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Este acto de barbarie ocurre en el contexto de la indignación que recorre a la población afgana por la quema de ejemplares del Corán por las tropas invasoras y por la reciente difusión de un video en el que puede verse a elementos del cuerpo de marines que orinan sobre los cadáveres de tres afganos abatidos.
Aunque desde el primer momento el presidente estadunidense, Barack Obama, lamentó la masacre del domingo y la calificó de incidente aislado
, la barbarie de las tropas extranjeras en Afganistán obedece a una pauta de agresiones regulares y sistemáticas contra la población local. A los casos mencionados deben agregarse los frecuentes bombardeos aéreos perpetrados por aviones de la coalición occidental invasora sobre concentraciones de civiles no involucrados en el conflicto. Si a ello se agrega la información contenida en los 92 mil documentos sobre la guerra en Afganistán que dio a conocer Wikileaks en julio del año pasado (The War Logs), y que registran toda suerte de atrocidades perpetradas por los invasores entre 2004 y 2009, resulta difícil creer que la más reciente carnicería sea consecuencia de la acción excepcional de un soldado que enloqueció
.
Las documentadas prácticas criminales de Washington y sus aliados en la infortunada nación centroasiática son, por lo demás, consistentes con los manuales clásicos de contrainsurgencia elaborados por el Pentágono y coinciden con la barbarie estructural que caracteriza a los ejércitos colonialistas. De hecho, un modelo semejante de abusos y atropellos contra la población civil fue aplicado en Irak por los invasores estadunidenses.
Existen numerosas pruebas sobre el carácter mendaz del Pentágono y de otras dependencias de Washington en lo tocante a violaciones de derechos humanos cometidas por sus tropas. Desde la divulgación de los Papeles del Pentágono (Pentagon Papers) en 1971 por The New York Times hasta la difusión en Youtube del video Asesinato colateral (Collateral Murder) por Wikileaks, en abril de 2010, la opinión pública internacional ha podido contrastar las duras realidades de la barbaria bélica estadunidense con las versiones oficiales que atribuyen acciones criminales a equivocaciones
, excepciones
e incidentes aislados
.
Tras la más reciente masacre de civiles afganos por un integrante de las tropas invasoras, resulta inocultable la urgencia de que el gobierno de Barack Obama ponga fin a la brevedad a la presencia militar de su país en la nación centroasiática, ofrezca una disculpa de Estado por la agresión iniciada en 2001 y emprenda un programa de indemnizaciones y compensaciones para las decenas de miles de víctimas civiles y sus familiares que las fuerzas occidentales han causado en Afganistán. De no hacerlo así, podría ocurrir que Washington estuviera plantando las semillas de un nuevo 11 de septiembre.
WASHINGTON (Proceso).- La campaña militar de Estados Unidos en Afganistán es un fracaso y el gobierno de Barack Obama oculta esa verdad, denuncia el teniente coronel estadunidense Daniel L. Davis, quien luego de realizar el año pasado un recorrido por la nación asiática y entrevistar a políticos y militares, desmiente muchos mitos respecto a la guerra.
“¿Cuántos hombres más deben morir por respaldar una misión que no tiene éxito y por dar sustento a un arsenal de más de siete años de declaraciones de optimismo por parte de altos funcionarios de Estados Unidos en Afganistán?”, se pregunta.
Aparecido en la edición de este mes del Armed Forces Journal (AFJ, publicación mensual del Pentágono), el artículo recoge las reflexiones del militar que ponen en tela de juicio las afirmaciones del gobierno de Obama respecto de lo que ocurre en Afganistán: “Lo que vi no es la semblanza rosada de las declaraciones de los jefes militares de Estados Unidos sobre las condiciones en Afganistán”, apunta Davis en su texto, Verdad, mentiras y Afganistán. Cómo nos han desmoralizado los jefes militares.
Sostiene que pasó casi 12 meses recorriendo unos 14 mil 500 kilómetros en Afganistán para hacer una crónica que reflejara la verdad de lo que ha dejado a su paso la invasión ordenada el 7 de octubre de 2001 por el entonces presidente George W. Bush. Davis visitó las provincias más conflictivas y peligrosas para los militares estadunidenses: Kandahar, Kunar, Ghazni, Khost, Paktika, Kunduz, Balkh y Nangarhar, entre otras.
“Al iniciar esta misión tenía la esperanza de confirmar que eran verdad las afirmaciones del gobierno, que mejoraban las condiciones en Afganistán y que los gobiernos locales y sus soldados progresaban para hacerse autosuficientes”, subraya Davis en su artículo.
Para su análisis de la situación en Afganistán, y por encima del discurso oficial del gobierno de Estados Unidos, entrevistó a unos 250 militares, desde soldados rasos hasta jefes de grupos especiales. También habló con decenas de funcionarios afganos del gobierno de Hamid Karzai y con jefes de tribus de varias regiones del país.
Cuenta que durante su recorrido fue testigo de las dificultades que enfrentan las tropas estadunidenses para ayudar al gobierno de Karzai a pacificar y estabilizar al país: “Escuché muchas historias de cómo los insurgentes (talibanes) controlan virtualmente todo el territorio que escapa del ojo de la Fuerza Internacional de Asistencia de Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés)”, abunda.
Destaca que en las provincias que visitó no encontró evidencias que sustenten lo que propaga el gobierno de Obama respecto a que los gobiernos locales tienen la capacidad de satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos. “En algunas ocasiones fui testigo de que incluso las fuerzas de seguridad de Afganistán están coludidas con los insurgentes”, enfatiza.
Pese a que el militar hace estas anotaciones sobre la realidad de Afganistán y habla de la falacia que propaga el gobierno de Estados Unidos, en su artículo aclara que la mayoría de los informes recolectados durante su viaje fueron entregados a sus superiores y al Congreso y catalogados como “informes clasificados”.
Policía pasiva
Para ilustrar las conclusiones de su artículo relata un incidente ocurrido a mediados de enero de 2011, durante su visita a un escuadrón estadunidense de caballería en la provincia de Kunar. Al llegar a las sede local de la Policía Nacional de Afganistán (PNA) Davis supo que dos horas y media antes se había recibido el reporte de un ataque talibán.
Davis preguntó cuál es el protocolo de la PNA cuando ocurre un ataque como el reportado y si en un caso así se forma un escuadrón especial para perseguir a los talibanes. “No los perseguimos; sería peligroso”, le respondió el encargado de la PNA en la provincia de Kunar.
Davis se lo contó a un jefe militar estadunidense y éste le aclaró que “sólo en raras ocasiones” la PNA abandona sus puestos para ir en busca de insurgentes. “En esa parte de la provincia los talibanes literalmente son libres”, destaca Davis en su artículo.
Da cuenta de situaciones similares en otras provincias, donde comprobó que los talibanes regresaron.
Por ejemplo: “En junio de 2011 me hallaba en el distrito de Zharay en la provincia de Kandahar”, escribe, “cuando de pronto escuchamos los disparos de un ataque de los talibanes a un puesto militar estadunidense como a dos kilómetros”. Los jefes militares del Pentágono en Zharay veían una transmisión en vivo, vía satélite, del ataque.
Para evitar que los talibanes se aceraran más al puesto militar atacado, la PNA había colocado dos vehículos que bloqueaban el acceso por una de las calles principales. “De pronto y gracias a la transmisión en vivo, vimos cómo de la nada surgían dos insurgentes en sendas motocicletas”, escribe Davis. “En los monitores vimos cómo los dos libraban el bloqueo, se acercaban a los miembros de la PNA y éstos no hacían nada para detenerlos”, añade.
Culpa de Estados Unidos
En su recopilación de testimonios con líderes de las provincias afganas e incluso con representantes del gobierno de Karzai en zonas de alto peligro, Davis resalta que la mayoría de la población achaca el aumento e intensidad de ataques talibanes a la presencia de las tropas de Estados Unidos. Además acota que entre la población afgana es sabido que los talibanes están de regreso y que son autoridad en la mayoría de las provincias.
En otro de sus recorridos Davis afirma que cuestionó a un funcionario local sobre la capacidad de la PNA para contener o enfrentar a los insurgentes: “Definitivamente la PNA no tiene la capacidad para detenerlos o contenerlos; en esta región todo mundo sabe que muchos efectivos de las fuerzas de seguridad de Afganistán han establecido acuerdos con los talibanes y que incluso pelotones de las ISAF no atacan a los rebeldes para no ser atacados por ellos”, contestó.
Davis cuenta que una noche de septiembre, cuando casi se cumplían 10 años de la invasión de Estados Unidos, a unos 700 metros de una base estadunidense un escuadrón talibán secuestró y asesinó frente a sus padres a un soldado afgano de 27 años. “Ese asesinato ocurrió a la vista de la base militar de Estados Unidos, la que nominalmente es responsable de la seguridad del área. Si esto pasó aquí, imagínense la inseguridad de la población que no está a la vista de las tropas de Estados Unidos”, dice.
Otro aspecto que destaca en el texto es que la mayoría de la población afgana considera que en 2014 –cuando saldrán de Afganistán todos los soldados de Estados Unidos, según promesa de Obama– el país volverá a ser dominado por los talibanes. Esto, asegura Davis, porque Washington no se atreve a aceptar que por su desdén a los grupos insurgentes, “de 2002 a 2009 los talibanes han recuperado poder gracias a los problemas que ha causado la corrupción del gobierno de Karzai y porque Washington ha ignorado esta situación a propósito”.
En su artículo Davis reta a sus superiores en el Pentágono y al gobierno de Barack Obama a decir la verdad sobre Afganistán. Aunque su texto aún no ha tenido eco en el Capitolio, sí ha sido retomado por algunos medios, como la revista Rolling Stone.
Proceso buscó una entrevista con el teniente coronel Davis, pero éste se negó pues, dijo, tendría que aprobarla el Pentágono, que le ha prohibido hablar con los medios. Sin embargo señaló que una forma de intercambiar puntos de vista con él es a través de su cuenta de Twitter: #DavisAFJ.
“Probablemente no soy el único que ha notado esta discrepancia entre lo que sostienen los discursos oficiales y la realidad en Afganistán”, remata Davis antes de apuntar que no ha recibido ninguna reprimenda por lo que publicó en el AFJ.
giro estratégico, desde el punto de vista teórico y práctico, con el fin de contener a China mediante su redespliegue militar en la región Asia-Pacífico, lo cual ha sido plasmado por Project Institute 2049 y los respectivos periplos de Obama y Hillary Clinton a la zona (ver Bajo la Lupa, 4 y 18/12/11 y 4 y 8/1/12).
Hechos: el reciente giro estratégico
oficial del 5 de enero (Bajo la Lupa, 11/1/12) causó diversas reacciones de Rusia y China. La más afectada es esta última, a la que se pretende contener con ayuda de India –empujada teóricamente a la contienda regional como ancla económica
–, al unísono del proyecto comercial de Asociación Transpacífica (TPP, por sus siglas en inglés) al que incrustaron al México neoliberal
.
Rusia aún no se pronuncia en forma oficial, con la salvedad de notables referencias tangenciales de Russia Today (RT, 5, 8 y 9/1/12) que informa las advertencias de China
–recordando que el tamaño de China es casi la tercera parte del continente entero
– y que las relaciones entre Pekín y Washington se bambolean en una zona entre lo neutral y lo negativo
que se ha intensificado en parte por la reciente militarización de Taiwán por EU
. Agrega que la salud y las pensiones serán drásticamente reducidas
por el recorte presupuestal de EU y condensa que EU deja Afganistán y ahora el turno es de China
.
Las autoridades norteamericanas y europeas hacen acusaciones infundadas contra Irán, Siria, Corea del Norte, Cuba, China y Rusia, como si allí anidara el mayor riesgo para la paz mundial. Los arsenales convencionales y nucleares de Estados Unidos y la OTAN son los que deberían concitar las miradas y repudios. Es que la política internacional entrega fuertes indicios de que aquí están los elementos más peligrosos para la pervivencia de la humanidad.
Por un lado, hay que tomar nota de la continuidad de las guerras contra Afganistán, Irak y más recientemente Libia. Allí ha habido más de un millón de muertos civiles, una destrucción material y cultural impresionante. Hay que tomar nota que en el primer caso derribaron un gobierno talibán, en el segundo ahorcaron al presidente Saddam Hussein tras una parodia de juicio y en el tercero asesinaron a Muammar Khadafy ahorrándose tribunales.
En esas agresiones se han empleado armas de destrucción masiva, mintiendo con que eran los gobernantes díscolos quienes las atesoraban. Se han instalado centenares de miles de soldados (anuncian que retiran en un lado y lo ponen en demasía en otra parte), con bases militares permanentes en esos países ocupados.
Esos dispositivos se suman a las 872 bases norteamericanas alrededor del mundo. En Corea del Sur hay unos 30.000 marines instalados desde el fin del conflicto, 1953, apuntando hacia Pyongyang y Beijing, también en la mira de los militares y armas norteamericanas desde Taiwán y Japón.
Lo hecho por las potencias de la OTAN en Libia es espantoso y con el visible propósito de robarse su petróleo. Si la ocupación de Etiopía por la Italia mussoliniana en 1936 fue vista como el pre-inicio de la Segunda Guerra Mundial, tres años antes de la invasión a Polonia, lo ocurrido en el norte de Africa entre marzo y octubre pasado, que aún continúa, podría ser anticipatorio de lo que se viene a nivel internacional. Todavía se está a tiempo de impedirlo, pero es bueno aprender del pasado en la defensa de la paz mundial.
La actual coyuntura abona la tesis de que hay mayor peligro de guerra. Uno es la extensión de los ataques de EE UU con aviones no tripulados a zonas de Pakistán colindantes con Afganistán, la violación de su soberanía para matar a Bin Laden y el reciente ataque aéreo.
Plomo para todos
Sobre ese último bombardeo, las agencias de Beijing teclearon el 29/11/2011: “Luego del ataque letal de helicópteros de la OTAN contra una base militar en suelo pakistaní, que causó muertos y heridos, las preocupaciones de EE UU y Pakistán son muy diferentes”.
En síntesis, los militares norteamericanos no se van de Afganistán y encima están atacando a una nación vecina que hasta ahora había sido aliada suya en aquel conflicto.
Siria es otro teatro de operaciones del Departamento de Estado que fogonean la violenta protesta contra el presidente Al Bashar. Presentado como un presidente responsable de más de 5.000 muertos, las agencias noticiosas con sintonía fina con Hillary Clinton ocultan que esos reclamos no vienen de la profundidad del pueblo árabe sino de los sótanos del Pentágono. Dos causalidades: Siria también tiene petróleo y ocuparla implicaría contar con bases militares y logística en dirección a Beijing y Moscú.
La política de agresión de Washington, Londres, etc, para con Irán también registra un recalentamiento y mayor tensión. Esto está acicateado por los planes (¿propios?) de la cúpula sionista de Tel Aviv. En noviembre los diarios israelitas publicaron que Benjamin Netanyahu estaba convenciendo a la mayoría de su gabinete de la necesidad y conveniencia de atacar a Teherán. Inglaterra aparecía en esos despachos como el europeo más propenso a secundar esa campaña, siempre que el número 1, EE UU, fuera al frente.
El debate interno israelí giraba en torno a si convenía bombardear las instalaciones de las centrales atómicas (pacíficas) iraníes o incluir también otros blancos civiles. Es difícil que Tel Aviv decida una operación de tanta envergadura sin contar con la luz verde y apoyo efectivo de la OTAN. No lo puede decidir por su cuenta y riesgo.
Por ahora esas potencias siguen poniendo el acento en la demonización de Irán y las sanciones políticas, económicas y comerciales. A principios de diciembre hubo una reunión de gobiernos en Bruselas que profundizó esas sanciones contra más empresas y dirigentes de Teherán. Una contradicción: no prosperó una propuesta de penar el crudo de ese origen, temerosos los capitalistas que subiera más la cotización del barril de petróleo en esta crisis de su bloque mundial. “Tengo estos principios, pero si el petróleo se pone más caro, tengo estos otros principios”, habría dicho Groucho Marx.
Lo que más frena el plan de agresión es la capacidad defensiva del país con base en los Guardianes de la Revolución. El ministro de Defensa, Ahmed Vahidi, advirtió que si son atacados volarán 150.000 misiles hacia Israel, las bases de EE UU en Turquía y otros destinos no revelados.
Antes que sea tarde
En su planificación para un zarpazo contra los chiítas de Mahmud Ahmadinejad y el líder Alí Khamenei, el Pentágono los espía de arriba y de abajo. En el terreno, con espías de regular monta, algunos de mínima como el mexicano que se infiltró como estudiante islámico en Qom, reporteado por Univisión (de dueño sionista). Otros de mayor calado, estadounidenses, fueron desbaratados en Irán y por Hizbollah en El Líbano.
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señales de desintegracióndel sistema financierista a los dos lados del Atlántico Norte (USA Watchdog, 12/12/11), mientras Jon Corzine, anterior director del vilipendiado Goldman Sachs (GS) y ex gobernador de Nueva Jersey, en forma desvergonzada (después de haber quebrado a la empresa MF Global por mil 200 millones de dólares) declaró desconocer
dónde se encuentra el dinero(Financial Times, 12/12/11).
Lo más interesante es que Gary Gensler, anterior empleado de GS y quien ahora preside la vigilancia financiera de Estados Unidos (CFTC, por sus siglas en inglés), se rehúsa a perseguir penalmente al indiciado defraudador Corzine. Todo queda (en)cubierto entre los colegas cleptomaniacos de GS.
Me concretaré a exponer dos frases de Der Spiegel (12/12/11) alusivas a la grave crisis de la eurozona: 1. La cumbre de la crisis del euro provocó una profunda crisis en la Unión Europea (UE). Gran Bretaña (GB) ha sido puesta de lado y otros miembros sienten estar arrollados por Alemania y Francia. El futuro de la divisa común está más incierto que nunca
(Porque el triunfo de Merkel se hará a un alto precio
); y 2. La crisis ha alcanzado un nivel sistémico
, según Andrea Enria, directora de la Autoridad Europea Bancaria
.
Un artículo de Defense News (9/12/11) apunta un estudio dramático del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, sobre Europa (sic) considerada como una de las principales amenazas (¡súper sic!)
que debe enfrentar Estados Unidos (EU) debido a la intensificación de la crisis de la deuda soberana europea que lleva al colapso del euro, desencadenando una recesión de doble hundimiento en EU y aún limitando los recursos presupuestarios
. En forma asombrosa, el CFR identifica a otros seis países como prioritarios a los intereses nacionales de EU
: China, Irán, Norcorea, México (¡súper sic!), Pakistán y Arabia Saudita (sic)”.
Entendemos que entre los riesgos estratégicos
del Pentágono se encuentren China, Irán, Norcorea, Pakistán y hasta Arabia Saudita (esta última susceptible de ser desestabilizada para despojarla de su inmensa riqueza pecuniaria y petrolera). Pero, ¿por qué aparece el itamita México neoliberal calderonista
que ha obedecido supinamente en todo a EU? Curioso: el Pentágono no colocó como amenazas
esta vez a Cuba ni a Venezuela.
El portal iraní Press TV (12/12/11) fue el primero en señalar la ominosa advertencia del general Martin Dempsey, jefe de las fuerzas armadas conjuntas de EU, sobre la potencial balcanización política de la UE, concomitante con disturbios civiles, durante una conferencia en el Atlantic Council (Washington).
Es poco usual que un general de la talla de Dempsey se adentre a formular críticas públicas en materia financiera y, en específico, en referencia a la gravísima crisis del euro que puede desencadenar un efecto dominó en todas las bancas occidentales: La eurozona se encuentra en serio riesgo
.
El máximo militar profesional de EU expresó sus dudas sobre la practicidad de las medidas adoptadas por los líderes europeos
y puso en tela de juicio que sean susceptibles de cohesionar al bloque: Estamos preocupados (sic) en forma extraordinaria (sic) por la salud y viabilidad (sic) del euro, ya que en varias formas estamos expuestos literalmente a contratos, pero también debido al potencial de disturbios civiles y a la fractura de la UE
.
De dos cosas una: o bien los dos principales líderes de Europa continental, la canciller Merkel y el presidente Sarkozy –cuando el primer ministro David Cameron prácticamente se ha desvinculado de la UE– están jugando al borde del precipicio para detectar in extremis la probable jugada maestra de la dupla anglosajona (de acuerdo con la hipótesis de la guerra de las divisas
: dólar vs euro) para sacarse un as final bajo la manga, o bien pecan de ineptitud egoísta cuando nadie se salvará del hundimiento del Titanic financierista.
No sin razón, la dupla franco-alemana ha fustigado todo el manejo financierista anglosajón de Wall Street y la City, y hasta ahora no ha hecho caso alguno a los consejos
perversos del secretario del Tesoro de EU, Timothy Geithner, quien se ha pasado de la raya en sus intromisiones con los europeos.
Los alemanes temen revivir el trauma de la hiperinflación de la República de Weimar, que luego desembocó en el nazismo, y no desean imitar la estéril impresión masiva de billetes (eufemísticamente bautizada como facilitación cuantitativa
: QE, por sus siglas en inglés) de Obama, que solamente sirvió para rescatar a los parasitarios banqueros de Wall Street en detrimento de la gran nación estadunidense.
La agencia francesa de prensa (Afp), después de dar a conocer la ominosa advertencia del general Dempsey, comenta que los militares de EU están revisando su estrategia para adaptarse a los recortes presupuestarios diseñados en reducir el exagerado déficit estadunidense
.
La BBC de Londres (¡súper sic!), luego de comentar que 26 de los 27 países de la UE acordaron crear una unión fiscal más imbricada
(con la notoria excepción de GB, que no quiso ceder a sus privilegios financieristas desregulados), coloca en relieve, para darle mayor dramatismo a las advertencias del Pentágono, que las fuerzas de EU tienen más de 80 mil militares y 20 mil trabajadores civiles en Europa, muchos radicados en Alemania (¡súper sic!)
¿Es simple narrativa o se trata de una brutal amenaza transmitida por la BBC?
La BBC recalca las amenazas militares de corte financierista del general Dempsey y su preocupación (sic)
de que el proyecto internacional para desarrollar
un súper avión sofisticado (el F-35 Joint Strike Fighther: JSF)” podría ser puesto en riesgo si los presupuestos nacionales de defensa de Europa fuesen recortados”. ¿Dio el general Dempsey doble línea, tanto militar como financierista, a Alemania, recordándole que EU ganó la primera y segunda guerra mundiales, además de la guerra fría?
La amenaza del Pentágono es prístina: Si todas las predicciones económicas sobre un potencial colapso (¡súper sic!) ocurriesen, claramente pondría los presupuestos en riesgo
. ¿Si Alemania no obedece las órdenes perentorias de Geithner (y de sus amos de GS), entonces el Pentágono descobijaría a Alemania de su máxima protección aérea del futuro (léase: los aviones F-35 JSF)?
¿GB regresaría al redil de la UE siempre y cuando Alemania repita el fallido experimento hiperinflacionario que vivió durante la aciaga República de Weimar?
Cuando las finanzas fallan aparecen los militares y ahora la eurozona ha entrado a una peligrosa fase de disturbios sociales, quizá de preguerra civil, y hasta de vulnerabilidad militar sin la protección del paraguas nuclear del Pentágono.
A mi juicio, como nadie serio en Europa le ha hecho caso a Geithner –un solapador de las exacciones inimputables de GS–, ahora EU eleva la puja amenazante y lanza al ruedo a su máximo profesional militar, el general Dempsey, con el fin de que Alemania sea obligada a optar por la facilitación cuantitativa
(QE), es decir, una hiperinflación monetarista para salvar ante todo a GS y luego a los otros bancos insolventes trasatlánticos, entre los que brillan Bank of America, Citigroup, Banco Santander y otros más.