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miércoles, marzo 13, 2013

14 de marzo: Día de la Prensa Cubana


EN MEMORIA DEL PERIÓDICO “PATRIA” FUNDADO POR JOSÉ MARTÍ EN 1895
Celebran Día de la Prensa Cubana
Fecha 3/14/11 Cada 14 de marzo, desde los primeros años de la década de 1990, se celebra en nuestro país el Día de la Prensa Cubana, en homenaje al primer número del periódico “Patria”, fundado y dirigido por José Martí en el año 1892 y constituido como Órgano Oficial del Partido Revolucionario Cubano, que sirvió a su vez como vocero de la emigración cubana y como vía eficaz para intensificar la campaña de propaganda revolucionaria a favor de la lucha por la independencia de Cuba y Puerto Rico.
En el Fondo de Donativos y Remisiones del Archivo Nacional de la República de Cuba se conserva un ejemplar del periódico “Patria”, con fecha New York, mayo 1 de 1895. Además de varios artículos publicados desde su circulación.
Periódico Patria. Edición de mayo 1 de 1895, New York
La Jornada por el Día de la Prensa Cubana en el año 2011, se dedica a homenajear a todos los profesionales cubanos de la información y a los trabajadores de los medios de prensa en general, que cumplieron misiones como periodistas, combatientes, u otra labor asignada, durante hechos relevantes de la historia patria, que este año llegan a su aniversario cincuenta: la primera Limpia del Escambray, la Declaración del Carácter Socialista de la Revolución y los combates que condujeron a la Victoria de Girón.
En conmemoración a esta fecha la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba realiza diferentes actividades a lo largo del país, y su lema central es el pensamiento de José Martí “De amar las glorias pasadas, se sacan fuerzas para adquirir las glorias nuevas”
Hoy los hombres y mujeres que asumen este oficio tienen ante ellos el compromiso de ser continuadores de su formidable obra, en un tiempo diferente, mediático e influido por las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, lo cual impone nuevos retos al oficio periodístico. Por ello, llegue desde nuestro medio digital y de todo el colectivo del Archivo Nacional de la República de Cuba a todos los periodistas del país nuestras más sinceras y calurosas felicitaciones en su día, gracias por su dedicación.
Etiquetado como: Cuba, José Martí, Patrimonio Documental

domingo, mayo 01, 2011

Libertad de prensa en México, en su peor época: CIDH

El veto publicitario del gobierno de Felipe Calderón y el acoso judicial de contratistas de su administración en contra de este semanario son parte de la agenda de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En el informe de su visita oficial a México, la institución de la Organización de Estados Americanos urge al presidente resolver el agravio en cumplimiento a los acuerdos internacionales que en materia de libertad de expresión el Estado está obligado a cumplir.

Redacción

La prensa mexicana vive en el sexenio de Felipe Calderón una de sus etapas más infaustas: en enero de 2010, con el asesinato del periodista guerrerense Jorge Ochoa Martínez, editor del semanario El Sol de la Costa, el país se ubicó a la cabeza en el índice mundial de periodistas asesinados, agravio al que se suman desapariciones forzadas, acoso, agresiones físicas, amenazas de muerte, censura y la autocensura por la que han optado incontables comunicadores como única vía de seguridad. Tan negro es el panorama que los organismos internacionales definen a México como el país más mortífero para la prensa.

Junto a esos agravios, el acoso judicial y el veto publicitario en contra de medios de comunicación independientes son los principales retos que enfrentan el ejercicio periodístico y la libertad de expresión en México, concluye el Informe de la relatoría especial para la libertad de expresión, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), difundido en Washington el 7 de marzo.

Dicho informe –que deriva de la primera visita oficial que la Relatoría, al frente de la abogada colombiana Catalina Botero Marino, realiza a México– incluye una serie de recomendaciones que, en su calidad de jefe del Ejecutivo federal, Felipe Calderón deberá considerar en apego a los acuerdos internacionales que en materia de libertad de expresión ha signado el Estado mexicano y como país miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La visita oficial de la relatora Catalina Botero y sus abogados Alejandra Negrete Morayta y Michael Camilleri tuvo lugar del 9 al 24 de agosto. La misión –que tuvo como objetivo observar la situación de la libertad de expresión en el país– se realizó en conjunto con el relator Especial de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión, Frank La Rue, y su equipo de trabajo.

Las Relatorías se reunieron con funcionarios de más de 40 instituciones públicas federales y estatales pertenecientes a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como con representantes de órganos autónomos.

Con el secretario de Gobernación, el procurador General de la República, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, integrantes del Congreso de la Unión y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, los representantes de la CIDH y de Naciones Unidas abordaron el caso de este semanario como un medio de comunicación “vetado” por el gobierno de Felipe Calderón, en represalia por publicar investigaciones periodísticas que han documentado presuntos actos de corrupción en los que estarían involucrados altos funcionarios de su gabinete, particularmente en el sector energético.

El último día de la visita, el 24 de agosto, en conferencia de prensa presentaron un informe preliminar para exponer los temas considerados “más preocupantes” en el panorama mexicano (incluyeron en ellos el caso Contralínea). Las relatorías expusieron que, en 2011, su informe oficial incluiría las recomendaciones que, desde la óptica de los organismos internacionales, Felipe Calderón deberá atender según los estándares mundiales de prensa y libertad de expresión, y en cumplimiento también a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El informe difundido en Washington corresponde a la CIDH; la Relatoría de la ONU hará lo propio en junio próximo. Ambas relatorías documentan el caso Contralínea en dos vías: la del veto publicitario para un medio de comunicación por su línea editorial y el acoso judicial para inhibir su trabajo profesional, incluidos allanamientos, amenazas, arrestos, entre otros.


El veto publicitario

El informe documenta que, “en México, el gasto público en publicidad oficial es alto y tiende a aumentar. Según la información entregada por el Estado, en 2009 el monto ejercido en publicidad oficial por parte del Ejecutivo federal fue de 5 mil 371 millones 418 mil 470 pesos mexicanos, equivalentes a 410 millones 580 mil 429 dólares, el cual representa un aumento de más de 60 por ciento comparado con el gasto de 2006. Un monto tan significativo en publicidad oficial hace aún más importante la existencia de reglas claras y objetivas para su asignación”. Pero “en México no existe una legislación específica que establezca claramente los criterios que deben usarse al momento de asignar la publicidad oficial”.

Al respecto, la CIDH tomó como referencia la Recomendación 57/2009 en la que, en septiembre de 2009, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) acreditó el veto publicitario oficial en contra de este semanario por sus investigaciones periodísticas.

Refiere el informe de la CIDH:

“En el contexto de este marco legal, la Relatoría recibió información sobre casos en los cuales la publicidad oficial habría sido asignada en función de las líneas informativas de los medios de comunicación. La CNDH acreditó, por ejemplo, que después de que la revista Contralínea publicó una serie de reportajes críticos sobre Petróleos Mexicanos, esta entidad pública dejó de contratar publicidad oficial en dicha revista. La CNDH recomendó al director de Petróleos Mexicanos ‘girar sus instrucciones a quien corresponda, para que Petróleos Mexicanos cuente con procedimientos y criterios objetivos, claros, transparentes y no discriminatorios en el otorgamiento y distribución de publicidad oficial’.”

También consideró los casos de la revista Proceso y de los periódicos AM y Al Día, de Guanajuato, vetados por su línea editorial.

La CIDH le dice al Estado mexicano que “es esencial asegurar que la pauta oficial no sea utilizada como instrumento de castigo a medios de comunicación independientes o críticos del gobierno, o como subsidio encubierto que beneficie, directa o indirectamente, a los medios de comunicación afines o condescendientes con las autoridades”.

Y que “los Estados deberían decidir qué comunican y dónde comunican sus mensajes a la sociedad, en función de criterios objetivos vinculados con la mejor manera de transmitir esa información de forma más eficaz, y con absoluta independencia del contenido informativo o editorial del medio que deban contratar para tales efectos . Resulta imprescindible que los Estados cuenten con una regulación específica que fije expresamente criterios previos y objetivos de asignación de la pauta oficial, redactados de manera clara y precisa”.

La recomendación de la CIDH fue hecha de acuerdo con los criterios internacionales, pues el principio 13 de la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión de la ONU dice que “la asignación arbitraria y discriminatoria de publicidad oficial y de créditos oficiales con el objetivo de presionar y castigar, o premiar y privilegiar a los comunicadores sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas informativas atenta contra la libertad de expresión y debe ser castigado por la ley”.

Dice la CIDH que, en el marco de la visita in loco, el Ejecutivo federal reconoció la necesidad de adoptar una legislación que establezca reglas para el manejo de la publicidad oficial que aplican de manera homogénea en todo el país y a todos los niveles y ámbitos del gobierno, aunque hasta ahora no ha habido muestra alguna de que Felipe Calderón esté dispuesto a cumplir con las recomendaciones de la CIDH y sus obligaciones como jefe del Ejecutivo.

En su informe, la Relatoría “insta” a que el Congreso de la Unión legisle al respecto. Cabe señalar que éste es uno de los grandes pendientes en el Legislativo. Distintos grupos parlamentarios lo han puesto en la agenda sin que aún se llegue a un acuerdo por la legislar sobre la partida presupuestal, de la que el Ejecutivo dispone de manera discrecional.

El llamado más reciente es el del senador Carlos Sotelo García, del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, y presidente de la Comisión de Radio y Televisión.

En abril, en un punto de acuerdo que presentó en el Senado de la República, el legislador presentó el caso de Contralínea como el “ejemplo paradigmático” de la asignación arbitraria y discriminatoria que Calderón hace de la publicidad oficial “con el objetivo de presionar y castigar o premiar y privilegiar a los comunicadores sociales y a los medios de comunicación en función de sus líneas informativas”. Lo que, según consideraciones del senador, constituye “una forma de censura directa”.

Acoso judicial, agravio a la libertad de expresión

En su informe, la oficina de la OEA expresa su preocupación por el acoso judicial a Contralínea durante este sexenio –como represalia al trabajo periodístico– por parte de funcionarios y empresarios supuestamente beneficiados de actos de corrupción.

La CIDH ha llamado reiteradamente a los Estados a no criminalizar el ejercicio de la libertad de expresión, especialmente respecto de asuntos de interés público.

La CIDH considera que la utilización de mecanismos para sancionar expresiones sobre cuestiones de interés público o sobre servidores públicos, candidatos a ejercer cargos públicos o políticos vulnera en sí misma el artículo 13 de la Convención Americana, y además puede constituir un medio de censura indirecta dado su efecto amedrentador e inhibidor respecto del debate sobre asuntos de interés público.

Al respecto, la relatora Botero –doctorada por la Universidad Complutense y el Centro de Estudios Constitucionales de Madrid– dice en su informe:

“La Relatoría también recibió información sobre acciones legales de carácter civil contra periodistas y medios. Al respecto, la Relatoría recuerda que, como lo ha indicado la Corte Interamericana, las opiniones no pueden considerarse ni verdaderas ni falsas; por ello, la opinión no puede ser objeto de sanción. Asimismo, deben existir estándares diferenciados para evaluar la responsabilidad ulterior de quienes difunden información sobre asuntos de interés general o de crítica política, incluyendo el estándar de la real malicia y la estricta proporcionalidad y razonabilidad de las sanciones.”

Al abordar el tema del acoso judicial en contra de los periodistas de este semanario, la CIDH le recuerda a Felipe Calderón que “los periodistas que investigan casos de corrupción o actuaciones indebidas no deben ser sujetos de acoso judicial u otro tipo de hostigamiento como represalia por su trabajo. Cabe recordar que, como la Corte Interamericana ha observado, el temor a la sanción civil puede ser tan o más intimidante e inhibidor para el ejercicio de la libertad de expresión que una sanción penal, con el resultado evidente de autocensura, tanto para el afectado como para otros potenciales críticos”.

Desde 2009, tanto la CIDH como la ONU en sus oficinas sede han documentado el acoso judicial en contra de este semanario y han enviado diversas comunicaciones diplomáticas al gobierno de Calderón en las que le han hecho saber su preocupación por la escalada de agresiones por parte de contratistas de su gobierno.

De las demandas que se han presentado en contra de este semanario con la finalidad de inhibir el que se documenten supuestos negocios irregulares , la CIDH cita como ejemplo las demandas promovidas por el consorcio gasero Zeta Gas, de la familia Zaragoza López, financieros de campaña de Felipe Calderón, según su director Jesús Alonso Zaragoza López.

Puntualiza: “En algunos casos, las acciones civiles interpuestas habrían sido promovidas con el propósito de hostigar a periodistas y medios críticos. La CNDH ha caracterizado como un ‘acoso’, por ejemplo, las acciones civiles impulsadas contra periodistas de las revistas Contralínea y Fortuna. Negocios y Finanzas por parte de particulares y empresas ligadas a un mismo grupo empresarial quienes promovieron en su contra al menos cinco demandas civiles en tres entidades federativas distintas.

“Según la información recibida, en uno de estos casos el juez 44 de lo Civil del Distrito Federal condenó, el 30 de mayo de 2008, al director de Contralínea Agustín Miguel Badillo Cruz, a la periodista Ana Lilia Pérez Mendoza y a la empresa a la cual pertenecen las revistas mencionadas. La sentencia concluye que las notas publicadas sobre el presidente del consejo de administración de un consorcio empresarial con más de 80 compañías, que reproducen una entrevista dada voluntariamente por el propio implicado, así como documentos entregados por éste, constituyeron un ‘abuso del derecho de la información y de la libertad de expresión, con el que se lesionó el honor de la parte actora’. El fallo judicial no otorga importancia a ‘la circunstancia de que el actor haya admitido las entrevistas y entregado documentos’, ni tampoco a ‘la circunstancia de que alguna información sea del dominio público tanto en territorio nacional como en el extranjero’. La sentencia ordena publicar integralmente el texto del fallo en las revistas y retirar de las páginas de internet de las revistas los artículos cuestionados en el caso.

“La apelación resuelta por la Sexta Sala de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, el 23 de septiembre de 2008, mantuvo la condena, y el amparo directo presentado por los condenados fue negado el 11 de diciembre de 2008 por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil. En sus observaciones sobre la versión preliminar del presente informe, el Estado mexicano informó que “el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal hace notar de manera sobresaliente que en este asunto, como se desprende de la misma narración, todas las instancias, esto es, el juez resolutor quien condenó en ejercicio de su función jurisdiccional, así como los magistrados de sala correspondiente que confirmaron la resolución estuvieron de acuerdo en la condena, e incluso el amparo interpuesto por los demandados les fue negado.

“Preocupa además a la Relatoría que en el marco de los procesos mencionados en el párrafo anterior, un juez civil dictó una medida provisional contra los periodistas y la empresa prohibiéndoles referirse a los demandantes ‘a través de insultos’ en sus notas periodísticas, medida que equivaldría a una censura previa. Adicionalmente, según la información recibida por la Relatoría, en el marco de dichos procesos civiles, el director de Contralínea fue detenido en circunstancias cuestionadas por la CNDH.

“Asimismo, según información de la CNDH, personal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal y varios civiles que, según información de la revista, se identificaron como representantes de los demandantes, se introdujeron intempestivamente en las instalaciones de dicha revista el 11 de febrero de 2009.”

Subraya la Oficina en Washington: “La Relatoría expresa su preocupación ante estos hechos, que revelarían un intento de utilizar el sistema judicial para hostigar y silenciar a periodistas”.

Documenta que entre los ataques en contra de este semanario, el 12 de abril de 2010 las instalaciones de la revista fueron robadas. De las oficinas administrativa y editorial sustrajeron documentos financieros, fiscales y el equipo de cómputo del editor de la revista. El robo fue denunciado en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

También que, el 23 de junio de 2010, el encargado de distribución de Contralínea en Puebla, Israel Maldonado Flores, fue golpeado, robado y amenazado en Izúcar de Matamoros por 15 sujetos armados que dijeron ser simpatizantes del Partido Acción Nacional.

En su informe, la Relatoría le recuerda a Calderón que el noveno principio de la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión, de la CIDH, establece que “el asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación violan los derechos fundamentales de las personas y coartan severamente la libertad de expresión”. Y que “es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada”.

Subraya: “La Relatoría recuerda en este sentido que, de acuerdo con los estándares internacionales de derechos humanos, el Estado mexicano no solamente está obligado a garantizar que sus agentes no cometan actos de violencia contra periodistas, sino también a prevenir razonablemente las agresiones provenientes de particulares.

“El Estado tiene además la obligación de investigar, juzgar y, en su caso, sancionar a los autores de dicha violencia, aun cuando las personas responsables no sean agentes estatales. En este sentido, el hecho de que la Relatoría se pronuncie sobre un acto de violencia, no necesariamente implica que ese acto resulte directamente atribuible al Estado. Sin embargo, estos hechos sí ponen de manifiesto la obligación del Estado de prevenir, proteger y, en su caso, sancionar este tipo de hechos.”

Las Recomendaciones

La CIDH le dice a Felipe Calderón que “por la gravedad de la situación que enfrenta la libertad de expresión y las personas que se dedican al periodismo en el país, resulta urgente que el Estado mexicano adopte una política integral de prevención, protección, y procuración de justicia, con la finalidad de garantizar las condiciones para un debate democrático libre, desinhibido y robusto”.

En el caso Contralínea, la CIDH se dice “preocupada” por las acciones legales de carácter civil contra periodistas, “que podrían tener el propósito de hostigar y silenciar la crítica”. Por ello, recomienda a Calderón “garantizar que las y los periodistas no sean sometidos a acoso judicial u otro tipo de hostigamiento jurídico como represalia por su trabajo, estableciendo estándares diferenciados para evaluar la responsabilidad civil ulterior, incluyendo el estándar de la real malicia y la estricta proporcionalidad y razonabilidad de las sanciones ulteriores”.

La CIDH refiere que sus recomendaciones están encaminadas a fortalecer la libertad de expresión de todas las y los mexicanos.

“Respetuosamente, la Relatoría insta al Estado mexicano a atender a la brevedad posible estas recomendaciones y se ofrece nuevamente para participar en el mecanismo de seguimiento a las recomendaciones ofrecido por el gobierno al finalizar la visita in loco. La situación apremiante por la que atraviesa la libertad de expresión en México precisa de acciones efectivas e inmediatas como las aquí señaladas.”

El discurso oficial

En febrero, el gobierno mexicano envió a la CIDH su postura respecto del informe. Aseguró que “considerará” las recomendaciones hechas por la Relatoría en cumplimiento de su mandato.

En su comunicación oficial, el gobierno de Calderón reconoce que la atención a los casos documentados por la Relatoría –entre ellos el de Contralínea– representan “los desafíos emergentes para la libertad de expresión en la coyuntura que atraviesa nuestro país, así como en la implementación de mecanismos y estrategias que garanticen el ejercicio pleno de este derecho fundamental en nuestro país”.

Pero omite que desde septiembre de 2009, en su Recomendación 57/2009, la CNDH le hizo diversos extrañamientos para que su administración levantara el veto oficial que desde Los Pinos se ordenó en contra de Contralínea. Tanto él como su gabinete fueron omisos a las consideraciones de la CNDH, que hoy la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hace extensivas.

Fuente: Contralínea

domingo, diciembre 12, 2010

Wikileaks: ¡Pongan Fin al Asalto!

A los Estados Unidos y a otros gobiernos y corporaciones involucradas en el asalto a Wikileaks:
Les pedimos que pongan fin de manera inmediata al asalto contra Wikileaks y otras organizaciones colaboradoras. Les exigimos que respeten los principios democráticos y la leyes que protegen la libertad de expresión y la libertad de prensa. Si Wikileaks o los periodistas que han colaborado con ella han vulnerado alguna ley, deberían rendir cuentas ante los tribunales de justicia con las garantías procesales correspondientes. Pero, en ningún caso, deberían ser objeto de una campaña de intimidación extra-judicial.

La feroz campaña de intimidación contra WikiLeaks constituye un peligroso ataque contra las libertades de expresión y de prensa. Altos políticos estadounidenses han llegado a tachar a WikiLeaks de organización terrorista y están presionando a corporaciones clave para lograr su cierre. Algunas voces han incluso insinuado que habría que matar a los miembros de su equipo.

Con independencia de lo que cada uno pensemos sobre WikiLeaks, algunos especialistas en Derecho ya han manifestado que es probable que la organización no haya vulnerado ninguna ley; asimismo, el grupo está colaborando con un número de destacados periódicos (New York Times, The Guardian, El País...) para analizar cuidadosamente la información antes de su publicación - hasta la fecha menos del 1% del total de los cables filtrados.

Necesitamos urgentemente una enorme ola de protesta ciudadana para defender nuestras libertades democráticas fundamentales. Firma la petición para poner fin a este asalto. ¡Juntos podemos reunir 1 millón de voces esta semana!

Firma la peticion AQUI.

Es normal que existan desacuerdos sobre si WikiLeaks, y los periódicos con los que está colaborando, están diseminando más información de la que los ciudadanos debieran conocer; o si las informaciones publicadas debilitan el principio de confidencialidad diplomática, y si eso es algo bueno. O sobre si el fundador de Wikileaks, Julian Assange, tiene la personalidad de un héroe o de un villano. Pero nada de esto justifica la encarnizada campaña de intimidación dirigida a silenciar un medio de comunicación legal emprendida por gobiernos y corporaciones. Haz clic a continuación para unirte al llamamiento para poner fin a este asalto:


¿Os habéis preguntado alguna vez por qué los medios de comunicación casi nunca ofrecen la verdadera historia de lo que sucede a puerta cerrada, entre los bastidores de la política? Aquí tenemos el por qué: porque cuando así lo hacen, los gobiernos pueden llegar a ser despiadados en sus respuestas. Y cuando esto ocurre, somos los ciudadanos los que tenemos que alzarnos en defensa de nuestros derechos democráticos a gozar de libertad de prensa y de expresión.

Más Información:

Los documentos secretos de Wikileaks en El País:

El Periódico de Mexico"Julian Assange, el fundador del portal WikiLeaks, detenido en el Reino Unido":

El Mundo, "Se une a Paypal. Visa suspende los pagos a Wikileaks":

Estrella Digital, "Wikileaks enmienda al periodismo":

Clarín, "WikiLeaks: el viejo orden contra Internet":

BBC Mundo, "WikiLeaks intenta sortear obstáculos en internet":

RTVE, "EE.UU. contra Wikileaks: Una guerra de fin incierto":

Financial Times "Las ciber-guerrillas pueden ayudar a los EE.UU." (en inglés)

jueves, abril 15, 2010

La prensa mexicana frente al narco

Escena de un crimen en Ciudad Juárez.

José Gil Olmos

MÉXICO, D.F., 14 de abril (apro).- El papel que la prensa mexicana ha desempeñado frente al creciente poder de los cárteles del narcotráfico ha sido incierto, pues va desde la amplia cobertura de sus acciones, con un tinte de nota roja y testimonial, hasta la decisión de la autocensura, originada por las amenazas de muerte.

En medio de esta incertidumbre y del terror que en algunas zonas del país ocasiona a los reporteros cubrir la violencia provocada por los distintos grupos de narcotraficantes, lo que llama la atención es la ausencia de los dueños y directores de los principales medios –televisión, radio y prensa--, quienes no han fijado una posición o una estrategia clara para informar a la ciudadanía sobre uno de los acontecimientos que más le han afectado al país desde hace un siglo.

En Colombia fueron los dueños de los medios y no los periodistas quienes acordaron las medidas para cubrir la información generada por el narcotráfico, a finales de los años ochenta. Y no fue gratuita la posición unificada que tomaron, sino que se originó porque muchos de ellos son parte de la clase política colombiana –hijos o parientes de expresidentes, legisladores, gobernadores, etcétera--, y recibieron amenazas y extorsiones; además, fueron víctimas de terrorismo de los carteles que los obligó a tomar una posición.

Esto no ha ocurrido en México y es posible que por eso no veamos que haya un frente común de dueños y directores de los principales medios, no obstante que en la última década 59 periodistas han sido asesinados y otros ocho se encuentran desaparecidos.

Por la gravedad de la situación no se trata sólo de definir cómo informar de lo que ocurre con el narco, sino también de cómo se protege a los periodistas, cómo realizar un trabajo periodístico de profundidad que informe no sólo del número de muertes violentas, sino de todas las aristas del fenómeno y, asimismo, de los alcances del crimen organizado. Todo esto sin menoscabo al ejercicio de la libertad de expresión.

Hasta el momento cada medio, dependiendo de su propia situación, ha tomado sus medidas para informar del narcotráfico.

En los estados de mayor riesgo como Tamaulipas, Chihuahua, Michoacán, Nuevo León, Coahuila y Zacatecas, la mayoría de los medios han optado por la autocensura; mientras que en el Distrito Federal, donde se vive una especie de burbuja, algunos han decidido no acreditar los trabajos informativos de sus corresponsales. Las televisoras y las estaciones de radio, por su parte, decidieron dar cuenta de los hechos sin profundizar, es decir sin hacer ninguna investigación sobre el tema del narcotráfico.

Salvo algunos casos, la prensa mexicana en general ha optado por la nota roja y la cobertura testimonial. Es decir, informar como si fuera una nota policíaca y sólo ofrecer un registro de los hechos.

A pesar de que se adolece de investigación, al gobierno panista de Felipe Calderón la difusión de una guerra perdida le sigue incomodando.

Hace poco Felipe Calderón, en una más de sus declaraciones inoportunas, reclamó que se publiquen los mensajes que los narcotraficantes dejan en mantas colgadas en puentes y calles de las ciudades del país, o en los cuerpos de algunos de los ejecutados. Pidió que ya no se difundan más para no hacerles el juego y, al mismo tiempo, instó difundir más las acciones que su gobierno realiza para combatirlos.

Como si fuera un problema de percepción y no estructural, Calderón hizo la petición desesperada a los medios para mejorar su imagen y, en una especie de truco de ilusión, transformar la realidad.

En ese contexto fue que se publicó el encuentro entre Julio Scherer e Ismael El Mayo Zambada, el cual sigue provocando polémica en el medio periodístico y disgusto en el gobierno federal.

La molestia del gobierno es que se evidenció su incapacidad de perseguir a los jefes del narcotráfico, mientras que el debate entre algunos periodistas, intelectuales y analistas se centró en alabar o criticar el trabajo de Scherer, sin reparar en la oportunidad de revisar las formas en que se ha trabajado el tema del narcotráfico y la falta de medidas de protección para los reporteros.

En México, como en su momento en Colombia, el inicio de la cobertura de la violencia ocasionada por el narcotráfico ha sido de nota roja, de dar testimonio de los hechos si reparar en el fondo del fenómeno. Las fotos de ejecutados y el número de muertos, sin embargo, han comenzado a dejar de ser la principal noticia por la cantidad de casos y la espiral de violencia que escala cada día.

Ha llegado el momento de replantear la cobertura periodística del narcotráfico, dar los pasos hacia la investigación y ver las ramificaciones políticas y financieras dentro y fuera del país, verlo también como un problema de salud y no sólo policíaco militar; dar la protección necesaria a los reporteros que son sujetos de amenazas, intimidaciones, torturas y secuestros.

Sobre todo, que los dueños y directores de los medios tomen posiciones y acuerdos para afrontar este poder que tiene bajo su yugo a parte de la prensa mexicana.

miércoles, febrero 24, 2010

Calderonismo: se disparan ataques a la prensa

A la mitad del sexenio de Felipe Calderón se alcanzó el 88 por ciento de la totalidad de los asesinatos cometidos contra periodistas durante la administración de Vicente Fox, revela Informe de agresiones contra la libertad de expresión en México 2009, elaborado por Artículo 19 y Cencos. El Estado, principal agresor.


Érika Ramírez

Acribillado y abandonado debajo de un puente fue encontrado el cuerpo del periodista sinaloense José Luis Romero el pasado 16 de enero. La carretera Los Mochis-El Fuerte fue el escenario en donde agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado dieron cuentan de que el comunicador había sido ultimado a balazos en cráneo y tórax. Su muerte ocurrió el 31 de diciembre de 2009, según los reportes oficiales. Éste fue el último periodista asesinado en 2009. Diez más corrieron la misma suerte durante el tercer año de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.

El documento Entre la violencia y la indiferencia: informe de agresiones contra la libertad de expresión en México 2009 ?elaborado por la organización internacional Artículo 19, oficina para México y Centroamérica, y el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos)? revela que en lo que va de la presente administración los asesinatos en contra de periodistas alcanzaron el 88 por ciento respecto de los seis años de gobierno de Vicente Fox.

Además, precisa, los funcionarios públicos son los principales agresores de los comunicadores hasta en un 65 por ciento de los casos registrados.

“Testigos de la censura hacia el ejercicio de la libertad de prensa”, Artículo 19 y Cencos documentaron 244 casos de periodistas violentados mediante agresiones físicas, intimidaciones, amenazas, desapariciones y homicidios.




Consecuencia de ello –indica el reporte coordinado por Darío Ramírez, director de Artículo 19 para México, y Brisa Maya Solís, directora de Cencos–, existe un “entorno evidentemente adverso para el ejercicio del derecho a la libertad de expresión a través de la libertad de prensa en el país. México es el país de América Latina más peligroso para el ejercicio periodístico”.

Del capítulo “Radiografía de las violaciones a la libertad de expresión: una mirada desde los derechos humanos”, se desprende que en 2009 ambas organizaciones registraron 244 agresiones a la libertad de expresión en el marco del ejercicio periodístico.

De éstas, el 44.6 por ciento fueron agresiones físicas o materiales; 19.26 por ciento, intimidación; otro 19.26 por ciento corresponde a amenazas; 9.43 por ciento, detenidos; 4.51 por ciento fueron asesinatos y acusados de calumnia, y difamación, 2.05 por ciento.

Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006) se registraron 25 homicidios de periodistas, mientras que sólo en los tres primeros años de la administración de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2009) se han registrado 22. Además, con la desaparición este año de la primera mujer se eleva a nueve el total de periodistas desaparecidos desde 2000.

El informe, presentado el pasado 10 de febrero, asegura que el 70 por ciento de los asesinatos está “ligado directamente con el ejercicio de la libertad de expresión y su desempeño periodístico y aquellos en los que, a pesar de que se consideren diferentes hipótesis, no se puede descartar esa posibilidad”.

La directora de Cencos dice en entrevista que esto es una muestra de total “indiferencia” por parte del Estado. El crecimiento de las agresiones y que no haya ninguna respuesta contundente es preocupante.

“Si bien el problema está ubicado en un clima de violencia e impunidad, esto es una muestra de todo lo que sucede en el acceso a la justicia. Ni la fiscalía especial ni la Comisión Nacional de los Derechos Humanos nos han demostrado una sanción a quien generó intelectualmente o que operó el asesinato. No hay claridad en las investigaciones”, dice Brisa Maya Solís, estudiante de la maestría en derechos humanos y democracia por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Estado agresor

El informe editado por Artículo 19 y Cencos asegura que más del 65 por ciento de las agresiones a periodistas es ejecutado por funcionarios públicos. Esta sentencia se opone al discurso oficial que indica que los asesinatos, amenazas o agresiones provienen del crimen organizado.

De los más de 244 casos analizados por las organizaciones, sólo “un 6.15 por ciento de las agresiones se imputan a actores del crimen organizado, que si bien esta cifra no niega la gravedad de su participación, sí coloca elementos para una reflexión del problema desde otro enfoque”. En tanto, en un 14.34 por ciento no se logró determinar la autoría.

“Llama la atención que, en el universo de las agresiones registradas, los presuntos responsables son en un 65.57 por ciento funcionarios públicos”. En este sentido, indica el informe, “el crimen organizado no se puede considerar como un actor totalmente fuera de la responsabilidad del Estado”.

Otro 7.79 por ciento de los presuntos responsables forma parte de partidos políticos, ya sea como militantes o simpatizantes. “La gran mayoría de estas agresiones tuvieron lugar en los primeros seis meses del año y estuvieron relacionadas con diferentes procesos electorales que se dieron a mediados de 2009”, indica.

También se menciona la presunta responsabilidad del empresariado en un 2.05 por ciento; los integrantes de los sindicatos, en un 1.23 por ciento, aparecen como presuntos agresores en dos casos que están estrechamente ligados al tema de la libertad sindical.

Del análisis de Artículo 19 y Cencos se desprende que el 83.61 por ciento de las personas agredidas son periodistas; también se han registrado acciones en contra de los medios y sus trabajadores y trabajadoras hasta en un 5.74 por ciento.

Darío Ramírez, director de Artículo 19 para México, critica que la respuesta del Estado para combatir los delitos contra los periodistas y comunicadores ha sido “pobre”. El incremento de los asesinatos es la muestra de ello. De los nueve registrados en 2008 a los 11 del año pasado revela todo: el gobierno actúa de manera “ineficaz, pobre y limitadamente”.

Estado sin respuesta

“En un ambiente destacado por la violencia, en 2009, quienes ejercieron el periodismo y fueron agredidos permanecen desprotegidos ante la ausencia de mecanismos idóneos para garantizar su seguridad, del ejercicio del derecho a la libertad de expresión, así como por la falta de acceso a la justicia ante las agresiones de las que fueron víctimas”, dice el informe.

Las “medidas” adoptadas se traducen en “limitaciones y candados” para hacer frente a los ataques contra periodistas y comunicadores.

Ejemplo de ello es la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas, creada en febrero de 2006, como una respuesta ante la presión de la comunidad internacional frente al incremento de agresiones contra quienes ejercen el periodismo. Su objetivo es la investigación de las agresiones contra periodistas. Sin embargo, “su logro ha sido sortear la manera de justificar su existencia sin haber dado resultados frente al problema”.

Ante los datos presentados por Cencos y Artículo 19, la diputada panista María Yolanda Valencia Vales, presidenta de la Comisión Especial de Seguimiento a las agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación, se limita a decir que en la Cámara de Diputados apenas se está instalando la comisión que preside, y que, sin duda, la “libertad de expresión es un derecho que todos debemos tener y por lo tanto debemos ser garantes”.




Para leer articulo completo AQUI.

sábado, marzo 28, 2009

MEXICO, PAÍS SIN LEY

Mientras la secretaria de Estado Hillary Clinton cumplía su visita oficial a México y posaba para la foto con el controvertido secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, en Estados Unidos se anunciaba al nuevo embajador para México, Carlos Pascual, un diplomático experto en Estados Fallidos.
Reporte Índigo revela hoy los detalles del plan de acción estadounidense para la frontera con México que fue diseñado por el Joint Task Force del Comando Norte del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Los focos rojos: el creciente poderío de los cárteles de la droga mexicanos y la presencia de células de Hezbollah en el centro de México.
Y esto se antoja apenas como el aperitivo para el gran encuentro del 15 de abril, cuando el presidente Barack Obama se encuentre por primera vez de frente con el presidente Felipe Calderón en tierras mexicanas.
“En un mundo interrelacionado, los Estados débiles y fallidos representan un riesgo para Estados Unidos y para la seguridad global…
“Cuando el caos prevalece, el terrorismo, el narcotráfico, la proliferación de armas y otras formas del crimen organizado florecen…
“Dejados en la calamidad, sujetos a la depredación y negado el acceso a los servicios básicos, los pueblos llegan a ser susceptibles a las exhortaciones de demagogos y traficantes de odio…”.
El autor de estas citas es Carlos Pascual, el nuevo embajador de Estados Unidos en México. Un experto diplomático especializado en naciones en crisis.
Las publicó en julio de 2004 en la revista Foreign Affairs en coautoría con Stephen Krasner. El artículo era sobre Estados Fallidos.
Eran los días en que el Consejo Nacional de Seguridad de George Bush olía peligro en la inestabilidad de gobiernos rebasados por otros poderes fácticos. Narcotráfico, terrorismo y crimen organizado. ¿Suena familiar?
Por eso se ordenó al Departamento de Estado crear un organismo: la Oficina de Coordinación para la Reconstrucción y Estabilización.
Su misión era detectar aquellas naciones de “alto riesgo” para someterlas a una “lista de observación”.
Definido esto, diseñar acciones para desactivar lo que hoy se da en llamar “la guerra urbana” del tráfico de drogas y el crimen organizado en juegos y extorsiones.
Si con el diagnóstico se determinaba que los países ya eran “Estados fallidos


Bajo la supervisión de Grupo Pedregal, el controvertido secretario de Seguridad Pública estrenará pronto una casa que está lejos de explicarse con sus ingresos y su declaración patrimonial.

El que fuera presidente del PRI y secretario de Educación entrega sus documentos personales al Archivo de la Nación. Del diálogo con su historia emergen nuevos puntos de vista. Conócelos

Legalizar la droga o dejar que la población decida sobre el tema empeoraría las cosas. Federico Cabrera, de la Fundación FISAC, y la escritora Sara Sefchovich coinciden en que el problema del narcotráfico es un asunto de impunidad y podredumbre del sistema judicial.
El modelo de negocio está agotado. El Seattle Post-Intelligencer, fundado en 1863, migró todo su contenido a Internet el 17 de marzo, síntoma de que ha llegado el fin de los periódicos impresos.
Los recursos millonarios que salen de los gobiernos no son para salvar al accionista, son para restablecer una confianza en el sistema financiero y evitar una depresión mayor.
PARA VER REPORTE ÍÍNDIGO AQUI.

sábado, marzo 14, 2009

Sabines, Herrán Salvatti, el ex “góber” y la prensa

Conjeturas

Se ha publicado en los periódicos un texto dirigido a Calderón y Sabines, respectivamente: el inquilino de Los Pinos (no sale de la residencia por miedo a gobernar y cuando lo hace está rodeado de una vigilancia que en un dos por ciento quisiéramos los mexicanos) y el “góber” de Chiapas: Juan Sabines, pariente (al parecer sobrino o hijo) del poeta Juan Sabines (quien, en sus últimos días, defendió al nefasto Patrocinio González).Firman ese documento, editores y dirigentes del periodismo chiapaneco (María Morales, del Cuarto Poder, González Alonso, periodista; Enrique Zamaro, director de El Orbe; Marín Ortega, de una asociación de reporteros; Toledo Gudiño, del Diario de Chiapas y Ángel Mario Sheratto, del Frente de Periodistas).Los chiapanecos (con un levantamiento indígena en suspenso, que despertó tantas expectativas, desde 1994) han padecido, desde su independencia de lo que ahora es Guatemala y anexión a la federación mexicana (1824), las más crueles desgracias iniciadas con la matanza salvajísima de Pedro de Alvarado, allá por 1523.Y su dramático destino: baños de sangre, agresiones de toda índole, persecuciones políticas y religiosas y abusos del poder, no han parado hasta ahora con el calderonismo y el “góber” Sabines.Y no hace mucho con el desgobierno de Pablo Abner Salazar Mendiguchía, apoyado por Fox (un católico y un evangelista del brazo y por la calle, en mutua complicidad). Y, además, han sufrido las embestidas de sus cuerpos policiacos, empezando por sus procuradores, como Mariano Herrán Salvatti.Los editores y representantes de periodistas y reporteros firmantes, lograron en el sexenio 2000-2006 informar y cuestionar el desempeño de Salazar y Herrán, hasta que estos dos pillos impusieron la censura arremetiendo contra las libertades de prensa. Así, el ex priísta y perredista-panista del ex “góber” y el bribón de Herrán hicieron y deshicieron de Chiapas.Con abusos de toda índole, robaron a manos llenas. El actual gobernador Sabines es un autoritario de marca panista-perredista, muy de la manita con Calderón, que trata de enderezar a Chiapas con menos democracia y más mano dura. Sin embargo, los firmantes del texto recurren a él para exponer sus quejas y reclamos con cargo a las represiones de que fueron víctimas con Salazar y Herrán.Y es que, ciudadanos, indígenas y periodistas padecieron el mal y despótico desgobierno. No han cambiado mucho las cosas pero, aunque tardía, ya se procede penalmente contra Herrán por sus enriquecimientos inexplicables. Falta investigar a Salazar.Obviamente contra éste la espada de la justicia no tiene filo, ya que los gobernadores, como los tlatoanis y caciques, son intocables. Como el Presidente en turno. En las cúpulas hay total impunidad (lo acabamos de ver en el caso de Peña Nieto por lo de Atenco, al que por el copete, que ya ha disminuido, le apodaban “pájaro loco”). La carta de los editores y periodistas de Chiapas es una denuncia más de hechos del autoritarismo político y sus complicidades, pero prevalece la impunidad.
cepedaneri@prodigy.net.mx

martes, marzo 10, 2009

Periodicazos

Periodicazos

Empiezo a creer que alguien me lee. Transcurridos dos años y 100 días se precisan las características peculiares del actual gobierno. Entre ellas destaca, porque ayuda a entender la política del presidente Felipe Calderón, su abstención o lentitud de actuar frente a los hechos, en contraste con la velocidad de reacción ante las críticas periodísticas. El estímulo no es lo que pasa mal, sino la censura pública por no acudir en su remedio. Entonces se ejerce el poder.
La semana pasada escribí: “R.I.P… ante una avalancha de insultos un silencio de mea culpa ha sido la respuesta mexicana a la denuncia hecha por el nuevo gobierno de Washington”. Cité una frase del primer informe de derechos humanos del Departamento de Estado bajo la jefatura de Hillary Clinton: existe “impunidad y corrupción en todos los niveles del gobierno de México”. ¡En todos! Por mucho menos que eso los gobiernos de Argentina, Venezuela, Ecuador y China protestaron hasta el límite de los términos permitidos por el lenguaje diplomático antes de suspender relaciones.
Pasó menos tiempo entre mi denuncia y una reacción oficial que entre la diatriba de Washington y esa columna.
El señor Calderón, más cauteloso que indignado, se abstuvo de rechazar el insulto y se los devolvió pasteurizado: “El tráfico de drogas en Estados Unidos también obedece a un fenómeno de corrupción de autoridades americanas”. No dijo “todas”. Pero no se trata de analizar lo que dijo, solamente de ubicar su respuesta como consecuencia de una columna de EL UNIVERSAL y no de la serie de improperios del Departamento de Estado. Duele más un golpe de tinta en el papel que un jalón de orejas desde la metrópoli pretendida.
Reviso más de 100 Bucarelis (éste es el 103) con la terquedad del gambusino que busca otras vetas de lo mismo y encuentro similitudes curiosas.
“¡Qué canija casualidad!”, fue el título del 10 de marzo de 2008. Se comparaban dos anuncios iguales (casi) de Pemex para explotar nuevos pozos. En el de consumo nacional no se mencionaba la palabra “alianzas”, aparecida en el portal de YouTube. “Borran la palabra, mantienen la intención. Aliarse es aunarse… El verbo aliar es sustituido por transformar”. En la columna se ponía en evidencia un doble lenguaje sospechoso. Fue entonces cuando el presidente Calderón se lanzó al ruedo y desvió de un capotazo la embestida del toro con un quite: “El petróleo es y seguirá siendo de los mexicanos”. Ante el estruendo mediático la iniciativa petrolera cambió.
“Martínez” se llamó la columna del 22 de diciembre de 2008, sobre la publicada una semana antes, también en EL UNIVERSAL, por el presidente nacional del PAN, que consideré “inaceptable” por ser judeofóbica, basada en injurias comunes y calificando a filántropos como merecidas víctimas del estafador Madoff: “También a un grupo de obras de beneficencia (los estafadores limpian sus culpas con regalos de caridad) de la comunidad judía”. “El señor Martínez no es un ciudadano cualquiera —escribí—. Es uno de los alfiles del presidente Calderón… Es el jefe del partido en el poder… No creo que el Presidente lo avale. ¿O sí?”. Seguramente por órdenes de su jefe, el señor Martínez publicó, al calce de un artículo posterior, algo así como una disculpa dimensionada a la mínima moda sexenal, en que alega haber sido malinterpretado, no tener chueca intención y sí respeto al judío, “ese pueblo noble”. Conforme a la criptografía en uso deduzco que frente al “¿O sí?”, don Felipe dijo “No”.
El Bucareli del 16 de febrero de 2009 se llamó “No creo”.
Termina: “A la hora de escribir esta columna el señor Téllez despacha en su ministerio quitado de la pena. Si fuera otro país ya estaría en su casa… Dicen que la credibilidad es como la virginidad: cuando se pierde, se pierde. No tanto. El ‘no te creo’ puede corregirse, cambiarse con hechos concretos. Uno valioso sería respetar las opiniones ajenas. Otro, barrer la casa”. Tal si fuera otro país, el señor Téllez está en su casa y el señor Calderón barrió parte de la suya, penitencias impuestas por el escándalo, no por los pecados. Aprovechó la escoba para meter bajo la alfombra algunos mendrugos extraviados.
No todos los Bucarelis son igual de milagrosos. En “El mensaje”, publicado el 29 de diciembre, proponía que en el de fin de año, el Presidente anunciara un recorte de 50% de su salario y “se cancelen las prestaciones, gastos y sobresueldos o cualquiera otra retribución, llámese como se llame, que derive en mi beneficio”. Tal vez no hubo suficiente alboroto previo a la difusión de la idea. No se descarta.
Como dije al principio: algún despistado lee de vez en cuando Bucareli, calle grata de caminar.