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miércoles, enero 19, 2011

Presentación del Libro La Vía Radical para Refundar la República






El Dr Porfirio Muñoz Ledo presentó hoy su libro LA VÍA RADICAL PARA REFUNDAR LA REPÚBLICA en la Antigua Escuela de Jurisprudencia, comentado por el Presidente Legítimo, Lic. Andrés Manuel López Obrador, por la maestra Ifigenia Martínez, Dr Lorenzo Meyer, Lic. Alejandro Encinas y por el Lic. Genaro Góngora Pimentel.

En LA VÍA RADICAL PARA REFUNDAR LA REPÚBLICA el Dr Muñoz Ledo expone la forma en que el Estado actual está llegando al caos, ya que el sistema electoral ha fallado, la soberanía se ha debilitado, los intereses privados se han colocado por encima de los nacionales, las decisiones estratégicas se han entregado a los extranjeros, la violencia impera, así como la impunidad, la corrupción y la miseria. Vivimos una gran crisis ante la cual el gobierno espurio insiste en defender sus dogmas neoliberales.
Ante este panorama, plantea el Dr Muñoz Ledo, es necesario rescatar las instituciones, devolver el poder a la ciudadanía, redistribuir el poder, cambiar la política exterior, cambiar el modelo económico, instaurar los derechos humanos, la seguridad y la justicia. Se vuelve indispensable buscar una vía que dé viabilidad para la regeneración nacional y la construcción de una ética política.


http://www.youtube.com/watch?v=HB1iIlMyyb4


http://www.youtube.com/watch?v=SpTN_CwkQdA

lunes, abril 12, 2010

Gran Marcha por la Dignidad

Ex braceros de distintos estados de la República participarán en la Marcha por la Dignidad, que se realizará el próximo 10 de abril y concluirá en el Distrito Federal Foto: FOTO ARTURO

CAMPOS CEDILLO

Por increíble que parezca, el Estado mexicano tiene todavía una deuda económica e histórica con miles de personas que hace casi 60 años eran apenas unos muchachos.

Diversos investigadores documentaron que cinco años antes de estallar el conflicto de la Revolución Mexicana de 1910, centenares de jóvenes ya empezaban a irse a trabajar de manera estacional a Estados Unidos (EU).

Descuentos unilaterales

Desde esas fechas la migración internacional, incipiente entonces, estaba muy relacionada con el calendario anual de actividades y festividades de la sociedad rural mexicana. De esta manera, muchos jóvenes iban o venían constantemente de EU para participar de los actos, los ritos folclóricos y las fiestas de las comunidades pueblerinas del campo mexicano.
Por más de medio siglo los mexicanos contaron de relativas facilidades para ir y venir del “otro lado”. Por entonces no había mayor problema, pues los braceros, como tales, fueron reconocidos con ese término a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando EU vio en las crecientes masas de migrantes mexicanos una fuerza incansable de trabajo que lo ayudaría a sostener su naciente economía de guerra.
De acuerdo con diversos datos, al menos 5 millones de connacionales trabajaron en EU entre 1942 y 1966.
Ese periodo coincide con la urbanización del país que fue despoblando ranchos y pueblos y el desarrollo de un modelo económico basado en la sustitución de exportaciones que en teoría fue “estabilizador”.

Agradecido por el trabajo desplegado por los mexicanos, cuando por cierto EU empieza a surgir como una potencia mundial militar y económica, el gobierno de ese país decidió retener el 10 por ciento del salario a todo trabajador migratorio con el fin de crear un fondo de ahorro, con el argumento de que “les sería entregado al momento de regresar a México”.

Dicho fondo se manejó casi en secreto y apenas fue conocido por nuestros paisanos. La mayoría no supo de él. Muchos consideraron tal descuento como normal y especie de impuesto por permitirles trabajar a cambio de no ser deportados. En ese entonces como ahora, los salarios en el “otro lado” estaban casi diez veces por encima de los salarios mexicanos.
Los que supieron de ese fondo deberían acudir al Servicio de Inmigración de EU, pero por su carácter de indocumentados optaron por no hacerlo.

Además, muchos mexicanos apenas sabían leer el español como para entender, ahora en inglés, por qué concepto se les descontaba. Mucho menos tenían los elementos legales para exigir su devolución y ante qué instancia; en un país que poco a poco ya no los consideraba necesarios y que gradualmente empezó a expulsarlos y rechazarlos.

Miseria extrema
El gobierno de Estados Unidos vio como muy positivo entregar ese 10 por ciento global al gobierno mexicano, presidido entonces por Manuel Ávila Camacho, de manera que ese fondo se envió directamente al Banco de México. Pero el gobierno nunca informó cuánto dinero recibió. Fueron cientos de millones de dólares.
Millones de braceros murieron sin saber que les habían descontado ese fondo; y muchas familias viven en la miseria más extrema.
Con el habitual comportamiento y conducta de un priísmo ya sólidamente corporativizado, el gobierno federal decidió malversar esos ahorros. ¿Cuánto dinero se robaron? ¿Qué hicieron con él? ¿Quién se quedó con él? Nadie lo sabe.

Cuarenta años después, integrantes de la Alianza Braceroproa exigieron que el gobierno pagara cerca de mil millones de dólares a 400 mil ex braceros, sobrevivientes de ese periodo en que les retuvieron 10 por ciento de su salario. Pero el gobierno de Vicente Fox desoyó sus demandas. Fue sólo hasta principios del 2004 cuando más de 2 mil integrantes de esa alianza allanaron un rancho propiedad de la familia Fox para que el tema se convirtiera en un problema de interés nacional. Sólo entonces se empezó a conocer de la magnitud del infamante hecho.

Los ex braceros demandaron a la Cámara de Diputados intervenir en las investigaciones para determinar el destino del fondo retenido a los braceros en la década de los años 40, imputar responsabilidades y establecer un mecanismo que reintegre esos recursos a los trabajadores. Poco de eso se ha logrado hasta la fecha.

A mediados del 2004 la Cámara de Diputados aprobó una partida presupuestal especial que implicaba que a cada ex bracero, “sin mayor condición”, se le entregaran 100 mil pesos. Sin embargo, tal cifra fue una mentira, pues se bajó a 38 mil pesos. De un total de casi 100 mil inscritos en un padrón, el gobierno sólo ha reconocido a menos del 5 por ciento.

Pero además, las convocatorias y su procedimiento son humillantes. Por ejemplo, los 38 mil pesos quieren entregarlos en diez años, 4 mil pesos por año.

El gobierno federal de Fox, y ahora el de Calderón, han apostado a que los ex braceros se mueran primero para dar por terminado el problema.

Marcha digna
El próximo 10 de abril, cientos de ex braceros, la gran mayoría de ellos que apenas puede caminar, ver y oír, muchos enfermos; que con su trabajo contribuyeron al desarrollo de nuestra nación, volverán a salir para exigir, a través de una Gran Marcha por la Dignidad, que les devuelvan el fondo que el gobierno priísta les robó y que el gobierno panista les quiere escamotear.

A la marcha se incorporarán ex braceros jaliscienses, que junto con otros provenientes de diversas partes de la República caminarán desde Tepeji del Río, estado de Hidalgo, hasta la ciudad de México. Ojalá que no los hagan regresar con las manos vacías.

domingo, enero 24, 2010

Haití: buen provecho, señor

Miles de haitianos se dieron cita en la plaza Nacional de Puerto Príncipe para despedir con oraciones a las miles de personas que perdieron la vida durante el terremoto


DesfiladeroHaití: buen provecho, señor

Jaime Avilés


Haití, su tragedia (su condición permanentemente trágica, no el terremoto del otro día que la hizo visible de nuevo), es una metáfora de la nuestra. Pero, ¿cuál? No lo sé: al comenzar a escribir estas líneas, lo confieso, no lo sé. Haití fue la primera colonia europea de América que logró su independencia, en 1803. México fue el primer país del continente que se libró de la tiranía imperial de la Iglesia, mediante las Leyes de Reforma que Benito Juárez promulgó en 1850, y fue también el escenario donde, en 1910, se gestó la primera revolución social del siglo XX, casi una década antes que la de Rusia.
¿Y luego? Haití es el país más pobre de América (y el tercero más pobre de la Tierra), pero en 2009 su economía registró un crecimiento de 2 por ciento. México, una dizque potencia emergente, tuvo un retroceso económico de 8 por ciento (el dato exacto se conocerá dentro de pocos días), el peor que ha sufrido desde el crac de 1929. Como lo han ilustrado las imágenes noticiosas de la prensa, el de Haití ahora es un Estado fallido, que de hecho ya no existe: la ONU y las fuerzas armadas de Estados Unidos entraron a suplantarlo. El mexicano también es un Estado fallido, como lo reafirman, día tras día, con su pujanza y fortaleza, las empresas distribuidoras de sustancias ilícitas y las 15 mil muertes provocadas por el gobierno (o lo que sea) de Felipe Calderón, supuestamente para combatirlas.
Con 9 millones de habitantes, de los cuales 7 millones 200 mil viven en la miseria, Haití no se compara con México, donde en una población de más de 100 millones de personas, 60 millones viven en la pobreza y, de éstas, 40 millones no tienen asegurada su comida de mañana. ¿Cuál es, pues, la metáfora? Desde Montevideo, donde ha confesado a sus amigos que quisiera escribir unas palabras de aliento sobre Haití, pero no se le ocurre ninguna, y por lo tanto se limita a enviarnos un abrazo despalabrado, Eduardo Galeano acaba de publicar un ensayo acerca de la efímera democracia haitiana y del saqueo que esa desdichada nación del Caribe ha sufrido desde siempre.
Pues bien, la democracia mexicana nació el 2 de julio de 2000 y murió, sin que nos diéramos cuenta, de inmediato, el primero de diciembre de ese mismo año, cuando Fox asumió la Presidencia de la República blandiendo una imagen religiosa para anunciarnos, entre líneas, que la revancha de los cristeros caídos en la guerra de 1923 sería implacable.Y así nos fue. Con el ascenso del PAN al poder, y al calor del entusiasmo democrático, prosiguió el saqueo tal como era bajo el dominio del PRI, sólo que acompañado de una contrarrevolución ultraconservadora que hoy sueña con quemar en la hoguera, como brujas medievales, a las mujeres que aborten.
Hace 30 años, exactamente en febrero de 1980, estuve por única vez en mi vida (hasta hoy) en Haití. Llevaba semanas en Santo Domingo esperando un giro bancario para regresar a México y de pronto se dio la oportunidad. En aquellos días, los dominicanos celebraban poéticamente el trágico desembarco del patriota Francisco Alberto Caamaño, que a bordo de un yate llamado Black Jack, intentó repetir la hazaña de Fidel Castro en el Granma. Pero no tuvo tanta suerte. El ejército, al que había pertenecido con el grado de coronel, lo esperaba en la costa y lo acribilló junto a sus hombres. No se salvó nadie. En los años 70, finalizada la dictadura de Balaguer, la gente adquirió la costumbre de recordar a Caamaño arrojando claveles al mar para tejer una hermosa alfombra que se mecía en febrero, a la orilla del malecón, con el vaivén de las olas.
Había llegado a Santo Domingo invitado por el periodista Ramón Emilio Colombo, un reportero que en México se hizo célebre con el mote de El Calabazón debido a su ocurrente y calva cabeza. Colombo vivía en el garaje de una casa de buena familia y dormía sobre un colchón en el suelo, de modo que puso otro para mí y me hizo una clara advertencia: “Cada vez que vengas, fíjate si los postigos de las ventanas están entornados; si están entornados, vete a tomar café y demórate hasta que se vaya la jeba (muchacha)”.
Y, en efecto, tres o cuatro veces a la semana, los postigos estaban entornados y la jeba era, además de preciosa o por lo menos muy guapa, siempre distinta: aquella frenética actividad sexual formaba parte de la idiosincrasia del país, era una manera de vivir y la única explicación de por qué yo no ligaba nunca. Excluido del resto de la población por motivos culturales, me incorporé al gueto de los extranjeros en que vivía mi muy querida amiga marsellesa Michélle Jacob, que al igual que Colombo y una inglesa llamada Linda, había pasado unos años en México y decidido probar fortuna en el Caribe.
Un viernes en la mañana, Michélle y yo volamos en un avión de Air France a Puerto Príncipe. Llevábamos, entre los dos, 40 dólares: más que suficiente para turistear tres días. Nos alojamos en un hotel del barrio Caja de Cartón, cerca de la Aduana y del Correo (edificios que ahora, supongo con horror, serán tumbas de escombros) en una zona muy céntrica. La habitación costaba cuatro dólares por noche y el baño estaba al final del corredor, pero para entrar había que saltar una perpetua peregrinación de hormigas rojas, que desfilaban como una columna militar, de 20 en fondo.
No perdimos un instante. Recorrimos la ciudad en tap-tap (camionetas de transporte público pintadas de colores), subimos a Pétion Ville (la Montaña Negra), el barrio de los ricos, las embajadas y la ONU (en cuyos jardines en estos días duermen los periodistas foráneos), entrevistamos a un valiente conductor de radio, que estaba amenazado de muerte por la dictadura de Baby Doc; asistimos al sitio donde los tonton-macoutes (los tíos del saco, es decir, la policía secreta de Duvalier) habían decapitado a un militante opositor, y nos reunimos clandestinamente con dos redactores del semanario comunista Le Petit Samedi Soir (algo así como la pequeña gaceta del sábado).
Compramos muñecos de vudú, para clavarles alfileres y hacerle daño a alguien que nos cayera gordo, y polvos de magia negra y también para el amor. Presenciamos una ceremonia de rarrá (versión ligth del vudú, que se practica sólo durante la Cuaresma); estuvimos en un palenque de gallos; vimos un cortejo fúnebre seguido de una banda de música que entraba a un cementerio pero no caminaba detrás de ningún ataúd, y no nos atrevimos a comer unas extrañas hamburguesas que nos sirvieron en un café, porque al destaparlas para echarles catsup descubrimos que, dentro de la mía, había hormigas vivas, y dentro de la de Michélle plumas de pollo.
Desde que bajamos del avión hasta que nos fuimos de Puerto Príncipe tuvimos en todo momento la certeza de encontrarnos en África central, pero si algo nos marcó, en medio de tanta miseria y de tanta belleza, fueron los niños pordioseros, con sus enormes ojos tristes, que pedían limosna, arracimados a la puerta de los restaurantes, lloriqueando tres palabras insoportablemente irónicas: Bon gout, monsieur! Bon gout, monsieur! (buen provecho, señor).
Tres décadas después, ante las fotografías de prensa que muestran a jóvenes, cuchillo en mano, peleando por comida entre las ruinas de Puerto Príncipe, se me ocurre que a la mejor esa es la metáfora que ando buscando: en México sucede lo mismo, pero aquí los que le arrebatan con ferocidad lo más indispensable a los desamparados son gente finísima, que se viste con trajes de Armani, figura entre los ricos más ricos del mundo, y cuenta con una caricatura de gobierno (o lo que sea) que en todo momento la protege, la apoya y la obedece.
jamastu@gmail.com

Fuente: La jornada

jueves, enero 07, 2010

2010: Indignación, no desesperanza


MEXICO, DF, 4 de enero (apro).- Frente al capitalismo de amigos que ha concentrado la riqueza en una minoría insaciable que ha enviado al infierno de la miseria a más de la mitad de los mexicanos, cuyo más reciente peón es Felipe Calderón, México afronta este 2010 una encrucijada: La fatalidad o el cambio.
La disyuntiva va más allá de los procesos electorales que se desahogarán este año en la mitad de los estados de la República, no sólo porque ningún partido político --menos los de la derecha-- enarbola un programa de auténtica transformación, sino porque a la nación le urge una radical regeneración de su vida pública.
El riesgo de no reencauzar para bien el país no es sólo el “estallido social” del que todo el mundo habla como una posibilidad, pero nadie hace lo suficiente para evitarlo, sino una guerra civil que --como está demostrado en la historia-- es la peor de las confrontaciones por ser entre compatriotas.
Detrás del poder económico y político --el entramado de intereses que impuso y sostiene a Calderón-- está también el poderío militar, policiaco y mediático para la represión contra quienes tienen la convicción de que en México no sólo es necesario sino urgente un cambio auténtico que arranque de raíz tanta simulación.
Está más que claro: De Calderón y de la coalición de intereses que con él cumple medio siglo en el poder sólo pueden esperarse desgracias, como lo acredita la escalada de precios vigente por su vileza de aumentar el precio de los energéticos y sobre lo que ni siquiera tiene gallardía de asumir.
Frente a tal inquina, que tiene polarizada a la sociedad por la profunda desigualdad auspiciada por el capitalismo de amigos que instauró Carlos Salinas desde el sexenio de Miguel de la Madrid --una simbiosis de políticos-empresarios traficantes de influencias--, los mexicanos pueden optar por la desesperanza que adormece o las acciones que nacen de la indignación.
Es falso que los mexicanos estén predestinados a la mediocridad y a la miseria que han impuesto las minorías a través de la historia, prueba de lo cual es que se generaron justamente los movimientos de Independencia y Revolución que este año cumplen dos y un siglo respectivamente.
La prueba de que la transformación es posible lo representa, también, el triunfo de la inteligencia liberal con la Reforma sobre el fanatismo clerical, cuyos herederos son la derecha panista y priista y a menudo también perredista que creen que los mexicanos pueden ser engañados todo el tiempo.
Dicen los viejos que cada cien años el pueblo se enoja. Y sí: Es preferible la ira que la indolencia, la irritación que la mansedumbre, la inteligencia a la estupidez…
Apuntes
Luis Héctor Álvarez, el artífice junto con Carlos Castillo Peraza y Diego Fernández de Cevallos del pacto con Carlos Salinas para legitimar el fraude de 1988 que profundizó el capitalismo de amigos vigente, ha sido degradado otra vez en la alta burocracia. Dejó la dirección de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y ahora encabeza la Oficina para la Atención a Grupos Vulnerables. En lo que ha terminado el único prócer vivo de la derecha… Su sustituto en esa entelequia es Xavier Abreu, a quien Calderón sacrificó haciéndolo perder para entregar el gobierno de Yucatán al PRI como premio a su toma de posesión… Asciende en el gabinete, a la dirección general de gas natural de Pemex, otro amigote de Calderón, Jordy Herrera, quien fue su secretario particular. Es una posición clave para los grandes negocios. El saqueo, pues…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx

miércoles, noviembre 25, 2009

La miseria social y el cinismo del sistema

Ante un sistema político que se cierra cada vez más y acentúa sus tonalidades despóticas, en armoniosa línea de continuidad con las épocas más siniestras y violentas legadas por el priismo, que asimismo invocan a las sangrientas dictaduras militares latinoamericanas que empiezan a levantar la cabeza en Honduras, y cuyo proyecto económico se basa en las formas más salvajes y primitivas de la acumulación capitalista, agudiza la exclusión social, desmantela arbitrariamente los derechos de los trabajadores y condena a la mayoría a sobrevivir en la creciente pobreza y miseria, a la sociedad no le queda más que buscar y construir las alternativas, las formas de organización y los métodos de lucha que sean necesarios, dentro y fuera del régimen, para defender sus intereses y mejorar sus condiciones de vida.



La edificación de una nación cuyo modelo económico anteponga el bienestar de la población sobre los privilegios de la oligarquía local y foránea, la modelación del estado de derecho y la democracia participativa que destruya el régimen presidencialista, cuyo rostro autoritario trata de ser ocultado por las elites a través de los turbios procesos electorales delegativos que involucionan bajo el control del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Verde Ecologista de México y el Partido Nueva Alianza, hermanos de sangre y franquicias de la derecha dominante, y la recuperación de la soberanía nacional, no pasan por el sistema. Nunca serán sus promotores. Un proyecto de esa naturaleza no se gestará voluntariamente en sus entrañas, porque la preservación del antiguo régimen representa la salvaguardia de los beneficios del bloque dominante político-económico. Dicha elite se ha convertido en el principal obstáculo para cambiar el orden establecido.

Los fantasiosos y limitados espacios políticos, electorales y legales que había ganado por la sociedad para tratar de canalizar institucional y pacíficamente sus demandas y movilizaciones han sido emasculados por la bicéfala derecha partidaria. El Estado confesional impuesto por el cogobierno PAN-PRI es aún más intolerante, tiránico: implica un grave retroceso hacia las oscuras cavernas del conservadurismo clerical, comparado al añejo despotismo priista. El avizorado retorno del PRI a la administración de los intereses oligárquicos se montará a horcajadas sobre el Estado que contribuyen a organizar con los panistas desde el Congreso y los estados los caciques de esa organización, los Manlio Fabio, Beatriz Paredes, Francisco Rojas, los Peña Nieto o Moreira.
El sombrío panorama obligará a la sociedad a enfrentar a brazo partido a esas elites para imponerles la democratización participativa y un modelo de desarrollo sustentable e incluyente. Desdichadamente, al sustituir unilateralmente la política de la negociación y el consenso por la imposición, con la fijación de reglas del juego autoritarias, represivas y sangrientas, el bloque de poder nutre los conflictos sociales que llevan al país a un escenario de inestabilidad política descontrolada. Como dejó asentado el filósofo de Tréveris, Carlos Marx, en los estatutos de la Asociación Internacional de los Trabajadores, en 1866: “La emancipación de los trabajadores debe ser hecha por ellos mismos; su sumisión al capital es la fuente de su servidumbre política, moral y material; todo movimiento político debe ser subordinado a su emancipación, su gran fin”.
Deliberadamente, las elites nos conducen inevitablemente a la atroz lucha de clases, a la revuelta social. La imposición de las antisociales políticas fondomonetaristas de corto plazo y las contrarreformas neoliberales, la redistribución del ingreso y la riqueza desde las mayorías hacia el Estado y la nueva oligarquía fabricada desde el gobierno por Miguel de la Madrid y, sobre todo con Carlos Salinas de Gortari, el desmantelamiento y la privatización del Estado y los activos del país, así como la trasnacionalización de la economía, tuvieron como condición el mayor endurecimiento y autoritarismo político. La imposición de la teocracia panista y de su abierto gobierno por y para los grandes hombres de presa, el rescate calderonista del colapsado modelo neoliberal y de la oligarquía, los fallidos esfuerzos por superar la peor crisis económica desde 1932, el ajuste fiscal que los panistas y priistas aplicarán en 2010, el cual aumentará criminalmente el saqueo de los bolsillos de las mayorías, por medio de mayores impuestos y precios de bienes y servicios públicos y privados, y que recortará aún más el gasto destinado a la sociedad, la infraestructura y las actividades económicas de los pequeños y medianos productores, hecho que retrasará la reactivación productiva y agravará el subdesarrollo de México, o la embestida en contra de los trabajadores electricistas, cuyo certificado de defunción será firmado por los congresistas priistas y panistas y, todo indica, por la Suprema Corte, han descansado en la creciente subversión del estado de derecho, la impunidad, la violencia y el terrorismo estatal en contra de la población.
Los calderonistas, los panistas y los priistas justificaron su inequitativa política fiscal como una necesidad para salvar a la “patria”. Sin embargo, el perfil regresivo de la tributación y la manera en que se ejercerán esos recursos evidencian su perversa maquinación. Por un lado, la recaudación no sólo no tocará los ingresos y la riqueza de la oligarquía, sino que les ampliará las concesiones y los subsidios. Por otro, el uso del presupuesto mantendrá intocados los privilegios de la elite política y, como develó cínicamente el diputado panista Luis E Mercado, antaño quintacolumnista generosamente aceitado de Salinas, Zedillo y Fox, desde su mercenario diario El Economista, será el botín de guerra de los legisladores, los partidos y los gobernadores panistas y priistas, y del gobierno calderonista, que idearon, diseñaron y aplicaron las puñaladas impositivas a la mayoría. El gobierno progresista de la capital y sus pobladores sufrirán una agresión adicional: un mayor recorte de su presupuesto, medida con la que la derecha pretende estrangularlos, doblegarlos y someterlos a sus dictados.
El desprecio que le merece la sociedad a los grupos dominantes y que ya no se esfuerzan por ocultar alcanza inauditos niveles injuriosos. En el caso de Calderón es monumental. A Felipe de Jesús, como observó el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, le sobra el tiempo para exhibir impúdicamente su vulgaridad y su servil zalamería en el matrimonio de conveniencia entre el poder y el dinero. Pudo recibir en su búnker de Los Pinos a Javier Aguirre y el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociación, Joseph Blatter, que le entregaron la nueva camiseta del negocio futbolero de Emilio Azcárraga (Televisa) y Ricardo Salinas (Tv Azteca). Pudo viajar a las instalaciones del equipo de Pachuca y compartir con sus dueños la infraestructura que fue levantada en terrenos ejidales obtenidos por medio de engaños. Se le pudo ver feliz en el estadio del equipo Santos, de Torreón, propiedad del oligopolio cervecero Modelo, cuya construcción fue parcialmente financiada por el cacique gobernador priista Humberto Moreira (150 millones de pesos) y el alcalde panista de Torreón (20 millones), dilapidando el presupuesto (Reforma, 12 de noviembre de 2009). Los legisladores panistas y priistas, sin supervisión, les asegurarán más dinero para los usos personales de sus enanos sátrapas. El panista gobernador de Jalisco, Emilio González, podrá seguirle sirviendo con la cuchara grande a la iglesia católica. La ramplonería de Calderón en nada desmerece a la de Vicente Fox.
Pero Calderón no tuvo tiempo para darse una vuelta con los damnificados de Tabasco, 41 mil según el cacique desgobernador priista Andrés R Granier –200 mil según otras fuentes–, víctimas de las criminales políticas públicas federales y estatales. La sonrisa se le trastocó en un feroz gesto de déspota oriental teocrático cuando arrojó a la calle a más de 40 mil trabajadores electricistas pisoteando cuanta ley se le puso enfrente. ¿Qué puede importarle esa chusma, ajena a los palacios aristocráticos, del dinero y los que venden bendiciones y perdones a los nobles y fanáticos corazones? Qué puede afectarle que el salario real de los trabajadores, es decir, descontando la inflación, acumule 19 meses consecutivos de su gobierno con un deterioro en su poder de compra, que al cierre de 2009 acumule 21 y 33 al término de 2010, porque el aumento que se fijará para el próximo año sea menor a la inflación. Qué puede interesarle que el aumento de impuestos afecte aún más su capacidad de consumo, que los empresarios congelen o recorten los salarios y les trasladen sus gravámenes. Quién piensa que le quita el sueño que los desempleados abiertos y encubiertos (la población económica inactiva disponible) y los subocupados aumentaran de 10.2 millones a 12.2 millones entre los meses de septiembre de 2008 y 2009.
Calderón, panistas y priistas no se atribulan porque la pérdida del poder de compra de los salarios y el mayor desempleo y subempleo eran esperados por las políticas económicas que han impuesto a golpes de hacha. La mayor pobreza y miseria social es deliberada, es producto de esas medidas y el ajuste fiscal las agravará. Es el costo asociado del rescate de la oligarquía y las finanzas públicas, de los beneficios de la elite económica y política.
Dichas elites también tienen claro que sus políticas están generando mayor rencor y descontento que pueden desencadenar el estallido social. Y previsoramente preparan los antídotos para enfrentarlos. Por esa razón, los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y empresarial fortalecen al Estado policiaco-militar. Por ello sacaron a los militares a las calles y solapan sus pillerías; fortalecen presupuestalmente los aparatos represivos del Estado; arman a sus escuadrones de la muerte y sus grupos paramilitares; cercenan sistemáticamente los derechos ciudadanos; imponen al indulgente Raúl Palencia, patiño de José L Soberanes, no para que los proteja, sino para que encubra las violaciones gubernamentales y la embestida conservadora, como lo hizo Soberanes; colocan a verdaderos trogloditas en la línea de defensa y que actúan como déspotas orientales: Arturo Chávez en la Procuraduría General de la República (PGR), Fernando Gómez-Mont en Gobernación o Javier Lozano Alarcón en la Secretaría del Trabajo; y posiblemente rescatarán a los almirantes José L Figueroa y Wilfrido Robledo. Los dos estuvieron en la funesta Policía Federal Preventiva. El primero estuvo involucrado en los oscuros sucesos de San Juan Ixtayopan, Tláhuac, donde fueron linchados y quemados tres policías; quizá sea nombrado director del centro nacional de planeación de la PGR. El otro, en la brutal represión de San Salvador Atenco; acaso sea ubicado como jefe de la comisión ministerial del organismo citado. El puño de hierro de ambos está plenamente probado, al igual que su protección desde el Estado.
La guerra de clases declarada por el sistema a la sociedad será aún más despiadada. Será una lucha a muerte, por lo que la sociedad tiene que organizarse para defenderse y elaborar sus estrategias de cambio. La movilización alrededor de los trabajadores electricistas ofrece una posibilidad para intentarlo. El sistema no deja salidas políticas; 2010 será de mayor violencia económica y social sistémica, merced al mayor desempleo, deterioro salarial, pobreza, miseria y delincuencia que las elites nos han recetado.

Morir en la Miseria

* Libro de Contralínea: Morir en la Miseria
* La CEPAL confirma la pobreza extrema
* Gobiernos panistas provocan el deteroiro
* La OCDE estima recuperación hasta 2012

Cuando la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer que México fue el único país de la región en la que se registró un empeoramiento en la situación de la pobreza, con un incremento de 3.1 puntos porcentuales entre 2006 y 2008, lo que refleja los primeros efectos de la crisis económica que se empezó a manifestar hacia fines del año, la falsedad de los discursos de los partidos políticos y la manipulación desde el Poder Ejecutivo de la miseria que lacera al país quedaron al descubierto ante el mundo.
El organismo multilateral de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definitivamente no tiene agenda política que defender y los resultados de su más reciente investigación colocan en el ojo del huracán la crisis de las políticas públicas asistencialistas en el país, pero sobre todo el fracaso y el desastre de un modelo económico que ha colocado a México al borde del precipicio sino es que ya está en el fondo del barranco.
La exposición de la mexicana Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva de la CEPAL, es impecable: después de la década perdida los países de América Latina y el Caribe comenzaron a observar un avance en el combate a la pobreza; es más, con el crecimiento histórico – por cierto – que vivió la región, también los pobres comenzaron a verse beneficiados; incluso la concentración de la riqueza comenzó a ceder. En México, por ejemplo, después de la devaluación de 1994 y más de una década de aplicación de programas sociales, administrados políticamente, los números de la pobreza comenzaron a lucir menos ofensivos para una sociedad caracterizada por la polarización del ingreso y la corrupción.
Pero la triada de crisis: la alimentaria, la financiera-económica y la política, develó que México no está aplicando políticas de fondo y estructurales para combatir la pobreza, y que la información oficial no estaba reconociendo este fenómeno. De acuerdo con la CEPAL, entre 2006 y 2008 aumentó la pobreza, la indigencia y la llamada indigencia sin alza de alimentos. Un panorama muy diferente vivieron países como Brasil, Uruguay, Perú, Costa Rica y Venezuela, en donde estos indicadores cayeron.
Pero ¿qué sucedió con México durante estos años? ¿No fue acaso este periodo el que se se caracterizó por el histórico ingreso de recursos provenientes de los excedentes petroleros? De hecho, la cifra de esa bonanza petrolera frente a los resultados en el combate a la pobreza genera suspicacias: el país recibió más de 100 mil millones de dólares y la pobreza aumenta tres puntos porcentuales. Alguien falló definitivamente y los responsables de la Secretaría de Desarrollo Social definitivamente tienen que rendir cuentas, porque mientras la pobreza aumentó la disparidad en el ingreso se elevó.
Otra vez la CEPAL es contundente en su informé sobre la pobreza en América Latina: México fue el único país que presentó una clara tendencia al deterioro distributivo, con un aumento de 1.2 puntos en la brecha entre quintiles. Entre 2002 y 2008 se apreció una significativa reducción de la desigualdad en la distribución del ingreso en la región. En este período en siete países (de los 18 analizados) disminuyó la desigualdad, mientras que en sólo tres aumentó. México es uno de ellos.
De esta forma, la pobreza en México está perfectamente ubicada y, como la riqueza, tiene rostro y cifras claras. Sin embargo, los gobiernos federal, estatales y municipales se niegan a verlos. Pareciera que la decisión es simplemente declarar a 50 millones de mexicanos inexistentes.
Pero igual como pasó con las declaraciones de los premios nobel de economía, en donde políticos y funcionarios del gabinete calderonista salieron a rechazar y mofarse de los análisis de los expertos extranjeros, no faltará algún panista que en la semana que hoy inicia rechace el informe de la CEPAL, baste decir que también la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) advierte que podría ser hasta 2012 cuando México pueda recuperar algo del deterioro en que lo han metido los últimos dos gobiernos panistas, los de Vicente Fox y Felipe Calderón.
En 2003 los reporteros de la revista Contralínea iniciaron un recorrido por las zonas más pobres del país en seis municipios clasificados por las estadísticas gubernamentales como los de menor Índice de Desarrollo Humano. Allí, hace seis años, confirmaron los descrito aquí: los programas sociales del gobierno foxista –la administración que recibió miles de millones de dólares por los excedentes petroleros– nunca llegaron a su destino, lo que provocó, como ya confirmó la CEPAL, la pobreza se profundizara.
Cuando en 2006 la entonces titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, ahora líder de la bancada panista en la Cámara de Diputados, escribía una capítulo más en su carrera política desde el despacho responsable de atender a los pobres, la historia de la pobreza ya estaba escrita. Por ello, diferimos de la tesis de la CEPAL que asegura que fue la crisis alimentaria y económica la que provocó en México el deterioro de la pobreza: no, es la corrupción gubernamental en complicidad con la iniciativa privada lo que ha motivado mayor pobreza en el país.
México ahora, tan sólo con datos del área urbana, se ubica en el ominoso grupo de países con niveles de pobreza media-alta que incluye a Colombia, Ecuador, México, El Salvador, Perú y República Dominicana, con tasas de pobreza de entre 35 y 50 por ciento. Varios municipios y poblados mexicanos están clasificados en las listas de Naciones Unidas como los más pobres del mundo, apenas iguales a los de la África subsahariana, países con las tasas más altas de pobreza e indigencia.

Morir en la Miseria

Bajo el título Morir en la Miseria, publicado por editorial Océano, empieza a circular esta semana un libro integrado por 15 crónicas periodísticas sobre igual número de poblados sumidos en la pobreza extrema y hasta donde los cacareados programas sociales nunca llegan. Este libro, que recupera las investigaciones realizadas por reporteros de la revista Contralínea, confirma que las administraciones de Fox y de Calderón simplemente olvidaron a aquellos mexicanos en las zonas más alejadas del país, en las regiones montañosas, pantanos y laderas, a donde no llega la televisión y, sí acaso, algunos políticos los visitan para tomarse la foto en busca de votos electorales.
Dice la CEPAL que en América Latina no puede declararse otra década perdida, pero en el caso mexicano es claro que sí se perdió mucho. La titular de la CEPAL, Alicia Bárcenas, sugiere el replanteamiento de los programas de protección social con una visión estratégica de largo plazo y medidas que sepan aprovechar el capital humano y resguarden el ingreso de las familias y los grupos vulnerables.
En México, mientras tanto, se sigue haciendo política partidista y electorera con el presupuesto para simular apoyos a estos grupos vulnerables, a quienes se destinan miles de millones de pesos y nunca les llegan por la corrupción y el desvío de recursos públicos inmersos en una engorrosa estructura burocrática administrativa.
Así, las enfermedades de la pobreza y la violencia se arraigan; la educación languidece y simplemente no llega a los más pobres, la corrupción gubernamental crece día a día y la polarización del ingreso aumenta de la mano de la concentración económica y el poder en sectores clave de la economía como las telecomunicaciones, los servicios bancarios, los autoservicios, por sólo mencionar algunos.
Es un hecho, que el aumento proyectado en la pobreza para 2009 retrasará el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (erradicar la pobreza extrema y el hambre para 2015): de 85 por ciento de avance que registraba la región en esta materia, en 2008 se caería a 78 por ciento en 2009.
Se espera, agrega el organismo multilateral que ha criticado la persecución a toda costa de objetivos como el control del déficit público, que algunos países experimenten incrementos en sus niveles de pobreza e indigencia mayores al promedio, como por ejemplo México, con una reducción del PIB y el deterioro de la situación de empleo y salarios. Nosotros agregaríamos: “…debido a la corrupción y al domino de los más ricos sobre la economía”.
Entre los gobiernos de la región, reconoce otra vez la CEPAL, se han realizado importantes esfuerzos por aumentar el gasto social. Entre 1990 y 2007 el gasto público social por habitante pasó de un 43 a un 60 por ciento del gasto público total promedio de América Latina. ¿Qué sucedió entonces con México? ¿En qué se aplicaron dichos recursos?
Entre los pobres y los indigentes del país, como lo confirma Morir en la miseria, no hay futuro. La investigación periodística ratifica lo dicho por la CEPAL. Un segundo recorrido de los reporteros de Contralínea, que inició en el segundo semestre de 2007 y concluyó en el primer semestre de 2008, con visitas que se aplicaron a 15 demarcaciones (más de 21, en total), se obtuvieron testimonios de un viaje migratorio de los mexicanos sin futuro en busca de alimentación y vivienda. Ellos se olvidan, por lo tanto, de educación y de salud, lo cual se traduce en una criminal espera de la muerte. El Estado, estamos seguros, tiene una responsabilidad clara y contundente que no está cumpliendo con la mayoría de los mexicanos.
Ese recorrido de los reporteros investigadores de Contralínea abarcó 14 municipios de los estados de Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Chihuahua. Dichas regiones, se confirmó, mantienen índices de pobreza similares a los del África Subsahariana, según estudios del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Sin embargo, no son los únicos que padecen los estragos del empobrecimiento sostenido y, como allí se relata: 125 municipios en México están a punto de ingresar a la deshonrosa lista de los poblados más pobres del mundo. Con estos datos nos preguntamos cuáles son las prioridades que defienden los legisladores cuando analizan la distribución de los egresos: ¿los sueldos de la alta burocracia? ¿Las obras de infraestructura vistosas y políticamente convenientes? ¿De qué hablarán?
oficiodepapel@contralinea.com.mx

viernes, julio 03, 2009

¿POR QUÉ OBAMA, CALDERÓN, LA OEA, CONDENAN GOLPE DE ESTADO?


Pedro Echeverría V

1. La lucha de los pueblos contra la explotación, la miseria y por la igualdad son batallas absolutamente justas, nunca podrán ponerse en duda y de manera automática deben ser apoyadas. Las invasiones, los golpes de Estado, las agresiones, practicados siempre por países imperiales, por militares y por burguesías empresariales y derechistas deben ser condenados y combatidos por los pueblos y debe pedirse la solidaridad mundial para enfrentarlos. Pero, ¿qué pensar y qué hacer cuando los mismos imperios, gobiernos, personajes, que han impulsado las agresiones, que han apoyado la explotación y la miseria, de pronto los vemos des lado de los pueblos? Me parece que siempre es justo preguntarnos lo que quieren conseguir con su nueva actitud.

2. La realidad es que casi todo el mundo hemos apoyado automáticamente, como si fuera “natural”, la condena contra el golpe de Estado en Honduras. Sin embargo, a partir de observar que Obama, el principal representante del imperio y de la guerra que EEUU ejerce en el mundo, de ver el comportamiento de Calderón –el jefe del ejército que llena las calles del país en nombre del “combate del narcotráfico-, de saber del apoyo de la OEA –organismo siempre al servicio de los intereses yanquis-, incluso después de escuchar la adelantada condena de Zapatero, el presidente español al servicio del rey y perseguidor del Herri Batasuna y de la ETA, me he puesto a pensar en que hay algo que se esconde por debajo de ese golpe de Estado que también el pueblo condena en las calles.

3. En las últimas tres décadas he preferido “estar sólo que mal acompañado”; distinto a los políticos que siempre quieren estar con las mayorías para obtener sus apoyos o sus votos. Un dirigente y filósofo chino me enseñó que en los grandes problemas una vez definido correctamente al enemigo de los trabajadores y de los pueblos, “siempre hay que estar contra lo que el enemigo apoya y apoyar lo que el enemigo combate”. ¿Por qué entonces ahora estoy coincidiendo con Obama, Calderón, la OEA y Zapatero? Hasta hace 15 días quienes históricamente han encabezado y organizado los golpes de Estado han sido los gobiernos yanquis; Calderón ha sido un presidente, además de facto, extremadamente autoritario y la OEA el ministerio de colonias yanquis. ¿Qué pasa?

4. La Clinton del gobierno de Obama, ha sido muy enérgica en la condena del golpe de Estado; al mismo tiempo en estos días se ha difundido que los 133.000 soldados estadounidenses serán retirados totalmente de Irak en 2011 y que en las ciudades se limitarán desde ahora a la formación y a prestar apoyo a las fuerzas iraquíes. Serán 500.000 policías y 250.000 militares iraquíes los que se hagan cargo de mantener la seguridad en las ciudades y los pueblos. Parecería que Obama tiene la voluntad de cambiar las cosas, pero, ¿acaso no ha seguido ordenando masacres en Afganistan y al mismo tiempo no ha seguido saqueando el petróleo de la región donde compiten 35 firmas entre las que cuentan los poderosos trust Exxon Mobil, Royal Dutch Shell y Total?

5. Calderón, aunque encabronado en la reunión de Grupo del Río, tuvo que leer –presionado por los discursos de repudio- la condena al golpe de Estado. ¿De dónde puede venir a Calderón – que no sea de Obama- una condena al golpe de Estado por el ejército hondureño si en México mantiene al ejército en las calles, como si fuera un golpe Estado, con el pretexto del combate al narcotráfico después de más de 12 mil muertos? ¿De dónde le puede nacer a Calderón esa condena de “caiga quien caiga”, de “nadie podrá frenarme” si no del carácter autoritario y despótico de su gobierno y del miedo desesperado al desarrollo de una gran oposición? ¿O acaso quiere “rebasar a López Obrador por la izquierda ganándose negociar con el PRI y el PRD?

6. ¿Qué ha sido la OEA en los últimos 50 años para que hoy quiera limpiar su cara condenando el golpe de Estado? Después de la expulsión de Cuba por más de 25 países de la OEA, en enero te 1962, este organismo con sede en Washington, casi desapareció para convertirse objetivamente en un ministerio de colonias manejadas desde la Casa Blanca. Durante esas cinco décadas –bajo las presidencias de personajes escogidos por el presidente de EEUU en turno, la OEA sirvió para condenas cualquier lucha social en América y para legitimar las decenas de golpes de Estado encabezados por la CIA o el Pentágono yanqui. Por eso, la posición de Cuba actual de decir que no regresará a la OEA a pesar de que ahora se lo piden, es totalmente correcta, a pesar de sus amigos.

7. ¿Será que la nueva estrategia política de Obama en Iberoamérica, con el objetivo de recuperar confianza y poder para EEUU, consista en establecer “buenas relaciones” con sus líderes aflojando sus políticas? ¿No es acaso una vieja táctica, muy conocida, del sanguinario lobo de vestirse con piel de oveja? De todas maneras en América, sobre todo del Sur, se ha ido fortaleciendo un gran movimiento de los pueblos ahora encabezados por Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua, al que poco a poco se le han sumados –aunque aún con mucha tibieza- algunos países más. Lo importante es que las batallas clasistas tienden a radicalizar esos movimientos y las acciones de los gobiernos de la burguesía de hacer uso del ejército para reprimir están bien localizadas.

8. No deberemos descansar en nuestras luchas sociales liberadoras, pero siempre debemos estar muy atentos de los movimientos de nuestros enemigos de clase. Estas batallas no son lineales, mucho menos ciegas, en este mundo en que las burguesías explotadoras quieren ponerse la piel de oveja. ¿Pretende acaso Obama y sus lacayos: Calderón, Uribe, Alan García, con su condena al golpe de Estado en Honduras, pasar como buenos gobiernos cuando han demostrado que son enemigos de los pueblos? ¿Pretende Obama por lo menos mediatizar más a Lula, a los Kirchner, a Tabaré, tal como lo ha hecho Bachelet? Batallemos en las calles exigiendo el retorno de Zelaya al gobierno de Honduras, pero no dejemos de observar lo que suceda después.

domingo, abril 05, 2009

México: Gobierno y legisladores legitiman la riqueza y la miseria


1. El cinismo total de gobierno y legisladores para legalizar los insultantes salarios y prestaciones que reciben, es evidente. ¿Por eso dicen que México es un país de cínicos? México con un salario mínimo oficial de 1 500 pesos al mes (100 dólares), lo legisladores aprobaron un salario máximo (el del presidente) de 500 mil pesos al mes (33 mil dólares), es decir, 330 veces superior.En vez de bajar el salario del presidente a 50 mil pesos (salario máximo) y subir el de los trabajadores a 5 mil pesos (salario mínimo) para que la diferencia sea de 10 veces, legitimaron un estratosférico salario que está muy por encima de lo que ganan los presidentes de países de las siete economías más grandes del mundo. Les preguntaríamos: ¿Por qué en vez de joder a México no joden a su muy querida progenitora?
2. Lo grave es que hasta los diputados autocalificados de izquierda, (por ser alumnos del PRI y del PAN) se han acostumbrados ya al despilfarro en restaurantes, viajes y compras en la cuenta del partido o del congreso; se ponen alegres, votan o avalan con su presencia tales atracos contra el pueblo, que es el que crea con su trabajo el presupuesto público. Imaginen nada más: ningún funcionario podrá cobrar más de 500 mil pesos al mes, (más que el presidente) así que los diputados, senadores, presidentes municipales que apenas cobran 200 o 300 mil pesos al mes todavía tienen un margen para subirse el salario. Los trabajadores mexicanos, sobre todo en el campo, ganan menos de un salario mínimo, la mayoría un salario mínimo y los “privilegiados” más de un salario mínimo; pero el promedio es un salario mínimo.
3. En México los funcionarios, cuando declaran los salarios que ganan, acostumbran hablar de su salario base y callan (tramposamente) las compensaciones que por lo general son mayores. También silencian los bonos, los salarios extras por comisiones y los regalos de vehículos, celulares, “igualas”, etcétera. Pero aunado a ello pueden contratar asesores, ayudantes, choferes y servicios personales para sus familias con guardaespaldas, a cuenta del presupuesto público. Además de servicios médicos especiales y en el extranjero, gozan de vales de gasolina e insultantes viáticos en sus viajes en la República y en otros países. Por eso López Obrador ha denunciado que los funcionarios de la Suprema Corte y del IFE ganan más de 600 mil pesos al mes. (100 más que el presidente)
4. Por lo anterior, aunado a toda la corrupción institucionalizada, México es de los tres o cuatro países con mayores desigualdades en el mundo. Mientras aquí en cifras oficiales se reconoce que de nuestros 107 millones de habitantes, el 70 por ciento de la población vive en la pobreza económica y 30 por ciento se encuentra en la miseria y la desesperación, un puñado de ricos (que no llega a cinco mil) acumula cada vez más y mayores riquezas, propiedades e inversiones en bancos, industrias, grandes comercios, en tierras, etcétera. En tanto se reconoce que México ha crecido en sólo 1.5 en los últimos nueve años, que el desempleo se ha incrementado exageradamente y que los salarios que se pagan son miserables, los ricos mexicanos sacan del país miles de millones de dólares para obtener mayores ganancias ante las devaluaciones.
5. Según confiesa la ONU, “pese al considerable crecimiento económico en algunas regiones, el mundo es más desigual que hace 10 años. No seremos capaces de avanzar en la agenda del desarrollo sin atender el desafío de la desigualdad entre los países. Las políticas destinadas a potenciar el crecimiento económico se demuestran insuficientes para detener el aumento en los índices de pobreza. La tendencia está conduciendo a la concentración de la riqueza en pocas manos. El desempleo continúa siendo elevado, sobre todo en la franja de los más jóvenes. Un 47 por ciento de los 186 millones de desocupados en el mundo son jóvenes; millones de personas que trabajan no logran quebrar con la pobreza al no poder superar la barrera del dólar diario”
6. Entre 10 países seleccionados de América Latina, México ocupa el quinto lugar en desigualdad y se ubica entre las doce sociedades más desiguales del mundo. El especialista Miguel Székely señala que México está entre los países más desiguales de América Latina debido no sólo a la desproporcionada concentración en el 10% de la población más rica, sino también por las desigualdades educativas, las diferencias en la participación de la mujer, el número de hijos por familia y las diferentes oportunidades que ofrecen las distintas regiones del país. El problema no tiene que ver solamente con la pobreza extrema sino, fundamentalmente, con la riqueza excesiva. La lucha contra la pobreza pasa por una redistribución del ingreso; la deducción es relativamente fácil: México requiere una reforma fiscal que responda a criterios de calidad y equidad.
7. Ese es el planteamiento científico, pero lo que se requiere en México (después de mil un estudios científicos que se han presentado) es un planteamiento político que permita acabar con esa profunda injusticia en que se ha mantenido el país (durante siglos) a más del 70 por ciento de los mexicanos en las más extremas condiciones de pobreza y desigualdad. No basta tener los estudios, los fundamentos, las propuestas y la razón, se requiere de la fuerza de los movimientos de masas para imponerse al poder de los grandes burgueses y sus aliados nuestras demandas y consolidarlas con acciones. Nos hemos pasado años, décadas, siglos, dominados por la plutocracia de políticos y empresarios, así como por los medios de información a su servicio, que nos han prolongado nuestra miseria con falsas promesas y esperanzas.
8. ¿Cómo es posible aceptar la legalización de un salario máximo de 500 mil pesos al mes para un puñado de altos funcionarios y un salario mínimo de 1500 pesos mensuales para los trabajadores, con una diferencia de 330 veces? ¿Cuándo despertará el pueblo o se dará cuenta que es miserable porque lo mantienen en la opresión, en el engaño y la enajenación? Pero también hay que aceptar que el pueblo no es cobarde por no luchar, sino que simplemente vive cargando una pesada bota, bien cubierta de ideología, que le impide ver su realidad. Mientras la clase política y empresarial le juegan el dedo en la boca con regalos y promesas en tiempos de elecciones, el pueblo “escoge” para “elegir” a los nuevos legisladores y funcionarios que le seguirán saqueando su patrimonio.
Ni modo, hay que seguir luchando con tesón para que el pueblo despierte.