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sábado, diciembre 17, 2011

Balcanización del euro: "riesgo estratégico" para el Pentágono

Bajo la Lupa
En un banco de Nueva York se muestra la tabla del tipo de cambio del euro, el yen japonés y el peso mexicano, entre otras monedas.


Surgen señales de desintegración del sistema financierista a los dos lados del Atlántico Norte (USA Watchdog, 12/12/11), mientras Jon Corzine, anterior director del vilipendiado Goldman Sachs (GS) y ex gobernador de Nueva Jersey, en forma desvergonzada (después de haber quebrado a la empresa MF Global por mil 200 millones de dólares) declaró desconocer dónde se encuentra el dinero (Financial Times, 12/12/11).

Lo más interesante es que Gary Gensler, anterior empleado de GS y quien ahora preside la vigilancia financiera de Estados Unidos (CFTC, por sus siglas en inglés), se rehúsa a perseguir penalmente al indiciado defraudador Corzine. Todo queda (en)cubierto entre los colegas cleptomaniacos de GS.

Me concretaré a exponer dos frases de Der Spiegel (12/12/11) alusivas a la grave crisis de la eurozona: 1. La cumbre de la crisis del euro provocó una profunda crisis en la Unión Europea (UE). Gran Bretaña (GB) ha sido puesta de lado y otros miembros sienten estar arrollados por Alemania y Francia. El futuro de la divisa común está más incierto que nunca (Porque el triunfo de Merkel se hará a un alto precio); y 2. La crisis ha alcanzado un nivel sistémico, según Andrea Enria, directora de la Autoridad Europea Bancaria.

Un artículo de Defense News (9/12/11) apunta un estudio dramático del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, sobre Europa (sic) considerada como una de las principales amenazas (¡súper sic!) que debe enfrentar Estados Unidos (EU) debido a la intensificación de la crisis de la deuda soberana europea que lleva al colapso del euro, desencadenando una recesión de doble hundimiento en EU y aún limitando los recursos presupuestarios. En forma asombrosa, el CFR identifica a otros seis países como prioritarios a los intereses nacionales de EU: China, Irán, Norcorea, México (¡súper sic!), Pakistán y Arabia Saudita (sic)”.

Entendemos que entre los riesgos estratégicos del Pentágono se encuentren China, Irán, Norcorea, Pakistán y hasta Arabia Saudita (esta última susceptible de ser desestabilizada para despojarla de su inmensa riqueza pecuniaria y petrolera). Pero, ¿por qué aparece el itamita México neoliberal calderonista que ha obedecido supinamente en todo a EU? Curioso: el Pentágono no colocó como amenazas esta vez a Cuba ni a Venezuela.

El portal iraní Press TV (12/12/11) fue el primero en señalar la ominosa advertencia del general Martin Dempsey, jefe de las fuerzas armadas conjuntas de EU, sobre la potencial balcanización política de la UE, concomitante con disturbios civiles, durante una conferencia en el Atlantic Council (Washington).

Es poco usual que un general de la talla de Dempsey se adentre a formular críticas públicas en materia financiera y, en específico, en referencia a la gravísima crisis del euro que puede desencadenar un efecto dominó en todas las bancas occidentales: La eurozona se encuentra en serio riesgo.

El máximo militar profesional de EU expresó sus dudas sobre la practicidad de las medidas adoptadas por los líderes europeos y puso en tela de juicio que sean susceptibles de cohesionar al bloque: Estamos preocupados (sic) en forma extraordinaria (sic) por la salud y viabilidad (sic) del euro, ya que en varias formas estamos expuestos literalmente a contratos, pero también debido al potencial de disturbios civiles y a la fractura de la UE.

De dos cosas una: o bien los dos principales líderes de Europa continental, la canciller Merkel y el presidente Sarkozy –cuando el primer ministro David Cameron prácticamente se ha desvinculado de la UE– están jugando al borde del precipicio para detectar in extremis la probable jugada maestra de la dupla anglosajona (de acuerdo con la hipótesis de la guerra de las divisas: dólar vs euro) para sacarse un as final bajo la manga, o bien pecan de ineptitud egoísta cuando nadie se salvará del hundimiento del Titanic financierista.

No sin razón, la dupla franco-alemana ha fustigado todo el manejo financierista anglosajón de Wall Street y la City, y hasta ahora no ha hecho caso alguno a los consejos perversos del secretario del Tesoro de EU, Timothy Geithner, quien se ha pasado de la raya en sus intromisiones con los europeos.

Los alemanes temen revivir el trauma de la hiperinflación de la República de Weimar, que luego desembocó en el nazismo, y no desean imitar la estéril impresión masiva de billetes (eufemísticamente bautizada como facilitación cuantitativa: QE, por sus siglas en inglés) de Obama, que solamente sirvió para rescatar a los parasitarios banqueros de Wall Street en detrimento de la gran nación estadunidense.

La agencia francesa de prensa (Afp), después de dar a conocer la ominosa advertencia del general Dempsey, comenta que los militares de EU están revisando su estrategia para adaptarse a los recortes presupuestarios diseñados en reducir el exagerado déficit estadunidense.

La BBC de Londres (¡súper sic!), luego de comentar que 26 de los 27 países de la UE acordaron crear una unión fiscal más imbricada (con la notoria excepción de GB, que no quiso ceder a sus privilegios financieristas desregulados), coloca en relieve, para darle mayor dramatismo a las advertencias del Pentágono, que las fuerzas de EU tienen más de 80 mil militares y 20 mil trabajadores civiles en Europa, muchos radicados en Alemania (¡súper sic!) ¿Es simple narrativa o se trata de una brutal amenaza transmitida por la BBC?

La BBC recalca las amenazas militares de corte financierista del general Dempsey y su preocupación (sic) de que el proyecto internacional para desarrollar un súper avión sofisticado (el F-35 Joint Strike Fighther: JSF)” podría ser puesto en riesgo si los presupuestos nacionales de defensa de Europa fuesen recortados”. ¿Dio el general Dempsey doble línea, tanto militar como financierista, a Alemania, recordándole que EU ganó la primera y segunda guerra mundiales, además de la guerra fría?

La amenaza del Pentágono es prístina: Si todas las predicciones económicas sobre un potencial colapso (¡súper sic!) ocurriesen, claramente pondría los presupuestos en riesgo. ¿Si Alemania no obedece las órdenes perentorias de Geithner (y de sus amos de GS), entonces el Pentágono descobijaría a Alemania de su máxima protección aérea del futuro (léase: los aviones F-35 JSF)?

¿GB regresaría al redil de la UE siempre y cuando Alemania repita el fallido experimento hiperinflacionario que vivió durante la aciaga República de Weimar?

Cuando las finanzas fallan aparecen los militares y ahora la eurozona ha entrado a una peligrosa fase de disturbios sociales, quizá de preguerra civil, y hasta de vulnerabilidad militar sin la protección del paraguas nuclear del Pentágono.

A mi juicio, como nadie serio en Europa le ha hecho caso a Geithner –un solapador de las exacciones inimputables de GS–, ahora EU eleva la puja amenazante y lanza al ruedo a su máximo profesional militar, el general Dempsey, con el fin de que Alemania sea obligada a optar por la facilitación cuantitativa(QE), es decir, una hiperinflación monetarista para salvar ante todo a GS y luego a los otros bancos insolventes trasatlánticos, entre los que brillan Bank of America, Citigroup, Banco Santander y otros más.

domingo, mayo 08, 2011

La enésima muerte teatral de Bin Laden y su geopolítica

Bajo la Lupa
Osama Bin Laden, en un video difundido ayer por el PentágonoFoto Reuters

Alfredo Jalife-Rahme

Antecedentes

Quienes seguimos profesionalmente durante 30 años las hazañas del yemení-saudita Osama Bin Laden, cuando operaba con la CIA su yijad –guerra santa del Islam, en su variante salafista-wahabita, con el apoyo abierto, entonces, de Arabia Saudita y Pakistán, además de la bendición de la OTAN–, nos costaba mucho trabajo mental digerir su exagerada ubicuidad trasnacional desde Afganistán (frontera con China) hasta Kosovo (en los Balcanes), pese a su enfermedad renal terminal que requería nefrodiálisis en los hospitales, ya no se diga, su increíble invisibilidad y su aparatosa voltereta en contra de su aliado primigenio (Estados Unidos).

Durante una generación en Afganistán, Bin Laden operó en los 80 en favor de Estados Unidos y contra del comunismo pagano de los infieles soviéticos, pero en la primera década del siglo XXI, después de consumado su presunto multiatentado matutino a las Torres Gemelas de Nueva York, se volteó presuntamente –según la discutible narrativa de Estados Unidos– contra su anterior aliado.

En contra de la URSS –cuya humillante derrota en Afganistán aceleró tanto su decadencia como su posterior balcanización–, Bin Laden había sido el aliado mayúsculo de Estados Unidos junto al mítico héroe hollywoodense Rambo, quien encabezaba a los guerrilleros sagrados del Islam (mujaidines).

En sus dos guerras en Afganistán, una en favor de Estados Unidos y otra en su contra, Bin Laden gozó del apoyo tácito de Pakistán.

Dejaré de lado los suculentos cuan truculentos negocios mancomunados (y otros impublicables, como la trama de Al Yamamah: el “Operativo Paloma”) de la familia Bin Laden y el nepotismo de los Bush, además de sus traslapes británicos con Tony Blair.

Quedan en el tintero dos extrañas muertes accidentales, del padre de Bin Laden y de uno de sus hermanos (en Texas: feudo de los Bush), así como la fuga tolerada de toda su familia de Estados Unidos en un avión especial, posterior a los multiatentados del 11/9, de los que sigo siendo asépticamente escéptico, a defecto de evidencias (no de videncias ni montajes).

Rescato mi artículo “Osama ‘el bueno’ y Osama ‘el malo’” (Bajo la Lupa, 6/7/02), menos de un año después del 11/9, cuando sus fabulosas huestes de Al Qaeda operaban todavía en favor (¡súper sic!) de Estados Unidos en Kosovo (los Balcanes) y en Chechenia (Transcáucaso), mientras colisionaban (¡súper sic!) con Washington en la segunda guerra del yemení-saudita en Afganistán.

Dejo también de lado el doble (¡súper sic!) cobro estratosférico de los seguros financieros de la demolición controlada, perdón, los atentados terroristas, de las Torres Gemelas y del tercer edificio No. 7 (que se derrumbó desfasadamente por la tarde), que manejó imperturbablemente el sionismo jázaro (Bajo la Lupa, 26/9, 3/10 y 22/12 de 2004).

Sobre el significado geopolítico del 11/9, recomiendo mi libro agotado Los 11 frentes antes y después del 11 de septiembre: una guerra multidimensional (Cadmo & Europa, 2003), descargable gratuitamente en www.alfredojalife.com.

La única constante del enigma Bin Laden era que sus atentados NO beneficiaron en absoluto a los mil 600 millones de feligreses de los 57 países de la Organización de la Conferencia Islámica ni a los 360 millones de los 22 países árabes.

Todo lo contrario: su yijadismo terrorista acaba(ba) siempre por servir de catalizador impío para avanzar la agenda unilateral de Estados Unidos en todo el mundo (que envolvió perversamente hasta a Pemex), que incluyó sus tres guerras fracasadas durante una década: 1) la guerra contra el terrorismo global; 2) la invasión de Afganistán y 3) la invasión de Irak (y sus inventadas armas de destrucción masiva).

Saltaré los obituarios de otras fuentes (The Observer, de Pakistán, y el periódico egipcio Al Wafd, 26/12/01), sobre las múltiples muertes de Bin Laden desde hace 10 años, pero destaco que la primera ministra de Pakistán Benazir Bhutto reveló hace casi cuatro años hasta la identidad de su asesino (entrevista a David Frost, BBC, 2/11/07). Benazir fue asesinada al mes siguiente (27/12/07)…

Hechos

Alguien miente: los sepultureros prematuros de Bin Laden 10 años atrás, o el presidente Obama, quien anunció su asesinato el primero de mayo por sus heroicas fuerzas especiales de marines, pese a algunas fallas técnicas de logística (v.gr. el achicharrado helicóptero furtivo).

La coreografía hollywoodense del presidente Obama deja mucho que desear y, sobre todo, exime el cuerpo del delito, arrojado anti-islámicamente al mar. Ni siquiera existen fotos ni videos irrefutables de su ejecución.

El periódico galo Le Monde (6/5/11) aduce que la administración Obama ha mostrado serias fallas de comunicación, ya no se diga, perturbadoras contradicciones entre sus funcionarios y portavoces.

En la mayor obra teatral de la vida del presidente Obama, que denominamos La enésima muerte de Bin Laden, la coreografía fracasó estrepitosamente, pero no así su muy exitosa escenografía doméstica y geopolítica, que ya está redituando enormes beneficios: desde la mayor probabilidad de su relección, pasando por el retiro decoroso de los 150 mil soldados estadunidenses de Afganistán (que, por lo visto, operan clandestinamente también en Pakistán), hasta la espectacular reconciliación con el Islam y sus mil 600 millones de feligreses, que ostentan un PIB de 5 billones de dólares, es decir, la tercera potencia geoeconómica global detrás de China y antes de Japón.

Conclusión

Dejando de lado las conjeturas sobre sus múltiples muertes físicas, el nefrópata Bin Laden ya había fallecido metafóricamente tres veces antes de la nocturna versión del presidente Obama: 1) fuera del sobredimensionamiento de los mendaces multimedia de Estados Unidos, hace mucho que Al Qaeda estaba más que castrada y marginada, sin operativos de envergadura que vanagloriar; 2) el mismo Pentágono cambió hace más de dos años el nombre caduco de la guerra contra el terrorismo global (acuñado por Baby Bush) por la menos inquietante Operación de Contingencia de Ultramar (The Washington Post, 25/3/09), más acorde con la cosmogonía del presidente Barack Hussein Obama y menos hostil con el Islam (después de sus rimbombantes discursos del 2 y el 4 de abril de 2009, respectivamente en Turquía y Egipto), y 3) las pacifistas revueltas y revoluciones del mundo árabe en favor de la democracia y la justicia y en contra de la cleptocracia y los estados policiaco/carcelarios aniquilaron filosóficamente tanto a Bin Laden como a quien lo suceda en la agónica Al Qaeda.

El aroma extático de la revolución del jazmín del paradigma tunecino es incompatible con el nihilismo del yijadismo salafista-wahabita totalmente rebasado y que en su momento contribuyó determinantemente en el triunfo geoestratégico de Estados Unidos contra la URSS.

La enésima muerte teatral de Bin Laden, esta vez formalmente geopolítica, sucede en otra coyuntura antagónica y antipódicamente geoestratégica que le brinda a Estados Unidos –en caída libre financiera y económica, y sobrextendido militarmente– la coartada idónea para retirarse decorosamente de Afganistán/Pakistán, ya no se diga de Irak.

Hoy el verdadero enemigo público número uno de Estados Unidos es aterradoramente doméstico: su impagable deuda y su descomunal déficit fiscal.

lunes, noviembre 01, 2010

Las cifras alegres de Calderón

El optimismo rampante mostrado por la Secretaría de Hacienda al dar a conocer los indicadores de empleo y crecimiento de la economía tiene tintes de esquizofrenia. A juicio del gobierno de Felipe Calderón, el país se ha convertido en una ínsula de prosperidad y estabilidad económica, de empleo creciente y dinamismo empresarial, de plena confianza para la inversión extranjera… En un contexto de violencia desbordada en todo el país, el objetivo es claro: utilizar a la economía como elemento de distracción para que la sociedad no se percate de la ruina nacional.

La Secretaría de Hacienda sorprendió hace dos semanas con dos datos “espectaculares”. Uno: la economía mexicana está embalada y marcha con tal vigor que este año crecerá 4.8% y no 4.5% como estimó hace mes y medio, y lejísimos del 3% que auguraba a principios de año.

Y dos: no hay nada que detenga ese brioso andar. La violencia por el crimen organizado “no está afectando la actividad económica nacional”.

Es decir, mientras las economías europeas viven en la incertidumbre, lidian con sus problemas de sobreendeudamiento y millones salen a las calles a protestar por drásticas medidas de ajuste que menguarán sus niveles de vida, o mientras en Estados Unidos se quiebran la cabeza por hallar la manera de estimular una economía que no levanta –tasas de interés en cero y precios que rayan en la deflación–, en México se vive prácticamente en el paraíso.

Tanto así que resulta cosa menor lo que a diario se ve y se oye en periódicos, radio, televisión e internet: ejecuciones, levantones, balaceras entre sicarios, militares y policías; asesinatos, y cuanto subproducto de la guerra contra el crimen organizado sea posible –o no– imaginar.

Vaya, ni las cerca de 30 mil muertes que ha ocasionado esa guerra en cuatro años ni el clima cotidiano de violencia le quitan al gobierno federal el ánimo festivo ni las ganas de transmitir la idea de que estamos, casi, en la gloria.

“No parece haber evidencia de que la inseguridad esté afectando la actividad económica de México”, tituló la Secretaría de Hacienda su Informe Semanal del domingo 17, un documento que todos los domingos envía a los medios y sube a su página web.

El informe reconoce que “la violencia ocasionada por el crimen efectivamente desincentiva la actividad empresarial y espanta los capitales en las regiones que más están siendo afectadas”.

Sin embargo, luego de reseñar el comportamiento positivo de algunos indicadores macroeconómicos, asegura: “También es evidente que el crimen y la delincuencia no están inhibiendo la recuperación económica a nivel nacional como se ha querido hacer creer”.

Prestidigitación financiera

El miércoles 20, el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, no cabía en sí para dar muy “buenas noticias”. En conferencia, habló de que las magníficas cifras macroeconómicas del país muestran que “México se recupera activamente de la crisis global”, inclusive de “manera más vigorosa que lo previsto”.

Y detalló: “Nuestras tasas de interés se encuentran en mínimos históricos; el tipo de cambio, estable; el mercado de valores continúa creciendo; las reservas están al máximo; la producción industrial presenta incrementos notables; la inversión privada se recupera, y las exportaciones y el consumo interno van en aumento”.

Por si fuera poco, dijo, “el Fondo Monetario Internacional considera que nuestra recuperación económica es más vigorosa que lo previsto para este año”.

No sólo eso, sino que “los mercados internacionales y las instituciones de banca de desarrollo siguen confiando en la política económica instrumentada por la actual administración. Prueba de ello es que el gobierno federal colocó hoy (miércoles 20), de manera exitosa en el mercado japonés, un bono Samurai por 150 mil millones de yenes, equivalente aproximado a mil 800 millones de dólares”.

Hay tanta confianza en el país –abundó Cordero– que esa operación con el bono Samurai “tuvo una demanda de dos veces el monto emitido y la participación principal fue de inversionistas institucionales japoneses”.

Dos semanas antes, el martes 5, el gobierno federal había emitido en mercados europeos otro papel soberano, aún más singular: un bono global, por mil millones de dólares, con rendimiento de 6.1% y a un plazo inédito, para un país latinoamericano, de 100 años.

Lo que en realidad hizo el secretario en la conferencia de prensa –convocada para anunciar un “máximo histórico” de empleos nuevos creados en lo que va del año– fue preparar el terreno para lo que un par de horas más tarde, después de las ocho de la noche, anunciaría oficialmente la Secretaría de Hacienda:

Que las cosas en la economía van tan bien que la dependencia había decidido revisar a la alza su estimación de crecimiento económico para este año: de 4.5% que había pronosticado el 8 de septiembre pasado, a 4.8%.

Y no es poca cosa. Significa un crecimiento 60% superior al 3% originalmente estimado –o 1.6 veces ese 3%– en el marco macroeconómico para 2010. Conforme fue recuperándose la economía estadunidense y, por tanto, fortaleciéndose la demanda externa, la economía mexicana fue mejorando.

Y, por lo mismo, los pronósticos variaron: desde ese 3% estimado en los Criterios Generales de Política Económica para 2010 –presentados ante el Congreso el 8 de septiembre de 2009– hasta el 4.8% del miércoles 20. Un verdadero vuelco si se considera que en 2009 la economía registró una caída de 6.5%, el peor desplome de su historia reciente, más que el 6.2% de 1995, que en su momento fue considerada la baja más dramática de por lo menos las últimas siete décadas.

De la última revisión (4.5%) a la más reciente (4.8%) sólo transcurrieron seis semanas. En ese lapso, los indicadores macroeconómicos acusaron una consistente desaceleración, pero el discurso oficial, por el contrario, se ha disparado en vertical ascendente.

De hecho, no se corresponden los argumentos con el monto de la subida en la estimación de crecimiento del PIB a 4.8%.

Cuando el 8 de septiembre último la Secretaría de Hacienda determinó revisar a la alza su estimación de crecimiento económico, de 4.1% a 4.5%, adujo la evolución “más favorable” de la actividad económica ya observada.

Señalaba, entre los principales puntos, que las exportaciones no petroleras habían crecido en el periodo enero-julio a una tasa anual de 33.8%; que en el primer semestre del año la producción industrial creció 6.6% anual, y la manufacturera 11.6%; y que, en particular, la producción automotriz creció un espectacular 76.8% entre enero y julio.

Además indicaba que en el segundo trimestre del año tanto la inversión como el consumo tuvieron “un mayor incremento secuencial” respecto del primero. Y la prueba era que en el periodo enero-julio las ventas al menudeo se expandieron 4.7% al año y el sector servicios creció 5.6% en el primer semestre.

Todo eso justificaba, decía Hacienda, aumentar cuatro décimas a la estimación de crecimiento del PIB para 2010 y dejarla en 4.5%. El Banco de México coincidió, días después, en que la economía crecerá este año “alrededor” de 5%, pero el próximo lo hará apenas entre 3.2% y 4.2%, dato que Hacienda prefirió omitir.

La “recuperación”

Para fundamentar su nueva estimación, Hacienda elimina indicadores donde no van bien las cosas, y de los que elige no presenta sus cifras acumuladas –que dan idea de la evolución de aquéllos–, sino datos mensuales y parciales, y que necesariamente resultan muy positivos si se les compara con el mismo mes de 2009, porque fueron justamente los peores meses de la crisis económica.

Así, para justificar la nueva estimación de tres décimas más, la secretaría detalla que las exportaciones no petroleras aumentaron 39.1%, pero sólo en agosto, y que la producción industrial se expandió 8.1% en el mismo mes, y compara ese registro con la estimación de 6%... realizada por analistas privados.

Con maña evidente, Hacienda da su nueva estimación del crecimiento del PIB dos días antes de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hiciera públicos los datos de la balanza comercial a septiembre, que muestra un crecimiento muy menor de las exportaciones.

Ofrece el dato de agosto, con un crecimiento de 39.1% de las exportaciones no petroleras, pero no el de septiembre, que trae un aumento de sólo 21.3%. Es decir, las exportaciones no petroleras en septiembre –dato que necesariamente debía conocer Hacienda– crecieron 17.8 décimas menos que en agosto, o lo que es lo mismo, aumentaron apenas un poco menos de la mitad en que lo hicieron durante agosto.

El acumulado enero-septiembre tampoco lo señala porque también es desfavorable: 32.8% anual contra 34.5% en enero-agosto.

También con dolo, Hacienda omite los datos de producción manufacturera y automotriz. Para la revisión de 4.1% a 4.5% del PIB festeja los incrementos extraordinarios de 11.6% enero-junio, en el primer caso, y de 76.8% enero-julio en el segundo.

Para la revisión a 4.8% de crecimiento del PIB no lo hace porque los datos, aunque en terreno positivo, señalan la tendencia declinante: 11.2% acumulado en enero-agosto en las manufacturas, y cada vez resultados más bajos en la industria automotriz.

Tan sólo en el segmento de la producción de automóviles la baja es notable. Datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, que es consultada por el Inegi para sus reportes mensuales sobre producción manufacturera, indican que en junio de este año se produjeron 206 mil 195 automóviles, 102% más que en igual mes de 2009, un poco más del doble.

En el acumulado enero-junio de 2010, la producción de autos fue 78.9% superior a la del mismo periodo del año previo. En tanto, en septiembre de este año se produjeron 197 mil 418 autos, que ya fue sólo 34.9% más que igual mes de 2009. Pero en el acumulado enero-septiembre la producción creció 67.4%, que son 11.5 décimas menos que en el periodo enero-junio.

Es decir, Hacienda usa las cifras que le convienen y las acomoda para que sean más llamativas.

Trabajo a la baja

El caso de manipulación más significativo es el de las cifras, el discurso y la información sobre el empleo y el desempleo. El gobierno ha llegado al extremo de convocar a conferencia de prensa cada mes, o antes si hay algún dato importante, para informar la última cifra de empleos formales nuevos.

Encabezan dichas conferencias los secretarios de Hacienda, de Trabajo y de Economía, así como el director del IMSS, o cuando menos dos de ellos, e invitan a los reporteros de sus respectivas “fuentes”, a veces hasta en domingo.

El dato importante es siempre el “máximo histórico” alcanzado en materia de creación de nuevos empleos formales en lo que va del año. Para la estimación de 4.5% del PIB el dato fue que se habían creado, entre enero y agosto, 634 mil nuevas plazas. Para el cálculo de 4.8% del PIB, se habían creado, entre enero y la primera quincena de octubre, 780 mil nuevos empleos, reales, “con nombre y apellido”, registrados en el IMSS.

El tema siempre es el número de nuevos puestos de trabajo, de cómo “ya se recuperaron” los empleos perdidos en la crisis y el total de afiliados al IMSS: “A la primera quincena de septiembre, 14 millones 661 mil 333 personas, cifra nunca antes vista”, dijo Cordero el miércoles 20.

Igual que con la información sobre exportaciones, “casualmente” Hacienda se adelantó a la fecha programada por el Inegi para dar su último dato sobre empleo y desempleo, que fue el viernes 22, y que reveló un aumento significativo en la tasa de desocupación: 5.7% de la Población Económicamente Activa (PEA), con lo que ya son poco más de 2.5 millones de personas sin trabajo.

Cuando en las conferencias de prensa algún periodista pregunta sobre el desempleo y de los problemas estructurales del empleo en el país, los funcionarios se escurren y optan por lo fácil: el comparativo internacional de tasas de desocupación.

Vamos muy bien, dicen siempre. Andamos en un promedio de 5% sobre la PEA. España trae casi 20% de su PEA. Estados Unidos 10%; Francia igual; Inglaterra 8%; Alemania 7%. Y así.

Los datos son ciertos, al menos de fuentes reconocidas, como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.

Pero la simple tasa de desempleo nada dice sobre la realidad del empleo en México. En los cuadros, sólo con datos porcentuales, pues sí se ve bien México. Así usa las cifras el gobierno federal para darle una mejor cara a la economía.

O como decía Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Adolfo Hitler en la Alemania nazi: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que los distraigan”.

domingo, enero 31, 2010

Se dispara la deuda pública en lo que va del sexenio de Calderón

*Pasó de un billón 980 mil 247.7 millones de pesos a 3 billones 55 mil 177.5 millones
*Tan sólo la interna subió 58 por ciento; respecto del tamaño de la economía creció 3.8% del PIB
*El déficit público de 2009 fue de 274 mil 511 millones de pesos; ingresos se desplomaron 6.5%
Durante los tres primeros años del gobierno de Felipe Calderón, México aumentó su endeudamiento, interno y externo, en un billón 74 mil 929.8 millones, equivalente a un crecimiento de 54.2 por ciento, al pasar de un billón 980 mil 247.7 millones a 3 billones 55 mil 177.5 millones de pesos, según revela el Informe de Finanzas Públicas y Deuda Pública al cuarto trimestre de 2009.
Los informes oficiales dados a conocer por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) precisan que la deuda interna aumentó de diciembre de 2006 a diciembre de 2009, 58 por ciento al pasar de un billón 547 mil 112.1 millones de pesos a 2 billones 451 mil 750.7 millones de pesos. La deuda interna está integrada por los diversos instrumentos que el gobierno federal coloca entre inversionistas para obtener financiamiento en el llamado mercado de dinero a través de la emisión de Bonos de Desarrollo (Bondes), Certificados de la Tesorería (Cetes), Bonos Ipab, entre otros.
Por su parte, la deuda externa, que incluye los recursos captados de organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, banca comercial y agencias internacionales de apoyo a la exportación, así como la colocación de bonos soberanos de deuda, registró un incremento de 16 por ciento. En los tres años de la presente administración la deuda externa pasó de 39 mil 806.6 millones de dólares a 46 mil 208.8 millones, precisan los informes oficiales.
De esta manera, la deuda total creció en proporción del tamaño de la economía 3.8 puntos porcentuales, al ascender de 21.1 alcanzado en diciembre de 2006 a 24.9 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Solamente en 2009, el gobierno federal destinó para el servicio de la deuda total, que incluye el pago de intereses y comisiones 31 mil 780 millones de pesos, lo que significó un incremento de 11.8 por ciento con respecto al monto erogado por este concepto en 2008. Para el pago del servicio de la deuda externa se destinaron 30 mil 307.8 millones de pesos y para el pago de intereses de la deuda interna se gastaron mil 472.2 millones de pesos.
Al cierre del cuarto trimestre de 2009, el saldo histórico de los requerimientos del sector público, indicador que incluye las obligaciones del sector público en su versión más amplia, ascendió a 4 billones 621 mil 730 millones de pesos, equivalente a 37.7 por ciento del PIB, monto superior en 2 puntos porcentuales al nivel observado al cierre de 2008.
Durante el año pasado el gobierno federal mostró un desequilibrio presupuestal al acumular un déficit público de 274 mil 511 millones de pesos, equivalente a 2.3 por ciento del PIB, monto que supera en 47 mil 14 millones de pesos al déficit presupuestario aprobado debido a una inversión física de Petróleos Mexicanos (Pemex) mayor en 23 mil 602 millones de pesos como resultado de la devaluación del tipo de cambio; un déficit público sin considerar la inversión física de Pemex por 23 mil 411 millones de pesos.
Lo anterior como resultado de una caída en los ingresos presupuestarios del sector público de 6.5 por ciento con respecto a 2008 para ubicarse en 2 billones 816 mil 285 millones de pesos. En cambio, el gasto total del sector público aumentó 2.2 por ciento para ubicarse en 3 billones 91 mil 577 millones de pesos.
Al cierre del año pasado, el número de trabajadores registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) disminuyó en 181 mil 271 personas, esto sin incluir el número de desempleados en edad de trabajar y que no consiguieron empleo, otros que se vieron forzados a emigrar y los que se incorporaron a la economía informal, los cuales en su conjunto carecen de algún tipo de protección social.

sábado, enero 24, 2009

Con Calderon: Déficit comercial en 2008, de 16 mmdd, el peor en 14 años

El INEGI informó que las exportaciones petroleras a tasa anual cayeron un 58.2 por ciento y las manufactureras un 11% al mes de diciembre.

México, DF. México registró en diciembre un déficit comercial de 2 mil 067 millones de dólares, para acumular en todo 2008 el mayor saldo negativo en 14 años, en parte por la estrepitosa caída de las exportaciones petroleras y manufactureras que van a Estados Unidos.
México acumuló un déficit de 16 mil 838 millones de dólares en todo 2008, el mayor saldo negativo desde 1994, cuando comenzó la vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte con Estados Unidos y Canadá.
La demanda de bienes mexicanos, principalmente de Estados Unidos que está en recesión, ha caído con fuerza tanto en los productos manufacturados como automóviles o equipos electrónicos, así como de petróleo.
Según datos del Instituto de Estadística y Geografía (INEGI), las exportaciones petroleras cayeron un 58.2 por ciento en el último mes del año, en tanto que las de manufacturas se desplomaron un 11.5 por ciento en diciembre a tasa anual.
México envía casi el total de sus exportaciones a Estados Unidos, que atraviesa por su peor crisis económica desde 1929.
El gobierno mexicano no espera que la economía crezca este año, desde la expansión del 1.8 por ciento, calcula, habría tenido en el 2008. Las cifras definitivas se divulgarán el 20 de febrero.