Mostrando las entradas con la etiqueta DIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta DIA. Mostrar todas las entradas

miércoles, diciembre 08, 2010

¿Efecto bumerán de Wikileaks?: Lula y Cristina reconocen a Palestina

Bajo la Lupa
Luiz Inacio Lula da Silva y Cristina Fernández de Kirchner, en la inauguración de la cumbre iberoamericana en Mar del Plata, el pasado 3 de diciembreFoto Reuters

Antecedentes

Se podrá estar o no de acuerdo con el contenido de Wikileaks, fustigar, incluso, sus flagrantes inconsistencias y contradicciones, y hasta amonestar su extraña proclividad selectiva –que beneficia a Israel y lastima tanto a Irán como a las petromonarquías árabes del Golfo y a los países islámicos Afganistán y Pakistán (ver: “¿El Mossad detrás de ‘Wikileaks’ o ‘Wikisrael’”?, Contralínea, Radar Geopolítico, 12/12/10)–, pero es sumamente lamentable y reprobable la detención en Londres del australiano Julian Assange, su director ejecutivo, con el pretexto de un montaje penal sexual en Suecia y que en sus consecuencias primarias flagela la sacrosanta libertad de expresión universal.

Para no regresar a la Edad Media, en este definitorio asunto debemos ser prístinamente volterianos (la difusión de la verdad ante todo).

En medio de la fascinación universal por Wikileaks, un hito de la ciberinformación que exhibe la duplicidad y el fariseísmo de Estados Unidos, en nuestras diversas intervenciones en la tv (con Carmen Aristegui en CNN en Español; con José Buendía en Canal 11, y en Proyecto 40 de Tv Azteca), así como en la radio (Lilia Arellano en Cadena Rasa 6.20 AM; Ricardo Rocha en Radio Fórmula; Mesa de Debate con Nino Canún en Radio Centro), la metodología de mi abordaje consistió en separar el tsunami de la filtración de los cables del Departamento de Estado en dos vertientes: la forma y el fondo.

La forma fue demoledora para la diplomacia convertida en vulgar instrumento de espionaje y con una miseria conceptual y carencia de análisis que exhuma la decadencia de Estados Unidos en su colisión con el mundo entero, al que desprecia conspicuamente.

En cuanto al fondo, poco dimensionado, se otorga una exagerada cuan decisiva capacidad oracular a los cocteleros, que no diplomáticos, de Estados Unidos, por encima de otros canales de “input” informativo, como la CIA y, sobre todo, su ejército (la DIA), cuya colecta de datos alcanza también la cúpula del Consejo de Seguridad Nacional que depura las fuentes y donde el comandante supremo, el presidente Obama, detenta el botón nuclear y decide en última instancia. No hay que soslayar las jerarquías de los sistemas operativos en Estados Unidos, donde su disfuncional Departamento de Estado ha quedado seriamente averiado.

En el rubro del fondo, me atreví a formular que se podía generar un benéfico efecto bumerán, lo cual sucedió durante los dos días de negociaciones sustantivas (An-Nahar, 7/12/10), en las alentadoras negociaciones en Ginebra entre el P5 mas Uno –los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU sumados de Alemania– e Irán, colocado alocadamente como un país maldito, y su presidente Ahmadinejad, calificado en forma absurda como Hitler, por la extraña filtración selectiva de Wikileaks que ha difundido apenas 0.4 por ciento de su material incendiario.

De aquí a febrero, fecha de la reanudación de la fecunda negociación, esta vez en Estambul, del P5 mas Uno con Irán, no se le cumplirán sus anhelos de guerra en territorio iraní al supersionista Joe Isadore Lieberman, de la secta ultraortodoxa israelí y, por añadidura, senador belicoso por Connecticut.

Ya abordaremos a Wikileaks en la perspectiva del Cisne Negro (Random House, 2007), título del libro seminal del portentoso pensador libanés Nassim Nicholas Taleb, sobre el impacto de lo altamente improbable.

Hechos

Con o sin Wikileaks, el calentamiento del frente en el Mar del Sur de China entre Estados Unidos y esa potencia asiática, específicamente en la península coreana y sus alrededores (ver Bajo la Lupa, 24/11/10), ha favorecido el posicionamiento persa en sus negociaciones heptapartitas.

Lula y Cristina Kirchner, mandatarios de las dos principales potencias sudamericanas, aprovecharon la zozobra multidimensional de la diplomacia estadunidense, exacerbada por Wikileaks, para reconocer a Palestina como Estado libre, soberano e independiente, basados en las resoluciones de la ONU de 1967, es decir, con 43 años de atraso, lo cual asesta un severo golpe diplomático al maximalismo bélico de Israel en la fase misantrópica de la dupla Netanyahu-Lieberman (el otro Lieberman: ex guarura de cabarets de Moldova y hoy canciller).

Lula y Cristina, quienes han forjado una excelente relación que seguramente perdurará con Dilma Rousseff a partir de enero de 2011, representan dos excelsos mandatarios de la muy creativa diplomacia sudamericana, que no latinoamericana –debido a la claudicación del panismo neoliberal medieval–, quienes se mueven, cada quien en peculiar manera, en la dinámica del incipiente nuevo orden multipolar.

Celso Amorin, el canciller brasileño tan creativo como su homólogo turco Ahmet Davutoglu, anunció el reconocimiento del Estado palestino en las fronteras anteriores a la ocupación israelí de Cisjordania en 1967, como respuesta a una solicitud epistolar de Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, y que fue respondida positivamente por Lula el primero de diciembre (Press Tv, 4/12/10). Lula aboga sensatamente por la coexistencia pacífica de los dos estados de Israel y Palestina.

El silencio de Debka, presunto portal del tan vilipendiado Mossad, ha sido estruendoso al respecto, mientras Eliot Lance Engel, congresista judío (Wikipedia dixit) en el Bronx (Nueva York), por el Partido Demócrata, criticó duramente a Brasil y a Lula, muy probablemente en representación de los intereses de Israel más que los de Estados Unidos, al unísono de las corrosivas diatribas de la representante del Partido Republicano y refugiada cubana Ileana Ros y Adato-Lehtinen (AFP, 4/12/12).

El reconocimiento de Palestina por el gigante latinoamericano ha exasperado a Israel (AFP, 4/12/10): Israel expresa su tristeza (sic) y decepción (sic) por la decisión del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva un mes antes de su salida, según declaraciones de su Ministerio de Relaciones Exteriores, lo cual, a su juicio, fractura el acuerdo ínterin entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina en 1995 que supuestamente debía resolver el estatuto de Cisjordania y la franja de Gaza mediante negociaciones.

¿No fue justamente Israel quien fracturó el espíritu y la letra de tales negociaciones al emprender su infanticidio contra los palestinos de Gaza (la mayor cárcel del planeta) y al extender su masiva colonización con los jázaros (de origen mongol centroasiático y no semitas) conversos al judaísmo y provenientes de la ex URSS (alrededor de un millón de inmigrantes)?

Inmediatamente después de Lula, Argentina reconoció el Estado palestino, esta vez mediante una carta de la presidenta Cristina Kirchner a Mahmud Abbas en los mismo términos que Brasil (AFP, 6/12/10), leída, en forma asombrosa, por el canciller de religión judía (Wikipedia dixit) Héctor Marcos Timerman, cuya hermenéutica mejor se la dejamos al destacado columnista José Steinsleger.

Cunde el efecto imitativo y el viceministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Roberto Conde, consideró que su país seguiría los pasos de Argentina el año entrante (AFP, 7/12/12).

Conclusión

Sería muy barato reducir la laudable postura de Cristina como una reacción hormonal a las imprecaciones vertidas en Wikileaks sobre su salud mental.

Pero tampoco se puede soslayar el timing –la zozobra diplomática provocada en el Departamento de Estado por las filtraciones– del reconocimiento a Palestina que pronto será generalizado en Sudamérica y al que se sumarán los integrantes del Alba.

Con la notoria excepción de Calderón –hombre ahistórico y sin atributos (para parodiar a Robert Musil), presuntamente controlado por el sionismo financiero global y local–, Latinoamérica vibra con el diapasón multipolar de Palestina.

miércoles, diciembre 01, 2010

El gran centro de espionaje de Washington


http://www.youtube.com/watch?v=5nhoYHLA4f8

El gran espía

Desde el sexenio foxista, México y Estados Unidos acordaron colaborar en materia de inteligencia estratégica. Tras varios años de negociaciones hoy, con la venia del presidente Calderón y pese a las reticencias del Ejército y la Marina, ya operan abierta y libremente en territorio mexicano los agentes de nueve instituciones de espionaje del vecino país. Bajo la cobertura de una denominación equívoca (Oficina Binacional de Inteligencia), el gran centro de espionaje de Washington funciona desde agosto pasado en un edificio ubicado en la avenida Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México, muy cerca de la embajada estadunidense.

Con el gobierno de Felipe Calderón, Estados Unidos logró lo que siempre ambicionó: establecer en la Ciudad de México un centro de espionaje. Y fue el ascenso del narcotráfico en el país el que abrió la puerta a todas las agencias de inteligencia estadunidenses, predominantemente militares, para que operen desde el Distrito Federal sin necesidad de encubrir a sus agentes como diplomáticos.

El establecimiento de la Oficina Binacional de Inteligencia (OBI) fue autorizado por Calderón, luego de las negociaciones con Washington, que inició su predecesor, Vicente Fox Quesada. En los encuentros participó el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Guillermo Valdés Castellanos, sin tomar en cuenta las objeciones de las Fuerzas Armadas.

A través de la OBI, Calderón dio entrada ya a los agentes de inteligencia estadunidenses para que investiguen sin problemas a las organizaciones del crimen organizado y del narcotráfico. Además, pueden vigilar a las mismas dependencias gubernamentales, incluida la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina, así como las representaciones diplomáticas acreditadas en México.

Las instalaciones del cuartel general de los agentes del Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), el Buró Federal de Investigación (FBI), así como de los departamentos de Justicia, de Seguridad Interior y del Tesoro se localizan en el edificio comercial ubicado en el número 265 de avenida Paseo de la Reforma, a unos 250 metros de la embajada de Estados Unidos.

En la OBI es el Pentágono el que tiene la presencia más significativa, pues desde ahí operan la Agencia de Inteligencia Militar (DIA), la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). Le sigue el Departamento de Justicia, también con tres agencias: el FBI, la agencia federal antinarcóticos (DEA) y el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).

Con dos servicios está el Departamento de Seguridad Interior: Inteligencia de Guardia Costera (CGI) y la Oficina de Cumplimiento Aduanal y Migratorio (ICE); mientras que el Departamento del Tesoro tiene agentes de la Oficina de Inteligencia sobre Terrorismo y Asuntos Financieros (TFI).

Además, la OBI abrió dos oficinas “satélites”: una en Ciudad Juárez y otra en Tijuana, donde los agentes estadunidenses comandan “fuerzas de tarea” contra el narcotráfico, con el apoyo de personal mexicano.

Se desconoce el número de elementos de los servicios de inteligencia de Estados Unidos que trabajan en territorio mexicano con la autorización del gobierno federal a partir de la apertura de la OBI, anunciada el 31 de agosto pasado, pues las autoridades mantienen esa información como “clasificada”.

El edificio que ocupa la OBI en el Distrito Federal está a un lado de la Bolsa Mexicana de Valores y forma parte de lo que los servicios de seguridad e inteligencia mexicanos definen como el área de “blancos suaves”, en referencia a la eventualidad de un ataque a intereses de Estados Unidos en México.

En ese punto del Distrito Federal, estratégico para Washington, además de la legación de Estados Unidos y de la OBI se ubican representaciones de empresas trasnacionales, como la Ford, American Airlines y los hoteles Marriot y Sheraton, entre otras.

El edificio donde operan los servicios de inteligencia de Estados Unidos parece un inmueble más en esa zona que alberga bancos, aseguradoras, oficinas de telecomunicaciones y comerciales y despachos privados. Lo único que llama la atención es la entrada y salida de ciudadanos estadunidenses.

En el directorio del edificio aparecen los nombres de las firmas ocupantes hasta el piso 21. Pero a partir del 22 y los tres niveles de penthouse aparece solamente la leyenda “ocupado”. Y en la azotea se observan una veintena de platos satelitales colocados justo encima del logotipo de la empresa de telecomunicaciones Axtel. “Es la mejor cobertura para la operación de las agencias”, dijo una fuente al proporcionar la ubicación de la OBI. La apariencia ordinaria del inmueble es la manera con la cual Estados Unidos suele disfrazar sus centros de inteligencia en todo el mundo.

La recepción y el estacionamiento están resguardados por servicios de seguridad privados, mientras que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal brindan apoyo en el entorno urbano. Además, en las inmediaciones de la OBI el gobierno capitalino colocó cámaras especiales de vigilancia que cuentan con sirenas de alarma para observar los movimientos de peatones y vehículos.

El edificio de Reforma 265 es el más alto del lugar, lo que impide que desde lo alto se pueda auscultar el modus operandi y el despliegue tecnológico de ese cuartel de inteligencia.

El alcance y poder de la OBI en México es similar al del Centro de Inteligencia de El Paso, Texas (EPIC), que data de 1974 y opera exclusivamente para combatir el tráfico de drogas, armas y lavado de dinero en la frontera entre México y Estados Unidos.

Desde el EPIC se han diseñado estrategias contra el narcotráfico y la delincuencia organizada de México. Entre las más exitosas están la Operación Tigre Blanco, que sirvió para investigar las actividades de la familia Hank Rhon en 1997; la captura y extradición, un año antes, de Juan García Ábrego, líder del cártel del Golfo, y el descubrimiento de las narcofosas en Ciudad Juárez, Chihuahua, en 1998.

Subordinación

Rebasado por el narcotráfico, el gobierno de Felipe Calderón aceptó el establecimiento de la OBI en México a propuesta del entonces titular de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (ODNI), el almirante Dennis Blair, quien en marzo pasado acompañó a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, durante su visita de trabajo a México.

Según el acuerdo formal, en la nueva oficina los agentes estadunidenses interactúan con sus contrapartes mexicanos bajo la coordinación del Departamento de Estado y de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

No obstante, en el Ejército y la Marina, donde se considera que la Iniciativa Mérida ha resultado muy costosa para el país, aún se cuestiona la apertura de la OBI aquí.

Para el Pentágono, la marcada presencia de sus agentes en territorio nacional tiene como propósito fusionar los servicios de inteligencia y espionaje de los dos países para identificar y explotar las vulnerabilidades de las organizaciones del narcotráfico y de las bandas de la delincuencia organizada.

Bajo esa directiva, dada a conocer el 18 de marzo último por el general Víctor Eugene Renuart, entonces jefe del Comando Norte, en México se han efectuado varios operativos exitosos contra narcotraficantes.

Desde entonces, las principales acciones contra los capos de la droga han sido las ejecuciones de Arturo Beltrán Leyva, El Barbas; Ignacio Nacho Coronel, y Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta; además de las detenciones de otros capos, como Édgar Valdez Villarreal, La Barbie.

Desde la ejecución del Barbas en diciembre de 2009, los servicios de inteligencia estadunidenses, principalmente la DEA, han mencionado su participación en distintos operativos: contra el propio Arturo Beltrán Leyva; La Barbie; Teodoro García Simental, El Teo –quien disputaba en Tijuana el control de lo que queda de la organización de los Arellano Félix–; José Gerardo Álvarez Vázquez, El Indio o El Chayán, operador de los Beltrán Leyva, y Carlos Ramón Castro, El Cuate, un narcotraficante que trabajaba para varias organizaciones.

Como parte de la necesidad del gobierno mexicano de justificar la militarización de la lucha contra el narcotráfico, el Pentágono ha fortalecido su cooperación con las Fuerzas Armadas mexicanas, especialmente en lo que hace a la inteligencia militar. A principios de 2009, justo cuando el Departamento de Estado y la SRE afinaban los detalles sobre el establecimiento de la OBI en México, el Departamento de Defensa de Estados Unidos intensificó el adiestramiento de militares mexicanos, tanto en México como en varias bases militares estadunidenses.

El entrenamiento ha constituido un hecho sin precedente en la historia de las relaciones militares entre los dos países. Por primera vez, el Pentágono ha desplazado desde Irak y Afganistán al centro de México a sus oficiales especializados en ataques a grupos insurgentes y terroristas.

Los cursos que imparte el Departamento de Defensa se concentran en operaciones de inteligencia y ataque al narcotráfico, aplicando tácticas contrainsurgentes y antiterroristas, como lo ha hecho en los dos países asiáticos.

Además de los cursos que se imparten aquí, se ha incrementado el número de efectivos de Fuerzas Especiales del Ejército, Fuerza Aérea y la Marina que asiste a cursos de capacitación especializada en labores de inteligencia en bases militares estadunidenses. El propósito es que a su regreso a México ese personal pueda entrenar a más elementos.

Los enlaces

La principal muestra de esa cooperación es la presencia, por primera vez en la relación bilateral, de un miembro del Ejército Mexicano como “enlace” entre las Fuerzas Armadas en la base central del Comando Norte, en el estado de Colorado, según confirmó a Proceso la oficina de prensa de ese comando.

El diario The Washington Post publicó el miércoles 10 en su primera plana una nota en la que informaba que ese enlace también opera como comandante adjunto del Instituto para la Seguridad y la Cooperación del Hemisferio Occidental en el Fuerte Benning, en el estado de Atlanta. De los sesenta a los ochenta, esas instalaciones albergaron a la llamada Escuela de las Américas, que pasó a la historia como centro surtidor de dictadores latinoamericanos, que se caracterizaron por la sistemática violación a los derechos humanos.

Un funcionario estadunidense, quien declaró al Post bajo condición de anonimato, afirma que, ante la gravedad de la narcoviolencia en México, “hemos recibido la instrucción directa del presidente (Barack Obama) y al más alto nivel, de realmente analizar qué más se puede hacer en esta cooperación antinarcóticos” con México.

El establecimiento de la OBI implica que, por primera vez en la historia de México, la vigilancia, supervisión y calificación del trabajo contra la delincuencia organizada de dependencias del gobierno federal, incluidas las Fuerzas Armadas, recae en parte en funcionarios extranjeros.

De acuerdo con el documento que dio a conocer la Casa Blanca el 25 de marzo de 2009 sobre la creación de la OBI, la oficina también se encarga de vigilar el buen uso de los recursos que Washington proporciona al gobierno de Calderón para combatir el narcotráfico a través de la Iniciativa Mérida.

“Estaremos coordinando regularmente nuestros esfuerzos con el gobierno de México por medio del Grupo de Contacto de Alto Nivel (conformado por los gabinetes de seguridad de los países), que a su vez se relacionará con los nueve servicios de inteligencia responsables de supervisar la aplicación de la Iniciativa Mérida”, se dice en el documento difundido por la Casa Blanca (Proceso 1693).

Y agrega que, por el lado mexicano, forman parte de la OBI el Cisen, la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública federal.

Un año más tarde, el 23 de marzo de 2010, Hillary Clinton anunció durante su visita de trabajo al Distrito Federal, en el marco de la puesta en práctica de la Iniciativa Mérida, el establecimiento de dos “programas pilotos” en los corredores Tijuana-San Diego y Ciudad Juárez-El Paso.

Los dos gobiernos informaron en un comunicado conjunto que, en el caso de Ciudad Juárez, el programa considera el desarrollo de “un modelo del gobierno mexicano de recolección y análisis táctico de inteligencia” para “tomar acciones contra el narcotráfico, la extorsión, el secuestro y otras actividades delictivas”.

Sin embargo, en la práctica de la operación de la OBI, los servicios de seguridad e inteligencia mexicanos están subordinados a los de Estados Unidos. Las agencias de ese país desplegaron expertos para “guiar” los trabajos de inteligencia, además de que cuentan con “un asesor de tiempo completo” para “aumentar la capacidad de México en el uso de las fuentes de información sobre las operaciones de los cárteles y las pandillas”.

Su contraparte en El Paso, Texas –el EPIC–, cuenta con una oficina de polígrafos, donde trabajan “de 10 a 15 especialistas mexicanos bajo la asistencia de supervisores de control de calidad estadunidenses”.

En esa ciudad texana también hay una oficina con un número similar de agentes mexicanos para “trabajar y guardar los archivos de antecedentes” de los efectivos policiales de Ciudad Juárez. En el caso de procuración de justicia, funciona entre las dos ciudades “un sistema de comunicación transfronteriza (de voz, datos y video) para intercambiar información”. De acuerdo con los gobiernos de México y Estados Unidos, todas esas actividades tienen “vínculos directos” con el EPIC.

La fuerte presencia de las agencias de espionaje estadunidense en México fue “condicionada” por Calderón en tres puntos:

–La cooperación bilateral debe realizarse con estricto respeto a la soberanía territorial y jurisdicción del Estado mexicano.

–Las actividades de los agentes estadunidenses se limitarán a servir de enlace para el intercambio de información con las autoridades mexicanas, derivada de los diferentes aspectos de cooperación internacional.

–La estancia temporal y las actividades de esos agentes se estipulan en los programas específicos de cooperación bilateral que convengan a cada país, pero sin que realicen tareas reservadas a las autoridades mexicanas. l

martes, agosto 17, 2010

Jesús Ortega y la claudicación del PRD

Felipe Calderón y Jésús Ortega. "Diálogo por la seguridad".

Miguel Ángel Granados Chapa

MÉXICO, D.F., 16 de agosto.- Al estilo de la señorita pueblerina que accede a bailar en una fiesta pero pide hacerlo “despacito, porque estoy de luto”, Jesús Ortega saludó de mano al presidente Felipe Calderón pero no lo vio a los ojos. Entornándolos, huidizos, el dirigente nacional del PRD faltó de ese modo a la resolución del X Congreso del PRD, celebrado hace tres años, en agosto de 2007, que ordena no reconocer bajo ninguna circunstancia a Calderón como presidente ni entablar negociación o diálogo con él.

Con su equívoca, sinuosa actitud ante Calderón, parecería que Ortega cumplía un acuerdo no divulgado con César Nava, con quien pactó las alianzas para el 4 de julio pasado. Y consumaba la posición de Nueva Izquierda, que desde siempre se opuso a que el partido ratificara la decisión de la Convención Nacional Democrática, que el 20 de noviembre de 2006 consideró a Andrés Manuel López Obrador presidente legítimo de México, y espurio a Calderón. La resolución del congreso perredista no utilizó esas palabras, pero fue asumida claramente en el mismo sentido.

Automáticamente, sin tener que decirlo, la resolución exceptuó a los gobernantes perredistas de no dialogar ni negociar con Calderón. Se entendió que sus responsabilidades institucionales, el hecho de ejercer funciones que comprenden a toda una entidad, los ponían al margen de la obligación de desconocer al presidente y, al contrario, se admitió como prudencia política su aproximación al Ejecutivo federal. Así lo hicieron, unos con mayor entusiasmo que otros, Amalia García, de Zacatecas; Narciso Agúndez, de Baja California Sur; Leonel Godoy, de Michoacán; Zeferino Torreblanca, de Guerrero, y Juan Sabines, de Chiapas. Aunque expuso que no se tomaría nunca la foto con Calderón, y perseveró en ese propósito, Marcelo Ebrard estaba obligado constitucional y legalmente a abordar con el presidente las designaciones del procurador de justicia y del secretario de Seguridad Pública.

Al paso de los años, la excepción cubrió también a quienes desde el Congreso, en ejercicio de responsabilidades constitucionales, debían tratar con el Ejecutivo. Ese fue el caso de Ruth Zavaleta y de Carlos Navarrete, cada uno de los cuales fue presidente de las cámaras, de diputados y de senadores.

Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Al acudir a la invitación presidencial a dialogar sobre seguridad, Ortega faltó de modo flagrante (a pesar de su renuencia facial) a un acuerdo de congreso del partido que encabeza. Se puede disentir y aun mofarse, dentro del PRD, de esa decisión, pero está firme y tiene tal vigencia que Alejandro Encinas (que disputó con Ortega la presidencia del partido) se amparó en ella para abstenerse de acudir a la misma reunión en que Ortega, llegando tarde, hizo más visible su saludo al presidente.

La situación del PRD y del Dia, la alianza a la que pertenece, así como la posición del principal perredista, que todavía lo es López Obrador, constituyen el marco de la actitud de Ortega, que puede costarle el cargo al que llegó tan trabajosamente y con los auspicios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y, lo que es peor, la pérdida del papel rector de la izquierda que el PRD ha llegado a tener. Y aun de su existencia misma.

Ortega vive una posición paradójica. Si bien su apuesta por las alianzas con el PAN resultó en general exitosa, tuvo un costo alto, por la resistencia que aun en los sectores moderados de su partido suscita el acercamiento político con la derecha explícita. A pesar de esa renuencia, el proceso electoral dejó fortalecido a Ortega. Pero ha ido quedándose solo, y su fuerza en los órganos de dirección partidarios tiende sistemáticamente a disminuir. Sería exagerado decir que Nueva Izquierda ha quedado desmantelada, pero no lo es afirmar que ha sufrido mermas considerables. La fuerza de esa corriente en el Distrito Federal ha girado en la última década en torno del senador René Arce y su hermano el diputado Víctor Círigo, que abandonaron a “los Chuchos”. También en el entorno cercano a Ortega se han producido bajas. Renunció a Nueva Izquierda el senador colimense Carlos Sotelo, y el presidente de la mesa directiva del Senado, Carlos Navarrete, se propone festejar ruidosamente la conclusión de su cargo en Xicoténcatl para mostrarse equiparado, ya no sometido a Ortega, y aun con mayores posibilidades que él para encabezar los restos de Nueva Izquierda o para aspirar a candidaturas de alto nivel.

Aunque fue presidente del partido –en los momentos en que Ortega adquirió el control del aparato perredista–, López Obrador es cada vez menos perredista. Cuenta mucho más con el PT para la promoción de su movimiento que con el PRD, del que no se ha marchado explícitamente en espera de las decisiones del año próximo. Ostensiblemente no ha querido militar en el partido encabezado por Ortega, al punto de que un día de estos los perredistas tendrán que optar por mantener a Ortega en el mando partidario o establecer condiciones que favorezcan la reaproximación de López Obrador. Ortega no se atrevió a enjuiciar con miras a su expulsión al excandidato presidencial, por su apoyo a un partido distinto al suyo, que en varios casos, como el paradigmático de Iztapalapa, contendió contra él. Pero Ortega ha desnudado su oposición a López Obrador. En el acto mismo en que reconoció a Calderón, en el campo Marte pronunció palabras que cuadran a muchas personas pero que en sus labios y en el contexto en que las dijo parecían destinadas a López Obrador, uno de los “fatuos e insolentes que hablan a nombre del pueblo”, pues esa es la imagen que Nueva Izquierda tiene de su todavía compañero de partido.

La decisión de rehacer el padrón perredista está mostrando la división o la escualidez del PRD. Sea por deficiencias técnicas, sea porque la militancia está decepcionada, la reinscripción camina lentamente, si es que camina. Una hipótesis contraria a Ortega es que los perredistas refrendarán su participación en el partido una vez que el líder nacional haya dejado de serlo, por lo cual las corrientes que se avinieron a aceptarlo como dirigente pese a las vicisitudes de su elección pretenderán forzarlo a retirarse cuanto antes, antes de diciembre como estaba pactado y, desde luego, antes de marzo en que se cumplen tres años de su discutida elección.

martes, junio 22, 2010

PRD, cabús de Calderón

Jesús Ortega y César Nava. Presentan denuncia contra el PRI en Durango.


MÉXICO, D.F., 21 de junio (apro).- Después de atar su futuro electoral inmediato a Felipe Calderón, cuya condición de espurio que le endilgó ya ha sido olvidada en los hechos, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) planea seguir este amasiato el próximo año y, por lo visto, para enfrentar también a Enrique Peña Nieto en la elección presidencial en 2012.

No se entiende de otra manera el anuncio que este domingo 20 hizo el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, en el sentido de que las alianzas del PRD con el PAN en cinco estados --cuyos saldos se conocerán el 4 de julio-- se reproducirán en 2011, cuando se celebren elecciones locales en seis entidades, entre ellas el Estado de México.

El anuncio de Ebrard se produjo en Durango, justamente donde se pactó la primera de las cuatro coaliciones estatales del PRD con el PAN (en realidad con Calderón, que es el que manda en este partido), cuyo apoyo a los candidatos opositores en esas entidades implica no sólo su adhesión a esta estrategia para enfrentar al PRI, sino un arreglo que rebasa el ámbito estatal y apunta hacia el 2012.

No sorprende que Ebrard respalde las alianzas con el PAN si el más prominente estratega de éstas es Manuel Camacho Solís, coordinador para esa entelequia llamada Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA), quien planea de ese modo proyectarlo como candidato presidencial con el apoyo del PAN.

Camacho y las facciones del PRD saben que Ebrard han sido un jefe de gobierno apocado, sin un proyecto consistente para gobernar, que no ha logrado consolidar un liderazgo, ni siquiera en su gabinete, y que es prácticamente desconocido a nivel nacional, pese al pacto que tiene con Televisa para la difusión de su figura al margen de la ley.

De hecho, su desempeño político ha estado condicionado a lo que hace Peña Nieto, cuyo ejemplo más reciente es el anuncio de la construcción de dos tramos de los segundos pisos del Periférico, pero no a cuenta del gobierno capitalino, sino concesionados a la iniciativa privada para que sean vías de cuota, como las del gobernador mexiquense, y no gratuitas como las edificadas por Andrés Manuel López Obrador.

El anuncio de Ebrard supone, también, que existe un pacto directamente con Calderón para las alianzas en 2011, porque fue éste el que entrevistó, en Los Pinos, a los ahora candidatos en Durango, José Rosas Aizpuru; Oaxaca, Gabino Cué; Puebla, Rafael Moreno Valle, y Sinaloa, Manuel López Valdez, todos expriistas, a excepción de Xóchitl Gálvez en Hidalgo.

Ahora no puede ser distinto: Sólo con un arreglo a ese nivel puede pensarse en que haya un candidato común para gobernador en el Estado de México, que puede ser alguien que no milite en ninguno de los dos partidos –otro expriista--, también en Guerrero, Coahuila y Nayarit.

No pasará mucho tiempo para que se confirmen las reuniones de Camacho, Jesús Ortega y otros con Calderón, en Los Pinos, como ocurrió en 2006 cuando, en público, llamaban espurio a Calderón y en privado pactaban con él, como Carlos Navarrete, exhibido por Francisco Ramírez Acuña.

No puede ocurrir lo mismo en Baja California Sur, donde el PRD irá solo, y Michoacán, donde el PAN ya está en curso de aliarse con el PRI, llevando como candidata muy probablemente a Luisa María Calderón, la hermana de quien se ostenta como jefe del Ejecutivo.

El problema es que, como en Michoacán, está más que visto que la alianza verdadera es entre el PAN y el PRI, y así lo reconoció el propio Ebrard al recordar que el presidente del PAN, César Nava, firmó un acuerdo con el PRI y Peña Nieto para evitar las alianzas en el Estado de México a cambio de apoyar el aumento de varios impuestos y la creación de otros.

Es decir, Ebrard, como la cúpula del PRD, aplaude y se une a los verdugos de los mexicanos vía la conculcación de su patrimonio sólo para obtener ganancias electorales que, ni siquiera, se puede asegurar que sean benéficas socialmente.

Parecía que el PRD no podía caer más bajo, pero no defraudó: Ahora es cabús del PAN. Por eso hay tantos mexicanos que prefieren anular su voto…

Apuntes

Como parte de la purulenta campaña por la gubernatura de Puebla, La Jornada de Oriente publicó, el jueves 16, una infamia: En una nota, con la firma del reportero Martín Hernández Alcántara, se dice que yo publiqué, el día anterior, una información en el portal E-Consulta en la que doy a conocer que las autoridades de Guatemala procederán judicialmente contra los responsables de falsificar un acta de nacimiento que hace creer que el candidato priista a la gubernatura, Javier López Zavala, es guatemalteco. Ni una cosa ni otra son ciertas... Alonso Lujambio asistió al funeral de Carlos Monsiváis para exhibir, según él, temple de candidato. Ajá.

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

domingo, marzo 14, 2010

La cacería contra Peña Nieto

Visos de impunidad
Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México.

Álvaro Delgado

A demás del costo político de elevar impuestos a cambio de abolir una coalición opositora en el Estado de México en 2011, un contubernio del que están confesos panistas y priistas, el convenio firmado por Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, y el gobernador Enrique Peña Nieto a través de Enrique Miranda Nava, secretario de Gobierno de esa entidad, implica también violaciones constitucionales y legales que no deben quedar impunes.

Con esta argumentación los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia –que conforman Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA)– presentaron una denuncia por la intervención de esos servidores públicos en asuntos electorales, lo que prohíben la Constitución y las leyes, ante el Instituto Federal Electoral (IFE), que preside Leonardo Valdés.

Los consejeros –agrupados en dos bloques identificados con los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) – fueron tomados por sorpresa y prefirieron guardar silencio, una conducta que Rafael Hernández, representante del PRD ante el IFE, califica de explicable por la relevancia de los personajes implicados en el escándalo:

“Les cayó una papa caliente, porque la denuncia que presentamos refiere hechos en los que están involucrados el secretario de Gobernación, que es el segundo de a bordo del gobierno federal, y el gobernador del Estado de México, que es el aspirante presidencial mejor posicionado del PRI, cuando menos en estos momentos”.

Se trata, además, de dos personajes cercanos a Valdés: Gómez Mont es su amigo desde hace 25 años, cuando ambos eran representantes partidistas ante la Comisión Estatal Electoral, y Peña Nieto le prestó un helicóptero, el 27 de marzo del 2009, para trasladarse de Ixtapan de la Sal a sus oficinas del organismo electoral.

Pero Hernández asegura que no hay manera de que el IFE ignore la queja presentada ante el propio Valdés, porque es la autoridad competente para investigar y sancionar las violaciones al principio de neutralidad previsto en la Constitución por la firma de esos funcionarios en el convenio entre los presidentes del PAN, César Nava, y del PRI, Beatriz Paredes, celebrado en la Secretaría de Gobernación, el 30 de octubre de 2009.

“Además de la firma, ambos están en medio de toda una estela de declaraciones que aclaran, como dicen los abogados, las condiciones de modo, tiempo y lugar”, asegura Hernández, quien recuerda que en el pacto están implicados los recursos públicos recaudados mediante impuestos.

“Todo ese conjunto de declaraciones de personas se suman a la prueba firme, que es el propio documento, y establecen entonces, con claridad, que los funcionarios públicos involucrados violaron el artículo 134 de la Constitución. Y el IFE es autoridad en esa materia.”

Por ello, expone, el IFE debe proceder a desahogar las diligencias para esclarecer los hechos. “Si después de investigar encuentra que se violó la Constitución, tiene que sancionar”.

–¿Con la integración del Consejo General, por cuotas partidistas de PAN y PRI, está latente la impunidad?

–Pues sí, es un mal de México, pero creo que los consejeros electorales y la institución tiene una gran oportunidad de hacerse valer como una autoridad imparcial, que cumple con su papel y que se pone por encima de los intereses particulares y de las estrategias de los partidos.

“Ojalá aprovechen esta oportunidad en este caso porque, indudablemente, más allá de los protagonistas y de los denunciados, que son muy importantes, el IFE saldría fortalecido de frente al 2012.”

Hernández aclara que “si el IFE es omiso en el cumplimiento del desahogo de esta queja”, los partidos de DIA recurrirán al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) “para que ordene al IFE que cumpla con su obligación de investigar y sancionar los hechos denunciados”.

–Pero el Tribunal Electoral también está integrado por las mismas facciones partidarias.

–Ahí también los magistrados tendrán la ocasión y la oportunidad de demostrar su imparcialidad y su apego a la Constitución.

Todo para el mexiquense

La denuncia de hechos fue presentada el lunes 8, dos días antes de que el Consejo General aprobara el registro de DIA, la denominación del grupo de partidos que sustituyó al Frente Amplio Progresista (FAP), y se resolvió esa vía después de que el equipo jurídico descartó recurrir a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Secretaría de la Función Pública (SFP), por considerar que estas instancias sólo garantizarían impunidad a los involucrados.

Además, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) establece, en los artículos 341, 347, 356 y 347, la competencia del IFE y también, de manera expresa, como sujetos de responsabilidad por infracciones a las disposiciones electorales, a los servidores públicos de la Unión o de los poderes locales, como Gómez Mont y Peña Nieto, que quebrantaron la Constitución.

“En tal orden de ideas –dice la queja– las violaciones que se denuncian fueron cometidas, con motivo y en razón de una negociación entre el PRI y el titular de la Secretaría de Gobernación, con el objeto de favorecer con recursos públicos a los gobiernos de las entidades federativas cuyos titulares emanaron del PRI, así como para favorecer las aspiraciones del C. Enrique Peña Nieto, actual gobernador del Estado de México, para el cargo de presidente de la República en el año 2012.”

En el cuerpo de la queja de DIA se detalla que el convenio es contrario al estado de derecho y a los deberes constitucionales y legales de los servidores públicos denunciados. Pero, además, las propias declaraciones de Peña Nieto y Rojas acreditan el canje de apoyo al paquete económico 2010 a cambio de impedir alianzas del PAN con otros partidos.

“Esto es, el principal recurso público de la nación, que son los recursos fiscales y el Presupuesto de Egresos, se utilizó para un propósito eminentemente electoral, como es el de impedir una alianza electoral en los comicios locales del 2011 en el Estado de México y, desde luego, con ello, favorecer electoralmente al actual gobernador de esa entidad federativa, Enrique Peña Nieto, en sus pretensiones de ser candidato presidencial.”

Luego de presentada la queja, el único consejero que se refirió a ella públicamente fue Valdés, quien se comprometió a estudiarla. El resto optó por el silencio, si bien algunos de ellos anticiparon, a condición del anonimato, que la queja difícilmente procederá, porque la fracción sexta del artículo 134 de la Constitución opera sólo para los procesos electorales y, además, no se ha acreditado el uso de recursos públicos.

Hernández responde que eso es falso y cita el sexto párrafo del artículo 134: “Los servidores públicos de la Federación, los estados y los municipios, así como del Distrito Federal y sus delegaciones, tienen en todo tiempo la obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos.”

Subraya que en la redacción de ese párrafo se prohíbe a los servidores públicos usar recursos públicos a favor de partidos y candidatos “en todo tiempo”, no nada más a los plazos legales de las campañas o de los procesos electorales federales o locales.

“Sobre lo segundo se necesita tener una visión muy obtusa, casi ciega, para no ver que estaban involucrados los recursos públicos. No estaban involucrados a través de una despensa o de una beca o de alguna otra dádiva que se acostumbra utilizar en las elecciones, no, estaban implicados todos los recursos públicos. ¿Por qué? Porque la materia de intercambio es el alza a los impuestos, que son universales, porque todos los pagamos, particularmente el IVA del que no se salva nadie.”

–Salvo a los grandes grupos empresariales.

–Exacto, salvo los grandes que tienen devolución, los clientes de Diego Fernández de Cevallos. Entonces la materia del intercambio fue, repito, que el PRI apoyara el paquete fiscal, como lo dijo Francisco Rojas, aunque lo niegue o lo quiera matizar. Y los funcionarios públicos que concurrieron a la firma de ese convenio, aunque no pusieron sus cargos, pero sí su firma, lo que comprometieron fueron recursos públicos a cambio de una estrategia electoral a favor del PRI y a favor concretamente de Peña Nieto.

Recuerda:

“Acordémonos cómo los gobernadores, particularmente los del PRI, se llevaron la gran tajada del presupuesto y en condiciones además de opacidad, con una gran manga ancha para que lo gasten en lo que quieran, que no es otra cosa que en las campañas. Y eso fue parte del acuerdo.”

Juzga: “Claro que ahora Beatriz Paredes, en una defensa infantil, dice que eso no está en el documento. Pero todo el mundo lo sabe, porque además ellos mismos lo dijeron, ella misma y el coordinador en la Cámara de Diputados, lo dijo: Fue a cambio del paquete económico”.

–A confesión de parte, relevo de pruebas.

–Así es. Entonces hay recursos públicos involucrados. ¿Cuáles? Todos los recursos públicos pasaron por ese acuerdo.

Calderón lo permitió

En efecto, tal como lo documentó Proceso en un reportaje de Jesusa Cervantes y Carlos Acosta, publicado el 3 de enero, los estados gobernados por priistas donde habrá elecciones en 2010 fueron los más beneficiados en la asignación de recursos, aunque también el Estado de México, cuya gubernatura se renovará en 2011.

La entidad gobernada por Peña Nieto, que es la más poblada del país, recibirá 101 mil 394 millones 670 mil 45 pesos, la mayor cantidad de recursos, seguida por el Distrito Federal, que obtendrá 67 mil 610 millones y celebrará elecciones hasta 2012, y después vienen Veracruz, Puebla, Oaxaca, Tamaulipas, Chihuahua, Sinaloa…

Al respecto, Mario di Costanzo, diputado por el Partido del Trabajo y experto en el análisis del Presupuesto de la Federación, explicó que la primera parte de la estrategia del PRI consistió en ubicar a un alto número de sus diputados en las principales comisiones que se encargarían de destinar millonarios recursos a los gobernadores priistas, a fin de que ellos, a su vez, puedan decidir sobre el presupuesto y hacer campaña electoral con las obras que efectuarán.

Y luego, indicó, el PRI cerró la pinza con la elección de quien supuestamente se encargará de verificar que no haya desvío de esos recursos para los procesos electorales: el responsable de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Juan Manuel Portal, quien si bien no es militante de este partido, sí tiene cercanía con el coordinador de los 237 legisladores priistas, Francisco Rojas.

A su vez, Juan Pardinas, director de Análisis de Finanzas Públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), aunque no habló del posible uso de ese dinero en las contiendas electorales, sí afirmó que con la confección del presupuesto federal para 2010 “se está dejando el total del gasto público en manos de los gobernadores”.

Pardinas atribuyó responsabilidad a Felipe Calderón en ello: “Por llevar la fiesta en paz, está cediendo a todo. El presidente se está volviendo un objeto de burla de los gobernadores, y las instituciones federales simplemente no reaccionan.”

Ahora que se presentó la queja ante el IFE, que contó con la presencia del presidente del PRD, Jesús Ortega, y del coordinador de DIA, Manuel Camacho, Hernández anuncia que exigirá al IFE desahogar con rapidez el procedimiento ordinario.

“No se necesita más de un mes para que se resuelva. Claro que puede llevarse más tiempo, sobre todo si se realiza una investigación exhaustiva. Pero vamos a estar al pendiente de que eso se esté llevando a cabo y no que simplemente le den largas al asunto.”

Pero además, advierte, exigirá que si acredita que Gómez Mont, Peña Nieto y Miranda Nava violaron el principio de imparcialidad prevista en la Constitución, como se presume, sea el IFE el que aplique sanciones, no sólo que dé vista a otras autoridades.

“Pero también, si en un momento dado el IFE se limita a dar vista, eso también es muy importante, porque tendrá que resolver la queja de fondo y decir si hay violación a la Constitución o no y, si hay violación, tendría que señalar a Gómez Mont, a Peña Nieto y a su secretario de Gobierno como responsables precisamente de violar la Constitución.”

Peña Nieto, alianza ilegal
Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México

MÉXICO, D.F., 9 de marzo (apro).- A Enrique Peña Nieto le gusta firmar todo, aunque sean documentos clandestinos. Firmó los cheques de la administración de Arturo Montiel, especializada en corromper a opositores, empresarios y colaboradores. Firmó con TV Promo, empresa intermediaria de Televisa, un contrato multimillonario para que desde 2005 a la fecha lo llevaran a la Presidencia de la República, a costa de comprar con dinero del erario, sin fiscalización, más de 3 mil millones de pesos en espots, entrevistas a modo y hasta noviazgos tele-producidos.

En octubre de 2009, sagaz como suelen ser los Golden Boys, Peña Nieto le ordenó a su secretario de Gobierno, Luis Enrique Miranda Nava, que firmara como “testigo de honor” en las oficinas de Bucareli, donde despacha aún Fernando Gómez Mont, un documento en el cual se comprometen los dirigentes nacionales del PAN, César Nava, y del PRI, Beatriz Paredes, a no realizar alianzas electorales en el 2011 que despeinaran al copete más caro del país y que le permitieran a la dinastía política que encabeza continuar gobernando el Estado de México como si fuera un casino Caliente.

Tres de las seis cláusulas del ahora multicitado “convenio de colaboración” constituyen una verdadera joya de la infamia política contemporánea:

“Tercera. Cada una de las partes se obliga a no utilizar la descalificación personal como herramienta para demeritar (sic) la imagen de su contraparte ante la opinión pública.”

¿Qué entendían “las partes” como descalificación personal? ¿Acaso se trata de que el PAN no criticara más los convenios secretos y multimillonarios de Peña Nieto con los medios electrónicos, para que, a su vez, los priistas no atacaran al gobierno de Felipe Calderón con el mismo argumento? No se sabe. Quizá fue una cláusula que se le ocurrió al señor Alejandro Quintero, accionista de TV Promo y vicepresidente de Comercialización de Televisa.

“Cuarta. Las partes se abstendrán de formar coaliciones electorales con otros partidos políticos, cuya ideología y principios sean contrarios a los establecidos en sus respectivas declaraciones de principios.”

Esta es una verdad de Perogrullo. ¿Qué partido firmaría una coalición que viole sus documentos básicos? El astuto Peña Nieto quería de esta manera “amarrar” al PAN para que en el 2011, el año de la sucesión en el Estado de México, ninguno de sus aspirantes a sucederlo (Alfredo del Mazo Maza, Luis Enrique Miranda Nava o a quien se le ocurriera) tuviera que enfrentar una alianza opositora que pusiera en riesgo toda la millonaria operación de compra-venta y coacción del voto para garantizar la “absoluta mayoría” del PRI en esa entidad.

La sexta cláusula le da sentido a todo el documento: “El presente convenio entrará en vigor a partir de la fecha de su firma y tendrá una vigencia hasta el 31 de julio de 2011”. Es decir, el convenio culmina justo cuando el señor Peña Nieto, siempre tan precavido, se pretendiera lanzar como precandidato del PRI a la Presidencia de la República.

La ilegalidad fundamental de toda esta alianza radica en sus dos condiciones: ser un pacto secreto, ajeno al escrutinio público, con un adéndum que hasta ahora se conoce a medias. Las dirigencias nacionales del PRI y del PAN se comprometen a todo esto, a cambio de que se aprobara el incremento al IVA en la Cámara de Diputados –dominada ampliamente por la bancada del Estado de México y sus coaligados priistas-- y que el gobierno de Enrique Peña Nieto recibiera carretadas de dinero, más de 50 mil millones de pesos, como el cobro por la factura de sacar adelante la Ley de Ingresos de Felipe Calderón.

A pesar de la existencia de este documento, el señor Peña Nieto se sintió molesto porque el PAN de César Nava y una parte del PRD, de Jesús Ortega, comenzaron a articular una serie de alianzas estatales que muy pronto pusieron en jaque el buen año electoral que preveía el PRI para este 2010.

Vino la renuncia de Gómez Mont a una “militancia cachirul” en el PAN como acto escenográfico para que el “testigo de honor” calmara las ansias del heredero y sobrino de Arturo Montiel, quien al parecer vuelve por sus fueros a tomar el control de la política en Toluca. Le siguieron las reiteradas declaraciones de César Nava negando que él formara parte de pacto alguno, y el cinismo transexenal de Beatriz Paredes, que acusó de “chaqueteros” a los panistas.

Como nada de esto bastó, Peña Nieto decidió contraatacar a su estilo: con frases crípiticas y entrevistas a modo en Televisa para hacer valer lo acordado. El 24 de febrero dio un adelanto de lo que ya estaba tramando:

“No es que estén prohibidas las alianzas, sino que hay que dejarle muy en claro a la ciudadanía cuál es la razón de éstas, y aquí no veo otra que no sea buscar el poder por el poder. La ambición del poder parece que deja de lado ideologías y las propuestas que se hacen a la ciudadanía”, le declaró Peña Nieto a Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula.

El joven de Atlacomulco, que se preocupa más por sus portadas en revistas de espectáculos y que un día sí y otro, también humilla a sus colaboradores más cercanos, habla ahora en contra de la “ambición de poder”. No se mordió la lengua porque eso nunca estará en el guión.

El 2 de marzo, con Adela Micha en Televisa, Peña Nieto lanzó el último dardo: reveló que existía un pacto firmado por César Nava y Beatriz Paredes para que no se hicieran alianzas “contra natura”. Y ardió Troya.

Quizá se sintió más abusado que sus adversarios inmediatos, incluidos los otros precandidatos priistas (la propia Beatriz Paredes y Manlio Fabio, su adversario más peligroso). Lo que en realidad operó Peña Nieto fue el inicio de un suicidio político que puede arrastrar a su partido al desastre.

En el caso del PAN, las mentiras de César Nava lo han llevado a un callejón sin más salida que la renuncia a la dirigencia de su partido, y a Fernando Gómez Mont lo ha colocado como un insigne representante de la “concertacesión” más grotesca del gobierno de Felipe Calderón. Ahora quieren salvarse con argumentos tan contradictorios que logran el efecto inverso a lo que pretenden: en lugar de defender a su jefe sólo lo exhiben como iluso, desinformado, en el mejor de los casos, o como parte de un trueque que le está costando al bolsillo de millones de mexicanos.

Pero el problema fundamental está en el palacio de gobierno de Toluca. Peña Nieto buscó un efecto mediático y le regresó un boomerang político que puede llegar a ser judicial. Por más que sus plumas rentadas insistan en decir que él salió ileso de este escándalo, la realidad es que aquí comenzó el descarrilamiento de un ambicioso retorno a la Presidencia de la República. No hay vuelta a la página sin copete despeinado.

La perversidad del jefe político de la campaña de Peña Nieto, Carlos Salinas de Gortari, pudo más que la ansiedad del gobernador de los informerciales.

Email: jenarovi@yahoo.com.mx