Mostrando las entradas con la etiqueta Nueva Izquierda. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Nueva Izquierda. Mostrar todas las entradas

miércoles, febrero 23, 2011

PIDE LICENCIA ARNALDO CÓRDOVA AL PRD, "LOS ESTATUTOS NO LO PROHIBEN, ENTONCES ES POSIBLE", ARGUMENTA.



México, Distrito Federal a 22 de febrero de 2011

Compañero Camilo Valenzuela,

Presidente del Consejo Nacional del PRD

Presente,

Por este conducto me dirijo a usted para solicitarle transmita al Consejo Nacional mi solicitud de licencia temporal como miembro del PRD mientras sigua privando la política de alianzas con la derecha panista que viene imponiendo la actual dirigencia perredista. No considero adecuado hacer esta solicitud ante una Presidencia del PRD y una Comisión Política que se han acostumbrado a violar y transgredir los principios inscritos en los documentos básicos del partido. Hay un principio jurídico general que dice que lo que no está expresamente prohibido está jurídicamente permitido; aunque las licencias no se contemplen en el estatuto del PRD, no están prohibidas y es mi sentir que deben ser atendidas.

Desde luego, debo decirle que la razón principal de mi solicitud es la profunda inconformidad que me provocan las alianzas con el panismo que van en contra de la naturaleza política de los partidos políticos, y que olvidan no sólo las tradiciones de lucha del PRD, sino también los ominosos agravios que la derecha ha infligido a la izquierda y al pueblo de México. Pediría a quienes promueven este tipo de alianzas que revisara los Principios de Doctrina de Acción Nacional y nuestra Declaración de Principios y nos explicaran en dónde encuentran una mínima coincidencia.

Finalmente, me parece de un pragmatismo ramplón y miserable la hipótesis de que hay que derrotar al PRI, alegando su caciquismo inveterado, cuando el PRI es tan derechista como el PAN y lo muestran los innumerables acuerdos que esos partidos han convenido en detrimento siempre de los intereses populares.

A t e n t a m e n t e,

Dr. Arnaldo Córdova.

EL CAMBIO ESTA EN TI Y EN MI....EL SENDERO DE VERACRUZ, ROMPIENDO EL CERCO INFORMATIVO.http://elsenderodeveracruz.blogspot.com/

Audio: Entrevista a AMLO por Carmen Aristegui 23 de marzo 2011



sábado, febrero 05, 2011

"Si no dejas en paz a Carlos te mato": la corrupción en el DF

Desfiladero

¿Cuántos amigos tiene en su teléfono celular cada uno de los lectores de estas palabras? ¿Cuánto se tardaría en mandarles un mensajito para invitarlos a reunirse, en determinado lugar público, a fin de exigir la caída del gobierno (cualquier gobierno)? ¿Cuántos de esos amigos, al recibir su mensaje, lo renviarían a sus contactos, lo subirían a Facebook y lo multiplicarían por Twitter?

Este sencillo esquema de comunicación, aplicable en todo el mundo, está en la base de las rebeliones de masas que estallaron hace varias semanas en Túnez, Egipto y Yemen, y que pronto pueden extenderse a otras regiones, como la Europa de los más descontentos –Grecia, España, Italia–, el norte de América Latina y, por qué no, las zonas más golpeadas por la pobreza, la desigualdad y la decepción, que son también las más irritadas por la impunidad y la opulencia de unos cuantos en Estados Unidos.

Mohamed Buazizi era un joven tunecino que había estudiado en una escuela técnica y se graduó como operador de computadoras. Como no encontraba empleo, se dedicó a vender fruta en las calles de Sidi Buzid, su ciudad natal. Cuando la policía, por enésima vez, le decomisó sus canastas (¿por negarse a pagar mordida?), se bañó en gasolina y se prendió fuego. Quizá jamás leyó aquel verso de Huidobro –los poemas son incendios–, pero redujo a cenizas la dictadura de Ben Alí.

Su inmolación ocurrió en diciembre, al mismo tiempo que la señora Marisela Escobedo, luego de luchar hasta el límite de sus fuerzas por poner en manos de la policía al asesino de su hija, también se prendió fuego a su manera, cuando se plantó frente al palacio de gobierno de Chihuahua a sabiendas de que nadie, ni Calderón, ni Blake, ni Chávez Chávez ni García Luna, nadie, nadie la protegería.

En Túnez los jóvenes empezaron a movilizarse mediante sus celulares y sus redes en Internet, pero no comprendieron que debían luchar por la caída de Ben Alí sino cuando el rapero Ben Amor, desde un video en Youtube, los llamó a rebelarse. En México sólo dijimos: Pobre Marisela. Y desde aquel instante, y no por culpa de nuestra resignación o de nuestro miedo, incontables mujeres, niñas, adolescentes, adultos, ancianos y niños han sido asesinados en todo el país hasta este minuto.

La dictadura de Hosni Mubarak, en Egipto, nació en 1981. La de Ben Alí, en Túnez, en 1989. El neoliberalismo implantó en México la de Carlos Salinas de Gortari en 1982. Salinas, debemos reconocerlo, fue más habilidoso que sus colegas africanos. A diferencia de ellos, sólo ejerció el poder, de manera visible, 12 años: de 1982 a 1988, como ideólogo de De la Madrid, y de 1988 a 1994 como presidente espurio. Desde entonces ha gobernado a través de títeres (Zedillo le salió respondón, pero siempre sirvió sus intereses; Fox y Calderón lo obedecieron al pie de la letra y llevaron al país de la ruina económica a la catástrofe social).

Hoy por hoy, a nadie se le ocurriría levantarse contra Salinas de Gortari, pero es el que manda. Mubarak gobierna hace 30 años, Ben Alí lo hizo durante 21. Aquí, los más ingenuos piensan que faltan 21 meses para que suba al trono Peña Nieto (o su copete). Pero si esto ocurre, o si le toca a Manlio, a Lujambio, o a Ebrard, o si no hay elecciones y Margarita Zavala se queda en lugar de Calderón, de todos modos seguirá mandando Salinas. Es decir, el jefe de los magnates, los tecnócratas, la televisión y el aparato de terror formado por los cárteles y la fuerza pública, al servicio de Estados Unidos y los oligopolios españoles.

Uno de los rasgos más notorios del narcorrégimen de terror establecido por Calderón –y apoyado por Hillary y su elegante mayordomo Barack– es la ausencia de estado de derecho. Este desapareció en México a raíz de un canje. A empresarios, políticos, militares, policías, crimen organizado y consorcios extranjeros, Calderón les garantizó impunidad total a cambio, precisamente, de impunidad total para él y los suyos.

El fenómeno empieza a reproducirse en el Distrito Federal y puede convertir a la capital del país en una gran Ciudad Juárez. En Magdalena Contreras, la represión del GDF y del delegado perredista Eduardo Hernández contra los ciudadanos que rechazan la supervía propicia la descomposición social. Han aparecido mantas intimidatorias contra Cristina Barros, hija del ex rector Javier Barros Sierra, colaboradora de La Jornada y destacada activista de ese movimiento.

¿Qué hizo el GDF? Dijo: Nosotros no fuimos. Y su delegado, Eduardo Hernández, entre tanto, impugna la clausura de una obra ilegal, a cargo de la inmobiliaria Navel, que él mismo validó a partir de papeles falsos. En un terreno sobre avenida San Jerónimo 819, donde la licencia de uso de suelo permitía levantar sólo 12 viviendas, Hernández autorizó que se construyeran 72 departamentos y 50 lotes comerciales.

La tibia reacción de Ebrard ante las mantas contra Cristina Barros inspiró a quienes en la Benito Juárez trinan contra los vecinos que les echaron a perder otro negocio fraudulento a los mismos dueños de Navel. Desfiladero tiene todas las pruebas en la mano.

En la cerrada de Perpetua número 17, colonia San José Insurgentes, había una casa de dos pisos. Inmobiliaria Navel, propiedad de Alberto Navarro, con sede en Paseo del Pedregal 35, exhibió a la delegación Benito Juárez documentos apócrifos, para demostrar que la licencia de uso de suelo de ese terreno lo faculta para levantar un edificio de cuatro pisos con un total de ocho departamentos. Nada más falso.

Los vecinos, encabezados por Axel Arañó, denunciaron la maniobra ante la procuraduría capitalina y el GDF ordenó suspender la obra. Hace dos días, Axel recibió un anónimo que dice: Si no dejas en paz a Carlos, te mato. En carta dirigida a esta columna, el arquitecto Arañó afirma: Debido a que no tengo problemas con nadie en particular y mucho menos con alguien llamado Carlos, hago públicamente responsables a los propietarios de la inmobiliaria Navel de cualquier agresión que pudiera llevarse a cabo en contra de mi persona o mis familiares.

En Tlalpan, mientras tanto, el perredista Higinio Chávez invitó a Acapulco a un grupo de jefes de manzana, con todos los gastos pagados, para alentarlos a dirigir el consejo ciudadano de la delegación, que deberá justificar sus tropelías, entre ellas, la construcción ilegal de una gasolinera en Insurgentes Sur, que está clausurada pero que puede entrar en funciones si Pemex le surte combustible haiga sido como haiga sido.

Un compinche de Higinio, un diputado también perredista que aspira a sucederlo, borró el martes pasado las pintas que los seguidores de Andrés Manuel López Obrador trazaron el domingo en la colonia Ajusco, sobre el deportivo Sánchez Taboada. Decían: Alto a tu guerra espurio Calderón. No + sangre. El legislador tachó el mensaje y puso encima su nombre: Héctor Hugo Hernández. ¿Para qué? ¿Para informarle a Calderón que se adhiere a las nuevas izquierdas –Chuchos, PAN, El Yunque– que ahora dirige Ebrard?

La deplorable alianza de Ebrard con la ultraderecha para cerrarle el paso a López Obrador significa un gravísimo peligro para la ciudad de México. Pero también para la vía electoral como única posibilidad de cambio pacífico. El DF es la cuna del gran movimiento social que puede rescatar al país y Ebrard ha dejado de representarlo. Si Salinas usó a Fox para simular la muerte del antiguo régimen, con Ebrard podría fingir que México se suma a los gobiernos latinoamericanos de izquierda, aunque en este caso sea... de Nueva Izquierda.

miércoles, febrero 02, 2011

Marcelo y Calderón firman “El Pacto de Davos”

Todo se concretó ayer en un encuentro privado que tuvieron el propio Calderón y Marcelo Ebrard, al amparo del Foro Mundial de Davos, donde convinieron actuar conjuntamente en contra del PRI y su precandidato Enrique Peña Nieto, y para anular a Andrés Manuel López Obrador.

Finalmente el encuentro entre Marcelo Ebrard y Felipe Calderón, según fuentes irrefutables, ocurrió ayer jueves al amparo del frío escenario del 41 Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.

Junto a ellos, por ahí anduvo también, no se sabe si para apadrinar los acuerdos de fondo, o para impulsar las alianzas antipriístas y antipeñistas, el expresidente Ernesto Zedillo.

De cualquier forma el o los acuerdos surgidos de la reunión “absolutamente privada, confidencial” entre el presidente Felipe Calderón y el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, fueron bautizados para su historia por uno de los miembros de uno de los círculos íntimos, como: “El Pacto de Davos”.

La obviedad indica, a reserva de que lo expliquen, que el encuentro y la agenda fueron convenidos previamente en México por miembros del círculo más íntimo de ambos personajes, y que la candidatura presidencial conjunta PAN-PRD para la elección del 2012 fue el tema central.

Hoy cobra valor especial lo que en este espacio informamos el jueves 9 de diciembre de 2010 bajo el encabezado de: ¿Será Ebrard el candidato del PAN y el PRD?, en una columna que dio cuenta de la larga reunión que sostuvieron el martes 30 de noviembre, Manuel Camacho y el presidente Felipe Calderón.

De acuerdo a nuestros informes, en ese encuentro se dejó sentado el principio de un acuerdo: que Marcelo Ebrard podría ser lanzado como el candidato de un Frente Amplio a la presidencia en el 2012.

En ese frente estarían por supuesto el PRD y el PAN quienes no podrían ser cuestionados de pretender sólo alcanzar el poder por el poder mismo, porque estarían también otras fuerzas y partidos políticos, los que le darían una connotación de una acción política amplia como la que lanzó a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988.

Esta, dicen, es una argucia más ideada por Manuel Camacho para beneficiar a su pupilo de siempre, Marcelo Ebrard.

La información que aportamos, no fue desmentida ni cuestionada ni por Camacho, ni por Ebrard y menos por Calderón.

En cambio la confirmación del encuentro Camacho-Calderón fue dada por Andrés Manuel López Obrador, quien desde Querétaro reiteró que si una coalición de esa naturaleza se concretaba, él dejaría automáticamente al PRD y convocaría al país a formar un gran frente para evitar el triunfo del candidato que surgiera de esa alianza.

A partir de entonces todo cobró rapidez:

- Camacho, Ebrard y Los Chuchos enviaron a la secretaria general del PRD, Hortensia Aragón, a decir en una entrevista de Excélsior que nada impedía a su partido a aliarse con el PAN de Calderón para lanzar en 2012 un candidato común, surgido al amparo de un Frente Amplio “de partidos y ciudadanos”.

- Bajo este recurso, Ebrard no sería el candidato del PAN y el PRD, sino un aspirante ciudadano representante de muchos grupos, corrientes y partidos.

Hortensia Aragón agregó:

"En política, cerrar puertas es una concepción autoritaria y poco inteligente… No descarto un candidato ciudadano que permita presentar un proyecto distinto al de los partidos políticos en sí, pero que pueda generar la suma de muchas fuerzas políticas en el camino; ha sucedido en otros países, e hizo posible gobiernos progresistas y democráticos", subrayó y admitió que, de entre los prospectos del PRD, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, Ebrard "está más cercano" a una alianza de esa naturaleza.

El encuentro de Camacho con Calderón del martes 30 de noviembre, rompió el vínculo que el exsalinista tenía con Andrés Manuel López Obrador, quien lo había designado nada más y nada menos que coordinador de su Frente Amplio Progresista, el movimiento bajo el cual el de Macuspana se erigió como presidente legitimo de México.

En los hechos Camacho preparó su rompimiento con López Obrador desde fines de 2009, cuando dejó de ser el coordinador del FAP y brincó a ser coordinador del “Diálogo para la Reconstrucción de México”, conocido por el DIA desde donde comenzó a impulsar y a concertar las alianzas PAN-PRD que operaron en las elecciones a gobernador en Oaxaca, Hidalgo, Durango y Sinaloa.

Ayer todo eso se concretó con el encuentro privado que tuvieron el propio Calderón y Marcelo Ebrard, y que concluyó con “El Pacto de Davos”, que incluye además actuar conjuntamente en contra del PRI y su precandidato Enrique Peña Nieto, y para anular a Andrés Manuel López Obrador.

Localizado en Los Alpes, Davos se encuentra en la parte sudoriental de Suiza, y es una pequeña ciudad del cantón de los Grisones que no rebasa los10 mil 500 habitantes. Con 1,560 a 2,844 metros de altura, es la ciudad más alta en Europa. Su idioma oficial es el alemán, aún cuando, como en el resto de Suiza, también se habla el francés e italiano.

Es famoso por ser la sede del encuentro mundial del Foro Económico Mundial, que reúne a las élites sociales y económicas del mundo. Y ahí se celebran deportes de invierno, como la Copa Spengler, el torneo de clubes más antiguo de hockey sobre hielo.

Como uno de los centros turísticos más importantes de Los Alpes, cuenta con unos 100 restaurantes, 24.000 camas entre hoteles y casas de asistencia, 200 tiendas así como 300 kilómetros de pistas de esquí y una pista de 12 kilómetros; 97 kilómetros de caminos para senderismo en invierno y un campo de golf de 18 hoyos.

El aeropuerto más cercano es el de Zúrich y el viaje desde ahí en auto dura 2 horas, mientras que en tren tarda 2 horas y media.

Aquí fue donde Calderón y Ebrard hicieron su pacto para ir en conjunto por la próxima Presidencia de la República de México.

rvizcainoa@gmail.com

martes, diciembre 28, 2010

Diego, la personificación del PAN

Diego Fernández de Cevallos, exsenador.

Álvaro Delgado

MÉXICO, D.F., 27 de diciembre (apro).- El silencio que Diego Fernández de Cevallos ha guardado sobre la fecha real de su liberación, el 11, no el 20 de diciembre, es elocuente de su verdadera condición: La mentira.

Nadie admite ser tildado de embustero, menos aún cuando recién se ha salido del infierno del secuestro, salvo que esa sea la absoluta verdad.

Y ese es el caso de Fernández de Cevallos, alias El Jefe.

Si su teatral reaparición hace una semana, el lunes 20, concitó toda suerte de dudas --que ya existían desde su secuestro, el 14 de mayo--, el dato de su real liberación, publicado por el diario La Jornada, el jueves 23 de diciembre, con base en información del gobierno de Felipe Calderón, lo termina de desnudar.

De haber sido falsa esa información, que derrumba todo el montaje de su impostado regreso, lo procedente era desmentirla de inmediato y daba oportunidad a que emitiera, por fin, el famoso “comunicado” que prometió sobre detalles de secuestro y aun los agradecimientos que pretendía hacer.

Pero nada.

Fernández de Cevallos confirmó que la virtud no es lo suyo.

En realidad, la deshonestidad no es patrimonio exclusivo de él.

Considerado emblema del PAN, Fernández de Cevallos personifica a lo peor de ese partido.

La mentira.

La hipocresía.

La injusticia.

La corrupción.

La impunidad.

La traición a los valores supremos.

Fernández de Cevallos es, entonces, el rostro del PAN, con toda su prepotencia.
Que nadie se extrañe que lo postulen candidato presidencial…

Apuntes

Cuando, tras el fraude electoral de 2006, el filoso cartonista Helguera dibujó a Jesús Ortega con el pantalón abajo y Calderón tocándole una nalga, mientras decía: “Esta izquierda sí me gusta”, Los Chuchos y sus simpatizantes en los medios se ofendieron. El dibujo no pudo haber sido más certero. Cuando Ortega deje la presidencia del PRD, supuestamente en marzo de 2011, ese partido estará completamente podrido, un proceso de descomposición que se aceleró desde que la facción Nueva Izquierda lo asaltó para entregarlo, completito, a la derecha panista, si buen algunos trozos le fueron vendidos al PRI en varios estados. La entrega sigue en el Estado de México, donde el candidato de la derecha apoyada por el PRD será, si Calderón no decide otra cosa, Luis Felipe Bravo Mena, prominente juramentado de El Yunque… ¡Feliz Año Nuevo!

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

martes, octubre 12, 2010

López Obrador y el futuro del PRD

Andrés Manuel López Obrador, excandidato presidencial.

Miguel Ángel Granados Chapa

MÉXICO, D.F., 11 de octubre.- En la dislocada dinámica política de hoy, los adversarios se hacen favores y los correligionarios riñen entre sí. Eso, al menos, ocurre en el entorno de Andrés Manuel López Obrador: En su estrategia mexiquense, que beneficia al PRI y a Enrique Peña Nieto, el exjefe de Gobierno capitalino estaba a punto de fracturar al partido que dirigió hace 12 años, cuando el curso de colisión fue frenado por la iracundia del presidente Felipe Calderón, que forzó a un por lo menos momentáneo cese de las hostilidades entre el hombre que encarna, según la diatriba presidencial, “un peligro para México”, y las corrientes –Nueva Izquierda en particular– que lo consideran “un peligro para el PRD”.

En el Estado de México López Obrador ha llevado a un punto extremo su descalificación de las alianzas entre los partidos que lo apoyaron en 2006 y Acción Nacional. No evitó que se configuraran en varios estados, y en algunos las coaliciones triunfaron a contrapelo de la posición lopezobradorista. En el caso de Oaxaca la acritud antialiancista se edulcoró, gracias sobre todo a la índole del gobierno saliente y a las habilidades de Gabino Cué, quien logró la aquiescencia de Calderón y el disimulo activo de López Obrador, contrastante con su beligerancia en otras entidades.

En una singular percepción de la política mexiquense –donde son claros dos datos: que unidos PAN y PRD en torno de un candidato que no provenga de ninguno de esos partidos lograría vencer a Peña Nieto y que esa derrota podría anticipar la del gobernador saliente–, López Obrador ha radicalizado su posición. Como hizo en Iztapalapa el año pasado, ha tomado como propio el proceso preelectoral y está recorriendo la vasta entidad predicando la oposición a la alianza, sobre la base de la identidad del PAN y el PRI. No le falta razón, pero carece de ella, al mismo tiempo. Por lo tanto, ha ahondado su hostilidad a la unión de su partido con el blanquiazul. Anunció que si el PRD se coaliga con el PAN él impulsará una candidatura separada. Formalmente no podría hacerlo, porque la legalidad interna del perredismo lo impide. Y aunque López Obrador se benefició de la lenidad con que sus antagonistas están obligados a tratarlo, so pena de una ruptura definitiva, el exjefe de Gobierno ha querido aparecer respetuoso del estatuto y avisó ya de su propósito de irse temporalmente del partido, como si fuera dable pedir licencia para impulsar una candidatura ajena y aun opuesta a la que sostenga el PRD.

Nadie sabe cómo se instrumentaría tal permiso temporal. Lo que en realidad ocurriría es que las fuerzas contrarias a López Obrador, que dominan el partido, con Nueva Izquierda a la cabeza, quedarían ante la gran tentación de echar al perredista más conspicuo y, como sugiere burlón el protagonista de este episodio, quedarse con el cascarón. El PRD sin López Obrador, especialmente si su salida fuera brusca, forzada, rijosa, dejaría de ser lo que, a pesar de todo, ha sido: una opción para alcanzar el poder en pos de una política que sirva a las mayorías.

Pero la expulsión de López Obrador, que heriría de muerte a su partido, no beneficiaría mecánicamente al que lo acogiera, previsiblemente el PT, que ya lo considera su candidato presidencial, como lo evidencian los mensajes con que ese partido ocupa los tiempos a que legalmente tiene derecho y que fueron recientemente suspendidos. No habría necesariamente una migración de perredistas al PT, a menos que el ahínco y la astucia conocidos y reconocidos en López Obrador consiguieran un efecto semejante al que hizo delegada de Iztapalapa a Clara Brugada, sin necesidad de pasar esta vez por el riesgo de crear un minúsculo Frankestein que se llamara Juanito o respondiera a otro apelativo.

La rispidez entre Los Chuchos y López Obrador crecía por horas, al grado de la mofa contra el principal dirigente social del país, impensable en otras horas, cuando Felipe Calderón se retrotrajo al 2006, de manera inesperada, y dijo a Salvador Camarena, en entrevista radiofónica, que sigue creyendo que en ese año en que vivimos en peligro su principal antagonista era en efecto un peligro para México.

López Obrador percibió con claridad el desliz en que incurrió quien, para él, ha usurpado la Presidencia que cree haber ganado, y no cayó en la provocación calderoniana, que actualizó la denigración a su oponente asegurando que habría sido un gobierno catastrófico el que encabezara López Obrador. Y lejos de individualizar en él la invectiva, la extendió ofensivamente a sus seguidores, a quienes llamó fanáticos, “feligresía del odio”, distintos del mexicano común cuyo retrato convencional dibujó: es el que trabaja, lleva a sus hijos a la escuela y quiere vivir en paz y tranquilidad, como si fuera tan común la vida casi idílica que pinta, cuando la realidad muestra el esfuerzo cotidiano por sobrevivir en la inmensa mayoría de los mexicanos.

En vez de reaccionar abruptamente, con un impromptu como el que lo llevó a ordenar silencio a la chachalaca que veía en Fox, López Obrador esperó una horas, escribió su respuesta y la leyó pausadamente a modo de preámbulo a la presentación de su libro sobre la mafia que se robó a México.

“Es muy lamentable –dijo en una feria alternativa del libro, en la Alameda, el miércoles pasado– que Felipe Calderón, que fue impuesto por la funesta camarilla culpable de la tragedia nacional, en vez de pedirle perdón a los mexicanos por el desastre actual, siga optando por la mentira, la confrontación y la ofensa a millones de mexicanos que no se dejaron engañar y a los que llama ‘fanáticos’ y quienes, en uso de sus derechos y libertades consagradas en la Constitución, siguen expresando su decisión y trabajando para transformar a México por la vía pacífica, hasta derrotar en buena lid a la oligarquía y establecer una auténtica democracia que permita que las riquezas de México se distribuyan con justicia y se utilicen para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la población.”

Dijo también que la descalificación en su contra es “tan burda y ofensiva (…) que ni siquiera me atrevería a usarla en contra de Calderón”. Sí lo hizo, en cambio, Hortensia Aragón, secretaria general del PRD, quien achacó a Calderón el ser “un peligro para México”. Igualmente reaccionó contra el despropósito presidencial Jesús Ortega, quizá no con la contundencia que era de esperarse en quien coordinó la campaña presidencial de 2006 y enfrentó los efectos de aquella acusación. Pero no regateó su solidaridad a López Obrador. Y quienes estaban a punto de la ruptura han tenido por lo menos que aplazar sus querellas, unidos ante el evidente acto de autoritarismo y de intolerancia que, más allá de la coyuntura electoral mexiquense, puede afectarnos a todos.


lunes, agosto 23, 2010

Navarrete, el servilismo

Calderón y Navarrete. La izquierda dialoguista.

Jesusa Cervantes

MÉXICO, DF, 20 de agosto (apro).- Hace un par de semanas se comentaron en este espacio las maniobras realizadas por Carlos Navarrete, coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado, para evitar la comparecencia de Juan Molinar Horcasitas ante la Comisión Permanente.

Se habló entonces de los cuestionamientos que no sólo al interior del PRD se desataron, sino también del asombro de otra fuerza política, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), por la clara intención del perredista por proteger a uno de los secretarios más cuestionados del actual gobierno federal panista.

Ahora, después de lo ocurrido el pasado jueves en el Campo Marte, lugar en que se realizaron los llamados Diálogos por la Seguridad –por cierto un espacio donde quienes acudieron no son los que cuestionan, menos los que se atreven a pensar distinto al gobierno ni los que defienden principios diferentes a los del Ejecutivo federal--, la situación se aclaró un poco más.

Carlos Navarrete, el perredista de la corriente Nueva Izquierda (NI), el político de “la izquierda combativa”, el que es capaz de sostener ante sus adversarios sus diferencias de opinión, ha decidido quitarse esas caretas y militar muy cerca del poder, no de alguien quien lucha por el poder.

La presencia de Navarrete en el Campo Marte fue una muestra del grado de servilismo al que puede llegar un político ambicioso. Y para muestra su propio comunicado de prensa de tres cuartillas, en donde se dio cuenta de sus dichos.

Desde el primer párrafo, uno se pregunta si el boletín es del Partido Acción Nacional (PAN) o de algún funcionario al servicio del gobierno de Felipe Calderón.

Con el cargo por delante, “coordinador de los senadores del PRD”, Carlos Navarrete reiteró su exigencia al gobierno federal para que informe al Congreso de la Unión “si la presencia de las Fuerzas Armadas llegó para quedarse o habrá un plazo para su retiro”.

Quizá el perredista desconoce que la presencia del Ejército en las calles es ilegal, por lo tanto, el representante de otro poder (del que se encarga de hacer las leyes) no debiera preguntar si la presencia del Ejército llegó para quedarse, sino más bien exigir que los militares regresen a sus cuarteles, pues su patrullaje en poco ha reducido los niveles de violencia o la venta de drogas.

Pero el segundo párrafo es aún más vergonzante para quien se asuma como “oposición” al gobierno en turno: “Navarrete pidió al Ejecutivo que en el momento que él considere pueda informar al Congreso si las Fuerzas Armadas continuarán después del último día de noviembre de 2012”.

En primer lugar, de acuerdo a la Carta Magna, el titular del Ejecutivo federal ya no estará en el cargo el primero de diciembre de 2012, sino que habrá otro político en busca de mejorar la situación de los mexicano, a menos ¡claro! que Navarrete sepa algo que el resto de los mexicanos ignora: que la sucesión ya está pactada, que Calderón Hinojosa impondrá a su candidato, el cual le obedecerá en todo o por lo menos ya se habrá comprometido con él a continuar con un gobierno transexenal.

Aunque lo más servil del comunicado de Carlos Navarrete se desprende de la segunda línea, en donde dice “que en el momento en que él considere” informe al Congreso.

¡Ah caray! Ahora resulta que el contrapeso del Ejecutivo, en este caso el Poder Legislativo, no le exige o solicita, sino le comenta: “No se preocupe por nosotros, usted venga aquí cuando quiera a decirnos cómo va a estar todo, ¡para eso es usted el señor Presidente!” Esto es lo que se alcanza a leer entrelíneas, ¡vergonzoso, sin duda!

Y sin importar acuerdos internos de su partido, el vicecoordinador del PRD en la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta Naranjo --de la misma corriente que Navarrete, de NI-- decidió no respetar lo acordado e hizo fuerte a Navarrete en el Campo Marte.

El coordinador de los diputados, Alejandro Encinas, decidió no ir y advirtió que la determinación de Naranjo era a “título personal”. Y decidió no ir porque ese había sido el acuerdo de su bancada, pero a Naranjo no le importó y fue al foro convocado por Calderón.

En la última parte de su boletín, Navarrete se dedica a justificar su presencia al lado de Felipe Calderón. Dijo que es tal el problema de la seguridad en el país, que “en esta materia no valen cálculos políticos, no vale cuidar figuras, no vale especular si asistir o no asistir”, por eso es que acordó, “junto con Guadalupe Acosta Naranjo”, acudir a ese espacio.

De nuevo la sorpresa: no se trataba de especular entre acudir o no, era una resolución de la bancada perredista, tomada por la mayoría y no respetada por algunos de sus integrantes.

Si la presencia del PRD modificara la situación de seguridad, si los diálogos fueran realmente eso y no monólogos, si todos los que encabezan el aparato estatal en materia de seguridad, incluyendo al propio Calderón, escucharan, atendieran, podría ser válida la presencia de perredistas, priistas, petistas o quien fuera.

Pero no es así. Calderón lleva casi cuatro años en el poder y nunca ha escuchado las voces sectoriales que han pedido en distintos momentos la modificación de la estrategia contra el narcotráfico, que el Ejército vuelva a sus cuarteles, en resumen, nada de lo que se le ha pedido o sugerido ha sido tomado en cuenta. Peor aún, Calderón ha demostrado a lo largo de estos ya largos meses que a nadie escucha, que a nadie atiende y que seguirá por el mismo camino.

Pero al PRD de Nueva Izquierda parece no importarle eso, sino más bien estar cerca de quien detenta el poder presidencial. Bueno, ya ni el PRI, de quien se dijo desde el primer día de desgobierno de Calderón que tenía un pacto, que se había aliado y que le resolvía todo a cambio de otros favores, se sumó al besamanos que representó el Diálogo por la Seguridad.

Navarrete ya perdió todo, incluida la vergüenza, porque resulta vergonzoso que ante las carencias que hay en el país, el legislador se dedique a colocar espectaculares en los principales puntos de la Ciudad de México para anunciar su informe como “presidente del Senado”.

Para empezar, ese cargo no existe, sí el de presidente de la Mesa Directiva del Senado y, segundo, el dinero para pagar esos espectaculares bien los puede utilizar para su área de gestión, que para eso está como senador, para buscar el beneficio de la gente, no para promover su persona.

Algunos reportes sostienen que en la difusión de su informe gastó aproximadamente 400 mil pesos, y uno se pregunta, ¿a alguien le interesa saber qué fue a hacer a Marruecos o a otro país, como no sea “turismo legislativo”, pues esos viajes nunca han servido para nada?

Navarrete dijo en algún momento que nada tomaba del Senado y que con sus propios recursos, incluido su salario, es que pagaba su informe. Cierto, nadie lo esta acusando de malversar fondos, lo que algunos parecen cuestionarse es dónde está su congruencia como político.

Como si no bastaran todos esos desatinos, Navarrete ahora anuncia que quiere competir por la jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF). ¿Usted cree que alguien podría votar por él? Sin embargo, a lo mejor y sí habrá quién desee tener a este tipo de político al frente de la gran ciudad de México.

Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx

martes, agosto 17, 2010

Jesús Ortega y la claudicación del PRD

Felipe Calderón y Jésús Ortega. "Diálogo por la seguridad".

Miguel Ángel Granados Chapa

MÉXICO, D.F., 16 de agosto.- Al estilo de la señorita pueblerina que accede a bailar en una fiesta pero pide hacerlo “despacito, porque estoy de luto”, Jesús Ortega saludó de mano al presidente Felipe Calderón pero no lo vio a los ojos. Entornándolos, huidizos, el dirigente nacional del PRD faltó de ese modo a la resolución del X Congreso del PRD, celebrado hace tres años, en agosto de 2007, que ordena no reconocer bajo ninguna circunstancia a Calderón como presidente ni entablar negociación o diálogo con él.

Con su equívoca, sinuosa actitud ante Calderón, parecería que Ortega cumplía un acuerdo no divulgado con César Nava, con quien pactó las alianzas para el 4 de julio pasado. Y consumaba la posición de Nueva Izquierda, que desde siempre se opuso a que el partido ratificara la decisión de la Convención Nacional Democrática, que el 20 de noviembre de 2006 consideró a Andrés Manuel López Obrador presidente legítimo de México, y espurio a Calderón. La resolución del congreso perredista no utilizó esas palabras, pero fue asumida claramente en el mismo sentido.

Automáticamente, sin tener que decirlo, la resolución exceptuó a los gobernantes perredistas de no dialogar ni negociar con Calderón. Se entendió que sus responsabilidades institucionales, el hecho de ejercer funciones que comprenden a toda una entidad, los ponían al margen de la obligación de desconocer al presidente y, al contrario, se admitió como prudencia política su aproximación al Ejecutivo federal. Así lo hicieron, unos con mayor entusiasmo que otros, Amalia García, de Zacatecas; Narciso Agúndez, de Baja California Sur; Leonel Godoy, de Michoacán; Zeferino Torreblanca, de Guerrero, y Juan Sabines, de Chiapas. Aunque expuso que no se tomaría nunca la foto con Calderón, y perseveró en ese propósito, Marcelo Ebrard estaba obligado constitucional y legalmente a abordar con el presidente las designaciones del procurador de justicia y del secretario de Seguridad Pública.

Al paso de los años, la excepción cubrió también a quienes desde el Congreso, en ejercicio de responsabilidades constitucionales, debían tratar con el Ejecutivo. Ese fue el caso de Ruth Zavaleta y de Carlos Navarrete, cada uno de los cuales fue presidente de las cámaras, de diputados y de senadores.

Pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Al acudir a la invitación presidencial a dialogar sobre seguridad, Ortega faltó de modo flagrante (a pesar de su renuencia facial) a un acuerdo de congreso del partido que encabeza. Se puede disentir y aun mofarse, dentro del PRD, de esa decisión, pero está firme y tiene tal vigencia que Alejandro Encinas (que disputó con Ortega la presidencia del partido) se amparó en ella para abstenerse de acudir a la misma reunión en que Ortega, llegando tarde, hizo más visible su saludo al presidente.

La situación del PRD y del Dia, la alianza a la que pertenece, así como la posición del principal perredista, que todavía lo es López Obrador, constituyen el marco de la actitud de Ortega, que puede costarle el cargo al que llegó tan trabajosamente y con los auspicios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y, lo que es peor, la pérdida del papel rector de la izquierda que el PRD ha llegado a tener. Y aun de su existencia misma.

Ortega vive una posición paradójica. Si bien su apuesta por las alianzas con el PAN resultó en general exitosa, tuvo un costo alto, por la resistencia que aun en los sectores moderados de su partido suscita el acercamiento político con la derecha explícita. A pesar de esa renuencia, el proceso electoral dejó fortalecido a Ortega. Pero ha ido quedándose solo, y su fuerza en los órganos de dirección partidarios tiende sistemáticamente a disminuir. Sería exagerado decir que Nueva Izquierda ha quedado desmantelada, pero no lo es afirmar que ha sufrido mermas considerables. La fuerza de esa corriente en el Distrito Federal ha girado en la última década en torno del senador René Arce y su hermano el diputado Víctor Círigo, que abandonaron a “los Chuchos”. También en el entorno cercano a Ortega se han producido bajas. Renunció a Nueva Izquierda el senador colimense Carlos Sotelo, y el presidente de la mesa directiva del Senado, Carlos Navarrete, se propone festejar ruidosamente la conclusión de su cargo en Xicoténcatl para mostrarse equiparado, ya no sometido a Ortega, y aun con mayores posibilidades que él para encabezar los restos de Nueva Izquierda o para aspirar a candidaturas de alto nivel.

Aunque fue presidente del partido –en los momentos en que Ortega adquirió el control del aparato perredista–, López Obrador es cada vez menos perredista. Cuenta mucho más con el PT para la promoción de su movimiento que con el PRD, del que no se ha marchado explícitamente en espera de las decisiones del año próximo. Ostensiblemente no ha querido militar en el partido encabezado por Ortega, al punto de que un día de estos los perredistas tendrán que optar por mantener a Ortega en el mando partidario o establecer condiciones que favorezcan la reaproximación de López Obrador. Ortega no se atrevió a enjuiciar con miras a su expulsión al excandidato presidencial, por su apoyo a un partido distinto al suyo, que en varios casos, como el paradigmático de Iztapalapa, contendió contra él. Pero Ortega ha desnudado su oposición a López Obrador. En el acto mismo en que reconoció a Calderón, en el campo Marte pronunció palabras que cuadran a muchas personas pero que en sus labios y en el contexto en que las dijo parecían destinadas a López Obrador, uno de los “fatuos e insolentes que hablan a nombre del pueblo”, pues esa es la imagen que Nueva Izquierda tiene de su todavía compañero de partido.

La decisión de rehacer el padrón perredista está mostrando la división o la escualidez del PRD. Sea por deficiencias técnicas, sea porque la militancia está decepcionada, la reinscripción camina lentamente, si es que camina. Una hipótesis contraria a Ortega es que los perredistas refrendarán su participación en el partido una vez que el líder nacional haya dejado de serlo, por lo cual las corrientes que se avinieron a aceptarlo como dirigente pese a las vicisitudes de su elección pretenderán forzarlo a retirarse cuanto antes, antes de diciembre como estaba pactado y, desde luego, antes de marzo en que se cumplen tres años de su discutida elección.

domingo, agosto 01, 2010

AMLO: la esperanza se organiza



Aunque todavía faltan 23 meses y un día para las elecciones presidenciales de 2012, después del histórico mitin del domingo pasado en el Zócalo, Andrés Manuel López Obrador está en la pista como el único participante que cuenta con verdaderas posibilidades de triunfar. A su izquierda no hay nadie. A su derecha tratan de competirle Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, Emilio Gamboa, Fidel Herrera y Marcelo Ebrard.

A diferencia de ellos, López Obrador tiene el respaldo consciente de más de dos millones de personas organizadas en comités municipales y territoriales, que comparten una misma esperanza, una gran claridad de ideas en cuanto a lo que deben hacer durante los próximos dos años y un proyecto político en el que creen a pie juntillas, porque saben que ofrece diagnósticos precisos y soluciones concretas a los problemas que destruyeron a México.

En cambio, los retadores de López Obrador buscan la siniestra simpatía de las 30 familias que mantienen sometidos a 100 millones de mexicanos; de la televisión que devasta el cerebro pero vende popularidad, y de las empresas chatarra que convierten a jóvenes y niños en vientres de engorda. Todos ellos, menos Ebrard, confían en que, a la hora de la hora, serán beneficiados por las estructuras clientelares del PRI, expertas en comprar el voto de los más pobres.

Por su parte, algunos oscuros panistas –Ernesto Cordero, secretario de Hacienda; Javier Lozano, de Trabajo; Alonso Lujambio, de Educación, e incluso el grisáceo Santiago Creel, eterno gallo de Vicente Fox, y el tenebroso Manuel Espino– esperan llegar a Los Pinos gracias al llamado gobierno federal, a sus ilimitados recursos económicos, a su delincuencia organizada dentro de las dizque instituciones, y a sus jueces, magistrados y ministros a sueldo (¡y vaya a qué sueldos!)

¿Y Marcelo Ebrard? ¿Qué quiere Ebrard en medio de todo esto? ¿Convertirse en alfil de la alianza PAN-PRD, con la fuerza de los chuchos, El Yunque y Nava, dada la calderónica mediocridad de los pretendientes panistas? Como dijo Descartes, no lo descartes...

El arca de Noé

Si algo tienen en común Peña Nieto, Beltrones, Paredes, Gamboa, Herrera y Ebrard, es que unos se desdibujaron y otros se destiñeron después de los comicios del pasado 4 de julio. ¿Pruebas? Peña Nieto se achicó tras las derrotas del PRI en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Beltrones ganó en Chihuahua, Tamaulipas y Durango, donde las carambolas estaban cantadas a su favor, pero no pudo ni meter las manos en Zacatecas, donde el amo del proceso fue el estratega obradorista Ricardo Monreal.

Beatriz Paredes, por su parte, se alzó con las pequeñas victorias de Tlaxcala e Hidalgo (pero, ¿ganarle a Xóchitl Gálvez la vuelve una nueva Margaret Thatcher?). Sin adversario al frente, Emilio Gamboa se llevó el gato al agua en Quintana Roo (donde, gracias a Manuel Camacho y Jesús Ortega, el PRD perdió una gubernatura que ya tenía en la bolsa), mientras en Veracruz, donde las cosas se le pusieron color de hormiga roja al cacique Fidel Herrera, el mérito mayor fue de Elba Esther Gordillo, quien también mucho tuvo que ver en Puebla.

Por lo demás, ninguno de los abanderados de la alianza PAN-PRD que se impusieron en Oaxaca, Puebla y Sinaloa pertenece al PAN o al PRD. El de Oaxaca debe su victoria a López Obrador, el de Puebla a la Gordillo y el de Sinaloa a priístas que se pelearon con otros priístas. El caso de Ebrard es todavía más elocuente: su única apuesta fue por Zacatecas, donde no escatimó nada para apoyar al candidato del PRD y, sin embargo, cosechó una derrota muy significativa.

Antes del mitin del domingo pasado, que por segunda vez puso a López Obrador en ruta hacia la Presidencia (y con mayores posibilidades que en 2006), Manuel Camacho nos hizo pensar en Ruth Zavaleta cuando, entrevistado por un periódico, señaló que las izquierdas ya no pueden estar bajo la conducción de un solo hombre (El Universal, 23/07/10).

A su vez, Ebrard vaticinó las peores lluvias de todos los tiempos y botó una nueva arca de Noé, denominada Unidad Tormenta, que se declaró en alerta máxima, con el enternecedor (por ingenuo) propósito de evitar que vinieran al DF decenas de miles de obradoristas que llevaban semanas preparando su viaje al Zócalo.

Tiempo de rectificaciones

Después del indudable campanazo que dio al país entero la multitudinaria asamblea de los pejecomités territoriales en el Zócalo, Camacho rectificó y dijo a la prensa que las izquierdas tienen dos grandes candidatos, mientras Marcelo bajaba del arca de Noé, soltaba a todas las parejas de chuchos y panuchos que había albergado dentro de ella, y se iba a comer con Andrés Manuel, supuestamente para refrendar la alianza que lo llevó al Gobierno del Distrito Federal en 2006, y de la que por lo visto ya no se acuerda, pues ahora habla de su ciudad y, muy al estilo Gómez Mont, increpa a los delincuentes con la fálica amenaza de que no se la van a acabar.

En el círculo concéntrico de Ebrard se estima que tarde o temprano la olinarquía comprenderá que ningún panista será capaz de reunir votos suficientes para dormir en Los Pinos el primero de diciembre de 2012. En consecuencia, hay quienes argumentan que Ebrard sí podría alcanzar acuerdos con las 30 familias, con la televisión depredadora y con las empresas chatarra, ofreciéndoles en prenda la colaboración estratégica de Elba Esther Gordillo (a quien le quitó de la Secretaría de Educación del GDF al pedagogo Axel Didriksson, que se peleaba continuamente con ella, para sustituirlo, después de un breve paréntesis, por Mario Delgado, su carta bajo la manga para los comicios locales de 2012). Todo esto, claro está, no perseguiría otro fin que obtener la adhesión a su candidatura presidencial, por parte del PAN y del PRD, a cambio de impunidad para Calderón y los suyos y un nuevo sexenio de más de lo mismo.

Si ésta es la lectura de Ebrard y de su grupo, al fin vamos a entender por qué el GDF reprimió de manera tan desalmada a los vecinos de la Magdalena Contreras. Es obvio: los molió a palos para desalojarlos de sus viviendas, obligado por los millonarios contratos que tiene firmados con la trasnacional española OHL –empresa con inversiones en Brasil, Argentina, Perú y México– y las inmobiliarias ATCO y Copri, para construir la supervía poniente. Esta, en realidad, sería una especie de segundo piso que uniría las principales carreteras que desembocan en la capital, con un libramiento de paga conectado a Santa Fe, una de las zonas residenciales más caras de México, donde viven algunas respetables familias oligarcas y, tal vez por qué no, olinarcas.

¿Es también por esto que Ebrard prohibió a los trabajadores del SME reunirse en el Ángel, poco antes del clímax de su huelga de hambre? ¿Y por lo mismo le ha hecho la vida imposible a Clara Brugada en Iztapalapa, tratando de asfixiarla políticamente al negarle presupuesto a sus programas de ayuda a los pobres?

López Obrador ha llamado a multiplicar los comités territoriales para defender el voto en 2012 (que haya dos por cada casilla electoral), pero ante los atropellos que sufre, la gente se prepara para defenderse. Mañana, a las 10 horas, habrá una cadena de brazos en Magdalena Contreras contra la supervía; otros ya planean una manifestación contra Ebrard en bicicleta, y en algunos círculos de estudio capitalinos se habla de convocar a una quema de recibos de la Comisión Federal de Electricidad, en protesta por el pésimo servicio que brinda. La esperanza se organiza, el descontento también.

domingo, julio 25, 2010

Elecciones sin izquierda

Ortega y Nava. Subordinación

Martí Batres Guadarrama

MÉXICO, D.F., 20 de julio.- Más allá de la valoración que cada quien haga acerca de las alianzas electorales entre el PRD y el PAN, y del carácter excepcional que se dé al caso Oaxaca, el dato duro incontrovertible; sin embargo, es la ausencia de la izquierda en la elección de 2010.

Como proyecto alternativo, como propuesta popular, como identidad propia, la izquierda desapareció del panorama.

Asistimos a una competencia bipartidista entre el PRI y el PAN, con sus respectivos aliados cada uno. El PRD acudió en un papel subordinado. Aceptó las condiciones y reglas que le impuso la fuerza política que cuatro años antes le robó la Presidencia mediante un fraude electoral.

Aun y cuando la Comisión Política Nacional del PRD acordó por mayoría no realizar una política general de alianzas con el PAN, lo que se hizo por parte de la actual dirigencia del PRD fue precisamente eso: una política general de alianzas con Acción Nacional.

Se comenzó con el argumento de que el caso Oaxaca era una excepción. Después se dijo que la alianza en Hidalgo era una contraprestación. Más tarde se pactó en Durango, San Luis Potosí y Sinaloa. En Quintana Roo el PRD hizo alianzas distritales y penosamente asumió el encarcelamiento de su candidato a gobernador por parte de sus “aliados”. En Tlaxcala el PRD declinó torpemente su candidatura a favor del PAN, a cambio de nada, y en Zacatecas rogó lastimosamente el respaldo de los blanquiazules, sin obtener respuesta positiva.

El resultado: el PRD no ganó ninguna nueva gubernatura y en cambio sí perdió la que tenía. El PRI obtuvo los gobiernos en nueve entidades de 12, el PAN dos y Convergencia una, con un gobierno de composición que incluirá al blanquiazul.

Los promotores de las alianzas declararon que éstas fueron un éxito. Pero… ¿Para quién? El PRI gana casi todo. El gobierno panista introduce un efecto mediático para enviarle al PRI el mensaje de que le dará batalla en 2012. El PRD aparece como soporte de otras fuerzas políticas, ayudando al PAN a nivel nacional para que no pierda capacidad competitiva.

Al interior del PRD se argumenta que así se frenó al PRI y se garantiza un 2012 competido. ¿El PRD entrará a la competencia porque de 12 en disputa ganó media gubernatura?

Se olvida que en 2009 el PRD gobernaba en seis entidades y le fue muy mal; que en 1988 el PRI contaba con el 100% de los gobiernos estatales y aun así perdió la elección; que en 1997 el PRD no tenía ninguna gubernatura y se convirtió en la segunda fuerza electoral nacional. En otras palabras, tener gobiernos locales es muy importante, pero el triunfo en una elección presidencial no depende de éstos.

Al subordinarse al PAN, el PRD pierde credibilidad, pues esa es la fuerza que cometió el fraude electoral de 2006, y en su agravio directo; pierde coherencia, pues fue el PAN quien mandó a la calle a 44 mil trabajadores electricistas y tiene, además, a México sumido en la peor crisis política, económica y social de los últimos tiempos; y pierde capacidad competitiva, pues al hacer un frente común con el PAN deja al PRI jugar el rol de oposición política, que ciertamente no es.

Si en 2011 continúa la alianza con el PAN, ¿cómo convencerá el PRD a los electores de que es una fuerza distinta a la derecha? ¿Cómo podrá decir que PRI y PAN son lo mismo? ¿Cómo le quitará al PRI el discurso de oposición y de fuerza alternativa al desastre de la derecha panista?

Urge abrir un debate sobre el futuro de la izquierda en México antes de que termine por desaparecer, diluida con sus adversarios antagónicos. Si el PRD realmente quiere competir por la Presidencia en 2012, debe fortalecer su propia identidad, posicionar su programa y ensanchar su propia corriente electoral.

Vale la pena recordar un pasaje de las memorias de François Mitterrand: “Cuando los socialistas discutíamos y hacíamos alianzas con la izquierda o con el centro, tomé partido y opté por la unidad de la izquierda… mirar hacia el centro es un tentación recurrente, y el resultado siempre es el mismo: desdibujarse como alternativa. Opté por la unidad de la izquierda y no me equivoqué. No hay más estrategia que la unidad del movimiento popular y el anclaje a la izquierda”.

viernes, junio 25, 2010

Legisladores convierten Xicoténcatl en estercolero

Corrupción, espionaje y grabaciones, temas en la Comisión Permanente

Gobernadores y dirigentes partidistas, la comidilla entre oponentes


Periódico La Jornada

Los partidos representados en la Comisión Permanente dedicaron más de cuatro horas para lanzarse acusaciones de corrupción, espionaje y amenazas de nuevas grabaciones, como supuestas evidencias del intervencionismo de gobernadores en la elección del próximo 4 de julio.

Ante las críticas de PRD y PAN por la probable injerencia de Ulises Ruiz Ortiz para favorecer a Eviel Pérez Magaña, el diputado Héctor Pablo Ramírez (PRI) reveló en la tribuna del Senado que los líderes de la corriente Nueva Izquierda, del PRD, le pidieron al gobernador de Oaxaca, en un salón privado del Teppan Grill del hotel Nikko, recursos y ayuda para que Jesús Ortega ganara la elección interna del sol azteca.

Según el priísta, en el encuentro estuvieron el propio Ortega, el senador Carlos Navarrete –al que llamó “jefe del cártel en el Senado”– y el diputado Guadalupe Acosta Naranjo.

Yo nunca me he reunido con usted y Ulises Ruiz, reviró Acosta. He tenido encuentros privados con diputados y senadores, y soy un hombre que honra esas reuniones, pero nunca me atrevería a pedirle un solo peso a Ulises Ruiz, dijo el perredista.

Retó a Ramírez a someterse al polígrafo y ofreció solicitar licencia si le comprueban la entrevista con el gobernador de Oaxaca. El polígrafo es para los delincuentes, reviró el priísta.

El tono del discurso llevó al diputado Agustín Guerrero (PRD) a comparar la sesión con la película Gángsters contra charros, de Juan Orol. Esto es muy surrealista: esos retos de envalentonados de los años cincuenta. Yo les traigo el polígrafo el próximo miércoles, se mofó.

Ayer, por cuarta semana consecutiva, diputados y senadores se enredaron en un agrio intercambio a consecuencia de las elecciones. Esta vez el centro del debate fue la intervención telefónica a Ulises Ruiz y al gobernador de Veracruz, Fidel Herrera.

Al final de una lista de 31 oradores, el senador Fernando Castro Trenti (PRI) exigió al PRD no defender las grabaciones telefónicas. No solapen el espionaje del gobierno federal a todos, incluso a ustedes. Ya han dicho que no tardan en salir grabaciones de Amalia (García, gobernadora perredista de Zacatecas). Cuando el perro es bravo hasta a los de casa muerde, así que pónganse una vacuna, sugirió.

La disputa arrancó con una solicitud para fiscalizar a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) y se avivó con la demanda de Acosta Naranjo de indagar quién espió a Ulises Ruiz y a Fidel Herrera.

El priísta Castro Trenti le preguntó desde su escaño si también aprobaría una averiguación penal contra el presidente del PAN, César Nava Vázquez, quien aseguró contar con material adicional de ese tipo.

Y en una respuesta que causó hilaridad, Acosta dijo: Que se investigue todo. Si alguien tiene experiencia amarga en videoescándalos es nuestro partido.

Para Castro Trenti, el espionaje ilegal con fines políticos parte de una acción concertada por las instituciones del Estado, que lo coloca al nivel de la Gestapo.

El diputado Javier Corral, delegado del PAN en Oaxaca, sostuvo que los priístas pretendían dar lecciones de moral pública, cuando sus gobernadores han sido pillados en una intromisión indebida, ilegal e inmoral.

Los facciosos, dijo, son los gobernadores priístas que espían a sus compañeros de partido, y citó el caso del centro de escucha en el estado de México que, sostuvo, instaló el gobernador Enrique Peña Nieto, que incluyó al respetable senador Manlio Fabio Beltrones; yo creo que lo andaba espiando porque lo ve como un próximo y fuerte competidor en la sucesión presidencial de 2012.

Continuó: “Faccioso, el que la semana pasada escuchamos decir: ‘estoy en la plenitud del pinche poder. Tengo el gobierno en la mano’. No puede haber una reproducción más facciosa de alguien que concibe principio y fin del poder, que lo tiene en la mano y además lo cataloga como pinche”.

Héctor Pablo Ramírez lo acusó de presionar a dos consejeros de Oaxaca para obligar a la renuncia del presidente del instituto electoral del estado, José Luis Echeverría, uno de los involucrados en las llamadas de Ruiz.

Corral replicó: Entiendo que el lodazal sea su última herramienta, porque van a perder. Aquí en primera fila está Héctor Pablo (Ramírez), quien amenaza que tiene grabada la reunión con los consejeros.

De su escaño, el priísta tomó un disco que depositó en la mesa directiva, ante el azoro del senador panista José González Morfín, quien conducía la sesión. Que lo pongan para que escuche todo el Congreso, punzó Corral. Al terminar el debate, el panista confió: Héctor Pablo es un mentiroso. Ese disco no tenía ningún archivo.

Javier Corral volvió a definirse como pecador estándar, y sostuvo que se comporta igual tanto en público como en privado, por tanto no hay prueba de la supuesta presión a los consejeros que, dijo, grabaron el diálogo con él y entregaron el audio a Echeverría. “Conversación inmoral, la de Ulises Ruiz, que dice de dos damas: ‘se pusieron de pechito’, y luego las califica de ‘pendejas’.”

En su turno, el priísta Silvio Lagos acusó al PAN de difamar cuando se siente derrotado. El buen gavilán no chilla. ¡En Veracruz les vamos a dar una paliza de su tamaño!, espetó.

Al finalizar la sesión, Acosta Naranjo dejó en la oficina de Navarrete una carta con su supuesta solicitud de licencia, aplicable si falla en el polígrafo.

Héctor Pablo Ramírez confirmó, sin embargo, la reunión en el Nikko. “Sí, fue en un privadito del Teppan Grill. Ortega, él y Navarrete nos pidieron ‘tablear’ con los estados donde Alejandro Encinas ganaba la elección (interna del PRD)”, declaró luego en entrevista.

–¿Y ustedes los apoyaron?

–Les dimos dinero y recursos humanos. El PRI llevó a sus militantes a votar. Nada más vean cómo arrasó Chucho en Oaxaca.

domingo, febrero 14, 2010

Casi todos contra la alianza (y Gabino Cué)

Gabino Cué, aspirante a la gubernatura de Oaxaca.

MÉXICO, D.F., 14 de febrero.- La alianza del PAN y los partidos del Dia (Diálogo para la Reconstrucción Nacional: PRD, PT, Convergencia) ha obtenido ya su primer triunfo, antes del que probablemente obtenga en los comicios del 4 de julio. Pudo forjarse pese a la diversidad y peso de las voluntades en sentido contrario.
Coincidieron en oponerse a la coalición oaxaqueña, aunque por razones distintas, los contendientes de la elección presidencial de 2006, cabezas de la polarización surgida entonces y que perdura al día de hoy. Andrés Manuel López Obrador ha emitido una condena generalizada a las alianzas de sus partidos cercanos con el PAN y con el PRI. Incluyó en esa advertencia a Oaxaca, aunque a todas luces se ha resignado a que Gabino Cué sea el candidato de una coalición indeseable. No le será inconveniente contar con el apoyo de Cué como gobernador, pues él ha sabido mantenerse próximo a su movimiento pese a haber anunciado, en cumplimiento de una condición panista, que sostendrá un trato institucional con Calderón (como lo hacen, por lo demás, otros gobernadores que fueron postulados por el PRD).
Felipe Calderón tampoco quería la alianza oaxaqueña, si bien no por decisión propia, sino por acuerdo con el mismísimo gobernador de esa entidad. Alejandro Almazán, reportero del semanario emeequis, oyó de amigos de Manlio Fabio Beltrones la siguiente versión, difundida por el propio líder del PRI en el Senado. En septiembre pasado, Beltrones visitó en su oficina a Beatriz Paredes para disuadirla de apoyar el paquete económico tal como había sido enviado de Los Pinos, en especial el incremento de impuestos. Al terminar su alegato, la presidenta del tricolor se limitó a pedir al sonorense: “Deberías decirle todo eso a Ulises”. El gobernador de Oaxaca se encontraba en el mismo edificio, en una oficina vecina y, quizá a moción de la presidenta, se asomó al sitio donde ella y Beltrones dialogaban: “Tenemos que apoyar el IVA, ya lo hablé con Calderón”, anunció, a lo que el pragmático sonorense preguntaría: “¿Y qué vamos ganar?”: “Que no haya alianza del PAN y del PRD en Oaxaca. Yo no puedo salir de mi estado con una derrota, sería mucho desmadre. Además, eso afectaría al partido para 2012”.
Encargado de consolidar ese compromiso, Fernando Gómez Mont acudió el martes 9 de febrero al comité nacional panista. Su alegato contra la coalición fue estrepitosamente derrotado: 40 votos apoyaron la alianza e hicieron al gobierno incumplir su oferta al PRI. Despechado o colérico, o ambas cosas a la vez, Gómez Mont dejó de ser panista. Pero eso no ha impedido que Ulises Ruiz, que había llegado a ese pacto con Calderón, mueva otras bazas en este juego en que tanto le importa no perder.
Está aplicando sus recursos y su fuerza a la izquierda y a la derecha de la coalición. Héctor Sánchez y su partido Unidad Popular han vuelto a la escena, en que se les asignará un papel semejante al que protagonizaron en 2004. Sánchez abandonó entonces el PRD y creó un partido local que lo postuló a la gubernatura. La estrategia surtió efecto: la votación de ese partido de última hora, que escindió a uno de los partidos de la alianza, fue equivalente al número de votos con los que Ruiz aventajó formalmente a Cué. Sin embargo, es posible que esta vez su presencia no sea suficiente para minar a los opositores en la medida necesaria. Las más recientes encuestas dan al candidato de la oposición una ventaja de 10%, superior cinco veces al margen por el que hace seis años fue derrotado.
Por la derecha, dentro del PAN también desplegó Ulises Ruiz su fuerza. Aun después de conocidas las decisiones del comité estatal panista y de su comité nacional, se buscaba sacar avante la candidatura de Huberto Aldaz Hernández. Es un ingeniero agrónomo que en el gobierno foxista dirigió el Instituto Nacional Indigenista y fue encargado de clausurarlo para dar paso a la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas. Luego fue diputado federal y ahora es delegado de la Sedesol en Oaxaca. Según sus partidarios, es mejor opción que Cué. Aun si tuvieran razón al comparar las trayectorias y personalidades de ambos, es claro que la fuerza del actual senador, ya formalizado candidato, es superior a la de Aldaz, por lo que postular a éste significaría mermar la potencia que se espera de la unión de partidos.
Tras la renuncia de Gómez Mont, con lo que ella implica de distanciamiento entre el PAN y el gobierno, queda por ver la actitud de la Sedesol. Mediante mecanismos administrativos y políticos, esa secretaría puede hacer que Aldaz acate la decisión de su partido y se sume a la candidatura de Cué. Pero cabría la posibilidad de que los aldacistas buscaran una alternativa para no apoyarlo. Esa posibilidad, sin embargo, generaría otra disputa interna. Se trata del Partido Nueva Alianza, que en algún momento esbozó su propósito de unirse a la coalición pero desistió porque su precandidata Irma Piñeyro no tendría posibilidad de ser elegida frente a Cué. Dada la cercanía y entreveramiento del PAN y el Panal en otras entidades, una disidencia panista sería bien recibida por el partido de Elba Esther Gordillo, aunque tuviera que dirimir la candidatura entre Piñeyro y Aldaz.
Es probable que el aldacismo sea parte de la estrategia de Manuel Espino contra la alianza. Además de predicar contra ella, ha trabajado para impedirla. Y es que Espino sostiene una relación política extraña con Ruiz, quien patrocina reuniones políticas del antiguo dirigente panista. Un encuentro continental sobre seguridad –segunda edición de otro que realizó en Colombia la Organización Demócrata Cristiana de América (presidida por Espino y a la que pertenece el PAN)–, efectuado en 2008 en Ciudad Juárez, fue financiado por el gobierno priista de Chihuahua… y por el de Oaxaca. La oficina de prensa de Ruiz, además, organizó la presentación en Oaxaca del más reciente libro de Espino, Volver a empezar.
Con todo y ese conjunto de amagos y estorbos, la coalición en Oaxaca va. Se avizora tan formidable su empuje que ello explica el despliegue de toda suerte de recursos para impedirla.

Oportunismo ramplón

Alejandro Encinas (PRD), Francisco Rojas (PRI) y Josefina Vázquez Mota (PAN)


MÉXICO, DF, 12 de febrero (apro).- Mientras en el PAN hay algunos militantes que cuestionan las alianzas con el PRD, como el expresidente Vicente Fox --quien hoy felicitó al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, por haber renunciado al partido, aunque el guanajuatense evita seguir el ejemplo--, en la dirigencia nacional panista las siguen impulsando e incluso las extienden al plano legislativo.
La agencia Apro y Proceso en línea dieron cuenta el pasado jueves de hasta dónde quiere llegar el PAN con el PRD.
Se destacó, por ejemplo, lo revelado por el vicecoordinador panista Roberto Gil Zuarth, sobre la existencia de un acuerdo para que juntos, PAN y PRD, saquen adelante las reformas hacendaria y política.
Pero existe otra alianza que se teje en estos días entre un ala del PRD en la Cámara de Diputados y toda la fracción del PAN; a través de ésta se pretende rechazar la controversia constitucional en contra de los lineamientos que elaboró el Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos (Pemex) y que, a decir de algunos especialistas, abre aún más las puertas a la iniciativa privada para que participen en áreas estratégicas que sólo deben estar en manos del Estado.
Del otro lado se encuentra el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el que no sólo respalda a los promoventes de la controversia, los petistas afines a Andrés Manuel López Obrador, sino que además les ayudó en su confección jurídica. Aquí se teje otra alianza PRI-PT.
Empero el PAN rechaza cualquier acto que frene las decisiones del gobierno federal, y la corriente Nueva Izquierda (llamada coloquialmente como Los Chuchos), de entrada, coincidió con sus planteamientos en cuanto a la controversia se refiere. Pero será este fin de semana cuando determinen Los Chuchos si, de la mano de Acción Nacional, se oponen a la controversia.
En otro extremo se coloca Vicente Fox, quien denuncia que esas alianzas electorales entre ambos partidos, PAN-PRD, no deben continuar, pues son “como el agua y el aceite”.
Y no le falta razón. Por lo menos en el plano de la reforma hacendaria es difícil pensar que un partido que se dice de izquierda esté a favor del aumento de impuestos a la población para lograr llevar más recursos al gobierno federal.
Habrá que esperar todavía algunas semanas para ver si lo que anunció el vicecoordinador panista se concreta a la hora de modificar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) o el Impuesto Sobre la Renta (ISR).
Aunque no será extraño que esto sí ocurra, pues basta recordar cómo en la discusión y aprobación de la Ley de Ingresos llevada a cabo en octubre pasado, fueron justamente los diputados afines a Nueva Izquierda quienes sí votaron a favor, en tanto que los legisladores del PRD identificados con López Obrador se opusieron, junto con el Partido del Trabajo y Convergencia.
La división que generó la propuesta de controvertir la decisión del Consejo de Administración de Pemex va más allá de una llana alianza parlamentaria. Detrás de todo parecen estar viejas rencillas y pleitos de poder al interior del propio PRI.
Aunque parezca extraño, el Revolucionario Institucional apoyó al PT en la elaboración de la controversia; pero no fue el PRI de Manlio Fabio Beltrones --quien poca o nula coincidencia política tiene con López Obrador, porque detrás de la controversia están los debates sobre la reforma energética que enfrentó tanto la opinión de tabasqueño como la idea que de la paraestatal tiene Beltrones--, sino otro de los tantos grupos en que se fraccionó el PRI desde que perdió la Presidencia de la República.
Está claro entonces que los impulsores de la controversia en el PRI no fueron los diputados ceneopistas (afines a Beltrones), sino los que hoy están del lado de la coordinación parlamentaria que encabeza Francisco Rojas.
Hay quienes sostienen que detrás del apoyo al PT está el desencuentro político que mantienen Beltrones y Rojas, pues al parecer el segundo respalda a Peña Nieto en su búsqueda por la candidatura presidencial para el 2012, e incluso aún no cancela su propia posibilidad de llegar a esa posición, espacio que por cierto Beltrones también anhela desde hace varios años.
Sólo detrás de las ambiciones presidenciales se pueden entender estas alianzas PRI-PT en la Cámara y la que tienen en puerta PAN y un ala del PRD (la que no mantiene buena relación política con el autodenominado “presidente legítimo”).
El PRI está molesto con el PAN por haberse aliado con el PRD en Oaxaca y Durango, por ello desde un principio anunció su rotundo “no” a la propuesta de reforma política de Felipe Calderón.
Por su lado los panistas dicen que no se dejarán “chantajear por el PRI” y que ello los impulsa a buscar alianzas con el PRD para avanzar en este tema y el hacendario, en la Cámara de Diputados.
Ya Francisco Rojas, coordinador de los legisladores priistas, ha tratado de sumar a los más acérrimos críticos de Felipe Calderón en la Cámara: los petistas Mario DiCostanzo, Gerardo Fernández Noroña y Jaime Cárdenas.
Para no ir muy lejos, el pasado martes se reunió con estos tres legisladores para ofrecerles su apoyo en la controversia constitucional y, de paso, aprovechó el momento para hablarles de su agenda legislativa para el actual periodo ordinario de sesiones.
Ahí, Rojas les comentó que sus objetivos son tres: regresar a la banca de desarrollo su papel de impulsar la economía, exigir cuentas al gobierno federal sobre el gasto público y poner un freno a los delegados de algunas secretarías de Estado, como Economía o Desarrollo Social, “pues están usando los créditos y apoyos con fines electorales”.
Al término del encuentro, Rojas les preguntó si habría algún problema si se les tomaba una foto del evento, a lo que los petistas no tuvieron inconveniente; al día siguiente la gráfica figuró en varios medios de información; un claro mensaje para el gobierno federal de que el PRI tiene cerca y mantiene un diálogo con los más férreos críticos de Calderón Hinojosa, y quienes por cierto no desaprovechan la tribuna para llamarlo “espurio, ilegítimo y pelele”.
Del otro lado está la extraña “coincidencia” --por no llamarle aún “alianza”-- entre algunos perredistas con los diputados federales del gobierno de Calderón.
Un ejemplo de que parecen caminar juntos fue lo ocurrido, también la semana pasada, en la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados.
En dicha sesión se pretendía establecer un calendario para la revisión y emisión del dictamen de las Cuentas Públicas atrasadas del gobierno federal.
Ahí, el PRI pretendió arrancar con las de Calderón pero, para sorpresa de los priistas, fue el PRD quien dijo “no”, y propuso empezar con las del gobierno de Vicente Fox, que desde hace años siguen en el cajón del olvido legislativo.
“Pero qué les ocurre a los perredistas”, comentaron algunos diputados del PRI que participan en la comisión, y hasta se mofaron: “Ahora resulta que es el PRD quien se niega a escudriñar en las cuentas del gobierno que ellos consideran espurio”.
La queja llegó hasta Mario Delgado, secretario de Finanzas del gobierno perredista del Distrito Federal que encabeza Marcelo Ebrard.
Al saber de lo ocurrido, éste sólo alcanzó a exclamar: “¡Hasta allá llega ahora la alianza con el PRD o es que ya los centavearon!”
De la compra de votos a diputados de PRD, PAN, PRI, PT o de cualquier otro partido, nadie puede asegurar nada, pues no existe prueba de ello y, si esto ocurre, no serían tan ingenuos como para dejar huellas.
Lo que sí es cierto es que los procesos electorales de este 2010 y el presidencial del 2012 están haciendo que las piezas se intercambien, que unos diputados “de izquierda” se alineen con otros de derecha, o que algunos priistas resulten ser más panistas que los propios blanquiazules, sin acordarse siquiera de la ideología.
Parece ser que de aquí en adelante lo único que importa es ganar elecciones, ganar acuerdos, frenar a los “incómodos”, alentar a los ávidos de poder y corromperse, si no por dinero sí por lograr posiciones políticas.
Por eso lo mismo se verá un guiño del PRI al PT, que al PRD sentarse a un lado del PAN. Esta es la calidad de algunos políticos mexicanos, indignante pero real.

domingo, febrero 07, 2010

México: ¿Después que el PRD entregó las nachas a Calderón, seguirán los AMLOs, Encinas y Padiernas adentro?


1. El PRD no tiene vuelta ya en su viaje sin regreso y nadie podrá detenerlo. Los “Chuchos” o “Nueva Izquierda” determinaron su camino para integrarse totalmente a la política oficial sin ningún prejuicio. Han decidido reconocer abiertamente a Calderón y dar la batalla con las mismas armas y los mismos métodos del PRI y del PAN. Seguirán compitiendo con un discurso de seudoizquierda pero su práctica política será idéntica a la de los partidos burgueses. Con esa estrategia sin principios ni ética es probable que logren más presencia entre los legisladores, pero serán un partido más dándole la espalda a los trabajadores. Están repitiendo la historia de la socialdemocracia en el mundo: la alternancia en el gobierno, la reelección en los cargos públicos y carreras políticas de 50 años, siendo lo más grave ayudar a mantener a la mayoría de la población en la pobreza y opresión.
2. El presidente de facto, Felipe Calderón, con reiterados reproches a la clase política porque prevalecen el encono y las descalificaciones en el país, llamó a lograr acuerdos medulares para transitar del conflicto y la amenaza de parálisis a la cooperación y el consenso. Rodeado de políticos del PRI, el PAN y el PRD que se congregaron en la celebración del 93 aniversario de la Constitución, aseguró que éste debe ser el año de la reconciliación nacional, y secundó una propuesta hecha por gobernadores priístas y perredistas para firmar otro pacto social. Que se hagan a un lado los intereses partidistas para privilegiar la unidad. Expuso que si eso no fuera posible, la vida de la nación se debilitará, la política se empobrecerá y quedará convertida en opciones que están lejos de la dimensión de la dignidad de los ciudadanos.
3. López Obrador, por su parte señaló: “Hay que entender por qué se llegó a esta situación tan lamentable; existe violencia porque en 27 años de política económica neoliberal no ha habido empleo y se ha hecho a un lado a los jóvenes, porque no tienen posibilidad de empleo ni de estudio. Lo que está pasando es fruto podrido de la política económica, antipopular y entreguista; es la política del pillaje, del saqueo, que está beneficiando a unos cuantos y destruyendo el país. Sobre las alianzas dijo: “Creo que debemos retomar lo que somos, y lo más importante son los principios y los ideales. Me parece que todo tiene fronteras, y la política debe ser el equilibrio entre principios y eficacia, pero hay límites. Se tienen que mantener los principios. No se trata de llegar a toda costa dejando trozos de dignidad. No soy cacique, no soy dueño de PRD, PT o Convergencia. Simplemente, no estoy de acuerdo y no quiero juzgarlos. No creo que convenga la alianza”.
4. En tanto Calderón –desesperado porque el país se le cae a pedazos por miseria y desempleo- habla de un pacto social, de reconciliación nacional, de hacer a un lado los intereses partidista privilegiando la unidad, casi pidiendo “borrón y cuenta mueva nueva”, y el PRI, PRD y demás partidos parecen estar de acuerdo en firmar tal pacto, López Obrador – con toda razón- denuncia que fueron las políticas neoliberales que se impusieron en 1982, las políticas antipopulares, entreguistas, de saqueo, las que están destruyendo a la nación. Se pregunta: ¿cómo acudir a políticas de alianzas con el PAN y el PRI – que son los principales culpables de que el país se esté desplomando- sin poner como base los ideales, los principios la honestidad y la decencia? Dice AMLO que no puede prohibirles y denuncia los hechos, pero la pregunta sería: ¿Hasta cuando permanecerá en el PRD?
5. Al parecer el presidente ilegítimo, Calderón, obtuvo un nuevo triunfo político al presidir (con la banda presidencial) la ceremonia del aniversario 93 de la Constitución Política este 5 de febrero y poner en la mesa de honor y como oradores a dos altos líderes de PRD; al gobernador del Estado de Michoacán (Godoy) y al presidente de la cámara de senadores (Navarrete). Entiendo a los políticos de sistema, a los que carecen de principios éticos, los que están siempre puestos a escalar, que jamás quieren pelearse con nadie porque no saben cuando tendrán la “necesidad” de aliarse nuevamente. Se pueden criticar entre sí en problemas secundarios e intrascendentes; usan incluso palabras para armar frases espectaculares mediáticas para llamar la atención, pero nunca se confrontarán en asuntos de fondo que vayan a la raíz de los problemas. El PRD ha entregado todo.
6. Batista, gobernante de Cuba al servicio directo de los yanquis, fue derrocado por una revolución del pueblo; el gobierno venezolano se derrumbó por la fuerza electoral de Hugo Chávez que durante casi ocho años irrumpió; lo mismo puede decirse del triunfo electoral de Evo Morales contando con todo el apoyo de los indios y campesinos bolivianos. Sin embargo el caso mexicano parece distinto: el gobierno de Calderón no se vendrá abajo por las luchas, las protestas y los movimientos de masas del pueblo, sino por su incapacidad para gobernar, por estar llevando al país a la bancarrota y no encontrar salidas adecuadas. Se han reunido ya millones de firmas pidiendo la renuncia de Calderón y el descontento de muchos sectores de la población es manifiesto, pero no hay grandes movimientos de masas que se lo exijan y la clase política lo respalda en la práctica.
7. En la década de los sesenta los partidarios de la vía armada, como lo fueron Castro y Guevara en Cuba, partiendo de sus experiencias pensaban que bastaba con la existencia de condiciones objetivas, materiales (pobreza, miseria, desempleo, desesperación y hambre) para que estallara una revolución del pueblo y que las condiciones subjetivas (conciencia y organización de los campesinos y trabajadores) se formarían en la lucha contra el enemigo, con la ayuda de “el foco” y la guerrilla. Veinte años después –mientras la represión gubernamental se ensañaba contra las luchas armadas del campo y la ciudad, las luchas electorales se fortalecieron con la intervención y apoyo económico del Estado, así como de los medios de información. La formación de la conciencia y de equipos de trabajo por parte de los explotados y oprimidos ha pasado a primer plano para contrarrestar el dispendio del Estado.
8. Con millones de firmas puede realizarse una gran campaña, pero Calderón no caerá, mucho menos renunciará, sin un poderoso movimiento de masas, sobre todo si como “gobierno constitucional” cuenta con el apoyo de la clase política. El PRI y el PRD podrán criticar muchos aspectos de sus programas políticos y económicos, pero siempre estarán prestos a apoyarlo para que termine su sexenio, aunque esté destruyendo de manera acelerada al país. La demanda de “revocación de mandato” es importante, pero impracticable mientras la clase política domine. Por eso, viendo el comportamiento cada vez más claudicante del PRD me pregunto: ¿Hasta cuándo los lopezobradoristas, encinistas y bejaranistas continuarán esperanzados en que podrán cambiar la línea del PRD cuando se ve claramente que no tiene retorno? Mientras tanto Calderón sigue destruyendo el país.

pedroe@cablered.net.mx