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jueves, marzo 22, 2012

¡Respeto a las instituciones!: Silva Meza a Calderón

Rayuela
Oprobioso, ominoso, vergonzoso, todos los adjetivos caben para describir el rol de García Luna en el caso Cassez. Y ahí está, muerto de la risa, quitado de la pena. Es el intocable del sexenio.



A ver si así...
-Hernández
Suprema Corte-Fisgón
Jueces y parte-Helguera

Justicia impresentable
Ayer, por mayoría de tres votos contra dos, los integrantes de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazaron la liberación de Florence Cassez –sentenciada a 60 años de cárcel por el delito de secuestro–, como proponía el dictamen elaborado por el ministro Arturo Zaldívar. Ante la negativa, la resolución sobre el amparo solicitado por la defensa de la acusada quedó en suspenso, y corresponderá a la ministra Olga Sánchez Cordero presentar, en semanas o meses próximos, un nuevo proyecto de dictamen.

Más allá del resultado de la discusión judicial de ayer, en el curso de la misma se hizo manifiesta la situación de catástrofe que atraviesa el sistema de justicia en el país. El reconocimiento, por cuatro de los cinco ministros de la primera sala, de atropellos diversos a los derechos de la inculpada durante su detención y durante el proceso en su contra es un golpe demoledor a la cadena de instituciones encargadas de procurar e impartir justicia y salvaguardar el estado de derecho: desde los funcionarios de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), adscritos a la Procuraduría General de la República (PGR), que escenificaron la falsa captura de Cassez y violentaron sus derechos a la asistencia consular y a ser presentada ante el Ministerio Público, hasta los juzgadores que avalaron dicha práctica y dieron curso a un proceso judicial viciado de origen.

En un pleno estado de derecho, las irregularidades mencionadas ni siquiera habrían tenido lugar. Sólo en el contexto de una legalidad bastante imperfecta sería concebible y explicable que los atropellos cometidos por la AFI, la PGR y los jueces hubiesen pasado tantos años sin ser investigados y sancionados. Por desgracia, en el México contemporáneo las perspectivas de esclarecimiento y de castigo por estas faltas han sido nulas hasta ahora, y antes bien se ha premiado a los responsables, si se toma en cuenta el papel protagónico que ocupa el titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna –quien al momento de la detención de Cassez se desempeñaba como director de la AFI–, en el gabinete presidencial y en el diseño y aplicación de la contraproducente estrategia de seguridad en curso.

Ante tal circunstancia, el mero reconocimiento por los magistrados del máximo tribunal de los vicios policiales y judiciales detectados en el caso Cassez resulta insuficiente, sobre todo porque distan mucho de ser aislados: los abusos, las violaciones a garantías fundamentales, la distorsión de pruebas, lugares y testimonios, el uso faccioso de la ley, la conversión de las procuradurías en instrumentos de golpeteo político y la fabricación de culpables forman parte de un deterioro estructural de las instituciones encargadas de procurar e impartir justicia.

No resulta ocioso preguntarse cuántos reclusos y reclusas enfrentan actualmente sentencias derivadas de procesos tanto o más irregulares que el de Cassez, sin posibilidad de acceder a los reflectores mediáticos y a la proyección internacional que tuvo la ciudadana francesa, y qué porcentaje de la población penitenciaria del país habría podido apelar a la liberación inmediata como resultado de esas irregularidades, en caso de que el proyecto de Zaldívar hubiese prosperado.

Lo menos que cabría esperar, una vez que cuatro de los cinco ministros de la primera sala han aceptado la comisión de graves faltas de autoridades policiacas y judiciales, es que éstas sean debidamente investigadas y los responsables sancionados conforme a derecho.

Al desaseo exhibido por las deliberaciones del caso Cassez en el máximo tribunal del país ha de agregarse la inaceptable intromisión del Ejecutivo federal en los asuntos del Poder Judicial para que sus máximos exponentes rechazaran la liberación de la sentenciada. El reclamo lanzado ayer por el presidente de la SCJN, Juan Silva Meza, al Ejecutivo federal, de que ese organismo está obligado a garantizar el derecho de todos y de que la ley no puede cumplirse a capricho constituye una respuesta procedente y necesaria al comportamiento del gobierno federal en lo que toca al caso comentado, pero también una contundente descalificación al desempeño de la actual administración durante el último lustro en materia de justicia.

En suma, con independencia del derrotero que tome el caso Cassez en semanas y meses próximos, la discusión de ayer dio cuenta de la descomposición de una institucionalidad que ha perdido el sentido de apego a la ley y de la moral pública, que ha quedado exhibida por su turbiedad y por las desviaciones a la legalidad con que se conduce, y que se ha vuelto un factor de desaliento y cinismo y en una faceta impresentable de México ante el mundo.

La trama continúa
La francesa Florence Cassez en imagen de marzo de 2006, durante su proceso por secuestro en el Reclusorio Oriente.

Secuelas de un montaje

*Frente al Ejecutivo, el ministro manifiesta su repudio "al abuso del poder"
*La ley no se cumple a capricho; ¡respeto a las instituciones!: Silva Meza a Calderón

*Los jueces sólo deben sumisión a la Constitución, afirma en el 206 natalicio de Juuárez

Felipe Calderón, jefe del Ejecutivo federal, durante el discurso que pronunció el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Silva Meza, en la ceremonia conmemorativa por el 206 aniversario del natalicio de Benito Juárez García, celebrada en Palacio Nacional.

El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ministro Juan Silva Meza, manifestó ayer su rechazo a la creencia de que la ley puede cumplirse a capricho, luego de exigir respeto a la división de poderes y a las instituciones.

Al participar en la ceremonia por el 206 aniversario del natalicio de Benito Juárez, antes de que la Corte resolviera sobre el caso Florence Cassez, subrayó su repudio al abuso de poder, que es el paso previo al autoritarismo y la impunidad.

En medio de las presiones que han recibido los ministros por el tema de la ciudadana francesa sentenciada a 70 años de prisión por secuestro, Silva Meza resaltó que los jueces sólo deben sumisión a la Constitución.

Frente al presidente Felipe Calderón, quien encabezó la ceremonia en Palacio Nacional, el presidente de la Suprema Corte resaltó: necesitamos que funcionen con normalidad las instituciones de la República. Nada justifica incumplir la Constitución y los derechos humanos. Respetemos las formas y la legalidad. Respetemos la esencia de la República, que es la legalidad.

El ministro pidió seguir la templanza y la fortaleza moral de Juárez. Entendamos que en momento difíciles y extraordinarios, debemos apegarnos a la ley, como fórmula de paz y de certidumbre, enfatizó.

Subrayó que hoy los jueces, magistrados y ministros están atentos para aplicar el nuevo marco legal en materia de amparo y de derechos humanos, los cuales exigen que el nuestro sea un país en el que imperen la justicia y la igualdad, no la arbitrariedad; justicia basada en instituciones y procesos que hagan que sea justicia de verdad.

Señaló que en el país se realiza un intenso proceso de transformación constitucional y que los integrantes del Poder Judicial atenderán el producto de esa gestación.

Leer mas AQUI.

*Espera que la verdad se restablezca pronto

*El Ejecutivo tiene que corregir agravios

miércoles, mayo 04, 2011

La muerte mediática de Bin Laden

El montaje que anunció la muerte de Osama.



MÉXICO, D.F., 3 de mayo (apro).- La noticia corrió como reguero de pólvora en los medios occidentales, la noche del domingo 1. De golpe, al confirmar la muerte de Osama Bin Laden, Barack Obama sepultó la larga jornada de alabanzas y reiteradas imágenes sobre la beatificación de Juan Pablo II.
Las dos grandes religiones –islamismo y cristianismo– confrontadas en la escena mediática, pero ahora con el ingrediente del recuerdo de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que para el imaginario estadunidense seguirá representando una dura afrenta en su orgullo imperial.
El anuncio, que ha dominado la agenda informativa internacional, también ha generado una ola de reacciones dominadas por el escepticismo y la suspicacia. Entre analistas árabes y latinoamericanos en especial, aquellos confrontados con la línea de Washington, se especula sobre un posible "montaje mediático" al estilo de los que aplica en México nuestro secretario de Seguridad Pública, Genaro García.
Lo cierto es que se trata de una muerte mediáticamente anunciada. Con este hecho, Estados Unidos pretende cerrar un capítulo en su "guerra contra el terrorismo", pero no concluye lo que en distintas investigaciones periodísticas se ha ventilado.
Existen tres grandes ejes de este episodio:
1. El futuro de Al Qaeda. El surgimiento y operación de esta red de células autónomas –a la usanza de una franquicia estilo Mc Donalds– está extraordinariamente descrito, a detalle, en el libro La Torre Elevada, Al Qaeda y los Orígenes del 11-S, una investigación de Lawrence Wright que mereció el Permio Pulitzer. ¿Realmente se debilita esta trasnacional del terrorismo y el fanatismo tras la muerte de Bin Laden?
2. El papel de la CIA. Los cables informativos y el propio discurso de Barack Obama insistieron en reivindicar el papel de la agencia de espionaje más famosa, pero más fallida de la historia estadunidense. Las múltiples dudas sobre los errores, las complicidades y la falta de una estrategia preventiva frente a los ataques terroristas están planteadas en Legado de Cenizas, la Historia de la CIA, libro de Tim Weiner, también ganador del Premio Pulitzer. Las pistas de este fracaso siguen abiertas.
3. La invasión a Afganistán y a Irak. Existen numerosos y extraordinarios libros, especialmente los del periodista irlandés Robert Fisk, colaborador de The Independent, surgidos a raíz de las dos grandes invasiones del gobierno de George W. Bush bajo el pretexto de responder al “golpe” del 11-S. La vietnamización de ambas invasiones es un hecho que persigue como sombra a la administración demócrata de Barack Obama. Con las recientes revelaciones de los cables de Wikileaks sobre las torturas en la cárcel de Guantánamo, vale la pena releer no sólo la obra de Fisk, sino también Obediencia Debida, un compendio de los artículos de Seymour M. Hersh, colaborador de The New Yorker.
Algunas pistas
La trama sobre el surgimiento de Al Qaeda está relatada al detalle en el libro La Torre Elevada, una extensa y bien documentada historia de Lawrence Wright, escritor, guionista y autor de obras de teatro, y redactor de The New Yorker.
Desde el principio de la obra, Wright nos advierte que el origen de Al Qaeda no está en la locura individual de Osama Bin Laden o los millones de petrodólares de su familia, sino en el asesinato de Hasan al Banna, guía supremo de la sociedad de los Hermanos Musulamanes de El Cairo, una organización que ahora ha cobrado un nuevo protagonismo a raíz de la caída del régimen de Hosni Mubarak.
Los Hermanos Musulmanes no es una organización de reciente creación. Su origen se remonta a 1928 y tenía como objetivo convertir al país más importante del mundo árabe –después de Arabia Saudita– en un Estado islámico. Se enfrentaron al régimen de Gamal Abdel Nasser, en los años cincuenta, y a Annuar el Sadat, a quien criticaron por la capitulación con Israel en los años setenta, y han sobrevivido a todo.
Desde su origen tuvieron un “aparato secreto” bien compartimentado, que fue formando las redes de lo que posteriormente daría lugar a Al Qaeda.
De este aparato surgió el llamado “número dos” de Al Qaeda, que aún vive y sigue activo: Ayman Al Zawahiri. Este personaje es clave en la trama de la formación de Al Qaeda en Afganistán y su expansión hacia Pakistán. Wright describe así este papel:
“Gracias a sus contactos con los jefes tribales locales, Zawahiri viajó a Afganistán en varias ocasiones atravesando clandestinamente la frontera, lo que lo convirtió en uno de los primeros extranjeros que pudo presenciar el coraje de los combatientes afganos por la libertad, que se hacían llamar muyahidines, guerreros santos. Aquel otoño (de finales de los ochenta, en plena guerra contra las tropas soviéticas), Zawahiri volvió a El Cairo contando innumerables historias sobre los “milagros” que estaban ocurriendo en la yihad contra los soviéticos” (pp. 65-66).
El propio Wright advierte que “la tragedia estadunidense del 11 de septiembre se gestó en las prisiones de Egipto. Los defensores de los derechos humanos de El Cairo afirman que la tortura generó un deseo de venganza, primero en Sayyid Qutb, y más tarde en sus acólitos, incluido Ayman al Zawahiri. El principal blanco de la ira de los presos era el gobierno laico egipcio, pero también había una poderosa corriente de ira dirigida hacia Occidente, al que consideraban valedor de un régimen represivo”.
A lo largo de La Torre Elevada, Wright relata cómo se dio el encuentro entre Zawahiri y Osama Bin Laden, el papel del salafismo en la conformación de una ideología, así como el de otras organizaciones radicales islámicas que se fueron sumando a la iniciativa de estos dos personajes y la yihad global, formada a través de un hecho fundamental: el caldo de cultivo que representó en la década de los ochenta y los noventa los agravios cometidos contra los pueblos árabes por la Unión Soviética, Estados Unidos y su errática política en Medio Oriente, y el autoritarismo de los regímenes que hoy están cayendo como piezas de dominó.
Al Qaeda, advierte Wright, “sería un vector de esas dos fuerzas: una egipcia y otra saudí. Ambos tendrían que ceder para adaptarse a los objetivos del otro (Zawahiri y Bin Laden); como consecuencia, Al Qaeda seguiría un camino único, la yihad global”.
La idea de derrumbar las torres gemelas de Nueva York, documenta La Torre Elevada, surgió del llamado jeque ciego Omar Abdul Rahman, quien recibía apoyos financieros de Bin Laden. Y esto se gestó frente a las narices del aparato de inteligencia de Estados Unidos y a su mala lectura del fenómeno geopolítico en Medio Oriente. Wright advierte que entre los pocos que se dieron cuenta de que los grupos radicales preparaban el “asesinato a gran escala” como una de sus tácticas fue John O’Neill, exjefe de la sección de antiterrorismo del FBI, mejor conocido como El Príncipe de las Tinieblas (leer el capítulo 11 del libro).
El fracaso de la CIA y de EU
“El 11 de septiembre fue el catastrófico fracaso que Tenet (jefe de la CIA) había predicho tres años antes. Representó un fracaso sistemático de todo el gobierno estadunidense: la Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional, el FBI, la Administración Federal de Aviación, el Servicio de Inmigración y Naturalización, y los comités de inteligencia parlamentarios. Fue un fracaso de la política y de la diplomacia. Fue un fracaso de los periodistas acreditados en el gobierno, que no supieron entender y transmitir la desorganización de esto a sus lectores. Pero, sobre todo, fue el fracaso de no saber conocer al enemigo. La CIA se había creado precisamente para evitar este nuevo Pearl Harbor”.
Con este párrafo sintético y contundente, Tim Weiner reconstruye en el libro Legado de Cenizas, la Historia de la CIA, el cúmulo de errores cometidos no sólo antes sino después de los ataques terroristas del 11-S. También la mentira que justificó una de las invasiones más caras y bárbaras de la historia moderna, que fue la de Irak, así como el desconocimiento de lo que sucede en ese país y en Afganistán.
El mismo director de la CIA, George Tenet, convenció a los halcones del gobierno de Bush de que “Irak proporcionó a Al Qaeda diversas clases de entrenamiento: combate, fabricación de bombas, así como armas químicas y biológicas, radiológicas y nucleares”.
Weiner subraya que Tenet basó su información en una sola fuente: Ibn al-Shaj al Libi, un actor marginal al que habían torturado (ya vimos a través de Wikileaks el tipo de torturas que se aplican para sacar “información creíble”) y encerrado durante 17 horas en una caja de poco más de medio metro de ancho.
El cúmulo de errores cometidos por la CIA en este periodo devastó a la agencia de espionaje, sostiene Weiner en su libro. Vale la pena releerlo para saber si ahora, en los tiempos de Obama, ese gran mito de la central de inteligencia más poderosa del mundo no volverá a embarcar a una nación y a todo el mundo en una guerra de tres billones de dólares, como sostienen Joseph Stiglitz y Linda J. Bilmes en otro libro: El Costo Real del Conflicto de Irak.

La tortura sin inteligencia

Desde el primer capítulo del libro Obediencia Debida, Seymour M. Hersh reproduce lo que le dijo un profesor de Análisis de Defensa, tras visitar la cárcel de Guantánamo, en Cuba, donde estaban apilados más de 600 prisioneros afganos:
“Regresó convencido de que en Guantánamo estábamos cometiendo crímenes de guerra. Según su muestra, más de la mitad de los que estaban allí encerrados no tenían por qué estarlo. Encontró gente tirada en el suelo sobre sus propias heces –incluidos dos cautivos (de ochenta años o más), indudablemente aquejados de demencia. Le pareció que lo que allí ocurría determinaba quién era importante y quién no” (p. 24).
El libro de Hersh fue escrito en 2003 y publicado en 2004, siete años antes de que la filtración de los cables internos del Pentágono, filtrados por Wikileaks confirmaran lo que ha sido un desastre y un continuo delito de guerra de las autoridades estadunidenses en Guantánamo.
Estas historias, a la luz del anuncio mediático de la muerte de Osama Bin Laden, hay que releerlas y revisarlas para saber el tamaño y el impacto de la fallida “guerra contra el terrorismo” de la última administración estadunidense. ¿Cometerá Barack Obama los mismos errores, atrapado en la red similar de intereses y de visión maniquea de la realidad en Medio Oriente?

www.homozapping.com.mx
http://www.jenarovillamil.wordpress.com.mx/

jueves, febrero 03, 2011

Televisa es cómplice de García Luna en el caso de Florence Cassez: Vigna

Luego de que el periodista Pablo Reinah informó que habia llegado a un acuerdo económico con Televisa a fin de que desistiera de la demanda por el caso de Florence Cassez, el día de hoy la periodista e investigadora francesa, Anne Vigna aseguró que Televisa tuvo un papel activo en la trasmisión del operativo.

Luego de que el periodista Pablo Reinah informó, el pasado viernes 28 de enero, que habia llegado a un acuerdo económico con Televisa a fin de que desistiera de la demanda, el día de hoy la periodista francesa Anne Vigna aseguró que Televisa tuvo un papel activo en la trasmisión de la información de ese día.

En una entrevista radiofónica con la periodista Carmen Aristegui, la periodista francesa argumentó que en el operativo en vivo muchas de las imágenes se trasmitieron fueron previamente editadas además de que el reportero de la televisora, si hubiera explicado de la tortura, de la cual fueron objetos la pareja se hubiera descubierto el montaje ese mismo día.

La escritora y periodista francesa admitió que la televisora es cómplice junto con las autoridades federales del espectáculo mediático del que fueron testigo millones de personas, pues argumentó que la difusión de las imágenes en el enlace en vivo se trató de un acuerdo previo con la dependencia federal, es por ello que la televisiora le conviene un arreglo ejecutivo con el periodista, ya que con ello, se evita que el caso sea exhibido judicialmente.

La autora de Fabrica de Culpables, admitió que con ello se demuestra la inocencia de Florece Cassez tal como lo dijo la iglesia católica y el procurador, Fernández Lechuga. En tanto Israel Vallarta se sabe que el no es el líder de la banda de secustradores "Los Zodiaco".

Los hechos

Florence Casez, Ciudadana francesa admitió que la publicación de su captura se debió a un montaje que las cosas no fueron como se trasmitió en Televisa el día 9 de diciembre, en el que por medios de los noticiarios matutinos se informaba en vivo del rescate de personas supuestamente secuestradas por la banda de secuestradores El Zodíaco.

La ciudadana francesa aclaró que elementos de la AFI fue detenida desde un día antes por un retén a ella y a su pareja sentimental Israel Vallarta, en donde fue llevada a un cuarto completamente distinto a donde radicab

Televisa

Por parte de Televisa el periodista Pablo Reinah, fue quien cubrió el operativo, y tras la declaración de García Luna el reportero fue despedido de la televisora. Sin embargo, Reinah envió una carta a los medios de comunicación afirmando que como, profesionista de la información, nunca había sido enterado de la recreación.

Un año después en marzo de 2007, la averiguación de la PGR admitió que las autoridades federales le ocultaron información al reportero al no advertirle que la detención se trato de una recreación.

En un documento firmado por Jóse Luis Chávez Díaz, Director Jurídico de la AFI, la procuraduría notificó al periodista que la información que el reportero recibió no fue completa, objetiva ni veraz.

La declaración de García Luna

Dos meses después el 05 de febrero de 2006, en el programa de Denisse Maerker se trasmitió una entrevista con el funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en donde admitió que el operativo donde resultaron detenidos la ciudadana francesa y su pareja sentimental se trato de un montaje, pero acotó que fue a solicitud de los medios.

Un año después en marzo de 2007, la averiguación de la PGR admitió que las autoridades federales le ocultaron información al reportero al no advertirle que la detención se trato de una recreación.

En un documento firmado por Jóse Luis Chávez Díaz, Director Jurídico de la AFI, la procuraduría notificó al periodista que la información que el reportero recibió no fue completa, objetiva ni veraz.

En tanto la Comisión Nacional de Derechos Humanos envió una recomendación ante la dependencia federal, sin embargo no fue tomada en cuenta.

Con la información de MVS noticias.

Pablo Reinah, Despedido De Televisa Por Caso Florence Cassez


http://www.youtube.com/watch?v=fY5PZvolkug

domingo, diciembre 05, 2010

Torpe montaje de “El Noticiero”

En su torpe montaje para tratar de incriminar a Proceso y al reportero Ricardo Ravelo mediante la declaración de un testigo protegido del gobierno calderonista, Televisa cometió un error mayúsculo: refirió que el supuesto testimonio de Sergio Villarreal, El Grande, fue rendido el pasado 4 de noviembre, si bien el presunto narcotraficante alude en él a una portada del semanario publicada 17 días después, el 21 de noviembre. El jueves 2, la televisora “corrigió” la fecha –Carlos Loret de Mola dijo que en realidad el testimonio había sido rendido el 24 de noviembre– e intentó justificarse con el argumento de que se trató de un “error”. Enseguida se transcribe la nota difundida la noche del miércoles 1 en El Noticiero del Canal 2 de Televisa.

Joaquín López Dóriga:

Acusan al semanario Proceso de recibir dinero del narcotráfico para acallar información.

A lo largo de los últimos años el tema del narcotráfico ha sido uno de los predominantes temas del semanario que fundó Julio Scherer García; su principal fuente de información han sido acusaciones e imputaciones de los llamados testigos protegidos, con el riesgo claro que implica dar por verdades consumadas dichos sin comprobar. Hoy las acusaciones se dirigen contra la revista Proceso y provienen de un jefe del crimen organizado, quien asegura que el semanario Proceso recibe dinero de jefes del narcotráfico.

Reportero Mario Torres:

Un reportero de la revista Proceso habría sido comprado por el crimen organizado, a decir de un testigo protegido; éste es un video en el que Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, declara ante un agente del Ministerio Público Federal.

Ricardo Ravelo de la revista Proceso está asignado a la información del narcotráfico y a la PGR. La revista Proceso ha dado seguimiento a los temas vinculados al narcotráfico y ha usado como base de muchos de sus artículos declaraciones de testigos protegidos; hoy uno de sus reporteros, Ricardo Ravelo, y la revista misma, se ven acusados por ese testigo colaborador.

Sergio Villarreal, alias El Grande, fue detenido por elementos de la Secretaría de Marina el 12 de septiembre en el estado de Puebla; era el principal operador de Héctor Beltrán Leyva, alias El H, líder de la organización criminal Beltrán Leyva.

4 de noviembre: Sergio Villarreal, alias El Grande, compareció ante el Ministerio Público Federal y en ese video se escucha a Sergio Villarreal decir que del 2003 a 2006 el reportero Ricardo Ravelo y la revista Proceso publicaron varios reportajes sobre su persona.

Dijo que en una reunión realizada en la Ciudad de México, en una casa de Arturo Beltrán Leyva, en San Ángel Inn, donde ubica como El Tapiz, se abordó el tema de los reportajes de Ricardo Ravelo de la revista Proceso; en esa reunión, además de él participaron José Alberto Pineda Villa, alias El Borrado, y un hombre a quien identifica como el comandante Bereta, y los escoltas de Arturo Beltrán Leyva. Y explicó que el comandante Bereta le dijo que era amigo del reportero Ricardo Ravelo de la revista Proceso y que podía hablar con él… que podía hablar con él para tranquilizar la situación.

En su declaración, Sergio Villarreal, alias El Grande, asegura que días después el comandante Bereta le dijo que ya había hecho contacto con el reportero Ricardo Ravelo…

Sergio Villarreal:

Para contarle cómo estuvo, ya Miguel va y habla con Ravelo a ver cuánto quiere, y le dice que quiere 50 mil dólares por dejarme de echar la prensa de la revista... Si va a los archivos de Proceso, va a ver que de perdida cada 15 días sale.

Mario Torres:

Ante el MPF, Sergio Villarreal dijo que aceptó entregar el dinero que pedía el reportero de la revista Proceso.

Sergio Villarreal:

Al decirme a mí, en palabras textuales, recuerdo bien que fueron: “Ok, está bien”, se los voy a dar los 50 mil dólares, y mágicamente ya no me vuelve a mencionar.

Mario Torres:

Declaró también que el periodista exigía un pago mensual.

Sergio Villarreal:

Quería un pago mensual y dije que no, que no se lo iba a dar.

Mario Torres:

A partir de ahí, según declaró Sergio Villarreal, la revista Proceso dejó de publicar reportajes relacionados con él.

Sergio Villarreal:

Podíamos mencionar a Arturo, a La Barbie, y así llenaban las páginas, y a mí no… cuando llegaba a salir, salía con una mínima mención.

Mario Torres:

Según este testimonio, la revista Proceso no se volvió a ocupar de El Grande hasta que fue detenido. Así lo declaró:

Sergio Villarreal:

No volvió a sacar una nota mía hasta ahora que recientemente salió un reportaje que incluso salí en una portada, siendo el principal en la cual sólo se incluyeron mentiras, pues me relaciona con personas que no conozco, aunque sí sé quiénes son, porque son personas públicas y a otras que sí, pero que no tienen nada que ver con la organización, como el caso del senador.

Mario Torres:

En la misma declaración ministerial también se lee:

Sergio Villarreal:

Sé que el periodista tiene comunicación con otros miembros de la organización, como Ismael Correin, alias El Judío.

Mario Torres:

También dice que varias organizaciones del crimen organizado entregan dinero al reportero Ricardo Ravelo, además de esta persona.

Sergio Villarreal:

Sé que diversas organizaciones le dan dinero al periodista, quien toma rachas contra alguna organización, y lo que hacemos es que le dan dinero y cesan las publicaciones, como en mi caso, que yo le mandé 50 mil dólares y con eso ya no aparecí en la revista Proceso.

Mario Torres:

Esta declaración forma parte de la investigación de la PGR en contra de la delincuencia organizada. l

viernes, diciembre 25, 2009

Terrorismo, por supuesto, pero de Estado o lo que es lo mismo ya está aquí: el Plan Mérida


Nos quieren hacer creer que la ejecución de la familia del marino es un desafío del narco. No se dejen engañar ustedes. El fascismo usurpador también en eso miente. Como sabe el fascismo panista que el poder Ejecutivo usurpa. Como al tanto están Calderón y su pandilla, de lo que de manera tan diáfana salta a la vista. Como ya no pueden tapar el hecho de que ni los empresarios más favorecidos están de acuerdo con el rumbo que con el PAN han tomado las cosas en México.Filtran el nombre del marino muerto, luego de dar a conocer la última masacre, con el cadáver manipulado para la puesta en escena, en aras de la exigencia del montaje televisivo. Filtran el nombre y el lugar del entierro del marino también muerto para continuar con el asesinato de la familia entera del marino.
Se trata de enemistar también a la Marina, como antes hicieron con el Ejército Nacional, con la sociedad. Las fuerzas armadas son entrenadas para defender a la patria del invasor dando la vida y matando al agresor. Y el enfado que el PAN ha logrado ya despertar en las fuerzas armadas, las luces de alarma debe encender en el conglomerado social, al que se busca someter a la fuerza por la usurpación fascista que tan malas notas entrega. La PGR garantiza que no se investigará el hecho y así, la derecha fascistoide va logrando imponer el terrorismo de Estado que a todos los sectores por igual afecta. Es tanto lo que deben y tan mal lo han hecho todo, que para huir necesitan reventar al país y no van a tardar en conseguirlo.Si así no fueran las cosas, en lugar de enviar al Ejército Nacional a rendir honores al capo amigo de los que usurpando nos imponen, a los mexicanos, un sistema agotado, por órdenes del imperio gringo, lo habrían enviado, dado el desliz de la filtración, a cubrir el sepelio del marino también asesinado. Cuestión de inteligencia, claro. Y, aunque, la inteligencia, como la ética en México, ha sido también ejecutada, es un poco demasiado el que no se tomen ya ni la molestia de fingir que las cosas son de otra manera. Querer culpar al director del Semefo o, peor aún, a los “peritos”, que probablemente nada tienen de peritos, es otra canallada del fascismo que hasta creyó que presentando manipulado el cadáver recién masacrado del narco amigo, un éxito le iba a ser reconocido por algunos, mientras a los otros alebrestaba, que, como salta a la vista, es el único sentido que puede tener: el permitir la puesta en escena. Pero como el hecho indignó por igual a todos, se vieron obligados a dar otro paso igual de macabro y fueron por la familia entera del marino. Es asesino el fascismo panista que el Ejecutivo usurpa. En los Estados de Derecho, a los delincuentes se les detiene, se les juzga y se les castiga, y esa función es la que legitima a los gobiernos. Masacrar a los delincuentes es tan criticable como las masacres que los delincuentes cometen. Pero el gobierno, que igual actúa, se convierte en terrorista. Con la agravante de que el terrorismo que desde el gobierno se ejerce, se convierte en terrorismo de Estado y no existe en el mundo crimen más deleznable que el del terrorismo de Estado. Y de eso trata la ejecución del capo amigo del panismo usurpador, que, igual y sí, había negociado incluso con el gobernador de Morelos, la limpia de “la plaza”. Los panistas, desde Rufo, eso es lo que han hecho y así es como hemos llegado a donde estamos hoy y aún no hemos visto nada los mexicanos. De “totón macutes” habla la puesta en escena de la masacre cometida contra el capo amigo del fascismo panista encabezado por Felipe Calderón.