domingo, septiembre 08, 2013
lunes, septiembre 26, 2011
Bill Clinton culpa a Netanyahu de "aniquilar la paz" y buscar la expropiación de Cisjordania

El periodista israelí Barak Ravid expuso el patético aislamiento de Netanyahu en la ONU, en contraste al apoyo masivo (sic) a Mahmoud Abbas por la comunidad internacional
(Haaretz, 24/9/11).
El disfuncional Cuarteto
–conformado por Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Rusia y la ONU, y liderado por el controvertido ex premier británico Tony Blair, presunto criminal de guerra y agente petrolero y bancario de Kadafi– instó luego al premier israelí Bibi Netanyahu, líder del partido ultrafundamentalista Likud, y al palestino Mahmoud Abbas, a iniciar las negociaciones de paz en un mes (sic), que deberán ser concluidas en el lapso de un año (sic), es decir, casi un mes antes de las cruciales elecciones en Estados Unidos.
Sin miramientos, Netanyahu se ha entrometido obscenamente en las elecciones de Estados Unidos, gracias al desproporcionado poder local/global del sionismo (la Reserva Federal, Wall Street, el Congreso genuflexo, Hollywood y los oligopólicos multimedia, que controla, además, a los votantes israelíes de Nueva York, Ohio y Florida, que pueden decidir el resultado en el Colegio Electoral, de corte decimonónico y de votación indirecta).
En tal lapso, al menos de una nada improbable liberación (literal) del enfadado Pentágono (ver Bajo la Lupa, 14, 18 y 21/9/11), Netanyahu corre con el tiempo a su favor debido al doble secuestro financierista y electorero de Obama.
El mismo día de la petición del Estado palestino, una genuina intifada legal internacional, y de la exhumación del Cuarteto
–que si fuera un grupo musical no emitiría ninguna melodía–, el zar energético global Vlady Putin, apuntalado sin equívocos por su delfín Medvedev, anunciaba su candidatura a la presidencia, lo cual denota un endurecimiento estratégico del Kremlin, que se alista a entrar a la segunda fase de la regeneración histórica de Rusia, ahora desde la perspectiva multipolar.
Ya que hablamos de liberaciones
, pues nada menos que el ex presidente Bill Clinton, un día antes del aquelarre diplomático en la ONU, culpó a Netanyahu de haber liquidado el proceso de paz: En una perspectiva cínica (sic) el llamado del primer ministro israelí a negociar significa que no va a ceder Cisjordania
(Josh Rogin, Foreign Policy, 22/9/11, y Haaretz, 23/9/11).
Clinton, a quien le correspondió una ardua fase de las negociaciones entre las partes, develó que Netanyahu perdió interés en el proceso de paz en cuanto dos demandas israelíes básicas estaban al alcance de la mano: un liderazgo palestino viable y la posibilidad de normalizar las relaciones con el mundo árabe
.
El carismático ex presidente develó que el rey de Arabia Saudita, Abdalá, estaba dispuesto al reconocimiento de Israel (en las fronteras de 1967) y a una asociación (¡súper sic!) política, económica y en materia de seguridad: Fue un enorme y tremendo trato
, y agregó: Eso fue lo que sucedió, y cada estadunidense debe saberlo
.
¿Protege Clinton al Partido Demócrata para las próximas elecciones, frente al apoyo irrestrictamente oportunista del Partido Republicano a Netanyahu?
En una parte explosiva, consideró que los inmigrantes rusos son un obstáculo para la paz
, ya que un creciente número de miembros de las fuerzas de defensa israelíes “son los hijos de los colonos (sic) rusos, la gente que más se opone a una división de la tierra (…) Es otro (sic) Israel. Un 16 por ciento de los israelíes hablan ruso”.
¿No se habrá arriesgado demasiado al haberse expresado cándidamente, al margen de una conferencia en Nueva York (la mayor ciudad sionista del mundo)?
Clinton debe prepararse a la andanada ultrafundamentalista, que lo impugnará propagandísticamente con sus aburridos epítetos inmutables: promotor de los Protocolos de los sabios de Sion, nazi, judeófobo, antisemita, terrorista, etcétera.
Quizá un poco para requilibrar sus estrujantes revelaciones, declaró haber percibido que los palestinos aceptarían el arreglo que fue rechazado por Arafat en las negociaciones con el premier Ehud Barak en el 2000
.
Relata que todavía ignora las razones por las cuales Arafat rechazó el arreglo que Barak había aceptado y quien estaba dispuesto a reconocer a la parte oriental de Jerusalén como la capital del Estado palestino. Es cierto: a muchos nos asombró, pero será interesante conocer el punto de vista de los arafatistas. Hoy, 11 años más tarde, Clinton juzga que el grupo de Mahmoud Abbas estaría dispuesto a aceptar el mismo arreglo. A mi juicio, el problema es que la dupla Netanyahu-Lieberman, entrampada en su neocolonialismo irredentista de Cisjordania y su fijación fundamentalista de hacer de Israel un exclusivo Estado judío
, no está dispuesta a imitar al militar Barak.
Las metamorfosis de los políticos al dejar el poder son asombrosas, como es el caso de la voltereta pasmosa del ex premier Ehud Olmert, del Partido Kadima, quien ahora propone interesantes puntos de partida (The New York Times, 23/9/11) para solucionar el contencioso gangrenado y que, por cierto, no llevó a cabo cuando estuvo en funciones bélicas. Todo lo contrario: traicionó a Turquía en las negociaciones secretas con Siria y luego emprendió el infanticidio de Gaza. Como dice la canción mexicana: lo que un día fue no será
.
Clinton coincide con la tesis sobre la tragedia del magnicidio de Ytzhak Rabin en la política moderna (sic) del Medio Oriente
y que, por alguna razón, saca a relucir hasta ahora. Otra tragedia
, a su juicio, versa sobre la apoplejía de Ariel Sharon.
Sus revelaciones aportan nuevas herramientas de juicio sobre las negociaciones seminales, que cobran nueva dimensión de cara a las revoluciones del mundo árabe.
A mi juicio, más que la polémica oportunidad perdida por Arafat en el 2000 –insalvable hoy en la práctica, dado el maximalismo de la dupla Netanyahu-Lieberman–, la parte más atractiva de las revelaciones es la oportunidad dorada que saboteó deliberadamente Netanyahu para reconciliarse con el plan de paz de la Liga Árabe del 2002, apadrinado por el rey saudita Abdalá.
Sabíamos que el mundo árabe durante la cumbre de Beirut de 2002 había cedido exageradamente, pero no a los niveles de profunda complementariedad estratégica que revela Clinton. Hoy eso también ya pasó cuando este Israel
, dramáticamente aislado en el mundo (un Estado paria
, ex canciller Tzipi Livni dixit), se ha querellado con todos sus vecinos y ex aliados estratégicos (Egipto y Turquía) árabes y no árabes (Irán), ya no se diga consigo misma.
Cuando la UE, en plena balcanización financiera, se encuentra dividida respecto a la entidad sionista, ¿puede pervivir este Israel
con su verdadero único apoyo que le queda en el mundo: Estados Unidos, a quien ya le empieza a causar serios problemas en sus relaciones metaelectoreras con el resto del planeta?
sábado, septiembre 24, 2011
Congresistas de EE.UU. instan a rechazar adhesión de Palestina a la ONU

ONU:Abbás exige reconocimiento y libertad para Palestina
http://youtu.be/UeCI3iOev-g
Un grupo de 70 congresistas estadounidenses solicitó a 31 países, a través de una carta, rechazar la demanda palestina de adhesión a la Organización de Naciones Unidas (ONU) como un Estado libre e independiente por considerar que la iniciativa se trata de “una inminente amenaza para la paz en Oriente Medio”.
El presidente del subcomité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos (EE.UU.), el republicano Steve Chabot, y otros 69 legisladores enviaron la misiva a 31 naciones, entre las que se encuentra Colombia.
Estos congresistas apuestan a una solución del conflicto “mediante negociaciones directas entre Israel y los palestinos, no con resoluciones”, de Naciones Unidas.
El documento fue enviado este viernes, después del discurso del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, en la 66° Asamblea General de la ONU, quien entregó al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon la solicitud formal de adhesión al organismo multilateral.
Los congresistas solicitaron un voto “en contra de cualquier resolución que permita a la misión Palestina su adhesión plena o como Estado observador ante la ONU”.
"Nos oponemos firmemente a este esfuerzo desestabilizador y contraproducente y pedimos respetuosamente que se opongan a cualquier resolución de la ONU que lo promueva", insistieron los firmantes.
Aclararon, apoyándose en la postura de Washington, que comparten "una paz real y duradera entre Israel y los palestinos", pero "mediante negociaciones directas entre Israel y los palestinos, no con resoluciones en la ONU".
"El camino a la paz no comienza en Nueva York (sede de la ONU). Desafortunadamente, el liderazgo palestino aún rechaza regresar a la mesa para negociar de buena fe con sus contrapartes israelíes, aún cuando Israel reitera su compromiso con (la creación) de dos Estados para dos pueblos", afirmaron.
Según los legisladores, un apoyo de Naciones Unidas a la causa palestina entorpecería las oportunidades para las negociaciones directas.
De acuerdo con el Centro de Políticas Responsables, encargado de rastrear las donaciones a los líderes políticos y sus campañas, señaló que algunos de los firmantes de la carta han recibido fondos de los grupos de presión israelíes en Estados Unidos.
Se conoció, que la congresista Ileana Ros-Lehtinen ha recibido, entre 1989 y 2010, donaciones por 562 mil 509 dólares de los denominados “comités de acción política” (PAC, por su sigla en inglés) pro-israelíes. Mientras que para la campaña electoral de 2011-2012, percibió unos 14 mil dólares, según el centro no partidista.
Durante un discurso ante la ONU, Abbás afirmó que el apoyo a los esfuerzos palestinos constituye "una victoria para la verdad, la libertad, la justicia, la ley y la legitimidad internacional, y proporciona un gran apoyo para la opción de la paz”.
El líder de la ANP, hizo un llamado a los pocos países que aún no reconocen al Estado de Palestina a que lo hagan porque "es hora de que el pueblo tenga su independencia, que acabe el sufrimiento del pueblo en la diáspora".
"Ha llegado el momento de que los palestinos tengan su independencia (...) ha llegado el momento de que nuestros hombres, mujeres y niños tengan días normales" apuntó en el seno de la ONU.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, propuso a Abbás reunirse de manera inmediata y negociar una solución al conflicto israelí-palestino.
Según Netanyahu “la puerta siempre estará abierta para usted (Abbás), si quiere yo puedo ir a Ramala (Palestina) o ¿Por qué no nos reunimos aquí hoy en Naciones Unidas? ¿Quién nos los impide?”, se preguntó.
“La verdad es que Israel quiere la paz, yo quiero la paz. La paz debe anclarse en la seguridad, no con resoluciones de la ONU. Los palestinos sólo quieren un estado sin paz”, indicó el premier israelí.
Antes de su discurso en la Asamblea, Abbás entregó la petición oficial al secretario general de la ONU, quien a su vez la transmitió al Consejo de Seguridad, que la revisará a partir del 26 de septiembre, sin embargo, no hay un lapso establecido para una posible resolución.
La carta de los legisladores fue enviada a Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Colombia, Chipre, la República Checa, Dinamarca, España, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Gabón, Grecia, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Latvia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Nigeria, Polonia, Portugal, el Reino Unido, Rumania y Suecia.
Un presidente patético que habla sólo de los problemas de los israelíes

el hombre canoso que usa trajes grises y zapatos cómodos ya sale lentamente de su propia sombra. El monocromático líder de la Autoridad Nacional Palestina, quien escribió un libro de 600 páginas sobre el conflicto de su pueblo con Israel sin mencionar nunca la palabra
ocupación, no debe tener problema alguno esta noche en superar el patético y vergonzoso discurso que pronunció el miércoles Barack Hussein Obama ante la ONU, en el cual puso la política estadunidense para Medio Oriente en manos del gobierno israelí, siempre tan lleno de trucos.
Resulta que el presidente estadunidense, quien durante su campaña clamó por el fin de la ocupación israelí en tierras árabes, el fin del robo del territorio de Cisjordania por medio de lo que entonces llamaba los asentamientos
, y llamó a la formación de un Estado palestino para 2011, tuvo una actuación patética.
Como siempre, la legisladora Hanan Ashrawi, la única voz elocuente de Palestina en Nueva York, acertó en su opinión. No puedo creer lo que escuché
, declaró a Haaretz, uno de los mejores diarios israelíes. (Obama) parecía creer que los palestinos son quienes ocupan Israel. No tuvo una palabra de empatía para los palestinos. Habló sólo de los problemas de los israelíes...
.
Muy cierto, y como siempre, los más cuerdos periodistas israelíes condenaron abiertamente a Obama y se constató una vez más que esos príncipes que son perioidistas estadunidenses, se caracterizan por su cobardía.
El blandengue discurso sin imaginación que el presidente estadunidense Barack Obama pronunció ante Naciones Unidas refleja lo indefenso que está el mandatario estadunidense ante las realidades de Medio Oriente
, escribió Yael Sternhell.
Leer articulo completo AQUI.
viernes, agosto 05, 2011
La tragedia de Gaza
Silvia Cattori / Red Voltaire*
Christophe Oberlin es un cirujano especializado en microcirugía y en cirugía de la mano, responsable de misiones de cirugía reparadora de las parálisis entre los heridos palestinos desde diciembre de 2001, y profesor en varias universidades, además de estar a cargo de dos licenciaturas. Tiene un centenar de publicaciones y dos libros traducidos al inglés y al chino.
—Su relato [Chroniques de Gaza 2001-2011, Ediciones Demi-Lune, 2011] es muy apasionante. Nos hace entrar en la vida cotidiana de estas familias asediadas expuestas a todo tipo de dificultades, que sobreviven y se renuevan volviéndose hacia el futuro haga lo que haga Israel. Se comprende que desde que usted llegó a Gaza en diciembre de 2001 haya visto con incredulidad a los aviones del ejército israelí surgir a baja altura, atravesar la barrera del sonido y arrojar bombas sobre una población pacífica. Diez años después de ese primer contacto con la violencia, ¿qué ha cambiado en su percepción?
—Lo que ha cambiado es que hoy hago una correlación entre lo que veo sobre el terreno y lo que nos dicen nuestros medios de comunicación y nuestros políticos. Su manera de presentar los hechos raramente se corresponde con lo que constato sobre el terreno. Esto me irritó así que anulé la suscripción a ciertos periódicos, dejé de leer y de escuchar la información en la radio y la televisión. Prefiero una información de calidad a través de otras fuentes.
—Se comprende que muy rápido el cirujano que fue a Gaza para salvar vidas fue llevado a reflexionar sobre el trasfondo de estos reiterados baños de sangre tras tenerse que enfrentar a tantos cuerpos mutilados. Dar testimonio de lo que usted había visto y reestablecer la información que nuestros medios de comunicación habían sesgado, ¿no era para usted una forma de devolver la justicia y la dignidad a ese pueblo?
—Está muy claro. Y es la razón por la que desde hace años reacciono, escribo pequeños testimonios y acepto dar conferencias. Durante años he ido a operar a otros países sin sentir nunca la necesidad de expresarme. Pero cuando uno descubre que los acontecimientos que uno mismo ha vivido son deformados completamente, entonces se enfurece. Después de la agresión israelí de 2008-2009 me invitaron a expresarme en un programa de [la cadena de televisión francesa] France 24. El título que se le había dado era “¿Ha habido crímenes de guerra en Gaza?”. Estos signos de interrogación estaban completamente fuera de lugar, lo mismo que el hecho de saber si los muertos y heridos eran o no combatientes. Al haber estado yo en el lugar había podido ver que [entre los muertos y heridos] prácticamente sólo había civiles, familias enteras. Por consiguiente, en este contexto de desinformación estamos obligados a tomar la palabra para decir lo que realmente pasó. En lo que concierne a los medios de comunicación, se ve claramente que hay una censura, una autocensura y que no les interesa lo que dicen o escriben los raros testigos que hay sobre el terreno.
—Al hilo de las páginas se descubre a unos personajes desgarradores, como el cirujano Fayez. A través de su trayectoria resulta impactante ver que este pueblo constantemente perseguido vive sin odio ni resentimiento hacia sus opresores. Y es sorprendentemente optimista. En su opinión, ¿de dónde saca la fuerza para mantener esa extraordinaria vitalidad y humanidad?
—Creo que forma parte de la humanidad que es inherente a cada individuo. Todas aquellas personas que han vivido en estos infiernos tienen relatos idénticos. Primo Levi da ejemplos de ello. Cada uno de nosotros tiene unas capacidades de resistencia absolutamente extraordinarias que se develan en condiciones extremas. No es algo particular de Gaza. En mi opinión, no hay poblaciones que resisten mejor que otras. Pero no es menos cierto que es admirable la resistencia y el aguante de la población de Gaza. Respecto a Fayez, recuerdo una mañana que estaba bastante abatido: “He pasado una mala noche. Mi cuñada ha muerto de cáncer de mama. No sé cómo decírselo a mi mujer”, dijo. En nuestros países tenemos medios para detectar estos cánceres y salvar a la mayoría de los pacientes. Ahí no. Es una lección para cada uno de nosotros la simplicidad con la que estas personas asediadas por el ocupante hablan de su vida cotidiana. Las enfermedades para las que no tienen curación hacen que esa realidad sea aún más atroz.
—¿Con qué secuelas salen en particular los niños?
—Puede resultar sorprendente que no haya más personas que pierden la razón. He hablado con Maryvonne Bargues, una médica siquiatra que ha trabajado durante años con familias que vivían en ese entorno, hacinadas en 10 metros cuadrados y cuyos hijos y parientes cercanos habían sido gravemente heridos o habían muerto. Su constatación es sorprendente. A pesar de las condiciones de vida espantosas hay unas recuperaciones sicológicas impresionantes. Si uno se pasea hoy por las calles de Gaza, luego de una semana de bombardeos que han causado muchos muertos y heridos, se tiene la impresión de una población que vive en estado de paz.
—En el libro son muy elogiosas sus descripciones de personalidades de Hamás a las que usted ha conocido bien. Se comprende que usted haya establecido vínculos de confianza recíproca con estas personas, con unos destinos fuera de la norma que a pesar de los dramas que han vivido, han seguido siendo plenamente humanas. Por ejemplo, es muy impresionante el retrato que usted hace del cirujano y responsable político, Mahmoud Khalid al-Zahar. Esto contrasta singularmente con la imagen tosca, incluso execrable, que sistemáticamente se nos ofrece de él. Al ver la caricatura que han hecho de él los periodistas que han tenido ocasión de conocerlo, ¿qué le inspiró eso?
—Me sentí escandalizado y sigo estándolo. De hecho hay que saber que las autoridades israelíes tienen que acreditar necesariamente a los raros periodistas occidentales que van a Gaza. Para mí está claro el criterio de acreditación: se avala a los periodistas que los israelíes tienen la seguridad de que van a denigrar todo lo que haga Hamás. Tuve la oportunidad de observar muchas veces esto que estoy afirmando. Hasta ahora nunca he visto a un periodista autorizado a entrar a Gaza por el paso de Erez, escribir un artículo que narre con objetividad lo que se ha hecho bajo la administración de Hamás.
En las elecciones de enero de 2006, Hamás obtuvo la mayoría absoluta de los escaños en el Consejo Legislativo Palestino. Sin embargo, la Autoridad Palestina de Ramala –el partido Fatah que había perdido las elecciones– no dejó el poder; continuó recibiendo órdenes de Israel y de Estados Unidos. Desde 2009, se considera que el presidente Mahmoud Abbas no tiene ninguna legitimidad.
No obstante, la Unión Europea sigue apoyando a la Autoridad Palestina con 500 mil euros al año. Las supuestas conferencias y negociaciones de paz en las que ha participado tenían por objetivo, en connivencia con Israel y Estados Unidos, financiar y programar el poner fuera de la ley a Hamás.
Después de las elecciones de 2006, los dirigentes del movimiento de solidaridad contribuyeron a reforzar la idea de que la carta fundacional de Hamás es “antisemita”. La propaganda de los sucesivos gobiernos israelíes, que se sirven de la carta de Hamás para criminalizar a este movimiento, es explotada por todas aquellas personas que privilegian a los “laicos” para desacreditar este movimiento político y religioso palestino que afirma ser de la resistencia. Esta propaganda ha pervertido y ralentizado mucho la acción del movimiento de solidaridad.
—Qué pasa con los a priori de estos ideólogos que, en el seno del movimiento de solidaridad, han privilegiado el campo de los “laicos”, de esta Autoridad Palestina “moderada” a la que ellos consideran la única representante legítima del pueblo palestino. ¿Le han hecho reproches y le han pedido explicaciones sobre la carta de Hamás a la que generalmente califican de antisemita?
—Por desgracia hay muy pocos reproches directos. Lo lamento porque es más interesante tratar de convencer a quienes no son de la misma opinión. Simplemente, quienes no están de acuerdo con lo que digo o escribo no me invitan. La manera de luchar en el seno del movimiento de solidaridad contra quienes dicen cosas positivas sobre la gestión política de Hamás es marginarlos. Finalmente, a su escala, su manera de comportarse apenas es diferente de la que conocemos con los medios de comunicación. A pesar de todo, regularmente se me invita a dar conferencias en las provincias francesas. Ahí los militantes tienen cierta independencia respecto a París, sede del movimiento. Dicen que me invitan porque les interesa conocer todos los puntos de vista, al tiempo que saben que su directiva no me aprecia. A través de estos encuentros con el público me doy cuenta de que cuando uno describe los acontecimientos y lo siente de buena fe, se le cree. En Chroniques de Gaza sólo cuento sucesos rigurosamente exactos con el mínimo de apreciaciones personales. Los hechos hablan por sí mismos y es tarea de cada uno sacar conclusiones.
“Sobre la carta de Hamás no he tratado de convertirme en un especialista de la cuestión, pero resulta que desde 2001 cada vez que volvía de Gaza me pedían que hablara de lo que ocurre ahí. De una conferencia a otra me hacen preguntas y eso me obliga a profundizar mis conocimientos. Lo cual me llevó a pedir a mis interlocutores de Gaza que se explicaran, sobre todo, en relación a esta cuestión de la carta de Hamás, algunos de cuyos aspectos se han considerado inaceptables entre nosotros a justo título. Se me dijo que esta carta, que data de 1988, la escribieron determinadas personas, que después Hamás se convirtió en un partido político y que desde 2006, cada vez que había elecciones había un programa claro que se podía consultar y que era la referencia. Y que, en consecuencia, esta carta ya no era válida. Dicho esto, me gustaría ampliar un poco el debate. Esta manera de basarse siempre en la acusación de antisemitismo que permite arrojar instantáneamente la condenación sobre todo lo que tiene que ver con Palestina, en cuanto hay una frase o una palabra que molesta, es una forma de proceder muy desleal si se tiene en cuenta el hecho de que los palestinos, familias enteras que fueron diezmadas por los judíos y expulsadas de sus hogares en 1948, lo han perdido todo. En cuanto se pronuncia la palabra ‘judío’ en Occidente, hay oídos que están alerta. Pero de todos modos se creó un Estado judío en nombre del judaísmo, de la conciencia judía. Y en nombre de un Estado que se proclama judío las autoridades israelíes persiguen a todo aquel que no es judío. Por lo tanto, pedir a los palestinos que han sido golpeados en su propia carne que no digan que no les gustan los judíos es un poco fuerte. El hecho de que pueda haber lo que consideramos ‘deslices’, en mi opinión, es algo completamente venial en relación con el destino que han tenido. Es absurdo reprochar a este pueblo al que se oprime en nombre del Estado judío llamar ‘judío’ a su opresor. Este delito de antisemitismo que se busca detrás de cualquier palabra es algo profundamente desleal.”
—Usted describe con una rara objetividad las circunstancias en las que Hamás se vio obligado en junio de 2007 a intervenir contra los mercenarios de Fatah, financiados y armados por Estados Unidos de acuerdo con Israel, para desbaratar el plan secreto que debía llevar a su liquidación. También en relación con esto hay un abismo entre lo que usted observó sobre el terreno y lo que informaron los “enviados especiales” acreditados por Israel o los partidarios de Fatah. Se habían puesto todas las pruebas sobre la mesa, pero los periodistas del establishment siguen ignorándolas. Oír que se imputaban las intimidaciones a las fuerzas de Hamás y no al plan criminal de Fatah, debió de provocar una enorme cólera a la gran mayoría de los palestinos que no colabora con el ocupante. ¿Para qué debían servir estas mentiras sino para legitimar que se siguiera con las ofensivas del ejército israelí contra Hamás y para mantener el poder de la Autoridad Palestina?
—Es una historia desoladora. Pero también es una historia que se repite. En relación a la guerra de independencia argelina, por ejemplo, la resistencia recibió un fuerte apoyo de una parte de la izquierda y sobre todo de los comunistas; y en cuanto se vio que la Argelia independiente no iba a bascular hacia el campo socialista, hubo varias deserciones. En Argelia, en 1992, los mismos que apoyaron lo que púdicamente se llamó “la interrupción de proceso electoral” fueron el respaldo de lo que en realidad fue un golpe de Estado militar; se trató de los occidentales. La consecuencia de ese apoyo fue una guerra con 100 mil muertos. Con la victoria electoral de Hamás se vio cómo se reproducía instantáneamente el mismo fenómeno. Recuerdo una tribuna libre escrita por un notorio sionista titulada Hamas, “L’ennemi commun”. En la última fiesta del diario L’Humanité, me vino a hablar un militante que apoyaba una pequeña actividad asociativa en Gaza “a condición de que siguiera estando en un marco laico”.
“Pretender ir a hablar de laicismo a un país donde el 95 por ciento de la población tiene sentimientos religiosos está completamente fuera de lugar. Hay que saber si se quiere ayudar a una causa porque vale la pena o por imponer un ‘modelo’. Ha llegado a ocurrir que militantes que querían invitarme a hablar del libro se enfrentaran en el seno de su comité con ‘laicos’ que no querían oír hablar de Hamás. ¡Despreciar a Hamás es despreciar a la población que la ha elegido! Gaza hoy es indisociable del voto a Hamás. Y limitarse a hablar de Cisjordania es ir en el sentido estadunidense-israelí de apoyo ciego a la ‘Autoridad Palestina’, aunque se sabe que unas elecciones libres hoy en Cisjordania probablemente darían la victoria a Hamás.”
—El capítulo de su libro titulado “Sara” deja atónito al lector. Reunidos en el velorio de una anciana que resulta ser la madre de Mohammed Dahlan, cuadros de Hamás discuten cortésmente con partidarios de Fatah. Este tipo de episodio es sorprendente, esta ausencia de animosidad por parte de los cuadros de Hamás, cuyos militantes son torturados y arrojados a la cárcel en Cisjordania por las fuerzas de seguridad de Fatah, ¿dejan augurar que mañana sea posible una reconciliación, a pesar de las traiciones?
—He asistido con frecuencia a escenas de este tipo. Una vez me encontraba con una familia en la que se reunían a la misma mesa miembros de Hamás y uno de sus primos al que pagaba la dirección de Fatah para que no fuera a trabajar. Yo estaba estupefacto por el clima que ahí reinaba. No había más que pequeñas pullas, sin maldad. Todo se decía en un tono de humor. Esta fraternidad entre palestinos ya la había observado en las elecciones que llevaron a Hamás al poder y continúa hoy. Creo que es posible una reconciliación. No hay reivindicaciones de odio entre Fatah y Hamás. Es una disputa de jefes. La Autoridad Palestina ni siquiera representa a la base de Fatah. Es una falsa disputa. A nivel de los electores no existe animosidad entre Hamás y Fatah. Si se organizaran elecciones en unas condiciones electorales normales se desarrollarían de una manera tan pacífica como en 2006.
—Una vez más no se puede dejar de pensar que Israel no hubiera podido llegar tan lejos en el horror si los ideólogos que dictan la línea política en el seno del movimiento de solidaridad en vez de apoyar al campo de Fatah y de quienes optaron por la colaboración con el ocupante, hubieran apoyado claramente el campo de las fuerzas que, como Hamás, rechaza esta vía y sigue reivindicando el derecho de los palestinos a resistir a la ocupación. ¿Acaso no le han puesto las cosas más fáciles a Israel y prologando el sufrimiento del pueblo palestino por medio de este tipo de extraña mala unión?
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lunes, junio 21, 2010
El poder oculto: de donde nace la impunidad de Israel
La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo a Israel, sino por miedo a lo que representa el Estado judío. Israel es el símbolo más emblemático, la patria territorial del sionismo capitalista que controla el mundo sin fronteras desde los directorios de los bancos y corporaciones trasnacionales. Israel, básicamente, es la representación nacional de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos. Y que controla el planeta desde los bancos centrales, las grandes cadenas mediáticas y los arsenales nucleares militares.
El poder oculto
Israel, es la más clara referencia geográfica del sistema capitalista trasnacionalizado que controla desde gobiernos hasta sistemas económico productivos y grandes medios de comunicación, tanto en los países centrales como en el mundo subdesarrollado y periférico.
El Estado judío, más allá de su incidencia como Nación, es el símbolo más representativo de un poder mundial controlado en sus resortes decisivos por grupos minoritarios de origen judío, y conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Con una población de alrededor de 7,35 millones de habitantes, Israel es el único Estado judío del mundo.
Pero cuando hablamos de Israel, hablamos (por extensión) de la referencia más significante de un sistema capitalista globalizado que controla gobiernos, países, sistemas económicos productivos, bancos centrales, centros financieros, arsenales nucleares y complejos militares industriales.
Cuando hablamos de Israel, hablamos antes que nada de un diseño estratégico de poder mundial que lo protege, interactivo y totalizado, que se concreta mediante una red infinita de asociaciones y vasos comunicantes entre el capital financiero, industrial y de servicios que convierte a los países y gobiernos en gerencias de enclave.
El lobby sionista que sostiene y legitima la existencia de Israel, no es un Estado en el lejano Medio Oriente, sino un sistema de poder económico planetario (el sistema capitalista) de bancos y corporaciones trasnacionales con judíos dominando la mayoría de los paquetes accionarios o hegemonizando las decisiones gerenciales desde puestos directrices y ejecutivos.
Quien se tome el trabajo de investigar el nombre de los integrantes de los directorios o de los accionistas de la grandes corporaciones y bancos transnacionales estadounidenses y europeos que controlan desde el comercio exterior e interior hasta los sistemas económico productivos de los países, tanto centrales como «subdesarrollados» o «emergentes», podrá fácilmente comprobar que (en una abrumante mayoría) son de origen judío.
Los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el indice Dow Jones de Wall Street, son mayoritariamente de origen judío.
Megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista), Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera), General Electric, McDonalds, Merck & Co, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, son controladas y/o gerenciados por capitales y personas de origen judío.
Estas corporaciones representan la crema de la crema de los grandes consorcios trasnacionales judeo sionistas que, a través del lobby ejercido por las embajadas estadounidenses y europeas, dictan y condicionan la política mundial y el comportamiento de gobiernos, ejércitos, o instituciones mundiales oficiales o privadas.
Son los amos invisibles del planeta: los que manejan a los países y a presidentes por control remoto, como si fueran títeres de última generación.
Quien investigue con este mismo criterio, además, los medios de comunicación, la industria cultural o artística, cámaras empresariales, organizaciones sociales, fundaciones, organizaciones profesionales, ONGs, tanto en los países centrales como periféricos, se va a sorprender de la notable incidencia de personas de origen judío en sus más altos niveles de decisión.
Las tres principales cadenas televisivas de EEUU (CNN, ABC, NBC y Fox) , los tres principales diarios (The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post) están controlados y gerenciados (a través de paquetes accionarios o de familias) por grupos del lobby judío, principalmente neoyorquino.
Asimismo como las tres más influyentes revistas (Newsweek, Time y The New Yorker), y consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo, están controlados por gerenciamiento y capital judío que opera a nivel de redes y conglomerados entrelazados con otras empresas.
Colosos del cine de Hollywood y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner Brothers, Columbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox, entre otros, forman parte de esta red interactiva del capital sionista imperialista.
La concentración del capital mundial en mega-grupos o mega-compañías controladas por el capital sionista, en una proporción aplastante, posibilita decisiones planetarias de todo tipo, en la economía, en la sociedad, en la vida política, en la cultura, etc., y representa el aspecto más definitorio de la globalización impuesta por el poder mundial del sistema capitalista imperial.
El objetivo central expansivo de este capitalismo sionista trasnacionalizado es el control y el dominio (por medio de las guerras de conquista o de «sistemas democráticos) de recursos naturales y sistemas económico - productivos, en un accionar que sus defensores y teóricos llaman “políticas de mercado”».
El capitalismo transnacional, a escala global, es el dueño de los estados y sus recursos y sistemas económico- productivos, no solamente del mundo dependiente, sino también de los países capitalistas centrales.
Por lo tanto los gobiernos dependientes y centrales son gerencias de enclave (por izquierda o derecha) que con variantes discursivas ejecutan el mismo programa económico y las mismas líneas estratégicas de control político y social.
Este capitalismo transnacional «sin fronteras» del lobby sionista que sostiene al Estado de Israel se asienta en dos pilares fundamentales: la especulación financiera informatizada (con asiento territorial en Wall Street ) y la tecnología militar-industrial de última generación (cuya expresión máxima de desarrollo se concentra en el Complejo Militar Industrial de EEUU).
El lobby sionista internacional, sobre el cual se asientan los pilares existenciales del Estado de Israel, controla desde gobiernos, ejércitos, policías, estructuras económicos productivas, sistemas financieros, sistemas políticos, estructuras tecnológicas y científicas, estructuras socio-culturales, estructuras mediáticas internacionales, hasta el poder de policía mundial asentado sobre los arsenales nucleares, los complejos militares industriales y los aparatos de despliegue militar de EEUU y de las potencias centrales.
A ese poder, y no al Estado de Israel, es al que temen los presidentes, políticos, periodistas e intelectuales que callan o deforman a diario los genocidios de Israel en Medio Oriente temerosos de quedar sepultados de por vida bajo la lápida del «antisemitismo».
El lobby imperial
El lobby sionista pro-israelí, la red del poder oculto que controla Casa Blanca, el Pentágono y la Reserva Federal no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street. Un detalle a tener en cuenta, para no confundir la religión con el mito y el negocio.
Cuando se refieren al lobby sionista (al que llaman lobby pro-israelí) la mayoría de los expertos y analistas hablan de un grupo de funcionarios y tecnócratas, en cuyas manos está el diseño y la ejecución de la política militar norteamericana.
A este lobby de presión se le atribuye el objetivo estratégico permanente de imponer la agenda militar y los intereses políticos y geopolíticos del gobierno y el Estado de Israel en la política exterior de EEUU.
Como definición, el lobby pro-israelí es una gigantesca maquinaria de presión económica y política que opera simultáneamente en todos los estamentos del poder institucional estadounidense: Casa Blanca, Congreso, Pentágono, Departamento de Estado, CIA y agencias de la comunidad de inteligencia, entre los mas importantes.
Por medio de la utilización política de su poder financiero, de su estratégica posición en los centros de decisión, los grupos financieros del lobby ejercen influencia decisiva en la política interna y externa de EEUU, la primera potencia imperial, además de su papel dominante en la financiación de los partidos políticos, de los candidatos presidenciales y de los congresistas.
A nivel imperial, el poder financiero del lobby se expresa principalmente por medio de la Reserva Federal de EEUU, un organismo clave para la concentración y reproducción del capital especulativo a nivel planetario.
El corazón del lobby sionista estadounidense es el poderoso sector financiero de Wall Street que tiene directa implicancia y participación en el nombramiento de funcionarios claves del gobierno de EEUU y de los órganos de control de política monetaria e instituciones crediticias (nacional e internacional) con sede en Washington y Nueva York.
Los organismos económicos financieros internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, están bajo directo control de los bancos centrales y de los gobiernos de EEUU y de las potencias controladas por el lobby sionista internacional (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, entre las más relevantes).
Organizaciones y alianzas internacionales como la ONU, el Consejo de Seguridad y la OTAN están controlados por el eje sionista USA-Unión Europea cuyas potencias centrales son las que garantizan la impunidad de los exterminios militares de Israel en Medio Oriente, como sucedió con la última masacre de activistas solidarios con el pueblo de Gaza.
Las principales instituciones financieras del lobby (Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers, etc) y los principales bancos (Citigroup, JP Morgan y Merrill Lynch, etc), influyen decisivamente para el nombramiento de los titulares de la Reserva Federal, el Tesoro, y la secretaría de Comercio, además de los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
El mito del «antisemitismo»
A este fenómeno de «poder capitalista mundial» judío, y no a Israel, es lo que temen los presidentes, políticos, periodistas, e intelectuales que evitan puntillosamente condenar o nombrar los periódicos genocidios militares de Israel en Gaza, repitiendo lo que ya hicieron durante la masacre israelí en Libano en el 2006.
La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo al Estado de Israel sino por miedo a lo que representa el Estado de Israel.
No se trata de Israel, un Estado sionista más, sino del «Gran Israel», la patria del judaísmo mundial (con territorio robado a los palestinos), de la cual todos los judíos del mundo se sienten sus hijos pródigos desperdigados por el mundo.
No se trata de Israel, sino de las poderosas organizaciones y comunidades judías mundiales que apoyaron en bloque el genocidio militar de Israel en Gaza, que utilizan su poder y «escala de prestigio» (construida mediante su victimización histórica con el Holocausto) para convertir en un leproso social al que se atreva criticar o a levantar la voz contra el exterminio militar israelí en Gaza.
Los gobiernos del mundo capitalista, los periodistas, intelectuales, organizaciones sindicales y sociales no le temen a Israel, sino a su lapidación social como «antisemita» (mote que se le otorga al que enfrenta y/o denuncia al sionismo judío).
No le temen al Estado de Israel, sino a los hijos de Israel camuflados en los grandes centros de decisión del poder mundial, sobre todo económicos-financieros y mediático-culturales.
Los políticos, intelectuales y periodistas del sistema no temen a Israel, sino que temen a los medios, organizaciones y empresas judías, y a su influencia sobre los gobiernos y procesos económicos-culturales del sistema sionista capitalista extendido por todos los países a escala planetaria.
En definitiva temen que las empresas, las universidades, las organizaciones y las fundaciones internacionales sionistas que financian y o promocionan sus ascensos y puestos en la maquinaria del sistema los declaren "antisemitas" y los dejen sin trabajo, sin vacaciones y sin jubilación.
Esa es la causa principal que explica porque los intelectuales, académicos y periodistas del sistema viven elucubrando sesudos análisis de la «realidad» política, económica y social sin la presencia de la palabra judío o del sistema capitalista que paga por sus servicios.
Si bien hay un grupo de intelectuales y de militantes judíos de izquierda (entre ellos Chomsky y Gelman, entre otros) que condenaron y protestaron contra el genocidio israelí en Gaza, la mayoría abrumante de las comunidades y organizaciones judías a escala planetaria apoyaron explícitamente la masacre de civiles en Gaza argumentando que se trataba de una «guerra contra el terrorismo».
A pesar de que Israel no invadió ni perpetró un genocidio militar en Gaza con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de exterminio militar en gran escala, quien cuestione esa masacre es condenado por «antisemita» por el poder judío mundial distribuido por el mundo.
A pesar de que el lobby judío sionista que controla Israel, tanto como la Casa Blanca, el Tesoro y la Reserva Federal de EEUU no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street, el que lo critique es tildado de inmediato como «antisemita» o «nazi» por las estructuras mediáticas y culturales controlados por el poder judío mundial.
Las campañas de denuncia de antisemitismo con las que Israel y las organizaciones judías buscan neutralizar a las criticas contra la masacre, abordan la cuestión como si el sionismo judío (sostén del estado de Israel) fuera una cuestión «racial» o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas.
El lobby sionista no controla el mundo con la religión: lo maneja con bancos, trasnacionales, hegemonía sobre los sistemas económicos-productivos, control sobre los recursos naturales, control de la red informativa y de manipulación mundial, y manejo de los valores sociales a través de la publicidad, la cultura y el consumo estandarizado y globalizado por los medios de comunicación.
En definitiva, el lobby judío no representa a ninguna sinagoga ni expresión racial, sino que es la estructura que maneja el poder mundial a través del control sobre los centros económicos-financieros y de decisión estratégica del sistema capitalista expandido como civilización «única».
Antes que por la religión y la raza, el lobby sionista y sus redes se mueven por una ideología política funcional: el sionismo capitalista-imperial que antepone el mercado, la concentración de riqueza, la «política de negocios», a cualquier filosofía que roce las nociones del «bien» o del «mal» entendidos dentro de parámetros sociales.
Entonces: ¿De qué hablan cuando hablan de «antisemitismo» o de «anti-judaismo religioso? ¿En que parámetros referenciales se basa la condición de "antisemita»? ¿Quién es antisemita? ¿Quién critica a los judíos por su religión o por su raza en las sociedades del mundo?
A lo sumo, a los judíos, como está probado en la realidad social de cualquier país, no se los critica por su religión o condición racial sino por su apego excesivo al status del dinero (también cultivado por otras colectividades) y a integrar estructuras o jerarquías de poder dentro de un sistema injusto de opresión y de explotación del hombre por el hombre, como es el sistema capitalista.
Salvo los grupos minoritarios de fanáticos y racistas que sólo se representan a sí mismos, en las sociedades (salvo el nazismo alemán y algunas excepciones) casi nunca hubo «persecución religiosa o racial» del judío, si no que hubo una asociación del judío con la «peor cara del capitalismo», representada en el sistema económico-financiero especulativo.
En resumen
El lobby sionista que protege al Estado de Israel (por "derecha" y por "izquierda) esta conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.
Sus redes se expresan a través de una multiplicidad de organizaciones dedicadas a promover el actual modelo global, entre las que se cuentan principalmente: The Hudson Institute, The RAND Corporation, The Brookings Institution, The Trilateral Commission, The World Economic Forum, Aspen Institute, American Enterprise Institute, Deutsche Gesellschaft für Auswärtigen Politik, Bilderberg Group, Cato Institute, Tavestock institute, y el Carnegie Endowment for International Peace, entre otros.
Todos estos think tanks o «bancos de cerebros», reúnen a los mejores tecnócratas, científicos y estudiosos en sus respectivos campos, egresados de los las universidades de EEUU, Europa y de todo el resto del mundo.
El lobby no responde solamente al Estado de Israel (como afirman los analistas de la «cara derechista» de los neocons) sino a un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos.
El lobby no solamente está en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo a escala trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel.
Ni la izquierda ni la derecha partidaria hablan de este poder «totalizado» por la sencilla razón de que ambas están fusionadas (a modo de alternativas falsamente enfrentadas) a los programas y estrategias del capitalismo trasnacional que controla el planeta.
Por lo tanto, y mientras no se articule un nuevo sistema de comprensión estratégica (una «tercera posición» revolucionaria del saber y el conocimiento) el poder mundial que controla el planeta seguirá perpetuándose en las falsas opciones de «izquierda» y «derecha».
Y el lobby judío de «derecha» de los republicanos conservadores seguirá sucediendo al lobby judío «de izquierda» de los demócratas liberales en una continuidad estratégica de las mismas líneas rectoras del Imperio sionista mundial.
Y las masacres del Estado de Israel seguirán, como hasta ahora, impunes y protegidas por las estructuras del sistema de poder mundial sionista capitalista que lo considera como su «patria territorial».
miércoles, agosto 05, 2009
Lieberman: perfil de un fascista judío
En Brasil, el habitualmente cálido presidente Lula ensayó una mirada triste y deliberada para la fotografía oficial. En Argentina, Cristina Fernández dispuso que la cancillería se limitase al protocolo. Y en Perú, el matador de indígenas Alan García lo recibió sin mucho ruido mediático. Sólo con Álvaro Uribe, presidente terrorista de Colombia, el canciller de Israel, Avigdor Lieberman, sintiose a sus anchas.
Hace apenas unos meses, luego del genocidio de Israel en la franja de Gaza, Robert Fisk anticipó que la designación de Lieberman como canciller del primer ministro Benjamin Netanyahu sería lo peor que podía ocurrir en Medio Oriente (La Jornada, 18/3/09). Fisk acertó.
Por su lado, el corresponsal en Jerusalén del diario español El País comentó que Barack Obama recibió a Netanyahu pero inventó excusas para evitar el encuentro con Lieberman. En Francia, el canciller Bernard Kouchner evitó dar una conferencia de prensa junto al ministro, y el presidente Nicolás Sarkozy recomendó a Netanyahu deshacerse de su canciller. En Alemania, el jefe de la diplomacia de Angela Merkel, Frank-Walter Stenmeier, recibió a Lieberman en un restaurante, “… como si se tratara de un funcionario cualquiera”.
En medios de gran circulación como el semanario alemán Der Spiegel, Los Angeles Times, Washington Post o el británico The Guardian, menudean las críticas y los temores frente a Lieberman. El rabino Eric Yoffie (presidente de la Unión para la Reforma del Judaísmo) lo trata con desprecio, y Martin Peretz (legendario periodista de la influyente revista The New Republic), a más de compararlo con el neonazi austriaco Jörg Haider y el racista francés Jean Marie Le Pen, dice que Lieberman es un gánster.
Quintaesencia del nazifascismo judío, Lieberman niega que en su juventud militó en el Partido Kach, ilegalizado en 1988 por sus posturas explícitamente racistas y antiárabes. El Kach es una de las tantas organizaciones terroristas registradas por los servicios de inteligencia de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.
Como fuere, Lieberman está donde está gracias al 12 por ciento de los votos cosechados por su partido en las elecciones legislativas de septiembre pasado: el ultra-ultra Israel Beytenau (Israel es nuestra casa). Sin embargo, a la hora de asesinar y torturar palestinos, las diferencias con los partidos simplemente ultras (Kadima, Likud, Shas, 61 por ciento de los escaños parlamentarios) son meramente formales.
Lieberman se convirtió en líder ineludible para cualquier tipo de coalición, al decir en voz alta lo que mascullan cientos de miles de sus simpatizantes:
1) Israel representa al mundo libre y la Autoridad Nacional Palestina (ANP, apoyada por el gobierno) y Hamas simbolizan el mundo islámico y radical.
2) Hay que redactar leyes especiales que obliguen a los ciudadanos árabes a jurar lealtad y fidelidad a Israel como Estado judío.
3) Los árabes israelíes quieren disfrutar todas las ventajas del Israel moderno, pero por otra parte quieren destruirnos desde dentro (febrero de 2007).
En marzo de 2002, Lieberman se ofreció para ahogar en el Mar Muerto a un grupo de presos palestinos. En noviembre de 2006, pidió en la Knesset (Parlamento) ahorcar a los parlamentarios árabes críticos del gobierno, por colaboracionistas. Y en enero pasado, en la Universidad Bar Ilan (cerca de Tel Aviv), manifestó que debía combatirse a Hamas como Estados Unidos combatió a los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. A buen entendedor…
Lo interesante es que Lieberman, nacido en la ex república soviética de Moldavia (Kishinev, 1958), emigró a Israel con sus padres en 1978. Luego sirvió en el ejército y se graduó en ciencias sociales. Entre 1983 y 1988 colaboró en la formación del Foro Sionista para el Judaísmo Soviético, ocupó un cargo en el Sindicato Nacional de Trabajadores (Histadrut), y se pegó a los equipos de líderes extremistas como Ariel Sharon y Netanyahu.
El racismo, afán de discriminación y capacidad de odio de Lieberman viene de lejos. En diciembre de 1999, tres niños de familias sabras (apodo de los judíos llegados a Israel antes de la fundación del Estado) golpearon a su hijo menor y le dijeron ruso. Enfurecido, Avigdor localizó a uno de los agresores (de 12 años), y le propinó un puñetazo que le dejó un ojo morado.
Por esa acción, Lieberman fue multado por un tribunal israelí. La prensa recordó su pasado: Vladimir, el matón. Así lo llamaban en una discoteca del puerto petrolero de Bakú (actual Azerbaiyán), donde el futuro canciller de Israel trabajó de conserje.
jueves, julio 23, 2009
Argentinos repudian visita del canciller nazi-sionista Lieberman
23 de julio 2009. - Los movimientos sociales argentinos y organizaciones de solidaridad con el pueblo palestino, organizan para el día de hoy en la ciudad de Buenos Aires una manifestación de repudio contra el canciller sionista Avigdor Lieberman, quien representa al sector más reaccionario y belicista del régimen israelí.
Lieberman llegará a Argentina procedente de Brasil, donde fue recibido por el presidente Lula Da Silva, su gira también incluye a Perú y por supuesto a Colombia. El canciller sionista indicó que el motivo de su gira por la región es contrarestar lo que el denomina como la influencia iraní en América del Sur. Curiosamente, en el caso de su visita a Bogotá, la agenda del canciller israelí Lieberman, tendrá como objetivo hablar del comercio bilateral y de los procesos de paz vividos por ambos países. Es la primera en 14 años de un alto cargo israelí a Colombia.
En entrevista para YVKE Mundial, el dirigente popular argentino Marcelo Arbit expresó que "repudian la visita de un declarado nazi, que expresa de forma cabal de la agresividad de los sectores más concentrado de la economía de la guerra, que viene a la región a obstaculizar los avances democráticos, con una especial línea de agresividad contra Venezuela y otros países con gobiernos progresistas en América Latina. Arbit señala que el sionismo es también cómplice del golpe de estado en Honduras".
Lieberman es conocido por sus acciones y declaraciones racistas contra los pueblos árabes, podemos citar como ejemplo una de sus sentencias: “Hay que ahogar a los palestinos en el Mar Muerto que es el punto más bajo del planeta”, “Nuestros soldados están haciendo bien el trabajo en Gaza, pero la solución no es la invasión, la solución es como la que EE.UU adoptó con Japón, sin ensuciarse las manos”.
Las organizaciones convocantes en Argentina de la movilización contra Lieberman, como la Central de Movimientos Populares indican en el manifiesto de convocatoria a la manifestación que es una contradicción que el gobierno de Cristina Fernández reciba a semejante personero del terror y la opresión.
El manifiesto señala que: “el nazi-sionista Lieberman viene a sellar una alianza con el sionismo que va a traer desgracia para nuestro pueblo y va a manchar nuestras manos y nuestra conciencia con sangre palestina y árabe”.
Lieberman militó en la organización terrorista judía Kach, del rabino Meir Kahane, reconocida así por la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá. Sus planteamientos reeditan la contribución de Israel con su ciencia de tortura a la dictadura militar argentina, la misma ciencia de terror que enseñan a los paramilitares colombianos en la actualidad, la misma idea opresora de convalidar el golpe en Honduras y ser el primer estado en legitimar la usurpación del gobierno en esa nación hermana latinoamericana.
miércoles, julio 22, 2009
Avigdor Lieberman: El Sionismo en Carne y Hueso
“Hay que ahogar a los palestinos en el Mar Muerto que es el punto más bajo del planeta”, “Nuestros soldados están haciendo bien el trabajo en Gaza, pero la solución no es la invasión, la solución es como la que EE.UU adoptó con Japón, sin ensuciarse las manos”.
Avigdor Lieberman
Suscribo hasta la última coma de este documento.
El gobierno argentino no debe recibir por asesino.
Cristina Castello
http://www.cristinacastello.
http://les-risques-du-
El visitante que el Canciller argentino recibirá mañana jueves 23 en su despacho
Buenos Aires 21 de Julio de 2009
Avigdor Lieberman: El Sionismo en Carne y Hueso
Compañeros y Compañeras, Pueblo Argentino todo:
La síntesis del racismo y la opresión ha llegado a nuestro país en carne y hueso, Avigdor Lieberman, canciller israelí, reconocido racista y xenófobo consumado, ha venido a consolidar la relación del sionismo con la Argentina.
Este sujeto representa en sí mismo la expresión más cabal del Sionismo, su ideología y su acción, refrendado en frases del tipo “Hay que ahogar a los palestinos en el Mar Muerto que es el punto más bajo del planeta”, “Nuestros soldados están haciendo bien el trabajo en Gaza, pero la solución no es la invasión, la solución es como la que EE.UU adoptó con Japón, sin ensuciarse las manos”.
Estas y muchas expresiones más demuestran la peor esencia que pueda tener un individuo y su desprecio por los derechos humanos, que debemos recordar es una de las políticas fundamentales llevadas a cabo por el Gobierno Argentino.
Por esto mismo, debemos señalar la contradicción en esta acción de recibir a semejante personero del terror y la opresión en nuestro país. Que diríamos hoy de recibir a Videla en la cancillería, que haríamos hoy al recordar a nuestros desaparecidos y ver al mismo tiempo que se concretan acuerdos comerciales y tecnológicos para seguir oprimiendo y derramando la sangre palestina.
Porque este energúmeno no viene solo, viene a reafirmar los acuerdos alcanzados en Enero de este año, a reconfirmar el tratado de libre comercio en el marco del Mercosur, a cerrar nuevos acuerdos con insensibles industriales nacionales, que solo les importan los negocios, a pesar de saber que ello de alguna forma redunda en más opresión y muerte para el pueblo palestino. El nazi-sionista Lieberman viene a sellar una alianza con el sionismo que va a traer desgracia para nuestro pueblo y va a manchar nuestras manos y nuestra conciencia con sangre palestina y árabe.
La visita de este funcionario de alto rango del estado sionista, que militó en la organización terrorista judía Kach, del rabino Meir Kahane, reconocida así por la Unión Europea, EE.UU y Canadá por ejemplo, reedita la contribución de Israel con su ciencia de tortura a la dictadura militar argentina, la misma ciencia de terror que enseñan a los paramilitares colombianos en la actualidad, la misma idea opresora de convalidar el golpe en Honduras y ser el primer estado en legitimar la usurpación del gobierno en esa nación hermana latinoamericana.
Queridos Compañeros, han pasado solo 6 meses de la invasión militar a Gaza, no porque las bombas no caigan nos olvidamos que la opresión y el sitio continúan, todavía el pueblo palestino de Gaza sufre la política terrorista sionista que Lieberman encarna, y no solo por pensamiento, sino en la acción propia, porque el es un colono, porque habita en territorio palestino usurpado en la Cisjordania, porque está orgulloso de ellos y que si por el fuera, aplicaría la “solución final” para los palestinos al mejor estilo Nazi.
Por último compañeros, hagamos sentir nuestro asco y repudio por la visita de este siniestro personaje, y hagámosle sentir en carne propia que no es bien recibido en nuestro suelo, digamos claramente a quienes lo reciban, que el pueblo no lo acepta, el pueblo argentino no acepta nunca más el genocidio, el terror y la opresión, venga de donde venga y especialmente del sionismo que Lieberman con su persona representa.
FUERA LIEBERMAN DE LA ARGENTINA
FUERA LIEBERMAN DE LATINOAMÉRICA
FUERA EL SIONISMO DE NUESTRO SUELO Y DE LATINOAMÉRICA
NO A LOS ACUERDOS FIRMADOS CON EL ESTADO SIONISTA
BASTA DE TOLERAR EL TERRORISMO SIONISTA DEL ESTADO DE ISRAEL
VIVAN LOS PUEBLOS LIBRES
LIBERTAD Y PAZ PARA PALESTINA
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Todos el jueves 23 a las 14h00 en Avenida de Mayo esquina Lima. Capital Federal. Buenos Aires
martes, marzo 31, 2009
Armar al terrorista Estado de Israel
Elias Akleh

Desde su ocupación de Palestina en 1948 para establecer el ilegal Israel en el centro del mundo árabe hasta el presente, los sionistas israelíes han emprendido siete guerras contra sus vecinos árabes. Seis de ellas después de 1967 para mantener su ocupación del resto de Palestina, de las Granjas de Cheeba libanesas y de los Altos de Golán sirios, formalmente reconocido por la comunidad internacional como ocupaciones.
Israel ha mantenido su ocupación de la tierra durante las últimas seis décadas. La cuestión que se plantea es cómo un Estado pequeño como Israel, 7 millones de judíos sionistas en una zona de 8.000 millas cuadradas (excluyendo los territorios ocupados en 1967) ha podido mantener esta ocupación contra cientos de millones de árabes y sin la aprobación de la comunidad internacional civil (no política). La respuesta es intimidando con una fuerza brutal extrema. Israel es una sociedad militar en la que cada ciudadano sionista israelí, desde su niñez hasta su senectud, es militarista de una forma u otra. Israel posee todo tipo de armas, incluyendo las de destrucción masiva como las armas nucleares y químicas.
Israel no se convirtió por sus propios méritos en el cuarto mayor ejército del mundo, sino gracias al suministro por parte de los países occidentales de todo tipo de armas. En su informe del 23 de febrero, “Foreign Arms Supplies To Israel/Gaza Fueling Conflict”, http://www.amnestyusa.org/ nombraba 18 Estados miembro de la Unión Europea que autorizaron 1.018 licencias de exportación de armas a Israel por valor de un poco menos de 200 millones de euros. Todas estas exportaciones de armas violan el Código de Conducta de la Unión Europea sobre Exportación de Armas según el Criterio 2, por el que se supone que los Estados miembro “deniegan una licencia de exportación si existe un claro riesgo de que esta exportación pueda ser utilizada para la represión interna y usada en la comisión de graves violaciones del derecho humanitario internacional”. Israel ha cometido este tipo de violaciones durante toda su existencia.
Francia, Alemania y Rumanía son los tres principales suministradores de armas a Israel por valor de, respectivamente, 126 millones de euros, 28 millones de euros y 17 millones de euros. Otros importantes suministradores de armas a Israel desde 2001 son, por orden alfabético, Austria, Australia, Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Brasil, Colombia, Corea del Sur, Eslovenia, España Finlandia, Hungría, India, Italia, Polonia, República Checa, República Eslovaca, Reino Unido, Rumanía y Serbia-Montenegro.
El informe también señalaba el bien conocido hecho de que “desde 2001 Estados Unidos ha sido, con mucho, el principal suministrador de armas convencionales a Israel”. También llegaba a la lógica conclusión de que “dicho sencillamente, la intervención militar de Israel en Gaza ha sido en gran parte equipada por armas, municiones y equipamiento militar suministrados por Estados Unidos y pagados con el dinero de los contribuyentes estadounidenses”. Lo que no indica el informe es que Israel había violado las leyes estadounidenses que rigen las transferencias de armas.
Al examinar la ayuda militar estadounidense a Israel encontramos que desde el final de la Segunda Guerra Mundial Israel ha sido el mayor receptor de la ayuda estadounidense (Armed & Dangerous Report). Desde 1949 a 2007 Israel ha recibido más de 101.000 millones de dólares en ayuda militar y económica total. Un Memorandum de Entendimiento (MOU) previo entre ambos países empezaba a eliminar por fases la ayuda económica y en 2008 toda la ayuda estadounidense a Israel se convirtió en ayuda sólo militar. El actual MOU, firmado por el vice-secretario de Estado Nicholas Burnsen en agosto de 2007, ha aumentado la ayuda militar a Israel en un 25% para los próximos diez años (2009-2018) por un total de 30.000 millones de dólares.
Durante la administración Bush (2001-2007) la ayuda militar estadounidense a Israel llegó por medio de tres programas principales: Ventas Militares Extranjeras (FMS), dirigido por el Pentágono, supuso un total de 25.200 millones de dólares en ventas de armas y contratos, Ventas Comerciales Directas (DCS), dirigido por el departamento de Estado, supuso un total de 6.160 millones de dólares en armas y equipamiento y Artículos Excedentes Militares (EDA) también dirigido por el Pentágono, supuso un total de 36 millones de dólares en armas y equipamiento usados. El total asciende a un total de un poco menos de 31.400 millones de dólares.
El FMS suministró a Israel ayuda militar aérea, misiles y municiones, ayuda naval, diseño, vehículos y diversa ayuda militar. Israel recibió 9.810 millones de dólares para sus fuerzas aéreas en los que de incluían aviones de combate F-35, aviones C-130J-30, JP-8 y T-6A Texan. En misiles y munición Israel recibió bombas de pequeño diámetro GBU-28 & 39 por valor de 2.730 millones de dólares, TOW, Hellfire, munición rompe-búnkeres, AMRAAM, Harpoon, Sidewinder, y series JDAM y MK-80. Estados Unidos dio a Israel nuevas series de barcos de combate (Littoral) por valor de 1.900 millones de dólares, vehículos y camiones blindados para transportar tropas por valor de 164 millones de dólares, y artículos varios en forma de misiles Patriot y armas ligeras anti-blindaje M72A7 por valor de 253 millones de dólares. En este paquete del FMA también se incluía el diseño y construcción de dos bases de infantería por un valor de 350 millones de dólares.
El programa DCS contenía unas trescientas categorías diferentes de armas transferidas a Israel. Las diez principales categorías para 2001-2006 fueron 557.896 millones en piezas de recambio de aviones, 449 millones en piezas de recambio de misiles, 439 millones en piezas de recambio para aviones F-100, 254 millones en series de motor del F-100 (F-15 y F-16), 210 millones en componentes y piezas de recambio navales, 186 millones en piezas de recambio del avión de combate F-15, 163 millones en componentes electrónicos y piezas de recambio, 128 millones en material para munición y 120 millones en equipamiento de adiestramiento.
El programa EDC envió por barco a Israel helicópteros usados Cobra, transporte de personal y de puestos de mando, y artículos diversos por valor de 36 millones.
La ayuda militar estadounidense a Israel más escandalosa son los miles de millones de dólares en petróleo refinado entregados al ejército israelí. Las refinerías propias que Israel posee en Haifa y Ashdod, que podrían suministrar al ejército israelí todo el combustible que necesita, en vez de ello producen y venden sus productos refinados al mercado exterior. El ejército israelí consigue todo el combustible que necesita del programa estadounidense FMS. El departamento de Defensa estadounidense utiliza el dinero de los contribuyentes estadounidenses para comprar petróleo no refinado a los Estados del Golfo Árabe, lo envía por barco a las refinerías estadounidenses y, una vez refinado, lo envía por barco a Israel.
Según documentos obtenidos gracias a la Ley de Libertad de Información, desde 2004 hasta 2008 la administración Bush había concedido al ejército israelí 500 millones de galones de productos petrolíferos por valor de 1.100 millones de dólares. Durante este periodo los contribuyentes estadounidenses se enfrentaban a una crisis de energía y tuvieron que pagar en el surtidor 4 dólares por galón, mientras que Israel conseguía gas gratis de la administración Bush. Alguien tenía que pagar por este gas y no fueron los israelíes.
Además, Estados Unidos concede garantías de crédito a Israel de manera que éste puede obtener créditos en el mercado internacional a bajo interés y si Israel no pudiera pagarlos, Estados Unidos pagaría la fianza a Israel con dinero estadounidense de los impuestos de manera similar a los últimos 700.000 millones de dólares pagados como fianza de los bancos estadounidenses. Existe una condición para estos préstamos garantizados, que sólo se pueden utilizar para apoyar actividades dentro de las zonas en las que Israel tiene soberanía (antes de la guerra de 1967) y no se pueden utilizar en los territorios palestinos ocupados. Ésta es una condición engañosa ya que estos préstamos pueden liberar otro dinero del presupuesto israelí para utilizarlo en la construcción de los asentamientos ilegales en los territorios ocupados.
Hay tres leyes estadounidenses que rigen la transferencia de armas a otros países. La primera es la Ley de Control de la Exportación de Armas (P.L.80-829). Esta ley estipula que las armas estadounidenses dadas o vendidas a cualquier país extranjero sólo se pueden utilizar la legítima defensa y para la seguridad. No se pueden utilizar en operaciones de ocupación.
La segunda es la Ley de Asistencia Exterior (P.L.97-195), que estipula que un país no es susceptible de recibir ayuda estadounidense si mantiene una pauta constante de graves violaciones de los derechos humanos reconocidos internacionalmente.
La tercera es la Ley Leahy (Ley de Partidas para Operaciones Exteriores). Es una parte anual de la Ley de Partidas Exteriores y estipula que no se concederá ayuda a ninguna unidad de las fuerzas de seguridad de un país extranjero si el secretario de Estado tiene pruebas creíbles de que dicha unidad ha cometido graves violaciones de los derechos humanos.
Al aumentando su ocupación de la tierra los israelíes han violado muchas resoluciones de Naciones Unidas, han violado tanto el derecho internacional como sus propias leyes y todos los derechos humanos, han cometido graves crímenes de guerra y perpetrado terrorismo contra los árabes en general y los palestinos en particular.
Para leer articulo completo AQUI.
lunes, enero 26, 2009
Entre la “Solución Final” y la “Única Solución”
Auge y Declive del Haganá en el Oriente Próximo
Omar José Hassaan Fariñas
En 1896, Theodor Herzl, periodista húngaro, se encargó de solventar el “Problema de los Judíos” para los europeos. Para el periodista, la solución al supuesto problema de la presencia judía en el continente europeo, era la creación de un Estado independiente solo para los judíos en la Palestina. Pero primero, era necesario solventar un pequeño problema en la religión judía: la prohibición del regreso de los judíos a la Palestina hasta la llegada del Mesías Judío (tal cual como está expuesto en el Talmud y el Midrash, libros sagrados del judaísmo) y quien obviamente no fue Jesús de Nazaret, ya que los judíos mismos participaron en su juicio y crucifixión (concepto de Deicida). Para los judíos ortodoxos, el regreso de los mismos a la Palestina antes de la llegada de su Mesías era un acto de herejía. Para este pequeño problema, Herzl consiguió a unos Jajam (jefe espiritual, como un rabino) entre ellos Tzvi Hirsch Kalisher, quienes introdujeron modificaciones substanciales a la religión judía, argumentando que la llegada del Mesías debe ser “apurada” mediante la presencia de los judíos en la tierra de la Palestina. En el mismo orden de ideas, a lo largo de la historia europea, varios líderes de ese continente no le agradaban la presencia de los judíos en Europa, lideres como los Reyes Catolicos, Federico II de Prusia, Napoleón Bonaparte y Arthur Balfour (Primer Ministro Británico quien prometió la Palestina para los judíos - 1917). Este último consideró las propuestas de Kalisher y Herzl como positivas en vista de que tenían el doble propósito de sacar a los judíos de Europa y a la vez crear una entidad que divide las tierras de los sarracenos. De esta manera nació el Sionismo…
Desde 1910, la población judía inició un proceso de inmigración masiva hacia la Palestina. Entre 1920 y 1948, dicha población judía organizó un grupo paramilitar, denominado la Haganá (la Defensa), para defender sus recientes ocupaciones de territorios árabes. Aunque en el mito de la creación del estado de Israel, que tanto se ha utilizado para darle dimensión histórica a la misma, se habla de la larga lucha de los judíos contra las fuerzas británicas en la Palestina, en realidad la Haganá se fortaleció como una banda armada gracias a la estrecha cooperación entre las fuerzas británicas y los colonos judíos. La Gran Revuelta Árabe (1936-1939), la rebelión de los árabes contra los británicos en respuesta a las políticas de estimular la inmigración masiva de los judíos a la Palestina, no pudo ser aplastada si no después de tres años y con la colaboración entre 20.000 soldados británicos y 14.500 hombres de la Haganá, armados y entrenados por los mismos británicos. Solo en ese conflicto murieron 400 judíos y 200 británicos, y más de 5000 palestinos. Luego, durante la Segunda Guerra Mundial, el Mandato Británico en la Palestina autorizó y financió la creación de la “Brigada Judía”, compuesta de 5000 soldados judíos, y el Palmach (Compañías de Ataque) de 2000 hombres con entrenamiento británico (como el del General británico Charles Orde Wingate), todos elementos que luego se incorporaron a la Haganá.
En 1942, Reinhard Heydrich Karl y Adolf Eichmann, General y Comandante respectivamente de los escuadrones de defensa (Schutzstaffel - SS) del partido fascista en Alemania, estaban encargados operativamente del Endlösung (Solución Final), el proceso de deportación y luego exterminación de los judíos europeos (askenazíes), a la vez de varias etnias y grupos como los polacos, los eslavos en general, los gitanos, los homosexuales, los comunistas y los Bibelforscher (testigos de Jehová), en los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente, el programa tenía como objetivo expulsar, mediante el terror, las masacres y las deportaciones, a la población judía de Alemania y luego de los países ocupados por el Tercer Reich. Karl y Eichmann, siguiendo las órdenes del verdadero arquitecto del Endlösung, Comandante en Jefe de las SS Heinrich Himmler, se encargaron de exterminar entre 9 y 11 millones de personas, muchos de ellos en campos de concentración como el de Auschwitz-Birkenau, cerca de la ciudad de Oswiecim en Polonia. En esta gigantesca cárcel, solamente de la población judía murieron 1.5 millones de personas.
En 1948, luego de la Resolución No. 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que declaró la partición de la Palestina entre dos estados, la Haganá empezó con el proceso de establecer el estado Israelí mediante la “deportación” de los indeseables (la población árabe) por métodos semejantes a los utilizados por los escuadrones alemanes SS en los ghettos de Varsovia y Budapest. Los líderes de la Haganá impulsaron el Plan Dalet, implementado entre 1947 y 1948, con el supuesto objetivo de “defender” el naciente estado de Israel de la invasión árabe. En realidad, “nuevos historiadores” como Benny Morris, Avi Shlaim, Ilan Pappe y Walid Khalidi, utilizando documentos sobre la Haganá recientemente desclasificados por parte del Ministerio de la Defensa Israelí, aseguran que el Plan Dalet tenía como objetivo claro la expulsión de la población árabe de los territorios palestinos mediante masacres sistemáticas. Ya desde la década de los 1930 líderes del Sionismo como Jaim Weizmann y David Ben-Gurion hablaban abiertamente de la necesidad de “transferir” a los palestinos. Existen varios ejemplos de dicha ”transferencia”: las masacres de Deir Yassin, Al Dawayima y Eilabun, en donde bandas armadas como Irgun, Stern y Lehi (grupos considerados terroristas por los mismos británicos), masacraron y violaron a centenares de árabes. Estos grupos pasaron a ser componentes principales de la Haganá. Más de 914.000 palestinos fueron expulsados de los pueblos de Tibireus, Haifa, Jaffa, Acre y Safed, como de otros pueblos con mayorías árabes, basados en cifras de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
La nación hebrea se fundó adoptando varios mitos, ya mencionamos el de la “resistencia” heroica a la ocupación británica, ahora continuamos con el mito de David y Goliat. El mito de la Haganá habla de un ejército disminuido, con pocos armamentos y sin control del terreno, pudo derrocar los ejércitos combinados de todos los países árabes de la manera más heroica, pues fue un David judío contra un Goliat árabe. La realidad se puede encontrar en un informe de la Inteligencia norteamericana de fecha 27 de julio de 1948, que estima que los beligerantes estaban distribuidos de la siguiente manera: 27,000 Árabes (con la capacidad de incrementar sus soldados con 19,800 adicionales), y la Haganá con 97,800. El armamento de la Haganá y su capacidad de combate provenían directamente de los aliados de la Segunda Guerra Mundial, mientras que la gran mayoría de los países árabes estaban aún bajo el yugo del colonialismo británico o francés, sometido a las restricciones impuestas por las potencias coloniales que severamente limitaban la logística y el armamento de dichos ejércitos.
En 1950, el Estado de Israel, luego de la expulsión y las masacres, redactó una serie de leyes como la Ley de Propiedad del Ausente, que formó parte del marco legal para proclamar los territorios árabes abandonados luego de las expulsiones o las masacres perpetradas por la Haganá como propiedad del estado hebreo y luego como espacio para los judíos provenientes de otras partes del mundo. Es estimado por el Custodio de Propiedad del Ausente del Estado de Israel que más de 70% del territorio del actual estado de Israel está basado en tierras abandonadas por palestinos mediante la limpieza étnica.
En 1967, se repitió el mito. Una vez más el estado hebreo, presentándose inicialmente como una pequeña isla en un océano hostil de árabes, pudo derrocar fácilmente al ejército de Egipto y Siria, y a la vez ocupando los territorios palestinos que quedaban del mandato de la Naciones Unidas de 1948. Este milagro militar se realizó en pocos días del mes de junio de 1967. Como justificación, el gobierno israelí de Levi Eshkol argumentó que no existía otra solución salvo atacar a todos los países árabes (Egipto, Jordania, Siria y lo que quedaba de la Palestina) en vista de sus “posturas agresivas”, era la “única solución”. Sus aliados en el departamento de estado norteamericano y la agencia de inteligencia del mismo gobierno, tenían una percepción radicalmente diferente: Nicholas Katzenbach, subsecretario de estado de la administración del Presidente Lyndon B. Johnson, argumentó que todos los informes de inteligencia de su país indicaban claramente que Israel tenía la ventaja cualitativa y cuantitativa sobre todos los árabes en armamento y preparación, y que a la vez no existía intenciones por parte de los egipcios de atacar a Israel, en virtud de la presencia de sus mejores tropas en la Guerra Civil de Yemen del Norte (con mas de 55.000 tropas egipcias para el 5 de junio del 1967). En esta guerra, como en las dos anteriores (1948 y 1956), la Haganá, desde entonces adquiriendo el nombre sofisticado de las “Fuerzas de Defensa Israelí”, aún cuando sigue siendo las mismas bandas de la Haganá, Irgun, Stern y Lehi, triunfó contundentemente contra los ejércitos árabes. Solo que en este conflicto se hizo un poco mas difícil insistir en el mito de David y Goliat.
En 1973, la guerra de Youm Kippur, así llamada por la Haganá, o la Guerra de Ramadan (nombre para los árabes), no le fue muy bien a la Haganá, por lo cual no le haremos mucha referencia en este ensayo.
En 1982, la Haganá siguió siendo el elemento principal de este conflicto árabe-israelí. Menajem Beguin, ex líder del Irgun, la organización terrorista mencionada anteriormente, llegó a ser el Primer Ministro de Israel de 1977 a 1983. Beguin, junto a su ministro de defensa (es decir, jefe de la Haganá en esa instancia), el famoso Ariel Sharon (miembro de la Haganá desde 1942), decidieron invadir el Líbano en 1982 bajo las directrices de un plan denominado “Paz para Galilea”, con el objetivo de expulsar a los mismos “indeseables” del 1948 pero ahora en territorio libanés. Para poder cumplir con este objetivo, el líder de la Haganá, junto a sus aliados en las “Fuerzas Libanesas”, una milicia cristiano-falangista, y bajo las órdenes directas de Ariel Sharon, tuvieron que aplicar la “única solución” al problema palestino, “transfiriendo” los refugiados palestinos de los campos de Sabra y Chatila en las afueras de Beirut, mediante la exterminación sistemática de aproximadamente 3000 refugiados en un breve periodo de 30 horas, del 16 al 17 de septiembre de 1982. Una comisión propia del gobierno de la Haganá-el gobierno israelí- denominada la Comisión Kahan, aseguró la responsabilidad indirecta del Ministro de la Defensa en la masacre. Como siempre, la Comunidad Internacional respondió fuertemente a la masacre: Sharon renunció como Ministro de la Defensa, y posteriormente, del 2001 al 2006, fue premiado con el puesto de Primer Ministro de Israel.
En 1996, empezó el declive. En el mismo año de la masacre de Sabra y Chatila, se creó en el Líbano una organización islamista denominada “El Partido de Dios (Hezbolá)” que cuenta con un brazo político y otro paramilitar. Este pequeño grupo, que nunca se puede comparar con “el ejercito que no puede ser vencido” (eslogan de la Haganá después de la euforia de 1967), mantuvo una descarga de cohetes Katyusha y actividades de guerrilla contra la Haganá en territorio libanes e israelí desde la década de los 1980 y hasta el año 2000. En abril del 1996, la Haganá decidió poner fin a los ataques de Hezbolá en el norte de sus territorios impulsando la operación Uvas de la Ira, llevando a cabo más de 1.100 incursiones aéreas, bombardeando intensamente el Líbano con unos 25.132 proyectiles. Lo único que la Haganá pudo lograr con un éxito espectacular fue la masacre de 106 refugiados palestinos, más de la mitad de ese número fueron niños, que estaban en un campo de refugiados de la Naciones Unidas en el pueblo de Qana. Los propios soldados de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (UNIFIL) confirmaron con pruebas irrefutables que la Haganá estaba bien informada que el campo de refugiados solo tenía civiles, y que de todas maneras fue bombardeado.
Como consecuencia para Israel, las Naciones Unidas decidió “castigar” a Israel por masacrar a los refugiados mediante el cobro de los costos de reparación de la sede del campo de refugiados que su Haganá destruyó. Luego de varias discusiones en la Asamblea General de la ONU, los EE.UU. argumentó que Israel no debe ser responsable de sus acciones si el objetivo de las mismas es perseguir el “terrorismo árabe”. Naturalmente, no se pago ni un centavo. Pero sí siguieron los ataques de Hezbolá contra Israel, y las Katyushas, y los secuestros de soldados, y las guerras asimétricas de baja intensidad. En el año 2000, el “ejército que no puede ser vencido” se tuvo que retirar unilateralmente del Líbano, sin un acuerdo previo con Siria, sin desmantelar a Hezbolá, sin poder parar los Katyushas.
En 2006, la Haganá tuvo que regresar al Sur del Líbano. Este debacle empezó cuando Hezbolá, respondiendo a una incursión de la Haganá en la frontera con el Líbano, atacó una patrulla israelí, resultando muertos ocho soldados de la Haganá, mientras que otros dos fueron capturados. Complicando los asuntos aún más para la Haganá, un mes antes de la operación de Hezbolá, los grupos palestinos Hamas y Al Jihad el Islamy, mediante un túnel de 250 metros, atacaron un puesto de la Haganá fuera de la franja de Gaza. Durante este ataque murieron dos soldados de la Haganá, mientras que cuatro soldados más fueron heridos, y el cabo Gilaad Shalit fue secuestrado. Hasta hoy (17 de enero del 2009), el cabo sigue en manos de Hamas.
El gobierno de Israel respondió contundentemente con una operación que conllevó el bombardeo de instalaciones de transportes, comunicaciones, energéticas y militares del Líbano, así como cuarteles de Hezbolá y zonas urbanas. Aparentemente, la Haganá no pudo resistir la tentación de regresar al pueblo de Qana, esta vez con un bombardeo que dejó un saldo de 28 muertos, 16 de ellos niños. La bomba utilizada, recién llegada de los EE.UU., aún tenía las insignias de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América. Como todos los conflictos en donde participa la Haganá, el saldo total del conflicto refleja como la población civil árabe sigue siendo el objetivo preferido de esta banda armada: 1.187 libaneses muertos, 4.060 heridos, 256.000 desplazados y 15.000 viviendas destruidas. Israel sufrió 51 fatalidades (la mayoría soldados), impactaron unos 3526 misiles Katyusha modificados de Hezbolá en territorio israelí, perdió docenas de tanques Merkavá (de producción israelí), y sufrió un ataque a un buque de guerra apostado en aguas territoriales libanesas, realizado con un misil antibuque moderno. Los resultados para el Haganá no fueron muy positivos: los soldados no fueron rescatados, y Hezbolá no fue neutralizada, el grupo sigue armado y con más influencia dentro y fuera del Líbano que lo que ya tenía antes del conflicto.
Desde el 2007, la franja de Gaza se ha transformado en la prisión más grande del planeta, con la mayor densidad de población por kilómetro cuadrado del mundo. Es tan obvio el infierno que es Gaza, que hasta los sectores más conservadores del mundo se han pronunciado al respecto: el cardenal Renato Martino, principal funcionario del papa Benedicto XVI, señaló el 9 de enero del 2009 que Gaza se asemeja ahora a un "gran campo de concentración”. Un muro de hormigón armado, de nueve metros de alto, separa la franja de Gaza de Israel, todo producto del plan del Kenesset (parlamento) de Israel para la desconexión de Gaza, aprobado en octubre del 2004. Luego vino el bloqueo al tránsito de personas y bienes de primera necesidad por tierra, mar y aire, acto que castiga a toda la población de Gaza, que depende directamente del reparto de alimentos y de los servicios básicos a cargo de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Desde octubre del 2007, el gobierno de la Haganá decidió interrumpir el abastecimiento de energía (electricidad y combustible) a la Franja de Gaza, declarando a la Franja como “entidad hostil” desde mediados del 2007, terminología que simplemente indica que Israel tiene el derecho de hacer lo que otro estado no puede hacer con una población acorralada.
Las imágenes de lo que pasa en Gaza desde el 27 de diciembre del 2008 y hasta hoy, bajo el nombre de “Operación Plomo Endurecido” de la Haganá, hablan por sí mismas. No exploraremos aquí un tema que casi todos los habitantes del planeta están bien al tanto. Pero si es conveniente mencionar unas cuantas observaciones. El actual Primer Ministro del estado de la Haganá, Ehud Olmert (alumno del famoso Ariel Sharon), indicó poco después del inicio de esta nueva aventura de la Haganá, que dicha respuesta militar es “la única solución” que existe al problema palestino, frase que tantas veces ha utilizado la Haganá como justificación a sus acciones desde 1936. Aquí vemos pocas diferencias entre la Solución Final en Alemania y la Única Solución en la Palestina. Ambas tenían sus justificaciones: los judíos, supuestamente, llevaron a los europeos a dos guerras mundiales. En el Oriente Próximo, los palestinos causaron inmensas devastaciones y masacres a la población judía con sus cohetes caseros de poca exactitud y carga explosiva, los fuegos artificiales de Hamas (cohetes Qassam) que no usan ningún sistema de guía (mortalidad <0.4%). Misiles verdaderos, al impactar en zonas pobladas, tienen el efecto que los misiles de la Haganá demuestran en Gaza (1200 muertos y 6000 heridos en solo 22 días). Las razones siempre existen, pero el resultado es el mismo: Auschwitz-Birkenau, el Sur del Líbano y la Franja de Gaza. Y como siempre, después de la masacre, la respuesta del agresor es la misma: es culpa de los judíos, pues querían destruir a Europa; o es culpa de los palestinos, pues quieren acabar con la Haganá-quienes poseen meramente 200 bombas nucleares y lo mejor del arsenal militar estadounidense-con esos “temibles” Qassams.
Pero me permito resaltar una verdadera diferencia entre los argumentos del Partido Fascista en Alemania y la Haganá en el fabricado estado de Israel, un diferencia que es un poco controversial: mientras que la Solución Final al “problema judío” era una solución a un problema que no existía, pues solo los europeos eran responsable de sus propias miserias, la única solución de la Haganá aplicada recientemente en Gaza es, verdaderamente, la única solución que le queda a la Haganá y su estado. En eso, el Primer Ministro Ehud Olmert, no miente.
Las masacres como instrumento de política y dominio es la única alternativa que le queda a la Haganá, la evolución histórica detallada en este artículo demuestra el porqué. Es la única solución, no para el problema palestino, sino al predicamento histórico de la Haganá, la razón propia de su auge y ahora de su declive. No tiene nada que ver con las razones que dan los defensores de Israel; terrorismo, extremismo, Qassams, etc. La razón es simple. El líder egipcio Gamal Abdel Nasser proclamó, después del desastre del 1967, que “lo que se toma por la fuerza no se puede restaurar sino por la fuerza”, en referencia a los territorios ocupados por la Haganá. Me permito presentar un corolario a la idea de Nasser: lo que se toma por la fuerza no se puede mantener sino por la fuerza. Desde que empezó el flujo de judíos a la Palestina y hasta 1967, la Haganá se dedicó a robarle la tierra al pueblo que ya existía sobre las mismas. Ese era la raison d'être de la Haganá: robar tierra, utilizando todos los métodos disponibles para realizar lo que probablemente fue, y sigue siendo, el atraco a mano armada más grande de la historia moderna. La Haganá tiene el labor casi infinito de continuamente someter a los dueños de las tierras de lo que ellos llaman Israel para que paren de reclamar por lo que es justamente de ellos. Lamentablemente para los atracadores, que ahora y desde sus inicios no pueden dormir bien, lo que robaron lo van a tener que defender a fuerza de armas por el resto de sus vidas y las vidas de las siguientes generaciones.
La Haganá no tiene otra opción que seguir con lo que está haciendo en Gaza: lo hizo antes, es como se creó, es como nació y es como sigue existiendo, es la naturaleza de la bestia. No tiene opción porque cada ciudadano del estado artificial de Israel sabe muy bien que vive sobre tierras robadas, y la sangre de los verdaderos propietarios aún sigue fresca dentro de las grietas y los espacios que le dan vida a esas tierras. Seguirán bombardeando y masacrando, es lo único que sabe hacer la Haganá, porque todos los esfuerzos globales de legitimación del estado hebreo, toda la defensa y la ilusión de respeto que le presta la supuesta comunidad internacional, todas las organizaciones internacionales y no gubernamentales que le prestan prestigio a dicho estado, y todas las leyes de propiedad del ausente, no pueden ocultar la simple y vulgar realidad que Israel es producto de un atraco y que los verdaderos dueños de dichas tierras siguen como refugiados. Es por esa realidad que cuando los “humanitarios” de la Haganá le informan a la población palestina en Gaza por mensajes de texto de celulares que van a bombardear para que evacúen sus hogares, el palestino no sale, se queda en lo que es suyo. Durante la guerra contra el Líbano en 2006 y ahora en el conflicto de Gaza, los colonos judíos salen corriendo al escuchar los Qassams de Hamas, desplazados de sus supuestos hogares. No van a arriesgar la vida por tierra robada.
¿Qué le pasó al ejército que no puede ser vencido? En 1948, 1956 y 1967 derrocó a los ejércitos combinados del Gran Goliat Árabe. Pero ahora unas milicias “terroristas” como ellos la llaman, un grupo de chiitas pobres del Líbano, obliga a la Haganá a retirarse, ¡y dos veces! Peor aún, un pueblo al punto del colapso por un embargo más cruel que el que sufre Cuba, con cohetes caseros y unas cuantas Kalashnikov, sin gasolina, sin electricidad, sin apoyo de ningún gobierno, y a los 22 días del inicio del genocidio aún no pueden concretar sus objetivos, que Dios sabe cuáles son ya que nunca los anunciaron para poder esconder el inevitable fracaso. ¿Qué le pasa a la Haganá? Como caen los poderosos…
Fuentes:
Aunque muchas de las fuentes utilizadas en este artículo provienen de libros y de artículos de prensa, aquí presentamos una lista de links de internet que deben cubrir toda la información que se encuentra en el ensayo.
1. http://nkusa.org/Foreign_Language/Spanish/judaismo.cfm
2. http://www.indystar.com/article/20090110/OPINION12/901100361/1301/ARCHIVE
3. http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Zionism/balfourintro.html
4. http://www.elpais.com/articulo/opinion/soledad/Gaza/elpepiopi/20081231elpepiopi_4/Tes
5. http://en.wikipedia.org/wiki/Plan_Dalet
6. http://www.redescristianas.net/2007/11/20/gaza-sufriendo-en-la-gran-prisiontamer-almisshal/
7. http://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_James_Balfour
8. http://en.wikipedia.org/wiki/History_of_antisemitism
9. http://pc.blogspot.com/2007/06/two-millennia-of-european-antisemitism.html
10. http://www.bneiakivamexico.org/rav_kalisher.html
11. http://www.aljazeera.net/NR/exeres/78AE1112-E47D-4724-B29B-19CB3D2C64C5.htm
12. http://www.elpais.com/articulo/opinion/soledad/Gaza/elpepiopi/20081231elpepiopi_4/Tes
13. http://www.dissidentvoice.org/2008/12/the-truth-about-those-hamas-rockets/
14. http://www.aljazeera.net/portal
15. http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Qassam_rocket_attacks
16. http://www.globalsecurity.org/military/world/para/hamas-qassam.htm
17. http://es.noticias.yahoo.com/11/20090110/twl-mor-gen-israel-palestinos-vaticano-951b410.html
18. http://en.wikipedia.org/wiki/1948_Palestinian_exodus
19. http://weekly.ahram.org.eg/1998/1948/381_myth.htm
20. http://www.guardian.co.uk/books/2008/may/31/history1
21. http://www.thirdway.org.uk/376
22. http://nasir-khan.blogspot.com/2007/06/rethinking-israels-david-and-goliath.html
23. http://www.ushmm.org/outreach/fsol.htm
24. http://frank.mtsu.edu/~baustin/finlsol.html
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27. http://es.wikipedia.org/wiki/Holocausto
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