
domingo, enero 22, 2012
lunes, mayo 09, 2011
miércoles, mayo 04, 2011
Explotación infantil, ante los ojos del Estado mexicano

Elva Mendoza / Flor Goche / Isabel Argüello
Recolectar basura, a eso se reducen los fines de semana de Miguel. Para el niño de 11 años no existen los sábados ni domingos de esparcimiento. A las ocho de la mañana comienza su jornada que consistirá, hasta las cinco de la tarde, en tocar la campana de la carreta de un vecino. De los 70 pesos que recibe por día, dice, “se los doy a mi mamá”.
A la escuela primaria Licenciado Benito Juárez, ubicada en Villa de las Flores, Coacalco, Estado de México, asisten 169 niños. Uno de ellos es Miguel. Como él, en su mayoría son pobres y casi todos viven en San Pablo de las Salinas, Tultitlán. Ése, su barrio, serpentea terracerías en las que se alzan los tabiques sobrepuestos con sus techos de lámina. Para ese tipo de casas nomás alcanza.
La recolección de basura es la principal actividad de sus habitantes. Montados en carretas y jalados por una mula, burro o yegua, los jóvenes padres, muchas veces acompañados por sus niños, llaman con una campana a la gente que, eventualmente, sale con algunas bolsas en la mano.
Para ganar unas monedas más, los pobladores de San Pablo someten la basura a un riguroso proceso: la separan y, toda aquella que es susceptible de reciclar, la venden por kilogramo.
Aunque el trabajo infantil vulnera los lineamientos de la Convención sobre los Derechos del Niño –ratificada por México en 1990–, en el país 3 millones 90 mil 954 niños y adolescentes de entre 12 y 19 años trabajan, según datos del Censo 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Es de destacarse que el Censo no incluye a niños que, como Miguel, son menores de 12 años.
Ni la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), ni el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) ni la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ofrecen cifras certeras del fenómeno.
“No hay una institución que haga un estudio estadístico serio y sin maquillar. La política social ha sido sesgada y mal dirigida; no se cumplen los propósitos de los programas de bienestar. Al no existir una política clara, se sigue facilitando la explotación de la niñez mexicana”, señala Víctor Inzua Canales, investigador de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El más reciente documento editado por la STPS y el Inegi, Módulo de trabajo infantil 2009, contabiliza 3.6 millones de niños trabajadores de entre cinco y 17 años. Sus datos son anteriores a 2008.
Marisela Medina Tapia, encargada del Programa de Adultos Mayores, Discapacidad y Menores Trabajadores de la CNDH, reconoce que la Comisión no cuenta con mayor información de la emitida en su boletín CGCP/066/11 del pasado 21 de marzo, en el que señalan la urgencia de abatir el trabajo de 3 millones 14 mil 800 niños. Dubitativa, agrega que la cifra surgió de un informe de 2007 y que probablemente fue “arreglada”.
Medina Tapia justifica las inconsistencias. Argumenta que es difícil consensuar la información entre dependencias; además, hay una cifra negra que no es posible cuantificar. “Cuando la autoridad llega a los campos, los mismos padres esconden a los niños”, arguye.

El artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; los artículos 22, 23, 173 a 180, 362, 372 y 995 de la Ley Federal del Trabajo; y la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes prohíben el trabajo a menores de 14 años. “La realidad nos dice algo distinto”, señala Jennifer Haza Gutiérrez, coordinadora Ejecutiva de Melel Xojobal, organización chiapaneca de ayuda a los menores.
Miguel va en quinto año de primaria. En su salón de clase, 14 de sus 36 compañeros trabajan. Los niños de entre 10 y 11 años se emplean en negocios familiares o ayudan a sus papás en la albañilería, como Andrés o Luis. El primero gana 30 pesos como ayudante de albañil; el dinero se lo da a guardar a su mamá. Luis le pasa el material a su papá en la construcción; se levanta a las cinco de la mañana y recibe por su trabajo 50 pesos.
Inzua Canales y Jennifer Haza diferencian el trabajo que ayuda al desarrollo integral del niño de aquél que es una forma de explotación. A decir de los expertos, la explotación atenta contra la vida, la salud y la integridad física de los infantes.
Tal es el caso de los niños “diableros” en los mercados públicos que con apenas 10 años cargan hasta 300 kilogramos. “Se rompen la cadera, tienen lesiones y fracturas”, lamenta Inzua.
Según el informe Trabajo infantil en México 2009, disponible en la página electrónica de la STPS, los menores se emplean principalmente en el sector informal: agropecuario (893 mil 599 niños, niñas y adolescentes); comercio (803 mil 515); servicios (718 mil 588); industria manufacturera, extractiva, electricidad, agua y gas (391 mil 483); construcción (151 mil 787); y el resto no especificó su actividad (55 mil 828).
Este hecho y la falta de un marco legal que regule el trabajo de los menores de 14 años agravan sus condiciones laborales. “No hay órganos que supervisen el cumplimiento de la ley en materia laboral infantil; no les interesa. No es rentable remediar el problema”, puntualiza Inzua Canales.
La mamá de Miguel no sabe leer ni escribir. “Nunca fui a la escuela”, dice la ama de casa y desempleada mujer en medio del cuarto de tabiques por el que paga 350 pesos al mes para vivir con Miguel y tres hijos más: Jonathan de 14 años, Carlos de siete y Ema de 10.
Jonathan, el mayor, dejó la secundaria en segundo año. Por las mañanas se dedica a trabajar en la carreta, y por las tardes sale a vender elotes y esquites en una bicicleta. El dinero del negocio familiar es para pagar la renta y comprar comida.
Datos de la Secretaría del Trabajo de 2009 revelan que de los 3 millones 14 mil 800 niños que trabajan, el 40 por ciento (1 millón 995 mil 744) no asiste a la escuela.
“El Estado tendría que garantizar condiciones mínimas en términos de derechos económicos, sociales y culturales para mejorar la calidad de vida de las familias”, explica Jennifer Haza.
El investigador y experto en trabajo infantil, Víctor Inzua, señala que el Estado, en primera instancia, y la familia, en segunda, son los responsables de que este fenómeno continúe.
“Mientras no les demos la oportunidad a nuestros niños de prepararse e ir a la escuela, van a seguir siempre en la desigualdad, en la discriminación, en la falta de oportunidades”, considera María Joann Novoa Mossberger, presidenta de la Comisión Especial para la Niñez de la Cámara de Diputados.
Fenómeno agudizado en provincia
De acuerdo con los resultados del último censo del Inegi, el índice de trabajo de infantes que tienen entre 12 y 14 años es mayor en Chiapas, Michoacán, Guerrero, Puebla, Colima, Oaxaca, Jalisco y Veracruz. Destacan Chiapas y Michoacán, donde siete de cada 100 niños trabajan.
Respecto de los niños y adolescentes de 15 a 19 años, el censo reporta que el fenómeno se acentúa en Jalisco, donde 33 de cada 100 trabajan. Le siguen Michoacán, Guanajuato, Colima, Puebla, Chiapas, Querétaro, Morelos y Quintana Roo.
Martha, de 10 años y quien cursa el quinto año de primaria, se levanta todos los días antes de las siete de la mañana. Ella, su papá y su hermano menor viajan media hora en bicicleta. Venden tacos de cabeza y consomé sobre el Eje 3, una avenida que divide Coacalco de Tultitlán.
“Limpio los platos, barro, cobro, sirvo el consomé; me dan lo de mi gasto: 5, 10, 15 pesos”. A veces, Martha le presta a su mamá para las tortillas. Tiene cuatro hermanos. Cuando se le pregunta si puede faltar al trabajo responde, con resignación: “Soy la única que no puede; a fuerza tengo que ir”.
En México, 94 mil 795 niñas, niños y adolescentes trabajan en el sector urbano-marginal, señala Jazmín Mártir Alegría, subdirectora de Vinculación Interinstitucional del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
“La cifra es únicamente de aquellos niños que trabajan en el sector informal de la economía y realizan actividades en calles, avenidas y parques; niños que no tienen una protección social y no se encuentran en edad permisible para trabajar. Los más de 3 millones a los que hace referencia el Módulo de trabajo infantil 2009 son de agricultura, pesca, prestación de servicios, minería…”
Aunque Mártir Alegría enfatiza la situación multifactorial de los más de 94 mil niños que trabajan, considera que la pobreza en la que viven y la creencia de los padres de que el trabajo es formativo son las razones que los obligan.
“Que el niño tenga acceso a la educación rompe el círculo de la pobreza que puede mantenerlo trabajando en el sector informal de la economía toda su vida.”
El Programa para la Protección y el Desarrollo Integral de la Infancia del DIF se ha desarrollado en los estados y municipios de todo el país. Busca reinsertar a los niños a la escuela, como pilar de desarrollo para ellos y su familia. “Se han obtenido buenos resultados. El 77 por ciento de los niños becados aprobaron el ciclo escolar 2009-2010 de manera satisfactoria, a pesar de las adversidades que puedan tener. Quisiéramos que no hubiera niños trabajando, por lo que se está haciendo un esfuerzo interinstitucional”.
La representante del DIF dice que hay una estrategia nacional entre las diferentes secretarías –de Desarrollo Social, del Trabajo y Previsión Social, de Educación Pública y de Salud– para abordar la problemática de los niños que laboran y sus familias.
viernes, noviembre 19, 2010
México, primer lugar en maltrato infantil en países de la OCDE
MÉXICO, D.F., 19 de noviembre (apro).- México ocupa el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 14 años entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Según el informe elaborado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), en el periodo comprendido entre 2006 y 2008 se registraron en el país 23 mil homicidios de niños y niñas de cero a 17 años.
De la investigación titulada "La violencia contra niños, niñas y adolescentes en México. Miradas regionales", se desprende también otro dato no menos impactante: que la región noreste es la que presenta la tasa más alta de mortalidad por homicidio en menores de cuatro años, y Chihuahua es el estado donde la incidencia de casos es mayor.
En la región centro del país los estados de México, Distrito federal, Jalisco y Michoacán concentraron el mayor índice de muertes por homicidio, con 77.7% del total, es decir, 23 mil cinco casos).
En esa misma región, en 2009 se reportaron un total de 14 mil 937 denuncias de maltrato infantil, de las cuales en siete mil 798 casos (52.2%) se comprobó algún tipo de maltrato, pero sólo mil 667 (21.4%) fueron presentados ante el Ministerio Público.
De acuerdo con el reporte, presentado esta mañana en el Centro Cultural Tlatelolco de la Universidad Nacional Autónoma de México, de 2000 a 2008 se registraron en Chihuahua 40 asesinatos de pequeños de cero a cuatro años y 161 entre los que tenían de 15 a 17 años de edad.
En este último rubro, el total nacional en ese periodo ascendió a mil 442, en tanto que entre los de cero a cuatro años la cifra se colocó en 956.
Sobre las niñas y niños víctimas indirectas en Ciudad Juárez, por ejemplo, no hay cifras claras, pero los indicadores se tomaron con base en las denuncias y casos confirmados, precisa el informe.
El documento señalado se dio a conocer hoy en el marco del “Encuentro Nacional 2010, a 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño: balance, retos y perspectivas", organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y la Redim.
En ese mismo evento se dio a conocer el estudio "La infancia cuenta en México 2010", que define al maltrato infantil como “la vejación de menores que abarca todas las formas de malos tratos físicos y emocionales, abuso sexual, descuido o negligencia, o explotación comercial u otros tipos que originen un daño real o potencial para la salud del niño, desarrollo o dignidad en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder".
......he aqui los resultados de la ineptitud y corrupcion de la SIRVIENTITA de los OBAMA: Margarita Zavala .
viernes, noviembre 12, 2010
Migración infantil y catástrofe
Son de sobra conocidas las condiciones de abuso y atropello que padecen millones de migrantes indocumentados –muchos de ellos connacionales– en Estados Unidos a consecuencia de la política de persecución y criminalización que aplica el gobierno de Washington. Por añadidura, en meses recientes han salido a la luz pública diversos datos y hechos que documentan la comisión, en México, de atropellos iguales, o peores, contra ciudadanos de otros países: ejemplos de ello son las innumerables denuncias de maltrato, extorsión y hasta asesinato de migrantes irregulares, cometidos tanto por autoridades migratorias como por grupos delictivos, y las elevadas cifras de extranjeros secuestrados por grupos dedicados al tráfico de personas, que ascienden a 20 mil por año, según diversas organizaciones sociales.
Ahora, con los datos proporcionados por el INM, queda de manifiesto que el panorama para la población nacional no es menos desolador, y que el país se ha vuelto un sitio inhóspito para su propia niñez. Ciertamente, la migración es un fenómeno connatural a las sociedades humanas y tan antiguo como la especie; pero en México del siglo XXI ese fenómeno se ve alimentado por la pobreza, la falta de empleo de los padres y la ausencia de horizontes de movilidad social en el país: tales elementos han orillado a un número creciente de niños y niñas a incorporarse al campo laboral –la cifra se estima en unos tres y medio millones de niños y niñas, 12.5 por ciento la población infantil– y a desempeñar actividades que suponen un riesgo para su integridad: 27 por ciento de los menores que trabajan lo hacen en lugares con ruido excesivo, humedad, herramientas peligrosas y entre productos químicos, es decir, en sitios de alto riesgo de accidentes y enfermedades.
A lo anterior debe añadirse la sostenida desintegración y la ruptura de los tejidos sociales; la inseguridad pública y la negación sistemática de garantías constitucionales básicas por las autoridades de todos los ámbitos y niveles. En conjunto, la desastrosa realidad económica y social del país configura un escenario propicio para éxodos humanos como los ocurridos en semanas recientes en las localidades tamaulipecas de Mier y Camargo –azotadas por la violencia asociada a la guerra contra el narcotráfico
–, o como el que año con año emprenden decenas de miles de niños con la intención de llegar a territorio estadunidense.
En la desgarradora circunstancia nacional presente, no basta con condenar el maltrato, la crueldad y el racismo de Estados Unidos hacia los migrantes irregulares; antes bien, resulta obligado voltear los ojos a la realidad interna y reconocer que en el territorio nacional priva un escenario de catástrofe social y que los mexicanos que emigran a Estados Unidos –niños y adultos, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos– bien pueden ser llamados los desplazados o los refugiados de esa circunstancia.

domingo, octubre 24, 2010
Tres millones de niños sumergidos en el mercado laboral
Historias del capitalismo real – México.
Por Luís M. Casado Ledo
Si bien en México la Constitución prohíbe el trabajo de menores de 14 años y los mayores de esa edad y menores de 16 deben contar con el permiso de sus padres, tutores o de un sindicato, según cifras oficiales más de 3.3 millones de niños ayudan económicamente a su familia y de esa cifra, 2 millones, abandonaron sus estudios para trabajar de ayudante, cargador, cerillo, franelero o lavacoches, incluso muchos de ellos caen en las redes de prostitución infantil.
Este panorama es más preocupante aún si nos referimos a la situación en el campo, donde de los más de 6 millones de trabajadores agrícolas, 1.6 millones son infantes de 6 a 14 años. Además, 500 mil niños jornaleros agrícolas son inmigrantes y viven en las localidades más apartadas de los centros urbanos.
En días recientes, Fernando Salgado Delgado, secretario de Bienestar Social y Ecología del Comité Nacional de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), alertó sobre la gravedad del problema del trabajo infantil en el país e informó que se tiene un registro aproximado de 3.3 millones de niños que trabajan, de los cuales sólo 25 por ciento acude a la escuela mientras el restante 75 por ciento dejó sus estudios para ayudar económicamente a su hogar.
Esos menores se enfrentan a una dura realidad tanto en el campo como en la ciudad. "Muchos de ellos son jornaleros agrícolas y ayudan en las labores del campo, mientras que otros ofrecen su fuerza de trabajo en pequeños talleres o maquilas", explicó Delgado, quien seguidamente dijo que esos centros de trabajo "son talleres prácticamente clandestinos" que no pagan impuestos, ni entregan las cuotas obrero-patronales al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que tampoco cumplen con el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (INFONAVIT) y mucho menos existe el reconocimiento de una relación laboral.
Otras de las restricciones que establece la Constitución mexicana es la prohibición que los menores presten sus servicios en lugares insalubres, peligrosos, trabajos nocturnos o en donde se expiden bebidas alcohólicas, sin embargo "hemos observado que la realidad supera lo que dicta la ley, incluso en muchos casos las estadísticas con las que contamos" especificó Delgado.
Además, la Constitución instituye la educación obligatoria de nueve años, lo cual implica un niño de 15 años de edad, pese a ello, uno de los sectores más sensibles de la sociedad que aporta trabajadores baratos y que no protestan, lejos de ser saneado, tiende a incrementarse hipotecando prematuramente un futuro que no tardará mucho en llegar.
viernes, abril 30, 2010
México: cinco millones de niños trabajan y 1.300.000 solo reciben propinas
Lo dice el informe que ha presentado hoy la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que devela, además, las terribles condiciones en las que los pequeños se incorporan al mercado laboral. Por ejemplo, 1,3 millones ni siquiera obtiene una remuneración más allá de la propina que puedan darles. Y 600.000 lo hacen como jornaleros en el campo.
"A pesar de tener derechos reconocidos por diversos instrumentos internacionales y por la legislación nacional, la niñez mexicana está expuesta a la explotación laboral", ha denunciado la CNDH en un comunicado de prensa.
La realidad revela que basta con que tengan seis años para que los pongan a partirse el lomo en la agricultura, con jornadas de ocho a 14 horas y expuestos, sin protección alguna, a pesticidas y condiciones climatológicas extremas.
La infancia mexicana, sostiene la Comisión, "padece constantemente violencia, explotación y abuso" y corre el riesgo de "ver afectado su desarrollo físico, mental y moral". Por ello, reclama de las autoridades mexicanas "una vigilancia más efectiva, además de trabajar en el reconocimiento y respeto del derecho de la infancia mexicana a la alimentación, atención médica, educación y un sano esparcimiento y desarrollo".
Comentario: Lo anterior le vale un pepino no sólo a la alta burguesía sino a la clase media apátrida e insensibilizada por los medios que todavía apoya a Calderón por el odio que le han inoculado hacia AMLO.
viernes, octubre 09, 2009
La minería artesanal explota a miles de niños

Una infancia frustrada en America Latina
Por: Sylvia Ubal
Un grave fenómeno de explotación infantil ocurre en Latinoamérica, donde existen alrededor de 1 millón y medio de niños y adolescentes que trabajan en la minería artesanal, los que nunca pueden ir a la escuela, los se ven obligados a desarrollar un trabajo pesado, insalubre, sin ninguna seguridad, los que están sumidos en una niñez de analfabetismo y miseria.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) otros 650 mil estarían en riesgo de ingresar a esta peligrosa actividad. La condición de pobreza de las familias, la limitación en el acceso a servicios de calidad en educación o salud, la falta de alternativas para el uso del tiempo libre, los factores culturales y las escasas oportunidades de mejora de ingresos serían las principales razones de la existencia y el aumento del número de estos pequeños trabajadores. Esta realidad refuerza la situación de exclusión y marginalidad en la que viven millones de personas en el Continente.
La OIT estima que cerca de 150 mil niños y niñas peruanos están vinculados a la extracción del oro, mientras que en Colombia las cifras del Gobierno indican que alrededor de 730 mil estarían laborando en la explotación de oro, carbón, esmeraldas y arcilla en diferentes regiones del país. En Bolivia, más de 176 mil niños y niñas participan en la extracción de estaño, zinc y plata y en Ecuador el número de trabajadores infantiles mineros se estima en 1500.
Hay canteras de piedras en la mayor parte de los países del mundo, y el trabajo infantil existe y ellos pueden ser vistos rompiendo piedras a lo largo de los caminos, o cortando y arrastrando rocas desde los fosos donde se producen estos materiales. Nadie sabe realmente cuantos niños y adultos han hecho de este trabajo una manera de vida. La minería de pequeña escala y artesanal emplea aproximadamente 2,5 millones de personas en todo el mundo, un millón de los cuales son niños que no llegan a los 15 años. Este número está aumentado dado que la tendencia actual es de trabajar más en la minería de pequeña escala que en las grandes minas dentro del sector formal.
En Perú, por ejemplo, muchos pequeños comienzan ayudando a sus madres en tareas "sencillas" de selección de desmonte minero o “bateando” en el río durante largas horas a la intemperie. Luego empiezan a apoyar la extracción del mineral en los túneles, el transporte a la superficie y su procesamiento, proceso en el que se exponen a explosiones, derrumbes, asfixia y contaminación con sustancias tóxicas como el mercurio, cianuro y otros ácidos.
Lo mismo ocurre en los demás países
Estudios desarrollados por la OIT en diferentes países de Sudamérica han identificado que los niños y niñas trabajadores mineros presentan cuadros de desnutrición y retraso en su crecimiento, situaciones que se suman a casos de intoxicación crónica con sustancias utilizadas en el tratamiento de los minerales, deterioro neurológico ocasionado por los mismos agentes, así como otras lesiones y discapacidades originadas por accidentes y por condiciones de trabajo que superan ampliamente la capacidad física y la fuerza de los niños.
En Perú, Doe Run (DRP) es la planta de fundición de metales múltiples de La Oroya. Este complejo es una enorme fuente de metales pesados y de emisiones de dióxido de azufre, en él trabajan más de 500 niños y sufren los severos problemas de salud, particularmente por el envenenamiento con plomo en la sangre y problemas respiratorios crónicos.
Según un estudio realizado por el Ministerio de Salud de ese país, el 99.1% de los niños en La Oroya sufren de intoxicación por plomo, mientras que el 20% requiere urgentemente de hospitalización
América Central no es ajena a este problema. En Guatemala, niños y niñas han sido detectados, en canteras, arrastrando cargas pesadas, respirando partículas contaminantes y utilizando peligrosas herramientas y equipos para el triturado de piedras y minerales. Mientras que en países como Nicaragua, por ejemplo se observan, confinados en la oscuridad de estrechos túneles, otros niños, niñas y adolescentes centroamericanos que laboran largas jornadas en minas, siendo expuestos a graves accidentes que afectan su seguridad y su salud, así lo expresó Guillermo Dema, coordinador subregional del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de OIT.
El organismo internacional OIT ha lanzado una campaña para eliminar el trabajo infantil en las minas y canteras y que al cabo de 10 años se pueda retirar a un millón de niños de las minas y llevarlos a la escuela, para que se forjen un futuro, y para poder crear estructuras que garanticen que no volverán a ser sometidos a esta peligrosa forma de trabajo y de explotación.
Para ello, la OIT está trabajando conjuntamente con la CASM (Communities and Small-Scale Mining), una red mundial de agencias y especialistas de la minería de pequeña escala, que agrupa empresas, sindicatos, gobiernos de países donde existe este tipo de minería, donantes y otras organizaciones internacionales, así como el público en general, especialmente jóvenes.
Las cifras son alarmantes, hay más de 2,5 millones de niños que trabajan en todo el mundo, 86 millones de niños son menores de edad y otros tantos trabajan en la economía informal sin protección legal o reglamentaria.
Cada año mueren 38 mil niños en accidentes relacionados con el trabajo, el mayor número de estos son menores de 15 años que trabajan, 1,5 millones se encuentran en la región de Asia y el Pacífico y la mayor proporción de niños que trabajan se encuentra en África, casi un tercio son niños menores de 15 años
La experiencia del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT en proyectos piloto en Bolivia, Colombia, Ecuador, Mongolia, Níger, Perú y Tanzania, demuestra que es posible eliminar el trabajo peligroso que realizan los niños y las niñas, ayudando a las comunidades mineras a adquirir derechos legales, organizarse en cooperativas u otras unidades productivas, mejorar la salud y seguridad en el trabajo y la productividad de los trabajadores adultos y asegurar servicios esenciales tales como educación, salud, agua potable y saneamiento en estas comunidades situadas a menudo en zonas muy alejadas.
Actualmente, uno de cada seis niños en el mundo está implicado en alguna forma de trabajo infantil, realizando trabajos que perjudican su desarrollo psicológico, físico y emocional. Esos niños trabajan en diversas industrias, y en muchas partes del mundo. La gran mayoría desempeña sus actividades en el sector agrícola, en el que es posible la exposición a productos químicos y a equipos peligrosos. Otros son niños de la calle, que se dedican a la venta ambulante o hacen recados para ganarse el sustento. Algunos trabajan en el servicio doméstico, se prostituyen o trabajan en fábricas.
sylviaubal@gmail.com
sábado, junio 13, 2009
México, campeón latinoamericano en pérdida de empleos
Carlos Fernández-Vega
Producto de la crisis económica internacional –como la definen en Los Pinos, como si aquí no pasara nada–, México tiene el ingrato privilegio de ser el indiscutible campeón latinoamericano en lo que a pérdida de empleo formal se refiere. En todas las naciones regionales se observa una caída en el número de plazas formales generadas, pero ninguna pérdida absoluta como en el caso mexicano, la cual se registra desde noviembre de 2008.
De hecho, en el contexto latinoamericano y todavía en tiempos en los que la tesis del catarrito inamoviblemente con vigor se defendía cotidianamente en el discurso oficial, en México se observó la menor tasa de generación de empleo formal con todo y seguridad social (porque ahora la moda es contar con empresas formales y empleados informales): en enero de 2008 el reporte daba cuenta de una proporción menor al 4 por ciento anualizado, contra 6 por ciento en Brasil, 8 por ciento en Chile y 10 por ciento en Perú. A partir de ese momento la caída mexicana ha sido permanente y desde noviembre pasado las cifras en este renglón han sido permanentemente negativas. Así, en las buenas, en las malas y en las desastrosas, México conserva el campeonato, con todo y presidente del empleo (mejor dicho, a causa de).
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la Cepal, revisó el panorama laboral de la región, y entre sus conclusiones destaca la siguiente: sólo en México se registra una caída absoluta del empleo formal con seguridad social. Si bien aún no se dispone de información suficiente, cabe esperar que la disminución de la dinámica de la demanda laboral se refleje en un aumento de la informalidad, tanto por la expansión del sector informal como por la informalización de una parte del empleo en empresas formales. En este contexto, su más cercano competidor, Costa Rica, reporta una tasa positiva superior a uno por ciento; la mexicana es negativa en más de 2 por ciento (cifras al cierre del primer trimestre de 2009).
Aún así, la Cepal advierte que los niveles de ocupación están empeorando en la región, en algunos países de forma moderada (Brasil y Colombia, por ejemplo) y en otros con mayor contundencia (México en primerísimo lugar). Sólo en Uruguay y Venezuela, y muy levemente en Argentina, aumentó la tasa de ocupación en la comparación interanual.
En un contexto de enfriamiento económico, destrucción de puestos de trabajo y poca demanda laboral, apunta la Cepal, los hogares tienen dos opciones: pueden aumentar la oferta laboral para compensar la pérdida de ingresos (por desempleo o reducción de salarios u otros ingresos laborales) o retirar a alguno de sus miembros en edad de trabajar del mercado laboral si prevalece la percepción de que existe una probabilidad tan baja de conseguir un empleo deseado que no valdría la pena asumir los costos de la búsqueda. En términos generales, la primera actitud prevalece en hogares de bajos ingresos y la segunda en hogares con ingresos más elevados, lo que implicaría un mayor aumento del desempleo o de la informalidad (o ambos) en los primeros.
La evolución de la participación laboral ha sido muy diferente en hombres y mujeres. Con la excepción de Uruguay, se mantiene la tendencia de largo plazo de reducción de la brecha de la tasa de participación entre ambos sexos. Esto ocurre porque la tasa subió en el caso de las mujeres y bajó o se estancó en el de los hombres (lo mismo en Brasil, Chile y Venezuela), o porque la tasa subió más para las mujeres que para los hombres (Colombia), o que bajó menos para las mujeres que para los hombres (Ecuador, México y Perú).
Como consecuencia de la evolución de la tasa de ocupación y el comportamiento de la tasa de participación, en la mayoría de los países aumentó el desempleo abierto, con las excepciones de Venezuela y Uruguay, donde la comparación interanual muestra una mejora en 2009, y en Argentina y Perú, que muestran una tasa de desempleo en el mismo nivel en el primer trimestre de 2008 y de 2009. Los datos del primer trimestre indican que el aumento del desempleo golpeó tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo, en esta fase los sectores que concentran la ocupación masculina fueron más afectados por la crisis. En Brasil, Chile, Colombia y México el desempleo urbano subió más para los hombres que para las mujeres, en un contexto en que la brecha de participación entre hombres y mujeres se redujo. Sólo en Ecuador la tasa de desempleo de las mujeres subió más que la de los hombres. Aun así, la tasa de desempleo de las mujeres en todos los países continúa superando marcadamente la de los hombres.
El enfriamiento de las economías regionales también se refleja en la evolución del empleo cubierto por la seguridad social. Este tipo de empleo había crecido a tasas elevadas durante los últimos años y a partir del tercer y cuarto trimestres de 2008 la tasa de crecimiento interanual comenzó a sufrir un marcado retroceso. Sólo en México se registra una caída absoluta de este tipo de empleo. Si bien aún no se dispone de información suficiente, cabe esperar que la disminución de la dinámica de la demanda laboral se refleje en un aumento de la informalidad, tanto por la expansión del sector informal como por la informalización de una parte del empleo en empresas formales. La evolución de los salarios reales del empleo formal ha sido mixta. Por una parte, en algunos países, como Brasil y Uruguay, la caída de la inflación y el aumento de los salarios mínimos han contribuido a un incremento del promedio de los salarios reales. En Chile el aumento fue menor a causa de la débil demanda laboral y el crecimiento del desempleo. En otros casos no se han producido cambios o incluso se advierten disminuciones como efecto, entre otras razones, de una inflación relativamente elevada. Para el caso mexicano no hay que adivinar: el salario real cayó, y el discurso del presidente del empleo calló.
Y ya llegan las cifras oficiales de desempleo en mayo de 2009.
Las rebanadas del pastel
Y para conmemorar el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, la Organización Mundial del Trabajo informa que en México alrededor de 3 millones de niños laboran en condiciones de explotación y carentes de seguridad social. Además de ser ilegal, esos niños explotados representan alrededor de 7 por ciento de la población reconocida oficialmente como económicamente activa (mayor de 14 años).
miércoles, junio 10, 2009
Laboran al menos 100 millones de niñas, dice estudio de la OIT
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló ayer que al menos 100 millones de niñas laboran para sobrevivir, pues están en pobreza extrema. La mayoría, aseguró, efectúan sus actividades en condiciones de riesgo, que afectan su seguridad, salud y moralidad.
En un informe que dio a conocer ayer la organización, con motivo del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, señaló que en total más de 218 millones de menores de edad trabajan, de los cuales casi 20 millones lo hacen en el sector manufacturero y un millón en minas. En tanto, 1.8 millones son víctimas de explotación sexual y cerca de 250 mil están asociados a grupos armados.
Establece que del total de niños y niñas que laboran, 75 millones no han sido inscritos a ninguna escuela de educación primaria. Plantea la necesidad de que se refuerce la inspección en las empresas, pues gran parte del trabajo infantil está oculto en los sótanos de las fábricas.
Según el documento, la crisis económica y financiera está hundiendo más a los sectores vulnerables en la pobreza. En la medida en que las familias se están sumando a la pobreza tienen que elegir entre enviar a sus hijos e hijas a la escuela o ponerlos a trabajar, por lo que muchos menores se ven apartados de su derecho a la enseñanza.
La OIT recuerda que han transcurrido 10 años desde que la organización adoptó el Convenio 182 para evitar las peores formas de trabajo infantil (1999). A pesar de que ha habido avances, dice, los datos duros son reveladores: al menos 100 millones de niñas se ven obligadas a laborar en situaciones que ponen en riesgo sus vidas. Ese segmento poblacional tiene incluso amplia participación en actividades domésticas no remuneradas, en el trabajo agrícola a pequeña escala y en talleres familiares. Por ello, abunda, corre más riesgo su escolarización y son víctimas de maltrato verbal y físico.
La información del organismo detalla que inclusive las niñas trabajan más que los niños, más horas y con menores remuneraciones. Pero más allá de ello, añade, ponen en riesgo su vida una parte importante, pues son sujetas a explotación laboral y prostitución, y a veces pueden estar retenidas, en cautiverio, como auténticas prisioneras. En total, se estima que 1.8 millones de menores se encuentran en esa situación.
Otro fenómeno es que la epidemia de VIH/sida ha obligado a muchos niños a incorporarse de manera prematura al mercado laboral. En este sentido, la ONUSIDA estima que, en África subsahariana, alrededor de 12 millones de menores de 18 años han perdido a alguno de sus padres o a ambos, como consecuencia de esa enfermedad, por lo que se ven obligados a laborar y a convertirse en cabezas de familia.
Ante esta problemática, la OIT llama a las naciones a cumplir los convenios globales sobre erradicación del trabajo infantil en todas sus formas, ya que del conjunto de niñas que laboran en el mundo se estima que 53 millones realizan actividades peligrosas, calificadas como los peores formas de trabajo infantil. Al menos 20 millones son menores de 12 años y 61 por ciento de niñas económicamente activas, de cinco a 14 años, se ocupan en la agricultura.
La organización señala que la respuesta a la crisis debe atribuir alta prioridad al gasto público que beneficie a las familias pobres y vulnerables, para evitar que obliguen a sus hijos a trabajar.
En Cuba no hay una sola niña que trabaje.
lunes, mayo 04, 2009
Los "cerillitos voluntarios" en los supermercados de México... ¿explotación?
Desde hace unas semanas me he dado cuenta que los llamados "cerillos" (empacadores) de los supermercados, que en todos los casos son menores de edad, prácticamente ya no están o bien, "escasean". En casi todos los establecimientos de grandes superficies hay carteles solicitando "empacadores". Por pura curiosidad fui a ver los requisitos. Subrayo que el anuncio dice: "... SOLICITA EMPACADORES VOLUNTARIOS". Es decir, personas que deseen "voluntariamente" empacar las mercancías esperando una propina, la cual,NO ES OBLIGATORIA DE PARTE DEL CLIENTE.
Por esto mismo resulta aún más absurdo e inmoral los requisitos que la EMPRESA EXIGE a quien quiera empacar. De entre los requisitos recuerdo:
- Ser estudiante
- Menor de edad
- Tener un promedio determinado
- Llevar el permiso de la Secretaría del Trabajo (avalado, obvio, por sus padres).
Me pregunto: ¿Si son voluntarios deben ser considerados trabajadores?, ¿Si la empresa impone los requisitos y exige el permiso de la secretaría del trabajo, luego entonces SON SUS TRABAJADORES Y, EN CONSECUENCIA, ES LA EMPRESA QUIEN DEBE PAGARLES? ¿Si la empresa No les paga, por considerarlos voluntarios, por qué razón es la propia empresa quien los coordina, los selecciona y les detiene los permisos? ¿Acaso son trabajadores de cara a Hacienda, pero nada más? ¿Si no hay pago empresarial, luego entonces, podemos también suponer que SE TRATA DE UN TRABAJO INFORMAL, AUNQUE DENTRO DE UN ESTABLECIMIENTO, pero que no paga impuestos. De la misma forma están los "viene, viene", quienes hasta tienen uniforme.
Con qué derecho actúan los grandes almacenes (supermercados principalmente) para hacer contratos fantasmas, ilegales y falsos, en última instancia, con el permiso de la secretaría del trabajo.
¿LA SECRETARÍA DEL TRABAJO está informada de esta situación? ¿Es cómplice? Sabemos que efectivamente los padres pueden dar permisos a sus hijos menores de edad para trabajar, siempre y cuando el trabajo en realidad sea REMUNERADO y con todos los derechos de ley pero, en estos casos, los niños empacadores NO reciben ni salario, ni mucho menos prestaciones sociales. ¿QUÉ PIENSA DE ESTO EL DIF Y EL TRIBUNAL DE DEFENSA DEL MENOR?
OJALÁ ALGUIEN ME ACLARE TODO ESTO.
domingo, marzo 08, 2009
Sobre reporaje de Sanjuana Martínez

En el periódico La Jornada salió un reportaje (en tres partes) de Sanjuana Martínez sobre el tema. Hoy en la mañana hubo una conferencia de prensa de varias ONGs dando a conocer la denuncia y en apoyo a la demanda de presentación de los niños que no han sido presentados ni "prestados" a sus madres o familiares desde diciembre. Esto ocurre aquí, en Monterrey, no es un "hoax" (correo falso), estuvimos en CADHAC (Ciudadanos en apoyo a los Derechos Humanos, A.C.) que tiene su sede enfrente de la plaza la Purísima, donde las madres también asistieron.
La pregunta es: ¿si no hay nada irregular en la institución donde están los niños, porqué no les son entregados, vaya, siquiera enseñados a sus madres? Lean por favor los archivos adjuntos y difundan
gracias,
un abrazo


miércoles, febrero 18, 2009
Mueren diario 2 menores de 14 años por la violencia en México: expertos
En promedio, cada día mueren en México dos menores de 14 años a causa de la violencia, 3 millones 300 mil niñas y niños de entre seis y 14 años trabajan, en más de la mitad de las familias los hijos crecen en un entorno de gritos y violencia, y 16 por ciento de los niños de seis a nueve años dicen haber sido maltratados en sus escuelas.
Asimismo, muchos menores jornaleros pierden la vida en los campos agrícolas, mientras los migrantes e indígenas son discriminados y se calcula que más de 20 mil son explotados sexualmente.
En tanto, en Guatemala, 23.4 por ciento de niñas y niños de entre cinco y 17 años trabajan, 80 por ciento de las víctimas fallecidas por arma de fuego tienen entre 15 y 17 años, y fue en los hogares donde en 2007 ocurrió la mayoría de las 5 mil 243 agresiones a dicho sector.
Estos son algunos de los ejemplos que dejan en claro que en materia de respeto a los derechos humanos de la población infantil, en ambos países aún existen grandes retos, señalaron expertos durante la presentación de la campaña binacional de sensibilización Escúchame, que fue lanzada ayer en el contexto de la conmemoración –este año– del 20 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño.
En conferencia de prensa, en la que estuvieron Alberto Brunori, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos; Nashieli Ramírez, del Programa Infancia en Movimiento, y Benito Terrazo, de la Asociación para el Desarrollo Integral y Multidisciplinario de Guatemala, se precisó que hay que crear espacios seguros para la infancia, a fin de garantizarle el derecho a la salud, a la vida, a la familia, a la participación y a la no discriminación.
Brunori comentó que en 1990 México ratificó dicha convención, y que aunque en los últimos seis años ha habido logros, sobre todo en materia de legislación en favor de la infancia, no son suficientes estos cambios, porque la realidad no cambia sólo con legislar, por lo que advirtió sobre la urgencia de salvar la distancia entre la norma jurídica y la cruda realidad que se ve en el terreno.
Discriminación
Apuntó que los retos siguen existiendo, y se pronunció por acabar con la discriminación de los niños indígenas, discapacitados, del campo y de los estratos económicos menos favorecidos, así como terminar con el maltrato a menores migrantes, la explotación sexual infantil y bajar la tasa de mortalidad del sector de cinco años o menos.
Ramírez manifestó que se debe volver a poner a la niñez en la agenda y escuchar lo que dicen los niños, así como entender que la satisfacción de sus principales demandas en materia de derechos humanos debe ser obedecida por los tomadores de decisiones.
Esto me recuerda que hace unos días alguien me escribió diciendo que ella se sentía muy a gusto de vivir en México y que de vivir en Cuba bajo el régimen de Fidel Castro (donde los niños son prioridad del Estado) o bajo el de Pinochet, prefería a éste último. Se colige que la lectora está muy contenta de que se asesinen a las personas, especialmente a los niños y niñas. Así andamos en valores humanos.
jueves, diciembre 11, 2008
Acoso, explotación y enfermedad
Guadalupe Cruz Jaimes
CIMAC/Adital/Argenpress
Un año y medio después de que Reina Ramírez, de 25 años de edad, dejó de trabajar en la maquila, seguía arrojando bolas de pelusa por boca y nariz debido a una enfermedad de las vías respiratorias que le provocó su trabajo durante una década en la industria textil de Tehuacán, Puebla, considerada "La capital del blue jeans". Integrante de la Comisión de Derechos Humanos de Tehuacán, recuerda los malos tratos, humillaciones y sobre todo la presión a la que era sometida por los supervisores en la maquila.
Hoy cerca de 25 mil trabajadoras y trabajadores de la región, de los cuales el 65 por ciento son mujeres, continúan padeciendo violencia laboral, término que se desprende de la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Puebla.
El Artículo 13 de la norma poblana se define la violencia contra las mujeres en el ámbito laboral o docente como "el acto u omisión de exceso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la ofendida e impide su desarrollo".
Los agresores, dice la ley, son personas que tienen un vínculo laboral o docente con la "ofendida", de manera independiente a la relación jerárquica. Además, señala que puede tratarse de una sola agresión que cause el daño o una serie de éstas. La norma también penaliza el acoso u hostigamiento sexual en estos ámbitos "en términos de lo dispuesto en la ley de la materia".
De igual forma, puntualiza en su Artículo 14 que la violencia laboral consiste "en la negativa ilícita a contratar a la ofendida o a respetar su permanencia o condiciones generales de trabajo; la descalificación del mismo, las amenazas, la intimidación, las humillaciones, la explotación y todo tipo de discriminación por condición de género".
En Puebla el 37.1 por ciento de las mujeres mayores de 15 años sufrió alguna agresión o acoso sexual por parte de sus patrones o compañeros de trabajo, debajo sólo de la violencia comunitaria que, según la estadística, la ha padecido un 39.7 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, realizada en 2006.
Tehuacán
En Tehuacan, las 16 mil 250 trabajadoras de la maquila, dedicadas principalmente al ensamble y la costura, laboran entre 10 y 12 horas, ganan de 350 a 700 pesos semanales y al menos la mitad de ellas no cuenta con seguridad social, porque se emplean en medianas y pequeñas empresas, manifestó Reina Ramírez.
Están también las que trabajan en su domicilio, a quienes los empleadores no les respetan el salario mínimo, y se explota también la mano de obra infantil, dice el informe: Tehuacán: del calzón de manta a los blue jeans, realizado por la Comisión de Derechos Humanos de Tehuacán (CDHT) y la Red de Solidaridad de Maquila (RSM), con sede en Toronto, Canadá.
Tampoco gozan de seguridad social ni de otras prestaciones y realizan hasta 300 piezas en una jornada de 8 horas, señala un documento de 2002 sobre las obreras de la maquila que laboran en su casa, datos que confirma Reina Ramírez, quien informa también que hay un incremento de esta modalidad, de la cual no existe ningún registro.
Niñez obrera
La infancia que se desempeña en la industria textil ayudando a sus madres en casa casi nunca percibe ningún tipo de remuneración, agregó Ramírez.
En Tehuacan, para ingresar a la maquila sólo se necesita saber leer y escribir y se contrata a menores de hasta 11 años. Reina Ramírez, la segunda de seis hermanas y hermanos empezó a trabajar a los 13 años en "los talleres chicos", donde aprendió a coser para aportar a la economía de su hogar. Durante la década trabajó en diez empresas, entre ellas Tarrant Apparel Group y Vaqueros Navarra, las más grandes de la región, situación común debido al constante cierre de las maquilas, refiere la CDHT y la RSM.
Reina, que dejó de trabajar en la industria textil de Tehuacán a los 23 años de edad, es originaría de esta región, a diferencia del 80 por ciento de la base trabajadora que son indígenas migrantes de otros municipios de Puebla, Oaxaca y Veracruz.
La mayoría de las más de 16 mil trabajadoras del ramo son madres solteras, porque "aquí se casan muy jóvenes, se dejan pronto y la mujer tiene que trabajar", explica Reina. Ser madre soltera es una "razón" por la cual los supervisores de la maquila hostigan y acosan sexualmente a las trabajadoras pidiendo favores sexuales a cambio de permisos o para que conserven el empleo. "Una vez uno de ellos se llevó a una señora a los baños, a donde nadie los viera, y la amenazó con correrla si no se iba con él", relata Reina.
Según el análisis de la Comisión de Derechos Humanos de Tehuacán y la RSM, las condiciones laborales de las y los trabajadores de la maquila se caracterizan por el maltrato, humillaciones de los supervisores y la discriminación contra el personal indígena, así como el acoso y hostigamiento sexual hacia las mujeres, contemplado, junto con las anteriores agresiones, en la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Puebla, que entró en vigor en 2007.
A seis años de esta investigación, de acuerdo con Reina Ramírez, quien desde su salida de la industria textil imparte talleres a las y los trabajadores sobre sus derechos, las condiciones siguen siendo las mismas en el trabajo en línea. "Adentro hay mucha presión por parte de los supervisores y entre las y los compañeros para sacar el trabajo lo más rápido. Es un ambiente de tensión y hostilidad", describió.
La diferencia, dijo, consiste en que ahora con el cierre de las maquiladoras, al menos cinco en el último año, la migración hacia Estados Unidos, sobre todo masculina, ha aumentado.
Contratos de protección patronal
"En la maquila estamos por necesidad, por un salario, a falta de otro trabajo donde se respeten nuestros derechos", como la seguridad social y contratos que permitan hacer antigüedad y conservar derechos, señala Reina. Los contratos en la maquila, como en otras empresas en el país, obligan a las y los trabajadores a firmar contrato cada 28 días.
Esto se debe, afirmó Reina Ramírez, a que la mayoría de los contratos son de protección patronal, firmados por sindicatos "charros", entre ellas la Confederación de Trabajadores de México, los cuales propician la explotación de la mano de obra en la región. A eso se suma la inestabilidad económica y la inseguridad en el empleo, los problemas de salud que sufren las trabajadoras y trabajadores y que son "graves", incluso se estima que su vida laboral es tan sólo de 10 años.
Tal como lo menciona la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Puebla, cualquier acto u omisión que dañe la salud de las trabajadoras es violencia laboral es un delito. En el caso de Reina, respirar durante 10 años la pelusa que se desprende de la mezclilla le generó una alergia al polvo y la pelusa que tendrá que controlar a lo largo de su vida, al igual que los frecuentes malestares de las vías respiratorias cuando la temperatura baja.
A ello, deben sumarse los problemas de visión que padecen "muchas trabajadoras", porque en las maquilas no hay luz suficiente para realizar sus tareas. Pero mientras la Ley no se exprese en los códigos locales, la situación en la que se encuentra gran parte de las trabajadoras de la maquila, incluidas menores de edad, en "La capital de los blue jeans", continuará siendo de violencia laboral, fenómeno que con el tiempo, en lugar de desaparecer, se acentúa.
[Despacho de Argenpress.info que cita como fuente a CIMAC.org]
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=36453
domingo, diciembre 07, 2008
“La indiferencia como parte del paisaje”
¿Qué significa, pregunta Carlos Puig a su auditorio radial, que pase algo así en México? Nada. En el instante en que el usurpador se retrató con el “góber precioso” de Puebla el sí a los pederastas estaba dado en el paraíso en que México se ha convertido para todo exceso degradante, denigrante, intolerable… en los lugares del mundo donde la dignidad de los gobernados se respeta.
Nada sucedió tampoco en Chihuahua cuando aparecieron en Ciudad Juárez los primero cadáveres de jovencitas, denunciadas como desaparecidas antes por sus familiares, trabajadoras de las maquiladoras con similares características físicas: delgadas, morenas, de pelo lacio y largo. Nada, a pesar de las muchas similitudes también por lo que tocaba a los perversos hechos con los que se les arrebata la vida que las hermanaban: violadas y brutalmente torturadas antes de ser asesinadas y tirados sus cadáveres como basura en lotes baldíos. Nada. No sucedió nada. Y lo más probable es que, algunas, al menos, hayan sido usadas para aparecer en películas para los mismos pervertidos que se excitan viendo correr a niños desnudos, sólo que mucho más ricos, que se excitan también viendo cómo se abusa de las mujeres antes de asesinarlas.
Las autoridades responsables, cuando no coló lo de la fuga con el novio, pasaron a convertir, los claros homicidios seriales, en problemas intrafamiliares. Abdicando de su función de procurar justicia: “porque a los ricos en México no se les toca”. Y la sociedad mayoritariamente convirtió a la indiferencia en parte del paisaje y siguió viendo la telebasura para enajenarse ante el horror que en el fondo sabía que había alcanzado Juárez, sin reversa posible ni en el corto ni el mediano ni en el largo plazo. Pero como la corrupción es como la peste que acaba por contaminarlo todo y como la impunidad es la peor de las lacras, el estado completo de Chihuahua acabó por convertirse en uno de los lugares más inseguros del planeta.
No es un lujo el que la humanidad se haya dado las leyes necesarias para castigar la corrupción impidiendo que la impunidad se convierta en la regla.
“Si fuera un hecho aislado sería preocupante”, escucho decir a Sabino Bastida, en el mismo noticiero radial que, de casualidad, porque le interesó el tema a una solitaria diputada y lo siguió otra solitaria reportera, se hace público con relación a los niños tratados como ganado que dan vueltas desnudos en los ruedos a los que asiste el presidente municipal de Hueytlalpan, Puebla. Niños indígenas a los que les paga, informa la reportera, el animador, que seguramente es también el dueño, que va de fiesta en fiesta, llamado Sonido LEO. Es decir, no es un caso aislado el denunciado por la diputada perredista. A partir de los datos que el propio noticiero va recabando y comunicando a su auditorio salta que es cotidiano en la Sierra de Puebla el hecho, monstruoso, que tiene que ver con la tolerancia a los pederastas, que con el retrato del usurpador con el gobernador de Puebla, convirtiera, el usurpador, en impunemente tolerado. Impunemente tolerado, sí, uno de los delitos más aberrantes que pervertidos enfermos sexuales cometen. Con esa foto se garantizó, en pago al apoyo recibido para convertirse en usurpador, la impunidad para los abusadores de niños y niñas a los que se les acaba la vida, al igual que se toleró el asesinato de jovencitas en Ciudad Juárez para disfrute de otros pervertidos más ricos. Los de la Sierra de Puebla tienen que conformarse con los niños indígenas. Los de la frontera pueden pagar las películas que recrean el crimen de las jovencitas para verlas cada vez que quieran. Igual de canallas unos y otros. Pero es la impunidad que empieza por legalizar el fraude para que quien se sabe por el Poder Judicial que es un usurpador, ocupe el puesto que los ciudadanos no le dieron y “nobleza” obliga a tomarse la foto que garantiza que no serán en México castigados los pederastas.
600 adultos, incluido el presidente municipal de Hueytlalpan, Puebla, permitiendo y disfrutando el que se denigre, degrade y exhiba desnudos a niños indígenas paupérrimos a cambio de dinero: 50 pesos por quitarse la camisa, 50 por los pantalones y 50 más por los calzones. Niños dando vueltas a un ruedo como ganado exhibido para su posterior abuso, demuestra, como dice también Bastida, que la sociedad que no cuida a sus niños es porque ha perdido todos los límites y cuando la indeferencia se torna parte del paisaje, digo yo, todo es posible. Y en manos de esos impresentables presidentes municipales, como Juan Martín Barrientos, los legisladores han dejado la posibilidad de llenar también el país de casinos.
miércoles, diciembre 03, 2008
EE.UU. recluta niños para que sirvan en las fuerzas armadas
Sherwood Ross
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
En violación de su compromiso con Naciones Unidas de no reclutar niños para las fuerzas armadas, el Pentágono “apunta regularmente a niños menores de 17 años,” dice la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
El Pentágono “recluta en gran medida en campus de escuelas secundarias, seleccionando a estudiantes para reclutarlos lo antes posible y generalmente sin límites en la edad de los estudiantes que contactan,” declara la ACLU en un informe de 46 páginas intitulado “Soldados de desaventura.”
Esto viola la ratificación en 2002 por el Senado de EE.UU. del Protocolo Opcional de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño.
Los reclutadores del Pentágono están enrolando a niños de hasta 14 años en el Cuerpo Junior de Oficiales de Reserva (JROTC) en 3.000 colegios para niños de 12 a 14 años, escuelas primarias de 7 a 11 años, y secundarias, llevando a alistarse a cerca de un 45% del cuarto de millón de estudiantes enrolados de esa manera, una tasa mucho más elevada que en la población estudiantil general. Claramente, es el resultado de una orientación hacia menores de edad.
En algunas ciudades, como en Los Ángeles, los administradores de escuelas secundarias han estado enrolando involuntariamente a estudiantes renuentes en el JROTC ¡como una alternativa a clases de gimnasia abarrotadas! En la escuela secundaria de Lincoln, los enrolados no fueron informados de que el JROTC era involuntario. En Buffalo, Nueva York, toda la clase entrante de novatos en la Escuela Técnica Secundaria Central Hutchinson (edad promedio 14), fue involuntariamente enrolada en el JROTC. En Chicago, se permitió que los graduados de octavo año que se recibían (edad promedio 13) se sumaran a cualquiera de los 45 programas del JROTC.
“Las cuotas de alistamiento de tiempos de guerra (para Iraq y Afganistán) han aumentado la presión sobre los reclutadores militares para repletar las filas de los servicios armados,” dice un informe de la ACLU. El intento de cumplir con sus cuotas sin reinstalar un servicio militar obligatorio “ha contribuido a un aumento en… las afirmaciones sobre mal comportamiento y abuso por los reclutadores” que “a menudo no son controlados”.
El Pentágono también gasta unos 6 millones al año para repetir hasta la saciedad un videojuego en línea llamado “El Ejército de EE.UU.” para atraer niños de hasta 13 años, “entrenarlos para usar armas, y participar en combate virtual y otras misiones militares… aprender cómo disparar armas realistas del Ejército como ser rifles automáticos y lanzagranadas y aprender cómo saltar de aviones,” informa la ACLU. Hasta septiembre de 2006, 7,5 millones de usuarios estaban registrados en el sitio en la Red del juego, que está vinculado al principal sitio de la Red de reclutamiento del Ejército.
Y cuando los reclutadores del Pentágono registran a los de 17 años en las reservas inactivas bajo el Future Soldiers Training Program [Programa de Entrenamiento de Futuros Soldados], (con la idea de dejar que ganen su diploma de secundaria), frecuentemente no dicen a los niños que pueden retirarse sin penalización.
“Durante los años, hemos tenido informes de estudiantes a los que se dijo que si cambian de opinión, serían considerados como desertores en tiempos de guerra y serían perseguidos y fusilados, “dijo Youth Activists-Youth Allies, basada en la Ciudad de Nueva York. A una joven se le dijo que si se retiraba de su enrolamiento, su familia sería deportada. Y Bill Galvin, del Centro sobre Conciencia y Guerra, dijo que a un joven que cambió de opinión sobre su alistamiento, su reclutador le dijo: “Si no te presentas, es traición y te fusilarán.”
El Pentágono ha escogido para las campañas de reclutamiento intensivo centros urbanos como ser Los Ángeles y Nueva York. En esta última, donde los estudiantes de bajos ingresos representan un 51% de todos los matriculados en colegios secundarios y donde un 71% son negros o latinos, están tres de los principales 32 distritos para alistamiento en el Ejército. En Los Ángeles, un 91% de los estudiantes son personas de color y un 75% tienen bajos ingresos.
La Coalición Contra el Militarismo en Nuestras Escuelas dice que 30 programas de JROTC en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (con 4.754 estudiantes) están “ubicados en las comunidades de peor situación económica de la ciudad.”
Los afroestadounidenses representan un 16% de la población civil de edad militar, pero un 22% del personal alistado del Ejército, señala la ACLU. Acusa sin ambages: “La práctica de los militares de EE.UU. de apuntar a jóvenes de bajos ingresos y a estudiantes de color, en combinación con promesas exageradas de remuneraciones financieras por el alistamiento, debilitan la voluntariedad de su alistamiento…”
JROTC también tiene un Cuerpo de Cadetes de Escuela Media para niños desde los 11 años, que los militariza incluso antes de que se gradúen de la escuela primaria. “Florida, Texas, y Chicago, ofrecen programas postescolares dirigidos por los militares a estudiantes de sexto, séptimo y octavo grado… (que) involucran entrenamiento con rifles de madera y cantinelas militares… e historia militar.” Los niños llevan uniformes a la escuela una vez a la semana para ser inspeccionados.
Aunque EE.UU. afirma que “nadie bajo los 17 años es elegible para reclutamiento,” la base de datos Conjunta de Publicidad, Investigación de Mercado y Estudios del Pentágono (JAMRS) reúne datos sobre estudiantes de grado once, típicamente de sólo 16 años. JAMRS tiene datos sobre 30 millones de estadounidenses entre las edades de 16 y 25 años con fines de reclutamiento.
La ACLU dice que esos datos incluyen “direcciones de correo electrónico, promedios de puntaje de grado, intenciones universitarias, información sobre altura y peso, asistencia a escuelas, cursos de estudio, intereses militares, y datos raciales y étnicos” así como números de la Seguridad Social.
Ante los sombríos informes sobre bajas de Oriente Próximo, los reclutadores del Pentágono parecen cada vez más desesperados por llenar sus cuotas. Se ha establecido que cerca de uno en cinco, informó el New York Times en 2004, realizaron “incorrecciones en el reclutamiento” que iban de “amenazas y coerción a falsas promesas a jóvenes, de que no serían enviados a Iraq.”
Considerando como el régimen de Bush se ha precipitado a criminales guerras de agresión que desafían el derecho Internacional y las convenciones de Ginebra, no hay motivo para que se permita el reclutamiento militar de cualquier tipo en algún campus universitario, y mucho menos en escuelas secundarias. Si EE.UU. deseara verdaderamente difundir la democracia (en lugar de apoderarse de campos petrolíferos), asignaría vastas cantidades de reclutadores para el Cuerpo de Paz a los campus universitarios, y se trastocarían los presupuestos del Cuerpo de Paz y del Departamento de Defensa.
Como Eugene Debs, el candidato socialista a la presidencia que fue a la cárcel por pronunciarse contra la Primera Guerra Mundial (obtuvo 913.000 votos en 1920) dijo una vez: “No enseñaría a los niños entrenamiento militar, tal como tampoco les enseñaría a incendiar, robar o asesinar.”
El hecho de que el Pentágono tenga actualmente tantas dificultades para repletar sus filas mientras libra una guerra ilegal, dice mucho sobre la inteligencia del pueblo estadounidense. No es una excusa, sin embargo, para que el Departamento de Defensa reclute ilegalmente a niños impresionables.
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Sherwood Ross es un consultor de relaciones públicas y columnista basado en Miami quien trabajó previamente para el Chicago Daily News, como comentarista en la radio, y como columnista para servicios noticiosos. Para contactos: sherwoodr1@yahoo.com
Sherwood Ross es un colaborador frecuente de Global Research.
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=11210
viernes, noviembre 14, 2008
Trabaja más de un millón de niños mexicanos de entre cinco y 13 años
Patricia Muñoz Ríos
En México, uno de cada ocho niños trabajan, lo que significa que más de un millón de menores de entre cinco y 13 años y 2 millones 500 mil adolescentes se ven obligados a ayudar económicamente a sus familias, señaló el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano.
Incluso, cuatro de cada 10 que laboran no asisten a la escuela por tener que cumplir jornadas “infames”, dijo el funcionario durante la presentación de los resultados de la encuesta sobre trabajo infantil 2007.
En el acto, la presidenta del DIF nacional, Margarita Zavala, advirtió que “no hay justificación” para aceptar dicha situación en el país, y que conocer la dimensión del problema es una gran responsabilidad para tomar acciones. En tanto, el representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para México y Cuba, Thomas Wissing, consideró que “mientras no haya empleo decente”, los padres en situación precaria seguirán requiriendo de la labor de sus hijos. Por su parte, Susana Sottoli, del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), destacó que lo más grave es que en estos niños “la pobreza se recicla”.
Explotados, 218 millones de menores en el mundo
Lozano expuso que en el mundo hay 218 millones de niños que trabajan, de los cuales, 126 millones lo hacen en una situación que pone en riesgo su vida, ya que laboran en minas, el sector de la construcción, manejando pesticidas y químicos, en condiciones insalubres e infames y sin derechos, además de que hay menores expuestos a la trata de personas o la explotación sexual.
Planteó que no deja de sorprender y no se puede aceptar que en México uno de cada ocho menores se encuentran trabajando, situación en la que inciden tres factores fundamentales: “pobreza, falta de escrúpulos de muchos patrones y un factor cultural, por el que muchas familias tienen hijos como fuerza laboral”.
Dijo que las líneas que se siguen para atacar el problema son la cultura de la legalidad, la prevención y tratar integralmente el asunto de los jornaleros agrícolas. Incluso –precisó–, se está proponiendo una reforma a la Ley Federal del Trabajo para incrementar las multas a los empresarios (que contraten menores), que actualmente van de tres a 155 minisalarios; se plantea que sean de 2 mil 500 veces el mínimo, adelantó Lozano, quien llamó a no ver estas cifras de forma fría y anónima, a no ser “cómplices silenciosos” de la situación, ya que es ridículo que los empresarios que incurren en esta práctica paguen una multa de “150 pesos”.
Por su parte, la subsecretaria de Desarrollo Humano para el Trabajo Productivo, Patricia Espinosa Torres, dio a conocer que en México la tasa de ocupación infantil es de 12.5 por ciento, lo que significa que 3.6 millones de niños y adolescentes trabajan, la mayoría de los cuales están ocupados en la economía informal o en actividades de reducido valor agregado, principalmente en el sector agropecuario o en negocios familiares, dijo.
En el segmento de adolescentes de 14 a 17 años, 60 por ciento labora en empresas o por su cuenta, y 47 por ciento cubre jornadas semanales de 35 horas o más. Asimismo, 1.4 millones no asisten a la escuela por trabajar. Se calcula que de los 29.2 millones de niños que hay en el país, 66 por ciento realiza trabajo doméstico. En tanto, los estados con mayores tasas de ocupación de niños de cinco a 17 años son Guerrero (20 por ciento), Michoacán y Zacatecas (18 por ciento, respectivamente).
Thomas Wissing dijo que la OIT ha destinado 100 millones de dólares a México y Brasil para apoyar políticas públicas que reduzcan la incidencia del trabajo infantil. Adelantó que ya se elabora un proyecto en el país para apoyar la erradicación de la explotación en el campo.
El presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Eduardo Sojo, planteó que es la primera vez que se hace una encuesta de esta magnitud, la cual se aplicó a más de 107 mil niños.
miércoles, octubre 01, 2008
México, en los primeros sitios de países que violan derechos de los niños: ONU
En la frontera con Guatemala compran a las menores para trabajo doméstico o explotación sexual
Ángeles Cruz Martínez

México está en los primeros sitios de los países que violan los derechos humanos de los niños, principalmente en el trabajo infantil, con 3.3 millones de menores en el sector laboral, a pesar de que está prohibido por la Constitución, advirtió Jorge Bustamante, fundador de El Colegio de la Frontera Norte.
En entrevista, el especialista, Relator Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de los Migrantes, dijo que el problema afecta también a niñas y niños de Centroamérica, quienes trabajan en condiciones cercanas a la esclavitud, incluso en la ciudad de México. Aseguró que en la frontera sur del país, las niñas son compradas para ponerlas a trabajar en el servicio doméstico.
Luego de participar en la Reunión Internacional de los Derechos de los Niños y las Niñas en el Contexto de la Migración Internacional, a la que asistió la esposa del presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, y la prensa sólo tuvo acceso a la ceremonia de inauguración, Bustamante propuso una reforma legal que tipifique como delito del fuero común la contratación de infantes.
Hasta ahora –dijo–, el Estado ha dado poca importancia al trabajo infantil. Evidencia de ello es el insuficiente número de inspectores que vigilen el cumplimiento de la Constitución, además de que, en general, no existe conciencia pública sobre el problema. “Nos parece normal” que niñas sean ocupadas como empleadas domésticas, a pesar de que es una violación flagrante a las leyes y normas nacionales e internacionales, indicó.
Durante la reunión efectuada en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la que asistieron representantes de 21 países, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) difundió un informe en el que señala que a escala mundial existen 50 millones de refugiados y desplazados, de los cuales la mitad son niños. Más de 300 mil pequeños sirven como soldados y la mayoría de las niñas son sometidas, además, a diferentes formas de esclavitud sexual.
El organismo internacional resaltó que alrededor de 246 millones de menores –uno de cada seis– trabajan; unos 180 millones lo hacen en condiciones perjudiciales y peligrosas, por medio de redes de trata de seres humanos. Además, estimó que 8.4 millones han sido sometidos a esclavitud, pornografía y redes de prostitución.
Respecto a la situación en México, el ACNUR señala en su informe más reciente que ha habido algunos avances en cuanto a la protección de los niños migrantes que viajan solos, pero persisten varios retos, entre ellos detectar y canalizar a los infantes con necesidad de protección internacional, en el proceso de repatriación y retorno a sus países de origen.
En el apartado de las recomendaciones, el organismo señala la necesidad de fortalecer la capacidad de los funcionarios en materia de protección de la infancia; reforzar el marco jurídico; identificar alternativas a la detención para niños y adolescentes migrantes y designar un tutor o guardián para cada menor no acompañado con necesidad de protección internacional, entre otras.