jueves, octubre 15, 2009

Marcha por México, SME y pueblo unidos


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Columna Asimetrías. Y Después del Golpe, ¿qué Vendrá?

Por Fausto Fernández Ponte





15 octubre 2009

“Los Pinos y 450 empresas mexicanas y extranjeras establecidas en México y muchos personajes influyentes en el gobierno de (Felipe) Calderón no pagan por el servicio de luz”.
Martín Esparza.

I

Dado el golpe del poder político del Estado al Sindicato Mexicano de Electricistas ,“extinguiendo” a la empresa estatal Luz y Fuerza del Centro, con la que existía un contrato colectivo de trabajo, los escenarios prospectivos posibles son de incertidumbre.

¿Qué seguirá, pues, al golpe? ¿Qué más vendrá? ¿Más golpes contra los trabajadores sindicalizados y el sindicalismo mismo, entendido éste como instrumento de reivindicación y gestión de los derechos humanos que abarcan a los laborales?

Las respuestas podrían centrarse en la identificación de un componente sospechado: los beneficiarios políticos y económicos –megaempresariales-- del golpe. ¿Quiénes son éstos? ¿El Presidente de Facto, en lo político? ¿La oligarquía en lo económico?

La secuela implícita del golpe es la advertencia --claramente ominosa-- del poder político del Estado a los movimientos reivindicadores organizados, como el de los sindicatos independientes, para que se sometan al imperativo del modelo económico.

Ese modelo económico privilegia y fomenta conductas desorbitadas de los dueños del dinero inferido o real. El modelo es funcional para ellos si el poder político reprime actos de los trabajadores para reducir la impune apropiación de riqueza que éstos crean.

Por ello, la “extinción” de LyFC, descrito ayer por éste escribidor como “coup d´État” o golpe de Estado con arreglo a las definiciones de las ciencias políticas y sociales, es fiel a los intereses creados de un modelo económico antisocial.

Y lo antisocial se identifica precisamente por las acciones del poder político del Estado que se inspiran en una filosofía francamente opuesta a los intereses de la sociedad, representada ésta, en el caso de LyFC y el SME, por los gremios organizados.

II

Organizados, hágase la salvedad precisoria, para defender sus derechos conforme los define la Constitución Política de los 31 Estados Unidos Mexicanos y el Distrito Federal, aunque las leyes reglamentarias y códigos secundarios los anulen de hecho.

Subráyese también que, antipodal a los objetivos del “coup d´État” –los de reforzar el poder del responsable del golpe, Felipe Calderón-- no se han alcanzado y, predeciblemente, no serán alcanzados ni pronta ni tardíamente. Son elusivos.

Cierto. El señor Calderón no ha reforzado su poder, sino exactamente lo contrario: ha debilitado aun más sus potestades políticas y el alcance del ejercicio de éstas. El golpe de Estado --igual a razón de Estado, según los tratadistas-- es logro pírrico.

Ésta apreciación nos lleva al tema del motivo gubernamental formal, jurídico, de la “extinción” --concepto sin valor legal en la disolución de un ente paraestatal-- de poner fin a la incosteabilidad
financiera y deficiencia administrativa de LyFC. Motivo falaz.

En esos considerandos motivacionales de la acción para “extinguir” a la citada empresa, el poder político del Estado culpa --¡qué aberrante!— nada menos que a los trabajadores, cuyos niveles de operatividad eran altos.

La culpa, pues, según el silogismo esgrimido como argumento y razón de Estado por el poder político de éste, es de los trabajadores afiliados al SME, titular del contrato colectivo de trabajo con LyFC.

Ni los trabajadores sindicalizados ni el Sindicato mismo administraban la empresa; de hecho, no tenían nada que ver en ello, ni siquiera pro forma. Su responsabilidad era únicamente técnico-operativa. Y LyFC demostraba con creces esa operatividad.

III

Volvamos al motivo. Éste, amén de falaz, carece de mérito práctico y sí abunda, en exceso, en deméritos que contrastan con el sentido común y lo conveniente para todas las partes involucradas, incluyendo al propio poder político del Estado.

¿Por qué? Por una sencillísima y muy simple razón: la incosteabilidad y la mala administración de LyFC no eran causadas por los trabajadores, despedidos a causa de la “extinción”, sino por el poder político del Estado y sus patrones los megaempresarios.

En lo financiero --arguye el poder político del Estado— la empresa era incosteable. Eso es cierto. Pero la incosteabilidad devenía de que, como describe el señor Esparza, citado en el epígrafe de la entrega de hoy, el Estado es consumidor moroso.

Y no solamente el Estado federal, sino también los gobiernos de los Estados de México, Puebla, Morelos e Hidalgo son morosos en cuanto a pagar por el servicio de suministro de energía eléctrica. En contraste, el gobierno del Distrito Federal sí paga.

Por si lo aquí descrito fuese magro, súmese otro hecho, también difundido por el sindicalista Esparza: la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos tampoco pagan por ese servicio ni los impuestos prediales ni por consumo de agua.

Eso es saqueo. Con consecuencias: incosteabilidad financiera del proveedor ( LyFC) y deficiencias gerenciales. Añadiríase que el salario medio mensual de los sindicalizados es de seis mil pesos, diez veces menos que los de la mediana burocracia.

El costo político del “coup d´État” dado por el señor Calderón e inferidamente –complicidad implícita-- por el poder político todo del Estado no ha sido ni será lucrativo. Acelera ya el proceso de descomposición de dicho poder político.

ffponte@gmail.com

www.faustofernandezponte.com

Glosario:

Poder político del Estado: elemento constitutivo de éste, subordinado, constitucionalmente, al prfincipal, el pueblo (los pueblos). En el caso mexicano el poder político se ha abrogado,
documentadamente, potestades del pueblo o los pueblos, dominando a éste (o éstos).

Lecturas recomendadas:
¿Qué es la democracia?, de Giovanni Sartori. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación/Instituto Federal Electoral.

Lucha de clases (volumen I), de Marta Harnecker y Gabruel Uribe.
Editorial Nuevos Horizontes.

Plan B ¿País podrido?

Por Lydia Cacho





15 octubre 2009

Las calles se llenan de personas que defienden de todo. Sus cotos de poder corrupto o un puesto de trabajo digno; muchos defienden la injusticia de siglos de pobreza, otros su cómodo puesto de aviadores sindicales. Otros protegen sus canchas de tenis de superlujo y la posibilidad de manipular a miles de personas para avalar el sindicalismo charro electorero.

Cada persona que marcha tiene motivos personales, algunas defienden sus valores y otras sus intereses superfluos.

Otros les miran con recelo, descalifican su movilización y de pronto ya no hay personas: hay enemigos a muerte. Columnistas que escriben filtraciones desde el poder, otros que descalifican y se burlan de quienes marchan señalándoles como el mal del país. Otros les aplauden y les reivindican como si fueran todos santos, víctimas del sistema. Y la ira se retroalimenta.

Cada cultura construye sus propias justificaciones de las conductas violentas de sus miembros, provee normas como excusas culturales de la violencia, verbal, escrita o física. Lo peligroso es que estas prácticas cada vez más comunes en México ayudan a deshumanizar a los grupos que disienten.

La violencia alimenta la desconfianza, el odio. Millones ya no saben qué y en quién creer y aseguran que el país está podrido.

Lo malo de un país podrido es que las personas dejan de mirarse mutuamente como humanas, se cosifican como objetos descompuestos, incapaces de transformarse y crecer, de arrepentirse y mejorar. Hay quienes por la frustración sufren de embotamientos afectivos y dificultades para discriminar entre los estímulos externos y diferenciar entre lo verdaderamente esencial y lo que no lo es; lo que es honesto y lo deshonesto.

La moral y la ética tienen una mala fama en nuestro país. Fernando Savater dice que la ética es el saber vivir: el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) y lo que no nos conviene (lo malo). El maestro nos recuerda que hay que inventar soluciones razonadas. México no se pudre, pero abonamos su descomposición cuando nos negamos a hacer una reflexión ética, cuando decidimos seguir animando el odio sin tomar decisiones informadas para negociar los conflictos y diferenciar entre los truhanes y las víctimas.

Detrás de la Noticia. Segundo tiempo

Por Ricardo Rocha






15 octubre 2009

Para una evaluación de la primera mitad, resulta indispensable la primera plana de ayer en EL UNIVERSAL, que no tiene desperdicio.

Primero, una encuesta —esta sí creíble— que prácticamente divide a la opinión pública entre los que aprueban y los que desaprueban la liquidación de Luz y Fuerza del Centro; aunque hay que reconocer la ventaja relativa de 48% a 43% para el gobierno. Llaman también la atención otros rubros del sondeo: desde luego funcionó la atosigante campaña contra el SME, cuando 66% a 18% dominan quienes piensan que los trabajadores maldecidos por el régimen tienen —o tenían— condiciones laborales muy superiores a los demás trabajadores mexicanos; pero la gente no se chupó todo el dedo porque una clara mayoría de 49% a 21% advierte que esas condiciones de privilegio eran también para los directores y empleados de confianza de la paraestatal y no sólo para la base sindicalizada. Pero en la misma encuesta hay una pregunta clave que está cerradísima: apenas por dos pelos de 41% a 39% se imponen los que opinan que mejoró el gobierno de Felipe Calderón a quienes piensan que, por el contrario, empeoró después del cierre de Luz y Fuerza.

Yo no sé qué cálculos hicieron los que desde el primer círculo apostaron a un gran golpe mediático que mostrara un gobierno macho, fuerte, audaz y valiente. Si brincan de gusto o si trinan de coraje porque creen que por tan dudoso resultado se pagó un precio demasiado alto.

Pero más aún, en esa misma primera plana de EL UNIVERSAL una gráfica comparativa entre la satanizada Luz y Fuerza y la idealizada Comisión Federal de Electricidad sintetiza que “tan caro el pinto como el colorado”. En datos reveladores como ingresos, aguinaldos, vacaciones, fondos de ahorro, energía gratis, renta de casa, jubilaciones y otros apoyos, se demuestra que los magnificados privilegios de los trabajadores del SME no son mucho mayores —y en varios aspectos son menores— a los que gozan trabajadores de la CFE.

En lo personal, hay otros números que tampoco me cuadran: se ha dicho hasta la saciedad que Luz y Fuerza requería de sólo 22 mil de sus 44 mil trabajadores parásitos; pero hasta ahora la CFE ha enviado sólo 8 mil para hacerse cargo en definitiva de la operación; por lo que, según yo, faltan 14 mil; a los que hay que sumar esos 8 mil que suponemos tienen que regresar a sus puestos en la eficientísima CFE; así que hay que preguntarse de dónde saldrán los 22 mil trabajadores necesarios para operar lo que fue Luz y Fuerza. ¿Acaso de entre los 44 mil despedidos e inútiles según el criterio oficial? O piensan inventarlos a todos de un día para otro en un gigantesco Frankenstein colectivo.

Por cierto, hoy comienza el segundo tiempo de este rudísimo partido que luego del descontón inicial promete muchas sorpresas. Este día habrán de mostrar el músculo el SME y sus aliados, en una marcha que desde ayer está siendo minimizada por quienes nunca caminan las calles y siguen viendo la realidad desde su pantalla de laptop o la ventanilla del avión. Por lo pronto, el árbitro ya pitó y el balón se puso en movimiento.

Volantes y carteles para marcha del SME


Síndrome de Estocolmo Social

Por Ricardo Andrade Jardí

Afirmaba una seudo comunicadora de Televisa, en su diario programa de radio “que es indignante para ‘la sociedad’ saber que Luz y Fuerza del Centro, una empresa mexicana y de los mexicanos —en teoría, claro— le cueste a cada mexicano algo así como 400 pesos al año”.

Resulta peligrosamente curioso que la seudo comunicadora no mencione ni por error lo que le cuesta a cada mexicano el rescate bancario. Esa deuda privada que ha sido convertida a deuda pública. Y no olvidemos que con el voto del PRI y del PAN. Deuda que equivale a una deuda que cada mexicano tiene que pagar desde que nace. Deuda que ni sus nietos terminarán de pagar la cuenta “original”. Deuda que se suma a la que cada recién nacido, por el hecho de nacer en México, le debe a Roberto Hernández y a la pandilla de ladrones que detrás del FOBAPROA se esconden.
La diferencia, suponiendo que LyFC nos costara 400 pesos a cada mexicano, es que LyFC es una empresa pública y los bancos son empresas privadas en manos de vulgares ladrones y ahora en el caso de algunos en manos de gobiernos extranjeros e intervencionistas.
El compañero, “El Jaime”, me comentaba en relación con lo del “Consenso de Washington”, que el síndrome de los mexicanos, o de una buena parte de los que aún se sienten clase media, podría ser denominado Como el del “Síndrome de Estocolmo social”, más o menos estas fueron sus palabras: “vemos que en lo social existe el mismo síndrome que hemos llamado ‘Síndrome de Estocolmo Social’, que produce los mismos efectos que el Síndrome de Estocolmo: justificamos a nuestro agresor y hasta nos ponemos en sus pinches zapatos y todo se le perdona, ‘porque nos está perdonando la vida’ (ha lugar a los medios de comunicación y que ya sabemos quiénes son, que así actúan), entre otros muchos actores, cuando en realidad nos ha estado mutilando poco a poco”.
¿Si son recursos lo qué se busca con la ilegal y mentirosa extinción de LyFC, como lo afirma el senador Beltrones del “Nuevo PRI”, al fijar la posición de su partido en favor de la patronal y no de los trabajadores mexicanos ¿por qué no liquidar el FOBAPROA?
La economía nacional se mejoraría de verdad y más aún si se les cobra a los beneficiarios de ese robo, es decir a todos los capitalistas empresarios, lo mucho que le han quitado a México.
La liquidación de LyFC es el ejemplo de los dos Méxicos: reventar al SME es el anuncio de cómo serán las cosas en el país, acorde a lo pactado en el Plan Mérida, la economía imperialista requiere un país en virtual estado de guerra (ejemplo: Plan Colombia) para poder siempre tener el control de los recursos de las dependientes naciones que están bajo su dominio.
Y por el otro lado el México de a pie que se debate entre la realidad concreta, la realidad del hambre y la mentira telecrática, entre los imaginarios opresivos que construyen el “Síndrome de Estocolmo Social” y el de las micropolíticas de resistencia que, pese a la censura, la difamación mediática y la persecución política, judicial y represiva, se convierten en alertistas y contrainformadoras, para crear redes de alternativas de resistencia contra el golpe militar que la derecha PRI-PAN le están imponiendo al país, con una aparente pasividad social.
Aunque el Síndrome de Estocolmo no dura toda la vida y el Despertar Ciudadano está dando los primeros pasos hacia un seguro frente de unidad popular que terminará por unir todas las luchas sociales con un objetivo común... derrotar al conservadurismo neoliberal en México.
¡Ni un paso atrás, todos hacia la construcción de un frente nacional de lucha!

2% de impuesto y 98% de embuste

Por Gerardo Fernández Casanova

“Que el fraude electoral jamás se olvide”

Finalmente se concretó la puñalada largamente anunciada. El pillo mayor, debidamente emboscado y en la tiniebla de la medianoche del sábado, tomó por asalto las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) para, minutos después, publicar el decreto que dispone la extinción de la empresa pública proveedora de energía eléctrica a la región central del país.

Previamente manipuló con la intención de hacerse de la dirección del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) impulsando y financiando a un grupo opositor en la elección de Secretario General, pero fracasó; ante ello el nefasto secretario del Trabajo, dilecto vástago de la más mentada suripanta, aplicó su ya conocida fórmula: negó la “toma de nota” que daría reconocimiento oficial al dirigente electo (nefasta medida de intervención gubernamental en los asuntos internos de los sindicatos) con lo que, formalmente, descabezó al sindicato y congeló sus cuentas bancarias y sus cuotas; en paralelo soltó a la jauría de seudo periodistas, opinadores y levantacejas para despotricar contra el “corrupto” sindicato y sus dirigentes. Finalmente aprovechó la ocasión del jolgorio ocasionado por el triunfo de la selección mexicana de fútbol para, por la espalda, propinar su artera puñalada. Por la tarde del domingo, ya debidamente maquillado y desprovisto del antifaz de asaltante, el famoso pillo se colocó la máscara de niño héroe y, envuelto en lábaro patrio, informó por cadena nacional de televisión, de las razones de su muy dolorosa, cuan indispensable, medida. Debidamente protegido por la imposibilidad de réplica, el espurio hizo gala de su mayor especialidad: mintió y volvió a mentir.
Miente Calderón al achacar a los trabajadores y a su sindicato la causa de la debacle de la empresa. Habla de que el número de empleados en LyFC es mayor que el de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que produce y distribuye tres veces más energía; pero no dice que LyFC y sus trabajadores realizan todas las tareas que en CFE se dan a contratistas a un mucho mayor costo, tal es el caso del mantenimiento de equipo y el tendido de líneas. Culpa a los trabajadores por las pérdidas de energía por robo, que significa casi la tercera parte del suministro, sin mencionar que la mayor parte de tal pérdida corresponde al no pago de energía por las dependencias del gobierno federal, incluida la casa presidencial, y a los arreglos que se dan con grandes empresas consumidoras; en menor escala, el robo de energía a nivel doméstico ha sido combatido institucionalmente por el propio sindicato, sin contar con el respaldo oficial para tal labor. Miente Calderón al hablar de privilegios salariales y previsionales de los trabajadores sindicalizados ¿comparados con quién? ¿Con los sueldos de hambre en que ha caído la mayoría de los trabajadores como resultado del modelo neoliberal o con los de la alta e inútil burocracia panista enquistada en el poder? Respecto de los primeros la respuesta es afirmativa, pero la solución no es la de colocar a los electricistas en condición similar de hambre, sino la de colocar a los demás en la condición de dignidad lograda por muchos años de esfuerzo del gremio eléctrico. Por lo que hace a la segunda no hay comparación, menos aún si de productividad se tratase. Para mayor escarnio, el tal Calderón no hace referencia a que, debido a la contumaz descapitalización de la empresa, se le obliga a comprar la energía en bruto a la CFE a un precio de transferencia fijado por la Secretaría de Hacienda, que resulta ser superior en casi un 30l precio de venta, de donde se derivan las millonarias transferencias de recursos a que se refiere el gran embustero.
Todo lo anterior ha sido permanentemente denunciado por el SME sin que tal información pueda brincar el cerco mediático para que sea del conocimiento público. Ahí está la señora Dresser, tan alabada por sus correligionarios y tan mal leída por muchos supuestos progresistas. Dice la Denisse: en México basta que haya una tormenta para que se vaya la luz o que se caiga un árbol para que se registre un apagón; casualmente, lo primero sucede hasta en las mejores ciudades del mundo y allá, como aquí, hay una brigada desconocida y hasta vilipendiada que rápidamente corrige la falla; lo de los árboles tal vez no suceda en otras ciudades, pero por carecer de árboles; yo prefiero seguir contando con una ciudad arbolada, aún a riesgo de que, eventualmente, se caiga uno y corte la línea eléctrica. Que no venga la señora con el cuento de que la competencia de los privados va a evitar los apagones ¡por favor! Igual sucede con tantos otros distinguidos comentaristas a sueldo del patrón, todo sea por negar la luz de la verdad a quien debiera estar informado. ¡Bendita libertad de expresión que niega la de información!
Viene al caso felicitar a los hermanos argentinos y a su presidenta: lograron meter en cintura a la mediocracia mediante la aprobación de la ley que dispone que el espacio radioeléctrico se distribuya en tres segmentos iguales: uno para los particulares de operación comercial, otro para el estado y el tercero, para la sociedad civil (ONG, universidades, iglesias, partidos, asociaciones comunitarias, etc.) Es el más importante paso a la democracia que se haya registrado en los últimos tiempos. Enhorabuena.
De regreso a la triste realidad mexicana. El agravio es mayúsculo. Es hora de brindar la total solidaridad a los compañeros del SME. Es hora de hacer a un lado la mezquindad y los intereses de grupo para llegar al paro nacional y enderezar el rumbo del país. Sin protagonismo de ninguna especie, Andrés Manuel ya se sumó. ¡A la carga!

Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx

Un “redentor” en acción

Apuntes…
Por Guillermo Fabela Quiñones

Contra la apuesta del “gobierno” de Felipe Calderón, los hechos están demostrando que el golpe contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) no ha dado los resultados que esperaban él y su gabinete. A pesar de la costosa campaña difamatoria en los medios electrónicos, la sociedad mayoritaria está descubriendo los verdaderos móviles del atentado contra el sindicalismo democrático:

asegurar condiciones favorables a la privatización sin tapujos de la industria eléctrica, filón de negocios en el que están inmiscuidos desde Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos y José Córdoba Montoya, hasta empresarios españoles que son quienes pondrían el dinero para explotar una energía que se habrá de magnificar con el uso de la fibra óptica y de plantas con tecnología de punta que ocupan poca mano de obra.
Calderón afirma que nunca antes ningún gobierno se había atrevido a dar el paso que dio su administración. Habla de esto con orgullo, como si en realidad se tratara de una medida favorable al país, cuando en realidad es una acción oportunista con un doble propósito: debilitar al sindicato más combativo y progresista, si entendemos por esto un verdadero interés en apoyar el desarrollo equitativo del país; y sentar las bases estructurales para impulsar una privatización firme del sector, ahora que los avances tecnológicos lo hacen más apetecible para los inversionistas.
Si gobiernos anteriores no se atrevieron a dar este paso fascistoide, no lo hicieron porque no se atrevieron a tanto y porque sus compromisos con la oligarquía no contemplaban todavía una medida tan antipopular. Calderón lo da no porque le sobren pantalones, sino por su propia debilidad que lo obliga a dar golpes de timón espectaculares, en obediencia a instrucciones muy precisas de la oligarquía y, por supuesto, consejos de sus principales asesores: Salinas y Fernández de Cevallos.
Según Calderón, el golpe contra el SME lo convierte en “estadista”, pues nunca antes ningún gobierno se había atrevido a tomar una “decisión difícil” como ésta. Y en el colmo de la demagogia ahora resulta que es el principal defensor de los pobres de México, “que no tienen voz, no tienen manera de presionar, no tienen grupos de poder”. Así actuaba Hitler en sus primeros años como dictador, para después demostrar el verdadero móvil de su estrategia de gobierno: dar las mayores facilidades a una oligarquía aristocrática que detestaba a los trabajadores.
Es totalmente falsa la actitud “redentora” de Calderón, como falsas fueron sus promesas de campaña, entre ellas no sólo no crear nuevos impuestos sino incluso reducir las cargas fiscales para impulsar el crecimiento. Si en verdad le interesara beneficiar a los más pobres de este país, estaría impulsando políticas públicas en favor del empleo, del crecimiento económico y del desarrollo social. Lo que ha hecho en los tres años de su mandato es precisamente lo contrario. Si le preocupara el destino de los subsidios a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, hubiera modificado desde un principio la política establecida totalmente favorable a los grandes empresarios, los verdaderos destinatarios del subsidio. ¿Cómo?
Muy sencillo: la CLFC compraba a la Comisión Federal de Electricidad fluido muy caro que luego debía revender barato a empresarios metidos en el sistema de “cuentas especiales”. Da la casualidad que el subsidio a la CLFC, de alrededor de 40 mil millones de pesos, es la misma cantidad que suman las “cuentas especiales”.
Si en verdad quisiera ayudar a los más pobres, no hubiera enviado al desempleo a más de 60 mil trabajadores, a quienes en lo sucesivo pretende convertir en esclavos asalariados, si acaso aceptaran la liquidación chantajista que les ofrece. Sin embargo, no le será fácil lograrlo, por el alto nivel de conciencia de los trabajadores del SME. Sí en cambio es muy preocupante que quisieran llegar a presiones graves, como lo indica la utilización de la Policía Federal para amedrentar a las familias de los despedidos, como lo han denunciado en varios poblados. En San Miguel Lila, Estado de México, por ejemplo, un ama de casa denunció en el noticiero de Javier Solórzano, cómo el martes 13, elementos de la Policía Federal allanaron varios domicilios en busca de trabajadores para llevárselos. Horas después se sabría que los necesitan para obligarlos a restituir los cortes en los suministros ante la incapacidad de trabajadores de la CFE para hacerlo. La señora aludida señaló que el 90 por ciento de la población laboral de San Miguel Lila trabaja en la CLFC, por lo que ven con mucha preocupación el futuro. Aun así afirmó que no aceptarán el dinero de la liquidación ofrecida por Calderón. ¿Medida correcta el golpe al SME? Sí desde el punto de vista de la oligarquía, no desde luego desde la perspectiva de un México democrático.

La izquierda se suma a la lucha pacífica de los electricistas

Gonzalo Sánchez
Tercera Información

El presidente legítimo de México Andrés Manuel López Obrador, líder del amplísimo Movimiento nacional en defensa de la economía popular, el petróleo y la soberanía y del Frente Amplio Progresista, una coalición de partidos de izquierda que posee 100 diputados, el 20% del poder legislativo mexicano, decidió apoyar al Sindicato Mexicano de Electricistas en todo lo que decidan.

Ayer López Obrador celebró un mitín frente a la Camára de los Diputados en el que tenía previsto exponer las medidas económicas de corte socialista que los legisladores del FAP van a porponer en esa misma cámara, pero debido al violento e ilegal cierre de la empresa Luz y Fuerza del Centro (LFC), cambió la temática del acto e invitó a los electricistas. Al acto acudieron decenas de miles de personas, entre ellos miles de electricistas que se encuentran en paro y el Secretario General del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) Martín Esparza, el cual tuvo la oportunidad de dirigirse a los allí presentes.

El gobierno mexicano cerró el pasado fin de semana la empresa estatal de electricidad Luz y Fuerza del Centro debido a las pérdidas económicas que ésta arrastra. Además el propio gobierno recriminó a los trabajadores por disfrutar de unas condiciones laborables privilegiadas, en claro ataque contra sus derechos laborales.

Como respuesta el líder sindical Martín Esparza reveló que empresas amigas de Calderón y hasta el propio gobierno mexicano no pagan las facturas de la luz y echó la culpa de ello a la administración de la empresa, "Los trabajadores del SME –por eso están enojados los empresarios– estamos revisando uno por uno los servicios de cuentas especiales y, ¿qué creen lo que encontramos? La Torre Mayor de Reforma, directa; varios hoteles de la Zona Rosa y de Polanco, directos; el periódico Reforma, directo; unomásuno, directo. La propia Presidencia de la República no paga luz; todas las dependencias federales no pagan la luz, tienen tomas clandestinas. Las repetidoras de Telmex tienen mediciones de ellos, tomas clandestinas, equipos de medición manipulados por ellos mismos, por los administradores de Luz y Fuerza, no por los trabajadores".

Además Esparza dijo que el 70% de la energía producida por Luz y Fuerza la consumen 46.000 grandes industriales que pagan sólo 46 centavos el kilovatio/hora mientras que los casi 6 millones de usuarios domésticos restantes pagan a 1,5 dólares el kilovatio/hora.

Con estos datos en la mano el sindicalista rechazó las declaraciones por las que el presidente del Gobierno Mexicano, Felipe Calderón, culpó a los trabajadores de la baja productivad y las cuantiosas péridas de ganancias, ya que ha sido por la política amiguista de la administración gubernamental de la empresa la pérdida monumental de dinero.

Esparza que compartió el micrófono con el Presidente Legítimo de México, López Obrador, cuestionó la legalidad de las elecciones que encumbraron a Felipe Calderón al poder y rechazó las acusaciones del Gobierno contra los trabajadores, ya que "laboran sin herramientas, equipo ni material y sólo con su fuerza de obra calificada".
Antes de finalizar su participación en el mitin con un abrazo a López Obrador, el sindicalista cargó contra el sistema de explotación neoliberal y remarco que la lucha del SME será pácifica, que tomará las calles y si eso no es suficiente se llamará a la huelga que podría ser apoyada por campesinos, maestros y otros sectores y acabar siendo general.

Por su parte, López Obrador mostró el apoyo de los movimientos políticos y sociales que lidera a los electricistas y confirmó su asistencia a la manifestación convocada por el SME para el próximo jueves hasta el zócalo, lugar donde millones de personas proclaman cada año a López Obrador Presiente de México. Obrador dijo que su apoyo no será protagonista y seguirá las directirces de lucha que marque el SME en todo momento.

El presidente legítimo de México propuso en el mitin que una comunisón de su movimiento integrada por Claudia Sheinbaum, Bertha Luján, Ricardo Ruiz y Jesús Martín del Campo sirviera de enlace con el SME para porporcionarles víveres e informar a su movimiento de las acciones que el SME decidiera para seguirlas. López Obrador repitió en varios momentos que él y los líderes de su movimiento participarán como unos cuidadanos más en las acciones del SME, respetando el liderazgo del sindicato.

Obrador dedicó unas duras palabras al gobierno, "esta canallada es parte de la misma estrategia para avanzar en la privatización de la industria eléctrica nacional. Detrás de este asalto están los intereses de Carlos Salinas de Gortari, de Claudio X. González, José Córdoba Montoya y de otros más que, como buitres, pretenden desnacionalizar a la empresa pública LFC". Además los legisladores del FAP van a pedir en el congreso que se constituya una comisión para investigar si el cierre fue ilegal y así poder hacerlo nulo.

Muchos estamos confundidos

He recibido un correo de compañeros anarquistas que realmente no sé si son ellos los confusos o realmente mi entendimiento y cultura política no basta para comprenderlos pero les dejo el mensaje con algunos comentarios:

Solidaridad con l@s trabajadores despedid@s de Luz y Fuerza del Centro
Ante los hechos, hacemos un llamado urgente a la solidaridad directa con l@s trabajadores/as de la compañía paraestatal despedid@s por decreto presidencial. Sin embargo, nos vemos obligad@s a precisar algunos puntos:
En primer lugar, hay que subrayarlo, lo que más desconsuela del momento, no es la arrogancia del Estado-capital sino la carencia de respuesta. Estamos frente a la parálisis total de las grandes mayorías. Cara a cara con la inacción. De frente al inmovilismo absoluto. A la pasividad incondicional. No cabe duda: partidos y sindicatos han hecho muy bien la tarea. Han servido con honores al Estado-capital. Han adormecido sistemáticamente a l@s excluid@s. Han contenido a pié juntillas todo descontento. Han apagado hasta la más insignificante llamarada insurreccional. Claro está, cumplen con su función al pié de la letra y como tal son recompensados. Es la lógica de la izquierda del Capital. Para eso existen.

Hasta aqui lo entiendo y hasta estoy de acuerdo, sólo me confunde que estén expresando su solidaridad con los trabajadores electricistas y al mismo tiempo los ataquen como miembros del sindicato. ¿Estarían disociando al trabajador de su condición de sindicalista?

Son los mismos que insisten en que no hay nada que hacer. Los que predican la espera. Los que aguardan entusiastas por las condiciones “objetivas” y “subjetivas”. Los que invitan a “las bases” a resistir. Los que acarrean a las multitudes a cambio de “mejoras”, de “servicios”, de “prestaciones”. Los que arman y desarman mítines, marchas y plantones, mientras se afilan las uñas para la negociación. Los que construyen día a día el movimiento ficticio de l@s excluid@s. Los que parean la miseria con miseria. Los que alimentan la explotación y la opresión.
Es de esperarse que así sea. Lo extraño sería que actuaran diferente. Izquierda y Derecha, prometen el mismo horizonte. Capitalistas y “anti”-capitalistas ofrecen la misma perspectiva restringida a la gestión de la explotación, a la administración de la miseria. Ambos cultivan entusiastas al Estado-capital. A veces, lo disfrazan, lo rebautizan, lo camuflan. Pero siempre nos imponen la misma mierda.

¿A quienes impondrían la misma mierda? Porque en la medida que a todos meten en el mismo paquete, sólo quedarían los anarquistas. Quiénes según sugieren en párrafos posteriores, su lucha si es válida y efectiva, entonces como pueden los otros imponerles nada. Y no olvido que parte del triunfo de Franco se debió a la división de la izquierda y a los anarquistas. Su postura en aquel tiempo ayudó a que se impusiera la dictadura fascista en España durante 40 años y aún ideológicamente no han salido de ella.

No obstante, gritan auxilio cada vez que nos necesitan. Es coherente, saben que sin las multitudes no son nada. Por eso les llaman “masas” porque las requieren moldeables. Eso les queda claro a partidos y sindicatos. Lo lamentable es que la multitud se ha acostumbrado a ser manejable, útil, dócil. Es la servidumbre voluntaria que hoy vota para elegir que alguien decida por ella y, mañana muere por algo tan estúpido como la Patria o se inmola en el nombre de Dios. Mientras continuamos sumid@s en la enajenación, ellos ―Partidos, sindicatos, Derecha e Izquierda, capitalistas y “anti”-capitalistas―, mantienen el buen ritmo de nuestra explotación. Que algo, tan evidente, no se visualice y no se reflexione sobre esto, sólo nos confirma aún más el estado de servidumbre voluntaria en que se yace.

Nuevamente todos: partidos, sindicatos, derecha, izquierda, capitalistas y anti-capitalistas son lo mismo, "serviles voluntarios". Y si todos yacen en un "estado de servidumbre voluntaria", pues entonces ¿¡viva la libertad!?

Hoy, el folclore izquierdista ha dejado de distraernos. La fórmula “mítin-marcha-plantón”, nos produce náuseas. Los llamados a la protesta y a la “desobediencia civil” y civilizada, nos provocan asco. Los pliegos petitorios y las declaraciones abajofirmantes, nos causan repulsión. Estamos hart@s de las convocatorias a la unidad a toda costa; cansad@s de tanta verborrea nacionalista; fatigad@s de tanta chingadera pacifista; reventad@s de tanto reformismo (armado o democrático), de tanta hipocresía, de tanta demagogia, de tanto oportunismo, de tanto entumecimiento.

Es decir, prácticamente, todo les da asco y repulsión: la protesta, la unidad, la paz, el reformismo porque consideran que es hipócrita, me imagino que en tanto no se consigue un cambio, como si no se supiera o no se hubiera entendido cual es la lucha actual en el mundo y su complejidad. Pero también se generaliza, todos los que se abocan a tales acciones son hipócritas, demagogos, oportunistas y entumecidos. ¿Nadie tiene derecho a pensar de una u otra forma de lucha y todos son falsos luchadores? Parece una aseveración de extrema soberbia y un juicio que no está sustentado en una investigación seria, ¿o acaso los conocen bien a todos? Si todos les dan asco, entonces insisto ¿a quiénes les hablan? O, ¿el comunicado es para decirles a todos que les dan asco? ¿para qué la agresión, o por qué? Entonces ¿de qué solidaridad están hablando?

Por eso, nosotr@s no llamamos a l@s trabajadores de Luz y Fuerza del Centro al desgaste estéril en defensa del sindicato. Mucho menos, les exhortamos a defender la empresa, como les exige toda esa legión de parásitos a la izquierda del Estado-capital, argumentando que la paraestatal es una “conquista” del pueblo y “patrimonio de la nación”. Tampoco convocamos a l@s excluid@s a solidarizarse y movilizarse en pro de toda esa caterva burocrática. Conocemos muy bien a las elites sindicales y, en el caso del SME no hay excepción. Entre Esparza y Muñoz, no hay diferencias, por eso hacen a un lado tan fácilmente las pretendidas “divergencias” y se enfocan en obtener la mayor cantidad de millones posibles en la negociación.

Resulta fácil no llamar a los trabajadores a defender su fuente de trabajo siendo ellos y sus familias los que se quedan sin comer. Meter a Esparza y Muñoz en el mismo paquete parece un poco desproporcionado a menos que cuenten con una información fidedigna que no conocemos y más valdría que la hicieran pública. ¿O sólo es un sentir muy acorde con lo que difunden los medios?

Nuestro llamado es a desbordar los moldes; a superar los límites del sindicato y del partido, a rebasar la fórmula “mítin-marcha-plantón”; a dejar atrás el folclore de la protesta y la “desobediencia civil” y civilizada; el folclore de los pliegos petitorios y las declaraciones abajofirmantes, de la unidad a toda costa, de la verborrea nacionalista, de la chingadera pacifista; el folclore del reformismo (armado o democrático). Nuestro llamado es abandonar a la izquierda. Abandonar esa dicotomía ficticia. Abandonar esa lucha entre fracciones rivales de la burguesía por el control del Estado.

Muy bien, supongamos que la abandonan, entonces:

Nuestro llamado es por la autogestión de las luchas; por concretar el ataque; por implementar el sabotaje; por extender la guerra social; por la auto-organización informal de l@s excluid@s ―fuera del control de líderes sindicales, de partidos, de organizaciones clientelares, de jefes y dirigentes, de Mesías y orientadores―. Nuestro llamado es a la destrucción del Estado-capital.

¿Quiere decir esto que cada quien gestione su propia lucha? ¿Y así cada quién va a triunfar, a tener trabajo y a tener que comer? ¿Cada quien implementa su propio sabotaje? ¿Cómo sería la "auto-organización informal de l@s excluidos"? Porque los excluid@s son todos los que han mencionado como repulsivos. ¿Extender la guerra social? ¿Todos contra todos? ¿No es este un mensaje de odio entre las mayorías? En todos esos puntos se necesitaría mayor explicación. Curiosamente se utilizó el 90% del escrito para descalificar e invalidar las formas de lucha que se están usando y agredir a todos y resulta que para las propuestas apenas cuatro renglones. Y luego, muy bien, destruyamos el Estado-capital, y ¿qué construimos en su lugar? ¿Realmente se considera que el pueblo mexicano está listo para una anarquía conociendo el nivel ético que tenemos bajo la inmoralidad que nos ha regido por siglos?

Todo este mensaje me confunde bastante, quizás porque no he leído a fondo a Bakunin, sólo apelo al sentido común, pero la impresión que me da es que pretende desmotivar la lucha y estimula un individualismo a ultranza que a nada conduce más que al suicidio. Espero estar equivocada porque el anarquismo me simpatiza bastante, pero creo que es un nivel superior. Al ser humano actual le falta trascender otras etapas para llegar. Y quizás estoy pensando igual que los compañeros: el anarquismo me gusta pero no los anarquistas porque muchas veces se filtran como instrumento del Estado, al que dicen combatir, para inmovilizar a la gente. La ultraizquierda está muy cercana a la ultraderecha.

Parece que todo este desmadre nos ha confundido a todos. Y terminan:

¡Por la extensión de la guerra social!

¡Qué se ilumine la noche!

¡Viva la Anarquía!

Coordinadora Informal Anarquista.

14 de octubre de 2009, México, planeta Tierra.

No podría ir por extender ningún tipo de guerra. Tampoco creo que la noche deba iluminarse más que por la luna porque es un fenómeno natural. Y sí, ¡Viva la Anarquía! pero sucederá dentro de algunos siglos en los que espero que mis tataranietos puedan disfrutarla estando en un nivel superior como seres humanos.

Círculos de Estudio

El Círculo de Estudios
La Resistencia a través de las Ideas


Tiene el gusto de invitarlos a la charla:
Racismo en la Educación
Que compartirá con nosotros:
José Jorge Gómez Izquierdo
Dr. en Sociología por la Universidad Libre de Berlín, quien cuenta con diversos trabajos sobre el racismo.
Los esperamos el viernes 16 de octubre a las 6:00 P.M.
En calle 21 Ote. Nº 11, entre 16 de septiembre  y 2 Sur,
En el SUNTUAP
Col. El Carmen, H. Puebla de Zaragoza
Entrada Libre
Informes al:  2223 944189
Atentamente
Brizeida Hernández
Coordinadora del Círculo de Estudios
PUEBLA

Moneros




Extinción


MÉXICO, D.F., 14 de octubre (apro).- Es difícil defender a un sindicato como el de los electricistas que, con el paso del tiempo, cayó en abusos criticables. Pero eso no significa que haya que felicitar a Felipe Calderón por la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro (LFC), pues todo parece indicar que se trata de una engañifa, de ocultar el proyecto de venta de las redes de luz a una empresa registrada en México, pero con capital español, en la que participan exfuncionarios del gobierno foxista y distinguidos miembros del PAN. La decisión de Calderón de desaparecer a LFC, creada en 1963 y puesta en liquidación desde 1974, ha sido aplaudida por muchos: consideran que fue una acción extraordinaria, cuando únicamente es una acción considerada en el marco de sus responsabilidades como jefe del Ejecutivo.Empresarios y simpatizantes califican la medida como una acción valiente, en tanto que otro sector de la sociedad la justifica por los constantes abusos que los trabajadores electricistas cometían en contra de la ciudadanía (pagos excesivos, malos tratos, corrupción, entre otras tropelías) y contra la propia empresa, a través del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), cuyos orígenes datan de 1914 y que, con el paso del tiempo, se fue transformando en un ente de descomposición sindical con cotos de poder y negocios particulares de los dirigentes. Esa mala imagen y las pérdidas millonarias que cada año registraba la compañía fueron el mejor pretexto para que su extinción fuera declarada por decreto presidencial y llevada a la práctica en una operación policial y militar encubierta por varios meses. Es por ello que cuesta trabajo defender al SME, pero también es difícil considerar un héroe a Felipe Calderón –como lo quieren hacer ver panistas y empresarios–, por tomar una decisión que evadieron los presidentes anteriores, incluido Vicente Fox. Está muy lejos la idea de que la medida tomada por Calderón, el pasado sábado 10 a las 23:00 horas, fue una acción nacionalista y patriota, apoyada por centenas de soldados y policías federales fuertemente armados, quienes tomaron las instalaciones eléctricas en varias zonas del centro del país. La aparición en los medios, la semana pasada, del expriista Javier Lozano, quien negó la toma de nota al líder del SME, Martín Esparza, aduciendo irregularidades en las asambleas del sindicato, dio pauta para que algunos especialistas explicaran que la liquidación de la compañía descentralizada es, en realidad, parte de un negocio millonario de más de mil kilómetros de fibra óptica, que serviría para operar y explotar una red de comunicaciones en la que se trasmitirían voz, audio y datos a por lo menos 20 millones de usuarios. Las revistas Proceso y Reporte Índigo dieron a conocer en días pasados la relación entre la compañía WL Comunicaciones y los exsecretarios de Energía, Fernando Canales y Ernesto Martens, socios de esa empresa.De realizarse el negocio de transmisión de datos, voz y audio mediante la fibra óptica, conocido como Triple Play, habría una competencia con el magnate de las comunicaciones en México, Carlos Slim, quien fue uno de los principales personajes que rechazó la llegada de Javier Lozano a la Secretaría de Comunicaciones, por considerar que había un conflicto de intereses, ya que este funcionario expriista al parecer tenía vínculos con algunas empresas desde que estaba en Cofetel. De carácter bravucón –"picapleitos", le llaman algunos–, la semana pasada Lozano, sin más ni más, negó la toma de nota al líder del SME, pero no respondió a las acusaciones que señalaban que fue en su oficina, precisamente, donde se realizaron las negociaciones con la compañía WL Comunicaciones para liquidar a Luz y Fuerza del Centro.Tampoco aclaró las acusaciones de que Canales y Martens son socios de dicha empresa, inscrita en el Registro Público de la Propiedad en 1999, según el reportaje de Rosalía Vergara, publicado esta semana en Proceso. Todo apunta, pues, a sospechar que detrás de la decisión presidencial existe un interés particular, y que se aprovecharon de la mala administración de LFC y de los excesos del SME para declarar su extinción. La iniciativa de Calderón tendrá costos, y eso evidencia que al Ejecutivo no le importa el impacto que tengan para su gobierno y para su partido las protestas sociales que ya se dan por parte del SME y de otros sindicatos. Total, a estas alturas de su administración, Calderón ya tiene claro que el PAN no tiene posibilidades de ganar en la elección presidencial de 2012 y está dispuesto a realizar acciones que al principio de su gobierno eran impensables. Se trata de una acción peligrosa para Felipe Calderón por la inconformidad que hay con su gobierno, plagado de fracasos económicos y de seguridad, por lo que la extinción de la compañía de luz podría ser como sentarse motu propio en una silla eléctrica y esperar a que alguien suba el switch.Y falta por ver si crece la inconformidad de los electricistas, si se suman otros actores sociales, si la izquierda partidista se une y, también, si Calderón es capaz de tomar decisiones similares en contra de otros sindicatos como el de la maestra Elba Esther Gordillo (SNTE) o el de los petroleros, de Carlos Romero Deschamps, que también han ocasionado profundos daños a la sociedad y al erario público.

Una crisis educativa crónica


A pesar de los fuertes reclamos de actores que se multiplican, el gobierno actual sigue sin entender la magnitud del desastre educativo –el cognitivo, el de los contenidos de lo que se aprende y deriva en capacidades, habilidades y conocimientos–, pues la caída de los recursos destinados a la educación ha sido una constante, y la crisis que se padece, crónica ya, se agrava cada vez más.
En 1993, con el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, suscrito por la administración federal, los gobiernos de los estados y el SNTE, se buscó “corregir el centralismo y burocratismo del sistema educativo”, pero las políticas aplicadas desde entonces apuntan a su exacto contrario: mayor burocratismo y centralismo que, por lo demás, son mucho más acendrados y corruptos que antes.Lo que después de aquella fecha se acordó para garantizar la educación como un derecho humano general tampoco ha servido de mucho, ni se ha respetado el monto anual que el Estado debe destinar al gasto en educación pública y a los servicios educativos. De acuerdo con el artículo 25 de la Ley General de Educación, dicho gasto “no podrá ser menor a 8% del Producto Interno Bruto del país…”, mientras que a la investigación científica y al desarrollo tecnológico en las instituciones de educación superior públicas debe destinarse “al menos 1% del PIB”. (Diario Oficial de la Federación, 4/01/2005.)Pues bien, en 2006 el gasto en educación fue de 636 mil millones de pesos, equivalentes a 6.95% del PIB, y en lugar de buscar los aumentos requeridos para alcanzar la meta consensuada, los recursos han ido disminuyendo año con año, impactando en forma negativa las condiciones educativas de las grandes mayorías de la población. Las calamidades se observan claramente en la cruda vida cotidiana de las aulas, tanto en las escuelas de nivel básico como en las preparatorias y universidades. En el presupuesto de 2007, de 6.95% del PIB se pasó a 6.3%, y empezaron a resentirse los acuerdos de la alianza PAN-SNTE, que ya copaban las decisiones en la Secretaría de Educación Pública, para echarle tierra a los pésimos proyectos y fraudes cometidos con la Megabiblioteca “Vasconcelos”, con la Enciclomedia o con la contrarreforma de los planes y programas de estudio de secundaria. La nueva mampara para cubrir todos los errores y hacer creer que se contaba con una política educativa se presentó bajo el rampante título de “Alianza por la Calidad de la Educación”, que no fue sino otro fracaso. En los presupuestos de 2008 y 2009, los recursos dedicados a la educación se mantuvieron estancados, pues en ninguno de estos años se pudo incrementar el presupuesto más allá de 6% del PIB. Y, peor aún, para 2010 se ha anunciado un recorte general en el sector que la ANUIES ha considerado “el peor proyecto de presupuesto enviado por el Ejecutivo”. La razón: que lanza hacia abajo los fondos, subsidios y condiciones de desarrollo de las instituciones de educación superior, con una reducción de 6.2% respecto a 2009 que, en términos del PIB, representaría una caída de 0.66% o 0.60%.Por lo que se refiere al valor social de los conocimientos, de la investigación científica y tecnológica, del apoyo a sus procesos y resultados, las cosas tampoco marchan bien. El presupuesto asignado para 2010 tiene una disminución aproximada de 3%, y tampoco se avanza en la definición de montos que puedan dar certidumbre de que se alcanzará en este sexenio el propuesto 1% del PIB para las actividades de investigación y desarrollo. Las propuestas de la comunidad científica, sus demandas e insistencias al respecto no encuentran ningún interlocutor válido en el gobierno federal.El proyecto de presupuesto de 2010 está ya en revisión en la Cámara de Diputados, y muy seguramente habrá modificaciones importantes en el paquete educativo, así como en los montos dirigidos a los universitarios y a la comunidad científica, pero sin que dichos cambios puedan contrarrestar las enormes y muy graves consecuencias que en el sistema educativo han tenido ya la recesión y la contracción constante de los recursos.Lo peor es que tampoco existe la confianza de que esas magras cantidades tengan la aplicación y el destino adecuados, excepto en el ámbito de las universidades públicas y los proyectos de investigación científica, donde siempre se trabaja con lo menos procurando resultados. En otros niveles educativos y rubros de orientación del gasto, buena parte del dinero invertido puede traducirse en un desperdicio económico y social.Esta crisis orgánica y crónica que se vive puede observarse en los bajísimos resultados de las evaluaciones –como se ha confirmado con los datos de las pruebas “Enlace”–, en los contenidos de los libros de texto y en la pobreza pedagógica de los programas de educación básica y media superior –que han recibido reiteradas críticas de los investigadores educativos–, todo lo cual se traduce en que se está formando una generación de niños y jóvenes que no tienen ni idea de lo que aprenden, que no pueden comprender lo que leen ni desarrollar una redacción adecuada para comunicarse de forma coherente. Las causas primordiales de este panorama: recursos a la baja, y políticas que no se dirigen hacia una verdadera reforma educativa.

En LFC, salario promedio de $6 mil

*Administraciones de LFC toleraron la baja calidad del servicio
*Ir contra otros gremios sería autoritarismo, aduce Lozano
*Liquidaciones: trabajador de base, $300 mil; de confianza, más de un millón
Tras precisar que los trabajadores de base del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) tendrán en promedio una liquidación de 305 mil pesos y los de confianza un millón 300 mil o un millón 800 mil –si cobran antes del 14 de noviembre–, el secretario del Trabajo, Javier Lozano, aseguró que fueron las administraciones de Luz y Fuerza del Centro (LFC) las que concedieron, negociaron y toleraron falta de niveles y baja calidad y eficiencia del servicio.
En una conferencia de prensa inicialmente programada para dar a conocer los pormenores del proceso de liquidación a los trabajadores del SME, el funcionario fue cuestionado sobre por qué si se habla de excesos y privilegios de este gremio, no se mide igual a otras organizaciones sindicales como la de los petroleros, que tienen más prebendas.
Lozano reconoció que hay una serie de reclamos para que se actúe contra otros sindicatos y otros líderes gremiales, pero dijo que ello no se hará porque sería caer en tentaciones autoritarias.
–Usted habla de que el SME hacía peticiones millonarias en cada revisión contractual y salarial, pero también las hacen otros sindicatos, como el petrolero que lidera Carlos Romero Deschamps. ¿Contra ellos también se actuará?
–Hay que ver cuál es su aportación a la productividad y a la economía nacional…
El funcionario defendió además que el gobierno federal no va a medir igual a todos los sindicatos, porque no se puede hacer tabla rasa, e incluso anotó que hay que ver cuál es el costo-beneficio de cada gremio, de cada organización. Dijo que a LFC se le había querido liquidar desde otros sexenios y no se había logrado hacerlo.
Acerca del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), que tiene el contrato colectivo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), liderado por Víctor Fuentes –quien quedó al frente de la organización a la muerte de su tío Leonardo Rodríguez Alcaine–, el secretario Lozano aseguró que esta organización sí ha demostrado una enorme capacidad para ponerse de acuerdo con su administración.
En cuanto al proceso de liquidación, explicó que los trabajadores de base en promedio van a cobrar 305 mil pesos por finiquito o 435 mil pesos con la compensación incluida, si tramitan su pago antes del 14 de noviembre. En tanto, para los empleados de confianza, la liquidación será de un millón 300 mil pesos o un millón 800 mil, si apuran el proceso este mes.
Esto es porque el salario promedio de los trabajadores del SME es de 220 pesos diarios, es decir, 6 mil 600 pesos mensuales. Incluso, según cifras del sindicato, casi 20 mil trabajadores están debajo de ese promedio.
Otras categorías de trabajadores, como los transitorios, perciben 152 pesos diarios; la mayoría de oficinistas –depende del nivel– gana entre 180 y 260 pesos; un calculista de inspección obtiene 192.41 pesos; auxiliares, entre 109 y 139, y entre los más altos está el operador de subestación, que percibe 311 pesos al día.
Acompañado en esta conferencia de prensa por el director corporativo del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, Héctor Orozco, y el subsecretario del Trabajo, Alvaro Castro, Lozano explicó que los trabajadores del SME tienen un plazo de hasta dos años para cobrar liquidaciones a partir de la emisión del laudo de terminación de las relaciones colectivas de trabajo por parte de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, el próximo 30 de octubre.
Los funcionarios dijeron no tener el dato de con cuánto se va a liquidar al director de LFC, y tampoco señalaron los montos que se otorgarán a los altos mandos de la paraestatal, pero mencionaron que sí recibirán finiquito.
El secretario explicó que el plazo límite para recibir la compensación adicional es el 14 de noviembre, y confirmó que efectivamente, los que acudan primero a las oficinas de Luz y Fuerza del Centro por su liquidación, tendrán derecho de preferencia para ser recontratados por la Comisión Federal de Electricidad.
Según Javier Lozano Alarcón, los 44 mil trabajadores del sindicato que serán liquidados impactarán muy poco en la tasa de desocupación.
Por último, comentó que no acudió ante comisiones de la Cámara de Diputados porque nunca fui invitado a comparecer, y negó que él tenga algún interés en el negocio de fibra óptica, en que se ha mencionado a ex secretarios de Energía como Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens: El león cree que todos son de su condición; no tengo ningún interés en este tema y es falso que tenga una consultoría en la materia.

Audio: Carmen Aristegui 15 octubre 09

(Audio sin comerciales)



Una infamia

En LFC, salario promedio de $6 mil
Casi 20 mil miembros del SME, por debajo de ese ingreso mensual
Según reporte, se cumplieron 92% las metas de productividad
"Si somos chafas, ¿por qué nos buscan para arreglar apagones?"


Patricia Muñoz y Fabiola Martínez. Leer más

Igual de infames (¿o ignorantes?) quienes le dan la razón a Calderón. Este usurpador presume de que tiene "la conciencia tranquila" cuando ni conciencia tiene:

Empresarios de radio y tv, encabezados por Emilio Azcárraga, le aplauden de pie más de un minuto
Nos asiste la razón en LFC; tengo la conciencia tranquila: Calderón

Claudia Herrera Beltrán

El presidente Felipe Calderón declaró tener la conciencia tranquila por su decisión de liquidar a Luz y Fuerza del Centro (LFC) y a sus 44 mil trabajadores, al tiempo que negó estar aplicando una política atentatoria contra la vida sindical. Leer más del aberrante discurso...

Resulta que un salario de 6 mil pesos les parece mucho para un trabajador especializado ¡qué poca madre! No cabe duda que muchos mexicanos están enfermos de racismo, clasismo y odio. Y esta psicopatología ha sido inoculada por los achichincles del sistema que micrófono en mano transmiten mentiras y distorsiones, me imagino que también con "la conciencia tranquila". A ver cuánto les dura su chamba. Apaguen la tele y el radio para que no les metan mierda en la cabeza. No atender a los medios es una cuestión de salud mental.

Eso sí a los charros corruptos líderes de otros sindicatos, ni tocarlos:

Ir contra otros gremios sería autoritarismo, aduce Lozano

Si permitimos que esta infamia se lleve a cabo es que ya lo hemos perdido todo. Estaremos viviendo francamente dentro de una dictadura capaz de cualquier cosa.

¡NO FALTEN A LA MARCHA DE HOY!

El poder de los medios en el siglo XXI

La dictadura mediática nos somete y toda resistencia es poca frente a las supercherías bien pensadas por los encargados de oxigenar al capitalismo, fomentando una cultura de masas acorde con sus postulados de dominación.
Prensa Latina



El mensaje discriminador, cada vez más descarnado, enseña que para alcanzar el probable triunfo anunciado vale salir de compras con mayor frecuencia, aclararse el cabello, depilarse el cuerpo y la mente, y someterse a la tiranía de un régimen alimenticio estresante.
Las trasnacionales mediáticas y sus repetidoras nacionales aumentan sus dividendos con el manejo de poderosas armas: la información, la publicidad y el entretenimiento. La combinación de éstas les permite imponer estilos de vida e intereses: el individualismo, el consumismo, la pérdida de identidad y la dependencia en todos los órdenes.
Los códigos inoculados por los megamedios y sus sucedáneas incitan a mujeres y hombres a dedicar más tiempo al cuidado de la apariencia, que a pensar. Simplificar parece ser la fórmula mágica.
La relativización de las posiciones políticas, económicas y otras; la ambigüedad de los personajes y situaciones; la superficialidad al representar el entramado social y a los actores, tratan de frenar la aspiración humana de entender lo que acontece.
Ésa no es cuestión que deba preocupar, sugieren en clave subliminal los agentes de la difusión en esta era de monopolios mediáticos preestablecidos, respetuosos de los preceptos más turbios de la concepción nacionalsocialista alemana acerca de la propaganda.
La rigurosa jerarquía impuesta mantiene sólo a ciertas televisoras y periódicos como referentes de la información circulante por el mundo, quienes exhiben sin recato el traje de soldados e indispensables engranajes de la organización y ejecución de planes dirigidos a avasallar voluntades.
De acuerdo con el comunicador Alberto Rojas Andrade, los encargados de promover o justificar guerras alientan la desmoralización, el olvido y la ignorancia.
Lejos de promover la educación cívica y arrojar luces sobre lo que acontece en cualquier parte, metamorfosean la realidad según los intereses de sus patrocinadores e incentivan la degradación ambiental, el despilfarro, el consumismo y la violencia, añade.
En vez de cubrir el déficit de identidad ascendente en nuestras sociedades occidentalizadas –por la quebradura de pilares básicos como la familia, la iglesia católica y otras instituciones–, los predestinados a formar opinión pública tratan a los seres humanos como vil mercancía.
El respeto a las leyes de la información hace mucho cedió el terreno a la producción de noticias bajo las leyes de la oferta y la demanda. Hasta los mejores intencionados adaptan sus formas de decir y hacer, con el propósito de insertarse en el mercado y vender mejor.
En ese esfuerzo, los medios de difusión masiva siguen las leyes de la retórica y otras dominantes en la cultura de masas. Prevalecen los efectos de emisión, simplicidad, espectacularidad, maniqueísmo, velocidad, urgencia, e instantaneidad, en el sentido de la velocidad en tiempo real.
Esa última, gracias a la magia de internet, destruyó la obediencia al período necesario para elaborar las noticias y destapó la premura por transmitir, en el orden técnico meramente, en desmedro de la verificación oportuna de datos y de la calidad del producto comunicativo en general.
El valor de la información ahora descansa en la agilidad con que llegue a los receptores, luego de ocurrir el hecho noticioso, y el de los medios de difusión masiva, en su capacidad de competir por llegar primero a vender.
La gratuidad en los servicios de esta naturaleza, cultura impulsada también por la red de redes, perturba a su vez los mecanismos comerciales de la información, señala el doctor en semiología e historia de la cultura, Ignacio Ramonet.
Los gratuitos crecen, en la misma medida en que otra vía se impone para captar el beneficio económico por los mensajes. “El negocio consiste en vender ciudadanos a los anunciantes”, define el francés.
Los vendedores de productos comunicativos batallan por atrapar a más receptores en esta época y recibir, en proporción, más solicitudes de campos para publicidad.
Para ello, la información tiene que bajar su nivel de elaboración, reajustarse para atrapar al menos interesado en consumirla. Cuanto más atrayente y sencilla sea ésta, más numerosos serán los que se le acerquen y el medio ganará más interesados en publicar sus anuncios en él.
Tantos leen, escuchan o miran un medio, tantos pueden ser capturados por los promotores de los bienes de la sociedad de consumo.
La urgencia en modificar el funcionamiento estructural de la información, para lograrlo, redunda en el descuido de parámetros esenciales como la verdad, siempre subjetiva y en función del punto de vista de quien la transmite.
La globalización neoliberal, impensable sin el progreso desmesurado de las comunicaciones en su arista tecnológica, modificó todas las estructuras de funcionamiento de la sociedad.
Este fenómeno, esencialmente económico, implicó el aniquilamiento de las barreras a la circulación de los capitales al desmaterializar el mercado de cambio.
La revolución digital, hija de un proyecto encaminado a agilizar el trasiego de capitales y no a proporcionarnos el placer del amor o la amistad a despecho de distancias físicas, creó un sexto continente, internet, e impulsó la fusión de empresas especializadas en materia comunicativa.
Texto, imagen y sonido, andan tomados de la mano por las autopistas del ciberespacio, mientras se fortalecen los pulpos integradores de las principales esferas de la información.
La rentabilidad es la única preocupación de estas megaempresas, en tanto los medios, convertidos en actores dominantes en sociedad a partir de su matrimonio con el poder financiero, asumen el papel de aparatos ideológicos de la globalización.
Ramonet explica que ésta penetra con el apoyo del ahora segundo poder –detrás del financiero y por delante del político–, que la estableció y defiende como sinónimo de progreso o modernidad.
Aparejada a esta idea, corre una orientada a inmovilizar cualquier síntoma de resistencia, sustentada en la tesis de la imposibilidad de luchar contra la pareja infernal que suponen los medios y el poder financiero.
La voluntad política de supeditar a ambos es un arma temida por los adalides del sostenimiento de la ideología globalizadora.
No es gratuito que esta expresión de resistencia a la intensión de dominar el mundo sea la más atacada por el aparato mediático en este siglo.
De ello dan fe las múltiples maquinaciones contra el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y su líder Hugo Chávez; el presidente ecuatoriano Rafael Correa; y sus pares Evo Morales (Bolivia), Cristina Fernández (Argentina) y Daniel Ortega (Nicaragua), por sólo citar algunos.

Astillero

Julio Hernández López

Frente al tamaño de lo sucedido en Oaxaca en 2006, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió ayer una recomendación aparatosa, insuficiente y facciosa. Es cierto que en primera lectura resulta altamente plausible la decisión de los altos ministros de responsabilizar al gobernador Ulises Ruiz de las múltiples violaciones a derechos y garantías que se dieron en aquella entidad durante la histórica movilización popular de tres años atrás. Pero tal resolución, que carece de carácter obligatorio en sus términos (aunque tiene el valor ético y mediático que se le quiera reconocer a su fuente, la máxima instancia nacional de discernimiento jurídico), corre el riesgo de parecer un acto ruidoso, una especie de alharaca palaciega, autorizada por los mandos ejecutivos que suelen controlar las mayorías votantes de la Corte, para generar un vano entretenimiento público por fuera de lo que hoy es la máxima pifia política del calderonismo, o su máxima apuesta autoritaria, decidida a pasar por encima de lo que sea, la del conflicto con el Sindicato Mexicano de Electricistas.

No se duda ni por equivocación de las culpas del dictadorcillo oaxaqueño ni se pone en entredicho la sinceridad y congruencia de los ministros de la Corte que empujaron desde un principio la tesis de que las responsabilidades de la gran represión de 2006 iban más allá de algunos jefes policiacos menores, como lo sugería el proyecto de resolución presentado por el derechista y controlado ministro Mariano Azuela. Pero llama la atención que justamente ese segmento mayoritario de ministros, que suele obedecer las instrucciones de su fuente de inspiración que está en Los Pinos, hubiera ayer transitado con tanta suavidad el camino hacia el señalamiento de Ruiz como violador de derechos y garantías, en una súbita iluminación de criterios que devino en la crucifixión política de quien había sido aliado de Calderón y ahora se ha distanciado de él, tanto en razón del oponerse al paquete económico felipista como en función del apoyo abierto, con recursos públicos y privados, que ha dado a los proyectos expansionistas del priísmo que causaron la derrota mapacheril del PAN en los pasados comicios.

La decisión judicial de ayer tiene, además de ese tufo a medida distractora que acabará en la nada, pues no hay condiciones para que los congresos estatal o federal tumben al represor oaxaqueño, el sello de otra insuficiencia inocultable, el comportamiento faccioso que protegió al gran jefe electoral de 2006 y aplicado represor clasista, el vaquero Fox, que no fue tocado más que con el pétalo de algunas menciones críticas de ministros de la Corte, pero que finalmente resultó absuelto, al igual que sus funcionarios involucrados en el tema, Carlos Abascal, Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna. Aun cuando la presencia de las fuerzas federales en Oaxaca fue causa de múltiples violaciones a los derechos humanos, las garantías constitucionales y la legalidad, los ministros decidieron ayer excluir de responsabilidad no sólo a esa plana mayor, sino incluso al coordinador de las fuerzas federales de apoyo y al jefe del Estado Mayor de la entonces Policía Federal Preventiva, Ardelio Vargas Fosado, ahora diputado federal y poderoso presidente de la comisión de la defensa nacional de esa cámara.

El sesgo partidista de protección a Fox, y la concentración de tibia metralla de salva en Ulises Ruiz, dejan esa resolución de la Corte en un plano que pareciera servir para revivir la oposición al mandatario oaxaqueño que está en la tentación de adelantar la postulación de su candidato a la sucesión ante el calentamiento del ambiente que han hecho Gabino Cué y López Obrador. También servirá la decisión de la Suprema para que los cortesanos mediáticos apuntalen sus análisis con la versión de que en México se vive una nueva etapa de poder, con un Calderón que impulsa golpes a monopolios y adversarios pesados, no sólo sindicatos izquierdosos sino también gobernadores incómodos. ¡Oh, sí, cuántos pantalones del lic. del Caldero Grande: ayer contra el SME, hoy contra Ulises de Salida! ¿Quién seguirá mañana (si es que hay mañana)?

Astillas

Bitácora eléctrica: Marcelo Ebrard, bien con la propuesta de una mesa de diálogo y el recuerdo de los derechos constitucionales de los trabajadores; Calderón precisó los términos del chantaje a los trabajadores pues, dijo,”para ser más claro, mientras más pronto pueda procesarse esta decisión (la de firmar la liquidación, nota de Astillero), más fácil y prioritaria será la reincorporación a la vida laboral para aquel trabajador que así lo desee” y también se diagnosticó con absoluta tranquilidad de conciencia; Martín Esparza siguió picando piedra con legisladores federales, y los cheques de liquidación fueron cobrados por pocos trabajadores y en medio de gran desorden administrativo y técnico; por último, los apagones y el enojo social por tanto desbarajuste inducido continuaban ayer... Eliezer Rodríguez, desde el código postal 02060, pregunta: La colonia donde vivo se llama Sindicato Mexicano de Electricistas; si desaparece el sindicato ¿cómo se llamará ahora?... Víctor Betancourt reporta que en Radio Ibero, 90.9 de FM, fue transmitida la opinión del doctor Alberto Montoya, especialista en estudios estratégicos de la Universidad Iberoamericana: sostuvo, invitando a revisar la Constitución, que los argumentos de Calderón para el cierre de LFC no se sostienen, que son puras mentiras. Mostró que lo de los recursos que, según Calderón, iban al pago de salarios y pensiones, es falso. Y describió las transas con el gas que México importa a la CFE (para la producción de energía), a través de Repsol y que la CFE vende a Luz y Fuerza a un precio elevado... Y, mientras ha saltado de nuevo al foro el desinflado Guanito para meter ruido, ahora con su nueva telenovela de que siempre sí quiere regresar a la jefatura delegacional de Iztapalapa, ¡hasta mañana, luego de que hoy por la tarde caminemos del Ángel al Zócalo!

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Suárez Coppel, dispendio en tiempo de crisis

Designado por Felipe Calderón para dirigir, en tiempos de profunda crisis, la principal empresa del Estado, Juan José Suárez Coppel no es un funcionario que se afane en aplicar los recursos públicos con sobriedad. Durante su gestión como director corporativo de Finanzas, en el sexenio pasado, gastó dinero de Pemex en hospedaje en hoteles boutique de la realeza europea, en cenas en restaurantes gourmet con la aristocracia inglesa y en bebidas en los bares de moda de la Quinta Avenida de Nueva York y Londres.
Los especialistas en materia energética lo señalan como corresponsable de la quiebra técnica que hoy vive Petróleos Mexicanos (Pemex); las organizaciones de trabajadores petroleros, de ser partícipe de la privatización a la que se encamina la paraestatal. También ha sido señalado de estar implicado en contrataciones irregulares a favor de consultorías y transportistas de hidrocarburos –según dieron a conocer la Secretaría de la Función Pública y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional–. De allí el unánime rechazo que suscitó su nombramiento como director general de la paraestatal.
Pero hay algo más que abona al cuestionamiento de la decisión presidencial: el derroche de miles de pesos, dólares, euros y libras esterlinas entre 2001 y 2006 al viajar en vuelos premier a Europa y Nueva York, hospedarse en hoteles boutique y alimentos en mesa de reyes, sin que se tenga claridad sobre el objetivo de esos viajes, y que el hoy director de Pemex se negó a explicar en la solicitud de entrevista que hizo Contralínea.
Las facturas de los gastos personales que a cuenta del erario hizo Juan José Suárez Coppel durante su desempeño como director corporativo de Finanzas develan los excesos de quien tenía la misión de administrar financieramente la bonanza petrolera: los millones que generó la venta de los excedentes, aunado a los precios récord que alcanzó el crudo mexicano durante el sexenio foxista.
Parte de aquella bonanza fue: el consumo de costosas bebidas alcohólicas, el uso de artículos de tocador de diseñadores como Hermès, alimentación exclusiva de chefs internacionales y hasta la adquisición de boletos para los espectáculos que ofrecen los grandes teatros de Londres.
Felipe Calderón regresó a la administración pública a un personaje que a cuenta del erario, durante seis años, se hospedó en por lo menos 10 de los hoteles que figuran en la lista de “los mejores y más exclusivos del mundo”, según el ranking de las revistas internacionales de “vida y estilo”. También a cuenta del erario almorzó, comió y cenó en los restaurantes que aparecen en la Guía Michelín, publicación francesa que identifica los mejores restaurantes del mundo en calidad, servicio y lujo.
Las excentricidades de Coppel
En marzo de 2001 se hospedó durante dos noches en la habitación M1523 del New York Palace, un imponente hotel de lujo que combina el histórico hito Villard Mansion (pisos de mármol, estructuras italianas y chimeneas de mármol rojo de Verona), decretado monumento histórico desde 1882, con una moderna torre de 55 pisos, situado sobre la avenida Madison, justo frente a la Catedral de San Patricio, en el corazón de Manhattan. Pagó 1 mil 200 dólares.
El 2 de abril de ese año comió por 118.32 dólares en The Oyster Bar, en Central Park, un elegante restaurante de techo abovedado, identificado por las revistas de “vida y estilo” entre los 10 mejores restaurantes de ostras del mundo. Cenó por 160 dólares en el restaurante bar Manhattan Ocean Club.
El 3 de mayo, en Atlanta, por 45 dólares comió en Thai Chilli Cuisine –del chef Robert Khankiew–, considerado por el canal de cocina de CNN International como el mejor restaurante tailandés de Estados Unidos. Por la noche acudió al Atlanta Fish Market, un edificio de art decó que recrea las clásicas estaciones de trenes de Georgia, decorado con finos muebles de caoba y cedro de Nueva Inglaterra, desde donde los comensales se relajan mientras beben cerveza frente a las cinco pantallas planas que a toda hora ofrecen programas deportivos. Suárez Coppel cenó y bebió por 166 dólares.
La noche del 31 de mayo se hospedó en la habitación 1524 del JW Marriott Hotel, en Houston, Texas: un majestuoso hotel-galería que ofrece ropa de cama “de lujo” (sábanas de algodón y lino bordadas y edredones acolchados), pantallas planas de alta definición y habitaciones estilo contemporáneo “con ambiente residencial” rodeado por 200 tiendas de exclusivos diseñadores. Pagó 235 dólares.
El 22 de junio volvió al New York Palace a pernoctar en la habitación M2607. Se trata de uno de los siete emblemáticos hoteles de lujo en el mundo que opera la cadena Dorchester Collection. Que Suárez Coppel durmiera ahí la noche del 26 de agosto en la habitación M2905 costó a Pemex 564 dólares.
Aficionado a la comida asiática, Coppel frecuentaba los sitios gourmet más costosos, como el Nobu, el restaurante japonés más exclusivo de Nueva York, donde en 1 mil metros cuadrados se recrearon los paisajes japoneses con sus texturas naturales: abedules, pisos de madera y paredes cubiertas con piedras de río.
Propiedad del chef Nobu Matsuhisa, “el emperador del sushi”, y el actor Robert de Niro, es identificado por el New York Times como uno de los cuatro restaurantes más finos de la cosmopolita ciudad, y, sobre todo, el más caro. Por ejemplo, el 3 de agosto de 2001, Suárez Coppel cenó sushi y bebió sake caliente (licor de arroz) por 340 dólares, codeándose con las celebridades de Hollywood, las top model y los políticos estadunidenses que acuden frecuentes.
De whisky y cerveza, ni hablar. El exvicepresidente del Grupo Modelo, Suárez Coppel, sólo degusta cervezas alemanas, estadunidenses y japonesas, y Johnnie Walker; vino tinto y licores italianos, bebidas favoritas del hoy director de Pemex. Así lo revelan las facturas de lo que, con cargo a las arcas públicas, bebió en los bares de Nueva York, Londres y Paris. Por ejemplo, en el bar del Four Seasons en la Gran Manzana, el 27 de agosto de 2001 tomó Johnnie Walker Red, licor Grappa italiano y café, por 93.59 dólares del erario.
Regresó la noche del 4 de septiembre al New York Palace. Por la habitación M1925 pagó 1 mil 523.42 dólares. El 5 de septiembre almorzó en el bar del Four Seasons por 29.98 dólares. Cenó por 164.11 dólares en el Downtown Restaurant, de la calle Este de Broadway. El 7 de septiembre bebió un aperitivo en The Oyster Bar de Central Park con un costo de 38.56 dólares.
La noche del 24 de septiembre volvió al New York Palace. Por la habitación M0909 pagó 256.81 dólares.
Después el 25 de octubre tomó la habitación M1808 del New York Palace. Pagó 1 mil 227.08 dólares: hospedaje, alimentos, consumo del bar y servicio de cine en la habitación. Para la cena, eligió la clásica cocina francesa de La Goulue, donde el excandidato presidencial de Estados Unidos, John McCain, acostumbraba organizar sus fiestas privadas. Suárez Coppel comió queso, mani mani y almejas; bebió Kir (licor francés de grosellas negras y vino blanco), dos cervezas Kronenbourg, Côtes-du-Rhône (vino francés) y Johnnie Walker. Pagó 168.31 dólares.
Al día siguiente optó por “el lujo y la sofisticación” que ofrece la cocina asiática del Tse Yang, donde se sirven “desde los platos más clásicos, como rollitos primavera, pato laqueado y ‘dim sum’, hasta las extravagantes, como cigalas al vapor, rollito de lenguado o “pollo crujiente con frutas exóticas”. Pagó 177 dólares. Almorzó al día siguiente (27 de octubre) en el bar Sushisay, por 111.80 dólares.
Se hospedó la noche del 11 de noviembre en el Four Seasons Hotel, por 302.69 dólares.
Regresó a Nueva York en enero de 2002. El día 19 buscó la comida fusión francesa-tailandesa del Von, el restaurante del Wilton Palace: el rollito de primavera de cangrejo y langosta con hierbas tailandesas, “simples en la presentación, pero extremadamente exóticas en el sabor”, por 107.53 dólares. La noche del 22 de enero cenó en The Oyster Bar de Central Park, por 193.29 dólares.
En Houston, el 6 de marzo, rentó una habitación en el Spa The St Regis por 566.03 dólares: hospedaje y bebidas. En el Lefty Lone Star Grille bebió cócteles bloody mary, cuatro cervezas y una hamburguesa y papas, por 50 dólares. La noche del 28 de julio se hospedó en una suite del Double Tree, por 447.13 dólares.
El 5 de septiembre, en Nueva York, rentó una habitación decorada con sedas asiáticas y mobiliario francés, la número 0708 del Hotel Plaza Athénée, una boutique de superlujo miembro de The Leading Hotels of the World (que agrupa a los 450 mejores hoteles de lujo del mundo, resorts y spa), rodeado por las residencias y tiendas de Prada, Gucci, Oscar de la Renta, Christian Dior y Armani de la avenida Madison, insignia comercial de Nueva York.
Desde una suite con mamparas de vidrio, terraza y balcón al aire libre, por la noche disfrutó de la vista a los rascacielos de Manhattan, con la comodidad de un minibar bien abastecido; por la mañana, el desayuno de 43.79 dólares que sirve el Arabelle, restaurante de techo abovedado color oro, candelabros de bronce y ventanas de cristal de Murano, popular por ser locación de la serie Sex in the City. El Plaza Athénée facturó a Pemex 1 mil 215.37 dólares; más los 153.96 dólares con los que comió un sándwich y papas fritas en La Goulue.
El 11 de septiembre se hospedó en el Four Seasons Hotel de Houston, una torre de 20 pisos donde “el ambiente residencial mezcla una decoración tradicional y contemporánea para reflejar la elegancia cosmopolita y el encanto sureño refinado”. Entre sábanas de seda y pisos y baños de mármol, su estancia costó 532.07 dólares.
Viajar como lord
Viajó a Inglaterra en vuelo premier que costó a la paraestatal 59 mil 883 pesos. Arribó a Londres el 24 de septiembre de 2002. Tomó un taxi limousine, por 75.50 libras esterlinas, que lo trasladó al Mandarin Oriental Hyde Park, un palacio del siglo XIX que desde 1889 operaba como exclusivo club de caballeros y hoy alberga uno de los cuatro hoteles más ostentosos de Inglaterra; “creado con la elegancia del lujo inglés”, en plena avenida Knightsbridge, frente al emblemático Hyde Park, con los ecos de la guardia real asomando por el Palacio de Buckingham, la residencia oficial de la Reina Isabel II.
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