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martes, diciembre 29, 2009

Cardenales y obispos, protegidos por el Papa y Calderón, buscan recuperar privilegios en México




1. Ayer, en su homilía dominical, el cardenal Rivera Carrera aseguró que “la cultura moderna, además de atacar a la familia con la poligamia y el adulterio, hoy la agrede en su esencia por la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio entre el hombre y la mujer, hasta el punto de permitir la adopción de niños y niñas en el seno de esas uniones. La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede, en modo alguno, llevar a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad”. El arzobispo de México, cardenal con una enorme presencia, está a la cabeza del alto clero mexicano que ha sido acusado de protector de pederastas, de estar aliado al gobierno panista y a poderosos empresarios.
2. Desde que el presidente Carlos Salinas le otorgó todos los derechos al clero en 1992 y estableció totales relaciones con el Estado Vaticano, la poderosa jerarquía eclesiástica no ha descansado en la búsqueda de la recuperación de su dominación arrebatada a mediados del siglo XIX por las fuerzas liberales juaristas. El clero, los militares y los sectores de derecha impulsaron una guerra contra la Reforma liberal (1858/60), luego aprovecharon los privilegios de los 35 años (1876/1911) de la dictadura porfirista y en 1926 lanzó una Guerra Cristera contra el gobierno de la revolución y la Constitución de la República. Es por esa terrible historia, en la que el clero ha estado siempre aliado a las clases explotadoras y opresoras, por la que hay que tener mucho cuidado en sus intervenciones y su fortalecimiento. El PAN y el PRI neoliberales han apoyado su fortalecimiento.
3. No me metería a discutir el significado ideológico o filosófico de las religiones porque pienso como Marx que es simplemente “el opio del pueblo”. La palabra “opio” no es despectiva ni agresiva, pues el opio sólo es una droga analgésica narcótica que “se extrae de las cabezas verdes de la adormilera” (planta similar a la amapola). Parecería que la religión sólo adormece, da protección y descanso a la gente humilde en esta putrefacta sociedad capitalista que mata de hambre, enloquece a la persona y la arrincona negándole todas las salidas. ¿Cómo los humildes pueden huir de la opresión y sus penalidades si no cuentan con otras propuestas, con ideas liberadoras que las ayuden a despertar? Por eso el alto clero, a través de los siglos, se ha aprovechado de esa bondad y desesperación humana, para prometerles el cielo como salvación ante sus sufrimientos en la tierra.
4. ¿Qué pueden hacer los millones de familias que durante días y semanas no han tenido que comer, no les ha salido un trabajo, han visto enfermarse gravemente a sus hijos, etcétera y de pronto, sin poderse explicar racionalmente el por qué de las cosas, “como un milagro”, obtienen un ingreso económico, comen y sus hijos moribundos salvan su vida? ¿Cuántas millones de promesas se hacen a cualquier santo, a cualquier Dios, en los momentos de mayor desesperación que sirven de alivio, de descanso, de “colchón”, para que la gente más pobre y más honesta no tenga que darse con la pared? Por eso pienso que mientras exista el capitalismo, la explotación, la opresión y la miseria, la gran mayoría de la población tendrá que encontrar un lugar para desahogar sus penas y sus sufrimientos. Parece que la religión ayuda es fundamental para dormir el alma. El pueblo parece necesitarla.
5. El problema no es la religión como ideología porque en última instancia hay una enorme cantidad de ideologías y religiones en el mundo y cada quien puede adoptar la que quiera. El problema surge cuando las personas o grupos las interpretan para beneficio de sus intereses personales y se aprovechan de la gente honesta que los siguen. Todavía se puede hablar en México de alto clero o gran jerarquía eclesiástica que forma parte de la clase dominante y de los sectores minoritarios que determinan acerca de las políticas de Estado; pero también de clero bajo que es la gran masa de sacerdotes o curas de pueblos y pequeñas ciudades ligados directamente a los problemas de la población tales como miseria y pobreza, defensa de derechos indígenas, campesinos y sectores marginados. Sus ideologías suelen oponerse en los momentos en que la población se manifiesta.
6. La alta jerarquía católica en México, formada por los delegados papales, cardenales y arzobispos de casi todas las grandes capitales de los estados de la República, mantiene un papel determinante en las políticas de cada entidad. Todos los políticos de alto nivel deben lograr “la bendición” de esos jerarcas para obtener algún cargo de elección, de lo contrario su partido será castigado desde el púlpito y las sacristías de la iglesias. El clero –como los fuertes partidos y organizaciones empresariales hace alta política desde la cúspide del poder para conservar los privilegios que durante siglos ha tenido. Cuando desde el púlpito condena el aborto o su legalización, cuando combate a los homosexuales prohibiendo que pudieran formar una propia familia con hijos adoptados o cuando llama a sus feligreses a no votar por partidos no religiosos, están interviniendo directamente en política.
7. En los dos últimos años el alto clero, mediante un arreglo o acuerdo con el gobierno del PAN y los líderes del PRI han logrado echar abajo en 18 estados -de los 32 en que se divide el país- de las medidas avanzadas que años antes se habían logrado en materia de aborto y sociedades de convivencia. No se han podido imponer en la Ciudad de México donde desde hace 12 años gobierno el PRD. Es el motivo por el cual el Cardenal Norberto Rivera va ahora con toda su fuerza después de varios ensayos provocadores que ha preparado contra los gobiernos del PRD y López Obrador. Lo que el clero busca es recuperar el mayor poder posible en estos momentos en que el gobierno de la derecha panista, apuntalado por el ejército, demuestra tener fuerza. La pregunta sería: ¿Tendrán los ciudadanos del DF la fuerza para confrontar a los mercaderes de la iglesia?


jueves, septiembre 24, 2009

México: Desplome del empleo, ingobernabilidad y trabajo enajenado


1. El empleo mal pagado y el desempleo que crece aceleradamente son el problema principal de México. De ellos depende la ingobernabilidad del país, su inatención ha impulsado la emigración, así como el enorme crecimiento de empleo informal y la inseguridad. También el desempleo y la miseria son la base de los estallidos sociales y, al mismo tiempo, puede hacer que se cumpla la cábala de la revolución 1810,1910 y 2010. Una chispa importante puede prender la pradera, por eso el ejército sigue invadiendo varios estados del país, se firmó con EEUU el Plan México y crece aceleradamente el número de militares y policías. ¿No se recuerda acaso el enorme despilfarro o dispendio que se dio cuando Porfirio Díaz festejaba el centenario de la Independencia y que en medio de esas aristocráticas fiestas surgió la gran revolución de 1910/17?
2. Se informa que la tasa de desempleo en México subió en agosto a su mayor nivel en más de 13 años y superó las expectativas del mercado, mientras la economía se calienta el presidente de facto se desespera. El desempleo subió a un 6.28 por ciento en agosto desde el 6.12 por ciento del mes previo, informó el Instituto de Estadística y Geografía (INEGI); es su mayor nivel desde febrero de 1996, cuando México resentía la desastrosa Crisis del Tequila. También superó el 6.05 por ciento esperado, según se pensaba entre analistas, la mediana de la encuesta arrojó un 6.01 por ciento. Según Reuters la economía de México, la segunda mayor de América Latina, se encamina a una caída anual de entre un 6.5 y un 7.5 por ciento, en su peor tropiezo desde la década de 1930, en gran parte debido a la desaceleración de Estados Unidos, su principal socio comercial.
3. México forma parte de los 15 países que integran la OCDE. En esta organización entre julio de 2008 y el mismo mes de 2009, el desempleo en México avanzó 1.9%, muy similar al avance del desempleo en la Unión Europea, cuya tasa de desocupación creció dos puntos en el último año. El empleo en los países desarrollados de Europa y de América del Norte como Estados Unidos y Canadá ha sido severamente afectado por la recesión económica global desempleo. El desempleo en las siete mayores economías del mundo repuntó 2.4% entre julio del año pasado y el mismo mes del presente año. La tasa de desempleo en Estados Unidos repuntó 3.6% en julio pasado, respecto al mismo mes de 2008, mientras que en Canadá el desempleo avanzó 2.5% en ese lapso. Lo que está claro es que cualquier crisis pega más duro a México por sus políticas equivocadas.
4. De los 45.7 millones de mexicanos en edad de trabajar actualmente, 2.4 millones de ellos están desempleados; cerca de 27.7 millones están ocupados pero no tienen acceso a instituciones de salud; entre tanto 12 millones más laboran en el sector informal de la economía, el máximo número de personas. En tanto que 4.8 millones de personas estuvieron subempleadas, es decir, que requirieron trabajos adicionales para nivelar su ingreso en el hogar. Esas cifras conservadoras reportadas por el INEGI –por los criterios o métodos que se usan para obtenerlas- no son necesariamente ciertas, aunque sirven para darnos una idea general. Es muy grave que el secretario del Trabajo diga que hay 33 millones que están en edad de trabajar pero que no buscan trabajo, por tanto no son desempleados o que se diga que quien trabaja una hora a la semana no es desempleado.
5. El secretario del Trabajo, en entrevista con Carmen Aristegui, tuvo que aceptar que cada año el gobierno está creando menos de la mitad de los empleos que se necesitan; es decir cada año más de 700 mil personas incrementan el desempleo y, para no morir de hambre junto a su familia tienen que irse a los EEUU, trabajar en la formalidad o de plano tomar el camino de la llamada “delincuencia”. Mientras tanto los empresarios multimillonarios –beneficiados por la política económica neoliberal, en vez de invertir dolarizan su dinero y lo depositan en bancos extranjeros. ¿Por qué entonces se insiste en querer engañarnos de que en México hay que trabajar más, producir riquezas para que haya bienestar, cuando se registra una explotación intensiva del trabajo y se saquea al país para llevarse las riquezas al extranjero?
6. Hace exactamente 150 años, en 1859, Marx, el filósofo, historiador y economista, escribió una obra: “Contribución a la crítica de la economía política”. Este libro fue el antecedente de su obra económica monumental, El Capital, cuyo primer volumen fue publicado en 1867. Sin embargo en 1844 Marx ya había analizado el significado del trabajo al servicio del capital o trabajo enajenado, en su obra “Manuscritos económicos y filosóficos”. Marx fue el primer científico que analizó con profundidad a la sociedad capitalista teniendo como base el trabajo asalariado, la explotación, la plusvalía y el papel del proletariado que le dará sepulturero. A pesar de exponer con profundidad el significado de la lucha de clases, Marx no pudo vislumbrar los demás recursos que tenía el capitalismo para continuar explotando y oprimiendo 150 o 200 años más.
7. Marx escribió entonces: "Dentro del sistema capitalista todos los métodos usados para elevar la productividad social del trabajo se consiguen a costa del trabajador individual: todos los medios para el desarrollo de la producción se transforman en medios de dominación y explotación de los trabajadores; ellos mutilan al trabajador convirtiéndolo en un fragmento de hombre nada mas; lo degradan al grado de hacerlo un apéndice de la maquina; destruyen hasta el ultimo residuo que de atractivo tenga su trabajo, convirtiéndolo en una tarea odiosa; separan de él el potencial intelectual del trabajador en la misma medida en que la ciencia es incorporada al proceso productivo como un poder independiente; distorsionan las condiciones bajo las cuales trabaja, sometiéndolo durante el proceso de trabajo al peor de los despotismos; ellos transforman su vida en una vida de trabajo." (Manuscritos)
8. En tanto que la inmensa mayoría de los economistas de ayer y de hoy, analizan los problemas a partir de los intereses capitalistas, porque son éstos quienes les pagan, Marx enfocó todas sus teoría y análisis a desmenuzar el capitalismo opresor y a construir propuestas para las luchas proletarias. Al parecer en los planteamientos marxistas la dictadura del proletariado nada tenía que ver con la dictadura del partido ni tampoco con la llamada “sociedad socialista”. Cuando Marx hablaba de período de transición de la sociedad capitalista a comunista proponía un proceso de revolución permanente hacia la desaparición del Estado y la instauración de la autogestión. Por eso un principio básico de la lucha contra el capitalismo es la desaparición del trabajo asalariado y por tanto de la plusvalía y la acumulación del capital.
pedroe@cablered.net.mx

viernes, abril 24, 2009

Galeano: Las venas diversas de América Latina


Para presentar Espejos –su enciclopedia personal–; para recibir el Honoris Causa de la Universidad Veracruzana; para dar conferencias y sostener encuentros; para mostrar su pensamiento y su visión, el escritor uruguayo describe en esta entrevista los múltiples caminos de la región para obtener, a 200 años de su liberación de España, una auténtica independencia.

¡Vértigo! Eso es lo que provocan a Eduardo Galeano las “cumbres”. Por ello la V Cumbre de las Américas realizada en Trinidad y Tobago no le causa el menor interés:“Son lugares muy aburridos. Es todo lo que puedo decir”.
Y cuenta:
“Un amigo ingeniero me enseñó que lo único que se hace desde arriba son los pozos, todo lo demás se hace desde abajo, por lo tanto no debemos estar tan pendientes de las cumbres.”Muestra más entusiasmo al hablar del incipiente gobierno de Barack Obama en Estados Unidos (EU), en quien percibe buenos signos, aunque en lo “esencial” no haya cambios; de la nueva Constitución promovida en Bolivia por su actual presidente, Evo Morales; y de su nuevo libro Espejos. Una historia casi universal (Siglo XXI Editores), en el cual mediante narraciones breves ofrece su visión del mundo desde la antigüedad hasta nuestros días.En el hotel Sheraton Centro Histórico, a punto de concluir una breve visita a México, el autor de la trilogía Memoria de fuego, así como de Las venas abiertas de América Latina, El siglo del viento y una vasta obra, conversa con Proceso. Lo que sí reprueba del nuevo gobierno de EU es su presupuesto y actitud ante la guerra, y las invasiones a Irak y Afganistán.
Y cuando habla de estos temas, advierte:
“Por cierto que ya México está en la mira.”
Como algunos críticos y analistas políticos han vislumbrado en la supuesta “colaboración” por la lucha contra el narcotráfico, para Galeano es “la gran coartada” para invadir países:“Es el gran pretexto. La mayor fuente de ganancias de sus bancos más importantes son los narcodólares. Las cifras oficiales de Naciones Unidas indican que 90% de la heroína proviene de Afganistán. Y es un país ocupado por ellos, por lo tanto son ellos quienes directa o indirectamente la están suministrando. Obama explica que manda tropas a Afganistán para luchar contra los talibanes y contra el terrorismo, pero no dice que sea para luchar contra el narcotráfico. Ya que les preocupa tanto el tema de la droga, ¿por qué no empiezan por casa?”
–La idea de la invasión a México también se ha manejado aquí, aunque el gobierno calderonista y hasta algunos analistas partidarios del régimen hablan de colaboración.
–Bueno, no sé.
No sé qué va a pasar y no estoy vendiendo hielo a los esquimales, quienes entienden de México son los mexicanos. Me limito a decir que hay signos de que la droga puede ser el pretexto para una intervención militar creciente, disfrazada de colaboración. Se ha vivido en el caso de Colombia y hay que estar alerta contra eso y, en todo caso, hacer preguntas de sentido común. Hemos perdido el sentido común, el mundo entero ha perdido el sentido común.
Él lanza la pregunta:“Señores, si les preocupa tanto el tema, ¿por qué el país que ustedes están ocupando suministra heroína a todos? ¡La heroína es la peor de las drogas, la más devastadora! Ustedes son responsables de lo que ocurre ahí, lo dice la legislación internacional: ‘Las potencias ocupantes son responsables de lo que ocurre en el país ocupado’. Es clarísimo. ¿Por qué no se ocupan de su país ocupado? Nadie va a formularles esa pregunta, por eso la formulo yo, porque nadie me va a escuchar.”Aunque Galeano no piensa que la llegada de Obama a la presidencia sea resultado de una lucha ganada al racismo, sí celebra su triunfo. La autorización del envío de remesas de los emigrados cubanos y su actitud frente a Cuba, le parecen buenos signos. Pero en lo esencial no ve cambio:“Lo esencial es que ahí hay un modelo social que se ha impuesto en el planeta como único modelo de vida posible, centrado en el consumo y en la violencia. Eso provocó una crisis en el propio Estados Unidos, porque es muy caro pagarlo. Cada bebé estadunidense nace debiendo 9 mil dólares –son las últimas cifras oficiales– y en una manita empuña un automóvil y en la otra una ametralladora. Es el modelo en síntesis: En una manita un automóvil y en la otra un arma.“Eso no tiene destino, digo, es un modelo suicida. Creo que el mundo merece algo mejor que esta consagración universal al mutuo exterminio. Cada minuto el mundo destina 3 millones de dólares a gastos militares. ¡Tres millones de dólares por minuto! –enfatiza–, y cada minuto mueren de hambre o de enfermedades curables 15 niños, según los últimos datos de la UNICEF... O sea, son asesinados por un sistema especializado en el exterminio del prójimo.”
Sangre negra
Varios de los relatos de Espejos hablan del racismo y la lucha contra la discriminación. El titulado “Sangre negra” le da pie para reflexionar que hacia la primera mitad del siglo XX Obama no habría podido ser presidente, “ni siquiera hubiera podido donar sangre”.Cuenta que en 1942, cuando EU ingresaba a la Segunda Guerra Mundial, el Pentágono prohibió las transfusiones de sangre de negros, “para que no se hiciera por inyección la mezcla prohibida en la cama”. Charles Drew, quien “perfeccionó la técnica de utilización del plasma para salvar vidas humanas”, era director de la Cruz Roja en Estados Unidos. Cuando recibió la orden, se negó a aplicarla argumentando que era una estupidez, pues la sangre negra no existe, es roja.
Entonces lo renunciaron:“Era negro, es dato interesante, había llegado a ese puesto insólitamente importante por ser científico y porque había hecho posibles las transfusiones, entonces era tan importante que no había manera de negarlo y lo hicieron director del Banco de Plasma de la Cruz Roja.”Es a partir de historias como ésta que valora y celebra la llegada de Obama, pero por otro lado considera “muy grave” el incremento al presupuesto de guerra, “que ya era enorme, el más grande del mundo...
Eso me parece revelador de que –lamentablemente– no se están produciendo los cambios en profundidad que esperábamos”.
Subraya:
“Además, hipócritamente se le llama presupuesto de defensa. ¿Defensa contra quién? El único que los invadió fue Pancho Villa y poquito duró la expedición. Entonces no sé contra quién. ¿Presupuesto de defensa? ¡Secretaría de Defensa se llama el Ministerio de Guerra!”Luego reitera que se está lejos de ganar la lucha contra el racismo, pues además no empieza ni termina con el color de la piel. Tras recordar que fue en el Renacimiento cuando “la piel empezó a ser signo de desgracia” y se difundió “la falsa noticia de que ser negro era igual a nacer esclavo”, expone otro caso de racismo:“Es lo que nos ocurre cuando leemos los diarios. Abrimos las páginas y tenemos la cifra exacta de los invasores muertos en Irak que andan por los 5 mil –no recuerdo bien–, y nada sobre los invadidos muertos, que son 100, mil veces más, nadie sabe cuántos son, nadie los cuenta porque son muertos de cuarta categoría. Y esos muertos de cuarta categoría han nacido, vivido, crecido en el país que inventó la escritura, en el país que fue la cuna de la civilización humana. La civilización nació en Irak, cuando todavía no se llamaba Irak.”
A esta región del mundo dedica también varios textos en Espejos. Tierra objeto de “devastación y desprecio, que sufre y sigue sufriendo una guerra que nació de una mentira: Irak no tenía armas de destrucción masiva, la guerra nació de una mentira y mintiendo siguen”.
–Varios países de América Latina tienen ahora gobiernos que parecen haber virado a la izquierda y sin embargo también parecen anclados al sistema impuesto por EU.
–Es muy difícil. Hay que empezar por recuperar lo perdido. No hay experiencia posible de cambio si no pasa antes por la recuperación de lo que se ha perdido en estos largos años de política –dirigida desde el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)– a la aniquilación del Estado, a la aniquilación del poder público. Hicieron puré el poder público en todos los países latinoamericanos o casi todos, imponiendo privatizaciones, y en una victoriosa campaña contra el Estado como un obstáculo ante el progreso y la felicidad que nos brindaría el mercado.“El punto es que cuando llegó la crisis a los países ricos el Estado entró a salvar al mercado, pero nosotros no tenemos a quien recurrir, porque el Estado ha sido pulverizado; peor todavía, ha sido reducido a la triste función de carcelero y verdugo, no más que eso”.
Cuando la crisis se hizo pública, no faltó quien, echando campanas al vuelo, anunció el derrumbe del sistema capitalista que Carlos Marx ya había previsto en su obra. Galeano dice no ser profeta como para anticipar que el sistema se derrumbará o no.
Lo que sí cree es que otro mundo es posible y habría que tomar de la “historia reciente del siglo XX la dura lección que dio a la humanidad, en el sentido de que la mitad del mundo sacrificó la justicia en nombre de la libertad y la otra mitad sacrificó la libertad en nombre de la justicia”:“Por lo menos deberíamos aprender que la libertad y la justicia nacieron para vivir bien pegaditas, espalda contra espalda.”
Ya no más
Espejos es un recuento histórico en fragmentos. No sigue un orden cronológico o temático, aunque se siente entre uno y otro relato un hilo conductor. Habla por ejemplo, en una sección de las mujeres en los títulos: Mexicanas, Egipcias, Hebreas, Hindúes, Chinas, Romanas, Griegas y Amazonas; igual de prohibiciones, fundaciones, personajes, pintores, escritores y una multiplicidad de temas.En palabras de Galeano, es una historia que no acepta fronteras ni del mapa ni del tiempo, que va del presente al pasado y del pasado al presente, y viaja por el mundo con entera libertad:“Es una tentativa de recuperación de la diversidad humana. Una visita al pasado con ojos del tiempo presente que quiere contribuir a restablecer los múltiples colores del arco iris terrestre. O sea, somos mucho más de lo que nos han dicho que somos, pero hemos recibido una historia mutilada y conocemos una realidad también mutilada. Mutilada por el machismo, en primer lugar, que las excluyó a ustedes las mujeres, por el racismo, por el militarismo, por el elitismo, por todos los ismos que nos han dejado ciegos de nosotros mismos.”Sobre esto dice en un fragmento de su libro:
“Bolivia demoró 181 en enterarse de que era un país de amplia mayoría indígena. La revelación ocurrió en 2006, cuando Evo Morales, indio aymara, pudo consagrarse presidente por una avalancha de votos.“Ese mismo año, Chile se enteró de que la mitad de los chilenos eran chilenas, y Michelle Bachelet fue presidenta.”
Para Galeano, Bolivia ha actuado por primera vez con sentido común, al aceptar que es un país de mayoría indígena y no “el país mentido que impusieron los doctores de la primera Constitución”. Recuerda que en ésta se estableció que sólo eran ciudadanos 3% de sus habitantes:“Fue cuando nacía la república.
Qué republicana fue esa república que dejó a 97% de la población fuera, en una constitución que –por cierto– redactó Simón Bolívar de puño y letra. Quedaban fuera las mujeres, que eran la mitad, y todos los que no sabían hablar y escribir correctamente la lengua castellana que eran casi todos, por supuesto.”–Se sabe que magnificamos héroes y no queremos ver sus errores, pero ¿cómo pudo Bolívar redactar una Constitución en esos términos?
–Era un hombre de su tiempo e hizo la mejor Constitución que cabía imaginar para la clase dominante de su tiempo. No se le podía exigir otra cosa. En algunas cosas fue más allá de los límites que su clase y su tiempo le imponían. Por ejemplo, en su visión de la América hispánica como una unidad, en otras cosas, no. Fue contradictorio, como contradictoria es la vida, bien lo sabían los indios mesoamericanos, que el motor de la vida es la contradicción, lo supieron antes que Hegel y por lo tanto antes que Marx.
Sólo sabían escribir y hablar el castellano “los doctores, vampiros de indios”, añade Galeano, que ocuparon el poder hasta la llegada de Evo Morales, quien asume diciendo “soy indio y Bolivia es un país de raíz y mayoría indígena, vamos a actuar con sentido común, somos esto y tenemos el orgullo de serlo, esta es nuestra dignidad”.El escritor evoca una anécdota reciente, cuando Morales fue al pueblo minero de cobre de Corocoro y preguntó a los hijos de los mineros, “todos indios, viviendo en muy malas condiciones”, qué querían ser de grandes. Pensó que los más responderían que futbolistas o estrellas de la televisión, y así fue.
“Pero hubo un niño de siete u ocho años que le contestó alzando la cara y sin parpadear, mirándolo fijamente a los ojos: ‘Cuando sea grande voy a ser presidente de Bolivia’. Es un cambio de actitud muy importante, porque ese niño no estaba mirando al suelo pidiendo perdón por existir, estaba encarando de igual a igual al presidente para anunciarle que él también iba a ser presidente. Es una buena metáfora de los cambios, pero además es un hecho real, ocurrió hace poquito.”
–Se dice además que lo más difícil de cambiar es justo la mentalidad.
–Sí, pero para cambiar la mentalidad hay que cambiar todo lo demás, porque cuando alguien está condenado a vivir sometido a un sistema que le niega su dignidad, bueno, por más que cambie su mentalidad, difícilmente va a tener la posibilidad de cambiar su situación.“Una de las medidas que Evo tomó, por ejemplo, es permitir el ingreso de los médicos indígenas, los llamados brujos y hechiceros, la medicina natural, la medicina tradicional, a los hospitales públicos, y exigir que fueran tratados en igualdad con los otros médicos diplomados en la Facultad de Medicina. Se dirá que son pequeñas cosas, pero no son tan pequeñas, como tampoco es pequeño el hecho de que en un acto de sentido común admirable, Rafael Correa, en Ecuador, haya decidido que va a pagar la deuda, pero primero le demuestren que es legítima.“Eso deberían hacer los demás países latinoamericanos. Nos pasamos pagando deudas y no sabemos de dónde salieron.
La mayor parte son ilegítimas, provienen del garrote que nos golpeó durante las dictaduras militares, o del saqueo de los políticos que robaron cuando llegaron al gobierno. ¿Por qué el pueblo va a tener que pagar ese saqueo y ese garrote?”En opinión suya, antes de pagar esas deudas históricas cada país debería preguntar de dónde vienen, quién las firmó y si era un gobierno legítimo. Pues, añade, las dictaduras militares fueron tratadas muy bien por los bancos internacionales, el FMI y el BM, como ningún otro gobierno en la historia de América Latina.“Las dictaduras militares fueron mimadas, besadas, acariciadas, les cantaron boleros románticos. Ahora llegó la hora de la verdad: ‘Si ustedes tanto dinero prestaron a esos regímenes ilegítimos y asesinos, ahora por qué tengo que pagarlo yo’. Son actos de sentido común.”
–¿Usted cree que la mayoría de los países latinoamericanos realmente han cambiado hacia la izquierda?
–No, esos cambios se hacen de a poco y son muy complejos. Ese tipo de generalización sirve para los grandes especialistas gringos que dictan sentencias sobre nuestra realidad y nuestro destino desde los aeropuertos, al cabo de visitas de 15 minutos. Esta es una región del mundo muy diversa y por lo tanto son muy diversos también los cambios que la conducen a la liberación o por lo menos al cambio, a una situación que quiere ser mejor.“Son caminos muy diversos y lo mejor que tenemos es esa diversidad, no hay que verla como un defecto sino como una virtud. Qué suerte que somos tan diversos y diversos serán también nuestros caminos. Por eso se equivocan esos expertos en América Latina, los latinoamericanólogos que nos reducen, nos simplifican para entendernos, pero en el fondo es para despreciarnos.”
A punto ya de despedirse se le pide una última respuesta: ¿Qué se va a celebrar en los países donde se cumplen 200 años de Independencia? ¿Hay realmente algo que celebrar?
–La Independencia es una tarea a cumplir, es un desafío planteado. Todavía no somos independientes, ya lo había dicho y lo había visto con claridad el maestro de Simón Bolívar, don Simón Rodríguez, gran educador latinoamericano del siglo XIX, quizá el más entrañable de nuestros pensadores, porque pensó sintiendo y sintió pensando.“Pasó la vida predicando en el desierto a lomo de mula, nadie lo escuchaba, murió solo, solísimo, y él decía eso: No somos independientes, somos liberados de España, pero no independientes. No hemos aprendido a pensar con nuestra propia cabeza. Entonces increpaba a las clases dominantes, a los que mandaban ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, les decía: ‘Ustedes que copian todo lo que viene de Europa y de Estados Unidos, ¿por qué no les copian lo más importante que es la originalidad?’. Yo creo que él lo vio claro y por eso nadie lo ve a él. Es un héroe ignorado porque dijo la verdad.”
Concluye:“En América Latina son casi tantas las estatuas que faltan como las estatuas que sobran.”

miércoles, abril 22, 2009

El lado oscuro del liberalismo


En sus grandes ensayos, Hannah Arendt puso al descubierto que los rostros históricos del totalitarismo –fascismos y comunismos– surgían de una fuente común: la intromisión de la técnica en el ámbito de la política. Para Arendt, que venía de un estudio atento del mundo griego, la política –que estaba por encima del hacer mediante la técnica– es el acto puro, el de los hombres libres que echan a andar, en la red de relaciones humanas, procesos de acción y reacción que, a diferencia de la técnica, son imposibles de controlar. Es el sitio del ejercicio de las virtudes y de la gratuidad perfecta en beneficio del común.Los totalitarismos, sin embargo, al tratar de controlar ese ámbito de lo impredecible y recomponer la vida común, introdujeron dos tipos de ideas aparentemente contrarias pero funcionalmente equivalentes: la historia y la raza; la historia y la biología, como dos formas del hacer, del producir y controlar un mundo para el futuro. Con ello, dice Arendt,- hicieron de la política una técnica extrema o, como señala Georges Voet al comentarla, “una fabricación que abarca la totalidad de lo real, incluyendo a los seres humanos (...) Al prometer a las masas ‘la producción’ final de la historia (el comunismo) o la ‘creación’ de la forma final de lo vital (la raza superior) –o mejor, al prometer una escatología, es decir, ‘las cosas últimas’ para toda la humanidad–, convirtieron lo político en un producto de la técnica e iniciaron la era de la tecnología política o de la política como tecnología o de la negación de lo humano”.Aunque aparentemente el último de los totalitarismos históricos cayó con el desplome del Muro de Berlín en 1989, se ha dado poca importancia –de ahí que diga aparentemente– al totalitarismo que hay detrás del único régimen que quedó en pie: el liberalismo.La teoría clásica liberal –que nació como una respuesta a la Iglesia y a los Príncipes que habían desechado el sentido político griego y acaparado el dominio público– quería fundar un orden civil y político basado en un pluralismo ajeno a cualquier orden dado de antemano. Para ello creó una sociedad plural con un mecanismo regulador, el Estado, que permitiera a los hombres funcionar juntos mecánicamente. Si no era el retorno a la polis griega, era, al menos, un sitio que garantizaba, como creía Hegel, su posibilidad en el tiempo y más allá de la esclavitud de la que el mundo griego no pudo escapar. Por desgracia, la defensa que el liberalismo hizo de esa pluralidad la hizo de la misma manera que, después de él, la hicieron los totalitarismos: “mediante –vuelvo a Voet– la propagación de (una técnica) políticamente desregularizada y desregularizadora: la del trabajo productivo y el mercado ordenado hacia un consumo ilimitado”. No la historia ni la raza, sino el Mercado. Un mecanismo que, lo había visto con mucha claridad Arendt a mediados del siglo XX, terminaría por someter lo político a lo puramente vital, a la pura sobrevivencia.Esta forma sutil del totalitarismo, a pesar de las críticas de Gandhi, de la escuela de Frankfurt, de Marcuse, del 68 y de las más recientes y más penetrantes de Foucault, Baudrillard o de la lucha zapatista, es constantemente legitimada por los Estados y los medios de comunicación en formas cada vez más contrarias a la pluralidad democrática. Tomemos dos ejemplos simples, pero que hablan del vínculo del liberalismo con los totalitarismos duros. En el período electoral que estamos viviendo, el IFE, en su campaña publicitaria, no deja de repetir en sus spots: “Así nuestra democracia crece y crecemos todos”. Junto a él, el gobierno de Morelos no cesa también de publicitarse con un eslogan que suena al del letrero que pendía a la entrada de Auschwitz (“El trabajo los hará libres”): “Morelos, tierra de libertad y de trabajo”. Para los liberales –algo que también está en Marx cuando escribe: “Si no hay más no habrá nada”–, el crecimiento y el trabajo son la panacea universal. Para ellos, el crecimiento sin límites del mercado y de los votantes es sinónimo de vida política y democrática. Los mecanismos de producción y de distribución de bienes están para ellos en íntima relación con el pluralismo político entendido en clave individualista. Con ello, el liberalismo, al igual que lo hicieron los totalitarismos duros, ha destruido la noción política clásica de “la vida buena”, de la libertad que consiste en el equilibrio entre el hacer y el acto puro, gratuito y alegre del ser virtuoso. “En el liberalismo –dice bien Georges Voet– ya no hay ideas fundamentales o bienes sustanciales. Lo único que hay de básico es un mecanismo regulador (…) que promete maximizar los intereses mediante el ficticio y simplista mecanismo de la ley de la oferta y la demanda”. Una ficción que la crisis y el intento de los Estados por rearticularla han puesto al desnudo como el sesgo totalitario de la libertad liberal. ¿Cómo destruirlo? Su rostro está ahí, más claro que nunca; las maneras de victimarlo están también ahí, enterradas en el corazón de lo humano e iluminadas por las críticas más radicales y las luchas más virtuosas.
Gandhi lo entendió muy bien al propugnar una economía moral de subsistencia y el gozo de la gratuidad de la política donde los hombres equilibran la vida humana bajo la luz de las virtudes.
Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, derruir el Costco-CM del Casino de la Selva, esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez, sacar a la Minera San Xavier del Cerro de San Pedro, liberar a los presos de Atenco y de la APPO, y hacer que Ulises Ruiz salga de Oaxaca.

domingo, marzo 15, 2009

¿Dónde va Cuba?


Sí, lo sé, debería escribir sobre el fraude mediante el cual la derecha salvadoreña intentará impedir el triunfo del FMLN, sobre las posibilidades y opciones que éste tiene, así como de su programa utópico de unidad nacional” (imagínense: ¡con una derecha asesina y proimperialista como la representada por Arena!). Pero el golpe infligido a la moral del pueblo cubano y a los defensores en todo el mundo de la revolución cubana, por la forma en que fueron defenestrados Lage y Pérez Roque, me obliga a plantear cosas más urgentes.
En primer lugar, hay que dejar en claro que las diferencias entre Fidel y Raúl Castro existen desde fines de los años 1950 por el mayor peso en el primero de lo que por comodidad llamamos, muy esquemáticamente, “voluntarismo guiterista”, y, en el segundo, de la formación en el pragmatismo sin principios y en la confianza en los aparatos propios de la formación comunista durante la guerra y en la posguerra. Pero son muchos más los puntos que tienen en común: la intransigencia en la lucha antimperialista, la voluntad de defender el poder surgido de la revolución y las conquistas de ésta, el profundo nacionalismo cubano de cuño martiano. Ellos comparten además la desconfianza en la capacidad creativa y autogestionaria de los trabajadores, a los que ven como una infantería abnegada y valiente que necesita, sin embargo, generales experimentados y audaces.
Como no conocen la historia del movimiento obrero mundial ni han hecho un balance crítico del llamado socialismo real y de sus propios errores estalinistas del pasado, desconfían de los que quieren recurrir al pensamiento de Marx (no al dogma “marxista-leninista”) y de todo lo que huela a independencia del movimiento obrero y consejismo. Fidel y sus llamados “talibanes”, que de repente pasan a ser “indignos”, y Raúl, al igual que la derecha conservadora del partido, a pesar de sus diferencias puntuales, no son sectores en pugna sino “almas”, “estados de espíritu” de un mismo cuerpo político.
En segundo lugar, la reciente crisis en el gobierno y en el partido (tanto Lage como Pérez Roque renunciaron a todos sus cargos en ambos) muestra que las necesidades del Estado se imponen a las del partido (por no hablar de los rudimentos de democracia representativa, como la Asamblea, a la que los diputados elegidos por el pueblo renuncian ni siquiera ante el partido, sino ante los dirigentes del Estado y que no discute nada, ni antes ni después de la crisis).
La supuesta “indignidad” de los defenestrados derivaría, en efecto, de sus actos como miembros del gobierno y las “esperanzas” suscitadas en el enemigo resultarían de sus actos de oficio y de sus reuniones con mandatarios extranjeros. El Estado anula así al partido y le impone sus virajes: la democracia interna y la discusión política en los organismos partidarios, así como el control colectivo sobre los dirigentes son algo inexistente.
En menos de una semana Raúl “libera de sus funciones” a los defenestrados, pero tanto el gobierno como el partido aceptan que ellos mantengan sus otros importantes cargos hasta que un dirigente –Fidel– formalmente retirado del gobierno y que no se expresó antes en el partido, modifica todo con una carta particular donde declara “indignos” y prácticamente traidores y delincuentes a esos altos dirigentes en funciones que, para colmo, durante muchos años fueron sus secretarios.
¿Dónde está la colegialidad en el gobierno? ¿Dónde la separación entre el partido y aquél? ¿Dónde la legalidad misma si se puede echar de su cargo y arruinar a un político sin juicio previo, sin discusión, sin pruebas públicas? ¿Dónde el respeto por los ciudadanos, que eligen diputados que otros anulan, y por los militantes del partido que se enteran por los diarios de que sus dirigentes ahora son réprobos? Con un partido fusionado con el Estado y subordinado al aparato estatal, sin vida política ni independencia, y con un Estado que depende del arbitrio de una o dos personas, ¿es posible acaso construir la democracia? ¿Sin democracia –sin educación política de los ciudadanos– es posible construir el socialismo?
En tercer lugar, es necesario reafirmar que los métodos aprendidos de los soviéticos no significan, sin embargo, que en Cuba exista, como por ejemplo en Corea del Norte, una mezcla de estalinismo con autocracia. Es inaceptable la redacción de las cartas de renuncia a sus cargos de Lage y Pérez Roque, que con una fórmula estereotipada impuesta aceptan la corrección de las críticas recibidas, reconocen errores que ni mencionan y, como humillación final, juran nada menos que ser fieles a Fidel, a Raúl y al partido, o sea, a dos hombres, transitorios y falibles, transformados en Papas para la ocasión, y a un instrumento, igualmente transitorio y que puede y debe ser abandonado si no sirve para el fin, que es construir el socialismo, no afirmar una burocracia estatal.
Si el régimen de Cuba fuese estalinista, el retorno al capitalismo pleno –como en Rusia o en Europa oriental– sería inevitable. No es así. El pueblo cubano sufre la burocracia, es permanentemente despolitizado y desinformado por ésta, pero no está aplastado. En el mismo Partido Comunista militan juntos los que quieren hacer carrera, los “sí-sí-sí” a todo, con los que quieren cambiar a Cuba y al mundo y construir el socialismo. El PCC no es el PCUS. La cultura adquirida por los cubanos es además una base firme que impide acallar el pensamiento crítico, y los cubanos –su historia lo demuestra– no son timoratos ni borregos.
Las confesiones ante la Inquisición humillan a quienes la aceptan, pero demuestran sobre todo el carácter indigno y la degradación moral de quienes creen poder utilizarlas como argumentos para preservar su “autoridad” que esas “confesiones” debilitan aún más. Sólo la verdad es revolucionaria. Al pueblo de Cuba y al mundo se le oculta esa verdad con el pretexto de preservar la revolución. ¡Hay que barrer ese débil muro de hipocresía que intentan imponer los burócratas!

domingo, enero 04, 2009

La vuelta de Keynes y Marx y la crisis del neoliberalismo



Mientras la crisis mundial parece entrar en la fase donde veremos todas las consecuencias en materia de recesión, se está produciendo una verdadera revolución en el pensamiento económico. Retrocede en desorden el neoliberalismo y vuelven a "estar de moda" Marx y Keynes.

Alan Greespan, el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos anterior a Ben Bernanke, era una eminencia en el establishment económico. Todavía hoy, por esos naturales retrasos de la industria editorial, se puede encontrar en las mesas de las principales librerías la traducción al español de "La era de la turbulencia", texto con un fuerte contenido autobiográfico donde Greespan se proponía revelar los "secretos" de casi veinte años al frente de las finanzas norteamericanas.

Pero el libro llegó en mal momento. Cuando se habla de otra cosa: la crisis, que se come las estadísticas y, más importante que eso, los empleos y las esperanzas de millones en el mundo. Y será el propio Greespan, ícono de la economía ortodoxa, quien termine declarando a principios de octubre ante el Comité de Control de Acción Gubernamental de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos: "se me reveló una laguna en la ideología capitalista en la que siempre creí. Mi opinión era que los mercados libres y competitivos son de lejos la mejor manera de organizar la economía. A lo mejor cometí un error al confiar en que los mercados podían regularse a sí mismos". A confesión de partes, relevo de pruebas.

El mundo se derrumba

La crisis arrecia. Nombres como Ford, General Motors o Chrysler figuran en primera fila como candidatos a la quiebra. Los economistas neoliberales, que durante tres décadas se autodefinieron como "la única economía", guardan un oportunista silencio. Es, naturalmente, la hora de la "heterodoxia". Pero, como siempre, tenemos que tener cuidado con la nueva oleada de travestismo ideológico que todo cambio trae consigo. No se trata de hacer historia, que se podría, preguntándose donde estaban Joseph Stiglitz, George Soros o el propio Paul Krugman a comienzos de la década del '90. Limitémonos a sus planteos actuales. En todos los casos se limitan a un diagnóstico simple y una recomendación. El diagnóstico: faltó regulación en los mercados financieros y así "emergió" la especulación. La salida: dar recursos a los bancos para salvar una quiebra en masa.

Repasemos. Dijo Soros (reportaje en Ambito Financiero, 22/9/2008): "La culpa de la actual crisis la tiene el fundamentalismo de mercado, que no es otra cosa que el laissez faire (dejar hacer) del siglo XXI; las finanzas se han vuelto tan irracionales que habrá que ponerlas nuevamente bajo control; el monetarismo es una doctrina errónea". Joseph Stiglitz, por su parte, agrega (Página 12, 21/9/2008): "Hemos aprendido que no se puede dejar a los bancos de inversión regularse a sí mismos. No se puede dejar a la Reserva Federal, que está aliada estrechamente a los banqueros, a cargo de toda la regulación del sistema financiero. Se suponía que la Reserva retiraba el ponche cuando la fiesta se volvía escandalosa, pero en su lugar echó más alcohol". Por último, escuchemos a Paul Krugman (New York Times, 14/10/2008): "¿Cuál es la naturaleza de la crisis? Los detalles pueden ser demencialmente complejos, pero los rasgos básicos son bastante sencillos. El estallido de la burbuja inmobiliaria ha producido grandes pérdidas para todos los que compraron activos respaldados por hipotecas; estas pérdidas han dejado a muchas instituciones financieras con demasiada deuda y muy poco capital para proporcionar el crédito que necesita la economía. ¿Qué se puede hacer frente a la crisis? La ayuda a los propietarios, aunque es deseable, no puede impedir las grandes pérdidas ocasionadas por los préstamos fallidos, y en cualquier caso, sus efectos serán demasiado lentos para mitigar el pánico existente. Lo natural sería, entonces, buscar la solución adoptada en muchas crisis anteriores, que es enfrentar el problema del inadecuado capital financiero haciendo que los gobiernos proporcionen a las instituciones financieras más capital a cambio de una parte de las empresas".

Marx y Keynes

Mientras la crisis arrecia, los neoliberales se esconden y los "heterodoxos" ofrecen estas tibias salidas, donde ni siquiera hay un salvavidas para los que pierden sus casas, algunas otras noticias nos llaman la atención. En Alemania se ha transformado en best seller, nada menos que "El Capital" de Carlos Marx. Las revistas de todo el mundo desempolvan, a la vez, y hacen conocido para el mundo, el viejo rostro del economista inglés John Maynard Keynes. Todo esto merece, sin duda, una reflexión.

Ambos, Marx y Keynes, comparten algo que los hace atractivos. Demostraron, cada uno en su momento y con distintas herramientas teóricas, la realidad de la crisis en el capitalismo, frente a los que creían que se la podía exorcizar simplemente haciendo como si no existiera. Los dos, también, se mostraron escépticos frente a lo que siempre se vendió desde la ortodoxia económica: la mano invisible del mercado como mejor asignador de los recursos. La reaparición de estos viejos íconos es un verdadero cross en la mandíbula a tantos economistas del establishment que se autodefinían como "la" economía, remitiendo a todos los que teníamos ideas diferentes al destierro de "las ideologías perimidas".

La propuesta de Keynes

Pero ambos también interpelan a la heterodoxia. Una lectura básica del gran economista inglés llenaría de vergüenza a los hoy de moda Krugman o Stiglitz. Hay un abismo entre sus tibios planteos y las propuestas intervencionistas de Keynes, sus planes de obras públicas, su desparpajo para afirmar "que se hagan pozos de día y se los tape de noche" como afirmación de que lo fundamental era reactivar la demanda efectiva, e incluso su respuesta cínica a quienes dudaban de la consistencia de sus propuestas ("en el largo plazo estamos todos muertos"). Salvar a los bancos, bajar la tasa de interés de referencia, ampliar el crédito sirve para poco, nos dirían Keynes, cuando reina la incertidumbre y caemos en la preferencia por la liquidez, donde nadie se desprende de su propio dinero y así se ahonda la depresión. Keynes no se fijaría en "cómo financiar" la obra pública, o cuán prolijas quedan las cuentas públicas. Propondría un shock, como hizo en su famosa carta a Roosevelt de la década del '30. Lejos, muy lejos, incluso de Krugman, que sí propone un plan de obras públicas, pero inmediatamente advierte de "no excederse". Y mucho más lejos de las políticas concretas de Estados Unidos, donde su Congreso votó 700.000 millones para salvar a sus bancos, pero se negó a poner 30.000 para evitar que tres millones de obreros quedaran sin empleo ante la quiebra de las automotrices.

El fantasma de Marx

Pero Keynes no es "socialista". Su imagen brilla ante la palidez de los nuevos heterodoxos. Pero debemos tener cuidado con el riesgo inverso. El embellecimiento del inglés puede llevarnos a creer que se trata simplemente de imponer un conjunto de medidas más "radicales" que las actuales, pero que finalmente existe un capitalismo "bueno", "productivo", que puede imponerse a otro "especulativo", "de exclusión", "neoliberal". Y aquí es donde emerge, con todo, la sombra barbada del viejo Marx. ¡Enhorabuena la "moda" de volver a leer El Capital! Allí, el alemán afirma, blanco sobre negro, que el capitalismo engendra siempre, inevitablemente, crisis, miseria y opresión. Que es el escándalo de la pobreza y el hambre en medio de la opulencia y el despilfarro. Y que eso no es producto de los "excesos", sino que está en la lógica misma de un sistema que se mueve en base a la mayor ganancia y la acumulación del capital.

Keynes no era socialista. Sus medidas tenían como objetivo salvar a un sistema que el veía, en medio de la crisis del '30, seriamente en peligro. Pero dejemos que sea el propio Keynes quien nos aclare su posición: "(los conservadores) están conducidos por hombres incapaces de distinguir las nuevas medidas para salvaguardar el capitalismo de lo que ellos llaman bolchevismo". (¿Por qué no me afilio al Partido Laborista?) "En primer lugar, es un partido de clase, y de una clase que no es la mía. Si yo he de defender intereses parciales, defenderé los míos. Cuando llegue la lucha de clases como tal, mi patriotismo como tal, mi patriotismo local y mi patriotismo personal estarán con mis afines. Yo puedo estar influido por lo que estimo que es justicia y buen sentido, pero la lucha de clases me encontrará del lado de la burguesía educada". (Ensayos en persuasión, 1925).

Marx y Keynes. Dos miradas distintas, pero claramente más útiles que las actuales para reflexionar sobre los desafíos que nos depara el 2009, el año donde la crisis nos pegará de lleno. Que, como dice el ideograma chino, "crisis" se transforme también en oportunidad de cambio.

José Castillo es economista. Profesor de economía política y sociología política en la UBA. Miembro del EDI (Economistas de Izquierda).

jueves, diciembre 11, 2008

Marx, Marx y Marx

Frei Betto

El arzobispo católico de Munich, Reinhard Marx, sacó hace poco un libro titulado “El Capital”. La cubierta lleva los mismos colores y tipos de letra que la primera edición de “El Capital” de Karl Marx, publicada en Hamburgo en 1867. Marx no está muerto y es necesario tomarlo en serio”, dice el prelado con ocasión de la publicación de su obra. “Hay que enfrentarse con la obra de Karl Marx, que nos ayuda a entender las teorías de la acumulación capitalista y el mercantilismo. Lo cual no significa dejarse atraer por las aberraciones y atrocidades cometidas en su nombre durante el siglo 20”.
El autor del nuevo “El Capital” califica de “sociales-éticos” los principios defendidos en su libro, critica al capitalismo neoliberal, califica la especulación de “salvaje” y aboga por que la economía sea rediseñada según normas éticas de un nuevo orden económico y político.
“Las reglas del juego deben tener calidad ética. En este sentido, la doctrina social de la Iglesia es crítica frente al capitalismo”, afirma el arzobispo. Y añade: “Un capitalismo sin marco regulatorio es hostil a las personas”.
El religioso refleja bien la posición oficial de la Iglesia Católica ante el capitalismo: se critican sus “abusos”, como si éstos no formaran parte de su misma esencia, basada en la acumulación privada de la riqueza.
¿Pero quién le pondrá el cascabel al gato? ¿El Estado capitalista es capaz de ejercer la función de “marco regulatorio” e imponer límites a la especulación y a la explotación? Si un gobierno democrático-popular lo hace, como sucede ahora en algunos países de Sudamérica, se desencadena un griterío general acusándolo de “populista” y “totalitario”.
El libro comienza con una carta de Reinhard Marx a Karl Marx, a quien llama “querido homónimo”, fallecido en 1883. Le ruega que reconozca ahora su equívoco en cuanto a la inexistencia de Dios; lo que sugiere, entrelíneas, que el religioso admite que el autor del “Manifiesto Comunista” se encuentra entre los que, del otro lado de la vida, disfrutan de la visión beatífica de Dios.
El lanzamiento de la obra ha coincidido con la turbulencia financiera que, en cierta forma, confirma las teorías de Karl Marx en cuanto a las crisis cíclicas del capitalismo. Sin embargo el arzobispo resalta que su homónimo acertó muy poco en sus previsiones revolucionarias, como el surgimiento del socialismo en países de avanzado desarrollo capitalista. Lo que se vio, dice, fue lo contrario: el socialismo floreció antes en un país semifeudal como Rusia.
Al libro le falta explicar porqué la Iglesia Católica de Alemania nunca excomulgó a Hitler, que se llamaba católico, y también se equivocó al invertir buena parte de sus fondos en el banco Lehman Brothers, cuya quiebra confirma, sí, las previsiones del viejo Marx.
Todo indica que la obra de Mons. Reinhard fomentará un nuevo interés por los escritos de su homónimo, así como en las décadas de 1960 y 1970 muchos jóvenes, encantados de abrazar el marxismo, fueron a aprenderlo en el libro “El pensamiento de Karl Marx”, escrito, para refutarlo, por el jesuita francés Jean-Yves Calvez. Su edición portuguesa, en dos tomos, era disputadísima en mis tiempos de prisión bajo la dictadura militar.
Entre un Marx y otro conviene no olvidar a un tercero, que figura entre los dos: Groucho Marx. En materia de concepciones materialistas al humorista estadounidense no se le pueden poner reparos: “Hay cosas más importantes que el dinero, pero… ¡cuestan tanto!”
Que lo digan si no quienes, al ocupar funciones de poder, abandonaron sus antiguas concepciones socialistas y hoy desembolsan casi cuatro mil millones de dólares (la mitad el gobierno central, la otra mitad el gobierno de São Paulo) para salvar de la crisis la industria automovilística instalada en Brasil. ¿Por qué no destinar tales recursos a la ampliación del metro, que favorece a toda la colectividad? (Adital).

martes, octubre 28, 2008

José Saramago: Carlos Marx nunca tuvo tanta razón como ahora

cPor: Agencia Bolivariana de Noticias (ABN)


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El escritor José Saramago


Lisboa, 28 Oct. ABN.- El escritor portugués y premio Nobel de Literatura en 1998, José Saramago, aseguró el lunes que “Carlos Marx nunca tuvo tanta razón como ahora”, en referencia a las teorías desarrolladas por el economista alemán y la actual crisis financiera global.

La aseveración tuvo lugar en Lisboa, capital de Portugal, durante la presentación de la película Blindness, la cual es una adaptación de su obra Ensayo sobre la Ceguera publicada en 1995, reseñó el portal web del rotativo La República, de Uruguay.

“¿Dónde estaba todo ese dinero?”, preguntó Saramago en referencia al enorme capital desenfundado por el gobierno de EEUU como medida para parar la crisis. “Estaba muy bien guardado”, contestó al tiempo que afirmó que “luego apareció de repente, ¿para salvar qué? ¿vidas? No, bancos”.

Asimismo, el escrito manifestó que “las peores consecuencias aún no se han manifestado”. Al ser preguntado sobre el vínculo entre el tema de su novela y la crisis financiera, el escritor respondió que 'siempre estamos más o menos ciegos, sobre todo para lo fundamental'.

A sus 85 años, José Saramago ha publicado más de treinta obras entre prosa, poesía, ensayo y teatro. En agosto pasado, apenas recuperado de una grave neumonía, terminó de escribir su libro El viaje de un elefante, una historia épica y jovial sobre el periplo de un elefante asiático por la Europa del siglo XVI.