Mostrando las entradas con la etiqueta eduacion publica. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta eduacion publica. Mostrar todas las entradas

martes, abril 10, 2012

El gobierno de España recorta salud y educación



Tenso encuentro entre EU y Brasil
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se quejó de la política monetaria estadunidense y no logró grandes avances en materia comercial durante el encuentro celebrado ayer en la Casa Blanca con su par Barack Obama. Las autoridades brasileñas culpan a las estrategias de países desarrollados, como bajar tasas de interés y comprar bonos de Estados Unidos y Europa, de causar un tsunami que ha inundado de liquidez al país sudamericano, provocado un alza del real y afectado las exportaciones. La reunión arrojó pocos resultados concretos .

El nuevo plan de ajuste representa 10 mil millones de euros
El gobierno de España recorta salud y educación
La medida de Rajoy, para cumplir con el déficit impuesto por la UE
Arguye que es para "conseguir mayor racionalización de recursos"
El incremento de la pobreza pega ya a 25 por ciento de la población

Crecen casos de depresión, osteoporosis, desnutrición y otros
Ssa: aumentó la longevidad, pero también sus males
Dos millones de adultos mayores sufren limitaciones en su vida diaria
Los problemas de deterioro mental, como el Alzheimer, representan 6%
Gran reto, dar viraje del enfoque curativo al preventivo: Chertorivski

MVS: desigual e injusto trato del gobierno sobre refrendos
Reclama que se le renueve la concesión en la banda de 2.5 gigahercios
"A Televisa y Tv Azteca se les da vía para que actúen como monopolios"

Reaprehenden al ex director de operaciones de la CFE
Se mantiene el cargo contra Néstor Moreno por enriquecimiento ilícito
SME: la acusación de quedarse con $30 millones es sólo punta del iceberg

*Según fuentes, la PGR solicitó a la juez negarle la libertad provisional bajo fianza

*Recapturan a Moreno Díaz, ex directivo de CFE acusado de enriquecimiento ilícito

*Mi cliente saldrá esta semana porque la imputación está basada en notas periodísticas: abogado

Néstor Moreno Díaz al recibir de Vicente Fox el Premio Nacional de Calidad y Tecnología, el 8 de febrero de 2006

viernes, octubre 22, 2010

"Lujambio, el secretario nini"

Ni convence ni explica ni justifica los gastos del bicentenario, le reprochan diputados

Comparecencia de pesadilla para Lujambio; lo llaman secretario nini

La celebración fue una cátedra de despilfarro, le dicen

Son excesos hipotéticos, replica

El titular de la SEP, Alonso Lujambio, flanqueado por los diputados Cecilia Arévalo y Óscar Lara

Ante diputados, se niega a detallar gastos del bicentenario
Llaman a Lujambio secretario nini; “ni explica ni convence”
*“Los $2 mil 900 millones no fueron despilfarro, sino inversión”, afirma
*“No me toca entregar copias de contratos”; los remite al ISSSTE
*‘‘El mundo vio que estamos orgullosos de nuestro sentido identitario’’

Periódico La Jornada

Alonso Lujambio, titular de Educación Pública, no ofreció ayer a los diputados respuestas precisas sobre el gasto en los festejos del bicentenario del inicio de la Independencia, en una actitud que le mereció del priísta David Hernández Vallín la definición de “secretario nini: ni convence ni explica ni justifica”. Y ante la crítica de que la celebración fue una cátedra de despilfarro, Lujambio reviró: Son excesos hipotéticos.

Ayer, la comparecencia de Lujambio ante la comisión especial que sigue el gasto por el bicentenario se volvió ríspida. Las críticas de Hernández Vallín y de Martín García Avilés (PRD) provocaron que Lujambio golpeara la mesa con su índice derecho mientras respondía. ¡No, no ha habido despilfarro!

Los legisladores le demandaron entregara copias de los contratos con empresas privadas que asesoraron al gobierno de Felipe Calderón y Lujambio los remitió al ISSSTE o al Turissste para solicitar esos documentos. Yo no soy quien deba enviárselos. Eso no está en mi resorte, alegó.

En un intercambio de casi tres horas, el secretario informó que hay 14 auditorías al fideicomiso que manejó 2 mil 900 millones de pesos, y pidió a los legisladores aguardar los resultados de la investigación que realiza la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

Asimismo, reconoció que es su responsabilidad el retraso en el levantamiento de la Estela de Luz en Chapultepec, porque fue él quien decidió que se detallara el estudio sobre la profundidad de la cimentación y el peso para resistir la velocidad del viento y el movimiento telúrico de la pieza. Prefiero el retraso a una construcción sin certezas. No quiero poner en riesgo la vida de ninguna persona, atajó.

Lujambio revolvía hojas, revisaba las tarjetas que le pasaban sus asesores y la comparecencia llegó a tal punto que el secretario de Educación citó incompleto el nombre del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y luego negó que en la relación de empresas contratadas exista una de nombre Ficticia S de RL. No hay ninguna empresa ficticia, dijo.

Carlos Ezeta (Panal) y Hernández Vallín mostraron la lista de empresas contratadas, que la propia SEP dio a conocer en conferencia de prensa hace un mes, y en el número 33 aparece la compañía Ficticia, con un contrato de asignación directa por un millón 110 mil pesos por producción y diseño empresarial de los contenidos museográficos del proyecto México, un paseo por la historia, en la exposición en Guanajuato.

Lujambio presumió las actividades, exposiciones y ediciones que se realizaron con motivo del bicentenario: la restauración de la Alhóndiga de Granaditas, dos regatas en Veracruz, la apertura de la Galería Nacional en Palacio Nacional, el espectáculo bellísimo de la pantalla itinerante, los carros alegóricos, la contratación de músicos, maquillistas… y hasta el poliuretano para la figura del coloso.

El secretario afirmó que la erogación de 2 mil 900 millones de pesos no fue un gasto, sino una inversión. El país, se ufanó, le enseñó al mundo que los mexicanos estamos de pie y orgullosos de nuestro sentido identitario (sic).

Hernández Vallín volvió con la crítica: “La historia de México no puede construirse con fetiches y baratijas. No cabe duda, quien hoy ocupa el despacho de José Vasconcelos insulta la inteligencia de la Cámara.

“La fastuosidad e inutilidad de un gasto multimillonario no puede esconderse bajo un discurso ilusionista capaz de desaparecer miles de millones de pesos en un asombro de palomas.

“A los muchachos ninis, hoy se suma usted, transformado en un funcionario nini nini ni. Porque sus respuestas ni convencen ni explican ni justifican ni clarifican ni contribuyen a transparentar un gasto que debe ser restituido por los que violaron la ley para hacer negocios particulares, en nombre de la Independencia y la Revolución.”

El priísta resaltó que el gobierno de Felipe Calderón anunció la distribución de libros sin contenido, y Lujambio Irazábal, así como diputadas del PAN, atribuyeron el comentario del legislador a Viaje por la historia de México, de Luis González y González.

¡Me ofende como secretario que usted hable de libros vacíos de contenido! Que se exprese así del trabajo de la Academia Mexicana de la Historia y de uno de los estudiosos más prestigiados en la historia de México, don Luis González, egregio michoacano, devolvió Lujambio.

Esperanza Lugo (PAN), copresidenta de la comisión especial y ex tesorera de la organización guadalupana Cúbrenos con tu manto, incluso sostuvo que González y González escribió esa obra por afición.

El diputado Andrés Aguirre Romero (PRI) insistió en la pregunta de por qué la asignación directa de contratos y punzó: Si los héroes de la Revolución supieran lo que se gastó en un festejo de pirotécnica, harían otra revolución.

Óscar Lara Salazar (PRI), copresidente de la comisión especial, concluyó que en los festejos a cargo del gobierno de Felipe Calderón privó la desorientación. Teníamos el compromiso moral de recordar con dignidad los movimientos fundadores de nuestra mexicanidad y, por donde se vea, antes que una celebración de la República se convirtió en un evento mediático, en una conmemoración vacía, de carros alegóricos y pirotecnia.

martes, agosto 10, 2010

Ni estudian ni trabajan 8 millones de jóvenes mexicanos

MÉXICO, DF, 9 de agosto (apro).- En México existen 8 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan (‘ninis’), además de que una gran parte de la población en esa edad está en la informalidad o recurre a la delincuencia, alertó la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

El presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani, dijo en su informe semanal que se está dejando solos a millones de adolescentes ante un presente sumamente difícil y un escenario futuro de incertidumbre y desesperanza.

Gutiérrez Candiani señaló que “hoy México tiene más jóvenes que nunca, más de 34 millones de personas de entre 12 y 29 años de edad. Estamos en el pico del llamado bono demográfico, que en breve empezará a decrecer, hasta que nos convirtamos en una nación de adultos y adultos mayores”, recalcó a tres días de conmemorarse el Día Internacional de la Juventud.

Agregó que para el grueso de la generación de mexicanos nacidos desde principios de los años ochenta, la movilidad social es inaccesible. Aproximadamente 55% de nuestros jóvenes padece condiciones de pobreza y más de 50% no estudia.

Candiani destacó que la delincuencia es la única puerta abierta ante la falta de oportunidades para los jóvenes. “Ante el fenómeno de la inseguridad pública, la falta de empleo y oportunidades, jóvenes de todas las capas sociales, muchos, desafortunadamente, recurren a la salida falsa de la delincuencia”.


martes, marzo 16, 2010

Avanzan analfabetismo y rezago educativo

En México, el 74 por ciento de la población económicamente activa sufre rezago educativo. En 2008, el Instituto Nacional de Educación para los Adultos, responsable de abatir la falta de escolarización, sólo dio atención al 5 por ciento de los adultos que no ha concluido su educación básica. La Auditoría Superior de la Federación expone que es necesario revisar los alcances de su política pública.


Paulina Monroy


El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) atendió a 5 por ciento de los adultos en rezago educativo en 2008. El Informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la Cuenta Pública 2008, realizado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), apunta que el Instituto cumplió parcialmente con el objetivo de promover, organizar e impartir educación básica para adultos.
La ASF sostiene que es necesario revisar los alcances de la política pública y la capacidad operativa del Instituto para ampliar su cobertura, otorgar prioridad a la alfabetización y aumentar el número de adultos que completan su educación básica.

Señala que 33 millones 429 mil 100 personas estaban en rezago educativo en 2008, casi el 44 por ciento de la población de 15 años y más, y el 74 por ciento de los 45 millones 200 mil personas que conforman la población económicamente activa. “Particularmente –expresa– resulta preocupante la existencia de 5 millones 900 mil personas analfabetas”.

Según la “Auditoría de desempeño a los servicios de educación básica para adultos”, durante 2008 el INEA incumplió tres metas vinculadas con la prestación de servicios educativos: alfabetización y conclusión de primaria y secundaria.

El órgano descentralizado de la Secretaría de Educación Pública (SEP) alfabetizó a 103 mil 500 adultos, 39 por ciento menos que el objetivo previsto. Atendió a 52 mil adultos para que concluyeran sus estudios de primaria y secundaria, por lo que quedó lejos hasta 47 por ciento de cumplir su meta en primaria, y hasta 32 por ciento en secundaria.

La ASF detectó además irregularidades en los reportes estadísticos del INEA, la orientación de recursos del Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos, la atención a menores de edad, y la falta de supervisión en el programa de figuras solidarias.

Imparable rezago educativo


Creado en 1981, el INEA solucionaría la falta de escolarización. De esta manera, el servicio educativo se otorgó en modalidades no presenciales, en horarios abiertos y con asesores voluntarios

En 1980, de los 38 millones de personas mayores de 15 años, 25.1 millones tenían rezago educativo. Diez años después, el rezago en educación básica se elevó a 29.7 millones de personas, y para 2000, esa cifra se elevó hasta 32 millones 500 mil.

En 2008, la población en rezago educativo ascendió hasta 33 millones, es decir, el 44 por ciento de quienes tienen 15 años o más. De ese total, casi 6 millones de personas eran analfabetas; 10 millones 100 mil no habían cursado o finalizado la primaria, ni 17 millones 400 mil, la secundaria.

De acuerdo con el Informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la Cuenta Pública 2008, la cantidad de personas que concluyó su alfabetización con el INEA se redujo anualmente 6.1 por ciento entre 1986 y 2008. De 2003 a 2007, el Instituto alfabetizó a 633 mil 400 adultos, de los que 582 mil no continuaron sus estudios. Tan sólo 51 mil 400, el 8.1 por ciento, permanecieron en la primaria.

El eje Transformación Educativa, del Plan Nacional de Desarrollo, tiene como objetivo reducir las desigualdades regionales, de género y entre grupos sociales en las oportunidades educativas.

El Instituto estableció como misión para el Presupuesto de Egresos de la Federación 2008 “normar, promover, organizar, proporcionar y acreditar el sistema abierto de educación básica para los jóvenes y adultos de 15 años o más que no han iniciado o no han concluido su educación básica.

Sin embargo, al revisar las evaluaciones externas practicadas al Programa Atención a la Demanda de Educación para Adultos del INEA, la ASF verificó que la mayoría de los indicadores mostró un retroceso en 2008 respecto de 2007. También el porcentaje de personas atendido, con respecto de su población objetivo, registró el menor valor de los últimos cinco años.

De las evaluaciones, la ASF rescata que “la reducida cobertura que realiza el programa de su población objetivo se debe a que la cantidad de personas en rezago es muy grande”.

En 2008, más de 33 millones de personas mayores de 15 años carecían de educación básica. Únicamente 1 millón 667 mil 800 adultos fueron atendidos por el INEA. La cantidad representó el 5 por ciento de la población total de 15 años y más, y el 7.6 por ciento de la meta establecida (22 millones 52 mil 300 personas). En opinión de la ASF, esa política estuvo limitada para solucionar el problema.

Descontrol en cifras

La Auditoría Superior de la Federación determinó que hay falta de confiabilidad en los reportes estadísticos entregados por el INEA, sobre la población por atender y la población atendida. El INEA registró la atención de 2 millones 340 mil personas; esa cantidad consideraba a 303 mil 600 personas duplicadas, 24 mil 900 niños menores de 15 años y 38 mil 600 que carecían de datos.

Al descontar las deficiencias, el órgano de fiscalización constató que el INEA realmente atendió a 1 millón 667 mil 800 personas, 18 por ciento menor a lo registrado por el Instituto.

La entidad fiscalizada reportó que en 2008 se alfabetizaron a 105 mil 921 adultos; no obstante, al verificar la base de datos, la ASF comprobó que la cantidad era 2.3 por ciento menor que lo informado por el Instituto. Asimismo, la cantidad de adultos que concluyó la secundaria fue 3.9 por ciento menor que lo reportado.

El 28 de diciembre de 2009, la ASF informó sobre las diferencias y deficiencias al Órgano Interno de Control del INEA, pues “se presume que pudieran ser constituidas de responsabilidad administrativa de los servidores públicos responsables de la operación de la política pública”.

Irregularidades en educación para adultos

El Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos es repartido entre los 31 estados y el Distrito Federal. Las entidades están obligadas a suscribir convenios de coordinación con el Ejecutivo Federal para la transferencia de recursos humanos, materiales y financieros para la prestación de servicios.

De acuerdo con el Informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la Cuenta Pública 2008, la SEP solicitó a la SHCP la transferencia de recursos por un monto de 310 millones 228 mil 600 pesos para cinco entidades que no habían suscrito los convenios de coordinación: Baja California, Guanajuato, Estado de México, Michoacán y Querétaro.

Para leer articulo completo AQUI.

sábado, marzo 06, 2010

Violencia en las escuelas

Bullying. Del aula al ciberespacio.

MÉXICO, D.F., 3 de marzo.- En un reciente estudio de la UNESCO, La educación bajo ataque, se reporta que, a partir de 2007, se han incrementado los casos de violencia en las escuelas, sobre todo en regiones donde se libra alguna guerra, como Afganistán, Colombia, Irak, Nepal, Tailandia y los Territorios Palestinos Autónomos. Pero en la lista de países con grandes indicadores de violencia en las escuelas tendrán que agregar ahora a México.

Dicho reporte (Brendan O’Malley. Education Under Attack, 2010, a Global Study on Targeted Political and Military Violence Against Education) toma como indicadores el reclutamiento forzado de niños, la violencia sexual contra niñas estudiantes y maestras, la destrucción de infraestructura educativa, el asesinato de líderes sindicales de docentes, la persecución de académicos, los arrestos indiscriminados, las amenazas de muerte, los secuestros, la ocupación de instalaciones escolares o las balaceras alrededor de los planteles. Todo lo cual está generando daños estructurales, físicos, psicológicos, sociales, educativos y culturales muy graves, y también restricciones severas a la libertad académica, al derecho a la educación, a la estabilidad, al desarrollo y a la democracia.

Sin embargo, en la versión actual del estudio sólo se registran algunos casos de México: maestros amenazados si no pagaban un “bono de Navidad”, escuelas evacuadas o cerradas durante más de tres semanas por otros amagos en Ciudad Juárez, durante 2008, o la suspensión de clases en la región triqui en 2009 debido a rondines de bandas armadas y disparos de grupos paramilitares alrededor de escuelas primarias y secundarias.

El hecho es que la violencia en las escuelas mexicanas no sólo se ha agravado, sino también generalizado. En un estudio realizado en 2008 por la Secretaría de Educación del Gobierno del Distrito Federal y la Universidad Intercontinental se encontró que más de 70% de los alumnos de escuelas de educación básica participan en prácticas de acoso físico y psicológico (bullying). Estas prácticas, que se han extendido a todo el país, se suman a las otras formas de violencia que se ejerce fuera y dentro de las instalaciones escolares, sobre todo la que está creciendo alrededor de los grupos relacionados con el narcotráfico, que es la más grave.

Este tipo descarnado de violencia ya es parte de la vida escolar cotidiana en muchos estados y ciudades. Se trata de un problema nuevo que no está siendo debidamente comprendido ni enfrentado por parte de las autoridades federales o locales de la SEP, ni por los directores y maestros de los planteles, ya no digamos por parte de quienes la sufren: los estudiantes y los padres de familia.

De acuerdo con datos de la SEP, mil 200 escuelas tienen que enfrentar de forma cotidiana la narcoviolencia, pues en el interior de las mismas se reproducen los esquemas de los narcotraficantes: extorsiones, pandillerismo o venta de drogas. Asimismo, se han identificado 27 mil planteles de educación básica cuyas labores académicas han sido afectadas por grupos delictivos. Y se calcula que una de cada 10 escuelas del país experimenta una o varias formas de violencia cotidiana.

Sólo en Ciudad Juárez –donde se afirma que 60% de los jóvenes de 12 a 15 años no estudia ni trabaja–, 70% de las escuelas reportan problemas de violencia, narcomenudeo o prostitución, y miles de alumnos de preescolar, primaria y secundaria se han visto severamente perjudicados en sus procesos formativos.

En la ciudad de Reynosa, donde ocurren frecuentes balaceras en las inmediaciones de los planteles, las llamadas telefónicas de los alumnos a sus padres, o los anuncios de las autoridades de que, por ese motivo, las clases se han suspendido en una o varias escuelas, han ocasionado este año frecuentes interrupciones laborales en las maquiladoras de la localidad.

Ahora que se ha considerado a Ciudad Juárez como territorio devastado y de urgente atención (como si fuera éste el único lugar en tales condiciones), la respuesta de las principales autoridades de la SEP –in situ y a la carrera– fue que la violencia extendida se debe a “la manera como los muchachos se hacen cargo del entorno” (subsecretario Fernando González), o como lo analizó con similar profundidad el secretario Lujambio: siempre hay que distinguir entre “la expresión lúdica, la expresión de procesamiento del entorno psicológico y el auténtico vandalismo”. (El Universal, 22 de febrero.)

Ya lo había señalado el relator para Educación de la Organización de las Naciones Unidas, en su gira de trabajo en México: “La educación no puede resolver lo que los políticos no han querido atender” (El Universal, 10 de febrero). Porque, efectivamente, con las sesudas interpretaciones de lo que ocurre en Ciudad Juárez y a lo largo y ancho del territorio nacional, no se podrá enfrentar la creciente violencia que se está arraigando en las escuelas. Tampoco con la generalización del programa, bastante superficial, denominado “Escuela Segura”, porque se concentra sólo en el otorgamiento de escasos recursos, acompañados de acciones remediales, en escuelas evidentemente inseguras.

La violencia proviene de causas estructurales: ignorancia, pobreza y desprecio a la inclusión de todos a la educación, acompañada de una visión manipuladora del sentido y de los efectos de lo educativo. (¿Alguien cree que las cúpulas de la SEP y del SNTE pueden enseñar algo con sus ejemplos?) Proviene también de los mensajes de violencia que atiborran las transmisiones de televisión, y que se imitan en la familia, en la calle, los anuncios publicitarios, los videos y los juegos de computadora, que van formando un currículum vivido que cada día domina más que el irrelevante currículum de la escolaridad.

jueves, enero 07, 2010

La educación, atrapada


MÉXICO, D.F., 5 de enero.- El balance de la educación en los tres años del actual sexenio es alarmante. Sin una política definida, los distintos niveles del sistema educativo operan conforme a sus particulares criterios, con la recurrencia de visiones chatas, ridículas a menudo y siempre autoritarias por determinación de sus principales directivos.
Desde 2007 hasta la fecha se ha creído que con la sola realización de múltiples evaluaciones pueden superarse las magras condiciones educativas de la mayoría de la población, sin tomar las medidas necesarias para que los resultados de aquéllas se traduzcan en mecanismos de cambio o superación. En 2008, Felipe Calderón inclusive exigió a la entonces secretaria de Educación rendir cuentas “mes tras mes” de los avances logrados a partir de esas evaluaciones. Pero eso no ocurrió.
Mientras tanto, los indicadores más conocidos revelan que tenemos uno de los peores sistemas educativos del mundo porque, aun cuando la mayoría de nuestros estudiantes de educación básica son capaces de identificar los conceptos mínimos requeridos –por ejemplo en lectura y matemáticas–, no pueden comprender ni analizar el contenido de lo que leen o procesan, como tampoco su significado literario, estético, subliminal o abstracto. Señalan igualmente que la educación de alto nivel –que en México cuenta con algunas de las mejores universidades públicas del mundo, al igual que con excelentes maestros e investigadores– sigue siendo para una minoría: el 17% del grupo de edad escolar correspondiente.
Además, se sabe que durante estos tres años se ha mantenido la reducción de los recursos financieros destinados al sector; que los profesores no tienen ninguna perspectiva de mejoramiento de sus condiciones profesionales; que la infraestructura escolar está deteriorada; que el currículum es obsoleto y rígido, enciclopédico y memorístico; que se han propiciado la mercantilización educativa y el incremento de los precios de matriculación en escuelas privadas de baja calidad, con una oferta educativa que no cambia, y que se padece de una burocracia que vive a costa de mantener atrapado al sistema educativo, con aires de prepotencia y de autismo. ¿Qué se ha hecho para cambiar estos indicadores que son el resultado de todo tipo de evaluaciones? Nada.
Cuando se dio a conocer el Programa Sectorial 2007-2012 de la SEP, Pablo Latapí Sarre expresó: “El programa sectorial de este sexenio es una interminable exposición de propósitos sin diagnósticos, sin fundamentos conceptuales, sin articulaciones con el desarrollo histórico de cada problema (…) Parece que las autoridades privilegiaron cumplir con el cascarón técnico de la planeación y no tuvieron sensibilidad o tiempo para ofrecer una fundamentación del sentido de sus decisiones (…) ello decepciona”. El propio balance de Latapí fue contundente: no tenemos un programa educativo que cuente con una mínima densidad argumentativa; no se definen actores responsables de las acciones propuestas ni se ofrece ningún elemento para juzgar sobre la viabilidad de las mismas, mientras los aspectos financieros casi no se abordan y quedan “sujetos a la disponibilidad de recursos” (enero de 2008).
Otros autores han calificado las iniciativas gubernamentales de “mediocres” e “incoherentes”, como ocurrió con la llamada reforma “integral” al bachillerato (copia del modelo europeo de competencias, de homologación de créditos y de movilidad estudiantil), que fue inmediatamente rechazada por la UNAM y por diversos órganos colegiados de científicos y humanistas. Al respecto, hasta ahora nadie sabe muy bien de qué manera se avanza ni con quién.
Asimismo, el tema de la investigación científica dio sus vuelcos… hacia abajo. En 2008, por ejemplo, se vieron las incapacidades de Pemex y de la Secretaría de Energía para modernizar sus componentes tecnológicos y desarrollar alternativas en los procesos de exploración profunda, o para impulsar fuentes de energía alternativas, porque en todo se pensó, menos en tomar acciones decididas para impulsar la ciencia mexicana en estos y otros ámbitos, como el de la influenza A/H1N1, pese a los reclamos de la comunidad científica en 2009.
Y es que la prioridad máxima del gobierno federal ha sido refrendar la alianza entre las dirigencias del SNTE y de la SEP, en un ambiente plagado de escándalos sucesivos: la rifa obligada de autos de lujo, las maniobras represivas para acallar el conflicto magisterial en Oaxaca, el desprecio a la muy larga huelga de académicos en la UAM, los constantes roces y conflictos entre la secretaria de Educación y la lideresa del sindicato por el control de la SEP, y los frecuentes disparates discursivos de ésta última.
Más graves aún que la frivolidad y el ridículo observados, han sido los resultados de todo lo anterior: que las tasas de desempleo más alarmantes se encuentren ahora entre los jóvenes y entre los egresados de la educación media superior y superior, y que se esté perdiendo el principal activo de una educación ciudadana amplia, de calidad, que propicie la producción y transferencia de conocimientos, ciencia y tecnología en beneficio de un desarrollo con bienestar. Esto, en medio de una crisis que no para y con los recursos más bajos para la educación en relación con años anteriores, que en 2010 alcanzarán apenas para que las escuelas y las instituciones puedan ir saliendo del paso mientras algunos recibirán dinero a manos llenas porque la educación se encuentra atrapada en su poder.


La dependencia dice que 7.5 millones de jóvenes están excluidos de la enseñanza superior
Refutan expertos a SEP: sin prepa ni universidad, casi 11 millones
Critican erróneas políticas gubernamentales y que el mercado coordine la oferta educativa
Se pierden generaciones de mexicanos, advierten; demandan abrir un debate en la materia


Karina Avilés

El déficit en la atención a la demanda de educación media superior y superior es consecuencia de las erróneas políticas gubernamentales asumidas en décadas recientes, debido a las cuales se canceló el acceso de miles de mexicanos a la enseñanza pública y se entregó al mercado la coordinación de la oferta, lo cual ha tenido un severo costo para el país, ya que se están perdiendo generaciones de jóvenes, advirtieron expertos en la materia.
De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), entre los mexicanos en edad de cursar esos niveles, 7.5 millones están fuera de la universidad y 2.4 millones fuera de la preparatoria. No obstante, a juicio del especialista Manuel Gil Antón, no son 7.5 millones los jóvenes excluidos de la enseñanza superior, sino 8 millones 250 mil. Esto da como resultado 10 millones 650 mil jóvenes marginados de esos niveles educativos.
A su vez, Hugo Casanova, integrante del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico, expresó que dicha problemática es producto de que desde los años 80 las estrategias del gobierno favorecieron los factores macroeconómicos y expresaron un inequívoco desinterés por los factores sociales, de tal suerte que la enseñanza superior fue tratada como prescindible.
A causa de la política neoliberal, la cobertura educativa se ha atendido de forma insuficiente; de manera radical se redujo el acceso de miles de jóvenes a las instituciones públicas, abundó.
Bajo ese esquema, muchos de ellos tuvieron como única alternativa el ingreso a centros privados, que se caracterizan por su limitado alcance social y, salvo algunas excepciones, por su insolvencia académica, añadió.
Consideró que a mitad del sexenio ya no es posible esperar acciones radicales en materia de educación superior, por lo cual la perspectiva es que este gobierno mantenga su perfil actual.
Señaló la urgencia de que los actores educativos propongan políticas públicas que rebasen la dimensión sexenal. Es necesario, enfatizó, un pacto en el cual desterremos la politiquería gremial y partidista.
La profesora-investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional Etelvina Sandoval manifestó que el déficit en la cobertura educativa obedece a la falta de visión oficial, de espacios y de una política para la atención y retención en bachillerato y universidad.
Además ha faltado mucho trabajo del gobierno, que descuidó el bachillerato, y todo se ve cuando el problema estalla, agregó.
En educación, lo anterior tiene un costo muy grande porque hablamos de generaciones de jóvenes que se están perdiendo, lo cual tiene repercusiones económicas, sociales y educativas. Es decir, tenemos un país de jóvenes desaprovechados.
Al estar excluidos del sistema educativo, buscarán una ocupación de lo que sea o en lo que sea, con lo cual se abren las puertas a problemas como la delincuencia o la drogadicción; además se genera mayor inseguridad laboral, entre otros efectos, dijo.
Apremió a abrir un fuerte debate sobre este tema, que es el mayor problema educativo que actualmente se tiene.
A su vez, Manuel Gil Antón, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, insistió en que la SEP da una cifra menor de los jóvenes en edad de ir a la universidad que no lo hacen.
En realidad no están fuera 7.5 millones, sino 8 millones 250 mil, si se toma en cuenta no la tasa bruta, sino la tasa neta, es decir, el número de jóvenes que están estudiando efectivamente y que tienen entre 19 y 24 años de edad.
Lo grave, añadió, es que por lo menos desde hace 20 años el Estado no ha atendido este problema de manera integral, ya que ha dejado la autoridad educativa en manos no del magisterio, sino de la dirigencia magisterial.
Además ha permitido que el mercado coordine el crecimiento de la oferta, lo cual es una verdadera irresponsabilidad, sobre todo en un país con la desigualdad que tiene México.
Así, la exclusión educativa de millones de jóvenes es resultado de cuatro factores combinados: a) el impacto de la crisis económica en la posibilidad de hacer estudios previos al bachillerato y en la infraestructura de las escuelas de nivel básico, b) la falta de calidad en el proceso educativo, c) la ampliación de la oferta de carreras de corte técnico, que no interesan a los jóvenes, en lugar de ampliar la oferta en las carreras que demanda la población y d) el desplome en la percepción de la utilidad de la enseñanza, finalizó.
Fuente: La jornada

lunes, agosto 31, 2009

La educación... del presidente Calderón

En repetidas y angustiadas ocasiones he insistido en que la reforma estructural fundamental que requiere el país es la educativa. En ella, en la respuesta a la elemental pregunta de ¿educar para qué? y en el éxito de sus resultados está basado el verdadero progreso nacional en todos los órdenes.
“Tema tan antiguo como irresuelto, que llega a nuestro tiempo con la carga histórica de muchas complejidades (...), tema tensionado entre lo mundial y lo local, entre lo universal y lo singular, entre la tradición y la modernidad, entre el largo y el corto plazos, entre la competitividad indispensable para el progreso y la preocupación por la igualdad de oportunidades y la equidad; entre el desarrollo vertiginoso del conocimiento y la limitada capacidad del ser humano para asimilarlo; tensión por último. entre lo espiritual y lo material; entre los apremios inmediatos de la vida y esa elevación del pensamiento y del espíritu hacia lo universal y una cierta superación de sí mismo, de la que depende la supervivencia de la humanidad”, decía don Pablo Latapí.
La educación, que no es asunto de improvisados ni de arribistas políticos, es el acceso al conocimiento, a la capacidad para aprender, a creer en libertad, a la posibilidad de la integración a la sociedad, a la democracia, a la identidad, a la tolerancia, a la cultura, en fin, la sola manera de acceder a la vida plena, a ser seres universales sin dejar de ser mexicanos. “A –vuelvo a Latapí– preparar a los futuros ciudadanos para contrarrestar nuestros conflictos y satisfacer nuestros deseos.”
En 2003 escribí en este foro de libre expresión que es La Jornada un artículo que titulé “La educación del presidente Fox”, en relación con unas declaraciones irresponsables por ignorantes y desmesuradas, con respecto a lo que haría en lo que faltaba de su administración, en el sistema de educación superior, y que naturalmente no hizo. Hoy lo traigo a colación para referirme a las políticas educativas de su sucesor y para señalar que lo sucedido en el sector educativo en los seis años transcurridos desde aquel artículo, incluidos los fallidos intentos materiales modernizadores como la Megabiblioteca José Vasconcelos o el multimillonario y oscuro programa de la Enciclomedia, no ha abonado en nada a la mínima superación del nivel educativo de nuestros estudiantes y nuestros profesores.
Las calificaciones de los exámenes internacionales de nuestros alumnos, la magnitud del porcentaje de aspirantes a una plaza de profesor que “reprobaron” las pruebas correspondientes –independientemente de la calificación de la calidad y pertinencia de las propias pruebas–, o que lograron la plaza en una prueba de selección según se ha intentado matizar la noticia –y que lleva a preguntarnos si se eligió a los mejores o a los menos malos–, indican que en ambos casos, formación de alumnos y de profesores, no se ha hecho nada ni medianamente destacable.
Recorriendo lo que sobre el tema contienen las noticias del presente, nos percatamos del tamaño de la hipoteca que deja a los mexicanos: “La educación… del presidente Calderón”.
Nuestro retraso educativo en relación con los países desarrollados, en este mundo global de implacable competencia y bautizado como el de la “sociedad del conocimiento”, es de 20 años. Frente a esta situación, la respuesta del gobierno –permítaseme sintetizarla brutalmente– se refleja en estas decisiones: se recortan los presupuestos a las universidades públicas que, aunque se dice que es de sólo uno por ciento, considerado todo en el último cuatrimestre tiene una repercusión enorme, habida cuenta de que nuestros centros de educación superior gastan en promedio más de 90 por ciento en sueldos y salarios; se disminuye número y monto de las becas para estudios de posgrado; se disminuye la aportación oficial al desarrollo de la ciencia y la tecnología, cuyo monto es de lo más raquítico del mundo en el que competimos: apenas, haciendo las cuentas “del gran capitán”, de 0.4 por ciento del PIB. Esto, referido a educación superior e investigación.
El interés por la enseñanza media no aparece por ningún lado; es el insípido sándwich entre las tragedias de la enseñanza básica y las penurias de la superior.
Y hoy, al iniciarse el nuevo ciclo escolar, nos encontramos con noticias espeluznantes: una nueva “reforma integral” de la enseñanza básica que a decir de Olac Fuentes Molinar, reconocido especialista en el tema, es “caótica” y “consecuencia de haber entregado a un grupo político” –el de la maestra Gordillo–, a través de su yerno, el subsecretario de enseñanza básica y presidente del RIEB, la reforma que hoy produce textos para primero y sexto año de primaria, “improvisados y sin coherencia interna” –incluido un texto sobre actividades físicas– que “constituyen una muestra más de las limitaciones de quienes gestionan la educación”. Y que, coincidiendo con lo que otro experto en el tema, “lejos de combatir la memorización y el enciclopedismo”… “contienen un exceso de información que acentúa esas problemáticas y carecen de elementos para la formación”, independientemente de que “responden a un tipo de escuela idealizada, dotada de recursos en abundancia”, lo que resulta retrógrado, irónico y trágico.
Y ya sin contar, como nos recuerda Fernando del Paso, con los recursos de que disponía el gobierno para la educación cívica de los mexicanos en espacios en los medios electrónicos y que con un generoso decreto presidencial inspirado por la señora Marta y sus intereses políticos y familiares, el señor Fox devolvió a los concesionarios del espectro radioeléctrico.
¿Cómo pagaremos los mexicanos los altos costos de esta hipoteca de nuestro futuro? Si no hacemos algo diferente, contundente y urgente, lo tendremos que pagar con sangre, sudor y lágrimas y con la condición irreversible de país subdesarrollado.
A la memoria de don Pablo Latapí. Con enorme respeto

domingo, julio 12, 2009

La educación pública: de Vasconcelos a Gordillo

Lejos quedaron los tiempos en que el país formaba a sus ciudadanos con base en contenidos humanísticos y en valores sociales y éticos; hoy, todo gira en torno a evaluaciones constantes que sólo buscan ganar puntos para parecer competitivos. Alberto Arnaut, investigador de El Colegio de México, hace un recuento de aportes y retrocesos de los secretarios de Educación Pública desde José Vasconcelos hasta nuestros tiempos, cuando el control de la SEP ha sido entregado a Elba Esther Gordillo.

El contenido humanista en la educación básica que impulsó José Vasconcelos cuando estuvo al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en los años veinte, se ha visto menguado hoy ante las hiperevaluaciones de los programas de estudio que privilegian las habilidades técnicas y cognitivas sobre la formación en los aspectos sociales y éticos de los alumnos.Otro importante cambio se produjo en la educación básica que imparte el Estado: ya no va dirigida al México rural y analfabeta de tiempos de Vasconcelos, sino a un país urbano cuyos nuevos marginados son, sobre todo, los migrantes de todo tipo y las poblaciones hacinadas en los cinturones de miseria.Alberto Arnaut, investigador de El Colegio de México y uno de los más prestigiosos historiadores de la educación en nuestro país, comenta:“Actualmente, las evaluaciones se han convertido en el parámetro principal para medir la calidad y los resultados educativos. ¡Hay mil maneras de evaluar! Y esas evaluaciones privilegian los aspectos cognitivos, como el cálculo y la lecto-escritura. Son metas cuantitativas para ganar puntajes. Tan mala es la falta de evaluación como la aberrante hiperevaluación que hoy estamos padeciendo.“Ésta puede producir el efecto perverso de que se abandonen los contenidos humanísticos y los valores esenciales de la educación –relacionados con la convivencia social y con aspectos morales– en aras de obtener una buena calificación en las evaluaciones nacionales e internacionales a que está sujeto nuestro sistema educativo. ¡Es algo escandaloso y alarmante! La evaluación debe ser un instrumento, no un fin para mejorar la educación.”Arnaut es autor de La federalización educativa en México, historia de una profesión; los maestros de educación primaria en México, así como de La evolución de los grupos dominantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.Asegura el especialista que, inspirado en la labor educativa de Justo Sierra, “José Vasconcelos es el fundador del sistema educativo posrevolucionario. Y durante su paso por la Secretaría de Educación Pública, de 1921 a 1924, puso énfasis en la expansión de la llamada Escuela Rural Mexicana”.Aquel era un México rural y analfabeta, enfatiza. “Por eso Vasconcelos emprendió una rápida alfabetización del pueblo, imponiendo un modelo pedagógico con un fuerte contenido social, pese a que, en términos personales, le interesaba mucho más la educación superior y el fomento a la cultura y el arte”.
–¿Era muy distinto el papel del maestro?
–Sí, pues entonces los maestros rurales no sólo debían enseñar, sino también consolidar la integración nacional. El maestro era una figura polifacética: hacía las veces de agrónomo, ingeniero, abogado, gestor y líder de la comunidad, con el fin de mejorar la calidad de vida de la población. Era otro México. Y la escuela rural se convirtió en una de las creaciones más originales de los primeros gobiernos salidos de la Revolución.El sucesor de Vasconcelos, José Manuel Puig Casauranc, consolidó el proyecto de la Escuela Rural Mexicana, para pasar luego a la “escuela socialista” implantada en el período del general Lázaro Cárdenas, que va de 1934 a 1940:“Durante el cardenismo, la Escuela Rural Mexicana se radicalizó y se politizó. Dio paso a la educación socialista. Ya no sólo tenía como tarea enseñar, mejorar la calidad de vida de las comunidades y contribuir a la integración nacional, como en la década de los veinte, sino también contribuir al cambio en las estructuras sociales, particularmente en la estructura de la propiedad de la tierra.“De esa manera, los maestros se convirtieron en asesores y líderes de las comunidades que solicitaban reparto agrario. Fueron también aliados del gobierno en frentes como el de la expropiación petrolera y la organización sindical.“El cardenismo fue, además, el período en el que se consolidó la organización sindical de los maestros. Después de una etapa de multiplicación de las organizaciones sindicales, para la segunda mitad del régimen quedaron sólo dos grandes organizaciones: la Federación Mexicana de Trabajadores de la Educación (FMTE) y el Sindicato de Trabajadores de la Educación de la República Mexicana (STERM). El sindicalismo magisterial llegaría para quedarse como uno de los interlocutores principales de los secretarios de Educación.”Y uno de los más destacados entre ellos fue Jaime Torres Bodet, quien, de 1943 a 1946, durante la presidencia de Manuel Ávila Camacho, estuvo por primera vez al frente de la SEP.“Escritor y poeta de prestigio, de joven Torres Bodet había sido colaborador de Vasconcelos en la SEP. Era un hombre conciliador y con experiencia en la diplomacia. Asumió el cargo el mismo día en que se fundó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Incluso, su primer discurso como secretario fue en la asamblea constitutiva del sindicato”, dice Arnaut.Torres Bodet revivió la campaña contra el analfabetismo, fundó la Escuela Normal Superior y el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM), en el que los maestros en servicio podían completar sus estudios y titularse, mediante cursos orales y a distancia. De ese instituto egresaron decenas de miles de maestros durante las tres décadas siguientes, por lo que se le consideró la normal más grande del mundo.Y aún más, “Torres Bodet actualizó los contenidos en la enseñanza primaria. También igualó los planes de estudio de las escuelas rurales con los de las escuelas urbanas. Una homogenización que, creo, no fue benéfica para el sistema educativo porque, entre otras cosas, acabó con aquella oferta de educación primaria distinta para los sectores rurales, que era una de las partes más ricas del sistema educativo posrevolucionario.“Junto con Vicente Lombardo Toledano, Torres Bodet logró que se eliminaran las aristas más controvertidas del artículo tercero constitucional. Por ejemplo, se eliminó la definición de la educación pública como educación ‘socialista’, que quedó plasmada durante el cardenismo. También se suprimieron las alusiones anticlericales, en las que se decía que la educación sería antidogmática y lucharía contra el fanatismo.”No obstante, ratificó el carácter laico y la rectoría del Estado, señalando que la educación debe ser laica, gratuita y obligatoria. “Fue una reforma con un contenido social muy fuerte, pues definía a la democracia como el constante mejoramiento económico, social y cultural de los grupos más pobres. Una definición que no se limitó a la forma de gobierno”, dice. Arnaut indica que “no hubo nada digno de mencionar” en materia educativa durante los dos sexenios que vinieron después, el de Miguel Alemán (1946-1952) y el de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), a no ser “la crisis” por la que atravesó la escuela rural, cuando “empezó a perder su impulso inicial como instancia de mejoramiento de las comunidades y agente de transformación social. Los mismos maestros dejaron de ser los únicos agentes del Estado en el mundo rural, pues comenzaron a llegar los enviados de los bancos de crédito ejidal, de la Secretaría de Agricultura, de la Secretaría de Salud y de otras instituciones de gobierno. México se convertía en un país urbano, con una explosión demográfica impresionante que, por consiguiente, provocó que aumentara muchísimo la demanda educativa”.
Vaivenes burocráticos
Vino después la segunda gestión de Torres Bodet como secretario de Educación Pública, de 1958 a 1964, durante el sexenio de Adolfo López Mateos.Refiere Arnaut que entonces puso en marcha el Plan de Once Años, cuyo objetivo fue expandir y mejorar la enseñanza primaria ante la explosiva demanda educativa que se generaba en las ciudades. Y creó el Consejo Nacional Técnico de la Educación, un órgano colegiado donde estaban representadas las principales instituciones educativas y cuya función fue reformar los planes y programas de estudio.Pero su obra más importante, recalca, fue crear la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito (Conaliteg), en 1959, que produjo los libros de primaria, y con ellos “se terminó de un plumazo con una de las grandes desigualdades entre los niños que tenían libros de texto y los que no podían tenerlos”, pues la mayoría no tenía recursos para comprarlos a las editoriales privadas.Ante eso, “la Iglesia, el Partido Acción Nacional y la Coparmex realizaron grandes movilizaciones en contra del libro de texto gratuito, pues les molestó su contenido laico y el hecho de que las empresas editoriales privadas perdieran sus jugosas ganancias con la edición de libros para primaria, que eran muy costosos y desiguales”.De “gris” califica el período del escritor Agustín Yáñez al frente de la SEP, durante el régimen de Gustavo Díaz Ordaz. Al novelista jalisciense le pesó mucho la sombra de Torres Bodet y el conflicto estudiantil del 68 con el que tuvo que lidiar. Sin embargo, durante su gestión empezaron las transmisiones de las primeras telesecundarias, enfocadas a los pueblos aislados que difícilmente tienen acceso a las escuelas regulares.Quien sí tuvo una labor destacada, comenta, fue Víctor Bravo Ahuja, a cargo de la SEP durante todo el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976). Promulgó una nueva Ley Federal de Educación, reformó planes y programas de estudio en educación básica, renovó los libros de texto gratuito –los llamados “libros de segunda generación”–, dándoles un contenido progresista y crítico.“Bravo Ahuja tuvo la fortuna de que, durante su gestión, se aumentaron considerablemente los recursos a la educación”, dice Arnaut.Igual le ocurrió a Fernando Solana, al frente de la secretaría durante parte del sexenio de López Portillo y en los mejores años de la bonanza petrolera. Comenta el investigador que “con Solana se dio el primer impulso a la educación preescolar y se crearon las 31 delegaciones estatales de la SEP, con lo que ésta se fortaleció”.Pero señala que Miguel González Avelar, secretario de Educación en tiempos de Miguel de la Madrid, impulsó una postura muy “conciliadora” con el SNTE, al que le “entregó espacios” que la SEP había recuperado para sí. Después, ya en el sexenio salinista, a Manuel Bartlett le tocó afrontar el conflicto magisterial que terminó con la caída del líder Carlos Jongitud y la llegada de la maestra Elba Esther Gordillo a la dirigencia del SNTE.Ernesto Zedillo, quien también había sido titular de Educación durante el salinismo, llegó a la Presidencia de la República y dio “una fuerte continuidad a la líneas reformistas” del sexenio anterior.Arnaut señala que, en 2000, cuando el PAN ganó la Presidencia con Vicente Fox, “muchos temían un cambio traumático y radical en la política educativa, ya que históricamente el PAN es el más severo crítico del artículo tercero constitucional, de la educación pública y laica y de los libros de texto. Pero Fox, contra todos los pronósticos, dio continuidad a la política educativa”.
–¿Por qué no daría el golpe de timón?
–Sobre todo, influyó la designación de Reyes Tamez como secretario de Educación para que no se haya dado un cambio traumático. Tamez no era el típico político panista, sino un académico que provenía de la Universidad Autónoma de Nuevo León, de la que fue rector, y dejó las principales subsecretarías en manos de personas con experiencia en el ámbito educativo. Señala que el “cambio significativo” en materia educativa lo vino a dar más bien Felipe Calderón, el segundo presidente panista, al poner a Elba Esther Gordillo y a su sindicato “en un primer nivel” dentro de la administración educativa federal.“Debido a una alianza político-electoral de alto nivel entre Calderón y Elba Esther, el presidente entregó al sindicato la Subsecretaría de Educación Básica, que hoy ocupa ni más ni menos que el yerno de Gordillo. Con esto, quedaron atados de manos los dos secretarios de Educación que, hasta ahora, ha puesto Calderón: Josefina Vázquez Mota y Alonso Lujambio.”
–¿Las componendas políticas entre Calderón y la maestra repercuten en la calidad educativa?
–La omnipresencia del sindicato en la administración educativa dificulta la construcción de un proyecto en educación. Hace más difícil la construcción de consensos y las negociaciones con gobernadores, investigadores, maestros y autoridades educativas estatales. Todo se realiza bajo una mayor tensión.Indica que el último alarde de poderío de Elba Esther es la transmisión de Todo el mundo cree que sabe, el programa televisivo de concursos que trasmite Televisa y es pagado por el SNTE. “Ese programa tiene más una intencionalidad política que educativa. Y, en todo caso, suplanta una iniciativa que debió salir de la SEP, no del sindicato”, dice Arnaut. A diferencia del México rural y analfabeta que le tocó a Vasconcelos, recapitula, “hoy tenemos un país urbano y alfabetizado, con una tasa promedio de ocho grados de escolaridad. Es un cambio radical”. Sin embargo, indica, han aparecido nuevas formas de exclusión: “Están los marginados urbanos, las grandes masas que emigran de un lado a otro del país y necesitan recibir educación, la población indígena que ya no sólo se encuentra en zonas rurales, sino también en las grandes ciudades. Hay una diversidad social, cultural y étnica que necesita atención educativa.”