Mostrando las entradas con la etiqueta voto en blanco. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta voto en blanco. Mostrar todas las entradas

domingo, junio 14, 2009

A los bien intencionados del voto nulo

Sique

No es ironía, es en serio, no me cabe duda de que algunos están convencidos honestamente de que el voto nulo sirve para algo.


Hoy, en Por Esto! Ricardo Andrade Jardí, con quien concuerdo en muchas cosas, diría yo que en la mayoría, dice que:

La IMPUNIDAD, es la norma de la clase política, la abstención o el voto nulo, es la respuesta de una ciudadanía que ha decidido decirle a los Germán Martínez, a las Beatriz Paredes, a los Chuchos y a todos los demás, que se callen la boca, que estamos hartos de ellos y que ante su incapacidad de ver la realidad concreta que vivimos los ciudadanos de a pie, empezaremos por descalificar un proceso electoral, que tan sólo llenará la Cámara de Diputados y las alcaldías de la misma pandilla de canallas a modo, sin más aspiración que la de seguir saqueando al país, escudados, cobardes que son, en el fuero de la IMPUNIDAD que su democracia les ofrece.

Desde el fraude electoral, hace casi tres años, millones de mexican@s se han reunido en muchas ocasiones y en diversas plazas para decirles a los Germán Martínez, a las Beatriz Paredes, a los Chuchos y a todos los demás políticos corruptos que se callen la boca y que estamos hartos de ellos, y poco hemos logrado. Imaginemos entonces el caso que harán cuando ya ni siquiera digamos nada que es prácticamente lo que se dice con el voto nulo o la abstención. También hemos descalificado el proceso electoral ante el IFE y el Trife y sus instituciones cuando consumaron el fraude en 2006 con multitudinarias concentraciones y así hubo en la Cámara, canallas a modo. Sin embargo, no debemos olvidar que el usurpador tomó posesión en medio de un repudio descomunal visible en todos los medios de comunicación porque sí hubo muchos que, incluso violentamente, se opusieron. Imaginemos entonces ahora que en la Cámara TODOS sean canallas a modo porque no se apoyaron a los pocos que pudieran hacer oposición. Las iniciativas del usurpador pasarán como con mantequilla, justo con el "fuero de IMPUNIDD que su democracia les ofrece".

Continúa Jardí:

Ellos con su democracia representativa; el Despertar Ciudadano con la participación democrática, que es entre otras cosas la construcción de un Contra Estado, ahí donde “el estado oficial” se ha fracturado ética y moralmente, donde las respuestas del sistema son ajenas a las verdaderas demandas de la sociedad.

Primero que nada, la democracia participativa incluye la representativa. Y la idea, sin duda buena, de que el Despertar Ciudadano participe construyendo un Contra Estado en el que haya un sistema que responda a las verdaderas demandas de la sociedad es una utopía muy, pero muy lejana en las actuales condiciones políticas, económicas y sociales del país. Es como querer resolver problemas de cálculo diferencial e integral cuando aún no se sabe sumar y restar.

¿Por qué no empezamos porque la ciudadanía aprenda a votar, aprenda a distinguir a sus representantes sin salirse fácilmente por el lado de que "todos son iguales"? Porque no es posible que piensen que Encinas es igual a Diego Fernández de Cevallos, ni que César Nava es igual a Mario Di Constanzo, etc... ¿verdad? Eso representaría que no tienen ni puta idea de lo que ha pasado en el país y entonces sí ya no importa si se vota si se anula o si se abstienen. Mucho menos podremos considerar la construcción de un Contra Estado que requeriría una conciencia y una cultura ya no digamos política sino cívica y moral que evidentemente no se tiene y faltará todavía mucho para tenerla en una parte significativa de la sociedad. ¿Por qué no al mismo tiempo que se vota se continúa construyendo una organización ciudadana que permita transitar a una democracia participativa? No tenemos porqué limitarnos.

Independientemente de si van a votar o no, aquellos que van a anular su voto podrían al menos acompañar mañana a AMLO a la PGR a entregar la denuncia penal para luchar contra la IMPUNIDAD por los delitos de tráfico de influencias, corrupción, saqueo de bienes de la nación y los que resulten contra Carlos Salinas de Gortari, el espurio Felipe Calderón, Vicente Fox, Claudio X. González, Roberto Hernández Ramírez, entre otros.

Mucho me temo que entre quienes vayamos a acompañarlo seremos mayoría los que sí vamos a votar y que los menos serán los que abogan por el voto nulo y por la construcción de bla,bla,bla.... Porque en el fondo del voto nulo está la nulificación del ser, del hacer y del luchar.



sábado, junio 13, 2009

México, país de perdedores mundialistas ( es el México del PANismo)

Mientras la voluntad presidencial está en combatir el narcotráfico, y el Ejército mexicano libra en las calles una feroz batalla con un elevado costo de militares muertos, un candidato panista acepta que su municipio es controlado por un cártel, que ya se sentó con ellos y consensuó su "plan de seguridad". Conoce la historia de... Mauricio y su pacto con los Beltrán Leyva
Los políticos están desconcertados. No se explican cómo fue que de pronto creció la ola del voto blanco. Tampoco han podido ubicar el epicentro de lo que ya sienten como un terremoto.

Los involucrados en la tragedia de Hermosillo ya dieron sus explicaciones, pero aún no se fincan responsabilidades. Las familias de las víctimas exigen justicia, no se conforman con las renuncias de algunos funcionarios.

El discurso de Barack Obama en Egipto retumbó por todo el Medio Oriente. Ahora es el turno de Hillary Clinton. ¿Su tarea? Llevar la paz al interior de Irak.

En medio de la crisis económica mundial, los europeos se van por la abstención y los partidos de derecha. Dejan de lado el discurso socialista.

Los políticos siempre prometen crear miles de empleos, y Felipe Calderón no es la excepción. Lástima que el 'Presidente del Empleo' no será recordado por promover oportunidades de trabajo, sino por imponer el IETU, que es altamente nocivo para la economía.

Quedar fuera del Mundial de futbol de Sudáfrica 2010 no sólo significa un verano sin ver el deporte más practicado del planeta. Otros aspectos también perderían si el Tri no clasifica.

PARA VER REPORTE ÍNDIGO AQUI.

jueves, junio 11, 2009

¡A las urnas!

Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia

Yo digo que si no vamos a las urnas, otra vez nos van a ganar los mismos abusivos de siempre: los delincuentes de cuello blanco
Yo digo que dentro de un mes demos una gran muestra de fuerza ciudadana.
Yo digo que estamos moralmente obligados a homenajear a todos los que a lo largo de 200 años han dado su vida por la libertad, la justicia y la democracia.
Yo digo que, a propósito, hoy es Jueves de Corpus.
Yo digo que ni la crisis económica ni el desempleo ni la incertidumbre ni la tragedia de Hermosillo nos deben amedrentar o abatir.
Yo digo que la rabia se manifiesta en las calles y no encerrados en nuestras casas.
Yo digo que con la abstención perdemos todo, todos. Yo digo que con la participación ganamos algo, todos.
A ver: no se trata de la polémica sobre la anulación del voto. Ni del voto en blanco. Mis respetos a quienes así lo decidan: a lo que voy es a la predicción de abstencionismo que según los expertos puede llegar a 65%; es decir, dos de cada tres ciudadanos pazguatos aplastadotes en su casa frente a la tele o encervezados en el restaurante mientras el otro de esos tres decide por todos; con el riesgo, por supuesto, de que sea un enviado específico de alguno de los partidos de los que tanto nos quejamos.
Yo digo que si no vamos a las urnas, otra vez nos van a ganar los mismos abusivos de siempre: los delincuentes de cuello blanco; los violadores de leyes y niños; los avorazados que hacen negocios seguros al amparo del poder; los que perpetraron matanzas como Acteal y Aguas Blancas; los que cerraron nuestros institutos productores de vacunas; los que desde sus oficinas magníficas generan más pobres cada día; los que han saqueado durante tantos años a este país; los que quieren robarnos el futuro; vamos, las ratas de dos patas, que diría la filósofa política Paquita la del Barrio.
Es muy en serio. No podemos dejarnos embozalar por los pillastres de cuarta; tenemos que ser ciudadanos de primera: ¡a las urnas!
Yo digo que podríamos darles una desagradable pero muy merecida sorpresa a los agoreros del desastre democrático.
Yo digo que ya es hora de decirles que estamos hartos de que decidan por nosotros.
Yo digo que ya es tiempo de restregarles en la cara que no nos pueden seguir engañando.
Yo digo que hay que decirles a las claras que este país es patrimonio de todos y no de unos cuantos.
A ver otra vez, yo ni loco intentaría imponer nada, sólo sugiero: por qué no, para empezar, ejercitamos la democracia ciudadana y en corto; discutámoslo en casa, en la oficina, con los condiscípulos, con los cuates. Ir a las urnas, como una posibilidad de expresar un esfuerzo por escoger alguna de las opciones, aunque ninguna de ellas nos deslumbre. Ir a las urnas para enviar un mensaje muy claro a los hombres y mujeres del poder de que no somos una masa informe sino la suma de individuos pensantes y actuantes.
Ir a las urnas para votar por quien se quiera. O para dejar claro nuestro rechazo con la anulación del voto. Para anotar el nombre de algún ciudadano honesto, de los que jamás son considerados por los partidos. O para escribir que “así no” o lo que se quiera. Pero ir a las urnas. Yo digo, ¿no?

miércoles, junio 10, 2009

¿Votar? Yo, sí


Dos fantasmas recorren las elecciones: el abstencionismo y la anulación del voto. Un detonador de estas opciones es el desprecio por la ciudadanía que suele caracterizar a quienes ejercen el poder. El desinterés por votar expresa: “¿Para qué votar, si nada va a cambiar, si no conozco a los candidatos, si no toman en cuenta mis necesidades y deseos?”. La anulación como protesta por la conducta de los partidos pretende transmitirles la indignación y el hartazgo ciudadanos ante sus transas, su desinterés y, finalmente, su ineficacia. Un destello de debate público empieza a circular en los medios. La semana pasada, en una entrevista en estas páginas, José Woldenberg explicó por qué abstenerse o anular el voto no es el mejor camino para cambiar muchas de las prácticas partidistas que la ciudadanía repudia (Proceso 1700, del 31 de mayo). En entrevista con Carmen Aristegui, Rosalbina Garavito explicó sus razones para anular el voto mientras Octavio Rodríguez Araujo discrepaba. En la prensa, varios editorialistas han manifestado sus posturas y escriben “por qué no voy a votar” o “por qué sí voy a votar”. Y en la web ya hay blogs que llaman a anular el voto, y otros a votar por determinado partido. Algunas amistades me insisten en que votar no es obligatorio, y recuerdo que hace unos meses, Carlos Peña, el rector de la Universidad Diego Portal en Chile, reflexionó sobre si el voto debe de ser voluntario u obligatorio. Peña señaló que tal disyuntiva está ligada a lo que se entienda por democracia, y delineó dos visiones de democracia. En una de ellas, que llama agregativa, la democracia es un mecanismo para sumar las preferencias de los ciudadanos; por lo tanto, no hay razones poderosas para obligar a emitir un voto, que en resumidas cuentas significa formular una opinión. No votar sería, dentro de esta concepción, quedarse callado. En esta concepción, la democracia (como simple suma de preferencias) se iguala al mercado: Los candidatos y sus programas son bienes que se ofrecen, “mercancías” que se “venden”, y cada ciudadano decide si las compra o no. Pero la democracia no es un mercado, y el acto de votar no es un acto de consumo. Peña insiste en que hay otra forma de concebir el voto: pensando la democracia no como un simple mecanismo para sumar lo que cada quien elige, sino como un mecanismo que fuerza a participar para definir qué rumbo seguir. Sí, como los ciudadanos somos distintos de los consumidores, el sentido de la democracia es construir un proyecto común mediante el diálogo y la participación de toda la ciudadanía. Utopía pura, pensarán muchos. Sin embargo, esa aspiración es una razón de peso para que los ciudadanos nos sintamos obligados a expresar nuestra postura mediante el voto. Peña argumenta que si se desea vivir en una comunidad que, pese a obvias deficiencias, intenta un autogobierno democrático, lo menos que puede hacer es contribuir a la formación de la voluntad común, mediante el diálogo y la participación. Y en esa lógica, el acto básico y más obvio de participación es el voto. Al exhibir groseramente su escaso interés por satisfacer las necesidades políticas de la ciudadanía, los partidos irritan y decepcionan. Pero, ante esa situación, ¿de qué sirve no votar o anular el voto? No votar es callarse, y callarse es conceder y, en cierta forma, avalar. Pero, si en lugar de expresar nuestra preferencia ideológico-política se acude a las urnas a cancelarla como forma de castigo o de protesta, ¿se logra algo? La anulación del voto, ¿preocupará a los políticos, hará que recapaciten? No lo sé. Lo que temo es que incida en el rumbo ideológico-político de la realpolitik. El acto de ir a la casilla y cruzar toda la boleta significa creer que todos los partidos son iguales, que lo que proponen todos es lo mismo. Y eso no es así. Aunque las prácticas de la mayoría de los políticos son aterradoras, todavía hay ciertos límites ideológicos y políticos, hay izquierda y hay derecha, hay conservadores y hay liberales, hay posturas distintas y compromisos diferentes. La reacción de “todos son iguales”, acompañada de una gran decepción y una inmensa rabia, impide ver las consecuencias, algunas probablemente peores, que implicarían ciertos triunfos. He escuchado a amigas feministas anunciando que anularán su voto y a gente conservadora alentando a votar. ¡Vaya dilema! Si los izquierdistas anulan y los derechistas votan, ¿qué futuro nos espera? Sacarse el enojo y el desencanto que han producido los desastres del PRD con la abstención o la anulación del voto es como hacerse harakiri. No votar o anular el voto es regalar el triunfo a los ganadores, sean quienes sean. Por eso, si se reflexiona sobre las consecuencias de que triunfen los adversarios, tal vez se considere “votar en contra de” en lugar de “votar a favor de”. Por mis prioridades políticas, hago memoria y recuerdo qué partido ha estado poniendo trabas a las cuestiones que me parecen fundamentales y cuál ha impulsado las que me resultan indispensables. Tengo muy presentes avances cruciales ubicados en el campo de los derechos humanos de las mujeres, y sé muy bien qué partidos están obstaculizándolos a nivel nacional. Por eso, pese a todo, yo sí voy a ir a votar.

Voto blanco: ¿ruta de escape?

Luis Linares Zapata

Las arterias que alimentan la vida organizada y hasta particular de los mexicanos están seriamente erosionadas. Años de frustrante crecimiento económico han desgastado el incipiente capital acumulado durante la bonanza pasada. Los saldos son notables en las atestadas calles citadinas sin orden, en las universidades sin presupuesto adecuado, en el desempleo que se arrellana en plazas y cantinas, en los campos de labranza moribundos, en la prestada tecnología de otros tiempos, en el aparato educativo apresado por intereses bastardos o en los pleitos de la plutocracia por defender prebendas y acrecentar sus lujos. La resultante, en forma de corrosivo malestar, cunde en miles de hogares y enferma el ánimo de otros tantos millones de individuos.

Las continuas traiciones a la incipiente democracia han robustecido tal descontento al grado de transmutarla en un ingrediente tóxico que actúa contra ella. Una explosiva mezcla de energía colectiva que, a pesar de todo su potencial destructivo, aún se enclaustra y consume en el defectuoso proceso electoral en marcha. En él se agota por ahora y sus angustiadas protestas llevan el marcado corte de la impotencia. Las elites, tanto privadas como públicas, no oirán el mensaje que se pretende enviar urbi et orbe. Pasada la tormenta previa al 5 de julio, esperan que la cotidianidad envuelva la rebelión. Todo esto se verá, después, como la transitoria e infecunda promoción de unos cuantos. Protesta que se bifurca en distintas rutas de salida y alienta pocas oportunidades de concreción.

Otra de las causales apunta hacia gobernantes frívolos, facciosos y patrimonialistas que han ido aceitando la corrupción para usarla en su beneficio o en la formación de sus feudos de poder y maniobra. En esos terrenos pantanosos, la ineficacia gubernamental se ayunta con la privada para dar testimonio de las puertas cerradas al progreso, y los triunfos, grandes o pequeños, se esfuman del vocabulario cotidiano. La impunidad se asienta como la palanca indispensable para sellar todo pacto de continuidad del estado de cosas. Se contribuye así, de manera por demás eficaz, a solidificar el desaliento que carcome a la sociedad mexicana de estos aciagos tiempos.

Contadas instituciones y personajes se libran de la chamusquina que han encendido conspicuos segmentos de la opinocracia contra los partidos y sus candidatos. Conductores de variados programas noticiosos, críticos con salidas continuas en medios masivos, académicos buscados como referentes asiduos de la verdad oficial, reciben el beneplácito de los concesionarios para adelantar su propia vendetta contra la ley electoral recién aprobada por el Congreso. El dolor causado por ella a sus amplios bolsillos caló hondo. Más aún resintieron tales empresarios de la comunicación la resistencia, aunque momentánea, de muchos legisladores a sus deseos, caprichos y mandatos.

La conclusión se antoja como desgrane consecuente, tajante y parcial: no vale la pena hacerse cómplice de tan degradada vida pública. La abstención o el voto en blanco se imponen como atractiva, hasta justa y necesaria huida ante tal descomposición de la partidocracia que reina. Una encrucijada que apunta hacia una alternativa inerte, inmovilizadora, pero que encuentra bases ciertas de sostén entre la mediocridad de las figuras públicas o en las sospechosas candidaturas de futuros legisladores. Similar sentimiento negativo se eleva por las cómplices ataduras que se traslucen en las propuestas para los gobiernos locales en juego.

De esta forma, el desamparo no es ya un aislado producto de los cerrados horizontes económicos que se enseñorean en el imaginario colectivo e individual. Tampoco se alimenta sólo de los fracasos y fraudes recurrentes a la vida democrática. Es, más bien, un corrosivo aliento totalizador de búsqueda que no encuentra asideros reales. Todo lo que rodea parece cerrado, trampeado, falso, mal intencionado y los beneficios, como siempre, se concentran en unos privilegiados. El desuso continuo de los escasos recursos públicos termina mezclado con los privados. Las penurias cotidianas de millones, la injusticia e inseguridad, el desamparo, como regla inevitable, es el sustrato que consume la energía protestante de los ciudadanos. El oneroso costo social y cultural de la decadencia propiciada por un modelo de gobierno que se perpetúa a sí mismo, a pesar de sus terribles efectos sobre las mayorías. Los años de redundantes promesas incumplidas, las rotas fantasías procreadas por ambiciosos líderes, monseñores, gerentes y demás dirigentes de una elite sin escrúpulos. Pero, también, aceptadas, con la debida resignación, hasta con entusiasmo a veces, por numerosos segmentos parapetados en las buenas costumbres del individualismo, el buen nombre y la obsecuencia interesada para los de arriba.

La opción del voto nulo o la abstención no es el conducto adecuado para la protesta por un estado de cosas insensible al sufrimiento y la postración. Urge encontrar el punto de apoyo indispensable para enderezar el rumbo. En todo este desaguisado hay culpables: los partidos grandes, esos que han contrahecho el sistema y pueden subordinarse a los grupos de presión. Tanto PRI como PAN, y varios segmentos de la izquierda seudo moderna injertados en el PRD, han sido colaboradores activos del desastre. No merecen el voto actual. Los arquitectos del modelo están fuera, pero tienen correas de trasmisión internas en estas organizaciones políticas. A estos partidos les dolerá, no la abstención; tampoco el voto nulo, que no les reduce prerrogativas o curules, sino el voto por otros partidos. Hay muchos chicos, marginales, que hacen un esfuerzo mayor y abanderan mejores causas. Entre éstos también hay cínicos negociantes (Verde ecologista) o aliados condicionales del fraude (la Alianza de Gordillo) que son falsas puertas. Otros han encauzado su camino, a pesar de sus orígenes y, ahora, son una alternativa real.

martes, junio 09, 2009

Derechos peligrosos


“Votar en blanco es un derecho irrenunciable, nadie os lo negará, pero, así como les prohibimos a los niños que jueguen con fuego, también a los pueblos les prevenimos de que no les conviene manipular la dinamita”, dice el personaje protagónico de la novela Ensayo sobre la lucidez (Alfaguara, 2004), de José Saramago. Los sugerentes paralelismos de la ficción del Nobel portugués con la actual convocatoria para anular el voto o votar en blanco el 5 de julio próximo obligan a ofrecer a nuestros lectores fragmentos de la misma.

La rápida instauración del estado de excepción, como una especie de sentencia salomónica dictada por la providencia, cortó el nudo gordiano que los medios de comunicación social, sobre todo los periódicos, venían intentando desanudar con más o menos sutileza, con más o menos habilidad, pero siempre con el cuidado de que no se notase demasiado la intención, desde el infausto resultado de las primeras elecciones y, más dramáticamente, desde las segundas. Por un lado era su deber, tan obvio como elemental, condenar con energía teñida de indignación cívica, tanto en los editoriales como en artículos de opinión encomendados adrede, el irresponsable e inesperado proceder de un electorado que, enceguecido para con los superiores intereses de la patria por una extraña y funesta perversión, había enredado la vida política nacional de un modo jamás antes visto, empujándola hacia un callejón tenebroso del cual ni el más pintado lograba ver la salida. Por otro lado, era preciso medir cautelosamente cada palabra que se escribía, ponderar susceptibilidades, dar, por así decir, dos pasos adelante y uno atrás, no fuera a suceder que los lectores se indispusieran con un periódico que pasaba a tratarlos como mentecatos y traidores después de tantos años de una armonía perfecta y asidua lectura. La declaración del estado de excepción, que permitía al gobierno asumir los poderes correspondientes y suspender de un plumazo las garantías constitucionales, vino a aliviar del incómodo peso y de la amenazadora sombra la cabeza de los directores y administradores. Con la libertad de expresión y de comunicación condicionadas, con la censura mirando por encima del hombro del redactor, se halló la mejor de las disculpas y la más completa de las justificaciones. Nosotros bien que querríamos, decían, proporcionar a nuestros estimados lectores la posibilidad, que también es un derecho, de acceder a una información y a una opinión exentas de interferencias abusivas e intolerables restricciones, particularmente en momentos tan delicados como los que estamos atravesando, pero la situación es ésta, y no otra, sólo quien siempre ha vivido de la honrada profesión de periodista sabe cuánto duele trabajar prácticamente vigilado durante las veinticuatro horas del día, además, y esto entre nosotros, quienes tienen la mayor parte de responsabilidad en lo que nos sucede son los electores de la capital, no los otros, los de provincias, desgraciadamente, para colmo, y a pesar de todos nuestros ruegos, el gobierno no nos permite que hagamos una edición censurada para aquí y otra libre para el resto del país, ayer mismo un alto funcionario del ministerio del interior nos decía que la censura bien entendida es como el sol, que cuando nace, nace para todos, para nosotros no es ninguna novedad, ya sabemos que así va el mundo, siempre son los justos quienes pagan por los pecadores. Pese a todas estas precauciones, tanto las de forma como las de contenido, pronto fue evidente que el interés por la lectura de los periódicos había decaído mucho. Movidos por la comprensible ansiedad de disparar y cazar en todas la direcciones, hubo periódicos que creyeron poder luchar contra el absentismo de los compradores salpicando sus páginas de cuerpos desnudos en nuevos jardines de las delicias, tanto femeninos como masculinos, en grupo o solos, aislados o en parejas, sosegados o en acción, pero los lectores, con la paciencia agotada por un fotomatón en que las variantes de color y hechura, aparte de mínimas y de reducido efecto estimulante, ya eran consideradas en la más remota antigüedad banales lugares comunes de la exploración de la libido, continuaron, por apatía, por indiferencia e incluso por náusea, haciendo bajar las tiradas y las ventas. Tampoco llegarían a tener influencia positiva en el balance cotidiano del debe y haber económico, claramente en marea baja, la búsqueda y la exhibición de intimidades poco aseadas, de escándalos y vergüenzas de toda especie, la incansable rueda de las virtudes públicas enmascarando los vicios privados, el carrusel festivo de los vicios privados elevados a virtudes públicas, al que hasta hace poco tiempo no le habían faltado ni los espectadores ni los candidatos para dar dos vueltitas. Realmente parecía que la mayor parte de los habitantes de la ciudad estaban decididos a cambiar de vida, de gustos y de estilo. Su gran equivocación, como a partir de ahora se comenzará a entender mejor, fue haber votado en blanco. Puesto que habían querido limpieza, iban a tenerla.
lll
La frase favorita del ministro de defensa, Una carga de profundidad lanzada contra el sistema, parcialmente inspirada en la inolvidable experiencia de un histórico paseo submarino de media hora en aguas mansas, comenzó a tomar cuerpo y a atraer las atenciones cuando los planes del ministro del interior, a pesar de algún que otro pequeño éxito conseguido, aunque sin significado apreciable en el conjunto de la situación, se mostraron impotentes para llegar a lo fundamental, es decir, persuadir a los habitantes de la ciudad, o, con más precisión denominadora, a los degenerados, a los delincuentes, a los subversivos del voto en blanco, para que reconocieran sus errores e implorasen la merced, al mismo tiempo penitencia, de un nuevo acto electoral, al que, en el momento adecuado, acudirían en masa para purgar los pecados de un desvarío que juraban que no volvería a repetirse. Se hizo evidente para todo el gobierno, excepto para los ministros de justicia y de cultura, ambos con sus dudas, la necesidad urgente de dar otra vuelta de tuerca, teniendo en cuenta que la declaración de estado de excepción, del que tanto se esperaba, no había producido ningún efecto perceptible en el sentido deseado, por cuanto, no teniendo los ciudadanos de este país la saludable costumbre de exigir el cumplimiento regular de los derechos que la Constitución les otorgaba, era lógico, incluso era natural que no hubiesen llegado a darse cuenta de que se los habían suspendido. Se imponía, por consiguiente, la implantación de un estado de sitio en serio, que no fuese sólo una cosa de apariencias, con toque de queda, cierre de salas de espectáculos, intensivas patrullas de fuerzas militares por las calles, prohibición de reuniones de más de cinco personas, interdicción absoluta de entradas y salidas de la ciudad, procediendo simultáneamente al levantamiento de las medidas restrictivas, si bien que mucho menos rigurosas, todavía en vigor en el resto del país, para que la diferencia de tratamiento, por ostensiva, tornara más pesada y explícita la humillación que se infligía a la capital. Lo que pretendemos decirles, declaró el ministro de defensa, a ver si lo entienden de una vez por todas, es que no son dignos de confianza y que como tal tienen que ser tratados.
lll
Entonces, al declarar el estado de sitio es como si estuviésemos diciendo que la capital del país se encuentra sitiada, cercada, asediada por un enemigo, cuando la verdad es que ese enemigo, si se me permite llamarlo de esta manera, está dentro, no fuera. Los ministros se miraron unos a otros, el primer ministro se hizo el desentendido, removió unos papales. Pero el ministro de defensa iba a triunfar en la batalla semántica. Hay otra manera de entender las cosas. Cuál, Que los habitantes de la capital, al desencadenarse la rebelión, supongo que no exagero dando el nombre de rebelión a lo que está sucediendo, fueron por eso justamente sitiados, o cercados, o asediados, elija el término que más le agrade, a mí me resulta indiferente.Pido licencia para recordarle a nuestro querido colega y al consejo, dijo el ministro de justicia, que los ciudadanos que decidieron votar en blanco no hicieron nada más que ejercer un derecho que la ley explícitamente les reconoce, luego hablar de rebelión en un caso como éste, además de ser, como supongo, una grave incorrección semántica, espero que me disculpen por internarme en un terreno en el que no soy competente, es también, desde el punto de vista legal, un completo despropósito. Los derechos no son abstracciones, respondió el ministro de defensa secamente, los derechos se merecen o no se merecen, y ellos no los merecen, el resto es hablar por hablar. Tiene toda la razón, dijo el ministro de cultura, realmente los derechos no son abstracciones, tienen existencia incluso cuando no son respetados. Lo que faltaba, filosofías.
lll
Pasaron los días, las dificultades iban creciendo sin parar, se agravaban y se multiplicaban, brotaban bajo los pies como los hongos después de la lluvia, pero la firmeza moral de la población no parecía inclinada a rebajarse ni a renunciar a aquello que había considerado justo y por eso lo expresó con su voto, el simple derecho a no seguir ninguna opinión consensualmente establecida. Ciertos observadores, por lo general corresponsales de medios de comunicación extranjeros enviados a toda prisa para cubrir el acontecimiento, así se decía en la jerga de la profesión, luego con poco conocimiento de las idiosincrasias locales, comentaron con extrañeza la ausencia absoluta de conflictos entre las personas, a pesar de que se hubieran realizado, y luego verificado como tales, acciones de agentes provocadores que estarían intentando crear situaciones de una inestabilidad tal que justificaran, ante los ojos de la denominada comunidad internacional, el salto que hasta ahora no había sido dado, es decir, pasar de un estado de sitio a un estado de guerra.
lll
Vosotros, sí, sois los culpables, vosotros, sí, sois los que ignominiosamente habéis desertado del concierto nacional para seguir el camino torcido de la subversión, de la indisciplina, del más perverso y diabólico desafío al poder legítimo del estado del que hay memoria en toda la historia de las naciones. No os quejéis de nosotros, quejaos ante vosotros mismos, no de estos que a través de mi voz hablan, éstos, al gobierno me refiero, que una y muchas veces os pidieron, qué digo yo, os rogaron e imploraron que enmendaseis vuestra maliciosa obstinación, cuyo sentido último, a pesar de los ingentes esfuerzos de investigación desarrollados por las autoridades del estado, todavía hoy, desgraciadamente, se mantiene impenetrable. Durante siglos y siglos fuisteis la cabeza del país y el orgullo de la nación, durante siglos y siglos, en horas de crisis nacional, de aflicción colectiva, nuestro pueblo se habituó a volver los ojos hacia este burgo, hacia estas colinas, sabiendo que de aquí le vendría el remedio, la palabra consoladora, el buen rumbo para el futuro. Habéis traicionado la memoria de vuestros antepasados, he ahí la dura verdad que atormentará para siempre jamás vuestra conciencia, ellos levantaron, piedra a piedra, el altar de la patria, vosotros decidisteis destruirlo, que la vergüenza caiga pues sobre vosotros.
lll
Votar en blanco es un derecho irrenunciable, nadie os lo negará, pero, así como les prohibimos a los niños que jueguen con fuego, también a los pueblos les prevenimos de que no les conviene manipular la dinamita. Voy a terminar. Tomad la severidad de mis avisos, no como una amenaza, más sí como un cauterio para la infecta supuración política que habéis generado en vuestro seno y en la que os estáis revolviendo. Volveréis a verme y a oírme el día que hayáis merecido el perdón que, a pesar de todo, estamos inclinados a conceder, yo, vuestro presidente, el gobierno que elegisteis en mejores tiempos, y la parte sana y pura de nuestro pueblo, esa de la que en estos momentos no sois dignos. Hasta ese día, adiós.

En defensa del voto


MEXICO, D.F., 8 de junio (apro).- El voto, por cuya vigencia efectiva se inició en México una revolución social hace exactamente un siglo y por cuya adulteración puede generarse un movimiento análogo, tiene un significado claro y radical: Apoyar o sancionar a quienes cumplen o traicionan sus compromisos con la sociedad.
Así, el voto es un puente --ciertamente efímero, pero contundente-- entre los ciudadanos y quienes los gobiernan y representan, que ratifica o retira la confianza de aquéllos conforme a los comportamientos de quienes deben estar sometidos a un escrutinio permanente y a una evaluación periódica.De esto se trata la elección del 5 de julio.

Y esto es lo que soslayan --deliberadamente o por ignorancia-- quienes llaman a anular el voto.
La convocatoria a abolir el sufragio, que por supuesto no debe ser de suyo anatematizada --aunque se trata de un fenómeno multifactorial que incluye maniobras desde los ámbitos del poder para escabullirse a la sanción popular--, parte de un aserto que es también conclusión: Todos los políticos y los partidos son iguales.
Y eso es falso: No todos son iguales, porque los hay peores. No es sarcasmo: Convertir a todos los políticos y sus estructuras partidarias en siameses es muy popular --y a eso obedece este fenómeno del movimiento "anulista" y del "voto blanco"--, pero es al menos una imprecisión inaceptable.Es como imponer el mismo nivel de responsabilidad del desastre económico de México al alcalde de Erongarícuaro, Michoacán, y a Felipe Calderón. El munícipe nada tiene que ver con las instrucciones que el otro individuo imparte en la conducción de la política económica del país. ¿Quién prometió generar un millón de empleos cada año y quién ofreció disminuir la pobreza de 15 millones de mexicanos y acabar con la pobreza extrema de 10? ¿Fue ese alcalde, algún gobernador, de cualquier partido político, o fue Calderón?Y antes: ¿Quién ofreció crecer a tasas de 7% del Producto Interno Bruto y cambiar el modelo económico? Fue Vicente Fox con el respaldo del Partido Acción Nacional (PAN). ¿No ha sido el PAN, con Fox y Calderón, los continuadores de la misma política económica de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo? Ellos mismos se ufanan del mismo modelo.¿El PRD, el PT, Convergencia y los otros partidos políticos harían exactamente lo mismo desde el Poder Ejecutivo? Quizás, pero sólo hasta que lo hagan podemos decir, en lógica elemental y con respeto a la inteligencia de las personas, que entonces sí son todos iguales.Pongo estos ejemplos del Ejecutivo porque otra de las insuficiencias de la campaña para anular el voto es que concentra el repudio en la representación popular, particularmente la Cámara de Diputados, como si --otra vez-- el desastre que hay en el país es de su completa responsabilidad y, así, encubrir la ineptitud del gobierno federal.A nivel de los partidos políticos hay, en efecto, abundantes pruebas de cómo éstos y sus cúpulas actúan con la lógica de facción, pero también es innegable que hay temas que los diferencian y que son los que deben concitar una reflexión previa a la decisión de votar o no votar, o votar con un tache para todos.Por ejemplo, qué partido y políticos apoyan, auténticamente, la educación gratuita, laica y obligatoria y qué partidos conspiran, en los hechos, contra ella. Qué partidos y candidatos usan el presupuesto para instrumentar programas sociales o cuáles sólo los activan en época electoral.Más aún: Qué partido político en el gobierno ha hecho que, por ejemplo, en una ciudad de un millón 200 mil habitantes, León, Guanajuato, haya sólo una preparatoria pública. Y qué partido político en el gobierno ha creado una preparatoria pública para cada una de las delegaciones en el Distrito Federal.¿Es un llamado a votar por tal o cuál partido que ha hecho tales obras en el ejercicio de gobierno? No, sencillamente es discernir y no acogerse a la generalización que desinforma y deforma.Qué partidos, candidatos y gobiernos defienden los derechos reproductivos de las mujeres y cuáles los conculcan. Qué partidos, candidatos y gobiernos respaldan a los emprendedores y quiénes, también en los hechos, matan la iniciativa particular.Decir, al respecto, que todos son iguales es tanto como invocar que se ataque con todo el poder del Estado a los vendedores callejeros de artículos chinos sin considerar que éstos ingresan gracias a la magnífica corrupción en las aduanas, cuya responsabilidad tiene nombre y apellidos.Decir que todos son iguales es convalidar, es claudicar ante el proyecto de facción vigente y ver como fatalidad la desesperanza, que paraliza y mata.Yo voy a votar por quienes, pese a todo, defienden las causas en las que creo...
Comentarios: delgado@proceso.com.mx

Encuentro

Ricardo Rocha, Miguel Ángel Granados Chapa, José Antonio Crespo y Virgilio Caballero hablan sobre las secuelas del “Michoacanazo”, el reingreso de Cuba a la OEA y la campaña del voto nulo.

www.Tu.tv

sábado, junio 06, 2009

Táctica ineficaz



José Woldenberg, expresidente del Instituto Federal Electoral (IFE), advierte que el movimiento que convoca a ir a las urnas el 5 de julio para anular el voto y el creciente abstencionismo deben preocupar a los políticos y a los partidos.“Darle la espalda a la inasistencia a las urnas o a quienes van a anular su voto es suicida. Esto está expresando algo –dice el experto–: expresa malestar, desencanto y desafección a los partidos”.
Sin embargo, Woldenberg no tiene duda: este movimiento para acudir a las casillas el día de la jornada electoral y abolir el sufragio va a fracasar porque tiene enormes debilidades. La principal: dejará a los que sí votan la decisión de cómo se integrará la representación popular, como la Cámara de Diputados, o quiénes se convertirán en autoridades.“Ahí reside su mayor debilidad –señala–. Y su otra debilidad es conceptual: la única manera que se tiene para decir que hay que anular es que, para ellos, todos los partidos significan lo mismo. Y esa es una gran falacia.”Según él, los partidos en México en muchas cosas se pueden parecer, pero sin duda expresan diversidad de diagnósticos, propuestas, plataformas. Por eso, Woldenberg niega que anular el voto se equipare a la “abstención activa”, porque ésta tiene sentido sólo cuando alguna corriente político-ideológica está excluida, como ocurrió con el Partido Comunista Mexicano en 1970.En entrevista en su austero cubículo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Woldenberg afirma que “la manera de revertir la abstención es elevando el nivel de la discusión política, generando un circuito más productivo o político, es dignificando esa actividad”. –Eso es justamente a lo que apelan los anulistas…
–¿Pero van a lograrlo con eso? En esa operación hay algo que es absolutamente cierto e incontrovertible: quienes vamos a decidir somos los que votamos y hay una probabilidad de que eso genere la reflexión de los partidos para corregirse y demás. Autor de La mecánica del cambio político en México y El cambio democrático y la educación cívica en México, entre otros libros especializados, explica que normalmente, cuando ha habido reformas, no es porque la abstención haya crecido, sino que “se han dado cuando se genera un diagnóstico de algún problema y se hacen avanzar algunas propuestas, es decir, se crea un contexto de exigencia real con diagnóstico, con medidas y con horizonte”.
–Dicen los activistas que anular el voto implicará un sacudimiento a los partidos y que haya reformas que hagan más eficiente el sistema. ¿Es algo ingenuo o es producto de este estado de ánimo contra los partidos?
–Yo creo que tiene que ver, en efecto, con un estado de ánimo muy encendido que no es solamente mexicano, que lo han medido encuestas como el Latinobarómetro, en donde el aprecio por los partidos, los políticos y los congresos es muy bajo.
Las razones de la ira
De hecho, dice, la motivación profunda del desencanto no es política, sobre todo cuando se ha avanzado en el proceso democratizador: “Yo creo que los nutrientes fundamentales del desencanto vienen de otro lado, vienen del no crecimiento de la economía, del deterioro de las condiciones de vida de la gente, de una sociedad cada vez más desigual, con franjas de pobres enormes”.Explica: “Hoy cuesta trabajo pensar a México como país. Parece más bien un archipiélago de grupos, de tribus, de pandillas, escasamente integrados. Entonces, el sentido de pertenencia a una comunidad nacional está, de alguna manera, roto, trastocado. “Yo creo que de ahí viene el desencanto. Incluso, para decirlo en términos de las personas, yo creo que el desencanto se nutre mucho, al no crecer la economía, de la expectativa de cómo van a vivir los hijos, y van a vivir peor que los padres. Entonces hay un mal humor público, agrio, irritado, que se explica por eso, más que por la política en sí misma. Y dicen: todo esto es culpa de los políticos, del Congreso, de los partidos. Pero el malestar es por eso.”Pone como ejemplo el período de 1932 a 1982, cuando la economía creció en un régimen autoritario y había una especie de consenso pasivo más fuerte. “¿Y cómo se explica ese consenso? Por el crecimiento de la economía. Siempre fue un crecimiento polarizador, nunca fuimos una sociedad equitativa ni igualitaria, pero al crecer la economía las expectativas de vivir mejor se cumplían, y hoy no. Por eso también me parece que este método no va a lograr los fines que busca, por desgracia”.Woldenberg aclara también que jamás se podrá saber si el movimiento fue exitoso: “Van a aparecer los tradicionales votos por Batman y Cantinflas, los errores y los que van a anular para manifestar un malestar con los partidos. ¿Qué porcentaje de esos votos expresa cada uno de ellos? Nunca lo vamos a saber”.Lo que le preocupa de este tipo de movimientos es la “retórica antipolítica”, que “es muy efectiva pero suele ser muy mentirosa”. Consiste en que los políticos, sus partidos y el mundo institucional son un bloque llamado la clase política, que es perverso, corrupto, ineficiente; explica. “Hay también un pueblo que porta todas las virtudes: es noble, incorruptible, trabajador. Y entonces hay una contradicción entre la clase política y el pueblo. Y curiosamente siempre hay un salvador, que puede ser un movimiento, un líder carismático, alguien que, ese sí, va a romper con la dinámica autorreferencial. Yo creo que es una falacia de principio a fin.”Reflexiona: “El discurso antipolítico lo único que hace es fomentar el desencanto en muchas de las instituciones que son necesarias para la democracia. Porque no hay democracia sin partidos, sin políticos, sin Congreso. Entonces, más bien yo me orientaría a cómo vamos a reformar la vida política a través de los políticos, de los partidos y de los congresos, y no a tratar de exorcizarlos”.
–El cardenal Juan Sandoval dice que quienes llaman a anular el voto no hacen patria y que el abstencionismo va a matar a la democracia.
–Ese lenguaje tampoco ayuda en nada. Yo insisto en que reconozco como un derecho que la gente se abstenga o que la gente vaya y anule su voto. Lo que digo es que para los fines que se plantean ese no es el mejor método. “Los partidos, los políticos, la escuela, los medios deberían tener políticas permanentes para explicar qué son los principales regímenes de gobierno, cuáles son sus valores, sus principios, sus conductos de participación, por qué es mejor vivir en democracia que en un sistema autoritario. Nos hace falta, como sociedad, una enorme pedagogía para llegarle a todo ese mundo de gente que hoy está absolutamente divorciado de la política. “Me da la impresión de que cuando desde el púlpito se meten a la política, siempre lo hacen de manera muy mala. Hasta en el lenguaje, como en este caso. Acostumbrado a pensar en pecados, trasladan ese lenguaje a la vida política y desnaturalizan todo. Insisto: es un derecho no participar, no hay que anatemizar a nadie, pero no creo que sea una fórmula para cambiar las cosas.”

Suena sensato el tal Woldenberg ¿verdad? Pues es uno de esos intelectuales que le lamió la cola a Fecal y sabiendo que había habido fraude declaró lo contrario. ¡Cuidado con estos oportunistas que se quieren hacer los muy serios y son unos traidores! Por muy bien que argumente, moralmente es una gentuza.


Bonos Pemex: pierden millones en publicidad

Dinero
*Bonos Pemex: pierden millones en publicidad
*El rescate de autopistas
*Vendedores estrella

¿Yquién va a asumir la responsabilidad de los millones de pesos invertidos –y perdidos– en la campaña de publicidad de los bonos nonatos (no nacidos, no natus)? Muy quitado de la pena, el director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles, confirmó ayer lo que comenté en este espacio: definitivamente no serán emitidos dada la enorme turbulencia económica y financiera, al menos en 2009. Cuando lanzó la campaña de publicidad ya había signos de que venía un agudo periodo de inestabilidad, aunque se negaban a admitirlo. Querían hacernos creer que los ciudadanos mexicanos participarían de las ganancias petroleras si daban su aval a la entrega de Pemex al extranjero. En realidad ya habían hecho arreglos para que fueran manejados en la Bolsa de Valores. Lo más probable es que los bonos de 100 pesos –devaluados antes de nacer– no aparezcan en lo que resta del sexenio. Gastaron muchos millones en algo que no existía. ¿Van a descontarle algo de sus enormes ingresos al señor Reyes Heroles? No es lo mismo amañar encuestas electorales que administrar la compañía petrolera nacional.
Vendedores estrella
El karma suele ser canijo, pero intravenoso. Diez empleados de una pequeña compañía distribuidora de equipo eléctrico, ubicada en las cercanías de París, recibieron como premio un viaje a Río de Janeiro por ser los mejores vendedores. Tenían meses compitiendo por dar los mejores resultados a su empresa. Todos, y sus respectivas esposas, viajaban en el vuelo de Air France que cayó en las heladas aguas del Atlántico.
Capufe, el rescate carretero
Creada como organismo descentralizado, Caminos y Puentes Federales cumplió 50 años de vida con muchos baches. Juan Molinar Horcasitas envió al director general de Desarrollo Carretero, José San Martín Romero, a la celebración que tuvo lugar en Cuernavaca. Un capítulo negro de su historia lo constituye el rescate de autopistas concesionadas al sector privado, que dio nacimiento a la red FARAC. Salinas de Gortari las repartió entre sus amigos y Zedillo tuvo que sacarlas del hoyo, a muy alto costo. Primero destinaron 100 mil millones de pesos, no fueron suficientes; al final del sexenio del presidente que nunca traía cash, la cifra se había duplicado, luego se perdió la huella. El salvamento está siendo pagado con dinero de los contribuyentes. Los políticos aprendieron muy bien la lección. ¿Ya no las volverán a concesionar? No, al contrario, varios caminos están en proceso de licitación. Resulta buen negocio que quiebren.
e@Vox Populi
Asunto: manipulando la estadística
Algo que me confunde, irrita y encabrita cuando veo los índices de inflación que proporciona algún funcionario público, o algunos analistas económicos, es lo alejados que están de la realidad. Tal vez calculen la inflación sobre el precio de los productos básicos, pero no sólo de frijoles y tortillas vive una familia. Hay muchas otras mercancías que se requieren en cada comida, así como ropa, calzado, transporte y un montón de cosas. Cada vez que voy al mercado, al supermercado o a la tienda de la esquina, y eso es varias veces a la semana, encuentro que los precios aumentan en promedio de 20 a 30 por ciento. ¿Y los salarios, cuándo? Digo, si es que uno es de los afortunados con tener empleo.
Miguel Dávila/Tepic
R: Amigo nayarita: la única forma como podrían aumentar los salarios es aplicando una regla japonesa: a los altos ejecutivos no se les permite ganar más de siete tantos que la secretaria o el mozo más modestos. Si éstos perciben 2 mil 500 pesos a la quincena, por ejemplo, el presidente –de una compañía o del país– no puede ganar más de 17 mil 500. Veríamos cómo les entrarían las prisas por subir el mínimo.
Asunto: retiros en efectivo
Te escribo para quejarme otra vez de Bancomer, que ha promovido a lo largo de los últimos dos años su tarjeta azul como la única que no cobra comisión por disposición en efectivo en el cajero automático y resulta que hoy, al hacer una disposición de $400 me cobraron $100. Al reclamar vía telefónica me informaron que a partir del primero de junio se cobra el 5% de las disposiciones, y si el retiro es inferior a $1,000 cobrarán $100, lo cual representa una comisión estratosférica. Enrique: ¿hay alguien que pueda regular estas comisiones?
Josefina De León/Distrito Federal
R: No hay, es inaudito, pero no hay. El sistema bancario funciona en un marco metalegal, en la metafísica de la impunidad. Bancomer no cobraba comisión, era un gancho para atraer clientes. Eso terminó justo cuando se discutía en el Congreso una legislación para poner topes a comisiones e intereses, pero no prosperó.
Asunto: el voto en blanco
He oído diferentes opiniones respecto de castigar a los partidos políticos con un voto en blanco. Realmente me parece una muy tonta manera de manifestar nuestro desacuerdo. Si queremos un cambio, hay que cambiar de gobernantes. Así que si yo voté, por ejemplo, PAN, ahora voto PRD, etcétera. Que se muevan de donde están. A ver si así logramos que se pongan a chambear y se dejen de payasadas. Lo malo es que dentro de la amplia gama de candidatos no hay a cuál irle. Como diría mi sobrina de 10 años: ¿qué prefieres, caca, pedo o chis? Lástima de gastos.
Gabriela E. Loera/Distrito Federal
R: Es una genio tu sobrinita. Pertenece a una generación que ya no va a perder el tiempo en discusiones sobre la situación en que se encuentra el país. Ya lo saben, están claros de que lo único posible es el cambio.
Asunto: sábado de fut
Hola, Enrique: mañana sábado jugarán dos selecciones de futbol: La de la república del Salvador (de la humanidad) contra la de El Salvador. Una con tapabocas y la otra sin él. ¿Cuál es cuál?
Efraín Solís Almanza/Distrito Federal
R: Mmmm. Ya me pusiste a pensar. ¿A cuál le va el chamoy?
galvanochoa@yahoo.com • Foro: http://elforomexico.com/

Polos opuestos se juntan

Indice Político
“¡Al diablo las instituciones!”
- Andrés Manuel López Obrador -

DISÍMBOLOS PERSONAJES UNIDOS por una misma causa. Tatiana Clouthier y el subcomandante Marcos. Un primo de Felipe Calderón, Gabriel Hinojosa Rivero, de la mano de connotados foxistas y ex foxistas, como Luis Alberto Bolaños y Santiago Pando, respectivamente. Rosalbina Garavito, ex guerrillera y ex senadora del PRD, al lado del reputado abogado fiscalista Luis Manuel Pérez de Acha, concuño de Alfonso Durazo.¿Cuál es la causa que los junta?La promoción del “voto en blanco”, es la respuesta.Un mismo fin, diferentes motivaciones.Las de “La Otra Campaña”, movimiento que en la apariencia es jefaturado por el polémico personaje que se la pasa “mirando las montañas del Sur” del país, son las de la abierta insurrección. Las de aquellos que en algún tiempo estuvieron ligados al PAN y, también momentáneamente a aquél otro PRD, son más limitadas pues sólo condenan a la partidocracia y al peculiar sistema electoral que los propios partidos se han dado, mientras que en buena medida dejan a salvo la cuestionable acción de la fallida Administración federal en turno.Aunque personalmente no comulgo con la idea del “no voto” y, mucho menos, con la del “voto en blanco” –pero lo que a mí me guste o no debe ser irrelevante para usted—, considero más legítimas las razones de aquellos a quienes guía Marcos, sobremanera porque están inscritas en el contexto de una movilización de mayor alcance, a partir del arribo del emblemático año 2010. Las de Clouthier, Hinojosa, Bolaños, Pando, Garavito, Pérez de Acha et al, en cambio, son inmediatistas. No llegan más allá del 5 de julio de este 2009.“La Otra Campaña”, en efecto, prepara un foro sugestivamente bautizado “¡Váyanse o los Sacamos!” –nada qué ver con el “si no pueden, ¡renuncien!”, del empresario Alejandro Martí—, en el que el 27 y 28 de junio próximos, en Papantla, Veracruz, discutirán las “20 Razones para no Votar”.No existe un paralelismo entre ambos movimientos. “La Otra Campaña” invita a la abstención ya que hoy el voto sólo reproduce el actual sistema de corrupciones. Critica a la partidocracia e invita a construir otra forma de hacer política: que unifique a los mexicanos, que no genere más desigualdades y que no sea un botín para los políticos.De miras más cortas, la organización social de Clouthier sólo se lamenta de que los partidos políticos no representan los intereses de los ciudadanos. Los de ella misma, para empezar.Tomo del periódico El Volador (01/06/2009), órgano mensual de divulgación de La Otra Huasteca-Totonacapan –uno de los brazos del EZLN— los siguientes datos en los que se destaca la oposición al sistema electoral, al cual considera un sistema de derecha por sus modos de funcionar y por los resultados que arroja.Hace ver que a los políticos les interesa mucho que la gente vote, sea cual sea el candidato, pues para ellos lo de menos es cambiar de partido y acomodarse donde más les convenga.Enfatiza que no importa quién se aproveche de la abstención, cualquiera de los partidos gobernará igual, “ahí están los hechos”, dice. Por ello, el documento recuerda la frase del Subcomandante Marcos, quien afirmó que el voto es “el trámite más inútil” —mientras Calderón buscaba afuera lo que en sí mismo encarna.Subraya que existen mexicanos ansiosos de ir a votar por conveniencia personal, o a fin de endosar el compromiso del país a una camarilla de sinvergüenzas, sabiendo que no les volverán a molestar hasta nuevas elecciones. Son, en suma, los más irresponsables.El documento llama a una “desobediencia civil” que comience por no votar. Afirma que si no se sabe cuál otro camino seguir, al menos se sabe por dónde ya no: “el camino al precipicio”. Por eso, dice, es preferible permanecer de pie que seguir caminando en la dirección equivocada. E invita a que ese día de elecciones, la gente detenga su voto, que mejor se quede en casa a pensar cómo derrocar a Calderón por otras vías: “no voto, me organizo y lucho, por un gobierno que mande obedeciendo.”Juntos, los extremos. Pero no revueltos.La política, es cierto, hace extraños compañeros de cama. Beautiful people, gente nice, bonita, junto a los desarrapados de ayer, hoy, mañana ¿y siempre?

Indice Flamígero:
De carcajada la última “puntada” de los guardianes de la ley y el orden (jejeje) del calderonato. Ahora resulta que hay “narco-listas”. Sobre hojitas de papel (jejeje). ¿Escritas a mano? Pues no que hay dificultad para combatir a los mañosos por la posesión que éstos tienen de la más alta tecnología. ¿Sobre qué escribirán en la PGR, SEDENA, SSP? ¿Sobre una roca? ¿Con cincel?
* * * A la zaga de Marcelo Ebrard. Así va el ocupante de Los Pinos quien, luego de que el jefe de gobierno de la capital nacional recibiera a los Pumas, coronados campeones de fútbol, él se invitó una visita al seleccionado nacional de la patada. De la patada, sí.
* * * Durante el salinato, Diego Fernández de Cevallos fue motejado cual “La Ardilla”, dizque porque no salía de Los Pinos. Hace poco más de una semana, el polémico gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz rebautizó igual a Beatriz Paredes, a quien también comparó con el simpático animalito que dio origen a la caricatura de Chip & Dale. Por lo mismo. Porque ya convirtió en guarida a la casona de Parque Lira en el Distrito Federal.
http://www.indicepolitico.com/
pacorodriguez@journalist.com