jueves, octubre 14, 2010

REFLEXIONES DEL COMPAÑERO FIDEL. El imperio por dentro

Por Fidel Castro Ruz









La Habana, 13 de octubre de 2010

(Tercera parte)

(Tomado de CubaDebate)

"CAPÍTULO 15

"El Almirante Mullen compareció ante el Comité de Servicios Armados del Senado para su audiencia de confirmación con vista a un segundo mandato de dos años, dos días después de la primera sesión dedicada a la estrategia. En su alegato el Almirante se refiere a la estrategia sugerida por McChrystal y añade que esto ‘probablemente signifique más tropas’.

"Cuando Obama supo del testimonio de Mullen, le hizo saber a su equipo cuán descontento se sentía al saber que Mullen públicamente estaba apoyando la estrategia de McChrystal. El Almirante declaró que ‘el talibán había crecido tanto en tamaño como en complejidad’, y que por eso apoyaba los esfuerzos encaminados hacia una contrainsurgencia con los recursos adecuados. ¿Acaso el Almirante ignoraba lo que Obama había dicho apenas dos días antes? ¿No le había dicho el Presidente a todos los presentes, Mullen incluido, que ninguna de las opciones parecía adecuada, que era necesario que ellos desafiaran sus propias presunciones y que iban a tener cuatro o cinco sesiones de debate sobre este asunto? ¿Qué era lo que estaba haciendo el principal asesor militar del Presidente al informar públicamente estas conclusiones preliminares?

"En la reunión de los principales del Consejo de Seguridad Nacional se evidenciaba que estaban furiosos. Los Generales y Almirantes constantemente le están cerrando el paso al Presidente.

"Emmanuel comentó que lo que se movía entre el Almirante y Petraeus no era correcto, que todo el mundo había apoyado públicamente la noción de que hacía falta enviar más tropas. El Presidente ni siquiera había tenido una oportunidad.

"Morrell opinaba que Mullen podía haber evitado la controversia en su audiencia, simplemente diciendo que su función era la de asesor militar principal del Presidente de los Estados Unidos y del secretario de Defensa, y que debía darles sus recomendaciones a ellos primero en privado antes de anunciarlas públicamente y que no consideraba adecuado compartirlas antes con el Comité.

"Morrell pensaba que todo era parte de la compulsión que sentía Mullen por comunicar, fortalecer la prominencia y la estatura de su posición. Tenía una página en Facebook, una cuenta en Twitter, videos en YouTube y un sitio web llamado ‘Los viajes con Mullen: una conversación con el país’.

"El propio Mullen al salir al lobby descubrió que él mismo era el tema de una acalorada controversia.

"Emmanuel y Donilon le preguntaron: ¿Cómo se supone que nosotros enfrentemos este asunto? Tú has dicho esto, y ¿qué debemos decir nosotros?

"Emmanuel agregó que esta noticia iba a hacer titulares en todos los noticieros nocturnos.

"Mullen quedó sorprendido. La Casa Blanca sabía de antemano lo que él iba a decir, pero en su testimonio no había dado cifras específicas de tropas. Fue tan amorfo como pudo. Pero en su audiencia de confirmación él tenía que decir la verdad y la verdad era que él compartía la noción de la necesidad de una contrainsurgencia. ‘Eso es lo que yo pienso’, dijo. ¿Cuál era su alternativa?

"Donilon se preguntaba por qué Mullen había tenido que usar la palabra ‘probablemente’, y por qué no había dicho ‘no sé’. Eso hubiera sido mejor.

"El titular de la primera página de The Washington Post de la mañana siguiente rezaba: ‘Mullen: 'Probablemente' se necesiten más tropas.’

"Obama convocó al General retirado Collin Powell a una reunión privada en la Oficina Oval el 16 de septiembre. Siendo Republicano, Powell le había dado un fuerte apoyo a Obama durante su campaña.

"Refiriéndose a Afganistán, Powell le comentó que no se trataba de una decisión que se tomaba una sola vez, que ésta era una decisión que iba a tener consecuencias para una gran parte de su gobierno. Le recomendó: ‘Sr. Presidente, no se deje presionar por la izquierda que quiere que usted no haga nada. No se deje presionar por la derecha que quiere que usted lo haga todo. Tómese su tiempo y decida usted mismo.’

"Y también le recomendó que no se dejara presionar por los medios de prensa, que se tomara su tiempo, que recopilara toda la información que necesitara para garantizar que después se iba a sentir cómodo con la decisión tomada.

"Si usted decide enviar más tropas, o si eso es lo que usted piensa es necesario hacer, asegúrese de comprender bien qué es lo que van a hacer esas tropas y trate de tener alguna certeza de que el envío de tropas adicionales va a redundar en un éxito. Usted no puede garantizar el éxito en un teatro de operaciones tan complejo como el de Afganistán, que se complica cada vez más con el problema de Pakistán al lado.

"‘Usted tiene que garantizar que la base de este compromiso suyo va a ser sólida, porque en estos momentos es un poco suave’ dijo Powell, refiriéndose a Karzai y a la corrupción generalizada que existe en su gobierno.

"El Presidente no apoyaba plenamente una operación de contrainsurgencia, porque eso significaba asumir la responsabilidad de Afganistán por un largo período de tiempo.

"El Presidente dijo que cuando se recibiera la valoración hecha por McChrystal, era evidente que todo el mundo tenía que reunirse en un salón a fin de garantizar que todo el mundo estuviese cantando a partir del mismo cantoral.

"CAPÍTULO 16

"El 29 de septiembre Jones convocó a los principales del Consejo de Seguridad Nacional para un debate de dos horas, a modo de ensayo para la reunión del día siguiente, sin la presencia del Presidente.

"Cualquiera que hubiese visto un video de la reunión probablemente se alarmaría. Ocho años después de haber comenzado la guerra, aún se batallaba por definir cuáles eran los objetivos principales.

"Biden había escrito un memorando de seis páginas exclusivamente para el Presidente, cuestionando los informes de inteligencia sobre los talibanes. Los informes presentaban al Talibán como el nuevo Al Qaeda. Como los talibanes eran los que combatían contra los estadounidenses, se había hecho usual que los árabes, los uzbecos, los tayikos y los chechenios cruzaran hacia Afganistán para lo que ellos llamaban ‘el verano del yihad’.

"Biden indicó que estas cifras eran exageradas, que el número de combatientes extranjeros no sobrepasaba los 50 o los 75 cada vez.

"El miércoles 30 de septiembre el Presidente celebró la segunda reunión para analizar el problema de Afganistán y Pakistán. Esta vez el grupo de asistentes era mayor. Petraeus estaba presente.

"El Presidente preguntó: ‘¿Hay alguien aquí que piense que debemos irnos de Afganistán?’ Todos quedaron en silencio. Nadie dijo nada.

"‘Bien’, dijo el Presidente, ‘ahora que podemos prescindir de eso, continuemos.’

"Obama también quería alejarse del tema de Afganistán durante el resto de la sesión.

"‘Comencemos por lo que nos interesa, que es realmente Pakistán, no Afganistán’, dijo. ‘De hecho, si quieren, les pueden decir a los líderes pakistaníes que no nos vamos a ir de Afganistán.’

"Obama estableció las reglas para el resto de la sesión. ‘Realmente quiero centrarme en los Estados Unidos. Considero que existen tres objetivos claves. Uno de ellos es proteger a los Estados Unidos, a sus aliados y a sus intereses en el extranjero. Dos, la preocupación acerca de la estabilidad y las armas nucleares en manos de Pakistán. Y si estoy centrando mi atención en los Estados Unidos, ¿existe acaso alguna diferencia entre los peligros que emanan de Al Qaeda o del Talibán?’

"Lavoy y Petraeus hicieron sus intervenciones. MacChrystal hizo una presentación sobre lo que él llamaba ‘El Camino’ hacia su valoración inicial.

"Obama expresó: ‘Bien, ustedes han hecho su trabajo, pero hay tres nuevos acontecimientos: los pakistaníes se están comportando mejor; la situación en Afganistán es mucho más seria que lo que anticipábamos; y las elecciones afganas no dieron como resultado el punto de viraje que esperábamos —un gobierno más legítimo.’

"Biden favorecía el presupuesto, impugnado por el Presidente, de que Pakistán evolucionaría de la misma forma que evolucionaría Afganistán.

"Robert Gates proponía tener en cuenta los intereses en el exterior y los aliados.

"Hacia el final de la reunión Hillary preguntó de qué forma se utilizarían las tropas adicionales, a dónde irían, si iban en calidad de asesores, y cómo se aplicarían las lecciones aprendidas en Irak.

"Los análisis de inteligencia al más alto nivel nunca fueron concluyentes acerca de una acción en Afganistán en estos momentos. Un Afganistán completamente desestabilizado tarde o temprano desestabilizaría a Pakistán. De modo que la interrogante ante el Presidente y su equipo era la siguiente: ¿Podían los Estados Unidos asumir ese riesgo?

"Gates se reunió con el embajador pakistaní, Haqqani, en los Estados Unidos. Tenía que hacerle llegar un mensaje explícito del Presidente: no nos íbamos de Afganistán. Haqqani se refirió a una larga lista de cosas que el ejército pakistaní necesitaba. El Congreso había aprobado un fondo de 400 millones de dólares en mayo para mejorar el arsenal de la contrainsurgencia. Haqqani abordó el problema de los 1 600 millones que los Estados Unidos le debían al ejército de Pakistán por permitirle llevar a cabo operaciones militares a lo largo de la frontera. Después del 11 de septiembre, los Estados Unidos habían creado una cuenta de gastos a favor de Pakistán y de otros países, llamada Fondo de Apoyo a la Coalición, con la cual se les reembolsaba a los aliados por la ayuda prestada.

"CAPÍTULO 17

"Obama se reúne con un grupo bipartidista de aproximadamente 30 líderes del Congreso con el fin de darles una información actualizada sobre la revisión de la estrategia.

"Varios legisladores criticaban el enfoque de Biden que defendía una ofensiva antiterrorista. Lo interpretaban como una forma de reducir la presencia de los Estados Unidos.

"Biden aclaró que no estaba defendiendo una política que implicara una operación realizada sólo con el uso de Tropas Especiales.

"El Presidente tuvo que aclarar que nadie estaba hablando de abandonar Afganistán.

"McCain dijo que sólo esperaba que la decisión no fuese tomada a la ligera y que respetaba el hecho de que la decisión la debía tomar Obama como Comandante en Jefe.

"Obama le respondió: ‘le aseguro que no estoy tomando ninguna decisión a la ligera. Y usted tiene toda la razón. La decisión la tengo que tomar yo y yo soy el Comandante en Jefe.’

"Obama continuó diciendo: ‘nadie siente tanta urgencia en tomar esta decisión —y hacerlo de la manera correcta— como yo.’

"Ese mismo día a las 3:30 de la tarde Obama volvió a reunir a su equipo para analizar la situación de Pakistán.

"El consenso dentro de la comunidad de inteligencia era que la situación en Afganistán no se iba a resolver si no había relaciones estables entre la India y Pakistán.

"Mullen apuntaba que los programas de colaboración entre los ejércitos de los Estados Unidos y Pakistán habían ascendido a casi 2 000 millones al año, por concepto de equipamiento, entrenamiento y otras empresas.

"Hubo sugerencias de abrir nuevas instalaciones en Pakistán con el fin de infiltrar fuentes de información en las tribus e incluir a asesores militares estadounidenses en las unidades pakistaníes.

"Obama aprobó todas las acciones en el terreno. Era inusual recibir una orden inmediata del Presidente, pues hasta el momento en las sesiones de trabajo se hablaba mucho y no se tomaban decisiones.

"CAPÍTULO 18
"Por fin McChrystal tenía la oportunidad de presentar su opción para el incremento de tropas sólo ante los principales (Obama no estaba presente) el 8 de octubre.

"La esencia de su exposición, con 14 diapositivas, era que las condiciones en Afganistán eran mucho peor que lo que se pensaba, y que sólo una ofensiva contrainsurgente que contara con plenos recursos podía remediar la situación.

"Jones dijo que había preguntas aún sin responder, y anotó en su libreta que era imposible poner en práctica cualquier estrategia para Afganistán que no abordara el problema de los santuarios en Pakistán.

"McChrystal planteaba tres opciones:

"1. de 10 000 a 11 000 efectivos para entrenar a las fuerzas de seguridad afganas.

"2. 40 000 efectivos para proteger a la población.

"3. 85 000 efectivos para el mismo propósito.

"McChrystal aclaró que el objetivo en este caso no era derrotar al talibán sino degradarlo, o sea, impedir que volviesen a tomar el control de partes claves del país.

"Hillary preguntó si era posible llevar a cabo la misión de degradación con un menor número de tropas, y el General le respondió que no, que él abogaba por los 40 000 efectivos.

"Al día siguiente Obama despertó con la noticia de que le habían otorgado el Premio Nobel de la Paz.

"Esa misma tarde a las 2:30 el Consejo de Seguridad Nacional en pleno tendría una sesión de trabajo con el Presidente. Éste comenzó la reunión pidiéndoles a todos que le dijeran qué debía hacerse con la guerra.

"Lavoy comenzó hablando sobre Pakistán y su obsesión con la India, y que los pakistaníes tenían reservas acerca del compromiso de los estadounidenses.

"McChrystal dijo que a menos que la misión cambiara, él presentaba las mismas opciones.

"Eikenberry resumió en 10 minutos sus opiniones, que eran bastante pesimistas. Coincidía con el hecho de que la situación se estaba deteriorando y que era necesario enviar más recursos, pero pensaba que la ofensiva contrainsurgente era muy ambiciosa.

"Gates recordó que todos se habían abrazado a sólo tres opciones:

"1. Contrainsurgencia, es decir, construcción de la nación.

"2. Antiterrorismo, que muchas personas piensan se trata de misiles lanzados desde un buque en el océano.

"3. Antiterrorismo plus, la estrategia propuesta por el vicepresidente.

"Pero evidentemente había más opciones y no sólo estas tres. Gates agregó que era necesario redefinir el objetivo y que probablemente los Estados Unidos estaban tratando de lograr más que lo que se podía alcanzar.

"Petraeus concluyó: ‘Nosotros no vamos a destruir al Talibán, pero necesitamos negarle el acceso a zonas pobladas y líneas de comunicación claves para contenerlos.’

"Biden preguntó: ‘¿Cuál sería el mejor estimado de tiempo para que las cosas marchen en la dirección correcta? Si dentro de un año no hay un progreso palpable, ¿qué hacemos?’

"No hubo respuesta.

"Biden insistió: ‘Si el gobierno mejora y ustedes reciben las tropas, ¿cuál sería el impacto?’

"Eikenberry respondió que si bien los últimos cinco años no habían sido muy esperanzadores, había habido pequeños progresos, y que se podía capitalizar en ellos, pero que no se debían esperar avances significativos en los próximos seis a doce meses.

"CAPÍTULO 19

"Le tocaba el turno a Hillary en la reunión del 9 de octubre. Hillary dijo que el dilema era decidir qué era lo primero, si más tropas o un mejor gobierno; que para evitar el colapso se necesitaban más tropas, pero que ello no garantizaba el progreso.

"Preguntó si era posible el logro de los objetivos en Afganistán y Pakistán sin el compromiso de enviar más tropas. Ella misma respondió que la única forma de lograr que el gobierno cambiase era enviando más tropas, pero que aún así no había garantías de que esto diera resultado.

"Añadió que todas las opciones eran difíciles e insatisfactorias y agregó: ‘Nosotros sí tenemos un interés de seguridad nacional en garantizar que el Talibán no nos derrote. Lo mismo ocurre con la destrucción de Al Qaeda, que sería difícil sin Afganistán. Es una opción extremadamente difícil, pero las opciones son limitadas, a menos que nos comprometamos y obtengamos una ventaja psicológica.’

"Mullen se hizo eco de otros comentarios de línea dura. Dennis Blair sugirió que la política interna podía ser un problema por el número de bajas, pues el mes anterior la cifra había ascendido a 40, el doble de la del año anterior. Él se preguntaba si valdría la pena. La respuesta era que el pueblo lo iba a apoyar en tanto creyera que había logros.

"‘Por primera vez el Presidente tendría una estrategia elaborada por el gabinete de guerra en pleno, y podremos decirle al pueblo de los Estados Unidos lo que estamos haciendo’, dijo.

"Panetta opinaba lo siguiente: ‘Usted no se puede ir. No puede derrotar al Talibán.’ ‘Ellos no estaban hablando de la posibilidad de implantar una democracia al estilo de la de Jefferson en Afganistán’, decía Panetta, quien consideraba que ésta era la base para reducir la misión de los Estados Unidos y aceptar a Karzai a pesar de sus defectos. Según Panetta, la misión era luchar contra Al Qaeda y garantizar que no existieran santuarios. Era necesario trabajar con Karzai.

"Susan Rice dijo no haber tomado aún una decisión, pero que pensaba era necesario reforzar la seguridad en Afganistán para derrotar a Al Qaeda.

"Holbrooke dijo que se necesitaban más tropas; la cuestión era saber cuántas y cómo utilizarlas.

"John Brennan preguntaba qué era lo que se trataba de lograr, pues las decisiones en materia de seguridad que se adoptaran aquí serían aplicadas también en otras regiones. Si se tratara de un gobierno no corrupto, que prestara servicios a toda la población, eso no se iba a lograr mientras él estuviese vivo. ‘Es por eso’, decía él, ‘que las palabras 'éxito', 'victoria' y 'ganar' complican nuestra tarea.’

"Habían transcurrido ya dos horas y media. El Presidente dijo que esas reuniones habían dado como resultado una definición útil del problema, que estaba emergiendo una nueva definición.

"‘Esto no lo vamos a resolver hoy’, dijo Obama. ‘Ya hemos reconocido que no podremos derrotar completamente al Talibán.’

"Obama dijo que si aprobaba el envío de 40 000 tropas, eso no bastaría para una estrategia de contrainsurgencia que cubriera a todo el país.

"Obama preguntaba si era posible llevar a los afganos al punto de que les permitieran a los Estados Unidos retirarse en un período de dos, tres, cuatro años.

"‘No podemos mantener un compromiso por tiempo indefinido en los Estados Unidos’, dijo Obama. ‘No podremos mantener el apoyo interno y el de nuestros aliados sin dar ninguna explicación que incluya los límites de tiempo.’

"Holbrooke regresó a su oficina en el Departamento de Estado, donde el personal se quejaba de que se mantenían despiertos toda la noche redactando análisis que nadie se leía.

"Holbrooke respondió que la persona a la cual estaban dirigidos sí se los leía. Que las noches en vela no habían sido en vano y que debían preparar un nuevo paquete de informes para el Presidente." Así concluye la síntesis de los capítulos 15 al 19, de los 33 que contiene "Las guerras de Obama".

Ayer se anunciaba la publicación, casi simultánea, de otro libro, "Conversando conmigo mismo", con prólogo de Barack Obama. Pero esta vez la edición verá la luz en 20 idiomas. Según se afirma, contiene cartas y documentos importantes de la vida de su autor: nuestro conocido y estimado amigo Nelson Mandela.

En los años finales de su cruel encierro, Estados Unidos convirtió el siniestro régimen del apartheid en potencia nuclear, suministrándole más de media docena de bombas nucleares, destinadas a golpear las fuerzas internacionalistas cubanas, para impedir su avance en el territorio ocupado por Sudáfrica en Namibia. La aplastante derrota del ejército del apartheid en el Sur de Angola dio al traste con el infame sistema.

Nuestros representantes en España prometieron adquirir y enviar de inmediato ejemplares del libro, cuyo lanzamiento estaba anunciado para hoy 12 de octubre. Pero casi a las seis de la tarde nada se sabía todavía, porque era feriado en España y las librerías no vendían. Se cumplía el 518 aniversario del día en que nos descubrieron y España se convirtió en imperio.

Prosigue mañana.









Fidel Castro Ruz
Octubre 12 de 2010
7 y 12 p.m.

El imperio por dentro (Segunda parte)
El imperio por dentro (Primera parte)

Detrás de la Noticia. Victoria chilena… vergüenza mexicana

Por Ricardo Rocha





14 octubre 2010

Cada minero que sale es una luz desde la oscuridad y también una bofetada en el rostro de México. Apenas el 26 de agosto expresé aquí mi admiración por la enorme, inmediata y decidida movilización de pueblo y gobierno de Chile para rescatar a los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad. Pero también hube de manifestar mi rabia envidiosa porque en México no hicimos nada por nuestros 65 mineros de Pasta de Conchos.

El de Chile es un triunfo de la voluntad impulsada por la fe, pero también por el trabajo y el esfuerzo infatigable de cientos de personas que participaron de algún modo en el rescate. Y, por supuesto, la fuerza espiritual de miles de familiares y chilenos en general, que a lo largo de su país constituyeron un gran colectivo de oraciones al que se sumaron millones de ojos y corazones que, desde los más apartados rincones del mundo, siguieron cada capítulo de esta historia. Una formidable lección de sobrevivencia humana, coraje y amor por la vida.

Por eso nos duele aún más Pasta de Conchos. Y hoy, más que nunca, se nos restriega el recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue. El rescate que nunca se intentó. La enanez del grandote Fox. La estulticia del yunquista Salazar, secretario del Trabajo. La mezquindad del magnate Larrea, de Minera México. Y la indiferencia de muchos medios de comunicación que se limitaron a reseñar la inacción del no pasa nada porque todo está perdido.

Hoy, a cuatro años de distancia de aquel 19 de febrero de 2006, Pasta de Conchos sigue siendo una herida abierta en la conciencia de este país. Un capítulo de mentiras, corrupción y negligencia del que lo único rescatable es la conmovedora lucha de las viudas, que siguen pugnando por recuperar a sus muertos.

Quisiera creer que todavía estamos a tiempo de emular el ejemplo chileno. Que en un rasgo de dignidad y con un mínimo de sensibilidad se intentara una justicia póstuma en aquella mina de Coahuila convertida en fosa común. Pero no. Para ser honesto no creo que nada vaya a ocurrir ahora. El gobierno anterior se cruzó de brazos. Y el actual ha dado el caso por cerrado y no se ha dignado a escuchar los reclamos.

Al momento de escribir estas líneas, ventitantos de los 33 han sido ya rescatados. Algunos estupefactos de poder miran de nuevo el mundo. Otros, eufóricos en los gritos del llanto. Todos con el agradecimiento intensísimo de ser protagonistas de un milagro. Y de las escenas conmovedoras de abrazos y besos a sus mujeres, a sus hijos, a sus hermanos y hasta a sus gobernantes. El fin de una espera que sólo el temple y el valor hicieron soportable.

En consecuencia, Sebastián Piñera, el derechista que en buena lid arrebató el gobierno a la izquierda chilena, ha consolidado su liderazgo. Lo hizo muy bien, sin aspavientos y antes de lo previsto. Hay quien dice que fue para sacar ventaja política. Yo prefiero ser ingenuo y creer que actuó por convicción y buena fe.

Lo mismo quisiera pensar de quienes nos gobiernan. Pero cada vez me la ponen más difícil.

Plan B. Los patriarcas del mal

Por Lydia Cacho




14 octubre 2010

Son hombres, casi todos, de más de 50 años. Empresarios entrados a políticos, políticos convertidos en empresarios. Son ellos quienes, al acercarse un huracán, añoran que entre con fuerza para que el Fonden salve lo que los políticos destruyeron. Son ellos los que pagan millones para hacer negocios con permisos que rompían reglas y leyes. Son ellos los que tienen los monopolios y se hacen mártires cuando alguien les cuestiona. Son esa generación de mexicanos que conducen autos blindados, que se codean con la élite y con los pomposos y corruptos líderes eclesiásticos que, más que a Dios, sirven al poder que finge ser deidad.

Ellos también nos gobiernan; han colaborado, junto con los gobiernos anteriores, al debilitamiento de las organizaciones de la sociedad civil; son ellos y no otros los que hace una década negaron los feminicidios y la corrupción, nutriendo la impunidad que hoy les asombra.

Son ellos, y no otros, los que, por décadas han considerado que México es su coto, su changarrito, su lodazal para revolcarse. Son ellos y no otros los que desprecian a los 7 millones de jóvenes sin trabajo y sin escuela a quienes despectivamente llaman ninis. Son esos empresarios y líderes los que parecen sorprendidos por la realidad, como si no fuesen arquitectos del país que tenemos. Son los líderes inmorales del país los que le tienden la cama a Peña Nieto, pues creen que más de los mismo es bueno (aunque sea un espejismo, hasta para ellos). Son esos millonarios que destrozan sin piedad a Calderón, no por sus errores estratégicos, sino porque rompió los pactos de la colusión del poder (aunque haya permitido otros pactos).

Ellos brindan por el regreso de Salinas, porque la geografía de la inmoralidad reviva. Ellos se quejan por las extorsiones de Los Zetas, como si esa descomposición social no tuviera padre. Como si con su manipulación mediática no desinformaran en la tv con el espectáculo telenovelero de la ignorancia que finge ser periodismo; son ellos los que, entre la ética y el desprecio por la humanidad, prefieren el desprecio.

Esos patriarcas del mal son los que se preguntan: ¿Quién nos iba a decir que desaparecer un cacique nos iba a enfrentar a otros 32? Pero los caciques provincianos son también su hechura. Cuando les dieron dinero para callar o hablar, cuando les perdonaron desde asesinatos hasta protección de la delincuencia organizada y pederastia. Son ellos los que se hacen los dignos, y buscan salvavidas sólo para su clase.

Pero son pocos, aunque dañen como muchos. Hay millones de personas para exponerlos, para recordar que el país es nuestro, que no hay rendición, ni la habrá. Ellos son los “no-nos” (no al progreso, no a la justicia).

Son la verdadera generación perdida de México.

EDITORIAL. Del poder de los medios.

Año 8, número 3502
Jueves 14, octubre del año 2010


El que se le haya dado más importancia a la vida de los 33 mineros que venturosamente fueron rescatados de las entrañas de La Madre Tierra, que a las más de 40 vidas que se perdieron el pasado fin de semana en nuestro México, o las que se perdieron en Afganistán, o en Irak.

Hace ver la importancia y el poder que tienen los medios de comunicación en estos vertiginosos tiempos que vivimos, en los que la comunicación es prácticamente instantánea.

Cuando Julio César, el gran conquistador de las Galias, fue ultimado en el senado romano por su protegido Brutus; en Egipto, donde el Emperador tenía algo más que ligas e intereses comerciales, se enteraron cuatro meses después.

De ahí la necesidad de regular y controlar a este sector de la comunicación que se ha vuelto intocable a pesar de violar flagrantemente las leyes.

Y no es que la vida de los mineros chilenos que según el Presidente Piñera se salvaron gracias a dios (curiosamente el mismo dios que no quiso que corrieron la misma suerte los que quedaron atrapados en Pasta de Conchos) no valga la pena el esfuerzo que se hizo para rescatarlos.

Sino que se hace inentendible que no se haga lo mismo para con todos los demás, también inocentes, que mueren diariamente sin que sus decesos ocasionen la misma conmoción.


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miércoles, octubre 13, 2010

REFLEXIONES DEL COMPAÑERO FIDEL. El imperio por dentro

Por Fidel Castro Ruz









La Habana, 12 de octubre de 2010

(Segunda parte)

(Tomado de CubaDebate)

En la Reflexión de ayer aparece un párrafo clave extraído del libro de Woodward: "Un secreto importante que nunca había sido reportado en los medios ni en ninguna otra parte era la existencia de un ejército encubierto de 3 000 hombres en Afganistán, cuyo objetivo era matar o capturar a los talibanes y en ocasiones adentrarse en las zonas tribales para pacificarlas y obtener apoyo." Tal ejército, creado y manejado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), entrenado y organizado como "fuerza especial", ha sido integrado sobre bases tribales, sociales, antirreligiosas y antipatrióticas; su misión es el seguimiento y la eliminación física de guerrilleros talibanes y otros afganos, calificados como extremistas musulmanes. Nada tienen que ver con Al Qaeda y Bin Laden, un saudita reclutado y financiado por la CIA para luchar contra los soviéticos cuando sus tropas ocuparon Afganistán. Cuando el Vicepresidente Biden viajó a Kabul, a principios de 2009, David Mckiernan, jefe de las tropas de Estados Unidos en Afganistán, le dijo cuando este preguntó por Al Qaeda: "que no había visto ni un solo árabe en dos años allí". A pesar de la relativamente breve y efímera importancia que los principales medios internacionales de prensa dieron a "Las guerras de Obama", estos, sin embargo, no dejaron de consignar esta reveladora noticia.

El gobierno de Estados Unidos estaba ante un problema insoluble. En una de las últimas reuniones del Consejo de Seguridad Nacional durante la presidencia de Bush, se aprobó un informe donde se afirmaba: "que los Estados Unidos no podrían mantenerse en Afganistán a menos que se resolvieran tres grandes problemas: mejorar la gobernabilidad, disminuir la corrupción y eliminar los santuarios de los talibanes..."

Podría añadirse que el problema es más grave si se toman en cuenta los compromisos políticos y militares de Estados Unidos con Pakistán, un país dotado de armas nucleares, cuya estabilidad, en medio de tensos equilibrios de carácter étnico, había sido afectada por la aventurera guerra de Bush en Afganistán. Cientos de kilómetros de frontera montañosa, con poblaciones del mismo origen que están siendo atacadas y masacradas por aviones sin piloto, son compartidos por Pakistán y Afganistán. Las tropas de la OTAN, cuya moral decrece día por día, no podrán ganar esta guerra.

Sin enormes cantidades de combustible, alimentos y municiones, ningún ejército puede moverse. La propia lucha de los afganos y pakistaníes, de uno y otro lado de la frontera, ha descubierto el punto débil de las sofisticadas tropas de Estados Unidos y Europa. Las largas rutas de abastecimientos se están convirtiendo en cementerio de los enormes camiones y cisternas destinados a esa tarea. Los aviones sin piloto, las comunicaciones más modernas, las sofisticadas armas convencionales, radioeléctricas y hasta las nucleares, sobran.

Pero el problema es mucho más grave que lo que estas líneas expresan.

Seguimos, sin embargo, adelante con la síntesis del espectacular libro de Woodward.

"CAPÍTULO 8

"Jack Keane, General retirado, muy cercano a Hillary Clinton, le advirtió que la estrategia seguida en Afganistán era incorrecta, que el elevado número de víctimas no iba a poner fin a la insurgencia, que esto tenía el efecto contrario, que la única salida era una ofensiva contrainsurgente intensiva para proteger a los afganos. McKiernan no estaba interactuando con los gobernadores de las provincias. Keane le expresó que se recurría mucho a la lucha antiterrorista y la estrategia contrainsurgente no marchaba a la par.

"Keane le propuso sustituir a McKiernan por el Teniente General Lloyd Austin III, segundo al mando en Irak; y también propuso a McChrystal, agregando que éste era, sin dudas, el mejor candidato.

"McChrystal había organizado buenas campañas antiterroristas en Irak, pero los éxitos tácticos no se traducían en victorias estratégicas. Es por ello que la contrainsurgencia era necesaria.

"CAPÍTULO 9

"En la audiencia de confirmación de Leon Panetta como Director de la CIA ante el Comité de Inteligencia del Senado, este afirmó que la Agencia ya no enviaría a los supuestos terroristas a otro país para que fuesen torturados, porque esto estaba prohibido según las órdenes ejecutivas del nuevo Presidente. Él declaró que tenía la sospecha de que la CIA enviaba personas a otros países para que fuesen interrogadas utilizando técnicas que ‘violaban nuestras normas’.

"Hayden lo estaba observando por la televisión y se preguntaba, molesto, si Panetta había ignorado la conversación que ambos habían tenido el mes anterior. Hayden contactó a Jeff Smith, ex asesor general de la CIA, quien estaba ayudando en la transición entre Hayden y Panetta y le amenazó diciéndole: ‘O bien él retira lo dicho en su testimonio público mañana o tendremos el espectáculo donde el actual Director de la CIA le diga al futuro Director de la CIA que no sabe de lo que está hablando’. Hayden dijo que lo expresaría públicamente y que eso no iba a beneficiar a nadie. Al día siguiente fue el Senador Kit Bond, de Missouri, el jefe republicano del Comité de Inteligencia, quien le preguntó a Panetta si él se retractaba de lo que había dicho el día anterior y Panetta dijo que sí.

"Hayden posteriormente se reunió con Panetta y le dijo que había leído sus escritos, donde decía que el gobierno de Bush había seleccionado la mejor información de inteligencia para alegar la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Panetta había culpado de ello a una unidad especial del Pentágono creada por Rumsfeld. Panetta respondió que no era cierto, que había sido un error de ellos, y aceptó que se había producido en ese caso un catastrófico fallo de inteligencia en la agencia de la cual iba a ser director.

"El 13 de febrero el presidente se reunió nuevamente con el Consejo de Seguridad Nacional para discutir cuatro opciones para el despliegue de tropas en Afganistán.

"1. Decidir sólo después de definir una estrategia.

"2. Enviar de inmediato a 17 000 efectivos.

"3. Enviar los 17 000 pero en dos partes.

"4. Enviar 27 000, con lo cual se daría cumplimiento a la solicitud del General McKiernan.

"Clinton, Gates, Mullen y Petraeus apoyaron el envío de los 17 000 de inmediato. Ésta también fue la recomendación de Jones. Richard Holbrooke, en un video de seguridad, advirtió que 44 años atrás el Presidente Johnson debatía lo mismo con sus asesores para el caso de Viet Nam. ‘No se puede olvidar la historia’, agregó. Viet Nam nos había enseñado que las guerrillas ganan en una situación de impasse, y que por lo tanto él apoyaba el envío de los 17 000. Obama finalmente le notificó al Pentágono que había decidido enviar 17 000.

"CAPÍTULO 10

"El objetivo para el gobierno de Obama estaba claro: desmantelar y finalmente derrotar a Al Qaeda y sus aliados extremistas, sus estructuras de apoyo y sus santuarios en Pakistán, y evitar su regreso a Pakistán o Afganistán. Jones, Gates y Mullen se preguntaban si podían confiar en los pakistaníes. Biden proponía reforzar las operaciones antiterroristas y concentrarse en Al Qaeda y en Pakistán. Obama preguntó si el envío de 17 000 efectivos y posteriormente 4 000 más harían la diferencia y la respuesta fue que sí. Obama preguntó cuánto costaría esta operación y la respuesta fue que no se sabía, que esto sólo era un estudio y que no se había hecho un cálculo del presupuesto, pero que el costo de colocar a un soldado estadounidense en Afganistán, incluidos los pagos como veterano de guerra, el seguro de salud, el costo de la atención a sus familiares, la alimentación y el armamento, ascendía a aproximadamente 25 000 dólares al año. El costo de un soldado afgano en el terreno ascendía a unos 12 000 dólares. Más tarde Obama confirmó que Pakistán sería el centro de cualquier nueva estrategia.

"En una reunión con el Consejo de Seguridad Nacional, Obama dijo que esperaba contar durante al menos dos años con el apoyo popular para su estrategia. Biden expresó que la suerte estaba echada, aunque haciendo notar que disentía, pero aseguró que apoyaría la estrategia del presidente.

"CAPÍTULO 11

"Petraeus se mostraba preocupado. Le preocupaba convertirse en la víctima de sus éxitos anteriores en Irak. Probablemente una contrainsurgencia no era la estrategia correcta en Afganistán, pero Petraeus le había asignado la tarea de estudiar el tema a un grupo de expertos en operaciones y actividades de inteligencia, quienes tenían una opinión contraria. Parecía que el Presidente no había aceptado sus argumentos a favor de una operación contrainsurgente. El presidente anunció en un discurso su estrategia de desmantelar y derrotar a Al Qaeda. Un editorial del diario The Washington Post elogió el plan con el siguiente titular: ‘El precio del Realismo’. El discurso sorprendió a algunos. El presidente personalmente le había hecho cambios al texto. Obama no se había comprometido totalmente con el envío de todas las tropas solicitadas por el ejército. Obama dijo que analizaría la cuestión nuevamente después de las elecciones en Afganistán.

"El Secretario de Defensa Gates parecía cómodo con la decisión: Dos días después declaró que no veía la necesidad de pedir más tropas o pedirle al Presidente que las aprobara hasta tanto no se viera el desempeño de las mismas.

"El Presidente de Pakistán se reunió con Obama en su oficina. Obama le dijo que no quería armar a Pakistán en contra de la India. Reconoció que habían avanzado en Swat pero que el cese al fuego había provocado que los extremistas subvirtieran la legitimidad del gobierno pakistaní, y que el gobierno estuviera dando la impresión de que nadie estaba a cargo. Obama reconoció que Pakistán actuaba ahora con más decisión, lo cual se había hecho evidente por su actuación en Swat y por haber permitido que la CIA lanzara como promedio un ataque con aviones no tripulados cada tres días en el curso del mes anterior. Los pakistaníes habían lanzado una operación con 15 000 efectivos, una de las mayores hasta el momento, contra los talibanes.

"El jefe del Estado Mayor Conjunto se daba cuenta de que la solución del problema afgano estaba justo a la vista, merodeando por los pasillos del Pentágono. McChrystal ya era una leyenda. Había trabajado más que nadie, solucionando problemas y sin protestar. Cumplía a cabalidad todas las órdenes. Gates finalmente anunció que McChrystal sería el nuevo comandante de las tropas en Afganistán. ‘Nuestra misión allí’, dijo, ‘requiere nuevas ideas y nuevos enfoques por parte de nuestros jefes militares’. Posteriormente Obama expresó que él había estado de acuerdo con esta decisión porque confiaba en las opiniones de Gates y Mullen, pero que no había tenido la oportunidad de conversar personalmente con él.

"El 26 de mayo de 2009 apareció en el informe al Presidente uno de los más sensibles reportes de inteligencia profunda. Su título era: Los reclutas de Al Qaeda en América del Norte pudieran hacer cambiar los objetivos y las tácticas en los Estados Unidos y en Canadá. Según el informe, alrededor de 20 partidarios de Al Qaeda con pasaportes estadounidenses, canadienses o europeos se estaban entrenando en los santuarios de Pakistán para regresar a sus países de origen y perpetrar actos terroristas de alto perfil. Entre ellos se incluían media docena del Reino Unido, varios canadienses, algunos alemanes y tres estadounidenses. No se conocían sus nombres. Dennis Blair pensaba que los informes eran lo suficientemente alarmantes y creíbles como para que el Presidente fuese informado. Pero Rahm Emmanuel no estaba de acuerdo. Blair respondió, como asesor de inteligencia del Presidente, que se sentía realmente preocupado y Emmanuel lo acusó de estar tratando de responsabilizarlo a él y al Presidente.

"Al salir de la Casa Blanca Blair estaba convencido de que ambos vivían en planetas diferentes con respecto a este tema. Cada vez más veía una falla en el gobierno.

"CAPÍTULO 12

"El General Jones acostumbraba a viajar él mismo a Afganistán para hacer sus propias valoraciones. Él era de la opinión de que los Estados Unidos no podían perder esa guerra, porque la gente iba a decir que los terroristas habían ganado y este tipo de acciones se iban a ver en África, América del Sur y otros lugares. Las organizaciones como la OTAN, la Unión Europea y las Naciones Unidas podrían quedar relegadas al basurero de la historia.

"Jones visita a los soldados heridos, se reúne con los coroneles y se entrevista con McChrystal. McChrystal le confiesa que Afganistán estaba mucho peor que lo que él esperaba. Advirtió que había sobradas razones para preocuparse y que si la situación no se revertía pronto se haría irreversible. Jones pidió que le enumerara los problemas y McChrystal comenzó a citar toda una letanía de ellos: el número de talibanes en el país era muy superior a lo que se pensaba (25 000). Jones comentó que eso era el resultado del tratado firmado entre Pakistán y sus tribus, pues allí los nuevos talibanes podían ser entrenados sin interferencias. El número de ataques talibanes se acercaba a los 550 semanales y en los últimos meses se había casi duplicado. Las bombas a los bordes de la carretera estaban matando a aproximadamente 50 efectivos de las tropas de la coalición cada mes, a diferencia de la cifra de ocho registrada el año anterior.

"Jones insistía en que la nueva estrategia tenía tres etapas:

"1.- La seguridad.

"2.- El desarrollo económico y la reconstrucción.

"3.- La gobernabilidad por parte de los afganos bajo el imperio de la ley.

"Jones insistía en que la guerra no la iba a ganar sólo el ejército, que durante el próximo año la parte de la estrategia que debía comenzar a funcionar era el de-sarrollo económico, y que si eso no se hacía bien no iban a haber suficientes tropas en el mundo para lograr la victoria. Jones aclaró que ésta era una nueva época y que Obama no le iba a dar a los comandantes del ejército todas las fuerzas que ellos pedían, como acostumbraba a hacer Bush durante la guerra en Irak. Jones añadió que el Presidente sabía que estaba caminando por el filo de una navaja, lo cual quería decir que no sólo eran tiempos difíciles y peligrosos, sino que la situación podía avanzar en una u otra dirección.

"En la provincia de Helmand, Jones aclaró que la estrategia de Obama estaba destinada a reducir la participación y el compromiso de los Estados Unidos, que él no pensaba que Afganistán debía ser la guerra sólo de los Estados Unidos, pero que había habido una tendencia a americanizarla.

"A su regreso Jones le informa a Obama que la situación era desconcertante; que no había relación alguna entre lo que le habían estado diciendo durante los últimos meses y lo que el General McChrystal estaba enfrentando. Obama le pregunta al fin cuántas tropas se necesitaban y Jones le informa que aún no había un número definido. Él pensaba que era necesario completar las dos primeras etapas de la estrategia —de-sarrollo económico y gobernabilidad—, o de lo contrario Afganistán simplemente se iba a tragar cualquier cifra adicional de tropas.

"En el Pentágono la reacción era muy diferente. Jones fue acusado de querer poner límites a la cifra de tropas. Éste alegaba que no era justo que el presidente tomara la decisión que había tenido que tomar en marzo, y antes de completar los 21 000 efectivos allí, decidir que como la situación era tan mala se necesitaban de 40 000 a 80 000 efectivos adicionales.

"Entre la Casa Blanca y el Pentágono existía un abismo cada vez mayor, y esto ocurría sólo cuatro meses después de que el Presidente diera a conocer su nueva estrategia.

"CAPÍTULO 13

"Algunos funcionarios del gobierno estadounidense describían el gobierno de Obama utilizando la terminología afgana, y decían que la presidencia estaba poblada por ‘tribus’, lo cual reflejaba sus divisiones. La tribu de Hillary vivía en el Departamento de Estado; la tribu de Chicago ocupaba las oficinas de Axelrod y Emmanuel; la tribu de la campaña presidencial ocupaba el Consejo de Seguridad Nacional, que estaba dirigido por el jefe de gabinete Mark Lippert y el director de comunicaciones estratégicas Denis McDonough. A este grupo le llamaban la ‘insurgencia’.

"La derrota del Talibán requería más tropas, dinero y tiempo que su desmantelamiento. La derrota significaba una rendición incondicional, una capitulación total; la victoria, ganar en el más amplio sentido de la palabra, destruir completamente al Talibán.

"Richard Holbrooke se mostraba pesimista cerca de las elecciones del 20 de agosto en Afganistán y expresó: ‘Si hubiese 10 resultados posibles en Afganistán, 9 de ellos son malos. Todos ellos fluctúan entre la guerra civil y las irregularidades’.

"Tan pronto cerraron los colegios de votación el 20 de agosto hubo reportes de fraude en las urnas. Muchos funcionarios de Naciones Unidas y del Departamento de Estado no abandonaron sus residencias para visitar los centros de votación por razones de seguridad.

"El día posterior a las elecciones Holbrooke y el embajador estadounidense se reunieron con Karzai, al cual le preguntaron qué haría si había una segunda vuelta. Karzai dijo que él había sido reelecto y que no habría una segunda vuelta.

"Después de la reunión Karzai llamó al centro de operaciones del Departamento de Estado y pidió hablar con Obama o con Hillary. El embajador estadounidense le recomendó al presidente que no aceptara la llamada, pues Karzai se había colocado a la defensiva diciendo que una segunda vuelta era imposible. Obama estuvo de acuerdo en no hablar con él.

"Los informes de inteligencia describían a Karzai como una persona cada vez más delirante y paranoico. Karzai les dijo: ‘Ustedes están en contra mía. Es un complot entre los estadounidenses y los británicos’.

"En el mes de agosto se creó un grupo a fin de que entrevistara a los miembros del grupo estratégico del General McChrystal que recién acababan de regresar de Afganistán, con el objetivo de saber qué era lo que estaba ocurriendo en el terreno, cómo iba la guerra, qué estaba funcionando y qué no. McChrystal le dio al grupo tres preguntas a modo de guía para su estudio: ¿es posible cumplir la misión?; y de ser así, ¿qué es necesario cambiar para que la misión se cumpla?; ¿se requieren más recursos para cumplir la misión?

"McChrystal le pidió al grupo que fuese pragmático y se concentrara en las cosas que realmente funcionaban.

"El grupo llegó a la conclusión de que el ejército entendía relativamente poco a la población afgana. No alcanzaba a comprender cómo las campañas de intimidación lanzadas por los talibanes afectaban a la población. El acopio de información de inteligencia era un desastre. El grupo descubrió que el 70 por ciento de los requisitos de inteligencia se centraban en el enemigo. Algunos miembros del grupo pensaban que dentro de uno o dos años la guerra estaría totalmente americanizada. Los estadounidenses preferían que los aliados de la OTAN aportaran dinero y asesores para las fuerzas de seguridad afganas, en vez de que estuviesen merodeando por todo el país pidiendo apoyo aéreo para atacar a los afganos de apariencia sospechosa.

"El grupo sólo tenía malas noticias para McChrystal. Se podía llevar a cabo la mejor campaña de contrainsurgencia en la historia del mundo, y aún así ésta fracasaría por la debilidad y la corrupción que existían en el gobierno afgano. McChrystal quedó como si hubiese sido atropellado por un tren. De todos modos, le dio las gracias al grupo.

"McChrystal le hizo saber a Gates que necesitaría 40 000 efectivos más. Tras largas discusiones, Gates le prometió que le daría tantos efectivos como pudiera mientras pudiera. ‘Usted tiene un campo de batalla allá y yo tengo un campo de batalla aquí’, le dijo.

"CAPÍTULO 14

"Biden se había pasado cinco horas tratando de diseñar una alternativa para McChrystal, la cual llamó ‘antiterrorismo plus’. En vez de una cantidad intensiva de efectivos, el plan se concentraba en lo que él creía era la amenaza real: Al Qaeda. Esta estrategia ponía énfasis en la destrucción de los grupos terroristas mediante el asesinato o la captura de sus líderes. Biden pensaba que era posible disuadir a Al Qaeda de regresar a Afganistán, y así evitar enfrascarse en la costosa misión de proteger al pueblo afgano.

"Biden pensaba que Al Qaeda tomaría por el camino donde encontrarían menor resistencia y que no regresarían a sus antiguos lugares de origen si:

"1. Los Estados Unidos mantenían al menos dos bases (Baram y Khandahar) para que las Fuerzas Especiales pudieran operar en cualquier lugar del país.

"2. Los Estados Unidos contaran con fuerzas suficientes para controlar el espacio aéreo afgano.

"3. Las redes de inteligencia humana dentro de Afganistán le proporcionaban información acerca de los objetivos que serían atacados a las Fuerzas Especiales.

"4. La élite de la CIA, una fuerza compuesta por 3 000 afganos para operaciones anti-terroristas podían moverse libremente.

"Afganistán debía convertirse en un ambiente ligeramente más hostil para Al Qaeda que Pakistán para que ellos decidieran no regresar.

"Obama necesitaba a alguien que lo guiara. Había estado en el Senado sólo cuatro años, y Biden 35. El presidente pensaba que los militares no podían presionarlo, pero ellos podían aplastar a un presidente inexperto. Biden acudió a Obama, y éste le dijo: ‘Tú eres quien conoces a esa gente. Adelante. Presiona’.

"Obama confesó después que el quería que su vicepresidente fuese un detractor agresivo, y que dijera exactamente lo que pensaba, que hiciera las preguntas más difíciles, porque estaba convencido de que ésa era la mejor manera de servir al pueblo y a las tropas, estableciendo un fuerte debate sobre estas cuestiones de vida o muerte.

"Obama convocó a un pequeño grupo de los más experimentados miembros de su equipo de seguridad nacional para analizar el informe clasificado de 66 páginas elaborado por McChrystal, que en resumen decía que si no se enviaban más efectivos era probable que la guerra terminara en un fracaso en los próximos 12 meses. El presidente agregó que las opciones en este caso no eran buenas y aclaró que no aceptaría automáticamente la solución propuesta por el General ni por nadie. ‘Tenemos que abordar esto con el espíritu de desafiar nuestras propias presunciones’.

"Peter Lavoy, vicejefe de análisis de la oficina del director de la DIN, consideraba que tras los ataques con aviones no tripulados, Bin Laden y su organización habían sido golpeados, asediados, pero no acabados, que Al Qaeda se había convertido en la sanguijuela del Talibán.

"Obama quería saber si era posible o no derrotar a Al Qaeda y cómo; si era necesario destruir al Talibán para destruir a Al Qaeda; qué se podía lograr en los próximos años; qué tipo de presencia era necesario tener en Afganistán para poder contar con una plataforma antiterrorista eficaz.

"Lo que no se dijo y todos sabían era que un presidente no podía perder una guerra ni hacer ver que la estaba perdiendo. Obama dijo que iba a ser necesario trabajar durante cinco años y proponía considerar otras prioridades nacionales."









Fidel Castro Ruz
Octubre 11 de 2010
6:00 p.m.

EDITORIAL. Entregarle el mando único de las policías a una sola persona

Año 8, número 3501
Miércoles 13, octubre del año 2010


Basados en el principio de que toda acción trae consigo una reacción igual y de sentido contrario, lo que es aplicable a todos los aspectos de la vida y es el primer grado de la consciencia que puede hacer del hombre algo menos malo.

Pues a estas alturas no aceptar que somos una plaga depredadora, no solo del Planeta, sino de nosotros mismos, es haber perdido toda objetividad (y consciencia)

Y partiendo de la base de que entregarle el mando único de las policías a una sola persona (que es lo que en el fondo se pretende, pues eso de que estaría bajo el mando de los Gobernadores, es la finta) es una locura.

Pues de hecho sería tanto como hacer permanente el Estado de Excepción que ya padecemos los ciudadanos, con inseguridad en las calles y hasta en los hogares con la bola de encapuchados que nos encontramos a la vuelta de cualquier esquina sin que sepamos bien a bien a qué bando pertenecen.

Y convertirnos de lleno en un maldito Estado Policíaco, al que a la postre no podrán controlar ni los políticos. Las historia están aquí junto en los EEUU, solo hay que ver el poder que tienen.

Más que hermandades los policías son mafias de individuos que el propio sistema obliga a delinquir al pedirles sus cuotas; y ponerlos a todos bajo un mismo mando es peligrosísimo.

Por lo que basados en el principio de que el dinero mal habido no rinde, pagarles mejores sueldos o preparar mejor a los cuerpos policíacos no es solucionar el problema de la corrupción.

La única solución para tener una buena policía, sería cambiarlos a todos por gente preparada académicamente. Pero son cerca de 400 mil policías en toda la República.

Y sin saber de dónde sacaríamos la misma cantidad de elementos para suplirlos, lo que por el momento no es posible hacer, también habría que saber qué hacer con los que serían despedidos; porque tampoco se vale corromper a la gente y después abandonarla a su suerte.


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Diario Libertad
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martes, octubre 12, 2010

"Haiga sido como haiga sido", estampas de un Estado y dos presidentes fallidos


http://www.youtube.com/watch?v=3PJh7UXouD8

http://www.youtube.com/watch?v=6uCj5KE5ItA

http://www.youtube.com/watch?v=X47Hn723PW0

http://www.youtube.com/watch?v=ePoQENLGe0A

http://www.youtube.com/watch?v=OmCQjUCJMcU

http://www.youtube.com/watch?v=3fQwoMhx92s

Mensaje 11 de octubre


http://www.youtube.com/watch?v=Ucgvhk9varE

Campesinos, fuera de los subsidios de la Sagarpa

VER EDICION COMPLETA AQUI.

Chile: la herida mapuche

VALPARAISO, 12 de octubre (apro).- La prolongada huelga de hambre sostenida por 34 comuneros mapuches ha cuestionado las bases sobre las que se sustenta el modelo político y económico chileno. Ello justo en momentos en que Chile conmemora el Bicentenario de su independencia y se prepara para conmemorar un nuevo aniversario de la llegada de Colón al continente americano.

A pesar del intento del gobierno del presidente Sebastián Piñera de sellar el conflicto mediante la firma de un acuerdo aceptado parcialmente por los huelguistas, el conflicto se mantiene latente. Esto, debido a la negativa de 14 comuneros a abandonar la protesta por considerar que la oferta del gobierno no supone avances sustanciales.

Paralelo a la huelga de hambre mapuche, clanes rapanui realizan diversas acciones de protesta y gestiones políticas y jurídicas que buscan “la restitución absoluta e inmediata de sus tierras ancestrales”.

Además, los mapuche huilliche han hecho saber su intención de recuperar a la brevedad las tierras que hoy forman parte del Parque Tantauco, propiedad del presidente Sebastián Piñera.

De esta manera se ven frustrados los intentos del mandatario de poner fin al conflicto existente entre indígenas y el Estado de Chile, que en lo sustancial pone en tela de juicio al modelo económico y político hoy vigente en Chile, como lo expresa el codirector del Observatorio Ciudadano José Aylwin en su columna “La herida de Chile” –publicada en la web de este centro-. Allí este abogado indigenista expresa que “el bicentenario ha dejado al descubierto una de las heridas más profundas de Chile: la de su relación con los pueblos originarios. Aunque desde el gobierno y la prensa se hayan esforzado en esconder esta herida, las celebraciones oficiales, al igual que las privadas, no han podido ignorarla”.

Expresión del cuestionamiento que está sufriendo Chile es el hecho que horas antes de que se conociera el acuerdo entre el gobierno y los huelguistas de Concepción, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, exhortó al gobierno de Chile “a comprometerse para encontrar una solución lo antes posible y evitar la pérdida de vidas humanas”.

El pronunciamiento de éste diplomático coreano fue la principal exigencia realizada por una treintena de mapuches afiliados a la Alianza Territorial, que durante dos semanas ocuparon la sede de la CEPAL en Santiago.

El 28 de septiembre, un grupo de intelectuales estadunidenses liderado por Noam Chomsky emitió una declaración, en la que cuestionaba “la peligrosa indiferencia de las autoridades chilenas para acoger los justos planteamientos de este grupo de representantes de los primeros habitantes de Chile”.

Los reclamos en favor de un nuevo trato hacia los indígenas están llegando a los cerrados círculos de la derecha chilena. Prueba de ello es que el diario El Mercurio publicó, el pasado 27 de septiembre, una columna del jurista Carlos Peña titulada El conflicto chileno-mapuche, donde sostiene que la salida a éste “no se debe reducir a puras políticas de bienestar (…) se requieren medidas de justicia reparadora (tendientes a corregir las desventajas históricas de esos grupos y el fraude de que a veces fueron víctimas); la concesión de derechos políticos (una discriminación positiva bajo la forma de cuotas de participación); el ejercicio de derechos linguísticos y culturales (para proteger la cultura que el Estado intentó asimilar durante dos siglos), y una amplia gama de prácticas de reconocimiento (que permita que su cultura aparezca dotada de dignidad, y no como una simple excrecencia de siglos que ya pasaron)”.

Crecientes reclamos

La lucha de los huelguistas mapuches a favor de juicios más justos, ha ido de la mano de crecientes reclamos que buscan la restitución de tierras ancestrales. El 24 de septiembre, en medio de la primera ronda de la Mesa de Diálogo entre el gobierno y los Pueblos Indígenas, efectuada en el cerro Ñielol de Temuco, el cacique mayor del Concejo de Caciques Huilliche de Chiloé, Armando Llaitureo, reclamó la propiedad de las tierras donde hoy está el Parque Tantauco propiedad de Sebastián Piñera, de 118 mil hectáreas de extensión.

El exobispo de Aysén José Luis Ysern, consultado por Radio Bio Bio, otorgó legitimidad al reclamo de los huichille al recordar la existencia del Tratado de Tantauco –de 1826-- por el que la Corona Española reconocía la propiedad huichille de todas las tierras que conformaban la Isla Grande de Chiloé, ubicada a más de mil kilómetros al sur de Santiago.

El mismo 1 de octubre, medio centenar de comuneros mapuches de Paicaví Chico (provincia de Arauco, Región del Bio Bio), ocupó el fundo La Fortuna, propiedad de Forestal Cambium. Lo llamativo de esta ocupación es que fue realizada por una comunidad considerada “no conflictiva” por las autoridades.

En la Cordillera de Cunco, las comunidades mapuche-pewenche asociadas a la Alianza Territorial Mapuche continúan con las recuperaciones de tierras. Por su participación en las continuas tomas de tierras del latifundista Leonardo García (cuñado del intendente de la Región de La Araucanía, Andrés Molina) 14 comuneros del territorio Werere son enjuiciados bajo los cargos de “usurpación violenta, daños a la propiedad privada y desórdenes públicos”. El “werken” (mensajero) de esta comunidad Carlos Wenulef expresó, mediante comunicado difundido el 4 de octubre: “Resulta curioso que mientras los mapuche reclamamos lo que nos pertenece y lo que nos robaron, ahora los poderosos se transforman en victimas cuando lo único que han hecho con las tierras usurpadas es contaminarlas y cada día empobrecerlas”.

Pero, sin lugar a dudas, las principales movilizaciones mapuches de las últimas semanas fueron las realizadas en solidaridad con los comuneros en huelga de hambre. El momento más álgido se produjo entre el 29 y el 30 de septiembre, cuando miles de mapuches provenientes de comunidades rurales, bloquearon todos los accesos de Temuco, generando un clima de sublevación que hace tiempo no se veía en Chile.

El 30 de septiembre llegó a La Moneda la marcha de mujeres mapuches encabezadas por Juana Calfunao. Fueron recibida por el ministro del interior Rodrigo Hinzpeter, instancia clave en el posterior acuerdo con los comuneros, encabezados por Héctor Llaitul.

Ese mismo día, cerca de diez mil estudiantes marcharon por el centro de Santiago exigiendo una respuesta rápida del gobierno a las demandas de los huelguistas.

El acuerdo que supuso el fin parcial a la huelga de hambre fue dado a conocer el viernes 1 de octubre en la parroquial Casa Betania de Concepción. Contó con la rúbrica del arzobispo Ezatti, así como del subsecretario de la presidencia, Claudio Alvarado y de la vocera de los mapuche de Concepción, Natividad Llanquileo.

En lo fundamental, este suponía el compromiso por parte del gobierno de retirar, en un plazo de cinco días, las querellas que contemplaran la aplicación de la ley antiterrorista. También contemplaba la modificación de la justicia militar, con el fin de evitar los dobles procesamientos (justicia civil y justicia militar) por un mismo delito.

El texto de este compromiso, cuya redacción da a entender que fue preparado por el gobierno, sostiene que éste ha promovido reformas a la Ley Antiterrorista y a la justicia militar y que su accionar “responde a convicciones y principios democráticos previstos en nuestro ordenamiento jurídico, el que se inspira en nuestra Carta Constitucional, normas del derecho internacional, de los derechos humanos, y el Convenio 169 de la OIT, así como en recomendaciones de organismos internacionales”.

Los 14 mapuche que rechazaron sumarse a este convenio (10 de Angol, 3 de Temuco y un menor de Chol Chol) sostuvieron, mediante declaración pública dada a conocer el 3 de octubre, que “las reformas propuestas por el gobierno siguen atentando contra derechos humanos fundamentales, entre ellos, el debido proceso, el derecho a la intimidad, el derecho de defensa”.

Agregan: “En lo que respecta a la justicia militar, la reforma sólo beneficia a los uniformados, ya que aumenta las penas de los delitos que se cometan en su contra, otorgándoles más protección para actuar con impunidad, como ya lo hacen actualmente en las comunidades mapuche”.

En relación con la Ley Antiterrorista, los ayunantes expresaron que “las modificaciones tienden a perfeccionar su aplicación y no hay garantías de que no se vuelva a aplicar a la protesta social mapuche, como lo recomienda James Anaya, Relator Especial de la ONU para el tema indígena”.

En entrevista con Apro, un abogado defensor de mapuches, que prefirió mantener su identidad bajo reserva, sostuvo que “la huelga de hambre objetivamente logra un éxito increíble en cuanto a solidaridad nacional e internacional, pero, asegura, este éxito se ve aplacado por el triunfo mediático y político que logra el gobierno al lograr que algunos comuneros se bajen, sin lograr en la práctica ningún logro concreto, ni en términos políticos ni en términos procesales… solamente promesas que se va a actuar de buena y que va a retirar las querellas y eso en términos procesales tampoco implica absolutamente nada”.

Expresión de esto sería el hecho que el Juzgado de Garantía de Cañete negó, el pasado 7 de octubre, dar la libertad a 10 comuneros mapuches --de un total de 18--, que están acusados de realizar el ataque al fiscal Mario Elgueta, perpetrado en 2008 en el sector de Puerto Choque, provincia de Arauco. Los comuneros llevan un año y medio en prisión preventiva. Al momento de realizarse esta audiencia el gobierno todavía no cumplía con su compromiso de retirar las querellas en su contra.

Es importante señalar que el fiscal que lleva esta causa, Andrés Cruz, sostuvo en la ocasión que “la ley antiterrorista goza de buena salud” y que “mientras no haya una modificación que provenga del poder legislativo ellos van a seguir aplicando lo que ordena la ley”.

Con el fin de dar a conocer las irregularidades y aberraciones procesales de la que los mapuches han sido víctimas, tres representantes de los comuneros que se mantienen en huelga de hambre, se reunieron el jueves pasado con el presidente de la Corte Suprema, Milton Juica, quien recientemente comentó que “la ley antiterrorista no era propia de una democracia”.

Se trata del lonko de la comunidad autónoma de Temucuicui, Víctor Queipul, y de los werkenes Jorge Huenchullán y Rodrigo Curipán, quienes fueron acompañados por el abogado Jaime Madariaga. La cita tuvo lugar en el Palacio de los Tribunales de Justicia de Santiago.

Un juicio justo

En entrevista con Apro, Curipán se mostró satisfecho con los resultados de la entrevista. Expresó que “fue bastante grata la conversación porque nos permitió hablar con extensión respecto de las bestialidades que cometen la justicia en los lugares donde hay comunidades mapuche que reivindican tierras”.

Agregó: “Nos hemos ido con la convicción de que fuimos escuchados; con la sensación que él puede hacer algo para evitar que se repitan los criterios hasta ahora usado por los tribunales con relación a las causas mapuche”.

Curipán sostuvo que comprende a quienes decidieron deponer la protesta tras 83 días sin comer, pero expresa que ninguno de los puntos que formaron parte del acuerdo supone un avance para la causa mapuche. Estima que el Ministerio Público se está convirtiendo en el principal obstáculo para poner fin a la protesta.

Dice que no observa en el compromiso del 1 de octubre “una cuestión de fondo porque no se asegura que no se volverá a aplicar la ley antiterrorista a los mapuche”.

Rodrigo Curipán afirma que “el hecho de continuar la huelga en cierta forma responde al sacrificio que ha hecho toda la gente tanto mapuche como no mapuche, por levantar este movimiento, por tratar de dar a entender al mundo que no se le puede acusar al mapuche de ser terrorista cuando no lo es”.

Agregó: “Lo que ellos buscan es un juicio justo, un proceso donde no haya obstáculos para poder hacer una buena defensa, para poder pelear para demostrar nuestra inocencia”.

El werken sostiene que “cuando la huelga termine nuestro trabajo va seguir siendo la recuperación de tierras, va a seguir siendo luchar por nuestros derechos políticos”.

A pesar de ciertas reticencias respecto del contenido de los acuerdos, existe consenso entre los actores involucrados en la temática mapuche que la huelga de hambre ha significado un gran triunfo para quienes defienden esta causa.

La destacada periodista y defensora de este pueblo originario, Lucía Sepúlveda, expresa esta certeza de la siguiente manera: “Así es como el gobierno debió enviar a terreno a sus ministros dejando aún más en evidencia --por comparación-- la indiferencia criminal de los gobiernos de la Concertación en el tema. Así también, la jerarquía de la Iglesia católica debió intervenir en un tema, en el que hasta ahora estaba escandalosamente ausente. Y en la televisión, por primera vez aparecieron los mapuche como personas, dialogantes, capaces de discutir sobre sus demandas con la autoridad o sus detractores”.

Continuó: “El debate sobre la ley antiterrorista y sus efectos en las luchas sociales ingresó a la agenda ciudadana, junto a las demandas mapuche por el fin de la criminalización de las comunidades. La reforma a la justicia militar finalmente se encaró. Los jueces están hoy en la mira respecto de los juicios a mapuche; hay otro contexto político y otro contexto mediático y esto es especialmente cierto a nivel internacional. Los fiscales han sido tocados y el reclamo de ilegalidad sobre su actuar en los testigos protegidos llega a la Corte Suprema. Esta protesta no violenta a quienes sólo podían ofrecer sus cuerpos para hacerse oír. Deja en el país un nuevo escenario para las luchas populares, y muchos desafíos. ¿Qué más se le puede pedir a una huelga de hambre y a los 14 comuneros, algunos de los cuales iniciaron su ayuno el 26 de julio?”.

Levanta EU veda petrolera en aguas del Golfo de México

YA SE LE HACIA TARDE AL PUTO CAPITALISMO, COLAPSADO DEPREDADOR!!
Trabajadores petroleros protestan en Louisiana.

J. Jesús Esquivel

WASHINGTON, 12 de octubre (apro).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó levantar la prohibición a las perforaciones de pozos petroleros en aguas profundas e impuso nuevas regulaciones de seguridad, concentradas en evitar desastres naturales como el del pasado 20 de abril, cuando una plataforma de la empresa británica British Petroleum (BP) explotó en el Golfo de México.

“He decidido que este momento es el apropiado para levantar la suspensión de perforaciones en aguas profundas para todos aquellos operadores (empresas) que cumplan con todos los condicionamientos que hemos establecido”, declaró el secretario de Seguridad Interior, Ken Salazar, al hacer pública la decisión del presidente Obama.

La Casa Blanca explicó que la suspensión de la moratoria que se impuso a las perforaciones petroleras en aguas profundas se dio después de realizar varios exámenes y estudios de seguridad de exploración y explotación de mantos petrolíferos en aguas profundas, tomando como base el caso de la plataforma de BP.

“Hemos logrado avances continuos y significativos en la reducción de riesgos asociados con las perforaciones en aguas profundas”, destacó Salazar.

En conferencia de prensa, Rober Gibbs, vocero del presidente Obama, señaló a su vez que el levantamiento de la suspensión no es ninguna concesión por intereses económicos para la industria petrolera, ni una justificación u olvido de culpas y responsabilidades para BP por el derrame petrolero que, por negligencia de sus expertos, se desató el pasado 20 de abril.

“Bajo esta decisión se estableció toda una serie de mecanismos de seguridad… aunque todo tiene un riesgo y nada está garantizado contra incidentes inesperados”, acotó Gibbs.

El levantamiento de la suspensión de perforaciones petroleras en aguas profundas entró en vigor inmediatamente, aunque Salazar destacó que el reinicio de labores petroleras en el Golfo de México podría tardar varias semanas e incluso meses, hasta que las empresas se acondicionen y cumplan con las nuevas reglas y regulaciones de seguridad que deberán acatar.

Así, antes de realizar cualquier perforación, las empresas que se ajusten a las nuevas reglas tendrán que aceptar la supervisión de sus plataformas por parte de expertos del gobierno federal, quienes serán asistidos por expertos y científicos.

La moratoria que impuso Obama a las perforaciones en aguas profundas, como consecuencia del incidente provocado por BP, tenía vencimiento hasta el próximo 30 de noviembre, pero ante las presiones en época de elecciones generales de medio periodo, por parte de representantes federales en el Congreso, el mandatario estadounidense decidió levantar de inmediato la suspensión, ya que económicamente miles de personas se quedaron sin empleo a raíz de la postergación de labores en unas 30 plataformas petroleras ubicadas en el Golfo de México.

El SalinIFE

Carlos Salinas, expresidente de México.

Jenaro Villamil

MÉXICO, D.F., 12 de octubre (apro).- Obsesionado por “normalizar” su presencia en la vida pública del país y ser identificado como el artífice del retorno del PRI a la Presidencia de la República, el expresidente Carlos Salinas de Gortari embaucó a los consejeros integrantes del Instituto Federal Electoral que invitaron al artífice de los “mitos geniales” para que este martes 12 fuera el orador principal en la celebración de los 20 años de creación del organismo, en la ceremonia del Palacio de Minería.

Salinas no perdió la oportunidad para pontificar sobre la alternancia y la democratización del país, llevando agua para su molino. “Si la alternancia es la prueba de la democracia… bienvenida para el 2012”, afirmó en un claro mensaje anticipado de campaña a favor de su partido y, por supuesto, de su principal candidato, Enrique Peña Nieto.

Salinas también utilizó el foro para autoelogiarse, sin que nadie lo increpara por la evidente manipulación de las fechas, de los procesos políticos y del contexto político de alta crispación y ruptura que dejó al abandonar Los Pinos.

Según Salinas, “el acuerdo político hizo posible la fundación del IFE hace 20 años”, durante su gobierno. Gracias a la reforma electoral de 1990, afirmó, en los comicios presidenciales de 1994 “no hubo disputas poselectorales”.

Convenientemente, Salinas no mencionó que aquellas elecciones presidenciales estuvieron teñidas por el asesinato político de Luis Donaldo Colosio, por la irrupción del EZLN, por un clima de ruptura en el seno del PRI y de miedo en amplias capas de la población, y por una parcialidad evidente del Instituto, cuya autonomía plena no se logró sino hasta dos años después, en 1996.

En realidad, la primera prueba de fuego del IFE como organismo independiente de los tentáculos del poder presidencial fue durante los comicios federales de 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas triunfó como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal y el PRI perdió, por primera vez, la mayoría en la Cámara de Diputados.

El cinismo de Salinas lo llevó a homenajear a su exadversario, Cuauhtémoc Cárdenas, a quien lo persiguió y aisló durante todo su sexenio. ¿Acaso ya se olvidaron los más de 300 militantes perredistas asesinados? Conmovido, Salinas también deseó que su socio y amigo, el panista Diego Fernández de Cevallos, retorne a la vida normal, después de su prolongada y sospechosa desaparición.

El afán pontificador de Salinas está presente en sus más recientes apariciones públicas. Su presencia en el Palacio Nacional, el pasado 15 de septiembre, acaparó la atención de los festejos del Bicentenario. Fue su retorno en medio de fuegos artificiales, 16 años después de haber abandonado el poder presidencial, lo que llamó la atención de los comentaristas políticos.

Salinas pontificó sobre la necesidad de la “unidad política” y recordó que en 1942 el expresidente Manuel Ávila Camacho, en plena Segunda Guerra Mundial, convocó a sus antecesores para dar la imagen de una clase política que enfrentaba cohesionada las adversidades.

Fue entrevistado por Canal Once, en plena cadena nacional de los festejos del 15 de septiembre. Dio declaraciones a la prensa. Saludó a todos los artistas y hasta la exmiss Universo, Lupita Jones, que se le acercaron en Palacio Nacional como si fuera una especie de fantasma revivido.

La referencia histórica de Salinas no fue casual. Él mismo prepara un libro donde quiere presentarse como “factor de unidad”. Lo paradójico es que será durante el gobierno de Felipe Calderón, el segundo mandatario panista, cuando el verdadero grito de Salinas podrá concretarse: ser el factor decisivo en la sucesión presidencial de 2012.

Salinas no sólo quiere ser el político priista vivo más poderoso y representativo de su partido. Su rehabilitación busca que lo identifiquen como el más eficaz, el más temido, el más exitoso y, ¿por qué no?, el más querido. El auténtico modernizador del país.

Para los priistas conocedores de la historia del régimen, la “normalización” de la figura pública de Carlos Salinas significa convertirlo en una especie de Plutarco Elías Calles, el “Jefe Máximo”, que retorna del exilio. Lázaro Cárdenas expulsó a Calles del país en 1934 para que su propio gobierno pudiera sobrevivir, e inauguró la larga etapa del presidencialismo mexicano, la “monarquía sexenal”, como la definió el historiador Daniel Cosío Villegas.

Sin embargo, Zedillo no fue Cárdenas ni Fox se convirtió en el fundador de un nuevo régimen, y Salinas retornó desde principios de 2003 a la escena pública, en pleno gobierno “del cambio”.

Conocedor de lo que significa la débil legitimidad, ha aprovechado los espacios de poder vacíos durante el gobierno de Felipe Calderón para llenarlos y convertirse en el gran broker.

Lo más patético es que el IFE, una institución cuyas glorias máximas se alcanzaron durante la alternancia de 2000, haya prestado el foro, el escenario y su aniversario, para que Salinas se apropiara de los festejos con un claro mensaje de campaña anticipada para el 2012.

www.jenarovillamil.wordpress.com

El miedo necesario

La bomba nucelar mexicana: FECAL, que ya hizo al pais mierda!

Denise Dresser

“El rey Enrique: Es cierto que estamos en grave peligro; por ello más grande aún debe ser nuestro valor.”

Shakespeare, Enrique V

MÉXICO, D.F., 12 de octubre.- Felipe Calderón imprudente. Felipe Calderón obsesivo. Felipe Calderón tan atado psicológicamente a Andrés Manuel López Obrador que desentierra la frase con la cual polarizó al país. “Un peligro para México”, reitera con orgullo. “La política del rencor y del resentimiento que siembra”, reclama quien ahora demuestra lo que antes denunció. El presidente de México vanagloriándose de la división que le achaca a su adversario pero de la cual también es responsable. Cuatro años después de la elección, y AMLO parece preocuparle más que el inminente regreso del PRI. Cuatro años después de un proceso agitado que insiste en revivir, Felipe Calderón vuelve a centrar la mirada en el lugar equivocado. En el miedo que despierta un hombre y no en las condiciones que lo produjeron. En el miedo que México debe tenerle al Mesías tropical y no en los problemas persistentes que propician su permanencia.

Porque el miedo que Felipe Calderón le tiene a Andrés Manuel López Obrador es el mismo que comparten tantos mexicanos más; los que prefieren odiar a un personaje antes que mirar al país que lo parió. Es el miedo a ese país de pobres, de “nacos”, de indígenas, de desarrapados. Miedo a quienes viven parados en los camellones vendiendo chicles o subsisten en el campo cultivando maíz. Miedo a los mineros enojados y a los cañeros sublevados. Miedo a los resentidos y a los marginados. Miedo a mirar la realidad del subdesarrollo detrás de la retórica de la modernidad. Miedo a la verdad y a nosotros mismos. Miedo a mirar al país tal y como es. Detrás de los mitos. Detrás de las cercas electrificadas y los muros infranqueables. Detrás de la hipocresía fundacional en un país profunda y dolorosamente desigual.

A México le urge tener miedo, pero no a un político controvertido. A México le urge el miedo necesario que nace de la honestidad desplegada ante el “país de mentiras”, como lo bautizó Sara Sefchovich. El miedo que surge frente a la brecha entre lo que se dice y lo que es; entre el discurso del poder y la realidad del poder. El miedo que emerge cuando se descubre que la mentira constituye la esencia de la vida política mexicana y además es indispensable para gobernar. El miedo a reconocer los engaños para consumo interno que la clase política usa todos los días: el discurso que asegura que “el Senado de la República trabaja para ti” y que los indios son nuestros iguales y que el gobierno busca la justicia social y que la educación es una prioridad y que la economía está sana y sólida y que vamos ganando la guerra contra el crimen organizado, siendo que nada de esto es así.

Y esas grandes mentiras impiden colocar un espejo frente a los ojos del país y frente a quienes han permitido que sea como es hoy. Un lugar rico con muchos pobres. Un lugar con más multimillonarios que Suiza, según la lista más reciente de la revista Forbes. Donde gran parte de las fortunas han sido acumuladas en sectores con poca o ninguna competencia y protegidos por el gobierno. Donde Televisa regularmente obtiene todo lo que quiere y a precio de ganga. Donde, según un estudio reciente de la ONG Fundar, siete de cada 10 mexicanos padecen un abuso de autoridad cada vez que pisan un Ministerio Público. Donde el 94% de los delitos no son resueltos. Donde el 40% de las mujeres dicen haber padecido la violencia doméstica. Donde no hay siquiera “responsables” de la tragedia de la guardería ABC. Donde 17 millones de personas viven en pobreza extrema. Datos duros de un país donde la vida es difícil para la mayoría de quienes sobreviven en él.

Eso es lo que debería provocar miedo. Eso es lo que debería producir temor. Eso es lo que los mexicanos deberían combatir y cuestionar y odiar y recordarle a Felipe Calderón y a los precandidatos presidenciales, todos los días a toda hora. Hay demasiados mexicanos para los cuales el país no funciona. Hay demasiados mexicanos para quienes más de lo mismo durante el gobierno de Felipe Calderón ha significado peor de lo mismo. Hay demasiados mexicanos que desean una transformación a fondo del país que los ha excluido o maltratado o ignorado. Y también hay demasiados mexicanos que no lo entienden, para los cuales el país no va tan mal. Porque los privilegiados viven muy bien, aunque sea detrás de muros cada vez más elevados, con escoltas cada vez mas armadas, con séquitos de seguridad cada vez más grandes. Aunque sea con miedo.

Y de allí las siguientes preguntas: ¿Qué es y ha sido más peligroso para México, López Obrador o un sistema socioeconómico que concentra la riqueza y no quiere distribuirla de manera más justa? ¿López Obrador o élites políticas, sociales y empresariales satisfechas con las tajadas que se sirven? ¿López Obrador o partidos políticos que no representan a la población ni rinden cuentas ante ella? ¿López Obrador o la corrupción política que corroe la confianza en las instituciones? ¿López Obrador o políticos sentados en largas mesas con manteles de fieltro que llegan a grandes acuerdos para que poco cambie? El odio feroz a AMLO ata a su crítico principal –Felipe Calderón– a un adversario falso. El verdadero peligro para México no es un hombre, sino la resistencia de tantos a compartir el país y gobernarlo mejor. Y el miedo necesario que los mexicanos deberían compartir es la posibilidad de que México siga siendo así.

Calderón teje alianza PAN-PRD en 2012

Felipe Calderón, titular del Ejecutivo.

Álvaro Delgado

MÉXICO, DF, 11 de octubre (apro).- “Me da asco votar con el PRI”, proclamaba Felipe Calderón cuando fue diputado federal panista por primera vez, entre 1991 y 1994, y una de las razones se la confesó al veterano priista Gustavo Carvajal Moreno: “Mi padre me enseñó a odiar al PRI”.

Eran tiempos en los que Calderón era un tipo astroso y malhumorado, salvo cuando iba a misa y se perdía en la bohemia y la trova con sus cuates del grupo “Mexicanto”, a los que ahora tiene en la televisión pública en “El Tímpano”, el programa de la más exigua audiencia de Canal 11 y cuyo director, Fernando Sariñana, tiene la orden de mantenerlo al aire.

Aunque muy pronto Calderón le tomó sabor al PRI, en un amasiato que prevalece desde Carlos Salinas, la herencia de odio de su padre gravita, de vez en vez, en su comportamiento, particularmente si él --que se reputa de panista de prosapia-- queda marcado con una maldición: El regreso del PRI a Los Pinos.

Por eso, aunque también le dé “asquito” unirse al PRD, Calderón ha planteado en su corte palaciega diversos escenarios que le eviten la pesadilla de entregarle al PRI la Presidencia de la República, y uno de ellos es que preferiría cederlo a Marcelo Ebrard, tal como ha platicado Manuel Camacho Solís, el operador de las alianzas articuladas conjuntamente en Los Pinos.

En esa trama se inscriben precisamente las alianzas PAN-PRD en Hidalgo, Durango, Sinaloa, Puebla y Oaxaca en las elecciones de este año, aunque sólo hayan resultado triunfadoras estas tres últimas con candidatos expriistas, justamente con un perfil que Ebrard cumple y que él mismo ya lo expresó públicamente como posible.

En un programa de Televisa, el miércoles 7, Ebrard consideró “muy difícil” la alianza PAN-PRD en 2012, pero no la descartó: “Lo veo claramente, eso va a generar urticaria, en el caso del PAN va estar igual. Pero tampoco lo podemos descartar, porque hace un año si hubiera dicho eso en Oaxaca me hubieran dicho ‘estás loco’, pero ocurrió”.

En efecto, la posibilidad de una coalición presidencial en 2012 está en los cálculos de Camacho con Calderón, quien --en un embuste que nadie cree-- niega que sea el principal impulsor de las alianzas, cuando todo mundo sabe que César Nava, el corrupto presidente del PAN, no pudo haberlas materializado sin la orden de su jefe y porque, además, todos los candidatos aliancistas pasaron por Los Pinos.

Pero, sobre todo, el plan de Calderón y Camacho --que se ha convertido en el ideólogo de las corrientes perredistas de Jesús Ortega y Amalia García-- pasa por neutralizar al principal obstáculo, Andrés Manuel López Obrador, que por lo pronto ya descarriló la alianza en el Estado de México, que de cualquier modo no tenía ninguna posibilidad de éxito sin un candidato fuerte.

Calderón y Camacho saben que, aun con su vergonzante cobardía, por negar que está detrás de las reformas que proscriben las candidaturas comunes y permiten el flujo de recursos oscuros promovida por sus testaferros del Partido Verde, Peña Nieto puede no sólo hacer ganar al candidato priista a sucederlo en la gubernatura, cualquiera que éste sea, sino llegar a ser presidente de la República.

Y aunque no tiene escriturado ningún triunfo, como lo pregonan sus patrocinadores, Peña Nieto no es sólo un político que capta votos por guapo, cualidad ampliamente explotada en televisión a un costo multimillonario, sino sobre todo porque ha montado sobre el aparato formal del poder público mexiquense, incluido el órgano electoral, una estructura casi delincuencial.

Es ahí donde cobra relevancia el plan conjunto Calderón-Camacho hacia el 2012: Como en el PAN no se aprecia que crezcan los enanos, ni siquiera Heriberto Félix --la supuesta carta oculta o “caballo negro”--, entonces se sumaría al aspirante mejor posicionado para enfrentar a Peña Nieto, y ese es por ahora Ebrard.

El mecanismo para una decisión de esa envergadura sería lo de menos, aunque la encuesta sería el instrumento más viable, y el incentivo del PAN para justificarse sería, en primer lugar, anteponer el interés nacional al partidista para evitar el regreso del autoritarismo y que el país sea gobernado en una convergencia con la “izquierda moderna”.

El plan implicaría, otra vez, eliminar o al menos aislar a López Obrador, la obsesión de Calderón y sus vasallos perredistas, que desde la campaña de 2006 eran ya sus informantes. Y en ese propósito se inscribe la reactivación de la frase un “peligro para México”, que sólo endulza el oído de la alta burocracia.

Uno de los escenarios de Calderón, sin embargo, es que se mantenga el pacto entre Ebrard y López Obrador para que sea candidato el que tenga mejores perspectivas de éxito, y entonces optaría por otra de sus cartas ocultas, que no le funcionó para el Estado de México por no contar con la residencia de ley: El empresario Alejandro Martí, que además tiene ideología de derecha.

El único problema es que, por ahora, no quiere…

Apuntes

Los consejeros del IFE acudieron, muy solícitos, a Los Pinos para invitar a Calderón a inaugurar el foro latinoamericano que conmemora el 20 aniversario del órgano electoral, la tarde de este lunes 11. Minutos antes de la hora, Calderón avisó que no iría por la protesta de extrabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro que al liquidarla, hace exactamente un año, echó a la calle a 43 mil personas. Ya se verá si Carlos Salinas, otro de sus invitados de lujo del IFE de Leonardo Valdés, resiste el repudio popular…

Comentarios: delgado@proceso.com.mx