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lunes, diciembre 12, 2011

Edificio oficial de Rumania, cárcel secreta de la CIA

*Ahí tuvo recluido al presunto autor intelectual de los atentados del 11-S, entre otros
Oficina de gobierno en Rumania fue cárcel clandestina de la CIA
*Empezó a operar en el otoño de 2003, tras el cierre de otra prisión que tenían en Polonia
*Según ex funcionarios de EU, era la tapadera perfecta para encerrar a presuntos terroristas
Fachada de la Oficina del Registro Nacional de Información Clasificada donde se almacenan documentos de la OTAN y de la Unión Europea, en Bucarest. El inmueble operó como centro clandestino de detención de la CIA durante la guerra de Estados Unidos contra el terror.

La estadunidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) utilizaba un edificio del gobierno rumano, en un barrio residencial en el norte de Bucarest, como centro de detención clandestino de sospechosos de terrorismo. La prisión, cuyo nombre clave es Luz Brillante, fue lugar de reclusión de los más valiosos detenidos de Washington durante la guerra contra el terror, como Kaled Sheij Mohamed, presunto autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de 2001; informa el diario The Independent en su edición de este viernes.

La agencia de noticias Ap y la televisora alemana ARD, ubicaron el inmueble y constataron los duros procedimientos que se emplearon en la cárcel secreta para interrogar a sospechosos de terrorismo.

A unos minutos del centro de la capital se ubica el edificio gubernamental que la CIA utilizó como prisión clandestina. Si bien se sabía que uno de estos centros secretos existía en Rumania, como parte de una serie de centros clandestinos localizados en Tailandia, Lituania y Polonia, resulta una sorpresa que Luz Brillante se encontrara en un céntrico y populoso barrio capitalino y no en una remota zona rural o ex base militar, como otras cárceles de la CIA.

El edificio funciona como Oficina del Registro Nacional de Información Clasificada (ORNISS). Ahí se almacena información de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de la Unión Europea. Funcionarios de inteligencia estadunidenses –que no fueron identificados– describieron el inmueble e identificaron fotografías del mismo.

Directivo rumano negaba el mes pasado la existencia del centro

En una entrevista en dicho edificio, en noviembre pasado, el alto funcionario de la ORNISS, Adrian Camasaran, aseguró a ARD que el sótano es el cuarto más seguro de toda Rumania, y agregó que era imposible que Estados Unidos tuviera ahí un centro de detención.

Sin embargo, funcionarios estadunidenses aseguraron que Luz Brillante empezó a funcionar como prisión el otoño de 2003, cuando se decidió desmontar la cárcel secreta que la CIA tenía en Polonia.

A pesar de que el edificio de la ORNISS se encuentra entre calles muy transitadas, era fácil llevar a los prisioneros a bordo de camionetas oficiales que ingresaban al inmueble por la parte trasera que lleva directamente al estacionamiento subterráneo y al sótano.

En dicho sótano había seis celdas prefabricadas que estaban montadas sobre resortes, lo que las mantenía inestables para causar desorientación a los detenidos; adentro tenían todas un reloj y una flecha pintada en la pared en dirección a la meca.

Ex funcionarios estadunidenses no identificados dijeron que los detenidos en Luz Brillante fueron sometidos a privación del sueño y obligados a estar de pie en posturas dolorosas, entre otras cosas, pero no hubo ahogamientos simulados, conocidos como waterboarding. Agregaron que los detenidos recibieron muchos cuidados como atención médica y dental, y fueron alimentados con comida halal, es decir, preparada bajo estrictas reglas religiosas musulmanas.

Las mismas fuentes dijeron que el hecho de que el centro de detención se ubicara un instalaciones gubernamentales era una tapadera perfecta, pues los ciudadanos aún recuerdan el régimen comunista y su extenso sistema de seguridad, por lo que no son afectos a husmear en lugares oficiales.

Grupos defensores de derechos humanos han instado a países ex socialistas a que investiguen las prisiones clandestinas que Estados Unidos instaló en sus territorios, pero los gobiernos niegan su existencia. En septiembre pasado el presidente rumano declaró: sabemos que hay críticas, pero no tengo conocimiento sobre el tema, recordó The Independent.

El ex presidente George W. Bush admitió el 6 de septiembre de 2006 que existían las prisiones clandestinas para detener y obtener información de los combatientes enemigos, quienes posteriormente serían trasladados, en su mayoría, a Guantánamo. Durante el gobierno del actual mandatario Barack Obama, la CIA ha tratado de acallar todo lo referente a vuelos y reclusiones secretos.

El Consejo Europeo ha llevado a cabo investigaciones que avanzan muy lentamente, con ayuda de reportes de grupos defensores de derechos humanos, para esclarecer todo lo referente a las prisiones secretas de la CIA y el número de detenidos que pudo haber pasado por ellas. El director de la investigación del Consejo, el diplomático suizo Dick Marty, comentó: después de años de negativas oficiales, apenas estamos descubriendo lo que ocurrió en Bucarest. El gobierno rumano presentó al Consejo Europeo un informe en que citaba los resultados de diversas pesquisas internas, en el que aseveraba que nunca hubo prisiones clandestinas o vuelos secretos en Rumania.

El Consejo Europeo confirmó desde el 8 de junio de 2007 la existencia de las cárceles secretas de la CIA, pero no ha logrado, hasta la fecha, claridad en cuanto a la cantidad de personas que estuvieron recluidas en estos centros que se han ubicado en Rumania, República Checa, Alemania, Hungría, Polonia, Armenia, Georgia, Lituania, Azerbaiyán, Bulgaria y Kazajastán. En noviembre pasado Lituania admitió ser parte del programa de cárceles secretas de la CIA, según el grupo humanitario Amnistía Internacional.

Human Rights Watch y otros grupos han publicado una lista con 39 nombres de personas que creen que estuvieron en prisiones secretas.

En el contexto de la guerra contra el terror, la fuerza aérea estadunidense ha sepultado los restos incinerados de miles de sus soldados en un campo del condado de King George, en el estado de Virginia. Por una parte, se trata de 274 combatientes que fueron identificados por el ejército, que obtuvo la autorización de los deudos para disponer dignamente de los restos, pero existen también registros de mil 762 restos tan dañados que no pudieron ser identificados de ninguna forma y que también terminaron en la fosa.

Según el diario The Independent, funcionarios dijeron que no hay planes de contactar a familiares de soldados que pudieron haber terminado sin identificar en la fosa de Virginia, pues sería demasiado costoso en tiempo y dinero.

jueves, enero 20, 2011

Arrestan en Suiza al ex banquero que filtró a Wikileaks lista de clientes en islas Caimán

Julian Assange, fundador de Wikileaks (a la izquierda), y el ex banquero Rudolf Elmer, quien ayer entregó en Londres dos discos compactos con una lista de clientes de bancos de islas Caimán, sospechosos de evadir obligaciones fiscales.

*Lo acusan de violar el secreto bancario y amenazar a un empleado del Julius Baer Bank *Un juez lo cuestiona por volverse contra el sistema sólo porque no fue ascendido

El ex banquero Rudolf Elmer, quien hace unos días entregó a Julian Assange datos de cuentahabientes del Julius Baer Bank en islas Caimán, al salir ayer de una corte de distrito en Zurich, SuizaFoto Ap.

Zurich, 19 de enero. La policía de Suiza arrestó este miércoles al ex baquero Rudolf Elmer por nuevos cargos de haber violado la ley de secreto bancario del país al entregar datos a Wikileaks. Esto ocurrió horas después de que fue hallado culpable de otra violación a la norma, en una causa separada.

Elmer fue puesto bajo custodia por la policía, luego de haber sido hallado culpable de violar el estricto secreto bancario al publicar datos privados de clientes y de amenazar a un empleado en su ex firma Julius Baer Bank.

“La oficina del fiscal estatal está revisando para ver si Rudolf Elmer ha violado la ley bancaria suiza al entregar un CD a Wikileaks”, dijeron la policía del cantón de Zurich y el fiscal estatal en un comunicado conjunto.

En una conferencia de prensa en Londres este lunes, Elmer entregó datos de cientos de dueños extranjeros de cuentas bancarias al fundador de Wikileaks, Julian Assange, con el argumento de que quiere llamar la atención sobre numerosos abusos financieros.

Wikileaks ha enfurecido a autoridades de Estados Unidos por divulgar cientos de cables confidenciales del Departamento de Estado.

La corte había sentenciado a Elmer a pagar una multa de 7 mil 200 francos suizos (7 mil 505 dólares), suspendida por dos años, sin dar razones a la espera del veredicto escrito. La fiscalía exigía ocho meses de cárcel y una multa de 2 mil francos.

El fallo de la corte el miércoles no se refiere a Wikileaks y la defensa decidirá si apela dentro de diez días.

Este miércoles, durante la audiencia, el juez Sebastian Aeppli se mofó del hecho de que Elmer se autodefine como un Robin Hood del mundo bancario, quien un día tomó la decisión de denunciar prácticas inmorales. Usted fue parte del sistema bancario durante años y sacó provecho de él. Si actuó en contra del banco fue porque no fue ascendido y tuvo diferencias con sus superiores.

Aeppli absolvió a Rudolf Elmer de los cargos de que pidió 50 mil dólares por devolver los datos de clientes a su ex empleador, el banco Julius Baer y de que lanzó una amenaza de bomba contra la sede del banco.

Elmer, quien ayudó a Wikileaks a alcanzar la fama tres años atrás cuando utilizó el sitio electrónico para publicar detalles secretos de clientes y que entregó nuevos datos a la página web el lunes, admitió que había enviado información de Julius Baer Bank a las autoridades impositivas.

No obstante, negó haber extorsionado y hecho una amenaza de bomba contra la entidad financiera Julius Baer y dijo que nunca aceptó pagos a cambio de datos secretos.

Elmer, de 55 años, pasó un mes bajo custodia en 2005 cuando se levantaron cargos en su contra por primera vez.

Soy un crítico del sistema y quiero decirle a la sociedad lo que pasa en esos oasis turbios, dijo Elmer, quien estuvo a cargo de la filial en islas Caimán del banco suizo, dedicado a clientes adinerados, hasta su despido en 2002, en una conferencia de prensa antes del veredicto.

Elmer dijo que Baer libró una campaña de terror sicológico contra él y su familia y que le ofreció el pago de 500 mil francos suizos por su silencio. Él asegura que nunca aceptó dinero a cambio de los documentos secretos.

Pero admitió que escribió correos electrónicos anónimos en 2005, amenazando con enviar detalles de clientes a las autoridades y a los medios si el banco Julius Baer no cesaba ciertas acciones que no especificó.

La situación era muy amenazante. Teníamos mucho miedo y yo creía que el banco estaba detrás. Por eso mandé los correos electrónicos, dijo Elmer a la corte.

Admitió también que envió detalles de clientes a autoridades tributarias suizas, pero negó haber amenazado a sus antiguos colegas.

Julius Baer, que negó que su filial en las islas Caimán fuera utilizada para evadir impuestos, acusó a Elmer de realizar una campaña personal de intimidación y venganza contra el banco, luego de que la institución rechazó sus exigencias de compensación económica tras su despido en 2002.

Elmer se dijo satisfecho de haber sido juzgado de manera tan benigna y aseguró que planea publicar un libro autobiográfico Sobreviviendo como delator. Añadió que tiene el propósito de educar a la gente sobre cómo funciona la confidencialidad bancaria y los paraísos fiscales.

En 2005 Elmer amenazó con entregar información bancaria confidencial a autoridades fiscales en Suiza, Estados Unidos y Reino Unido. Se acercó a Wikileaks en diciembre de 2007 y se empezó a publicar su material al mes siguiente. Las acciones del banco Julius Baer emprendidas en 2008 lograron que el portal cerrara durante dos semanas.

domingo, octubre 24, 2010

La vergüenza de EU al descubierto

Imagen de archivo captada el 14 de noviembre de 2005 en el hospital Yarkouk de Bagdad, en donde aparece un policía iraquí que muestra las huellas causadas por la tortura


Como de costumbre, los árabes sabían. Sabían todo de las torturas en masa, del promiscuo tiroteo de civiles, del escandaloso uso del poderío aéreo contra viviendas de familias, de los despiadados mercenarios estadunidenses y británicos, los cementerios de muertos inocentes. Todo Irak lo sabía. Porque ellos eran las víctimas.

Sólo nosotros podíamos fingir que no sabíamos. Sólo nosotros en Occidente podíamos rechazar cada acusación, cada afirmación contra los estadunidenses o británicos, poniendo a algún digno general –vienen a la mente el pavoroso vocero militar estadunidense Mark Kimmitt y el terrible jefe del estado mayor conjunto Peter Pace– a rodearnos de mentiras. Si encontrábamos un hombre que había sido torturado nos decían que era propaganda terrorista; si descubríamos una casa llena de niños muertos en un bombardeo aéreo estadunidense también era propaganda terrorista, o daño colateral, o una frase simple: No tenemos información de eso.

Desde luego, siempre sabíamos que sí la tenían. Y el océano de memorandos militares que se reveló este sábado lo volvió a demostrar. Al Jazeera ha llegado a extremos para rastrear a las familias iraquíes cuyos hombres y mujeres fueron asesinados en retenes estadunidenses –yo he identificado a alguna porque la reporté en 2004, el carro acribillado, los dos periodistas muertos, hasta el nombre del capitán local estadunidense– y fue The Independent on Sunday el primero en alertar al mundo sobre las hordas de pistoleros indisciplinados que eran llevados a Bagdad para proteger a diplomáticos y generales. Estos mercenarios, que se abrieron paso asesinando en las ciudades de Irak, me insultaron cuando les dije que estaba escribiendo acerca de ellos, allá en 2003.

Siempre es tentador desentenderse de una historia diciendo que no es nada nuevo. La idea de la vieja historia es usada por los gobiernos para enfriar el interés periodístico, pues sirve para cubrir la inactividad periodística. Y es cierto que los reporteros ya han visto antes algo de esto. La evidencia de la participación iraní en la fabricación de bombas en el sur de Irak fue filtrada por el Pentágono a Michael Gordon, del New York Times, en febrero de 2007. La materia prima, que ahora podemos leer, es mucho más dudosa que la versión generada por el Pentágono. Por todo Irak había material militar iraní de la guerra Irak-Irán de 1980-88, y la mayoría de los ataques contra los estadunidenses fueron llevados a cabo en esa etapa por insurgentes sunitas. Por cierto, los informes que sugieren que Siria permitió el cruce de insurgentes por su territorio son correctos. He hablado con familias de los atacantes suicidas palestinos cuyos hijos llegaron a Irak desde Líbano a través de la villa libanesa de Majdal y luego por la ciudad norteña siria de Aleppo para atacar a los estadunidenses.

Pero, aunque escrita en escueto lenguaje militar, aquí está la evidencia de la vergüenza estadunidense. Es un material que puede ser usado por abogados en tribunales. Si 66 mil 81 –me encantó ese 81 – es la cifra más alta disponible de civiles muertos, entonces la cifra real es infinitamente más alta, pues este registro sólo corresponde a los civiles de los cuales los estadunidenses tuvieron información. Algunos fueron llevados a la morgue de Bagdad en mi presencia, y fue el oficial a cargo quien me dijo que el Ministerio de Salud iraquí había prohibido a los médicos practicar autopsias de los civiles llevados por soldados estadunidenses. ¿Por qué se dio esta orden? ¿Tendría algo que ver con los mil 300 reportes independientes estadunidenses sobre tortura en las estaciones policiales iraquíes?

Los estadunidenses no tuvieron mejores resultados la última vez. En Kuwait, soldados de Estados Unidos podían oír cómo los kuwaitíes torturaban a palestinos en los cuarteles de policía después de que la ciudad fue liberada de las legiones de Saddam Hussein, en 1991. Incluso un miembro de la familia real kuwaití participó en las torturas. Los estadunidenses no intervinieron y solamente se limitaron a quejarse ante la familia real. A los soldados siempre les dicen que no intervengan. Después de todo, ¿qué le dijeron al teniente del ejército israelí Avi Grabovsky cuando reportó a su superior, en septiembre de 1982, que falangistas aliados de Israel acababan de asesinar a mujeres y niños? Ya lo sabemos, no nos gusta, no intervenga. Eso fue durante la masacre en el campo de refugiados de Sabra y Chatila.

La cita viene del informe de la comisión Kahan de Israel de 1983; sabe Dios qué leeríamos si Wikileaks lograra echar mano a los archivos del Ministerio de Defensa israelí (o la versión siria, para el caso). Pero, claro, en aquellos días no sabíamos cómo usar una computadora, ya no digamos escribir en ella. Y eso, desde luego, es una de las lecciones importantes de todo el fenómeno Wikileaks.

En la Primera Guerra Mundial, en la segunda o en Vietnam, uno escribía sus informes militares en papel. Tal vez los presentaba por triplicado, pero podía numerar las copias, rastrear cualquier espionaje y evitar filtraciones. Los documentos del Pentágono estaban realmente escritos en papel. Pero el papel siempre se puede destruir, mojar, hacer trizas hasta la última copia. Por ejemplo, al terminar la guerra de 1914-1918, un teniente segundo inglés mató a uno de los trabajadores chinos que habían saqueado un tren militar francés. El chino había amenazado con un cuchillo al soldado. Pero durante la década de 1930 el expediente de los soldados británicos fue tachado tres veces, por lo que no queda del incidente más rastro que un diario de guerra de un regimiento que reporta el saqueo del tren francés de provisiones por los chinos. La única razón por la que estoy enterado de esa muerte es porque mi padre era el teniente británico y él me contó la historia antes de morir. En ese tiempo no había Wikileaks.

Sin embargo, sospecho que esta masiva revelación de material de la guerra de Irak tiene serias implicaciones para periodistas y ejércitos por igual. ¿Cuál es el futuro de los Seymour Hershes y del periodismo de investigación de vieja escuela que el diario Sunday Times solía practicar? ¿Qué caso tiene enviar equipos de reporteros a investigar crímenes de guerra y reunirse con gargantas profundas militares si de pronto casi medio millón de documentos secretos van a acabar flotando frente a uno en una pantalla?

Aún no hemos llegado al fondo de la historia de Wikileaks, y más bien sospecho que hay más de unos cuantos soldados estadunidenses implicados en esta última revelación. ¿Quién sabe si no llega hasta lo más alto? En sus investigaciones, por ejemplo, Al Jazeera encontró un extracto de una conferencia de prensa de rutina del Pentágono en noviembre de 2005. Peter Pace, el nada inspirador jefe del estado mayor conjunto, informa a los periodistas cómo deben reaccionar los soldados ante el tratamiento cruel de prisioneros, señalando con orgullo que el deber de un soldado estadunidense es intervenir si ve evidencia de tortura. Luego la cámara se mueve hacia la figura mucho más siniestra del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, quien de pronto interrumpe casi en un murmullo, para gran consternación de Pace: No creo que quiera usted decir que los soldados están obligados a detenerla físicamente. Su deber es reportarla.

Desde luego, la significación de este comentario –crípticamente sádico a su modo– se perdió en los diarios. Pero ahora el memorando secreto Frago 242 arroja mucho más luz sobre esa conferencia de prensa. Enviada presumiblemente por el general Ricardo Sánchez, la instrucción a los soldados es: Supuesto que el reporte inicial confirme que las fuerzas estadunidenses no tuvieron que ver en el abuso contra detenidos, no se realizará mayor investigación, a menos que lo ordene el alto mando. Abu Ghraib ocurrió bajo la supervisión de Sánchez en Irak. Fue también Sánchez, por cierto, quien no pudo explicarme durante una conferencia de prensa por qué sus hombres dieron muerte a los hijos de Saddam Hussein en un tiroteo en Mosul, en vez de capturarlos.

El mensaje de Sánchez, según parece, debió haber tenido el visto bueno de Rumsfeld. Del mismo modo, el general David Petraeus –tan amado por los periodistas estadunidenses– fue presuntamente responsable del dramático incremento en los ataques aéreos estadunidenses en el curso de dos años: de 229 sobre Irak en 2006 a mil 447 en 2007. Resulta interesante que los ataques aéreos de Estados Unidos en Afganistán se han elevado 172 por cierto desde que Petraeus asumió el mando militar allá.

Todo esto hace aún más asombroso que el Pentágono ahora se desgarre las vestiduras porque Wikileaks podría tener sangre en las manos. El Pentágono ha estado manchado de sangre desde que dejó caer una bomba atómica sobre Hiroshima en 1945, y para una institución que ordenó la invasión ilegal de Irak en 2003 –¿acaso la cifra de civiles muertos no fue allí de 66 mil, según sus propias cuentas, de unos 109 mil registrados?– resulta ridículo afirmar que Wikileaks es culpable de homicidio.

La verdad, por supuesto, es que si este vasto tesoro de informes secretos hubiera demostrado que la cifra de muertos era mucho menor de lo que la prensa proclamaba, que los soldados estadunidenses nunca toleraron la tortura por policías iraquíes, que rara vez dispararon a civiles en retenes y siempre llevaron a los mercenarios asesinos ante la justicia, los generales estadunidenses habrían entregado estos expedientes a la prensa sin cargo alguno en las escalinatas del Pentágono. No sólo están furiosos porque se haya roto el secreto o porque se haya derramado sangre, sino porque los han pescado diciendo las mentiras que siempre supimos que decían.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

domingo, enero 03, 2010

Gran Bretaña: los abusos en Irak


LONDRES, 1 de enero (apro).- El gobierno de Gran Bretaña abrió, el pasado 14 de noviembre, una causa judicial para investigar 33 supuestos abusos cometidos por soldados británicos contra detenidos en Irak, que incluyeron violaciones, torturas y agresiones físicas.
Los delitos se hicieron públicos pocos meses después de la salida oficial de las fuerzas británicas en suelo iraquí, en julio pasado.
Uno de los denunciantes, un exdetenido iraquí cuyo nombre no fue dado a conocer por razones legales, dijo que fue violado por dos soldados británicos, mientras que otro afirmó que fue humillado sexualmente, tanto por soldados mujeres como por hombres.
Se trata de casos que asombran por su parecido con los que involucraron a soldados estadounidenses en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, al salir a la luz dramáticas fotos que mostraban a prisioneros desnudos o con una correa para perros, entre otros ultrajes.
Las nuevas acusaciones involucran por primera vez a mujeres soldado británicas que, de acuerdo con las denuncias, participaron en las humillaciones físicas y sexuales cometidas contra los detenidos.
Y, al igual que en Abu Ghraib, también se registraron episodios de iraquíes obligados a desnudarse y a amontonarse en una suerte de "pila humana", para ser sometidos luego a descargas eléctricas.
Esos vejámenes, según el abogado defensor Phil Shiner, fueron inspirados en las fotos que circularon de la
Los soldados británicos ya habían enfrentado una serie de acusaciones por abusos a civiles iraquíes en el sur de Irak, durante los seis años que permanecieron en ese país árabe.
El año pasado, ante una demanda legal por la muerte de un civil iraquí y el abuso de otros nueve, el gobierno británico acordó pagar 3 millones de libras esterlinas (unos 5 millones de dólares) en compensación a los afectados.
Las denuncias se suman a la investigación ya en curso en Reino Unido sobre la muerte, durante su detención, del iraquí Baha Musa, en cuyo cuerpo fueron hallados 93 signos de maltrato.
El cabo inglés Donald Payne se declaró culpable de someter a un trato inhumo a civiles iraquíes, en la que fue la primera condena en Gran Bretaña por crímenes de guerra.
Shiner, quien además representa a la familia Musa, declaró al periódico The Independent, el pasado 13 de noviembre, que existen “cientos de casos sobre los que no se ha investigado".
“prisión del horror” estadounidense en Bagdad.

Asimismo, indicó que algunos iraquíes están denunciando ahora lo que sufrieron a manos de las tropas británicas, porque no sienten el temor de las represalias debido a que los soldados ya abandonaron Irak.
Por su parte, el gobierno británico indicó que las acusaciones serán tomadas muy seriamente por Londres.
En un comunicado, el Ministerio de Defensa señaló que
Teniendo en cuenta la historia de Gran Bretaña en las prácticas y técnicas que compartió con Estados Unidos, es muy preocupante que haya fuertes similitudes entre estas instancias de humillaciones sexuales", expresó el jurista.“más de 120 mil soldados británicos han servido en Irak y la gran mayoría se ha comportado con los estándares más altos, mostrando integridad y dedicación desinteresada.

En una de las acusaciones más serias, un joven de 16 años dijo haber formado parte de un grupo de iraquíes que en mayo de 2003 fue trasladado a la base británica de Shatt-al-Arab para ayudar a rellenar bolsas de arena.
El joven manifestó que al entrar en una habitación a buscar más bolsas, vio a dos soldados británicos manteniendo sexo oral. Cuando trató de abandonar rápidamente el lugar, dijo que fue golpeado y pateado salvajemente.
Al caer al suelo, contó que uno de los militares le puso una navaja en el cuello amenazándolo de muerte, mientras que el segundo lo desnudaba. Poco después, los dos soldados lo violaron, según su versión de los hechos.
En otro caso, un iraquí de 24 años dijo que estaba jugando fútbol con amigos en abril de 2007, cuando se le acercó un grupo de soldados británicos en vehículos armados. Los militares lo trasladaron junto a otro joven iraquí a una base militar británica sin darle justificaciones. Al arribar al campo militar, fue rodeado por seis u ocho soldados, quienes ordenaron a ambos que se pelearan entre ellos.
Luego contó que los militares se les subieron encima, pisoteándolos, gritando y riéndose.
Otro denunciante, un carpintero de 35 años, narró que fue arrestado en abril de 2006 y trasladado a la base británica de Shaaibah, donde denunció que fue sometido a agresiones sexuales y humillado por soldados mujeres y varones.
El hombre dijo que los soldados solían mirar películas pornográficas y escuchar música muy alta cuando él trataba de rezar, en un claro intento de abuso. También contó que varias mujeres soldado se desnudaron y lo humillaron, y agregó que cuando solía ir al baño, el soldado apostado en la torre de observación le apuntaba con su láser al pene.
"Es muy importante que ahora no exista ningún intento por parte del Ministerio de Defensa de esconder todo esto bajo la alfombra. La tesis de las 'pocas manzanas podridas' no funciona", dijo el abogado.
Las denuncias contra las tropas británicas hacen recordar los numerosos casos de abuso y tortura de prisioneros de la cárcel de Abu Ghraib por el personal de la Brigada 372 de la Policía Militar de los Estados Unidos, agentes de la CIA y contratistas involucrados en la ocupación de Irak.
El escándalo político producido por el incidente dañó la credibilidad y la imagen de Estados Unidos y sus aliados en las operaciones militares, al representar una actitud extendida de violencia y falta de respeto hacia los árabes.
Entre mayo de 2004 y septiembre de 2005, siete soldados estadounidenses fueron condenados en una corte marcial y sentenciados a prisión, rebajados de rango y dados de baja del servicio en forma deshonrosa.
Los casos más notables fueron los del especialista Charles Grane y su novia Lynndie England, esta última que posó en fotografías explícitas humillando sexualmente a varios soldados, entre ellas una que la mostraba arrastrando a un detenido con un collar para perros.
Grane y England fueron sentenciados a 10 y tres años de prisión, respectivamente, en juicios que concluyeron el 14 de enero y el 26 de septiembre de 2005.
Hubo instancias en las que individuos se comportaron mal, pero sólo un pequeño número mostró bajos estándares. Las acusaciones de esta naturaleza son tomadas muy seriamente, pero no deben ser consideradas como factuales. Es importante dejar que las investigaciones sigan su curso", agregó.

jueves, abril 23, 2009

El clonador de embriones humanos

LEONARDO BOIX


LONDRES, 22 de abril (apro) - Un investigador nacido en Chipre, pero nacionalizado estadunidense, Panayiotis Zavos, confesó haber clonado 14 embriones humanos, de los cuales 11 fueron implantados en úteros de cuatro mujeres.El experimento de clonación habría sido efectuado en 2003 y, más aún, fue filmada por el cineasta, Peter Williams, para el canal de televisión Discovery Channel, según difundió este miércoles el diario inglés The Independent.En el texto, Zavos precisó que ninguno de los embriones implantados llevó a un embarazo efectivo, pero subrayó que se trata del "primer capítulo" hacia la creación de un ser clonado a partir de las células de la piel de uno de los padres."Si intensificamos nuestros esfuerzos, podemos llegar a tener un niño clonado en el plazo de uno o dos años", dijo.La finalidad, añadió Zavos, es la reproducción: "Mi ambición es ayudar a las personas", explicó.Consultada por APRO, Paula Woodward, portavoz de la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana (HFEA), que regula tratamientos de fertilidad en Gran Bretaña, declaró que un procedimiento semejante "es ilegal en el país y no será autorizado".Redondeó:"El Parlamento británico no tiene intención de aprobar un tratamiento semejante. Esto es ilegal y nosotros no vamos a regular algo semejante".De acuerdo con la nota difundida por el diario The Independent, la operación habría sido realizada por Zavos en un laboratorio secreto, probablemente en Oriente Medio.Destaca, así mismo, que decenas de parejas se habrían puesto en contacto con el investigador con la esperanza de poder superar sus problemas de infertilidad a través de la utilización de la misma técnica de clonación que fue usada para la creación de la oveja Dolly en 1996.Zavos posee clínicas de fertilización asistida en Kentucky (Estados Unidos) y en Chipre, su país de origen.Los pacientes para el experimento de clonación de embriones humanos, tres parejas y una mujer sola, provienen de Gran Bretaña, Estados Unidos y un país no especificado de Oriente Medio."No hay duda alguna al respecto, y aunque no sea yo el que lo logre, los niños clonados estarán en camino. No hay forma alguna de detenerlo", subrayó Zavos al Independent."No estamos interesados en clonar a los Michael Jordans y Michael Jacksons de este mundo. Los ricos y famosos no participan en esto", continuó el especialista, y afirmó que muchos de los problemas relaciones con la clonación de animales, como los defectos congénitos y enfermedades hereditarias, han sido minimizados. "No tengo intención de buscar cadáveres para lograr algo porque no tengo esa ambición. Mi ambición es ayudar a la gente", sentenció el científico estadounidense.Zavos contó además que logró producir embriones clonados de tres personas muertas, incluida una niña de 10 años llamada Cady, que murió en un accidente automovilístico.El investigador logró su cometido tras haber sido consultado por los padres de las víctimas, para que creara clones biológicos de sus seres queridos.Josephine Quintavalle, directora del grupo Comentario sobre Ética Reproductiva (CORE), declaró a APRO que "es muy probable" que el anuncio de Zavos "no sea cierto"."En el pasado cuando lo desafiamos para que presentara evidencia, no fue capaz de presentarla. Hay que tener mucho cuidado con lo que él dice y tomar sus afirmaciones con pinzas. De todos modos, afirmar haber clonado a cadáveres es horroroso", destacó la activista."Es difícil ver alguna realidad en lo que dice, pero desde el punto de vista ético es importante que la gente vea cuán lejos puede llegar una persona en su interés por clonar embriones humanos", agregó.Según The Independent, el científico fusionó las células tomadas de los cadáveres no con óvulos humanos, sino con óvulos tomados de vacas cuyo material genético fue retirado.Zavos creó así un "modelo" híbrido, mitad humano-mitad animal que le permitió estudiar el procedimiento de clonación.El experto colabora con Karl Illmensee, un destacado científico con una larga trayectoria en experimentos de clonación, con quien planea reclutar a 10 parejas jóvenes que buscan someterse a un tratamiento de fertilidad, para participar del "nuevo capítulo" en la creación de bebés clonados."Creo que sabemos por qué no logramos embarazos. Las circunstancias no eran las ideales. Creemos que con nuevos pacientes, y hay cientos de personas que están preparadas para someterse a ello, si elegimos a 10 parejas lograremos que algunas de ellas logren el embarazo", concluyó.

viernes, marzo 20, 2009

Salen a la luz “sucios secretos” de la incursión israelí en la franja de Gaza

*Testimonios publicados en Haaretz sobre ejecuciones de civiles palestinos obligan a indagatoria
*Nuestro ejército, “el más moral del mundo”; se investigará cada “incidente”: Ehud Barak
*La atmósfera entre las tropas era que las vidas de los pobladores “no importaban”, dice un soldado
Un niño palestino sobre los escombros de una casa destruida por el ejército israelí durante la ofensiva en un campo de refugiados de Jabaliya, en el noreste de Gaza, en imagen del pasado día 15.
Donald Macintyre
The Independent

Jerusalén, 19 de marzo. Israel enfrentaba esta noche un severo cuestionamiento a la conducta mostrada en su ofensiva de 22 días en Gaza, al darse a conocer testimonios de sus propios soldados según los cuales se les permitió, y en algunos casos incluso se les ordenó, disparar a palestinos civiles desarmados.
Los testimonios –primeros de ese tipo que surgen de las propias fuerzas armadas– se apartan marcadamente de las afirmaciones oficiales de que los militares se esforzaron al máximo por evitar bajas civiles, y tienden a corroborar acusaciones palestinas de que los soldados abrieron fuego en forma indiscriminada y desproporcionada en zonas civiles durante la operación.
En uno de los testimonios que arrojan una dura y nueva luz sobre lo que según los soldados eran las reglas permisivas de la Operación Plomo Endurecido, un militar describe la forma en que un oficial ordenó disparar contra una anciana a 100 metros de una casa que ocupaban las tropas.
Otro soldado, al describir cómo una madre y sus hijos fueron muertos a tiros por un francotirador por haberse equivocado de puerta al salir de una casa, señala que la “atmósfera” entre las tropas era que las vidas de los palestinos “importaban mucho menos que las de nuestros soldados”.
El líder de un escuadrón narró: “Al principio la directiva era entrar en una casa con un vehículo blindado, echar abajo la puerta y abrir fuego contra cualquier persona que avistáramos. Yo lo llamo asesinato. En un principio me preguntaba qué sentido podía tener aquello. Los superiores dicen que era permisible porque todos los que quedaban en la ciudad eran culpables, puesto que no escaparon”.
Los relatos, que también describen la destrucción al parecer indiscriminada de propiedades, se dieron durante un debate posterior a la operación entre graduados del curso premilitar Yitzhak Rabin, en el Colegio Académico Oranim, en el norte de Israel. La transcripción de la sesión, presidida por el director del curso –el diario Haaretz publicó detalles de ella–, obligó al abogado general de las fuerzas de defensa israelíes, Avichai Mendelbit, a anunciar este jueves una investigación de la policía militar sobre las acusaciones.
Haaretz señaló que tras ventilarse esos “sucios secretos” se volverá más difícil para los israelíes minimizar las acusaciones de la propaganda palestina. El director del curso, Danny Zamir, declaró al periódico que se sintió “estremecido” por los testimonios, presentados el 13 de febrero, y que a raíz de ello dijo al jefe del estado mayor de las fuerzas armadas, Gabi Ashkenazi, que temía una “grave pérdida de moral” de los militares.
En un relato, el líder un escuadrón de infantería describe cómo las tropas soltaron a una familia que tuvieron cautiva durante varios días en una habitación de su casa. “El comandante del pelotón los dejó salir y les ordenó salir por la derecha, pero olvidó decirle al francotirador que estaba en el techo. Éste, al ver a una mujer y niños que se le acercaban, abrió fuego. No creo que se haya sentido muy mal por hacerlo, porque hasta donde él sabía sólo estaba siguiendo las órdenes recibidas. Y la atmósfera en general, según lo que entendía de la mayoría de mis hombres a quienes hablé, era que las vidas de los palestinos, digamos, es algo mucho, pero mucho menos importante que las de nuestros soldados”.
Otro líder de escuadrón, quien describió el asesinato de una anciana, afirma que discutió con su comandante por las laxas reglas que permitían ‘limpiar’ las casas disparando sin avisar antes a los residentes. Cuando cambiaron las órdenes, los soldados se quejaban porque “debemos matar a todos los que hay aquí (en el centro de Gaza). Todos son terroristas”.
“Escribir ‘muerte a los árabes’ en las paredes, apoderarse de fotos de las familias y escupirles nomás porque sí… eso es lo peor. Entender cuán bajo han caído las fuerzas armadas en cuestión de ética.”
Ehud Barak, ministro israelí de Defensa, expresó: “Les digo que desde el jefe del estado mayor hasta el último soldado, el ejército más moral del mundo está listo a recibir órdenes del gobierno de Israel. No tengo duda de que todos los incidentes serán examinados uno por uno”.
Sin embargo, organizaciones israelíes de derechos humanos, entre ellas B’Tselem y la Asociación pro Derechos Civiles de Israel, exigieron una investigación independiente y se quejaron de que sólo se anunció la pesquisa militar después que Haaretz publicó la nota, es decir, “tres semanas después de que los asuntos principales fueron conocidos por el jefe del estado mayor. Este retraso sigue la pauta de otras sospechas de crímenes graves que no han sido investigadas”.
Amos Harel, el respetado corresponsal militar del periódico, quien dio a conocer la historia, escribió que Zamir fue condenado en 1990 por negarse a respetar una ceremonia de los colonos en la tumba del bíblico José en Cisjordania. Pero añadió que al leer la transcripción se percibe que Zamir “actúa movido por un profundo interés por el espíritu de las fuerzas armadas”.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya