild desechó las protestas de los ambientalistas y alabó en términos ditirámbicos a Rupert Murdoch, cuyos extraordinarios (sic) logros (¡supersic!) hablan por sí solos
. Rothschild dijo estar “muy complacido que sea mi socio (…) para transformar los futuros prospectos de Israel, Medio Oriente (sic) y nuestros (sic) aliados en el mundo”.
La idea de incorporar a Murdoch en el negocio del petróleo, dicho por él mismo, era para publicitar en su imperio multimediático global el esfuerzo de GEC para desarrollar el éxito del petróleo de esquisto bituminoso
: las noticias que reportaremos en las futuras décadas reflejarán un mundo más próspero, más democrático (sic) y más seguro
. ¡Para lo que sirven los medios seudodemocráticos globales: lavar los cerebros de la humanidad desinformada!
La dupla Rothschild-Murdoch, más Dick Cheney, “cree que con la tecnología de fractura del petróleo de esquisto bituminoso puede liberar al mundo de la dependencia del petróleo árabe (sic) y convertir a Israel en un centro de poder energético capaz de producir 300 mil millones (¡extrasic!) de petróleo no convencional a un costo de 40 dólares el barril.
En esta síntesis de Virtual Jerusalem yace toda la filosofía de la obsesión patológica del dominio mundial israelocéntrico, uno de cuyos varios segmentos se ubica en el reinado multimediático global, además del ampliamente conocido control bancario mundial, lo cual exhibe en su conjunto su proclividad a operar con todos los inmundos medios (en el doble sentido) para alcanzar sus fines esclavizantes.
No es gratuito que antes de morir el epistemólogo Karl Popper temía el totalitarismo de los multimedia. George Soros, otro oligopolista multimediático en EU, quien se dice seguidor de Popper, parece no haberlo leído ni entendido.
Por ello la verdadera batalla democrática en cualquier parte del mundo pasa por la pluralidad de los multimedia, sean locales o globales, que permitan a los ciudadanos disponer de un abanico de opciones para sopesar sus decisiones.
El verdadero grado de democracia de un país se mide en su pluralidad multimediática cuando cualquier oligopolio de corte totalitarista, como el de la dupla Rothschild-Murdoch, no sólo opera al contrario de las básicas libertades individuales sino que, peor, oculta agendas de control mundial desde la banca hasta los energéticos.