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jueves, julio 28, 2011

Los jóvenes luchan contra el capitalismo

Obama desesperado, la crisis pega, se derrumba el neoliberalismo, los jóvenes indignados luchan.

1. Tres notas publicadas hoy sobre la crisis del capitalismo y la lucha de los jóvenes -además de la nota principal acerca de la desesperación de Obama para evitar que EEUU se declare en quiebra- me ponen muy contento. Sin embargo sé que muchas veces yo me doy cuerda para no morir de tristeza ante el negro panorama mundial, también porque el capitalismo a través de la historia ha demostrado que siempre se recupera para seguir aplastándonos. En primer lugar Joseph Stiglitz anima a los jóvenes indignados en España y plantea ante ellos que el modelo neoliberal ya no funciona; luego la ONU denuncia que se agrava el desempleo y la falta de educación en los jóvenes y en tercer lugar en México los jóvenes estudiantes salen a la calle a manifestarse por haber sido rechazados por la universidad y el sistema educativo. La realidad es que la situación de la economía mundial se agrava en todos los niveles, parece dar tumbos, pero el capitalismo –desafortunadamente- cura sus enfermedades.

2. El premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, elogió el cariz del movimiento español de los “Indignados”, su “frescura” y “valiosa aportación” al debate de las ideas. Stiglitz fue categórico: “El modelo (neoliberal) ya no funciona y hay que reconocer de una vez que los modelos que nos llevaron al desastre son antiguos y erróneos”. Luego reconoció que “en esta generación de ideas y debates ‘están fallando’ las grandes universidades del mundo que en lugar de reconocer las evidencias y ‘ponerse a trabajar’ se dedican a repetir que los mercados no fallan, cuando más que nunca hemos vistos que los mercados no son eficientes”. Es necesario que se fiscalice el capital financiero, tarea que deberían acometer el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, de los que se mostró muy crítico por no identificar la crisis y su aún peor su diagnóstico de la situación actual. La desigualdad es el principal contribuyente a la crisis económica y, además, se ve incrementada por ésta”.

3. Stiglitz reafirma lo que hace por lo menos cinco años se ha venido demostrando por la realidad: que el neoliberalismo (punta de lanza del capitalismo desde hace 30 años) sólo sirvió para reconcentrar las riquezas entre los sectores más poderosos de cada país y en hacer crecer la desocupación y miseria entre la inmensa mayoría de la población. Una vez logrado su objetivo de concentración oligopólica el neoliberalismo se convirtió en la causa del enorme descontento que se multiplica en el mundo. Una vez privatizado todo y que el Estado se hizo más pequeño, ahora se hace la crítica buscando que ese mismo Estado entre al rescate. Se vio que hacer depender todo de la ley del mercado llevaría a crisis económicas de mayor profundidad. Es por eso que los mismos FMI y BM comienzan a reconocer que para que sistema capitalista se mantenga vigente tiene que cambiar el modelo e instrumentar otra con participación amplia.

4. En el mismo sentido, la ONU informó que “la recesión económica provocó el aumento de 11.9 a 13 por ciento de la tasa de desempleo entre los jóvenes del mundo, para sumar 81 millones en 2009, el mayor ajuste anual registrado en la historia. Indicó que, incluso cuando tienen empleo, los jóvenes tienden a trabajar más horas que los adultos, a cambio de menores sueldos y en esquemas informales y sin seguridad social. El desempleo y la falta de educación son los mayores retos que enfrentan los jóvenes en el mundo. Debemos cerrar la brecha entre demanda y oferta de empleo. Necesitamos nuevas estrategias”, afirmó Jean-Francis Zinsou, embajador de Benin, África, ante la ONU. Éste reconoció la incapacidad de los gobiernos de ofrecer educación y empleo a la juventud equivale a marginarla, aumentando el riesgo de que ese sector se radicalice políticamente o de que se limite su función como agente de cambio social.

5. Otra vez los jóvenes aparecen en escena. Se teme su radicalización ante el aumento de la tasa de desempleo y de falta de educación en el mundo. No es un problema de Grecia, Francia, España, Chile o México -donde recientemente los estudiantes han salido masivamente a las calles a luchas por sus derechos-, más bien es un asunto del capitalismo mundial que ha demostrado que no tiene capacidad de atender la educación pública, la educación para la población entera, y se la entrega a negocios privados cuyo objetivo sólo es ganar dinero, que también llaman educación para quienes tengan capacidad de pago. Con su intervención la ONU exige que se atienda el problema educativo y del empleo para evitar que la juventud se “radicalice políticamente” y adopte caminos revolucionarios que pongan en riesgo al sistema capitalista. Espero con muy buen ánimo que estos movimientos crezcan y pongan en jaque a los poderes.

6. En México, después de la marcha de estudiantes rechazados, misma que partió de San Cosme hasta llegar a la Secretaría de Educación Pública (SEP), los incapaces funcionarios de esa secretaría se comprometieron a instalar el 4 de agosto una mesa de diálogo con los jóvenes que quedaron fuera de la enseñanza superior. Éstos denunciaron que la dependencia (la SEP) minimiza su exigencia de construir un acuerdo nacional para ampliar la cobertura en este nivel. Los estudiantes denunciaron que de manera “cínica” la SEP les dijo que es “la última vez que analiza nuestras demandas”, aun cuando las conoce perfectamente desde 2006. Lejos de discutir a fondo la problemática de miles de jóvenes que no acceden a los espacios universitarios, la secretaría pretende reducir el asunto al ingreso de los estudiantes que participan en el movimiento, tal como sucedió en años anteriores, dijeron los estudiantes.

7. En artículo anterior me esperanzaba en que los jóvenes mexicanos (más de 100 mil rechazados en las universidades, el Poli y demás), junto con los más de 20 mil profesores rechazados por falta de plazas para dar clases en las escuelas, salieran a las calles, bloquearan la SEP y no transigieran ante el ofrecimiento de limosnas por las autoridades. Hoy los estudiantes son claros: “La SEP pretende reducir el asunto al ingreso de los estudiantes que participan en el movimiento” cuando el problema es mucho más grande: que el sistema educativo dé cabida a todos sus solicitantes, puesto que todos han salido con calificaciones aprobaciones y certificados del mismo sistema educativo. Espero que los activistas de la izquierda radicalizada de la ciudad de México, además de los profesores de la CNTE, participen ayudando a los compañeros que están en las calles y eviten que sean nuevamente engañados por el gobierno.

http://pedroecheverriav.wordpress.com


domingo, mayo 23, 2010

Hugo Chávez Economistas del mundo proponen cambiar método perverso de medición del PIB

Caracas, ABN.- 'En Venezuela estamos por crear un nuevo método para medir el Producto Interno Bruto (PIB) nacional, porque el producto humano no todo es monetizable y menos aún en el socialismo', dijo el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez.

Estos señalamientos los realizó al comentar parte del último informe emitido por el economista y premio nobel de economía estadounidense, Joseph Stiglitz.

En este informe se da la razón al Gobierno Bolivariano de cambiar este instrumento de medición de variables económicas para incorporar los beneficios que otorga a la población las misiones socialistas gratuitas.

'El método clásico de medición del PIB todo lo capitaliza; lo que no es monetizable no entra y si algo perverso es monetizable, eso incide en el crecimiento del PIB', resumió el Jefe de Estado, durante su programa Aló, Presidente, número 340, transmitido desde la sede de la Universidad Experimental de las Artes (UNEARTE), en Caracas. http://www.abn.info.ve/noticia.php?ar...


http://www.youtube.com/watch?v=WB18JTsO958

sábado, febrero 27, 2010

The Great American Bank Robbery

How did the big banks nearly take down the entire economy and still continue to profit? Nobel Prize-winning economist Joseph Stiglitz explains.

The following is Part I of a two-part excerpt from Freefall: America, Free Markets, and the Sinking of the World Economy by Joseph Stiglitz ( W.W. Norton & Co., 2010). Read AlterNet's recent interview with Stiglitz by Zach Carter.

Bankruptcy is a key feature of capitalism. Firms sometimes are unable to repay what they owe creditors. Financial reorganization has become a fact of life in many industries. The United States is lucky in having a particularly effective way of giving firms a fresh start—Chapter 11 of the bankruptcy code, which has been used repeatedly, for example, by the airlines. Airplanes keep flying; jobs and assets are preserved. Shareholders typically lose everything, and bondholders become the new shareholders. Under new management, and without the burden of debt, the airline can go on. The government plays a limited role in these restructurings: bankruptcy courts make sure that all creditors are treated fairly and that management doesn't steal the assets of the firm for its own benefits.

Banks differ in one respect: the government has a stake because it insures deposits....The reason the government insures deposits is to preserve the stability of the financial system, which is important to preserving the stability of the economy. But if a bank gets into trouble, the basic procedure should be the same: shareholders lose everything; bondholders become the new shareholders. Often, the value of the bonds is sufficiently great that that is all that needs to be done. For instance, at the time of the bailout, Citibank, the largest American bank, with assets of $2 trillion, had some $350 billion of long-term bonds. Because there are no obligatory payments with equity, if there had been a debt-to-equity conversion, the bank wouldn’t have had to pay the billions and billions of dollars of interest on these bonds. Not having to pay out the billions of dollars of interest puts the bank in much better stead. In such an instance, the role of the government is little different from the oversight role the government plays in the bankruptcy of an ordinary firm.

Sometimes, though, the bank has been so badly managed that what is owed to depositors is greater than the assets of the bank. (This was the case for many of the banks in the savings and loan debacle in the late 1980s and in the current crisis.) Then the government has to come in to honor its commitments to depositors. The government becomes, in effect, the (possibly partial) owner, though typically it tries to sell the bank as soon as it can or find someone to take it over. Because the bankrupt bank has liabilities greater than its assets, the government typically has to pay the acquiring bank to do this, in effect filling the hole in the balance sheet. This process is called conservatorship. Usually the switch in ownership is so seamless that depositors and other customers wouldn't even know that something had happened unless they read about it in the press. Occasionally, when an appropriate suitor can’t be found quickly, the government runs the bank for a while. (The opponents of conservatorship tried to tarnish this traditional approach by calling it nationalization. Obama suggested that this wasn’t the American way. But he was wrong: conservatorship, including the possibility of temporary government ownership when all else failed, was the traditional approach; the massive government gifts to banks were what was unprecedented. Since even the banks that were taken over by the government were always eventually sold, some suggested that the process be called preprivatization.)

Long experience has taught that when banks are at risk of failure, their managers engage in behaviors that risk taxpayers losing even more money. The banks may, for instance, undertake big bets: if they win, they keep the proceeds; if they lose, so what? They would have died anyway. That's why there are laws saying that when a bank’s capital is low, it should be shut down or put under conservatorship. Bank regulators don't wait until all of the money is gone. They want to be sure that when a depositor puts his debit card into the ATM and it says, "insufficient funds," it's because there are insufficient funds in the account, not insufficient funds in the bank. When the regulators see that a bank has too little money, they put the bank on notice to get more capital, and if it can't, they take further action of the kind just described.

In order to read the complete article HERE.

lunes, noviembre 30, 2009

Largos tres años


El martes primero de diciembre llega el presidente Calderón a la mitad de su sexenio. Le quedan, nos quedan por delante tres años. "Tres largos años", anunció él mismo el miércoles pasado, en un nuevo relanzamiento de su gobierno, semejante al que intentó el 2 de septiembre, si bien con mayor aparato difusor, con menos posibilidades de realización. Calderón se refirió pesaroso al trienio que viene, como niño que acepta resignado volver a la escuela cada mañana después de exclamar: ¡Cómo?, ¿otra vez! Proclamó su estado de ánimo en una lucidora ceremonia organizada por el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero (que se corrigió a sí mismo por su desplante frente al Premio Nobel Joseph Stiglitz), estrella de un espectáculo multimedia, con protagonistas en vivo (gente pobre de a de veras), destinado al combate a la pobreza.

La pobreza. Esa lacerante condición humana, que abarca en alguna de sus modalidades a más de la mitad de la población mexicana, evoca dos de las mayores derrotas de Calderón en su primer trienio, en esos años también largos que han transcurrido desde que, luego de entrar por la puerta de atrás, pudo rendir protesta como presidente de la República, un cargo cuya legitimidad le es negada aún ahora por millones de personas que –a la cabeza Andrés Manuel López Obrador– no dejan de considerarlo espurio.
Aunque es posible registrar claros avances en varios aspectos parciales de la política social, el saldo neto, reconocido oficialmente y aun en boca de Calderón, es que ha crecido el número de pobres precisamente en los años de su administración. Aunque el gasto social se ha incrementado considerablemente, no mejora la suerte de una ancha capa de sus destinatarios. Hay más pobres y quizá vivan en mayor desprotección que antaño. Prevalecía la indigencia rural; en el campo se concentraba la mayor parte de los menesterosos, los que enfrentan problemas para lograr la subsistencia diaria. Pero ahora una amplia porción de ellos se ha trasladado a las ciudades, donde carecen del auxilio mínimo, de la solidaridad que las redes familiares ofrecen a quienes son pobres entre los pobres.
Consciente de esa realidad, Calderón buscó un remedio fiscal contundente, en una iniciativa que además fuera aprovechable con fines propagandísticos. Presentó al Congreso un proyecto para crear un nuevo gravamen, que nadie pudiera resistir. Se le llamó "contribución al combate a la pobreza". Consistía en cobrar 2% al consumo general, incluidas las mercancías que tienen alguna excepción en el impuesto al valor agregado. Por ello se le consideró un IVA disfrazado, que gravaba medicamentos y comida, cuyo costo está hoy aliviado por pagar tasa cero de aquel impuesto al consumo.
Alrededor de esa iniciativa se desplegó una intensa campaña mediática, que hizo crecer la dimensión del impuesto a una suerte de panacea. Todos los problemas, no únicamente los de la población paupérrima, iban a ser resueltos con esa contribución. La mala conciencia de los sectores medios, aun los empobrecidos en las décadas, años y meses recientes, fue atacada directamente: ¿Quién osaría rechazar un gravamen de monto módico, que además sería etiquetado para que inequívocamente llegara a los programas de desarrollo social orientados a atenuar los rudos efectos de la miseria?
La iniciativa estaba afectada por defectos e insuficiencias que la propaganda ocultó o procuró enfrentar con sofismas. Puesto que se aplicaría a todo consumo, los pobres pagarían también, con lo cual se empobrecerían todavía más. Había una respuesta para eso: se ha calculado que los destinatarios de la contribución reciban prestaciones sociales en mucho mayor monto de lo que deban pagar con la nueva contribución. Y el impedimento legal de destinar específicamente a una partida –el combate a la pobreza– recursos fiscales que deben formar una masa, aplicable a fines específicos sólo al formularse el presupuesto de egresos, se dijo que iba a ser enfrentado en el proyecto del gasto social, donde programas como Oportunidades tendrían un financiamiento crecido de manera considerable.
El PRI, sin cuya colaboración el gobierno se paraliza, rechazó la contribución al combate a la pobreza. Nadie, ni el presidente mismo, su autor e impulsor, derramó una sola lágrima por la frustración de tan esplendente proyecto. En vez del nuevo gravamen se aumentó un punto a la tasa del impuesto sobre la renta. Y aunque la alternativa provino de la Secretaría de Hacienda, es decir del Ejecutivo, la victoria política fue atribuida al PRI, que obtuvo en efecto triunfos sustanciosos al establecer ingresos en cuyo manejo tengan ventaja los gobernadores, y al destinar los egresos a partidas que igualmente rindan provecho político. Como hizo al final del trámite legislativo de sus iniciativas de reforma energética, Calderón aparentó no ser el perdedor del lance y felicitó a los autores de su derrota, no con espíritu deportivo, sino ocultando la naturaleza real del desenlace. Pero esta vez lo hizo con menor convicción, metido ya en la insólita sucesión de gestos antagónicos y amistosos a sus aliados naturales, los grandes empresarios que fueron bien aceitadas piezas de la maquinaria que llevó a Calderón adonde está.
Voluble con los dueños del capital, a los que un día muestra el ceño adusto y otro día saluda con sonrisas, Calderón llega a la mitad de su sexenio en una acusada soledad, no remediada siquiera por su propio partido, en cuyo seno se gestan o se muestran disensiones que debilitan a un presidente en posición precaria. En las calles, en el llano, se extiende la desesperanza, el desencanto, reflejado en las páginas de la prensa usualmente dispuesta a aplaudir al gobierno en general y a Calderón en particular, y a denostar a sus detractores. Armando Fuentes Aguirre, Catón, probablemente el periodista más leído en el país, o al menos quien publica sus textos en un mayor número de diarios, adivinó hace poco el malestar presidencial. Diagnosticó que Calderón parecía contar los días que le faltan para concluir su sexenio. Ahora sabemos, por boca del interesado, que así es. Le quedan por delante, nos quedan, tres largos años.
O menos si se condensa el desánimo que crece en casi todos los círculos sociales, casi todas las capas de la población. El presupuesto de egresos está montado sobre una base ilusoria, ya que los ingresos calculados para encarar el gasto descansan en factores fuera del control del Estado. Diputados y senadores incrementaron el déficit, levemente, pero desde ahora mismo aparecen señales que acaso obliguen a aumentarlo en mayor medida. Es que se cubrirá con deuda pública la diferencia entre los ingresos reales y el gasto. Y la calidad del endeudamiento, su costo, depende del mercado financiero, está sujeto a la calificación que se otorgue al papel mexicano en las bolsas internacionales. Y ya una calificadora, que no obstante el desprestigio en que incurrió como partícipe en la gestación de la crisis financiera mundial sigue lanzando admoniciones, ha puesto la alerta sobre la deuda mexicana. En el extremo caótico, pudiera llegar un momento en que nadie nos preste dinero, en que no haya quien compre papeles de la deuda mexicana. Una suerte análoga, por impredecible, puede afectar al mercado petrolero y echar abajo el cálculo de los ingresos del crudo en que se basa nuestro equilibrio presupuestal.
Si esas apocalípticas circunstancias, más el agravamiento de las crisis acumuladas y no resueltas y su consecuencia en la gobernabilidad del país, si todo ello se sumara y generara un efecto disruptor, podría deteriorarse la estabilidad del gobierno al punto de que el rumor sordo que ahora se escucha termine en estentóreo clamor para exigir, al modo argentino, que se vayan todos.
Si es así, nadie, ni Calderón ni los gobernados, tendríamos que esperar tres largos años.

martes, noviembre 24, 2009

En el sótano

Víctor Flores Olea

Hace años, no muchos, a los estudiantes más burros se les ponía de frente a la pared con las orejas correspondientes. Y cuando eran recalcitrantes y enojosamente estúpidos se les enviaba al sótano, buscando no sólo que cumplieran sus obligaciones, sino que entraran en razón, es decir, en la lógica más elemental de sus responsabilidades y competencias.

Desde hace tiempo el país les ha puesto las orejas de burro a los responsables en México de la Hacienda Pública, pero ahora, además, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) –por boca de Alicia Bárcena– y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los ha enviado al último de los sótanos de la ignorancia y la ineptitud. En su respuesta, los responsables de enfrentar la crisis han hecho evidentes una vez más sus engaños de ignorantes jactanciosos.
Ahora Stiglitz confirma que el desempeño que el gobierno de México ha tenido para enfrentar la recesión ha sido uno de los peores en el mundo. Los índices del crecimiento han sido muy débiles y pesimistas para México, y es mayúscula la preocupación que suscita la combinación de una recuperación muy débil para Estados Unidos y una política fiscal que no estimule la economía mexicana. Lo dicho y redicho: en la crisis lo fundamental para el gobierno mexicano ha sido obtener más ingresos en el cortísimo plazo, sin estimular el desarrollo del país en el largo plazo, es decir, poniendo los fundamentos de una economía más fuerte, por ejemplo ampliando el mercado interno.
La mentalidad, la ideología y trampa de los neocapitalistas de reciente edición quedan al descubierto: enriquecer en lo inmediato a los más ricos y empobrecer a los más pobres, de suerte que el destino del país resulta catastrófico en el inmediato futuro. (Dice Stiglitz: un país que no estimula el desarrollo y el mercado interno, en la situación actual de crisis, está condenado a la ruina. La situación para México es particularmente grave debido a los estrechos y casi exclusivos vínculos económicos con Estados Unidos... El desempeño de México ha sido uno de los peores del mundo. A los países que les ha ido mejor fueron aquellos que tuvieron la reacción gubernamental más fuerte y rápida posible, insistió.)
La ausencia de diversificación económica de México (su concentración obtusa, interesada y unilateral en Estados Unidos, ampliamente redituable para unos cuantos) ha sido particularmente catastrófica para México, en relación con otros países latinoamericanos, sobre todo del Cono Sur, que han fortalecido sus relaciones comerciales con Asia y Europa. La recuperación de Asia ayuda a la de América Latina, pero no a México, se concluye.
Resulta obvio: es suficiente ver con atención el origen y variedad de la oferta en Latinoamérica para descubrir que esa diversificación ha ayudado grandemente a esos países, en tanto que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte nos ha integrado prácticamente al imperio que nos impone sólo un aspecto de su destino: las vacas flacas del que escapan los más ricos de aquí y allá.
Pero a los dirigentes de nuestra economía, para seguir ilustrando su ignorancia, les cayeron en estos días otro par de troncos en la cabeza: la Cepal precisó que el número de pobres e indigentes en México sumó a finales de 2008 alrededor de 50 millones de personas, es decir, prácticamente 50 por ciento de la población total. Y sobre esto, en vez de estimular el desarrollo, a los gobernantes sólo les alcanza la imaginación para aumentar los impuestos y hacer más regresivo el régimen fiscal.
La Cepal recomienda que los países no bajen la guardia en relación con el gasto público social; que siga el esfuerzo de mantener las transferencias públicas que no entran en la lógica del mercado para mejorar el ingreso de los sectores más pobres, apuntó. La variable de ajuste no pueden ser los pobres. Pequeña lección que les propina Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
Y todavía, como si fuera poco, la OCDE piensa que el desempleo en México aumentará durante 2010, de 6.2 por ciento a 6.5 por ciento, revelando además que el Banco Central tiene ya poco espacio para disminuir las tasas de interés debido a las presiones inflacionarias, y recomendó que el estímulo fiscal que se ha repartido gozosamente también entre empresas multimillonarias debería ser retirado gradualmente, si en verdad se desea recuperar la confianza.
Mientras tanto, Agustín Carstens, en Nueva York, reconoció que la deuda pública de México descenderá en un lustro cerca de 5 por ciento como proporción del PIB. A estos gloriosos triunfos deberá añadirse el que proclamó el subsecretario Werner insistiendo en que las calificaciones de riesgo de las finanzas son sólidas... y que se encuentran en trayectoria sostenible.
Naturalmente, otros habituales jilgueros del régimen, en el más grotesco ridículo, acusaron al Nobel y a los voceros internacionales de ignorancia y falta de lecturas sobre la realidad mexicana, que los responsables de la hacienda siguen viendo en color de rosa.
En resumen: los funcionarios nos dicen que la economía está muy bien, y eso es lo importante, sin importar que el pueblo viva mal. Como se ve, tales funcionarios debieran ser ya sacados a empellones del sótano en que están.
Fuente: La jornada

Intolerancia: clases de solfeo a directores de orquesta


Durante el régimen autoritario priista la intolerancia oficial reaccionaba con virulencia a la crítica externa. Paradigmáticamente, se recuerda la actitud del nacionalismo ramplón ante Los hijos de Sánchez, el estudio antropológico de Oscar Lewis, cuya publicación por el Fondo de Cultura Económica generó el despido de Arnaldo Orfila de la dirección de la editorial del Estado. Más recientemente –y cito sólo ejemplos sueltos– ante la sentencia de Mario Vargas Llosa sobre la "dictadura perfecta" que imperaba en nuestro país, el novelista peruano prefirió salir anticipadamente de México, ante los "numerosos tirones de orejas" que recibió.

La intolerancia panista es de la misma catadura de la practicada por el régimen que lo antecedió. Es quizá más torpe, más impertinente porque ocurre en tiempos en que formular observaciones sobre lo que acontece en cualquier país no es anatema prácticamente en ningún lugar del mundo, salvo extremos como los de Myanmar u otros sistemas despóticos.Acaba de ocurrir un episodio de intolerancia autoritaria que por sus rasgos cómicos no merecería siquiera comentario, pues en sí mismo no habría pasado del rango de anécdota chusca. Pero la actitud de Ernesto Cordero, mucho más que la de Agustín Carstens ante la reciente crítica pronunciada por Joseph Stiglitz, es reveladora de un fenómeno de impaciencia gubernamental que conduce a entablar disputas en vez de persuadir y conciliar. La posición de Cordero es paralela, y tiene la misma sustancia, que la del secretario del Trabajo, que concibe una porción de sus tareas como un litigio o, peor aún, como una riña en la que le corresponde el papel de fajador –es decir, el que se lanza a la pelea sin vigilarse– del cual se ufana.Stiglitz vino a México, como varias veces en los años recientes, a decir una conferencia en un foro empresarial. No pudo evitar, seguramente no quiso evitarlo, externar juicios sobre la coyuntura económica mexicana. No lo hizo de modo espontáneo sino ante preguntas de periodistas, ganosos de recibir un diagnóstico sobre la situación de nuestro país frente a la crisis, procedente de una autoridad en la materia, que en 2001 mereció el Premio Nobel de Economía y a partir de entonces se ha erigido, fundadamente, en una especie de conciencia sobre el funcionamiento de los mercados y del gobierno. Sintetizó su análisis sobre la crisis financiera estadunidense en casi un epigrama, un juego de palabras en que comparó dos momentos cruciales de la humanidad: la caída del Muro de Berlín con la de la calle del muro en Nueva York (Wall Street). La primera simbolizaba el fin de las economías centralmente planificadas. La segunda, el derrumbe del capitalismo accionario, el de la especulación con papeles carentes de valor sustantivo.Como otros muchos observadores, nacionales o extranjeros, Stiglitz puso malas calificaciones al manejo mexicano de la crisis. Dijo que el desempeño del gobierno frente a ella ha sido "uno de los peores del mundo". Censuró la excesiva dependencia mexicana respecto de la economía de Estados Unidos. Dijo que las cifras del crecimiento son débiles y producían pesimismo. "Una política fiscal que no estimule la economía mexicana es fuente de preocupación."Elogió en cambio a los países que han diversificado sus exportaciones, especialmente hacia las economías asiáticas, "y la recuperación de Asia está ayudando a la recuperación de América Latina". En Brasil se han hecho bien las cosas, opinó. Ese país "ha tenido una regulación financiera mejor y quizá evite una recesión…; ya se recuperaron y ahora está fluyendo el dinero".Ignoro qué escoció más a las autoridades mexicanas, si la crítica a su desempeño o el elogio al de otros países. El hecho es que no pasaron por alto las expresiones de Stiglitz. El secretario de Hacienda Agustín Carstens le reprochó falta de información, como no considerar el efecto general de la desaceleración añadido a la caída de los ingresos petroleros. Es comprensible que Carstens enfrentara los juicios del Premio Nobel porque su voz influyente puede impactar a inversionistas o acreedores de México. "No teníamos la opción de contratar más deuda", aclaró, y se justificó a sí mismo: "Uno tiene que actuar responsablemente".En cambio, el insulso secretario de Desarrollo Social, ajeno al manejo financiero desde que dejó la Subsecretaría de Egresos de Hacienda, hace casi dos años, entró a una discusión que no le concierne y para la que carece de títulos. Lo hizo además en el tono insolente del ignorante, pretendiendo dar lecciones de un modo equivalente a enseñar solfeo a un director de orquesta.Stiglitz "no conoce a detalle las políticas contracíclicas que implementó el gobierno mexicano: no conoce la realidad de las finanzas públicas mexicanas, y creo que mejor se ponga a leer un poquito más de México".Fue una recomendación fatua, y de seguro redundante. La seriedad profesional del Premio Nobel le habría impedido hablar huecamente, sin saber de qué se trata. Ha sido profesor de las mejores universidades de la Gran Bretaña (Cambridge y Oxford) y de Estados Unidos. Actualmente lo es de Columbia y antes lo fue de Yale, Duke, Stanford y Princeton, pero ciertamente no de Pennsylvannia, donde Cordero hizo su doctorado tras recibirse de actuario en el ITAM.La experiencia profesional del secretario de Desarrollo social es tan breve como dispersa. Ha sido, siempre por lapsos cortos, funcionario de Banobras y de la Secretaría de Energía, donde tuvo por unos meses rango de subsecretario. Lo fue igualmente, y también por corto tiempo, en Hacienda. Los casi dos años que lleva al frente de la Sedesol ha sido el periodo más largo en que ha servido una responsabilidad. La experiencia de Stiglitz, que le da bases para opinar sobre la economía mexicana, se ha extendido al gobierno de Clinton y sobre todo al Banco Mundial, donde fue primer vicepresidente y economista en jefe.Nadie, que yo sepa, objetó el que se le otorgara hace ocho años el Premio Nobel de Economía, que ha reforzado su autoridad como examinador de las políticas internacionales. Pero no es candil de la calle y oscuridad de su casa. Si bien ha dirigido su mirada a un fenómeno tan ancho y diverso como la globalización, de la que es crítico documentado, también se ha referido a la política de su propio país. En coautoría con Linda E. Blines, igualmente funcionaria de la administración Clinton, y profesora de Harvard, publicó el año pasado La guerra de los tres billones de dólares. Ese es, según sus cálculos fundados, el costo financiero de la guerra de Irak, de la que ha sido crítico aun antes de su comienzo. He aquí el mirador desde donde examinan ese y otros fenómenos políticos, como el manejo de crisis por gobiernos en todo el mundo:"Como científicos sociales, los dos nos hemos involucrado en el estudio de la economía del sector público y hemos intentado comprender cómo funcionan los gobiernos, sus fallos sistemáticos y qué es lo que podemos hacer para ayudarles a satisfacer mejor las necesidades de sus ciudadanos. Ambos nos hemos enfrentado al problema no sólo desde la perspectiva académica sino también como profesionales. Durante años ocupamos cargos político-tecnocráticos en el gobierno de Clinton, poniendo en práctica estas ideas para conseguir un gobierno más eficiente, receptivo y responsable y crear mejores sistemas de contabilidad para lograr esas metas. Creemos que en nuestra sociedad el gobierno tiene un papel importante que jugar, al igual que lo tiene el mercado. Los mercados a menudo se comportan de forma poco deseable, pero lo mismo ocurre con los gobiernos. El fracaso de Irak no fue el resultado de un único error, sino la culminación de decenas de errores cometidos a lo largo de varios años. Los científicos sociales se esfuerzan por entender las fuentes sistémicas de esos errores y buscan reformas para reducir su frecuencia y mitigar sus consecuencias".En vez de aprovechar el interés mostrado por Stiglitz ante nuestros problemas, el gobierno pretendió estérilmente descalificarlo. Generó ese resultado, pero aplicado a sí mismo.

¿Hay alguien ahí?


Francisco Rodríguez
Indice Político

Dejado de la mano de los empresarios, sin sustento popular y con una organización política (el PAN) dividida por él mismo, el señor Felipe Calderón está a punto de llegar a la mitad de su gestión –“haiga sido como haiga sido”— en un estado de aparente catatonía: una ausencia total de reacción frente a estímulos exteriores y, ya casi, un rechazo total a hablar, retroalimentarse, moverse… Una manifestación propia de la esquizofrenia, cual podría ilustrarnos don José Antonio Lara Peinado.
Ya van casi tres años de no accionar.Pareciera que habrá otros tres de no reaccionar.En estos momentos, son otros quienes responden por él. Pero todo indicaría que lo hacen motu proprio. Sin línea. Sin consultarle cómo van a manifestarse ante los estímulos que desde adentro, pero también provenientes del exterior, zahieren a la fallida Administración.Tal, como ejemplo, fue el reciente muy penoso caso del senador panista Gustavo Madero, quien preguntó sobre cuál jabón es el que patrocina las declaraciones del Nobel Stiglitz, sobre la interminable serie de estupideces que en el país se han llevado a cabo para –exitosamente, eso sí— empeorar la crisis económica.Así ven al país y a su propia gestión los señores del blanquiazul: cual una telenovela o soap opera en la que, peor todavía, ellos son actores improvisados, involuntarios, sin guión y sin saber cómo van a terminar: ¿Final de comedia? ¿O de tragedia?Calderón está peor. Lleva meses sin reaccionar a la tragedia de la bodega incendiada en Hermosillo, Sonora. No reacciona ante el fracaso de su pretendida “guerra contra el narco”. Tampoco ante el brutal incremento de lo que han dado en llamar pobreza alimentaria.Son decenas de niños muertos en un incendio provocado por la corrupción de su “gobierno”. Casi un millar de menores de edad caídos en el fuego cruzado por los ya casi 15 mil asesinatos que ha provocado su juego bélico. Millones de infantes condenados a la muerte o al retraso mental, por no tener qué comer.Ni Herodes, en sus bíblicos tiempos.¿Por qué no reacciona el ocupante de Los Pinos?No es que esté ocupado leyendo. Ya dijo apenas que, en su posición, apenas si tiene tiempo para ojear diarios, revistas, estudios, proyectos, la Internet.No escribe, es evidente. Le preparan discursos huecos, repetitivos, que luego él hace a un lado. Y ahí está lo peor: le da por improvisar. Acomete excesos oratorios que lo enfrentan a tirios y troyanos.Tampoco se ocupa de dialogar o negociar con los factores reales de poder, mucho menos aún con sus opositores, por lo que se ve. Muchos de ellos, acostumbrados durante sexenios a llegar por las tardes a Los Pinos, se quejan ahora de no ser recibidos o siquiera citados a consensuar proyectos, y de que ni siquiera tienen diálogo con los secretarios del despacho del señor Calderón.Además de estar trepado en aeronaves –helicópteros y jets de la casa presidencial—, aparte de las giras y giras y giras –dar vueltas—, ¿qué hace el ocupante de Los Pinos en las horas-hombre más caras que pagamos los contribuyentes mexicanos?Un misterio. Un misterio que muchos tratan de resolver con versiones que todavía son más preocupantes. Un misterio que, incluso su señora esposa, trata de subsanar con un activismo público que, había dicho, no iba a acometer.El señor Calderón está ausente.Si Vicente Fox creó su Foxilandia, su sucesor parece estar a tono y a sus anchas en Catatonia.


Índice Flamígero: ¿Es contagioso? Causan amplio malestar en organismos cúpula del sector empresarial (Concamin, Concanaco y Coparmex), los fuertes rumores de corrupción y prepotencia que envuelven a la figura de Sebastián Bernabé Fernández Cortina, director Sectorial Empresarial del Infonavit, quien ya logro la inconformidad y el consenso de los líderes empresariales, que ya no dudan en solicitar su renuncia irrevocable. Estas tres organizaciones son las que proponen y nombran al titular de esa dirección, la cual tienen como principal objetivo representar de manera eficiente con alta vocación de servicio, proactiva, propositiva e innovadora y ética en la toma de decisiones en un entorno tripartita y autónomo, en beneficio de los derechohabientes, acreditados y empresas aportantes al instituto. Lo cierto es que Fernández Cortina no ha cumplido y, seguramente, en estos días lo sustituirán antes de que ensucie más a quienes lo propusieron.

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sábado, noviembre 21, 2009

Descalifican Carstens y Cordero lo dicho por Stiglitz sobre México

Dicen en Suecia que Carstens y Cordero ya son considerados para integrar el jurado que otorga los Nobel de Economía.

No teníamos la opción de contratar más deuda: titular de Hacienda

Claudia Herrera Beltrán y Notimex
Periódico La Jornada

Citado en su momento por el Presidente Felipe Calderón como un teórico al que seguía, Joseph Stiglitz padeció el embate del gobierno federal de parte del gabinete descalificando sus críticas al manejo de la crisis económica del gobierno. En posturas por separado los secretarios de Hacienda, Agustín Carstens y de Desarrollo Social, Ernesto Cordero aseguraron que desconocía la realidad económica del país.
En sus afanes por condenar a Stiglitz, ambos funcionarios se contradijeron. En Nueva York Carstens señaló que el país no tuvo oportunidad de aplicar medidas contracíclicas, mientras que en México Cordero dijo que “Stiglitz no conoce a detalle las políticas contracíclicas que implementó el gobierno mexicano, no conoce la realidad de las finanzas públicas mexicanas y creo que mejor que se ponga a leer un poquito más de México”.
Desde Nueva York, donde se reunió con inversionistas, el titular de Hacienda manifestó que Stiglitz desconoce que México enfrentó dos golpes simultáneos, la desaceleración económica global y la caída de la producción petrolera en 800 mil barriles diarios. El gobierno mexicano está “enfáticamente en desacuerdo con lo que dice el señor Stiglitz”, sentenció Carstens.
“No teníamos la opción de contratar más deuda. Uno tiene que actuar responsablemente y eso fue lo que hizo y decidió el presidente Felipe Calderón”, dijo durante un foro ante inversionistas en respuesta a la afirmación de Stiglitz de que México había sido uno de los países que peor manejó de la crisis.
Carstens aseguró que a diferencia de otros países, México no tuvo la posibilidad de aplicar medidas contracíclicas pues “lo que Stiglitz no sabe es que México tuvo un golpe estructural y hubiera sido irresponsable contratar deuda adicional. (Me refiero) a la reducción de la plataforma petrolera”.
Subrayó que los ingresos petroleros son fundamentales en la economía mexicana y recordó que el Congreso mexicano acaba de aprobar medidas presupuestales e impositivas para hacer frente a la crisis, reduciendo los gastos burocráticos en 1.9 por ciento
Apenas la semana pasada, Calderón había revelado en Singapur que Stiglitz era uno de los autores que había leído a propósito de la crisis económica.
En un foro con empresarios organizado durante el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), el presidente explicó que leyó algunos autores “americanos populares” que están de moda en América Latina, como Paul Krugman, “que también tiene sus fans”, al igual que Joseph Stiglitz.
En otro tema, Cordero señaló que por ahora no puede definir si se logrará revertir la pobreza con el Presupuesto de Egresos asignado para 2010, ya que eso depende más del crecimiento económico que de las políticas sociales.
Por lo pronto, ofreció que harán su mejor esfuerzo y “estirar el dinero” para que rinda lo más posible el próximo año y así se puedan redefinir los planes de ampliación de programas.

El manejo de la crisis en México, de los peores del mundo: Stiglitz

*El Nobel llamó al gobierno a tener cuidado con aspectos fiscales y apoyar la reactivación
*Preocupa la combinación de una recuperación muy débil en EU y una política fiscal que no estimula la economía mexicana, destaca
*Subir IVA e ISR tendrá efectos “muy negativos”


Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001, ayer durante su intervención en la Expomanagement en la ciudad de México.Foto Jesús Villaseca


El desempeño que el gobierno de México ha tenido para enfrentar la recesión “ha sido uno de los peores en el mundo”, consideró el premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz.
“Las estadísticas de crecimiento han sido muy débiles y pesimistas para este país, y la combinación de una recuperación muy débil para Estados Unidos y una política fiscal que no estimule la economía mexicana es una fuente de preocupación”, aseguró.
Advirtió que los aumentos a los impuestos al valor agregado (IVA) y sobre la renta (ISR), que entrarán en vigor en 2010 en México, “tendrán un efecto muy negativo en la economía”.
La situación de la economía mexicana, puntualizó, es contraria a la que se observa en aquellos países que tuvieron la reacción gubernamental “más fuerte y rápida posible” frente a la crisis. Mencionó en ese tenor que Brasil y Australia están entre los que mejor enfrentaron la crisis financiera internacional, por una acción gubernamental muy fuerte.
Entre las naciones más afectadas por la debacle económica mencionó a México como el que más le preocupa, ya que sus estrechas relaciones con Estados Unidos ligan su futuro al crecimiento que muestre ese país. Frente a eso alerta: “la combinación de una recuperación débil de Estados Unidos y una política fiscal que no estimule la economía mexicana es fuente de preocupación”.
Llamó al gobierno mexicano a manejar con cuidado los aspectos fiscales, porque de lo contrario pueden traducirse en un mayor retraso de la recuperación económica. “Deben tener cuidado, porque tasar los alimentos con, por ejemplo, el impuesto al valor agregado (IVA), tendría un efecto muy negativo para la economía”.
Puso de ejemplo a países como Australia, Canadá y Brasil, India y China, que fueron los que mejor respondieron a la crisis financiera. Explicó que ellos tuvieron una reacción gubernamental “muy fuerte” y habían puesto en marcha regulaciones de sus sistemas bancarios que les permitieron soportar los problemas recesivos.
Previó que a América Latina le puede ir mejor que a otros lugares, pues ha diversificado más su base de exportaciones y muchos de países fortalecieron sus relaciones comerciales con Asia. Y la recuperación de Asia ayuda a la de América Latina, afirmó.
Stiglitz ofreció una conferencia de prensa en la Expomanagement 2009, donde destacó la necesidad de mantener las medidas para la reactivación de la economía, porque está visto que cuando a Estados Unidos le va mal, “tradicionalmente México sufre”.
Consideró que el mayor riesgo no se encuentra en 2009 o 2010, sino en 2011, cuando en Estados Unidos los estímulos económicos del gobierno para el sector privado lleguen a su fin, sobre todo porque “no hemos arreglado el sistema, no hemos hecho casi nada, no hemos atendido el problema... la verdadera preocupación es que se ha vuelto peor, con grandes fallas y grandes malos resultados”.
Profesor en la Universidad Columbia, Stiglitz en general acierta en sus pronósticos y análisis económicos. Recientemente proclamó el retorno de la “exuberancia irracional” en los mercados.
Ahora adelanta: “para 2010 veremos cierto crecimiento, pero no tan robusto como para decir que se acabaron los problemas. La verdadera preocupación es 2011, cuando el estímulo (económico) llega a su fin. Las apuestas son que continuarán los problemas importantes”.
Según sus cálculos, la recuperación no será de valor, con la forma de una “V”, sino “más bien será como una raíz cuadrada”, es decir, “una bajada drástica y después un repunte, para después un periodo extenso muy parejo, en el que no se crecerá lo suficiente para restaurar la economía y recuperar el empleo completo en un momento breve”.
Lo peor no ha pasado
El Nobel de Economía alertó más adelante sobre las dificultades que todavía enfrentarán las mayores economías del mundo al menos en los próximos dos años.
“Existe una perspectiva general sobre que el sector financiero tiene muchos problemas todavía. Hay millones de hipotecas en proceso de ejecución, existen millones de hogares que están por debajo del valor de su hipoteca y los precios, al estabilizarse, no se van a incrementar ni se va a eliminar el problema de las hipotecas que superan los valores reales. Hemos tenido problemas importantes en los bienes raíces comerciales. Si continúa el desempleo tendremos problemas en otras partes de los mercados financieros... Los ahorros han bajado a cero y es muy poco probable que aumenten en forma importante. Por ende, el consumo seguirá siendo bajo y así será difícil ver una economía robusta. Los problemas de Estados Unidos son paralelos a los de otros países. Por ejemplo, el que Estados Unidos tenga una tasa de cambio menor ha provocado problemas para la recuperación de Europa. La única parte del mundo a la que le está yendo bien es Asia, pero la economía asiática es demasiado pequeña para compensar la debilidad de la economía estadunidense.
“Para México esto representa un problema especial debido a los vínculos económicos con Estados Unidos. Cuando este país se encuentra débil, tradicionalmente México ha sufrido y sufre particularmente ahora. El desempeño de México ha sido uno de los peores del mundo. A los países que les fue mejor fueron aquellos que tuvieron la reacción gubernamental más fuerte y rápida posible”, insistió.

Y ahoraaa… México, ¡quinto lugar! en fraudes

• Enfurecida desesperanza
• AMLO tres años después…


A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce


No son las insurrecciones de la ignorancia las peligrosas, mi estimado, sino las rebeliones de la inteligencia. Sombrío el fin de una accidentada semana para el (des)gobierno de Felipe Calderón, que cierra con la imagen de México en niveles alarmantemente negativos. El estupendo dato de Transparencia Internacional sobre la percepción (which is basically reality) de que la corrupción se ha disparado en este sexenio cacareado como el de las manos limpias para después pasar a la puntual báscula de un Premio Nobel de Economía, haciendo escala en el cuadro psicológico integral del ciudadano diagnosticando desánimo, apatía, desesperanza y enojo, luego entonces, en la UE se condenaron los feminicidios en Ciudad Juárez para cerrar con el broche de que México es uno de los cinco países (aunque… ¿no hay quinto malo?) con más fraudes electorales, perdón, económicos... son botones suficientes del absoluto descontrol de estos disfuncionales en el poder (del no poder).
Las malas noticias se acumulan vertiginosamente y se vuelve a colocar en el centro de atractivos debates la fragilidad de las instituciones, la vulnerabilidad del (des)gobierno y la descomposición de Calderón tanto en lo político como en lo... personal. En resumen, my friend, no hay liderazgo ni brújula de un estado fallido con altas posibilidades para un estallido.
Los frentes político-económico-sociales de Los Pinos están cada vez más abiertos manejados con torpeza por un gabinete en su gran mayoría rebasado y anulado ante diversas fuerzas que ya suma la cúpula empresarial. Navegar en este barco de gran calado con una emocionada tripulación ante la peligrosa adversidad (it´s no fun anymore) está enviando volátiles señales de descontrol e incertidumbre a la comunidad internacional.
El tubazo de Stiglitz sobre el pésimo manejo del “catarrito” que derivó en semanas a shock financiero de la crisis (que vino de fuera) del presumido equipo económico pegó directo en la línea de (credibilidad) flotación presidencial, ahora que se acerca el momento para la calificación de México —que básicamente radica en una decisión financiera puramente pragmática resumida en la capacidad del país para hacer frente a sus compromisos económicos— que nomás falta y venga en negativo…
Sobre todo con la incontinencia verbal oficial en el ridículo péndulo entre el catarrín, el blindaje, el shock, ya casi salimos, al hoyo negro en las finanzas, a salimos de la recesión y un largo etcétera. Nooo… si se pintan solos para el premio a la incapacidad.
Pero eso sí, my friend, qué buenos salieron para atracar a los mexicanos en medio de la peor crisis económica y a escupir verdades a medias. En eso sí que la competencia de funcionarios está de Photo finish. Y para variar, ayer salió Leonardo Valdés a avalar el incuestionable fracaso del monitoreo del ife (con minúsculas), cuyo caso ya llegó a la PGR de Arturo Chávez Chávez y que nos costó 24 mdd.
La desvergüenza de ese cinismo es que los pasados del ife no acusan recibo del requerimiento de este espacio para una compulsa pública de los resultados electorales en 20 plazas del país. Peor aún. El mentado monitoreo de Grupo de Tecnología Cibernética SA de CV está bajo escrutinio de la ASF y Valdés juega al Tío Lolo en lugar de mostrar lo que se hizo en la pasada jornada electoral. Y todavía se congratula de que el recorte de 600 mdp —que por cierto, suma casi el billete solicitado a Hacienda para ampliar su presupuesto en 2008 para pagar los 24 mdd del monitoreo— no afectará programas sustantivos del instituto. Cabe mencionar que mucho menos sus descomunales sueldos.
Chingón.
El botón de la semana entre la cascada de tubazos, my friend, fue el diagnóstico de expertos y analistas alrededor de que agoniza el país con ciudadanos desencantados, desconfiados, apáticos, desesperados y… enojados.
Enojados… desesperados.
Is there anybody listening?!
Por la mirilla
El domingo López Obrador regresará al Zócalo a festejar tres años de su presidencia legítima. El tabasqueño ha sobrevivido todo tipo de embates desde los tiempos foxistas cuando le aventaron los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial… con minúsculas) con el desafuero. Hoy sus frases, señalamientos, acusaciones y denuncias han sido ratificadas por tirios y troyanos incluyendo… Felipe Calderón.
¡Adiós!
Fuente: Milenio