Las entidades federativas que celebrarán elecciones son Estado de México, Coahuila, Nayarit e Hidalgo. En la primera –donde el proceso electoral se ha visto como una escaramuza entre el actual gobernador Enrique Peña Nieto; el “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador, y el presidente Felipe Calderón– se elegirá gobernador.
En Coahuila –donde los Moreira y el gobierno federal han utilizado recursos extraelectorales para ganar la contienda– se elegirá gobernador y se renovará el congreso local: 16 escaños de mayoría relativa y nueve de representación proporcional.
Nayarit –una de las entidades federativas menos pobladas, pero en la que los candidatos de los tres partidos principales rebasaron los topes de gastos de campaña– elegirá, además de gobernador y congreso (18 diputaciones de mayoría relativa y 12 de representación proporcional), 20 nuevas presidencias municipales.
Finalmente, Hidalgo –donde el Partido Revolucionario Institucional consolida su hegemonía en medio de regiones con pobreza extrema– renovará sus 84 presidencias municipales.
Las alarmas deben estar encendidas en Acción Nacional; para el partido del presidente Calderón todo será retroceder, aseguran especialistas.
Estado de México, rumbo a 2012
El próximo 3 de julio más de 10.5 millones de mexiquenses elegirán gobernador; pero, más que eso, darán inicio a la carrera presidencial de 2012. Los candidatos al gobierno del Estado de México de las tres fuerzas políticas –Eruviel Ávila Villegas, Alejandro Encinas Rodríguez y Luis Felipe Bravo Mena– asumen sus papales en el ensayo de la contienda política. Las promesas de campaña siguen enfocadas en lo que hasta ahora parece imposible en todo el país: superar la pobreza, elevar la calidad del sistema educativo e incrementar la seguridad
Antesala de las elecciones de 2012, el proceso que se llevará a cabo el próximo 3 de julio podría definir al partido ganador de la Presidencia de la República. Las tres principales fuerzas: Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Partido Acción Nacional (PAN) tienen en la palestra a los representantes de la carrera presidencial, detrás de los contendientes al gobierno.
Los candidatos Eruviel Ávila Villegas, de la coalición Unidos Por Ti (PRI, Partido Nueva Alianza y Partido Verde Ecologista de México); Alejandro Encinas Rodríguez, de la coalición Unidos Podemos Más (PRD, Partido del Trabajo y Convergencia), y Luis Felipe Bravo Mena, aspirante del PAN, incluyen en sus plataformas políticas promesas de antaño que ningún gobernante ha cumplido: superación de la pobreza, apoyo al campo, a las mujeres, a la educación, fomento del empleo, mayor seguridad, entre otros.
Los partidos van por un electorado de más de 10 millones de personas que podrían emitir su voto, y que representan el 14 por ciento del total de los electores a nivel nacional, según la lista nominal del Instituto Federal Electoral (IFE) y del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).
Y es que la entidad gobernada por el priista Enrique Peña Nieto tiene registrados 10 millones 555 mil 669 votantes ante el IEEM, por lo que ha sido considerado laboratorio político y bastión del tricolor. Se trata de una entidad en que ninguno de los tres partidos “puede darse el lujo de hacer el ridículo”.
El análisis
Rodrigo Labarthé Álvarez, del centro de análisis Contorno: Centro de Perspectiva y Debate, indica en el estudio Panorama político-electoral 2011 que “el actual gobernador del Estado de México es el puntero en las preferencias de la población para suceder a Felipe Calderón en Los Pinos. En función de este hecho, los partidos políticos actúan, al menos desde 2009, con la mira puesta en encontrar la forma de restar popularidad a Peña Nieto y, con ello, evitar que alcance la silla presidencial”.
Labarthé Álvarez comenta que la derrota del Revolucionario Institucional en los comicios del Estado de México beneficiaría “los intereses de muchos actores políticos, incluidos los del mismo PRI que son antagónicos a Peña Nieto. Aparentemente, la dirigencia del PRI ha acordado que van unidos hacia 2012 con Peña Nieto como abanderado, pero una derrota en la elección del Estado de México puede significar la apertura a una disputa por la candidatura presidencial al interior del partido”.
Abstencionismo, posible ganador
Otro de los panoramas que enfrentarán las fuerzas políticas en los siguientes comicios es el del abstencionismo. Según Consulta Mitofsky, durante las últimas elecciones de gobernador, llevadas a cabo en 2006, la participación ciudadana cayó al 43 por ciento del total de electores.
En la entidad más poblada del país se registraron 8 puntos porcentuales menos que en 1999, “por lo que uno de los retos de la ciudadanía y de las instituciones electorales será revertir la tendencia y crecer el porcentaje del padrón que emite su voto”.
La consultora muestra que el abstencionismo casi alcanza al 60 por ciento de la población con capacidad de voto. “En las pasadas elecciones para ayuntamientos, la participación estatal fue del 43.06 por ciento, es decir, votaron 3 millones 881 mil 973 ciudadanos, de los 9 millones 15 mil 253 registrados en la Lista Nominal Electoral del Estado de México”.
Para acaparar la atención de los más de 10 millones de votantes, los aspirantes a gobernador han enfocado sus plataformas políticas en “tres ejes fundamentales”: superación de la pobreza, elevar la calidad de la educación y garantizar la seguridad de los mexiquenses.
Como consecuencia del proselitismo político y el dispendio de regalos, las encuestas revelan que el candidato priista es quien va a la cabeza de las preferencias; seguido del perredista Encinas Rodríguez. En tanto, el candidato albiazul, Luis Felipe Bravo Mena, se mantiene en el tercer sitio desde el inicio de las campañas.
Las plataformas
Para el candidato priista, posible sucesor de su correligionario Enrique Peña Nieto, las vertientes de su campaña están basadas en: “abrir oportunidades” a los jóvenes ampliando la oferta educativa en el estado, apoyar al sector femenino con la dotación de beneficios económicos, apoyo al desarrollo rural sustentable, combate frontal a la pobreza, creación de empleos, disminución y eliminación de impuestos, incrementar la infraestructura en el Estado de México, vida digna para los adultos mayores y seguridad para todos los mexiquenses.
Encinas Rodríguez, apoyado por el excandidato a la Presidencia de la República Andrés Manuel López Obrador, instrumenta la política que ha permitido que su partido gobierne desde hace 14 años el Distrito Federal. Tampoco dista mucho de las promesas del priista, mejorar las opciones de educación pública, impulsar mayor gasto en materia de salud y nutrición, promoción de los derechos humanos; equidad de género y combate a la pobreza.
El candidato panista, Luis Felipe Bravo Mena, inicia sus acciones políticas entre los mexiquenses con el ofrecimiento de “seguridad para todos”, “trabajo bien pagado”, mayor apoyo a los programas de combate a la pobreza, acceso a los programas de salud que promueve el gobierno federal, como el Seguro Popular, transporte y educación para los mexiquenses. Como los otros dos candidatos, promete sin que explique la manera en que alcanzará sus propósitos.
Los perfiles
De acuerdo con los portales oficiales de los candidatos a la gubernatura del Estado de México, los tres aspirantes muestran una carrera política de amplia trayectoria y “liderazgo” en su propio partido.
El priista Eruviel Ávila es el único de los contendientes nacido en el Estado: en el municipio de Ecatepec, el 1 de mayo de 1969. Como miembro del PRI ha sido presidente municipal de Ecatepec de Morelos, en los periodos de 2003 a 2006 y de 2009 a 2012. Además, diputado del Congreso del Estado de México. En su última gestión como alcalde del municipio más poblado de la República incurrió en subejercicios en combate a la pobreza y seguridad (Contralínea 238).
Ávila Villegas es licenciado en derecho por la Universidad Tecnológica de México, maestro y doctor en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Su carrera política inició como secretario del ayuntamiento de Ecatepec de Morelos de 1994 a 1996.
Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez nació en la ciudad de México. Es miembro del Partido de la Revolución Democrática y exjefe de gobierno del Distrito Federal.
En 2008 contendió para presidir su partido, donde salió triunfador su opositor Jesús Ortega. Posteriormente fue electo diputado y coordinador del PRD en la Cámara de Diputados para la LXI Legislatura. Su formación es de economista, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El 26 de julio de 2005 fue dejado en el cargo de jefe del Gobierno del Distrito Federal por Andrés Manuel López Obrador, cuando éste renunció para ser candidato a la Presidencia de la República.
Luis Felipe Bravo Mena nació en León, Guanajuato, el 28 de septiembre de 1952. Abogado por la Universidad de Guanajuato, se ha desempeñado como analista político en el Centro de Estudios Sociales del Consejo Coordinador Empresarial y en la Conferencia Patronal de la República Mexicana. Ha sido señalado de pertenecer, desde su juventud, al movimiento ultraderechista clandestino El Yunque.
Ingresó al Partido Acción Nacional en 1969. Con 42 años de militancia activa fue candidato a presidente municipal de Naucalpan en 1990 y a gobernador del Estado de México en 1993. Ha ocupado diversos cargos al interior de su partido; en 2005, Vicente Fox lo designó embajador ante el Vaticano, y de 2008 a 2011 fue secretario particular de Felipe Calderón Hinojosa.
Fuente: Contralínea 239 / 26 de junio de 2011