Con la innegable presencia de Felipe Calderón a través de sus
incondicionales en la fracción parlamentaria del PAN en el Senado, este
partido se ve inmerso en una pugna por el dinero que le corresponde como
grupo legislativo y por el poder que le puede significar la cercanía a
los proyectos del actual presidente de la República, que es miembro… del
PRI. Panistas del grupo cercano al presidente del partido, Gustavo
Madero, y aquellos encabezados por el excoordinador de la bancada
senatorial, Ernesto Cordero, se enfrascan en una pugna lodera donde lo
que menos importa es la fidelidad a los principios del partido fundado
por Manuel Gómez Morín.
A mediados de abril, Ernesto Cordero, aún coordinador de la bancada
del PAN en el Senado y presidente de la Mesa Directiva, se reunió en
privado con Luis Videgaray, secretario de Hacienda del gobierno federal y
contemporáneo suyo en el Instituto Tecnológico Autónomo de México
(ITAM).
El propósito de Cordero era pedir al gobierno de Enrique
Peña Nieto a través de Videgaray que definiera a quiénes quería como
interlocutores en el Pacto Por México: al grupo de Gustavo Madero–a
quien le quedaban “sólo unos cuantos meses” como presidente del PAN– o a
los senadores que él encabeza en el Senado, a quienes, dijo, “nos
quedan cinco años” en ese cuerpo colegiado.
Desde entonces quedó
claro que la disputa entre corderistas y maderistas en el Senado, donde
el PAN tiene 38 curules, no era por el contenido y el método de las
reformas aprobadas en el Pacto por México, sino por la interlocución
política con el gobierno priista.
Tanto, que ante observadores
internos y externos del PAN el mismo Cordero se proclamó este jueves 20
aliado de Peña Nieto en favor de la reforma constitucional para abrir
Pemex a la inversión privada. Al día siguiente se modificaron los
estatutos de la bancada panista para quitarle el control administrativo y
político a su sucesor, Jorge Luis Preciado.
Cordero, en el papel
de coordinador de facto, pasó por alto la propia regla del estatuto
reformado, según el cual coordinador de la bancada sólo podía hacer y
declarar políticamente acatando la decisión de la mayoría de los 38
legisladores.
En rueda de prensa, sentenció: “Le quiero mandar un
mensaje al presidente Peña Nieto sobre el tema energético (para) que no
se desanime; puede modificar la Constitución y hacer una reforma de a de
veras en el sector energético.
“…Los legisladores del Partido
Acción Nacional estamos dispuestos a resolver de fondo el asunto;
queremos una reforma que verdaderamente genere empleos e inversión en
México; que nos dé insumos energéticos a precios competitivos a todos
los mexicanos y sea verdaderamente una palanca de desarrollo… Entendemos
que para eso hay que hacer una reforma a fondo que necesariamente pasa
por modificar la Constitución”.
Cordero también negoció con
Videgaray, en abril, la aprobación de la reforma constitucional para
regular la deuda de los estados y municipios en el Senado, como cámara
de origen, a pesar de la polémica con los diputados federales.
El
líder de la bancada priista, Manlio Fabio Beltrones, y otros
coordinadores reprocharon a Cordero por invadir, le dijeron, las
facultades constitucionales de la Cámara de Diputados. Pese a ello, la
reforma fue aprobada el 18 de abril con 100 votos a favor, ocho en
contra y cuatro abstenciones.
El senador perredista Mario Delgado,
quien votó en contra, advirtió en tribuna que los cambios constituían
un nuevo “Fobaproa de las deudas” porque “regula endeudamientos que han
estado escondidos” desde la época en que el propio Cordero era el
titular de Hacienda en el gobierno de Calderón.
Para el senador
Javier Corral, uno de los adversarios del grupo corderista, la disputa
que se ha ventilado públicamente en las últimas semanas constituye un
pleito “cínico” por el manejo del fondo de 210 millones de pesos que
distribuye discrecionalmente el coordinador de la bancada, pero también
por el poder y la interlocución política del llamado “calderonismo
residual”.
“El calderonismo residual representa este tipo de PAN
que ya no queremos: el que protesta contra el Pacto por México, porque
los únicos pactos que valen son los que ellos realizan; porque las
únicas negociaciones oscuras son las que ellos encabezan; porque la
única opacidad que defienden es cuando ellos están al mando. Sí, ese PAN
que nos hundió como gobierno y ahora quiere dividirnos como bancada y
como partido”, escribió Corral en su blog Rotafolio.
Cercanía con Calderón
La
fractura al interior del PAN quedó marcada desde la definición de la
lista de candidatos plurinominales al Senado en 2012. Los más
importantes colaboradores del gabinete de Felipe Calderón garantizaron
una posición privilegiada para acceder a la cámara alta, empezando por
el propio Cordero, quien perdió la contienda interna frente a Josefina
Vázquez Mota.
Cordero llegó al Senado con el mismo sello que ha
marcado su vida política: su cercanía con Calderón, a quien conoció en
el ITAM. Ambos fueron alumnos de Georgina Kessel, a la postre secretaria
de Energía calderonista. En 2000, Cordero fue presidente de la
Fundación Miguel Estrada Iturbide, un organismo de asesoría política del
PAN, a propuesta de Calderón; jefe de asesores, subsecretario,
secretario y supersecretario de Hacienda durante el sexenio de Calderón,
y finalmente un frustrado candidato a la Presidencia de la República.
El
primer círculo calderonista recuerda que Cordero se convirtió en el
colaborador más importante y de mayor confianza de Calderón, a raíz de
la muerte de Juan Francisco Mouriño, en el avionazo de 2008.
En
enero de 2008 Calderón lo nombró titular de la Secretaría de Desarrollo
Social y menos de medio año después, en 2009, lo designó titular de
Hacienda en sustitución de Agustín Carstens.
El equipo de Cordero
comenzó a fortalecerse al interior del calderonismo. Él impulsó a José
Antonio Meade para que llegara a la Secretaría de Energía; a Dionisio
Pérez Jácome como titular de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes; a Alejandra Sota, al frente de Comunicación Social de la
Presidencia.
Ella fue la principal aliada de Cordero frente a los
medios de comunicación. Antonio Vivanco, otro de sus protegidos, quedó
al frente de la Comisión Federal de Electricidad. Como titular de
Hacienda, Cordero participó en el Consejo de Administración de Pemex.
Luego perdió la contienda interna por la candidatura a la Presidencia
frente a Josefina Vázquez Mota, Ese proceso demostró los niveles de
rudeza a los que puede llegar Cordero en pleitos por el poder.
Desconocido
por más de la quinta parte de la población –según la encuesta
Mitofsky–, Cordero se hizo famoso por una desafortunada argumentación
que quería presumir el avance de la clase media en el calderonismo
Así
lo hizo el 20 de febrero de 2012: “Hay familias mexicanas que con
ingresos de 6 mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen
crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela
privada, y están pagando colegiaturas”, dijo.
Reparto en el Senado
El
PAN pasó de primera a tercera fuerza política a nivel presidencial,
pero en el Senado se mantuvo como una débil segunda fuerza con 38
curules, de los cuales poco más de 10 provenían del entorno
calderonista: el propio Cordero, Roberto Gil Zuarth, Luisa María
Calderón, Mariana Gómez del Campo, Gabriela Cuevas, Maki Esther
Domínguez, Jorge Luis Lavalle, Francisco Domínguez y Javier Lozano, este
último como senador de primera minoría por Puebla.
El 13 de
agosto de 2012, Gustavo Madero designó a Cordero coordinador de la
bancada del PAN. En el reparto de las 61 comisiones ordinarias, 18 le
correspondieron al partido; de las cuales 13 se las repartieron los
calderonistas-corderistas.
Gil Zuarth quedó al frente de la
Comisión de Justicia; Javier Lozano, preside la de Comunicaciones; Jorge
Luis Lavalle la de Administración, una de las más poderosas; Gabriela
Cuevas, en la de Relaciones Exteriores; Mariana Gómez del Campo, la de
Relaciones Exteriores de América Latina y El Caribe; Laura Angélica
Rojas Hernández, la de Relaciones Exteriores con Organismos
Internacionales, y el veracruzano Fernando Yunes Márquez, la de Defensa
Nacional.
Al margen de la presidencia de comisiones quedaron
varios legisladores que no son del entorno calderonista, sobre todo
Javier Corral. Incluso, el 12 de septiembre los senadores Manuel
Bartlett, del PT, y del PRD criticaron la exclusión de Corral como
presidente de alguna de las comisiones relacionadas con
telecomunicaciones, radio y televisión, a pesar de su experiencia en el
tema.
La coordinación de los 38 senadores panistas, así como la
presidencia de la Mesa Directiva del Senado –en la que estará hasta
agosto próximo– no sólo permiten a Cordero el acceso a un fondo de más
de 200 millones de pesos, más los recursos extraordinarios, no
auditables, que manejan las comisiones más importantes.
El 24 de
agosto de 2012, recién integrada la bancada, Corral envió a su
correligionario Cordero una carta para establecer el principio de
“máxima publicidad” que permitiera el “desglose de la totalidad de los
recursos que recibe el grupo parlamentario de parte de la hacienda
pública y la forma pormenorizada como la ejerce”.
Corral le
recordó a Cordero que una de las principales quejas de grupos y personas
“fue la de los altos salarios que recibimos los servidores públicos,
pero sobre todo detecté una molestia por los apoyos adicionales y demás
prestaciones que no se trasparentan.
“Además de responder a ese
llamado- expuso Corral–, considero estimado coordinador, que abrir la
información evita también los manejos discrecionales en la asignación de
apoyos y recursos entre senadores de un mismo grupo parlamentario, que
tanto daña a la unidad y buen marcha del trabajo legislativo”.
La
propuesta de “máxima publicidad” al manejo de los recursos no fue
admitida por Cordero y el bloque de senadores calderonistas. Nueve meses
después, en plena disputa por el relevo de Cordero al frente de la
coordinación, el tema de los depósitos directos de 350 mil a 400 mil
pesos a cada uno de los senadores (16.3 millones de pesos en total), en
una sola exhibición, se convirtió en un elemento más de la fractura
interna.
“Tuits” y gritos
Cuando el
presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, se enteró del encuentro
entre Cordero y Videgaray, decidió remover de la coordinación a Cordero,
según confirmaron a Proceso varios senadores panistas que exigieron el
anonimato. Madero hizo público el anuncio el 17 de mayo.
El
pretexto fue la presunta desobediencia de Cordero a los lineamientos de
la dirigencia nacional panista sobre la reforma política y electoral.
Tres días antes, Cordero apoyó la propuesta de 30 puntos presentada con
su homólogo del PRD, Miguel Barbosa Huerta.
El asunto no era sólo
desobediencia, sino una lucha frontal de grupos. El 18 de mayo, desde su
refugio en Estados Unidos, el expresidente Felipe Calderón lanzó un
tuit con una clara dedicatoria a Madero y contra su decisión de remover a
su antiguo colaborador desde el gobierno de Vicente Fox.
El
ataque contra Madero y los políticos que no formaran parte del grupo
corderista se agudizó desde el flanco calderonista; el más virulento fue
Juan Ignacio Zavala, cuñado del exmandatario. (ver recuadro).
El
17 de mayo, los senadores corderistas: Gil Zuarth, Lozano, Rosa Adriana
Díaz, Francisco Domínguez, Yunes Márquez, Gómez del Campo, Martha Elena
García, Pilar Ortega y Lavalle lanzaron una “cargada tuitera” para
apoyar a través de la red social a su líder.
“La gran mayoría de
los senadores del PAN estamos con nuestro coordinador Ernesto Cordero,
pues los resultados de su liderazgo están a la vista”, escribió Lozano.
Gil
Zuarth, brazo derecho de Cordero y vocero de facto del bloque
corderista en el Senado, afirmó que gracias al exsecretario de
Desarrollo Social “hemos demostrado eficacia. Aprobamos reformas,
ganamos los debates. No hemos regateado nada a México”.
Gómez del
Campo, sobrina de Margarita Zavala y Felipe Calderón, expresó su
respaldo al liderazgo de Cordero: “Concentrémonos para seguir trabajando
por los ciudadanos”, escribió.
Luisa María Calderón, hermana del
expresidente, fue más allá: “Hoy parece que disentir ha de sancionarse.
Mal: la democracia necesita oposición deliberante.
“Ernesto
Cordero es excelente dialogador de los valores y prioridades del PAN,
sobre la mesa, sin engaños, y ganando debates, limpio y abierto”.
La remoción y la judicialización
Frente
a la presión de los calderonistas-corderistas, Gustavo Madero decidió
nombrar a Jorge Luis Preciado –de escasa trayectoria nacional pero leal a
él–, como coordinador de los senadores panistas; lo hizo de manera
atropellada.
Los 22 legisladores corderistas lo desconocieron. Y
comenzaron a preparar una reforma al reglamento interno de la fracción
para quitarle el control administrativo y político a Preciado; evitaron
que removiera a los presidentes de comisiones o tuviera acceso a los
millonarios recursos de la bancada.
El jueves 13, Corral demandó
una auditoría a la coordinación de Cordero porque, dijo, “durante esta
gestión se han manejado recursos de manera indebida, incluso podría
catalogar como desviación de recursos públicos a los allegados al
expresidente Felipe Calderón”.
El escándalo sobre el manejo
irregular de millones de pesos de la bancada se desató cuatro días
después, el lunes 17, en los medios de comunicación. Se confirmó que
Cordero creó “asignaciones especiales trimestrales” (entre 350 mil y 430
mil pesos) que entregó a algunos miembros de la bancada.
Cinco
legisladores corderistas acumularon préstamos por 940 mil pesos: 300 mil
para Roberto Gil Zuath –que fueron un “préstamo personal” a Juan
Ignacio Zavala– y 160 mil para cada uno de los cuatro legisladores que,
con esos recursos, pagaron una “asesoría extranjera” para exigir la
recuperación del dinero que los hermanos Moreira depositaron en Estados
Unidos. Entre ellos estaba Luis Fernando Salazar, cuya hermana trabaja
en el despacho de asesores.
En medio de esta polémica, Preciado
quedó embarcado. Jorge Luis Lavalle, exvicecoordinador administrativo
con Cordero, lo acusó de haber autorizado asignaciones por 430 mil pesos
entre el viernes 7 y el lunes10 por “gestión legislativa”.
Preciado
se defendió echándole la culpa a Cordero. El miércoles 19 lo acusó de
haber autorizado el lunes 10 un “depósito anticipado” por 16.3 millones
de pesos para los 38 senadores panistas. “Yo no autoricé y no tengo nada
qué ver con ese dinero”, respondió Cordero.
Ese mismo día, 23 de
los 38 senadores del PAN se reunieron, al margen de la dirección
nacional del partido, para hacer 17 reformas a los estatutos de la
bancada para quitarle el control financiero, político y operativo a
Preciado.
“Técnicamente se trata de un golpe faccioso a la
institucionalidad partidaria y al nuevo coordinador nombrado por Gustavo
Madero”, dijo Corral, el senador más confrontado con el bloque
corderista; afirmó que ninguna de las reformas aprobadas obliga a una
mayor transparencia y rendición de cuentas en el manejo de los fondos.
Y
se “judicializó el conflicto. El jueves 20, al día siguiente del “golpe
técnico” contra Preciado, agentes judiciales del Distrito Federal
impidieron el acceso a las oficinas panistas en la Torre Azul de avenida
Reforma, al senador Francisco Domínguez, designado por los
corderistas como administrador de los recursos.
Mientras los
corderistas tomaron el control estatutario y político de la bancada, los
maderistas tomaron el control judicial de las instalaciones y pusieron
en un “limbo jurídico” el destino de los recursos, según el senador Gil
Zuarth.
El viernes 21 comentó que el CEN del PAN no tiene
facultades para desconocer la reunión de los 23 senadores y que, en todo
caso, su disputa no es con la bancada sino con Senado, ya que Cordero
es aún el presidente de la Mesa Directiva de la cámara alta.
En un
salto de interpretación jurídica, Gil Zuarth advirtió: “De entrada, el
órgano demandado no es la mayoría del grupo parlamentario sino el Senado
de la República porque fue éste, a través de su Mesa Directiva, la que
ha recibido y ha validado los estatutos que se aprobaron por mayoría del
grupo parlamentario. En consecuencia, deben demandar al Senado de la
República”.