domingo, mayo 08, 2011

La enésima muerte teatral de Bin Laden y su geopolítica

Bajo la Lupa
Osama Bin Laden, en un video difundido ayer por el PentágonoFoto Reuters

Alfredo Jalife-Rahme

Antecedentes

Quienes seguimos profesionalmente durante 30 años las hazañas del yemení-saudita Osama Bin Laden, cuando operaba con la CIA su yijad –guerra santa del Islam, en su variante salafista-wahabita, con el apoyo abierto, entonces, de Arabia Saudita y Pakistán, además de la bendición de la OTAN–, nos costaba mucho trabajo mental digerir su exagerada ubicuidad trasnacional desde Afganistán (frontera con China) hasta Kosovo (en los Balcanes), pese a su enfermedad renal terminal que requería nefrodiálisis en los hospitales, ya no se diga, su increíble invisibilidad y su aparatosa voltereta en contra de su aliado primigenio (Estados Unidos).

Durante una generación en Afganistán, Bin Laden operó en los 80 en favor de Estados Unidos y contra del comunismo pagano de los infieles soviéticos, pero en la primera década del siglo XXI, después de consumado su presunto multiatentado matutino a las Torres Gemelas de Nueva York, se volteó presuntamente –según la discutible narrativa de Estados Unidos– contra su anterior aliado.

En contra de la URSS –cuya humillante derrota en Afganistán aceleró tanto su decadencia como su posterior balcanización–, Bin Laden había sido el aliado mayúsculo de Estados Unidos junto al mítico héroe hollywoodense Rambo, quien encabezaba a los guerrilleros sagrados del Islam (mujaidines).

En sus dos guerras en Afganistán, una en favor de Estados Unidos y otra en su contra, Bin Laden gozó del apoyo tácito de Pakistán.

Dejaré de lado los suculentos cuan truculentos negocios mancomunados (y otros impublicables, como la trama de Al Yamamah: el “Operativo Paloma”) de la familia Bin Laden y el nepotismo de los Bush, además de sus traslapes británicos con Tony Blair.

Quedan en el tintero dos extrañas muertes accidentales, del padre de Bin Laden y de uno de sus hermanos (en Texas: feudo de los Bush), así como la fuga tolerada de toda su familia de Estados Unidos en un avión especial, posterior a los multiatentados del 11/9, de los que sigo siendo asépticamente escéptico, a defecto de evidencias (no de videncias ni montajes).

Rescato mi artículo “Osama ‘el bueno’ y Osama ‘el malo’” (Bajo la Lupa, 6/7/02), menos de un año después del 11/9, cuando sus fabulosas huestes de Al Qaeda operaban todavía en favor (¡súper sic!) de Estados Unidos en Kosovo (los Balcanes) y en Chechenia (Transcáucaso), mientras colisionaban (¡súper sic!) con Washington en la segunda guerra del yemení-saudita en Afganistán.

Dejo también de lado el doble (¡súper sic!) cobro estratosférico de los seguros financieros de la demolición controlada, perdón, los atentados terroristas, de las Torres Gemelas y del tercer edificio No. 7 (que se derrumbó desfasadamente por la tarde), que manejó imperturbablemente el sionismo jázaro (Bajo la Lupa, 26/9, 3/10 y 22/12 de 2004).

Sobre el significado geopolítico del 11/9, recomiendo mi libro agotado Los 11 frentes antes y después del 11 de septiembre: una guerra multidimensional (Cadmo & Europa, 2003), descargable gratuitamente en www.alfredojalife.com.

La única constante del enigma Bin Laden era que sus atentados NO beneficiaron en absoluto a los mil 600 millones de feligreses de los 57 países de la Organización de la Conferencia Islámica ni a los 360 millones de los 22 países árabes.

Todo lo contrario: su yijadismo terrorista acaba(ba) siempre por servir de catalizador impío para avanzar la agenda unilateral de Estados Unidos en todo el mundo (que envolvió perversamente hasta a Pemex), que incluyó sus tres guerras fracasadas durante una década: 1) la guerra contra el terrorismo global; 2) la invasión de Afganistán y 3) la invasión de Irak (y sus inventadas armas de destrucción masiva).

Saltaré los obituarios de otras fuentes (The Observer, de Pakistán, y el periódico egipcio Al Wafd, 26/12/01), sobre las múltiples muertes de Bin Laden desde hace 10 años, pero destaco que la primera ministra de Pakistán Benazir Bhutto reveló hace casi cuatro años hasta la identidad de su asesino (entrevista a David Frost, BBC, 2/11/07). Benazir fue asesinada al mes siguiente (27/12/07)…

Hechos

Alguien miente: los sepultureros prematuros de Bin Laden 10 años atrás, o el presidente Obama, quien anunció su asesinato el primero de mayo por sus heroicas fuerzas especiales de marines, pese a algunas fallas técnicas de logística (v.gr. el achicharrado helicóptero furtivo).

La coreografía hollywoodense del presidente Obama deja mucho que desear y, sobre todo, exime el cuerpo del delito, arrojado anti-islámicamente al mar. Ni siquiera existen fotos ni videos irrefutables de su ejecución.

El periódico galo Le Monde (6/5/11) aduce que la administración Obama ha mostrado serias fallas de comunicación, ya no se diga, perturbadoras contradicciones entre sus funcionarios y portavoces.

En la mayor obra teatral de la vida del presidente Obama, que denominamos La enésima muerte de Bin Laden, la coreografía fracasó estrepitosamente, pero no así su muy exitosa escenografía doméstica y geopolítica, que ya está redituando enormes beneficios: desde la mayor probabilidad de su relección, pasando por el retiro decoroso de los 150 mil soldados estadunidenses de Afganistán (que, por lo visto, operan clandestinamente también en Pakistán), hasta la espectacular reconciliación con el Islam y sus mil 600 millones de feligreses, que ostentan un PIB de 5 billones de dólares, es decir, la tercera potencia geoeconómica global detrás de China y antes de Japón.

Conclusión

Dejando de lado las conjeturas sobre sus múltiples muertes físicas, el nefrópata Bin Laden ya había fallecido metafóricamente tres veces antes de la nocturna versión del presidente Obama: 1) fuera del sobredimensionamiento de los mendaces multimedia de Estados Unidos, hace mucho que Al Qaeda estaba más que castrada y marginada, sin operativos de envergadura que vanagloriar; 2) el mismo Pentágono cambió hace más de dos años el nombre caduco de la guerra contra el terrorismo global (acuñado por Baby Bush) por la menos inquietante Operación de Contingencia de Ultramar (The Washington Post, 25/3/09), más acorde con la cosmogonía del presidente Barack Hussein Obama y menos hostil con el Islam (después de sus rimbombantes discursos del 2 y el 4 de abril de 2009, respectivamente en Turquía y Egipto), y 3) las pacifistas revueltas y revoluciones del mundo árabe en favor de la democracia y la justicia y en contra de la cleptocracia y los estados policiaco/carcelarios aniquilaron filosóficamente tanto a Bin Laden como a quien lo suceda en la agónica Al Qaeda.

El aroma extático de la revolución del jazmín del paradigma tunecino es incompatible con el nihilismo del yijadismo salafista-wahabita totalmente rebasado y que en su momento contribuyó determinantemente en el triunfo geoestratégico de Estados Unidos contra la URSS.

La enésima muerte teatral de Bin Laden, esta vez formalmente geopolítica, sucede en otra coyuntura antagónica y antipódicamente geoestratégica que le brinda a Estados Unidos –en caída libre financiera y económica, y sobrextendido militarmente– la coartada idónea para retirarse decorosamente de Afganistán/Pakistán, ya no se diga de Irak.

Hoy el verdadero enemigo público número uno de Estados Unidos es aterradoramente doméstico: su impagable deuda y su descomunal déficit fiscal.

Las mentiras y las incógnitas en la muerte de Bin Laden



Los hombres que ejecutaron a Bin Laden no actuaron por su cuenta: cumplían órdenes del Gobierno de Estados Unidos. Habían sido rigurosamente seleccionados y entrenados para misiones especiales. Se conoce que el Presidente de Estados Unidos puede, incluso, comunicarse con un soldado en combate.

Horas después de realizar la acción en la ciudad paquistaní de Abbottabad, sede de la más prestigiosa academia militar de ese país e importantes unidades de combate, la Casa Blanca ofreció a la opinión mundial una versión cuidadosamente elaborada sobre la muerte del jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden.

Como es lógico, la atención del mundo y la prensa internacional se centraron en el tema, desplazando las demás noticias de la esfera pública.

Las cadenas de televisión norteamericanas divulgaron el discurso esmeradamente elaborado del Presidente, y mostraron imágenes de la reacción pública.

Era obvio que el mundo se percataba de la delicadeza del asunto, ya que Pakistán es un país de 171 millones 841 mil habitantes -[donde Estados Unidos y la OTAN llevan a cabo una devastadora guerra que dura ya diez años]- poseedor de armamento nuclear y tradicional aliado de Estados Unidos.

Sin duda que el país musulmán no puede estar de acuerdo con la sangrienta guerra que Estados Unidos y sus aliados llevan a cabo contra Afganistán, otro país musulmán con el que comparte la complicada y montañosa frontera trazada por el imperio colonial inglés, donde tribus comunes viven a ambos lados de la línea divisoria.

La propia prensa de Estados Unidos comprendió que el Presidente ocultaba casi todo.

Las agencias de noticias occidentales: ANSA, AFP, AP, Reuters y EFE, la prensa escrita e importantes sitios Web expresan interesantes informaciones sobre el hecho.

The New York Times asegura “que los hechos difieren significativamente de la versión oficial presentada el martes por la Casa Blanca y altos funcionarios de inteligencia, según los cuales la muerte de Bin Laden -que finalmente reconocieron no iba armado aunque aseguraron que se ‘resistió’- se había producido en medio de un intenso tiroteo.

“Más según el rotativo neoyorquino, la operación, ‘aunque caótica y sangrienta, fue extremadamente unilateral con una fuerza de más de 20 miembros de los SEAL rápidamente despachando el puñado de hombres que protegía a Bin Laden’.”

“…el ‘Times’ asegura ahora que ‘los únicos disparos efectuados por los que se encontraban en el complejo residencial se produjeron al principio de la operación’.

“Exactamente, tuvieron lugar ‘cuando el mensajero de confianza de Bin Laden, Abu Ahmed al Kuwaiti, abrió fuego desde detrás de la puerta de la casa de huéspedes adyacente a la casa donde Bin Laden se escondía’.

“‘Después de que los SEALs mataron a Kuwaiti y a una mujer en la casa de huéspedes, los estadounidenses no fueron atacados con disparos ni una sola vez más’, sostiene el rotativo en base a dichas fuentes, cuya identidad no revela…”

“El martes, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, había asegurado en una ‘narrativa’ de los acontecimientos de la madrugada del domingo al lunes que el comando estadounidense sufrió un tiroteo ‘a lo largo de la operación’.

“También el director de la CIA, Leon Panetta, había hablado de ‘algunos tiroteos’ mientras los militares de élite estadounidenses iban despejando las plantas de la residencia donde se escondía Bin Laden.”

“De otro lado sin embargo, el diario asegura que aunque Bin Laden no había alzado un arma cuando fue abatido, los comandos que lo localizaron en una de las habitaciones vieron que el líder de Al Qaida tenía una ‘AK-47 y una pistola Makarov al alcance de la mano’.”

Hoy 6 de mayo continúan las noticias.

Desde Washington una de las agencias informa que solo un hombre disparó contra las fuerzas estadounidenses. A continuación narra que “En plena noche del domingo, varios helicópteros con 79 miembros de un comando estadounidense a bordo se acercan a la residencia de Osama Bin Laden en Abbottabad, al norte de Islamabad. Habían partido desde un lugar no especificado y volaban bajo para evitar ser detectados por radar, ya que Pakistán no había sido informado de la redada.

“- Dos helicópteros liberan a más de 20 efectivos Seals de la Marina en el recinto de la residencia, que tiene paredes de cuatro a seis metros de alto cubiertas con alambres de púa. Uno de los helicópteros, un MH-60 Blackhawk, aparentemente modificado para evitar radares, aterriza bruscamente a causa de una falla mecánica y queda fuera de uso, según un primer informe de funcionarios estadounidenses.

- Un grupo de efectivos se dirige hacia un edificio anexo a la residencia principal. El mensajero de Bin Laden lo ve, abre fuego contra los miembros del comando y es abatido junto a su mujer. Este hombre es el único ocupante de la residencia que dispara contra los estadounidenses. Esta afirmación contrasta con un primer informe de Washington en el que se describía una intercambio de disparos en los 40 minutos que duró la operación.

“…otro equipo entra a la casa principal de tres plantas.”

“…se topa con el hermano del mensajero, quien también es abatido, según un funcionario estadounidense que no dio más precisiones. Según la cadena de televisión NBC, el hombre tenía una mano en su espalda cuando el comando entró a la habitación donde se encontraba. Por eso los efectivos creyeron que tenía un arma, aunque no era el caso.

“- Las fuerzas estadounidenses suben las escaleras, y en una de las habitaciones encuentran a un hijo adulto de Bin Laden, Khalid, quien también es abatido…”

“- En el último piso, los efectivos encuentran a Osama Bin Laden y a su esposa en el dormitorio. Su esposa intenta interponerse y es herida en una pierna. Bin Laden no da señales de rendirse y recibe un disparo en la cabeza y, según algunos medios estadounidenses, también en el pecho. Las primeras versiones de la redada indicaron que Bin Laden ‘se resistió’ y que había usado a su mujer como escudo humano, pero esta información fue desmentida más tarde por la Casa Blanca.

“- El presidente Barack Obama, que sigue los acontecimientos desde la Casa Blanca, es informado de que el comando identificó a Bin Laden. Un reporte de la revista Time, basado en una entrevista con el director de la CIA, Leon Panetta, sugiere que Bin Laden fue asesinado menos de 25 minutos después de iniciada la operación.

“- En la habitación de Bin Laden, los Navy Seals encuentran un fusil de asalto soviético AK-47 y una pistola rusa de 9 mm. También hallan otras armas en la residencia, pero no trascienden detalles.

“- Las fuerzas especiales también encuentran dinero y números de teléfono cosidos en la ropa del jefe de Al Qaida…”

“- El comando recoge todo lo que puede servir como fuente de información: bloc de notas, cinco ordenadores, 10 discos duros y un centenar de dispositivos de almacenamiento (CD’s, DVD’s, USB).”

“…trasladan a un lugar seguro a una veintena de mujeres y niños presentes en la residencia y destruyen luego el helicóptero accidentado.

“…38 minutos después del inicio de la operación, los helicópteros parten con el cadáver de Bin Laden.

La AP publica datos de interés político y también humanos:

“Una de las tres esposas que vivían con Osama Bin Laden dijo a sus interrogadores paquistaníes que permaneció durante cinco años en la vivienda donde se escondía el prófugo, y podría ser una importante fuente de

información sobre cómo evitó la captura durante tanto tiempo, dijo el viernes un funcionario del espionaje paquistaní.”

“La esposa de Bin Laden, Amal Ahmed Abdullfattah, nacida en Yemen, dijo que nunca abandonó los pisos altos de la casa en los 5 años que residió en ella.

“Ella y las otras dos esposas de Bin Laden están siendo interrogadas en Pakistán tras ser detenidas en el asalto del lunes perpetrado por comandos navales estadounidenses contra la residencia de Bin Laden en la aldea de Abotabad. Las autoridades paquistaníes tienen detenidos además a ocho o nueve niños encontrados en la vivienda cuando se retiraron los comandos.

“Debido a los relatos cambiantes e incompletos de los funcionarios estadounidenses sobre lo sucedido en el asalto, las declaraciones de las esposas de Bin Laden quizá aporten detalles de la operación.

“Además, sus relatos podrían ayudar a ilustrar cómo pasaba el tiempo Bin Laden y lograba permanecer oculto en una vivienda grande cercana a una academia militar en una ciudad acuartelada, a dos horas y media de coche de la capital, Islamabad.

El funcionario paquistaní dijo que agentes de la CIA no tuvieron acceso a las mujeres detenidas.

La proximidad del escondite de Bin Laden a la guarnición militar y la capital paquistaní levantó sospechas en Washington que el fugitivo fue protegido quizá por las fuerzas de seguridad de Pakistán.

La agencia EFE indaga sobre lo que piensan los habitantes de Pakistán:

“Un 66 por ciento de los paquistaníes no creen que las fuerzas especiales de EEUU mataran al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, sino a otra persona, según un sondeo conjunto del instituto demoscópico británico YouGov y de Polis, de la Universidad de Cambridge.

“El sondeo se llevó a cabo entre usuarios de internet, que suelen tener mayor cultura, de tres grandes ciudades, Karachi, Islamabad y Lahore, con exclusión de grupos demográficos rurales, lo que hace que los resultados sean más sorprendentes, según los investigadores.

“Un 75 por ciento dice desaprobar además la violación de la soberanía paquistaní por EEUU en la operación para capturar y dar muerte a Bin Laden.

“Menos de tres cuartas partes de los encuestados no cree que Bin Laden autorizase los ataques del 9 11 contra Estados Unidos, que justificaron la invasión norteamericana de Afganistán y la lucha contra el terrorismo islamista.

“El 74 por ciento opina que el Gobierno de Washington no respeta el Islam y se considera en guerra con el mundo islámico y un 70 por ciento desaprueba la política paquistaní de aceptar ayuda económica de EEUU.

“El 86 por ciento se opone además a que el Gobierno paquistaní permita en el futuro o critica que haya autorizado antes ataques con aviones no pilotados contra grupos militantes.

Un 61 por ciento de los paquistaníes interrogados dice simpatizar con los talibanes o creer que éstos representan puntos de vista respetables frente a sólo un 21 por ciento que se muestra radicalmente en contra.

La agencia Reuters aporta igualmente interesantes datos:

“Una de las esposas de Osama Bin Laden dijo a sus interrogadores pakistaníes que el líder de Al Qaeda y su familia vivieron durante cinco años en la villa donde fue abatido por comandos estadounidenses esta semana, dijo el viernes un funcionario de seguridad.

“La fuente, que identificó a la mujer como Amal Ahmed Abdulfattah, dijo a Reuters que la más joven de las tres esposas de Bin Laden resultó herida en el operativo.

“Según el funcionario, Abdulfattah dijo a los investigadores pakistaníes que ‘Vivíamos allí desde hacía cinco años’.”

Las fuerzas de seguridad pakistaníes detuvieron a entre 15 y 16 personas que vivían en el complejo, después que los comandos estadounidenses se llevaron el cuerpo de Bin Laden, dijo el funcionario. Entre los detenidos se encuentran las tres esposas de Bin Laden y varios niños.

Un avión yanki sin piloto mató hoy no menos de 15 personas en Waziristán, al norte de Pakistán, según la agencia ANSA. Otras sufrieron heridas graves. Pero, ¿quién se va a ocupar de esos asesinatos diarios en aquel país?

Me hago sin embargo una pregunta. ¿Por qué tanta coincidencia entre el asesinato realizado en Abbottabad y el intento de asesinar simultáneamente a Gaddafi?

Uno de sus hijos más jóvenes, que no se mezclaba en los asuntos políticos, Saif al Arab, estaba reunido en la casa donde residía con un hijo pequeño y dos primos menores; Gaddafi y su esposa lo habían visitado hasta poco antes del ataque de los bombarderos de la OTAN. La casa fue destruida; murieron Saif al Arab y los tres niños; Gaddafi y la esposa se habían retirado poco antes. Era un hecho sin precedentes. Pero el mundo apenas se ha enterado.

¿Fue acaso una simple casualidad la coincidencia de ese hecho y el ataque contra el refugio de Osama Bin Laden, que el Gobierno de Estados Unidos conocía perfectamente y lo vigilaba con todos los detalles?

Un despacho de hoy, procedente de Ciudad del Vaticano informaba:

“Mayo 6 (ANSA)- Giovanni Innocenzo Martinelli, el vicario apostólico de Tripoli, dijo hoy a la agencia vaticana Fides que no tiene intención de ‘interferir con la actividad política de nadie’, pero afronta el deber de advertir que los bombardeos a Libia ‘son inmorales’.

“‘Me sorprende que se hayan hecho declaraciones sobre el hecho de que debería ocuparme solo de cuestiones espirituales, y que los bombardeos fueron autorizados por la ONU. Pero esto no significa que la ONU, la OTAN o la Unión Europea tengan la autoridad moral para decidir bombardeos’, agregó.

“‘Quisiera subrayar -agregó- que bombardear no es un acto dictado por la conciencia civil y moral de Occidente, o más en general de la humanidad. Bombardear es siempre un acto inmoral’.”

Otro cable de la agencia ANSA informa sobre la posición de China y Rusia.

“Moscú, Mayo 6 -Los gobiernos de China y Rusia se declararon hoy ‘extremadamente preocupados’ por la guerra en Libia y dijeron que actuarán en conjunto para reclamar un cese del fuego.”

“‘Nuestra convicción es que el objetivo más importante es obtener el cese del fuego inmediato’, declaró Jechi Yang, canciller chino”.

Están ocurriendo hechos verdaderamente preocupantes

Mayo 6 de 2011

8 y 17 p.m.

EU: la estrategia de la mentira

BRUSELAS, 6 de mayo (apro).- Osama Ben Laden y Al Qaeda no estaban detrás del régimen de Sadam Hussein, pero aun así Estados Unidos intervino militarmente en Irak basado en informaciones falsas que le proporcionó el Grupo Rendon, la empresa privada que, paradójicamente, contrató para influir en la opinión pública estadunidense a favor de esa guerra y la de Afganistán.

Así lo señala un análisis del think tank belga Grupo de Investigación y de Información sobre la Paz y la Seguridad (GRIP, por sus siglas en francés), titulado La privatización de la propaganda estadunidense, publicado en abril pasado.

Su autor, Arnaud Simonis, expone que durante años Estados Unidos pagó al Grupo Rendon para que diseminara propaganda tendiente a convencer a los estadunidenses de que las guerras en Afganistán e Irak tenían como propósito luchar contra las redes terroristas de Al Qaeda, autor de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El Grupo Rendon, explica el reporte, es una consultoría en estrategia de la comunicación fundada en 1981 por John y Richard Rendon. El primero de ellos es un antiguo consejero de comunicación de la Casa Blanca y del Departamento de Defensa, que se presenta de la siguiente manera:

"No soy un estratega de seguridad ni un táctico militar. Soy un político y una persona que usa la comunicación para conseguir objetivos de políticas públicas o corporativas. De hecho, soy un guerrero de la información y administrador de la percepción".

En 2007, la Inspección General del Departamento de Estado llevó a cabo una investigación para intentar establecer los vínculos de la institución con el Grupo Rendon entre 2000 y 2005. El propósito fue saber si el grupo privado había influenciado a la opinión pública estadunidense para que ésta favoreciera la intervención militar en Irak.

Ese tipo de actividad la prohíbe la ley Smith-Mundt.

La investigación concluyó en que "no hay evidencia de que el Departamento de Defensa contrató al Grupo Rendon para deliberadamente crear condiciones que convencieran al pueblo y al Congreso estadunidenses de que Irak era una inminente amenaza".

En los años investigados, el Grupo Rendon concluyó 46 contratos con el Departamento de Defensa por un monto de casi 100 millones de dólares, sin tomar en cuenta otros contratos de menos de 25 mil dólares.

En 2005, John Rendon explicó así la pérdida de apoyo de los estadunidenses a la ocupación de Irak: "Perdimos el control del contexto (...) Tenemos que resolver eso para la próxima guerra".

Información falsa

El reporte recuerda que Richard Clarke, quien fuera el jefe de la unidad contraterrorista del Consejo Nacional de Seguridad durante el gobierno del presidente Bush, ha declarado que, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Bush se focalizó en encontrar la manera de justificar un ataque contra Irak y no en la destrucción de Al Qaeda, por lo que su principal objetivo fue hallar una correlación entre los ataques terroristas y Sadam Hussein.

De acuerdo con documentos desclasificados el 21 de mayo de 2009 por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, luego de su arresto, Hussein fue interrogado el 28 de junio de 2004 por hombres del FBI (Buró Federal de Investigación, por sus siglas en inglés) sobre su relación con Al Qaeda.

Ahí, Hussein contestó que creía en Dios pero que no era un fanático, que defendía la separación entre la religión y el Estado, y que si él hubiera querido cooperar con un enemigo de Estados Unidos jamás se hubiera acercado a Ben Laden, sino a China o Corea del Norte.

El reporte recuerda que el gobierno estadunidense no pudo aportar una prueba tangible de la conexión entre los atentados y Hussein, así que inventó el conocido argumento de que él disponía de armas de destrucción masiva y por eso había necesidad de una rápida intervención militar en Irak.

Convencer a la opinión pública nacional e internacional fue el siguiente paso...

El Grupo Rendon proporcionó tales servicios de gestión mediática. Según un documento del 6 de marzo de 2007 emitido por la Inspección General del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el Grupo Rendon "envió un equipo a Irak para vigilar y evaluar la eficacia de la dirección de comunicación estratégica de las fuerzas multinacionales".

Ese mismo equipo, detallaba el documento, vigilaba los medios de comunicación de modo muy selectivo y presentaba recomendaciones para mejorar los programas de comunicación estratégica, como fue que los funcionarios y militares no efectuaran entrevistas en vivo, sólo grabadas previamente.

"El Grupo Rendon --continúa-- declaró que las entrevistas grabadas permitían ahorrar esfuerzos porque los enlaces en directo hacían perder tiempo operacional. El Grupo Rendon no dirigía las entrevistas, lo hacía el Departamento de la Defensa".

En 2003, el exagente de la CIA y experto en Medio Oriente, Robert Baer, señaló que el personal del Grupo Rendon "está en la guerra. Cada vez que hablas con alguien del gobierno y hay conferencias telefónicas sobre la guerra en Irak, me dicen que Rendon participa en esas conferencias que involucran a todas las agencias gubernamentales implicadas en la guerra".

El reporte del GRIP describe al Congreso Nacional Iraquí (CNI), formado por opositores a Hussein, "una pura creación de los servicios de inteligencia estadunidenses y del Grupo Rendon".

Señala que, entre 1992 y 1996, la CIA financió al CNI con 12 millones de dólares, mientras que la misión del Grupo Rendon fue ayudar al entonces presidente de ese organismo anti-Hussein, Ahmed Chalabi, a adquirir la imagen de un posible candidato a la presidencia de su país.

En ese mismo momento, el CNI abastecía de informaciones al Grupo de Evaluación Contraterrorista --dirigido por el subsecretario de Defensa de la época, Douglas J. Feith-- y a la Oficina de Planes Especiales --creada por el secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz--.

La primera instancia tenía el objetivo de analizar los reportes de la inteligencia con el fin de descubrir vínculos entre los grupos terroristas y países como Irak, en tanto que la segunda tenía el cometido de preparar los planes de invasión de Irak y justificar tal acción.

La CIA y el Departamento de Estado estadunidense dudaban de la integridad de Chalabi --quien a la postre fue reemplazado en el puesto por su rival Ayad Allaoui--, además de que en la realidad no consideraban fiables las informaciones del CNI, que aseguraban tener conocimiento de que Hussein poseía armas de destrucción masiva.

El reporte, retomando las declaraciones realizadas en 2004 de un alto exfuncionario de la CIA, Vincent Cannistraro, afirma que el CNI enviaba "pura propaganda destinada sólo a responder a las necesidades del Departamento de Defensa", pero que tal información "aparecía luego en los discursos del presidente y del vicepresidente".

Refiere que una investigación del Departamento de Defensa sobre ese tema concluyó que "información falsa del CNI y fuentes afiliadas fue usada en evaluaciones clave de inteligencia sobre Irak y fue ampliamente distribuida como productos de inteligencia antes de la guerra".

Esa información prefabricada de los programas iraquíes de armas biológicas y nucleares fue utilizada para elaborar el Reporte Nacional de Inteligencia de octubre de 2002 y las evaluaciones de la CIA sobre Irak en los años 2002 y 2003, donde se alegan vínculos de Hussein con Al Qaeda, y sirvieron para el discurso del secretario de Estado, Colin Powell, en febrero de 2003, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).

El Grupo Rendon, subraya el GRIP, participó en la difusión de materiales trucados del CNI, como lo ilustra el llamado caso Al-Haideri.

Testigo prefabricado

El 17 de diciembre de 2001, agentes de la CIA interrogaron al ciudadano iraquí Adnan Ihsan Saeed al-Haideri. Narró una historia insólita: que él mismo había ayudado a Sadam Hussein a enterrar armas biológicas, químicas y nucleares debajo de casas, en escondites subterráneos, e incluso bajo el hospital Sadam Hussein en Bagdad.

Los expertos de la CIA verificaron los dichos y concluyeron que eran falsos.

Ese episodio lo retoma el reporte de una investigación realizado por James Bamford que fue publicada en 2005 en la conocida revista estadunidense Rolling Stone. Bamford estima en su artículo que la propia CIA montó esa mentira.

En cualquier caso, Bamford reveló que el Pentágono había pagado a John Rendon para que se ocupara del marketing y de la manera de presentar a al-Haideri y su testimonio. Dos meses antes del caso, el Grupo Rendon había firmado el 3 de octubre de 2001 un contrato de 16 millones 789 mil dólares con el Departamento de Defensa para coordinar en Irak la propaganda de guerra, como lo comprobó en 2007 un documento del propio Pentágono.

Resulta que el CNI convocó a dos periodistas para divulgar públicamente las confesiones de al-Haideri. Después se supo que uno de esos periodistas, Paul Moran, quien falleció en un atentado suicida en Irak en marzo de 2003, trabajaba para una empresa privada estadunidense de relaciones públicas que había contratado la CIA con el fin de diseminar propaganda anti-Hussein.

La madre de Moran aportó un dato revelador: que su hijo trabajaba para la oficina del Grupo Rendon en Londres.

En 2004 al-Haideri fue nuevamente interrogado por la CIA para que les dijera dónde se hallaban enterradas las supuestas armas de Hussein, lo cual no pudo hacer, por lo que existe la hipótesis de que el Grupo Rendon fabricó ese testigo con el único objetivo de promover la guerra en Irak.

El Grupo Rendon envió una carta al editor de Rolling Stone, publicada el 18 de noviembre de 2005, para criticar la investigación de Bamford. Sin embargo, señala el GRIP, el corporativo no demostró que no hubiera tenido ninguna participación en la creación del testigo y tampoco negó que hubiera servido de intermediario en la transferencia de dinero de la CIA al CNI.

Eso no es todo: la célebre escena del derribo de la estatua de Sadam Hussein, tras la toma de Bagdad por parte de las tropas estadunidenses, también habría sido coordinada por empleados del Grupo Rendon.

El 9 de abril de 2003, la estatua fue cubierta primero por una bandera estadunidense y luego de una iraquí, fue tirada al suelo por un vehículo del ejército invasor ayudado por una "muchedumbre" de iraquíes, imagen que fue repetida infinidad de veces por las televisoras del mundo entero.

En realidad, menciona el reporte, la escena fue planificada y el número de iraquíes presentes fue limitado, pero gracias a tomas de video de gran plano se obtuvo la impresión de que había una multitud, además de que dicha estatua se localiza justo frente al hotel donde se reunían los corresponsales internacionales.

Prensa vigilada

Luego de la caída del régimen Talibán en Afganistán, el Grupo Rendon fue contratado por el Departamento de Defensa para trabajar con el gobierno del presidente Hamid Karzai.

Como lo haría posteriormente en Irak, los hombres de la firma estadunidense participaban todas las mañanas en una conferencia telefónica con oficiales del Pentágono, como parte de un acuerdo con la White House Coalition Information Center, cuya función era asesorar al presidente en materia de comunicación relativa a la guerra contra el terrorismo.

En esas reuniones, señala el reporte del GRIP, se decidían igualmente los temas que serían tratados durante las ruedas de prensa.

Entre agosto de 2004 y septiembre de 2005, la compañía desarrolló también servicios de comunicación en materia de lucha contra el tráfico de drogas, una de las principales fuentes de financiamiento de los grupos terroristas de la región.

En términos exactos, fue responsable de despegar "un programa integral de comunicación pública anti-narcóticos, entrenamiento y cursos educativos".

También capacitó directamente a los colaboradores cercanos de Karzai para relacionarse y controlar mejor a la prensa y mejorar los mensajes transmitidos a la población, por lo que el Pentágono le pagó casi 4 millones de dólares y el gobierno afgano un millón 400 mil dólares.

De acuerdo con una nota del diario Chicago Tribune del 13 de diciembre de 2005, Karzai y el embajador de Estados Unidos en Afganistán no estaban satisfechos con el programa. El presidente afgano decidió acabar con el contrato, pero el Departamento de Defensa optó de manera unilateral prolongarlo por tres años más.

Desde entonces, la relación de la firma estadunidense con el gobierno afgano no fue tersa.

No obstante, el Grupo Rendon fue contratado en 2009 para elaborar una clasificación de los periodistas en función del contenido de sus artículos: a favor de la guerra, contra ella o neutros, reveló el 31 de agosto de ese año el rotativo USA Today.

El Ejército dijo que los artículos eran los que se clasificaban y no los periodistas, pero terminó inesperadamente el contrato con Rendon.

Lavado con complicidad internacional

Durante años el banco estadunidense Wachovia, hoy parte del gigante financiero Wells Fargo, lavó alrededor de 400 mil millones de dólares de los cárteles mexicanos de la droga. En febrero de 2005 el agente británico Martin Woods descubrió la trama e inició una investigación que llegó incluso a la Procuraduría General de Estados Unidos. Se reveló entonces que los directivos de la institución de crédito actuaron conscientes de los riesgos de hacer negocios con casas de cambio mexicanas. Con autorización del semanario inglés The Observer, Proceso reproduce las partes sustantivas de la información sobre el gigantesco ilícito internacional.
El banco de Wachovia.

Ed Vulliamy

MÉXICO, DF., 6 de mayo (Proceso).- El 10 de abril de 2006, al anochecer, un jet DC-9 aterrizó en Ciudad del Carmen, una localidad portuaria del Golfo de México. Los soldados mexicanos que lo esperaban para interceptarlo encontraron 128 valijas cargadas con 5.7 toneladas de cocaína, con un valor estimado de 100 millones de dólares. Pero algo más –mucho más importante y de mayor alcance– fue descubierto al rastrear el papeleo para la adquisición de la aeronave por parte del cártel de Sinaloa.

Durante una investigación de 22 meses realizada por la agencia antidrogas (DEA), el Servicio de Recaudación de Impuestos y otras dependencias gubernamentales de Estados Unidos, afloró que los traficantes de cocaína habían comprado el avión con dinero lavado a través de uno de los mayores bancos estadunidenses: Wachovia, ahora integrante del gigante Wells Fargo (WFC).

Las autoridades descubrieron miles de millones de dólares depositados en cuentas de Wachovia a través de transferencias bancarias, cheques de viajero y montos en efectivo tramitados por casas de cambio mexicanas.

De inmediato Wachovia fue puesto bajo investigación por no cumplir con un programa eficaz de control de lavado de dinero. Pero lo más significativo era que el periodo de referencia de los movimientos se había iniciado en 2004, coincidiendo con la primera escalada de violencia a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México que luego detonaría las actuales guerras del narcotráfico.

Cargos criminales fueron levantados contra Wachovia pero no contra algún individuo en particular; de cualquier modo el caso nunca llegó a la corte. En marzo de 2010, a través de la Corte de Distrito de Miami, Wachovia hizo el mayor acuerdo realizado bajo la Ley de Secrecía Bancaria de Estados Unidos.

Ahora que expiró el año de “aplazamiento” del juicio, el banco está expuesto al escrutinio público. Pagó a las autoridades federales 110 millones de dólares por permitir transacciones que posteriormente se demostraron relacionadas con el tráfico de drogas, y recibió una multa de 50 millones de dólares por no monitorear el efectivo que se usó para transportar 22 toneladas de cocaína.

Pero más escandaloso y más importante todavía es que Wachovia haya sido sancionado por no aplicar las disposiciones correctas contra el lavado de dinero a la transferencia de 378.4 mil millones de dólares –suma equivalente a un tercio del Producto Interno Bruto de México– a las cuentas de las llamadas casas de cambio (CDC) en México con las que el banco realizaba negocios.

“El flagrante desprecio de Wachovia hacia nuestras leyes bancarias le dio a los cárteles internacionales de la cocaína una virtual carta blanca para financiar sus operaciones”, dijo Jeffrey Sloman, el fiscal federal. No obstante la multa total significó menos de 2% de los 12.3 mil millones de dólares en ganancias que el banco obtuvo en 2009. El 24 de marzo de 2010 las acciones de Wells Fargo se cotizaron en 30.86 dólares, 1% más que durante la semana en que se saldó la demanda en la corte.

La conclusión del caso es sólo la punta de un iceberg que muestra el papel del sector bancario “legal” en el lavado de cientos de miles de millones de dólares –el dinero sucio del tráfico asesino de drogas en México y otras partes del mundo– a través de sus operaciones globales, y cuya fianza han tenido que pagar los contribuyentes.

Durante el pico de la crisis bancaria de 2008, Antonio María Costa, entonces jefe de la oficina para las drogas y el crimen de las Naciones Unidas, dijo que tenía evidencia para sugerir que el dinero proveniente de esas actividades ilícitas era “el único capital de inversión líquido” disponible para los bancos a punto del colapso. “Los créditos interbancarios fueron financiados con dinero derivado del tráfico de drogas”, dijo. “Hay indicios de que algunos bancos fueron rescatados de esa forma”.

Durante el crack de 2008 Wachovia fue adquirido por Wells Fargo, justamente en el momento en que este último se hizo beneficiario de unos 25 mil millones de dólares en dinero de los contribuyentes (…)

Instinto de policía

Durante la investigación del caso mexicano de Wachovia, The Observer obtuvo documentos previamente proporcionados a reguladores financieros. De éstos se desprende que la alarma (sobre posible lavado de dinero) que fue ignorada provino, entre otras partes, de Londres, como resultado de la diligencia de uno de los denunciantes internos más importantes de nuestra época. Un hombre que, en una serie de entrevistas con The Observer, agrega detalles a los documentos, desnudando la historia de cómo Wachovia estuvo en el centro de una de la operaciones de lavado de dinero más grandes del mundo.

Martin Woods, un cuarentón oriundo de Liverpool, ingresó en febrero de 2005 a la oficina londinense del Wachovia Bank como oficial de alto rango para el combate del lavado de dinero. Previamente había prestado sus servicios en la brigada antidrogas de la Policía Metropolitana. Como detective también participó en el equipo de investigación de lavado de dinero de la Brigada Nacional Anticrimen, donde trabajó en el lado británico del escándalo de lavado de dinero del Banco de Nueva York, a finales de los noventa.

Woods habla como un oficial de policía, en el mejor sentido del término: puntilloso, exacto, con un humor lleno de picardía, pero moral hasta el tuétano (…) Tenía el ojo y el instinto de un oficial de policía, no los de un banquero. Y esto influía no sólo en sus métodos, sino en su mentalidad (…)

Cuando Woods hizo una revisión de Wachovia, lo primero que notó fue una deficiente información sobre sus clientes (…) Hacia agosto de 2006 Woods había identificado una serie de transacciones sospechosas relacionadas con clientes de casas de cambio en México. Estas incluían, sobre todo, depósitos de cheques de viajero en euros. Tenían números secuenciados y los depósitos eran por montos muy superiores a los que cualquier viajero inocente podría necesitar; la información que proporcionaban sobre los clientes era inadecuada o nula y las firmas resultaban dudosas para un ojo entrenado.

“Era un trabajo elemental”, afirma. “No respondían a las preguntas obvias: ‘¿La transacción es real o parece artificial? ¿Cubre el cheque de viajero todos los protocolos? ¿Está todo lo que debe ahí y, si no, por qué?’”

Woods discutió el asunto con la jefatura global de Wachovia para lavado de dinero en sistemas bancarios correspondientes, que opinó que los cheques podían significar evasión de impuestos. Luego emprendió lo que los bancos llaman una “retrospectiva” de transacciones previas y consideró que había elementos suficientes para presentar una serie de reportes de actividades sospechosas (RAS) a las autoridades del banco en el Reino Unido y a sus superiores en Charlotte, instando al bloqueo de las firmas mencionadas y de grandes series de cheques de viajero con números secuenciados procedentes de México.

En 2006 elaboró una considerable cantidad de RAS de los cuales 50 se referían a casas de cambio mexicanas. Para su sorpresa, la oficina de Wachovia en Miami, el centro de los negocios con América Latina, fue todo menos un apoyo; más bien, sintió él, fue todo lo contrario.

Sin embargo, como salió a relucir más tarde, Woods estaba sobre la pista correcta. Los negocios de Wachovia en México eran sometidos por las agencias federales de seguridad de Estados Unidos a un escrutinio cada vez más estrecho. Wachovia recibió una serie de citatorios para que informara sobre sus operaciones en México. Posteriormente Woods fue informado de que Wachovia había recibido de 6 mil a 7 mil citatorios. “Éste es un número absurdo”, opina, “¿entonces hasta qué punto se necesita llegar para que alguien del más alto nivel se percate de que algo anda mal, pero muy mal?”.

La punta del “iceberg”

En abril y mayo de 2007, como resultado del creciente interés y la creciente presión de la procuraduría federal estadunidense, Wachovia empezó a cancelar su relación con algunas de las casas de cambio. Pero en lugar de emprender una investigación interna sobre las alertas enviadas por Woods en relación con México, éste alega que Wachovia puso a su propio experto en lavado de dinero en la congeladora. Los registros muestran que durante 2007 Woods “continuó presentando RAS relacionados con las casas de cambio”.

De pronto, en julio de 2007 las 10 restantes casas de cambio mexicanas clientes de Wachovia que operaban a través de Londres, dejaron de hacerlo. Más adelante ese mismo año, cuando la investigación sobre Wachovia trascendió a los medios financieros de Estados Unidos, el banco decidió dar por terminadas todas sus relaciones con las casas de cambio mexicanas a escala global.

En ese momento Woods sintió que su situación personal dentro del banco era insostenible; mientras, por un lado, el banco actuaba para protegerse de las investigaciones federales sobre sus deficiencias, por el otro, se volteaba contra el hombre que había estado entre los primeros en detectarlas.

El 16 de julio la jefatura de regulación interna del banco dijo a Woods que su último RAS no debía haber sido presentado, que él no tenía atribuciones legales para investigar un caso del otro lado del Atlántico y que tampoco tenía derecho a tener acceso a los documentos conservados fuera de Gran Bretaña, aun si eran detentados por Wachovia.

La vida de Woods entró en caída libre. Fue a dar al hospital con una hernia discal, se reportó enfermo y el banco le dijo que no lo había hecho de manera correcta, tal como lo estipulaba el manual de empleados. Estuvo ausente durante tres semanas y regresó al trabajo en agosto de 2007 para encontrarse con una carta del director ejecutivo de regulación interna del banco, que era implacable en su tono y expresiones amenazantes (…) Woods, al borde del colapso, fue puesto bajo licencia por enfermedad por su médico; después se le dio un tratamiento psiquiátrico, se le incorporó a un curso de manejo de stress y se le medicó.

A finales de 2007 Woods (…) buscó a un representante de la DEA y le contó sobre las casas de cambio, los reportes de actividades sospechosas y la reacción de sus empleadores. Después de eso, la Reserva Federal y funcionarios de la oficina de control de divisas en Washington “pasaron un buen rato examinando los RAS” que Woods había enviado a Charlotte desde Londres. “Un tiempo después volvieron a entrar en contacto conmigo y empezamos a juntar las piezas del rompecabezas”, rememora Woods.

Lo que encontraron –como dijo Costa– fue sólo la punta del iceberg de lo que estaba pasando con el dinero de la droga dentro de la industria bancaria; pero por lo menos era visible y tenía un nombre: Wachovia.

En junio de 2005 la DEA, la división criminal del Servicio de Recaudación de Impuestos y la oficina de la procuraduría federal en el sur de Florida empezaron a investigar las transferencias bancarias de México a Estados Unidos. Estas remitieron a cuentas de banco sostenidas por casas de cambio en Wachovia. Las cuentas de las CDC eran supervisadas y manejadas por una unidad de negocios del banco en sus oficinas de Miami.

“A través de las CDC”, señalaba el documento de la corte, “las personas en México pueden utilizar divisas duras (…) y transferir el valor de éstas a cuentas de banco estadunidenses para adquirir bienes en Estados Unidos u otros países”. La naturaleza del negocio de las CDC da a quienes lavan dinero la oportunidad de mover los dólares del comercio de drogas que están en México a las casas de cambio y, en última instancia, al sistema bancario de Estados Unidos.

“En numerosas ocasiones”, dicen los papeles de la Corte, “diversas cantidades de dinero fueron depositadas en las CDC directamente por organizaciones del narcotráfico. Luego, utilizando identidades falsas, las CDC transfirieron el dinero a través de sus correspondientes cuentas bancarias en Wachovia para adquirir aviones para los narcotraficantes”.

El acuerdo alcanzado en la Corte en 2010 detallaría que “cerca de 13 millones de dólares pasaron por las correspondientes cuentas bancarias de Wachovia para la adquisición de aeronaves que serían utilizadas en el tráfico ilegal de drogas. En estas aeronaves se confiscaron más de 20 mil kilogramos de cocaína” (…)

Perdón judicial

“Desde 2004”, se lee en el acuerdo de la Corte, “Wachovia entendía el riesgo que conllevaba hacer negocios con las CDC mexicanas (…) Desde julio de 2005 Wachovia sabía que otros grandes bancos de Estados Unidos se estaban retirando del negocio con las CDC, motivados por las preocupaciones relacionadas con el lavado de dinero… a pesar de estas advertencias Wachovia permaneció en el negocio”.

Los documentos muestran a Wachovia proporcionando tres tipos de servicios a las casas de cambio en México: transferencias bancarias, un “servicio para grandes cantidades en efectivo” y un “servicio de depósito en caja” para instrumentos emitidos por bancos estadunidenses, por ejemplo cheques comunes o cheques de viajero”, tal como lo detectó Woods.

“En el periodo que comprende del 1 de mayo de 2004 al 31 de mayo de 2007, Wachovia procesó por lo menos 373.6 mil millones de dólares en CDC y 4.7 mil millones en grandes cantidades de efectivo”, un total de 378.3 mil millones de dólares, cantidad que empequeñece los presupuestos que debaten las autoridades locales de Estados Unidos y el Reino Unido para proporcionar servicios públicos a sus ciudadanos.

El documento de la corte ofrece una fascinante oportunidad de observar cómo funciona por dentro el lavado de dinero proveniente de la droga. Detalla cómo los investigadores “encontraron fácilmente evidencias identificables de focos rojos correspondientes a un lavado de dinero en gran escala”. Había “transferencias bancarias estructuradas” por lo que “era común encontrar en las cuentas de las CDC transferencias en números redondos hechas el mismo día o en una sucesión de días cercanos, por los mismos remitentes y (…) a las mismas cuentas”.

A lo largo de 10 días, 10 transferencias hechas por cuatro individuos “pasaron por Wachovia para ser depositadas en la cuenta de un agente de aeronaves. Todas estas transferencias estaban en números redondos. Ninguno de los individuos que hicieron la transferencia tenía relación alguna con la aeronave o con la entidad que presuntamente era su propietaria. La investigación reveló posteriormente que todas las identidades de los individuos que enviaron el dinero eran falsas y que la empresa era una entidad encubierta. Ese avión posteriormente fue confiscado con aproximadamente 2 mil kilos de cocaína a bordo”.

Muchos de los cheques de viajero numéricamente secuenciales, del tipo que identificó Woods, mostraban “marcas inusuales” o “carecían de una firma legible”. Por otra parte, “muchas de las CDC que utilizaron el servicio para grandes montos en efectivo de Wachovia enviaron cantidades superiores a lo que el mismo banco hubiera esperado; más específicamente, muchas de las CDC excedieron su actividad mensual en por lo menos 50%”.

Según reseña el documento, “las violaciones encontradas fueron serias y sistemáticas, y permitieron a ciertos clientes lavar millones de dólares procedentes de la venta de drogas ilegales a través de las cuentas de Wachovia, durante un periodo prolongado. La investigación identificó que por lo menos 110 millones de dólares provenientes del narcotráfico fueron canalizados a través de las cuentas que las CDC tenían en Wachovia”.

El acuerdo termina con la discusión sobre “la considerable cooperación y las acciones de remedio” de Wachovia desde que se inició el proceso, luego de que el banco fue comprado por Wells Fargo. “En consideración a las acciones de remedio emprendidas por Wachovia”, concluye el fiscal, “Estados Unidos recomienda a la corte que (...) sobre la base de la información recogida, el juicio de Wachovia (...) sea aplazado 12 meses”.

Lo que se llama “aplazamiento del juicio” en el documento de Miami es una forma de libertad condicional a través de la cual, si el banco acata la ley durante un año, los cargos son abandonados. Por lo tanto, este marzo el banco ya no estaba bajo sospecha.

Woods destaca que estas sumas millonarias “son el producto de los asesinatos y la miseria en México, y de las drogas que se venden alrededor del todo el mundo”. Según él, toda la gente encargada de aplicar la ley quería que el caso llegara a tribunales, pero nadie va a la cárcel. “¿En qué contribuye el acuerdo para combatir a los cárteles? En nada. No facilita las tareas de seguridad y alienta a los cárteles o a cualquiera que quiera hacer dinero a lavar sus dólares sucios. ¿Dónde está el riesgo? No hay ninguno”.

Y concluye: “¿Es del interés del pueblo estadunidense alentar tanto a los cárteles como a los bancos de esta forma? ¿Es del interés del pueblo mexicano? En realidad es sencillo: si no ves una correlación entre el lavado de dinero por parte de los bancos y las 30 mil personas asesinadas en México no estás entendiendo nada”. (Traducción: Lucía Luna)

"La falsa guerra contra el narco"

Sinopsis:
Video de la presentación del periodista y analista Carlos Fazio donde expone las razones de fondo que tiene el gobierno para militarizar el pais; denuncia la militarización de México con el fin de controlar a la sociedad y apagar los movimientos sociales.

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"Verdaderamente Durazo", documental que retrata la corrupción en México


MÉXICO, D.F., 6 de mayo (apro).- Mauricio Katz se propuso en el documental Verdaderamente Durazo presentarle a las nuevas generaciones la vida del exjefe de la policía capitalina de los años ochenta, Arturo Durazo Moreno, conocido como El Negro Durazo, y las circunstancias que permitieron la descomunal escalada de la corrupción en el país de esa época, en la cual alcanzó gran notoriedad cuando se revelaron algunas de sus millonarias propiedades.
Según el realizador, el resultado analítico con este filme (que se proyectará en Once TV el 8 de mayo a las 23:30 horas) es que “es una mirada al pasado que concede una explicación posible a la situación política actual de un país ingobernable”.
Katz (Distrito Federal, 1976) cuenta que Verdaderamente Durazo lo ideó hace más tres años cuando vio la película Lo negro del Negro/Poder que corrompe (1984), de Benjamín Escamilla y Ángel Rodríguez, y se acordaba de cuando era niño de haber escuchado sobre ese personaje:
“Era esta figura mítica de la cual ya nadie hablaba mucho, entonces, me puse a investigar porque pensé que sería bueno hacer algo de ficción con el tema, pero después se convirtió en documental debido a la riqueza del material gráfico que había de Durazo para ilustrar toda la historia. Había comics, películas donde se le entrevista, caricatura política, en fin, y me fui adentrando más sobre este personaje leyendo en la hemeroteca. De lo que empezó como un proyecto de morbo del personaje, se convirtió en algo que pensé que era bastante pertinente explorarlo.”
Considera que la película tiene un tono juguetón, absurdo y burlón, pero las imágenes, los datos y la historia que se cuenta “son muy fuertes”, no obstante quiso que el tratamiento fuera “divertido y dinámico”.
--¿Por qué creó un tono absurdo?
--Porqué me parece muy absurdo el personaje y el contexto en el que éste floreció, pero también para hacerlo más accesible a la gente que no conoció a Durazo, y no debía ser un documental más. Creo que la ficción podría banalizar un poco al personaje. El impacto más fuerte de este filme es escuchar a Durazo hablar en las películas que encontré donde aparece él.
Durazo Moreno nació en Cumpas, Sonora, en 1924, y falleció en Acapulco, Guerrero, en 2000. Se desempeñó como titular del Departamento de Policía y Tránsito de la Ciudad de México durante el gobierno del presidente José López Portillo. En la cinta se recuerda que se le atribuyeron un gran número de asesinatos, de los cuales nunca rindió cuentas a ninguna autoridad política ni moral. Además, se muestra que la impunidad fue uno de los rasgos más notables en su vida y cómo era adicto a la cocaína y centros nocturnos.
Katz opina que existe “un pesimismo muy fuerte en el documental; y el tema de Durazo es un poco ilustrar qué tan podrida es la herencia y el sistema policial de esta nación”.
--¿Le surgieron muchos puntos de vista?
--Sí, son varias mis reflexiones personales. Hablé con mucha gente que vivió en esa época, que tiene la opinión de que ahora lo que necesitamos es un Durazo por la mano dura, por tener control del crimen. Ahí existe una contradicción que no acabé de entender bien, yo tenía la impresión de que el Distrito Federal era muy seguro con Durazo, precisamente por su control del crimen, y Lorenzo Meyer dice en la cinta lo contrario, que era una metrópoli muy insegura. El abogado Juan Velázquez señala que con la guerrilla 23 de Septiembre que vivía prácticamente en la insurrección. Pero ahora el crimen tiene control sobre la policía y antes no. Otros platican que era la capital muy segura, pero con Durazo empezaron los secuestros.
“Hay otra reflexión sobre el PRI, que ahora es muy pertinente. Muchas personas quieren que regrese ese partido. No lo vi como una denuncia, pero lo que aprendí es que en el sexenio de López Portillo, este país tomó un rumbo muy malo y nunca nos hemos como recuperado, y eso es, en parte, por el final de la dictadura del PRI. Por eso Durazo no entiende por qué al final lo están atacando. Entra el PAN y se acaba de quebrar lo que se empezó a caer con López Portillo, por querer tener el control absoluto. No podemos divorciarnos de la historia, no podemos no voltear a ver todo lo que pasó.”
--¿Muestra la riqueza extrema que existe en el país?
--Sí, la pauta de que esa riqueza extrema sea permisible y los monopolios existan, es una herencia desde López Portillo. Para acabar con la pobreza extrema se debe eliminar la riqueza extrema. La riqueza está concentrada en muy poca gente. En la cinta se ve cómo vivía Durazo y no fue el único político o empresario que hizo eso. El documental es una reflexión, todo mundo sabía que era corrupto, que tenía sus mansiones, pero así era el régimen, no había democracia de ninguna forma.
--¿Fue difícil darle al documental ese matiz juguetón?
--No fue nada complicado porque vino del mismo Durazo cuando aparece en cintas, es tan ridículo. Si causa indignación pero al mismo tiempo mucha risa.
--¿Ahora qué opina de Durazo?
--Esto suena horrible, pero estuve trabajando este proyecto tanto tiempo que de cierta manera me encariñé con él, no es por justificarlo de ninguna forma. Yo creo que Durazo se la creía al decir que la policía mexicana era la mejor del mundo, que era una ciudad segura y que quería una policía preparada y creó la escuela. Y premiaba con una casa a los que estudiaban una carrera aparte. Era también un ser humano, pero lo volvió loco el poder.
Verdaderamente Durazo se ha proyectado varias veces en Once TV y Katz resalta que ha sido más visto por la gente, ha sido el rating alto, que si se hubiera estrenado en cines comerciales.

Avance de Verdaderamente Durazo


http://www.youtube.com/watch?v=bUusopDfh_8

Sicilia en el Zócalo: cambio radical o boicot electoral *

Nuevo pacto o fractura nacional

En su discurso en el Zócalo de la Ciudad de México, al culminar la Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad, que se inició el jueves 5 en Cuernavaca, el poeta Javier Sicilia plantea un desafío: o el país todo –sus ciudadanos, sus estructuras políticas, gubernamentales y sociales– se compromete en un nuevo pacto social –paz, justicia y dignidad como premisas– o se hundirá en una fractura de consecuencias impredecibles. Advierte también que el movimiento que él impulsa tiene entre sus objetivos colocar a la clase política y a los poderes ante una disyuntiva: o hay cambios radicales en México o “no aceptaremos más una elección” o, en todo caso, “las elecciones del 2012 serán las de la ignominia”. Transcribimos aquí el discurso completo del poeta, colaborador de Proceso.

Tal vez la era se convierta por completo en un tiempo de penuria. Pero tal vez no, todavía no, aún no, aun a pesar de la inconmensurable necesidad, a pesar de todos los sufrimientos, a pesar de un dolor sin nombre, a pesar de la ausencia de paz en creciente progreso, a pesar de la creciente confusión.

Heidegger

(Nuestro) peso es (nuestro) amor; a donde quiera que se (nos) lleve, es él quien nos lleva. (Ese) don que proviene de (nosotros) nos inflama y nos eleva: (nosotros) ardemos y vamos.

San Agustín

Hemos llegado a pie, como lo hicieron los antiguos mexicanos, hasta este sitio en donde ellos por vez primera contemplaron el lago, el águila, la serpiente, el nopal y la piedra, ese emblema que fundó a la nación y que ha acompañado a los pueblos de México a lo largo de los siglos. Hemos llegado hasta esta esquina donde alguna vez habitó Tenochtitlan –a esta esquina donde el Estado y la Iglesia se asientan sobre los basamentos de un pasado rico en enseñanzas y donde los caminos se encuentran y se bifurcan–; hemos llegado aquí para volver a hacer visibles las raíces de nuestra nación, para que su desnudez, que acompañan la desnudez de la palabra, que es el silencio, y la dolorosa desnudez de nuestros muertos, nos ayuden a alumbrar el camino.

Si hemos caminado y hemos llegado así, en silencio, es porque nuestro dolor es tan grande y tan profundo, y el horror del que proviene tan inmenso, que ya no tienen palabras con qué decirse. Es también porque a través de ese silencio nos decimos, y les decimos a quienes tienen la responsabilidad de la seguridad de este país, que no queremos un muerto más a causa de esta confusión creciente que sólo busca asfixiarnos, como asfixiaron el aliento y la vida de mi hijo Juan Francisco, de Luis Antonio, de Julio César, de Gabo, de María del Socorro, del comandante Jaime y de tantos miles de hombres, mujeres, niños y ancianos asesinados con un desprecio y una vileza que pertenecen a mundos que no son ni serán nunca los nuestros; estamos aquí para decirnos y decirles que este dolor del alma en los cuerpos no lo convertiremos en odio ni en más violencia, sino en una palanca que nos ayude a restaurar el amor, la paz, la justicia, la dignidad y la balbuciente democracia que estamos perdiendo; para decirnos y decirles que aún creemos que es posible que la nación vuelva a renacer y a salir de sus ruinas, para mostrarles a los señores de la muerte que estamos de pie y que no cejaremos de defender la vida de todos los hijos y las hijas de este país, que aún creemos que es posible rescatar y reconstruir el tejido social de nuestros pueblos, barrios y ciudades.

Si no hacemos esto solamente podremos heredar a nuestros muchachos, a nuestras muchachas y a nuestros niños una casa llena de desamparo, de temor, de indolencia, de cinismo, de brutalidad y engaño, donde reinan los señores de la muerte, de la ambición, del poder desmedido y de la complacencia y la complicidad con el crimen.

Todos los días escuchamos historias terribles que nos hieren y nos hacen preguntarnos: ¿Cuándo y en dónde perdimos nuestra dignidad? Los claroscuros se entremezclan a lo largo del tiempo para advertirnos que esta casa donde habita el horror no es la de nuestros padres, pero sí lo es; no es el México de nuestros maestros, pero sí lo es; no es el de aquellos que ofrecieron lo mejor de sus vidas para construir un país más justo y democrático, pero sí lo es; esta casa donde habita el horror no es el México de Salvador Nava, de Heberto Castillo, de Manuel Clouthier, de los hombres y mujeres de las montañas del sur –de esos pueblos mayas que engarzan su palabra a la nación– y de tantos otros que nos han recordado la dignidad, pero sí lo es; no es el de los hombres y mujeres que cada amanecer se levantan para ir a trabajar y con honestidad sostenerse y sostener a sus familias, pero sí lo es; no es el de los poetas, de los músicos, de los pintores, de los bailarines, de todos los artistas que nos revelan el corazón del ser humano y nos conmueven y nos unen, pero sí lo es. Nuestro México, nuestra casa, está rodeada de grandezas, pero también de grietas y de abismos que al expandirse por descuido, complacencia y complicidad nos han conducido a esta espantosa desolación.

Son esas grietas, esas heridas abiertas, y no las grandezas de nuestra casa, las que también nos han obligado a caminar hasta aquí, entrelazando nuestro silencio con nuestros dolores, para decirles directamente a la cara que tienen que aprender a mirar y a escuchar, que deben nombrar a todos nuestros muertos –a esos que la maldad del crimen ha asesinado de tres maneras: privándolos de la vida, criminalizándolos y enterrándolos en las fosas comunes de un silencio ominoso que no es el nuestro–; para decirles que con nuestra presencia estamos nombrando esta infame realidad que ustedes, la clase política, los llamados poderes fácticos y sus siniestros monopolios, las jerarquías de los poderes económicos y religiosos, los gobiernos y las fuerzas policiacas han negado y quieren continuar negando. Una realidad que los criminales, en su demencia, buscan imponernos aliados con las omisiones de los que detentan alguna forma de poder.

Queremos afirmar aquí que no aceptaremos más una elección si antes los partidos políticos no limpian sus filas de esos que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen y tienen al Estado maniatado y cooptado al usar los instrumentos de éste para erosionar las mismas esperanzas de cambio de los ciudadanos. O ¿dónde estaban los partidos, los alcaldes, los gobernadores, las autoridades federales, el ejército, la armada, las Iglesias, los congresos, los empresarios; dónde estábamos todos cuando los caminos y carreteras que llevan a Tamaulipas se convirtieron en trampas mortales para hombres y mujeres indefensos, para nuestros hermanos migrantes de Centroamérica? ¿Por qué nuestras autoridades y los partidos han aceptado que en Morelos y en muchos estados de la República gobernadores señalados públicamente como cómplices del crimen organizado permanezcan impunes y continúen en las filas de los partidos y a veces en puestos de gobierno? ¿Por qué se permitió que diputados del Congreso de la Unión se organizaran para ocultar a un prófugo de la justicia, acusado de tener vínculos con el crimen organizado y lo introdujeron al recinto que debería ser el más honorable de la patria porque en él reside la representación plural del pueblo y terminaran dándole fuero y después aceptando su realidad criminal en dos vergonzosos sainetes? ¿Por qué se permitió al presidente de la República y por qué decidió éste lanzar al ejército a las calles en una guerra absurda que nos ha costado 40 mil víctimas y millones de mexicanos abandonados al miedo y a la incertidumbre? ¿Por qué se trató de hacer pasar, a espaldas de la ciudadanía, una ley de seguridad que exige hoy, más que nunca una amplia reflexión, discusión y consenso ciudadano? La Ley de Seguridad Nacional no puede reducirse a un asunto militar. Asumida así es y será siempre un absurdo. La ciudadanía no tiene por qué seguir pagando el costo de la inercia e inoperancia del Congreso y sus tiempos convertido en chantaje administrativo y banal cálculo político. ¿Por qué los partidos enajenan su visión, impiden la reforma política y bloquean los instrumentos legales que permitan a la ciudadanía una representación digna y eficiente que controle todo tipo de abusos? ¿Por qué en ella no se ha incluido la revocación del mandato ni el plebiscito?

Estos casos –hay cientos de la misma o de mayor gravedad– ponen en evidencia que los partidos políticos, el PAN, el PRI, el PRD, el PT, Convergencia, Nueva Alianza, el Panal, el Verde, se han convertido en una partidocracia de cuyas filas emanan los dirigentes de la nación. En todos ellos hay vínculos con el crimen y sus mafias a lo largo y ancho de la nación. Sin una limpieza honorable de sus filas y un compromiso total con la ética política, los ciudadanos tendremos que preguntarnos en las próximas elecciones ¿por qué cártel y por qué poder fáctico tendremos que votar? ¿No se dan cuenta de que con ello están horadando y humillando lo más sagrado de nuestras instituciones republicanas, que están destruyendo la voluntad popular que mal que bien los llevó a donde hoy se encuentran?

Los partidos políticos debilitan nuestras instituciones republicanas, las vuelven vulnerables ante el crimen organizado y sumisas ante los grandes monopolios; hacen de la impunidad un modus vivendi y convierten a la ciudadanía en rehén de la violencia imperante.

Ante el avance del hampa vinculada con el narcotráfico, el Poder Ejecutivo asume, junto con la mayoría de la mal llamada clase política, que hay sólo dos formas de enfrentar esa amenaza: administrándola ilegalmente como solía hacerse y se hace en muchos lugares o haciéndole la guerra con el ejército en las calles como sucede hoy. Se ignora que la droga es un fenómeno histórico que, descontextualizado del mundo religioso al que servía, y sometido ahora al mercado y sus consumos, debió y debe ser tratado como un problema de sociología urbana y de salud pública, y no como un asunto criminal que debe enfrentarse con la violencia. Con ello se suma más sufrimiento a una sociedad donde se exalta el éxito, el dinero y el poder como premisas absolutas que deben conquistarse por cualquier medio y a cualquier precio.

Este clima ha sido tierra fértil para el crimen que se ha convertido en cobros de piso, secuestros, robos, tráfico de personas y en complejas empresas para delinquir y apropiarse del absurdo modelo económico de tener siempre más a costa de todos.

A esto, ya de por sí terrible, se agrega la política norteamericana. Su mercado millonario del consumo de la droga, sus bancos y empresas que lavan dinero, con la complicidad de los nuestros, y su industria armamentista –más letal, por contundente y expansiva, que las drogas–, cuyas armas llegan a nuestras tierras, no sólo fortalecen el crecimiento de los grupos criminales, sino que también los proveen de una capacidad inmensa de muerte. Los Estados Unidos han diseñado una política de seguridad cuya lógica responde fundamentalmente a sus intereses globales donde México ha quedado atrapado.

¿Como reestructurar esta realidad que nos ha puesto en un estado de emergencia nacional? Es un desafío más que complejo. Pero México no puede seguir simplificándolo y menos permitir que esto ahonde más sus divisiones internas y nos fracture hasta hacer casi inaudibles el latido de nuestros corazones que es el latido de la nación. Por eso les decimos que es urgente que los ciudadanos, los gobiernos de los tres órdenes, los partidos políticos, los campesinos, los obreros, los indios, los académicos, los intelectuales, los artistas, las Iglesias, los empresarios, las organizaciones civiles, hagamos un pacto, es decir, un compromiso fundamental de paz con justicia y dignidad, que le permita a la nación rehacer su suelo, un pacto en el que reconozcamos y asumamos nuestras diversas responsabilidades, un pacto que le permita a nuestros muchachos, a nuestras muchachas y a nuestros niños recuperar su presente y su futuro, para que dejen de ser las víctimas de esta guerra o el ejército de reserva de la delincuencia.

Por ello, es necesario que todos los gobernantes y las fuerzas políticas de este país se den cuenta que están perdiendo la representación de la nación que emana del pueblo, es decir, de los ciudadanos como los que hoy estamos reunidos en el zócalo de la Ciudad de México y en otras ciudades del país.

Si no lo hacen, y se empeñan en su ceguera, no sólo las instituciones quedarán vacías de sentido y de dignidad, sino que las elecciones de 2012 serán las de la ignominia, una ignominia que hará más profundas las fosas en donde, como en Tamaulipas y Durango, están enterrando la vida del país.

Estamos, pues, ante una encrucijada sin salidas fáciles, porque el suelo en el que una nación florece y el tejido en el que su alma se expresa están deshechos. Por ello, el pacto al que convocamos después de recoger muchas propuestas de la sociedad civil, y que en unos momentos leerá Olga Reyes, que ha sufrido el asesinato de 6 familiares, es un pacto que contiene seis puntos fundamentales que permitirán a la sociedad civil hacer un seguimiento puntual de su cumplimiento y, en el caso de traicionarse, penalizar a quienes sean responsables de esas traiciones; un pacto que se firmará en el Centro de Ciudad Juárez –el rostro más visible de la destrucción nacional– de cara a los nombres de nuestros muertos y lleno de un profundo sentido de lo que una paz digna significa.

Antes de darlo a conocer, hagamos un silencio más de 5 minutos en memoria de nuestros muertos, de la sociedad cercada por la delincuencia y un Estado omiso, y como una señal de la unidad y de la dignidad de nuestros corazones que llama a todos a refundar la Nación. Hagámoslo así porque el silencio es el lugar en donde se recoge y brota la palabra verdadera, es la hondura profunda del sentido, es lo que nos hermana en medio de nuestros dolores, es esa tierra interior y común que nadie tiene en propiedad y de la que, si sabemos escuchar, puede nacer la palabra que nos permita decir otra vez con dignidad y una paz justa el nombre de nuestra casa: México.


I. Razones y urgencia

Ante la emergencia nacional, hoy más que nunca resulta necesario tomar medidas urgentes para detener esta guerra con su escalada de violencia y regenerar el tejido social y comunitario.

Este momento histórico adverso y profundamente violento es resultado de estructuras económicas y sociales que generan desigualdad y exclusión. Aquí impera la muerte, muerte lenta causada por la miseria, la pobreza, el desempleo, la falta de oportunidades para el desarrollo pleno de nuestras vidas y por la destrucción del ambiente.

(...) La guerra contra el narcotráfico es una manifestación de políticas y acuerdos internacionales que sitúan a México como el campo de batalla donde a los pobres de este país y Centroamérica les toca pagar una alta cuota de vidas humanas para que las drogas lleguen a su destino y consoliden grandes negocios.

Frente a este escenario, el Estado ha optado por una estrategia militar para enfrentar al crimen organizado y la protesta social, privilegiando un proceso de militarización intensivo y extensivo de la seguridad pública, no sólo por el amplio despliegue de las fuerzas militares en territorio nacional, sino también por la creciente presencia de los mandos castrenses en la dirección de las policías civiles.

(...) Resultado de esta estrategia que pone en el centro la confrontación violenta, es una guerra civil donde mexicanos matan mexicanos, generando 40 mil ejecuciones en lo que va del sexenio. Sólo en el mes pasado, en abril, se contabilizaron mil 427 asesinatos, considerando los cuerpos hallados en las narcofosas. Las víctimas civiles se cuentan ya por miles en todo el país: más de 230 mil personas desplazadas, 10 mil huérfanos (la Redim calcula 30 mil aunque no es una cifra oficial), 10 mil secuestros de migrantes, más de 30 alcaldes asesinados.

(...) Un componente fundamental que explica esta escalada de violencia y guerra es la enorme corrupción y su infiltración en el Estado en todos sus niveles.

(...) La impunidad es otro de los factores que determinan lo que hoy sucede en el país: 98.3% de los delitos quedan impunes. Tenemos un sistema de procuración e impartición de justicia incapaz de investigar y sancionar a quienes cometen los delitos y la violación de derechos.

II. Visión común con exigencias mínimas y compromisos

(...) Proponemos a la sociedad y planteamos la exigencia y mandato a las autoridades acciones de corto y mediano plazo que inicien un nuevo camino de paz con justicia y dignidad.

(...) A. Se deben esclarecer y resolver los asesinatos, las desapariciones, los secuestros, las fosas clandestinas, la trata de personas y el conjunto de delitos que han agraviado a la sociedad. (...) Determinar la identidad de todas las víctimas de homicidio es un requisito indispensable para generar confianza.

B. Exigimos a las autoridades estatales y federal (...) la resolución pública que presente (...) a los autores intelectuales y materiales de algunos de los casos emblemáticos que han agraviado a la sociedad, entre ellos: la familia Reyes, (...) Marisela Escobedo y su hija Rubí, (...) Bety Cariño y Jiri Jaakola, (...) las niñas y niños de la guardería ABC, (...) la familia Le Barón, (...) los jóvenes de Villas de Salvárcar, (...) los jóvenes de Morelos.

C. Convocamos a la sociedad civil a rescatar la memoria de las víctimas de la violencia, a no olvidar y exigir justicia, colocando en cada plaza o espacio público placas con los nombres de las víctimas.

2. Exigimos poner fin a la estrategia de guerra y asumir un enfoque de seguridad ciudadana.

A. Se debe cambiar el enfoque militarista y la estrategia de guerra de la seguridad pública y asumir una nueva estrategia de seguridad ciudadana, con enfoque en los derechos humanos.

(...) B.I. Exigimos que antes de dos meses los Congresos locales aprueben la reforma constitucional en derechos humanos y sea publicada para darle plena efectividad, y que en el mismo plazo se instituya el mecanismo de protección de periodistas y defensores de derechos humanos.

B.II. Exigimos que no se aprueben leyes o normas que conculquen los derechos humanos y las garantías individuales bajo el concepto de seguridad nacional y que no se aprueben las modificaciones propuestas al dictamen de la Ley de Seguridad Nacional.

(...) 3. Exigimos combatir la corrupción y la impunidad.

A. Se requiere una amplia reforma en la procuración y administración de justicia que dote de verdadera autonomía al Ministerio Público y al Poder Judicial, que establezca el control ciudadano sobre las policías y los cuerpos de seguridad, avance en la reforma de los juicios orales y establezca sistemas más efectivos de control judicial que reduzcan la discrecionalidad en los procedimientos y resoluciones de fondo. La justicia no puede seguir al servicio de intereses y cálculos políticos. También se requiere legislar para generar la capacidad y atribuciones de investigación y consignación de funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno en casos de corrupción.

B. Exigimos que, en máximo 6 meses, el Congreso elimine el fuero de legisladores y funcionarios de los tres órdenes de gobierno, en materia de actos de corrupción, delitos del orden común y de crimen organizado.

4. Exigimos combatir la raíz económica y las ganancias del crimen.

A. La criminalidad y su violencia tiene como su motor las ganancias derivadas del narcotráfico, los secuestros, la trata de personas, la extorsión, la venta de “protección” y demás delitos que después reinyectan los recursos en la economía mediante el lavado de dinero. Exigimos un combate frontal al lavado de dinero y activos de los delincuentes mediante la creación de unidades autónomas de investigación patrimonial, en coordinación con la Unidad Federal de Inteligencia Financiera, que permitan reunir material probatorio para formular acusaciones y dictar sentencias por los actos de negocios ilegales.

B. Exigimos la presentación de un Informe a la Nación sobre los resultados de la investigación patrimonial y el lavado de dinero, que muestre los casos más notorios que se han sancionado en este sexenio y sobre el avance en la integración de las Unidades de investigación sobre lavado de dinero de las 32 entidades federativas y la federal.

(...) 5. Exigimos la atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas de recuperación del tejido social.

A. La seguridad ciudadana no se resolverá con armas y violencia. Exigimos una política económica y social que genere oportunidades reales de educación, salud, cultura y empleo para jóvenes, porque son las y los principales víctimas de esta estrategia. Exigimos la recuperación del carácter público de la educación y romper el control corporativo que ejerce la cúpula del SNTE sobre la política educativa, así como el incremento inmediato en los recursos destinados a las acciones sociales de seguridad ciudadana, al menos en la misma proporción de los destinados a las fuerzas armadas y de seguridad pública.

B. Exigimos que en los próximos 3 meses se establezca un programa especial de emergencia nacional para y de jóvenes que invierta las prioridades del presupuesto, garantizando, al menos, lo mismo que se destina a seguridad para la construcción de escuelas y el aumento de la matrícula en educación secundaria, media superior y superior; un sistema universal de becas para estudiantes de secundaria, EMS y superior de escuelas públicas, así como recursos para proyectos culturales, deportivos, productivos y sociales realizados por los propios jóvenes y sus organizaciones, como actores de reconstrucción del tejido social en sus barrios, comunidades y unidades habitacionales.

6. Exigimos democracia participativa, mejor democracia representativa y democratización en los medios de comunicación.

La seguridad requiere democracia y nuevos medios de participación ciudadana. Exigimos que se amplíen los medios e instrumentos de participación ciudadana en los asuntos públicos mediante el reconocimiento institucional de la consulta popular, las candidaturas independientes, la revocación de mandato, la contraloría social y las acciones colectivas.

Se requiere una política de Estado en materia de telecomunicaciones que rompa, en el menor tiempo posible, los monopolios y genere una amplia democratización y apertura, no sólo a la competencia, sino al fortalecimiento de los medios públicos.

Exigimos a la Cámara de Diputados que en un periodo extraordinario a más tardar en dos meses, apruebe la minuta de reforma política constitucional aprobada por el Senado que establece, la consulta popular, la iniciativa legislativa, las candidaturas independientes y la reelección inmediata de legisladores y alcaldes.

III. Para iniciar el camino

(...) Proponemos dos momentos para lograr esto: un pacto ciudadano entre los miembros de la sociedad civil y en un segundo momento, una serie de planteamientos y de mandatos, de exigencias a los gobernantes, a los líderes de los partidos políticos y a los factores de poder.

Este momento requiere la participación de todas y todos; el Pacto de la sociedad civil implica un esfuerzo de unidad y organización de la sociedad civil nacional, para que tengamos una voz y acciones con el fin de parar esta guerra y la violencia social, corrupción e impunidad que nos está destruyendo como personas y como nación.

(...) El 10 de junio nos reuniremos en Ciudad Juárez con las Comisiones de Verificación y Sanción que la sociedad civil nacional establecerá en este tiempo con especialistas y gente honorable para cada uno de los 6 puntos.

(...) Durante este periodo hasta el 10 de junio, las Comisiones, con las aportaciones del resto de la sociedad civil, irán especificando con más detalle las acciones correspondientes a cada exigencia. Invitamos a toda la ciudadanía, en las comunidades, barrios, colonias, lugares de trabajo, a aportar en esta discusión y construir “espacios de reflexión y acción colectiva nacional” permanentes.

(...) Hacemos además un llamado a nuestros compatriotas que radican allá y al pueblo de los Estados Unidos de América para que apoyen nuestra movilización y exijan al gobierno y al Congreso de ese país que detengan el flujo de armas hacia México y el lavado de dinero. l

Fragmentos del documento mediante el cual el movimiento encabezado por el poeta Javier Sicilia convoca a la firma de un pacto nacional hacia la construcción de un México verdaderamente justo, digno y seguro.

Caminar en silencio para gritar ¡ya basta de la guerra!









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