
Documental sobre los primeros 25 dias de acampada de los "indignados" del movimiento 15-M en la plaza: "La Puerta del Sol" de la Ciudad de Madrid, España.
Excelente documental del año 2011, del director Adriano Morán.
http://youtu.be/CHsu54CzYmQ
MÉXICO, D.F., 13 de mayo (apro).- Los muertos de San Fernando, Ciudad Mier y Valle Hermoso, Tamaulipas. Los de “La Bestia”. Los de Monterrey, Nuevo León. Las fosas clandestinas de Durango y Zacatecas. Los huérfanos de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Los inmigrantes masacrados en el corredor Guatemala-Chiapas-Veracruz-Tabasco-Tamaulipas. Los del corredor Chiapas-Oaxaca.
Los ejecutados en Sonora y Sinaloa. Los granadazos en los centros comerciales de Nayarit. Los asesinatos en la zona de La Laguna. Los cuerpos destazados de Guerrero y Morelos… Esa es la realidad que hoy vive México.
En los medios informativos no aparece todo lo que en el país acontece. Las comunidades lejanas no sólo están abandonadas, también están incomunicadas. Y de lo que se vive en esos lugares poco o nada se sabe.
Pero nadie como las organizaciones de derechos humanos para conocer y sentir lo que en verdad enfrenta nuestro país. Organizaciones que también padecen diariamente la amenaza y la injuria.
En días recientes, el director de una de estas agrupaciones dijo que aún falta por decir y reportear sobre los llamados “escuadrones de la muerte”, que recorren las ciudades del norte del país. Algunos, acusó, son formados por militares.
Tampoco se habla de las fosas clandestinas “hechas por militares”, sostuvo. Y para mayores datos, señaló que en “la comarca lagunera” hay varias de esas fosas, aunque también hay que hablar de las ejecuciones en los penales, agregó.
Lo anterior es una estampa que se multiplica en diversas zonas del país y que, en resumen, forman parte de los resultados de esta absurda guerra sin razón declarada por Felipe Calderón Hinojosa desde que inició su sangriento gobierno.
En México no hay un estado libre de la barbarie del crimen organizado. No hay tranquilidad en la mayoría de los hogares. No se respira seguridad. La impotencia ya se convirtió en reclamo y, lo peor, la falta de entendimiento del gobierno se ha vuelto odio.
Avasalla el desdén del gobierno, y la inacción de los políticos genera rabia. La complicidad de todos los partidos da vergüenza. El cinismo del secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, cuando afirma que el Instituto Nacional de Migración no es nido de criminales, provoca coraje, inevitablemente.
Los dichos de Calderón y los actos de la clase política (de todos los partidos) demuestran que no escucharon los 70 testimonios desgarradores del pasado domingo 8 en la plancha del Zócalo de la ciudad de México.
El dolor y maratón de tristeza no sólo fue por la desgracia que vivió el poeta Javier Sicilia, fue por todos los que tomaron el micrófono, llegados de todas partes de la República, y que condensaron el corazón desgarrado de México.
Difícil parece revertir ese rencor que, seguramente, anida ya en los huérfanos, en los hijos de militares que quedaron en el desamparo, en las mujeres que perdieron a sus hombres, en los padres a quienes les arrancaron un pedazo de vida.
Hay hombres, pocos, que ante tanto dolor mantienen un corazón amoroso, como Sicilia, pero no todos los mexicanos (los afectados) tienen esa forma de sentir.
Nadie quiere más muertos, nadie quiere más odios. Sin embargo el cinismo y empecinamiento de Felipe Calderón y su gobierno, de Genero García Luna (secretario de Seguridad Pública) y sus hombres, de los grupos criminales y sus seguidores, parece que trabajan en otra dirección.
Educación, programas sociales, valor al ser humano, alimentación, bienestar para todos y no para unos cuantos, salud, trabajo digno, salarios justos, esparcimiento sano y convivencia amorosa… quizá con un poco de todo esto la paz regrese a México.
Pero de la mano de todo ello deberán ir las acciones firmes de un hombre de Estado, de un grupo de personas que con mano justa, afable y calidad social, sea capaz de mirar por el bien del país.
Si hay un gobierno que se atreva a quitar a las televisoras ese poder nocivo, a los empresarios sus privilegios, a la clase política sus canonjías, a meter a la cárcel a los verdaderos ladrones de la paz, entonces quizá México pueda tener un respiro para volver a empezar.
Y si no hay un hombre o un puñado de hombres que puedan hacer todo esto, no hay problema, para eso esta la sociedad misma, que el pasado domingo 8 de mayo, en la Marcha Nacional por la Paz, dio muestras de su poder, incipiente aún, pero poder al fin… y ganas de cambiar la situación.
mjcervantes@proceso.com.mx
MÉXICO, D.F., 12 de mayo (apro).- Las mujeres, gays y vecindario de la delegación Benito Juárez, de la ciudad de México, se citaron en la torre de Comunicaciones (Lázaro Cárdenas y Xola). Desde que llegué las banderas de la diversidad me enseñaron que todas y todos tenemos algún agravio que reportar al gobierno de Felipe Calderón, algún agravio relacionado con la brutalidad en la que estamos viviendo, sufriendo, lamentando haber callado durante tanto tiempo.
Ahora que el poeta y escritor Javier Sicilia, que a pesar de sus buenos sentimientos, su inmenso dolor y esa capacidad creativa que da hablar con la poesía, le puso al ¡Ya Basta! el agregado ¡Estamos hasta la Madre! texto que parece inofensivo y es sexista, tremendamente en un país donde lo que priva es el lenguaje y una profunda convicción machista que ni las feministas pueden rechazar totalmente.
Estar “hasta la madre”, en México significa llegar a un límite, estar hasta el gorro, no aguantar más. Sin embargo, algunas, de las citadas a la esquina de Xola y Lázaro Cárdenas me dijeron que no era grave.
Lo grave es que se produzcan mil 700 asesinatos de mujeres y no pase nada; lo grave es que haya más de 500 desaparecidas en el último año y nadie pueda rendir cuentas, lo grave es el reguero de viudas y huérfanos por esta guerra inútil y confusa a que nos lanzó la presidencia de la República y, a pesar de todo, dirigentes de muchos partidos políticos, gente de buena fama y los así llamados líderes de opinión, no le hayan puesto un hasta aquí a esta situación que nos agobia.
Por eso es tan esperanzador, nuevamente, que la ciudadanía salga por multitudes a las calles de la ciudad de México, a las carreteras, a pueblos, ciudades y comunidades de Chiapas a Nuevo León, de Durango a San Luis Potosí, de México a Berlín, con una parada en Nueva York y otra en Barcelona, que todas las personas digan: ¡Ya basta!
Ahí, en medio de la tremenda y gigantesca marcha por la paz con justicia y dignidad, me encontré con las caras y las voces de la estulticia. Me encontré que de su casa fueron secuestradas, el 6 de enero pasado, cuatro mujeres en Xalapa, Veracruz, antigua ciudad cultural, bellísima y pacífica, donde el chipi, chipi de la lluvia calma los nervios. Cuatro mujeres de clase media, incluso adineradas. Bueno tres y su trabajadora doméstica. Tienen por nombres Josefina Campillo de 49 años, Johana Monserrat Castro de 23 años, Karla Verónica Castro de 20 años y Araceli Utrera, la trabajadora doméstica.
Y nadie contesta dónde pueden estar, el ministerio público callado, la angustia del padre y marido, Carlos Castro, le ha quitado kilos y aumentado años desde el suceso.
Hallé rezando a una religiosa, que es de las madres benedictinas/guadalupanas, mortificada e indignada porque a su madre y a una hermana las mataron desde el 15 de diciembre y no sólo nadie le informa sino que la casa familiar fue sellada por las autoridades y sus cinco hermanos y hermanas no pueden entrar, nadie investiga.
Increíble, la religiosa de nombre Angélica María Robledo Álvarez, me contó cómo fueron muertas su madre Martha Álvarez y su hermana Blanca Robledo. Primero me dijo que el crimen organizado se las llevó y luego me contó que seguramente ello tiene relación con que Blanca estaba organizando un sindicato campesino en San Luis Potosí, lugar donde fueron asesinadas. Represión, le dije, y se le llenaron los ojos de lágrimas y ya no me dijo más, seguro sabe quién es el funcionario o el cacique involucrado.
Luego me encontré a Margarita Rosas Santillán, que vino de Durango a la marcha y que hace dos años está buscando a su sobrino "levantado" y sin huella. Me dijo que nadie le abrió todavía un expediente y las autoridades como si nada.
Lo más grave es que en la marcha iba una familia de Tulancingo, Hidalgo, que me contó que el 27 de marzo pasado, su hijo fue decapitado. Se llamaba Leonardo López Sevilla y las autoridades les dijeron que era un delincuente, y no se investiga nada sobre los responsables del hecho.
Vi cómo una hermana de Elvia Zúñiga llevaba una manta larga, pidiendo justicia, porque Elvia, profesora de 49 años, fue asesinada de 33 puñaladas por un exalumno, el caso está en veremos, aunque tienen al delincuente, porque han dicho que Argelia González, está mal de la cabeza al pedir que se certifique que el asesinato de la maestra es un feminicidio.
En fin, ahí en la marcha pude verle el rostro a la estadística, esa de las asesinadas y desaparecidas, que forman parte de los miles de casos con número que manejamos para darle un realce al tamaño del crimen.
No puede ser, de pronto se me aglomeró toda mi emoción en la garganta cuando la religiosa me contó cómo mataron a su madre y hermana, una hermana luchadora social, la definió, y vi el cartel que recuerda el caso de Betty Cariño, asesinada durante una caravana pacífica que se dirigía a San Juan Copala, en Oaxaca, y observé que todas se movilizan por que se encuentre a los culpables de su asesinato y no vi a nadie, más que a tres monjas, con la hermana de Blanca, con un poco de temor porque era la primera vez que se atrevían a denunciar lo que pasa en San Luis Potosí.
Me dio una ternura infinita ver al ingeniero civil que busca a su mujer e hijas secuestradas en Xalapa. En el Zócalo, escuché a una madre, a otra, vi a un padre retorcer el periódico y recordar cómo se llevaron y mataron a su hijo...
Entonces entendí que ya hay muchos agravios que sólo la estúpida distancia entre los que mandan y el pueblo puede nublar, desaparecer, no importar, darles lo mismo. Vi con claridad que es inútil, que en México hemos perdido el sentido humano y de la vida, que ello es algo que reta, que entristece, pero que fortalece el espíritu para no desviarse.
Tan importante el rostro y el dolor, si no es plañidero, como los números estadísticos, el resumen, el análisis global de lo que pasa.
Tal vez la movilización del 8 de mayo no sea inútil, ojalá que realmente se organice la ciudadanía para reconstruir el tejido social, para hacerse cargo de lo que a cada quien toca en esta devastada nación, empobrecida, doliente, a la que le hace falta la dignidad, tanto como el empleo y las oportunidades.
Pero también le hace falta un verdadero valor, como el de los hombres y mujeres que son protagonistas de los cambios y empeñan en esos cambios sus propias vidas, no su puesto o su aspiración de poder temporal y estrictamente personal.
saralovera@yahoo.com.mx
un problema social que debe combatirse con educación, trabajo, salud y deporte, En la imagen, Javier Sicilia en la marcha por la paz.
Si se legalizara la droga, México sería un paraíso de criminales
, declaró el pasado miércoles el licenciado Felipe Calderón Narcofosa, en cumplimiento de una cláusula de su contrato de trabajo que lo obliga a negar la realidad con la de todos los medios de incomunicación electrónica y a vivir con tapones de cemento en los oídos para no escuchar los gritos, ya ensordecedores, ya insoportables, del dolor social. Ese dolor que el domingo, en el Zócalo, a pesar del solazo y del calorón, produjo continuas lloviznas de lágrimas. De lágrimas que todavía no se secan y siguen quemando la garganta.
Hace cuatro sábados, una familia del estado de México disfrutaba comiendo mariscos en un restaurante de Acapulco. De pronto recibió un narcomensaje. Éste llegó bajo la forma de una botella de güisqui. La manda aquel señor
, les dijo el mesero. Minutos después, el generoso que se había tomado la molestia de enviarla se acercó al padre y le pidió permiso para sacar a bailar a su hija, una niña de 15 años. El padre se negó. Óyeme bien
, le advirtió el generoso: Esta mujercita es mía.
Vámonos
, dijo el padre. La familia regresó al hotel donde pasaba las vacaciones. Entre todos empacaron a las carreras y salieron a bordo de un coche rumbo al DF. Al cabo de una hora, dos camionetas los obligaron a detenerse. De ellas bajaron hombres armados con rifles. El generoso encaró al padre. Te dije que esta mujercita es mía pero no me creíste. Ora me la vas a entregar o mato a toda tu familia delante de ti.
La niña está desaparecida desde entonces. El breve episodio que tal vez terminó con su breve vida –que todos los dioses y todos los diablos se confabulen para que vuelva sana y salva– no fue relatado el domingo en el Zócalo, donde al menos 57 personas de todo el país, durante más de cuatro horas, contaron a gritos, y muchas de ellas llorando, sus propias tragedias. Historias espeluznantes y abominables, en las que destacan como elementos comunes a todas ellas tanto la corrupción de las autoridades locales, estatales y federales, como la ineptitud de la policía, del Ejército y la Marina, y de los soldados azules de Genaro García Luna, la nueva estrella del canal de las estrellas.
La única voz cargada de optimismo y de esperanza, en aquella asamblea pavorosa de la que miles y miles salimos destrozados –pero también transformados por la luz de la indignación–, fue la del representante de la Policía Comunitaria de la Montaña de Guerrero, una de las regiones más peligrosas de México hasta que los habitantes de aquellos pueblos asolados por bandidos y militares, hace 15 años decidieron encargarse de su propia seguridad y se armaron y uniformaron, como corporación civil, para restablecer la paz pública: un ejemplo que sin duda habrá que imitar a escala nacional cuando caiga este régimen asesino, que empieza a hundirse bajo el peso de sus decenas de miles de crímenes.
¿Por qué está sucediendo lo que está sucediendo? En 1996, según el Banco de México, 75 por ciento del dinero depositado en los bancos del país estaba concentrado en sólo 2.5 por ciento de las cuentas de ahorro, mientras 97.5 por ciento de las cuentas restantes se repartían el 25 por ciento del dinero. Hoy, hoy, hoy, 0.18 por ciento de la población mexicana (alrededor de 260 mil personas) posee 42 por ciento del producto interno bruto, es decir, casi la mitad de la riqueza que generamos anualmente más de 100 millones de mexicanos.
Tamaña desigualdad, aunada a la perversidad de George WC Bush y de Hillary Clinton y a la estulticia de Fox, Calderón y el equipo gobernante
, nos llevó a la narcodictadura pero empieza a mostrarnos el camino hacia la libertad. Pensemos en los volcanes. Cuando la lava no puede salir por la boca del cráter, empuja por aquí o por allá hasta que encuentra el punto débil que le permite abrirse paso a la superficie.
Las grandes reservas morales del pueblo de México –la dignidad, la bondad, la nobleza, el espíritu solidario, la decisión de luchar pacíficamente, el anhelo de cambio que ya no admitirá una nueva postergación hasta 2018, los proyectos en algunos puntos coincidentes y en otros contrapuestos, las experiencias de militancia y de conducción política– son los ingredientes de la lava que, en estado de ebullición, se organiza para brotar desde el fondo de la tierra.
La lava que acumula y multiplica el Movimiento Regeneración Nacional, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, intentará subir al poder por la boca del cráter el día de las elecciones presidenciales de 2012. La otra lava, la que nutren con su dolor las familias destrozadas, y que es también mi dolor y el de millones que lloramos con y por ellas, la conduce Javier Sicilia y trata, no de llegar al poder sino de transformarlo por medio de la resistencia civil pacífica. Uno de los hechos más positivos del histórico mitin del domingo pasado es que entre ambos líderes hay coincidencias esenciales: los dos sostienen que la lucha contra la droga no provocará sino más muerte y destrucción mientras siga siendo concebida como un problema policiaco y militar, y no como un problema social que debe combatirse con educación, trabajo, salud, deporte y (agrego yo) los infinitos placeres que se derivan de la creación y la recreación artística.
La segunda coincidencia entre AMLO y Sicilia (y quizá la primera entre millones de mexicanos y millones de franceses) es la destitución de García Luna, un trofeo que Calderón de ninguna manera puede entregar porque Sarkozy de inmediato solicitaría su captura y su extradición a París. García Luna, bien lo señaló Magú, transformó la Secretaría de Seguridad Pública en un set de Televisa, y construyó el más formidable búnker subterráneo de todos los tiempos, mismo que –nos lo informó Enrique Galván Ochoa– quedó inundado e inservible tras la granizada que azotó al DF la noche de hace unos sábados.
Argelia
Serapio Bedoya, el olvidado tonto del pueblo de Tecamacharco, ahora vive en África. “Tengo un alcoholismo de Tehuantepec y vine a este país porque aquí no hay cantinas. Llevo dos años sin chupar. Además, me enamoré de Argelia desde el primer momento. Pero te escribo por otras razones. El próximo 25 de mayo se cumplirán exactamente 100 años de la renuncia de Porfirio Díaz. Por otra parte, Javier Sicilia busca un lugar para construir un muro en recuerdo del holocausto calderónico. Y supe que algunos activistas del colectivo que pinta las fuentes planean un festival artístico para el 28 de mayo, ante la narcofosa donde Calderón quiere levantar la narcotorre en memoria de Luz y Fuerza del Centro.
La idea, me cuenta un amigo pintafuentes por Facebook, es celebrar los 100 años de la caída de Díaz y pedir la de García Luna con espectáculos de teatro, pintura, escultura. Diles que además hagan una gran ofrenda de flores y serpentinas en honor de los caídos, y que haya música de jaraneros y cante el coro de la UACM. Pero, sobre todo, diles que inviten a Javier Sicilia y le pidan que, en nombre de todos los que estamos hasta la madre de la guerra estúpida, decrete que en ese lugar, en vez de una columna imbécil y pretenciosa recubierta de cuarzo brasileño pulido en Venecia (¡hazme el favor!), habrá un jardín y una lápida que guarde para siempre los nombres de los 40 mil muertos, y de los que mueran hoy, y los que mueran mañana, y pasado mañana, y luego, y más tarde, y aún después...
derrocarlomediante una
insurgencia civil y pacífica
insurgencia pacífica
cambio del rumbo económico, político y social. La manifestación fue convocada por el Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética, el cual llamó a construir un acuerdo para que el país recupere su crecimiento y vida digna Foto Carlos Ramos Mamahua.
Cambio de rumbo económico, político y social del país
, exigieron al gobierno de Felipe Calderón cientos de gremios obreros y campesinos en la megamarcha que realizaron al Zócalo capitalino, donde el líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Martín Esparza, llamó a iniciar una insurgencia civil y pacífica
en todo el país para enfrentar a una administración que sólo miente a la nación; mientras el dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Gerardo Sánchez, señaló que es preciso derrocar a este gobierno
.
La marcha –también convocada contra la escalada inflacionaria por las organizaciones que integran el Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas– tuvo amplia respuesta. Llenó la plancha capitalina, colapsó avenidas como Reforma, se acompañó de movilizaciones campesinas todo el día, aglutinó a unos 40 mil obreros y trabajadores del campo –de acuerdo con los organizadores– y logró un consenso entre las organizaciones para construir un gran acuerdo
por la transformación del régimen.
A las cinco de la tarde en punto partieron del Ángel de la Independencia trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del SME, así como integrantes de los sindicatos minero, de Nacional Financiera, de Bancomext, de Banobras, de pilotos, de sobrecargos, de tranviarios, del Colegio de Posgraduados y de Chapingo, entre muchos otros gremios.
Moderar la opulencia
Mientras, desde el Monumento a la Revolución y la avenida Hidalgo se adelantaron al Zócalo campesinos de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, la CNC y la Coalición Nacional de Organizaciones Rurales Populares, así como integrantes del Frente Popular Francisco Villa y decenas de organizaciones más.
Con expresiones como repudio al mal gobierno
, freno a la carestía generalizada
, reducción de tarifas eléctricas
, “alto a los gasolinazos”, rechazo a la reforma laboral
y coros contra el gobierno de Felipe Calderón, marcharon por las calles Juárez y Cinco de Mayo.
Las mayores mantas las llevó esta vez la Confederación Regional Obrera Mexicana –organización corporativa que se unió a la marcha–, en las cuales pidió una ley fiscal que modere la opulencia de algunos sectores
. También se unió un contingente de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos. Ambas participaron por primera vez en una movilización como la de ayer.
Ya en el Zócalo, Martín Esparza dijo que los sectores obrero y campesino están frente a un gobierno que no oye
y al que no le interesan los mexicanos.
Esta administración ha agredido a todos los sectores, quiere entregar el petróleo, el gas y la electricidad a las empresas extranjeras y, sobre todo, le miente al país, aseveró.
Le quedan pocos meses a este gobierno, pero debemos derrocarlo, como lo hicieron en Túnez y se está haciendo en Egipto. Debemos levantar la insurgencia civil y pacífica en todo el país.
El mensaje central fue leído por el líder del Sindicato de Trabajadores de la UNAM, Agustín Rodríguez, quien señaló que el consenso de este movimiento es cambiar el rumbo del país, modificar el modelo actual y construir un gran acuerdo entre sectores para crear un esquema de desarrollo incluyente.
Agregó que para los sectores obrero y campesino independientes, el eje orientador es garantizar los derechos humanos de todos los mexicanos, la inclusión social, el equilibrio entre los poderes y la democracia participativa.
La demanda de los sectores es implementar políticas que permitan la recuperación del crecimiento, la promoción del empleo digno y, sobre todo, que se frene el baile de sangre
.
Así, exigen que los efectivos del Ejército y la Marina regresen a los cuarteles, según plasmaron en el documento único que se leyó en dicha explanada, donde la CNC sostuvo que en las cámaras de Diputados y de Senadores el movimiento va a tener aliados para derrocar al gobierno
.
Los campesinos, dijo Gerardo Sánchez, líder cenecista, están indignados, al igual que la sociedad civil, por los agravios, los incrementos de precios a la canasta básica, las gasolinas y demás energéticos, así como por las medidas antipopulares de este gobierno de derecha, por lo que no descansaremos hasta derrocar a este gobierno arbitrario
.
Alertó que si no se toman las medidas correctas se va a generar un estallido social
, ya que el pueblo no puede aguantar más tanto agravio, por lo que llamó a este movimiento a unificar la lucha para defender a los sectores pobres y olvidados. Vamos por un nuevo modelo económico
, insistió.
La movilización terminó con el Himno Nacional, pero antes se oyeron en el Zócalo coros iniciados por el SME, que rápido repitieron todos: muera el mal gobierno
, no pagues luz
y no más sangre en el país
.
Saldo blanco
La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal no reportó ningún incidente mayor durante las manifestaciones.
De acuerdo con las cifras preliminares, en los distintos contingentes participaron alrededor de 22 mil personas, las cuales bloquearon principalmente avenida Reforma y todas las calles que llevan al Zócalo.
Los elementos de tránsito tuvieron que abrir un carril de contraflujo sobre Reforma para permitir el paso de vehículos que se conglomeraron por kilómetros debido al paso de los manifestantes. Esta vialidad quedó abierta totalmente casi a las 17 horas.