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sábado, mayo 21, 2011

Documenta periodista "la cercanía de la CIA con el poder en México"

Luis Echeverria y Gustavo Diaz Ordaz
Jefferson Morley durante la entrevista

*La profunda colaboración podría continuar, expresa Jefferson Morley a La Jornada
*
López Mateos, Díaz Ordaz y Echeverría, tres presidentes que fueron agentes pagados, dice
*
No sólo proveían información, sino que eran amigos del jefe de esa central aquí, sostiene


sábado, octubre 02, 2010

Echeverría, el "inocente" de San Jerónimo

En el libro Conversaciones en San Jerónimo, basado en una serie de entrevistas hechas por el periodista Salvador del Río, Luis Echeverría vuelve a alegar inocencia en torno a la matanza de la Plaza de las Tres Culturas –cuyo 42 aniversario se cumplió este sábado 2 de octubre- , a la masacre del Jueves de Corpus, a la guerra sucia y a las desapariciones forzadas… Para el expresidente, toda la responsabilidad recae en el complot organizado en aquellos años por el comunismo internacional.

Superada la acusación penal en su contra por genocidio pero con una demanda civil en puerta, el expresidente Luis Echeverría Álvarez reclama lo imposible: la exoneración histórica.

Echeverría dio su “respuesta esperada” en el libro Conversaciones en San Jerónimo (Libros para Todos, 2009), en el que se dice ajeno a las masacres estudiantiles de 1968 y 1971, al grupo paramilitar Los Halcones, a la guerra sucia y a los desaparecidos políticos; además deslinda al Ejército de todos esos hechos.

Las víctimas fueron, según Echeverría, resultado de su propia intolerancia o de la incapacidad de las autoridades capitalinas de entonces para controlar la violencia. Las desapariciones de personas fueron cometidas por “elementos secundarios, de mínima significación” del gobierno o de plano ocurrieron porque algunos “se fueron de braceros a Estados Unidos”.

Esa es la versión con la que quiere “ir más allá de la verdad jurídica” que en marzo del año pasado lo exoneró del delito de genocidio, del que lo acusó la desparecida Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado y por el que desde noviembre de 2006 estuvo dos años y cuatro meses en prisión domiciliaria.

Próximo a cumplir 89 años Echeverría se refiere a las “razones profundas” de la represión estudiantil de 1968 y 1971 en el libro que lleva el subtítulo Luis Echeverría: la respuesta esperada y que fue redactado a partir de entrevistas realizadas entre 2004 y 2009 por el periodista Salvador del Río.

El expresidente, sin embargo, tiene que dar otras respuestas ante los tribunales. Esta vez del orden civil.

domingo, enero 31, 2010

Desaforada privatización playera en Nayarit

Playa Las Cuevitas, en Nayarit.

COMPOSTELA, Nay., 29 de enero (Proceso).- El desarrollo turístico proyectado en esta región, goza del respaldo del gobernador Ney González y de la policía del estado. Representantes de comuneros que fueron desalojados por la fuerza de sus terrenos frente al mar, denuncian que los han amenazado y hasta torturado para que abandonen sus viviendas y los pequeños negocios con los que apenas subsisten. El exdirector del Fideicomiso Bahía de Banderas, Pedro Álvarez Hormaeche, asegura que a todos se les pagó lo destruido y lamenta los “excesos” policiacos.
En medio de la euforia por el turismo y sus ganancias, el gobernador Ney González Sánchez se colocó a la cabeza de un acelerado proceso de privatización de las principales playas de este municipio, que hasta ahora se habían mantenido prácticamente vírgenes.
Hace menos de tres años, el lanzamiento de la marca turística Riviera Nayarit se tradujo en una intensa campaña internacional para atraer inversiones a la entidad. Al mismo tiempo, el gobierno nayarita inició aquí la entrega de grandes extensiones de terrenos a compradores particulares y al Fondo Nacional de Fomento del Turismo (Fonatur) para la construcción de centros turísticos de lujo.
A través del Fideicomiso Bahía de Banderas (Fibba), que desde 1995 preside el jefe del Ejecutivo estatal en turno, en los últimos años los inversionistas adquirieron predios con frente de playa expropiados a ejidatarios de esta región, por los que pagaron entre 130 y 150 pesos el metro cuadrado y que una vez urbanizados se cotizarán en más de 3 mil pesos el metro.
Por decreto del presidente Gustavo Díaz Ordaz, expedido el 18 de noviembre de 1970, ocho ejidos de Bahía de Banderas y Compostela sufrieron la expropiación de 4 mil 136 hectáreas de terrenos costeros, con el fin de destinarlos a desarrollos.
Desde la creación del Fibba, el interés de los inversionistas estuvo enfocado primordialmente hacia las playas de Bahía de Banderas, donde se ubica Puerto Vallarta, Jalisco, pero fue en años recientes cuando se despertó el auge del desarrollo turístico de las costas nayaritas de Compostela.
El 18 de diciembre pasado, al rendir su cuarto informe de gobierno, Ney González presumió que durante 2009 Nayarit ocupó el primer lugar nacional en captación de inversión turística, con 617 millones de dólares, que representan 37% de ese rubro en el país, seguido por Sinaloa, Baja California Sur, Jalisco y Tamaulipas.
Lo que no dijo fue que su gobierno ha respaldado con la fuerza policiaca a los inversionistas en el desalojo de pobladores asentados en algunos de los predios que se pretenden desarrollar en Compostela, donde viviendas y pequeños restaurantes han sido incendiados o derrumbados con maquinaria pesada, además de avalar la apropiación de caminos públicos y el bloqueo de accesos al mar.
Represión y tortura
De acuerdo con testimonios recabados por Proceso en las comunidades de la zona, los habitantes que opusieron resistencia a los desalojos y al cierre de caminos sufrieron amenazas, persecución, encarcelamiento y hasta tortura de policías de la entidad.
El caso más grave fue el del pueblo El Monteón, donde en mayo del año pasado policías antimotines y elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado golpearon y sometieron con gases lacrimógenos a decenas de lugareños que pretendían llegar a la playa Canalán.
En ese lugar, los empresarios Ricardo Miguel Santa Cruz Mahoney y Juan Cristóbal Bremen Villaseñor adquirieron 25 hectáreas de uso común del ejido, incluyendo el camino original al mar; a cambio, abrieron un acceso alterno por una área pantanosa.
Sergio Montes Virgen, testigo de la represión –de la que existe un video disponible en el sitio de internet YouTube–, recuerda que en el operativo fueron detenidos 12 hombres y cuatro mujeres, a quienes se les consignó bajo varios cargos, entre ellos el de agresión a los policías.
Hermano de una de las víctimas, Montes Virgen denuncia que los detenidos fueron torturados por agentes de la procuraduría para que se autoinculparan y dijeran quién era el líder del movimiento, pero nadie habló. En las semanas siguientes salieron bajo fianza, pero hasta la fecha tienen que ir a firmar al juzgado.
En este pueblo, donde la venta del terreno a los inversionistas fue realizada directamente por el ejido La Peñita de Jaltemba, un grupo de ejidatarios, entre ellos Flavio Gómez Covarrubias, denuncia que la operación se efectuó de manera ilegal, pues se violó el amparo 557/2007, interpuesto contra la regularización del ejido a través del Procede, pues algunos miembros de la mesa directiva y sus allegados se apropiaron para su beneficio particular de terrenos de uso común del ejido, según los argumentos de la demanda.
En un recorrido realizado por las playas Chacala, Boca del Naranjo, Canalán, Punta Raza, Las Cuevitas y El Playón, ubicadas en el municipio de Compostela, el reportero corroboró que la mayor parte de las entradas están actualmente resguardadas por elementos de la procuraduría estatal, del Sistema Estatal de Seguridad Pública y de empresas de seguridad privada, que controlan el acceso de turistas y lugareños.
Cientos de metros antes de llegar a Boca del Naranjo, donde se encuentra parte de los terrenos vendidos al Fonatur para la construcción del centro turístico El Capomo, hay un retén donde elementos de la procuraduría estatal impiden el paso a los vehículos. A quienes pretenden bajar caminando los interrogan y se registran en una libreta sus nombres, lugar de origen y motivo de la visita. A la orilla del mar, uno de los policías patrulla en una cuatrimoto.
En la zona federal todavía quedan sobre la arena restos de las palapas de los pequeños restaurantes que fueron desalojados el año pasado. No todos recibieron indemnización.
María Reynalda Camacho Peña, habitante de La Lima de Abajo, fue la última en salirse. Denuncia que, ante su resistencia a dejar el negocio con el que sostenía a su familia, su palapa fue incendiada mientras comían ahí unos turistas canadienses.
En el acceso a la playa Las Cuevitas hay un portón que permanece parcialmente cerrado y bajo la vigilancia de varios agentes a bordo de una patrulla del Sistema Estatal de Seguridad Pública. Su trabajo es tomar nota de cada vehículo que entra al lugar. Un letrero advierte que se trata de una propiedad privada y, con muchas condiciones, establece como horario de acceso a la playa de las 9:00 a las 19:00 horas.
“A nosotros nos robaron”, dice Juan Franco, representante de un grupo de ejidatarios inconformes con las liquidaciones que les pagó el Fibba por las 304 hectáreas de uso común expropiadas al ejido El Capomo: 110 mil pesos por hectárea, apenas 11 pesos el metro cuadrado.
No obstante, de acuerdo con copias de recibos firmados ante la mesa directiva del ejido, cada uno de los 303 ejidatarios recibió, por varios conceptos, un total aproximado de 190 mil pesos.
Juan Franco afirma que el fideicomiso descontó a cada ejidatario una cantidad, que no precisa, para pagar 25 hectáreas a los campesinos que fueron expropiados en la zona de Las Cuevitas. Pero como no se les reintegró ese dinero, consideran que ese predio pertenece al ejido.
Paraíso policiaco
Bajo un campamento improvisado con palapas, dos agentes de la Policía Estatal custodian permanentemente la entrada a El Playón y con grandes piedras bloquean el paso de vehículos.
Aquí se encuentra el polígono El Playón del Llano, donde, según se registra en un documento obtenido por el reportero, el Fibba planea construir un club de playa con una inversión de 50 millones de pesos.
El presidente de la Asociación de Colonos de El Playón, Javier Torres Landa, también acusa al Fibba de los daños y perjuicios ocasionados en la colonia Paraíso Escondido por la demolición de varias construcciones, bardas e infraestructura hidráulica y sanitaria.
Hasta ahora, en diversos procedimientos jurídicos, el Fibba se ha deslindado de lo ocurrido y, a pesar de que el predio está registrado a su nombre, niega haber colocado la cerca perimetral y haber ordenado la vigilancia y las demoliciones en el área.
Sin embargo, Torres Landa logró que un notario diera fe del momento en que el encargado de la vigilancia por parte de la Policía Estatal, Christian Cardona, dijo que estaban ahí por órdenes del Fibba.
En el crucero de Tonino, una madrugada de diciembre de 2007, policías vestidos de negro se introdujeron a la casa donde César Osvaldo Valle Robles vivía con su esposa y sus dos pequeñas hijas, en un predio ejidal heredado de su padre. Su hermano Alejandro narra que los agentes tuvieron ahí afuera a la familia mientras sacaban los enseres domésticos y los subían a un camión del servicio público. Inmediatamente, trabajadores con maquinaria pesada recibieron la indicación de demoler la casa.
Al día siguiente, César, Alejandro, un sobrino y un cuñado de ellos, así como un abogado, fueron a ver el lugar donde estaba la casa. Elementos de la procuraduría los detuvieron y trasladaron a Tepic. Salieron libres 12 horas más tarde, tras la intervención del senador perredista Francisco Javier Castellón Fonseca.
Alejandro Valle señala que el terreno en disputa tiene una superficie de 16 hectáreas y es reclamado por el Fibba como parte de los predios expropiados en el ejido La Peñita de Jaltemba, pero agrega: “Mi padre murió en 1973 y no sabemos que le hubieran pagado algo, y a nosotros tampoco”.
Hasta el momento, el único proyecto iniciado en la zona es el desarrollo turístico residencial Punta Raza, ubicado en la playa del mismo nombre, sobre una superficie de 293 hectáreas expropiadas al ejido La Peñita de Jaltemba y con una inversión prevista de alrededor de 118 millones de dólares.
Promovido por el grupo empresarial C&C Capital, cuyos socios principales son Héctor Cárdenas y Carlos Brockmann, el proyecto Punta Raza se apropió de alrededor de 2.5 kilómetros de un camino construido por los ejidatarios en la zona federal, acusa Flavio Gómez.
El Instituto de Derecho Ambiental A.C. presentó en octubre pasado una denuncia popular ante la delegación estatal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Las irregularidades no paran. En Chacala, el Fibba vendió un polígono de 38 hectáreas a la empresa Promotora Chacala S.A. de C.V., encabezada por el empresario tapatío José Álvaro Martínez de la Peña. Como resultado de la transacción, quedaron cercados con malla ciclónica un camino real utilizado desde tiempos de la Colonia y un tramo de la calle principal del pueblo, que conduce a los dos hoteles más antiguos de la comunidad.
En julio de 2008 fue colocada una cerca de malla ciclónica y fueron desalojados, mediante el pago de indemnizaciones de diversos montos, los propietarios de una veintena de viviendas y pequeños restaurantes asentados frente a la playa. En cuanto salieron, los inmuebles fueron demolidos con maquinaria pesada.
Leobardo Muñoz, un pescador que ha vivido más de 30 años en una parte del terreno, es el único que no ha dejado el lugar porque promovió un juicio de amparo para evitar ser desalojado de la casa en la que vive con su esposa y sus ocho hijos, dos de ellos casados, con sus respectivas familias. Varias veces le han ofrecido dinero para que se vaya, pero él no cede, pese a que le dicen que de todas formas los iban a sacar sin darles indemnización.
Actualmente, dos agentes de seguridad privada controlan el paso de personas y vehículos por esa zona.
Chambas bilingües
Mientras las playas de Compostela permanecen semidesiertas, bajo custodia policial, y los poblados costeros resienten los daños ocasionados a sus economías locales por estas medidas, el gobernador pinta un panorama idílico sobre la situación en la Riviera Nayarit, al asegurar que sus paisanos ya no tienen que viajar a Estados Unidos para ganar dólares, pues ahora pueden hacerlo en las costas de su entidad. “Sólo hay que aprender a hablar inglés”, dice.
Según las cifras oficiales, sólo el año pasado se gastaron 105 millones de pesos en la promoción de la Riviera Nayarit. En diciembre, Ney González declaró: “No estamos en oferta, queremos al inversionista que venga a respetar el medio ambiente, que venga a construir con baja densidad, que venga a generar empleo de calidad, es la regla de oro”.
Sin embargo, los resultados de la promoción del desarrollo turístico hasta ahora no son alentadores.
En noviembre de 2008, la organización ambientalista Greenpeace denunció que Nayarit es “víctima del turismo depredador”. Mediante un comunicado, describió:
“Los destinos turísticos de Bahía de Banderas, Rincón de Guayabitos y San Blas, en Nayarit, presentan graves problemas de contaminación, crecimiento irregular, zonas carentes de servicios básicos, invasión de arroyos por asentamientos irregulares, alteración del hábitat de especies de flora y fauna, quema de desechos sólidos en el tiradero de basura a cielo abierto, contaminación de cuerpos de agua por descargas de aguas residuales y accesos cerrados al mar”.
Laura del Valle y Limes, presidenta de la Alianza para la Protección y Desarrollo de la Costa de Chila, dice que la estrategia del gobierno estatal para desarrollar las playas de Compostela “ha sido del estilo de ‘arrasa y quema’, pues no hemos visto un proceso incluyente, no se ha tomado en cuenta a la gente; por el contrario, el pueblo en general está resintiendo atropellos muy graves”.
La llegada de los nuevos inversionistas del sector turístico, indica, es “una nueva conquista, otro proceso de colonización”, pues las cosas se han hecho con amenazas e imposiciones.
“Los empresarios están construyendo sus desarrollos sobre tierras que eran de campesinos, entonces tienen que incluirlos, pero no sólo como sus mozos o sirvientas con sueldos mínimos, sino respetar a quienes ya tenían negocios y vivían de ahí, conservar sus espacios propios de trabajo y darles el lugar que se merecen”, puntualiza Laura del Valle.
Por su parte, Pedro Álvarez Hormaeche, director del Fibba hasta el 16 de diciembre pasado y ahora magistrado del Supremo Tribunal de Justicia de Nayarit, acepta que en algunas playas como Punta Raza, Boca del Naranjo y Chacala, el Fibba y el gobierno del estado participaron en las negociaciones con ejidatarios y prestadores de servicios turísticos para el desalojo de los predios, con el propósito de brindar certeza jurídica a los inversionistas.
Niega que hayan existido presiones, amenazas o intimidación contra las personas para que salieran de los terrenos expropiados y de la zona federal de las playas, pues asegura que se trató de “negociaciones libres, respetuosas y voluntarias” y “a los que se les tumbó algo, ya se les cubrió; se negoció y se les pagó”.
Respecto de la inconformidad por el monto que se dio a cambio de los terrenos expropiados, dice que 21 campesinos del ejido La Peñita de Jaltemba interpusieron juicios de amparo que están en trámite, pero que el resto, junto con los de Las Varas y El Capomo ya recibieron su liquidación completa.
“Es una tristeza –dice en entrevista telefónica– que alguien que haya recibido dinero del Fibba o del gobierno, argumente ahora que ha sido despojado o violentado en sus garantías individuales o en su certeza jurídica, pero no podemos evitar que la gente diga esas cosas para lograr un beneficio.”
Acusa al ejidatario Flavio Gómez, de El Monteón, y a un grupo “muy pequeño” de ejidatarios de traer “esa desazón a la zona, esa incertidumbre que genera su voz constante, después de que cuantas veces se les ha comprobado y puesto en evidencia que su voz no es válida, no es correcta.
“La inconformidad era ilegítima, pero estuvo mal también la forma policiaca, a mi juicio hubo una equivocación en ese sentido. Yo no soy el jefe de la policía ni soy el procurador, sin embargo tampoco quiero ser un juzgador, no soy ni tengo por qué juzgar a nadie”, concluye.

domingo, octubre 04, 2009

Probada, la colusión de militares y líderes priístas en matanza del 68

Corona del Rosal, entre quienes pagaron a francotiradores que dispararon al Ejército en Tlatelolco.
Según documento recién obtenido en el AGN, el grupo De la Lux surgió en 1960; también atacó en 1971.
Imagen del 3 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas.Foto Armando Lenin Salgado



Desde 1960, el entonces dirigente de la priísta Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Alfonso Corona del Rosal, y Alfonso Martínez Domínguez, con apoyo de los militares –que luego se convertirían en generales– Manuel Díaz Escobar y Humberto Bermúdez Dávila crearon el grupo de choque que inicialmente se conoció como De la Lux, cuyos integrantes actuarían como francotiradores el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, afirma la historiadora María de Los Ángeles Magdaleno Cárdenas.
Para el 10 de junio de 1971, ese mismo grupo, entonces ya identificado como Halcones, participó en la represión contra maestros y estudiantes en la ciudad de México.
Con base en documentos obtenidos apenas el pasado viernes en el Archivo General de la Nación (AGN), la historiadora señala que para 1969, Corona del Rosal controlaba la zona de la Cuchilla del Tesoro, donde habitaban al menos 500 miembros de De la Lux, integrado por luchadores, boxeadores y locatarios de La Merced. “Los mismos que en 1971 entrenaban allí como halcones.
“Corona del Rosal mantuvo el comportamiento mostrado desde que fungió como líder del PRI en los años 50; constituyó lo que se conocería como la policía priísta, un cuerpo que vigilaba y espiaba a los militantes destacados y los dirigentes rivales.
“En su natal Hidalgo, desde 1952 creó un servicio de información para conocer las fallas del entonces gobernador Quintín Rueda Villagrán, a quien sucedió en el cargo. Para 1953, siendo gerente del Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y la Armada, comenzó a reclutar agentes a los que meses después comandaría desde la policía que operó dentro de las oficinas del PRI, partido que en 1956 lo postuló para ocupar el cargo de Ejecutivo local.
Financiaba a francotiradores
“El general, quien en 1968 se desempeñó como jefe del entonces Departamento del Distrito Federal, y uno de los aspirantes a suceder a Gustavo Díaz Ordaz en la Presidencia en 1970, financiaba a los francotiradores que dispararon contra el Ejército en la Plaza de las Tres Culturas, lo que desencadenó la matanza de estudiantes. Los documentos encontrados en el AGN demuestran la complicidad que tuvieron en el financiamiento de ese grupo personajes como Martínez Domínguez, ya que supo que desde la CNOP se pagaba a un grupo que se dice estaba conformado por 20 mil personas.
“La organización De la Lux surgió desde 1960, como señala un documento de la Secretaría de Gobernación clasificado como confidencial, el cual fue elaborado el 5 de julio de 1969. Otros oficios obtenidos también en el AGN refieren que el 4 de febrero de 1960, El Zorro Plateado, Manuel Díaz Escobar, jefe operativo de De la Lux, los francotiradores del 2 de octubre y los halcones en 1971, adquirió 40 pistolas y 25 revólveres Ruby Extra, calibres 22 al 38, según las relaciones de las armas importadas con permisos del Departamento de la Industria Militar, y certificados expedidos por el consulado general de México en Nueva York”, explicó Magdaleno Cárdenas, quien en su momento fue encargada del área documental de la ex fiscalía para movimientos políticos del pasado.
Señala que los documentos encontrados establecen “que en la conformación y actividad del grupo que de manera sistemática reprimió los movimientos sociales de 1960 a 1971, principalmente en la capital mexicana, estuvieron involucrados Alfonso Corona del Rosal, Alfonso Martínez Domínguez, Manuel Díaz Escobar, Humberto Bermúdez Dávila (jefe del Estado Mayor Presidencial, EMP, durante el gobierno de José López Portillo); Eliud Ángel Casiano Bello (general brigadier y subjefe administrativo del EMP en 1984, Luis Gutiérrez Oropeza (jefe del EMP durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y quien otorgaba las licencias para que Díaz Escobar se desempeñara como secretario general de la CNOP –oficialmente desde 1961– y quien también daba autorización para que Bermúdez Dávila fuera secretario particular de Corona del Rosal)”.
El documento confidencial de julio de 1969 señala: “estaba un grupo de 14 personas platicando que pertenecen al grupo De la Lux que sostiene el señor Lic. Alfonso Corona del Rosal, y que agrupa aproximadamente a 20 mil gentes, de las cuales 5 mil tienen un sueldo de 70 pesos diarios trabajando en la campaña política (...) a favor de Corona del Rosal; este grupo viene actuando desde hace 9 años, y su última actuación fue en la campaña del señor Lic. Díaz Ordaz; en el grupo De la Lux se encuentran adheridos y controlados por el licenciado Alfonso Carrillo, empleado de mucha confianza de Corona del Rosal, locatarios de La Merced principalmente, así como de la Unión libre de Boxeadores, luchadores y gimnastas, tranviarios, empleados subalternos del Depto. del DF; en las pasadas orgías (sic) estudiantiles, este grupo se dedicó a contraatacar a los estudiantes de leyes y otras escuelas, y para identificarse entre ellos usaban un guante blanco en la mano derecha”.
Se debe recordar que en 1968 (un año antes de que escribiera el oficio de referencia) en México se gestó un movimiento estudiantil, y que el 2 de octubre, en la Plaza de las Tres Culturas, hubo una matanza generada por francotiradores que dispararon a los soldados allí apostados; se identificaban igual que el Batallón Olimpia y un grupo de empleados de la Secretaría de Gobernación: con un guante blanco en la mano derecha.

domingo, abril 05, 2009

Tlatelolco: genocidio sin culpables

Eufórico, por una victoria judicial que es una vergüenza para México, el penalista Juan Velázquez se mostró contento, satisfecho, orgulloso. Acababan de exonerar de la matanza de Tlatelolco a Luis Echeverría. El juicio más importante en la historia moderna de México”, declaró sin recato; “es la primera vez que se acusa y se apresa a un ex presidente… y por genocidio”, añadió, como diciendo: “admiren la magnitud de mi proeza”. Se refirió con socarronería a Ignacio Carrillo Prieto como “el fiscal del pasado”, y le agradeció, entre bromas y veras, y por inverosímil que parezca, el “favor” de haber sometido a su cliente a juicio, porque así, en el marco de un proceso legal, Echeverría pudo finalmente probar su inocencia.
Estos litigantes son frecuentemente miopes, eternamente encorvados sobre la letra de la ley; una especie maniquea al servicio de seres de cualquier calaña. Jamás se detienen a analizar el delito ni su impacto social, su meta es exonerar al cliente. Para Velázquez, existen ahora dos verdades sobre Tlatelolco: una, con tinte despectivo, “el dicho de la gente”, y otra “absolutamente distinta”, el fallo del tribunal.
En boca del penalista la frase “absolutamente distinta” adquiere categoría de verdad inmutable. Un edicto papal. Sólo que todos sabemos cómo y dónde se obtienen algunos fallos de nuestros venerables tribunales; las complicidades, amistades e intereses que empujan las sentencias por las inmundas cañerías del sistema; las conversaciones sotto voce en los pasillos de tribunales; los cafetines donde se fraguan acuerdos que harían palidecer a la bolsa de valores. Todos sabemos de las interpretaciones tortuosas de leyes y reglamentos que parecen redactados ex profeso para interpretarse en beneficio del mejor postor.
Velázquez pretende burlarse de la historia y de los muertos de Tlatelolco: los encierra en un archivero al que denomina despectivamente “el dicho de la gente”. La historia oficial, en cambio, parece insinuar el jurisconsulto con un gesto napoleónico, es la que él contribuyó a plasmar en un fallo inverosímil; una sentencia ignominiosa que habrá de tener implicaciones catastróficas para la democracia mexicana.
Se equivoca Velázquez, lo que hace “histórica” su sentencia no fue la exoneración del ex presidente; fue la confirmación de que 40 años después continúa vigente el mismo sistema político que permitió la matanza de Tlatelolco. Tampoco es cierto que la única verdad sea la que aparece en la letra descarnada de un fallo judicial que contradice abiertamente el modus operandi del presidencialismo absolutista de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. ¿Dónde vivió Juan Velázquez del 64 al 76? ¿Soldados que disparan contra inermes estudiantes sin autorización presidencial o anuencia de Gobernación? Cada día surgen más indicios y testimonios que fortalecen la tesis de quienes afirman que Echeverría orquestó el conflicto, y lo resolvió con el operativo que conocemos, como parte de su estrategia para llegar a Los Pinos. (Como diría el niño verde, chamaqueó a GDO.)
No cante victoria aún, licenciado Velázquez, el “dicho de la gente” no es únicamente la palabra de politólogos de café; es también la opinión de prestigiados analistas e historiadores que continúan desentrañando un suceso que cambió la historia de México y que continúa siendo un obstáculo para el avance de nuestra democracia.
De acuerdo con Milenio (27/03/09), el magistrado José Guadalupe Luna Altamirano (cuya tesis de amparo fue ratificada por el quinto colegiado en materia penal) concluyó que “no existía prueba alguna, ni siquiera indiciaria, que demostrara que Echeverría preparó, concibió o ejecutó la matanza estudiantil… en la Plaza de las Tres Culturas” (o “de las sepulturas”, como la apodó Demetrio Vallejo, o “de los sacrificios”, como la llamó Octavio Paz después de la tragedia).
El magistrado (qué digo “magistrado”: ¡mago!) logró un milagro de proporciones bíblicas: hubo genocidio, sí, pero no hubo culpable. (Debe haber sido obra de Satán.) Pretende reivindicar a los muertos (“ocurrió, sí, ese delito de lesa humanidad, y no ha prescrito”), pero se burla de los vivos, porque mata por otros 40 años (quizá para siempre) la posibilidad de que, enfrentando el pasado, encontremos por fin la vía para establecer un sistema democrático. Después, curándose en salud, este melindroso purista del derecho declaró que “su resolución se encontraba completamente exenta de todo tipo de “cuestiones sentimentales, humanitarias, ideológicas, sociales o políticas”. (Debió reconocer que también estuvo exenta de sentido histórico, compasión, altura de miras y patriotismo.) Se basó en razones “estrictamente jurídicas”. Su fallo fue obra de un robot: ¡un Terminator con inteligencia artificial impartiendo justicia! Al final, un Velázquez compasivo declaró que en ese mismo instante iría por el ex presidente. Intentaría subirlo a su coche “para darle una vuelta a la manzana como símbolo de que había logrado su libertad” (La Jornada 27/03/09). Ya lo decían los romanos: “cuán pasajera es la gloria”.
http://www.jorgecamil.com

domingo, marzo 29, 2009

Echeverría: la historia no lo deja impune


La historia no ha absuelto a Luis Echeverría y, sin duda, no lo absolverá. En cambio, el expresidente ya cuenta con la exoneración de las autoridades judiciales que han creado para él, según lo dijo el fiscal Ignacio Carrillo Prieto, un "nicho de impunidad" al liberarlo de toda responsabilidad en la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968. En ello coincide la subdirectora de Amnistía Internacional para las Américas, Kerrie Howard, quien critica al Estado mexicano porque, arguye, no sólo incumple sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos, sino que garantiza la impunidad de aquellos que los violan.

Exonerado la semana pasada por la justicia mexicana, el expresidente Luis Echeverría Álvarez quedó juzgado para la historia apenas ocurrida la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968.El Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, con sede en el Distrito Federal, ratificó el jueves 26 el argumento con el que la justicia federal llevó las acusaciones contra Echeverría: hubo genocidio aquella noche de Tlatelolco, pero él no fue responsable.El colegiado confirmó el amparo obtenido por el exmandatario desde el 12 de julio de 2007, cuando el magistrado José Guadalupe Luna Altamirano, como titular del Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal, aseguró que en las casi 59 mil fojas del expediente no encontró “ni una sola prueba” sobre su responsabilidad, pese a sostener que en la plaza de las Tres Culturas sí ocurrió ese delito de lesa humanidad y que éste aún no había prescrito.El criterio predominante en la justicia mexicana fue que no pudo procesar a ningún responsable de aquellos hechos sangrientos porque los acusados estaban muertos –empezando por el expresidente Gustavo Díaz Ordaz– o la acción penal había prescrito. Más aún, que Echeverría, ahora de 87 años y en ese entonces secretario de Gobernación, “no tuvo nada que ver” en la matanza.Con esta determinación no sólo concluye la prisión domiciliaria a la que Echeverría estuvo sometido desde el 28 de noviembre de 2006, por su probable responsabilidad en esos hechos, sino que prácticamente se terminan las acciones judiciales en su contra.En junio de 2005, la justicia federal también exoneró al exmandatario en definitiva de la matanza estudiantil del 10 de junio de 1971, perpetrada en San Cosme por el grupo paramilitar Los Halcones cuando él era presidente.Con el juicio de la historia a cuestas –ante la que Echeverría pasó como responsable de ambas matanzas–, la ratificación del amparo fue criticada por la oficina de Amnistía Internacional (AI) en México, que hizo ver al gobierno de Felipe Calderón que la impunidad por los delitos del pasado se agrava con el clima de violencia e inseguridad que prevalece en el país.En un comunicado difundido el viernes 27 por la subdirectora para las Américas, Kerrie Howard, AI señaló que el Estado mexicano incumple sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos y garantiza la impunidad.La organización humanitaria, que tiene su sede en Londres, responsabiliza por igual a los tres poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial: La exoneración es un síntoma de la incapacidad de los sucesivos gobiernos y procuradores, legislaturas y tribunales de mantener y cumplir los compromisos humanitarios de México.Sin rodeos, Howard estableció: “Los graves abusos cometidos a los derechos humanos en el pasado reciente en México continúan ensombreciendo el presente”.
Añadió: “La negación de la justicia, verdad y reparaciones a las víctimas se repite diariamente, al tiempo que la impunidad por estas violaciones sigue siendo el principal obstáculo para el establecimiento de instituciones de justicia confiables y capaces de mantener los estándares de derechos humanos y de proteger a los ciudadanos”.Howard hizo ver que ese “legado de impunidad e injusticia” florece en el actual clima de violencia e inseguridad que se vive en México.Y responsabilizó al gobierno de Felipe Calderón de no haber “reconocido ni tratado el legado de violaciones a los derechos humanos. Es tiempo de que esto cambie y haya un esfuerzo concertado de los poderes del Estado para garantizar la verdad, la justicia y las reparaciones a las víctimas y sus familias”.Las críticas de la representante de AI aludieron a la desaparecida Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), cuyo extitular, Ignacio Carrillo Prieto, recientemente se deslindó del fracaso de esa instancia creada ex profeso para investigar y establecer las responsabilidades sobre las graves violaciones a los derechos humanos –torturas, desapariciones y ejecuciones– ocurridas entre los años sesenta y parte de los ochenta, durante el régimen del PRI.
Decisión extrajudicial
Cuestionado por su actuación al frente de esa oficina, Carrillo Prieto alegó que la protección judicial a Echeverría es una “impunidad construida en algunas arcaicas sedes del Poder Judicial de la Federación”, a las que acusa de “evidente y funesta ignorancia”.En un texto fechado el 6 de enero pasado, el exfiscal -adscrito ahora al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM como investigador - asegura que con sus “deshilvanadas y manidas resoluciones” esas instancias “han construido el nicho judicial de la impunidad”.En su escrito, que presenta como un caso de “justicia transicional” para ser publicado en la Universidad de Harvard, Carrillo Prieto asegura que pesaron más las decisiones extrajudiciales.Y acusa directamente a Echeverría, “quien –arguye– llegó al extremo de amenazar, mediante uno de sus voceros, al fiscal y al presidente (Vicente) Fox, asegurándole que de intentar acciones ante la justicia que le fueran adversas… no concluiría su mandato constitucional”.Pese a la gravedad de la imputación, Carrillo Prieto evita dar detalles de la amenaza que alega. Sólo agrega: “No había duda de la soberbia de aquellas fatídicas palabras, que luego obtuvieron algún efecto en el círculo presidencial más estrecho (angustiado por escándalos familiares mediáticos) que apremió a cerrar en falso la fiscalía, en excepcional concordia con el gobierno que inició en 2006, en medio de una grave fractura de credibilidad”.Esa versión contradice lo que él mismo declaró a este semanario en abril de 2007, cuando aseguró que la fiscalía fue víctima de “desaparición forzada”, porque su cierre obedeció a un acuerdo de Fox y Calderón con el PRI para permitir la toma de posesión del actual presidente, el 1 de diciembre de 2006 (Proceso 1590).El expediente por la matanza de Tlatelolco, en la que de acuerdo con Carrillo Prieto sólo murieron 21 estudiantes, regresará al Segundo Tribunal Unitario en Materia Penal para que su titular, el magistrado Ricardo Paredes Calderón, valore si hay nuevas pruebas contra el expresidente.Pero de acuerdo con Juan Velázquez, abogado de Echeverría, “después de cinco años, entre la revisión exhaustiva del Quinto Colegiado y las actuaciones del Tercer Tribunal Unitario y de la Fiscalía Especial, difícilmente se podrán aportar nuevas pruebas de su probable responsabilidad”.En declaraciones a este semanario hechas el mismo día de la resolución, el abogado desestimó el juicio popular contra Echeverría: “Desde hoy –dijo–, uno será el dicho de la gente y otro, absolutamente distinto, el fallo del tribunal”.La exoneración de Echeverría fue señalada con claridad por el Consejo de la Judicatura Federal:

“Los magistrados Rosa Guadalupe Malvina Carmona Roig, María Eugenia Estela Martínez Cardiel y Manuel Bárcena Villanueva, al resolver el recurso de revisión 132/2007 interpuesto por el agente del Ministerio Público de la federación y el quejoso Luis Echeverría Álvarez contra la sentencia dictada por el Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito, confirmó la resolución impugnada en la que se consideró que la acción penal no había prescrito, que se acreditó el cuerpo del delito de genocidio, no así la probable responsabilidad de Luis Echeverría Álvarez en su comisión.”Echeverría evitó ser procesado penalmente, pero su defensa fracasó en su intento de desacreditar el delito de genocidio en la matanza del 2 de octubre, consignado por la Fiscalía Especial, pues sostiene que lo ocurrido en Tlatelolco fue “un enfrentamiento” entre grupos armados.El Quinto Tribunal Colegiado, que también tuvo que ver con la exoneración a Echeverría por el halconazo, confirmó la no responsabilidad del expresidente, como lo estableció el magistrado Luna Altamirano el 12 de julio de 2007.
La exculpación
En tres años y medio Echeverría se deshizo de la acusación por los hechos del 2 de octubre. El 18 de septiembre de 2005, la Femospp ejerció acción penal en su contra y contra otros ocho exfuncionarios civiles y militares, aunque las indagatorias de la fiscalía en su contra comenzaron desde 2002. El 2 de julio de ese año, compareció ante la fiscalía en una actuación que fue criticada por el Centro Internacional para la Justicia Transicional, con sede en Nueva York, por la falta de rigor en el interrogatorio.Además de Echeverría y el exjefe del Estado Mayor Presidencial con Díaz Ordaz, el general Luis Gutiérrez Oropeza, Carrillo Prieto consignó a los extitulares de la Dirección Federal de Seguridad Luis de la Barreda y Miguel Nazar Haro, y al exprocurador general de la República Julio Sánchez Vargas, por los delitos de genocidio y privación ilegal de la libertad en la modalidad de plagio o secuestro.También consignó al exsubjefe de la Policía Preventiva del Distrito Federal, el general Raúl Mendiolea Cerecero, así como al excomandante del 43 Batallón de Infantería Javier Vázquez Félix; al exjefe de grupo de comando del 29 Batallón de Infantería Alberto Quintanar López, y al exagente del Ministerio Público Salvador del Toro Rosales (Proceso 1509).El juez Décimo Quinto de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, Ranulfo Castillo Mendoza, negó el 21 de septiembre de 2005 las órdenes de aprehensión por considerar que no se comprobó el genocidio.La fiscalía apeló y el caso pasó al Segundo Tribunal Unitario. Antes de que éste resolviera, el 11 de noviembre de ese año, la fiscalía solicitó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación atraer el caso. Dos meses después, por tres votos contra dos, la Primera Sala del máximo tribunal rechazó la solicitud y el caso se quedó en el Tribunal Unitario.Su entonces titular, el magistrado José Ángel Mattar Oliva, concedió la orden de aprehensión el 30 de junio de 2006, dos días antes de la elección presidencial, sólo contra Echeverría. Su argumento fue que por haber gozado de fuero constitucional como secretario de Gobernación y presidente de la República, el delito aún estaba vigente en su contra.Sin embargo, el 8 de julio de 2006, el juez Ranulfo Castillo sobreseyó la causa penal al considerar que el delito sí había prescrito. La fiscalía apeló esa determinación y logró que el Segundo Tribunal Unitario ordenara la formal prisión domiciliaria de Echeverría.La defensa apeló y el 12 de junio de 2007 el magistrado Luna Altamirano resolvió que, a pesar de haber existido genocidio, Echeverría no era culpable, por lo que le concedió el amparo contra el encarcelamiento domiciliario. La parte acusadora se inconformó, pero el Quinto Tribunal Colegiado ratificó su exculpación el jueves 26.Velázquez dijo que el amparo “no significa que no haya habido responsables; sí los hubo, pero Luis Echeverría no lo fue”.Explicó que no se trata de una sentencia absolutoria, porque nunca fue sentencia, sino que nunca se pudo demostrar su probable responsabilidad.Ufano, señaló: “Fue el asunto penal más importante en la historia moderna de México, porque difícilmente habrá otro caso en el que un expresidente de la República se encuentre preso y por genocidio”.