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jueves, octubre 13, 2011
La farsa de los debates en Estados Unidos
George Farah/Red Voltaire
Las candidaturas de Barack Obama y de John McCain negociaron un detallado contrato secreto que estableció los términos de las contiendas durante la campaña presidencial de 2008. El acuerdo incluyó quiénes asistirían a las discusiones, qué temas deberían tratarse y la estructura del formato de cada debate.
Desde 1987, la empresa privada creada por y para los partidos Republicano y Demócrata, llamada Comisión de Debates Presidenciales (CPD, por su sigla en inglés) patrocina las controversias de los candidatos y pone en práctica las estipulaciones de éstas. Para blindar de cualquier crítica a los aspirantes de los dos principales bandos, la CPD no da a conocer públicamente el contenido del tratado.
En 1986, los comités nacionales republicano y demócrata ratificaron un acuerdo para “asumir el control de los debates presidenciales” de la Liga de Mujeres Votantes, entidad no partidaria. Quince meses después, incorporaron a la jefatura de la CPD a Frank Fahrenkopf, del Partido Republicano, y a Paul Kirk, del Partido Demócrata, quienes todavía comparten la jefatura de la Comisión y cada cuatro años ejecutan y encubren los acuerdos elaborados en común por los candidatos de ambos partidos.
Antes de la formación de la Comisión, la Liga de Mujeres Votantes actuó como un patrocinador auténticamente independiente de los debates entre 1976 y 1984, al asegurar la inclusión de aspirantes independientes populares y prohibir a los dos grandes partidos efectuar operaciones de manipulación de los formatos de las contiendas.
En 1980, la Liga invitó al postulante autónomo John B Anderson a que participara en una polémica, pero el presidente Jimmy Carter rechazó con firmeza su colaboración. Cuatro años más tarde, cuando las campañas de Ronald Reagan y de Walter Mondale vetaron 68 proposiciones de los miembros del panel para eliminar las preguntas difíciles, la Liga denunció abiertamente a los aspirantes por “abusar totalmente del proceso”. La protesta pública que vino enseguida persuadió a los candidatos a aceptar a los integrantes de la división de la Liga para la controversia siguiente.
En 1988, cuando las campañas de George W Bush y de Michael Dukakis elaboraron el primer contrato secreto del debate –un “memorándum de entendimiento” dictado por quienes iban a participar, sobre quién haría las preguntas e incluso la altura de los podios– la Liga declinó llevarlo a cabo. En su lugar, ésta difundió un comunicado de prensa que señalaba: “Las exigencias de ambas organizaciones de campaña perpetrarían un fraude contra el votante estadunidense”.
Los dos partidos principales, sin embargo, no quisieron más un patrocinador que limitara el control de sus candidatos. En consecuencia, crearon la Comisión para ejecutar los debates. Y desde que tomó el control en 1988 obtiene un financiamiento mediante contribuciones de grandes corporaciones. Las trasnacionales interesadas en verse favorecidas por los reguladores que se elegirán para el Congreso donan millones de dólares en contribuciones a ésta y las locaciones del debate se convirtieron en carnavales corporativos, donde las compañías patrocinadoras comercializan sus productos, servicios y agendas políticas.
El gigante tabacalero Phillip Morris USA fue el principal patrocinador en 1992 y 1996. Otro importante contribuyente fue Anheuser-Busch Companies, que financió debates presidenciales en su ciudad sede de Saint Louis, Missouri, en 1996, 2000, 2004 y 2008. No es asombroso que la Comisión haya podido incrementar en millones de dólares las contribuciones corporativas. Fahrenkopf y Kirk, copresidentes y controladores de la CPD, son lobbystas registrados de dichas compañías trasnacionales. El último obtuvo 120 mil dólares por hacer lobby en favor de Hoechst Marion Roussel, una empresa farmacéutica alemana. Fahrenkopf gana aproximadamente 900 mil dólares anuales como principal cabildero de la industria del juego, que mueve 54 mil millones de dólares en Estados Unidos. Como presidente de la Asociación Estadunidense del Juego, envía enormes contribuciones financieras a los candidatos importantes del Partido Republicano y satura los medios de información con testimonios de “expertos” que exaltan las “muchas ventajas” del juego. Fahrenkopf aseguró que “no vamos a disculparnos por intentar influir elecciones políticas”.
“Éstos son los individuos que deciden quién conseguirá participar en los foros políticos más importantes de Estados Unidos”, señala el periodista George Farah a la organización Open Debates. Añade: “Las prácticas de cabildeo de Kirk y Fahrenkopf demuestran su buena voluntad para proteger los intereses corporativos a expensas de los votantes. Esto no resulta sorprendente desde que las dos sillas de la copresidencia de la CPD están dispuestas a preservar las valiosas utilidades de ambos partidos en detrimento de los ciudadanos”.
La estructura actual permite que las corporaciones donen dinero a los bandos Demócrata y Republicano, que en esencia apoyan su duopolio sobre el proceso político y excluyen las voces de terceros que puedan resultar hostiles para el poder corporativo.
Históricamente los postulantes terceros han desempeñado papeles críticos en la democracia estadunidense por introducir al conocimiento popular los grandes problemas que de manera eventual fueron cooptados por los dos grandes partidos, como la abolición de la esclavitud, el derecho al voto de las mujeres, seguridad social, leyes de trabajo infantil, escuelas públicas, elección directa de senadores, vacaciones pagadas, compensación por desempleo y formación de sindicatos. Con la exclusión del discurso de los aspirantes, éstos no pueden romper el silencio de los dos partidos en donde hay un desacuerdo de los bandos principales con la mayoría de los ciudadanos estadunidenses.
Respecto a los últimos debates, Farah cuestiona “¿por qué en un país donde las corporaciones constituyen la fuerza política y económica dominante, éstps se hicieron sin mencionar la palabra “corporación”? ¿Por qué no hay preguntas sobre reformar el financiamiento de las campañas? ¿O del crimen corporativo? ¿La devastación ambiental? ¿Pobreza infantil y falta de viviendas? ¿Libre mercado y globalización? ¿Concentración de la propiedad de los medios? ¿Gasto militar? ¿Inmigración? ¿Libertades civiles y derecho a la privacidad?”.
Durante las dos últimas décadas en que la Comisión patrocina los debates presidenciales, se han excluido las cuestiones desafiantes, los moderadores enérgicos y pertinentes, el seguimiento de las preguntas, las interrogaciones de candidato a candidato y las refutaciones. Típicamente, los formatos de la CPD impiden un examen profundo de asuntos críticos y permiten que los candidatos (y futuros presidentes) reciten una serie de frases memorizadas.
El legendario periodista y conductor de noticiarios Walter Cronkite –fallecido en 2009– dijo que los debates presidenciales patrocinados por el CPD son un “fraude injusto”.
Fuente: Fuente: Revista Contralínea 253 / 2 de octubre de 2011
sábado, julio 02, 2011
Corporaciones compran Congreso estadunidense
Lindsay Renick Mayer / Red Voltaire
Los “intereses especiales” (eufemismo que designa a los grupos de presión que influyen en los poderes públicos de Estados Unidos: Congreso, Casa Blanca y Poder Judicial) pagaron 3.2 mil millones de dólares a los lobbies (o cabilderos) de Washington en 2008, más que en cualquier otro año estudiado, informa el Centro para la Responsabilidad Política. El aumento fue de 13.7 por ciento respecto de 2007, que a su vez había superado el 7.7 por ciento de incremento respecto a 2006.
El Centro calcula que los grupos de interés gastaron 17.4 millones de dólares diarios en cabildeo por cada jornada en que hubo sesión del Congreso en 2008, o 32 mil 523 dólares diarios por legislador. Sheila Krumholz, directora del Centro, dice: “El gobierno federal está asignando miles de millones de dólares cada día y esto significa un trabajo seguro para los cabilderos capaces de ayudar a conseguir un pedazo de la torta a las corporaciones y a las industrias”.
El grupo de intereses de la “industria de salud” gastó más que cualquier otro sector económico en cabildeo federal. Su “inversión” de 478.5 millones de dólares le garantizó la corona por tercer año consecutivo, por encima del sector financiero, aseguradoras y bienes raíces, que desembolsó 453.5 millones de dólares en sus actividades de lobby o cabildeo. La industria de productos farmacéuticos/salud contribuyó con 230.9 millones de dólares, elevando su total para los últimos 11 años por encima de 1.6 mil millones de dólares.
El segundo mayor gastador de dinero en lobby entre las corporaciones durante 2008 fue el rentable sector de las empresas eléctricas, que pagó 156.7 millones de dólares en cabildeo, seguidas por los seguros, que gastaron 153.2 millones, y el petróleo y gas, que pagaron a los lobbies 133.2 millones. Los grupos pro israelíes, las empresas de transformación de alimentos y la industria del petróleo y gas fueron quienes más aumentaron el porcentaje de sus gastos en cabildeo entre 2007 y 2008.
Las finanzas, seguros e inmobiliarias estuvieron compitiendo para conseguir del Congreso un buen pedazo del paquete de ayuda urgente de 700 mil millones de dólares aprobado a fines de 2008. Las compañías que redujeron el cabildeo son aquellas que se declararon en quiebra o cuyo control fue asumido por el gobierno federal y paralizaron sus operaciones de cabildeo. “Aunque algunos intereses financieros, de seguros y de propiedad inmobiliaria se retiraron el año pasado, todavía manejaron más de 450 millones de dólares gastados como sector para cabildear por políticas de mercado. Ese dinero puede comprar mucha influencia, y es una fracción de lo que a cambio el sector financiero está cosechando con el programa de ayuda urgente del gobierno”, dijo Krumholz.
Los negocios, asociaciones y coaliciones de propiedad inmobiliaria están entre las organizaciones ascendentes en la rampa de los mayores gastos de cabildeo de 2008. La Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios aumentó el gasto en un 25 por ciento, de 13.9 a 17.3 millones de dólares. La Asociación Americana de Banqueros gastó 9.1 millones de dólares en 2008, con un aumento del 47 por ciento respecto de 2007. Otros grupos industriales que pagaron más en 2008 incluyen al Consejo Privado de la Equidad, la Asociación de Banqueros Hipotecarios de Estados Unidos y la Mesa Redonda de Servicios Financieros.
La Cámara de Comercio estadunidense siguió siendo el principal gastador en lobbies en 2008, al pagar casi 92 millones, más de 350 mil dólares por cada día laborable, con un aumento del 73 por ciento comparado con 2007, en gestiones a favor de los intereses de sus miembros. Las asociaciones pro empresariales en conjunto aumentaron su gasto en cabildeo en un 47 por ciento entre 2007 y 2008.
Según los registros del gasto en lobbies, algunas industrias hicieron recortes severos y pusieron freno al dispendio, pero no interrumpieron la práctica. Las compañías automotrices disminuyeron en 7.6 por ciento la cantidad que pagaron a los cabilderos, desde 70.9 millones a 65.5 millones de dólares. Éste fue un gran cambio respecto de años anteriores; los fabricantes y distribuidores de automóviles aumentaron su gasto en cabildeo en 21 por ciento entre 2006 y 2007. Entre 2007 y 2008, la Alianza de Fabricantes de Automóviles, cuyos tres grandes de Detroit (General Motors, Ford y Chrysler) atestiguaron ante el Congreso para pedir ayuda en 2008, rebajó en un 43 por ciento su cabildeo conocido, de 12.8 a 7.3 millones de dólares.
Entre los tres grandes, solamente la Ford aumentó sus esfuerzos en lobbies, aunque no mucho: de 71 millones a 77 millones, un 8 por ciento.
Entre las empresas de lobby de Washington, Patton Boggs (que significa “volando muy alto”) divulgó sus ingresos, los más elevados registrados en cabildeo por quinto año consecutivo: 41.9 millones de dólares, con un aumento de más del 20 por ciento respecto de 2006.
Entre los clientes más lucrativos de la empresa figuran la financiera privada Cerberus Capital Management, el fabricante de dulces y alimentos para animales Marte, el grupo de comunicaciones Verizon, los fabricantes farmacéuticos Bristol-Myers Squibb y Roche y la Asociación Americana para la Justicia (llamada antes Asociación de Abogados Litigantes de Estados Unidos).
Actualización de Lindsay Renick Mayer (de Open Secrets)
Parece un anuncio clasificado: “¿Despedido y buscando trabajo? ¡La industria del lobby lo necesita!”. Desde que publicamos esta historia en OpenSecrets.org en enero de 2008, sólo la industria del cabildeo ha continuado creciendo, incluso mientras otras industrias han continuado encogiéndose en el país, llevando al desempleo a centenares de miles de estadunidenses. Este crecimiento se podría atribuir en parte a la economía en sí misma, porque muchos ejecutivos están buscando una cierta ayuda del gobierno para mantener a flote sus negocios. Otros simplemente están sacando ventajas de las oportunidades que presenta la crecida de los paquetes del gobierno. Pero mientras exista un gobierno federal dispensando fondos, los cabilderos gastarán cada vez más anualmente en seducir a sus clientes que fabrican leyes.
Año tras año vemos incrementos efectivos en los gastos de lobbies, más del ciento por ciento en la última década, y la ráfaga de actividad durante los primeros tres meses de 2009 indica que la tendencia no acabará en un futuro cercano. De acuerdo con los expedientes de la Oficina de Registros Públicos del Senado, el independiente Centro para una Política Receptiva (CRP, su sigla en inglés) encontró precisamente eso entre enero y marzo: un crecimiento leve del cabildeo comparado con el mismo periodo del año anterior, de por lo menos 2.4 millones de dólares. Las uniones, organizaciones y compañías pagaron por lo menos 799.7 millones de dólares en lo que va de este año en mandar vendedores ambulantes de influencia al Congreso de Estados Unidos, en comparación con 797.2 millones de dólares gastados durante el mismo trimestre de 2008.
Esto puede parecer un pequeño aumento comparado con los miles de millones gastados cada año en esta actividad, pero en una época de turbulencia económica constituye una fuerte corriente de ingresos para una sola industria. Dicho esto, las industrias que aparecen en la mayoría de los titulares relacionados con la ayuda, sea porque han pedido o recibido fondos del gobierno federal, realmente disminuyeron la cantidad gastada en cabildeo en los primeros tres meses de 2009 comparados con 2008.
Los beneficiarios del dinero en efectivo repartido por el programa de rescate de activos financieros del gobierno federal (Troubled Asset Relief Program, TARP, literalmente Programa de Alivio para los Activos en Problemas) distribuyeron menos dinero entre los cabilderos que en cualquier trimestre de 2008, quizás en parte porque hicieron frente a nuevas reglas que restringían sus contactos de lobby con los servidores públicos respecto del programa de ayuda urgente.
El CRP encontró que los beneficiarios del TARP habían gastado 13.9 millones de dólares en cabildeo hasta el primer trimestre de 2009, comparados con los 20.2 millones desembolsados entre enero y marzo de 2008 y los 17.8 millones del último trimestre de ese mismo año. Con el gobierno repartiendo hacia fuera cientos de miles de millones de dólares, estas sumas resultan pálidas respecto a las ventajas que están cosechando las corporaciones.
lunes, mayo 30, 2011
Estados Unidos: Licencia para matar
WASHINGTON, 30 de mayo (apro).- Mientras el pasado miércoles 25 en Londres el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometía --junto al primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron--, “incrementar la presión” sobre el régimen libio, en Washington la Cámara de Representantes debatía intensamente la posibilidad de conceder al jefe de la Casa Blanca todavía mayores poderes para combatir al “terrorismo” en cualquier lugar del planeta.
El proyecto 1034 de la nueva ley de autorización de gastos para el ministerio de Defensa es tan ambigua, que hace posible la entrega al presidente de un permiso para llevar la guerra contra Al Qaeda donde sea, por lo que varias organizaciones de derechos civiles, como la American Civil Liberties Union (ACLU) lanzaron, por ahora sin suerte, una campaña urgente para presionar al Congreso.
El lenguaje legislativo que abre las puertas a la “worldwide war authority”, como la bautizó la ACLU, es impulsado por los sectores más “duros” de republicanos y los demócratas, a los que se oponen oficialistas más progresistas y los “libertarios” entre las filas de la oposición. También Obama estaría en contra, pero la posición del presidente es siempre controvertida y abierta a interpretación, en especial si se tiene en cuenta que el mandatario sigue adelante con la guerra en Libia sin contar todavía con una autorización explícita del Congreso.
En sus más de 900 páginas, el proyecto de ley de gastos de defensa para el año fiscal 2012 incluye en la provisión 1034 una “afirmación del conflicto armado” con Al Qaeda, el grupo fundamentalista considerado responsable de los atentados del 11 de setiembre del 2001 contra el Pentágono y las torres gemelas de Nueva York. Y también contra los talibanes afganos y cualquiera de sus “fuerzas asociadas”.
En estos párrafos, se recuerda que el país está comprometido “en un conflicto” con esos grupos radicales y que “esas entidades siguen representando una amenaza para Estados Unidos y sus ciudadanos, tanto a nivel doméstico como en el exterior”.
Aún más, el proyecto indica que el presidente “tiene la autoridad para utilizar todas las fuerzas necesarias y apropiadas durante el conflicto armado vigente” con Al Qaeda, los talibanes y sus “asociados”. Este amplio permiso para el presidente “incluye la autoridad para detener combatientes” prácticamente en todo el mundo, “hasta que concluyan las hostilidades”.
“Nadie puede legítimamente decir” que las leyes que dan marco legal en Estados Unidos a la lucha contra los grupos fundamentalistas islámicos “no necesitaba ser actualizada”, afirmó uno de los impulsores del texto, el diputado republicano Mac Thornberry, de Texas. Según el legislador, la ley lo único que hace es “aclarar la autoridad para lo que estamos haciendo en este momento”.
En una declaración distribuida el pasado martes 24, la Casa Blanca advirtió que Obama vetará la ley de gastos de defensa si incluye la provisión de la “worldwide war authority” o recorta el poder del ejecutivo para procesar judicialmente a los detenidos de la cárcel de Guantánamo, en particular la voluntad del gobierno de llevar a algunos de ellos ante tribunales civiles en territorio continental norteamericano.
La Casa Blanca fue tajante es su negativa a promulgar la ley de defensa si “desafía la autoridad del ejecutivo” para “determinar cuándo y cómo procesar detenidos” de Guantánamo. Pero menos terminante cuando se trató del proyecto de ley 1034. En este caso, la Casa Blanca dijo solamente que la “worldwide war authority” “recaracteriza el alcance” de la lucha contra los grupos fundamentalistas islámicos y se declaró preocupada por la posibilidad de que se cree “confusión sobre los estándares aplicables” en este frente, como podría ser el polémico marco legal que argumentó Estados Unidos para justificar la incursión del 2 de mayo último en Paquistán para matar al jefe de Al Qaeda, Osama bin Laden.
En todo caso, la administración Obama dejó una puerta abierta para el proyecto 1034: “como mínimo –señaló-, este es un asunto que amerita una consideración más extensiva antes de su posible inclusión” en la ley de defensa.
El proyecto deberá llegar al Senado en junio entrante y por ahora, a pesar de la amenaza de veto de la Casa Blanca, las posibilidades de que la provisión siga con vida “son significativas”, según explicó a Apro el director de la oficina de Legislación y Seguridad de la organización Human Rights First, Dixon Osburn.
Para empezar, el texto cuenta con un fuerte “apoyo bipartidario”, añadió Osburn, quien recordó que los senadores John McCain, republicano por Arizona, y Joe Liberman, independiente por Connecticut, “introdujeron un proyecto de ley muy similar” en la Cámara alta.
Tras la aprobación de la ley de presupuesto de defensa, la organización Human Rights Watch sumó su protesta: afirmó que la Cámara de Representantes “mostró un pobre sentido del liderazgo al deslizar dentro de un proyecto de segura aprobación provisiones que, en realidad, lastiman los esfuerzos estadunidenses contra el terrorismo”.
“Ahora está en manos del Senado asegurarse de que estas provisiones innecesarias y poco inteligentes no se conviertan en parte permanente de las leyes de Estados Unidos”, afirmó Laura Pitter, una vocera de HRW.

Este “permiso” para Obama y sus sucesores en la Casa Blanca está siendo discutido, mientras en Estados Unidos y en el mundo todavía se siguen escuchando voces que ponen en duda la legalidad de la acción de los comandos de la marina estadunidense que terminó con la vida de Bin Laden.
Osburn dijo que en Human Rights First “creemos que, bajo las layes de la guerra, la muerte de Bin Laden fue legal”, porque se trataba de “un combatiente que orquestó los ataques del 11 de setiembre del 2001” y que, “aunque cruzó la frontera entre Paquistán y Afganistán (donde las tropas de Washington marcharon a la guerra de manera “legal”), el jefe del grupo fundamentalista seguía siendo un “blanco legítimo”.
En cambio, para el activista David Swanson la operación militar que terminó con Bin Laden fue sencillamente “un asesinato” y un ejemplo del “doble estándar” aplicado por Estados Unidos.
“Los comandos de la marina tuvieron órdenes de matar, por lo tanto se trató de un asesinato”, dijo Swanson en entrevista con Apro. Y si bien el Pentágono no tiene mayores problemas en llevar adelante un operativo de este tipo en territorio extranjero, Washington “nunca toleraría secuestros o asesinatos en territorio estadounidense”.
Un proyecto como el 1034 podría resolver a nivel doméstico las dudas legales acerca de operaciones militares como la del 2 de mayo último en Paquistán o “legalizar” la guerra en Libia, señaló Swanson.
Además, agregó que si una legislación semejante termina siendo aprobada, en el presupuesto de defensa para el próximo año fiscal o cualquier otro, “éste y cualquier otro futuro presidente podrá lanzar una guerra virtualmente en cualquier lugar, sin preocuparse por obtener la autorización del Congreso”.
Según el entrevistado, el proyecto de ley sólo refleja la creciente preocupación de Washington por aumentar sus gastos militares y encuadrar legalmente sus acciones en el extranjero. “Es el peor jamás considerado por el Congreso porque le da al presidente el poder de lanzar guerras de manera unipersonal y encarcelar gente sin juicio”.
Asimismo, prosiguió, hace retroceder en los hechos a Estados Unidos “por lo menos dos siglos, desde cuando se impusieron límites constitucionales” a los mandatarios y se impidió que pudieran actuar como los antiguos reyes.
En varias oportunidades después de los atentados del 11 de setiembre del 2006, reportes de inteligencia de Estados Unidos y sus aliados señalaron la presunta presencia en América Latina de pequeños grupos relacionados de alguna manera con Al Qaeda y con otras organizaciones fundamentalistas. En el 2004, por ejemplo, el FBI lanzó un alerta sobre Adnan Shukrijumah, un piloto saudita señalado como posible líder de una célula de Al Qaeda, quien habría sido visto en Honduras en su camino hacia México, para cruzar la frontera hacia Arizona o Texas, con la intención de cometer atentados al otro lado del borde. Otros reportes indicaron presuntos lazos de Al Qaeda con los carteles del narcotráfico, en un supuesto matrimonio de conveniencia basado en dinero y zonas de influencia que abren rutas a las drogas en Europa y África.
¿Podrían estos informes sustentar una eventual incursión “anti-terrorista estadunidense en México si se aprobara el proyecto 1034? “En teoría, si”, admitió Osburn, de Human Rights First. La sección 1034 daría –explicó-- luz verde a la Casa Blanca si existen indicios de la presencia de Al Qaeda, los talibanes o sus “asociados”, aunque “bajo las leyes de guerra es difícil justificar un blanco si no está directamente asociado a los ataques del 11 de setiembre”.
“Es altamente improbable que cualquier presidente vaya a mandar aviones sin piloto o tropas a México contra un eventual líder de Al Qaeda teniendo en cuenta la relación de Estados Unidos con México, pero esta ley lo permitiría”, afirmó Osburn.
Más allá de la ley de defensa para el año fiscal 2012, en Estados Unidos “sigue habiendo un debate sin resolver sobre cómo enfrentar de la mejor manera la amenaza de los terroristas donde sea que se encuentre”, añadió Osburn.
De acuerdo con el experto, esta situación “se cubre por el miedo, y por un malentendido general sobre las herramientas que el gobierno tiene a su disposición para enfrentar las amenazas”.
Para Osburn, lo ideal sería que estas “amenazas” fueran enfrentadas –como lo son en parte ahora- por el trabajo conjunto del Departamento de Estado, el ministerio de Justicia y el Tesoro “alrededor del mundo en colaboración con nuestros aliados”. Esta posición, completó, “debería entrar al debate para que el Congreso no vuelva a caer en el ejército como única solución, pero hasta ese momento seguramente veremos nuevas propuestas parlamentarias a favor de una respuesta sostenida en la fuerza militar”.
domingo, mayo 15, 2011
Un tal nerón....

Un asunto de rendición y entreguismo
Mientras el país se desangra en una guerra intestina inútil, cuando la mayor parte de los mexicanos implora que haya paz, Felipe Calderón reitera su decisión absurda de mantener un estado de cosas inaceptable que está generando una inestabilidad que pone en alto riesgo el futuro de la nación. A pesar de que la escalada de violencia se ha recrudecido, en la medida que la fuerza del gobierno federal se acrecienta en el territorio nacional, sigue terco en mantener a las tropas en las calles, con resultados contraproducentes. Vale la pena preguntarse por qué semejante actitud, cuando lo razonable y conducente debería ser enfocar la capacidad del Estado a la puesta en marcha de medidas correctivas de las causas estructurales del fenómeno.
Cada vez hay más evidencias de que tal manera de “gobernar” obedece a designios ajenos a los intereses nacionales. Ya quedó muy claro, incluso para quienes no lo querían ver, que el gobierno estadunidense está decidido a mantener su liderazgo al precio que sea, sin importar las consecuencias. Se demostró, por si hiciera falta, que la población mayoritaria de la nación vecina está imbuida de un patriotismo que raya en lo irracional. Le fascina saber y constatar que su país es el más poderoso del planeta, como quedó de manifiesto luego de que la Casa Blanca informó sobre el homicidio de Osama bin Laden.
Con esa lógica, no es descabellado suponer que aplaudirían a rabiar la anexión de México, con el pretexto de que sólo así estarían a salvo del terrorismo. Suena absurdo, pero es bastante creíble en vista de que son ya más de dos décadas de vigencia de una estrategia de comunicación tendiente a justificar la intervención de tropas estadunidenses en suelo mexicano, cada vez más debilitado por el poderío del crimen organizado, según su perspectiva. De ahí que las palabras de Calderón, dichas en la ceremonia conmemorativa de la Batalla del 5 de mayo de 1862, más que decirlas a otros debió pronunciarlas frente a un espejo. Él debería anteponer los intereses de la patria antes que los de su partido y no eludir responsabilidades, como demandó a los gobernadores.
Afirmó que “no está a la altura de nuestro legado histórico la opción de rendirse y entregar el país”. Sin embargo, lo está haciendo a marchas forzadas al eludir su responsabilidad de frenar las presiones de la Casa Blanca para que se mantenga una guerra sangrienta cuyas terribles consecuencias lo abarcan todo, sin que haya un mínimo avance en el debilitamiento del crimen organizado. De ahí que sea un contrasentido monumental pedir “comprensión y apoyo” a su guerra fratricida. Sería tanto como aplaudir al verdugo que nos está cortando en pedazos.
Ciertamente, “todos nos sentimos entristecidos y ofendidos por la agresión de los criminales”, sólo que éstos no son los que dice el inquilino de Los Pinos, sino los que, en aras de crear un clima propicio a la justificación de una intervención extranjera directa, están matando a diestra y siniestra a mexicanos que no tienen nada que ver con el crimen organizado. Cabe preguntarse por qué se le echó tierra al asunto del operativo Rápido y Furioso, llevado a cabo por una agencia del gobierno estadunidense, mediante el cual se introdujeron a México más de 2 mil armas sumamente mortíferas. ¿Cuántos operativos como ése no se habrán puesto en marcha antes de que se descubriera, gracias a que uno de sus propios agentes fue asesinado con una de esas armas?
En efecto, nos sentimos muy entristecidos y ofendidos, pero por lo que está ocurriendo en el país, ocasionado por el propio gobierno federal, principalmente por una guerra que no persigue una victoria sobre el crimen organizado, sino meter al país en la geopolítica imperialista de Estados Unidos, tarea estratégica que dio magníficos resultados, para ellos, en lo económico, como lo demuestran los hechos. Somos ahora el país en el mundo más dependiente de la economía estadunidense. No somos dueños de nuestros principales recursos, por lo que se toman medidas tan absurdas como la de comprar 100 toneladas de lingotes de oro, con un valor de cerca de 5 mil millones de dólares, cuando somos uno de los principales productores del metal a nivel mundial, sólo que las minas donde se extrae son explotadas por extranjeros, estadunidenses y canadienses, principalmente. Igual como sucede con el petróleo.
Y aun así, Calderón pide no entregar el país, cuando ya está casi totalmente entregado, motivo por el que la Casa Blanca presiona a todas horas, pues considera que todavía faltan bienes que, considera, deben entregársele. ¿Cómo, pues, supone que se le puede apoyar en su estrategia entreguista? ¿Cómo exige comprensión a la toma de decisiones que afectan brutalmente a la inmensa mayoría de mexicanos?
*Periodista
lunes, mayo 09, 2011
México: de alumno ejemplar a discípulo patético

Su participación en la cumbre de Lima, a finales de abril, seguramente insufló su ánimo bravucón al departir con sus pares de la derecha gobernante latinoamericana, Alan García, Juan Manuel Santos y Sebastián Piñera, que, como los últimos cruzados neoliberales, resisten en sus ínsulas a las tempestuosas aguas progresistas que se han ensanchado por el continente. Y su asistencia en la ceremonia de beatificación de uno de los papas más retrógrados y siniestros del siglo XX, uno de los más feroces guerreros católicos que, durante su reinado absolutista y oscurantista, acompañó y pontificó las peores causas en contra de la humanidad –su apoyo a las genocidas campañas anticomunistas, colonialistas, guerreristas o golpistas de los Bush; su respaldo a las criminales dictaduras militares; su rabioso liderazgo, cual Tomás de Torquemada, en la persecución en contra de quienes defienden los derechos de las mujeres, de los homosexuales, la educación y la vida secular, entre otras exigencias ciudadanas–, sin duda, reanimó su concupiscencia mística. Su presencia en este acto, justo el día internacional de los trabajadores arrollados por el neoliberalismo global, “es congruente con los principios de laicidad del Estado mexicano”, según el retorcido comunicado emitido por la Presidencia para justificarse, y cuya inasistencia hubiera sido una “descortesía”, según la clerigalla local, convertida en vocera oficiosa de Calderón, bajo la lógica de que “ser cortés no quita lo laico” a un Ejecutivo devoto que tuvo que ponerse ese irritante ropaje constitucional y que le gustaría convertir a ese organismo en un Estado teocrático. Además, Calderón, Javier Lozano y compañía son bestiales enemigos y opositores de los obreros y sus conquistas laborales, a las que pretenden destruir completamente para convertir a los asalariados en esclavos “flexibles”, sometidos a la dictadura de la productividad, la competitividad y la rentabilidad del capitalismo salvaje. Al cabo, son mejores la ensoñación y los cantos celestiales, comparados con las groseras y arrabaleras imprecaciones con que podría ser recibido por sus enemigos de clase, a los que ha ultrajado hasta la abyección.
El huidizo y fugaz peregrinaje a tierras vaticanas y de sus iguales reaccionarios, empero, fue inútil para conjurar los pétreos juicios emitidos por funcionarios libres de toda sospecha. Como aves de mal agüero, le revolotearon por la cabeza durante el viaje y su retorno, al grado de tornarlo más irascible. Unos están relacionados con la ascendente inseguridad que se enseñorea despiadadamente en México, convertido en un camposanto y en un tiradero de cadáveres a lo largo y ancho de su territorio, manifestación del fracaso de la guerra de Calderón en contra del narco, la principal divisa de gobierno que atizó la criminalidad y su salvajismo, así como la violación de los derechos humanos. Esa situación inquieta a los inversionistas extranjeros, de suyo nerviosos, sobre todo los especuladores, los cuales requieren de la suficiente tranquilidad para especular, explotar al máximo a los trabajadores y depredar las riquezas nacionales. Un mayor escalamiento podría provocar la estampida de capitales. Desde luego, su aflicción nada tiene que ver con sus escrúpulos al momento de violentar el estado de derecho local.
El gasto militar durante el calderonato ha sido desaforado e inútil, si se considera que su guerra fue improvisada y está perdida. El dinero se drena entre las grietas de la ineficiencia y su empleo es poco claro. Según los Indicadores del desarrollo mundial, del BM, éste aumentó 44 por ciento, de 45 mil millones de pesos (MMDP) en 2006 a 64.3 MMDP en 2009. En cambio, el de educación y salud apenas creció marginalmente. El de salud por habitante, por ejemplo, pasó de 507 dólares a 515. Los egresos totales en seguridad, corrigió Ernesto Cordero, ascienden a 200 MMDP anuales, seis veces más que el destinado al combate de la pobreza extrema (en 2011, a 35.4 MMDP). Por cada 5.6 pesos erogados en seguridad, corresponderá 1 a la pobreza extrema. A la educación se aplicarán 230 MMDP, y a la educación superior, 146.3 MMDP.
Según el BM, lo anterior explica la elevación de la pobreza. El neoliberalismo mexicano primero genera miserables, a unos cuantos les da limosnas y a otros los atiende a balazos y con la cárcel.
Otras críticas “amigas” corresponden al manejo económico y sus resultados.
Lejos están los neoliberales mexicanos de la efímera “época dorada” en la que eran considerados como los “alumnos ejemplares”, dignos de emularse, la cual se acabó violentamente con el trágico colapso de la ficción salinista, en diciembre de 1994.
Ahora son vistos con recelo; como aprendices remisos; lerdos.
Contra el optimismo de los calderonistas, en su informe semestral Panorama de la economía mundial, el FMI considera que la economía mexicana aún no se recupera de la crisis de 2008-2009 y su nivel es 10 por ciento menor al registrado antes de ella. A escala mundial, esa situación sólo es compartida por Rusia y Turquía. Comparado con los países latinoamericanos, su desempeño es mediocre. La mayoría de ellos ya recuperó y superó el terreno perdido. En particular, destacan Argentina y Brasil que, a diferencia de México, hace tiempo abandonaron la ortodoxia económica y crecen a buen ritmo. Para el FMI, la mediocridad económica de México se explica por su dependencia a Estados Unidos y el estancamiento del mercado interno. Sin embargo, ese organismo guarda silencio ante su corresponsabilidad en el asunto. Sus alumnos, los Chicago Boys mexicanos, aplican desde 1983 las políticas ortodoxas que el FMI “propone” para contener la inflación, que condena al consumo, la inversión, el crecimiento y el empleo internos al estancamiento crónicos, e imponen las contrarreformas estructurales neoliberales, entre ellas el Tratado de Libre Comercio, que terminaron subordinando al país ante su “socio” del Norte y cuyo futuro es incierto, merced a sus graves desequilibrios que obstaculizan su expansión, entre ellos el déficit fiscal (10.8 por ciento del producto interno bruto, PIB) y la deuda pública (99.5 por ciento del PIB y que llegará a 110 por ciento en menos de cinco años), que reflejan el oneroso rescate de los especuladores financieros que provocaron su colapso y contribuyeron al del sistema capitalista mundial. El ritmo de crecimiento mexicano en este siglo sólo supera al de los países más humildes: Jamaica, Bahamas, Barbados, Granada y Haití.
Augusto de la Torre, economista en jefe del Banco Mundial, también arrojó un balde de agua fría al optimismo calderonista. En el informe El éxito de Latinoamérica y el Caribe se somete a prueba, presentado por De la Torre, México es considerado como un caso “excepcional” y “misterioso”. Es “excepcional” porque su recuperación económica no sólo no genera empleos, sino que aumentan los desempleados, a diferencia del resto de América Latina que no padeció una destrucción significativa de puestos de trabajo: los que se perdieron ya fueron recuperados, la tasa de desempleo se ubica por debajo de la conocida antes del inicio de la crisis y se crean nuevos empleos. Ello sucede en Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Uruguay, cuyos gobiernos progresistas, a excepción de Perú, son la antípoda del régimen derechista, clerical y neoliberal calderonista. “Sólo México es un foco especial en materia de empleo en la región”.
Es un enigma para el BM, porque si bien “México es un país estrella en el ámbito macroeconómico” y es visto como una economía robusta, debido a su desempeño estelar en el manejo macro, especialmente el monetario y fiscal, lo que supuestamente no genera preocupaciones sobre la vulnerabilidad macroeconómica, también representa un “gran misterio”. “¿Por qué no consigue generar tasas de crecimiento mayores?”.
Los asertos de De la Torre y el BM son verdaderos disparates. Sólo un ignorante, un malintencionado o un Chicago Boys pueden creer en la dicotomía entre lo micro y lo macro. Lo macro está bien gracias a que lo micro está pésimo. Es decir, la “fortaleza” monetaria –los altos réditos que premian a la especulación financiera y castigan a la inversión productiva y el consumo– y fiscal –su equilibrio logrado con la reducción del consumo, la inversión y el gasto social públicos–, medidas empleadas para controlar la inflación, tal y como “recomiendan” el FMI y el BM, son las causantes, junto con las contrarreformas neoliberales, de la pérdida del crecimiento, del estancamiento, de la falta de empleos formales, del retroceso del poder de compra real de los salarios, de la miseria, la exclusión social, la inseguridad y el descontento que sufre México y todos los países en donde se aplicaron y se imponen esas políticas. En ese sentido, no existe ningún misterio, sólo tonterías.
De alguna manera esto lo tiene claro Robert Zoellick, presidente del BM, aunque oculte las causas. En el Informe sobre el desarrollo mundial 2011. Conflicto, seguridad y desarrollo, recién presentado por Zoellick a nombre de ese organismo, se dice que el progreso sin precedentes de la delincuencia organizada, que ahoga a México y que podría provocar el hundimiento de muchos estados frágiles, a medida que sus instituciones caigan presas de la violencia organizada, se debe al desempleo, en especial el juvenil; los bajos ingresos, las tensiones étnicas, religiosas y sociales, entre otros. Ello explica que parte de la población se vea obligada a integrarse a las pandillas y movimientos rebeldes”, ya sea para sobrevivir o buscar un mundo mejor.
La creación de instituciones más legítimas, responsables y eficientes que ofrezcan seguridad, justicia y empleos son algunas medidas que, a juicio del BM, pueden romper los círculos de la violencia criminal y política. Por desgracia, el FMI, el BM y los neoliberales nada tienen que ofrecer al respecto.
Desdichadamente, el colapso mundial iniciado en 2007, la especulación con los precios, la imposición de políticas antipopulares para enfrentar la crisis y la antidemocracia sólo reforzarán la pobreza, el descontento y la delincuencia.
Si el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) muestra que el ingreso laboral por persona en México cayó 20 por ciento entre el segundo trimestre de 2008 y 2010, el informe Monitor de precios de alimentos del BM agrega que el índice que mide la proporción de gente que no puede adquirir una canasta mínima de consumo con su ingreso laboral se incrementó cerca de 5 por ciento entre el segundo y cuarto trimestres de 2010. En 2006, la pobreza afectaba a 42.6 por ciento de los mexicanos; en 2008, a 47.4 por ciento. En las zonas rurales pasó de 54.7 por ciento a 60.8 por ciento; en las urbanas, se elevó de 35.6 a 39.8 por ciento. Aún se desconoce cómo quedó la situación después del colapso.
Según el Informe sobre seguimiento mundial 2011. Mejorar las posibilidades de alcanzar los ODM, elaborado por el BM, ocho de cada 10 indígenas mexicanos son pobres, relación que sólo es superada en el mundo por la República Democrática del Congo, donde la relación es de 8.4 por cada 10. La relación casi duplica a la de la población general, en la que la pobreza afecta a 4.5 de cada 10 mexicanos. Los indígenas son los principales excluidos por el sistema.
En su Panorama de la sociedad, la OCDE ve más pobreza en México y más sobreexplotación: “Uno de cada cinco mexicanos es pobre, comparado con sólo uno de cada 10 en promedio en la OCDE; a la mitad de la población le resulta difícil o muy difícil vivir con sus ingresos. México ocupa el segundo lugar en desigualdad de ingresos” dentro de la OCDE. Más trabajadores mexicanos se ven obligados a laborar más para elevar los ingresos que reciben.
“La crisis no ha terminado”, señala Dominique Strauss-Kahn, director del FMI. “Estamos en una zona peligrosa”, remarcó Zoellick, del BM, debido al alza de los precios de los alimentos que arrojaron a la pobreza a 44 millones de personas en el mundo; 10 millones se agregan a ese infierno cada vez que las tarifas de los alimentos suben 10 por ciento, según el BM. Y su índice de precios de alimentos se elevó 36 por ciento en el último año. El del maíz se elevó 74 por ciento; en México, 37 por ciento; más del doble respecto de Brasil y Argentina. El precio del trigo mundial se elevó 69 por ciento; la soya, 36 por ciento, y el azúcar, 21 por ciento.
Contra el optimismo ficticio de Calderón, más pobreza, más delincuencia, más descontento social se atisban en el horizonte de México y el mundo capitalista.
*Economista