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viernes, julio 12, 2013

Calderón aceptó que EE.UU. instalará en México un centro de espionaje.

El expresidente mexicano Felipe Calderón aceptó en el año 2007 que EE.UU. instalara en México varios equipos de espionaje.

Estos sistemas tenían la finalidad de "disuadir, prevenir y mitigar" el narcotráfico y el terrorismo, apunta el diario mexicano 'Excelsior', que divulgó esta información.

Dichos equipos, asegura el rotativo, permitían controlar más de 60.000 llamadas de forma simultánea. Además, el artículo reveló que la última autorización para este tipo de operaciones se otorgó en abril pasado, ya bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Este hecho se hace público poco después de que un diario brasileño divulgara que EE.UU. espió a varios países latinoamericanos, entre los que se incluían México, Venezuela y Colombia.

En ese contexto algunos analistas coinciden en que las autoridades mexicanas muestran una doble moral.

"Evidentemente hay una doble moral [...]. Las principales fuerzas políticas en México están subordinadas a los intereses internacionales, particularmente a los de Washington, al permitir este espionaje completamente ilegal", señaló en RT el editor ejecutivo del periódico 'Regeneración', Jesús Ramírez Cuevas.

Después de que se revelara el programa de espionaje estadounidense, varios parlamentarios mexicanos insistieron en que Peña Nieto debería instar al Gobierno de EE.UU. a que dé "explicaciones precisas y urgentes" respecto a este caso.

Sin embargo, Ramírez Cuevas vaticinó que en un futuro próximo todo el pueblo mexicano exigirá una respuesta al Gobierno de su país.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/v...

miércoles, julio 03, 2013

Planea Gobernación monitorear actividad de influenciadores en las redes sociales

¿Qué dicen?, ¿Cada cuándo?, ¿Cómo lo dicen?, ¿Por qué lo dicen?

Ha habido encuentros con representantes para avanzar en la Red de Información Digital.
Controlaría mensajes en Youtube, Twitter y Facebook de dependencias oficiales.

La Secretaría de Gobernación (SG) planea construir un ecosistema digital para monitorear el pulso de los influenciadores que son identificados como actores sociales, académicos, periodistas, dirigentes cívicos o sociales, para saber ¿qué dicen?, ¿cada cuándo?, ¿cómo lo dicen?, ¿por qué lo dicen? en las redes sociales, además de controlar el contenido de las páginas web y las cuentas, contraseñas y mensajes que cada instancia gubernamental tenga en Youtube, Twitter y Facebook.
Gustavo Castillo García / Periódico La Jornada / Domingo 30 de junio de 2013
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sábado, marzo 03, 2012

Dará México 145% más de cuota al FMI para la eurocrisis


Rayuela
No lo hicieron por las víctimas de la violencia ni por el hambre de los rarámuris. Bastó una orden de Los Pinos para que los senadores de Nueva Izquierda volvieran a avergonzar al país.

La duda cabe-Fisgón
Blindaje electoral-Rocha

*La aportación total al organismo financiero ascenderá a 14 mil millones de dólares

Aprueba el Senado iniciativa de Calderón para pagar más al FMI

*El 145% de incremento equivale al presupuesto asignado este año a Sedeso, Sedena y SSP

*Los recursos servirán para el salvamento de Europa, advierte el perredista Pablo Gómez

*La aportación pasa de 6 mil millones a 14 mil millones de dólares
*En ríspido debate, fue aprobado en el Senado por PRI, PAN y parte de PRD
Que países ricos den más; para qué sudar calenturas ajenas: opositores

Disertación del senador del PRD Pablo Gómez

Después de un ríspido debate que dividió a la izquierda, el Senado aprobó ayer la iniciativa del presidente Felipe Calderón para incrementar la cuota al Fondo Monetario Internacional (FMI) en 8 mil millones de dólares, con lo que la aportación total al organismo será de más de 14 mil millones.

En moneda nacional equivale a más de 175 mil millones de pesos, prácticamente el presupuesto destinado este año a las secretarías de Desarrollo Social, de la Defensa Nacional y de Seguridad Pública federal en su conjunto.

La votación final fue de 71 votos a favor, una abstención y 10 en contra, ya que parte de los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) –los identificados con Nueva Izquierda– se sumaron a las bancadas del PAN y el PRI para avalar ese incremento de 145 por ciento en las cuotas al FMI.

Incluso, el perredista Silvano Aureoles se confrontó en tribuna con sus compañeros de bancada e insultó a Yeidckol Polevnsky y a Pablo Gómez, quienes pidieron no aprobar la propuesta del Ejecutivo y no ser candil de la calle y oscuridad de su casa, al avalar recursos a ese organismo financiero internacional destinados a salvar de la crisis a Europa, cuando en México la situación de pobreza, desempleo e inseguridad es gravísima.

Aureoles Conejo llevó al pleno una discusión que se había dado antes dentro de la bancada perredista, sólo que ahora con descalificaciones. De entrada, el ex candidato al gobierno de Michoacán advirtió que se requiere una izquierda responsable para que los electores no vean siempre un discurso en contra.

Gómez Álvarez argumentó que incluso Estados Unidos no ha autorizado hasta el momento ese incremento de aportaciones que el FMI ha solicitado para contar con los recursos y enfrentar un eventual colapso financiero en Europa. ¿Para qué sudar calenturas ajenas?, preguntó el perredista. Insistió en que no está en contra de la cooperación internacional, pero sobre la base de que los ricos tienen que entrarle con una cantidad mayor, ya que acaparan riqueza e ingreso.

¿Cuántos empleos se van a crear?

El senador del Movimiento Ciudadano Francisco Alcibiades García Lizardi inquirió: ¿Será que presidir el G-20 nos obliga a ser corteses y valientes y asumir más riesgos que los ricos? Y preguntó también cuáles son los beneficios tangibles en caso de aprobar el aumento en la cuota al FMI: ¿Cuántos empleos nuevos se van a crear? ¿Por qué firmarle un cheque en blanco al ejecutivo?, dijo.

Leer articulo competo AQUI.


Demián Bichir y Andrés Manuel López Obrador se saludaron en camerinos al término de la obra Nadando con tiburones. El aspirante presidencial dijo: vengo a felicitarlo por ser un estupendo actor y hacerlo de manera independiente. El histrión expresó: estoy aquí con un señor que durante mucho tiempo ha estado nadando con tiburones. Creo que es el único capaz de gobernar, no a 10 ni a 20, sino a 120 millones de mexicanos

La intromisión del narco en comicios, riesgo regional: OEA
*Blackwell: amenazas y asesinatos socavan la estabilidad democrática
*Calderón llama a atacar las fuentes financieras de organizaciones delictivas

Hacienda: la exportación petrolera cayó 17.5 por ciento
Datos de principios de año; la mayor reducción se dio en las ventas a EU

Luz verde para que la PGR rastree llamadas criminales
*En minisesión, la Cámara avala reformas penales y de telecomunicaciones
*Obliga a telefónicas a dar la geolocalización de aparatos y sus usuarios

martes, enero 10, 2012

Los soplones, base de la DEA

Braun. La lucha es contra todos los cárteles.


WASHINGTON (Proceso).- Las decenas de informantes que la Drug Enforcement Administration (DEA) tiene desplegados en territorio mexicano son la “espina dorsal” de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, asegura Michael Braun, quien hasta octubre de 2008 dirigió las operaciones antinarcóticos de Estados Unidos.

Braun, quien dejó la DEA después de 33 años de servicio y ahora es consultor en materia de combate al terrorismo y el crimen organizado, dice que los agentes estadunidenses no protegen a ningún cártel mexicano.

En entrevista con Proceso, el especialista puntualiza: “La clave del éxito en la lucha contra el narcotráfico siempre ha sido la información de inteligencia obtenida por medio de personas; es decir, a través de los informantes confidenciales. Así es y así será siempre.

“Los informantes juegan muchos papeles importantes: toman parte en operaciones encubiertas, roban información, ayudan a colocar micrófonos y consiguen números telefónicos para rastrear a los delincuentes.”

México no es un caso excepcional, comenta, de ahí que la DEA tenga informantes infiltrados en todos los cárteles. Braun insiste en que este aspecto es “la columna vertebral” del desarrollo de la captación de información de inteligencia en las 87 oficinas que tiene la agencia antidrogas en el mundo.

El caso de los informantes de la DEA en México –entre ellos el de Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo–, exacerbó en las últimas semanas la violencia entre los cárteles, lo que mostró al gobierno de Felipe Calderón incapaz de controlar la situación. Las ejecuciones de 16 personas en Culiacán el 23 de noviembre del año pasado y de otras 26 en Guadalajara al día siguiente fueron una represalia de Los Zetas contra sus rivales porque, según los mensajes que dejaron en la capital tapatía, el gobierno de Estados Unidos protege al cártel de Sinaloa (Proceso 1830).

En sus ediciones 1823, 1826, 1832 este semanario ha informado sobre las indagatorias que se le siguen en la Corte Federal de Chicago al Vicentillo, quien será enjuiciado el próximo mes por delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes, así como de la petición del acusado para que se le absuelva de los delitos toda vez que, alega, fue informante de la DEA en México.

Hijo de Vicente El Mayo Zambada García, número dos en el escalafón del cártel de Sinaloa, el acusado ha insistido en que su trabajo en la agencia antidrogas de Estados Unidos consistía en pasarle información sobre las operaciones de los cárteles rivales al que encabezan Joaquín El Chapo Guzmán y su propio padre.

Hasta hoy el Departamento de Justicia de Estados Unidos no define si El Vicentillo fue o no informante de la DEA. Sin embargo, el narcomensaje zeta que dejaron los homicidas de las 26 personas en Guadalajara alude directamente al trabajo del hijo de El Mayo con los agentes estadunidenses en México.

–¿La DEA o el gobierno de Estados Unidos protegen al cártel de Sinaloa? –se le pregunta a Braun.

–No creo que el gobierno de Estados Unidos esté protegiéndolo. ¿Por qué lo haría? De lo que sí tengo certeza es de que en varias ocasiones las autoridades de México han estado a segundos de detener a El Chapo; no tengo la menor duda de que en algún momento lo van a arrestar o a eliminar.

“Los Zetas”, desesperados

Sin rechazar la posibilidad de que el gobierno de Estados Unidos haya tenido o tenga infiltrados a informantes en el cártel de Sinaloa y en los demás grupos criminales de México, Braun considera que Los Zetas están desesperados porque, dice, están sufriendo las consecuencias de una fuerte presión por parte de las autoridades mexicanas y estadunidenses iniciada hace cinco años.

“Los Zetas están desesperados. De los 31 o 32 capos más importantes que ha señalado el gobierno mexicano, 21 o 22 han sido arrestados o asesinados en los últimos tres años. Los Zetas están contra la pared”, apunta Braun.

Para el cofundador de la consultora Spectre Group International, lo que ocurre en México es resultado exitoso de la lucha contra el narcotráfico: “Aun cuando a la sociedad mexicana le resulte difícil asimilarlo por los miles de muertos que arroja esta batalla, el combate al narcotráfico del presidente Calderón está teniendo éxito, los narcos se sienten acorralados; de ahí las reacciones tan irracionales de grupos como Los Zetas”.

Braun, quien durante año y medio fue encargado interino de la DEA, arguye que es “imposible” que en un sexenio se pueda acabar con el narcotráfico mexicano que durante las presidencias priistas, asegura, consolidó su poder gracias a su habilidad para corromper a las autoridades y corporaciones policiacas de su país.

Y se remite a la Colombia de hace 25 años. Expone que a las autoridades de ese país les tomó poco más de tres lustros desmantelar los cárteles de Medellín y Cali y fragmentar las operaciones de trasiego de drogas; además aun hoy combaten a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

–¿O sea que a México le faltan de nueve a 10 años para alcanzar un éxito como el de Colombia? –se le pregunta.

–Desconozco el número mágico de años que le faltan a México para consolidar su éxito. En Colombia las cosas aún no han concluido en su totalidad… las FARC siguen presentes.

Y aun cuando el gobierno de Calderón se muestra renuente a comparar lo que ocurre en México con lo que pasó en Colombia durante el periodo de apogeo y derrota de los cárteles de Medellín y de Cali, en Estados Unidos los funcionarios y exfuncionarios que aceptan la analogía aumentan cada día.

Braun considera que, igual que en Colombia, en México el aumento de la narcoviolencia comienza a marcar el camino hacia el fin del dominio de los grandes cárteles. No obstante admite que “en México hay mayor violencia criminal”; aunque matiza: no se trata de violencia terrorista ni insurgente como la colombiana.

Pero también menciona los contrastes: “En muchos aspectos México no se parece a Colombia; en algunos está peor, como en el número de muertos (60 mil según el semanario tijuanense Zeta). Aunque debe admitirse que no ha experimentado muchas de las cosas que vivió Colombia, como los cientos de ataques con carros-bomba, por ejemplo”.

Según el exfuncionario de la DEA, los logros del gobierno mexicano se deben en su mayoría a que ha entendido la necesidad de intercambiar y compartir información de inteligencia con Estados Unidos, sobre todo la proveniente de informantes confidenciales.

Aunque Braun no participa ya de las operaciones antidrogas cotidianas, mantiene contacto con sus colegas estadunidenses y extranjeros; presume incluso de ser uno de los hombres más actualizados en la materia. Para demostrarlo alude a las matanzas de las últimas semanas en México.

–¿Es cierto que la DEA tiene cientos de informantes en México?

–No son cientos, pero sí decenas.

Dice que el trabajo de los informantes de la DEA en México no es un secreto para el gobierno de Calderón. “En la mayoría de los casos”, asegura, las autoridades mexicanas saben quiénes son las fuentes de información confidencial de la DEA.

Un informante infiltrado en el narcotráfico mexicano es, de acuerdo con Braun, el encargado de proveer números telefónicos de presuntos sospechosos o criminales.

Insiste: Este aspecto es “crucial” porque los números telefónicos entregados por los informantes permiten a los gobiernos de México y Estados Unidos rastrear la ubicación de quienes los usan y grabar conversaciones que después resultan esenciales para la elaboración de operaciones de desmantelamiento de grupos criminales.

“Las intervenciones telefónicas se hacen siempre bajo la aprobación judicial de las autoridades del país donde la DEA realiza la operación… Las autoridades locales deben dar la autorización”, recalca Braun.

La definición de una estrategia de inteligencia por medio de los informantes es la misión más importante y difícil para los agentes de la DEA en países como México. El papel de un agente de la DEA en México “no es asistir a los cocteles o a las fiestas sociales” que se organizan en la embajada de Estados Unidos, dice con cierta ironía.

Aclara que la agencia “no le pide a ningún gobierno extranjero hacer el trabajo sucio; lo que hace es compartir la información. Cuando recibe tips de sus oficinas centrales, pide a sus contrapartes del país anfitrión que las corroboren o investiguen”.

Según Braun en el combate al narcotráfico mexicano los informantes son indispensables y aclara que la DEA cuenta también con decenas de infiltrados en las células de los cárteles de Sinaloa, del Golfo, de Los Zetas, de Tijuana y de La Familia Michoacana asentadas en territorio estadunidense, sobre todo en las comunidades hispana y mexicana.

“Los inmigrantes se mueven constantemente de ida y vuelta entre Estados Unidos y México. Cuando la DEA conduce las intervenciones telefónicas con la venia de alguna corte local es fácil desarrollar sistemas de inteligencia. Con las evidencias en mano es fácil implicar (como informantes) a ciudadanos mexicanos que están involucrados en el tráfico de drogas”, indica Braun.

En este contexto, la DEA comparte información de inteligencia con la PGR y la SSP para ayudarlas a identificar números telefónicos “sospechosos” así como a personas dentro de México. “Cuando la DEA entrega la información a las contrapartes mexicanas y éstas la confirman, pueden desarrollar de manera fácil un sistema de detección de llamadas de México a Estados Unidos”.

lunes, diciembre 26, 2011

Incursión descarada de agentes estadunidenses en México

Ante el peligro que representa el narcotráfico mexicano para la seguridad de Estados Unidos, el gobierno de Barack Obama emprendió acciones con su contraparte del sur para frenar el ingreso en territorio estadunidense de organizaciones criminales como Los Zetas, el cártel del Golfo y el de Sinaloa. Sin embargo, el precio que está pagando México es muy alto en términos de soberanía: agentes de aquel país incursionaron de manera descarada en Tamaulipas, sin que hasta ahora la administración calderonista se haya pronunciado al respecto.

Agentes de la DEA.



La mañana del jueves 15 dos camionetas suburban blindadas pasaron veloces por la avenida Sexta de Matamoros. En su camino hacia el sur de la ciudad iban escoltadas por cuatro vehículos del Ejército mexicano.

Acostumbrada a este de tipo de movilizaciones y demostraciones de fuerza en una ciudad donde se enseñorean el narcotráfico y la violencia, la prensa captó cómo la policía de tránsito de la ciudad abría paso al convoy en el que una veintena de soldados se desplazaba en estado de alerta.
La custodia especial no era para ningún jefe del narcotráfico capturado en la zona, sino para funcionarios de Estados Unidos que viajaban en las dos camionetas con placas del gobierno de ese país, y que a las 9:30 de la mañana cruzaron el puente internacional Brownsville-Matamoros.
La seguridad de los enviados de Washington­ también era vigilada por un helicóptero de la administración Obama, que desde el cielo seguía la trayectoria de los vehículos que se enfilaron por el Libramiento Emilio Portes Gil rumbo al Regimiento de Caballería Motorizada, de la Guarnición Militar con sede en Matamoros.
La custodia del Ejército y el destino de la caravana fueron motivos para que la prensa local y regional informara sobre la presencia de efectivos militares estadunidenses en territorio mexicano.
Oficialmente no fue así. Según el alcalde de Matamoros, Alfonso Sánchez Garza, los ocupantes de las potentes camionetas vigiladas por tierra y aire eran agentes de la Patrulla Fronteriza. En declaraciones a los periodistas, citó al cónsul de Estados Unidos en la ciudad, Michael Barkin, para asegurar que los agentes federales ya habían pactado esa reunión.
A la explicación del alcalde se sumó la molestia y silencio del secretario general de Gobierno de Tamaulipas, Morelos Canseco Gómez. “Pregúntale al gobierno federal. No tenemos información como gobierno estatal. No tengo ningún comentario adicional”, respondió molesto ante las insistentes preguntas acerca de la presencia de funcionarios de Estados Unidos en la guarnición militar.
Pero el gobierno federal no dijo nada de la reunión, ni del propósito ni del nivel de los militares que participaron en el encuentro. Como si éste no hubiera ocurrido, el mando territorial del Ejército en Rey­nosa, Tamaulipas, informó el sábado 17 de sus aseguramientos de personas, droga, armas, dinero y equipo de logística delictiva en esa ciudad durante la semana que terminaba. También dio cuenta de la liberación de 21 personas que estaban secuestradas en Nuevo Laredo.

Ofensiva conjunta

El general brigadier Diplomado de Estado Mayor (DEM) Rogelio Armando Patiño Canchola, jefe de la guarnición militar en Matamoros y anfitrión de los estadunidenses, fue el primer obligado a guardar silencio.
Como subordinado de la Octava Zona Militar, con sede en Reynosa, se limitó a facilitar el encuentro en las instalaciones a su cargo. Pero su jefe, el comandante de esa Zona Militar, el general de brigada DEM Miguel Gustavo González Cruz, prefirió informar sobre las bajas materiales que el Ejército ha infligido al narcotráfico.
Ambos dependen del general de División Noé Sandoval Alcázar, comandante de la IV Región Militar, con sede en Nuevo León, responsable de enfrentar al cártel de Los Zetas en esa área castrense, que además de Nuevo León y Tamaulipas comprende a San Luis Potosí. En esas tres entidades hay una fuerte presencia de la organización delictiva creada en los noventa por militares de élite, y que sigue alimentando sus filas con desertores.
Sin precedentes registrados públicamente, la presencia de la delegación estadunidense en las instalaciones del Ejército en Matamoros se enmarca en la actual ofensiva de los gobiernos de México y Estados Unidos contra Los Zetas. Es también una respuesta a las amenazas atribuidas a esa organización en contra de ambos gobiernos.
Del lado mexicano, las acciones contra esa organización delictiva han derivado en el desmantelamiento de redes de telecomunicaciones en Veracruz, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas.
En Veracruz, donde la Marina-Armada de México instaló su principal centro de operación contra Los Zetas, infantes de Marina han detenido a algunos de sus jefes regionales y desarticularon redes financieras y de telecomunicación. Esto ha dado lugar a una recomposición del narco en ese estado.
La experiencia militar de Los Zetas originales le ha permitido a ese cártel innovar en la logística de guerra. Ha adaptado vehículos para resistir los enfrentamientos y ha desarrollado técnicas para construir sus propios sistemas de radio y utilizar los sistemas de comunicación existentes de manera segura.
En septiembre pasado, la Marina desmanteló una red de telecomunicaciones Zeta que prácticamente abarcaba todo el estado e incluso llegaba a Tabasco. En noviembre, el Ejército aseguró lo que ese cártel llamaba La Central, en Torreón, Coahuila. En esa operación, los militares aseguraron equipo de telecomunicaciones por 350 mil dólares.
En diciembre el Ejército desmanteló una red de telecomunicaciones que operaba en los estados de Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí y Tamaulipas, estados donde hay presencia de Los Zetas.
Los gobiernos de Felipe Calderón y de Barack Obama se encuentran en una fase de confrontación con el cártel de origen militar, que además de su expansión hacia Centroamérica, en años recientes ha cruzado el Río Bravo y ha desplegado su violencia en Texas.

Incursiones en EU

Apenas el 23 de noviembre pasado un grupo de Zetas se enfrentó con elementos de la agencia antidrogas estadunidense (DEA) en el condado de Harris, en la zona conurbada de Houston. Se trató de una frustrada operación encubierta para capturar a integrantes de ese grupo criminal.
La agencia quería detener in fraganti a la supuesta célula del cártel e infiltró a un agente que haciéndose pasar por trailero recibiría un cargamento de más de 130 kilos de mariguana. Cuando llegó al lugar de la entrega, tres camionetas suburban emboscaron y mataron al policía.
En lo que los medios locales calificaron como una emboscada “al estilo mexicano”, los narcotraficantes se enfrentaron con agentes de la DEA que llegaron al lugar. En la refriega también resultó herido un agente.
Poco antes, el 8 de noviembre, 15 hombres armados que huían de una confrontación con el Ejército que, según testigos citados por la prensa estadunidense, incluso utilizó helicópteros artillados, se refugiaron en territorio de Estados Unidos en un rancho ubicado cerca de la población Escobares, en Texas, justo en el cruce de la frontera con México, del lado del río Bravo.
La incursión fue reportada a la 1:30 de la tarde por equipos SWAT de la policía estadunidense entrenados en armas y tácticas especiales. Ello provocó la movilización de agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y de la Oficina del Sheriff del condado rural Starr para asegurar el área. Lograron la detención de una persona herida y advirtieron al gobierno mexicano del regreso a su territorio de otro sujeto.
Robert Bunker, especialista en seguridad nacional de Estados Unidos y en guerra no convencional, de la Universidad Militar de los Estados Unidos, en Virginia, calificó esa incursión como “una amenaza enteramente diferente” a las ocurridas hasta ahora. En un análisis que publicó en el sitio de internet Small Wars Journal dijo que esos “soldados” del cártel /banda serán más proactivos en sus acciones y no reactivos como la mayoría de los delincuentes.
Aseguró que las unidades SWAT se encuentran en desventaja frente a esos “soldados” que con sus armas semiautomáticas y de asalto y la muy alta probabilidad de que usen lanzagranadas y granadas de fragmentación “crean algo parecido a un escenario militar”, que supera la capacidad de respuesta de esas fuerzas policiales.
La presencia de presuntos Zetas en Texas se suma a las bajas que ha sufrido el gobierno estadunidense en su confrontación con los cárteles mexicanos. En febrero de 2011, una célula de esa organización liderada por Julián Zapata Espinosa, El Piolín, asesinó a Jaime Zapata, agente de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en ingles) y dejó herido a su compañero en un ataque ocurrido en San Luis Potosí.
El jueves 22 el gobierno de México extraditó a Estados Unidos a El Piolín para que sea juzgado en aquel país por su presunta responsabilidad en la agresión contra los agentes estadunidenses.
El gobierno de Estados Unidos busca evitar más bajas en su propio territorio. Cinco días después de la reunión en la base militar de Matamoros, el Departamento de Defensa (Pentágono) y el Departamento de Seguridad Interna anunciaron que en los próximos meses pasarán de operaciones en terreno a la vigilancia por medio de aviones y helicópteros en la frontera sureste con México, limítrofe con Tamaulipas.
La CBP es la agencia encargada de la defensa de esa parte de la frontera de Estados Unidos con México, pero desde 2010 el Pentágono, a través de la Guardia Nacional, se sumó a la vigilancia de esa zona.
Por orden del presidente Obama fueron desplazados mil 200 elementos de la Guardia Nacional. Con el nuevo método de vigilancia sólo habrá 300, aunque se prevé su retiro total para diciembre de 2012. A partir de enero, la Patrulla Fronteriza comenzará a aplicar una plataforma aérea que le proveerá de inteligencia, vigilancia, reconocimiento y movilidad en la frontera. El gobierno estadunidense prevé tener completamente en marcha el nuevo sistema hacia marzo próximo.
A su vez, la Guardia Nacional sobrevolará la frontera con Tamaulipas con helicópteros OH-58 y UH-72 con un radio de detección de seis y 12 millas náuticas, respectivamente. Además, sus elementos volarán en aeronaves RC-26 de detección y monitoreo con capacidad de 12 millas náuticas.
De esta manera el gobierno de Obama espera responder más rápido a las crecientes acciones de violencia que le llegan desde México.

Cuarteles móviles

Por lo que corresponde al gobierno mexicano, el jueves 8 Felipe Calderón inauguró en Ciudad Mier, Tamaulipas, las instalaciones del 105 Batallón de Infantería, el primer cuartel militar “móvil” del Ejército mexicano.
Ubicada a 190 kilómetros de Matamoros, Mier representó hasta el año pasado una línea divisoria entre el cártel del Golfo (CDG) y sus antiguos aliados de Los Zetas, organización formada en la década de los noventa para actuar como brazo armado del grupo encabezado por Osiel Cárdenas Guillén.
A mediados del año pasado, la mayoría de los 6 mil 300 habitantes de Mier abandonaron la ciudad y se mudaron a municipios vecinos y a Estados Unidos obligados por la confrontación entre ambas organizaciones delictivas. Se trató del primer gran desplazamiento interno en México forzado por la delincuencia organizada.
De acuerdo con investigadores del fenómeno del narcotráfico en Tamaulipas, quienes hablaron a condición de permanecer en el anonimato, Los Zetas han ido perdiendo posiciones en la entidad y en la actualidad se disputan la capital del estado –Ciudad Victoria– y Nuevo Laredo, con el CDG, ahora asociado al cártel de Sinaloa.
El establecimiento del cuartel militar en la llamada frontera chica entre México y Estados Unidos pretende acelerar el retorno de la población que comenzó a regresar tras la llegada del Ejército a mediados de 2011.
La instalación castrense está ubicada en las afueras de Mier en una zona de 40 hectáreas; tiene capacidad para 600 efectivos y se puede desplazar a otras áreas del estado.
De acuerdo con Bunker, el cuartel “móvil” es un nuevo “componente estratégico” del gobierno mexicano contra las “insurgencias criminales”, además de ser un prototipo de ciudad fortificada que se podría aplicar en Tamaulipas, entidad dominada por la confrontación entre Los Zetas y el CDG.
En un análisis publicado este mes el especialista asegura que el gobierno mexicano intenta crear islas de autoridad federal y estabilidad en la entidad para recuperar las zonas que se han perdido a manos de esos grupos delincuenciales.
Explica que los elementos del Ejército destacados en Mier patrullarán la zona y actuarán como fuerza de despliegue rápido en apoyo de una nueva fuerza policial que se creará junto con la llegada de los soldados y se establecerá cerca de las comunidades que se quieren recuperar.
Después de Mier, el modelo de ciudades fortificadas con un cuartel militar móvil se extenderá a San Fernando, donde 72 migrantes –la mayoría centroamericanos– fueron masacrados por Los Zetas en agosto de 2010. Una tercera base de ese tipo se construye en Ciudad Mante, otra ciudad dominada por el narcotráfico.
“En esencia, las ciudades fortificadas (ciudades militares) están siendo establecidas como forma de recolonizar (y estabilizar las poblaciones existentes) en una región de México perdida de facto por el control que sobre ella ejercen insurgentes criminales”, dice el experto que ha sido consultor tanto para agencias militares como de justicia de Estados Unidos.
Historiador, antropólogo y doctor en ciencia política, Bunker compara esa medida del gobierno mexicano con lo ocurrido al final del Imperio Romano y del oscurantismo en Europa, sobre todo a la luz de la multitud de atrocidades cometidas (torturas, mutilaciones y decapitaciones).
Por otra parte, sin confirmar ni negar la presencia de soldados armados de Estados Unidos en el estado de Tamaulipas, el teniente coronel Robert Ditchey, uno de los voceros del Pentágono, dice a Proceso que “las fuerzas armadas de los dos países con mucha frecuencia” llevan a cabo operaciones específicas contra grupos criminales.
“Son operaciones enfocadas a combatir a grupos criminales en la frontera común, e integran actos de colaboración entre las fuerzas armadas de México y de Estados Unidos”, subraya.
Cuestionado sobre cuántos operativos militares a nivel bilateral se han realizado y en qué lugares, Ditchey se limita a responder que esta información debe ser proporcionada por el gobierno de México.

martes, diciembre 20, 2011

Funcionarios del país son reclutados por la DEA para espionaje

*Espían y recopilan información, señalan altos mandos de PGR, SSP y Gobernación
*Trabajan para agencias estadunidenses al menos 80 ex funcionarios mexicanos
*No se descarta que servidores públicos en activo también estén colaborando con DEA, ATF e ICE.

Desde ex funcionarios de alto nivel hasta policías de a pie han sido cooptados por agencias estadunidenses, principalmente por la encargada del combate antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) y las representaciones de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Altos mandos de la Procuraduría General de la República (PGR) y de las secretarías de Seguridad Pública federal y Gobernación confirmaron a La Jornada que han detectado que al menos 80 ex servidores públicos de áreas sensibles de inteligencia, investigación y análisis del gobierno mexicano trabajan para las agencias estadunidenses, espiando, recopilando información y dando seguimiento a los temas y casos de su interés.

Las fuentes consultadas, las cuales solicitaron el anonimato, ya que han sido parte de los equipos que participaron en reuniones de representantes de México y Estados Unidos en negociaciones de acuerdos como la Iniciativa Mérida y la infiltración de agentes en organizaciones criminales, revelaron que no se ha descartado que funcionarios en activo también estén trabajando para los estadunidenses en combinación con sus ex compañeros, lo que ya está siendo investigado en la averiguación previa en la que se indaga si la DEA ha lavado dinero de grupos criminales mexicanos en territorio nacional sin conocimiento de las autoridades del país.

Los ex servidores públicos y ahora informantes estadunidenses actúan como si se tratara de funcionarios consulares, pues una de sus bases se localiza en la propia embajada estadunidense; otras oficinas están en Reforma 265, y la más importante abarca un piso completo de un hotel que se ubica en la glorieta del Ángel de la Independencia.

De acuerdo con la información obtenida, las agencias estadunidenses han ofrecido empleo como informantes y a la vez como conseguidores de información en áreas como la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo), instancia de la PGR que tiene bajo su responsabilidad las investigaciones más sensibles en materia de crimen organizado; por ejemplo, el caso del empresario chino nacionalizado mexicano Zhenli Ye Gon, quien se encuentra sujeto a un proceso de extradición en Estados Unidos, o la integración de expedientes contra los hermanos Beltrán Leyva o la familia Zambada Niebla (hijos de Ismael El Mayo Zambada, uno de los líderes del cártel de Sinaloa).

Los entrevistados señalaron que los ahora servidores de DEA, ICE y ATF han sido detectados en instalaciones como el Centro de Mando de la Policía Federal o el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, y luego dirigir sus pasos a la embajada estadunidense o a las instalaciones que tienen en Paseo de la Reforma 265, donde oficialmente se localiza la Oficina Bilateral de Seguimiento a la Iniciativa Mérida.

Las autoridades entrevistadas reiteraron lo que este diario publicó en agosto pasado: en realidad, es un centro donde se determinan operaciones importantes contra grupos del crimen organizado, más por iniciativa o investigación de los estadunidenses que por actuaciones mexicanas, pero agregaron que, al igual que en las instalaciones del mencionado hotel, solamente se permite el acceso a los más selectos informantes o funcionarios.

En el caso de las instalaciones del hotel de la glorieta del Ángel de la Independencia, de los funcionarios entrevistados sólo algunos reconocieron haber ingresado al sitio: un piso completo que a simple vista parece una zona de suites, al cual solamente se accede con una llave por el elevador. Las fuentes detallaron que dentro de las instalaciones, las cuales son vigiladas por agentes estadunidenses, hay equipos de cómputo, vigilancia e intercepción telefónica, y en el lugar se reciben y envían de manera electrónica los cables sensibles de las operaciones en territorio mexicano.

La contratación de agentes y funcionarios mexicanos no es una situación reciente, pero ahora es más visible porque en algunos casos se ostentan como colaboradores; inclusive llegan a presumir que ahora tienen horarios más cortos y se enfocan a casos concretos, dijeron los entrevistados.

Asimismo, indicaron que en una reunión de alto nivel, funcionarios mexicanos reclamaron abiertamente a los representantes de agencias estadunidenses que en zonas como Baja California, Chihuahua y Tamaulipas, los agentes federales trabajaran para ellos y no cumplieran con sus responsabilidades, y se pidió que no los cooptaran, pero la situación ha continuado.

En ese contexto, aunque los agentes estadunidenses no suman más de 200 en todo el país, las autoridades mexicanas no conocen el número de informantes que han contratado, ya que inclusive se ha detectado que algunos que fueron detenidos como delincuentes colaboraban con alguna agencia, sobre todo en la frontera norte.

En agosto pasado, La Jornada informó que hay funcionarios locales que participan en las investigaciones y en el intercambio de información, además de que realizan labores de inteligencia, pero que son sometidos a exámenes de confianza por los estadunidenses, cuya evaluación incluye aplicaciones en el iris de los sustentantes, que se considera un sistema más barato, eficiente, confiable y rápido que el polígrafo tradicional.

Asimismo, que cuando las agencias estadunidenses quieren una captura o una incautación de alto impacto en México, las autoridades nacionales son informadas de los vínculos del presunto criminal, sus números telefónicos, los domicilios a que acude, como ocurrió en el caso de Arturo Beltrán Leyva, abatido por elementos de la Secretaría de Marina el 15 de diciembre de 2009.

Una muestra pública reciente de la operación de estas agencias en territorio nacional –indicaron los entrevistados– fue lo sucedido en San Luis Potosí en febrero de este año, cuando el agente Jaime Zapata, de ICE, fue asesinado por integrantes de Los Zetas, luego de sostener una reunión con uno de sus informantes.

Cisen persigue en México a la comunidad vasca

El gobierno mexicano espía a ciudadanos vascos radicados en el país, algunos de los cuales ya cuentan con nacionalidad mexicana. Yon de Luisa Plazas, presidente del Club de Futbol América, y su padre, Yon de Luisa Saseta, funcionario del gobierno municipal de Celaya, entre las decenas de vascos que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional sigue puntualmente y vincula –sin presentar pruebas– con organizaciones ligadas a integrantes de ETA, revela informe confidencial. No sólo corporaciones policiacas mexicanas participarían en el acoso, sino efectivos de la Policía Española. Lo que se pretende es entorpecer el camino hacia la vía política que se ha abierto en Euskal Herria, considera analista de temas de política internacional

Fechado el 29 de diciembre de 2010, el informe que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) envió a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) vincula a Juan Carlos Recarte Gutiérrez ?quien fuera acusado de pertenecer a Euskadi Ta Askatasuna (ETA; País Vasco y Libertad)? con Domingo Flores Berástegui, Carmen Garmendia, Yon de Luisa Saseta, Yon de Luisa Plazas, Lázaro Galarza Larrayoz y Esteban Maiza. Según el organismo descentralizado de la Secretaría de Gobernación, encargado de la inteligencia civil del Estado mexicano, todos son integrantes del Colectivo Vasco en México.
El informe A.P PGR/SIEDO/UEITA/011/2011 remitido por el Cisen ?del cual Contralínea posee copia? obedece a una solicitud de información que requirió la SIEDO a dicho centro de investigación. “Se solicita información de la siguiente persona [Juan Carlos Recarte Gutiérrez],relacionada con el acta circunstanciada PGR/SIEDO/UEITA/077/2010, investigado por la posible comisión del ilícito de terrorismo internacional”.
Además, la SIEDO, dependiente de la Procuraduría General de la República (PGR), ordenó una investigación sobre los vínculos posibles de Recarte con ETA y organizaciones de apoyo a ésta; también, sobre posibles vínculos con la delincuencia organizada y grupos subversivos en México. Finalmente, solicitó datos sobre su ingreso, estancia y actividades en el país; datos personales; cuentas bancarias; propiedades e información adicional.

El espionaje a Recarte
En el informe enviado por el Cisen a la SIEDO se señala a Recarte –sin proporcionar pruebas– como exmilitante del aparato militar de ETA; se agrega que la Audiencia Nacional de España requiere su detención desde diciembre de 1990 por asesinato y pertenencia a la banda armada, y por tenencia de explosivos y depósito de armas, desde marzo de 1991.
También, el Cisen señala que Recarte utilizó en México el nombre de Francisco Miranda Nandras y que trabajó como taxista a finales de la década de 1990. No se encontró algún vínculo con la delincuencia organizada en México u otro país, ni con alguna organización subversiva. Sin embargo, el Cisen lo señala como asiduo del Centro Vasco, donde ?de acuerdo con el organismo de inteligencia?, convergen integrantes de la comunidad vasca que se identifican con causas como la del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Nacido en 1967, originario de Pamplona, España, Juan Carlos Recarte Gutiérrez fue detenido en México el 29 de diciembre de 2010. Un día después fue entregado a las autoridades españolas al “no comprobar” su estancia legal en el país.
Era señalado como uno de los responsables en la explosión del edificio de la Unión y El Fénix Español, el 17 de octubre de 1987, donde perdió la vida María Cruz Yoldi Arradres, repartidora del Diario de Navarra.
Según las autoridades españolas, Recarte habría participado en el atentado junto con Bautista Barandalla Iriarte (detenido en 1990 y excarcelado bajo vigilancia judicial en 2009 por complicaciones de salud), con el objetivo de afectar intereses franceses en suelo español. Barandalla fue condenado a 40 años de prisión. Para Recarte, la fiscal de la Audiencia Nacional de España, Ana Noé Sebastián, pedía 43 años de prisión.
El pasado 24 de noviembre, Recarte Gutiérrez fue absuelto por la Audiencia Nacional de España al no comprobarse su autoría o participación en dicho atentado.
El seguimiento a Recarte es puntual. El Cisen reseña desde la fecha de su nacimiento, hasta su expulsión de México. El informe indica detalladamente dónde vivió en el Distrito Federal, las empresas en las que trabajó y qué cargo ocupaba en éstas. Además, señala que existen registros en los cuales Recarte tiene restricción de vuelo en el espacio aéreo de Estados Unidos.
Al final del informe se lee: “Entre los principales vínculos que estableció en México se encuentran Domingo Flores Berástegui, su esposa Carmen Garmendia, Jon de Luisa Saseta, Jon de Luisa Plazas, Lázaro Galarza Larrayoz y Esteban Maiza, miembros del Colectivo Vasco en México” (sic).

Los “vinculados”

Yon de Luisa Saseta es director general de Desarrollo Económico del gobierno municipal de Celaya, Guanajuato, y sobrino del general vasco Cándido Saseta, combatiente republicano de la Guerra Civil Española, muerto en 1937.
Es, además, padre de Yon de Luisa Plazas, quien comparte la presidencia del Club América con el exfutbolista Ricardo Peláez. El eq uipo deportivo es propiedad de Televisa, la principal cadena de televisión en México y una de las más importantes en América Latina. De Luisa Plazas fue también director del Comité Organizador del Mundial Sub-17, celebrado en México entre junio y julio de este año.
“Yo no tengo ninguna relación con el señor Recarte y nunca he conocido a un señor con ese apellido; en ese sentido, no tendría nada que declarar”, dice De Luisa Saseta a Contralínea.
Además, señala que él y su hijo son ciudadanos mexicanos y su parentesco con Cándido Saseta no tendría nada que ver en la investigación, en la cual el Cisen los relaciona con el supuesto integrante de ETA, “ya que [Cándido Saseta] murió en 1937, año en que nací”.
“He hablado con mi hijo y me comenta que él tampoco sabe nada de esta situación; tampoco conoce a algún señor Recarte. Me dijo que no le interesa comentar nada al respecto”.
Se solicitó entrevista con Yon de Luisa Plazas desde el pasado 15 de noviembre. Al cierre de esta edición, su secretaria, Rocío García, comentó que “el ingeniero agradece el interés del semanario, pero no puede dar una entrevista porque está muy ocupado”.
Esteban Maiza, otro de los “relacionados” con Recarte, fue tesorero del Centro Vasco Euskal Etxea, localizado en el Distrito Federal, el cual pertenece a la red internacional de centros o casas vascas que reciben financiamiento del gobierno vasco.
A una solicitud de entrevista para fijar la posición del Centro Vasco respecto de las investigaciones del Cisen contra la comunidad vasca, integrantes de la mesa directiva señalaron que no habría declaraciones sobre ese tema.
Lázaro Galarza Larrayoz es otro de los investigados. Fue detenido por agentes de la PGR en Morelia, Michoacán, el 31 de mayo de 2000, por supuestamente haber participado en un atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Lecumberri, en Navarra, España, en 1990, con un saldo de cinco agentes heridos.
El 12 de julio de 2001, fue puesto en libertad: la Suprema Corte de Justicia de la Nación no encontró evidencias que lo involucraran con los delitos que lo acusaba la Audiencia Nacional de España (terrorismo e intento de homicidio). A pesar de ello, el Cisen lo vincula con supuestos terroristas.
También se solicitó entrevista con la Secretaría de Relaciones Exteriores, por medio de Javier Ortiz, subdirector de redacción de la Dirección General de Comunicación Social. De igual forma, con el Instituto Nacional de Migración, a través de Adriana Ángeles, subdirectora de Análisis, Información y Monitoreo de la Dirección de Comunicación Social. Sin embargo, al cierre de edición, no se obtuvo respuesta de las dependencias.
Según integrantes de la comunidad vasca en México, que solicitan no revelar sus nombres por temor a represalias, a la cabeza de los seguimientos en su contra se encuentran efectivos de la Guardia Civil Española y del Centro Nacional de Inteligencia de España. De acuerdo con los denunciantes, los policías españoles trabajan en operativos conjuntos con integrantes del Cisen y de la Policía Federal.

Vascos en México
Jon Solaun, vasco radicado en el país, comenta que aunque la migración de vascos a México data del siglo XVI durante la Conquista, fue en 1980 cuando una delegación vasca negoció con el gobierno del entonces presiden te de la República José López Portillo la llegada a México de aproximadamente 300 refugiados, bajo las condiciones de no interferir en cuestiones políticas ni vivir en el Distrito Federal.
Menciona que la mentalidad española es colonialista: “Los gobernantes españoles siguen creyendo que Latinoamérica es suya; para ellos no existe más que Iberoamérica, y pasa algo parecido con Euskal Herria [País Vasco]. Nosotros perdimos nuestra última batalla en 1512, poquito antes que ustedes”, dice para referirse a la conquista de Tenochtitlán.
“Nos han ganado todas las batallas, pero hemos ganado una: la resistencia. A más de 500 años, el euskera [lengua vasca] sigue existiendo y se está creando una identidad vasca cada vez más fuerte”, asegura.
El analista internacional Carlos Fazio Varela señala que actualmente “existe una práctica de colaboración del Estado mexicano con el Estado español”, iniciada desde que Ernesto Zedillo ocupaba la Presidencia de la República. Durante ese sexenio se acabó con la política de asilo para los refugiados vascos y comenzaron las extradiciones. Muchos de los vascos que llegaron en la década de 1980 y la primera mitad de la de 1990 son ciudadanos mexicanos. “Las extradiciones obedecen también a fines económicos y comerciales”, considera Fazio.
Las cifras del gobierno vasco muestran que en México existen 160 empresas vascas; además, en 2010, el país ocupó el lugar décimo octavo en exportaciones a Euskal Herria. La cifra alcanzó 4 mil 337 millones de pesos. En tanto, las importaciones por 4 mil 355 millones de pesos ubicaron a México en el lugar décimo cuarto.
Principalmente, las exportaciones de México al País Vasco están relacionadas con la tecnología industrial, la industria auxiliar mecánica y la construcción, también con la tecnología de la información y las telecomunicaciones.
Fazio Varela explica que “existe una lógica estatal que se mueve mediante la contrainsurgencia entre organismos de seguridad mexicanos y españoles, la cual se recrudece después de 2001 con el pretexto de la guerra contra el terrorismo”.
El Cisen vincula a colectivos vascos con ETA, como es el caso de la Diáspora Vasca Xavier Mina. Al respecto, Fazio indica que esta organización realizaba conferencias y actividades culturales desde hace cuatro años en el Club de Periodistas de México, en las que reivindicaba la autodeterminación de Euskal Herria; además, esta organización apoya el fin de la lucha armada.
Explica que una de las líneas por la cuales la PGR monitorea a la comunidad vasca podría ser la vinculación de vacos con una supuesta estructura económico-logística de ETA en México, por lo cual, podrían ocurrir nuevas detenciones y extradiciones.
Carlos Fazio sentencia que, “a nivel de interpretación prospectiva, todo parece indicar que se intenta entorpecer el camino de ETA hacia la vía política y el fin de la violencia; es decir, que en las cañerías del Partido Popular [PP] se podrían estar operando grupos colaboradores para una puesta en escena de una nueva conexión vasca en México. El tema vasco ha sido utilizado como una herramienta de cambio en la propaganda del PP y del Partido Socialista Obrero Español [PSOE] para sus fines políticos”.
Se solicitó entrevista con el gobierno vasco a través de Itzel Olague, directora de la Oficina del Gobierno Vasco en México. Hasta el cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta.



Nuevo escenario político
El pasado 19 de octubre, a 43 años de su formación, la ETA anunció el cese definitivo de las operaciones armadas, con lo que resurge el debate internacional sobre la viabilidad de la independencia de Euskal Herria.
José Sánchez Crespo, consejero de Información y Prensa de la Embajada Española en México, prefiere no establecer una postura sobre el tema. “No es un buen momento para dar entrevistas”, dice al referirse al actual escenario político en Euskal Herria.
No obstante, explica que durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha incrementado la colaboración internacional de España con Francia, Reino Unido y México, “con inmejorables resultados, ya que dicho aumento ha permitido perseguir y detener a integrantes de ETA allí donde intentaban organizarse”.
Además, señala que “ETA dejó de matar, pero el Gobierno no dejó de perseguir con contundencia y detener a los etarras”.
Respecto a la extradición de seis ciudadanos vascos en 2006 (Ernesto Alberdi Elejalde, Félix Salustiano García Rivera, Juan Carlos Artola Díaz, María Asunción Gorrochategui Vázquez, Jesús María Urquijo Borde y Asier Arronatgui Duralde), señala que ha sido lo más destacado de la colaboración entre el Estado español y el mexicano.
Los seis vascos fueron detenidos por la PGR el 18 de julio de 2003, acusados de mantener una célula de ETA en México, la cual supuestamente tenía como objetivo obtener medios para realizar actos terroristas. Después de permanecer encarcelados casi tres años, fueron extraditados a España, el 18 de mayo de 2006.
El pasado 19 de noviembre, Marianao Rajoy, futuro presidente del gobierno español, obtuvo una victoria abrumadora en las elecciones. Después de dos administraciones del PSOE, Rajoy consiguió 10 millones 830 mil 693 votos, a diferencia de los 6 millones 973 mil 880 votos del PSOE.
En el Euskal Herria, Amaiur ?coalición política de la izquierda nacionalista vasca? consiguió 333 mil 628 votos, los cuales, significan siete diputaciones y tres senadurías en el Congreso español, y la coloca como la segunda fuerza política de esa región.
La vía política es ya una opción de la lucha por la independencia de Euskal Herria; no obstante, el Partido Popular ha declarado que ignorará a Amaiur como fuerza política en el Congreso hasta que esta organización política “condene” a ETA.

domingo, julio 24, 2011

Todo México es de la DEA

La DEA hace y deshace en México

Los agentes de la DEA operan en México con toda libertad y hasta con el beneplácito y colaboración del gobierno. Como si fueran mexicanos. Espían, detienen sospechosos, manejan a los policías de la PGR y atestiguan cómo aplican torturas; ellos mismos interrogan a los detenidos y se llevan celosamente la información a su búnker de Reforma 265. Los miembros de la agencia antidrogas estadunidense conocen bien las deficiencias y torpezas de los investigadores locales y llenan los vacíos en su provecho. No les preocupa la ley, porque se saben impunes: tienen permiso del presidente Felipe Calderón.

La Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA) opera en México como si estuviera en su país: participa en detenciones, interroga, interviene comunicaciones, infiltra a sus soplones y, lo más grave, incluso atestigua torturas aplicadas por agentes de la Procuraduría General de la República (PGR).

El aumento de la presencia de la DEA en México –autorizado por el gobierno de Felipe Calderón– se ha traducido en la participación de sus agentes en operativos en todo el país, incluido el Distrito Federal, donde han organizado hasta detenciones de presuntos traficantes.

Su gran aliada ha sido la PGR, que integra sus averiguaciones previas con la información que le proporciona la DEA y permite a sus agentes interrogar a los detenidos y llevar la información así obtenida a sus propias bases de datos. Además, gestiona la extradición a Estados Unidos de los investigados por la DEA, aun cuando las incriminaciones se hagan bajo tortura.

La PGR no es la única en facilitar su operación. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) le da cobertura operativa al brindarle a sus agentes camionetas con placas de esa dependencia para participar en detenciones. A la colaboración también se ha sumado la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), cuyos policías adaptan sus informes para avalar las investigaciones de los estadunidenses. Ha tenido apoyo hasta de la Defensoría Pública del Poder Judicial de la Federación, según varios acusados por la agencia.

Uno a la cuenta de la agencia

En el haber de ese organismo en México se cuenta el fallecimiento de al menos un inculpado por sus investigaciones: el mexicano-estadunidense Orlando Mijares Estévez, quien murió el domingo 17 en el Reclusorio Norte, tras tres años encarcelado, por falta de atención médica y a quien nunca se le comprobó el delito de lavado de dinero que le fincó la PGR a partir de las acusaciones de la DEA.

Mijares Estévez, de origen cubano, fue uno de los detenidos por la PGR a finales de 2007 luego de que durante el primer año de gobierno de Calderón la DEA desplegó una intensa actividad en México para desarticular una célula del cártel colombiano del Norte del Valle.

Clave para esa operación fue la infiltración del narcotraficante colombiano Juan Carlos Umbacia, quien tras ser declarado culpable en Estados Unidos de haber conspirado para traficar cocaína entre finales de los ochenta y principios de la década pasada, se convirtió en 2003 en informante de la agencia. En 2005, Umbacia se infiltró en el cártel del Norte del Valle para detectar sus operaciones en Estados Unidos, México y Colombia.

Para operar en México, la DEA se apoyó en Édgar Enrique Bayardo del Villar, entonces jefe de la Tercera Sección, Estado Mayor, de la Policía Federal Preventiva, hoy Policía Federal.

Bayardo fue detenido en octubre de 2008 como resultado de la Operación Limpieza. Fue procesado bajo la acusación de trabajar para Ismael El Mayo Zambada, del cártel de Sinaloa, y asesinado en el Distrito Federal en diciembre de 2009 cuando era testigo protegido de la PGR con el nombre clave de Tigre.

Como varios de los infiltrados por Umbacia eran residentes en México, el colombiano también operó en el Distrito Federal hasta que agentes de la DEA, el 30 de noviembre de 2007, participaron en la detención de Joaquín Alejandro Senderos Higuera, a quien el Departamento de Justicia de Estados Unidos requiere en extradición como presunto responsable de lavar dinero para el cártel colombiano.

A instancias de la DEA, Senderos está encarcelado en el Reclusorio Norte acusado por la PGR de delincuencia organizada y lavado de dinero. Después de tres años y ocho meses de proceso aún no ha sido sentenciado, pero la PGR tramita desde finales del año pasado su extradición, gestionada por la entonces titular de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) y actual procuradora, Marisela Morales Ibáñez, ante el Juzgado Décimo de Distrito de Procesos Penales Federales en el DF.

Además de Senderos, la funcionaria solicitó la detención con fines de extradición de otras seis personas, todas colombianas, a las que Estados Unidos les finca los cargos de lavado de dinero y conspiración para traficar cocaína. Los cargos están contenidos en la causa penal 3-10-cr-073-K, abierta en Dallas por la corte federal para el distrito norte de Texas.

La petición de Morales, a la que este semanario tuvo acceso, está elaborada con la información obtenida por el infiltrado de la DEA, aunque la SIEDO asegura que realizaba su propia investigación desde enero de 2007.

Entre los requeridos por Estados Unidos está Harold Mauricio Poveda Ortega, El Conejo, señalado por la PGR como el principal proveedor de cocaína del cártel del Norte del Valle a la organización de los hermanos Arturo Beltrán Leyva.

Poveda fue detenido en noviembre de 2010, dos años después de que se escapó de un operativo de la Policía Federal en una residencia del Desierto de los Leones. En ese operativo participó Bayardo como inspector de la corporación policial que depende del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

A pesar de que en el expediente de extradición se transcribe parte de las conversaciones del infiltrado de la DEA, la PGR consignó ante el juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el DF la causa penal 22/2008/II, supuestamente elaborada a partir de una “denuncia anónima” contra Senderos y otras seis personas.

Bayardo, a su servicio

El 30 de noviembre de 2007, Joaquín Alejandro Senderos Higuera, administrador de empresas graduado en la Universidad de Stanford y fundador de varias compañias de operaciones internacionales, se había encontrado para comer con dos amigos en el restaurante El Cabrito Asador, en la esquina de Luis Moya y Arcos de Belén, en el centro de la Ciudad de México.

Alrededor de las cuatro y media de la tarde Bayardo entró al restaurante. Mencionó en voz alta el nombre de Joaquín Senderos y pasó por su mesa pero siguió de frente. El requerido también alzó la voz y le dijo: “Por acá, por favor”.

Sin identificarse, Bayardo le soltó: “Soy policía judicial. Necesito que me acompañe para aclarar unas situaciones de su amigo Horley Rengifo”. Senderos accedió porque se trataba de quien le había comprado una franquicia de su empresa de alimentos naturales no perecederos Life & Victory, que operaba bajo el esquema empresarial de multiniveles.

Horley Rengifo Pareja, nacido en 1968 en Neiba Huila, Colombia, y establecido en México, había comprado la franquicia para distribuir los productos en Valle del Cauca desde la ciudad de Cali, “pero sólo nos pagó 15 mil dólares y nos quedó a deber casi 190 mil más”, cuenta Senderos en entrevista.

En cuanto Senderos se identificó, Bayardo le quitó su teléfono celular y su aparato de radiocomunicación. Uno de los amigos de Senderos increpó a Bayardo: “¿Cómo sabemos que es policía y no un secuestrador?”. El policía se alteró: “Cállese y no se meta, si no quiere que también me lo lleve”. Se abrió el saco y le mostró la pistola que llevaba en la cintura.

Cuando salió del restaurante detenido sin ninguna orden judicial, Senderos vio dos camionetas blancas tipo VAN con placas de la SRE. Notó que en ellas viajaban por lo menos 10 estadunidenses. Se encaminaron hacia las instalaciones de la SIEDO, en Reforma 75.

Lo presentaron en la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda, ante el fiscal José Luis Marmolejo, conocido como Licenciado Dolor o Doctor Muerte. Ahí se abrió la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIORPIFAM/186/2007.

En la SIEDO los agentes de la DEA interrogaron a Senderos durante casi media hora: “Exactamente en la puerta de mitad madera y mitad vidrio de acceso a la oficina de Marmolejo. Me pidieron mis datos generales, si había estado en Estados Unidos, a qué había ido, en qué lugares había estado, si tenía negocios, si sabía por qué estaba en la SIEDO”.

Tras el interrogatorio “me hicieron tocar el piano” en sus laptops, dice al referirse a la toma de las huellas de los 10 dedos. Recuerda a un agente de la DEA de origen puertorriqueño, “muy alto y moreno”.

Los estadunidenses también interrogaron a Samuel Jiménez Roldán, su chofer, a quien Bayardo y otros dos agentes de la SIEDO habían detenido en las oficinas de Senderos y a quien golpearon hasta que los llevó al restaurante. “Después de hablar conmigo el puertorriqueño se jaló a Samuel. Pero sólo hablaron unos tres minutos. Samuel estaba aterrado”, recuerda.

Esa noche también fueron interrogados en la SIEDO tres colombianos que Bayardo había detenido en una casa de las Lomas: Horley Rengifo Pareja –inquilino de la casa–, Roberto Mario Angulo Isaza, a quien la DEA identifica como El Costeño, y Carlos Ariel Montoya, quien acababa de llegar de Colombia pero que fue liberado poco después.

También estaba Tito Miller Parra Izasa, a quien el mismo Bayardo había detenido una noche antes, el 29 de noviembre, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México cuando se disponía a volar junto con su esposa a Colombia. Junto con él fue detenido Ricardo Martínez Rodríguez.

Los detenidos declararon actividades económicas en México. Ricardo Martínez se naturalizó mexicano… Está con Senderos en el Reclusorio Norte.

En sus declaraciones ministeriales afirman haber sido torturados por Bayardo y el propio Marmolejo en la SIEDO. Los peritajes médicos realizados dos años después a petición de Senderos para desacreditar las acusaciones en su contra confirmaron que, de acuerdo con el Protocolo de Estambul, todos padecen secuelas de tortura física y psicológica.

Senderos asegura que no todos los agentes de la DEA fueron testigos de la tortura: “Sólo cuatro o cinco, pero entre los principales había dos anglosajones; uno de ellos vestido de traje, que parecía y actuaba como jefe”.

La presencia de la DEA la hizo saber Senderos al contralor del Poder Judicial de la Federación en diciembre de 2010 mediante un escrito en el que relata la forma en que los abogados defensores se coludieron con Bayardo y los agentes del Ministerio Público Federal para inculparlo:

“De casi tres horas que pasé declarando frente a los ministerios públicos y los agentes de la DEA, el licenciado Javier Ramiro Lara Salinas (abogado defensor) no pasó ni 15 minutos en total conmigo, entre sus idas y venidas que ahora comprendo eran para ir con Horley Rengifo Pareja y (el ministerio público) José Luis Martínez Pérez y luego regresar conmigo.”

La presencia de los agentes de la DEA en la PGR también es mencionada por Angélica María Hernández Ramírez, esposa de Tito Miller Parra Izasa. En una declaración jurada en Cali, Colombia, el 10 de julio de 2009 ante la Fiscalía General de la Nación –equivalente a la PGR– dijo sobre las personas que estuvieron en la SIEDO el 30 de noviembre de 2007:

“Los nombres que recuerdo son José Luis Martínez, Alejandro Zito López, Édgar Ballardo (sic), Conchita, que luego supe que era del Ministerio Público, José Luis Marmolejo, que era el jefe de la unidad de lavado de activos, Aldo Martínez, Iván Reyes, Aarón Arturo Mateos y Giovanny Villagrana. Había gente de la AFI y de la DEA.”

En las actas ministeriales Zito López aparece como agente del Ministerio Público, mientras que Iván Reyes y Giovanny Villagrana como efectivos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), dependencia de la PGR.

Eduardo Alberto Torres Jaramillo, también colombiano y detenido en el DF el 16 de diciembre de ese año como parte del operativo, declaró al perito médico:

“José Luis Martínez fue el que me tomó la declaración. Era la oficina de Marmolejo, en ese lugar fue donde me torturaron. Llegó una persona que dijo ser licenciado y que se llamaba José Luis Pérez. Yo le pedí que me oyera, le quería explicar mi caso. Me respondió. ‘Ya estás aquí, es mejor que colabores’. Se levantó y se despidió de ellos y me dio la impresión de que eran cuates, como dicen ustedes aquí en México.

“A la segunda mañana en la oficina de Marmolejo me ordenó que me sentara en el sofá. Estaba ahí una persona blanca y alta. Marmolejo me dijo que era de la DEA y ese señor me dijo que tenía que colaborar. En ese momento mandan traer a (Carlos) Thorné (también colombiano acusado de pertenecer al cártel del Norte del Valle), lo cachetean y le dicen que yo (ya) había hablado…”

En sus declaraciones al perito los detenidos coinciden en que fueron torturados en la oficina de Marmolejo. Horley Rengifo dijo que cuando fue detenido en su casa por Bayardo le metieron la cabeza a la taza del baño. Le echaron loción en los ojos y agua mineral en la nariz. También le pidieron 1 millón de dólares. Ya en la oficina de Marmolejo lo volvieron a torturar y lo amenazaron con matar a su esposa y a su hija, que en ese momento estaban retenidas en la SIEDO.

Tito Miller, que al momento de su detención fue golpeado por Bayardo, acusó a Marmolejo de pedirle 1 millón de dólares: de lo contrario iba a torturar a su esposa, que estaba embarazada, “y sacarle el bebé de una patada”. José Luis Martínez le decía: “esté tranquilo, ¿qué no ve que yo voy a ser el padrino de su hija?”.

Tito fue torturado en la SIEDO, dice Ricardo Martínez, quien señala: “Llegó un señor Marmolejo. Me dijo: ‘Vas a tener que firmar esos papeles. Si no los firmas, vamos a estrenar con usted la tortura de los siete nudos… es una cuerda gruesa con siete nudos que vamos apretando uno por uno hasta que te matamos, te echamos en una bolsa y te tiramos en un basurero’. Entonces firmé”.

El búnker de Reforma

La declaración de guerra al narcotráfico de Calderón facilitó la entrada de agentes estadunidenses de la DEA y de otras agencias y, por primera vez, de servicios de inteligencia militar. En total nueve agencias civiles y militares están desde finales del año pasado concentradas en Reforma 265, a unos pasos de la embajada de Estados Unidos en México (Proceso 1776), cerca también de la PGR.

A diferencia de Colombia, donde la estrategia contra el narcotráfico implicó la participación directa de militares estadunidenses en ese territorio, en México ha consistido en un amplio despliegue de efectivos de esas agencias y de cientos de colaboradores mexicanos.

La propia DEA ha admitido que sólo en dos años, entre 2007 y principios de 2009, unos 120 colaboradores o informantes suyos y del Buró Federal de Investigaciones (FBI) han sido asesinados por narcotraficantes, de acuerdo con los cables de WikiLeaks publicados por el diario La Jornada.

El hecho más grave hasta ahora ha sido el asesinato del agente Jaime Zapata, en febrero pasado, en San Luis Potosí. Apenas el pasado 1 de julio, en la ciudad de Chihuahua aparecieron narcopintas contra la DEA: “Pinchis gringos (D.E.A.) mierdas. Ya los tenemos ubicados y sabemos quienes son y donde anden les vamos a mochar la cabeza mierdas”.

La PGR reservó para 12 años el dato sobre el número de agentes de la DEA en el país, pero según funcionarios de la Procuraduría, el gobierno estadunidense ya tiene en México unos 500 efectivos de diversas agencias, según publicó el 18 de abril pasado el periódico Excélsior. Requerida por Proceso, la embajada de Estados Unidos en México señaló el viernes 22 que no puede dar información “que pueda poner en riesgo (la) seguridad” de sus agentes.

En 2005 sólo había 60 de ellos. En el primer año de gobierno de Calderón su número llegó a 227, informó el entonces director de la DEA, Anthony Placido, ante el Congreso estadunidense. Desde entonces no se ha capturado a ningún jefe del narcotráfico en México en la que el organismo estadunidense haya estado ausente.

Washington invade México poco a poco…

J. Jesús Esquivel

WASHINGTON.- Con el pretexto de intercambiar información de inteligencia con sus contrapartes mexicanas en el contexto de la guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico, el gobierno de Estados Unidos incrementará en México el número de militares y agentes de la CIA y la DEA.

“Una expansión expedita en México de la presencia de enlaces de las agencias federales para colocar al personal estadunidense en los lugares donde operan los cárteles permitiría tener una colaboración más cercana con nuestros aliados de las agencias federales mexicanas”, establece el punto A del capítulo 5 –“Investigaciones y procesos judiciales”– de la Estrategia Nacional Antinarcóticos para la Frontera Sur, que el martes 19 dio a conocer el gobierno de Barack Obama.

La idea de aumentar la presencia de agentes estadunidenses en territorio mexicano es sólo una propuesta, pero según funcionarios mexicanos y estadunidenses consultados por Proceso, el tema ya se negoció y se amarró con el gobierno de Calderón.

“Si no fuera así, el punto A no se hubiera publicado en la Estrategia”, dice a Proceso un funcionario del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.

“Al Congreso le tenemos que presentar un documento con propuestas viables a fin de que apruebe el dinero para financiarlo; aumentar la presencia de agentes en México es un aspecto previamente negociado (con las autoridades mexicanas)”, añade el funcionario del gobierno de Obama que habló a condición de mantener el anonimato.

Agrega que después de casi tres años de apoyar a Calderón en su guerra contra el narcotráfico con la herramienta de la cooperación bilateral que heredó del gobierno de George W. Bush –antes llamada Iniciativa Mérida y ahora, Más allá de Mérida–, Obama quiere sacar ventaja de las necesidades y fracasos del gobierno mexicano imponiendo condiciones.

“Las agencias estadunidenses de aplicación de la ley, con el consentimiento del gobierno de México, trabajarían para incrementar la presencia de sus enlaces en ciudades mexicanas clave a lo largo de la frontera y en otras localidades, con el propósito de apoyar las investigaciones y procesos judiciales contra las organizaciones criminales trasnacionales”, subraya el punto A del capítulo 5 de la Estrategia, que dio a conocer la Oficina Nacional de Políticas para el Control de las Drogas (ONDCP) de la Casa Blanca.

El documento subraya que la petición de aumento del número de sus agentes en territorio mexicano obedece al “impacto directo que tienen en Estados Unidos el tráfico de drogas y las actividades criminales relacionadas”.

En su Estrategia Nacional el gobierno de Obama se muestra muy cauto y nunca dice que el pretendido incremento de sus agentes en México es para respaldar a Calderón en su guerra contra el narcotráfico. Aclara que es para contener los efectos de ésta en Estados Unidos.

El pretexto del 11 de septiembre

En el sexenio de Vicente Fox, luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, la Casa Blanca convenció al gobierno mexicano de que le permitiera aumentar el número de sus agentes en territorio mexicano, supuestamente para impedir que los terroristas ingresaran a Estados Unidos por su frontera sur.

Fox aceptó, pero limitó la presencia de los agentes estadunidenses a los estados de la frontera norte, donde presuntamente sólo se dedicarían a vigilar y contener cualquier intento de ingreso de presuntos terroristas a su país.

No fue sino hasta el final del sexenio anterior cuando el entonces presidente Bush logró dar un primer paso que después se multiplicaría con la llegada de Calderón a Los Pinos: La Subsecretaría para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) firmó la carta de aceptación de ocho nuevos agentes de la Administración Antidrogas (DEA) para apoyar la lucha bilateral contra el narcotráfico.

A partir de noviembre de 2006 y hasta la fecha, oficialmente y con el consentimiento de Los Pinos, la DEA tiene en México 54 agentes. Todos están registrados ante la SRE como liaisons (enlaces) de la embajada estadunidense.

La guerra que inició Calderón contra el narcotráfico más que debilitar las estructuras de los cárteles de la droga y pese al respaldo de Estados Unidos con la Iniciativa Mérida, dejó que México aceptara más condiciones impuestas por Washington, como la de contar con un centro de espionaje en la misma capital mexicana (Proceso 1776).

En agosto del año pasado comenzó de manera oficial sus funciones la Oficina Binacional de Inteligencia (OBI) en Reforma 265. Desde ahí, en un edificio a 250 metros de la embajada de Estados Unidos, operan con toda libertad decenas de agentes estadunidenses (el número preciso se mantiene como información confidencial y como secreto de seguridad nacional).

Pese a que se supone que la OBI fue creada para respaldar a Calderón en su lucha contra el narcotráfico, este centro se destaca por tener muchos agentes dedicados al espionaje internacional más que a contener o desmantelar el crimen organizado mexicano.

A unos metros del Ángel de la Independencia el centro de espionaje concentra personal del Pentágono asignado a la Agencia de Inteligencia Militar (DIA), a la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).

A su vez, el Departamento de Justicia tiene ahí a agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI), de la DEA –además de los 54 registrados oficialmente por el gobierno mexicano– y del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). El Departamento de Seguridad Interior está representado por agentes de Inteligencia de la Guardia Costera (CGI) y de la Oficina de Cumplimiento Aduanal y Migratorio (ICE).

Los efectivos de la Oficina de Inteligencia sobre Terrorismo y Asuntos Financieros (TFI) representan al Departamento del Tesoro.

Sin restricciones

La Estrategia Nacional de la ONDCP –cuya cabeza es Gil Kerlikowske, El Zar Antidrogas de la Casa Blanca– no estipula cuántos agentes más quiere meter Obama a México ni el nombre de las agencias de inteligencia o federales a las que pertenecen. Lo único que informa al respecto es que debe ser personal del “Departamento de Justicia, Seguridad Interior, del Tesoro, Salud y del Pentágono”. Pero efectivos de esas dependencias federales ya están en la OBI.

Fuentes del gobierno mexicano consultadas por Proceso explican que este incremento de agentes federales estadunidenses, aunque “todavía no se acepta de manera oficial en un papel”, es algo que podría consolidarse antes de que acabe el sexenio de Calderón.

“Desde que aumentó la presencia de agentes de Estados Unidos en México y comenzó a funcionar el centro de intercambio de información de inteligencia, subió el número de detenciones de capos del narco. Desde esa perspectiva no veo razón por la cual el presidente Calderón le diga que no al gobierno de Estados Unidos”, admite el funcionario mexicano que pide el anonimato.

De acuerdo con un reporte fechado en febrero de 2009, que el auditor general de la DEA entregó al Congreso federal de su país (Proceso 1742), durante los primeros 18 meses del sexenio de Calderón se autorizó el ingreso de casi 50% más agentes y la apertura de otras tres oficinas de la administración antinarcóticos.

Los efectivos estadunidenses que trabajan en México –sobre todo los que se concentran en la OBI– no tienen ninguna restricción para realizar operaciones que no están relacionadas con el combate al narcotráfico y el crimen organizado. Son los únicos encargados de operar y manejar el equipo especializado con el que se espía y vigila con satélites y otras tecnologías vanguardistas del Pentágono todo lo que ocurre en México y posiblemente más allá de la frontera sur.

Pese a que en la OBI hay personal del gobierno federal mexicano, sus contrapartes estadunidenses no están obligadas a intercambiar con ellos información de inteligencia concerniente a otros rubros. La Estrategia Nacional de la ONDCP establece que Washington quiere más agentes en México para resguardar y garantizar la seguridad nacional de Estados Unidos, no para contener el saldo de muerte y desolación que ha dejado la lucha militarizada contra el narcotráfico.

Los intereses de Washington están por encima de los casi 50 mil muertos que ha dejado la narcoviolencia en México en poco más de cuatro años. El ejemplo más claro es el asesinato del agente del ICE Jaime Zapata ocurrido el pasado 15 de febrero en una carretera de San Luis Potosí. Pocos días después de este asesinato, el gobierno de Calderón arrestó a los presuntos autores del crimen, quienes presumiblemente son zetas.

“Cuando mataron a Zapata, de Washington recibimos la orden de entrar a México para encontrar a los responsables”, dice a Proceso un agente de la Oficina del Sheriff de El Paso, Texas, quien coordinó parte del cumplimiento de la orden federal.

“Entraron a México decenas de agentes del ICE, la DEA, el FBI, el Pentágono… de todas las agencias federales y hasta estatales y locales”, anota el policía de El Paso.